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Cribado de tuberculosis

a esta edad se eleva significativamente el riesgo de infección; si bien se necesitan más estudios epidemio-
lógicos para hacer recomendaciones específicas en éste grupo de edad.

En los grupos de riesgo, el cribado se hará de manera oportunista en el momento en que son cap-
tados, repitiéndose la prueba según las posibilidades y las prioridades establecidas localmente a través
de programas de Salud pública.

En niños sin factores de riesgo pero que viven en zonas con alta prevalencia de infección tuberculosa
podría realizarse prueba tuberculínica a ciertas edades, según la epidemiología local; suelen hacerse al
iniciar y acabar la escuela primaria.

Prueba de tuberculina (Mantoux):

Es el método más útil para el diagnóstico de la infección latente y de la enfermedad en niños. Se trata
de un extracto proteico purificado derivado de tuberculina (PPD), que contiene los antígenos que des-
encadenan una reacción de hipersensibilidad retardada, tras haber padecido una infección por Myco-
bacterium tuberculosis.

Hay que tener en cuenta que la positividad del test aparece a las 2 - 10 semanas de la infección.
Éste tiempo o período ventana, es el tiempo que se necesita desde la exposición hasta el desarrollo de
la respuesta inmune. Por ello, si obtenemos una prueba negativa pero tenemos una alta sospecha de
infección, se debe de repetir a los 2 a 3 meses para descartar que la negatividad no sea debida a este
tiempo de latencia entre exposición y desarrollo de respuesta.

Técnica:
• Se utiliza PPD (derivado proteico purificado de la tuberculina); en nuestro medio se emplea PPD
RT-23, con una concentración de 2 UT/0.1 ml (bioequivalente a 5 UT del preparado PPD-S, que
se utilizaba anteriormente).
• La solución contiene un estabilizador (Tween 80) que permite utilizar la tuberculina de un envase
multidosis hasta agotarlo, siempre que no se sobrepase la fecha de caducidad.
• Debe conservarse refrigerada a 4ºC, sin congelar y preservada de la luz; y ser inyectada antes de
30 minutos una vez cargada la jeringa.
• La prueba se realiza con aguja del calibre 26, de bisel corto y girado hacia arriba; mediante inyec-
ción intradérmica, en la cara anterior del antebrazo, de 0.1 ml / 2UT de PPD RT-23; debe producir
una pápula 6-10 mm y no sangrar. La reacción que produce es lo que se conoce como intrader-
morreacción de Mantoux.
• La lectura de la prueba se realiza a las 48-72 horas.
• Con el antebrazo levemente flexionado se valora la induración producida; palpando y midiendo el diáme-
tro máximo transversal respecto al eje longitudinal del antebrazo. El resultado debe anotarse en mm.
• No se mide el eritema, que carece de significación. A veces puede producirse una reacción in-
mediata en las primeras 24 horas que luego desaparece, que es secundaria a la hipersensibilidad
inmediata y que no debe confundirse con la intradermoreacción de Mantoux. La induración con
vesiculación o necrosis se interpretará como positiva siempre.
• Los resultados positivos pueden persistir hasta una semana.

20.
Guía de actividades preventivas y promoción de la salud en la infancia y adolescencia

Interpretación de la prueba:
- En niños no vacunados con BCG, se considera positiva una induración > 5 mm.
- En niños vacunados con BCG sin factores de riesgo, el resultado de la prueba se considera posi-
tivo si existe una induración > 15 mm.
- En niños vacunados con BCG y con factores de riesgo, por contacto con caso índice o clínica o
radiografía sugerente de TB, también se considera positiva una induración > 5mm.
- La presencia de vesiculación, ulceración o necrosis son también criterios de infección, esté o no
vacunado con BCG.

Debemos tener en cuenta, la posibilidad de falsos negativos, debido a:


- el período ventana (2-10 semanas tras la exposición);
- lactantes menores de tres meses y ancianos;
- infecciones virales, del tipo: sarampión, parotiditis, varicela o gripe;
- administración en los dos meses previos de vacuna con virus vivos atenuados;
- coinfección por VIH;
- enfermedades graves y malnutrición;
- corticoterapia a dosis altas o tratamiento con inmunosupresores;
- o problemas derivados de una mala técnica.

Se pueden dar falsos positivos por infección debida a Mycobacterias no tuberculosas o por vacu-
nación previa con BCG. Si bien, el efecto de la BCG sobre la reacción tuberculínica disminuye con el
tiempo y la positivización de la reacción de Mantoux por BCG no suele exceder los 10 mm.

En algunos casos, el Mantoux positivo puede negativizarse (efecto booster). Por esto, un niño vacu-
nado de BCG con Mantoux negativo debe repetirse la prueba a los 7-10 días, de manera que actuando
la primera como estimulo, en esta segunda se puede conseguir poner de manifiesto la verdadera situa-
ción del paciente; evitaremos así darlo como un falso negativo y que en algún momento de su vida se
catalogue como una conversión, cuando no lo es.

Por otro lado, aún reconociendo el hecho que hasta un 25% de los vacunados con BCG no desarro-
llan cicatriz en el sitio de la inoculación, se aconseja considerar como no vacunado a todo niño al que no
se detecta la cicatriz de la inoculación.

Por último, debemos tener en cuenta que el Mantoux no sensibiliza al paciente aunque se repita, por
lo que se puede y debe repetir cuando exista un riesgo continuado de infección tuberculosa.

RECOMENDACIONES

El cribado poblacional no está indicado en los controles de salud infantil, por su bajo rendimiento y
la posible elevada presencia de falsos positivos.

El cribado en grupos de riesgo debe dirigirse exclusivamente a los niños con alto riesgo de exposi-
ción a la tuberculosis y/o con un alto riesgo de enfermar una vez infectados, y que se puedan beneficiar
del tratamiento.

La periodicidad con la que debamos repetir la prueba en estos grupos habrá que individualizarla para
cada paciente y en la medida que se mantenga o no tal situación de riesgo.

20.
Cribado de tuberculosis

En general, en los grupos de riesgo el cribado se hará de manera oportunista, en el momento en que
son captados, repitiéndose según las posibilidades y las prioridades establecidas localmente: cada 1-2
años a partir de los 2 ó 3 años de vida y anualmente en los infectados por VIH. De no ser posible, se
realizará al menos coincidiendo con los controles de salud del niño, especialmente a los 6, 11 y 14 años
de edad.

PAUTA DE ACTUACIÓN

1. De forma general, no está indicado el cribado sistemático con prueba de tuberculina en


nuestro medio.
2. Es importante identificar los grupos de riesgo. En estos casos se realizará la prueba de tu-
berculina a los 6, 11 y 14 años de forma rutinaria; y en cualquier otro momento que se crea
indicado o ante la presunción de contacto con una persona bacilífera o sospecha clínica de
enfermedad tuberculosa.
3. Se pueden establecer recomendaciones según las prioridades establecidas localmente.

Controles mínimos recomendados:

no hay recomendación para el cribado poblacional.

Consejos de salud o Guía anticipadora para padres:

No

Bibliografía:
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809.

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