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Contrato de Franquicia
Sistemas de franquicia
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LECCIÓN 1 de 11
Contrato de Franquicia
En una primera aproximación, podemos afirmar que la franquicia es un contrato con finalidad distributiva en
sentido amplio, a través del cual una empresa de renombre o cuyos productos o servicios tienen un
posicionamiento logrado en el mercado, traslada el know how (conocimiento específico y operativo), otorga
un derecho de uso de la marca y signos distintivos y proporciona asistencia técnica permanente a otra
empresa (autónoma e independiente, con la debida asunción de riesgos), que se obliga a respetar las
normas pautadas de control (generalmente estricto), pagando como contraprestación un fee de ingreso y
además un royalty o regalía periódicamente (puede ser mensual, bimestral, trimestral, etc.).
[1] Art. 1512 y Sgtes. – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de La Nación. Honorable
El contrato de franquicia no se encontraba regulado legalmente con antelación al dictado del Código Civil y
Comercial Unificado que actualmente nos rige. Sin embargo, esta modalidad contractual contaba con
tipicidad social, en virtud de su reiterada utilización en la práctica empresarial.
Para una parte de la doctrina, la franquicia era entendida como una modalidad de concesión a la que se le
adicionan métodos y medios para permitir a la parte concedente la explotación del negocio y la
administración del fondo de comercio vinculado, mejorando las condiciones para ambos contratantes; pero
tal interpretación no ha sido atendida por el codificador, lo que se evidencia en el hecho de haber regulado a
ambos institutos (concesión y franquicia) por separado, y darles a cada uno su propio régimen jurídico.
Resulta criticable que la franquicia y la concesión hayan sido regulados en capítulos separados, pues, al ser
una modalidad contractual con finalidad distributiva, al igual que el contrato de agencia, todos estos
contratos deberían haber sido regulados en forma conjunta, de modo tal, que ello permita -con recurso al
argumento a rúbrica- reconocer en ellos la identidad distributiva que los une bajo un mismo género, el de los
contratos de distribución en sentido lato.
En sentido contrario a ello, la franquicia ha sido regulada en el capítulo 19 del Título IV, del Libro Tercero del
Proyecto2, en tanto los restantes contratos con finalidad distributiva han sido regulados en los capítulos
inmediatos anteriores. El contrato de agencia en el capítulo 17, a partir del Art. 1479;3 y el contrato de
concesión en el capítulo 18, en los Arts. 1502 y siguientes4 del nuevo Código Civil y Comercial.
La analogía como técnica idónea para la integración normativa importa la aplicación de las normas jurídicas
regulatorias del contrato de agencia y el de concesión, claro está, atendiendo siempre a las particularidades
que presente cada caso.
Sistemas de franquicia
El sistema de franquicias es una red de contratos celebrados entre varios sujetos con el otorgante de la
franquicia, con finalidad distributiva, y con la característica de una identificación con el franquiciante.
Los sujetos involucrados son autónomos, lo que lo diferencia con una gran empresa de distribución que
utilice dependientes.
Para profundizar en esta temática, se recomienda la lectura de la bibliografía obligatoria: Lorenzetti (1999,
pp. 667- 668).
En el siguiente descargable encontrarás un fallo. Es sobre la condena en los términos del art. 30 de la Ley
20.744 debe confirmarse, en tanto una de las demandadas autorizó a la otra mediante un contrato de
franquicia a llevar adelante la actividad que le es propia y específica, sin que obste a la solución el hecho de
que la franquiciada venda otros productos además de los adquiridos a la franquiciante, ya que ello no es
obstáculo para la solidaridad impuesta por la norma mencionada:
Modalidades
1. Según la injerencia del dador, esto es, el derecho de planificación del negocio, la franquicia puede
asumir una modalidad de primera, segunda o tercera generación.
2. Según el objeto, la franquicia puede ser una franquicia de productos o una franquicia de servicios.
3. Según los actos del tomador, la franquicia puede ser con finalidad distributiva (el franquiciado se limita
al traspaso de bienes desde el fabricante hasta el consumidor), o de fabricación (o producción,
cuando el franquiciado fabrica el producto según las indicaciones del franquiciado y los vende bajo la
marca de este último).
A su vez, existen diversos tipos de franquicia, pero los más conocidos son los siguientes:
Franquicia de producción.
Franquicia de hotelería.
Franquicia de servicios.
Caracteres
2 Bilateral.
3 Oneroso.
4 Consensual.
5 No formal.
6 De colaboración.
7 Durable.
Sujetos
–
Las partes involucradas en el contrato de franquicia son:
El dador, también denominado franquiciante: es la empresa titular de la marca, y del know how.
El tomador, también denominado franquiciado: es quien realiza la inversión inicial y paga el canon
periódico para desarrollar el negocio exitoso.
Objeto
–
El objeto o finalidad perseguida es distributiva. Si lo que en realidad busca el franquiciado es otro fin,
verbigracia: una finalidad recaudatoria, financiera, o monopólica, se verificará una desviación de la finalidad
propia del contrato, en cuyo caso se deberá resolver la cuestión por aplicación de la legislación especial
aplicable al caso como puede ser la de defensa de la competencia. Y, de darse los extremos exigidos por el
derecho de daños, podrá requerirse –además de la nulidad del contrato por causa u objeto ilícito- el
correspondiente resarcimiento de los daños y perjuicios causados al tomador.
Causa
–
La causa vista como causa fin se encuentra dada en el contrato de franquicia por una finalidad distributiva
que deberá reflejarse en el contrato.
Forma. Prueba. Duración del contrato
–
El contrato de franquicia es, al igual que el resto de los contratos de distribución, un contrato no formal. Por
lo tanto, le rige el principio de libertad probatoria pudiendo probarse su existencia por cualquier medio de
prueba que lleve a la convicción sobre su celebración y modalidades.
Finalmente, debemos señalar que las partes son quienes estipulan el plazo de duración del contrato, en
ejercicio de la autonomía de la voluntad. Sin embargo, conforme surge del art. 1516 del nuevo Código Civil y
Comercial, en cuanto al plazo del contrato de franquicia es aplicable el tope mínimo que prevé el artículo
1506 del mismo plexo normativo, en su primer párrafo; esto es, no puede pactarse un plazo inferior a cuatro
años. Si se hubiere pactado un plazo menor o si el tiempo es indeterminado, se entiende convenido por
cuatro años.
Al vencimiento del plazo, el contrato se entiende prorrogado tácitamente por plazos sucesivos de un año,
excepto expresa denuncia de una de las partes antes de cada vencimiento con treinta días de antelación. A
Los arts. 1514 y 1515 del Código Civil y Comercial unificado regulan las obligaciones del franquiciante y
franquiciado y procuran brindar el marco de obligaciones mínimas que las partes pueden pactar. Se trata de
un marco meramente indicativo (y mínimo) que puede ser ampliado y regulado por las partes, en función de
las particularidades del negocio en cuestión.
1. Proporcionar, con antelación a la firma del contrato, información económica y financiera sobre la
evolución de dos años de unidades similares a la ofrecida en franquicia, que hayan operado un tiempo
suficiente, en el país o en el extranjero.
3. Entregar al franquiciado un manual de operaciones con las especificaciones útiles para desarrollar la
actividad prevista en el contrato.
4. Proveer asistencia técnica para la mejor operatividad de la franquicia durante la vigencia del contrato.
7. En cualquier caso, el franquiciado está facultado para intervenir como interesado coadyuvante en
defensa de tales derechos, en las instancias administrativas o judiciales correspondientes, por las
vías admitidas por la ley procesal y en la medida en que ésta lo permita.
2. Proporcionar las informaciones que razonablemente requiera el franquiciante para el conocimiento del
desarrollo de la actividad y facilitar las inspecciones que se hayan pactado o que sean adecuadas al
objeto de la franquicia.
3. Abstenerse de actos que puedan poner en riesgo la identificación o el prestigio del sistema de
franquicia que integra o de los derechos mencionados en el art. 1512, segundo párrafo, y cooperar, en
su caso, en la protección de esos derechos.
5. Cumplir con las contraprestaciones comprometidas, entre las que pueden pactarse contribuciones
para el desarrollo del mercado o de las tecnologías vinculadas a la franquicia.6
Nuestro actual Código Civil y Comercial determina las responsabilidades de las partes en
el contrato de franquicia en el art. 1520. Las partes del contrato son independientes, no
existiendo relación laboral entre ellas. De esta manera, el citado artículo delimita la
responsabilidad del siguiente modo:
“a) el franquiciante no responde por las obligaciones del franquiciado, excepto disposición
“b) los dependientes del franquiciado no tienen relación jurídica laboral con el
otorgado en franquicia.”9
Es obligatorio el respeto de las características que hacen a cada marca franquiciada y que
constituyen un elemento de gran importancia en el contrato de franquicia.
En lo que hace a la responsabilidad del franquiciante, el art. 1521 actualizado nos enseña
que cuando existen defectos en el sistema de fideicomiso, el franquiciante deberá
responder cuando éstos causen daños al franquiciado. La particularidad que menciona
esta norma es que ese daño debe ser probado y no puede haberse ocasionado por la
negligencia grave o el dolo del franquiciado.
Cuando se hace referencia al contrato de franquicia, suelen surgir dudas en lo referente al régimen de la
responsabilidad. Los cuestionamientos más usuales son los siguientes:
Al respecto y como señaláramos antes, el art. 1520 del Código Civil y Comercial – siguiendo el proyecto del
año 1998 - pone fin a esta duda aclarando que las partes del contrato de franquicia son independientes, no
existiendo relación laboral entre ellas. El franquiciante no responde por las deudas del franquiciado y no
existe responsabilidad solidaria, salvo disposición legal en contrario. Como consecuencia de ello, y para
terminar de salvar dudas, el inc. b) reza: “los dependientes del franquiciado no tienen relación jurídico-laboral
con el franquiciante, sin perjuicio de la aplicación de las normas sobre fraude laboral”.10
Esta normativa se relaciona directamente con la parte pertinente del artículo 30 de la Ley de Contrato de
Trabajo. Pero dicho precepto normativo laboral establece la responsabilidad solidaria, y textualmente
expresa:
social.11
Y continúa:
seguridad social.12
Para efectuar una adecuada interpretación del artículo antes transcripto, deben aclararse algunos términos
empleados por la norma. Entonces, nos preguntaremos:
¿En qué consisten los “trabajos o servicios correspondientes a la actividad normal y específica propia del
establecimiento”? Y, con mayor exactitud, ¿qué extensión debe dársele al giro “establecimiento”? Y, ¿a la
expresión “actividad normal y específica”?
La ley define “establecimiento” como “la unidad técnica o de ejecución destinada al logro de los fines de la
El establecimiento está relacionado con el centro productivo, pero no con los sujetos, como puede ser una
fábrica, ámbito donde se desarrolla una determinada actividad o explotación. Por otra parte, explotación: “Es
la parte de la unidad técnica que desarrolla la fabricación de un producto o tipo de productos, o
determinados servicios, y que se diferencia de otras explotaciones que pueden generarse en el mismo
[11] Art. 30 – Ley N° 20.744 (1976). Ley de Contrato de Trabajo. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
Entonces, una empresa puede, sin ningún inconveniente, estar conformada por varios establecimientos, los
cuales pueden, a su vez, contar con varias explotaciones. Es decir: empresa, establecimiento y explotación
son conceptos claramente diferenciados; y si bien desde una acepción corriente o vulgar pueden tener
alguna similitud, desde una acepción técnica-jurídica se trata de conceptos precisos y no confundibles.
Por otro lado, determinar cuándo la actividad de un establecimiento es propia, normal y específica es una
cuestión de hecho que deberá determinarse en el caso concreto.
Ahora bien, el contrato de franquicia antes descripto no se encuentra comprendido en el art. 30 de la LCT y el
actual Código Civil y Comercial lo incorpora adecuadamente. Varias son las razones que han avalado tal
conclusión:
El franquiciante, entre otras cosas, sólo le brinda al tomador del franchising asistencia técnica —y a veces
incluso financiera—, mas es este último el que asume el “riesgo de inversión” al instalar su propio y
distinto establecimiento, que puede —y a veces incluso ‘debe’— tener características similares, ofrecer
productos similares, o contar con procesos productivos parecidos.
Justamente, el franquiciante celebra un contrato de franchising, y no otro contrato, para que el propio
franquiciado contrate los trabajos o servicios que correspondan a la actividad de su propio establecimiento.
De otro modo, le sería más conveniente contratar —como empleador— directamente el personal que
desarrollará tareas en el establecimiento del franquiciado, pues tendría un control más directo sobre todas
las obligaciones emergentes del contrato de trabajo, pero, esta solución es incompatible con la franquicia.
III) Así, pues, no existe en el caso del contrato de franquicia comercial un supuesto de contratación,
subcontratación o cesión, ya que, por lo general, la franquicia que se concede no está comprendida en la
actividad normal y específica propia del franquiciante.
Parisi (2000) ha dicho que en el caso del franchising no se contrata o subcontrata la actividad normal y
específica, ni se cede el establecimiento, sino que se autoriza contractualmente a terceros, capacitándolos
para ello, a hacer lo mismo que el franquiciante, permitiéndoles uniformarse con el franquiciante utilizando
métodos, nombres y marcas, a los fines de que pueda el público consumidor conocer de antemano la
naturaleza y calidad de productos, y servicios que obtendrá y beneficiándose con experiencias exitosas.
A iguales conclusiones llega Lorenzetti (1999) señalando que el franquiciante no responde por las deudas
laborales que tenga el franquiciado frente a sus trabajadores.
En realidad, lo que el empresario busca al crear un sistema de franquicia con otro comercial, no es
interponer un hombre de paja entre el trabajador y su verdadero empleador, como alguna vez ha justificado la
Corte Suprema, 21 al art. 30, LCT, sino que su finalidad es obtener un crecimiento rápido y controlado de su
empresa a través de costos operativos considerablemente inferiores, dotando así a toda su estructura
productiva de un valor agregado y optimizando su planificación e inversión en estrategias de marketing,
publicidad y promoción.
Dada la trascendencia del tema, el actual Código no sólo respetó la jurisprudencia dominante, sino que se
interesó en adoptarla legislativamente, para evitar cualquier confusión al respecto. La solución es clara: no
existe relación del franquiciante con los dependientes del franquiciado.
Derecho de la competencia
El art. 1524 señala que el contrato de franquicia, por sí mismo, no debe ser considerado un pacto que limite,
restrinja o distorsione la competencia.
La regulación propuesta nada agrega a la regulación normativa, ya que el actual régimen competitivo
tampoco lo establece y, en cierto modo, dicho criterio deberá ser tomado en función del interés económico
general y en función del criterio de realidad económica previsto en dicho sistema.
Es común encontrar contratos que expresamente aclaran que sus disposiciones no deben entenderse como
restrictivas del régimen competitivo, disposiciones que —en esencia— carecen de todo efecto, ya que lo que
importa no es lo que las partes declaran, sino lo que ocurre en la realidad.
En este punto, el art. 3º, LDC, señala que quedan sometidas a las disposiciones de esta ley todas las
personas físicas o jurídicas públicas o privadas, con o sin fines de lucro que realicen actividades
económicas en todo o en parte del territorio nacional, y las que realicen actividades económicas fuera del
país, en la medida en que sus actos, actividades o acuerdos puedan producir efectos en el mercado
nacional. A los efectos de esta ley, para determinar la verdadera naturaleza de los actos o conductas y
acuerdos, atenderá a las situaciones y relaciones económicas que efectivamente se realicen, persigan o
establezcan (Molina Sandoval, 2006).
LECCIÓN 7 de 11
Conforme lo establece el artículo 1522 del nuevo Código Civil y Comercial, la extinción del contrato de
franquicia se rige por las siguientes reglas:
b) el contrato no puede ser extinguido sin justa causa dentro del plazo de su vigencia
original, pactado entre las partes. Se aplican los artículos 1084 y siguientes;
c) los contratos con un plazo menor de tres años justificado por razones especiales según
el artículo 1516, quedan extinguidos de pleno derecho al vencimiento del plazo;
d) cualquiera sea el plazo de vigencia del contrato, la parte que desea concluirlo a la
expiración del plazo original o de cualquiera de sus prórrogas, debe preavisar a la otra con
una anticipación no menor de un mes por cada año de duración, hasta un máximo de seis
meses, contados desde su inicio hasta el vencimiento del plazo pertinente. En los
contratos que se pactan por tiempo indeterminado, el preaviso debe darse de manera que
la rescisión se produzca, cuando menos, al cumplirse el tercer año desde su concertación.
En ningún caso se requiere invocación de justa causa. La falta de preaviso hace aplicable
el artículo 1493.
Video conceptual
Contrato de franquicia
El video muestra en detalle la definición, características, funciones e importancia del contrato de franquicia.
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Referencias
Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de La Nación Argentina.
Ley N° 20.744 (1976). Ley de Contrato de Trabajo. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
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LECCIÓN 11 de 11
Teleclase Práctica