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Título de la edición original:
LE GR1BOU1LLIS. Un test de personnalité profonde.
Publicada por Presses Universitaires de France, París.
T ra d u c c ió n d e MARTA CELIA E G U IB A R
PR IM ER A PARTE
EL TEST DE L OS GA RA BA TOS
Las bases de su interpretación
en psicopatologia
SEGU N D A PARTE
APLICACIONES CLÍNICAS
DEL TEST DE LOS GA RA BA TOS
C o n c lu s io n e s ................................................................................................................ 167
Validez y fidelidad del test de los g a r a b a to s ............................................ 167
El p u n to de vista psicoanalí t i c o .................................................................. 171
Los garabatos que ha'cen los niños siempre han sido considera
dos con atención por los psicopedagogos, a quienes interesan todas
las manifestaciones expresivas de lá espontaneidad juvenil.
Pero la idea de hacer del garabato un test de personalidad es
m uy reciente. La debemos a Robert Meurisse, aparecida en su
primer estudio: "Le test du gribouillage”, publicado en 19 4 8 .1
I. LA IN T E R P R E T A C I Ó N G R A F O L Ó G IC A
II. N E C E S ID A D DE LINA IN T E R P R E T A C I Ó N O R IG IN A L
DEL G A R A B A T O
I. EL NOMBRE EN EL C E N T R O DE LA H OJA
IV . C A R Á C T E R DINÁMICO D EL T R A Z A D O
V. REACCIONES A F E C T I V A S '
I. PR E -G A R A B A T O S Y G ARABATOS P R O PIA jM E N T E D IC H O S
II. E L E S T A D IO SÁ D IC O -A N A L Y LOS G A R A B A T O S
S Á D IC O -A N A L E S
decirse que cuantas más y más extensas sean las zonas blancas que
los garabatos presenten entre sus trazos, m ejor es' la sublimación
instintiva que expresan. Con una reserva, sin embargo: existe un
límite ideal para la distribución de lo negro y blanco; m ás allá de ese
límite, es decir, cuando existe un excesivo predom inio de las zonas
blancas, la sublimación está obstaculizada p o r las fuerzas inhibi
torias de los instintos, como veremos al tratar las formaciones reac-
cionales (fig. 13).
A P L IC A C IO N E S C L ÍN I C A S
DEL T E S T DE LOS G A R A B A T O S
1
EL D IA G N Ó S T IC O DE LA P E R S O N A L ID A D
I. LA PERSONALIDAD AFECTIVA
F igu ra 3 2 .
11. LA INTELIGENCIA
1 Este dibujo de la familia, com o los o tros que reproducirem os, es e x tra í
do de nuestra obra: E l te st d el dibujo de la fam ilia, versión castellana, Buenos
Aires, E ditorial K apelusz.
,¿¿w v í -¿¿¿r
b) Oposición y encopresis
Figura 43.
d) El aislamiento
e) La regresión
1. LA NEUROSIS DE ANGUSTIA
Los casos que agrupamos bajo este títu lo son los de las neurosis
en que la angustia .domina y es el principal motivo de la consulta.
Pero, como se verá, la neurosis es rara vez pura asociándosele a
menudo síntomas secundarios debidos a la intervención de las
defensas del Yo.
Noche, un tema rico y original: “ Está oscuro. Hay luna, el lobo, los
cerdos. Hay dos que duermen: uno que mira por la ventana . ¿Cuál
es? "El b e b é ” (así llama a Pattenoire). ¿Qué ve? "Un lo b o ”. ¿Qué
piensa? "Cree que lo va a comer". ¿Por qué? ‘P orque no está en
su casa". Christian ha visto, pues, un lobo en lugar de los cerdos
padres. En las Preferencias-Identificaciones, se revelará la impor-
tancia de ese tema pues, de 16 imágenes, 15 son rechazadas, con el
comentario que hace Christian de que “no le gustan los chanchit'os
porque el lobo se los va a co m er”. Ese tema se repetirá cinco veces
y. al final, -Ghi4stian-dirá-que-‘-W-/oto-fe>-i^rg-ro/;;g/- p u rcnre~tteTTe
una pata negra p o r haber estado en el barro". ,
El tono depresivo de esos temas se confirma al final con la
declaración de-que, en esa historia, nadie es feliz.
Hay que observar que ese test se efectuó en un clima de
malestar con ansiedad e inhibición. Las defensas son potentes y. en
particular, el niño hace un uso constante de la relación a distancia:
los protagonistas no se nombran;'los temas se fraccionan en detalles
descriptivos aislados; Christian no se identifica nunca con el héroe y,
en la mayoría de los casos con nadie. Esto concuerda con el estilo
aislado de sus garabatos.
Form ulam os la hipótesis de que la tendencia depresiva, ansiosa,
de este niño fuese el reverso de una agresividad m uy fuerte y que el
lobo agresivo que lo amenazaba fuese m uy probablem ente una
proyección de sus propias tendencias agresivas.
Habiéndose indicado una psicoterapia, Christian fue observado
con regularidad, durante seis meses. La hipótesis emitida acerca de
la'agresividad reprimida y vuelta contra sí mismo, se vio plenamente
confirmada. En todos sus psicodramas, el niño dio prueba de una
agresividad salvaje, en juegos en que. la pobreza de los temas tiene su
compensación en la violencia de los gestos. Muy inhibido las
primeras veces, cambió rápidamente de m anera de ser, manifestando
con fogosa alegría descargas cada vez más violentas. Pronto intro
dujo un lobo que devora padres e hijos, com iéndolos y volviéndolos
a comer, sin fin y asumiendo él ese papel. Claro está que, m ediante
ese traspaso de la agresividad a un animal, Christian disminuye su
propia culpabilidad y además, se hace acom pañar por otra fiera,
papel éste que representa-la psicóloga.
Por lo tanto, el lobo del test proyectivo era él, como habíam os
pensado al principio. Pero hacía falta el clima liberador de los
psicodramas para mostrárnoslo en su agresividad desencadenada,
mientras que en la vida corriente domina la interdicción.
Podría preguntarse el porqué de semejantes defensas en un niño
tan pequeño. Es que los padres de Christian son educadores m uy
severos, que censuran las menores faltas. Sobre todo, enviado a la
escuela a los 3 años, el niño, al principio, lloraba m ucho y se
oponía. Luego demostró ser un escolar exageradam ente escrupu
loso, llegando a copiar, todos los jueves, páginas enteras de libros.
Obsérvese la sorprendente transformación de sus garabatos
durante la psicoterapia (fig. 48). El aislamiento ha desaparecido y la
página está cruzada por flechas agresivas que respetan, sin embargo,
el nombre. En la época de estos segundos garabatos, la mejoría
clínica era ya muy importante: los terrores ansiosos habían desapa
recido y Christian se mostraba mucho más alegre.
iio
Observación 21. He aquí a Yves. un niño de 11 años, traído a
la consulta por su madre porque es lento en to d a lo que hace, tanto
en sus juegos como en el trabajo escolar. Tiene manías de orden y
una meticulosidad que explican en gran parte su lentitud.
Carece de iniciativa y no se desenvuelve tan bien como sus
hermanos de 6 y 7 años. Es tímido, temeroso y tiene miedo cuando
le regañan. Su conducta es la de un niño m uy juicioso, .amante de la
soledad y la tranquilidad. El caso no ha sido estudiado y no hemos
podido hacer el análisis profundo que nos habría revelado las causas
de esa inhibición neurótica.
V. LA NEUROSIS OBSESIVA
Sus garabatos (fig. 67) indican una fuerte represión de todas las
pulsiones (montoncito), con retorno contra sí misma (esfumado),
como en el PN. Además, se hallan todos en la zona de protección
materna, lo cual señala la prohibición edípica.
¿Por qué existe esa regresión? Puede pensarse que, si el
conflicto está enjuego, el mismo no ha podido actuar de esa manera
sino favorecido por condiciones innatas predisponentes. En efecto,
Colette ha tenido siempre un desarrollo difícil: nunca ha tenido
apetito y ha quedado debilucha. Es sabido que tales sujetos, de
magra expansión vital, son más propensos que otros a quedar
detenidos en los primeros estadios de su desarrollo, en este caso, el
estadio oral.
Han sido hechos por Paulette, una joven de 19 años, que nos
consulta debido a una constante falta de apetito, acompañada de
una disfagia ansiosa, es decir, que, en el momento de comer, le
sobrevienen espasmos de angustia que le impiden deglutir. Com o ya
vimos en la observación 13, referente a una joven de 16 años, ese
trastorno disfágico representa, transportado al plano oral, el tem or a
las relaciones sexuales.
Debemos señalar que el m iedo al contacto ha existido siempre
en Paulette, desde su primera infancia. Nunca toleró que la tocasen.
Cuando era pequeña, debía compartir el lecho con su hermana, pero
prefería envolverse en una frazada y acostarse sobre la alfombra al
lado de la cama. Nunca ha podido soportar que la bese nadie, ni aun
su madre. No deja que se le acerque ningún hombre. Y cuando su
madre quiso informarla sobre los asuntos sexuales, manifestó asco y
declaró que no quería casarse. Hoy en día dice que acepta el
matrimonio, pero que no dormiría con su marido, ni en la misma
cama, ni en la misma habitación.
Para comprender la repugnancia de Paulette, es necesario, sin
duda, estar informado de- que su madre ha tenido varias aventuras
galantes, que la joven nació fuera del matrimonio y que su madre
quería abandonarla al nacer. Paulette es apegada a su madre en una
forma casi morbosa y, sin lugar a dudas, se ha identificado con ella.
Pero como, por otra parte, ha debido ser testigo de las relaciones de
su madre y de algunas escenas de brutalidad sexual, existen motivos
para pensar que la identificación se hace en forma regresiva con la
madre-nodriza (en sus temas expresa a menudo el deseo de ser un
bebé mimado p o r la madre), mientras que rehúsa identificarse con
la madre amante. De allí la neurosis de contacto, tan fuertem ente
evidenciada aquí.
El aislamiento le permite asimismo acallar en sí misma la fuerte
agresividad de frustración que no puede dejar de sentir contra esa
madre que quiso abandonarla. Paulette sabe que su madre no la
quería y ha vivido toda su infancia con el temor de que el abandono
se hiciera efectivo, de allí la intensa necesidad.de prohibirse todo
movimiento agresivo.
Es así que, en sus psicodramas, los menores movimientos de
agresividad son inmediatamente seguidos de un retorno hacia atrás y
de una B.A. (en general, salvar un herm ano o una hermana) y que
Paulette se identifica siempre con el que cumple una buena acción.
Observación 34. .He aquí los garabatos (fig. 72) de una señora
de 45 años, casada, atacada desde hace varios años de una neurosis
de angustia muy acusada, con tem or constante de volverse loca.
La señora hizo estos garabatos sin ninguna vacilación, em pe
zando de 1, trazando líneas horizontales un poco irregulares, unidas
entre sí, en la zona inferior y term inando en 2. En ese m om ento,
nos pregunta si puede garabatear en la parte de arriba y, como la
dejamos libre, empieza en 3 y termina en 4 unos garabatos aún más
regulares, en festones bien lineales. Hay qué observar aquí que,
como la interdicción que pesai sobre la zona paterna no es muy
Figura 72. -G arabatos de form ación reaccional pertenecientes a ú n a ansiosa
(O bservación 34).
He aquí sus garabatos (fig. 82). En prim er lugar trazó las tres
líneas sinuosas debajo del nombre, en continuidad unas con otras.
Luego, después de una pausa, trazó las tres líneas de^ arriba
diciendo: “ para la simetría” . Obedecía en eso a la tendencia tan
habitual en los obsesionados a aplacar su ambivalencia realizando
siempre dos acciones simétricas, una de las cuales compensa y
corrige la otra.
Observación 45. Los dos ejemplos siguientes nos traen otra vez
a los garabatos debajo del nombre, frecuentes también en la
neurosis obsesiva.
Estos (fig. 83) son de una mujer de 41 años, casada, atacada
desde hace mucho tiempo de una gran astenia, con neurosis de
duda. Recomienza sin cesar las más ínfimas acciones de la vida
cotidiana, de lo cual resulta una gran lentitud en su trabajo,.y nunca
consigue terminarlos. Tiene, por esta razón, frecuentes conflictos
con su marido que se impacienta al no encontrar nada hecho en la
casa, cuando regresa. Ante esta situación, la mujer reacciona en
forma depresiva, lo cual se comprende.
Primeramente, declara que no va a saber hacer garabatos, pero
luego hace este trazado, del cual se observarán las líneas descenden
tes, signo de tendencia depresiva'.
Figura 91. G arabatos en forma de red alrededor del nom bre lo que se
observa a m enudo en esa afección.
******* cA ~o¿ ^
AA^dn
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voz baja. Dice que siempre ha tenido ese carácter, acentuado desde
hace algunos años, luego de una tuberculosis pulmonar tratada y
curada. En realidad, 'tiene mucha dificultad para adaptarse, lo
mismo en su hogar que en el taller. Se irrita por nada y se aísla. No
tiene ninguna distracción y no se atreve a relacionarse con las
jóvenes. Su estructura morfo-psicológica es la de un sentimental,
con su ancha frente imaginativa y un rostro afilado que denota su
poca expansión afectivo-instintiva.
existencia de una fuerte predisposición esquizoidea. es decir un
estado que, en ciertas condiciones, puede desembocar en la esqui
zofrenia. Claro está que esto es sólo una hipótesis pues, en un caso
así, un diagnóstico seguro únicamente puede hacerse mediante la
unión de la clínica con el test de proyección.
AAam
•AApH'b
AMía.
voz baja. Dice que siempre ha tenido ese carácter, acentuado desde
hace algunos años, luego de una tuberculosis pulmonar tratada y
curada. En realidad, tiene mucha dificultad para adaptarse, lo
mismo en su hogar que en el taller. Se irrita por nada y se aísla. No
tiene ninguna distracción y no se atreve a relacionarse con las
jóvenes. Su estructura morfo-psicológica es la de un sentimental,
con su ancha frente imaginativa y un rostro afilado que denota su
poca expansión afectivo-instintiva.
El aspecto de este enfermo, asi' como sus garabatos muy
depurados, hacen temer una posible evolución esquizofrénica, te
mor que justifica en parte por el momento, la adaptación profe
sional cada vez más difícil del sujeto.
Si puede formularse el diagnóstico de una esquizofrenia, al
menos como hipótesis, de acuerdo con los garabatos, es con la
condición de que se trate de un adulto, como en el presente caso.
Cuando, por el contrario, se trata de un niño, debemos ser
mucho más reservados en nuestras deducciones, pues en un sujeto
joven, los procesos patológicos son móviles y pueden ser reversibles.