Está en la página 1de 15

Bobinas

Las bobinas, también llamadas inductancias, son los elementos que, probablemente, varían
en su diseño más que cualquier otro componente electrónico, desde su concepción más elemental de
unas pocas espiras devanadas al aire a los más complejos devanados utilizados en ciertos circuitos
de televisión.

1 Introducción
Las bobinas, también llamadas inductancias, son los elementos que, probablemente,
varían en su diseño más que cualquier otro componente electrónico, desde su concepción
más elemental de unas pocas espiras devanadas al aire a los más complejos devanados
utilizados en ciertos circuitos de televisión.
Cuanta más alta es la frecuencia de la corriente aplicada a una bobina, menor será el
número de espiras que se necesitan para obtener una reactancia u oposición al paso de la
corriente alterna determinada. Así se construyen bobina de reducido número de espiras y
tamaño, par funcionar a muchos cientos de MHz, hasta grandes bobinas, con muchas
espiras, como elementos de filtro de la corriente alterna de hasta unas decenas de hertzio.
Una importante característica de estos componentes, en lo que respecta a su
fabricación, es que, en muchas ocasiones, su construcción es artesanal, es decir, hecha por
el propio profesional en su taller, utilizando hilo conductor de sección adecuada. Esta
característica no se da en las resistencias y condensadores, cuya fabricación corre a cargo
de empresas especializadas.
Por este motivo la gama de bobinas que pueden encontrarse en el mercado no es tan
extensa como en el caso de las resistencias y condensadores, limitándose su fabricación
industrial a fines bien concretos para determinados circuitos que ya tendrá ocasión de
estudiar más adelante. Las bobinas, también llamadas inductancias, son los elementos que,
probablemente, varían en su diseño más que cualquier otro componente electrónico, desde
su concepción más elemental de unas pocas espiras devanadas al aire a los más complejos
devanados utilizados en ciertos circuitos de televisión.
Cuanta más alta es la frecuencia de la corriente aplicada a una bobina, menor será el
número de espiras que se necesitan para obtener una reactancia u oposición al paso de la
corriente alterna determinada. Así se construyen bobina de reducido número de espiras y
tamaño, par funcionar a muchos cientos de MHz, hasta grandes bobinas, con muchas
espiras, como elementos de filtro de la corriente alterna de hasta unas decenas de hertzio.
Una importante característica de estos componentes, en lo que respecta a su
fabricación, es que, en muchas ocasiones, su construcción es artesanal, es decir, hecha por
el propio profesional en su taller, utilizando hilo conductor de sección adecuada. Esta
característica no se da en las resistencias y condensadores, cuya fabricación corre a cargo
de empresas especializadas.
Por este motivo la gama de bobinas que pueden encontrarse en el mercado no es tan
extensa como en el caso de las resistencias y condensadores, limitándose su fabricación
industrial a fines bien concretos para determinados circuitos que ya tendrá ocasión de
estudiar más adelante.
Clasificación de las bobinas
Según la frecuencia de las corrientes alternas distinguiremos entre bobinas para altas
frecuencias y bobinas para bajas frecuencias.
Según el núcleo o soporte donde va arrollada la bobina, distinguiremos entre:
 Bobinas con núcleo de aire.
 Bobinas con núcleo de hierro.
 Bobinas con núcleo de pulvimetal.
 Bobinas con núcleo de ferrita.
Además, las bobinas pueden ser apantalladas, es decir, situadas dentro de un
recipiente metálico que evita transferencias indebidas de energía entre la bobina y los
elementos del circuito situados fuera del apantallamiento.
Para finalizar diremos que es muy importante, si las espiras han de ir juntas, que el
hilo utilizado en la fabricación de la bobina esté aislado con un barniz aislante para evitar
cortocircuito s entre espiras, e incluso en aquellos casos en los que el devanado esté
sometido a elevadas tensiones, que el hilo esté recubierto de aislamiento plástico.

2 Bobinas con núcleo de aire


Las bobinas con núcleo de aire constan de un arrollamiento de hilo conductor
devanado sobre un soporte de fibra, plástico u otro material no magnésico, sin hierro alguno
en sus inmediaciones (Fig.1). En otros casos, muy corrientes en pequeños aparatos
electrónicos, la bobina no tiene soporte, siendo suficiente la propia rigidez mecánica del
hilo par que ésta queda conformada (Fig. 2).
Se trata de la forma más simple de construcción de una bobina, que en ocasiones
consta de una sola espira e incluso fracción de ésta.
En la fabricación de estas bobinas se utiliza generalmente hilo de cobre cuando la
frecuencia de la corriente que se le aplica es de hasta 50 MHz. Para frecuencias superiores
se emplea el cobre plateado, con el fin de evitar pérdidas, pues la plata es mejor conductora
que e cobre. En radio frecuencia se utiliza el hilo de Litz, consistente en un determinado
número de hilos finos aislados individualmente, o bien de hilos trenzados en grupos de tres.
Cada grupo de tres hilos debe pasar desde la superficie exterior al interior del cable, con lo
cual se distribuye la corriente superficial, debida al efecto pelicular, a través de la sección
recta total, incrementándose así la sección efectiva y reduciéndose las pérdidas en alta
frecuencia por el efecto pelicular ya citado. El efecto pelicular consiste en una tendencia de
la corriente alterna a concentrarse en la capa superficial de un conductor. El efecto aumenta
con la frecuencia y hace que, por disminución de la sección útil, aumente la resistencia
efectiva del conductor.

Las bobinas con núcleo de aire se construyen desde una fracción de espira hasta
varios cientos de espiras superpuestas en varias capas.
Normalmente las bobinas se impregnan con el fin de hacerla s resistentes a la
humedad y para mejorar su comportamiento ante las fuerzas mecánicas que puedan
soportar.
Todas las bobinas que se muestran en la figura 2 son simples, pero también pueden
estar dotadas de una toma intermedia.
Es muy importante que todas las espiras de la bobina tengan la misma separación,
aunque en ocasiones es necesario acercar entre sí algunas de ellas para ajustar el valor del
coeficiente de autoinducción de la bobina, puesto que acercando o alejando las espiras con
sumo cuidado la autoinducción admite un margen de variación en su valor.
La conexión de la bobina al circuito se realizará directamente, es decir que el propio
hilo constituyente de la bobina hace en sus extremos la función de terminal. Al conectar la
bobina debe tenerse muy en cuenta que la mayoría de ellas utilizan hilo de cobre recubierto
de un barniz aislante, por lo que deberá rascarse suavemente los extremos de la bobina con
un papel de lija antes de efectuar su soldadura, pues de lo contrario no se establecería el
contacto eléctrico entre el hilo de cobre y el estaño.
Cuando la bobina está arrollada sobre un tubo de fibra, plástico y otro material, se
disponen unos terminales de conexión en los que ya van soldados los extremos de la
bobina. Esto es muy corriente en aquellas bobinas cuyo hilo, por ser muy flexible (como el
hilo de Litz por ejemplo) no adquiere por sí solo la conformación adecuada, siendo
imposible arrollar al aire (sin soporte). Ejemplo de esta forma de devanado lo tenemos en
las bobinas de sintonía de los receptores de radio, las cuales, y aunque después se le
introduzca un núcleo de ferrita, están devanadas sobre un soporte y disponen de terminales
de conexión (Fig. 3), como simple aclaración le diremos que las bobinas de sintonía son
aquellas que, junto con un condensador variable tienen la función de sintonizar las emisoras
en un aparato de radio.
La sección del hilo conductor utilizado en la fabricación de una bobina depende,
lógicamente, de la intensidad de corriente que ha de circular por ella, siendo tanto más
grueso el hilo cuanto mayor sea el valor de la intensidad de corriente. En el caso de las
bobinas con núcleo de aire, las cuales son utilizadas en etapas de radiofrecuencia que
trabajen a cientos de MHz, debe tenerse presente que el efecto pelicular ya citado reduce la
sección útil de hilo utilizado en la fabricación de la bobina, por lo que en estos casos deberá
utilizarse hilo de sección bastante superior a la prevista para una corriente continua o
alterna de baja frecuencia.

Una forma constructiva muy especial de las bobinas con núcleo de aire son las
denominadas de nido de abeja.

La configuración en nido de abeja consiste en arrollar varias capas de hilo de Litz


desplazando las espiras en uno y otro sentido de forma que se obtenga una posición cruzada
de las espiras (Fig. 4). Esta forma de devanado proporciona una gran autoinducción y una
resistencia mecánica considerable, puesto que de la forma expuesta se favorece la
inmovilización del hilo. Esta forma de devanado se utiliza en las bobinas de sintonía de
onda media, y en algunos choques de radiofrecuencia. Los choques son bobinas que,
dispuestas en ciertas partes de un circuito, se oponen al paso de las corrientes alternas de
elevada frecuencia.

Otro tipo de bobina con núcleo de aire es aquella que forma parte de un circuito
Impreso.

En la figura 5 puede ver parte de un circuito impreso sobre el que se han realizado
dos bobinas. Ésta es una forma de diseño de bobinas muy utilizada en algunos aparatos
electrónicos. Para el diseño de estas bobinas debe tenerse en cuenta la longitud, sección y
distancia entre las pistas de cobre. De acuerdo con estas magnitudes, así será la inductancia
de la bobina obtenida. Resulta un sistema muy adecuado par aprovechar espacios vacíos de
un circuito impreso, ya que sobre ellas pueden disponerse componentes de cierto tamaño y
así reducir el volumen del aparato.

3 Bobinas con núcleo magnético

El núcleo magnético se utiliza par incrementar la inductancia del bobinado sin


aumentar la cantidad de hilo de la bobina. Con este fin se inserta dentro del bobinado un
núcleo de material ferromagnético.

Efectivamente, para obtener altas inductividades puede aumentarse el número de


espiras, pero esto presenta las desventajas de que aumenta la resistencia óhmica de
bobinado y aumenta considerablemente el volumen de la bobina; por estos motivos es
preferible disminuir la reluctancia, lo cual se consigue con un núcleo de hierro cerrado, sin
interrupción, puesto que un entrehierro presenta una reluctancia considerable.
A causa del constante cambio de magnetización y de las corrientes parásitas,
llamadas también corrientes de Foucault, se originan, dentro del núcleo de hierro, pérdidas
que producen calor. Se disminuyen considerablemente las pérdidas ocasionadas por las
corrientes parásitas construyendo un núcleo de hierro a base de planchas aisladas entre sí
que, según la aplicación de la bobina, tiene un grosor de 0,05 a 0,5 mm (Fig. 6).

También se reducen las pérdidas por cambio de magnetización eligiendo núcleos de


materiales apropiados. De todas formas, dichas pérdidas no pueden hacerse desaparece
totalmente.
La figura 8 muestra tres formas distintas de núcleos de planchas de hierro. Se
denominan, según su forma, como corte de VI, de El y de M respectivamente.
El hierro fue el único elemento ferro magnético utilizado hasta 1900. A partir de
esta fecha se vienen utilizando cada vez más e ferro silicio y el ferroníquel; este último
material proporciona altas permeabilidades que pueden alcanzar valores de hasta 32.000 en
láminas de hierro silicio de gramo orientado. Es decir, que con un núcleo de estas
características el coeficiente de autoinducción puede multiplicarse por 32.000.
Las bobinas con núcleo de hierro (o cualquiera de sus aleaciones) se utilizan sólo en
circuitos de bajas frecuencias, tales como fuentes de alimentación y amplificadores de
audio. Con frecuencias elevadas las pérdidas por corrientes parásitas en el hierro aumentan
más. Ya no resulta suficiente que se construya el núcleo con un paquete de planchas
delgadas, sino que debe hacerse otra subdivisión en "islas" magnéticas, eléctricamente
aisladas entre sí. Un progreso inicial en este sentido se alcanzó utilizando polvo de hierro
muy fino, mezclado con materia sintética aislante y comprimido todo, formando el núcleo
de la bobina. El diámetro de una partícula de hierro es de 1 a 10 μm. Tales materias
magnéticas se sirven en el mercado bajo diversas denominaciones.
Otro paso más en este sentido fue el desarrollo de las ferritas. Estas son óxidos de
metales magnéticos, pero con características de dieléctrico, es decir, materiales magnéticos
aislantes al paso de la corriente eléctrica (Fig. 9). Como ejemplo de ferritas podemos citar:
ferrita de níquel, ferrita de cobalto ferrita de manganeso y ferrita de magnesio.
Una forma de núcleo especialmente pobre en dispersión es el que se compone de
dos moldes pegados (Fig. 10a). Estos modelos completamente cerrados de denominan
núcleos de campana. Aparte de éstos, existen núcleos medio abiertos (Fig. 10b) y núcleos
abiertos (Fig. 10c).
Si se quiere obtener un valor exacto de la inductividad, ésta deberá ser graduable,
puesto que siempre hay que contar con las tolerancias propias de fabricación. Eso se
consigue fácilmente por medio de un entrehierro ajustable. Por ejemplo, se modifica el
núcleo del molde de tal manera que el pivote central sea más corte que le molde. Uno o
ambos pivotes centrales se construyen vacíos y se proveen de una rosca, en la que se aplica
un tornillo de núcleo, que es del mismo material que el núcleo del molde. Enroscando más
o menos el tornillo, se puede variar el entrehierro y con ello la inductividad en un 10%.
Este procedimiento de ajuste se denomina nivelación o sintonización.

4 Características técnicas de las bobinas


Las características técnicas más importantes de las bobinas son las siguientes:
 Valor inductivo.
 Tolerancia.
 Variación de la inductancia.
 Margen de frecuencias.
 Resistencia de aislamiento.
 Factor de calidad
Todos estos factores son dependientes en mayor o menor grado de las características
técnicas del hilo utilizado en su fabricación y de las características técnicas del núcleo.
Valor inductivo
El coeficiente de auto inducción de una bobina se expresa en Henrios. Una bobina
tiene una inductancia de H cuando una variación de corriente de 1 A/s da lugar a una fuerza
electro motriz de 1 V, es decir:

Dado que esta unidad es, en muchos casos, excesivamente grande, se utilizan los
submúltiplos milihenrio, microhenrio y nanohenrio.
El coeficiente de autoinducción de una bobina con núcleo de aire depende
exclusivamente, como ya se dijo, del número de espiras, sección de la espira y longitud del
arrollamiento, mientras que en le caso de una bobina con núcleo ferro magnético el
coeficiente de autoinducción depende además de coeficiente de permeabilidad del núcleo.
Dado que un gran porcentaje de las bobinas utilizadas en electrónica son diseñadas
por el propio profesional, no existe normalización de fabricación de las mimas, excepto
aquellas de diseño especial tales como las de desviación del haz electrónico de los tubos de
imagen en televisión, filtros de audio, osciladoras, etc., las cuales se normalizan de acuerdo
con las necesidades y aplicaciones pero no siguiendo unas tablas E como era el caso de las
resistencias y condensadores.
Tolerancia
El valor del coeficiente de autoinducción discrepa, dentro de unos ciertos límites,
del valor nominal o valor teórico de la bobina. Estas discrepancias son debidas al proceso
de fabricación, y se designan, como en el caso de las resistencias y condensadores, por
tolerancias.
Variación de la inductancia
En bobinas con núcleo ajustable la variación que sufre le coeficiente de
autoinducción al ajustar el núcleo se indica de forma porcentual. Así, una bobina ajustable
de 260 μH, cuyo valor inductivo puede ser ajustado en ± 10%, podemos ajustar su valor
desde 234 μH a 286 μH.
En ciertos casos los fabricantes indican el tanto por ciento de la variación de la
inductancia en función de la carrera del núcleo, tal y como puede apreciar en la figura 11.
Así, en el caso de la figura 11 el valor nominal de la inductancia queda
incrementado en un 15% cuando el núcleo está ajustado a tope. Al desplazado unos 0,23
mm el valor de la inductancia es el nominal. Al desplazado 0,75 mm el valor de la
inductancia desciende en un - 15%.

Margen de frecuencias
Un dato muy importante a tener en cuenta es el margen de frecuencias a la que
puede trabajar una bobina. Como ya se ha dicho antes, no todos los núcleos son adecuados
para trabajar en alta frecuencia, así como los hilos del bobinado pueden resultar
inadecuados cuando se produce en ellos el efecto pelicular al trabajar en alta frecuencia.
Otro dato de gran influencia al trabajar en alta frecuencia son las capacidades parásitas que
se forman entre espiras de la bobina, y que pueden llegar a resultar como auténticos
cortocircuitos para la alta frecuencia.
Los fabricantes de bobinas suelen indicar en sus catálogos tanto la frecuencia
central de trabajo de la bobina como la capacidad parásita entre sus bornes.
Resistencia de aislamiento
Los hilos utilizados en la fabricación de bobinas están recubierto s de un barniz o
aislante que evita el cortocircuito directo entre espiras adyacentes. Dicho aislamiento puede
sin embargo ser perforado si la tensión aplicada a la bobina sobrepasa un cierto valor. Aquí
cabe hacer una distinción entre tensión aplicada a los terminales de la bobina y tensión
soportada entre dos espiras contiguas, puesto que la tensión se reparte por igual entre las
espiras y, en el caso de una bobina de una sola capa, la tensión entre espiras es igual a la
tensión total aplicada a los bornes de la bobina dividida por el número de espiras. Así, si la
bobina consta de 100 espiras y se le aplican 35 V la tensión entre espiras contiguas será de:

La resistencia de aislamiento entre terminales se indica en megaohmios para una


tensión contigua dada.
Cuando la bobina está formada pro dos o más capas de hilo conductor, deberá
tenerse en cuenta además la tensión entre capas contiguas. Esta tensión es igual a la tensión
aplicada a la bobina dividida por el número de capas, con lo cual el valor obtenido es mayor
que el de la tensión entre espiras, pudiendo ser en muchos casos peligrosa para la integridad
de la bobina, ya que el barniz aislante puede no soportarla. Para aumentar el aislamiento
entre capas se recurre entonces a disponer ente capa y capa del bobinado un material
aislante, como el papel impregnado o cinta de material plástico.
Factor de calidad
Toda bobina puede realizar tanto mejor su cometido cuanto más pequeña sea su
resistencia óhmica. Por esta razón es de gran interés el concepto ''factor de calidad Q de la
bobina".
La calidad de una bobina se define como la relación entre la reactancia inductiva y
la resistencia óhmica de la bobina, y viene expresada por la fórmula:

Con frecuencias elevadas se empeora la calidad de la bobina, a pesar de que, según


la fórmula anterior, tendríamos que suponer lo contrario ello es debido a que con
frecuencias más elevadas la resistencia óhmica aumenta también debido al efecto pelicular.
Para que la calidad de una bobina sea grande, debe ser su resistencia óhmica
pequeña y su inductividad elevada. Un aumento de la inductividad se consigue, por
ejemplo, en bobinas sin previa magnetización que no precisan de entrehierro, mediante la
formación especial del trayecto de las líneas de flujo magnético, para ello el núcleo de la
bobina se cierra quedando en forma de anillo y la bobina se reparte por toda la longitud del
núcleo. La construcción de tales bobinas con núcleo anular es muy cara, ya que se precisa
de maquinaria especial de bobinar.
Los fabricantes de bobinas indican en sus catálogos la calidad de las mismas a una
frecuencia dada, por ejemplo, mediante la indicación:
Q (600 kHz) = 125
o bien, mediante curvas características como las de la figura 12, en la que puede ver
el factor de calidad Q en función de la frecuencia de cuatro bobinas para receptor de
televisión, de inductancias diferentes e igual diámetro de hilo. Observe en dichas curvas
que existe un pico de calidad en el cual la relación XL/R será máxima. Por encima y por
debajo de dicho pico la curva desciende debido a los motivos ya apuntados.
El factor de calidad de una bobina para etapas de radiofrecuencia oscila entre 50 y
200, aunque puede ser diferente según las aplicaciones de los circuitos.

Núcleos para bobinas


Hemos visto anteriormente que existen dos tipos fundamentales de bobinas, las
devanadas al aire y las que poseen un núcleo de material férrico. De estas últimas podemos
hacer una segunda división: las que poseen núcleo de planchas de hierro o aleaciones
férricas (utilizadas en etapas de baja frecuencia) y las que poseen una ferrita (utilizadas en
etapas de alta y baja frecuencia).
Dado que en las etapas de baja frecuencia son cada vez menos utilizada las bobinas
con núcleo de plancha de hierro, en las líneas que siguen a continuación se estudiarán sólo
las ferritas, dejando el estudio de las planchas de hierro para el capítulo en que tratamos los
transformadores y autotransformadores.

5 Características constructivas de las ferritas


Ya se ha citado a la ferrita como un material ferromagnético cuya particularidad
esencial es la de tener una permeabilidad mucho mayor que la del aire. Gracias a esta
propiedad se consigue aumentar el valor de la inductividad de una bobina, con el empleo de
un núcleo de ferrita, sin que sea necesario aumentar el número de espiras de la misma.
Al introducir un núcleo de ferrita en un devanado aumenta pues la inductancia del
mismo sin modificarse el valor óhmico del hilo del devanado.
Si el núcleo de la bobina está formado por una barra maciza de hierro (o aleación de
hierro), y por la bobina se hace pasar una corriente alterna, se producirán unas pérdidas de
energía en al núcleo, que son debidas, principalmente, al efecto de histéresis y por la
aparición de corrientes parásitas de Foucault.
Las pérdidas en el hierro por corrientes parásitas, producidas por la inducción en el
núcleo, se deben principalmente al bajo valor de la resistividad de los materiales
ferromagnéticos, tal y como se vio en la figura 6.
En un principio, y para reducir estas pérdidas, se ideó el utilizar los núcleos
formados por planchas de hierro, de forma que la capa de óxido existente entre una y otra
ofreciera una elevada resistencia al paso de las corrientes parásitas.
Sin embargo, el problema no quedó resuelto para elevadas frecuencias, ya que al
aumentar ésta aumentan las pérdidas en el hierro y no es posible reducir más el espesor de
las planchas ni aumentar la resistencia del material utilizado.
La solución definitiva a estos problemas se consiguió con la introducción de los
núcleos de polvo de hierro, los cuales están constituidos por finas partículas de material
ferromagnético, unidas entre sí por medio de una sustancia aislante, mediante esta
estructura se consiguió reducir considerablemente las corrientes parásitas, aunque ello
implica al mismo tiempo una reducción de la permeabilidad del núcleo, ya que la sustancia
aislante actúa como un entrehierro distribuido por todo el cuerpo del núcleo.
Un perfeccionamiento de esta tecnología fue la de utilizar polvos de ciertos óxidos
de hierro, lo cual permitió obtener unos núcleos con una resistividad de casi 108 Ω/cm y
permeabilidad inicial comprendida entre 10 y 3.000 A estos materiales se les dio el nombre
de ferritas (Figs. 13 y 14), las cuales son tan importantes en la fabricación de bobinas que
vamos a dedicarles una atención especial.
Son cuatro los tipos fundamentales de ferritas:
 Ferritas de manganeso-cinc.
 Ferritas de níquel-cinc.
 Ferritas de magnesia-manganeso.
 Ferritas de níquel-cobre.
De todas ellas las dos primeras son las utilizadas en los aparatos de radio, televisión
y alta fidelidad. La tercera se utiliza en dispositivos de memoria y registradores magnéticos.
La cuarta se emplea para la realización de ciertas piezas para generadores de ultrasonido.

En el comercio las ferritas reciben diferentes denominaciones comerciales, tales


como la de Ferrox-cube de PHILIPS.
Su uso se extiende desde las audiofrecuencias más altas hasta cerca de los 100
Ferritas de manganeso-cinc
Las ferritas de manganeso-cinc, cuya denominación comercial es al de ferroxcube 3
pro PHILIPS, se subdividen a su vez en diversos grados. Veamos pues cada una de estas
subdivisiones según la firma PHILIPS.
Ferroxcube 3A
Ferrita con elevado valor de permeabilidad inicial, idónea para ser utilizada en
transformadores de pequeña potencia para equipos de comunicaciones. Es útil en la
construcción de pequeños transformadores que trabajen con señales eléctricas en forma de
impulsos.
Su uso se extiende desde las audiofrecuencias más altas hasta cerca de los 100 kHz.
Ferroxcube 3B
Ferrita con bajas pérdidas, muy recomendada para la fabricación de bobinas con alto
factor de calidad Q.
 3B2: Para frecuencias de 300 Hz a 100 kHz.
 3B3: Para frecuencias de 100 a 700 kHz.
 3B4: Para frecuencias bajas, cuando se exijan pérdidas muy pequeñas por
hitéresis.
 3B5: Presenta pérdida por histéresis todavía menores y permeabilidad
inicial algo más elevada.
Ferroxcube 3C
Ferrita muy adecuada para dispositivos que exigen valore relativamente altos de
inducción magnética. Esta ferrita es muy apropiada para la producción en masa de núcleos
en forma de U o en forma de anillo.
Ferroxcube 3D2
Ferrita utilizable cuando se requieran altos valores de inducción magnética. Su
inducción máxima es mayor que la del grado 3C, y varía menos con la temperatura.
Presenta, sin embargo, menor permeabilidad inicial y mayores pérdidas que el Ferroxcube
3C.
Ferroxcube 3E
Es el grado de Ferroxcube 3 que presenta mayor permeabilidad inicial. Es una
ferrita apropiada para la fabricación de transformadores en equipos de comunicaciones.
Ferritas de níquel-cinc
Estas ferritas difieren considerablemente de las anteriores, ya que en general
presentan menor permeabilidad inicial y menor inducción máxima de saturación, pero
mayor valor de fuerza coercitiva y elevados valores de resistividad, gracias a lo cual
resultan idóneas para ser utilizadas en alta frecuencia.
Se conocen en el comercio con diferentes denominaciones, tales como la de
Ferroxcube 4 de PHILIPS.
Ferroxcube 4A
Ferrita muy similar a la del grado 3B, excepto por su resistividad, que es mucho
mayor.
Ferroxcube 4B
Ferrita muy adecuada para circuitos de sintonía, en frecuencias comprendidas entre
1 y 2 MHz. Es la más comúnmente utilizada en la fabricación de varillas de Ferroxcube
para antenas.
Ferroxcube 4C
Ferrita idónea para ser utilizada en circuitos que trabajan con frecuencias
comprendidas entre 2 y 5 MHz.
Ferroxcube 4D
Ferrita idónea para trabajar con frecuencias comprendidas entre 5 y 20 MHz.
Ferroxcube 4E
Para frecuencias comprendidas entre 20 y 50 MHz.
Ferroxcube 4F
Para frecuencias comprendidas entre 50 y 100 MHz.
Ferroxcube 4H
Ferrita especialmente desarrollada para su empleo en aceleradores de partículas y en
atenuado res de microondas. No utilizable por tanto en radio y televisión.

También podría gustarte