Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Raúl Borello
1
tanto en la Teoría Política, como la Teoría Constitucional y el
Derecho Constitucional1.
2
en el poder constituyente. Así entendida la Constitución como
"fundante", y como expresión soberana del pueblo (aquí asoma
Rousseau), el sistema jurídico pasa a ser concebido como un
orden jerárquico, escalonado, en el sentido que la
Constitución fija de antemano no sólo quienes dictarán actos
dotados de validez, sino además -y principalmente- fijará el
contenido futuro de las normas legales que se promulguen, sea
por que manda a dictar normas de tal ó cual contenido, o por que
prohíbe que se emitan otras respecto de materias precisas (como ser
vedar al Gobierno la facultad de dictar leyes que restrinjan la libertad de
imprenta).
3
Lo que constituyó un hecho nuevo y original, en la revoluciones
liberales del siglo XVIII, entonces, no ha sido la "democracia", que
asomó constantemente a lo largo de la historia, o la "república", que
como modo de gobierno tiene antecedentes en épocas anteriores y se
presentó bajo diversos aspectos, sino el constitucionalismo,
concebido como una armadura para cristalizar el triunfo de
esas revoluciones.
2
Díaz, Elias: "Sociología y Filosofía del Derecho" - Ed. Taurus- Madrid - 1984, pag. 274.-
3
Entelman, Ricardo: “Discurso normativo y organización del poder”; mimeo; 1985.-
4
Esto, en definitiva, fué lo que posibilitó el auge de los modelos
positivistas en el siglo posterior. "Se aceptó como legítima a la
legalidad -expresa E. Díaz 4 - justamente porque en el fondo, y junto
a la defensa de ciertos concretos intereses, se piensa que en ella está
todavía contenida una cierta y determinada legitimidad, la propia
(libertad, seguridad, propiedad) de esa clase burguesa en incontenible
ascenso".
4
Díaz, Elias: "De la maldad estatal y la soberanía popular, Ed. Taurus, Madrid, 1985,
pag. 51.
5
reflexiones: Primero: el jusnaturalismo racional y el positivismo
formalista, se diferencian, no ya por la ideología que conllevan, o los
valores políticos que defienden, sino por las distintas
argumentaciones que utilizan. En esto último radica la diferencia
entre ambos. El positivismo del siglo XX, no puede explicarse sino a
partir del jusnaturalismo clásico, pero no en el sentido de ruptura,
sino como continuidad, como derivación necesaria.
6
oscurecer esa voluntad política de creación del Estado. De todos
modos, bueno es recordar que la intención que originó el mito tuvo
en miras la expulsión de toda politicidad y decisionismo en la
concepción del derecho y del Estado, (es decir como creación de una
voluntad arbitraria) si se tiene presente que la "Teoría Pura del
Derecho" es expuesta en la década del 20 a la luz del advenimiento
del fascismo y el nacionalsocialismo.
7
incluso de la “infraconstitucionalidad” de los tratados
internacionales- se asentaba en los arts. 27º y 31º de la
Constitución5.
5
Bidart Campos, German: “Tratado Elemental de Derecho Constitucional
Argentino” ; Tomo VI- Ediar; Bs. As.; 1994, pag. 249.
6
Dalmiro Sáenz (Buenos Aires, 1926) es un escritor argentino, irreverente y
siempre original, principalmente en temas religiosos y discutiendo el
establishment, Autor de la novela “Setenta veces siete”, ganador del Premio de la
Editorial Emecé, premiado además con el Premio Casa de las Américas, en Cuba,
en 1966, debió exiliarse en la dictadura mitrar 1976-1973. En 1988 se dedica a
investigar, junto al conocido médico Alberto Cormillot, diversos documentos
religiosos que ponían en duda algunas afirmaciones dogmáticas de la religión
católica, principalmente en cuanto a la Virgen María y Jesús, los que les lleva a
publicar el libro "Cristo de pie" (Editorial Planeta). Lo cierto es que en un tarde de
8
consideraba agraviantes en relación a Jesucristo y a la Virgen María
en una audición en 1988. Como la carta no fue leída, Ekmekdjián
instauró acción de amparo, fundado en el derecho de réplica, para lo
cual citaba el artículo 33 de la Constitución de Argentina y el artículo
14.1. del Pacto de San José de Costa Rica (ratificado desde 1984). El
juez a quo rechazó las pretensiones del actor al considerar que el
artículo 14.1 del Pacto de San José consagra el derecho de respuesta
“en las condiciones que establezca la ley”. Debido a la ausencia de
ley interna que estableciera los requisitos sustanciales y regulara el
procedimiento, el derecho de respuesta no tenía carácter operativo.
Por lo tanto, según el a quo, el actor no era titular de un derecho
subjetivo sino que solamente tenía un interés de carácter difuso. Una
vez el caso pasó a conocimiento de la Corte Suprema, el análisis giró
en torno a si el derecho de réplica reconocido en el Pacto de San
José integraba el ordenamiento jurídico interno a pesar de la
carencia de ley. La Corte encontró fundamentos normativos que
permitían reconocer una jerarquía superior a los Tratados
internacionales por sobre las leyes de la Nación y, de este
modo, operatibilidad directa. La Corte tfundó el cambio
jurisprudencial a partir de consideraciones de derecho internacional.
“La Convención de Viena sobre el derecho de los tratados (...)
confiere primacía al derecho internacional sobre el derecho interno”.
9
Es decir entonces que- hasta la reforma constitucional de 1994- y
con la interpretación de la Corte en “Ekmedjian”, la gradación del
orden constitucional (reflejada- si se quiere- en la pirámide kelseniana, aunque
en realidad los créditos del “gráfico” no son de Kelsen, sino de su discípulo
Merkl), era la siguiente:
10
que quedó establecida del modo siguiente 7.
11
Una lectura coordinada de los artículos “nuevos” nos permitirá
precisar la pirámide graficada anteriormente.
Primer Grado:
12
La expresión “deben entenderse complementarios de los derechos y
garantías por ella reconocidos”, abrió la polémica ni bien comenzó a
entrar en vigencia reforma constitucional. Autores como German
Bidart Campos no dudaron en aceptar que el hecho de haberse
reconocidos como “complementarios” en modo alguno implicaron
restarle el rango constitucional9. Otros autores, como Badeni
sostuvieron una posición diferente. Dice este autor: “Un aspecto
fundamental a resolver es si los tratados de derechos humanos, a los
cuales la constitución asigna “jerarquía constitucional”, están o no
subordinados a la Ley Fundamental. Está claro que su jerarquía es
superior a las leyes, pero la duda se suscita respecto a su relación
con la Ley Fundamental”. Para Badeni10, la expresión “no derogan
artículo alguno de la primera parte de esta Constitución” implica que
no tienen igual rango que la Constitución. Afirma así que éstos
tratados no podrán añadir nuevos derechos fundamentales,”…lo que
sí pueden efectuar los tratados internacionales es precisar ciertas
modalidades bajo las cuales se exterioriza el ejercicio de tales
derechos, siempre que ello no conduzca a la negación o
desnaturalización de esos derechos”. Claramente expone: “…su
jerarquía es inferior a la asignada a la Constitución por el art. 31”.
13
a) Tratados de Derechos Humanos “a incorporarse”
El tercer párrafo del art. 75º inc. 22, indica: “Los demás tratados y
convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por
el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la
totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la
jerarquía constitucional”.
sociedad global. Más allá del papel asignado a nivel estatal, la Corte Suprema de
Argentina, al igual que otros tribunales constitucionales a lo largo y ancho del
planeta, se han convertido en los promotores de la aplicación del derecho
internacional de los derechos humanos en el ámbito interno, consolidando lo que
algunos autores han denominado un “derecho constitucional internacional”.
Góngora Mera, Manuel Eduardo: “El Bloque de Constitucionalidad en Argentina y
su relevancia en la lucha contra la impunidad”; Pontificia Universidad Javeriana de
Colombia; enero de 2007.
14
doctrina y jurisprudencia se ha denominado un “Bloque de
Constitucionalidad”12.
12
En la causa: “Verbitsky” (2005) la Corte Suprema afirmó que “existe cuestión
federal suficiente [si] se cuestiona la inteligencia y el alcance otorgado al art. 43
de la Constitución Nacional, como así también la violación al art. 18 in fine del
mismo cuerpo, y a diversas normas contenidas en los tratados, convenciones y
documentos internacionales que forman parte del bloque constitucional”.
13
En la causa “Brusa” (2003), la Corte sostuvo: “Las cláusulas constitucionales y
las de los tratados internacionales de derechos humanos tienen la misma jerarquía,
son complementarios y, por lo tanto, no pueden desplazarse o destruirse
recíprocamente”.
15
declarar inconstitucional una norma legal por su falta de coherencia
con el contenido del Bloque.
16
Segundo Grado:
Entran aquí los tratados que la Argentina suscriba con otros países,
o con organismos internacionales (claro está que no refieran a convenciones
acerca de derechos humanos, sino por ejemplo sean de contenido económico,
También se incluye a los concordatos, es decir los tratados con
etc..).
el Vaticano.
17
Unión Europea cuenta con importantes organismos que dictan
sentencias (es decir se les ha delegado “jurisdicción”) que son obligatorias
para sus países miembros.
Tercer Grado:
Cuarto Grado:
(Artículo 124º )
18
tales tratados serían inconstitucionales, y por ende
emitir moneda, etc..),
perderían su validez.
*****
19