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La pandemia de enfermedad por coronavirus de 2019-2020 es una pandemia de la enfermedad por

coronavirus iniciada en 2019 (COVID-19), causada por el virus coronavirus 2 del síndrome
respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2).[4][5] Se identificó por primera vez el 1 de diciembre de
2019 en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en la China central, cuando se
reportó a un grupo de personas con neumonía de causa desconocida, vinculada principalmente a
trabajadores del mercado mayorista de mariscos del sur de China de Wuhan.[6] La OMS la
reconoció como una pandemia global el 11 de marzo de 2020.[7] A fecha de 28 de marzo de 2020,
se ha informado de más de 657 000 casos de COVID-19 en más de 200 países y territorios,
resultando en más de 30 400 muertes y más de 139 000 recuperaciones.[8][9][10]

Coronavirus mundial.jpg
De izquierda a derecha y de arriba a abajo, desarrollo de la covid-19 en el mundo en 2020: Niña
con mascarilla en Pekín (República Popular China), desabastecimiento de un centro comercial en
Fráncfort del Meno (Alemania) por compras anticipadas, revisión de pasajeros de una aeronave en
Kiev (Ucrania) para revisar si hay sospechosos de portar la enfermedad y carpas provisionales en
Verona (Italia) para infectados.

El tratamiento principal es la terapia sintomática y de apoyo.[20] Las medidas de prevención


recomendadas incluyen lavarse las manos, cubrirse la boca al toser, la distancia social de otras
personas, y el autoaislamiento y seguimiento para las personas que se sospecha están infectadas.
[12]

Para prevenir la expansión del virus, los gobiernos han impuesto restricciones de viajes,
cuarentenas, confinamientos, cancelación de eventos y el cierre de establecimientos. La pandemia
está teniendo un efecto socioeconómico disruptivo.[21] Se han cerrado colegios y universidades
en más de 124 países, afectando a más de mil doscientos millones de escolares.[22] Un tercio de la
población mundial se encuentra confinada, con fuertes restricciones de movimientos.[23] Ha
habido desinformación y teorías conspirativas difundidas en línea sobre el virus,[24][25] e
incidentes de xenofobia y racismo contra los ciudadanos chinos y de otros países del este y sudeste
asiático.[

Transmisión
Las rutas de transmisión de persona a persona del SARS-CoV-2, incluyeron transmisión directa,
como tos, estornudos, transmisión por inhalación de gotas y transmisión por contacto, como el
contacto con las membranas mucosas orales, nasales y oculares. También se puede transmitir a
través de la saliva, y la rutas fecal-oral también pueden ser una posible ruta de transmisión de
persona a persona.[49] Un estudio con 2.143 niños sugiere que este grupo de la población puede
ser un factor crítico en la rápida propagación de la enfermedad.[50]

A pesar que a principio se creía que las personas de avanzada edad, eran las más vulnerables a la
enfermedad, a mitad de marzo de 2020, la OMS advirtió que los jóvenes también pueden tener
complicaciones e incluso llegar a la muerte por el virus.[51] A fecha de 26 de marzo de 2020, no
hay ninguna evidencia de transmisión vertical de COVID-19 de madre a bebé en el embarazo. Las
predicciones basadas en infecciones similares como el SARS y MERS sugieren que las mujeres
embarazadas tienen mayor riesgo de infección severa.[52]

Signos y síntomas
Los síntomas de la enfermedad COVID-19 son inespecíficos y su presentación, según la
OMS/WHO puede incluso carecer de síntomas (asintomático). Hasta el 20 de febrero de 2020, en
base a una muestra estadística de 55 924 casos confirmados por laboratorio, la frecuencia de
presentación de los síntomas en la población china,.

Diagnóstico
Esta sección es un extracto de COVID-19 § Diagnóstico

Material de laboratorio necesario para la realización de PCR en tiempo real, una técnica para el
diagnóstico de la infección.
El 5 de enero, un equipo del Centro Clínico de Sanidad Pública de Shanghai consiguió secuenciar
el ARN del nuevo virus. Este logro se mantuvo en secreto hasta que, seis días después, unos
investigadores lo filtraron a varios sitios web. Este acto permitió a la comunidad internacional
comenzar a desarrollar tests y vacunas para el virus y sus responsables fueron castigados con el
cierre de su laboratorio.[54]

Las guías publicadas el 6 de febrero por el Hospital Zhongnan de la Universidad de Wuhan


recomendaban métodos de diagnóstico basados en el riesgo epidemiológico y las características
clínicas. Esto incluía identificar a pacientes que habían viajado recientemente a Wuhan o habían
tenido contacto con alguien infectado, además de dos o más de los siguientes síntomas: fiebre,
signos radiológicos de neumonía, recuento normal o bajo de leucocitos (leucopenia) y linfopenia.
[55]

La OMS publicó posteriormente varios protocolos para el diagnóstico de la enfermedad para


Japón.[56][57] La prueba de elección fue la RT-PCR en tiempo real (o retrotranscripción seguida
de reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa),[58] realizada en muestras respiratorias o de
sangre.[59] Los resultados estaban disponibles, al 30 de enero, en unas pocas horas o días.[60][61]
Sin embargo, el neumólogo chino Wang Chen informó que este método de prueba de RT-PCR
daría falso positivo en el 50-70% de los casos.[63]
Prevención
Esta sección es un extracto de COVID-19 § Prevención
Algunas organizaciones internacionales, como la OMS, han publicado medidas preventivas para
reducir la transmisión del virus. Son similares a las que se han recomendado para prevenir la
infección por otros coronavirus e incluyen:
Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón.
Al toser o estornudar, cubrirse la boca y la nariz con la sangría o fosa cubital (la concavidad que
forma la cara interna del brazo al flexionarlo por el codo).
Mantener al menos un metro de distancia de otras personas, «particularmente aquellas que tosan,
estornuden y tengan fiebre».
Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.
Ir al médico en caso de fiebre, tos y dificultad para respirar, llamando con antelación si se
encuentra en zonas donde se está propagando el virus o si se las han visitado en los últimos 14
días.
Permanecer en casa si empieza a encontrarse mal, aunque se trate de síntomas leves como cefalea
y rinorrea leve, hasta que se recupere si se encuentra en zonas donde se está propagando el virus o
si se las han visitado en los últimos 14 días.[75]
Para reducir las posibilidades de infectarse, las organizaciones sanitarias recomiendan evitar el
contacto cercano con personas enfermas; lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón; no
tocarse los ojos, la nariz o la boca con las manos sin lavar; y practicar una buena higiene
respiratoria.[76][77]

Se recomienda a las personas que ya estén infectadas que se queden en casa, excepto para recibir
atención médica, llamar con antelación antes de visitar a un proveedor de atención médica, usar
una mascarilla facial (especialmente en público), tapar la tos y los estornudos con un pañuelo
desechable, lavarse las manos regularmente con agua y jabón, y evitar compartir artículos
personales del hogar.[78] Dependiendo de la legislación de cada país, el contagio intencionado del
virus está penado de acuerdo al ordenamiento jurídico de donde ocurra el hecho.[79]

Actualmente no existe vacuna.[80]

Varios gobiernos desaconsejan todos los viajes no esenciales a países y áreas afectadas por el
brote.[81] El gobierno de Hong Kong advirtió a cualquiera que viaje fuera de la ciudad que no
toque animales; no comer carne de caza; y evitar visitar mercados húmedos, mercados de aves
vivas y granjas.[71] No hay evidencia de que las mascotas, como perros y gatos, puedan
infectarse.[72] El gobierno de China ha prohibido el comercio y el consumo de animales salvajes.
[82]

Para los proveedores de atención médica que cuidan a alguien que pueda estar infectado, se
recomiendan precauciones estándar, precauciones de contacto y precauciones en el aire con
protección ocular.[83]
Pronóstico

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Inicio Investigación Así se propagó el coronavirus antes de que comenzara la cuarentena

INVESTIGACIÓN
Así se propagó el coronavirus antes de que comenzara la cuarentena
Cada persona infectada transmitió la enfermedad a aproximadamente otras dos personas

Por Sandra Pulido - 5 febrero 2020


El 22 de enero de 2019, las autoridades Chinas declararon en cuarentena la ciudad de Wuhan,
epicentro del brote del nuevo coronavirus 2019-nCoV. Sin embargo, el virus se extendió
rápidamente a otras ciudades de China, países del Sureste Asiático, Europa y América.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Texas, Hong Kong y Francia han estudiado las
probabilidades y las formas en las que el patógeno se propagó fuera de las zonas de cuarentena
antes del cierre de las ciudades afectadas.

Según los datos de los servicios de viajes y el tipo de enfermedad analizados por el Centro de
Computación Avanzada de Texas, 128 ciudades en China tenían un 50% de probabilidad de recibir
a personas expuesta al virus antes de que comenzará la cuarentena de Wuhan. El equipo también
estimó que había 11.213 casos de coronavirus en Wuhan para el momento de la cuarentena el 22
de enero, una tasa 10 veces mayor que los casos reportados.

Había 11.213 casos de coronavirus en Wuhan en el momento de la cuarentena, una tasa 10 veces
mayor que los casos reportados

“Esta evaluación de riesgos identificó varias ciudades en toda China que probablemente
albergarán casos aún no detectados. Por tanto, esto sugiere que a principios de 2020 los viajes
terrestres y ferroviarios sembraron casos mucho más allá de la cuarentena de la región de
Wuhan“, explican los autores.

Portadores del virus

Un voluntario toma la temperatura de un pasajero en China. Willie Siau/SOPA Images via


ZUMA / DPA
El documento muestra que hay un 99% de posibilidades de que al menos un paciente portador del
virus haya viajado a las ciudades de Beijing, Guangzhou, Shenzhen y Shangai antes de 23 de
enero. La cuarentena, desde entonces, se ha expandido para incluir ciudades con poblaciones que
suman 60 millones de personas. Beijing informó de su primera muerte por el virus el 27 de enero.

Promedio de contagios
Los investigadores estiman que los casos se duplicaron aproximadamente cada semana, y en
promedio, cada persona infectada transmitió la enfermedad a aproximadamente otras dos
personas. “La cuarentena probablemente evitará la transmisión futura fuera de Wuhan. Sin
embargo, la introducción del nuevo coronavirus ya había ocurrido en toda China y el mundo
cuando comenzó la cuarentena”, explica una de las investigadoras.

Cada persona infectada transmitió la enfermedad a otras dos

La investigación ha sido llevada a cabo por investigadores de enfermedades infecciosas de la


Universidad de Texas en Austin y otras instituciones en Hong Kong, China continental y Francia.

Impacto político y económico del covid-19 en Venezuela


Por Daniel Arias Alfonzo -marzo 20, 2020
En los actuales momentos de lucha contra el covid-19 o coronavirus, como lo llama el público en
la calle, es importante destacar lo que una vez más se ha hecho evidente y que caracteriza a
nuestra sociedad y por ende a nuestro sistema político. Hablamos de la falta de planes de
contingencias para que el gobierno atienda a vastos sectores de la población en caso de catástrofes
que afecten a millones de personas al mismo tiempo, a pesar de los enormes esfuerzos que
despliega, sin duda alguna.

Esta situación existe a pesar de los tratados internacionales que fijan muy detalladamente la
obligación del Estado de proteger a sus poblaciones en caso de ocurrencia de estas contingencias y
que podemos resumir del siguiente modo:

“En virtud del derecho internacional vigente, los Estados son los principales titulares de deberes
que asumen obligaciones en relación con los derechos humanos. Los tratados internacionales y el
derecho consuetudinario, les imponen tres obligaciones: el deber de respetar, el deber de proteger
y el deber de cumplir. El deber de proteger consiste en tres responsabilidades: (1) prevenir, (2)
reaccionar y (3) reconstruir. Estas tres obligaciones son de igual aplicación y fuerza al atender
desastres naturales. Su cumplimiento es lo mínimo que esperan los ciudadanos al momento de
enfrentar un desastre natural. Tenemos derecho de ser protegidos antes, durante y después de un
desastre natural. El deber de prevenir en el contexto de desastres naturales se traduce en la
responsabilidad de alertar a los ciudadanos de que un desastre natural se aproxima. El de
reaccionar le obliga a reconocer cuándo no puede atender eficientemente un desastre y, como
resultado, tiene la obligación de pedir asistencia a otros Estados. La intervención de otros Estados
es esencial para que un Estado pueda recuperarse de una catástrofe. Incluso, cuando la
intervención de un Estado no sea solicitada, este puede intervenir para llevar ayuda humanitaria
sin ser hallado responsable de violar la soberanía del Estado damnificado, siempre y cuando su
intervención tenga únicamente ese propósito y no sea un pretexto para introducir fuerzas militares
en el Estado afectado. El hecho de que un Estado carezca de recursos suficientes no justifica
violaciones de los derechos humanos, debido a que siempre está la oportunidad de utilizar las
relaciones internacionales con otros Estados para combatir crisis humanitarias producto de
desastres naturales. Por último, el deber de reconstruir trata de la responsabilidad que tiene el
Estado de asegurar una reconstrucción y rehabilitación sustentable. Después del desastre, el
gobierno tiene la obligación de buscar ayuda de la ONU y de otros países para efectuar un plan de
reconstrucción a corto y largo plazo; para asegurar que los territorios afectados sean nuevamente
habitables y seguros para sus ciudadanos”,

Partiendo de estos preceptos jurídicos, debemos preguntarnos por qué el gobierno nacional no
comenzó desde enero un plan nacional de compras o requisiciones de material sanitario
indispensable para el combate de esta pandemia y más específicamente para atender las
necesidades perentorias de la población.

En este apartado, debemos comenzar con la crisis de los tapabocas, que han desaparecido de las
farmacias y ahora se compran en bodegas y a vendedores ambulantes a precio de producto de lujo.
Lo mismo ocurre con los guantes desechables y otros insumos médicos indispensables, que se
adquieren en los puestos ambulantes que pululan frente a los hospitales de todo el país y que
ciertamente sin ellos hubiesen muerto miles y miles de personas, ante la imposibilidad de nuestro
sistema de salud de garantizar el adecuado suministro.
Existen muchos ciudadanos, incluyéndome entre ellos, que no consigue el fulano tapaboca y como
tal no debería entrar a muchos sitios públicos. La única opción que queda es la fabricación
artesanal de esta mascarilla para poder circular en buses o el Metro de Caracas, sin entrar en la
discusión científica de su efectividad.

Otro tema muy importante del manejo de las denominadas «cuarentenas sociales» es el problema
económico, pues mientras en otros países, se está garantizando la asistencia económica a todas las
empresas afectadas por esta crisis coyuntural, especialmente turística, aduaneras, comerciales,
entretenimiento, aéreas, entre otras muchas, que pueden llevar tal descalabro financiero que
terminen sufriendo una crisis insuperable y como tal, entren en bancarrota, produciendo un
aumento exponencial del desempleo y una disminución tal de las ventas y con ello de los ingresos
fiscales del Estado, que terminen generando un colapso social y político en muchos casos.

Ciertamente, este no es el caso de los países subdesarrollados y con gran pobreza institucional
como es el caso de Venezuela, donde existe enormes márgenes de informalidad laboral y es más
que evidente que millones de venezolanos no viven del sueldo mínimo, sino de rebusques,
“matatigres”, ayudas o auxilios que tiene que buscar a diario, todas las semanas. Encerrar a
millones de familias en casa, durante semanas es para un apreciable porcentaje de ellos,
simplemente “matarlos de hambre”, pues a diferencia de otros países, donde las “compras
nerviosas” son un fenómeno masivo y muchas familias pueden guardar comida y otros insumos
para varias semanas y en algunos casos, para meses, es indudable que este no es el caso de la
inmensa mayoría de los venezolanos.

Las herramientas de trabajo a disposición del gobierno nacional como son el CLAP (caja de
alimentos) o el carnet de la patria, son muy útiles si se activan de forma regular y masiva en forma
inmediata.

Igualmente, los 48.000 y tantos consejos comunales y los más de 200.000 o 300.000 jefes de calle,
cuyo liderazgo cotidiano será medido en la medida que puedan atender las situaciones más básicas
de sus vecinos, o sea que simplemente se está poniendo a prueba la organización del Estado en su
proyecto comunal y su filosofía de la democracia participativa y protagónica.

Es importante señalar, que alcaldes y gobernadores estarán también sometidos al escrutinio


implacable de la presión pública y se podrá medir si realmente las gobernaciones y alcaldías están
diseñadas para enfrentar problemas verdaderamente graves y la gran lección de esta crisis una vez
superada, es que los servicios de Emergencia y muy especialmente Protección Civil y los
Hospitales tipo III y IV, deben ser reestructurados y organizados para la atención de centenares de
miles de personas en caso de emergencia y jamás deben volver a ser toleradas las infames
condiciones en que coexisten actualmente dichos hospitales junto a los valientes voluntarios de la
Cruz Roja Venezolana, funcionarios de Bomberos y Rescates, así como servicios de ambulancias,
que evidentemente hacen un trabajo muy superior a sus escasos presupuestos por la mística y
entrega de los mismos.
Apenas está comenzando una crisis que exige el trabajo de todos y la obligatoriedad de aceptar
todo tipo de ayuda internacional. Los próximos días serán decisivos en la organización de este
esfuerzo colosal e inédito en nuestra historia.

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