LA ESTRUCTURA DIALÓGICA DE LA PREGUNTA-RESPUESTA EN GADAMER

Néstor Alejandro Alzate

Hablar de diálogos en el pensamiento de Hans-Georg Gadamer es, en modo preciso, hablar

de “experiencia hermenéutica”, experiencia de comprensión que se realiza a través de la
“fusión de horizontes”, donde encontramos precisamente la relación establecida por
nuestro autor con la estructura dialógica-dialéctica de Platón, pues en este mismo ámbito se
hace parecer en el proceso comprensivo al otro, a la alteridad, la cual es siempre abierta por
la pregunta.

A la pregunta, en el tratamiento hecho por el autor le es inherente el carácter de apertura

que tiene la experiencia hermenéutica, pues posee dentro de sí misma el carácter de la
negatividad, ya que siempre pone en cuestión la forma en la cual estamos presentes en el
mundo1 y nos pone en frente a nuestra propia finitud. Es tal el caso de los diálogos platónicos,
es ver cómo Sócrates a través de una pregunta, disloca a su interlocutor, pone en cuestión
el carácter de verdad de su visión del mundo, producto del “no-saber”, frente al cual Sócrates
presenta una gran ventaja, él sabe que no sabe nada, es consciente de su “no-saber”, de su
ignorancia, incitando a quien habla con él a que también sea consciente de que no sabe.

Para entrar en la lógica de pregunta-respuesta, Gadamer lo que hará será iniciar por la
esencia de la pregunta misma. La primera conclusión a la que llega es que toda pregunta
abre un “sentido” en términos de la orientación que una pregunta pretende tener y así nos
permite hablar, no de preguntas verdaderas y falsas, sino adecuadas o inadecuadas por su
sentid, y en este mismo orden de ideas nos queda precisado una cuestión fundamental en
este planteamiento: la pregunta, en tanto que abre sentido contiene en sí misma la primacía
sobre toda respuesta, pues esta –la primera–, siempre posibilita la otra, el modelos del
diálogo platónico con Sócrates nos enseña que preguntar es siempre más difícil que
contestar, la pregunta siempre va por delante (Gadamer, Verdad y Método I 1960, p.440).

1
Aquí se nos puede presentar un carácter ontológico de la pregunta por referirnos a nuestro ser-en-el-mundo
en términos heideggerianos.
Con lo anterior vemos cómo para Gadamer el saber se abre siempre con una pregunta, saber,
como conocimiento cierto es siempre saber preguntar2. Por este mismo aspecto Gadamer
llamará a la dialéctica –como ya se ha delineado– el “arte del preguntar” pues con el diálogo
no se pretende la simple persuasión del otro sino que dentro de este se debe es “sostener”
la pregunta que le ha dado origen. Al hablarse de una pregunta que abre un sentido se está
hablando en definitiva de un “asunto” al cual hace referencia el sentido, aparece es en la
conversación un lógos en cuestión3. Este lógos que está en cuestión no puede ser visto como
propiedad de alguno de los que dialogan tal como señala Gadamer: “lo que sale en su verdad
es el lógos, que no es tuyo ni mío” (Gadamer, Verdad y Método I 1960, p.446), lo que excluye
del diálogo cualquier intento de convertirlo en una dinámica de perder-ganar, y lo pone
como un ponerse de acuerdo sobre el asunto, una “comunidad de comprensión” en términos
del profesor Giménez (2010, p.73).

Referencias
Gadamer, Hans-Georg. «¿Qué es la verdad?» En Verdad y Método II, 51-62. Salamanca:
Ediciones Sígueme, 1957.
—. Verdad y Método I. Decimotercera. Salamanca : Ediciones Sígueme , 1960.
Gímenez, José Antonio. «La dialéctica platónica como modelo de la experiencia
hermenéutica en la filosofía de Gadamer.» Revista de FIlosofía Universidad de Chile
66 (2010): 63-77.

2
Aquí, vemos cómo es posible a través de Platón, diferenciar el saber cómo conocimiento cierto (epistéme)
dela opinión (dóxa) la pregunta y aún más la dialéctica misma como “arte del preguntar” tiene la función
precisamente de romper con la dóxa para buscar la epistéme, es capaz de poner en cuestión la mera opinión
para buscar la vedad.
3
El profesor José Antonio Giménez en un estudio sobre este tema nos dirá que el diálogo no como persuasión
pretende es “comprenderse sobre algo” y no comprenderse de lo que hay en la mente del otro, esto teniendo
como punto de referencia ¿Qué es la verdad? de Gadamer publicado en Verdad y Método II (1985). (Gímenez
2010, n.15)