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De igual manera, mientras los concelebrantes tienen en sus manos el folleto y recitan la
Plegaria, es antiestético mantener en una mano el texto y alzar la otra. Lo mejor es sostener
con ambas manos el texto.
En todas las Plegarias eucarísticas hay partes que pronuncia solamente el celebrante
principal, otras que las dicen simultáneamente todos los concelebrantes y otras que
pronuncian uno, dos o más concelebrantes en voz alta.
La postura de la mano durante la epíclesis es en forma impositiva, es decir, extendida sobre
las ofrendas. En la narración de la institución y consagración, la mano se extiende de lado o
en forma indicativa. En la elevación miran la Hostia y el cáliz y luego se inclinan
profundamente (n. 227c).
235. Respecto a las otras Plegarias eucarísticas aprobadas por la Sede Apostólica,
obsérvense las normas determinadas para cada una de ellas.
236. La doxología final de la Plegaria eucarística es pronunciada solamente por el
sacerdote celebrante principal y, si se quiere, juntamente con los otros concelebrantes,
pero no por los fieles.
1
Tomado de: Plegarias eucarísticas para concelebración, Conferencia Episcopal de Colombia, 2008, p. 3-4.