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DEFENSOR PUBLICO DEL DISTRITO JUDICIAL SUR s/ amparo.

S.C. Comp. 705, L.XLIII.

S u p r e m a C o r t e:

–I–
La presente contienda de competencia tiene su origen en
la acción de amparo ante la justicia local que promovió el Defensor Público del
Distrito Judicial Sur de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur, en ejercicio de las facultades y los deberes que surgen de la ley
provincial 110 y en representación de las personas por nacer en el ámbito
jurisdiccional donde ejerce su ministerio.
Cuestiona: (i) el acto del gobierno provincial que dispone
la entrega gratuita en hospitales públicos de la llamada “píldora del día
después”, o método de anticoncepción de emergencia, así como (ii) la omisión
gubernamental de impedir la administración, distribución y comercialización
de toda droga que tenga por efecto la modificación hormonal y que produzca la
imposibilidad de implante del óvulo fecundado en el endometrio femenino (v.
fs. 6/20).
A fs. 27/28, la jueza a cargo del Juzgado de Primera
Instancia de Competencia Ampliada, Distrito Sur, se declaró competente
únicamente para entender en la primera de las pretensiones, pues consideró que
la restante corresponde a la justicia federal, y dictó una medida cautelar por la
que ordenó al Ministerio de Salud provincial que suspenda el suministro y
prescripción del denominado método anticonceptivo de emergencia.
Más adelante, la jueza provincial revió su decisión
respecto de la cuestión de competencia, ante el planteo tanto del Estado
Nacional, que se presentó en autos solicitando intervenir en calidad de tercero
interesado (fs. 35/49) como de la provincia demandada (fs. 161/227). En
consecuencia, tras admitir la participación del primero en el carácter señalado,
declinó su competencia a favor de la justicia federal, al estimar que las
cuestiones planteadas deben ser analizadas y resueltas en forma conjunta (fs.
232/233).

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Por su parte, el juez federal de Ushuaia también se
declaró incompetente para entender en la causa, al considerar que los planteos
del amparista se dirigen contra actos y omisiones del Estado provincial, sin que
en el sub lite se cuestionen leyes nacionales ni decisión alguna del Ministerio
de Salud de la Nación, ni la política nacional en materia sanitaria (v. fs.
425/427).
Asimismo, señaló que el art. 13 de la ley nacional 25.673
invita a las provincias y a la Ciudad Autónoma de la Ciudad de Buenos Aires a
adherir a sus términos. De ello concluye que la cuestión no es eminentemente
federal, sino que la implementación de ese programa médico está reservada a
las esferas locales, que la provincia asume la responsabilidad por su ejecución
—más allá de que cuente con fondos del Estado Nacional— y es la que puede
decidir dejarlo sin efecto. En tales condiciones, el juez federal estimó que la
cuestión en debate es de derecho público, vinculada a las facultades y
responsabilidades de una provincia dentro de su gobierno y, por lo tanto, que el
proceso es ajeno a la intervención de los tribunales federales.
También destacó que nunca en el trámite de una causa de
derecho público en la que resulta demandada directamente una provincia, aun
con la participación del Estado Nacional, puede intervenir un juez federal,
porque la Constitución Nacional sólo contempla que aquélla litigue ante el
fuero federal en ciertas cuestiones, que caen dentro de la competencia
originaria y exclusiva de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En tal
sentido, recordó que V.E. desde antiguo ha dicho que la prórroga de su
competencia originaria y exclusiva sólo es admisible a favor de la jurisdicción
provincial o arbitral, no respecto de los tribunales inferiores de la Nación, con
excepción de las causas civiles (conf. precedente “Flores” de Fallos:
315:2157), supuesto que no concurre en el caso.

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DEFENSOR PUBLICO DEL DISTRITO JUDICIAL SUR s/ amparo.

S.C. Comp. 705, L.XLIII.

– II –
A fs. 433, la jueza provincial, al mantener el criterio de
fs. 232/233, no aceptó las razones de su par federal y elevó los autos al
Tribunal.
En tales condiciones, toda vez que ambos jueces se han
atribuido recíprocamente la competencia para entender en esta causa, se ha
configurado un conflicto negativo que debe ser resuelto y, al carecer ambos de
un tribunal superior común que pueda resolverlo, corresponde que lo haga
V.E., de acuerdo con lo que prevé el art. 24, inc. 7º), del decreto-ley 1285/58.

– III –
A fin de evacuar la vista que se confiere a este Ministerio
Público a fs. 435, cabe recordar que, en principio, según lo dispuesto por el art.
5º del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, la competencia se debe
determinar teniendo en cuenta la naturaleza de las pretensiones deducidas en la
demanda y no por las defensas que efectúe el demandado.
Sobre la base de tal criterio, comparto la posición del
juez federal en cuanto a que en el sub lite se cuestionan únicamente actos de
las autoridades locales, sin que la alusión al Estado Nacional ni las genéricas
imputaciones que se le formulan sirvan para tenerlo por parte sustancial en el
proceso. En efecto, el actor pretende que los órganos provinciales se abstengan
de realizar las conductas que, en su opinión, atentan contra los mandatos
legales que debe defender, pero de ello no se sigue que el Estado federal
también esté demandado en el sub iudice o sea titular de la relación jurídica
sustancial que aquí se debate, circunstancia que, como se indicó, lo desvincula
del pleito y conduce a postular que su conocimiento y resolución compete a los
órganos jurisdiccionales locales.
Esta conclusión no se modifica por la invocación de la
ley nacional 25.673, pues en este aspecto también comparto los fundamentos
que expone el juez federal a fs. 425/427 para no aceptar entender en la causa y
los doy por reproducidos para evitar reiteraciones.

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– IV –
Opino, entonces, que corresponde declarar que la justicia
federal es incompetente para conocer en este proceso.
Buenos Aires, 19 de noviembre de 2007.

ES COPIA LAURA M. MONTI

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