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José Carlos Somoza nació en La Habana en 1959, pero desde 1960 vive en

España. Es autor de las novelas Silencio de Blanca (premio La Sonrisa


Vertical, 1996), La ventana pintada (premio Café Gijón, 1998), Cartas de un
asesino insignificante, Dafne desvanecida (finalista premio Nadal, 2000), La
caverna de las ideas (premio Gold Dagger 2002 a la mejor novela de suspense
en Inglaterra), traducida a más de veinte idiomas y con una extraordinaria
acogida en la crítica internacional, Clara y la penumbra (premio Fernando Lara
2001 y premio Hammett a la mejor novela policíaca 2002, elegida por la revista
Lire entre los diez mejores libros publicados en Francia en 2003), La dama
número trece, La caja de marfil y Zig-Zag. Ha escrito también varios relatos, un
guión de radio y varias piezas teatrales.

La caja de marfil
La extraña desaparición de una adolescente en un pequeño pueblo de la costa
andaluza sirve de excusa al autor, José Carlos Somoza, para indagar en las
miserias del ser humano. Como toda desaparición repentina que se precie,
ésta viene acompañada de una nota. En esta ocasión reza así: "Nunca
regresaré, y si me buscas, me hallarás muerta". Este es el punto de partida de
una investigación ardua que descubrirá los entresijos de una sociedad corrupta.
La novela 'La caja de marfil' se aproxima a una cada vez más literaria realidad
a través del género policiaco, construyendo un relato con más fuerza en el
aspecto psicológico de los personajes que en la historia en sí.

'La caja de marfil' es una lucha entre la realidad y la ficción, un tira-y-afloja para
ver quién supera a quién. De este factor se sirve Somoza para que los
acontecimientos narrados confundan al lector, haciendo que éste no sepa
dónde terminan los límites ficticios y dónde comienzan los reales. La corrupción
empresarial, la violencia de las bandas juveniles o la existencia de mafias
organizadas y protegidas por el poder, son elementos que hacen evolucionar la
trama pero también son ejemplos del acercamiento del autor a la realidad.

Un viejo asesino a sueldo y una profesora de instituto (profesora, además, de la


chica desaparecida) son los protagonistas de la novela, pero también son el
reflejo de una vida marcada por los sueños no realizados de la infancia. Él
esclavo de sí mismo, y ella en una búsqueda incesante de la felicidad,
constituyen el aspecto más desconocido del pensamiento humano. Ambos van
escribiendo, a través de flash-backs y reflexiones, el diario de su propia
existencia.

Juan Carlos Somoza recurre, también, a la fantasía para decorar la narración.


Fragmentos de los cuentos escritos por Soledad (el nombre hace clara
referencia a la personalidad se su propietaria), la chica desaparecida, dibujan,
en muchas ocasiones, el sentir de la protagonista. El valor simbólico, y mágico,
de la caja de marfil (que aparte del título de la novela es también uno de los
elementos de referencia de la historia) eleva la historia a lo poético y literario
dejando atrás el carácter terrenal y real de la trama.

Como novela de intriga 'La caja de marfil' consigue su objetivo primordial,


atrapar al lector hasta la última página, gracias a las pequeñas pistas que van
surgiendo, con cuentagotas, en torno a la investigación de los protagonistas.
Sin embargo no hubiera estado de más un desenlace más original, ya que
desmerece al, muy bien llevado, desarrollo de los acontecimientos.

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