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MARÍTIMO DE MERCANCÍAS
Pág.
INTRODUCCIÓN 1
6
1. ASPECTOS GENERALES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
1.1.1. El Hecho 6
1.1.2. El Daño 8
2. CONTRATO DE TRANSPORTE 47
2.1. CONCEPTO 47
2.2. CARACTERISTICAS 48
2.3. OBJETO 52
2.4. PARTES 53
2.5. EFECTOS 60
3.1.1. El Armador 71
3.1.2. El Capitán 72
3.1.3. La Tripulación 74
3.2.1. Concepto 77
3.2.2. Características 77
3.2.3.2. La Carga 80
3.2.3.3. El Flete 81
3.2.4. Efectos 81
3.3.1. Concepto 91
CONCLUSIONES 222
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
INTRODUCCIÓN
Es así como el incremento del comercio internacional a nivel global del último
cuarto de siglo no resulta de unos esfuerzos aislados de ciertos países o de
grandes compañías multinacionales, sino que se debe a que, aún sin importar
el tamaño de su economía, muchos países se han dado cuenta que abrir sus
fronteras e integrarse a los mercados internacionales resulta generando
grandes beneficios incluso en el corto plazo, contrario a lo que se creía en el
pasado.
Debido a esta situación el sector externo de cada país juega un papel cada
vez más protagónico constituyéndose en algunos casos como el motor para
en cada uno de los miles de trayectos que diariamente se realizan por las
aguas del mundo.
Está dividido en cuatro capítulos, de los cuales los tres primeros desarrollan
temas generales que sirven para ambientar al lector para poder afrontar con
profundidad el estudio que nos ocupa. El primer capítulo trata el tema de la
responsabilidad civil teniendo en cuenta su profundidad y magnitud solamente
se relacionan los temas que de una u otra manera son fundamentales y que
nos servirán más adelante para analizar las diferentes reglamentaciones que
tratan la materia del transporte marítimo. Se abordan los temas de los
elementos constitutivos de la responsabilidad y los diferentes sistemas para
contrato de transporte, quienes son las partes, cuáles son los efectos para
cada una de ellas y al final se aborda un tema fundamental para el presente
estudio como es el de la carta de porte.
contratos.
5
colombiano.
Esperamos pues, que este aporte al análisis jurídico de nuestro país sirva
para lograr abrir el debate sobre un tema que cada día tiene mayor
1
CABANELLAS, Guillermo. Diccionario de Derecho Usual. Tomo II, Editorial Heliasta
S.R.L. Buenos Aires, p. 287
7
general que prohibe penetrar en la esfera jurídica del otro...3”. Ese hecho
entonces, puede consistir en el incumplimiento de una obligación preexistente,
caso en el que se genera responsabilidad contractual, o en el incumplimiento
Ahora bien, en cuanto a si se requiere o no que ese hecho sea culposo para
2
DE CUPIS, Adriano. El Daño Teoría General de la Responsabilidad Civil – Traducción
de la segunda edición por Angel Martínez Sarrión – Bosch. Casa Editorial Barcelona
1975, p. 129.
8
duda alguna, opinan los autores citados que “La cuestión es un poco más
delicada cuando se trata de responsabilidad contractual. En principio y con la
única excepción de las obligaciones de garantía, no podría haber
responsabilidad contractual sin incumplimientos de un contrato. ¿ No cabe
3
Ibidem, p. 137.
4
Ibidem, p. 81.
5
TAMAYO JARAMILLO, Javier. De la Responsabilidad Civil – De los Perjuicios y su
Indemnización – Segunda reimpresión de la primera edición – Tomo II Editorial Temis
1996. p. 5.
6
MAZEAUD, Henri, MAZEAUD, León y TUNC André. Tratado Teórico y Práctico de la
Responsabilidad Civil Delictual y Contractual – Traducción de la Quinta Edición por Luis
Alcalá-Zamora. Tomo Primero, Volumen I. Ediciones Jurídicas Europa-América,
Buenos Aires. p. 293.
9
incumplimiento9”
se sufrirán por una de ellas en caso de que la otra incumpla con una o más
7
Ibidem, p. 295.
8
Ibidem, p. 296.
9
Ibidem, p. 297.
10
que los perjuicios sufridos son superiores a los estimados en la cláusula éstos
deberán ser indemnizados.
10
Op. Cit. TAMAYO. p. 116.
11
11
SUESCÚN MELO, Jorge. Derecho Privado – Estudios de Derecho Civil y Comercial
Contemporáneo Tomo I, Editado por la Cámara de Comercio de Bogotá y la Universidad
de los Andes. p. 406.
12
Los daños materiales pueden ser presentes o futuros. De Cupis afirma que
“Por daño presente se entiende el daño que ya se ha producido, y que por
Tanto los daños presentes como los futuros deben ser indemnizados.
Es pertinente anotar también que tanto el daño emergente como el
lucro cesante pueden ser presentes o futuros. Tamayo afirma que: “..la
víctima de un accidente tendrá derecho a la reparación no solo del
daño emergente pasado (curaciones ya efectuadas) sino también del
daño emergente que solo se producirá con el correr de los días. De igual
forma, la víctima de unas lesiones personales tendrá derecho a cobrar por la
incapacidad laboral producida no solo desde el día del accidente hasta el día
12
Op. Cit. TAMAYO. p. 117.
13
Op. Cit. DE CUPIS. p. 320.
13
del fallo (lucro cesante pasado), sino también, por la que se produce con
posterioridad a éste (lucro cesante futuro).14”
ser presentes o futuros, y todos ellos dan lugar a indemnización por parte del
sujeto agente del daño. Obviamente bajo el supuesto que el daño sea cierto.
No podemos olvidar que debe existir relación de causa a efecto directa entre
el hecho y el daño que se genera; si ella no existe no puede haber lugar a
14
Op. Cit. TAMAYO. p. 117.
15
Ibidem. p. 169.
14
La norma antes citada, consagra otra clasificación del daño, distingue los
daños previsibles de los imprevisibles. Necesariamente para que se
indemnice un daño, éste debe ser consecuencia directa del incumplimiento;
así lo afirma claramente tal norma. Sin embargo, ese daño directo puede no
de acuerdo con el artículo 63 del Código Civil colombiano. En fin, para que el
daño imprevisible sea indemnizable debe haber culpa grave o dolo en el
deudor.
causa a efecto entre la culpa y el daño: se precisa que el daño sufrido sea la
consecuencia de la culpa cometida16 ”.
Es claro que Mazeaud – Tunc parten de la base de que sin culpa no hay
de la responsabilidad objetiva deberá darse entre hecho (con culpa o sin ella)
y daño.
Jorge Suescún afirma que “en los casos de responsabilidad objetiva sólo se
requiere acreditar la relación de causalidad entre el hecho humano y el daño,
independientemente de toda noción de culpa. Pero en los regímenes de
responsabilidad subjetiva, como el que impera entre nosotros, un hecho no
16
Op. Cit. MAZEAUD. p.
17
Op. Cit. SUESCÚN. p. 156
16
causa directa y necesaria, que sin ésta el daño no se hubiera generado. 19”
Para esta teoría es importante que todas las causas realmente hayan
18
Ibidem. p. 154.
19
Ibidem. p. 155.
20
Ibidem. p. 159.
17
que una de las posibles causas no hubiera existido y a pesar de ello el daño
hubiera ocurrido, necesariamente habría que concluir que tal hecho no es
causa del daño.
deja de ser una de las causas de los daños ulteriores y, aun cuando lejana, es
suficiente para hacer responsable a su autor.22”
Señala Suescún las dos principales críticas que se han hecho a esta teoría.
Por un lado, la teoría “ensancha exageradamente el concepto de causa, por lo
que en ocasiones riñe con el sentido común y la justicia.” Y por otro, “Se le
21
Ibidem. p. 161.
22
Ibidem. p. 164.
18
producido23”.
conducta inicial.
23
Ibidem. p. 165.
19
propietario del vehículo, él, poco o nada podía hacer para evitar los daños,
pues éstos son consecuencia directa de una situación totalmente ajena a su
voluntad.
solución como ésta choca contra el sentido común y contra la idea de justicia
que debe inspirar todo ordenamiento jurídico.
24
Ibidem. p. 166
20
Carlos Darío Barrera y Jorge Santos Ballesteros afirman que para esta teoría,
“... el último suceso en la cadena causal se considera productor del resultado,
ya que éste es el que destruye el equilibrio entre las condiciones favorables al
acaecimiento del daño. Pero de aceptarse, se terminaría admitiendo
soluciones que van contra la lógica jurídica; así, si una persona invita a otra a
montar en su lancha en horas de la mañana, y alguien la saboteó durante la
noche, sería responsable el dueño de la lancha pues él colocó la última
25
Ibidem. p. 169
26
SANTOS BALLESTEROS, Jorge y BARRERA, Carlos Darío. El Daño Justificado –
Colección Seminarios. No. 2. Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Ciencias
Jurídicas. p. 20.
21
daño, así como tampoco afirma que es causa la más cercana en el tiempo al
daño.
carácter de causa.27”
Cada caso en particular debe ser estudiado en abstracto. Esto significa que,
se debe comparar lo ocurrido con un modelo determinado por la normalidad.
Hay que dilucidar si es posible que una actuación o conducta genere en
condiciones normales el resultado dañoso del caso particular. Por ejemplo,
27
Op. Cit. SUESCÚN MELO. p. 170
28
Ibidem. p. 171.
22
La Causa Eficiente: Según Suescún, “Esta teoría explica que sólo es causa la
Entre los eventos que concurren para la producción de un daño, dice Suescún
citando a Pirson y Deville, se distinguen, las causas, las condiciones y las
ocasiones. “La causa eficiente es la causa propiamente dicha; responde a la
pregunta: ¿ por quién fue hecho el daño? Y puede definirse como aquello que
por su acción produce alguna consecuencia. La condición, en cambio, no
29
Ididem. p. 177.
23
Esta teoría, como se puede ver, da mucha opción al juez para la toma de la
decisión. Es a él a quien corresponde evaluar si el evento que se presenta
30
Ibidem. p. 178.
24
Jorge Santos y Carlos Barrera tienen una opinión diversa. Para ellos “El caso
fortuito o fuerza mayor es un hecho ajeno al marco de comportamiento del
ofensor cuyas consecuencias no pudo éste resistir, ya sea porque le eran
Hecho de un tercero:
Afirman Jorge Santos y Carlos Barrera que, “Por tercero debe entenderse a
todo aquel que no esté vinculado jurídicamente con el agente o con la víctima
por la ley o por una relación contractual.32”
31
Op. Cit. SANTOS BALLESTEROS. p. 29.
32
Ibidem. p. 34.
25
En numerosas ocasiones no hay un único agente productor del daño, sino que
con su actuar concurren otras actuaciones que contribuyen en la producción
de aquél. Es posible que la actuación del tercero haga parte de la cadena
causal generada por el sujeto agente del daño, o que sea independiente de
ella. En cualquiera de los casos hay que concluir que no puede haber sólo un
responsable.
Ahora bien, para que el tercero esté obligado a indemnizar a la víctima, desde
el punto de vista de la responsabilidad subjetiva, resulta indispensable que la
actuación sea culposa. De todas maneras, creemos que la actuación del
tercero debe ser ajena a la del sujeto agente del daño, es decir, éste no debía
tener control sobre aquélla.
Colombiano dispone que “La apreciación del daño está sujeta a reducción, si
el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente”. Observemos que la
norma contempla la posibilidad de la reducción de la indemnización a cargo
del sujeto agente del daño, cuando la víctima contribuyó de manera culposa
Ahora bien, en un caso como éste, donde el único causante del daño es la
daño.
33
MAZEAUD Henri y León y TUNC André. Tratado Teórico y Práctico de la
Responsabilidad Civil Delictual y Contractual – Traducción de la quinta edición por Luis
Alcalá-Zamora. Tomo Primero. Volumen II. p. 2.
28
“Es definida la culpa por la doctrina en los siguientes términos “Hay culpa
cuando el agente no previó los efectos nocivos de su acto, habiendo podido
a) Cuando el autor no prevé el daño que pueda causarse con un acto suyo,
que inspira toda actividad del hombre. La objetividad está dada por la
necesidad de comparar la conducta que se estudia con un modelo de
comportamiento consignado en la ley.
34
Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil, Junio 2 de 1958 – Código Civil.
Editorial Legis. Ref. 0263.
31
Ihering así: “La teoría de la culpa, resumida por Von Ihering en la fórmula “sin
culpa, ninguna reparación.....36”.
La fórmula descrita por Von Ihering, si bien es bastante simplista, recoge con
Presunciones de culpa:
35
Op. Cit. MAZEAUD. Tomo Primero Volumen II. p. 29.
36
DE AGUIAR DIAS, José. Tratado de Responsabilidad Civil Tomo I – Traducción de
Juan e Ignacia Moyano. Editorial José M. Cajicá, Jr. S.A. p. 55.
32
Jorge Santos Ballesteros afirma que “Las presunciones de culpa admitidas por
la jurisprudencia francesa, constituyeron a no dudarlo un avance en la
37
SANTOS BALLESTEROS, Jorge. Instituciones de Responsabilidad Civil Tomo I.
Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Ciencia Jurídicas. 1996. p. 24.
33
Como se puede ver con claridad, la posición de Planiol, es que, no basta que
el sujeto agente del daño pruebe la ausencia de culpa en su actuar para
exonerarse, sino que necesariamente debe probar la existencia del factor
extraño, es decir, debe procurar el rompimiento del vínculo causal.
tornó insuficiente.
José de Aguiar Dias cita a Alvino Lima así: “Dentro del criterio de
responsabilidad fundada en la culpa no era posible resolver un sinnúmero de
casos que la civilización moderna creaba o agravaba; se hacía imprescindible,
38
Ibidem. p. 26.
34
Ripert explica la teoría del riesgo de la siguiente forma: “La fórmula que
39
Op. Cit. DE AGUIAR p. 64.
40
Op. Cit. SUESCÚN MELO. p. 413.
35
41
RIPERT, Georges. La Regla Moral en las Obligaciones Civiles. Traducción de Carlos
Valencia Estrada. Editorial La Gran Colombia. Bogotá. 1946. p. 166.
36
Así las cosas, es posible afirmar que la responsabilidad contractual surge del
obligaciones, pues hace surgir una obligación nueva, distinta de las que se
derivaron del pacto preexistente.
37
En uno y otro caso, deben reunirse tres requisitos para que exista
responsabilidad: Un daño, una culpa, un vínculo de causa a efecto entre la
culpa y el daño43”.
42
Op. Cit. MAZEAUD. Tomo Primero Volumen I. p. 117.
43
Op. Cit. MAZEAUD. Tomo Primero Volumen I. p. 121.
38
Por regla general, quien exige la defensa de un derecho del cual se cree
titular, debe probar los elementos que hacen que el derecho efectivamente
exista y que esté radicado en cabeza suya. En materia de responsabilidad
extracontractual, lo normal es que corresponde a la víctima probar la
presume la culpa del sujeto agente del daño, él cual, para exonerarse deberá
probar la existencia de la fuerza mayor, del hecho de un tercero o de la culpa
exclusiva de la víctima.
doctrinal, sin embargo no nos referiremos a la misma por no ser este el objeto
del presente estudio. Nos acogemos en este punto a la opinión de Jorge
Suescún Melo, quien anota: “En nuestro criterio, el régimen probatorio
establece que la carga de la prueba corresponde al actor, de manera que éste
debe demostrar todos los factores para que tenga éxito su pretensión. De
40
esta tarea sólo se libera cuando la ley así lo establezca, por ejemplo, cuando
da por supuestos algunos de esos factores, a través de presunciones, o
cuando sea imposible probar un hecho alegado, por constituir negaciones
indefinidas.45”
Jorge Suescún Melo, “Los únicos casos en los que el demandante está
relevado de su tarea de demostrar los daños se presentan cuando la
ley misma los establece, esto es, cuando hay “evaluación legal”, o
44
Op. Cit. SUESCÚN MELO. p. 394.
45
Ibidem. p. 398.
46
Ibidem. p. 402.
41
Ahora bien, el primer inciso del artículo antes citado dispone que “El deudor
no es responsable sino de la culpa lata en los contratos que por su naturaleza
anotado al citar el artículo 63 del Código Civil, son tres las clases de culpa.
La pregunta que surge al leer el artículo 1604 del Código Civil es “¿Qué tipo
de culpa se presume?”. Si son tres las modalidades de culpa, y el mismo
afirma que “la culpa que se presuma ha de ser una por la cual responda el
42
culpa grave del deudor incumplido, pues ese tipo de culpa es la única que
genera responsabilidad para él.
47
Ibidem. p. 427.
43
Jorge Suescún Melo afirma que “en los contratos bilaterales la culpa que se
presume es la leve y en los que producen beneficios para el deudor
exclusivamente la que se presume es la levísima48”. Obviamente, el acreedor
demandante podrá probar que la culpa es de mayor entidad, para que de esta
forma el deudor se vea obligado a indemnizarle también los perjuicios
imprevisibles.
48
Ibidem. p. 428.
49
Op. Cit. MAZEAU. Tomo Primero Volumen I. p. 131.
44
50
Ibidem. p. 133.
45
Otra diferencia la suscitan los artículos 1608 y 1615 del Código Civil. El
primero de esos artículos reza: “El deudor está en mora:
mora.
hacer, de manera que se podría concluir que frente a supuestos similares, los
regímenes de responsabilidad contractual y extracontractual dan soluciones
idénticas.
2. CONTRATO DE TRANSPORTE
Este capítulo tiene como objetivo trazar un marco general en lo que al contrato
de transporte se refiere, y no pretende agotar tan extenso y apasionante tema.
En el entendido de que el transporte puede ser tanto de personas como de
2.1. CONCEPTO
es un contrato por medio del cual una de las partes se obliga para
con otra, a cambio de un precio, a conducir de un lugar a otro, por
determinado medio y en el plazo fijado, personas o cosas y a entregar estas al
destinatario”.
ahora los conceptos necesarios que nos permitirán, más adelante, desarrollar
a profundidad el objeto del presente estudio.
2.2. CARACTERISTICAS
51
ARRUBLA PAUCAR, Jaime Alberto. Contratos Mercantiles. Tomo I. Editorial Dike.
1995. p. 221.
49
instantánea.”54
52
BONIVENTO FERNANDEZ, José Alejandro. Los Principales Contratos Civiles y
Comerciales. Tomo II. Ediciones Librería del Profesional. 1995. p. 184.
53
Op. Cit. ARRUBLA. p. 229.
54
GÓMEZ ESTRADA, César. De los Principales Contratos Civiles. Tercera Edición.
Editorial Temis. 1996. p. 184.
51
2.3. OBJETO
Para entrar a analizar el objeto de un contrato hay que tener en cuenta que,
según el código civil éste puede referirse a la entidad sobre la cual recae el
consentimiento de las partes, o a la operación jurídica que se pretende
realizar.
código el cual dice en su primer inciso: “No solo las cosas que existan pueden
ser objeto de una declaración de voluntad, sino las que se espera que
existan; pero es menester que las unas y las otras sean comerciales y que
estén determinadas, a lo menos, en cuanto a su género”. (La negrilla es
nuestra).
A este respecto cabe anotar que pueden ser objeto del contrato de transporte
transportar cosas muebles corporales, pues éste numeral obliga a realizar una
descripción pormenorizada de las mercancías objeto del transporte, y
solamente se puede describir una cosa si es percibida por lo sentidos.
La segunda acepción la contiene el artículo 1517 del código civil, el cual dice
que: “Toda declaración de voluntad debe tener por objeto una o más cosas,
53
2.4. PARTES
En principio, se tiene que son dos las partes que intervienen en el contrato de
Código de Comercio.
Se entiende por remitente quien entrega las cosas para que sean
transportadas, ya sea que actúe por cuenta propia o por cuenta ajena.
haya lugar”.
54
comercio considera como mercantiles para todos los efectos legales a las
empresas de transporte de cosas a título oneroso, sin importar cuál sea la vía
o medio utilizado.
55
Bastante sano es el principio instaurado por este artículo en virtud del cual la
responsabilidad recae solidariamente sobre todos los transportadores que
participaron en el recorrido y no solamente sobre el primero y el último, como
lo estipulaba antes de su modificación por parte del artículo 6 del Decreto
01/90, pues de esta forma es más fácil para el perjudicado hacer valer sus
derechos.
Para concluir acerca de este sujeto del contrato de transporte nos parece
importante destacar que el último transportador, salvo estipulación en
contrario, representa a los demás para el cobro de las prestaciones
respectivas y para ejercer el derecho de retención que corresponda, dichas
a) Se trata de una estipulación para otro, pues es el caso en que una parte
(el remitente) estipula a favor de una tercera persona (el destinatario), sin
tener el derecho para representarlo; y es esta última quien puede
demandar lo estipulado (reclamar la mercancía), además, mientras no
2.5. EFECTOS
Obligaciones:
destinatario.
Nos parece que debería permitirse pactar que el obligado a pagar el flete
obligación.
62
de su desarrollo”.
55
SENTENCIA DE CASACIÓN. 9 de octubre de 1998. Expediente 4895. Magistrado
Ponente: Dr. José Fernando Ramírez Gómez.
63
Derechos:
Obligaciones:
actividad.
Derechos:
1) También tiene derecho a que le sean pagados todos los gastos en que ha
incurrido para la conservación de las mercancías y otros ocasionados por
el transporte de las mismas como por ejemplo el pago de impuestos,
derechos de aduana, etc.
transporte.
a) Después de 30 días hábiles una vez el remitente haya tenido noticia de
la retención, el transportador tiene derecho a solicitar el depósito el
bien y su venta en martillo, y hacerse pagar sus acreencias con dicha
venta.
66
daño.
a) Tiene derecho a depositar las cosas cuando se presentan divergencias
sobre su estado, embalaje, acondicionamiento, peso, naturaleza,
volumen, etc.
a) El transportador puede depositar la mercancía a costa del destinatario
cuando surjan discrepancias acerca del verdadero destinatario, de su
derecho a recibir las cosas o sobre las condiciones de entrega. Si se
parte del contrato, lo que puede hacer una vez lleguen las mercancías al lugar
de destino, de lo contrario, el contrato de transporte no generará ningún efecto
en él.
Obligaciones:
cancelada.
Derechos:
1) El principal derecho del destinatario es retirar las cosas objeto del contrato
cuando éstas lleguen al lugar de destino. Este retiro significa aceptación y
68
cuando han transcurrido siete días a partir de la fecha en que haya debido
llegar.
porte, documento que como título valor que es, le imprime una gran agilidad e
importancia económica al contrato de transporte permitiendo simultáneamente
la negociación y el desplazamiento de las mercancías de una manera
dinámica y segura, pues el adquirente tiene certidumbre acerca de su
Todos estos requisitos indican que la carta de porte debe ser un documento
completo, que a pesar de no ser obligatoria su expedición, de hacerlo, debe
contener toda la información necesaria para permitir ejercer todos los
derechos que a ella se incorporan.
Más adelante en este estudio veremos el análisis más detallado del contrato
de transporte marítimo de cosas, el cual tiene su regulación y principios
particulares pero, sin duda alguna, las bases generales aquí expuestas
servirán para facilitarnos el trabajo una vez lleguemos a ese punto.
3. CONTRATO DE TRANSPORTE MARITIMO
mercancías nos parece necesario hacer precisión sobre varios conceptos que
han sido desarrollados por el derecho marítimo y que hacen relación con
varias personas que intervienen de manera directa en el tráfico marino como
lo son el armador, el capitán, los tripulantes y los intermediarios marítimos.
En general, las funciones del capitán versan sobre tres aspectos: el gobierno,
las funciones de derecho privado éstas comprenden las actas de registro civil
y los actos jurídicos celebrados a bordo.
Por otro lado, el capitán también está con la obligación de otorgar recibos
parciales de la mercancía para sustituirlos en el momento oportuno por los
conocimientos o documentos respectivos (1501-4 C.Co.)
Para reafirmar la anterior posición del legislador, el artículo 1511 del C.Co.
determina que si el contrato de enrolamiento dice que el personal debe ser
regresado a un lugar determinado, en todo caso dicho personal será
conducido a tal lugar.
carga.
equivalentes.
? ? Contrato por adhesión. Debido a que la gran parte del contenido del
contrato está dispuesto en la ley por la minuciosa regulación que trae el
código de comercio sobre este tema en particular, las partes tienen poco
campo de negociación, y en la práctica la mayor parte del contrato ya esta
preestablecido sin muchas posibilidades de modificación.
este último posee características propias que son las que serán resaltadas en
este apartado.
medio de un agente.
3.2.3.2. La Carga. En el artículo 1634 del C.Co. se define carga como los
bienes, objetos y artículos de cualquier clase con excepción de los animales
vivos y el cargamento que se ubique sobre cubierta. Cabe anotar que esta
La carga puede ser total o parcial; será transporte de carga total cuando las
56
ALVAREZ-CORREA, Eduardo. El Contrato de Transporte Marítimo. Universidad de
los Andes. Facultad de Derecho. 1994. p. 47.
81
? ? Si la nave ha zarpado sin toda la carga por culpa del remitente, se debe
pagar todo el flete acordado.
3.2.4 Efectos.
asume la obligación de proporcionar una nave que sea apta para el transporte
a realizar. Respecto de la carga, el transportador debe arrumarla y
embarcarla, transportarla y custodiarla, y por último desarrumarla y
desembarcarla.
Por esta razón analizaremos este apartado desde estos dos aspectos.
El aspecto náutico se refiere a que la nave debe ser apta para la navegación
en alta mar (1582 C.Co.), ésta obligación se relaciona con la gestión náutica
del buque, cuyo incumplimiento genera la culpa náutica.
El aspecto comercial hace referencia a que la nave debe ser apta para
transportar la carga objeto del contrato (1600-1 C.Co), ésta obligación se
relaciona con la gestión comercial del buque, cuyo incumplimiento genera la
culpa comercial.
57
Ibidem. p. 50.
83
Etapas”, la cual consiste en que si el viaje tiene que navegar por distintas
circunstancias marinas, por ejemplo pasar de un mar calmado a uno más
agitado, el armador está obligado a poner su buque en buen estado de
navegabilidad antes de iniciar cada nueva etapa, más adelante nos
? ? Free In, Liner Out (F.I.L.O.) Cláusulas de entrada libre y servicio regular
58
Ibidem. p. 54.
85
Así lo indica Ignacio Arroyo Martínez al afirmar que “lo cierto es que la
recepción y entrega59”.
59
ARROYO MARTINEZ, Ignacio. Estudios de Derecho Marítimo. Librería Bosch.
Barcelona. 1985. p. 260.
86
debe entender por cambios razonables, pero si trae varios ejemplos que
pueden servir de referencia:
87
Avería de la Carga Antes de Llegar a Destino. Con respecto a los daños que
Por esta razón hay unas obligaciones relacionadas con la carga las cuales
? ? Entregar la carga.
En cuanto al pago del flete la situación es un poco más particular. Por un lado
el remitente tiene la obligación de pagar el costo del servicio o flete pero
? ? Si el remitente desiste del contrato antes del zarpe debe pagar la mitad del
flete convenido, los gastos de cargue y descargue y la contraestadia.
mercancía antes del zarpe desistiendo del contrato y pagando la mitad del
flete convenido (1620 C.Co.), b) El remitente puede retirar la cosa durante
el viaje pagando la totalidad del flete y pagando los gastos que ocasione el
descargue (1621 C.Co.) y c) El remitente puede disponer la entrega de la
C.Co.).
EMBARQUE
valores en general.
para su transporte que promete, una vez terminado éste, entregar al legítimo
tenedor del mismo60”.
Así las cosas, son varias las funciones que cumple el conocimiento de
embarque. Zabaleta Sarasua, citando a Garrigues, afirma, refiriéndose al
conocimiento de embarque, que “si bien su función originaria fue constituir un
recibo acreditativo de la recepción de la carga a bordo del buque porteador,
60
SAN SIMON, Luis. El Contrato de Transporte Marítimo Bajo Conocimiento de
Embarque. Publicación del Instituto Marítimo Español. p. 14.
61
ZABALETA SARASUA S., Manual de Derecho del Transporte Marítimo. p. 387.
93
reducidos, que expresan lo básico, pero una de las cláusulas hace aplicable a
dicho conocimiento, o por decirlo de otra manera incorporan al mismo, las
cláusulas de los llamados “Long Form” o “Regular Bill of Lading” del porteador.
terceros.
95
de tal reserva:
62
Ibidem. p. 397.
96
De acuerdo con la opinión transcrita, están mucho más protegidos los terceros
bajo las disposiciones de la Haya/Visby que bajo la normatividad de
Hamburgo.
63
Ibidem. p. 399.
97
El Artículo 767 del mismo código dispone que “la carta de porte y el
De acuerdo con los artículos antes citados, no queda duda alguna de que el
conocimiento de embarque ostenta la condición de título valor, siempre y
cuando cumpla con los requisitos que la ley ordena.
Los otros requisitos, que debe cumplir el conocimiento son los dispuestos por
el Artículo 768 del Código de Comercio, que establece que “sin perjuicio de lo
dispuesto en el libro V de este código sobre transporte marítimo y aéreo, la
carta de parte o el conocimiento de embarque, además de los requisitos
establecidos en el artículo 621, contendrá:
10. Si el transporte fuere por vehículo determinado, los datos necesarios para
su identificación”.
Por su parte, Luis San Simon afirma que “el derecho que incorpora el
64
Ibidem. p. 393.
65
Op. Cit. SAN SIMON p. 31.
100
representativo de mercancías.
Esa condición no sólo permite que el tenedor del título pueda reclamar las
mercancías en el puerto de destino, como ya se anotó, sino que además
permite que el tenedor del título pueda negociar las mercancías a través de la
circulación del título. Luis San Simon afirma que la tercera función del
conocimiento de embarque “es la de ser título de tradición que confiere a su
(Revista Jurisprudencia y Doctrina tomo XIX N° 224 Agosto 1990 Pág. 574) la
sala de casación civil de la Corte Suprema de Justicia, se refirió a las
66
Ibidem. p. 31.
101
palabras, lo que la Corte dice es que para aplicar a un contrato las normas del
contrato de transporte bajo conocimiento de embarque debe existir
conocimiento, lo cual es obvio.
será transportado68”.
67
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, mayo 24 de 1990 M.P. Dr. Carlos
Esteban Jaramillo Schloss, (Revista Jurisprudencia y Doctrina Tomo XIX No 224, agosto
de 1990). p 574.
68
Ibídem. p. 575
102
La Corte atribuye al igual que la doctrina que hemos citado, la función del
sección II del Capítulo III del Título IX de la primera parte del Libro V.
En primer lugar, hay que anotar que el Código de Comercio colombiano trae
una definición especial de mercaderías para el caso del transporte bajo
69
Ibídem. p. 575.
70
Ibídem. p. 575.
104
Por otro lado, es apenas obvio que para el transportador surge una obligación
cuerpo legal. Este último dispone que “El conocimiento se expedirá, por lo
menos, en dos ejemplares: uno de éstos, firmado por el transportador, será
negociable y se entregará al cargador. El otro ejemplar, firmado por el
cargador o su representante, quedará en poder del transportador o de su
Es evidente que sólo uno de los ejemplares del conocimiento, el que queda en
poder del cargador, es negociable. Es apenas natural, pues el cargador es
será negociable, el que queda en poder del cargador para fines de disposición
o reclamo de las mercancías.
capítulo siguiente.
obliga, a cambio de una prestación, a cumplir con una nave determinada uno
o más viajes preestablecidos, o los viajes que dentro del plazo convenido
106
armador se obliga a cumplir “los viajes que dentro del plazo convenido ordene
el fletador”.
Ruiz Soroa afirma que “La distinción fundamental se opera entre el fletamento
71
RUIZ SOROA J.M. Manual de Derecho del Transporte Marítimo. p. 50.
72
Ibídem. p. 51
73
Op. Cit. ALVAREZ-CORREA El Contrato de Transporte Marítimo. p. 51.
108
destinatario de la carga.
3. Un conocimiento de embarque que vincula al fletante o al fletador, ambos
por medio del capitán, al remitente o al destinatario de la carga74”.
74
ALVAREZ CORREA Eduardo, El Contrato de Fletamento Marítimo, Facultad de
Derecho Universidad de los Andes 1994. p. 24.
109
contrario, en el fletamento por viaje los expide en nombre del fletante, pues es
éste quien tiene la gestión comercial de la nave.
75
Ibídem. p. 25.
76
Ibídem. p. 25.
110
Este es otro de los contratos que guarda relación con el contrato de transporte
marítimo. El artículo 1678 del Código de Comercio colombiano dispone que
“Habrá arrendamiento cuando una de las partes se obliga a entregar a la otra
77
Para profundizar en lo relativo a la diferencia entre el contrato de transporte y el contrato
de fletamento se pueden consultar dos laudos arbitrales donde se hace referencia con
detalle a la distinción entre los mencionados contratos. En ambos se resolvieron
controversias entre el Instituto de Mercadeo Agropecuario IDEMA Y Colmares Ltda. y
Transportadora Marítima Mexicana. El primero de dichos laudos es de 25 de junio de
1993 y los árbitros fueron los Doctores Rafael Hernando Gamboa, Luis Hello Kattah y
Ramiro Bejarano Guzmán. El otro laudo es de fecha 9 de marzo de 1994 y los árbitros
fueron los Doctores Carlos Urrutia Holguín, Carlos Holguín Holguín y Alvaro Mendoza
Ramírez.
111
no la tiene el fletador”.
78
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Sentencia de Mayo 15 de 1992 M. P.
Dr. Alberto Ospina Botero, Tomada de la Revista Jurisprudencia y Doctrina Tomo XXI
No 247. p. 21.
112
79
Op. Cit. RUIZ SOROA . p. 37.
113
artículo 1652 del Código de Comercio colombiano establece que “sin perjuicio
de lo dispuesto en esta sección, se aplicarán las reglas generales sobre
transporte de cosas, cuando el transportador se halle obligado a entregar en
determinado lugar un cargamento calculado sobre la capacidad, total o
designada.”
de transporte80.”
que regula el contrato de transporte a carga total o parcial trae una regulación
sobre las estadías. La figura de las estadías es típica del contrato de
fletamento por viaje. Ellas hacen referencia al tiempo durante el cual la nave
está lista para el cargue o el descargue y son típicas del fletamento por viaje,
por cuanto en éste el fletante pone un buque a disposición del fletador. Por
ello, este último deberá pagar en razón de esa puesta a disposición.
Tal vez esta es una de las razones que ha motivado que se afirme que el
transporte a carga total o parcial no es un tipo de transporte sino que se trata
80
Op. Cit. ALVAREZ-CORREA. El Contrato de Transporte Marítimo. p. 47.
115
Por último, creemos que esa distinción tiene la mayor importancia. Por
ejemplo, de acuerdo con la naturaleza del contrato las acciones que de ellos
se derivan prescribirán en un término distinto. El artículo 993 del Código de
Comercio, aplicable a todos los tipos de transporte incluido el transporte a
81
En este punto es pertinente consultar los laudos citados en el pie de página No 77.
Precisamente en ellos frente a contratos idénticos se tomó una decisión completamente
diferente. Ello es una muestra significativa de la dificultad que en ocasiones existe para
distinguir entre el contrato de transporte a carga total o parcial y el contrato de fletamento.
La naturaleza del contrato, como ya se dijo, determina que el término de prescripción de
las acciones sea distinto. Dicha distinción generó que en los laudos citados se llegara a
una decisión completamente distinta por razón del término de prescripción de las
acciones.
4. RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL DEL TRANSPORTADOR
MARITIMO DE MERCANCIAS
(ANALISIS COMPARATIVO – CONVENIO DE BRUSELAS,
82
Op. Cit. Ruiz Soroa: “En la Conferencia en que se debatió y firmó el Convenio, se
tomó como base un proyecto inspirado en las Reglas de la Haya; la mayor dificultad
estuvo precisamente en que tales normas, al estar basadas en el Derecho anglosajón, no
se acomodaban a los conceptos jurídicos del Continente. La influencia de las Reglas de
la Haya es tal que, en ocasiones, se le conoce bajo el nombre de Reglas de la Haya”. p.
348.
117
de los transportadores. Ella puede ser una de las razones por las cuales este
Convenio no ha entrado todavía en vigor. De todas maneras, consideramos
importante hacer un análisis detallado de sus disposiciones, pues podrían
Para Luis Beltrán Montiel, “La figura del “propietario de buques”, locución a la
que recurre la Convención, resulta totalmente irrelevante a los fines de una
operación de transporte83”.
calidad de propietario, locatario, fletador o por cualquier otro título, celebre con
83
BELTRÁN MONTIEL, Luis. El Transporte Por Agua y la Convención de Bruselas de
1924. Editorial Abeledo-Perrot. Buenos Aires. p. 28.
119
Ahora bien ¿a qué tipo de actos jurídicos se aplica la Convención?. Para que
la Convención resulte aplicable es necesaria la existencia de un contrato de
transporte que conste en un conocimiento de embarque o en documento
conocimiento.
84
Ibidem. p. 28.
120
que las mercancías son cargadas a bordo del buque y culmina en el momento
en que se descargan.
bien a partir del instante que la lingada pasa la línea de borda del buque?.85”
La modernidad impide dar soluciones definitivas a este punto, pues son
múltiples las formas de cargar y descargar mercancías y muchos los tipos de
estas últimas, por lo que lo mejor es no plantear reglas rígidas e
inmodificables.
85
Ibidem. p. 33.
121
transporte de mercancías por mar, al igual que la Convención, pero trae una
diferencia significativa, y es que entiende por contrato de transporte aquél por
virtud del cual el porteador a cambio de un flete se obliga a transportar
mercancías de un puerto a otro, sin mencionar para nada la necesidad de
El numeral 2 nos dice cuándo se entiende que las mercancías están bajo
custodia del porteador. Se entiende que el porteador tiene la carga bajo su
Se entiende que hay entrega cuando se ponen las mercancías en poder del
consignatario o en poder de un tercero o de una autoridad de acuerdo con la
ley o los reglamentos del puerto de descarga, o a disposición del
consignatario de acuerdo con el contrato, las leyes o los usos del puerto de
descarga.
Por último nos referiremos a los casos en que se aplican las Reglas
de Hamburgo. El artículo 2 numeral 1 trae una regulación más
detallada que el artículo 10 de la Convención de Bruselas. Las Reglas
prueba del contrato se declare que el contrato se regirá por Las Reglas
de Hamburgo o de un Estado que aplique dichas Reglas.
se hizo en lo que tiene que ver con los contratos a los que se aplican dichas
disposiciones.
Por otro lado, implica que el buque es apto para transportar las
mercancías objeto del transporte. Según Beltrán Montiel “navegabilidad
“in abstracto” (sea worthy) no significará otra cosa que la simple aptitud
del buque para surcar los espacios acuáticos mientras que por
navegabilidad “in concreto” (cargo worthy) se entiende su debido
acondicionamiento para llevar a cabo el traslado de mercaderías
86
Ibidem. p. 45.
127
Montiel, quien afirma que “En Inglaterra, cuyo sistema jurídico ejerciera
decisiva influencia no sólo en los principios recepcionados por la Convención
sino también en la formulación de su normativa, no se llegó a la elaboración
de reglas generales extintivas de responsabilidad como las derivadas del
87
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 420.
88
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 18.
130
sea imputable a una falta de cuidado razonable por parte del transportador al
poner el buque en estado de navegabilidad o al dotarlo de tripulación, equipo
o abastecimiento convenientes, o al preparar y poner en buen estado las
bodegas, cámaras de enfriamiento y frigoríficas y demás partes del buque en
e) Hechos de guerra;
f) Enemigos públicos;
g) Un decreto o imposición del príncipe, autoridades o pueblo, o de
un embargo judicial;
mar;
m) La merma en volumen o en peso o de cualquier otra pérdida o daño
resultante de un defecto oculto, de la naturaleza especial o defecto
propio de la mercadería;
n) Una insuficiencia de embalaje;
o) Una insuficiencia o imperfección de marcas;
p) Defectos ocultos que escapan a una vigilancia razonable;
Luis Beltrán Montiel así lo afirma: “El contenido de dicha obligación constituye
Por su parte Ruiz Soroa afirma que “La obligación del porteador no reviste el
carácter de una obligación absoluta (como sucede en el derecho clásico de
fletamentos) sino de diligencia (medios). Se compromete a emplear la “due
diligence” para que su buque se encuentre en estado de navegabilidad, pero
implica la llegada a varios puertos. Luis Beltrán Montiel afirma que “cabe
preguntarse si el buque debe encontrarse en perfectas condiciones de
navegabilidad al principio del viaje o al comienzo de cada una de las escalas
que jalonan la expedición marítima.91” Según este tratadista, “Si se tiene en
cuenta que para las mercaderías que se embarcan en dichos puertos el viaje
comienza en ese instante y que en cada punto de embarque el transportador
debe contar con agentes terrestres encargados de todo cuanto concierne a la
89
Ibidem. p. 56.
90
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 423.
91
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 55.
134
utilización del buque, nos inclinamos a pensar que en cada uno de los puertos
de escala debe el transportador, por sí o por sus agentes, tomar las medidas
adecuadas para conservar el buque en buenas condiciones de
navegabilidad92”.
Para Ruiz Soroa “Parece que el término “viaje” se refiere sólo al viaje
92
Ibídem. p.
93
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 423.
135
es otro que “Antes y al comienzo del viaje”. Ahora bien, en el caso en que
existan varios puertos de escala, la obligación deberá cumplirse en cada uno
de ellos.
Luis Beltrán Montiel afirma que por falta náutica debe entenderse “Toda
violación de las reglas propias del arte navegatorio, todo error en la
94
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 57.
137
Este tipo de faltas son distintas de las llamadas faltas comerciales, distinción
importantísima en la medida en que por razón de esta últimas el transportador
no puede exonerarse. Beltrán Montiel afirma: “Si por falta náutica
entendemos toda violación de las reglas que gobiernan el arte navegatorio,
ocasiones es claro que una mala estiba constituye una falta comercial, como
cuando se ubica la carga en un lugar caluroso en exceso, sabiéndose que ella
no debía ser sometida a altas temperaturas. Si la carga llegare a deteriorarse
o destruirse, el transportador no podría exonerarse de responsabilidad, pues
95
Ibidem. p. 58.
138
Según Ruiz Soroa, “Los puntos más conflictivos suelen aparecer en los
errores de lastrado que provocan la entrada de agua en bodegas (y
que en principio se considera falta náutica) y en los defectos de la
estiba, en los que una aplicación estricta del criterio finalista puede
afirmativa debemos concluir que estamos frente a una falta comercial, frente
al incumplimiento de los cuidados que al capitán debe a la carga y no frente a
una falla náutica.97”
Tanto las faltas náuticas como las comerciales pueden generar daños a las
96
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 425.
97
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 58.
139
98
Op. Cit. SAN SIMON. p. 47.
140
pues si así fuere, el transportador resultaría siempre exonerado tanto por las
faltas náuticas como comerciales de su personal, lo que sería absurdo.
Según Luis Beltrán, “el vocablo “management” debe ser traducido como
manejo o maniobra del buque. De esa forma apuntaría a ciertas faltas o
hechos que no hacen a la navegación en sí pero que interesan al buque en sí
especie.
99
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 59.
141
poder de corrosión del ácido determina que éste traspase la cubierta y dañe la
carga. Es evidente que en ese caso la intención del capitán no ha tenido otra
finalidad que la de mantener en perfectas condiciones una de las partes del
buque. Por tanto la falta será náutica y no comercial100”.
100
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 59.
142
causal de exoneración.
143
101
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 62.
144
Según Ruiz Soroa, para que esta causal de exoneración opere se deben dar
ciertos requisitos; “a) Debe tratarse de un fuego, no bastando el mero calor, b)
El porteador debe probar que la causa de la pérdida es el incendio y que
ejerció la debida diligencia con respecto a la pérdida por el mismo, c)¿Quién
En el aparte transcrito, hay una imprecisión del maestro Ruiz Soroa, pues
para que opere la causal de exoneración la falta debe ser de los dependientes
Por otra parte, si bien es claro que el transportador no responde del incendio
102
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 426.
103
Ibídem. p. 427.
145
Según el autor citado, los riesgos de mar no son cosa distinta de una fuerza
mayor especial o calificada, en la medida en que sólo se refiere a hechos
íntimamente relacionados con el arte de la navegación. El hecho de que los
eventos que constituyan los riesgos de mar, deben ser inherentes a la
Para Beltrán Montiel, “Lo que particulariza al riesgo del mar como peligro
104
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 63.
105
Ibídem. p. 64.
106
Ibídem. p. 65.
146
transportador o de sus agentes (salvo el caso del incendio donde la culpa que
evita su aplicación es la personal del transportador); por ello habrá que
analizar el caso concreto con miras a lograr la solución más razonable.
Creemos que un hecho previsible pero irresistible puede denotar en ciertos
e) Actos de Dios. Para Ruiz Soroa, Acto de Dios “es el suceso totalmente
ajeno a la intervención humana y completamente inevitable107”. Por esa
razón, se puede afirmar que el concepto de Acto de Dios es diferente al de
107
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 427.
147
fuerza mayor, puesto que para que se de esta última no es necesario que el
hecho sea extraño a la intervención humana.
Para Beltrán Montiel, “el carácter natural del evento y la inevitabilidad de sus
108
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 65.
109
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 427.
110
Op. Cit. BELTÁN MONTIEL. p. 66.
148
Según Ruiz Soroa “Debe darse, para que tales causas operen como
exoneración, una razonable imprevisibilidad de los mismos por el porteador,
así como ausencia de culpa por su parte112”. Según el tratadista citado “un
buque arrestado debido a deudas de anteriores viajes entraña un supuesto de
innavegabilidad113”.
sus dependientes da lugar al acto o embargo no hay razón para que opere la
causal. Lo contrario sería dejar en la impunidad la conducta culposa del
transportador y sus dependientes.
111
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 427.
112
Ibídem. p. 428.
113
Ibídem. p.
149
114
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 67.
150
por sus propios actos o conducta al no arreglar las diferencias que provocan la
huelga en su propia empresa115”.
Al igual que en los otros casos, no puede existir culpa del porteador. El
la mercancía al riesgo.
115
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 428.
116
Op. Cit. ALVAREZ-CORREA. El Contrato de Transporte Marítimo. p. 125.
151
117
MORRAL SOLDEVILLA, Ramón. El Salvamento Marítimo. José María Bosch Editor
S.L. Barcelona. 1997. p. 49.
118
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 70.
152
la causal de exoneración. Lo anterior deja ver una vez más, que si existe
153
Este es otro de los casos en los que creemos que no existe relación de
causalidad entre la conducta del transportador y el daño. El daño no se
ocasiona en virtud del comportamiento del transportador o de sus
dependientes sino en virtud de un vicio propio u oculto de la cosa.
Beltrán Montiel afirma que “si por su propia naturaleza la carga está sujeta a
119
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 429.
120
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 71.
154
Una de las dudas que ha generado esta causal, es si es necesario para que
ella se pueda alegar que el transportador consigne la circunstancia de
insuficiencia de embalaje en el conocimiento de embarque respectivo.
Según Ruiz Soroa, “es preciso tener en cuenta que las menciones referentes
al embalaje, deben figurar en el conocimiento de acuerdo con el artículo III 3-
121
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 430.
155
La norma citada nos indica con claridad que es responsabilidad del cargador
lo relativo a las marcas de las mercaderías. En esa medida, si un error del
156
cargador en lo que tiene que ver con las marcas genera un daño para sí
mismo, el transportador se exonerará.
Ello explica la parte final del artículo 3 numeral 5 del Convenio de 1924 que
reza: “El derecho del transportador a dicha indemnización no limitará en forma
alguna su responsabilidad y sus compromisos en virtud del contrato de
transporte con respecto a toda persona que no sea el cargador”.
frente a otros cargadores y que a ellos no podrá oponer los errores de otro
cargador. Es decir, frente a otros cargadores el transportador responde, sólo
que tiene derecho a ser indemnizado por el cargador que causó el daño.
157
se refiere a los defectos ocultos del buque. Según Beltrán Montiel “El vicio
oculto ha sido definido como aquel que un transportador normalmente
competente y diligente no puede descubrir o localizar a pesar de un examen
normal, la utilización de medios razonables y el ejercicio de una diligencia
también razonable122”.
122
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 73.
158
empleados.
Por otra parte, la norma que regula el tema establece con claridad que el
porteador no será responsable “De cualquier otra causa que no proceda del
hecho o falta del porteador”. (El resaltado es nuestro). Al decir la norma que
el transportador se exonera por causas, necesariamente deberá demostrarse
la ocurrencia de dicha causa y la ausencia de culpa del transportador o de sus
agentes respecto de dicha causa.
causal que aquí se describe mantiene la estructura de las anteriores, sólo que
es más amplia que ellas, pues se exonera por cualquier causa no proveniente
de culpa del transportador o de sus agentes.
Por otro lado, la norma nunca exige que haya relación de causalidad entre
falsedad y daño, simplemente exige que exista falsedad en la declaración.
de falsedad en la naturaleza del bien como en el del valor del mismo. Si bien
en algunos casos puede ocurrir que la falsedad en la naturaleza pueda
161
123
Ibídem. p. 76.
162
124
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 422.
163
125
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 48.
126
Op. Cit. BELTRÁN MONTIEL. p. 49.
164
En el caso del incendio, es necesario que este no haya sido causado por la
Hay que anotar que en muchas de las causales es muy difícil que exista culpa
demostrar una culpa del porteador. Otro caso en el que es muy difícil la
existencia de culpa del porteador es el de restricción de cuarentena.
ocasionada por su falta de diligencia. Así las cosas, deberá probar la causa,
el daño y que esa causa no provino de su falta de diligencia.
En cuanto a la causal del literal q) del numeral 2 del artículo 4, nos remitimos
a la que dijimos al referirnos específicamente a la causal, es decir, que hay
En lo que tiene que ver con la desviación de ruta, si la misma es para salvar o
tratar de salvar vidas o bienes en el mar, deberá probarse que la causa del
daño es la desviación y que tal desviación se hizo para salvar o tratar de
náutica del capitán, operaría la exoneración, sólo que por razón de la causal
consignada en el literal a) del numeral 2 del artículo 4.
166
operaría.
Así las cosas, existen varias diferencias entre el régimen consagrado por el
127
Op. Cit. ALVAREZ-CORREA Eduardo. El Contrato de Transporte Marítimo. p. 126.
169
navegabilidad.
en este caso una excepción a la regla general que traen las Reglas de
Hamburgo, pues como se observa claramente, no hay lugar a presunción de
culpa del transportador, sino que la prueba de la culpa de éste o de sus
empleados o agentes le corresponde al reclamante. Este deberá probar que
128
BERLINGIERI, Francesco. Derecho Marítimo, Asociación Argentina de Derecho
Marítimo. Editorial Abeledo Perrot. Buenos Aires. p. 41.
170
transportador debe probar que actuó con diligencia y que así lo hicieron sus
dependientes o agentes.
cuando el daño provenga de una culpa lucrativa; pero en este caso sólo
responderá el transportador hasta concurrencia del beneficio recibido;
2. De incendio, a menos que se pruebe culpa del transportador;
bienes en el mar;
5. De restricción de cuarentena, huelgas, lock-outs, paros o trabas
impuestas, total o parcialmente al trabajo, por cualquier causa que sea;
129
Op. Cit. ALVAREZ-CORREA Eduardo. El Contrato de Transporte Marítimo. p. 115.
130
Ibídem. p.
173
Coincidimos con lo que la Corte expresa, aclarando que ella llama presunción
de culpa a lo que nosotros llamamos presunción de responsabilidad.
131
Corte Suprema de Justicia, Junio 12 de 1990, M.P. Carlos Esteban Jaramillo Schloss –
Tomada de Informativo Jurídico No. 84 de Fasecolda. p. 78.
175
En cuanto a las causales del 1609, resta decir que este artículo hace una
enumeración prácticamente idéntica a la que hace el Convenio de Bruselas; y
Para que esta causal opere, será necesario que el transportador demuestre
que la causa del daño fue un cambio de ruta y que tal cambio fue razonable,
declaración no está consagrada dentro del artículo que consagra las causales
de exoneración, aunque realmente se constituye como tal. En efecto, el
artículo 1609 no hace referencia alguna a dicha causal, es el artículo 1619 el
encargado de señalar las consecuencias de una declaración falsa. En efecto,
Esto permite concluir que ésta es otra de las excepciones al régimen general
del artículo 1609.
Por otra parte, creemos que las mismas consideraciones que se hicieron al
analizar este punto en el Convenio de Bruselas pueden hacerse respecto del
mismo punto a la luz del Código de Comercio, salvo en las particularidades
que trae la norma del Código de Comercio y a las que ya nos referimos.
trae el Código de Comercio por fuera del artículo 1609. Nos referimos aquí a
la causal consagrada en el artículo 1582. En este artículo se establece la
obligación del transportador de cuidar que la nave se halle en condiciones de
navegabilidad así como debidamente equipada y aprovisionada. Se establece
por otro lado no se debe referir a la diligencia de los empleados o agentes del
transportador “en cuanto al cargamento, a la manutención, a la estiba, al
transporte, a la custodia, al cuidado y a la descarga de las mercancías.”
excepcionales, pues según el último inciso del artículo 6 “no se aplicará a los
cargamentos comerciales ordinarios, efectuados en el curso de operaciones
comerciales ordinarias, sino solamente a otros cargamentos en los que el
carácter y la condición de los bienes a transportar, y las circunstancias, los
Para nosotros, no debe estar probado para que la presunción opere, que la
causa de la inejecución del contrato son los riesgos inherentes a ese tipo de
transporte; pero sí será necesario que las circunstancias indiquen que es
probable que el daño, pérdida o retraso en la entrega provienen de tales
culpa existió y que ella es la causante del daño. En conclusión, e este caso
no se sigue la regla general que consagra la Convención de Hamburgo.
artículo 992, o mejor, no le era, por cuanto este artículo fue modificado por el
artículo 10 del Decreto 01 de 1990.
182
Es más, lo que consagra el artículo 1614 es una posibilidad para las partes de
pactar un régimen especial. Si tal régimen no se pacta, el régimen de
responsabilidad del transportador para el caso del transporte de animales
vivos estará determinado por el artículo 1609. Así mismo, lo determinará en
todo aquello que no sea objeto de estipulación expresa, bien sea porque las
partes no quisieron pactarlo, o porque no pudieron hacerlo a la luz del 1614.
En cuanto al tema de culpa grave del capitán, nos causa curiosidad que la
norma prohiba que el transportador se exonere por ese motivo. Tal
prohibición indica, que el transportador está obligado a responder por las
culpas graves del capitán. Ahora bien, nos surge una pregunta, ¿qué pasa si
gran diferencia frente al artículo 1609, que consagra la culpa náutica como
causal de exoneración del transportador. Sin embargo, creemos que una
interpretación así no tendría sentido. Como hemos visto, lo que explica en los
distintos ordenamientos que haya una regulación especial para este tipo de
transporte, son sus condiciones y características particulares, los riesgos que
conlleva etc.
Por lo anterior, creemos que si la culpa náutica grave del capitán ocasiona un
daño a los animales, y tal culpa no tiene relación alguna con las condiciones
especiales de ese tipo de mercadería, no hay razón para apartarse de las
vivos deberá probar lo que alegue, a menos que pacte la inversión de la carga
de la prueba. Si el pacto se refiere sólo a tal inversión, al reclamante le
corresponderá probar el daño y que el mismo proviene de la conducta del
transportador, sus dependientes o agentes.
las causales del 1609, siempre y cuando no se hayan dado las condiciones
del parágrafo del 1609, que hacen inoperantes dichas causales.
transporte se hace sobre cubierta sólo opera para el caso del acuerdo entre
porteador y cargador; es decir, en los casos en que los usos comerciales
permiten el transporte en esa forma o en el caso en que las disposiciones
legales lo exigen no es necesario hacer ninguna mención para oponer la
Quiere decir lo anterior, que para ese evento específico en que el daño, la
hubieran acaecido.
por los párrafos 1 o 2 del artículo 9 y el daño, para que haya lugar a
responsabilidad.
187
objetiva, pero partirá de un hecho que muy probablemente denotará culpa del
transportador, cual es, actuar en contravención manifiesta a lo dispuesto por
un Convenio internacional.
Ahora bien, ¿Quién debe probar?. Creemos que en este caso debe estarse a
los principios generales de la prueba, pues es este caso la norma que regula
132
Op. Cit. ALVAREZ-CORREA Eduardo. El Contrato de Transporte Marítimo. p. 137.
188
Según Berlingiere “La formulación de la norma parece, por otra parte, justificar
la conclusión de que el régimen particular en ella previsto teniendo carácter
excepcional, puede ser aplicado solamente cuando quien lo invoque
demuestre la existencia de los presupuestos a los cuales está
condicionado133”.
Por último, nos referiremos a lo dispuesto por el numeral 4 del artículo 9. Este
entre otras cosas, a los eventos en los cuales hay pérdida del derecho a
acogerse a la limitación de responsabilidad consagrada por el artículo 6. El
supuesto del numeral 4 es muy distinto al del numeral 3, pues en este último
no existe acuerdo del transportar sobre cubierta, mientras que en el primero
133
Op. Cit. BERLINGIERE, Francesco. p. 50.
189
sobre cubierta; por esa razón, las consecuencias contempladas en ellos son
distintas; en la medida en que en el supuesto del numeral 4 hay pérdida del
derecho a la limitación de la responsabilidad. Por el contrario, el numeral 3
autoriza la posibilidad de que opere la limitación de la responsabilidad del
Por otro lado, es fácil advertir que el supuesto del numeral 4 es un caso
específico del caso del numeral 3. Recordemos que uno de los casos del
numeral 3 es transportar sobre cubierta sin que exista acuerdo para hacerlo
en esa forma. El caso del numeral 4 se refiere al evento en que hay
prohibición de transportar sobre cubierta. Si existe prohibición de transportar
sobre cubierta es obvio que no hay un acuerdo que permita transportar sobre
cubierta que es lo que exige el numeral 3. El supuesto del numeral 4 encaja
190
dentro del supuesto del numeral 3, motivo por el cual creemos que de darse el
caso del numeral 4 es plenamente aplicable lo dispuesto por el numeral 3,
salvo en lo relativo al tema de limitación de responsabilidad, pues este tema
lo regula de manera específica el numeral 4.
transportado de hecho”.
peligrosa como aquella que por su naturaleza o condición puede causar daños
al buque o a las otras mercancías. El artículo antes citado contempla dos
supuestos distintos en relación con las mercancías peligrosas.
entre otras cosas, porque el transportador conoce que las mercancías son
peligrosas y consiente en su embarque, de tal manera que no puede bastar el
hecho de la condición de ser peligrosas las mercancías para que el
Es posible que los actos que realiza el transportador autorizado por el artículo
4 numeral 6 constituyan avería gruesa o común. En esos casos, el
transportador sólo estará obligado a contribuir en los gastos de la avería.
demás asuntos se rigen por las reglas generales que trae la Convención. Así,
por ejemplo, si la mercancía peligrosa se destruye por hundimiento del buque
ocurrido por incumplimiento del transportador de la obligación de colocar el
buque en condiciones de navegabilidad, aquél deberá responder, pues ese
tema no está regulado por el artículo 4 numeral 6 sino por las reglas
generales.
o los bienes se podrá destruir, descargar o hacer inofensiva. Sin que se esté
obligado a indemnizar, “salvo cuando exista la obligación de contribuir a la
avería gruesa o cuando el porteador sea responsable de conformidad con lo
dispuesto e el artículo 5”.
avería gruesa o de conformidad con las reglas generales. En este punto nos
remitimos al lo dicho respecto del Convenio de Bruselas.
manera que todo lo dicho sobre mercancías peligrosas a la luz del Convenio
de Bruselas se puede afirmar sobre el transporte de mercancías a la luz del
Código de Comercio colombiano, y en esa medida nos remitimos a lo dicho
con anterioridad.
Teniendo claro lo anterior, debemos afirmar que los casos que aquí se
tratarán se refieren a una limitación de la deuda, pues se refieren a la
134
JIMÉNEZ VALDERRAMA Fernando, Temas de Derechos Marítimo – Edición William
González y Luis Hernández. Cali. 1999. p. 18.
198
necesario que la mercancía esté embalada, basta que esa mercancía pueda
ser manipulada en el transporte como unidad singular136”.
Se puede concluir que aun no hay unanimidad sobre los conceptos de bulto y
unidad, y que dependerá de la doctrina y jurisprudencia de cada país la
depuración del concepto.
precio. Por último, hay que anotar que si se hace por parte del cargador una
declaración falsa a sabiendas, el porteador no será responsable por el daño o
pérdida de las mercancías.
135
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 435.
136
Op. Cit. JIMÉNEZ VALDERRAMA p. 32.
137
Op. Cit. RUIZ SOROA. p. 436.
199
Este numeral al que aquí nos hemos referido, fue reemplazado por el artículo
2 del protocolo de Bruselas de 1968. En este artículo permanece idéntica la
consecuencia de la declaración del valor y naturaleza de las mercancías con
la respectiva inserción en el conocimiento de embarque, es decir, se responde
lugar se varió el monto del límite legal; quedó establecido en 10000 francos
por bulto o unidad ó en 30 francos por kilogramo de peso bruto, el mayor de
los dos. La primera de las opciones es igual a la original de la Convención,
El Protocolo define lo que debe entenderse por franco para efectos del cálculo
de la limitación.
unidad.
debe pagarse por las mercancías retrasadas, sin que dicha suma pueda
exceder la totalidad del flete que el transportador recibe como consecuencia
de la ejecución del contrato de transporte. De esa forma se pretende proteger
al porteador, pues se garantiza que por lo menos tendrá con que pagar la
deuda, pues ella no va a ser superior a lo que recibe por la ejecución del
contrato.
transportador.
declaró, pero éste puede probar que el valor es inferior, desvirtuando de esta
forma la presunción.
Ahora bien, ¿Por qué decimos que es una presunción de hecho para
el transportador?. La afirmación obedece a que sólo el transportador
puede desvirtuarla. Al cargador no se le permite desvirtuar la presunción a
través de la prueba de que el valor real de las mercancías es superior al que
se declara.
Por ello, la norma no permite que el cargador pruebe que las mercancías
permita probar que el valor real de las mismas es inferior al que declaró el
cargador.
exige que se tome el valor declarado, mientras que el artículo 1644 exige que
se tome el precio en el puerto de embarque.
El artículo 1644 dispone que en el caso que regula, es posible pactar un límite
responsabilidad, salvo en el caso en que se permite que tal límite sea pactado
por las partes. Lo que hacen los artículos es establecer una forma de calcular
la deuda. En un caso se hará tomando el valor declarado o el valor que se
pruebe por el transportador, y en el otro será el precio en el puerto de
Ahora bien, ¿esta norma sólo se aplica al caso de la limitación por acuerdo de
las partes?. Creemos que no. Así, si en el caso del artículo 1643 el valor real
de la mercancía llegare a ser superior que el declarado, deberá tomarse aquél
para efectos del cálculo de la indemnización. No vemos viable que el
existen daños a la mercancía por dolo o culpa grave del transportador?, ¿se
permite al porteador probar que el valor real es inferior al declarado?, claro
que sí. El causante del daño está obligado a indemnizar la totalidad de los
perjuicios causados, pero no a indemnizar más allá de ellos. Aun en los casos
dicho artículo se establece que el armador sólo responderá hasta por el valor
de la nave, de los accesorios de ésta y el flete, en lo que tiene que ver con
ciertas obligaciones indemnizatorias.
quiera, pero sólo se responderá por ella con base en unos bienes especiales,
la nave, sus accesorios y el flete. Se ha llegado a decir, que para esos
efectos, los bienes a que se refiere el primer inciso del artículo 1481
Son varias las razones las que nos llevan a contemplar una interpretación
diferente. En primer lugar la norma en ningún momento establece
expresamente que sólo se puedan perseguir los bienes allí señalados para
asegurar el pago de las obligaciones a que se refiere el artículo aquí
comentado. La norma claramente dice que el armador “sólo responderá
hasta por el valor de ésta, sus accesorios y el flete” (El resaltado es nuestro).
Una interpretación exegética de la norma nos lleva a pensar que lo que existe
en ese caso es una limitación del valor de la deuda. Nunca se dice que se
responde con esos bienes, sino hasta por el valor de los mismos.
Por otra parte, si se mira armónicamente el artículo 1481 con otras del mismo
de deuda, se hace necesario probar el valor de los bienes, para así poder
saber cuál es el límite del monto de la indemnización.
A su vez, el artículo 1485 establece que “Para los efectos del artículo 1481
se entenderá por flete, incluido en él el precio del pasaje, el diez por ciento
210
patrimonio autónomo. ¿Se podría afirmar que voy a perseguir el diez por
ciento del valor de la nave?, creemos que no, no habría nada que perseguir.
Lo que puedo perseguir es cualquier bien o bienes que correspondan a dicho
valor.
pérdida o el daño, sólo que en este caso será más fácil demostrarla. Así las
cosas, creemos que el aviso es conveniente, pues dará más facilidad al
afectado para probar su pérdida o daño.
¿En qué momento debe darse el aviso o denuncia?. El artículo distingue dos
eventos distintos, el primero de ellos se da cuando las pérdidas o daños son
Significa entre otras cosas “que parece y no es”, pero también significa “que
aparece y se muestra a la vista”. Obviamente en este último sentido es que
la Convención lo utiliza.
con el artículo aquí analizado ellas son inútiles si el estado de las mercancías
ha sido comprobado por inspección en el momento del recibo. Creemos que
aunque no se diga expresamente, lo natural es que esa inspección sea
conjunta para que pueda producir esos efectos. En ese evento debería
Por último, el inciso final del artículo 3 numeral 6 dispone que en caso de
daños el receptor de las mercancías y el transportador deberán darse todas
las facilidades para inspeccionar las mercancías y verificar el número de
bultos.
deberá darse a más tardar en el primer día laborable siguiente a aquél en que
hubo entrega de las mercancías al consignatario, y en el caso de daños o
pérdidas no aparentes debe darse dentro de los quince días consecutivos
siguientes a la fecha en que las mercancías fueron puestas en poder del
consignatario.
En estos eventos cabe un análisis igual al que se hizo respecto del Convenio
de Bruselas, en lo que tiene que ver con la distribución de la carga de la
prueba.
213
138
Op. Cit. BERLINGIERI Francisco. p. 60.
214
numeral sí trae una consecuencia importante del aviso. En el caso del retraso
en la entrega el aviso o denuncia del daño es estrictamente necesario para
que haya lugar a indemnización de perjuicios.
que tal presunción fuere de derecho. Una presunción de esa naturaleza sólo
tendría sentido si no fuera posible que pese a recibir a satisfacción se
presentara inejecución del contrato. Pero como es perfectamente posible que
pese a la inejecución del contrato no se formulen observaciones, presumir de
De acuerdo con el segundo inciso del artículo 1028, en los casos de pérdida,
Se observa con claridad, que lo que ocurre una vez transcurre el término de
un año, no es que la acción no pueda ejercerse, sino que hay una exención de
responsabilidad. Simplemente no se es responsable, lo cual es sumamente
que el término para cobrar los derivados de los daños causados corre desde
la entrega, tendría que concluirse que correrían dos términos de prescripción
al mismo tiempo por razón de una misma mercancía, lo cual nos parece
inconveniente.
de prescripción durante esos dos o tres días?, no sería lógico, pues sin
perjuicio no hay acción.
dentro del término fijado por la ley del Estado en que se ejercite la acción. El
plazo en todo caso no podrá ser inferior a noventa días contados desde que
el demandado satisface la reclamación o es emplazado con respecto a la
acción que se ejercita en su contra. Se protege así a quien paga y pretende
de transporte marítimo por virtud del artículo 999 del Código de Comercio, que
dispone que las normas de ese título se aplican al transporte cualquiera que
221
sea el medio empleado para realizarlo, a menos que exista una disposición
especial que regule la materia específica. De acuerdo con ese artículo, el
término de prescripción es de dos años, que se cuentan desde el momento en
que concluyó o ha debido concluir la obligación de conducción. Nótese que al
Por último hay que anotar que el artículo que regula este tema está ubicado
en las disposiciones generales del contrato de transporte, es decir, no es un
artículo que regule específicamente la prescripción de las acciones que se
deriven del contrato de transporte marítimo de mercancías, sino que regula la
aplican las Reglas de Hamburgo a los contratos de fletamento pero sí, a los
conocimientos que se expiden en razón de aquéllos, en lo que tiene que ver
con las relaciones entre el porteador y el tenedor del conocimiento que no sea
fletador.
el período en que las cosas están bajo su custodia y control; período que no
necesariamente coincide con el tiempo durante el cual las mercancías están a
bordo del buque.
223
Creemos que sería más acorde con el origen del ordenamiento jurídico
integrantes de aquélla.
Teniendo en cuenta que según el parágrafo del artículo 1609 del Código de
Comercio Colombiano el afectado puede enervar la causal respectiva
demostrando que el hecho causante del daño es imputable al transportador o
a su representante, es posible afirmar que el régimen de responsabilidad que
consagra es objetivo.
ocurridos a bordo.
226
inofensivas.
Hoy en día todavía existen dudas en lo que tiene que ver con el concepto de
bulto y el de unidad para efectos de calcular la limitación de la deuda. Ellos
tienen diferente significado de acuerdo a la doctrina y jurisprudencia de cada
país.
El término de prescripción puede ser modificado por las partes, pero sólo con
posterioridad a la ocurrencia del hecho que da base a la acción.
Dicho término es de dos años contados a partir del momento en que concluyó
la obligación de conducción o ha debido concluir la misma y no puede ser
La más actualizada de las regulaciones que aquí se han analizado son las