Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Jesus Ora Como Sacerdote en Sus Sacerdotes PDF
Jesus Ora Como Sacerdote en Sus Sacerdotes PDF
SACERDOTAL DE
JESÚS
Jesús ora como Sacerdote en sus Sacerdotes
Por:
Pbro. Elkin Darío López Giraldo, Cfs.
JUSTIFICACIÓN
2
INTRODUCCIÓN
3
Para comprender la misión sacerdotal de Cristo, intento profundizar en sus
palabras y el modo cómo estas se hacen vida en la vida de la Iglesia. Primero
hago una profundización teológica con base en la misma Escritura retomando
algunos textos importantes, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento
para sustentar y resaltar la importancia del porqué Jesús es considerado Sumo
y Eterno Sacerdote y cómo ora de acuerdo a su identidad. Luego, a partir de
los documentos de la Iglesia, hago énfasis en la dimensión unitaria de la
misión sacerdotal y, el modo como entienden los padres conciliares la oración
a favor de la unidad que Cristo dirige a su Padre, unidad que perfecciona en la
cruz llevando a cabo su sacrificio redentor.
Todo esto tiene una gran importancia para la espiritualidad del Padre
Prévost, es por ello que después de comprender aspectos de la oración
sacerdotal desde la Biblia y el Magisterio, propongo mirar la influencia de ésta
oración en la espiritualidad de la Congregación de la Fraternidad Sacerdotal.
En este apartado hago una interpretación de algunas expresiones del Padre
Eugenio a la luz de Juan 17, eso sí, teniendo muy presente que todos los
escritos del Fundador son marcadamente sacerdotales.
Por último, después del recorrido por las diferentes fuentes, trato de
apropiarme del texto y hacer una aplicación espiritual procurando ofrecer
elementos que ayuden al Sacerdote a vivir su oración según el ejemplo de
Jesús Sacerdote. Es una mirada a la necesidad de oración en la vida del
Presbítero y a la manera como éste puede unir su oración a la de Cristo en su
discurso de despedida.
4
En definitiva, a lo largo de este texto, hago una reflexión seria y profunda
sobre la necesidad de una oración sacerdotal en la vida del cristiano para que
viva más plenamente a ejemplo del modelo perfecto: Jesús Sacerdote. Sin
miedo a equívocos puedo afirmar que este corto escrito es el intento de mirar
la vida con los ojos de Aquel que ora como Sacerdote y se consagra por los
Sacerdotes que él mismo instituye. Es una sencilla mirada de amor a Jesús
orando como Sacerdote en sus Sacerdotes.
5
1.1. JESÚS ORA COMO SACERDOTE EN SUS
SACERDOTES
1
Cf. DICCIONARIO TEOLÓGICO ENCICLOPEDICO, Editorial verbo Divino, Pamplona, 1996., P. 704
6
Padre en la intimidad del corazón. Es el mismo Jesús quien vino a la tierra
para enseñarnos a orar dirigiéndonos a Dios de modo más coloquial y cercano.
Ahora bien, la oración no es una relación verbal con Dios, sino una
relación vital, existencial, de la cual la relación verbal es simplemente su
expresión explícita y parcial. La oración es siempre una mirada a la vez
vertical y horizontal, nunca lo uno o lo otro solamente. Se busca el rostro de
Dios, y se nos remite a la creación y a la historia; aquí están sus huellas, los
signos de su amor y de su misericordia. Nos interrogamos sobre la vida, y se
nos remite puntualmente a Dios y a su misterio. Interrogándose sobre la vida
se llega a Dios, y contemplando a Dios somos remitidos a una nueva visión de
la vida. La oración nace de la vida y, después de haberse dirigido a Dios,
vuelve a la vida, pero con ojos nuevos y abriendo nuevas posibilidades. De ahí
que podamos utilizar diferentes formas y métodos para orar: la liturgia, la
meditación, la contemplación, etc.; técnicas que son accidentales respecto al
objeto de la oración, pero que nos deben llevar siempre a vivir de modo más
cercano la relación con Dios.
2
Cf. Nuevo diccionario de teología bíblica dirigido por P. Rossano, G. Ravasi, editorial San Pablo. (Biblia
Clerus)
3
DURAND, Alfredo, S.J.; Evangelio Según San Juan, Ediciones Paulinas, p. 419
9
Él expresa desde lo profundo de su ser el deseo de cumplir la voluntad de
su Padre, no con los términos dramáticos del Getsemaní, sino en calidad de
hijo amado. Jesús ora como el Sacerdote consciente de que su misión es para
su glorificación y la del Padre y, en ellos la de todos los que creen y creerán en
él. El carácter sacerdotal de esta plegaria no solo se desprende de su estructura
y la forma como realiza su oración, sino también del contexto en que se
desarrolla y de sus consecuencias para el mismo y para todo los hombres.
Jesús ora al Padre ofreciendo su vida y luego hace efectivo este ofrecimiento
al dar su vida por la redención del mundo. Se consagra sacerdote para ser
víctima perfecta de propiciación.
4
Cf. Suma Teológica III Qu.21 a.3
10
ofreciendo su vida para dar la vida eterna. Por la mediación perfecta del sumo
Sacerdote, todos los hombres somos partícipes de la vida eterna que consiste
en el conocimiento pleno de Dios y se logra por la sangre del Cordero que
abre las puertas del cielo.
Jesús en esta oración pone en manos del Padre toda su vida justo en el
momento cumbre de su misión. Ora por todos sin dejar a nadie por fuera
enseñándonos de forma majestuosa su estrecha relación con Dios Padre y la
manera como cumple a cabalidad la voluntad que de Él viene. Es la oración
del Sacerdote eterno que muestra el objetivo primordial y único de la oración:
la entrega absoluta a la voluntad del Padre y la relación íntima entre la
creatura y el creador, un relación tan íntima que no busca más que la unidad;
por tanto, “hasta que los cristianos no estén unidos a Dios de la misma manera
que Jesús, no podrán experimentar en plenitud la relación de Jesús y Dios”5
6
Cf. Nuevo diccionario de teología bíblica dirigido por P. Rossano, G. Ravasi, editorial San Pablo. (Biblia
Clerus)
12
Nos interesa aquí entender algunos elementos de la oración de Jesús en los
evangelios y su relación con el Antiguo Testamento. Mirar en primer
momento la oración de Jesús en el contexto del discurso de despedida durante
la última Cena que nos relata San Juan (Jn 17, 1-26) y las bases de ésta.
Mientras que en Mateo (6,9-13) y Lucas (11,2-4) Jesús enseñó la oración del
Padre Nuestro a sus discípulos; en el evangelio de Juan existe una larga
plegaria de Jesús al Padre en la que manifiesta su comunión con El. Es
destacable, sobre todo en este capítulo, el modo como se dirige Jesús a Dios
en términos de filiación perfecta con el apelativo de Padre (vv.
5.11.21.24.25), es por esto, que a través de Jesús, el hombre comienza a
entender la oración en términos de hijo a Padre. Él nos enseña a dirigirnos a
Dios de modo más personal y familiar, nos enseña a Dios de un modo más
asequible a la realidad histórica y mundana del hombre; él no es ya un Dios
que trasciende en modo tan inalcanzable nuestra naturaleza, sino que es un
Dios trascendente que se glorifica en su Hijo y nos participa de su gloria a
través él para que seamos uno como Ellos son uno (Jn 17, 22).
7
Cf. DURAND, Alfredo, S.J.; Evangelio Según San Juan, Ediciones Paulinas, P. 418
13
capítulo, es la oración de Aarón que sirve de esquema para comprender la
acción de Jesús antes de su Pasión. El texto, según la mayoría de los autores,
se puede estructurar así:
8
Cf. Levítico 16, 6.11.15.17b.18b.24c.33b.34b.
14
maligno… santifícalos) En tercer momento ora por todos los creyentes (No
ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que por medio de su palabra,
creerán en mí… que ellos también sean uno en nosotros).9 Vemos de este
modo la razón principal por cual es posible hablar de que Jesús ora como
Sacerdote, su oración es sacrificial y se enmarca de modo particular dentro del
modelo de oración del sacerdocio levítico.
9
Cf. MERCIER, Roberto F., p.p.s., El Evangelio según “el discípulo a quien Jesús amaba” Tomo II,
editorial San Pablo. P 309-311
10
Según el diccionario analítico de Griego – Francés de la Biblia Clerus, esta palabra significa: 1- Ser
venerado o santificado.2- Separar de las cosas profanas y dedicar para Dios. 3- Purificar: Nuestro exterior.
Purificar para expiación: liberar de la culpa del pecado. Purificar el interior para renovar el alma.
11
Cf. Ibíd P. 323. 331
15
Otra fuente bíblica de gran envergadura y, que aclara de modo más
explicito la misión sacerdotal de Cristo, la encontramos en la epístola a los
Hebreos. Esta epístola es la que va a hablar por primera vez de Jesús como
Sumo Sacerdote en las Escrituras.
12
Cf. Nuevo diccionario de teología bíblica dirigido por Ravasi, (Biblia Clerus)
17
víctima como Aarón (Lev 16, 20-22), sino que él mismo carga con los
pecados de todos los hombres (Mt 8,17).
18
petición a Dios de bienes convenientes.13 Puedo decir que justamente lo que
realiza de modo perfecto Jesús antes de su Pasión durante la última Cena.
Impulsado desde su corazón y “Elevando los ojos al cielo…” (Jn 17,1) se
dirige a su Padre en el modo más coloquial para agradecer lo que ha recibido,
pero también para suplicar por lo que necesita en su misión y poder así
superar la prueba. Como sumo Sacerdote pide los bienes convenientes no solo
para él, sino que realiza su misión mediadora para con su Padre suplicando por
los suyos y por todos aquellos que creerán en sus palabras. Jesús nos incluye a
todos en la nueva Alianza que va a ser sellada con su sangre, su oración
anticipa de manera preeminente el sacrificio en la cruz. Gracias a su acción
sacerdotal los cristianos podemos entender la oración cristiana como una
relación de Alianza entre Dios y el hombre en Cristo14
Decía anteriormente que nadie queda por fuera en la oración de Jesús, que
él tiene en cuenta a todos los hombres y por todos derrama su sangre en la
cruz. Es también la doctrina de la Iglesia la que hace referencia a la oración
Sacerdotal como síntesis de la pascua y recapitulación de todas las cosas en la
persona del Sumo Sacerdote. Nos dice el catecismo que “en esta oración
pascual, sacrificial, todo está recapitulado en Él: Dios y el mundo, el Verbo y
la carne, la vida eterna y el tiempo, el amor que se entrega y el pecado que lo
traiciona, los discípulos presentes y los que creerán en Él por su palabra, su
humillación y su Gloria. Es la oración de la unidad”18. Es la plegaria que
sintetiza de modo admirable la misión de Cristo, que en palabras del Padre
Eugenio, es una misión sacerdotal.
El concilio Vaticano II
“Más aún, el Señor, cuando ruega al Padre que todos sean uno,
como nosotros también somos uno (Jn 17,21-22), abriendo perspectivas
cerradas a la razón humana, sugiere una cierta semejanza entre la unión
de las personas divinas y la unión de los hijos de Dios en la verdad y en
la caridad. Esta semejanza demuestra que el hombre, única criatura
terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su
propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los
demás”19.
19
GS N°24
21
Esta unidad que pide Jesús tiene como causa y principio la acción de
Dios; no es el fruto exclusivo de las fuerzas humanas, sino la acción
trasformadora del amor oblativo que el Hijo de Dios regala a los hombres
gracias a su sacrificio. Es fruto del amor de Jesús Sacerdote que al querer
reconciliar al hombre con Dios, se ofrece como víctima perfecta de
propiciación para lograr la unidad plena por la que Él mismo ora a su Padre.
Es también, la unidad entre los creyentes, que por la donación generosa de sí
mismos a ejemplo de Cristo, vivirán la caridad perfecta comprendiendo que la
verdadera unidad que vitaliza al hombre proviene del interior de Dios mismo,
de la unicidad e indivisibilidad de la Trinidad.
20
Cf. Constituciones de la congregación de la Fraternidad Sacerdotal, N° 5-6
22
sacerdocio, descubriendo y profundizando los misterios de Jesucristo como
Sacerdote. Su libro favorito fue el evangelio, y sobre todo el de San Juan; es
por esto que se apoya en él con mucha frecuencia para dar a conocer la
misión sacerdotal de Jesús. Escribe en uno de sus textos: “Jesús es el
Sacerdote eterno, santificado en el seno del Padre, y cuya vida en este mundo
no es más que el ejercicio de su divino sacerdocio. Todas sus acciones, todas
sus palabras, todas sus enseñanzas hacen parte de ella. Siempre y en todas
partes Él actúa como Sacerdote.”21 Es claro el pronunciamiento del Padre
Prévost al colocar toda la misión de Jesús dentro de su dimensión sacerdotal y
así lo reafirma en este mismo apartado: “¡Jesús Sacerdote y víctima es toda la
Encarnación y la Redención, es toda la Eucaristía, es toda la eternidad!”22
También solía decir que “por todas partes por donde Jesús pase, en todas las
obras que él cumpla, en cada instante de su existencia terrestre, él sea ante
todo la gloria y el Sacerdote de su Padre” 23
21
PRÉVOST, Eugenio, Jesús enseñado por el mismo, 4° parte, introducción cap. XI
22
Ibid.
23
(Jesús mejor conocido y más amado en su Sacerdocio, Tomo 4°, P 52) Citado por: CHRÉTIEN, Marielle,
Espiritualidad del Padre Eugenio Prévost, Congregación de las Oblatas de Betania, Quebec 1995 P 43.
23
adorable, lo son por el mismo hecho, a su Sacerdocio (…) su Sacerdocio
constituye lo que Él es, y lo que será por los siglos de los siglos”24.
24
DE Cap VI, El culto rendido a Jesús Sacerdote en la Fraternidad Sacerdotal.
24
buscando unirlos más perfectamente a Él y llevarlos a vivir la plenitud de
Vida que consigue con su sacrificio en la Cruz. Jesús conoce los peligros por
los que pasan los hombres, también le suplica a su Padre para que los cuide y
vele por ellos no retirándolos del mundo, sino librándolos del maligno: “Padre
Santo, cuida en tu nombre a los que me has dado…No te pido que los retires
del mundo, sino que los guardes del maligno”. No bastándole con ello,
también pide que sean consagrados en la verdad.25
25
Cf. Ibid, Cap. XI III, N° 13-14-15, IV N° 18-22
25
Él habla en muchas circunstancias de su misión para dejar entender
que él vino para hacer la voluntad de Aquél que le ha enviado”26.
El Fundador dice que así como todo Sacerdote está establecido, según a
Escritura, a favor de la humanidad; igualmente Jesús es el Sacerdote salvador
del género humano. Él viene a dar a Dios a los hombres y los hombres a Dios.
Trataré de desarrollar estos dos temas teniendo como base lo que dice el P.
Eugenio y lo que el mismo Jesús dice en su oración.
26
(Jesús mejor conocido y más amado en su Sacerdocio, Tomo 4°, P 52) Citado por: CHRÉTIEN, Marielle,
Espiritualidad del Padre Eugenio Prévost, Congregación de las Oblatas de Betania, Quebec 1995 P. 44
27
Cf. Ibíd. P. 41-64.
26
Al tomar la expresión: “He manifestado tu Nombre a los hombres” (v.6),
pronunciada por Jesús mismo, podemos deducir lo que el P. Eugenio quiere
darnos a entender con respecto a la misión de Jesús. Manifestar el nombre en
la mentalidad bíblica, es manifestar la persona misma, revelar quién es y cómo
es. El nombre en la mentalidad bíblica es el sustituto de la persona. Jesús
regala a Dios a los hombres, según el P. Eugenio, de tres maneras: Por la
Palabra, por el don de la gracia, por el amor.
28
Nos dice el P. Prévost que “intermediario entre Dios y los hombres, el
Padre no ve la humanidad sino en su Hijo Sacerdote y los hombres no se
presentan a Dios sino revestidos del Sacerdocio de Jesús que el Padre les dio
como Sacerdote”. Ahora bien, como en la dimensión anterior, Jesús también
desde la profundidad de su oración expresa esta realidad para dar a Dios lo
que él mismo Dios le había dado: “He manifestado tu Nombre a los hombres
que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado…
Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Y por ellos me santifico a mí
mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad”. (Jn 17,
6.17.19) Meditando estas palabras y, haciendo relación a lo que decíamos
sobre el verbo santificar, entendemos ahora lo que el P. Eugenio quiere decir
también con “dar hombres a Dios”. Jesús no solamente se consagra para Dios,
sino que también pide que los hombres que le han sido dados, sean
consagrados, separados, apartados para Dios a través de Él que es la Verdad.
En efecto, también esta separación supone la entrega de la persona entera, la
humanidad es ofrecida junto con su Sacrificio. A partir de este momento,
todas nuestras buenas obras son agradables a Dios gracias a la mediación del
Sacerdote prefecto.
29
humanidad reconoce a un solo Sacerdote que pueda penetrar en los cielos y
llevar al Señor sus votos y súplicas: ¡es Jesús!
31
“Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a
ti”. (Jn 17, 1).
32
El Sacerdote ora por los que Dios le ha dado
“Yo les he dado tu palabra” (Jn 17, 14) Para que el Presbítero pueda ser
guía auténtico de la comunidad, verdadero administrador de los misterios de
Dios, es preciso que recuerde que es el hombre de la palabra de Dios, debe ser
un generoso e incansable evangelizador. Su oración es producto de la palabra
que ha escuchado, meditado y predicado. Dar la palabra a los hombres es una
dimensión exigente, ya que los files esperan del sacerdote antes que la palabra
33
anunciada, la palabra vivida. El presbítero debe vivir de la Palabra y al mismo
tiempo, se ha de esforzar por estar también intelectualmente preparado para
conocerla a fondo y anunciarla eficazmente. Sin embargo, es su dialogo
constante con Dios a través de la Escritura lo que le va a garantizar efectividad
en su misión sacerdotal. Para regalar la palabra a los que le han sido dados,
necesita suplicar constantemente que esa Palabra habite en su todo su ser.
34
CONCLUSIÓN
35
Sacerdote se hace a través de la oración y, al finalizarlo, afirmo con más
claridad que el Presbítero debe ser ante todo hombre de oración, convencido
de que el tiempo dedicado al encuentro íntimo con Dios es el mejor empleado,
porque además de ayudarle a él, encuentra allí el sentido único de su identidad
con Jesús Sacerdote y, también en el dialogo íntimo con su Padre, recibe las
fuerzas necesarias para llevar a cabo la misión que le ha sido encomendada.
Esta oración debe pasar de un mero acto verbal para llegar a ser un acto vital,
existencial.
37