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Concéntrate en saltar rápido más que en saltar con la máxima fuerza posible.
4. Comienza a envolverte
Justo cuando empieces a ver el cielo, debes tomar tu brazo guía (cualquiera que
sea el brazo hacia el que estés girando) y colocarlo detrás de ti, como si estuvieras
dando codazos a una persona detrás tuyo. Toma tu otro brazo y llévalo hacia ese
brazo, siguiendo la misma dirección a la que estás girando, como si estuvieras
pasando una bola pesada que estás sosteniendo con ambas manos a la persona
que se encuentra a tu izquierda. Esto ayudará a que todo tu cuerpo complete el
giro.
5. Mantén los brazos en esta
posición hasta que empieces a
ver el suelo
A continuación, abre y levanta los
brazos, pero recuerda mantener
todo el cuerpo recto. Extiende tus
rodillas y tobillos y sigue
manteniendo tu tronco firme.
6. Fija tu caída
Una vez que hayas completado el giro
y te encuentres en la dirección en la
que comenzaste el mismo, cae con
ambos pies en el suelo y alza los
brazos para completar el salto mortal.
Si aún no estás en esa posición y solo
has logrado una media vuelta,
entonces puedes caer en la dirección
opuesta a la que empezaste, logrando
así una media mortal.
Si tienes problemas para llegar a
este punto, puedes trabajar para
mejorar tu media mortal, incluso
girando tu cuerpo por la mitad
“después” de caer en el suelo para
que te acostumbres a la sensación de hacer un mortal hacia atrás en el aire.
SALTO MORTAL HACIA ADELANTE
Asegúrate de abrazarte las piernas justo a la altura del pequeño hueco que hay
por debajo de las rodillas. De esta
forma, mantendrás las piernas
recogidas sin empujar las rodillas
hacia delante.
También deberás lanzar la parte
superior del cuerpo hacia abajo, en
la dirección del piso.
Lleva la cabeza hacia abajo
también. La barbilla debe quedar
apoyada contra el pecho para que
la cabeza se mantenga firmemente escondida.