Está en la página 1de 15

"

EN~IQUE D. BRUNIARD
:

HIDROGRAFIA
Procesos y tipos de
escurrimiento superficial

GEOGRAFICA
·:.:'.:.. :·~· ".: r~··: :EDJTORIAL CEYNE :.~_~'··.: · . :.· ...... ·;

·- ---- ·- ..--------------=------- - -- -- ---


T/6
¡ ,"
1

seg .. valores que nos permiten establecer el coeficiente de variación intera11ual:


• M 232
~f
·e¡
1
1
= l02 = 2,27
C. V.l.= ---;;;-- l
;
1
l'
Cuando la serie de datos cubre un período relativamente largo, entre 20 ó '
30 años para ser considerado representativo del comportamiento medio, se
-· tí
~·:.
:.' j
CAPÍTULO II
observa que los ríos de alimentación glaciaria tienen una variación interanual Ij
reducida, en los nivales es intermedia y en los regímenes de alimentación ' LA CUENCA COMO
pluvial alcanza valores muy altos. Debe señalarse aquí que el calificativo "río
irregular" puede estar referido a dos nociones distintas. Si se trata del C. V.
A., entre los meses extremos, utilizaremos el calificativo "ponderado o no
=/l FACTOR HIDROLÓGICO
ponderado" y si se trata del C. V. l. entonces hablaremos de ríos "regulares
Ét
o irregulares"; ac;í, por ejemplo, los ríos glaciarios tienen escasa ponderación
anual entre altas y bajas aguas y, paralelamente, acusan una gran regularidad
interanual.
(f.,L
o

as cuencas fluviales, en cuanto superficies más o menos extensas,


En la misma Fig. 3 B hemos ilustrado el promedio del período (hidro grama
de los caudales medios mensuales), que si bien resulta de una regularización presentan caracteres topográficos, litológicos y fitogeográficos, propios del
artificial que condensa el"conjunto de las variaciones durante cinco años, nos ambiente geográfico en que se desarrollan, y tales condiciones actúan sobre la
brinda una imagen general de la marcha anual, o régimen propiamente dicho, alimentación y el escurrimiento. Esto impone la necesidad de individualizar
es decir, las variaciones estacionales relacionadas con el ritmo climático. Este esos aspectos particulares para integrarlos luego en sus conjuntos naturales y
dato es la base numérica esencial para la descripción de los regímenes. evaluar los resultados sobre casos concretos de comportamientos hidrológicos.
Para faci Ji Lar la comparación de la marcha anual, entre cursos con caudales
muy diversos, se pueden establecer los coeficientes mensuales de los cauda-.
les, que se obtienen dividiendo cada uno de los valores mensuales por el l. El factor topográfico
caudal medio anual o módulo. En la Fig. 3C los caudales mensuales de los ríos
San Francisco y Arenales, por ejemplo.muestran marcadas diferencias; el El punto de partida para advertir la influencia hidrológica de la topografía
primero con un módulo de 106 m 3/seg. y el segundo con sólo 7,5 m3/seg" se encuentra en los documentos cartográficos y, en el caso de nuestro país, en
diferencia imputable a la desigual extensión de la<; cuencas: 25.800y230km2 , las cartas editadas por el Instituto Geográfico Militar. Las menos generalizadas
respectivamente. Si reemplazamos los <?Udales mensuales por los coeficien-' -eséalas 1: 100.000 y menores- incluyen el trazado de curvas de nivel, que
tes mensuales, todos los valores se expresar.in en unidades del módulo anual. facilitan el análisis pormenorizado de la altimetría; y aquellos que cubren
Si en el río San Francisco, por ejemplo, tomamos los caudales máximo y mayor extensión -escala 1: 250.000 y 1: 500.000- son útiles para advertir las
mínimo (390 en febrero y 16 en octubre) y los dividimos por el módulo anuall características planimétricas generales. A nivel continental la Carta Aero-
(106), obtendremos los siguientes coeficientes: 3,67 y 0, 15. La representa- náutica Mundial editada por la OACI, a escala 1: 1.000.000, incluye el trazado
ción gráfica ele los coeficientes mensuales de ambos ríos nos permite señalar de curvas de nivel y constituye una excelente base de referencia para los
la notable semejanza de regímenes, que nos sugiere la intervención de estudios de las grandes cuencas del mundo.
factores causales también semejantes. El valorurio, igual al módulo anual, nos
permite reconocer en la curva dos fases diferenciadas: un período de bajas y l. A. Condiciones p/a11imétricas de la cuenca
otro de altas aguas ordinarias, es decir, la base hidrológica del régimen.
La cuenca fluvial u hoya hidrográfica, es la superficie reeeptriz de un río

21
20
El FACTOR TOPOGRAFICO (Superficie da lo cu1?nco l
aguas arriba de la estación de referencia, y su función básica consiste en
interceptar las aguas meteóricas que luego se escurrirán h~L'>l.a encontrar un DIVISORIA DE A SUPERFICIE DE LA CUENCA
cauce comtín. L.~1 cuenca del Paraná en Corrientes, por ejemplo, es la A GUAS
superficie que alimenta este río aguas arriba de Corrientes; si no se precisa la _!_, 4 '---
SUPERFICIE
.,;'. ; :., 7
estación hidromét.rica, o una localidad de referencia, se entiende la cuenca l
.1i11
·-
1 2 l 4
"º5 6 8
Enleros = J9
como la superficie que cubre hasta la desembocadura. d 7· 8 9 10 n 12 ~
Parciales= 28 = 14
Frecuentemente se habla de cuenca hidrográfica superficial, o de cuenca 21l~ 1l 14 15 16 17 18 ) s 2
¡51 19 20 21 Z2 Zl 24
imbrífera (del latín imber= lluvia), o también de cuenca activa para distinguir 1
2(~ 2S 26 27 28 29 2 Total = 53
aquella sección que cuenta con canales o afluentes autóctonos que alimentan 41~ XI ll 32 JJ J4 J5 13 B Corta = 154
al río. En los cursos de la Patagonia, por ejemplo, las cuencas activas ser-~---~~- 22~ 36 37 38 39 W.! 114 9
desarrollan en los Andes, y cuando los colectores salen de este ambiente! r-z' -'' · · - ·- •u
15 '()
11
húmedo en busca del Atlántico cruzan las áridas mesetas como ríos alóctonos) ·
1 2 ) 4 5 6 7 8 9 lO 11 12 13 14
sin recibir otros aportes superficiales.
Las aguas meteóricas al llegar a la superficie terrestre se reparten en una ·
u otra dirección según las }incas de relieve, de modo que para delimitar Ii ,'\ CUENCA Y LOS CAUDALES Ü
cuenca es necesario trazar la líncadivisoria de aguas, o divisoria interfluvial,
separando las cabeceras de los afluentes que convergen a un colector común'
mediante una línea que coincida con las crestas mayores (líneas de cimas). En
ámbitos montañosos las divisorias son más definidas y se las reconoce más
fácilmente, pero en las planicies suelen aparecer desdibujadas, con interllu-
vios chatos, y en épocas lluviosas se producen fenómenos de t.rasvasamicnto
de una cuenca a ot.ra, como ocurre, por ejemplo, en las regiones chaqueña y
pampeana.
En Lerrenos pocos penneables no existen dificultades mayores para
establecer esta línea ele partición si se siguen las indicaciones de la topografía,
pero en áreas ele gmn permeabilidad deben tomarse precauciones puesto que
la divisoria topográfica, o superficial, puedet-Jc'óincidir con la divisoria de E
aguas subterráneas, como lo ilustra la Fig. 4 A, según TROMBE (1956).. El
caso ele la fuente o manantial de Manavgat, en Turquía, es mencionado por 21.0
Hidro1ntitdcas
PARDE (1966) como un ejemplo de t.rasvasamiento subterráneo, en cuanto
1.Vado Hondn 44 1490
su cuenca ele sólo 928 km 2 tiene un caudal próximo a los 180 m3/seg.; se
2.Pu<slo Romero o 1700
supone que las tres cuartas partes de ese caudal provienen del flanco opuesto ~---~-----

23 2260
lAlorocht'
de la montaña, que es el más lluvioso, a través ele conductos subtemíneos. ----
4.Anla Hut"rta 57 2950
--------
Una vez definido el perímetro de la cuenca se requiere determinar su S.Arrosayo_!_ 79 4420
extensión, es decir, el área que resulta de su proyección sobre un plano 6.Aguas Blancos
-·---
82 4850
7. ~lonio Col pano 89 51 so
horizontal, problema que se resuelve usualmente mediante el planímetro
8.Astitl,ros 102 9600 1.0
(sobre cartas ele proyección equivalente); pero también puede recurrirse a 115
9.AI ar rob~'._ _ _ _ 10460
otras técnicas simples, por ejemplo, mediante el cuadriculado de la carta, o lO. J. d• San Antonio 195 15300.
usando papel milimetrado transparente, se determina la superficie de cada 11. Zanjo d•I Tigrt' 114 25000
o lOCCO 15000 20CCO
Sv rficie de la Ct.Je'f'CO f'O k rrJ

22 23
cuadrado regular a partir de la escala de la carta, luego se cuenta el número alóctono y al llegara la localidadformoseñadeElColorado (26º10' S y 59º23'
de cuadrados enteros contenidos en la cuenca y el número de caudrados W) su cuenca alcanza a 65.736 km2 y su caudal medio es de 343 m 3/seg., es
parciales, es decir, aquellos que son seccionados por la divisoria de aguas, decir, inferior a los aportes de su cuenca activa.
como se indica en la Fig. 4 B.La superficie estará dada por la suma de las La extensión de la cuenca también se relaciona con los tipos de alimenta-
superficies de los cuadrados enteros más la mitad del área de los parciales. ción ya que en grandes superficies es más factible un régimen ponderado, sea
Otra técnica para detenninar superficies irregulares consiste en recortar porque cubre áreas climáticas con riunos de alimentación complementarios,
un papel del mismo tamaño de la carta y pesarlo en una balanza de precisión, o bien porque las lluvias y sequías excepcionales no alcanzan a afectarla sino
luego calcar la cuenca, recortarla y repetir la opcraéión. El peso de ésta en parcialmente. Las cuencas pequeñas, por el contrario, presentan máximos y
relación al total de la carta, cuya superficie es conocida en función de la mínimos más contrastados.
escala, nos permite obtener el dato buscado. Si se procede cuidadosamente Otra característica planimétrica que influye sobre el escurrimiento es la
los resultados de estas operaciones no diferirán de aquellos que proporciona forma de la cuenca y el 1razado en plano de la red (diseño de avenamiento).
el planímetro. Normalmente en los anuarios y resúmenes hidrológicos Dos ejem pos opuestos nos permiten ilustrar el alcance de esta influencia: una
vienen consignadas las superficies que corresponden a cada estación de r-------..::.cuencaaproximadamentecircular,conafluentcsdeiguallongitudyconfluen-
aforo. f:;. ~z cias próximas sobre un punto central, favorecen la llegada al mismo tiempo
El mayor efecto de la extensión de la cuenca está relacionado con los]·;;: ::.;: 5'? 11,,4e los aportes elementales al centro de confluencia y ello se traduce en
caudales ya que, a iguales condiciones de alimentación, las cuencas extensas f ~~ ::-, ~-~ 1~qrecientes muy notables. Por el contrario, una cuenca alargada con afluentes
recibirán un volumen de aguas también mayor. El sistema de cauces que ¡ iJ ·• .~( e~~ 4ortos y confluencias alejadas entre sí, produce una sucesión en el tiempo de
compone la cuenca puede dividirse en segmentos en función de su jerarquía: HJ < .
~: ? _ ~1 llegada de las aguas y esa discordancia hidrológica conduce a crecidas
el cauce de primer orden drena una cuenca elemental sin recibir afluentes en J ~{ -·· !?,mediocres. _.
cuanto el agua llega a él en forma laminar; en la conjunción de dos cauces de ~ "¡¡' ~ ;-:; :'~ :f J. La evolución aguas abajo de las ondas de creciente lambién está inlluen- ~l
primer orden se forma uno de segundo orden, y cuando éstos se unen entre i .~-:; , ~:; : = ~iada por la sinuosidad del curso, y es posible expresar esta condición J
sí dan lugar a uno de tercer orden, y así sucesivamente. El río principal de la !~:; ~'" ·~- --. fpJanimétrica mediante un coeficiente de sinuosidad o tortuosidad, dividiendo
cuenca es el que tiene el número de orden más elevado de todo el sistema. ; ;_~~ ~
'j ,. , . . __ f 1a longitud del río, siguiendo sus meandros, poda dis~ncia a vuel~ de pájaro
En la Fig. 4 C hemos ilustrado este erecto en Ja cuenca superior del río· · · V ;:; ~5 entre esos puntos. En algunos casos se observan coeficientes supenores a 20;
Bermejo mediante la información de 11 estaciones de aforo, ordenadas en; ~ e_ ·-) ci es decir, la sinuosidad aumenta la longitud 20 veces respecto de un trazado
función de la· extensión de sus respectivas superficies receptrices. _· - i !::.-; ,_:.; f> regular, como en el caso del río Negro en la Provincia del Chaco.
La Fig. 4 D ilustra en forma esquemática el caudal que aporta cada -~ b 0 ~ También Ja intensidad del drenaje y otros par.ímetros de frecuente
afluente hasta llegar a la estación Zanja del Tigre, y nos proporciona una · utilización en morfometría y geomorfología, proporcionan enseñanzas sobre
imagen visual del crecimiento por adición del caudal de cada cuenca.. otras condiciones más específicas de Ja cuenca que contribuyen a explicar
elemental. Un sistema de desagüe resulta de un mecanismo de convergencia. algunos detalles del temperamento hidrológico. ·
Si relacionamos ambos parámelros mediante un diagrama de dispersión
(Ver Fig. 4 E), observaremos la relación directa existente-a mayor superficie 1. IJ. Condiciones altimétricas de la cuenca
mayor caudal- en las 11 estaci.ones consideradas. En la misma figura hemos
incluido tres estaciones de la cuenca del río San Francisco, que es tributario La altura de la cuenca tiene incidencia directa en el escurrimiento fluvial
del Bermejo aguas abajo de Zanja del Tigre; y ellas nos permiten advertir la a través del sistema de pendientes, e indirectamente inlluye en las condiciones
menor pendiente de la línea inclinada que expresa la relación, es decir, una climáticas mediante el efecto condensador de la orografía y la disminución de
situación semejante pero con alimentación más pobre; la temperatura, que opera sobre las formas de precipitación, sobre la acumu-
Cuando el Bermejo sale de su cuenca activa, después de recibir el aporte lación ele nieves y glaciares y también en los procesos de fusión. Es~1 acción
del San Frnncisco, y penetra en el Chaco occidental, lo hace como curso indirecta es de importancia capital en la alimentacicín y por ello la describi-

24 25
s(I
EFECTOS Cl¡JATICOS DE LA TOPOGRAFIA 5
remos en primer término. PERFIL TOPOCRAFICO y PLUVIOMETRICO A 24°15. Lat. Sur
1
A
/_B. a) Orografía y precipitaciones. -8
....o
u
p....., RELACJON ENTRE ALTURA
6 UJ
u. ISOO 6 y PREC IPI TACION ANUAL
o;e UJ
::: o
_,
..
.. .e
El efecto de la orografía sobre las precipitaciones tiene su manifestación s ¡¡¡un .9 UJ s
más destacada en el contraste que se observa entre las zonas húmedas de E
..>C
,r,,
,..
~
~
00
oü:
u
E
~,
.......
barlovento y las más sccasdesotavcnto,csdccir,enel efecto de redistribución
4
u N<( 1000 X 4 •
' l I'
Za:
.. ..........
r'
.......
\.,.1 •,
~ 1
\!!CI e
r¡, \
del agua disponible en la atmósfera. Frente a un obstáculo montañoso el
o -8 \
1
l ª~
uo
viento es detenido parcialmente en las laderas y ello va forzando a las capas
.,::" 1
OQ \
~ñ.

.,...,.
, __,I
'"" 1
e \_ t -- -:.00
!'.
~ 2
•'
,,,,. -·
superiores a ascender, aún antes de llegar al mismo ílanco montai1oso (lluvias - o
" Pri;¡:·/ 1)°\u"·
¡¡¡ ::( OPTIHO
•',
preorográficas), lo que hace que el incremento de las precipitaciones se inicie ,
I
<F= PLUVIAL ,...,,...-1t
a cierta distancia, que algunos calculan en diez veces la altura de Ja montaña. ~_!:~l-~u_v.:__/
' CHACO
o o ... "•
La presencia del obstáculo orográfico genera así diversos fenómenos 67°W 66° 63ºW sao 1000 1500
Preci i tncio~s rn mm
relacionados con el origen de las lluvias: en primer lugar la inestabilidad, por
d mayor calentamiento de las laderas o por forzar el movimiento ascendente; PERFIL TOPOGRAFICO y P.LUVIOMETRICO ENTRE 32º y 33° lat. Sur B
1
también puede causar convergencia y elevación, por el efecto de embudo de o RELACION ENTRE ALTURA
::o

los valles sobre los vientos; y una tercera acción consiste en frenar Ja 6
.~
"'o~ Y PRECIPITACION ANUAL
Q

velocidad de los ciclones móviles e incrementar así las lluvias de origen CHILE i ] ARGENTINA

frontal. En los flancos de sotavento, el descenso del aire y los procesos ¡ Pmm
E :S E
..>C 4
opuestos generan la escasez, es decir, la zona de "sombra eólica" o de "sombra ..>C '
"
..x'
"D
e
pluviométrica". "
6/ ~ o
De la observación de estos fenómenos en numerosos cordones montaño- s/ t•
sos del mundo se han obtenido conclusiones diversas, que derivan de los ' , ...a•'.to sao "
::: 2
) , :,¡ ..-;.._ '\11 <(

caracteres singulares de cada montaña, en cuanto sus condiciones morfomé- ' l ~2


~""...,
tricas, orientación y situación climática adquieren matices propios. ':' '.._13
Como una regla general, WEISCHET W, y HA VLIK D. (La .diversa 7l"W 70° 750 p
distribución vertical de la precipitación pluvial en las zonas tropicales·y
extratropicales: sus razones y efectos, 1966), establecen una diferencia
OISTRIBUCION
6 LATIALTITUOINAL DE e
fundamental entre las regiones tropicales y las extratropicales, es decir, entre LAS PRECIPITACIONES
s DE LA TEf'.lPERATURA
las bajas latitudes afectadas por los vientos alisios y monzónicos, y la zona
templada barrida por los accidentales y el Frente Polar. En las primeras, la ! 4
lluvia se incrementa hasta cierta altura (aproximadamente 1.500 metros) y
..
e

'
)
luego disminuye hacia los niveles más elevados, mientras que en la zona
templada el aumento llegaría hasta las mismas cumbres.
o ¡
~ 2
Para ilustrar este contraste hemos representado en la Fig. 5 A un perfil -
<(

topográfico y pluviométrico situado a 24º15' S, según J. HOFFMANN (La


distribución geográfica de las precipitaciones en el noroeste argentino, 197 I), º+-..-,-..f=r-!"'"""ir-ir-i--r-"'f~-r-.--r-r-i--.--.-.,.--.,.--.,..-.--.--,--,,-,--.......,.......,.-l.O
que abarca la Puna, las Sierras Subandinas y parcialmente la planicie L.Sor 4 ° 40" 1 ºLat. Sur
VERTIENTE ORIENTAL DE LOS ANDES

26 27
•· ----'
·-:·'ª·.-:•-,;.-_
chaqueña; o sea el ámbito donde se desarrollan las cuencas de los ríos Bermejo sobre Ja vertiente occideni.al y Juego el descenso sobre el flanco argentino.
y Salado . Los vientos provenientes del Atlántico producen los máximos Para reunir las caractcríslicas que corresponden a las laútudes de esos
pluviométricos en los primeros cordones del oriente y en los faldeos de las modelos zonales, hemos trazado un perfil a Jo largo de los Andes entre 15º y
cadenas má.s elevadas. Desde la sierra de Chañi hacia el oeste, por el efecto 45º S, que ilustra las distribuciones de la precipitación anual sobre la vertiente
de sotavento, las precipitaciones se reducen notablemente al llegar al altipla- argentina (Fig. 5 C). Se destacan aquí dos pisos o franjas de mayores
no. Si se relacionan algunos puntos de los cuales se conocen las alturas y los precipitaciones: uno en niveles inferiores, que corresponde al modelo inter-
valores pluviométricos anuales (Fig. 5 A), se observará el crecimiento de la tropical (vientos del oriente) cuyos máximos se producen en estaci'ón estival;
lluvia hasta llegara un nivel máximo (zona del óptimo pluvial) a partir del cual y otro en latitudes y alturas más elevadas, generado por los vientos occiden-
se produce una inversión y el monto desciende en alturas mayores. i.ales (sotavento), espeeialmenteen estación invernal, cuando el anticiclón del
En la región preserrana de Tucumán este óptimo pluviométrico ha sido Pacífico migra hacia el norte. La franja o línea de cambio de los regímenes
ubicado en el tercio inferior de la falda, aproximadamente hacia los 1.000 pluviométricos separa los ámbitos de desarrollo de los modelos descriptos.
metros. En los Ancles colombianos oscila entre los 1.300 y 1.500 metros, en Dbsérvese que en latitudes bajas las cuencas con mayor riqueza hidrológica
los GaLhes Occident.ales en 1.500 metros, en Java baja a 1.000 metros y en se localizan en la zona basal (alturas inferiores a los 2.000 m), mientras que
Haw.:üi a 700 metros. Si bien la altura de este piso lluvioso es variable y más al sur, en las zonas de precipitaciones invernales, se situarán en niveles·
también lo es de un año a otro y del verano al invierno, en cuanto el nivel de más elevados. Las cuencas de los ríos Pilcomayo, Bermejo, Juramento-
condensación depende de la humedad y de la temperatura del aire, tiende a Salado, Salí-Hondo-Dulce, y otras menores del noroeste argentino, correpon-
localizarse siempre en Jos faldeos inferiores y, en una misma cadena monta- den a la zona de alimentación pluvial estival; y desde el río Jáchal (sistema del
ñosa, es más bajo en la periferia que en los macizos interiores. Desaguadero) hacia el sur, la limentación está producida básicamente en
La explicación se vincula con una característica esencial de los alisios que niveles elevados de la Cordillera.
es su tendencia subsidente, de modo que la humedad se concentra en las capas Estos modelos pueden generalizarse a escala mundial considerando la
b°¡1ja.s. Las lluvias procederían deCú111u/uscongeswscuyonivclsuperiorsería circulación aunosférica dominante en cada caso. Aquí cabe advertir además
del orden de los 3.000 metros; R. BARR Y Y R. CHORLEY ( Atmósfera, el factor orientación, es decir, Ja localización de las cuencas en relación al
tiempo y clima, 1972), observan que la zona de máximo pluviométrico estaría relieve y a Jos vientos portadores del agua; en el noroeste argentino, por
próxima a la hase media de las nubes. ejemplo, las sierras de Santa Victoria y del Aconquija dan el nacimiento en
En la zona cxtratropical las precipitaciones anuales aumentan hast.a las su naneo oriental (barlovento) o los ríos Bermejo y Dulce, mientras que a
cumbres y 1uego decrecen sobre la ladera de sotavento, de mancraquecl clima sotavento, en el interior del macizo montañoso, se desarrolla la cuenca del río
de barlovento domina sobre la masa montañosa y se exliende hasta el flanco Pasaje. Este factor explica las notables diferencias que se advierten en los
opuesto. En la Fig. 5 B, el perfil topognífico y pluviométrico sobre la . -.: caudales específicos, no obstante tratarse de organismos con regímenes
cordiller~ de los Andes, entre 32º y 33º S, a partir de la información de 13 semejantes:
localidades (1a7 chilenas y 8 a 13 argentinas, según datos de J. MINETTI,
El régimen de precipitación de la provincia de San Juan y su entorno, 1986),
es un ejemplo del modelo correspondiente a Ja zona dominada por los vientos Sup.cuenca q en lts/km2
occidentales, con masas nubosas de gran espesor en la troposfera, desarrolladas
en procesos ciclogenéticos, que dan lugar a ese aumento continuo de las
Barlovento Río Bermejo (Zanja del Tigre) 25.000 12,5
precipitaciones ha'ita alturas por encima de las cumbres; y que se verifica en
la mayor parte de las montañas extratropicales (Cf. WEISCHET y HAVLIK, Río Dulce (El Sauce) 20.200 4,2
1966). En este caso hay semcjan?.a entre el perfil pluviométrico y el topográ- Sotavento Río Pasaje (El Tunal) 38.000 0,9
fico, y la relación altura-precipitación anual permite advertir el incremento

28 29
1. B. b) Altura, temperatura y alimentación trata entonces del nivel de alimentación pluvial, con dos regímenes contras-
El efecto orográfico genera diversas consecuencias en cuanto Ja dismi- tados: tropical y mediterráneo. El segundo nivel corresponde a la franja de
nución de la temperatura con la altura implica una reducción de la evapora- desplazamiento estacional de la ismcnna de Oº, o zona de acumulacióri
ción, un incremento de la proporción de precipitación ni val y, eventualmen- invernal de la nieve y de fusión en primavera (piso nival o de los regímenes
te, la retención de la nieve y formación de glaciares; es decir, aportes hídricos nivales de montaña). Más arriba se encuentra el nivel con temperaturas
que quedan inmovilizados durante el período frío y que son liberados total mensuales siempre negativas, de modo que la acumulación de sucesivas
o parcialmente en la estación cálida, lo que impone la necesidad de conocer nevadas formará el manto o placas de nieves persistentes, cuyo límite inferior
las distribuciones y variaciones altitudinales de las condiciones térmicas. está indicado en la Fig. 5 C (L. I.N.P.). Obsérvese que en el tramo norte del
La isoterma mensual de Oº es indicativa del equilibrio entre precipitación perfil este límite se encuentra a gran altura, dada la escasez de alimentación
pluvial y ni val, y deslinda los dominios de la retención y de la fusión, como básicamente, mientras que en el tramo sur desciende notablemente, por cuanto
lo veremos en el capítulo 111. Est.a isoterma se desplaza sobre los 11ancos el considerable aporte nival supera la capacidad de fusión. En este piso
montañosos y contribuye a diferenciar diversos ambientes hidroclimáticos. · superior se generan los glaciares cordilleranos, cuyas lenguas reptan siguien-
L:i dc1~·rn1inacic'm de las distintas posiciones altitmlinalcs de la isotcr111a do la pendiente hast.a niveles muy bajos (nivel de a/J/ación glaciaria).
de ()" tropieza con la falta de observaciones meteorológicas en la alta En cada uno de estos pisos se origina una influencia hidrológica específica
montaña. Si se contara con información de estaciones situadas en niveles (pluvial, nival y glaciaria) de manera que,según sean las condiciones altimé-
diversos, se podrían determinar los gradientes térmicos regionales y estacio- tricas de la cuenca será el tipo de efecto predominante que reciba o, también
nales, en cuanto ésws pueden variar entre los llancos de barlovento y , una combinación de ella<>; y esto impone la necesidad de conocer el
sotavento y también desde el verano al invierno. Si no se cuenta con esa desarrollo de la cuenca en relación a la altura.
información se puede recurrir a deteminar indirectamente las condiciones
climúticas de altura en función de un gradiente vertical constante (-0,6º cada 1.B. c) Superficie, altura, alimentación y escurrimiento
l 00 metros ele altura). La carta topográfica con curvas de nivel ofrece la posibilidad de establecer
En la Fig. SC hemos incluido las posiciones que corresponden a los meses la relación altura-superficie. Para ello se elige la equidistancia adecuada a las
de julio y enero. La amplitud del desplazamiento vertical entre esos meses condiciones de relieve y se determinan las superficies parciales comprendidas
exLremos define.una franja que desciende y se ensancha hacia el sur, como entre lrns isohipsas seleccionadas, empicando para ello algunas de las técnicas
resultado de la disminución de la temperatura y del aumento de la amplitud descriptas para el cálculo de superficies irregulares (Cap.II.1.A).
térmica que produce la latitud. Hacia los 25º S esa franja tiene un espesor de En la Fig. 6, la topografía de la cuenca del río Santa Clara, afluente del
1.332 metros y a los42º S llega a 1893 metros, es decir un ancho algo inferior Tunuyán, en Mendoza, ilustra el procedimiento, adoptando en este caso una
al que se observa en las montañas del hemisferio norte (2.000 metros en los equidistancia de 500 metros. Determinadas las superficies comprendidas en
Alpes, según DE MARTONNE, 1957), seguramente por la camcterística cada una de las zonas de al tura, se las puede expresar en proporción porcentual
oceánica del hemisferio surque modera el frío invernal e impide un descenso de la superficie total de la cuenca. Si se representan gráficamente estos
más acusado. valores, colocando en el eje de las ordenadas los escalones de altitud y en
Este dispositivo térmico, producido por el relieve, nos permite reconocer abcisas las proporciones porcentuales de la superficie que cubren, se obtiene
tres pisos definidos de interés hidrológico. El inferior, o zona basal, se ex- la curva de frecuencias altimétricas. En este caso la allura más frecuente se
tiende desde el piedemontc hasta la posición más baja de la isoterma de Oº encuentra en el escalón comprendido entre 4.000 y 4.500 metros.
Uulio en nuestro hemisferio), de mcxlo que todos los meses tienen tempera- Las proporciones porcentuales acumulativas, desde arriba hacia abajo,
turas superiores al punto de fusión. Las nevadas, menos frecuentes, en este permiten trazar con el mismo procedimiento la curva hipsométrica de la
nivel, no producen acumulación por cuanto la fusión es inmediata y la cuenca.
alimentacic'Jn del curso lluvia! no difiere de la producida por las lluvias. Se También puede determinarse su altura media según el siguiente procedi-
miento:

30 31
I,

EL FACTOR TOPOGRAFICO (Altura - Superficie l 6


A .a .Q .Q
Altura en m Promedio .s.i.m .QxJ2 rr=rr-..,-:::---l':-------L-......--r.....,,.....,---lr-,--:----....,..............,--,,....,..33°05. La!. Sur
Ria Santa Clara
En f\Jesto Santo
5.000 5.500 5.250 46 241.500 Claro ILot. 33•1a·.
53 251.750 Long. 6!1927' ,olt<.ra
4.500 5.000 4.750
2100m 1
4.000 4.500 4.250 87 369.750 Cl.el'CO del
3.500 4.000 3.750 64 240.000 Ría Turuyón
J3"10'
3.000 3.500 3.250 49 159.250
2.500 3.000 2.750 32 88.000
2.000 2.500 2.250 4 9~0_0_0_ ··--· Divisorio
<» oyuos
335 1.359.250: 335 =~metros

33"15.
Corlo l.G.M.
De cada escalón de altura (columna A) se obtiene el valor promedio hoja 3369 _ IU
(columna B) y se lo multiplica por la superfice de ese escalón (columna C), Cerro Tupungoto
1Ml!ndo:zo)
los result.ados obtenidos (columna D) se adicionan entre sí y el ~esultado de
esta suma se divide finalmente por la superficie total de la cuenca. La altura 'L ea .Jkm
Ese.ola Grdf.ico
media del río Santa Clara es de 4.057 metros.
La comparación de las curvas y de los parJ.metros obtenidos a través de
la cartografía en diversas cuencas es muy fértil en enseñanzas en cuanto nos
permiten ubicarlas dentro de los marcos causales de las condiciones
hidrológicas. En esta caso particular del río Santa Clara, la mayor extensión

____
69"40' 69"35' 69"3J' 69"25'l.ang.W.
de sus cuenca y especialmente sus afluentes superiores se sitúan en el piso
galciario, de modo que su régimen deberá reflejar esas carncterísLicas (situar SutRFlCIE Slf9iFICIE AClMUlAlX CURVA DE FRECUENCIAS
ZONAS ALTMETRICAS
~n km2 en •/. % _......, ALT IMETRICAS
en la Fig. 5C, a 33º L. S. los valores alLimétricos obtenidos). Si con las socoo 5500 m 46 13.73 13. 7J
mismas condiciones altimétricas est.a cuenca se localizara a 25º S, por 4500 a SOCO m 53 15.82 29.55
ejemplo, su alimentación sería muy pobre y con otro régimen hidrológico. 4000 o :.500 m 87 25.97 55.52
3500 o 4000 m 64 19,10 74.62
Las condiciones de escurrimiento están sujetas al sistema de pendientes JOCO o 3SOO m . 49 14 62 119.24
y si se trata de cuencas extensas es necesario determinar el perfil longitu- 2500 o '.3000 m 32 9,55 98.79
dinal, que nos ilustra sobre las diversas alturas del plano de agua, desde el 2000 o 2500 m 4 l 19 . 99.911
TOTAL 335 99.98 0% 5'!. 10'!. 15% 20% 25% :JJ"/,
nacimiento a la desembocadura. Generalmente la información de los
documentos hidrológicos Loman como punto de partida la desembocadura
5500 CURVA H 1PSOME TR ICA.
del río, o kilómetro cero, y para cada estación hidrométrica incluye los datos "'e
de la distancia a la desembocadura (progresiva), la altura del cero del ~
hidrómetro sobre el nivel marino y la altura de las aguas. Por ejemplo, en el
caso del río Uruguay los siguientes dalos nos permiten trazar la curva del
..
e
35
o
perfil longitudinal y determinar las pendientes parciales de cada tramo: .2
:;¿
10 20 3J l.O 50 60 70 BO 90 100 %

32 33
EL FACTOR TOPOGRAFICO (Perfil longitudinal J 7
A
110

~~~~~~~~~~~~~~~~~
Di stanclo en km

EVOLUCION DE LA CRECIENTE 11 B
14 11
DEL RIO URUGUAY EN 1939
13 10 16 ..
~

...E 12 "'
e
o
.
~ 9
"'o
o
"O
IS
e
"
.... 11 u 8 l; 14
En Ja columna A están consignadas las distancias en kilómetros desde la
desembocadura (progresiva), en la columna B la cota del cero del hidrómetro
o
e X>
.
e: 7
u
e
o 13
o

"
sobre el nivel del mar y en C la altura de las aguas (promedio anual de 1966). ~ -l u
<
9· 6 12
En la columna D hemos sumado los valores de B y C para obtener las alturas
del plano de aguas sobre el nivel del mar, en E se indican las distancias
12 1' 16 18 20 22 24 26 28 6 8
parciales entre estaciones consecuúvas· obtenidas de la columna A; en F las
OCTUBRE DE 1939 NOVIEl48RE
,diferencias de nivel entre estaciones, obtenidas en la columna D, y en G la
pendiente de cada tramo expresada en centímetros por kilómetro.·
,..s ~ EVOLUCION DE LA ONDA DE ·C
En los ríos de llanura las pendientes oscilan generalmente entre 5 y 20 cm/ ,._<:>....- · - · .... -.. CRECIENTE DEL RlO PARANA
<P."/ -"'-. CMarzo de 1929 J
km, mientras que en montaña alcanzan decenas de metros por kilómetro; el ,. ,.•
río Santa Clara, por ejemplo, con una longitud próxima a los 30 km, salva un
desnivel de 3.400 metros al llegar a Puerto Santa Clara, es decir, 113 metros
por kilómetro.
Si se sitúan esos datos en una representación gráfica, en ordenadas las
alturas del plano de aguas (columna D) y en abcisas las distancias (columna
A), se obtiene la curva del perfil longitudinal.
En la Fig. 7 A hemos representado los perfiles longitudinales de los ríos ..
e

Uruguay y Paraná, cuyas características disímiles -el Paraná más próximo a


su perfil de equilibrio- generan condiciones propias en el escurrimiento de
cada curso. En Ja Fig. 7 B el desplazamiento de la onda de creciente del río 28 1 10 15 33 30 1
Uruguay en octubre de 1939, muestra su culminación en Santo Tomé el díá FEB. 14ARZO DE 1929 ABRIL

34 35
19 de octubre, llega a Monte Caseros tres días después y,casi simultáneamente, Paraná. En algunos casos extremos, como el río Níger, por ejemplo, cuya
culmina en Concordia debido a la notable acentuación de la pendiente de este pendiente en largos tramos se iníerior a dos centímetros por kilómetro, el
último tramo. En este desplazamiento se puede advertir el cambio producido desplazamiento de ias altas aguas tarda ocho meses en recorrer la distancia
en la forma del hidrograrna, en cuanto el pico relativamente agudo y de base entre Bamako y el bajo Níger, modificando sustancialmente el régimen entre
angosta de aguas arriba, se aplasta aguas abajo; es decir, disminuye su altura los tramos superior e inferior. Estos son los regímenes cambiantes -como los
y extiende su duración, manteniendo igual el volumen de agua escurrida. llama PARDE (1955)- aún cuando obedezcan a un solo tipo de alimentación.
Durante las crecidas, al subir las aguas en la cuenca activa y en los tramos También la presencia de lagos en el curso fluvial ejerce un efecto
superiores, la pendiente se acentúa y la velocidad de escúrrirniento es mayor semejante a los campos de inundación, que es proporcional a su capacidad de
que en bajas aguas. almacenamiento. PARDE menciona el efecto regularizador del lago Lcman
En la Fig. 7 C la creciente del Río Paraná, durante marzo-abril de 1929, sobre el régimen del Ródano, que a la entrada lleva un caudal en crecientes
ilusLra la evolución desde Posadas, donde culmina el 5 de rnarLO, hasta llegar excepcionales de 1.100rn 3/segyen bajantesextremasde30,8rn 3/seg.; mientras
a Rosario un mes después. Precisamente los pronósticos de crecientes de que a la salida del lago esos caudales son de 650 rn 3/seg. (un 50% menos) y
corto plazo -en cuanto la Meteorología no está en condiciones de predecir el de60a 70 m3/seg. (un 100% más), respectivamente; es dccir,alrnacenamiento
volumen y la distribución de las lluvias esperadas- se realizan a partir de la de los excesos del tributario y restitución alemisario en épocas de pobreza.
información hidrométrica de aguas arriba y del conocimiento de los tiempos Puede advertirse que los diversos caracteres topográficos de la cuenca
de traslación de las ondas de crecida. constituyen un complejo de factores que actúan en forma conjunta o sucesiva
Contando con los datos de las alturas alcanzadas en las estaciones del sobre el escurrimiento y que G. LASSERRE (Cours d' Hydrologie, inédito)
curso superior se pueden pronosticar los niveles que alcanzará aguas abajo sintetizara en el siguiente esquema:
tiempo después. El traslado de la onda de creciente insume un día entre Puerto
Iguazú y Posadas y desde esta localidad tarda 4 ó 5 días en llegar a Corrientes, Temperamentos hidrológicos Temperamentos hidrológicos
20 a 25 días a Paraná y 25 a 30 días a Rosario (Cf. RAFFO, Pronóslico de las moderados por la cuenca acentuados por la cuenca.
crecientes del río Paraná, 1951).
En ese aplastamiento del hidrograrna de creciente también interviene el Cuencas extensas que cubren - Cueúcas pequeñas con un sólo tipo
perfil transversa/ del cauce, es decir, sus proporciones entre ancho y diversas áreas climáticas con ritmos de alimentación.
/
profundidad. Si la erosión lineal ha provocado una profunda incisión y el complementarios. Cuencas aproximadamente circu-
curso se encuentra definido por altas barrancas que impiden los desbordes, - Cuencas alargadas con confluencias lares con afluentes convergentes
el lci acelera la propagación y refuem1 la altura máxima de la onda, pero si el distanciadas y alta sinuosidad. poco sinuosos.
perfil es amplio y el lecho mayor excepcional muy extenso el agua se - Cuencas distribuidas en altura con -Cuencas insuficientemente distribui-
explayará en los campos de inundación, reduciendo su pico y retardando su diversos pisos de alimentación. das en altura.
propagacicín. Puerto lguazú, con un perfil transvcrs;il profundo y angosto - - Pc11dic111cs dt'hiles y perfil lrn1gi111- - Fucrlcs pcndie111e.~ y pnril lo11git11-
menos de Uí1 kil(J111etro- y Rosario cuyo lecho de inundación alcanza 56 km di11al suave. dinal marcado.
de ancho, ofrecen buenos ejemplos de estas diferencias: la amplitud de las - Lecho mayor amplio y presencia de - Cauces profundos, con altas bar-
alturas hidrométricas máxima y mínima, incluyendo la creciente extraordinaria lagos reguladores. rancas, sin lagos regulares.
de 1905 y la bajan te de 1944 fue de 43, 23 metros en Puerto Iguazú y de 7,54
en Rosario, según elatos de F. A. SOLDANO (Régimen y apovechamiento de
la red fluvial argentina, 1947).
2. El factor litológico
La combinación de un perfil longitudinal suave y un campo de inundación
Cuando aludirno:; al factor geológico, o litológico, nos estarnos refiriendo
extenso, como es el caso del río Paraguay en el Pant.anal, hace que la creciente
al papel que desempcñJn las características físicas de las capas superf1ciales
estival de su curso superior demore cuatro o cinco meses en llegar al río

36 37
¡¡
f1

EL F.ACTOR LITO LOGICO


de la corteza sobre el régimen del escurrimiento tluvial,en cuanto contribuyen
a man1cner el caudal y a asegurar su continuidad en el tiempo; es decir, ríos PRECIPITACION
con presencia permanente. "La humedad del sucio -señala STRAHLER

1___ _
( 1975)- actúa como una caja de ahorros, aportando cuando los gastos exceden
NIVEL FREAT!C0
a los ingresos".
Si tenemos en cuenta que la alimentación producida por las precipitaciones ZCtlA DE ~TlJRAC ION

es discontinua, en cuanto no llueve todo~ los días, como ocurre en el oriente


AGUA SUBTERRANEA
de nuestro país, por ejemplo, sino una vez por semana en el promedio anual
y mucho más espaciadas todavía en estación seca-uno o más meses sin aporte
pluvial-, sin embargo los cursos de agua de nuestra región no se agotan
totalmente y mantienen su caudal a pesar de la sequía. También en los cursos

nivales y glaciarios, cuya alimentación queda retenida por el largo frío í••
Roca Hadr~
invernal, se mantiene el escurrimiento durante todo el año.
Debemos atribuir al factor litológico la absorción y almacenamiento de
una porción del agua meteórica en el momento en que se produce y su
rcstilución a la superficie cuan.do escasea. Para cumplir esta función
compensadora de modo eficaz y perceptible al cabo de días, meses y aún uños,
se rcc.¡uiere que esa verdadera esponja hhyuulmacenado un volumen suficiente
y ello ocurre cuando la permeabilidad del suelo es alta, cuando ese manto
absorbente tiene un espesor considerable y su extensión cubre buena parte de
la cuenca fluvial.
Para advenir estos efectos el punto de partida lo ofrecen las cartas
geológicas e hidrogcológicas, como es el caso por ejemplo, del Mapa 200

f lidrogcológico de la República Argentina (Dirección Nacional de Geología


150
y Minería, 1963, escala 1:5 millones),quedistinguelasárcasde permeabilidad
mínima, media y máxima a partir de fa<; formaciones superficiales indicadas 100

por el Mapa Geológico, editado por la misma institución.


so
( La observación muestra que los ríos que drenan cuencas impermeables
:adquieren carnctcrcs torrenciules y reproducen fielmente las irregulares
1condiciones del apone pluvial, mientras que los terrenos permeables juegan 2•
n
· un papel reuu-dador y ponderador, pero esta observación admite algunas 20

excepciones que scñularemos más actClante. 18


\6
Al registrarse unu precipitación sobre !~cuenca fluvial el agua puede 14
~
seguir distintas vías hasta llegar al colector: 12~

-Escurrirse directamente sobre el suelo (escurrimiento superficial o 10 E


CI

subaéreo).
5
-Infiltrarse y correr por debajo de la superficie, en el manto de
descomposición (escurrimiento subsuperficial o hipodérmico).
-Penetrar a mayor profundidad y resurgir sobre Jos valles fluviales

38 39
(escurrimienlo subterráneo). Al humedecerse las arcillas, por ejemplo, los finas partículas que la forman
En la Fig. 8 A y B hemos ilustrado los procesos que se observarían en una se dilatan, los orificios se taponan y esto genera mayor escorrentía superficial;
cuenca durante los períodos de aporte pluvial y de sequía. mientras que en suelo arenoso la capacidad de retención es más baja y la
En ella podemos distinguir el agua superficial que después de cada lluvia infiltración será tanto mayor.
se desplaza cuesta abajo en forma laminar o manúforme, formando una Entre los terrenos permeables se disúnguen aquellos de "permeabilidad en
delgada película -en muchos casos invisible por hacerlo por debajo de la pequeño o permeabilidad de porosidad", propios de las rocas heterogéneas,
cubierta de hierbas- hasta encontrar un depresión o un canal a través del cual como las gravas y las arenas, formadas por gran número de elementos más o
discurre (escurrimiento lineal o encauzado) y finalmente llega a ordenarse en menos finos; estos terrenos son permeables por naturaleza, como las esponjas
sistemas de desagüe, o hidrográficos, más o menos jerarquizados. Dado que (Cf. TROMBE, 1956). La cuenca del Djoué, afluente del Congo inferior, ofrcce
este aporte se desplaza por efectos de la gravedad sobre la superficie un ejemplo del efecto regularizador de los bancos de arenas y gravas de gran
topográfica y sin dificultades mayores, es el primero en llegar al colector. espesor, que hacen que el caudal mensual mínimo no haya sido inferior al 72%
El af:1w de infiltración penetra en el sucio, a poca profundidad, y discurre del módulo en 1O años de observación (CF. GUILCHER, 1965).
lcntam1.:ntc en las capas superiores hasta reaparecer en superficie al cncontar La "penncabiliúaú en grande" es común en aquella'i regiones formadas por
un talud, un pequeño canal, a una superficie de nivel inferior al punto de rocas de por sí impermeables, como el basalto o el granito, pero donde la
infiltración, y así llega al colector con un cierto retardo respecto del agua fisuración por diaclasas permite la circulación del agua, la que se ve facilitada
superficial (escurrimiento rck1rdado). por la erosión química que abre conductos de gran calibre. En las mesetas
El agua sub1erránea ocupa las aberturas de la corteza, el manto detríúco basálúcas del río Columbia se menciona el ejemplo del río Mackenzie,
o el lecho rocoso hasta profundidades mayores y forma la llamada "zona de subafluente de aquel, cuyo caudal en 32 años de observaciones no estuvo por
saturación o de aguas frcátícas", cuyo nivel más elevado (nivel freático, debajo del 51 % del promedio, siendo que las sequías de la zona son bastantes .1
.hidrost.ático o piczométrico) puede quedar por debajo del nivel del río en la pronunciadas.
época de lluvia<; y recibir de éste el aporte de sus aguas (influcntc o Entre las rocas impermeables se incluyen las cristalinas en estado ma<;ivo, · ,-
almacenamiento de orilla en la Fig. 8A); o bien, en épocas de sequía situarse poco diaclasadas, y las metamórficas:·gmnitos, gneis, cuarcitas, ciertas areniscas· <
por encima y aportar al cauce sus aguas de saturación a través de un y conglomerados, y también la<; arcilla<; y arenas arcillosas. Cuando estas rocas
movimiento muy lento (efluente o flujo basal en Fig. 8 B). predominan en la superficie de la cuenca la proporción de escurrimiento
La proporción de cada uno de estos apones -superficial, subsuperficial y subaéreo es mayor y ello acentúa la irregularidad del régimen; pero esto ocurre
subterráneo- depende de la capacidad de almacenamiento y también de la sólo en áreas restringidas ya que en las vertientes poco inclinadas y en las
intensidad de la lluvia. planicies las rocas cristalinas impermeables se recubren de productos de
En la Fig. 8 C hemos ilustrado el proceso de infiltración a partir del período descomposición más o menos gruesos, como ocurre en la zona tropical por
sin lluvias mediante las parLículas que forman un suelo seco, cuando recibe efectos de la alteración química y en la zona templada por la gelificación
un débil apone de agua los granos aparecen mojados, es decir, recubiertos de durante los períodos glaciarios. En realidad, la impermeabilidad absoluta en
agua (humedad hidroscópica o agua pelicular). Si la lluvia continúa se superficie casi no existe. ·
advierte la presencia de agua retenida por tensión superficial entre los granos Para ilustrar los efectos de la litología sobre las diversas formas de
(agua capilar). Con un aportemayorel suelo se satura y el excedente se escurre escurrimiento, en dos cuencas de diferente extensión del noroeste argenúno,
por gravedad (agua gravídica) y contribuye a alimentar las reservas subterráneas hemos representado en la Fig. 8D los hidrogramas del período que va del 9 al
y a efcctivizar el escurrimiento superficial. A las dos primeras (pelicular y 18 de marL.O de 1948 del río Pasaje(Estación Miraflores,34.500 km 2 decucnca)
capilar) se las conoce como "aguas de retención específica" (capacidad de y del río Lules (Estación Usina Hidroeléctrica, 600 ~m2 de cuenca). Los dos
·.campo) y su proporción depende del grado de permeabilidad. Un terreno recibieron intensas lluvias los días 9 y 10, a raíz del pasaje de un frente frío.
permeable y seco recuperará toda su agua de retención específica antes de En ambos casos los hidro gramas son asimétricos, con una rama ascendente
permitir que el agua gravídica pase a los niveles inferiores. pronunciada (curva de concentración), cuyos caracteres obedecen tanto a la

40 41
intensidad de las lluvias que produjeron la saturación, como a la distancia a los El aporte de origen subterráneo no presenta fluctuaciones rápidas, dadas
colectores, al efccto de las pendientes y, eventualmente, a la cubierta vegetal. las dificultades para su desplazamiento por el interior de la corteza, y
El tiempo transcurrido entre el momento en que se inicia el aporte pluvial (día constituye el elemento de regularidad más notable en cuanto de él depende
9) y el punto de inílexión, o pico de la creciente, que indica el momento que casi la totalidad del caudal en épocas de sequía. Algunos ríos que desaparecen
termina Ja alluencia de aguas en superficie, se denomina "tiempo de en superficie pueden continuar escurriendo en forma subterránea (napa
concentración de la cuenca". subalveolarquccircula lentamentcentrelosaluvionesdel cauce). H. BAULIG
Obsérvese que es más breve en el río Lules, dada su menor extensión y (América septentrional (generalidades) Canadá, 1948), menciona el ejemplo
capacidad de absorción. Las curvas de descenso y agotamienLO son más suaves del río Cimarrón, afluente del Arkansas, llamados también "el fugitivo"
y representan las condiciones de almacenamiento dentro de la cuenca, porque se inliltra en la arena y sale a la luz de trecho en trecho sólo por la noche
independientemente de la lluvia (factor litológico). o cuando el ciclo está cubierto; es decir, cuando la evapotranspiración es
En el caso del río Pasaje el período se inicia con un caudal de 52 m3/seg. reducida.
y lkga al final con un valor semejante. Uniendo los c;audalcs m{1s bajos del Para ilustrar el efecto litológico en el curso del aílo, hemos tomado dos
comienzo y del li nal del período delimitamos la porción inferior del hidrograma, ejemplos (Fig. 8 E): el río del Valle en el Piquete (provincia de Salta, cuenca
que corresponde al caudal de base (escurrimiento subterráneo o de estación del Be1mcjo, con una extensión de 700 km2, altura de 520 metros, 24º 46' S
seca); y prolongando la tendencia de Ja curva de descenso se distingue la y 64º 25' W) y el Río Primero en Dique San Roque (provincia de Córdoba, 1
porción del escurrimiento superficial respecto de la parte que corresponde al 1.350 km 2, altura de 650 metros, 31º22' S y 64° 27' W), desde julio de 1965
'1
subsuperficial o retardado. a junio de 1967; de ellos comparamos los caudales mensuales con las
En cada grálico, las superficies que cubren estas modalidades de aporte en precipitaciones rcgistf"'Jdasen las localidades de Rivadavia (24º IO'S y 62º 54'
el período considerado, nos penniten estimar la proporción aproximada con W) y de Córdoba (31 º24 'S y 64º 11' W).
que intervienen en el caudal total. Queda en evidencia la mayor capacidad de El río del Valle con una cuenca más pequeña, pero desarrollada en el
nlmacenamiento de la cuenca del Pasaje con un 65% entre escurrimiento flanco oriental de las Sierras Subandinas sobre ex.tensas camadas de gravas,
suhsupcrricial y subterráneo. arenas y guijarros, muestra el efecto amortiguador de los extremos y retardador
El el capítulo anterior, al tratar la curva de los caudales diarios (Fig. 3 A) del escurrimiento. Obsérvese que los primeros meses lluviosos que siguen a
del río Limay, indicamos la alta proporción de alimentación subterránea que la sequía invernal tienen escasa incidencia en el caudal en cuanto el agua es
quedaría comprendida en la parte inferior del hidrograma por la línea que almacenada para ser restituida en la sequíá: los meses de julio y agosto de 1966
uniera los puntos de más bajos caudales. no registraron prc~ipitaciones y el caudal alcanzó su mínimo recién en
La pÜrción de escurrimiento superficial o subaéreo, que es básica en los octubre, con 1,3 m3/seg.
picos de crecida, depende de las condiciones físicas de la cuenca y de la El río Primero desarrolla su cuenca en las Sierras de Córdoba, en un área
intensidad del aporte pluvial. Si se trata de suelo permeable esta cuota puede de permeabilidad mínima (basamento cristalino compuesto por granitos,
ser muy reducida y notarse sólo cuando la intensidad de la lluvia sobrepasa la gneis, etc. (Cf. Mapa llidrogeológico) y refleja fielmente el aporte
capacidad de infiltración y, a la inversa, si los picos son agudos y de base pluviométrico. En el período crítico del invi,emo de 1966, también sin lluvias
angosta indicarán impermeabilidad, o cuenca saturada, y lluvias intensas. en julio y agosto, el caudal cayó a 0,3 m3/scg. en septiembre, es decir. a menos
El escurrimiento hipodérmico depende del sucio, de la presencia de un de la cuarta parte del caso anterior, no obstante tener una cuenca que duplicá
horizonte subsupcrficial relativamente impermeable, como es el "piso de su extensión, Los caudales especílicos mínimos fueron de 1,85 y 0,221/seg./
arado" por ejemplo, que favorece este modo de alimentación en detrimento de km 2 •
las napas profundac; y puede alcanzar al 85% del caudal total (Cf. LINSLEY, La eficacia del factor litológico como ponderador de las violencias
KO HLER y PA ULHUS, 1967). Pendientes suaves, permeabilidad superficial hidrológicas es relativa y admite excepciones. En el Karst de Yugoslavia, D.
y relativa impermeabilidad subsuperficial, zonas boscosas con gruesas capas DUKIC (Régimc des riviéres dans le Karsl, 1968) destaca el efecto favorable
de humus y lluvias moderadas son sus factores propicios. de la circulación dentro de los masa calcárea por conductos subterráneos, que

42 43
evitan las pérdidas por evaporación que se producirían en un escurrimiento Paraná en los años 1982-83, numerosas opm1ones atribuyeron a la
superficial normal. Las cuencas kársticas del Zrrnanja y del Mirna, por deforestación un efecto importante, mientras que otras opiniones minimizaron
ejemplo, Lienen un escurrimienLo tres veces mayor que la cuenca del Morava, sus consecuencias
siluada fuera del área cálcarea. LASSERRE menciona las experiencias realizadas en dos pequeñas
Si los lerrenos permeables indicados por la cartografía tienen poca cuencas de los Prealpcs Suizos, con condiciones parecidas de alimentación,
profundidad, la saturación puede ser rápida y el efecto moderador pasa Lopografía y litología, pero una con 35% de cobertura boscosa y la otra con
desapercibido; lllinbién en los países fríos los suelos permeables pueden el 97 %. Los resultados indicaron que la fusión de las nieves es mayor en la
congelarse hasta cierta profundidad (permafrost o pergeliso[) imposibilitando cuenca desprovista de árboles y que también reacciona más rápido ante las
Ja infiltración. En ambos casos se comportan como cuencas impermeables. tormentas; pero si se trata de lluvias prolongadas esa diferencia se atenúa. En
El efeclo hidrológico de la permeabilidad y de la capacidad de época de sequía la cuenca boscosa mantuvo un caudal específico de 4 a 6 1/
almacenam ienlo es complejo y en algunos casos contradictorio, o dominado seg./km 2 , mientras la otra agotó su escurrimiento superficial. Al cabo del año
por la acción ele la lopografía o del factor climálico; pero en el ciclo anual; en la porción de escorrentía fue la misma para ambas, pero más regular en la
cuencas extensas, procura la permanencia del drenaje mediante su acción boscosa. Experiencias semejantes rcali7.adas en los Estados Unidos en
rcLarclalriz; es decir, actúa como un intermediario entre la lluvia y el cuencas boscosas con observaciones durante varios años y luego deforestadas,
escurrimiento fluvial, que asegura la constancia hidrológica a partir de un mostraron algunas modificaciones cuyos resultados se asemejan sólo
aporte meteórico alternante. parcialmente a los casos mencionados de Europa.
Los efectos observados de la cubierta vegetal sobre la proporción de agua
escurrida respecto de la alimentación meteórica. no pueden extenderse a las
3. La cubierta vegetal grandes cuencas ya que, por un lado la vegetación arbórea parece favorecer
las pérdidas por transpiración y evaporación y, por otro," protege por su
l
El efecto de Ja vegetación sobre la hidrología fluvial presenta mayores ; sombra la evaporación física del suelo; y ambos efectos varían según la
dificultades para su evaluación, en cuanto puede actuar sea interceptando las cobertura, la densidad de la vegetación y la profundidad alcanzada por las
precipitaciones y la insolación o bien mediante la transpiración del agua que raíces .
absorbe el sucio, y estas variables dependen del tipo de formación fiLogeográfica G. REMENIERAS (Eléments d' Hydrologie Appliquée, 1959) menciona
y del grndo de cobertura sobre la superficie de la cuenca. El bosque es la forma los valores de evaporación determinados por KEIHLAKC, en milímetros por
de cubierta veget.al que ejerce la acción más notable y allí donde hay bosques día durante el período vegetativo:
habrti drenaje, pero no porque exista una relación causal directa entre ambos
elementos del paisaje, sino porque los dos dependen de una causa común que Praderas herbosas, gramíneas y trébol 2, 1 a 7,3 mm/di a.
es el exceso de agua; es decir, el factor climático preponderante. Maíz 3,0 a 5,0
La acción propia de la vegetación todavía no es bien conocida por cuanto Viñas 0,9 a 1,3
su determinación aproximada requiere comparar los comportamientos de Bosque de encinas 0,5 a 0,8
cuencas con o sin bosques, situadas en el mismo clima, con superficies, Bosque de abetos 0,5 a 1,0
alluras, pcndienles y permeabilidad semejantes, que permitan aislar el efecto
específico de la cubierta vegetal y evaluarlo como tal en forma independiente. Pero debe advertirse que esta evaporac1on fisiológica varía más en
Experiencias semejan Les sólo han sido posibles en algunas pequeñas cuencas función de los valores climáticos y del poder evaporante de la atmósfera,
que fueron deforestadas y de las cuales se obLUvieron conclusiones parciales, como lo veremos en el capitulo siguiente.
cuya ex Lrap0lación a un universo mayor conlleva cierto grado de inseguridad. El efecto sobre las bajantes no está desprovisto de complicaciones,
Esto explicaría los diversos criterios que se sustentan sobre la importancia de PARDE (1955) observa que en cuencas pequeñas, con napas alcanzadas por
este faclor; cabe recordar que durante las crecientes extraordinarias del río las raíces, el bosque puede quitar agua por evaporación y acentuar el período

44 45
de penuria; mientras que en cuencas impermeables puede genernr un manto
de almacenamiento perforado por las raíces que la atenúa, y si se trata de
cuencas con capas permeables de gran espesor Ja acción vegetal es
impreccptiblc.
Con respecto a las crecientes las opiniones coinciden en señalar su efecto
amorLiguador, pero sólo en el caso de pequeñas crecientes. El bosque
CAPÍTULO III
intercepta agua de lluvia de 0,5 a 2 mm en promedio -según REMENIERAS
(1959)- y su papel es importante al principio ele la lluvia; de modo que en EL CLIMA COMO
regímenes con lluvias cortas y débiles la interceptación puede llegar al 25%
del total anual: 20% en las frondosas y 30% en hl'> coníferns,según FRECAUT.
~ FACTOR HIDROLÓGICO
Pero cuando la lluvia continúa y el bosque se satura su efecto regulador es r
1
nulo. PARDE (1955), ROCHEFORT (1963) y GUILCHER (1965) coinciden t
en señalar que en los casos de lluvias excepcionales que saturan el suelo, el i

Las condic;ones cHmáticas son esenciales en el origen del escucri-


!
efecto de la vegetación es impotente y no atenúa las inundaciones más
des a:··rnsas. miento fluvial y en las características que adquieren los regímenes estaciona-
:~ 1 referirse a la forestación como remedio para las crecientes; PARDE l~, mien~.is qu~ los ~actores antes señalados -topográficos, litológico~ y
(19 Y ) observa que, "no obstante un:1 opinión basi.antedifundida, no es seguro ' bmgeograficos:·· mterv1enen introduciendo sólo diferencias menores, o inter-
que r -:,tarde mucho la evolución ele las crecidas elementales a partir de nas, dentro de cada gran "dominio hidroclimático". Precisamente, como lo
volúr ,enes peligrosos; porque si esta acción rucra real ello tendría por efecto señalan FRECAUT y PAGNEY (1983), la consideración del cuadro climá-
aplasnr el gráfico de las intumescencias. Pero se ha indicado que nada es más tico es lo que distingue la hidrología genética de Jos geógrafos de la hidrología
favor;•ble, en principio, a las concordancias graves entre las ondas de los ríos aplicada de los ingenieros. .
confl. 'Cntes". La forestación podría mejorar b situación hacia las fuentes pero El efecto directo de los climas sobre el origen del escurrimiento fluvial
las h~,~-ía empeorar hacia aguas :1bajo. constituye un fenómeno de gran escala que se expresa fundamentalmente a
En síntesis, la cuenca fluvial a través de sus propios caracteres lüpogrdficos, través de las condiciones medias anuales, mientras que su influencia en la
litológicos y fitogeográfícos cumple la función de recibir, almacenar y modelación de los diversos regímenes estacionales deriva del ritmo de las
devolver el agua al circuito hidrológico, en proporciones y condiciones que precipitaciones y de la temperatura, diferencia que nos penníte tratar separa-
varían según sea la combinación de esas características en sus relaciones con damente ambas influencias.
el clima.

l. El clima medio anual y el escurrimiento fluvial


. La m<~yor o menor riqueza hidrológica de una cuenca depende de la
al1menta~1ón -~de las P,érdidas por evaporación físicq y fisiológica, o eva-
pou:anspzraczon. Dad_o que los valores medios de los caudales (módulos) se
obl.lenen de obse:vacmnes de un largo período de años, los recursos que se
acumulan al finalizar cada año (R ')se transfieren al siguiente (R), de manera
que en el "año promedio" estos elementos del balance hídrico se compensan
entre sí y nos penniten simplificar la igualdad del balance: Q =p + R - E+ R'

46 47

También podría gustarte