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Fecha: 18 de agosto de 2019

Título del Sermón: Sueña, cree, habla creativamente, agradece y espera

Versículo Bíblico: Génesis 13:14~18

Ge 13:14~18 14 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza

ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al

oriente y al occidente. 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu

descendencia para siempre. 16 Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra;

que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será

contada. 17 Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti

la daré. 18 Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de

Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.

En la actualidad, hay muchas personas que son golpeadas por tormentas de

dificultades. No hay nadie en este mundo que viva una vida sin sufrimientos.

Desde el momento que Adán y Eva pecaron y se rebelaron contra Dios, todos

los seres humanos vivimos entre espinos y cardos.

1. Una vida sufrida

Como resultado del pecado cometido por el primer hombre, Adán, las personas

viven cada día en sufrimiento, habiendo algo que hace que esta vida de

sufrimiento sea más miserable y triste. Esto es, cuando pasamos por momentos

de sufrimientos, no tenemos en quién y qué confiar, y nos desanimamos,

frustramos y desesperamos. No nos podemos aferrar en nadie, y ni las personas

como lo material no nos pueden dar paz.

Sin embargo, nosotros no nos debemos desesperar ni desanimarnos en absoluto

en momentos de sufrimientos, pues cada uno de nosotros sí tenemos en quién


confiar y sujetarnos. Siempre podemos presentarnos e ir delante de nuestro buen

Dios, nuestro Dios Todopoderoso, y pedir de su ayuda.

En Jeremías 17:7~8, dice:

Jer 17:7~8 7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.
8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente

echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde;

y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.

También el salmista dice en Salmos 20:7,

Sal 20:7 7 Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del

nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.

Una persona que depende absolutamente de Dios nunca fallará ni perecerá. No

importa el sufrimiento por lo que estamos atravesando ahora, nosotros no

estamos solos. Dios siempre, y en todo momento, nos ayuda.

2. Sueñ a, cree y ora

Hermano/a, en momentos de sufrimientos, no decaigamos, sino oremos a Dios.

Dios, nuestro creador, resuelve todos nuestros problemas. Dios nos dice en el

evangelio de San Mateo 11:28, y Jeremías 33:3, lo siguiente:

Mt 11:28 28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré

descansar.

Jer 33:3 3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas

que tú no conoces.

Ante cualquier problema o difícil situación debemos orar, y Dios mismo

responderá a nuestras oraciones.

¿ Cómo podemos orar para recibir las respuestas de Dios? Hoy vamos a ver por
medio de Abraham, padre de la fe, el secreto para que las oraciones sean

respondidas. A los 75 años, Abraham obedeció la palabra de Dios y dejó su hogar,

sus padres, y toda su parentela. Dios ya le había prometido darle la tierra de

Canaán a Abraham desde el momento que se fue de su tierra. Sin embargo, para

obtener realmente la tierra donde fluye leche y miel, Abraham tuvo que usar la

ley del observar. En Génesis 13:14~15, dice:

Ge 13:14~15 14 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza

ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al

oriente y al occidente. 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu

descendencia para siempre.

El poseer no es lo primero. Abraham miró primero toda la tierra y luego dijo que

la poseería. Abraham miró la tierra de Canaán por medio de sus ojos físicos y

espirituales. Dios le dijo claramente: “Alza tus ojos, y mira al norte, sur, este y

oeste, y toda la tierra que ves, te la daré a ti y a toda tu descendencia”.

Aunque Abraham había recibido la promesa de Dios, si no utilizaba la ley del

observar, no iba a poder poseerla. Dios hizo que Abraham utilizara esta ley hasta

cuando le dio su descendencia.

Dios ya le prometió a Abraham descendencia desde el momento que

abandonaba su tierra. En Génesis 12:2, dice:

Ge 12:2 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu

nombre, y serás bendición.

A pesar de haber recibido la promesa por parte de Dios, Abraham tuvo que

aplicar la ley del observar de antemano. En Génesis 15:5~6, dice:

Ge 15:5~6 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas,
si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6 Y creyó a Jehová, y le

fue contado por justicia.

Una vaga promesa no se hace realidad. Abraham utilizó la ley del observar para

contar las estrellas en el cielo. É l contó, contó y contó. Luego la fe en la promesa

de Dios creció en su corazón. Abraham creyó firmemente en la Palabra de Dios

y, por medio de su gran y firme fe, a los 100 años de edad le tuvo a Isaac con su

esposa de 90 años.

Lo mismo ocurre en nosotros. Hay muchas personas que tienen dudas e

incertidumbres, como Abraham, porque no tienen fe en sus corazones incluso

después de recibir las promesas de Dios. Dios enseña a estas personas como

tener fe por medio de la ley del observar.

Entonces, ¿ Qué es lo que tenemos que observar o mirar? Lo único que nosotros

debemos ver y tener nuestros ojos puestos es la cruz de Jesús. Nosotros

tenemos que orar fijando nuestras vistas en la cruz. En San Juan 3:14~15, dice:

Jn 3:14~15 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, asíes necesario

que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no

se pierda, mas tenga vida eterna.

Cuando el pueblo de Israel estaba en pecado y moría por la mordedura de la

serpiente, Moisés oró y Dios le dio esta Palabra que dice en Números 21:8,

Nm 21:8 8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre

una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.

Dios sanaba a todas aquellas personas que miraban a la serpiente de bronce,

pero las que no la miraban no podían encontrar beneficio alguno. Del mismo

modo, Jesús fue crucificado hace más de 2000 años lavando todos nuestros
pecadores, y dándonos la victoria, pero si no creemos o no tenemos fe, no vamos

a encontrar ningún beneficio.

Para poder disfrutar de la victoria de la cruz, nosotros debemos poner en práctica

la ley del observar. Cuando no podemos creer, si utilizamos esta ley, por medio

del poder del Espíritu Santo tendremos fe. Por lo tanto, desde hoy en adelante,

miremos a Jesús crucificado, y disfrutemos de la gran victoria por medio de

nuestro Señor que ha cumplido todo en la cruz. Si miramos a Jesús y

confesamos por nuestros labios su gran obra, nosotros viviremos por el poder de

Dios sin importar en qué circunstancias nos encontremos.

Si nosotros fijamos nuestras vistas en la cruz, y tenemos fe, debemos clamar y

orar a Dios. Dios nos dice en Isaías 41:10,

Is 41:10 10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu

Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra

de mi justicia.

Por lo tanto, no importa cuán difícil sea nuestro entorno, dejemos de lado los

resentimientos, quejas y críticas, y oremos a Dios hasta obtener su paz en

nuestros corazones.

Hay un testimonio que todavía recuerdo. Se trata de una familia pobre, la madre

cayó en parálisis, no podía hablar ni moverse, lo único que podía hacer era

parpadear. No tenían dinero para costear el tratamiento, por lo que no la llevaron

al hospital. Un día, el hijo con su esposa, le trajeron a la madre, ya toda una

ancianita, a mi oficina. Yo le dije a ella: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y

siempre. Por medio de sus llagas somos sanados. Ya hace 2000 años atrás

nosotros fuimos curados. Todas las enfermedades no son la voluntad de Dios.


Sueñe en su corazón que Ud. está totalmente sanada y más saludable”. Luego,

impuse mi mano sobre su cabeza y empecé a orar y clamar.

Después de orar y clamar fervientemente, desde muy dentro de mí dije: “En el

nombre de Jesucristo de Nazaret, te digo que te pares”. La anciana se puso de

pie. Yo sinceramente no pensé que eso ocurriría. Como en la Biblia dice que hay

que hacer esa forma, yo lo hice, y ella se puso de pie. Al ver el milagro, tanto el

hijo como la nuera, aplaudían y danzaban agradeciendo a Dios.

Luego, la anciana se sentó, y mirándome me dijo: “¿Acaba de pasar Jesús por

aquí?”. Yo le dije: “¿Qué le pasa a Ud? ¿Por qué dice eso?”. La ancianita me

respondió: “Si Jesús no hubiese pasado por aquí, ¿Cómo es posible que yo esté

sanada? Jesús vino hasta aquí y me ha levantado”. En ese momento, más que

nunca, sentí profundamente en mi corazón que Dios realmente vive.

Por lo tanto, ante cualquier problema o circunstancia no nos quejemos sino

oremos y clamemos de todo corazón a Dios. Nuestro Padre responde a las

oraciones fervientes. Una oración sin fervor no es una oración.

Hermano/a, ¿ Qué pasaría si su casa se incendiara? Me imagino que se

esforzará al máximo para querer apagar el fuego. ¿ Cómo actúan los padres

cuando se les pierde un hijo? Le buscan llamando mil y una veces su nombre

desesperadamente. ¿Qué hacen las personas que le ocurren una injusticia?

Empiezan a pedir justicia clamando locamente.

Nosotros podemos alabar y elevar acciones de gracias a Dios en oración

silenciosa. No obstante, el clamor y las oraciones que deben ser respondidas por

Dios la tenemos que hacer con todas nuestras fuerzas, clamando al Señor con

todo nuestro corazón y postrarnos ante su presencia. Cuando clamamos con tan
ferviente pasión, recibimos la respuesta de Dios.

3. Entrega todo a Dios y agradécele

Para recibir la gracia de Dios nosotros debemos aprender a agradecer, ponerlo

en práctica y entrenar, ser agradecidos, y vivir una vida de acción de gracias

hacia Dios. En Salmos 50:23, dice:

Sal 50:23 23El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino,

le mostraré la salvación de Dios.

Cuando agradecemos a Dios, él nos salva, nos transforma, obra en forma

creativa sobre nuestro ser.

Hoy en día, el mundo está lleno de resentimientos, quejas, críticas y lamentos.

Si Ud. va a un lugar donde están reunidos dos o tres personas solo escuchará

quejas, criticas, rencor y odio. Luego de la caída de Adán y Eva, sus

descendientes fueron obligados a quejarse y lamentarse desde el nacimiento.

La primera operación del diablo es llenar nuestros corazones con resentimientos

y quejas. Si uno se molesta o se queja, es porque está en camino a la operación

del diablo. ¿ Están nuestras vidas llenas de rencor y quejas? Nosotros vivimos

todos los días en una guerra espiritual. Si perdemos esta guerra somos

derrotados, y si la ganamos, somos bendecidos. Por lo tanto, cuando surgen las

tentaciones de quejas y quieren tomar lugar en nuestros corazones, nosotros

debemos reprenderlas en el nombre de Jesús, para que no tomen lugar en

nuestras vidas.

El diablo, en todo momento, planta resentimientos y quejas en los corazones,

para luego robar, matar y destruir esa vida. Por esta razón, cuando los

sentimientos de resentimiento y queja quieren tener lugar en nuestros corazones,


debemos reprenderlos en el nombre de Jesús y no dejarles que echen raíces.

En verano, cuando un mosquito nos pica, ¿Qué hacemos? Le decimos: “Querido

mosquito. Te pido por favor que chupes poca sangre y te vayas”. Claro que no.

Nosotros levantamos nuestras manos y sin pensar dos veces, atrapamos o

matamos al mosquito. De igual forma, cuando los sentimientos de resentimiento

y queja quieren entrar en nuestros corazones, nosotros debemos atraparlos y

matarlos. Si no lo hacemos, esos sentimientos envenenarán nuestras vidas,

destruyéndonos completamente.

En Salmos 141:3, dice:

Sal 141:3 3 Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios.

Por lo tanto, debemos tomar una decisión de poner un guarda a nuestros labios

para evitar quejarnos y decir todos nuestros resentimientos.

Aunque todo sea difícil alrededor, nosotros solo debemos agradecerle a nuestro

buen Dios. El Dios en quien creemos y a quien servimos es Dios bueno. Cada

vez que pensamos lo bueno que es Dios nuestros corazones saltan de alegría.

Cuando atravesamos por momentos difíciles y dolorosos, solo levantemos

nuestras cabezas, miremos a Dios, y sintamos su verdadero amor. Dios nos ama,

nos ama tanto que ha enviado a su hijo unigénito para que nos salve por medio

de su poderosa y preciosa sangre.

Por medio de la cruz, Jesús también nos dio el quíntuple evangelio. Por medio

de la cruz somos perdonados de nuestros pecados, somos nuevas criaturas, y

llegamos a ser hijos de Dios. Por medio de la cruz, somos llenos del Espíritu

Santo para vivir una vida en santidad. Por medio de la cruz, somos curados de

toda enfermedad, y somos sanos. Por medio de la cruz, somos libres de toda
maldición, y recibimos la bendición de Abraham. Por medio de la cruz, nos

iremos a un lugar eterno, libre de lágrimas, miedo, lamentación y muerte. ¿ Cómo

no estar agradecidos con todo lo que recibimos? Al pensar en el quíntuple

evangelio, debemos presentarnos a Dios dándole las gracias y elevando

alabanzas. En la vida debemos agradecer, y es muy importante esa actitud.

Yo conozco las condiciones y vidas rurales, pues de chiquito crecí en el campo.

En verano, cuando se ponía el sol, podíamos ver que las arañas trabajaban

duramente para hacer sus telas. Y luego de hacer todas las telas de araña, ella

toma el lugar central y vive allí.

Nosotros también vivimos construyendo nuestras casas de vida, y ésta va

tomando forma de acuerdo a nuestras actitudes y palabras. Algunos construyen

una casa de felicidad a través de la gratitud, mientras otros construyen una casa

de miseria con resentimientos, quejas, lamentaciones y pensamientos negativos.

En la actualidad, decimos: “Personas felices”, “Personas infelices”, todo esto los

creamos nosotros mismos. Las buenas actitudes y las palabras de nuestros

labios, crean felicidad. Por lo tanto, siempre debemos vivir una vida agradecida.

Las personas solo sacan conclusiones basadas en lo que tienen delante. Si el

entorno no es bueno, se sienten desanimados, desesperados, resentidos y

quejosos. No obstante, los que creemos en Dios, cualquier ambiente es para

agradecer. En Romanos 8:28, dice:

Ro 8:28 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a

bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Nosotros creemos en esta Palabra, por lo que podemos vivir una vida agradecida

porque sabemos que todas las cosas ayudan a bien.


Hermano/a, no se desespere solo mirando la realidad que Ud. tiene delante de

sus ojos. Aunque todo alrededor sea frustrante debido a la oscuridad, debemos

mirar solo a Dios para que él gobierne nuestras vidas. Todas las situaciones y

los asuntos debemos dejar en las manos de Dios y agradecerle siempre por todo.

Nuestro pasado, presente y futuro no lo podemos manejar nosotros mismos. Si

entregamos todo en manos de Dios, tenemos fe, agradecemos y avanzamos

hacia adelante, tendremos grandes y excelentes resultados en situaciones de

oscuridad y difíciles.

En Salmos 50:23, dice:

Sal 50:23 23El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino,

le mostraré la salvación de Dios.

El resentimiento y las quejas abren las puertas de nuestros corazones para que

entre el diablo y ocupe ese lugar. Sin embargo, la acción de gracias y las

alabanzas son las claves para recibir el poder, la salvación, bendición y gracia

de Dios.

4. Orar pacientemente

No nos rindamos al orar hasta recibir la respuesta por parte de Dios. Uno recibe

la respuesta de Dios cuando ora pacientemente. Si hemos empezado a orar no

nos desanimemos, al contrario, clamemos hasta recibir la respuesta de Dios.

Oremos una y otra vez, sin rendirnos.

Establezcamos metas y oremos ferviente e intensamente sin cesar. No nos

desanimemos aunque tengamos que orar por 10 años, 20, 30 o 40 años, oremos

hasta recibir las respuestas. Es importante no tirar la toalla, sino clamar sin cesar.

La respuesta a la oración es una experiencia del poder y encuentro con Dios.


Cuando participamos en el culto y escuchamos el sermón sentimos la gracia de

Dios, pero cuando recibimos la respuesta de nuestras oraciones tenemos

convicción y certeza que nuestro Dios está realmente vivo, y experimentamos un

gran cambio en nuestras vidas.

Por lo tanto, oremos sin cesar, no nos desanimemos bajo ninguna circunstancia.

Dios está aquí hoy para responder a nuestras oraciones. Espero que cada uno

de nosotros experimentemos profundamente al Dios vivo, soñemos, tengamos

fe, agradezcamos y clamemos a él hasta recibir respuesta por parte de nuestro

Padre.

Oremos: Padre celestial, pedimos que derrames de tu gracia sobre

nosotros. Por medio de Jesucristo queremos conversar y tener una relación

más profunda contigo, y cada día experimentar tu gran poder y amor. Dios,

bendícenos y prospera todas las áreas de nuestras vidas. Ayúdanos a vivir

una vida saludable y hermosa. Dios de milagros, haz grandes milagros en

este momento. Derrama de tu Espíritu Santo, y que hoy seamos llenos de

tu gracia y misericordia. Todo esto te lo pedimos en el nombre de nuestro

Señor Jesucristo. Amén.

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