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FERNANDO CASTILLO CADENA

Magistrado ponente

SL8675-2017
Radicación n.° 47138
Acta 08

Bogotá, D. C., ocho (8) de marzo de dos mil diecisiete


(2017).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


RIVEIRO ENRIQUE SÁNCHEZ COBOS, contra la
sentencia proferida por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá, el 21 de abril de
2010, en el proceso que instauró el RECURRENTE contra
TRANSPORTES BERMÚDEZ S.A. y RAFAEL ARMANDO
CASTELLANOS.

I. AN
TECEDENTES

El actor demandó el pago de salarios completos, esto


es, con horas extras nocturnas, dominicales y festivos, su
incidencia en las prestaciones sociales y en la
indemnización por despido injusto, así como la sanción
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moratoria por consignación deficitaria de cesantías, lo


ultra y extra petita y las costas procesales.

Como soporte relató que estuvo vinculado a


Transportes Bermúdez S.A., a través de un contrato de
trabajo a término indefinido, en el cargo de Chofer del
vehículo de propiedad de Rafael Armando Castellanos,
entre el 20 de enero de 1997 y el 16 de agosto de 2003;
su horario era de 10 horas diarias, 6 días a la semana,
según lo contempló la cláusula 5 del contrato; el salario
correspondió al mínimo legal; en todo el tiempo, pese a
que las causó, no se le reconocieron horas extras, ni
dominicales pese a que siempre excedía la jornada legal
reglamentaria y consta así en las planillas que están en
poder de los demandados; sus prestaciones se pagaron de
manera parcial y le fue terminado el contrato de manera
unilateral, sin justa causa, previa cancelación de la
indemnización (folios 49 a 53).

Al contestar, la empresa TRANSPORTES BERMÚDEZ


S.A. aceptó la existencia del contrato de trabajo, los
extremos y el salario; aclaró que suscribió con Rafael
Armando Castellanos un convenio de administración del
vehículo; en relación con las horas extras explicó que la
jornada siempre fue de 10 horas “en ruta y timón”, máximo
que les es permitido a los conductores de servicio público, el
resto los negó. Pidió desestimar las pretensiones y para
ello formuló las excepciones de prescripción, inexistencia
de la obligación y del derecho, cobro de lo no debido,
buena fe, falta de título y causa (folios 118 a 131).

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El Juzgado 12 Laboral del Circuito de Bogotá, en


auto de 5 de septiembre de 2007 tuvo por no contestada la
demanda por parte de Rafael Armando Castellanos (folio
236).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado 11 Laboral de Descongestión del Circuito


de Bogotá, el 30 de septiembre de 2009 absolvió a los
demandados de lo pedido, con costas a cargo del actor
(folios 307 a 317).

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Bogotá, al resolver la apelación del
demandante, en decisión de 21 de abril de 2010, confirmó
la dictada por el Juzgado (folios 6 a 15).

Para resolver explicó que no existía controversia


sobre la relación laboral, sino únicamente sobre el pago de
las horas extras, festivos y dominicales y enseguida dijo
que «revisado el caudal probatorio analizado en su conjunto
se encuentra que el actor fue contratado por TRANSPORTES
BERMÚDEZ S.A. y RAFAEL ARMANDO CASTELLANOS en
calidad de propietario de la buseta de placas SAH-992
como conductor de transporte público. En la cláusula
QUINTA del contrato de trabajo se estableció que el
TRABAJADOR laborará seis (6) días a la semana, o lo que
resultaren laborales ordinariamente según las

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disposiciones legales sobre el descanso de fiestas


reconocidas y como chofer al servicio del transporte
público, su jornada de trabajo no será superior a diez (10)
horas diarias al timón y ruta”.

A partir de tal documento expresó que las


pretensiones debían analizarse a la luz de lo dispuesto por
el Decreto 1393 de 5 de agosto de 1970, esto es el Estatuto
Nacional de Transporte Terrestre Automotor, que permite,
en su artículo 56, que los conductores solo trabajen hasta
un máximo de 10 horas, como excepción al precepto 161
del Código Sustantivo de Trabajo y explícitamente así
permitido por el 162 literal d) ibídem.

Continuó con que las pruebas allegadas al expediente


no permitían deducir, como lo pretendía el actor, que
laboraba en dominicales y festivos, pues no señaló
periodos concretos y las planillas, de folios 163 a 194, solo
daban cuenta de recorridos de lunes a sábado.

Finalizó con que «en lo relativo a la demostración de


horas extras, dominicales y festivos, se han desarrollado
jurisprudencialmente los siguientes presupuestos o
condiciones que se asumen como necesarios i) debe
encontrarse plenamente acreditada la permanencia del
trabajador en su labor, durante horas que exceden la
jornada pactada o la legal; ii) la cantidad de horas extras
laboradas debe ser determinada con exactitud en la fecha
de su causación, pues no le es dable al fallador
establecerlas con base en suposiciones o conjeturas; iii) las

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horas extras deben ser ordenadas o por lo menos


consentidas tácitamente por el empleador y, en ese sentido;
iv) las horas extras de permanencia en el trabajo, deben
estar dedicados valga la redundancia al trabajo, y no
cualquier otro tipo de actividades».

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por la parte demandante, concedido por


el Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Aspira el recurrente que esta Corte «case totalmente el


fallo acusado en sus numerales 1 que confirmó el numeral PRIMERO
de la sentencia de primera instancia, proferida el 30 de septiembre de
2009 por el Juzgado 8 Laboral de Descongestión del Circuito de
Bogotá que NEGÓ las pretensiones de la demanda, revocándolo, y en
su lugar, obrando la Honorable Corte Suprema de Justicia en función
de instancia CONDENE a las demandadas TRANSPORTES
BERMÚDEZ S.A. y a RAFAEL ARMANDO CASTELLANOS en función
de instancia declarar la existencia del contrato de trabajo que se
ejecutó entre el demandante RIVEIRO ENRIQUE SÁNCHEZ COBOS y
las demandadas TRANSPORTE BERMÚDEZ S.A. y a RAFAEL
ARMANDO CASTELLANOS, entre el 20 de enero de 1997 y el 16 de
agosto de 2003, condenando a las demandas TRANSPORTES
BERMÚDEZ S.A. y a RAFAEL ARMANDO CASTELLANOS a pagar el
valor de las prestaciones sociales, cesantías e interés a la cesantía y
las primas legales con todos los factores salariales al pago de la
sanción por la no cancelación de los intereses a las cesantías; al pago
de la indemnización por despido injustificado, a pagar la sanción por
no consignar la totalidad de las cesantías en el Fondo de cesantías

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elegido por el trabajador a más tardar el 15 de febrero de cada año;


al pago de la compensación en dinero de las vacaciones a la
finalización del contrato y al pago de la indemnización moratoria».
Con tal propósito formula 2 cargos, por la causal
primera de casación, que tuvieron réplica.

VI. CARGO PRIMERO

Textualmente dice: «Acuso el numeral PRIMERO de la


sentencia proferida por el Honorable Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, Sala Laboral, de violar
indirectamente, por aplicación indebida, ante la falta de
aplicación del artículo 162 del Código Sustantivo del
Trabajo, debido al error ostensible de hecho al no dar por
demostrado, estándolo, la jornada extraordinaria laborada
por el demandante, por la falta de apreciación de la
documental auténtica obrante a folios 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8,
9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24,
25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37 y 38 del
cuaderno principal».

Asegura que al emitirse el pronunciamiento del que


se aparta, el Tribunal no tuvo en cuenta la prueba
documental, específicamente el control de despacho de los
buses y busetas, que daban cuenta sobre la hora de
salida, el lugar, la llegada, y el horario que superaba las 12
horas; que allí aparecía reflejado su nombre, la placa del
vehículo que le fue asignado y era suficientes para deducir
la relación laboral y los derechos que de ella emanaban, lo
que constituyó un error protuberante.

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VII. RÉPLICA

Critica que el cargo carezca de los mínimos


requisitos, y refiere que debe por tanto ser desestimado; en
todo caso arguye que las pruebas denunciadas no tienen
datos completos, las fechas corresponden al primer
semestre del 2003, sin que con ellas se pueda deducir que
trabajaba más de las 10 horas permitidas y que en todo
caso de advertirse cualquier error los derechos se
encuentran prescritos.

VIII. CARGO SEGUNDO

Denuncia «el numeral PRIMERO de la sentencia


proferida por el honorable Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Bogotá, Sala Laboral, de violar indirectamente,
por aplicación indebida el artículo 162 literal d) del Código
Sustantivo del Trabajo, por indebida aplicación del artículo
2° del Decreto 869 de 1978 que establece Para efectos del
artículo 56 del Decreto 1393 de 1970 se entiende que la
jornada de trabajo comprende el tiempo durante el cual el
conductor esté al servicio de la empresa o patrono bien
sobre el timón y la ruta o simplemente a disposición de la
una o del otro, error ostensible de hecho ante la falta de
apreciación de la documental auténtica» obrante de folios 1
a 38 del cuaderno principal.

Se remite a los argumentos dados en el anterior cargo


y añade que los documentos dan cuenta de su horario de

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12 horas diarias, sin que pudiera tenerse por cierta la


contestación de la demanda de que tan solo pactaron 10,
pues debe darse prelación a lo acreditado y que por ello es
menester condenar e imponer las sanciones en los
términos pedidos en el alcance de la impugnación, ante la
acreditación de los equívocos.

IX. RÉPLICA

Añade a los argumentos del anterior cargo, que los


documentos no dan cuenta de lo que se afirma, pues no
reflejan las horas extras y tampoco desdibujan la
conclusión del juez plural de estar dentro del límite diario
fijado por el artículo 56 del Decreto 1393 de 1970.

X. CONSIDERACIONES

Dado que las acusaciones se dirigen por la misma


vía, comparten el mismo propósito y se fundamentan en
argumentos similares, esta Sala de la Corte las integrará y
resolverá de manera conjunta, pues aun cuando no son
precisamente las más afortunadas, de ellas se extrae el
reproche a la conclusión de la sentencia impugnada de no
estar demostradas las horas extras, punto determinante
para absolver, derivado de la equivocada apreciación de
las pruebas que en ambos señala.

Para resolver la controversia, el Tribunal estimó que


no estaban debatidos los extremos de la relación laboral
entre las partes, esto es entre el 20 de enero de 1997 y el

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16 de agosto de 2003, como tampoco lo relacionado con la


forma de terminación, sino exclusivamente lo relacionado
con las referidas horas extras, los dominicales y festivos,
por todo el tiempo, en tanto se prestó únicamente la
jornada máxima legal.

Como soporte de la negativa, el juzgador de segundo


grado aludió a las excepciones de la jornada máxima legal
contenida en el artículo 161 Código Sustantivo del
Trabajo, específicamente la del precepto siguiente en la
que en su literal d), derogado por el Decreto 1390 de 1970
que, específicamente, en su artículo 56 determinó que
para los choferes la jornada máxima diaria sería la de 10
horas y halló que ese pacto quedó explícito en la cláusula
quinta del contrato de trabajo y no derivó de las probanzas
arrimadas, certeza de que hubiese laborado más que
aquellas, durante los 6 días de la semana.

Así mismo indicó que, en cuanto a la prueba de las


horas extras, estas debían reflejarse de manera clara, para
así determinar el número y sus fechas, sin que se valieran
conjeturas sobre la eventual causación; que debía
acreditarse que el empleador las autorizó o que consintió
tácitamente, que fueron utilizadas en la labor contratada y
en ese sentido aludió a que tales presupuestos no estaban
satisfechos, quedando a salvo únicamente la estipulación
contractual de las 10 horas diarias.

El censor no obstante se remite a las documentales


de folios 1 a 38, coincidentes con las de folios 163 a 194,

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que corresponden al Control de Despachos de Buses y


Busetas, y asegura que ellas demuestran las horas extras
y las laboradas en festivos y de contera evidencian los
errores manifiestos del Tribunal al apreciarlas.

La mayoría de tales probanzas, en las que aparece


como conductor Enrique Sánchez, fueron emitidas por
Transportes Bermúdez y suscritas por su despachador,
tienen asignado un número y consta la fecha de
expedición, la terminal, el conductor, el tipo de vehículo,
así como la hora de salida, la ruta de origen y ruta de
destino, la hora de llegada y otros datos como «centena
inicial», «centena final», «hora enturnada», «número de
recorrido» y «número de orden» que, en este último caso,
corresponde siempre al mismo, esto es el 13468.

Del estudio de tales documentales denunciadas, que


fueron admitidas por la demandada, e incluso
corroboradas por ella, según se desprende de la decisión
impugnada, se extrae que la planilla 262857 (folio 1) no
refleja el año, sino en el aparte consta solo 001-02, es decir
que de ella no puede desprenderse ningún equívoco,
tampoco la de folio 2 en la que no aparece una
irregularidad, por la nota que dice «se expide por perdida
de cartulina» y la de folio 10 que carece de firma; no sucede
lo mismo con las que se estudian a continuación, de las
que se deduce que, en esos días, el demandante prestó su
servicio y causó trabajo suplementario y aun cuando no
era posible determinar la hora de llegada, en las planillas
en las que no se incorporaba, si era viable tener en cuenta

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la última salida a ruta pues da cuenta que, según el


despachador, para ese momento, el actor se encontraba
laborando y que de ello estaba al tanto la empresa, al
punto que aquel lo habilitaba, lo que desdibuja la
conclusión del Tribunal, conforme aquí se aprecia:
Planilla Folio fecha Hora Origen Hora llegada/ Destino
Salida última salida
381942 5 27/04/02 5:55 Moravia 19:30 Concordia
467772 7 11/03/03 6:04 Moravia 19:30 Concordia
421870 11 05/10/02 5:20 Refugio 18:25 Concordia
429357 12 09/11/02 5:53 Moravia 19:05 Concordia
389473 14 18/05/02 5:00 Refugio 18:10 Concordia
346437 16 26/11/01 6:48 Moravia 19:20 Concordia
346448 17 07/12/01 5:20 Refugio 19:53 Refugio
284597 18 27/02/01 6:33 Moravia 18:57 Concordia
262847 19 22/11/00 5:04 Refugio 17:07 Refugio
346452 21 11/12/01 5:18 Refugio 17:12 Refugio
404780 22 13/08/02 6:16 Moravia 19:00 Concordia
351773 23 09/01/02 6:38 Moravia 17:45 Moravia
346434 27 23/11/01 5:08 Refugio 18:52 Refugio
351750 28 17/12/01 5:06 Refugio 19:50 Refugio
381934 29 19/04/02 5:56 Moravia 18:20 Concordia
346440 30 29/11/01 5:15 Refugio 18:15 Refugio
346438 33 27/11/01 5:05 Refugio 17:36 Refugio
339540 34 20/01/11 5:07 Refugio 17:42 Concordia
332679 35 08/01/01 5:10 Refugio 19:04 Concordia
326630 36 12/09/01 5:06 Refugio 19:10 Concordia
346428 37 17/11/01 6:15 Refugio 18:15 Refugio
312502 38 06/07/01 5:08 Refugio 18:20 Refugio

En lo relacionado con los controles de despacho


404764, 437191, 339562, 437187, 54306, 359511,
429344, 461406 (folios 3, 9, 13, 15 20, 24, 25, 26, 31 y
32) no se advierte que excedieran el límite de la jornada,
que además corresponde al máximo legal para choferes,
con el tiempo reglamentario de descanso, solo que, de lo
atrás indicado, es patente que el juzgador de segundo
grado cometió la equivocación que se le endilga y de
contera se abre paso el quiebre de la sentencia confutada.

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Por lo visto el cargo prospera.

XI. SENTENCIA DE INSTANCIA

Para resolver la controversia, en punto al caso


debatido y al cómputo de horas extras de choferes, debe
decirse que, en esencia, la jornada de trabajo corresponde
al espacio de tiempo que se requiere para realizar una
determinada actividad; esta bien puede estar
condicionada, por la esencia del trabajo, a turnos para
garantizar la permanencia, o efectuarse de manera
ininterrumpida o intermitente, evento este en el que se
requiere la presencia del empleado en el lugar de trabajo,
aun cuando no ejerza su tarea en forma constante.

Es por tales aristas, propias de las actividades


productivas, que las codificaciones laborales han creado
una categoría especial de trabajadores que están
sometidos a un régimen o jornada especial, que puede
diferenciar la limitación a un tope de horas máximas
diarias o semanales en las cuales el trabajador puede estar
de servicio o excluyéndolo de tal exigencia.

En Colombia, el tope máximo de 8 horas diarias en el


empleo se introdujo a través de la Resolución 1 de 1934,
que expidió la Oficina Nacional del Trabajo, y que luego se
incorporaría al Decreto 895 del mismo año; en esencia
tales disposiciones acogieron en su integridad el Convenio
1 de la OIT de 1919, que limitó a 48 horas semanales el

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tiempo de trabajo en los establecimientos industriales, y


que había sido aprobado a través de la Ley 129 de 1931.

El referido Decreto 895 no obstante estableció


múltiples excepciones a la jornada máxima legal, los
cuales plasmó en su artículo 2° y contaba entre ellas a los
trabajadores de confianza y manejo, los de labores
agrícolas, los empleados de servicio doméstico, así como
todos aquellos trabajos que se realizaban por turnos, como
los de los choferes, solo que el Decreto 776 de 1943
modificó esta última excepción para regularlos solo a la
jornada ordinaria, con la salvedad de quienes prestaran el
servicio de forma intermitente, o los que lo hicieran entre
dos o más municipios, independientemente de la forma de
su remuneración.

Esta última normativa, en su artículo 3°, contempló


que era «intermitente por su misma naturaleza, el trabajo de los
choferes mecánicos que prestan sus servicios al público en empresas
de transportes urbanos, por medio de taxis u otros vehículos
automotores y a quienes se paga por porcentaje», es decir que no

se les aplicaba el tope legal, dada la naturaleza de la


actividad realizada.

En el caso de los empleados oficiales fue la Ley 6ª de


1945 la que determinó las jornadas de trabajo mixtas, con
la misma limitación de máxima legal de 8 horas al día, 48
a la semana, con similares excepciones legales entre las
que se contaban las actividades discontinuas o
intermitentes.

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Y más tarde, en el sector público, contempló que este


tipo de actividades intermitentes tendría un tope máximo
diario de 12 horas y 66 a la semana.
Por su parte, la codificación del trabajo, que reguló
las relaciones entre los particulares, que correspondió a
los Decretos 2663, 3743 de 1950 y 905 de 1951, dispuso
inicialmente como excepción a la jornada máxima legal, en
su artículo 162 literal d)la de «Los chóferes mecánicos que
presten sus servicios en empresas de transportes de
cualquier clase, sea cual fuere la forma de su
remuneración», es decir que mantuvo la regla según la cual
a estos no los cobijaba un máximo.

Tal precepto solo vino a transformarse con la


expedición del Decreto 1393 de 1970, artículo 56, que
derogó tal exclusión y que dispuso que, por razones de
seguridad pública, ante el riesgo que implicaba una regla
de ese tipo para actividades de conducción, la jornada
para los choferes mecánicos sería de 10 horas diarias.

Fue el artículo 2 del Decreto 869 de 1978 el que


clarificó que « la jornada de trabajo comprende el tiempo
durante el cual el conductor esté al servicio de la empresa,
bien sea sobre el timón y la ruta o simplemente a
disposición de la una o del otro», de manera que al margen
de que hubiese intermitencias en la prestación del servicio,
estas debían contabilizarse dentro de las 10 horas.

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Ninguna de esas últimas disposiciones sufrieron


modificación con la Ley 6 de 1981, tampoco con el artículo
22 de la Ley 50 de 1990, ni con la Ley 789 de 2002 que
determinaron el límite al trabajo supletorio y la
consideración de la jornada diurna y la nocturna, de forma
tal que para los choferes se mantiene la excepción y en
últimas la habilitación de trabajar 10 horas diarias, con
respeto al descanso semanal y al del fraccionamiento de la
jornada para el descanso, así como el que dispone las
actividades recreativas o de formación, incorporado en la
Ley 50 de 1990, y que en ese lapso se comprende el estar
en timón o ruta o disponible para la empresa, regulándose
así la manera intermitente propia de ese tipo de tarea, de
forma que no era posible que, pese a contar con las
pruebas que daban cuenta del exceso de la jornada
máxima permitida para los choferes de bus, en este caso,
acreditados unos días las horas extras, no se declararan,
máxime cuando, además, los controles de despacho dan
cuenta de que, en su mayoría, fueron autorizados por la
empresa, había certeza sobre su prestación y estaban
admitidas desde la contestación de la demanda, solo que
para Transportes Bermúdez no era posible sino
contabilizar 10 horas en timón y ruta.

Además de lo discurrido, cabe indicar que a folio 44


obra el contrato de trabajo suscrito por las partes, en él se
contempla en su cláusula quinta que «El TRABAJADOR
laborará seis (6) días a la semana, o los que resultaren
laborables ordinariamente según las disposiciones legales
sobre descanso en fiestas reconocidas y como Chofer del

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Transporte Público, su jornada de trabajo no será superior a


diez (10) horas diarias al timón y en ruta» y se contempló
que la remuneración sería la establecida en la convención
colectiva de trabajo o en el laudo arbitral y que «como pago
total por concepto salarial en tales oportunidades, en ésta
forma queda incluida la remuneración del descanso legal
obligatorio de los cincuenta y dos (52) domingos del año y la
remuneración de los dieciocho (18) festivos no dominicales».
No obstante, según dan cuenta los desprendibles de pago
(folios 148 a 152), la liquidación de prestaciones (folio 105)
y según lo admitió Transportes Bermúdez S.A. al contestar
la demanda (folio 119) en todo el tiempo se canceló el
salario mínimo legal mensual vigente.

Sobre el argumento dado por la parte accionada de


que la cláusula quinta del contrato de trabajo permitía
contabilizar dentro de la jornada 10 horas exclusivas en
ruta o timón, soportada en que el tiempo en que no estaba
en tales supuestos, el demandante podía disponer de él,
no es admisible, como se explicó pues según lo contempla
el artículo 2 del Decreto 869 de 1978 toda la
disponibilidad del día laboral debía reputarse como parte
de su tiempo de trabajo.

Así las cosas está demostrado que los días aquí


enlistados el trabajador causó las horas extras:
Planilla Folio fecha Hora Origen Hora llegada/ Destino
Salida última salida
381942 5 27/04/02 5:55 Moravia 19:30 Concordia
467772 7 11/03/03 6:04 Moravia 19:30 Concordia
421870 11 05/10/02 5:20 Refugio 18:25 Concordia
429357 12 09/11/02 5:53 Moravia 19:05 Concordia

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389473 14 18/05/02 5:00 Refugio 18:10 Concordia


346437 16 26/11/01 6:48 Moravia 19:20 Concordia
346448 17 07/12/01 5:20 Refugio 19:53 Refugio
284597 18 27/02/01 6:33 Moravia 18:57 Concordia
262847 19 22/11/00 5:04 Refugio 17:07 Refugio
346452 21 11/12/01 5:18 Refugio 17:12 Refugio
404780 22 13/08/02 6:16 Moravia 19:00 Concordia
351773 23 09/01/02 6:38 Moravia 17:45 Moravia
346434 27 23/11/01 5:08 Refugio 18:52 Refugio
351750 28 17/12/01 5:06 Refugio 19:50 Refugio
381934 29 19/04/02 5:56 Moravia 18:20 Concordia
346440 30 29/11/01 5:15 Refugio 18:15 Refugio
346438 33 27/11/01 5:05 Refugio 17:36 Refugio
339540 34 20/01/11 5:07 Refugio 17:42 Concordia
332679 35 08/01/01 5:10 Refugio 19:04 Concordia
326630 36 12/09/01 5:06 Refugio 19:10 Concordia
346428 37 17/11/01 6:15 Refugio 18:15 Refugio
312502 38 06/07/01 5:08 Refugio 18:20 Refugio

No es posible sin embargo, como lo plantea, que deba


ser tenido en cuenta el patrón de horas extras y
contabilizar por todo el tiempo de servicio el número
máximo de horas permitido por la ley, pues no se trata de
una presunción, sino que ello debe ser resultado de
demostración una a una, de forma que solo se podrá
declarar la causación en los días aquí acreditados.

Ahora bien, recuérdese que el artículo 134 del Código


Sustantivo del Trabajo contempla, en su numeral 2° que
«el pago del trabajo suplementario o de horas extras y el del
recargo por trabajo nocturno debe efectuarse junto con el
salario ordinario del periodo en que se han causado o a
más tardar con el salario del periodo siguiente», de forma
que es a partir de ese momento que se hace exigible.
Así además se ha sostenido por esta Sala de la Corte,
como en la decisión de 27 de noviembre de 1959, Gaceta
2217 a 2219, página 1131 y ss:

17
Radicación n.° 47138

La retribución que se debe al trabajador por servicios extras, o


sea los que se prestan fuera de la jornada legal, constituye
salario conforme el artículo 127 del Código Sustantivo del
Trabajo.- El pago de trabajo suplementario o de horas extras
debe efectuarse junto con el salario ordinario del periodo en que
se han causado o, a más tardar, con el salario del periodo
siguiente, conforme al artículo 134 ibídem; por consiguiente
desde el vencimiento de estos periodos fijados por la ley para el
pago del trabajo suplementario, se hace exigible la respectiva
obligación y, desde el momento de su exigibilidad empoza a
contarse el término de prescripción de las acciones que se
intenten para obtener el reconocimiento y pago de esos
derechos. Sobre el particular el antiguo Tribunal Supremo del
Trabajo, en sentencia de 17 de junio de 1947 que corre
publicada en la Gaceta del Trabajo Tomo II, página 194,
ratificada en fallos posteriores, dijo: El término prescriptivo de
las horas extras empieza a contarse a partir en la fecha en que
ella se causan y no dela extinción del contrato de trabajo”.

De manera que aun cuando es claro que se causaron,


lo cierto es que todas están afectadas por el fenómeno
prescriptivo, que fue invocado como excepción por
Transportes Bermúdez, dado que las últimas fueron las
del día 30 de julio de 2003 y la demanda fue presentada el
14 de agosto de 2006.

Como quiera que existe solidaridad legal, en los


términos del artículo 15 de la Ley 15 de 1959 según la
cual «El contrato de trabajo verbal o escrito de los choferes
asalariados del servicio público se entenderán celebrados
con las empresas respectivas, pero para efectos de pago de
salarios, prestaciones e indemnizaciones las empresas y los
propietarios de los vehículos, sean socios o afiliados, serán
solidariamente responsables», norma que está acorde con
el 36 de la Ley 336 de 1996, es que se evidencia la
existencia de un litisconsorcio necesario, en los términos

18
Radicación n.° 47138

del artículo 51 del Código de Procedimiento Civil, aplicable


por analogía a la materia del trabajo, el cual dispone que
cuando una cuestión litigiosa haya de resolverse
uniformemente para todos los litisconsortes, las
actuaciones de uno, favorecerán a los demás, por ello es
que la excepción de prescripción también beneficia a
Rafael Armando Castellanos.
Lo anterior no obstaba para que los juzgadores se
pronunciaran sobre el derecho, pues tal como lo ha
considerado esta Sala, entre otras en decisión CSL SCL
15832/2014:

La excepción de mérito es una herramienta defensiva con que


cuenta el demandado para desmerecer el derecho que en
principio le cabe al demandante; su función es cercenarle los
efectos. Apunta, pues, a impedir que el derecho acabe
ejercitándose.

(…), la naturaleza de la excepción indica que no tiene más


diana que la pretensión misma; su protagonismo supone, por
regla general, un derecho en el adversario, acabado en su
formación, para así poder lanzarse contra él a fin de debilitar
su eficacia o, lo que es lo mismo, de hacerlo cesar en sus
efectos; la subsidiariedad de la excepción es, pues, manifiesta,
como que no se concibe con vida sino conforme exista un
derecho; de lo contrario, se queda literalmente sin contendor.

Por modo que, de ordinario, en los eventos en que el derecho no


alcanza a tener vida jurídica, o, para decirlo más elípticamente,
en los que el actor carece de derecho porque este nunca se
estructuró, la excepción no tiene viabilidad.

De ahí que la decisión de todo litigio deba empezar por el


estudio del derecho pretendido “y por indagar si al demandante
le asiste. Cuando esta sugestión inicial es respondida
negativamente, la absolución del demandado se impone; pero
cuando se halle que la acción existe y que le asiste al actor,
entonces sí es procedente estudiar si hay excepciones que la
emboten, enerven o infirmen” (G. J. XLVI, 623; XCI, pág.
830).(Sentencia CSJ SC del 11 de jun./2001, rad. No. 6343).

Y lo anterior tiene todo el sentido, pues si el juez primero


declara el derecho y luego determina que está prescrito, ello

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Radicación n.° 47138

produce todos los efectos jurídicos en cuanto a que transforma


la obligación civil en obligación natural-arts. 1527 a 1529 del
C.C.-, por tanto son válidas y generan vínculos jurídicos, en la
medida en que queda «al cuidado o a la conciencia del deudor.

Sin embargo, la declaración de la prescripción tiene


incidencia en los demás derechos que se reclamaban pues
habiéndose enervado el que de ellas dependía no es
posible imponer condena.

Así las cosas, se revocará la decisión dictada por el


Juzgado 11 Laboral de Descongestión del Circuito de
Bogotá, el 30 de septiembre de 2009, para en su lugar
declarar que se causaron las horas extras, según lo
explicado en la parte motiva, las cuales se encuentran
prescritas, por lo que, no es viable el reajuste de las
prestaciones sociales. Absolver de lo demás.

Sin costas en el recurso dado que fue próspero, las de


las instancias a cargo de la parte demandada.

XII. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, CASA
la sentencia dictada el veintiún (21) de abril de dos mil dos
mil diez (2010) por el Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Bogotá, dentro del proceso ordinario laboral

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Radicación n.° 47138

seguido por RIVEIRO ENRIQUE SÁNCHEZ COBOS contra


TRANSPORTES BERMÚDEZ S.A. y RAFAEL ARMANDO
CASTELLANOS.

En sede de instancia se revoca la decisión dictada por


el Juzgado 11 Laboral de Descongestión del Circuito de
Bogotá, el 30 de septiembre de 2009, para en su lugar
declarar que se causaron las horas extras, según lo
explicado en la parte motiva, las cuales se encuentran
prescritas. Absolver de lo demás.

Sin costas en el recurso extraordinario, en las


instancias a cargo de la parte demandada.

Cópiese, notifíquese, publíquese, cúmplase y


devuélvase el expediente al tribunal de origen.

GERARDO BOTERO ZULUAGA


Presidente de la Sala

JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ

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Radicación n.° 47138

FERNANDO CASTILLO CADENA

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS

JORGE LUIS QUIROZ ALEMÁN

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