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Acerca de Lo Visual (Primera Aproximación) PDF
Acerca de Lo Visual (Primera Aproximación) PDF
(PRIMERA APROXIMACIÓN)
8 de abril de l994
C.C.M.W.
Preguntar cual es el significado es pregun-
tar por lo indecible. No obstante, la fe en el
significado promete una cosa, y es que és-
te, necesariamente, ha de poderse compar-
tir.
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ÍNDICE
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1
LO VISUAL DESDE LA OFTALMOLOGÍA
La función básica del ojo es la información. La experiencia visual comienza cuando la luz provoca
cambios fisiológicos en el ojo. La elaboración de la información presente en estos cambios de-
pende de las experiencias visuales anteriores y conforma una percepción visual del fenómeno fí-
sico responsable de tales cambios.
EMBRIOLOGÍA
El sistema nervioso central se desarrolla a partir de la hendidura neural. Cuando esta hendi dura
se invagina, conforma el tubo neural que recorre longitudinalmente el dorso del embrión. A los la-
dos de la porción anterior de dicha estructura, aparecen dos engrosamientos, las placodas ópti-
cas, que crecen hacia la superficie formando las vesículas ópticas primarias. Los ojos se originan
a partir de estos divertículos, a los lados del cerebro anterior, y de las estructuras mesodérmicas y
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ectodérmicas que están en contacto con ellos .
ANATOMÍA
La pared del globo ocular es una membrana de sostén muy poco elástica. La parte anterior, la
córnea, es transparente mientras que el resto, la esclerótica, es opaca. La esclerótica está cubier-
ta en su cara anterior por la conjuntiva, una membrana mucosa que, cuando se separa de la escle-
rótica, se refleja hacia los párpados.
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La córnea tiene tres funciones: 1) proteger y mantener el contenido ocular, función que comparte
con la esclerótica y que requiere una considerable resistencia, 2) permitir el pasaje de la luz, para
lo cual precisa un alto grado de transparencia y 3) refractar la luz de manera regular y con gran
valor dióptrico, lo cual depende de la constancia de su forma y la lisura de su superficie.
La primera y la tercera función son pasivas mientras que la segunda, la transparencia, depende
del metabolismo corneal. La córnea tiene que trabajar para permanecer transparente.
El epitelio corneal es una continuación de la conjuntiva, en tanto que el estroma es una extensión
hacia el frente de la esclerótica y se compone de fibrillas delgadas de colágena que, dispuestas
de manera regular, forman haces y le dan un aspecto laminar. Las fibrillas son equidistantes entre
sí y se disponen en filas escalonadas.
La membrana de Descement es elástica y delgada. Su cara posterior está cubierta por un endote-
lio que regula la hidratación corneal. El número de células endoteliales disminuye con el enveje-
cimiento y las que restan se ensanchan para compensar la pérdida.
La inervación de la córnea deriva del trigémino. No tiene vasos sanguíneos, excepto por arcadas
diminutas en el limbo, de modo que su nutrición depende de los líquidos tisulares que difunden
desde los vasos periféricos.
Revistiendo la cara interna de la esclerótica existen dos estructuras: el tracto uveal, muy vasculari-
zado, que se encarga de la nutrición del ojo y, por dentro de éste, la retina, que se ocupa de reci-
bir y transformar los estímulos luminosos.
El tracto uveal consta de tres partes: la coroides y el cuerpo ciliar, las dos posteriores, revisten la
esclerótica mientras que la anterior forma un diafragma circular libre, el iris. El plano de este dia-
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fragma es casi coronal y su abertura es la pupila. Atrás de ésta y en contacto con el margen pupi-
lar, se localiza el cristalino.
La cámara anterior es un espacio lleno de líquido, el humor acuoso. Limita por delante con la cór -
nea y por detrás con el iris y con la cara anterior del cristalino que se expone por la pupila. Su re -
ceso periférico se conoce como ángulo de la cámara anterior, donde se encuentra el conducto de
Schlemm, un seno venoso circular que tiene mucha importancia en el drenaje del humor acuoso.
El estroma del iris está formado por células de tejido conectivo con pigmento, salvo en los iris azu-
les en los que el tejido carece de pigmento. La cara posterior del estroma está cubierta por dos
capas de epitelio que derivan de la retina. A partir de la primera se desarrollan dos músculos lisos
que controlan los movimientos pupilares: el esfínter pupilar, un haz circular dispuesto alrededor
del margen pupilar, y el dilatador de la pupila, que se encuentra cerca de la raíz del iris y tiene
sentido radial. La razón de ser de la pupila es la protección del ojo de un exceso de iluminación. El
reflejo fotomotor a la luz (contracción de la pupila) puede presentarse por simple evocación men-
tal, lo mismo que el reflejo iridodilatador.
La masa principal del cuerpo ciliar se compone de las fibras musculares lisas que conforman el
músculo ciliar. La mayor parte del músculo está formado por fibras meridionales que se insertan
de manera difusa en la supracoroides.
El cuerpo ciliar se extiende hacia atrás hasta la ora serrata, punto en el cual la retina comienza de
manera abrupta. La transición de cuerpo ciliar a coroides, por su parte, es gradual, aunque de
manera convencional se acepta que la ora serrata es el límite entre las dos estructuras.
La coroides es una membrana con una gran cantidad de vasos que en toda su extensión está en
contacto con la esclerótica, aunque no se adhiere a ella de manera firme, de modo que existe un
espacio virtual entre ambas, el espacio supracoroideo.
La retina reviste a la coroides y se compone de varias capas que se forman a partir de tres estra-
tos celulares y sus sinapsis: las células visuales (externas), las células bipolares (intermedias) y
las células ganglionares (internas), cuyos axones penetran en el sistema nervioso central.
En un nivel más externo, en contacto con el epitelio pigmentario, existe un epitelio neural con bas-
tones y conos que son los órganos visuales finales. La microanatomía de estas células revela una
región transductiva (segmento externo), una que se ocupa de conservar la homeostasia celular
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(segmento interno), una zona nuclear (capa nuclear externa) y una transmisiva (el estrato plexi-
forme externo o sináptico).
Si los segmentos externos de los bastones se cortan en forma paralela a su eje longitudinal y se
observan al microscopio electrónico, puede verse una membrana celular que encierra una pila de
sistemas de membrana. Los discos de los bastones de muchas especies se renuevan de manera
continua durante toda la vida: se forman nuevos discos en el segmento interno y se desplazan en
forma gradual hacia el epitelio pigmentario. Los discos de los bastones tienen una vida limitada y,
a medida que pasa el tiempo, se van perdiendo hacia el epitelio pigmentario.
Las inclusiones más llamativas del epitelio pigmentario son los gránulos de melanina. La mayor
parte de la luz que impresiona a la retina y no es absorbida por los fotopigmentos en los segmen-
tos externos de los receptores será captada por estos gránulos.
De afuera hacia adentro, al epitelio pigmentario lo sigue la capa nuclear externa (los núcleos de
los bastones y conos), la capa plexiforme externa, que contiene las sinapsis, la nuclear interna
(núcleos de células bipolares), la plexiforme interna (también de sinapsis), la de células ganglio-
nares y, al final, la más interna, la capa de fibras nerviosas que se compone de los axones de las
células ganglionares que corren por la parte central del nervio óptico. Estos constituyentes nervio-
sos especiales se unen por medio de neuroglia; de ésta, las células verticales más desarrolladas
se llaman células de Müller que además de actuar como una red de sostén, tienen función nutri -
tiva. La estructura retiniana se completa con dos membranas limitantes, la externa está perforada
por los conos y bastones y la interna separa a la retina del vítreo.
En el polo posterior del ojo se encuentra un punto diferenciado especial, la fóvea central, depre-
sión en la que la capa neuroendotelial sólo tiene conos porque los otros estratos están casi au-
sentes. La fóvea es la parte más sensible de la retina. Está rodeada por una pequeña área llama-
da mácula lútea que no es tan sensible como la fóvea pero más que el resto de la retina.
Los movimientos conjugados oculares están destinados a mantener las fóveas de ambos ojos en
el objeto que interesa. De esta manera uno de los papeles más importantes del aparato motor ocu-
lar es el sistema de estabilización visual. Si un objeto en la periferia del campo nos llama la aten-
ción, un rápido movimiento conjugado de los ojos toma la fijación (sistema sacádico) y ésta es
mantenida (sistema lento de persecución) a pesar de los movimientos de la cabeza, cuerpo o me-
dio ambiente (sistema oculovestibular).
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El cristalino es una masa biconvexa que se desarrolla a partir de una invaginación del epiblasto
epidérmico del embrión, de tal forma que el epitelio, que en un principio se encontraba en la su-
perficie, queda más tarde en el centro del cristalino mientras las células periféricas conforman la
capa basal de la epidermis. Conforme las células basales proliferan, el cristalino crece y las célu-
las superficiales más antiguas se descaman. Pero como las células epiteliales no se pueden de-
sechar, se esclerosan y se aglomeran en el centro. Las células nuevas se alargan y forman las fi-
bras que, creciendo desde direcciones opuestas, se juntan en las suturas.
El cristalino está rodeado por una membrana hialina, la cápsula del cristalino, que es más gruesa
en la cara anterior.
Durante la etapa fetal, el cristalino es casi esférico. Luego del nacimiento, se aplana de manera
gradual hasta asumir una forma biconvexa.
La función primordial del cristalino es la de focalizar la luz en la retina, y para realizarla necesita
mantener constantemente su forma y su transparencia. El ligamento suspensorio lo mantiene en
su sitio.
El cristalino humano adulto es blando. La necesidad de esta consistencia se explica fácilmente por
el hecho de que debe alterar su forma para poder focalizar la luz.
Existe un ángulo entre la parte posterior del iris y la anterior del cristalino. Se trata de la cámara
posterior y contiene humor acuoso. Atrás del cristalino se encuentra la cámara vítrea que contiene
humor vítreo.
Por delante, el cuerpo vítreo se une a la cara posterior del cristalino por medio del ligamento de
Wieger. A la altura de la ora serrata, la corteza vítrea se adhiere de manera firme a la retina y a la
pars plana. Esta unión es conocida como la base vítrea. Por atrás, este gel se fija al borde de la
papila óptica y de la mácula formando un anillo alrededor de cada una de ellas.
IRRIGACIÓN SANGUÍNEA
En el hombre, todas las arterias del ojo derivan de la arteria oftálmica, rama de la carótida interna.
De la arteria oftálmica emergen dos ramas en la parte profunda de la órbita que avanzan hacia el
globo y se ramifican hasta formar 10 o 20 arterias ciliares posteriores cortas y 2 largas. Estas atra-
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viesan la esclerótica alrededor del nervio óptico y se ramifican para formar las arterias coroideas
que constituirán la red coriocapilar.
La mayor parte de la sangre pasa a los senos cavernosos por medio de las venas oftálmicas, las
cuales se anastomosan en la órbita de manera amplia. La vena oftálmica superior se comunica
con la vena angular en la raíz de la nariz y la inferior con el plexo pterigoideo.
NEUROLOGÍA DE LA VISIÓN
Las vías ópticas constituyen un sistema de fibras y de formaciones nucleares que transmiten los
mensajes desde el globo ocular hasta la corteza occipital. En realidad, las vías ópticas forman par-
te del cerebro ya que la retina es un verdadero lóbulo cerebral, y el llamado nervio óptico (que
conserva tal denominación por razones didácticas de la anatomía descriptiva) es una formación
alargada de dicho lóbulo, derivado de la vesícula ocular aparecida en la primitiva vesícula cerebral
diencefálica.
En las vías aferentes visuales, el órgano terminal es el epitelio neural de los bastones y de los co-
nos. La neurona de primer orden es la célula bipolar de la capa nuclear interna de la retina, cuyo
axón está en el estrato plexiforme interno. Las neuronas de segundo orden son las células gan-
glionares de la retina, cuyas prolongaciones pasan por la capa de fibras nerviosas y de ahí al ner-
vio óptico hacia el cuerpo geniculado lateral. En este sitio, la neurona de tercer orden toma la
transmisión del impulso, viaja por las radiaciones ópticas hasta el centro visual en la corteza occi-
pital.
FISIOLOGÍA DE LA VISIÓN
Cuando la luz impresiona la retina, actúa como estímulo para conos y bastones que funcionan
como terminales nerviosas sensoriales. La luz despierta respuestas fotoquímicas y eléctricas.
Los cambios fotoquímicos comprometen a los pigmentos de conos y bastones. El pigmento que
más se ha estudiado es la rodopsina (púrpura visual), que se encuentra en los bastones. Se trata
de una cromoproteína cuyas moléculas tienen un cromóforo. Cuando el cromóforo se expone a la
luz se va descomponiendo en varios intermediarios hasta llegar a la vitamina A, que es incolora.
Esta reacción fotoquímica es la que inicia el fenómeno visual y produce cambios en el potencial
eléctrico que se transmite a través de las células bipolares hacia las ganglionares y de ahí, por las
fibras del nervio óptico, hasta el cerebro. Aún no se ha puesto en claro la naturaleza de los pig-
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mentos de los conos, pero parece que cada uno reacciona de manera preferente a distintas ban-
das de longitud de onda en el espectro, bandas que se perciben como rojo, verde y azul.
Los bastones son mucho más sensibles a la luz tenue que los conos, por eso, en la penumbra, se
ve gracias a la acción de los primeros (visión escotópica). Los conos entran en función con la luz
brillante (visión fotópica).
El grado de agudeza visual está determinado por la capacidad para distinguir las formas de los ob-
jetos, por la mayor acuidad que es posible alcanzar. El grado de agudeza visual se determina so-
bre la visión central, o sea sobre las imágenes que se forman a partir de los estímulos que im-
presionan la fóvea.
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LO VISUAL DESDE EL PSICOANÁLISIS
Lo que sigue es parte de un conjunto de notas con las que estoy tra-
bajando impulsado por el propósito de llegar a comprender, en algún
momento, el significado de los distintos trastornos de la visión. Se trata
de un esquema, bastante descarnado, que quiero discutir con ustedes
porque creo que podría servir como base de un posterior coronamiento
de la investigación.
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sionar por nuevas formas que, desde su intimidad o desde el exterior,
lo van con-formando y a las cuales él mismo, como organismo, les va
dando realidad material.
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ACERCA DE LA PERCEPCIÓN
1) LA PERCEPCIÓN
3- Las informaciones del llamado mundo interior corresponden a las sensaciones pertenecientes
a la serie placer-displacer y a las reviviscencias mnémicas.
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micos: "...nuestro aparato de percepción consta de dos estratos: una
protección antiestímulo externa, destinada a rebajar la magnitud de
las excitaciones advinientes y, bajo ella, la superficie receptora de
estímulos, el sistema P-Cc" (FREUD, S., 1925). Al yo, mientras tanto,
le asigna la misma situación periférica. En "El yo y el ello" (1923), con-
sidera que "...el yo es la parte del ello alterada por la influencia directa
del mundo exterior, con mediación de P-Cc: por así decir, es una conti-
nuación de la diferenciación de superficies".
4- Al reunir estas ideas con las descripciones que nos brinda la Oftalmología, parece que algunas
estructuras que describe una disciplina se corresponden específicamente con sistemas que des-
cribe la otra. Por ejemplo, si consideramos que lo visual se arroga la representación de la per-
cepción en general, bien podría concebirse a la retina como al representante de la superficie
receptora de estímulos, lo que, desde el punto de vista del Psicoanálisis, sería el sistema per-
cepción-conciencia, el núcleo del yo. Es decir que la retina representaría el aspecto visual del
sistema percepción-conciencia que se arrogaría la representación del sistema completo. Del
mismo modo, los párpados podrían atribuirse la representación de la protección antiestímulo ex-
terna. Al respecto, Chiozza (1963) dice que “en las formas biológicas superiores podemos supo-
ner que la sustancia pre-dispuesta para el catabolismo implícito en la percepción está claramente
delimitada formando los órganos sensoriales y sus equivalentes internos. Cuando un estímulo de
intensidad excesiva, o la reiteración continuada de estímulos de intensidad normal, carga hasta
una cierta cuota esta parte pre-dispuesta del aparato psíquico, ocurre un bloqueo defensivo nor-
mal y parcial durante el cual se re-constituye este aparato sensorial, aprovechando aportes mate-
riales que ¨ligan¨ la excitación en un proceso anabólico. Este bloqueo o impermeabilización, que
equivale a lo afirmado por Freud en su concepto del aparato protector de estímulos, puede ser
simplemente negación”. En realidad , aclara, “se trataría en este caso de un fenómeno similar a la
oclusión del párpado o al cese de contacto, mientras que el término negación despierta la idea
de habérsele agregado un ¨no¨ a algo que ya ¨entró¨”.
También podríamos desprender la conclusión de que la fóvea, el punto de la retina que "busca" el
objeto que interesa y "escapa" del que repugna, representa la atención o el aspecto visual de la
atención que se arroga la representación completa de ella. Aldous Huxley (1986) dedica un
libro a tratar el tema de la importancia de la movilidad de la atención. Sostiene que si la atención
se limita a una tarea insuficientemente motivada, la actividad vital disminuye. Por lo que se refiere
a la visión, continúa diciendo, "el movimiento continuo de la atención de una parte a otra del objeto
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2) PERCIBIR ES INTERPRETAR Y SIMBOLIZAR
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excluyen mutuamente de la conciencia, cada uno de ellos lleva implí-
cito al otro de manera inconciente.
6- María Moliner (1986) señala que del término latino capere deriva la raíz cap- (que comparten
palabras como caber, captar, capaz) y cept- (que participa en vocablos como concebir, concepto,
aceptar, recibir, precepto y percibir).
7- Al respecto, Chiozza y colab. (CHIOZZA, L., BALDINO, G., GRUS, L. y SCHUPACK, 1991)
piensan que "el prefijo 're' (onomatopéyicamente 'rrrr...') tal vez se vincule con los sentimientos de
rabia que acompañan a la frustación actual. Esta rabia-frustación no puede ser apagada hasta re-
cuperar los actos psíquicos 'originales', como descarga en la acción, en la presentación y en el
sentimiento".
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Sintetizando, creo que las palabras "recibir", "percibir" y "concebir" (lo
mismo que, por ejemplo, incorporación, digestión y asimilación o que
introyección, pseudoidentificación e identificación) aluden a las distin-
tas "etapas" de un proceso que 1) comienza cuando se vuelve a vivir
la eterna experiencia de sentir la impresión de un estímulo, 2) se con-
tinúa con el otorgamiento de una importancia que, al enfatizar, separa
del universo una forma que informa y 3) culmina en un acto creativo
que permite la adquisición de una nueva conformación. Percibir es,
entonces, algo más que recibir un estímulo. Requiere de una "pequeña
cuota" de resignación y esfuerzo, de una "pequeña cuota" de eso que
conocemos como proceso "hepático" de materialización. Digo "peque-
ña" para señalar una diferencia de requerimientos con la "etapa" que
media entre percepción y concepción.
En el dicho "para ver no basta con mirar" podemos encontrar una alu-
sión a la fase que señalamos entre recibir y percibir, momento que, si
bien habitualmente no es necesario discriminar en el esquema del
proceso de materialización8 que utilizamos, ahora se nos hace nece-
sario precisar.
8- Recordemos que en "Psicoanálisis de los trastornos hepáticos", Chiozza (1963) sostiene que
nos identificamos conformándonos a imagen y semejanza del estímulo que nos impacta.
Afirma que si un estímulo puede ser asimilado y materializado en el yo -o en un objeto externo
en el caso de la sublimación-, provoca un crecimiento o un desarrollo que equivale al resul-
tado de una fecundación creadora. Para que esto ocurra es necesario que el yo disponga de su-
ficiente capacidad hepática y de una relación adecuada con el objeto externo o de una reserva in-
terior suficiente para proveer a ese yo de lo imprescindible para ligar la energía de la idea y con-
servar o reproducir, interna o externamente, su forma, integrando con ellas las anteriores formas
del yo.
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4) LA CAPACIDAD DE INFORMACIÓN
9- Se llama estímulo a cualquier agente o variación en el medio ambiente que provoca una reac-
ción en un organismo (MOLINER, 1986).
10- "Dato", "lo dado", "es la noticia de un detalle o circunstancia que sirve para ayudar a formar
idea de un asunto" (MOLINER, 1986). El dato parece relacionarse con la llamada percepción ex-
terna, mientras que la invención parece vincularse a la denominada percepción interna. Para Co-
rominas, "invención", deriva de invenire, "hallar", que a su vez deriva de venire, "ven", "ir". M. Moli-
ner (1986) dice que "inventar" significa "descubrir, Idear. Encontrar la manera de hacer una cosa
nueva, desconocida antes, o una nueva manera de hacer algo. Imaginar". "Inventado" es lo "no
real". Así vistas las cosas, podría pensarse que "dato" e "invención" son dos manifestaciones que
se ocultan mutuamente a la conciencia.
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De modo que "forma" es significación, sentido, mientras que "informa-
ción" es tanto la acción de dar o de recibir los datos que comunican
esa significación, como el conjunto de ellos. "Información" es enton-
ces, también, significado.
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Por otra parte, decíamos en otro momento (CHIOZZA, L., DAYEN y
FUNOSAS, 1993) que "el "ser uno mismo" o "ser lo que se debe" es el
producto de una conformidad adecuada en la que nos conformamos y
conformamos la circunstancia en una influencia recíproca.
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Durante la presentación de aquel trabajo, Luis Chiozza dijo que pensa-
ba que el tema de la organización de los datos en la configuración de
una experiencia le parecía fundamental. Recordó el modelo con el que
en "Psicoanálisis de los trastornos hepáticos" (1963) se refería al yo
fetal: "Concebimos al yo como si fuera un imán con dos polos, uno vi-
sual-ideal y otro hepático-material; cuando este yo se disocia, al yo que
contiene el polo hepático le queda un 'pequeño' polo visual, y al 'yo' vi-
sual le queda un 'pequeño' polo hepático. Sólo de esta manera pueden
existir y mantener relaciones entre sí". Continuó aquel comentario di-
ciendo que ese aspecto hepático material del polo visual ideal disocia-
do, configura un tipo particular de organización de las experiencias
sensoriales, y agregó que habría un término privilegiado para referirse
al modo en que se organizan las experiencias sensoriales, un término
que alude a una cualidad psíquica de la que algunas personas dispo-
nen más y otras menos: la sensatez. Sensato no es sólo el que puede
usar los sentidos sino el que organiza sus experiencias armónica-
mente. El particular modo de organizar los datos que conforman la ex-
periencia determina el grado de sensatez.
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cidad de información, la capacidad yoica de organizar armónica-
mente los datos sensoriales para configurar adecuadamente las
representaciones, las experiencias, capacidad que permite un
buen juicio y un accionar prudente, equilibrado y formal.
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6) LOS LÍMITES
Wyss (1947) destaca el hecho de que lo que existe más allá de la con-
ciencia es un todo continuo y homogéneo. Somos nosotros los que
rompemos esa continuidad separando de ese todo los objetos indi-
viduales que tienen importancia para nuestras acciones. Así, pues, la
percepción aísla los objetos en el espacio.
11- El término "límite" (Del lat. limes, deriv. de limus, atravesado) quiere decir "línea, punto o mo-
mento que señala la separación entre dos cosas". A su vez, "Separar" significa, por un lado, "po-
ner a una persona o cosa fuera del contacto o proximidad de otra" y, por otro, "distinguir unas de
otras cosas o especies" (MOLINER, 1986). O sea que "límite" es la línea o momento que permite
distinguir unas de otras, cosas o especies.
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De modo que percibir-concientizar implica la tolerancia y la aceptación
de los límites que impone el proceso de otorgamiento de sentido.
Rollo May (1975) también se ocupa del tema. Dice que el conoci-
miento surge de la tensión dialéctica entre las posibilidades y las limi-
taciones. Los niños conocen los límites cuando experimentan que la
pelota es diferente de ellos mismos; la madre es un factor limitante
cuando no los alimenta. A través de una multitud de experiencias limi-
tativas aprenden a desarrollar la capacidad de diferenciarse de las co-
sas y de los objetos y a diferir la gratificación. Afirma que si no hubiera
límites no habría conciencia.
Los límites son tan necesarios como aquellos que establecen las már-
genes de un río, sin las cuales las aguas se desparramarían sobre la
tierra y no existiría ningún río. El río se constituye por la tensión entre
el agua que fluye y las márgenes.
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realidad no habría nada en el pizarrón excepto un sencillo trazo. El ob-
servador sólo vería la línea trazada, la línea que limita un contenido, la
línea que dice qué espacio está dentro de la figura y cuál fuera. La lí-
nea es un mero límite para esa forma particular. Pero en ese limitar
existe un carácter inmaterial, un carácter espiritual. De ahí que la for-
ma, y de modo similar, el diseño, el plano y el modelo es el signifi-
cado inmaterial presente en los límites.
J. von Uexkül (1934), dice que "en la visión inmediata no nos es dada
una silla, ni un coche, ni ningún otro objeto, sino sólo líneas y colores.
Para que líneas y colores se combinen en unidades de objetos se ne-
cesita una larga cadena de experiencias, que sólo pueden ser hechas
en el transcurso del tiempo"13. Se pregunta luego ¿por qué a los diver-
sos objetos que a veces tienen cuatro ruedas y a veces dos, que pue-
den o no poseer un respaldo, que son grandes o pequeños, de madera
o de hierro, de cualquier color y forma, siempre se les designa con el
12- El término (MOLINER, 1986) "relación" significa "acción o efecto de referir un hecho o una co-
sa a cierto fin" y también "conexión, correspondencia de una cosa con otra". Para la etimología de
la palabra "relación", Corominas (1961) nos remite al vocablo "referir", del que dice que ha sido
tomado del latín referre, "volver a llevar". "Relación" proviene de relatum, "lo que hace referencia",
que es un supino de referre.
13- De este modo, von Uexkül sostiene que no percibimos las relaciones. Una afirmación que,
aunque es convincente, presenta un problema. Si bien podemos admitir que en la visión inmediata
no nos es dado más que líneas y colores, tenemos que reconocer que toda línea es una sucesión
de puntos. De manera que lo que llamamos línea es un conjunto de puntos relacionados de un
particular modo. Podríamos afirmar, entonces, que en la visión inmediata no nos es dada una línea
sino sólo puntos ... y así sucesivamente, pasando por el nivel atómico. De modo que la pregunta
se nos vuelve a plantear en el nivel siguiente del que estamos "parados" en el momento en que le
damos respuesta: si no percibimos las relaciones, ¿qué es lo que percibimos?. Al respecto, Chioz-
za, durante un comentario realizado el 5 de noviembre de 1993 en el CCMW, sostuvo que cada
vez que en la interpretación de unas relaciones se establece un signo de constancia, como el que
hay entre el signo natural y el fenómeno referente, esa relación se solidifica, se concreta un "ma-
trimonio" entre los elementos de la relación. Cuando esto ocurre, el conjunto de relaciones pasa a
constituir una representación "cosa" y a reconocerse como un objeto.
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nombre de "coche"? ¿Cuál es el vínculo común en la mudable apa-
riencia para que siempre les demos el mismo nombre?. Von Uexkül
(1934) responde que ese vínculo lo constituye la igualdad de función.
Todos los coches, por muy diferentes que puedan ser en materia, for-
ma y color, tienen, sin embargo, idéntica función: sirven para ser
transportados en ellos. Lo mismo que el ritmo de la serie de tonos
combinados en una unidad es llamado "melodía", el ritmo de las di-
versas variaciones que recorre un objeto es resumido unitariamente
como "función".
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7) EL SENTIMIENTO DE CONFUSIÓN
14- El término "borrar" (MOLINER, 1986) significa "hacer rayas sobre lo escrito para que no pueda
leerse", "hacer que la tinta se corra y desfigure lo escrito", "hacer desaparecer por cualquier medio
lo representado con tinta, lápiz, etc.", "Desvanecer, hacer que desaparezca una cosa". Por otra
parte, el término "borroso" es un concepto filosófico que Ferrater Mora (1954) define diciendo que
está estrechamente vinculado con el de "vaguedad". "En principio, no hay diferencia entre ambos
conceptos, pudiendo decirse igualmente que una idea es vaga o borrosa o que una proposición (o
la significación de una proposición) es vaga o borrosa. En ambos casos hay, para decirlo en el
lenguaje fotográfico, falta de definición -que es falta de límites precisos-. Lo vago o borroso no es
necesariamente lo que está desenfocado; es lo que es difuso. Lo contrario de lo borroso o vago
es, en este caso, lo nítido o lo bien definido".
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timiento de confusión se acompaña de una pequeña disfunción de los
órganos de los sentidos, o del órgano sensorial que prima en un deter-
minado proceso de incorporación de datos. Tal disfunción, que nor-
malmente no llega a ser categorizada como tal, formaría parte de la
clave de inervación del sentimiento de confusión. Pero cuando la con-
ciencia de este afecto se hace intolerable, el desplazamiento "dentro"
de la "clave de inervación" conduce a que el proceso de descarga de-
forme la configuración de la "confusión", de manera que, al ingresar en
la conciencia, privada de su significado emotivo, adquiere allí la cate-
goría de una patología en alguno de los órganos de los sentidos.
28
ACERCA DE LO VISUAL
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1) Si suponemos la existencia de una fantasía que vincularía al funcio-
namiento de los órganos de la visión, de la audición, del tacto, del gus-
to y del olfato, ¿cuál será la capacidad que, como un aspecto de la ca-
pacidad de información, correspondería al funcionamiento de los órga-
nos de la visión?
1) LA IMAGINACIÓN
María Moliner (1986) señala que la palabra "imagen" quiere decir "re-
presentación de un objeto en dibujo, escultura, etc." o "figura de un
objeto formada en un espejo, la retina del ojo, etc." y, también, la "re-
presentación figurativa de un objeto en la mente". Además, significa
"metáfora, símil". "Imaginar" es "figurarse, idear", en tanto que "imagi-
nación" es la "facultad del espíritu por la que puede representarse co-
sas reales o inexistentes, materiales o ideales. Particularmente, facul-
tad de los artistas para crear".
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Además, la "imaginación" se presenta como una facultad del espíritu,
una capacidad yoica que podrá exhibir un desarrollo adecuado o
inadecuado para enfrentar los requerimientos de la vida.
Ferrater Mora (1954) señala que es usual llamar imágenes a las repre-
sentaciones que tenemos de las cosas. En cierto sentido, dice, los
términos "imagen" y "representación" tienen el mismo significado.
Afirma que el término "imagen" puede emplearse para traducir un vo-
cablo griego que significa "ídolo"15, término que era empleado por al-
gunos filósofos antiguos, y especialmente por Demócrito y Epicuro, pa-
ra designar las representaciones "enviadas" por las cosas a nuestros
sentidos. Epicuro decía que el ojo percibe la representación de la su-
cesión de muchos ídolos.
15- Según Corominas (1961) "ídolo" es la "figura de una falsa deidad" y proviene del latín idólum
que, a su vez, fue tomado del griego éidôlon, "imagen".
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de la posibilidad de disponer de ellas. Pero las experiencias pasadas
tan sólo existen para nosotros en la memoria. La imaginación está ín-
timamente relacionada con la memoria, pues es la capacidad de com-
binar los recuerdos en nuevas formas para hacer construcciones men-
tales diferentes de alguna cosa realmente experimentada en el pasa-
do. La capacidad mental para interpretar sensa (estímulos) es influida
por la imaginación. Agrega que cuando, bajo la acción de emociones o
excitaciones, nuestra imaginación es más activa que de ordinario,
puede ocurrir que interpretemos sensa como manifestaciones de los
objetos elaborados por nuestra imaginación más que como manifesta-
ciones de los existentes del mundo externo.
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mismas, algo distintas de ellas. Realidades de esa condición son las
que llamamos imágenes. Un cuadro, por ejemplo, es una "realidad
imagen". Es pequeño y, sin embargo, en él vemos un paisaje de varios
kilómetros. Esto es magia. Aquel trozo de tierra con sus montañas y
sus ríos y su ciudad está allí como embrujado.
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tasmagoría se solidifica, precipita en alucinaciones a poco inestable
que sea el alma del espectador16.
Muchas veces se cree que esta locura consiste en la pérdida del senti-
do de lo real. Ortega (1946) sostiene que "es bien claro que la verdad
es lo inverso: esas menguas o anomalías mentales revelan una pérdi-
da del sentido de lo irreal. Es como si la broma no se tomase en
broma, sino en serio, y todos conocemos personas incapaces de esa
agilidad mínima, las cuales no logran nunca percibir la broma como
broma".
16- Ortega (1946) recuerda a Don Quijote, con su figura desgarbada y en sus ojos una fiebre de
heroísmo inoportuno, presenciando una representación del titiritero maese Pedro. De pronto, el
señor de la Mancha desenvaina la espada y con acelerada furia comienza a llover cuchilladas so-
bre los muñecos, que caen despedazados. Cuando todo se tranquiliza y Don Quijote logra darse
cuenta de su confusión, dice: "Ahora acabo de creer lo que otras muchas veces he creído, que es-
tos encantadores que me persiguen no hacen sino ponerme las figuras como ellas son delante de
los ojos, y luego me las mudan y truecan en las que ellos quieren".
17- Espero poder abordar en una nueva presentación el tema de los trastornos de la acomoda-
ción, del enfoque adecuado, en relación con el sentimiento de ofuscamiento frente a la necesi-
dad-imposibilidad de cambiar un precepto anacrónico. Creo que el tratamiento de ese tema nos
introduce en el estudio de la vinculación de la miopía y la hipermetropía con la desestructuración
del ofuscamiento.
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es necesaria la agudeza visual, la acuidad de la vista, para la visión
adecuada de los objetos, nuestra mente precisa también de la agu-
deza indispensable (la agilidad mínima a la que se refiere Ortega)
para ver ese mundo imaginario, el sentido de lo irreal, lo metafóri-
co, la broma en broma.
18- Se refiere a la investigación realizada por el Dr. Kurt Goldstein cuando era director, en Al ema-
nia, de un gran hospital para enfermos mentales que recibía a muchos soldados con lesiones ce-
rebrales producidas durante la guerra.
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posibilidad de perderse en los espacios abiertos. "Estaban seriamente
cercenadas sus capacidades para el pensamiento abstracto, para su-
perar los hechos inmediatos en función de lo posible; lo que yo llamo
en este contexto, imaginación. Se sentía impotente para cambiar su
entorno y adecuarlo a sus necesidades".
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quienes tienen la capacidad de percibir nuevas visiones. Es típico que
tengan una poderosa imaginación y, al mismo tiempo, un sentido de la
forma lo suficientemente desarrollado que les impida caer en situacio-
nes catastróficas. Son los exploradores de la frontera que van a la ca-
beza del resto para indagar el futuro.
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de entrar en el mundo informal. De ese modo, la fantasmagoría19, la
ilusión óptica o la creación de la fantasía, se solidifica, precipita en
alucinaciones que, al trastocar la información, interrumpe el proceso
por el cual nos conformamos.
19- "Arte de hacer aparecer figuras por medio de ilusiones ópticas" e "ilusión de los sentidos o
creación de la fantasía completamente desprovistos de realidad" (María Moliner).
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con claridad, así como a su manera de expresarse o estilo y a lo que
dice".
Freud (1905) afirma que "la pulsión de saber no puede computarse en-
tre los componentes pulsionales elementales ni subordinarse de ma-
nera exclusiva a la sexualidad. Su acción corresponde, por una parte,
a una manera sublimada del apoderamiento, y por la otra, trabaja con
la energía de la pulsión de ver". Agrega que "la investigación sexual de
la primera infancia es siempre solitaria; implica un primer paso hacia la
orientación autónoma en el mundo y establece un fuerte extraña-
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miento del niño respecto de las personas de su contorno, que antes
habían gozado de su plena confianza".
E. H. Gombrich (1982) dice que "el ojo nos fue dado para que pudiéra-
mos encontrar el camino hacia la comida o hacia nuestra pareja sin
tropezar con nada ni caer presa de los predadores ... esta función del
sistema es verdaderamente fundamental ... me refiero a la necesidad
de orientarse".
J. Berger (1985), por su parte, considera que "lo visible siempre ha si-
do y sigue siendo la principal fuente de información sobre el mundo.
Nos orientamos a través de lo visible. Incluso las percepciones pro-
cedentes de otros sentidos suelen traducirse en términos visuales. (El
vértigo es un ejemplo patológico de ello: se origina en el oído pero uno
lo experimenta en forma de una confusión visual, espacial). Es gracias
a lo visible como reconocemos el espacio en cuanto que precondición
para la existencia física. Lo visible nos acerca el mundo. Pero, al mis-
mo tiempo, nos recuerda continuamente que se trata de un mundo en
el que corremos el riesgo de perdernos. Lo visible, con su espacio,
también aleja de nosotros el mundo".
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plo, corresponde a lesiones del opérculo occípitotemporal izquierdo,
aunque puede producirse en lesiones del lado derecho. Dice que re-
sulta curioso observar que tales pacientes pierden la facultad de orien-
tarse en el espacio, no pueden actualizar o rememorar las imágenes
que permiten identificar la forma de un objeto conocido o de un lugar
habitualmente consabido. También ello implica una imposibilidad de
reconstruir la forma, una alteración de la función imaginativa.
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RESUMEN
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2) Lo percibido es el fruto del encuentro entre preceptos y datos. En
otras palabras, lo percibido es un producto de la relación dialéctica en-
tre lo que podemos llamar nuestra subjetividad -nuestros preceptos,
nuestros principios- y el existente que denominamos realidad exterior,
la objetividad. Pero puede suceder que en determinadas situaciones
conflictivas, como frente a la necesidad-imposibilidad de modificar un
precepto, sin darnos cuenta, quedemos atrapados en cualquiera de los
extremos. Entonces, en mayor o en menor medida, nos arruinamos por
falta de sensatez, por un trastorno de la capacidad de información que
interrumpe el proceso por el cual nos conformamos. Por un lado,
cuando un individuo insiste en su propia "subjetividad" y sigue exclusi-
vamente su imaginación, vive atrapado en sus ilusiones sin poder al-
canzar la plenitud de su forma. Por otro lado, quien se empeña en ne-
gar todo lo que no sea "la realidad empírica", lentamente se convierte
en una persona de mente tecnológica que empobrece y simplifica su
vida con un formulismo que lo va arruinando día a día.
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normalmente no llega a ser categorizada como tal, formaría parte de la
clave de inervación del sentimiento de confusión.
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5) Existiría una "capacidad inconciente de imaginar o imaginación". Di-
cha capacidad sería el aspecto visual que compone el "mosaico" que
llamamos "capacidad de información". Me parece, además, que la ca-
pacidad inconciente de imaginar puede manifestarse a la conciencia,
desde un punto de vista físico, como funcionamiento sano de los
órganos de la visión que se expresa como agudeza visual, y desde
un punto de vista histórico como la agudeza anímica necesaria para
percibir el mundo imaginario, mundo imaginario que nos permite,
conservando el sentido de lo irreal, considerar diversas posibilidades y
soportar la tensión involucrada en el acto de mantener esas posibili-
dades ante nuestra atención.
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leve que no llega a ser registrada como tal. De ese modo, tal disfun-
ción formaría parte de la clave de inervación del sentimiento de
desorientación.
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BIBLIOGRAFÍA
47
"Aproximaciones a los significados inconcientes de la audición", pre-
sentado en el Centro de Consulta Médica Weizsaecker (CCMW), Bue-
nos Aires, 1993.
48
Diccionario de Filosofía, Sudamericana, Buenos Aires, 1858.
49
MILLER, S.J.H. (1990)
Enfermedades de los ojos, de Parsons, 18a. edición, Nueva Editorial
Interamericana, Méjico, 1990.
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