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El Ciclo del Agua

Ciclo del Nitrógeno

Ciclo del Oxígeno


Ciclo del Fósforo  
Ciclo del Azufre

LOS CICLOS BIOGEOQUIMICOS


JUEVES, 18 DE JUNIO DE 2009

El
término ciclo biogeoquímico se deriva del movimiento cíclico de
los elementos que forman los organismos biológicos (bio) y el
ambiente geológico (geo) e intervienen en un cambio químico.
Son procesos naturales que reciclan elementos en diferentes
formas químicas desde el medio ambiente hacia los organismos,
y luego a la inversa. Agua, carbón, oxígeno, nitrógeno, fósforo y
otros elementos recorren estos ciclos, conectando los
componentes vivos y no vivos de la Tierra.
Hay tres tipos de ciclos biogeoquímicos interconectados.
En los ciclos gaseosos, los nutrientes circulan principalmente
entre la atmósfera (agua) y los organismos vivos. En la mayoría
de estos ciclos los elementos son reciclados rápidamente, con
frecuencia en horas o días. Los principales ciclos gaseosos son
los del carbono, oxígeno y nitrógeno.
En los ciclossedimentarios, los nutrientes circulan
principalmente en la corteza terrestre (suelo, rocas y
sedimentos) la hidrosfera y los organismos vivos. Los elementos
en estos ciclos, generalmente reciclados mucho más
lentamente que en los ciclos atmosféricos, porque los
elementos son retenidos en las rocas sedimentarias durante
largo tiempo, con frecuencia de miles a millones de años y no
tienen una fase gaseosa. El fósforo y el azufre son dos de los 36
elementos reciclados de esta manera.
En el ciclo hidrológico; el agua circula entre el océano, el aire,
la tierra y los organismos vivos, este ciclo también distribuye el
calor solar sobre la superficie del planeta.
Los elementos requeridos por los organismos en grandes
cantidades se denominan macronutrientes. Son ejemplos: el
carbono, oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, fósforo, azufre, calcio,
magnesio y potasio. Estos elementos y sus compuestos
constituyen el 97% de la masa del cuerpo humano, y más de
95% de la masa de todos los organismos. Los 30 o más
elementos requeridos por los organismos en cantidades
pequeñas, o trazas, se llaman micronutrientes. Son ejemplos el
hierro, cobre, zinc, cloro y yodo.
Este ciclamento de los nutrientes desde el ambiente no vivo
(depósitos en la atmósfera, la hidrosfera y la corteza de la
tierra) hasta los organismos vivos, y de regreso al ambiente no
vivo, tiene lugar en los ciclos biogeoquímicos (literalmente, de
la vida (bio) en la tierra (geo), estos ciclos, activados directa o
indirectamente por la energía que proviene del Sol, incluyen los
del carbono, oxígeno, nitrógeno, fósforo, azufre y del agua
(hidrológicos).
El planeta Tierra actúa como un sistema cerrado en el que las
cantidades de materia permanecen constantes. Sin embargo, sí
existen continuos cambios en el estado químico de la materia
produciéndose formas que van desde un simple compuesto
químico a compuestos complejos construidos a partir de esos
elementos. Algunas formas de vida, especialmente las plantas y
muchos microorganismos, usan compuestos inorgánicos como
nutrientes. Los animales requieren compuestos orgánicos más
complejos para su nutrición. La vida sobre la Tierra depende del
ciclo de los elementos químicos que va desde su estado
elemental pasando a compuesto inorgánico y de ahí a
compuesto orgánico para volver a su estado elemental.”
Así pues, toda la “materia prima” necesaria para garantizar el
correcto desarrollo de la vida en el planeta se encuentran
dentro de nuestra biosfera. Pero todos estos elementos,
carbono, oxigeno, nitrógeno, fósforo, azufre, etc.,
imprescindibles para el metabolismo de los seres vivos, son
necesarios en diferentes “formatos” según sus diferentes
consumidores. Los productores primarios utilizan directamente
la materia inorgánica para nutrirse, convirtiéndola en materia
orgánica, utilizada a su vez por los productores secundarios
para su desarrollo.
Este continuo “cambio de estado de la materia” hace que ésta
deba reciclarse continuamente, con la participación activa de
organismos cuya función ecológica es, precisamente, reciclar la
materia orgánica a su forma inorgánica, para poder comenzar
de nuevo su ciclo de utilización en la naturaleza.
Por referirse a las trayectorias de los elementos químicos entre
los seres vivos y el ambiente en que viven, es decir, entre los
componentes bióticos y abióticos de la biosfera estos
complejos circuitos se denominan ciclos biogeoquímicos.
Gracias a los ciclos biogeoquímicos es posible que los
elementos se encuentres disponibles para ser usados una y otra
vez por otros organismos; sin estos la vida se extinguiría.

1. CICLO DEL CARBONO. Gaseoso


Aunque el carbono es un elemento muy raro en el mundo no
viviente de la tierra, representa alrededor del 18% de la materia
viva. La capacidad de los átomos de carbono de unirse unos con
otros proporciona la base para la diversidad molecular y el
tamaño molecular, sin los cuales la vida tal como la conocemos
no podría existir.
Fuera de la materia orgánica, el carbono se encuentra en forma
de bióxido de carbono (CO2) y en las rocas carbonatadas
(calizas, coral). Los organismos autótrofos -especialmente las
plantas verdes- toman el bióxido de carbono y lo reducen a
compuestos orgánicos: carbohidratos, proteínas, lípidos y otros.
Los productores terrestres obtienen el bióxido de carbono de la
atmósfera y los productores acuáticos lo utilizan disuelto en el
agua (en forma de bicarbonato, HCO3-). Las redes alimentarias
dependen del carbono, no solamente en lo que se refiere a su
estructura sino también a su energía.
En cada nivel trófico de una red alimentaria, el carbono regresa
a la atmósfera o al agua como resultado de la respiración. Las
plantas, los herbívoros y los carnívoros respiran y al hacerlo
liberan bióxido de carbono. La mayor parte de la materia
orgánica en cada nivel trófico superior sino que pasa hacia el
nivel trófico "final", los organismos de descomposición. Esto
sucede a medida que mueren las plantas y los animales o sus
partes (por ejemplo, las hojas). Las bacterias y los hongos
desempeñan el papel vital de liberar el carbono de los
cadáveres o de los fragmentos que ya no podrán utilizarse como
alimento para otros niveles tróficos. Mediante el metabolismo
de los animales y de las plantas se libera el bióxido de carbono
y el ciclo del carbono puede volver a comenzar.

2. EL CICLO DEL OXIGENO Gaseoso


El oxígeno molecular (O2) representa el 20% de la atmósfera
terrestre. Este patrimonio abastece las necesidades de todos
los organismos terrestres respiradores y cuando se disuelve en
el agua, las necesidades de los organismos acuáticos. En el
proceso de la respiración, el oxígeno actúa como aceptor final
para los electrones retirados de los átomos de carbono de los
alimentos. El producto es agua. El ciclo se completa en la
fotosíntesis cuando se captura la energía de la luz para alejar
los electrones respecto de los átomos de oxígeno de las
moléculas de agua. Los electrones reducen los átomos de
carbono (de bióxido de carbono) a carbohidrato. Al final se
produce oxígeno molecular y así el ciclo se completa.
Por cada molécula de oxígeno utilizada en la respiración
celular, se libera una molécula de bióxido de carbono.
Inversamente, por cada molécula de bióxido de carbono
absorbida en la fotosíntesis, se libera una molécula de oxígeno.

3. CICLO DEL NITROGENO. Gaseoso


Todos los seres vivos requieren de átomos de nitrógeno para la
síntesis de proteínas de una variedad de otras moléculas
orgánicas esenciales. El aire, que contiene 79% de nitrógeno, se
utiliza como el reservorio de esta sustancia. A pesar del gran
tamaño del patrimonio de nitrógeno, a menudo es uno de los
ingredientes limitantes de los seres vivos. Esto se debe a que la
mayoría de los organismos no puede utilizar nitrógeno en forma
elemental, es decir: como gas N2. Para que las plantas puedan
sintetizar proteína tienen que obtener el nitrógeno en forma
"fijada", es decir: incorporado en compuestos. La forma más
comúnmente utilizada es la de iones de nitrato, NO3-. Sin
embargo, otras sustancias tales como el amoníaco NH3 y la
urea (NH2) 2CO, se utilizan con éxito tanto en los sistemas
naturales como en forma de fertilizantes en la agricultura.
Fijación del Nitrógeno. La molécula de nitrógeno, N2, es
bastante inerte. Para separar los átomos, de tal manera que
puedan combinarse con otros átomos, se necesita el suministro
de grandes cantidades de energía. Tres procesos desempeñan
un papel importante en la fijación del nitrógeno en la biosfera.
Uno de estos es el relámpago. La energía enorme de un
relámpago rompe las moléculas de nitrógeno y permite que se
combinen con el oxígeno del aire. Los óxidos de nitrógeno
formados se disuelven en el agua de lluvia y forman nitratos. En
esta forma pueden ser transportados a la tierra. La fijación
atmosférica del nitrógeno probablemente representa un 5-8%
del total.
La necesidad de nitratos para la fabricación de explosivos
condujo al desarrollo de un proceso industrial de fijación del
nitrógeno. En este proceso, el hidrógeno (derivado
generalmente del gas natural o del petróleo) y el nitrógeno
reaccionan para formar amoníaco, NH3. Para que la reacción
pueda desarrollarse eficientemente, tiene que efectuarse a
elevadas temperaturas (600ºC), bajo gran presión y en la
presencia de un catalizador. Hoy en día, la mayor parte del
nitrógeno fijado industrialmente se utiliza como fertilizante.
Quizás un tercio de toda la fijación del nitrógeno que hoy en día
tiene lugar en la biosfera se efectúa industrialmente.
Las bacterias son capaces de fijar el nitrógeno atmosférico
tanto para su huésped como para sí mismas. En efecto, la
capacidad para fijar nitrógeno parece ser exclusiva de los
procariotes.
Otras bacterias fijadoras del nitrógeno viven libremente en el
suelo. También algunas algas verde-azules son capaces de fijar
en nitrógeno y desempeñan un papel importante en el
mantenimiento de la fertilidad en medios semiacuáticos como
campos de arroz.
A pesar de la amplia investigación desarrollada, todavía no es
claro de que manera los fijadores del nitrógeno son capaces de
vencer las barreras de alta energía inherentes al proceso. Ellos
requieren de una enzima, llamada nitrogenasa, y un alto
consumo de ATP. Aunque el primer producto estable del
proceso es el amoníaco, este es incorporado rápidamente en las
proteínas y en otros compuestos orgánicos que contienen
nitrógeno. Podemos decir, entonces, que la fijación del
nitrógeno en las proteínas de la planta (y de los microbios). Las
plantas carentes de los beneficios de la asociación con
fijadores del nitrógeno, sintetizan sus proteínas con fijadores de
nitrógeno absorbido del suelo, generalmente en forma de
nitratos.
Descomposición. Las proteínas sintetizadas por las plantas
entran y atraviesan redes alimentarias al igual que los
carbohidratos. En cada nivel trófico se producen
desprendimientos hacia el ambiente, principalmente en forma
de excreciones. Los beneficiarios terminales de los compuestos
nitrogenados orgánicos son microorganismos de
descomposición. Mediante sus actividades, las moléculas
nitrogenadas orgánicas de las excreciones y de los cadáveres
son descompuestas y transformadas en amoniaco.
Nitrificación. El amoniaco puede ser absorbido directamente por
las plantas a través de sus raíces y, como se ha demostrado en
algunas especies, a través de sus hojas. (Estas últimas, cuando
se exponen a gas de amoniaco previamente marcado con
isótopos radiactivos, incorporan amoniaco en sus proteínas).
Sin embargo, la mayor parte del amoníaco producido por
descomposición se convierte en nitratos. Este proceso se
cumple en dos pasos. Las bacterias del género nitrosomonas
oxidizan el NH3 y lo convierten en nitritos (NO2-). Los nitritos
son luego oxidados y se convierten en nitratos (NO3-) mediante
bacterias del género Nitrobacter. Estos dos grupos de bacterias
quimioautotróficas se denominan bacterias nitrificantes. A
través de sus actividades (que les suministran toda la energía
requerida para sus necesidades), el nitrógeno es puesto a
disposición de las raíces de las plantas.
Desnitrificación. Si el proceso descrito antes comprendiera el
ciclo completo del nitrógeno, estaríamos ante el problema de la
reducción permanente del patrimonio de nitrógeno atmosférico
libre, a medida que es fijado comienza el ciclaje a través de
diversos ecosistemas. Otro proceso, la desnitrificación, reduce
los nitratos a nitrógeno, el cual se incorpora nuevamente a la
atmósfera. Así, otra vez, las bacterias son los agentes
implicados. Estos microorganismos viven a cierta profundidad
en el suelo y en los sedimentos acuáticos donde existe escasez
de oxígeno. Las bacterias utilizan los nitratos para sustituir al
oxígeno como aceptor final de los electrones que se desprenden
durante la respiración. Al hacerlo así, las bacterias cierran el
ciclo del nitrógeno.
4. CICLO DEL AZUFRE. Sedimentario
El azufre esta incorporado prácticamente en todas las proteínas
y de esta manera es un elemento absolutamente esencial para
todos los seres vivos. Se desplaza a través de la biosfera en dos
ciclos, uno interior y otro exterior. El ciclo interior comprende el
paso desde el suelo (o desde el agua en los ambientes
acuáticos) a las plantas, a los animales, y de regreso
nuevamente al suelo o al agua. Sin embargo, existen vacíos en
este ciclo interno. Algunos de los compuestos sulfúricos
presentes en la tierra (por ejemplo, el suelo) son llevados al mar
por los ríos. Este azufre se perdería y escaparía del ciclo
terrestre si no fuera por un mecanismo que lo devuelve a la
tierra. Tal mecanismo consiste en convertirlo en compuestos
gaseosos tales como el ácido sulfhidrico (H2S) y el bióxido de
azufre (SO2). Estos penetran en la atmósfera y son llevados a
tierra firme. Generalmente son lavados por las lluvias, aunque
parte del bióxido de azufre puede ser directamente absorbido
por las plantas desde la atmósfera.
Las bacterias desempeñan un papel crucial en el ciclaje del
azufre. Cuando está presente en el aire, la descomposición de
los compuestos del azufre (incluyendo la descomposición de las
proteínas) produce sulfato (SO4=). Bajo condiciones
anaeróbicas, el ácido sulfhidrico (gas de olor a huevos podridos)
y el sulfuro de dimetilo (CH3SCH3) son los productos
principales. Cuando estos dos últimos gases llegan a la
atmósfera, son oxidadas y se convierten en bióxido de azufre.
La oxidación ulterior del bióxido de azufre y su disolución en el
agua lluvia produce ácido sulfhidrico y sulfatos, formas
principales bajo las cuales regresa el azufre a los ecosistemas
terrestres.
El carbón mineral y el petróleo contienen también azufre y su
combustión libera bióxido de azufre en la atmósfera.
5. EL CICLO DEL FOSFORO. Sedimentario

Aunque la proporción de fósforo en la materia viva es


relativamente pequeña, el papel que desempeña es
absolutamente indispensable. Los ácidos nucleicos, sustancias
que almacenan y traducen el código genético, son ricos en
fósforo. Muchas sustancias intermedias en la fotosíntesis y en
la respiración celular están combinadas con fósforo, y los
átomos de fósforo proporcionan la base para la formación de los
enlaces de alto contenido de energía del ATP, que a su vez
desempeña el papel de intercambiador de la energía, tanto en la
fotosíntesis como en la respiración celular.
El fósforo es un elemento más bien escaso del mundo no
viviente. La productividad de la mayoría de los ecosistemas
terrestres pueden aumentarse si se aumenta la cantidad de
fósforo disponible en el suelo. Como los rendimientos agrícolas
están también limitados por la disponibilidad de nitrógeno y
potasio, los programas de fertilización incluyen estos
nutrientes. En efecto, la composición de la mayoría de los
fertilizantes se expresa mediante tres cifras. La primera
expresa el porcentaje de nitrógeno en el fertilizante; la segunda,
el contenido de fósforo (como sí estuviese presente en forma de
P2O5); y la tercera, el contenido de potasio (expresada sí
estuviera en forma de óxido K2O).
El fósforo, al igual que el nitrógeno y el azufre, participa en un
ciclo interno, como también en un ciclo global, geológico. En el
ciclo menor, la materia orgánica que contiene fósforo (por
ejemplo: restos de vegetales, excrementos animales) es
descompuesta y el fósforo queda disponible para ser absorbido
por las raíces de la planta, en donde se unirá a compuestos
orgánicos. Después de atravesar las cadenas alimentarias,
vuelve otra vez a los descomponedores, con lo cual se cierra el
ciclo. Hay algunos vacíos entre el ciclo interno y el ciclo
externo. El agua lava el fósforo no solamente de las rocas que
contienen fosfato sino también del suelo. Parte de este fósforo
es interceptado por los organismos acuáticos, pero finalmente
sale hacia el mar.
El ciclaje global del fósforo difiere con respecto de los del
carbón, del nitrógeno y del azufre en un aspecto principal. El
fósforo no forma compuestos volátiles que le permitan pasar de
los océanos a la atmósfera y desde allí retornar a tierra firme.
Una vez en el mar, solo existen dos mecanismos para el
reciclaje del fósforo desde el océano hacia los ecosistemas
terrestres. El uno es mediante las aves marinas que recogen el
fósforo que pasa a través de las cadenas alimentarias marinas y
que pueden devolverlo a la tierra firme en sus excrementos.
Además de la actividad de estos animales, hay la posibilidad del
levantamiento geológico lento de los sedimentos del océano
para formar tierra firme, un proceso medido en millones de
años.
El hombre moviliza el ciclaje del fósforo cuando explota rocas
que contienen fosfato.
6. CICLO DEL AGUA (Ciclo Hidrológico).

El ciclo del agua o ciclo hidrológico, que colecta, purifica y


distribuye el abasto fijo del agua de la tierra. El ciclo hidrológico
está enlazado con los otros ciclos biogeoquímicos, porque el
agua es un medio importante para el movimiento de los
nutrientes dentro y fuera de los ecosistemas.
La energía solar y la gravedad convierten continuamente el
agua de un estado físico a otro, y la desplazan entre el océano,
el aire, la tierra y los organismos vivos. Los procesos
principales en este reciclamiento y ciclo purificador del agua,
son la evaporación (conversión del agua en vapor acuoso),
condensación (conversión del vapor de agua en gotículas de
agua líquida), transpiración (proceso en el cual es absorbida por
los sistemas de raíces de las plantas y pasa a través de los
poros (estomas) de sus hojas u otras partes, para evaporarse
luego en la atmósfera, precipitación (rocío, lluvia, aguanieve,
granizo, nieve) y escurrimiento de regreso al mar para empezar
el ciclo de nuevo.
La energía solar incidente evapora el agua de los mares y
océanos, corrientes fluviales, lagos, suelo y vegetación, hacia la
atmósfera. Los vientos y masas de aire transportan este vapor
acuoso sobre varias partes de la superficie terrestre. La
disminución de la temperatura en partes de la atmósfera hacen
que el vapor de agua se condense y forme gotículas de agua
que se aglomeran como nubes o niebla. Eventualmente, tales
gotículas se combinan y llegan a ser lo suficientemente
pesadas para caer a la tierra y a masas de agua, como
precipitación.
Parte del agua dulce que regresa a la superficie de la tierra
como precipitación atmosférica queda detenida en los
glaciares. Gran parte de ella se colecta en charcos y arroyos, y
es descargada en lagos y en ríos, que llevan el agua de regreso
a los mares, completando el ciclo. Este escurrimiento de agua
superficial desde la tierra reabastece corrientes y lagos, y
también causa erosión del suelo lo cual impulsa a varias
sustancias químicas a través de porciones de otros ciclos
biogeoquímicos.
Una gran parte del agua que regresa a la tierra penetra o se
infiltra en las capas superficiales del suelo, y parte se resume
en el terreno. Allí, es almacenada como agua freática o
subterránea en los poros y grietas de las rocas. Esta agua,
como el agua superficial, fluye cuesta abajo y se vierte en
corrientes y lagos, o aflora en manantiales. Eventualmente,
dicha agua, como el agua de superficies, se evapora o llega al
mar para iniciar el ciclo de nuevo. La intensidad media de
circulación del agua subterránea en el ciclo hidrológico es
extremadamente lenta (en cientos de años), comparada con la
de la superficie (10 a 120 días) y la de la atmósfera (10 a 12
días).
En algunos casos, los nutientes son transportados cuando se
disuelven en el agua corriente, en otros casos, los compuestos
nutrientes ligeramente solubles o insolubles del suelo o del
fondo del mar, son desplazados de un lugar a otro por el flujo del
agua.
Desde que la tierra se conoce como planeta, siempre ha
existido una serie de elementos que sostienen la vida de los
seres vivos. Son nutrientes inorgánicos tales como: El Oxigeno,
el Carbo, el Hidrogeno y el Nitrógeno, entre otros. Si estos
elementos son traídos de la tierra sin posibilidad de
recuperarlos, llegaría un momento en que ocurriría un
desequilibrio en la biosfera; para que esto no ocurra, existen un
considerable número de microorganismos, llamados
descomponedores que al morir los seres vivos, rompen las
moléculas orgánicas de éstos y forman moléculas inorgánicas
sencillas, que envuelven al medio ambiente estableciéndose así
un ciclo cerrado de elementos inorgánicos
Así como los animales y demás seres vivos se aprovechan y se
benefician alimentándose de la materia orgánica, del mismo
modo, estas satisfacen las suyas extrayendo los nutrientes
inorgánicos del sustrato o medio ambiente. Ciertamente que
estos ciclos no se desarrollan siempre con velocidad uniforme.
A veces hay elementos que son retenidos mucho tiempo por un
organismo y tardan en regresar al medio. A todo este ciclo que
va desde la materia orgánica y se incorpora a los organismos
desde el suelo, siendo aprovechado por los seres autótrofos y
luego por los heterótrofos, se les conoce como ciclos
biogeoquímicos.
Publicado por evezikaten 5:44

34 comentarios:

Ciclos del carbón, nitrógeno, oxígeno, azufre y fósforo

En todo ecosistema, ya sea en mayor o menor cantidad, encontramos diversos elementos


químicos. Esto ocurre porque todo organismo vivo está constituido en diferentes grados
por sustancias como el carbono, el oxígeno o el nitrógeno, entre muchos otros más.
También en la naturaleza no viva es posible encontrar verdaderos depósitos químicos,
como en el caso de la atmósfera, importante reservorio de dióxido de carbono y de
oxígeno, o también, en el suelo y las rocas, donde es común encontrar minerales, nitratos
y fosfatos.

La principal característica común de todos estos elementos es que se encuentran en


permanente transformación e intercambio entre todos los organismos que componen un
ecosistema.

La naturaleza nos sorprende con una serie de ciclos en los que los elementos pasan de un
medio a otro, a través de los seres vivos y el ambiente que los rodea.

Ciclo del carbono


Todas las moléculas orgánicas están compuestas por cadenas de carbono enlazadas
entre sí. De allí la importancia de este vital elemento y su rol en el equilibrio ecosistémico.
Las plantas lo absorben desde el aire a través de las hojas y, en su interior, lo procesan
hasta transformarlo en una sustancia vegetal, durante la fotosíntesis. Una pequeña parte
es devuelta hacia la atmósfera, a través de la respiración vegetal, mientras la otra porción
restante llega hasta los animales que se alimentan con las plantas. De ahí continúa el viaje
hasta los animales carnívoros, que depredan a los herbívoros. Así, el carbono forma parte,
en ambos casos, de la materia que constituye a estos seres vivos (músculos, huesos,
etc.).

Durante su vida, tanto herbívoros como carnívoros también devuelven dióxido de carbono
a la atmósfera por medio de la respiración.
Una vez muertos, tanto vegetales como animales son reducidos a una cantidad de materia
orgánica mínima, gracias a la acción de los organismos descomponedores (bacterias,
hongos, protozoos, entre otros), que también liberan dióxido de carbono al aire y hacia las
raíces de las plantas, que nuevamente lo captan y procesan.

Ciclo del nitrógeno


Protagonista de importantes procesos, como la síntesis de proteínas y ácidos nucleicos, el
nitrógeno corresponde a un elemento cuya disponibilidad está limitada en todos los
ecosistemas. Su reserva fundamental es la atmósfera, donde se encuentra como N2.
Si bien es un compuesto utilizado por todo ser vivo, no puede ser captado de manera
directa en su forma gaseosa. Por ello, necesita cambiar su composición y transformarse en
nitratos (NO3) y amoníaco (NH3), gracias a la acción de las bacterias nitrificantes. Estas
poseen forma de bastoncillo, su tamaño alcanza los 0,4 a 0,6 micras y, para realizar su
eficiente trabajo, necesitan de la presencia de oxígeno.

Estos pequeños microorganismos permiten que el nitrógeno se incorpore tanto a las


células vegetales como a las animales, ya que el nitrógeno fijado al suelo pasa a las
plantas y a los diferentes tipos de animales a través de la alimentación. El retorno se
produce gracias al depósito en la superficie de los residuos orgánicos y los excrementos,
que las plantas también pueden reutilizar como abono.

Ciclo del oxígeno


La reserva fundamental de oxígeno está en la atmósfera. El ciclo de este vital elemento
está ligado fuertemente al del carbono, ya que tanto en la respiración animal como en la
vegetal (fotosíntesis) se traspasa constantemente junto a este elemento entre la atmósfera
y los seres vivos.

Existen organismos que lo consumen para obtener energía (animales) y otros, a pesar de
gastar cierta cantidad, son más bien productores (plantas).

El ciclo del oxígeno, además, implica otro importante proceso, que ocurre cuando algunas
moléculas de O2 se rompen en átomos libres y reaccionan con otras de O2, formando
ozono (O3). El ozono es una sustancia presente en nuestra atmósfera, que protege a la
Tierra de un tipo muy dañino de radiación ultravioleta. Cada vez que absorbe estos
peligrosos rayos, vuelve a su estado natural y se convierte en O2.

Introducción
Hemos visto que el flujo de energía a través de la biosfera es en un solo sentido. La energía radiante del
sol es interceptada por la biosfera. Después de pasar a través de las transformaciones que mantienen
vivos a los organismos retorna al espacio exterior en forma de calor. De esta manera no hay "ciclo de
energía".
La intercepción y utilización de la energía por los organismos vivos depende del almacenamiento de la
energía en forma de enlaces químicos y del aprovechamiento de esta energía cuando los enlaces se
rompen. La materia viva está hecha a partir de un numero pequeño de átomos diferentes: quizás 25.
Algunos de estos átomos abundan en el mundo no viviente. Otros son muy escasos. Sin embargo, en uno
y otro caso la vida ha persistido en este planeta a lo largo de un periodo de más de 3000 millones de
años, pues existen mecanismos que permiten utilizar estos átomos una y otra vez. Por consiguiente, los
átomos de la vida en realidad circulan. La naturaleza de algunos de estos ciclos es ahora objeto de
nuestra atención

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos11/ciclobio/ciclobio.shtml#ixzz3pEgwh1vA

2. Estructura de un ecosistema
Pirámides tróficas

Las pirámides ecológicas son una


representación gráfica de la estructura
trófica de un ecosistema, por lo que
relaciona entre si los distintos los
diferentes niveles alimenticios de los
organismos.

Las pirámides pueden informar de


diferentes valores del ecosistema:

1. De la cantidad de biomasa o
materia orgánica que hay en  cada
nivel trófico.
2. Del números de individuos de cada
nivel trófico.
3. De la energía que se almacena en
cada nivel trófico

Pirámides Tróficas
.
Las pirámides tróficas se utilizan para representar las relaciones
alimentarias y el traspaso de energía entre los seres vivos que
componen sus escalones.
Las pirámides se organizan de acuerdo a la cantidad de energía que
presenta cada eslabón de la cadena trófica, dejando a los que tienen
mayor cantidad de energía, los productores, en la base de la pirámide.
Los niveles siguientes reciben menor cantidad de energía y se ubican
en los sectores más angostos de la pirámide, como los consumidores
primarios y secundarios. Finalmente, en la cúspide de la pirámide se
encuentran los seres vivos que reciben menor cantidad de energía,
que pueden ser los consumidores terciarios.

Pirámide de Energía
Existen muchas pirámides tróficas para representar la transferencia
energética; la más utilizada es la pirámide de energía, que expresa la
cantidad de energía disponible en cada nivel trófico en calorías (cal) o
kilocalorías (Kcal).
Pirámide de Biomasa

Pirámide de Número

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