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DIVERSIDAD DE
CAMINOS HACIA LA SOSTENIBILIADA. EDUCAR PARA UNA CIUDADANIA
PLANETARIA.
3. ¿De qué forma las ciencias sociales, y especialmente la economía, han contribuido al
problema ambiental?
En la segunda mitad del S.XX, muchos de sus expertos se lanzaron frenéticamente a copiar los
modelos científicos de las llamadas “ciencias duras”, confiando en que así alcanzarían un estatuto
epistemológico de mayor dignidad. Cuando esos planteamientos se utilizaron sin los necesarios
aportes cualitativos, lo que se consiguió fue un reduccionismo que dejaba fuera muchísimas
variables a la hora de estimar y analizar los fenómenos humanos y sociales, reduccionismo que
hoy todavía se prolonga más de lo deseable.
4. ¿De qué forma “la idea del progreso” contribuye al problema ambiental?
Esta concepción de progreso ha sido nefasta para los intereses de la naturaleza y para los grupos
humanos más pobres, pues en ella se escóndela peligrosa suposición de que el crecimiento
económico siempre produce desarrollo, lo que ha llevado a los gestores sociales a emprender la
carrera de crecimiento a costa de lo que fuese necesario, bajo la máxima de que “más es siempre
mejor”.
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personas y al destino irreversible de importantes ecosistemas. El lema ha sido y sigue siendo
“producir más”, a cualquier precio ecológico o social, y los criterios que han regido la producción
han tenido prioritariamente a la maximización de los beneficios económicos, con una escasa o
nula incorporación de los principios de equidad social, equilibrio ecológico, participación.
Este enfoque del progreso ha creado falsa expectativa de todos los setes humanos, aun los más
desfavorecidos, podían optar a los niveles de vida que difunden los medios de comunicación de
masas, en una especie de espejismo en el que se pensaba que la técnica, sin más, puede ofrecer
calidad de vida para todos, algo que la historia se está encargando de desmentir.
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Estos grupos son anónimos y necesitan crear una identidad y un estatus, a través del consumo.
El consumo puede servir, no solo para satisfacer necesidades y deseos, para compensar a los
individuos que se sienten inseguros o inferiores, para simbolizar éxito o poder, para comunicar
distinciones sociales o reforzar relaciones de inferioridad o superioridad, para expresar actitudes y
comunicar mensajes, sino también para crear el sentido de la identidad personal o para
confirmarlo. La clave de la identidad y el estatus social parecen no consistir ya en el sueldo, la
ocupación o la clase, sino en el estilo de vida elegido, que puede ser cualquiera, con tal de que se
cuente con la capacidad adquisitiva para costearlo. Las teorías sociológicas empiezan a interesarse
por los estilos de vida precisamente por su importancia para la configuración de la identidad
social, y los especialistas en marketing, por su importancia para la venta de productos del
mercado.
3. ¿Por qué los estilos de vida han de ser modelos de consumo pautados socialmente?
Para que las formas de consumo cumplan su misión de comunicar mensajes simbólicos acerca de
la identidad de los consumidores es necesario que los destinatarios sepan interpretarlos, lo cual
requiere inevitablemente un código. Por eso los estilos de vida han de ser modelos de consumo
pautados, han de existir ciertos cánones para utilizar los bienes de forma que el mensaje que desea
transmitir el consumidor sea comprensible. El significado simbólico del producto ha de
entenderse porque, en caso contrario, fracasa la transmisión del mensaje acerca de la identidad y
el estatus.
4. Los espacios de ocio y consumo: ¿por qué tienen tanto éxito los centros comerciales?
(ALONSO)
Son muchos los motivos que han hecho que las grandes superficies comerciales uno de los
factores más habituales y reiterados en nuestro entorno cotidiano. Estos grandes centros
comerciales, tantos por las relaciones con la nueva estructura urbana, y con la nueva distribución
de tiempos del consumidor medio, como con el grado actual de diversidad y profusión de
mercancías. Son de tal efectividad que se puede decir que constituyen el ejemplo materializado
del muevo espíritu del capitalismo.
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Pero además hay también mecanismos y dispositivos sociológicos, simbólicos y psicosociológicos
ligados a las nuevas circunstancias asociadas al acto mismo de compra. Estos últimos han influido
de forma muy potente, hasta el punto de que han favorecido que estas formas comerciales se
incrusten rápidamente en nuestros modos y estilos de vida, dándole al sentido de consumir un
significado hasta ahora desconocido en formas de distribución y venta más tradicionales.
Cada vez más, el acto de compra está relacionado con el ocio, que acaba por conformar un
espacio lúdico ligado a la fascinación que el acto ismo de compra crea en el consumidor actual.
Comprar es, en sí mismo, un juego que entretiene, desdramatiza la realidad, consume tiempo,
genera satisfacción y bienestar.
También hay que señalar el carácter familiar, es de los pocos lugares que las familias pueden
disfrutar juntas. El secreto del gran centro comercial es aprovechar su diversidad de productos,
servicios y negocios para permitir, atraer y fomentar el consumo familiar.
Por otra parte la sensación de ausencia de toda escasez, la facilidad de acceso, el sobre surtido de
expositores, la facilidad de pago del dinero de plástico, la oferta de productos, el precio ventajoso,
etc.
Antes se consideraban lujos, objetos soñados, más que necesidades, y su posesión se veía como
un golpe de suerte especialmente generoso y benevolente, no como una expectativa legítima, ni
desde luego, como una cuestión de derecho o deber. Ahora que los objetos deseados son más
baratos, bajan de precio y pasan de estar al alcance de cualquier bolsillo, de forma tentadora.
Su adquisición por tanto, tiende a ser una parte rutinaria de la ida de cualquier persona “normal”,
y ya no un acontecimiento extraordinario.
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El efecto inesperado, y sin embargo ineludible, es que el vínculo emocional con el objeto
adquirido brillan casi por su ausencia: lo que verdaderamente cuenta es el momento de la
adquisición, no la amistad duradera.
Además de los mensajes publicitarios ubicuos, insistentes e insidiosos, ¿qué otro tipo de presión
experimentan en mayor medida los adolescentes? “De modo que no es solo la presión de los
anuncios, sino también, y probablemente más que ninguna otra cosa, la presión, tal vez menos
persistente, pero mucho más efectiva, del entorno social, de los estándares que los adolescentes
luchan por alcanzar y esperan que alcancen los miembros del grupo, la que uno debe
acostumbrarse a desoír” (p. 53).
3. Además de los mensajes publicitarios, cita qué otro tipo de presión experimentan los
adolescentes. (pag 53)
No solo es la presión de los anuncios, sino también , y problabemente más que ninguna otra cosa,
la presión, mucho más efectiva, del entorno social, de los estándares que los adolescentes luchan
por alcanzar y esperan que alcancen los miembros del grupo, la que uno debe acostumbrarse a
decir.
5. ¿Por qué en la transición de la infancia a la edad adulta las personas somos más
vulnerables? (final pag 62)
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El consumismo es la transformación de los seres humanos en consumidores, ante todo, y la
degradación, de todos los demás aspectos a un rango secundario, accesorio e inferior.