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MARX REPUBLICANO.

Notas en torno a marxismo y republicanismo. sem internacional a 200


años de KMarx USACH-diciembre 2018/
Profesores Martin de la Ravanal y Pablo Salvat b.

0: agradecmientos: tenemos que agradecer la invitación que los colegas


carlos azocar y Alberto mayol no han extendido ppara estar aquí en este
importante seminario. No son muchas las universidades ni los medios que se
han hecho eco de estos 200 años y bien sabemos los motivos y razones. En
particular de sus sempiternos detractores que, por lo demás, con suerte, han
leído algunas paginas de su obra. Y ellos, lo sabemos, no son detractores por
que si, sino porque marx y el marxismo representan una formidable critica de
todas las formas d e opresión y dominación del hombre por el hombre
referida en particular al capitalismo. El es un clásico del pesnamiento como
no. Pero un clásico que no queda amarrado a su tiempo de reflexión y
escritura ni a una expresión academicista. Es posible hoy dia seguir
encontrando claves en su obra que nos permitan comprender mejor el
fenómeno de la globalización, el expansionismo del capital y el mercado, asi
como sus recurrentes crisis. Pero no solo eso. Es tbien, alguien que ha
inspirado una corriente de filosofía de la praxis que se propone la
emancipación del genero humano mediante la transformación de las
realidades que niegan dia a dia el reconocmiento de cada cual como un ser
supremo y digno, para si mismo y para los otros;
I : no hay un solo republicanismo en plaza. Desde el pto de vista
histórico podemos distinguir entre republicanismo oligárquico y el
democrático. En cuanto al 1ero, representa aquella posición que quiere
excluir de la vida política a todos aquellos y auqellas que viden de sus
propias manos y concentrar el poder político en los propietarios ricos. La
óptica democratizante, que será a la cual en adelante nos referiremos,
pretende mas bien una universalización de la libertad la igualdad y la
fraternidad y por tanto aspira a la inclusión ciudadana de las mayorías
pobres, las muejeres, los pueblos originrarios, entre otras categorías. Sin
embargo, a pesar de sus matices, hay algunos caracteres que
aproximadamente se comparten en una propuesta como la republicanista
y democrática . Por de pronto una posición republicana conecta con una
ya larga tradición que viene de lejos y que puede hacerse remontar hasta
el pensamiento clásico ( Pericles, protagoras, democrito) y la república
romana (Tucídides, Plutarco, Cicerón, Séneca, entre otros). Pero no solo
ellos. También puede conectarse con algunas expresiones de los primeros
momentos de la época moderna en que se busca recuperar el vínculo con
la antigüedad, puesto ya en un enmarque distinto (la herencia
republicanista reinvidicada en algunas ciudades de la Italia del
renacimiento; en la Holanda liberada de la monarquía española) . Estamos
pensando en Maquiavelo ( el de los Discursos) , o en el mismo Spinoza por
ejemplo. Aunque no se queda allí solamente, en cuanto encuentra
impulsores también al mismo tiempo que asciende paulatinamente el
liberalismo como una expresión dominante en el escenario de
redefinición de la sociedad y las conexiones entre economía, política y
cultura.

En particular, en el republicanismo de corte anglosajón (J.Harrington,


J.Milton), y en las banderas antiabsolutistas de la revolución francesa
( Montesquieu) 1. A los cuales habría que sumar claro esta un rousseau,
un madison, un robespierre y un k.Marx.
2: el realce que en general ha ido cobrando la recuperación de algunas
banderas republicanas tiene que ver al menos con dos situaciones : por
un lado, el cuestionamiento de los límites que tienen y muestran hoy las
susodichas “democracias liberales” bajo hegemonía capitalista y
neoliberal globalizante, entre los que se puede mencionar: la
despolitización, la privatización de lo público-social, la elitización
verticalista y economicista del ejercicio ciudadano, el aumento de las
desigualdades, la liquidación del vínculo social, el racismo, o la

1
Q. Skinner, “Republicanism”, Cambridge, CUP, 98; R.Gargarella, “El republicanismo y la filosofía política
contemporánea”, en A.Borón (comp), Teoría y Filosofía Política. La tradición clásica y las nuevas fronteras,
CLACSO-Eudeba, BsAS, p.2001, pp.1-28; K.Haakonssen, “Republicanism”, en A Companion to
Contemporary Political Philosophy, ed. Robert Goodin y P.Pettit, Oxford, Basic Blackwell, 1993,pp.568-
574; J.Pocock, El momento maquiavélico, Tecnos, Madrid, 2003. Hamilton, A/Madison, J/ Jay,J.,
El Federalista, FCE, México DF, 1998 .
emergencia de un fascismo social (como lo llama boaventura de Sousa
santos) .
3: Por el otro, el hecho que desde posiciones progresistas y de
izquierda, se recuperan coincidencias entre sus planteos de critica y
transformación con los que hacen los republicanistas a la política
neoliberal realmente existente. Entre otras coincidencia rescatables:
a. reponer y recuperar el iddeario de emancipación y tranformacion
frente al sistema vigente; el rol de lo público, de los asuntos comunes, la
importancia de la naturaleza;
b. reponer y recuperar la participación en la sociedad desde los asuntos
comunes y la fraternidad.
C. Los republicanistas hablan otra vez de ciudadanía ( más allá de
consumidores y contribuyentes), de interés público, de virtudes públicas,
o de responsabilidad política y control ciudadano no solo en relación al
sistema jurídico-politico, sino también en relación a la economía el trabajo
la producción y el medio ambiente, ámbitos los cuales considera dentro
de la reflexión acción y decisión comunitario-colectivas y a rescatar de su
unilateral mercantilización;
d. De un modo o de otro, lo que está en juego y debate en los distintos
planteamientos contemporáneos tiene que ver con los caminos refleixivos
y practicos que se orientan – o no- hacia una democratización de la
política realmente existente, donde se incluya la esfera social-economica y
comunicacional-tecnologica como un tema de política, es decir, debatible
en cuanto de interés comun;
4: La mayoría d elos ciudadanos hoy ne dia esta gobernado por elites
distantes a las que no puede controlar. Y ese no control hace que seamos
ciudadanos súbditos de poderes ajenos, por tanto, sometidos, dominados,
no-libres, interferidos de manera arbitraria en nuestras decisiones, a pesar de
las apariencias de libertad de una democracia de espectadores. La
privatización de la polis y el ejercicio ciudadano por la separación abstracta
de las disitntas esferas de acción da como resultado el actual neoliberalismo
y las tendencias neoautoritarias;
Pues bien frente a ese tipo de diagnostico es que reaccionan las posiciones
del republicanismo democrático. no hay tiempo aquí sino para una posición
esquemática de algunos rasgos de su propuesta, rasgos que, creemos, se
articulan bien con los análisis de marx y del marxismo respecto a su critica
radical del captilamismo y su búsqueda de un comunismo democrático.
4.1. : a. el ideal republicano no es el de libertad liberal. En su tradición, la
libertas republicana se define como oposición a tiranias, o, tbien, a todo tipo
d esclavitud. Porque? El esclavo vive bajo el poder despotico, el del señor,
quien puede interferir arbitrariamente su su existencia. Aunque no lo haga
de hecho, tiene la facultad para poder hacerlo, esto e s lo que importa. La
libertad republicana es ausencia de dominacion (=interferencia arbitraria), y
por eso la opisicion republicana basica se daria entre liber y servius (terminso
romanos) (Pettit, 97);
que implica la ausencia de dominación? Siguendo a aristos implica “el no
ser gobernado, si es posible, por nadie, y si no, por turno” (Aristóteles, La
POlitica, CEstudios Onstitucionales, Madrid, 1317b). que mas implica la
situación de dominacion para cada uno?: b. estar dominado implica ser
gobernado por otro; c. que otro dercide como debemos cada cual vivir
nuestra vida. No ser dominado por otros: es igual a ser libre. Ser libre, poder
decidir de manera autopnoma quienes y como deseamos obrar y ser. Sin
embargo, el humano no puede vivir sin algun tipo de comunidad politicas
organizada. Si ello es asi, el republicanismo se inclina por un ideal d elibertad
positiva, i.e., participación ciudadana en el autogobierno colectivo. Como se
hace eso?segun Aristóteles, gobernando y siendo gobernados
alternadamente o por turnos. Lo contrario d eello, es ser gobernado
indefinidamente por alguien, y por ende, legar al despotismo.
Si liber se opone a servís; liber se identifica con civis. El supuesto: los
individuos no somos atomos sociales sino animales politicos-, i.e., solo
podemos ser libres dentro de la republica. De la comunidad politica, en
cuanto ciudadanos que se dan a si mismos la ley, que en conjunto deliberan y
deciden sobre lo justo y lo conveniente. Libertad politica positiva no es medio
de libertad civil republicana, sino su propia esencia;
Ideal central entonces de republicanismo: libertad como autogobierno y
autonomía deliberativa y dialogica . Este idfeal tiene impicancias politicas y
sociales ,pero su findamentancion es de naturaleza moral= cuando alguien es
victima del poder de otra persona y es dominado por ella, sera reducido a
instrumento de la voluntad y los planes de otro, con lo cual pierde su
dignidad , la de su propia humanidad. Aquí los autores manifiestan uno de los
limtes que tendra el trabajo de pettit sobre republicanismo: la no
consideración de la implicación logica entre libertad como no dominacion y
libertad politica positiva no fue lebaorada pro pettit en su gran libro sobre
republicanismo.

4.2. la pertinencia y necesidad de reconectar libertades y virtudes


ciudadanas algo que el indovidualismo neoliberal no le interesa salvo como
retorica vacia. La idea de autogobierno y autonomía en igualdad de
concidiones coloca a las virtudes en el centro de su interés. Tanto las leyes
como las instituciones tienen que estar sostenidas por habitos de virtudes
civicas y buena ciudadanía. Es importante la virtud en el diseño republicano,
tanto en el plano privado como público. No se trata con este énfasis en algún
retorno hacia posturas premodernas, en las cuales se presumía una
hegemonía unilateral de alguna visión de mundo omnicomprensiva a la cual
cada quien tenía que de algún modo asentir o someterse. Se trata de que no
será factible una concepción más inclusiva y activa de la democracia y la
política, es decir, el ideal de libertad como no-dominación y autogobierno,
sin el adecuado concurso comprometido de los ciudadanos Ello marca una
diferencia con el accionar liberalista para el cual, mientras menos se vea
involucrado el ciudadano en el día a día de los asuntos comunes, mejor. No
solo eso. El liberalismo muchas veces termina favoreciendo una
despolitización de la vida social y dejando –con ello-, sin tratar las relaciones
de poder y dominación existentes en distintos ámbitos de la sociedad. Las
instituciones y leyes que requiere la implementación del ideal de libertad
como no dominación se revelan como insuficientes por sí solas. Son, como
afirma Pettit, “resortes muertos, mecánicos, y sólo ganarán vida y cobrarán
impulso si se hacen sitio en los hábitos de los corazones de las gentes.
Esto quiere decir que una comunidad en la cual predominen por ejemplo
el afán de riquezas, la búsqueda de fama, el exitismo o el narcisismo
hedonista, en cuanto modelos de realización individual, estará mucho más
cerca de la corrupción y del vicio, y por tanto, de diversas formas de
dominación. Será esa una comunidad política en la cual el interés general o
el bien público no encuentra lugar para asentarse, y por ende, predominan
poderes fácticos, sectoriales o grupales, sin control de la ciudadanía. La
reivindicación de la virtud permite diferenciarla del vicio público y/o privado
cuya presencia distorsiona las posibilidades de un adecuado autogobierno.
Los vicios públicos y la corrupción ponen en escena al idiotes, a los que viven
sometidos a sus propias pasiones, a sus intereses, a su egoísmo y que
pretenden hacerlos pasar como expresivos de algún interés general o,
también, de la propia naturaleza de las cosas.

4.3. por ultimo, no tenemos mas tiempo, decir que en fucnion del ideal d
elibertad como no-domicacion, de la promoción de la colabracion entre
virtudes publicas y privadas, del desarrollo de una ciudadanía activa, el
republicanismo tiene una idea fuerte de democracia, contrapuesta a aquella
vison que la limita a un método para escoger cada cierto tiempo los
miembros de la elite que gobernaran por una cantidad de años x. Una idea
fuerte de democracia implicara entre otras cosas un control ciudadano de los
poderes delegados de manera permanente; revocabilidad; ejercicio
participado y en igualdad de condiciones de la palabra publica (isegoria). De
allí que se demande un rol para el estado; un estado que no este por sobre la
sociedad o separado de ella, sino que pueda ser expresión de una ciudadanía
autónoma y autoorganizada que decide mediante procesos deliberados y
establecidos. Por ello el Estado tendría que promover instituciones
adecuadas para el debate abierto sobre el bien común; formulas para
garantizar mejor información plural y mayor participación. El estado
mediante la ley, debe crear y defender al ciudadano hasta que este en
condiciones de ser libre. El estado aquí no es el mal menor liberal.
Representa la instancia para republicanistas que legisla y aplica la ley que
construye la sociedadcivil. Sin ley, o sin estado, no habrían derechos reales,
no habrían ciudadanos. El estado la ley, la cosa publica serian el ppio ético
que conforma a la sociedad como compuesta por sujetos-ciudadanos liberes
e iguales.
Todo lo cual requiere hacerse cargo de las condiciones materiales de la
existencia humana. Esto no lo olvidan los republicanistas dmeocraticos. Hay
que lograr un cierto nivel de condiciones materiales de existencia, no solo
para vivir o sobrevivir, sino para vivir bien; y esto demanda otro tipo de trato
con la idea d epropiedad. Un rrepublicanismo igualitarista tiene que
proponerse formas alternativas de de propiedad social-republicana, y
mecanismos insticuionales que den seguridad material y económica a tdos
los ciudadanos de un estado. Respecto a este punto importante un grupo de
intelectuales catalanes y de otros países han estado trabjando justamente la
idea de un ingreso básico ciudadano garantizado. Pero no podemos
extendernos aquí sobre este asunto.
Segunda parte: M. de la R.

II:, tenemos en los atributos del republicanismo democrático una serie de


elementos que pueden muy bien ser acogidos y compartidos desde marx y el
marxismo ( den marxismo incluyo entre otros a Engels, Lenin, gramsci, lukacs,
korsch, bloch,..). no sabemos a ciencia cierta si marx mismo hubiera aceptado
el mote de republicanismta democrático, pero su opción ético-politica a favor
del socialismo y el comunismo, de seguro no pueden realizarse bajo el
capitalismo actual en sus diferentes variantes, auqnuque no siempre este
claro en la estrategia los pasos en los distintos moementos. No solo el
socialismo tiene un camino dificl en medio del capitalismo financiarizado,
tbien el ideario de republicanismo democrático no tiene posibilidad de irse
concretando en medio de débiles democracias liberales y mercados
omnipresentes. Como dijo alguna vez un matemático estadounidense, la
libertad la igualdad, la dfetarnidad y la democracia pueden ser copatibles
pero no bajo el capitalismo. Este es el 1er punto que desearía subrayar a
modo de búsqueda provisoria de compatibilidades entre republicanismo
democrático y marxismo. Dicho de otra forma, las posibilkidades de
realización del ideario socialista necesita un enmarque filosofiocopolitico
repiublicanista, y viceversa, la sposbilidades de ir concretando la spremisas
del republica ismo democrático demanda sobrepasar el capitalismo
realmente existntente. Agregar aquí como según gente como domenech, el
marxismo mas originario formaba parte o era posible vincularlo con la
tradición política repiublicano-democratica. irse realizando sino desde la
óptica del republicanismo democrático.
Domenech afirma que el socialismo, desde la fundación de la Asociación
Internacional de Trabajadores, la Primera Internacional, en 1864 es una
continuación del legado de “la tradición revolucionaria de la democracia
fraternal” (p. 354). Después del fracaso de la segunda republica en 1848, se
consideró que el objetivo del socialismo debía ser: “.. la creación de una vida
civil no cimentada en la propiedad privada de las bases de la existencia” (´p.
355) sino en el dictum de Marx: “sistema republicano de asociación de
productores libres e iguales” (p. 355).
La base social de la democracia fraternal revolucionaria fue un demos
compuesto de artesanos, pequeños comerciales, apareceros, jornaleros,
aprendices, asalariados, desposeídos, etc. Que aspiraban a emanciparse
como hermanos frente al yugo patriarcal impuesto por el Antigüo régimen.
Se reconocían como adultos no necesitados de un domus, que podían
sostenerse sobre la base de la pequeña propiedad, el esfuerzo personal y la
asociación horizontal (p 356). Frente a la voracidad del capitalismo incipiente,
que generalizaba la desposesión y la expropiación y que denominaron
economía política tiránica, colocaron una economía política popular (p. 356).
El socialismo que surge con Marx ve que ese demos comienza a componerse
de trabajadores asalariados urbanos como la fuerza de trabajo principal del
capitalismo industrial. El capitalismo nace de un movimiento enorme de
desposesión masiva: destruyó las bases tradicionales de existencia. El cuarto
estado preindustrial se iba a proletarizar inevitablemente por la
modernización capitalista decimonónica. Al mismo tiempo dicho proceso era
un movimiento de concentración y acumulación de los medios de producción
que terminaría volviendo inmanejable el proceso de producción social. La
solución socialista pasaría por apropiarse en común de los medios de
producción por una asociación de productores libres e iguales.
Según DOmenech el socialismo tuvo frente a sí tres posibilidades:
1) Esperar a que el proceso de proletarización estuviera completo para
que en la madurez del capitalismo industrial se produjera una
revolución que expropiara a los expropiadores (capitalistas). El
progresismo socialdemócrata de la II Internacional aceptaba este
camino con todos los costos patológicos asociados a la modernización
industrial.
2) Resistir a los procesos de centralización y concentración, luchando
contra la expropiación y la desposesión. Anticapitalismo romántico y
socialismo libertario.
3) Convertir al proletariado en el nuevo “sujeto” político que nucleara al
demos de desposeídos, dañados y colonizados por el proceso de
modernización capitalista. Este es el programa original de la I
Internacional.
Domenech sostiene que Marx y Engels consideraron en el Manifiesto
Comunista al comunismo como un “ala de la democracia”, es decir de un
régimen del demos, que significa el régimen de los pobres emancipados
(potencialmente tiránicos y vengativos según los conservadores de todas las
épocas). La dictadura, asimismo, tenía, antes del siglo XX, un sentido
republicano romano: la dictaduria comisaria: el senado encargaba a un
fideicomisario, el dictator, el control de la republica por un periodo de seis
meses, en el marco de una guerra civil. Marat le propuso a Robespierre
organizar una dictadura democrática. Domenech considera que
originariamente nunca se hablo de una “democracia burguesa” (invento
bolchevique) (p. 509). Democracia era para Marx y engels el movimiento
social y político del demos.
El vinculo del pensamiento de Marx y Engels con la tradición del
republicanismo democrático se da a través de la idea de “dictadura”. Marx y
Engels pensaban que los burgueses y las clases dominantes no aceptarían
fácilmente una autentica democracia, entendida como movimiento social
popular y que ante un levantamiento democrático se sucedería una guerra
civil y de ahí la necesidad de una dictadura del proletariado (p. 513).
La formación básica de Marx fue republicana: jurista romanista, helenista,
estudioso de Smith y Ricardo. Políticamente en su juventud fue admirador de
la I republica francesa de 1793. El republicanismo de Marx se especifica en:
1) Concepción antihobbesiana de la ley y el derecho: Hobbes oponía
derecho y ley. La ley positiva sería un “grillete” (fetter) que restringe la
libertad de las personas (p. 516). El derecho o los derechos (Right)
serían cuestiones sujetivas: capacidades, poderes, libertades de actuar
que generarían obligaciones en otros. En la corriente iuspositivista, las
leyes son órdenes incontestadas e in contestables de la autoridad, y
son fundamentalmente restricciones a la libertad.
La tradición republicana, en cambio, considera que la libertad es
posible por la ley y el derecho. Marx bebe del derecho romano y de la
ilustración dieciochesca. En un texto de 1842 sobre la ley de prensa
Marx expresaba que: “…La ausencia de una legislación sobre la prensa
excluye a la libertad de prensa de la esfera de la libertad jurídica, pues
la libertad jurídicamente reconocida sólo existe en el estado como ley
y sólo como ley” (citado por Domenech, p. 518) Añade: “las leyes son,
antes bien, las normas positivas, luminosas, universales, merced a las
cuales la libertad ha ganado una existencia impersonal, teórica,
independiente del capricho del individuo” Continúa: “Un código de
leyes es la biblia de la libertad de un pueblo” (p. 518)

2) La libertad como derecho constitutivo inalienable.

Soy libre por que tengo “derechos constitutivos”, hay leyes que me
constituyen como libre. Constitutivos significan que son inalienables. El
derecho constitutivo e inalienable a la libertad fue desarrollado por la
Escuela de Salamanca en el siglo XVI, en respuesta a la conquista y
destrucción de las Indias. Vittoria, de Soto, de las Casas y de Mariana
defendieron la inalienabilidad de la libertad en un contexto de
oposición a la esclavitud y el avasallamiento de las colonias. Esta senda
fue seguida por Locke y Kant.
Gracias a Francisco Suarez, fue posible admitir la alienabilidad de la
libertad en el caso de la esclavitud voluntaria y el trabajo asalariado.
Esta última cuestión fue considerada como una relación no republicana
por Cicerón, pues el trabajador asalariado tiene que pedir “permiso” a
su contratante para disponer de parte de su vida. Esta sujeto a derecho
ajeno. La impugnación del trabajo asalariado que realiza Marx tiene su
fundamento en la concepción republicana del derecho romano.

3) Concepción fideicomisaria de la autoridad y el poder político (poder


delegado, encargado y controlado)

Este tercer elemento fue desarrollado en la modernidad, por Locke


pero fue transmitida a el desde el derecho privado romano. En esta
concepción la autoridad política es un fideicomiso, los magistrados son
servidores del fideicomitente que es el conjunto de ciudadanos libres.
El gobierno es un encargo que puede disolverse en cuanto el
fideicomisario traicione la confianza del fideicomitente. Una clave de la
relación fideicomisaria es la asimetría de información entre las partes.
El fideicomisario adquiere el compromiso de actuar de forma honrada
y eficiente, aunque la asimetría de la capacidades y la información
hace que siempre se salve la posibilidad de que el fideicomitente
pueda romper unilateralmente la relación. Este es el sentido por el cual
los gobiernos debiesen temer a los gobernados, al pueblo, que si no
tiene capacidad de controlar e incluso amedrentar a las autoridades,
entonces, no es mas que una masa de súbditos.

4) Concepción fideicomisaria de la propiedad de los medios de existencia


y producción.
El concepto tradicional de propiedad es el de una propiedad privada
exclusiva y excluyente, que autoriza a su propietario al uso y al abuso
ilimitadamente y sin interferencias de terceros, personas o
magistrados, en su proceder. Durante la Edad media este tipo de
propiedad fue escasa. Aristóteles reconocía cuatro tipos de propiedad:
1) propiedad común de apropiación común 2) propiedad privada con
apropiación común 3) propiedad común con apropiación privada 4)
propiedad privada con uso privado. En la Europa feudal todas las
tierras eran de propiedad del príncipe y tendía a cederlas como un
fideicomiso, de forma privada o común. Era un dominium utile, es
decir, tenía que predominar la utilidad social de la propiedad, que era
entregada por el príncipe como un fideicomiso de recursos públicos
entregados a comunidades. Las tierras comunales fueron la fuente de
libertad de la Europa medieval, bajo cuyo alero de formaron consejos
comunales y la democracia municipal. Esto se relaciona con la Carta de
los Bosques (s- XIII) pactada por Juan I de Inglaterra, que garantizaba a
las comunidades el acceso a los bosques y commons. El ascenso de las
monarquías absolutas significó la ruptura de la alianza entre las
monarquías tardomedievales con las democracias comuneras. El
absolutismo se abocó a cercar y privatizar los medios de existencia
comunales. Lo que se dio en ese momento fue una lucha de clases
donde, a la postre, las clases populares, el cuarto estado, perdieron
frente a las clases terratenientes (p. 528)

Desde una mirada democrático – republicana, el pueblo se convierte


en el propietario último de los recursos y riquezas de la nación (p 528)
Todas las propiedades son fideicomiso de la República. Esto no
significa que no conviva con la propiedad privada en su sentido clásico,
sino más bien que existen una diversidad de modalidades: 1)
propiedad común utilizada comunalmente 2) propiedad privada usada
comunalmente (cooperativas) 3) propiedad privada de uso privado
fundada en el trabajo personal (véase una república de pequeños
propietarios). Lo que se excluye es la propiedad privada de uso privado
fundada sobre el trabajo ajeno o explotación.
La concepción fiducidiaria de la propiedad privada esta presente en el
articulo 27 de la constitución mexicana de 1917, donde se habla de
función social de la propiedad bajo el control del Parlamento. Esta
presente así mismo en la constitución de la Republica de Weimar
(1919) en la constitución de la primera republica austriaca (1919) y en
la constitución de la II republica española (1931).

Domenech señala que Marx en el 18 Brumario de Napoleón


Bonaparte, señaló claramente que la forma de gobierno republicana
era subversiva y revolucionaria en Europa, pero que podía tener
oportunidad en EEUU, dada su estructura de clases mas flexible y
dinamismo social. Marx tenía una visión histórica y muy dinámica del
capitalismo, nombre que nunca utilizó sino el de “modo de producción
capitalista” al que se dedico a estudiar de modo analítico – empírico.
Lo que vino a llamarse “capitalismo” (desde que Louis Blanc lo
bautizara así) es un conjunto dinámico de fuerzas heterogéneas que
impactan, también heterogéneamente, en lo político, lo cultural, lo
geopolítico, etc. El Manifiesto Comunista (1848) es un intento por
retratar el proceso o movimiento de esas fuerzas en todo su
dramatismo, que queda plasmado en el céleberrimo “todo lo sólido se
desvanece en el aire”

Quiero sugerir que pensar el republicanismo en Marx exige pensar


también la relación entre la democracia y el estado. Es frecuente la
idea preconcebida sobre Marx de que éste propugnaría una idea de
democracia que culminaría en la desaparición del estado. Hay que
remitirse, para esto, nos recomienda Miguel Abensour, a los textos
entre 1842 a 1844. Se trataría en primer lugar de que Marx esta
interesado tal como Maquiavelo y Harrigton en la politicidad del ser
humano, del homo politicus pero bajo condiciones de una modernidad
política. Un primer objetivo de Marx fue desarrollar la crítica de la
religión como impulso para instalar una modernidad política,
reconociendo primero la autonomía del ser humano. Hacia 1842 la
figura de una política emancipada de la religión es la de una republica
de ciudadanos. Entonces para poder hacer espacio a la política hubo
que restarle espacio a la religión. ¿qué decir hoy día en que la política
insiste una y otra vez en meter las barbas de Dios en los asuntos
humanos?. Negación de la religión, reapropiación de lo político.
Feuerbach pensó el estado como unidad, como sujeto infinito, como
ser universal que conservaba el momento de solidaridad – fraternidad
de los hombres. La razón humana se dirige a la verdad terrenal, y por
lo tanto, piensa todos los asuntos humanos y el tejido que los une: se
trata de pensar la naturaleza de la sociedad humana y sus derechos. El
estado es pensado por el marx de 1842 como una totalidad organica,
un sistema. La filosofía que piensa esa naturaleza, es una inteligencia
política, que reconoce la autonomía de lo político frente a la sociedad
civil (y a la propiedad privada) (42).

Este estado, esta política esta siendo interpretada como derecho


público: el derecho que establece la libertad e igualdad por encima de
los intereses, oposición y desigualdades de la sociedad civil. El interés
privado al ser reconocido y establecido en la esfera del estado
adquiere racionalidad y legitimidad públicas. Se trata de un transito
desde las relaciones arbitrarias, imparciales, espontaneas y violentas
para incluirlas en una convivencia pública consciente,
institucionalizada, verdaderamente libre. La sociedad civil es, de suyo,
plural, pero requiere de un principio de unidad en el estado, es decir
de una justicia civico – legal. El estado es pensado como un sujeto
integrador, armonizador, creador de comunidad.

En 1843 hay Marx experimenta una crisis que no hace más que
profundizar su reconocimiento de lo político como democracia
verdadera. Primero se trato de pensar el estado concreto existente
que estaba limitado, restringido tanto por la reminiscencias del antiguo
régimen como cercado por su relación con la industria y la riqueza en
general. Por otro lado, hay que reconocer el hecho de la estadolatría.
Frente al estado separado de la ciudadanía, vuelto un fin en sí mismo,
Marx reivindicará la libertad que sólo se experimenta como comunidad
de ciudadanos: democracia. La imperfección o déficit democrático del
estado deja a los individuos como meros animales de sociedad
(centrados en la producción y reproducción) incapaces de distanciarse
de esa espontaneidad para constituirse en una comunidad de
ciudadanos libres. El estado real es una contradicción entre su
pretensión de universalidad (espacio institucional de la igualibertad) y
su presupuestos reales: el jalonamiento de lo publico por los intereses
y conflictos privados. Criticar la política y el estado es pues
trascenderlo, excederlo: democratizarlo. La republica democrática
consiste en la expansión de una lógica emancipadora dentro del
estado.
Esto significo para Marx replantear la relación entre la esfera estatal y
la esfera familiar y sociedad civil. Se critica la idea de que el estado sea
una entidad autónoma y único agente – motor del dinamismo social.
Eso es burocratismo. Contra eso hay que señalar, primero, las
dependencias materiales del estado respecto de la esfera familiar y la
sociedad civil. Pero tras esas dos esferas esta la realidad de un demos
total de la sociedad: la masa o multitud indiferenciada de individuos
que provienen de familias y viven de trabajos e intercambios. Ese
demos es la raíz de todo ordenamiento político. La agitación de ese
demos, el pueblo, es lo que excede al estado, muestra sus limites y lo
dinamiza. Lo que esta pensando Marx, dicho en términos de
Castoriadis es la democracia como movimiento hacia una autonomía
instituyente de la sociedad. La intervención conflictiva del demos ante
lo instituido – constituido es la base que construye la unidad del tejido
social.

Marx coloca a la base entonces la soberanía del pueblo, es decir que


por encima de él no hay ninguna forma ni norma pre – establecida o
pre – determinante. En democracia el demos esta en plena relación
consigo mismo en libertad, sin supeditarse a Dios, al aparato estatal o
a los guarismos del mercado. La republica entonces es un ser juntos
orientado a la libertad. Por lo político el hombre real que compone el
demos se comprende y reconoce, en conjunto con otros, como
ciudadano. El demos que lucha y brega de cara al estado obtiene por él
un objetivación de su libertad. Las figuras de la existencia social se
objetivan en el estado. Las estrecheces y desigualdades de las
pertenencias a la familia, al trabajo, a las comunidades religiosas, a las
clases sociales, con todas las arbitrariedades anexas, pueden ser
puestas en cuestión por el ciudadano que puede “suspender” los
condicionamientos que producen asimetrías entre los habitantes. Marx
piensa que la clave de la ciudadanía democrática es el distanciamiento
respecto de estas arbitrariedades, mediante el derecho público por
ejemplo, pero, de modo más general, la democracia es el movimiento
instituyente que cuestiona, recusa, impugna relaciones “inesenciales”
“no plenas” (en el sentido de libertad) que se dan en la sociedad civil
burguesa. Desde luego, para el Marx de 1844 no se trata de reabsorber
todo los social en el estado, la cuestión es mas bien reducirlo, es decir,
que vuelva éste a ser un elemento del demos.

Marx en 1843 quiere evitar a toda costa que el estado o la constitución


se reifiquen respecto del movimiento del demos. Constitución, estado,
leyes son expresiones, momentos y meros elementos del demos. Si
ellos dominan, limitan o configuran al demos son expresiones de
heteronomía. Esto se plasma en el derecho permanente del pueblo a
darse una constitución. La actividad constituyente refrena los
potenciales de alienación que existen en la institucionalidad política. La
idea de sujeto infinito se ha secularizado pasando de Dios al estado y
luego al demos. El demos se mueve permanentemente como lucha
contra el desposeimiento y la expropiación de lo común, y de los
poderes democráticos. El estado es la forma organizadora, pero, dice
Marx es sólo un elemento, mientras que el demos puede referir a
todas las otras esferas sociales (familiares, económicas, comunitarias)
Es decir el movimiento democrático trastoca – transforma las formas
de poder de los espacios convencionalmente llamados “no políticos”.
Se trata de que la democracia irrigue la vitalidad del demos a esas
esferas atravesadas por opresiones, desigualdades y arbitrariedades.
La desaparición del estado quiere decir la reducción de su forma
organizadora total (antitotalitarismo!) y la institución democrática de
lo social, o sea que el demos se reconozcan en todas las otras esferas
sociales (y no seaexcluido, invisibilizado, negado, oprimido en ellas).

Reconducir el estado a su demos, poner al demos al control del estado.


Permitir al demos reconocerse en las otras esferas sociales, esferas
donde se le excluye: el trabajo, la empresa, la escuela, la iglesia, etc.
¿Para que? Para que cada humano se pueda reconocer con su otro en
igualdad y fraternidad, vinculo que sólo puede alcanzar no un
sentimiento sino una razón en el sentido de reconocer el carácter
ilimitado, universal y libre de la humanidad. El demos, aunque negado
y excluido, participa ya de esa razón, palpita en él el impulso
instituyente que emerge de la negación, de la injusticia y el abuso,
pero que apunta a la totalidad del sistema. El demos es cabeza y
corazón, es decir, tiene una capacidad o inteligencia política pero al
mismo tiempo ancla su ser político en su experiencia social malograda.

1844 Marx ya ha identificado al demos con el proletariado, que es una


clase por cuya condición no puede sino ser política, clase para sí en
tanto se posiciona frente al capital, en lucha política contra el capital.
El carácter político del pueblo se objetiva: deviene música, rayado
callejero, consigna, panfleto, etc. Pero especialmente, en la prensa
como arma de combate. La prensa permite conocerse el pueblo a si
mismo y posicionarse frente al estado. Esta claro que no hablamos de
una prensa como la que conocemos hoy, dominada por los intereses
de los capitales y en franca oposición a luchas y reivindicaciones
populares. Se reconoce el pueblo en los conflictos y las posiciones que
se suscitan en la prensa, adquiere voz y pensamiento. (ver la esfera
publica proletaria de oskar negt)

Marx luego desplazara este movimiento de objetivación y


reconocimiento al terreno de la producción. La producción, el trabajo,
es comunicación y solidaridad entre los seres humanos en tanto
productores. Al mismo tiempo es en esta esfera, en la producción,
donde se produce la más férrea servidumbre. La subordinación del
proletario a la propiedad privada es el modelo de la servidumbre
capitalista.

En los textos de 1871 re aparece la cuestión de la democracia


tematizada respecto de la Comuna de Paris. En ella aparece el demos
de la sociedad civil, el proletariado en un combate cuerpo a cuerpo,
vida a vida, con el Estado. El estado no sólo puede autonomizarse del
demos sino que puede volverse policialmente contra él. En 1871 el
Estado es identificado como instrumento de dominación y opresión,
opuesto al demos proletario. Sin embargo, en tanto instrumento, el
estado puede ser orientado a otros fines: no sólo reducirlo, sino ir
desvaneciéndolo. Opone entonces la figura de la Comuna al estado.
Ella se constituye en una forma de mediación entre el demos y el
estado. La republica comunal, nos permitiremos llamarla, consiste en
que el gobierno que autoinstituyen los miembros de la comuna los
vuelve responsables y revocables en todo momento. El demos
introduce en toda forma de institucionalidad un elemento
insurreccional a costa de eliminar toda forma de hipostasis del poder.
La verdadera democracia asume ante sus instituciones una forma
agonística que impide que se solidifique cualquier forma de
heteronomía. Lo que anima esa agonística es el odio a toda forma de
servidumbre.

El panorama para nuestro hoy no puede ser auspicioso: el demos esta


sometido a la mas fuerte de las heteronomías, la de las finanzas y los
mercados. No ´solo el estado sino todas las otras esferas “no políticas”
han sido colonizadas por las fuerzas del modo de producción
capitalista hoy financiarizado y global. El estado, al menos en Chile, no
sólo es instrumento de represión de movimientos del demos sino que
permanentemente apunta a su deslegitimación, via formatear las
cabezas de las y los habitantes para verse como empleados,
consumidores, usuarios pero en ningún caso como ciudadanos
soberanos. La libertad como concepto social se ha reducido a la
libertad de autoexplotarse laboralmente para hallar la felicidad en
escoger pequeños y miserables placeres de consumo en las góndolas
de los supermercados. Estos mismos hombres y mujeres devenidos en
laborantes – consumidores – deudores inseguros, ruegan por que se
les expropie más aún su poder instituyente para que el gobierno
garantice crecimiento económico, empleos precarios, acceso al
consumo y seguridad respecto a sus pocas propiedades. De aquí que se
fomente una visión restrictiva de la ciudadanía: pasiva, limitada
excluyente, cerrada y heterónoma.

El asunto de la verdadera democracia retornará, creo, cuando la


democracia, el estado y la política existente muestren no sólo sus
límites e impotencia respecto al Capital sino revelen sin descaro su
función de dominación y ya no puedan ideológicamente presentarse
como representantes de ningún común o de ningún universal. Creo
que esa crisis es lo que experimentamos pero corremos el riesgo de
que en vez de dirigirse hacia una libertad democrática esta se tuerza
hacia formas cada vez mas arbitrarias y autoritarias de poder
gubernamental.

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