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ÉTICA DE LA COMUNICACIÓN, AUTORIDAD Y AUTONOMÍA

A diferencia de la moral, que conduce las acciones humanas mediante normas y reglas
determinadas, la ética pretende reflexionar sobre el sentido y la corrección de cualquier
código, orientación o pauta, normas, etc., que las personas enfrentan diariamente.

Existen muchas normas y reglas que conducen la conducta humana. Algunas pertenecen a
códigos muy definidos como los legados y religiosos (normas de tránsito y los diez
mandamientos), y otras ni siquiera aparecen por escrito, pero las cumplimos como si fueran
obligatorias, y la autoridad con más poder vigilará su estricta obediencia. Por ejemplo:
rumbear los viernes, fumar (porque todos lo hacen), guardar silencio para no ser el sapo,
responder agresión con agresión, aprovechar cualquier papayazo.

Otras normas presentan gran dificultad en su aplicación, debido a su identificación con


figuras de autoridad, como padres, profesores, policía, etc. La dificultad consiste en que se
asimilan como imposiciones externas altamente coercitivas y obligatorias. El problema de
fondo consiste en el escaso trabajo de concientización sobre el sentido que debe suponer la
existencia de cualquier código de normas que guíen el comportamiento humano.

Cuando a una persona no se le explica el por qué y, en cambio, se le impone el qué, es


decir, cuando sólo se impone y no se evidencia la razón de ser de una norma, ésta se
convierte en un enemigo de la libertad humana al igual que su representante, la autoridad.

El portar el uniforme, llegar oportunamente a clases, comprometerse con los propios deberes
y derechos puede convertirse en este contexto en una lucha sin cuartel, porque en la mente
de los jóvenes este tipo de normas son sinónimo de obediencia y domesticación. Muy pocos
analizan qué hay detrás de una norma como portar el traje escolar, porque sólo pueden ver
una orden que somete su libertad. No ven que el traje escolar no pretende uniformarlos, sino
cancelar diferencias sociales, culturales, económicas que podrán obstaculizar sus niveles de
socialización, convivencia, aprendizaje, etc.

¿Quién puede tender el puente entre poder/autoridad vs. norma/razón? .

¿Quién puede ayudar a los jóvenes a no ver en tantas normas tantos o más enemigos?.

En aras de la autonomía, cuyo fundamento consiste en que cada individuo debe atreverse a
pensar por sí mismo, sin tutorías, el reto es para los mismos jóvenes que por su envidiable
juventud aún pueden proporcionarse la posibilidad de ver más allá de lo que se les muestra y
encontrarle sentido a muchas normas que por su bondad y beneficios individuales y
colectivos tienen toda la legitimidad para existir.

¿Qué nos queda por hacer? Atrevámonos a pensar y a encontrarle sentido a una realidad
que aparenta quitarnos la libertad, tal como lo afirma Gandhi con otras palabras.
ACTIVIDADES

1. Argumenta sobre el siguiente texto:

“Existen muchas normas que aparentan ser absurdas, pero que pueden tener un sentido
diferente al de someter la voluntad de las personas. Las normas no sólo piden
obediencia, también exigen reflexión sobre su razón de ser”.

2. Responde:
a) ¿Las normas tienen una razón de ser diferente a la imposición por la fuerza?
b) ¿Existe alguna norma que tenga nobles pretensiones?
c) ¿Qué legitima las normas?
d) ¿De qué sirve buscar la razón de ser de las normas?

3. Explica el siguiente epígrafe de Mahatma Gandhi: “No se nos otorgará la libertad externa
más que en la medida exacta en que hayamos sabido en un momento determinado,
desarrollar nuestra libertad interna.

4. Elabora un mini-manual de Convivencia en el que las normas que lo rijan orienten a los
individuos a crear sentido de pertenencia a la institución, defiendan las diferencias de
pensamiento y protejan de cualquier tipo de discriminación (social, económica, cultural,
religiosa, política, etc.).

5. Analiza el tipo de normas que se producen en estos contextos y redacta una reflexión
sobre la relación individualismo – colectividad (1 página mínimo).

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