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pp. 10-20
Govier: “un argumento es un junto de afirmaciones (claims) que una persona presenta con la
intención de mostrar que alguna otra afirmación (claim) es racionalmente aceptable”
La tesis de este artículo es que esta concepción es demasiado estrecha y los intentos de generar
aceptación de claims es sólo una especie de argumentación.
1. Llamando la atención sobre otras actitudes doxásticas distintas de la creencia que sean
hacia proposiciones.
2. Después, llamando la atención sobre actitudes conscientes distintas de las doxásticas que
podamos tomar hacia proposiciones
3. Finalmente, llamando la atención hacia contenidos distintos de los contenidos
proposicionales hacia los que podamos adoptar actitudes conscientes.
En cada uno de estos caso se mostrará que las consideraciones racionales pueden ser y son
aducidas con el propósito de modificar actitudes conscientes y por ello tiene sentido extender
la noción de argumento para cubrir esos casos.
Es un lugar común filosófico que la creencia de una persona puede construirse o analizarse
como teniendo un objeto o contenido.
Ej. Cuando crees que Gorbachev caerá del poder, el contenido de tu creencia es expresado por las
palabras “Gorbachev caerá del poder”. Tener una creencia es está en una relación con un objeto o
contenido.
Una de las razones para analizar las creencias de este modo es que sostenemos actitudes distintas
de las creencias hacia esos mismos contenidos. Podrías creer que Gorbachev caerá del poder, pero
temer que caiga o esperar que caiga.
Desde Bertrand Russell, tales actitudes hacia proposiciones o contenidos proposicionales son
llamados actitudes proposicionales.
Creer, sospechar, dudar, temer, esperar, desear, intentar, son todas ellas actitudes
proposicionales y pueden ser construidas como estados en lo que uno sostiene cierta relación con
una proposición o contenido proposicional.
Siguiendo a Russell, podríamos decir que las proposiciones son los portadores (bearers) primarios
de verdad y falsedad.
Ej. La creencia de una persona es verdadera si lo que cree es verdadero. (Igualmente, las
aserciones son verdaderas o falsas dependiendo de si la prposición aseverada es verdadera o falsa;
las oraciones son verdaderas o falsas dependiendo de si la proposición que expresan es verdadera
o falsa).
En general, las actitudes que pueden ser caracterizadas como verdaderas o falsas son aquellas que
se consideran defectuosas cuando su contenido es falso. Llamamos a estas actitudes “ACTITUDES
ALÉTICAS”
Las esperanzas e intenciones pueden ser razonables o irrazonables, pero lo que las hace
razonables o no es diferente de lo que hace a una creencia o a una sospecha razonable o no.
Hay una categoría especial de actitudes aléticas que llamo ACTITUDES DOXÁSTICAS. Esta categoría
contiende la actitud de simple creencia, junto con toda una gama de actitudes que son alternativas
o competencia de la simple creencia.
Así uno podría creer directamente o sin calificaciones que Trump ganará la presidencia o podría no
creer esa proposición. O de nuevo, uno podría estar inclinado a creer que ganará, sin estar del
todo convencido de ello; o podría sospechar que ganará sin estar inclinado a creerlo. Enlisto 6 de
esas actitudes hacia la proposición p:
La idea es que 2-6 son aternativas a estar convencido de que p (y son alternativas de cada una
entre sí). No estpy afirmando que la la lista es completa.
Algunos (como Price 1969) llaman a estos estados diferentes “grados de creencia” lo que parecería
sugerir un continuo cuantitativo.
Pero me inclino a considerarlos como estados belief-like cualitativamente diferentes. Son estados
FUNCIONALMENTE diferentes, con identificación-tipo mediante el rol que puedan jugar en
nuestras vidas cognitivas. En lo que sigue llamaré a las actitudes belief-like que no implican una
convicción completa “actitudes doxásticas secundarias”
Las terorías estándar de la argumentación tienden a verl como teniendo el objetivo de convencer a
una audiencia o interlocutor de que una proposición es verdadera (es decir, a conseguir la
audiencia adopte una actitud 1 hacia ella). Van Eemeren, Grootendors y Kruiger de alguna manera
adoptan una visón más amplia, de acuerdo con la cual los objetivos de la argumentación son o
bien la justificación o bien la refutación de una opinión.
No está claro si refutar una opinión o proposición significa conseguir que la audiencia sostenga
que es falsa (6) o conseguir que la audiencia no la asienta (5).
Lo que deseo enfatizar aquí es que la argumentación puede tener como fin generar cualquiera de
las actitudes de este rango.
Así, puedop darte razones para creer que Trump ganará la presidencia o que no. Y puedo darte
razones para que permanezcas agnóstico sobre la cuestión; de hecho lo antiguos escépticos
habían desarrollado el arte de inducir agnosticismo a través de la persuasión racional.
Pero también puedo darte razones para que sospeches que Trump ganará la elección. Y también
darte razones para considerar que es posible que gane la elección.
OBJECIONES
OBJ1
¿pero la argumentación ofrecida con la intención de generar actitudes doxásticas secundarias
realmente no encaja en el modelo de dar razones para creer sencillamente que una proposición es
verdadera?
¿No podríamos interpretar qué sucede en eso casos como llegar a aceptar directamente un
proposición modalizada (ej. La proposición “es posible que Trump gane”)
Respuesta:
Aunque es posible tratar de interpretar tales casos en esa línea, será difícil encontrar el específico
operador modal que no se menciona exactamente en las actitudes doxásticas secundarias. ¿En
qué sentido de “posible” es posible que Trump gane la presidencia? No es posibilidad lógica, que
está descontada aquí, ni posibilidad física o causal.
Además, la cuestión es decir que es posible que gane cae en que es posible WORTH CONSIDERING
(vale la pena considerarlo). De nuevo, cuando damos razones para sospechar que alguien cometió
un crimen, ¿cuál sería la proposición modalizada para la que estaríamos dando razones oara
aceptar directamente?
OBJ.2
Podríamos también tratar de construir casos que involucren actitudes doxásticas secundarias
como teniendo esencialmente que ver con metacogniciones de segundo orden acerca de
proposiciones de primer orden (Sellars “induction as Vindication” 1967)
EJ, uno presenta razones para creer directamente la proposición de que la evidencia para una
proposición de primer orden es contrabalanceada por la evidencia en contra de ella.
Al menos algunos casos pueden y probablemente deberían interpretarse siguiendo estas líneas.
PERO incluso en estos casos the point, el fin de que alguien llegue a acaeptar la proposición de
segundo orden es típicamente modoficaar su actitud hacia la proposición de primer orden. Sobre
todo, no está nada claro que todos los intentos de modificar actitudes hacia proposiciones de
primer orden lo intentan hacer argumentando la aceptación directa de enunciados
metacognitivos.
Los argumentos que tienen por fin engrendrar actitudes doxásticas secundarias son esenciales a la
racionalidad por el papel crucial que estas actitudes doxásticas secundarias juenas en nuestras
vidas cognitivas. En particular la fuerza y solidez (soundness) de los argumentos a menudo
depende de la actitud doxástica secundaria que es racional sostener hacia proposiciones que son
relevantes para el argumento.
1. Cuando la evidencia o las bases por los que una proposición es creíada u ofrecidos para
soportarla sin implicarla, esas bases (grounds) son DEFEASIBLE. Esto es, evidencia
adicional, consistente con esas bases , puede minar el soporte que le dan a la conclusión.
EJ. El hecho de que Pierre viva en Canadá me da una buena razón para creer que habla
inglés o francés, en la medida en que no me entere del hecho de que Pierre emigó a
Canadá de Polonia hace una semana.
Por lo tanto, convencer a alguien a renunciar a su creencia en proposiciones que podrían
constituir evidencia socavadora (undermining) puede ser crucial para darle una buena
razón para una conclusión.
La discusión racional y el debate tienen con frecuencia que buscar dar a la audiencia o interlocutor
razones para adoptar una de las actitudes doxásticas secundarias. Como resultado, el intento de
generar creencias completas o aceptación a travpes de medios racionales tiene que ser visto como
un caso especial de intento por modificar las actitudes doxásticas de una persona hacia una
proposición a través de medios racionales.
Sobre todo, pienso que esta ampliación del fin o meta de la argumentación debe ser acompañada
por la ampliación de la concepción de su lógica, y esto en dos respectos:
Las actitudes doxásticas son unas de entre muchas otras clases de actitudes proposicionaes que
tienen contenidos proposicionales. Ej. Sin importar si uno cree que algo es o será el caso, uno
podría esperar que lo fuera, aprobar (o desaprobar) que sea el caso, intentar que sea el caso, etc.
Ahora, esas otras actitudes proposicionales distintas de las doxásticas pueden ser, y a menudo lo
son, objeto de persuasión racional. Mucha de nuestra argumentación moral tiene por fin generar
aprobación (o desaprobación) de la realización de ciertas acciones. Muchas de la argumentación
concerniente a cuestiones prácticas o prudenciales pretende engendrar la intención de realizar (o
de abstenerse de realizar) ciertas acciones.
Sin embargo, este hecho se vuelve teóricamente interesante sólo cuando comenzamos a ver las
esperanzas, deseos, intenciones, etc. como premisas y conclusiones de argumentos y
razonamientos.
Aristóteles… (ética nicomaquea III, 3, esp 1113a 4-5) consideró la elección como el resultado del
razonamiento práctico o la deliberación y describió la elección como “razón deliberativa or
ratiocinative desire” (EN VI, 2, 1139b 4).
En la tradición aristotélica, los tomistas han desarrollado una teoría del razonamiento práctico en
el que los actos del intelecto práctico tales como intención y elección hubieran resultado del
proceso de razonamiento cuyos inputs consisten tanto en conocimiento factual como en algo
semejante a estados afectivos o apetitivos (suma teológica I-II, quaestiones ix-xvii)
En la filosofía angloamericana del siglo xx los prescriptivistas vieron las oraciones éticas como
expresando no creencias sino estados mentales aparecidos (akin) a las órdenes, y consideraron el
razonamiento moral como un proceso racional que es emitido (issued) en tales estados.
Es relativamente fácil construir modelos para ciertas clases de razonamientos así. Ej. Alguien que
teme la inestabilidad política en la URSS podría llegar a temer la caída de Gorbachev del poder si
pudiera ser convencida de que la caída del poder produciría inestabilidad política y que tal caída es
una posibilidad real. Este razonamiento puede fácilmente ser representado si introducimos una
notación en el que hay “indicadores de actitud” que juegan papeles análogos al signo de aserción
la lógica formal estándar.
[Temer] La URSS entre en un período de inestabilidad política.
Si Gorbachev cae del poder, entonces la URSS entra en un período de inestabilidad política.
Por lo tanto,
La forma general es
[temer] q
Si p, entonces q
Por lo tanto,
[Temer] p
Los casos más interesantes son aquellos en los que una actitud proposicional que surge en la
conclusión no estaba presente en las premisas.
Las intenciones no son la misma cosa que los deseos o las creencias, no obstante, parece que
podemos persuadir a otro a formarse una intención a actuar de cierto modo apelando a sus
deseos u creencias.
O, de nuevo, los temores pueden ser enraizados en deseos o esperanzas: si deseo o espero que tú
ganes cierto premio y si creo que lo obtendrás sólo si el jurado del premio lee tu libro y si
considero como una posibilidad real que el jurado no leerá tu libro, entonces es racional para mí
temer que el jurado no leerá tu libro.
Así como la ampliación de la concepción de actitudes doxásticas que pueden ser el objeto de
persuasión racional requiere una concepción ampliada de la lógica de la argumentación, así
también esta ampliación adicional que incluye actitudes proposicionales no doxásticas requiere
una ampliación aún mayor de la concepción de lógica de la argumentación. En particular, hay al
menos dos clases de problemas adicionales que necesitan tratarse:
1. Los modos en que una actitud proposicional no doxástica puede, dada información factual
adicional, dar lugar a una actitud proposicional de la misma clase.
2. Los modos en que actitudes proposicionales no doxásticas pueden, dada información fáctica
adicional, pueden dar lugar a actitudes proposicionales de diferente tipo.
3. NONPROPOSITIONAL OBJECTS OF CONSCIOUS ATTITUDES