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 ¿Qué es conversión?

Penitencia, arrepentimiento, cambio de vida, rezar más… pero es


TRANSFIGURACION, Proceso de “divinización”, anticipo y vivencia de la pascua (de la muerte a la
vida, del pecado a la Gracia, de la tentación a la transfiguración, a la resurrección).

 En este sentido, la cuaresma es un CAMINO DE TRANSFIGURACIÓN siguiendo las huellas de Jesús, el


hombre nuevo, desandando RIPERCORRENDO el camino del hombre viejo. El es el que nos enseña a
vencer las tentaciones (I domingo), él es en quien nos transfiguramos, el modelo de nuestra
transfiguración.

 “La pregunta” es siempre bueno… pero ¿qué tenemos que hacer? Justamente esta es la gran
conversión, la gran transfiguración: NO ES NUESTRA OBRA, yo no puedo “auto-transfigurarme”, es
Jesús el que se transfigura, es Dios que hace su obra en nosotros ( “perche siamo con lui
trasfigurati nella luce della tua gloria”). Es la primacía de Dios, de su obra en nosotros (=Hijo
prodigo, oveja perdida). ADMIRACION – AGRADECIMIENTO.

 La iniciativa de Dios nos involucra. Hay un deber: ESCUCHAR. Como invitación, como llamada
(Abrahán), no como información. FEUERBACH ¿Escucho a Dios? ¿Cómo? El pecado original fue
escuchar más a una criatura que a Dios. CUARESMA = RENOVAR EL DISCIPULADO (Catecumenado
bautismal antes que recorrido penitencial).

 Jesús actúa en nosotros por medio de esa ESCUCHA y suscita la OBEDIENCIA DE LA FE (= FIARSE,
CONFIAR EN UNA PERSONA que no va a defraudar). Ya es transfiguración. Historia de Abrahán:
obedecer algo que parece imposible. La cruz de Jesús parece imposible de vivir, y Jesús (hombre
nuevo) ESCUCHA Y OBEDECE. “Non risparmiare el figlio” = vivir en la transfiguración a través de la
Cruz. PERDON recibido y dado, SACRIFICAR LO MÁS AMADO, para recibir algo mejor.

 DEJARSE TRANSFIGURAR POR LA ESCUCHA DEL HIJO AMADO Y LA OBEDIENCIA DE LA FE… Si


escuchar palabras violentas, vivir en un ambiente de violencia nos transforma en agresivos; si un
COMPLIMENTO, una GALANTERIA, nos hace sonreír, nos alegra, nos transforma el rostro… ¡cuánto
más será capaz de transformarnos, de transfigurarnos, el escuchar al HIJO AMADO, el escuchar “Yo
te absuelvo”, “Ve y no peques más”, “Este es mi cuerpo entregado por ustedes”…

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