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UNIVERSIDAD “FERMIN TORO”

VICERECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y JURIDICAS
ESCUELA DE DERECHO
BARQUISIMETO- EDO. LARA

RAZON JURIDICA DE LA VIA EJECUTIVA

ALUMNA:
BARBARA E ALVRADO L
CI: 20891099
Procedimientos Civiles Especiales y Prácticas Civiles
SAIA B
RAZON JURIDICA DE LA VIA EJECUTIVA .

En general, se conoce como alegato al escrito donde hay controversia, esto es,
demostración de las razones de una parte para debilitar las de la contraria.
El juicio ejecutivo es el único donde encontramos una etapa definida para
alegar. En otros juicios, las partes pueden presentar informes en derecho (juicio
verbal sumario) o manifiestos en derecho (juicio ordinario) dentro de un lapso
no específico que transcurre desde la culminación de la etapa de prueba hasta
antes de la expedición del fallo.
Las principales fuentes de sustentación de los alegatos son la ley, la
jurisprudencia, la doctrina y la costumbre.
Para Cabanellas, alegar es “citar el abogado leyes, jurisprudencia, casos,
razones y otros argumentos, en defensa de la causa a él encomendada”; en
definitiva, podemos decir que el abogado debe acudir a todos los elementos
legalmente utilizables para fundamentar el derecho de su defendido, y en
algunos casos jugar con la lógica jurídica para demostrar la legalidad,
legitimidad y justicia de su posición.
Para estos efectos, será muy común ver en un alegato la cita de los artículos
de la ley aplicable al caso, conjuntamente con la opinión de renombrados y
conocidos autores de obras jurídicas. También podremos apreciar en muchos
casos que los abogados recurren a decisiones de otros jueces sobre casos
similares y a referir usos y hábitos comunes, como argumentos para sustentar
el alegato
La ley.- El sustento más sólido para un alegato en derecho, es la cita de
normas legales aplicables al caso, porque nuestro sistema procesal se basa en
el derecho romano -derecho escrito- y nos regimos a normas preestablecidas
de procedibilidad, que están establecidas en códigos, leyes, reglamentos, etc...
No hay manera en que un argumento debidamente sustentado sobre
fundamentos legales pueda ser rebatido por otro, a menos que este último
también tenga tales fundamentos.
En el juicio ejecutivo es normal que la gran mayoría de las normas legales,
favorezcan al actor. Tanto así que, por ejemplo, el actor puede ejercer medidas
preventivas sin conocimiento del ejecutado. Además, el actor puede apelar de
todo auto, pero el demandado solamente puede apelar de la sentencia, cuando
ha propuesto excepciones oportunamente. Tampoco puede apelar de la
sentencia cuando su única excepción ha sido pago total o parcial, y no ha
presentado prueba del mismo. Esta parcialización procedimental es apropiada,
porque esta vía no busca el discernimiento, sino la ejecución. Por ello, sería
perfectamente lícito que un Juez otorgue razón a todos los argumentos del
actor, que tengan sustento jurídico.
La jurisprudencia.- Nuestra legislación reconoce la jurisprudencia como fuente
de derecho, y por lo tanto reconoce también su validez legal en el sustento de
un alegato.
El reconocimiento de la jurisprudencia no es más que el resultado de la
utilización del sentido común. Dentro de este contexto, podemos inclusive
afirmar que ni siquiera es necesario tal reconocimiento, y que hasta resultaría
ilógico y absurdo el intentar desconocerla, puesto que significaría desconocer
la razón y autoridad de los jueces en sus decisiones.
El abogado debe ser muy cuidadoso en la selección de la jurisprudencia que va
a utilizar, para asegurarse de que ésta no se refiera a leyes derogadas o
reformadas, y el juzgador debe recordar que, pese a todo, la jurisprudencia es
la interpretación que otros jueces han dado a la ley. Ésta puede servir como
indicio, pero en ningún momento debe considerarse como argumento decisivo
para el fallo, puesto que el Juez podría caer en el error de interpretar una
interpretación; esto naturalmente, sin perjuicio de la anotada obligatoriedad de
las normas dirimentes dictadas por la Corte Suprema, que tienen carácter de
ley, mientras la ley no disponga lo contrario. Por ello, nunca debe sustentarse
una defensa sobre la base de fallos jurisprudenciales, sino estrictamente sobre
la ley, para lo cual servirá como ejemplo las decisiones de jueces anteriores.
Para que la jurisprudencia referida en un alegato sea eficaz, la decisión debe
ser exactamente sobre el mismo punto de derecho que se litiga, caso contrario,
no estaríamos hablando de aplicación de jurisprudencia, sino de derecho
análogo o de la aplicación de principios de derecho universal, que
generalmente los vemos contenidos en la doctrina.
Es particularmente hermoso e impresionante un alegato fundamentado en la
prueba de la contraparte, por cuanto requiere de un profundo estudio y análisis
del proceso y demuestra el nivel de preparación del abogado.
La ley es la mejor fuente de derecho en que podemos sustentar un alegato; y
los dichos de la contraparte son el mejor sustento factual para el mismo.
El alegato en estrados es el único escenario en nuestro derecho que otorga
majestuosidad al monótono proceso civil.
La alegación en estrados es la oportunidad para plantear el caso ante el juez, y
hacer referencia de un modo más directo a los principales puntos de defensa
en la litis. La explicación verbal es mucho más fácil, más entendible y más
contundente que la explicación escrita, y en estrados, el profesional tiene la
oportunidad no sólo de explicar de palabra, sino también de utilizar tonos de
voz, gestos, y hasta espacios de silencio Otra gran ventaja es que el disertante
puede ayudarse con elementos visuales, y que al ser una audiencia pública,
puede asistir cualquier persona a presenciarla.

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