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Universidad Nororiental Privada

Gran Mariscal De Ayacucho

Escuela de derecho

Facultad de Derecho

Núcleo San Félix

Sección DS-34

Cátedra: Sucesiones

Ad Intestato

Profesora: Estudiantes:

Milagro Idrogo Arcia Abel 26.969.955

Figuera Arianna 28.500.516

Gil Solimar 28.626.262

Gomez Crisbel 28.695.403

Noriega Henrry 28.373.713

Ciudad Guayana, Marzo 2020

Sucesión ab-intestato
La sucesión intestada, también denominada sucesión abintestato, legal o legítima, es aquella
sucesión hereditaria mortis causa que se produce en el caso de inexistencia o invalidez de testamento del
fallecido. Dada la necesidad de la elección de un sucesor, y ante la inexistencia de voluntad escrita del
fallecido, la ley suple esa voluntad designando sucesores por defecto.

Por ello, en el caso de la sucesión intestada los herederos son establecidos por la ley (herederos
legales). La solución final adoptada difiere en cada sistema jurídico, aunque suele basarse en relaciones de
consanguinidad y afinidad y suele incluir por este orden, a descendientes, ascendientes, cónyuge,
colaterales y El Estado en último lugar. Art. 807 Código Civil Venezolano. “Las sucesiones se difieren por la
Ley o por testamento. No hay lugar a la sucesión intestada sino cuando en todo o en parte falta la sucesión
testamentaria”

Fundamento

La sucesión intestada se fundamenta en las relaciones de familia o en los derechos derivados de los
vínculos permanentes; es decir, en el deber familiar del causante. Así mismo, se fundamenta en: Los efectos
naturales de quien fallece sin manifestar su última voluntad y, las necesidades de cumplir determinadas
exigencias de orden social.

Relación con la sucesión testamentaria

A quien se le refiere la herencia

 Parientes consanguíneos
 Hijos reconocidos y sus descendientes, Padres o ulteriores ascendientes, hermanos y sus
descendientes.
 Parientes colaterales hasta el sexto grado.
 El cónyuge supérstite.
 El Estado.

Debemos recordar que el pariente más cercano excluye al pariente más lejano.

Capacidad para suceder

Art. 808 C.C. “Toda persona es capaz de suceder, salvo las excepciones determinadas por la Ley”.

La doctrina señala las causas de incapacidad que pueden tener las partes; las cuales pueden dividirse en:

a) Causas absolutas: son aquellas que comprenden a todos aquellos que son incapaces de venir a la
sucesión de quienquiera que sea la persona. Art. 809 C.C. “Son incapaces de suceder los que al momento de
la apertura de la sucesión no estén todavía concebidos (…)”.

b) Causas relativas: Se refiere a aquellos que son incapaces de venir a la sucesión de determinada
persona mientras puedan muy bien heredar a otras; y es relativa porque sencillamente, hay la posibilidad de
que la persona recupere o vuelva a tener el derecho de suceder: Por declaración del Juez o por la
declaración de los afectados en el Tribunal dando el perdón a dicha persona.

Art. 810 C.C. “Son incapaces de suceder como indignos:


1º. El que voluntariamente haya perpetrado o intentado perpetrar un delito, así como sus
cómplices, que merezca cuando menos pena de prisión que exceda de seis meses, en la persona de cuya
sucesión se trate, en la de su cónyuge, descendiente, ascendiente o hermano.

2º. El declarado en juicio adúltero con el cónyuge de la persona de cuya sucesión se trate.

3º. Los parientes a quienes incumba la obligación de prestar alimentos a la persona de cuya
sucesión se trate y se hubieren negado a satisfacerla, no obstante haber tenido medios para ello.”

Como puede apreciarse, el legislador sanciona con la privación del derecho a heredar, a todos
aquellos que hayan incurrido en una falta de tal magnitud, que incida contra los principios de la moral o
choque contra los deberes elementales de la solidaridad familiar, causando afrenta a aquél de quien luego
serían herederos; no obstante, puede ser dispensada por la voluntad del causante que perdone al culpable,
lo cual deberá constar en acto auténtico (Art. 811 C.C.), el perdón debe ocurrir después de los hechos que
ocasionaron la indignidad y para lo que no basta la simple declaración privada del ofendido, aunque fuere
escrita. El perdón concedido en estas condiciones surte efecto iuris et de iure (no admite prueba en
contrario).

La Representación

1. Representación en línea recta ascendiente: En la línea recta ascendiente no existe la


representación, en vista de que el ascendiente más próximo excluye al ascendiente más remoto. Art. 816
C.C. “Entre los ascendientes no hay representación; el más próximo excluye a los demás”.

2. Representación en línea recta descendiente ad infinitum: A falta de hijos van los nietos por
representación, si faltaren éstos irán los bisnietos y así sucesivamente.

Art. 815 C.C. “La representación en la línea recta descendiente tiene efectos indefinidamente y en
todo caso, sea que los hijos del de cujus concurran con los descendientes de otro hijo premuerto, sea que,
habiendo muerto todos los hijos del de cujus antes que él, los descendientes de los hijos concurran a
heredarlos; ya se encentren entre sí en grados iguales, ya en grados desiguales, y aunque encontrándose en
igualdad de grados, haya desigualdad de número de personas en cualquiera generación de dichos
descendientes”.

3. Representación en línea colateral: La representación se admite en favor de los hijos de los


hermanos y hermanas del causante, concurran o no con sus tíos. Art. 817 C.C. “En la línea colateral la
representación se admite en favor de los hijos de los hermanos y de las hermanas del de cujus, concurran o
no con sus tíos”.

Sólo puede representarse a una persona viva cuando ésta ha sido declarada ausente o se haya
incapacitada para suceder. Art. 820 C.C. “No se representa a las personas vivas, excepto cuando se trata de
personas ausentes o incapaces de suceder”.

Se puede representar a una persona a cuya sucesión se ha renunciado. Art. 821 C.C. “Se puede
representar a la persona cuya sucesión se ha renunciado”
La herencia yacente y la herencia vacante

La sucesión de una persona se abre en el momento de su muerte, desde ese momento y


hasta tanto no se haya producido la aceptación o repudiación de la herencia y esta no tenga un
titular se considera que ese patrimonio se transforma en herencia yacente. Es decir la herencia
yacente es el patrimonio, ya relicto, en tanto está en situación de interinidad y sin titular.

Cuando no existen herederos legítimos, o si los hubiere, cuando renuncian a recibir los
bienes relictos, o cuando los llamados por el testador no tengan interés en adquirirlos, la herencia
se declara vacante pasando entonces esos bienes a poder del fisco.

El fisco adquiere los bienes en virtud del dominio eminente del Estado, a quien pertenecen
todas las cosas sin dueño, como es esta hipótesis. Prueba de ello es que los bienes no se adjudican a
un solo Estado (al Nacional, por ejemplo), sino a varios, si están situados en más de uno; y también
que se excluye completamente al Estado extranjero, no obstante que el causante estuviere
domiciliado en el al tiempo del fallecimiento. Cuando la ley impone al Estado la obligación de
cumplir la carga que posean sobre la herencia, no hace sino sancionar un principio de equidad:
quien se beneficia con la adquisición de un patrimonio, debe soportar sus cargas.

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