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Contenido de la entrada
1 Falta de luz
2 Exceso de agua
3 Falta de humedad ambiental
4 Temperatura adecuada
5 Cambio de maceta
6 Abonar
Falta de luz
La ausencia de luz suficiente es una de las razones más
habituales por las que una planta de interior te mostrará su
“peor cara”.
No todas aceptan esta situación de la misma manera; es
justo decir que las hay con requerimientos más escasos
(aspidistra, filodendro, bambú de la suerte, bromelias,
helechos…). Pero como norma general las plantas de interior
han de colocarse cerca de una ventana, balcón, vidriera o
galería; con luminosidad suficiente para poder realizar su
función más vital: la fotosíntesis.
Si no fuera así, y mientras les quede energía, las plantas
buscarán la luz desesperadamente; alargando sus tallos de
forma anormal y produciendo hojas de mayor calibre. Pero
este mecanismo no siempre las librará de su contratiempo, y
de inmediato podrías ver síntomas más graves.
Puedes corregir su ubicación antes de que las hojas se
tornen amarillas o empiecen a caer. Como te he dicho
antes, colócalas en un lugar bien iluminado: cerca de una
ventana o donde sea que haya más luz. Solo debes evitar que
ésta incida directa sobre las plantas, es primordial.
Exceso de agua
¿Cada cuánto regar las macetas? Las plantas de interior, al
tenerlas dentro de casa, necesitan un riego menos frecuente.
Estamos acostumbrados a hidratar en abundancia las plantas
del jardín o la terraza cuando llega el verano, para después
reducir de forma notable la frecuencia al acercarse el
invierno. Debe ser así, es lo correcto, por efecto de la
intemperie. Pero las plantas de interior se encuentran más
protegidas y no acusan tanto las estaciones.
No quiero decir que no tengas que aumentar la dosis de agua
en la época de más calor. Deberás hacerlo, es evidente, pero
en menor medida de lo que se esperaría en una planta de
exterior.
Consejos básicos para cuidar tus plantas de interior