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21 VOCES AUTORIZADAS

El 25 de septiembre de 2005, el periódico El País publicaba una noticia que ilustra a la


perfección los intentos de confundir al juez Del Olmo a lo largo de la instrucción del
sumario del 11-M. La noticia decía lo siguiente:

 "Un informe del equipo legal del 11-S liga la red de Al Zarqawi con detenidos
del 11-M. Un informe incluido en el sumario del 11-M revela los vínculos entre
el grupo de Abu Musab Al Zarqawi, el hombre que aterroriza Irak, con algunos
de los detenidos en España por los atentados de Madrid. El dossier fue
reclamado por el juez Juan del Olmo a Jean-Charles Brisard, cuyo equipo legal
ha demandado, en representación de 5.600 víctimas del 11-S, a varias empresas
saudíes por financiar a Al Qaeda. El texto relaciona con la red de Al Zarqawi a
Jamal Zougam, a su hermanastro Mohamed Chaoui, al huido Amer el Azizi, a
Said Chedadi y, también, a Abu Dahdah".

El informe
 
Jean-Charles Brisard es, en efecto, un experto en cuestiones de terrorismo internacional.
Una persona de prestigio que ha elaborado algunos conocidos informes para la ONU
sobre las redes de financiación de Al Qaeda. Esos informes, en los que desvela las
conexiones de ciertos financieros saudíes con las redes terroristas islámicas, le han
valido diversas querellas, cuyo resultado ha sido positivo para Jean Charles Brisard en
algunos casos y negativo en otros, dependiendo de la legislación concreta vigente en
cada uno de los países donde las querellas se presentaron. En cualquier caso, nadie le
discute su condición de experto, ni tampoco su valentía al adentrarse en un terreno
extremadamente peligroso. Es una verdadera voz autorizada en lo que a Al Qaeda se
refiere.
 
Jean-Charles Brisard tiene una empresa de consultoría en Suiza, JCB Consulting, que
juega un sorprendente (y no muy brillante) papel en el sumario del 11-M. El 2 de abril
de 2004, JCB Consulting enviaba por fax un peculiar informe al juez Juan Del Olmo
sobre Abu Musab al Zarqawi, uno de los presuntos dirigentes del terrorismo de Al
Qaeda en Irak; ese informe se incorporaría al sumario un mes después, en mayo de 2004
(luego veremos con qué resultado).
 
El informe, que tiene 40 páginas, está escrito en inglés y consta de dos partes: un relato
sobre el pasado y las actividades de Al Zarqawi y una serie de transparencias de soporte
que ilustran y complementan esa información. Ese informe contiene diversos datos
sobre Abu Musab Al Zarqawi y su red terrorista. pero lo primero que uno se pregunta al
leerlo es: ¿por qué manda JCB Consulting semejante informe al juez Del Olmo? ¿Qué
tiene que ver con el 11-M ese informe sobre Al Zarqawi?
 
La respuesta a la primera pregunta es sencilla. JCB Consulting mantiene, como nos
confirmó telefónicamente un empleado de dicha empresa, unas excelentes relaciones
con el juez Garzón, con quien intercambia frecuentemente información acerca de las
redes terroristas islámicas. En el informe, de hecho, se ilustran con datos extraídos de
sumarios instruidos por Baltasar Garzón varias de esas supuestas conexiones de las
redes terroristas. De modo que el enviar ese informe al juez Del Olmo no tenía otro
objeto, según la persona de JCB Consulting que nos atendió telefónicamente, que
ayudar al esclarecimiento de los hechos del 11-M, en justa correspondencia por la ayuda
prestada por Garzón en otras ocasiones, a la hora de recabar información sobre el
entramado de Al Qaeda. Ni el juez Del Olmo había solicitado ese informe, ni JCB
Consulting había sido contratada por nadie para elaborarlo.
 
Objetivo: Jamal Zougham
 
La respuesta a la segunda pregunta (¿qué tiene que ver con el 11-M ese informe sobre
Al Zarqawi?) la daba El País en la noticia a la que antes hacíamos referencia: el informe
enviado por JCB Consulting al juez Del Olmo pretende relacionar, en efecto, a Al
Zarqawi con dos de los detenidos del 13-M, Jamal Zougham y Mohamed Chaoui,
aunque esa pretensión no resulta muy exitosa, como vamos a ver.
 
De las 40 páginas del informe, sólo dos tienen relación con el 11-M  y en ellas se dice,
en efecto, que Jamal Zougham y Mohamed Chaoui están conectados con el jefe de Al
Qaeda en España, Abu Dahdah, que a su vez tiene contactos con Al Zarqawi. El informe
no proporciona ninguna prueba de esa relación, limitándose a apuntar que existieron en
el pasado contactos entre Jamal Zougham y Abu Dahdah, contactos que, como ya
sabemos, motivaron que Jamal Zougham declarara hace unos meses como testigo (no
como acusado) en el juicio contra Abu Dahdah.
 
Junto a esa imputación gratuita contra Zougham, las dos páginas del informe dedicadas
al 11-M contienen una sorprendente acumulación de vaciedades, generalidades y
errores. Entre otras cosas, el informe de JCB Consulting habla de que hay un marroquí
llamado Mustafá Barkani detenido por la Policía española por su relación con el 11-M;
sin embargo, en el sumario del 11-M no aparece ningún implicado con ese nombre. El
informe dice también que Amer El Azizi, terrorista supuestamente ligado a Al Qaeda,
está detenido por la Policía española desde 2002; sin embargo, lo cierto es que Amer El
Azizi se encuentra en busca y captura y se ignora actualmente su paradero.
 
Resulta sorprendente que un experto internacional en cuestiones de terrorismo islámico
envíe un informe con errores tan garrafales. Pero más sorprendente resulta el hecho en
sí de que se envíe un completo informe de 40 páginas para, al final, extraer una sola
conclusión: que Jamal Zougham, el culpable oficial del 11-M, está relacionado con
Al Qaeda. Conclusión para la que, por otra parte, el informe no aporta un solo
argumento útil.
 
Hasta tal punto es absurdo el informe, que el juez Del Olmo ordenó, con muy buen
criterio, que ni siquiera se incorporar al sumario una traducción del mismo, por
considerar que los datos contenidos en el informe no guardaban ninguna relación con el
11-M.
 
Como vemos, la noticia publicada en El País contenía dos errores graves.

 El primero, decir que ese informe había sido encargado por el juez Del Olmo.
No es cierto: el juez Del Olmo no sólo no encargó ese informe, sino que,
después de estudiarlo, lo desestimó por considerarlo irrelevante.
 El segundo error es más sutil: en la noticia de El País se afirmaba que el informe
relaciona a Al Zarqawi con Jamal Zougham. Esa aseveración no es
completamente cierta: en el informe se afirma que existe esa relación, sí, pero
sin aportar ni un solo dato, prueba o argumento mínimamente serio. Por eso el
juez Del Olmo ordenó que ni siquiera fuera traducido para incorporarlo al
sumario.

¿Trataba El País de intoxicar a la opinión pública, en un intento más de culpabilizar a la


cabeza de turco oficial del 11-M, Jamal Zougham? Posiblemente no. Posiblemente el
periodista de El País que firmaba la noticia es uno más de los intoxicados por esas
fuentes policiales que han tratado de convencer durante dos años a todos los medios de
comunicación de lo malo que es Jamal Zougham, volcando sobre él todo tipo de basura.
 
¿De dónde salió ese informe?
 
Como ya hemos dicho, resulta sorprendente que un experto internacional como Jean-
Charles Brisard emita un informe con errores de bulto como los que contiene el que
recibió el juez Del Olmo. Tan sorprendente resulta, que no se puede evitar la sensación
de que hay gato encerrado.
 
Un análisis más detallado del texto del informe nos revela, precisamente, cuál puede ser
ese gato: en realidad, resulta muy dudoso que ese informe fuera redactado por Jean-
Charles Brisard.
 
Al leer el texto en inglés del informe, lo primero que llama la atención es la estructura
gramatical de las frases. Nosotros, los españoles, tenemos la sensación de que los
ingleses "escriben las frases al revés"; sin embargo, en el informe de JCB Consulting,
redactado en inglés, la estructura de las frases es sorprendentemente española y directa.
Tanto es así, que uno puede coger determinadas partes del informe y traducirlas de
corrido en voz alta, sin detenerse a pensar cómo construir la frase en español.
 
Pero, además, es que el informe está plagado de términos ingleses absurdos que son
traducción literal de expresiones españolas, un poco al estilo del famoso libro "From
lost to the river". Así, por ejemplo, "few time after...", que parece la traducción literal de
"poco tiempo después..." (que en inglés se diría "shortly after"). O también "Spanish
Police found a visit card of...", traducción literal de la frase "La Policía española
encontró una tarjeta de visita de..." (tarjeta de visita se dice en inglés "business card", no
"visit card").
 
Por otro lado, algunas otras partes del informe están literalmente extraídas (sin
modificación ninguna) de páginas web americanas que cualquiera puede consultar.
¿Nos encontramos, entonces, ante un mero refrito de información a la que alguien
añadió algunos párrafos, bastante mal redactados, con los que relacionar a
Zougham con Al Qaeda?

Teniendo en cuenta el excelente inglés que Jean-Charles Brisard utiliza en sus informes
a la ONU, resulta muy dudoso que fuera él quien redactara el informe recibido por Del
Olmo.
 
¿Lo redactó, quizá, algún subordinado suyo francófono, que podría haber cometido el
mismo tipo de errores de traducción que un español? Podría ser, pero, dejando aparte los
errores "lingüísticos", Jean-Charles Brisard dispone del suficiente material sobre Al
Zarqawi bien redactado en inglés como para que ese subordinado no hubiera tenido que
cortar y pegar trozos de páginas web.
 
Pero la confirmación de que alguien debió de pedir desde España a Jean-Charles Brisard
que le hiciera el favor de enviar ese informe al juez Del Olmo la tenemos gracias a unas
declaraciones del propio Brisard difundidas el 26 de marzo de 2004 por Associated
Press. En esas declaraciones, Brisard afirmaba que "miembros de la Policía española le
habían dicho que algunos sospechosos de los atentados del 11-M estaban en contacto
con Al Zarqawi sólo uno o dos meses antes de los atentados".
 
Es decir, Brisard declara el 26 de marzo de 2004 que la Policía española le ha
informado de esa conexión del 11-M con Al Zarqawi y una semana después le envía un
informe al juez Del Olmo para ponerle al corriente. Si la Policía española era consciente
de esa conexión, ¿qué necesidad veía Brisard de informar de ella a Del Olmo? ¿Es que
tenía algún motivo para suponer que la Policía española le transmitía esa información a
él, pero no al juez del caso?
 
Apuntes nostálgicos
 
Los menos jóvenes de los lectores recordarán perfectamente otro episodio igualmente
peregrino que tuvo lugar siendo ministro de Justicia e Interior el inefable Juan Alberto
Belloch, en tiempos de Felipe González. Tras unas arduas e inexplicadas negociaciones
con el ex-director de la Guardia Civil Luis Roldán, que se había supuestamente fugado
de España, el ministro Belloch compareció ante los medios para anunciar a bombo y
platillo que Luis Roldán había sido detenido en Laos. Como demostración, el ministro
exhibió un fax supuestamente enviado desde Laos, en francés, por un tal capitán Khan.
 
La superchería fue descubierta por Víctor de la Serna, del periódico El Mundo, que
habla francés a la perfección y puso de manifiesto cómo aquel fax aparentemente
recibido desde Laos estaba plagado de expresiones macarrónicas que sólo podría haber
escrito un español que estuviera traduciendo literalmente al francés. El ministro quedó
en evidencia hasta tal punto que su nombre ya ha quedado indefectiblemente ligado al
de ese inexistente y esperpéntico capitán Khan.
 
Al analizar el episodio de JCB Consulting, uno no puede evitar la sensación de estar
volviendo atrás en el tiempo. ¿Quién redactó en realidad ese refrito infumable en un
inglés macarrónico? ¿Envió alguien desde España ese informe a JCB Consulting para
que esa empresa se lo reenviara al juez Del Olmo, como si fuera de cosecha propia?
¿Por qué podría alguien tener interés en que un experto internacional hiciera llegar al
juez Del Olmo un informe "avalando" la conexión de Jamal Zougham con Al Qaeda?
¿Quiso alguien recurrir a la "voz autorizada" de ese experto internacional para tratar de
apuntalar unas acusaciones contra Zougham que no se sostenían por ninguna parte?
 
Aunque no son las únicas preguntas que suscita la lectura del informe. ¿Es casualidad
que JCB Consulting enviara el informe precisamente el 2 de abril, el día anterior a la
explosión del piso de Leganés? ¿O ese informe era una pieza más de esa puesta en
escena en la que tan digno papel jugaron el esperpéntico atentado contra las vías del
AVE o el esperpéntico fax amenazante enviado al periódico ABC el mismo 3 de abril?
 
Ante todo, que quede claro que no creo en absoluto que Jean-Charles Brisard tenga
ninguna responsabilidad en el asunto. Creo, simplemente, que le metieron un gol, igual
que pretendían metérselo al juez Del Olmo y a todos los españoles. ¿Quién fue el
responsable del tiro a puerta? No tengo ni idea, pero algunos equipos parecen mostrar,
año tras año, los mismos vicios de juego, no importa cuánto tiempo pase.

Bienvenido de nuevo, capitán Khan

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