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Teatro realista.

El realismo en teatro presenta un lenguaje


cotidiano y familiar y sus personajes no sólo hablan en forma
natural, sino que poseen una psicología de seres comunes; sus
acciones se asemejan todo cuanto se pueda a las acciones de la
gente real. Representadas sobre el escenario tienen que
convencer al público de que la acción que desarrollan podría darse
en la vida.

Teatralmente, estas obras tienen dos importantes retos; una es


alcanzar la elevación de espíritu y expresión, y otra conseguir el
efecto dramático sin perder la sensación de naturalidad. Los
vestuarios y escenografías, rigurosos y fieles a la realidad, y el
escenario de “medio cajón” tenderían precisamente a proporcionar
esta sensación ilusoria de estar contemplando algo que sucede
realmente.

Características
El teatro de esta época se caracteriza por la presentación de
contrastes: tradicionales y campesinos, modernos y urbanos o el
éxodo del campo a la ciudad y los dilemas morales que estas
situaciones provocan. Entre las características generales del
teatro realista se encuentran:

 La presentación objetiva de la realidad. El principal recurso


de los dramaturgos de la época es: la observación directa de
las costumbres o caracteres psicológicos.
 Temas cercanos al espectador: defensa de ideales,
conflictos matrimoniales.
 Se emplea un lenguaje coloquial,
 que sitúa a los personajes en su ambiente real.

El teatro de planteamientos aristotélicos (FORMAS DRAMÁTICAS)


presenta la sociedad como algo inmutable. Muestra una acción
que parezca real para emocionar al público.

Brecht cree que el espectador sí puede influir sobre los principios


sociales, por lo que, en lugar de limitarse a reproducir situaciones,
el teatro debe descubrir aspectos de la realidad para provocar la
reflexión en el espectador.
Las FORMAS ÉPICAS buscan relatar la acción de forma que,
aunque el público se emocione, sea consciente de que asiste a una
ficción y pueda adoptar una postura crítica respecto al contenido
de la representación.

Que es el teatro épico? El teatro épico, asimismo llamado teatro político, surge a inicios del
siglo XX gracias al director alemán Bertolt Brecht quien incentivaba un teatro más
comprometido con las causas sociales de su época. En este tipo de teatro, a diferencia de las
corrientes realista y naturalista, se intensifica el uso de la ilusión, ya que es de suma
importancia que el espectador tome distancia de lo que sucede en escena para así llegar a un
juicio crítico.

3. BERTOLT BRECHT: Bertolt Brecht nació en Alemania en la ciudad de Augsburgo, Bavaria.


Comenzó su carrera como dandy literario, pero rápidamente se convirtió en una figura
revolucionaria que luchó para remover todas las complicidades políticas de su arte. Desde
1926, su teatro “épico” insiste en promover, tanto entre actores como espectadores,
pensamientos capaces de influir sobre la realidad

4. TEATRO EPICO: La dramaturgia de Bertolt Brecht está ligada a las concepciones dialécticas
marxistas, es importante mencionar esto, como también tener en cuenta el marco social y
político de esa época, aunque su teatro sea contemporáneo, pero conocer estos aspectos nos
ayuda para comprender más el teatro que se propone.

5. FORMA DEL TEATRO ACTIVA: § Involucra en el escenario al espectador § Le permite al


espectador identificarse con los sentimientos del actor. § Al espectador se lo conduce hacia
algo. § los sentimientos son resguardados § el hombre se asume como conocido. § Suspenso
en la espera de un resultado. § Una escena es la consecuencia de otra. § El pensamiento
determina al Ser.

Teatro épico y político: Bertolt Brecht

La Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial plantean a los dramaturgos una
problemática y unos temas directamente relacionados con las corrientes políticas e ideológicas
enfrentadas en los brutales acontecimientos de estos dos conflictos bélicos.

El autor que mejor representa esta conmoción ideológica es Bertolt Brecht, que levantó el
teatro como bandera ideológica.

Brecht llamó a su teatro “épico”. Este teatro surge en 1928 con las dos piezas teatrales “El
soldado Schweick” y “La ópera de tres centavos”, pero sus antecedentes inmediatos hay que
buscarlos en el Teatro Proletario Épico de Piscator (1923) y en ciertos experimentos escénicos
revolucionarios, emprendidos por autores como Wedekind o Döblin. La aportación de Brecht
fue la capacidad genial de amalgamar todas aquellas experiencias con el pensamiento marxista
y su propia creatividad dramática.

El teatro épico se distingue claramente del convencional o dramático, pues se siente en la


obligación de cambiar el mundo y mejorarlo, por lo que combate las formas convencionales
teatrales y se rebela contra el efecto de ilusión y empatía que siempre ha dominado el teatro
occidental de corte burgués.
Brecht consideró a lo largo de toda su vida que sus obras teatrales eran parábolas y no
imitaciones de la vida. Introdujo lo que se ha llamado el “distanciamiento” o alejamiento,
descartando el suspense y la tensión dramática creciente, usando prólogos y epílogos,
hablando directamente de sí mismo como el autor; se invita al público a juzgar a los actores y
las situaciones en vez de identificarse con ellos; los actores se dirigen con frecuencia al público.
Todo ello se encamina a que el escenario sea una parábola de la vida, no su imitación. Para
Brecht el objeto del teatro era instruir, enseñar a la gente cómo sobrevivir y enfrentarse a la
realidad para cambiarla; por eso sustituye la acción por la narración y la demostración.

Brecht ensaya "Madre Coraje"

Con frecuencia Brecht utiliza temas históricos, pues un público que presta atención a sucesos
del pasado y reflexiona sobre ellos aprende importantes lecciones sobre su presente. En lugar
de sentir, el público tiene que pensar, lo que tampoco descarta inicialmente los movimientos
emocionales, los cuales hay que sobrepasar con la ruptura de la ilusión para adoptar una
actitud indagadora y crítica. En esta línea histórica tenemos obras como “Galileo Galilei”, sobre
la biografía del célebre astrónomo y sus conflictos intelectuales con la Iglesia, o “Madre
Coraje”, que transcurre en Polonia y Alemania durante la Guerra de los Treinta Años.

En otras obras, el origen es una parábola, un cuento moral, como en “La persona buena de
Setzuan”, que muestra la dificultad de ser civilizado y honrado en un mundo que no lo es, o “El
círculo de tiza caucasiano”, donde se defiende una idea de la justicia, con la cual los bienes
deben ser de quienes saben utilizarlos.

Brecht no divide sus obras en actos, sino en escenas independientes, de estructura propia; una
escena puede ser una discusión, una narración, una acción realista, una canción o un recitado;
todo ello se une y relaciona exclusivamente por el tema básico de toda la obra.

Respecto a la puesta en escena, Brecht precisaba de recursos especiales y muy variados para la
creación de su teatro épico; por ello recurrió a las antiguas convenciones del teatro desde sus
orígenes: el coro griego, el teatro barroco, formas del teatro oriental y elementos tomados del
circo, del cabaret y del payaso. A todo ello incorpora adelantos de la técnica del siglo XX, como
las proyecciones de diapositivas, las voces grabadas, las películas, que conviven con las
canciones, la danza y la pantomima. Quería superar el teatro de ilusión haciendo que el
público fuera siempre consciente de que se hallaba ante un espectáculo, viendo una
representación que había sido preparada y organizada cuidadosamente para someterla al
análisis. Usa luz blanca general y directa; hay telones a medio correr que muestran el fondo del
escenario y hasta la estructura teatral, objetos de utilería gastados, que sugieren su uso previo,
escenarios giratorios, todo ello a la vista del público para romper el hechizo dramático en
cuanto se crea.

Brecht tuvo un gran éxito en los escenarios europeos, aunque no tanto en los Estados Unidos.
Su influencia se deja ver en todos los movimientos de vanguardia y en los grupos
independientes y experimentales. No es autor que deje indiferente a nadie, pues ha sido
duramente criticado por sectores de la crítica y la erudición por convertir el teatro en un
elemento de propaganda, y en otros sectores ha sido ensalzado por sus geniales valores
teatrales.
ANTROPOLOGIA

Ciencia que estudia los aspectos físicos y las manifestaciones sociales y culturales de
las comunidades humanas.

La Antropología Teatral se erige como un modelo teórico y práctico que esgrime una
concepción particular del hecho escénico, diversa a la del teatro tradicional, y propone un
programa estético que sintetiza los principios planteados por Antonin Artaud y por Jerzy
Grotowski. Así como los estudios teatrales reconocen la “significativa influencia” del
paradigmaantropológico en el teatro latinoamericano (Muguercia, 1990) creemos que, a partir
de búsquedas particulares y de una constante experimentación con el lenguaje teatral,
laAntropología Teatral constituye una significativa tendencia del teatro porteño que da
muestrasde la complejidad y la dinámica de nuestro campo teatral. En Buenos Aires la
tendencia surgey se consolida desde los primeros años de la década del ’80, a partir de la
recuperación de lademocracia, acontecimiento que sumió al país en un clima de euforia y
señaló a la culturacomo un instrumento de reflexión y difusión de los horrores vividos durante
la dictaduramilitar. La democracia imprimió un fuerte impulso a la cultura nacional y, del
mismo modo, propició una apertura de nuestra cultura al mundo, lo cual se tradujo en la
entrada ycirculación de nuevos discursos teatrales y estéticos. El Teatro Municipal General San
Martínfue el protagonista del contacto del teatro argentino con modalidades escénicas
foráneas, nosólo por la continuidad de la temporada internacional y por la visita de artistas
extranjeros,sino también por las giras internacionales de sus elencos.En efecto, en el marco de
la temporada internacional de dicho teatro, en septiembre de1984 visitó por primera vez el
país Tadeusz Kantor con su grupo

Teatro Cricot 2

, ocasión enque presentó su espectáculo

Wielopol Wielopole,

para regresar al mismo teatro en 1987, con

¡Qué revienten los artistas!

. Por otra parte, en 1984 arriba también por primera vez a BuenosAires el actor italiano Dario
Fo quien presentó, junto a la actriz Franca Rame,

Tutta casa,letto e chiesa

Mistero Buffo.

Dos años más tarde, Eugenio Barba y el Odin Teatret

llegan por primera vez a nuestra ciudad

en la primera de una larga serie de visitas, que resultaránsumamente fructíferas para la


consolidación de una tendencia cuyos exponentes comenzabana hacerse visibles en el campo
teatral porteño: la Antropología Teatral.La llegada de la democracia no implicó la inmediata
aparición de una nueva dramaturgiasino que significó, en principio, la consolidación del
sistema teatral iniciado en la década del’60, cuyos exponentes -Roberto Cossa, Carlos
Somigliana, Carlos Gorostiza y Ricardo Halac-habían iniciado, en la década del ’70, un proceso
de intercambio de procedimientos con losneovanguardistas -Griselda Gambaro y Eduardo
Pavlovsky

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