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Esta ley declara que puedes saber lo que está pasando dentro de ti con solo fijarte en lo que
está pasando a tu alrededor.
Y puedes conocer cómo es el universo y otras dimensiones, tan solo observando tu interior.
Puede ser: “mente sana en cuerpo sano”, o cuerpo enfermo como manifestación de
pensamientos distorsionados.
Afortunadamente en las enseñanzas de Hermes “el tres veces sabio” la enfermedad viene de la
mano con el remedio: “Cambia el pensamiento y sanarás tu cuerpo”.
En el cuerpo humano todo es mente. Cada célula es inteligente y guarda la información que
precisa. Además tiene la habilidad de comunicarse instantáneamente con las demás células.
Estas capacidades son reales, pero no podemos verlas ni tocarlas.
Por ejemplo: nos hacemos daño en el dedo gordo del pié e inmediatamente el sistema
nervioso y el cerebro lo saben. Como resultado el dedo golpeado recibe la dosis adecuada de
aquello que necesita para cicatrizar la herida y combatir una posible infección.
De la misma manera, en el universo también Todo es Mente. Cada célula del macrocosmos,
llámese hombre, planeta, sistema solar o galaxia, posee proporcionalmente el grado de
inteligencia que necesita. La interconexión entre ellas y la Mente que las gobierna también es
perfecta: el Todo afecta las partes y las partes influyen a su vez en el Todo.
Puede ser que un hombre sea más pequeño que la más microscópica brizna de polvo en la
galaxia, pero si un ser humano cambia, invariablemente estará alterando la esencia misma de
todo el universo.
“Todo lo que hay en el universo es un fractal. Todo lo que se divide es una réplica exacta de lo
que se dividió. Siempre se va dividiendo en partes iguales. Es como la mitosis celular.
Nosotros somos una correspondencia del universo. Nuestro cuerpo físico es exactamente igual
a como es el universo. Como es arriba, es abajo.
Lo que uno genere hacia fuera, siempre es una réplica de lo que está dentro.
Si uno genera algo positivo, pero siempre le vuelve negativo, es porque tan positivo no era.
Por eso no hace falta ir al universo para entender el universo. Simplemente con vivir aquí, ya
estamos viviendo una correspondencia de lo que es la totalidad.
Si logramos disfrutar y vivenciar nuestra vida con la máxima felicidad y máxima libertad aquí
en la materia (3ª dimensión), estamos haciendo el mismo trabajo en todas las otras
dimensiones, porque todo está unificado, todo es un fractal, todo es lo mismo”.
Hay una analogía, una correspondencia entre los astros y los planetas y las cualidades y
características de cada persona al nacer. Cada persona, cuando nace, está influenciada por los
astros y los planetas. Hay una correspondencia entre la psicología, el carácter de una persona y
su horóscopo natal.
Todo lo que vemos es un reflejo de lo que hay en dimensiones superiores, todo es un fractal. El
universo es como un espejo que refleja lo que hay en otros planos de consciencia, y éstos
están todos entrelazados. Vamos emulándonos unos a otros hasta que alcanzamos el máximo
de consciencia, el máximo de perfección. Todo son espejos paralelos, dimensiones paralelas, y
una dimensión es un estado de consciencia.
Las neuronas que están en nuestro cerebro, nos permiten pensar. Nosotros, los seres
humanos, somos las neuronas de la mente consciente (Dios). Este sería un ejemplo de la ley de
correspondencia.
Los seres humanos tenemos chakras, puntos energéticos. Los chakras del logo solar son los
planetas. Cuando un ser humano tiene los chakras alineados, fluye la energía de amor y es
cuando llega a la perfección humana. Lo mismo ocurrirá con el logo solar y los planetas.
Cuando no nos gusta lo que hay fuera de nosotros, debemos examinarnos a nosotros mismos.
Tu mundo externo de relaciones vendrá determinado por la persona que lleves dentro; o sea,
por tu verdadera personalidad interna.
Cuando te sientas positivo, confiado y creas que controlas tu vida, tu hogar y tu lugar de
trabajo estarán bien organizados y tu coche recibirá la atención adecuada.
Si el trabajo te agobia, te sientes frustrado o no eres feliz, entonces tu casa, tu lugar de trabajo
e incluso el armario donde guardas tus cosas reflejarán el estado de desorden y confusión que
te invade.
Para lograr cambiar lo de afuera, todo lo que nos rodea, debemos cambiarnos a nosotros
mismos. Por eso el camino siempre está en ir a nuestro interior, observarnos a nosotros
mismos.
La única forma que tienes de cambiar las cosas externas es cambiar las cosas internas.
A cada ser humano le corresponde un cuerpo físico perfecto y correspondiente con una
capacidad mental de percepción que determina una personalidad específica. Este
comportamiento mental va a asimilar una información de su entorno creando una
personalidad en donde se instala el destino (necesidad de aprender lo que falta en el camino
evolutivo de conciencia).
Desde la ley de correspondencia, los padres hacen lo mejor que saben o creen a pesar de los
errores que puedan cometer, los cuales son matemáticamente correspondientes a la
experiencia que necesita el individuo.
Todas y cada una de las decisiones tomadas a lo largo de la vida (desde comprensión o desde
creencias) hacen parte de la ley de correspondencia para poder verificar el resultado de la
misma. Es por esto que desde la ley de correspondencia no hay error sino experiencias a través
de un proceso evolutivo.
• El universo y todos sus procesos son pedagógicos. Obtener un resultado que genera
satisfacción y poderlo repetir de manera voluntaria cuantas veces te propongas, muestra que
“sabes”. Obtener un resultado que genera insatisfacción muestra que “no sabes”.
• “De la misma manera que tu no le has hecho daño a nadie, nadie te ha hecho daño a ti”. Los
errores son aprovechables y generan la perfecta correspondencia para quienes requieren de
dicha experiencia.
• Pedir es un ejercicio inútil pero necesario. Inútil para el propósito del ser humano, y
necesario para descubrir que el universo tiene un orden.
• Cada espíritu ha sido dirigido por maestros de ley para ubicarse en el lugar
matemáticamente exacto de acuerdo a lo que este requiera para completar su proceso de
evolución y expansión de conciencia.
• Si alguien no tuviera lo necesario para vivir, simplemente no viviría. Algo diferente es querer
vivir de otra manera lo cuál es una condición del ego que no se satisface con lo que tiene.
• A nivel global e individual todos los sucesos que afectan la vida corresponden
matemáticamente con la persona que los vive.
• Preocuparse por lo que puede pasar o no en el futuro o por lo que pasó en el pasado le quita
eficiencia al presente.
• Es imposible conseguir aquello que no necesites e imposible perder aquello que necesitas.
• Quien agrede y se queja de lo que tiene esta en riesgo de perder lo que necesita. Todo
aquello que no se valora se va perdiendo.
Comprender esta Ley Universal te libera del Miedo. Pues pones tu atención y observación en
tus acciones, pensamientos y sentimientos y eres consciente de que tu vida es creada a partir
de lo que tú generes.
Así como trates a los demás, serás tú tratado. De la misma manera, lo que tú pienses de los
demás, los demás pensarán de ti. Y lo que tú sientas acerca de una determinada persona, ella
te lo reflejará, pues es lo que tú sientes en tu interior.
RECONOCIMIENTO DEL EFECTO DE FLUIR CON LA LEY DE CORRESPONDENCIA:
◦ Situaciones que antes eran difíciles e insatisfactorias van desapareciendo y se abre el paso a
correspondencias con nuevas experiencias, lugares y personas que generan cada vez mayores
niveles de satisfacción.
• Lucha y desgaste ante lo que corresponde vivir: lugar, trabajo, personas, situaciones
presentes.
• Sensación de fracaso.
• Bloqueos.
• Insatisfacción.
• Miedos.
• Angustias.
• Frustraciones.
• Sufrimiento.
• Baja autoestima.
• etc.
LAS LEYES UNIVERSALES DE LA CREACIÓN
Las leyes universales de la creación son ocho, y nos enseñan a crear nuestra realidad
conscientemente.
1. LA LEY DE LA ATENCIÓN
“Al árbol se le conoce por sus frutos y al ser humano por sus actos”.
No podemos fluir con miedo, hemos de ser como el agua, que fluye y se adapta a todo.
Para poder fluir, no hay que tener miedo; y para no tener miedo, hay que tener conciencia; y
para tener conciencia, hay que estar presente.
3. LA LEY DE LA ABUNDANCIA
Significa fluir con amor, alegría y felicidad, prosperidad, éxito, risa y generosidad.
La mejor manera de debilitar una cosa o a alguien es olvidándolo. Cuando olvidas a algo o a
alguien, no le pones atención, entonces, desaparece.
4. LA LEY DE LA CLARIDAD
Cuando tienes claro una cosa, empiezas a activarlo para que venga a tu vida, para que lo
puedas manifestar.La claridad es el primer paso hacia la libertad, y te ayudará a conseguir lo
que tu corazón desea.
La claridad tiene 4 aspectos:
Es tu verdad y tiene que ser respetada por todos. Pero esta verdad que tienes ahora, mañana
puede ser distinta. Todo es impermanente.
2. Honestidad: La única forma que tenemos de permanecer en nuestro cuerpo físico el máximo
de tiempo posible, es que nuestra parte interna y nuestra parte externa esté en paz. Si la paz
está en ti, estará en tu entorno, porque como es dentro, es fuera.
Cuando estás haciendo un trabajo que no te gusta, simplemente lo haces para ganarte la vida,
tu alma se está secando. En cambio, cuando haces realmente el trabajo que te gusta, entonces
ya no es un trabajo, sino tu vocación, tu misión en la vida, y entonces tu alma se expande.
Aunque trabajes 20 horas, eres feliz, cuanto más tiempo estés haciendo tu vocación, tu misión,
más feliz eres y más te expandes.
3. Autenticidad: Es mostrar a todos aquello que eres, sin disfraces, sin máscaras.
4. Integridad: No importa quien esté delante, no importa que digas algo y los demás no lo
comprendan y piensen que estás “loco”. Si has de decir algo, dilo, sé transparente,
espontáneo.
5. LA LEY DE LA INTENCIÓN
Cuando ya he pensado las cosas, tengo la atención, fluyo con la vida, tengo pensamiento de
abundancia y tengo claro lo que quiero, entonces le pongo la intención.
La intención libera una fuerza que hace que las cosas ocurran.
6. LA LEY DE LA PROSPERIDAD
La prosperidad y la escasez están en tu conciencia. Si sigues las Leyes, jamás podrás tener
escasez, va contra la Ley.
La prosperidad borra la escasez. Desea prosperidad para los demás y para ti mismo.
7. LA LEY DE LA MANIFESTACIÓN
Si aplicas las 7 leyes anteriores, esta ley del éxito es la consecuencia de las anteriores.
APRENDIENDO A MEDITAR
Dejemos que los pensamientos vengan y se vayan, como las nubes que están en el cielo,
vemos como pasan, no nos aferramos a ellos, simplemente observamos como vienen y se van.
Esto afecta a todos nuestros estados mentales, que se ven sobrecargados de emociones y
pensamientos destructivos y negativos, lo que perpetúa un círculo completo de problemas,
confusión, sufrimiento y demás.
Así que, lo que buscamos en nuestra práctica espiritual es intentar invertir este ciclo, de forma
que, gradualmente, nos encontremos en situación de hacernos cargo de nuestra mente y de
prevenir que se encuentre bajo el dominio e influencia de nuestros impulsos y pensamientos
negativos.
De hecho, este equilibrio de la mente, es un tipo de alegría, un tipo de paz que es tan grande,
mucho más incluso que la excitación del placer.
Podemos sentarnos en posición de loto o semi-loto, o en una silla o podemos tumbarnos boca
arriba.
Podemos colocar nuestras manos apoyadas en las rodillas, haciendo el mudra de la armonía o
el mudra de la sabiduría.
O podemos colocar nuestras manos haciendo el mudra del vacío. Este mudra es el que se
practica en el budismo.
Una vez ya hemos conseguido la postura, hacemos 3 respiraciones profundas, cogiendo el aire
por la nariz y expulsándolo por la boca y cerramos los ojos.
Ahora, ponemos nuestra atención en la respiración. Observamos como entra el aire por la
nariz y como sale también por la nariz.
Si durante la práctica, observas que van surgiendo pensamientos en tu mente, déjalos pasar,
no fuerces para que se vayan, ellos se van, tal como vienen.
Mientras estás meditando, al cabo de unos minutos, podrás sentir que tu mente se relaja y hay
un vacío. Esto indica que lo estás haciendo correctamente.
Cuando desees finalizar la meditación, haces 3 respiraciones profundas, cogiendo aire por la
nariz y expulsándolo por la boca, y al mismo tiempo, vas tomando conciencia de tu cuerpo y
del lugar en el que estás. Vas abriendo los ojos lentamente y moviendo tus manos y tus pies. Y
seguidamente, vas moviendo tu cuerpo.
Aprendiendo a Meditar
Esta ley establece que nuestras acciones físicas, verbales y mentales son causas, y nuestras
experiencias son sus efectos.
Nuestras propias acciones; del cuerpo, el habla y la mente, crean las experiencias de nuestra
vida.
La ley del karma enseña por qué cada individuo posee una disposición mental, una apariencia
física y unas experiencias únicas.
Éstos son los efectos de las incontables acciones que cada uno ha realizado en el pasado.
Puesto que no hay dos personas que hayan realizado las mismas acciones en vidas pasadas,
nadie puede tener los mismos estados mentales, experiencias y apariencia física que otro.
Algunas personas disfrutan de buena salud y otras sufren enfermedades sin cesar.
Las acciones que efectuamos dejan huellas o impresiones en nuestra mente muy sutil que, con
el tiempo, producen sus correspondientes resultados.
Por lo tanto, por cada acción que hacemos, tanto positiva como negativa, recibiremos los
efectos de la misma.
Nuestra mente es comparable a un campo de siembra, y las acciones que cometemos, a las
semillas que en él se plantan.
Desde que se realiza la acción original hasta que maduran sus consecuencias, pueden
transcurrir varias vidas.
Nuestras acciones son impuras porque nuestra mente está contaminada por el veneno interno
del aferramiento propio. El apego al Yo.
Éste es producido por nuestras propias acciones o karma y no es un castigo impuesto por
nadie.
El origen de estas malas acciones son nuestras propias perturbaciones mentales, como el odio,
el apego y la ignorancia del aferramiento propio.
Como resultado de estas acciones, nuestras experiencias, nuestro mundo, cuerpo y disfrutes, y
los seres que nos rodean, también serán puros.
El Karma es un gran maestro, pues nos ayuda a tomar conciencia de las acciones que
cometemos, pues como actúa en forma de experiencias, tendremos que experimentar los
efectos de nuestras propias acciones.
Todo lo que decimos, hacemos o pensamos, es como una semilla plantada en la conciencia,
que dará su fruto similar a ella. Esto es el karma.
El karma te ayuda a recordar que no hay otra mente que cree tu vida, salvo la tuya propia.
La práctica de la ley de causa y efecto es la clave para desarrollar todas las cualidades del
camino a la liberación y a la iluminación.
Cuando tomas la ley del karma como lo principal en tu vida, empezarás a ser consciente de tus
acciones virtuosas y no virtuosas y a desarrollar la renuncia. Porque sabrás las acciones que
van a traer sufrimiento en tu vida, y ya no las harás más. Por eso, ésta es la práctica clave para
llegar a la iluminación.
Si hacemos una acción determinada, ya sea buena o mala, ésta nos traerá consecuencias
iguales en nuestra vida.
Por ejemplo, si una persona roba un banco y tiene éxito, es muy probable que vuelva a robar, y
si una persona ayuda a un anciano a cruzar la calle, entonces es muy probable que esa persona
siga ayudando a otras personas.
Cuando un sujeto roba un banco, esta acción quedará registrada en su mente alterando el flujo
de ésta, y provocando en él una percepción errónea de la realidad (“tengo derecho a tomar sin
permiso las cosas que necesito”).
El karma no sería entonces una recompensa o un castigo mágico a las acciones sino
simplemente el hecho de que las acciones humanas tienen consecuencias tanto externas como
mentales. Más bien serían las dos cosas juntas, es decir, habría castigo y premio, pero no de
forma mágica, sino mediante consecuencias automáticas de las acciones, en un concepto que
implica la reencarnación, siempre unida al karma.
Puesto que todo acto tiene origen en la mente, el budista debe vigilar sus pensamientos y sus
palabras, ya que también pueden producir bien o mal. Cada acción y palabra, buenas o malas,
sería un boomerang que a veces vuelve en la misma vida y a veces en una vida futura.
El karma puede ser explicado como un fenómeno análogo a la inercia. Según esta visión, el
individuo genera tendencias a través de sus causas. Un pensamiento, palabra o acción
intencional, si se repite, se convierte en costumbre y condicionará una tendencia en el mismo
sentido. En el futuro, las causas no necesariamente serían intencionales, sino que estarían
influidas por causas previas. En este sentido, el karma constituye una influencia inconsciente,
condicionante pero no determinante, pues somos siempre libres y podemos contrarrestar
nuestras influencias o tendencias negativas. Aunque sean escasos en porcentaje, tenemos
numerosos ejemplos de personas que han cambiado radicalmente de vida.
1. El karma es definitivo.
2. El karma se incrementa.
El karma o acción que no ha sido creado, no puede ser experimentado. Y el efecto de cualquier
acción creada no se pierde, se experimentará.
Por eso es muy importante que no pasemos ni un solo día sin purificar el karma negativo que
hayamos acumulado durante ese día.
Para purificar el karma negativo, hemos de hacer acciones positivas, virtuosas, dharma.
Si tú robas, estás creando la causa para que te roben a ti, o puedas perder posesiones tuyas o
puedes llegar a la pobreza.
Si tú te enfadas con alguien, estás creando la causa para que alguien se enfade contigo y te
grite.
Si tenemos una enfermedad física es porque los hemos maltratado o herido con un arma,
administrado medicinas equivocadas u ofrecido alimentos venenosos.
Si no hemos creado la causa kármica para enfermar, es imposible hacerlo aunque estemos en
medio de una epidemia que esté causando estragos a nuestro alrededor.
Las causas principales de estar oprimidos son haber tratado con orgullo a personas de posición
inferior a la nuestra, haberlos maltratado o exigido sus servicios, o haber despreciado a los
demás en lugar de amarlos y haber sido bondadosos con ellos.
Las causas principales del sufrimiento de tener que separarnos de nuestros familiares y amigos
son acciones como seducir a la pareja de otra persona o poner a sus amigos o trabajadores en
su contra.
Por cada acción que realizamos, experimentamos un efecto similar. Si realizamos acciones
virtuosas, disfrutaremos de felicidad.
LA PURIFICACIÓN:
La purificación es una práctica para eliminar el karma negativo creado durante la jornada.
Sería muy positivo realizarlo a diario porque lo más probable es que creemos karma negativo
cada día.
La práctica general de la purificación comprende cuatro puntos llamados “los cuatro poderes
oponentes”:
No es lo mismo que la culpa, es diferente. La culpa es más emocional; es cuando nos sentimos
fatal porque hemos hecho algo y nos castigamos, pensando que somos una persona horrible.
El arrepentimiento no es emocional, es más racional, más razonable y proviene de comprender
el karma y creer en él, aceptarlo.
Entendemos que el karma actúa así: realizamos acciones que dejan huellas en la mente y
permanecen allí hasta que en el futuro, cuando se reúnen las causas y condiciones, maduran y
tenemos cierto tipo de experiencia como resultado.
Se dice que el arrepentimiento es similar a lo que sentiríamos si ingiriéramos algo venenoso sin
darnos cuenta.
Es una actitud o estado mental que surge cuando conocemos la doctrina de Buda. Sentimos
confianza en él y en sus enseñanzas, estamos de acuerdo con ellas y decidimos seguirlas.
Se pueden hacer cosas virtuosas tradicionales, como recitar oraciones o mantras, meditar en el
amor bondadoso o en otros aspectos.
En general, es preciso hacer cosas positivas que beneficien a los demás; acciones caritativas,
servicio desinteresado, obras altruistas. Esto es hacer Dharma.
Desear el no repetir lo mismo, y ponerlo a la práctica, reducir las veces que la cometemos.
Prometer que no lo volveremos a hacer, y mantenerlo.
Otra característica del karma es que se multiplica. Si haces algo negativo un día y no lo
purificas, al día siguiente se multiplica, se vuelve peor.
1- El karma que se origina cuando hacemos una acción, y posteriormente recibiremos el efecto
correspondiente, de igual magnitud y efecto similar.
Este tipo de karma lo causamos nosotros mismos. Para evitar experimentar el efecto
correspondiente, debemos purificar ese karma con el arrepentimiento, la oración y el dharma
(acciones bondadosas y altruistas y servicio desinteresado a los demás).
2- El karma que arrastramos de vidas pasadas; son situaciones que nos han causado mucho
sufrimiento y no lo hemos trascendido (superado). Entonces llevamos ese karma vida tras vida
con la finalidad de limpiarlo, trascenderlo.
Este tipo de karma es difícil de evitar, pues la finalidad es limpiar de nuestra conciencia todo
aquello que no nos sirve (negatividad, sufrimiento, apegos, egos, etc.), y la única manera de
poder hacerlo es reviviendo las mismas experiencias o similares, vida tras vida, que nos han
causado mucho sufrimiento, para así poder comprenderlas, trascenderlas y liberarnos de ellas.
4- Cada país tiene su karma colectivo; cada ciudad, cada zona geográfica. Es por eso que
reencarnamos en un determinado lugar de residencia, con la finalidad de experimentar los
efectos del karma (o acción) que se generó.
La finalidad real de la vida consiste en limpiar de nuestra conciencia (mente Superior) todo
aquello que no nos sirve, que bloquea el fluir del amor y no nos permite ser libres y felices.
Cuando tienes Paz interior, sin sufrimientos, sin apegos, sin negatividad, la energía fluye
correctamente y te manifiestas como Presencia en la más pura esencia, es cuando sientes que
eres uno con el Todo, no hay separación entre tú y todo el universo.