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Vivienda social en Colombia

Alberto Saldarriaga Roa


Rodrigo Carrascal
Índice general

Introducción ........................................................................................................................... 5
El problema de la vivienda ................................................................................................... 6
El concepto de la vivienda social como respuesta al problema de vivienda:
formación y evolución en el siglo XX .................................................................................. 11
La filosofía de la vivienda mínima ...................................................................................... 13
La vivienda en serie ........................................................................................................... 16
La unidad vecinal como modelo urbanístico y como modelo de vivienda. .......................... 18
El paradigma moderno de la vivienda de interés social. ..................................................... 22
América Latina ................................................................................................................... 23
La vivienda social en Colombia entre 1900 y 2005. Definición, cronología, instituciones,
realizaciones. ................................................................................................................. 28
Marco legislativo vigente ..................................................................................................... 34
Variables geográficas, sociales, económicas y culturales que afectan la vivienda social ..... 38
Criterios de calidad habitacional aplicables a la vivienda social .......................................... 39
Indicadores para la evaluación de proyectos de vivienda social .......................................... 44
Indicadores culturales ..................................................................................................... 44
Indicadores de alta calidad ambiental ............................................................................ 46
Indicadores de diseño arquitectónico ............................................................................. 51
Ejemplos representativos del urbanismo y la arquitectura de la vivienda social
en Colombia ................................................................................................................... 53
Bibliografía ......................................................................................................................... 67
Anexo
CUADRO SÍNTESIS SOBRE LEGISLACIÓN VIGENTE VIS ............................................ 70
Introducción

En 1991 se culminó un primer gran ciclo de la acción estatal


en vivienda social en Colombia. Las primeras legislaciones, pro-
mulgadas a comienzos del siglo XX, asignaron a los municipios la
responsabilidad de disponer en su presupuesto de una asignación
presupuestal destinada a la construcción de vivienda. A partir de
ese año se desmontó gradualmente un sistema institucional amplio
que abarcó en un momento dado todas las instancias de la acción
estatal en este campo. Entre 1932 y 1968 se fundaron las seis prin-
cipales instituciones específicamente dedicadas a esa finalidad: la
Caja de Crédito Agrario (1931-1956), el Banco Central Hipotecario
(1932), el Instituto de Crédito Territorial (1939-1942), la Caja de la
Vivienda Popular de Bogotá (1942), la Caja de Vivienda Militar (1947)
y el Fondo Nacional de Ahorro (1968). Esta acción estatal, cuyo
punto máximo se encuentra en la década de los años 70, gradual-
mente dio paso a la privatización de la acción, a través de medidas
que dieron a las entidades privadas y especialmente a las Corpo-
raciones de Ahorro y Vivienda, atribuciones crecientes para inter-
venir en la oferta de vivienda. El proceso de descentralización ad-
ministrativa y el nuevo Régimen Municipal, la Ley de la Reforma
Urbana y las políticas de vivienda de los dos últimos gobiernos
transformaron nuevamente el panorama de esta acción. Las enti-
dades estatales suspendieron su acción directa y se estableció un
sistema de subsidios. Los municipios asumieron nuevamente un
papel significativo en este campo. Se completó de esa manera,
como ya se dijo, un gran ciclo histórico en la acción estatal en el
campo de la vivienda social.

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vivenda social en Colombia 7
El problema de la vivienda

La carencia de vivienda adecuada es un problema cuya historia


se remonta a la historia misma de las ciudades y de las sociedades
urbanas. Testimonios históricos hablan de las zonas tuguriales y del
hacinamiento en las grandes ciudades del pasado: Babilonia, Atenas,
Roma. La estratificación social, la dominación económica y la segre-
gación religiosa, étnica y cultural son unos de los muchos factores que
han determinado esa carencia cuya contrapartida ha sido siempre el
exceso y la opulencia de las viviendas de los poderosos. La conciencia
del problema social de la vivienda es, sin embargo, un fenómeno mo-
derno. Carlo Aymonino1 se refiere al «problema de la vivienda» como
«la precaución burguesa de preocuparse por los alojamientos obre-
ros» dándole de esa manera una connotación cronológica y social. Es
una percepción propia del mundo de la burguesía industrial y por consi-
guiente del mundo moderno.

El problema de la vivienda se formula usualmente en términos


de la carencia de una cantidad suficiente de unidades habitacionales
para albergar a la totalidad de los hogares existentes en el país. Fami-
lia y hogar son términos que ocasionalmente se hacen equivalentes.
Todas las familias son hogares pero no todos los hogares son familias.
Sea como sea, la demanda se contabiliza en términos de la necesidad
de independencia habitacional de una gran cantidad de población que
se proyecta en la posibilidad de ofrecer unidades de habitación igual-
mente independientes y completas, es decir, que cuenten con acceso,
espacios y servicios propios. La carencia se localiza, por razones evi-
dentes, en los sectores pobres de la población que carecen de recur-
sos bien sea para alquilar, bien sea para comprar una vivienda comple-
ta e independiente. La solución al problema percibido de esta manera
consiste necesariamente en ofrecer tantas unidades de vivienda cuan-

1
Aymonino, Carlo. La vivienda racional. Actas de los Congresos CIAM, 1929-1930,
Gustavo Gili, Barcelona.

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tas sean posibles, de preferencia para ser compradas y satisfacer de
esa manera la demanda. La visión de la oferta determina en buena
medida la percepción de la demanda.

Indicadores del problema de vivienda: las mediciones del


déficit habitacional
El concepto de déficit habitacional expresa la brecha entre la
situación actual y una condición deseada en términos de lograr que
todos los colombianos alcancen el derecho a una vivienda digna, esta-
blecido en la Constitución Nacional. Su definición implica establecer
unos requerimientos mínimos de acuerdo con lo que cada sociedad
considera debe ser una vivienda en términos de sus funciones y atribu-
tos, a partir de los cuales se identifican las carencias habitacionales.2

La medición del déficit habitacional presenta diferente maneras


de abordarse, siendo la más generalizada aquella que lo mide en tér-
minos cuantitativos y cualitativos: el déficit cuantitativo consiste en la
diferencia entre el número de hogares3 y el número de viviendas per-
manentes, asumiendo que cada hogar debería habitar una vivienda in-
dependiente. Por su parte, el déficit cualitativo está dado por las condi-
ciones de la vivienda, lo cual se determina mediante el cruce de varia-
bles que indican la disponibilidad de servicios (agua, luz, alcantarilla-
do), la calidad y el estado de la vivienda en cuanto a materiales y esta-
do de conservación y, por último, la existencia o no de hacinamiento,
entendido como el número de personas por cuarto.4 De acuerdo con
esta forma de medición y según los datos del actual gobierno,5 el défi-
cit habitacional colombiano se estima en 31,2% (2,3 millones de hoga-
res), de este porcentaje, 10,4% corresponden a hogares con déficit
cualitativo y el restante 19,8% al déficit cuantitativo.

Frente al enfoque metodológico y conceptual empleado conven-


cionalmente para la definición del déficit, diversos autores han realiza-
do propuestas para su ajuste o modificación, entre los que se encuen-
tran Fabio Giraldo y Oscar Fresneda. Giraldo 6 plantea la necesidad de
superar las aproximaciones cuantitativa y cualitativa en aras de lograr
una visión más integral del problema. En ese sentido, propone que la

2
Acerca del significado de las medidas de déficit habitacional, véase Fresneda, 1997.
3
Por hogar se entiende el grupo de personas, sean parientes o no, que habitan en la misma
vivienda, comparten sus gastos y tienen un presupuesto en común. Véase Fresneda,
1997, p. 185.
4
Según el Índice de Necesidades Insatisfechas, NBI, se considera vivienda con servi-
cios inadecuados aquella que no tiene condiciones sanitarias mínimas, como acceso
al servicio de acueducto; se considera vivienda inadecuada para el alojamiento huma-
no aquella que presenta condiciones como piso en tierra o paredes en materiales
perecederos y vivienda con hacinamiento crítico las que registran más de tres perso-
nas por cuarto. Véase Cardenas, et. al., 1999, p. 28.
5
Presidencia de la República. 2005. Informe al Congreso 2005. Balance general del
Plan Nacional de Desarrollo 2002-2006, «Hacia un Estado Comunitario».
6
Véase Giraldo, 1999.

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medición no se reduzca a la cuantificación del número de hogares en
déficit sino que además señale la magnitud de las deficiencias que pa-
decen, al ponderar cada uno de los tipos de privación habitacional en
relación con los parámetros mínimos de una vivienda digna. Esta alter-
nativa de medición implica entender la vivienda desde siete atributos:
estructura, espacio, equipamiento doméstico, servicios públicos domi-
ciliarios, infraestructura de servicios comunales, localización y contor-
no.7 Adicionalmente, Giraldo considera que las mediciones basadas en
hogares y no en familias8 subestiman considerablemente el déficit en
tanto desconoce las necesidades habitacionales de algunos miembros
del hogar que constituyen una familia secundaria demandante de vi-
vienda. Desde esta perspectiva, Giraldo calcula que la medida conven-
cional subestima el déficit cualitativo en término de familias en un 13%
y el déficit cuantitativo en cerca de un 17%.

Por su parte, Fresneda9 plantea una serie de observaciones ten-


dientes a lograr mayor precisión en la medición del déficit, puesto que
considera que la pérdida de importancia del gasto público en vivienda
durante las últimas dos décadas está asociado a fallas de medición
que dieron señales imprecisas de los avances frente al problema de la
vivienda.10 En ese sentido propone la redefinición de la medida del dé-
ficit cualitativo y busca integrarla con el déficit cuantitativo. Frente a
esto último plantea que las viviendas con serias deficiencias en la cali-
dad de sus materiales deben ser repuestas y, en ese sentido, deben
contabilizarse como déficit cuantitativo y no como cualitativo; igualmen-
te, propone que las segundas familias que comparten una vivienda no
sean contabilizadas dentro de la clasificación de familias en condicio-
nes de hacinamiento sino como familias demandante de vivienda, todo
lo cual apunta a no generar una doble contabilidad y así sobrestimar el
déficit. En cuanto a la medida del déficit cualitativo, propone diferenciar
las necesidades de los pobladores urbanos y rurales en los atributos

7
La estructura se refiere tanto a estabilidad de la edificación como a sus condiciones de
habitabilidad; el espacio hace referencia a aspectos como las posibilidades de ocupación
según las características de sus habitantes; por equipamiento se entiende el
amoblamiento básico como lavamanos, estufa, camas; la infraestructura de servicios
remite a la provisión de servicios comunales y espacio público; la localización se refiere
a la condición de riesgo o la proximidad a lugares de trabajo y educación; entre los
servicios públicos contempla agua, saneamiento ambiental, energía y medios de co-
municación; por último, el contorno toma en cuenta factores generales de ubicación de
la vivienda dentro de un contexto mayor como puede ser la ciudad.
8
Según la definición utilizada para el Sistema de Selección de Beneficiarios (Sisben –
Misión Social – DNP), por familia se entiende el conjunto de personas que tiene relacio-
nes primarias de parentesco, es decir: padre, madre e hijos.
9
Véase Fresneda, 1997.
10
Según Fresneda, desde mediados de los ochenta disminuyó el gasto público en vivien-
da y a partir de 1990 descendió en 39%, reduciendo a la mitad su inversión a pesar de
registrarse incrementos en el presupuesto de la Nación. Esto, aún cuando comparativa-
mente Colombia es uno de los países que menos recursos destina a ese sector en
Latinoamérica. Véase Fresneda, 1997, p. 175.

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10 Convocatoria estudiantil 2006-2007
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de servicios y espacio, en la medida en que soluciones como la elimi-
nación de excretas pueden ser aceptables para la zona rural pero
no para la urbana. Al igual que Giraldo, adopta como unidad de aná-
lisis la familia aún cuando advierte que tanto la medida a partir de
hogares como de familias, no dan cuenta con precisión de la uni-
dad demandante de vivienda, debido a consideraciones culturales.
Además, plantea una ponderación de las carencias de manera que
se pueda establecer la magnitud de las mismas y poder así preci-
sar los requerimientos para superarlas, en tanto «No es, ni signifi-
ca lo mismo requerir una vivienda adicional, que una ampliación o
un mejoramiento de la que se ocupa». Con base en esta aproxima-
ción, Fresneda registra un incremento del déficit cualitativo en 322
mil familias (3,4%) sobre lo detectado por el Censo de Población y
Vivienda de 1993.

Alternativas de solución
Tradicionalmente se ha considerado que la principal solución al
déficit habitacional es propiciar las condiciones para que las familias
en déficit puedan adquirir su propia vivienda. Este enfoque del proble-
ma de la vivienda tiene fuertes restricciones dado que la oferta privada
ha demostrado su incapacidad para satisfacer la demanda de las fami-
lias de estratos 1 y 2, debido, entre otras causas, a la dificultad de
estas familias para acceder a crédito. Adicionalmente, trae consigo una
serie de problemas, en particular para las familias de más bajos recur-
sos, puesto que generalmente implica un alto nivel de endeudamiento
que repercute en el sacrificio de la satisfacción de otras necesidades
como alimentación, educación, salud o recreación, así como el riesgo
de perder el esfuerzo económico realizado ante la dificultad de cumplir
con las obligaciones adquiridas con el sistema financiero.

Otra forma de solución al problema habitacional es la vivienda


en arriendo como una manera de acceso que ofrece ciertas ventajas
sobre la vivienda en propiedad, puesto que permite una mejor y más
flexible localización dentro de la ciudad en relación con los lugares de
trabajo, evita la expansión de la ciudad, resulta más conveniente para
familias en que está aumentando o disminuyendo la cantidad de sus
miembros y, además, en barrios populares el arriendo también ofrece
ingresos a las familias propietarias. En aras de fomentar el arrenda-
miento como alternativa de vivienda, se promulgó la nueva Ley de Arren-
damiento (Ley 820 de 2003) que busca estimular la inversión privada
en la construcción de vivienda de interés social para arrendamiento y
la entrada al mercado de otros actores como los Fondos de Inversión y
sociedades especializadas. Para ello, la ley contempla la exención del
impuesto de renta a los ingresos derivados del arriendo para las insti-
tuciones especializadas en este mercado, además regula las relacio-
nes entre arrendador y arrendatario, especifica las condiciones de fi-
nalización del contrato y define la actualización de cánones tendiente a
lograr mayores rendimientos para los propietarios.

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Vivenda social en Colombia 11
De esa manera, es posible clasificar las alternativas de solu-
ción al déficit de viviendas según el tipo de tenencia entre la vivienda en
propiedad y en arriendo. En estas categorías existen variantes entre
las cuales se encuentran las siguientes: la vivienda en propiedad pue-
de diferenciarse entre vivienda nueva y usada; a su vez, la opción del
arriendo puede llevarse a cabo mediante vivienda individual o compar-
tida con otras familias, bien sea en edificaciones nuevas o usadas.

En cuanto a la vivienda nueva, se distinguen al menos cuatro


tipos de acuerdo con las características iniciales del programa que ofre-
cen, así: vivienda completa, vivienda mínima, unidad básica y lote con
servicios. Mientras que el primer tipo ofrece lo que es considerado como
un programa completo, los otros tres tipos se basan en la idea de un
desarrollo progresivo de la vivienda tendiente a completar el programa
requerido por sus habitantes mediante un proceso por etapas que se
adelanta según la capacidad económica y las necesidades de la fami-
lia. Adicionalmente, la vivienda nueva incluye la modalidad de reciclaje
de edificaciones, en donde a partir de la adecuación de construcciones
existentes es posible ofrecer vivienda unifamiliar, bifamiliar o
multifamiliar.

Vivienda en el barrio El Rocío


Bogotá D.C.

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12 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
El concepto de la vivienda social como
respuesta al problema de vivienda:
formación y evolución en el siglo XX

La formación y desarrollo del estado moderno está asociada


desde sus comienzos a la industrialización de la producción, a la for-
mación de la llamada «clase obrera», al establecimiento de métodos
«racionales» de administración pública, entre ellos la planificación ur-
bana, al desarrollo de formas institucionales de asistencia social y de
atención a ciertos problemas generados por la nueva estructura social
y, como ya se dijo, en forma especial al problema de la vivienda. No fue
el Estado el único ente envuelto en este proceso, los empresarios be-
nefactores o «ilustrados», las asociaciones de beneficencia y las orga-
nizaciones caritativas, usualmente de corte religioso, tomaron también
cartas en el asunto e intervinieron en forma directa en la ayuda de gru-
pos de familias cuya afiliación laboral o religiosa las acreditaba para
ser beneficiarias de esta ayuda. Los obreros organizados en forma de
cooperativas y asociaciones mutuarias, también se dieron a la tarea
de buscar recursos y producir sus propias viviendas. Y el sector inmo-
biliario, atento al potencial rentable de este filón de inversión, también
se introdujo como un agente más en la construcción de viviendas en
serie destinadas a ser alquiladas a familias de trabajadores. Con su
intervención se desarrollaron muchas de las formas especulativas que
aún proliferan en el campo de la vivienda económica o de la vivienda de
interés social.

Ya en la segunda mitad del siglo XIX se practicaban en muchas


ciudades europeas tres modos diferentes de producción de viviendas
en serie: la acción especulativa, la acción cooperativa y la acción esta-
tal. La primera, como su nombre lo indica, se basó principalmente en
la construcción de barrios de viviendas mínimas para alquiler, en con-
diciones cercanas a la usura. La segunda, la acción cooperativa, tuvo
como base las formas asociativas de obreros y empleados de las gran-
des empresas industriales, cuya finalidad principal o exclusiva era la
de obtener vivienda, captando para ello recursos propios y los subsi-
dios estatales disponibles para ese fin. La acción estatal, quizá la de
más lento desarrollo y evolución, incluyó todo lo referente a la legisla-
ción sobre el problema urbano y de vivienda, el establecimiento de ca-

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Vivenda social en Colombia 13
denas crediticias y de subsidios para vivienda obrera y, finalmente, la
formación de entidades encargadas directamente de proyectar y de
construir los barrios de vivienda en serie.

El obrero como nuevo personaje social y urbano era el objetivo


principal de todo este aparato productor. Su afiliación laboral a una em-
presa mediante contratos a términos definidos y la legislación laboral
consecuente, le permitían garantizar un ingreso con el cual pagar el al-
quiler o la compra de una vivienda. Al efectuar cualquier operación ten-
diente a proveerse de habitación, fuera ella una casa o un apartamento,
en alquiler o en compra, se «empeñaba», es decir, comprometía su in-
greso periódico y sus prestaciones laborales como pago de esa obliga-
ción. Las empresas, interesadas –parcialmente– en el bienestar de sus
obreros, podían actuar como garantes, únicamente en cuanto el com-
promiso laboral lo permitía. Al mismo tiempo, las asociaciones coopera-
tivas de obreros y empleados podían constituir fondos de ahorro cuyas
cuentas acumuladas representaban un capital lo suficientemente gran-
de como para interesar a los sistemas bancarios, que podían captar el
ahorro y trabajar con ese dinero en su propio beneficio. De esa forma
quedaron establecidos los principales métodos y procedimientos de ac-
ción pública y privada en la construcción de viviendas en serie destina-
das a los obreros en las sociedades capitalistas.

El «existenzminimum» CIAM, 1929

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Vivenda social en Colombia
La filosofía de la vivienda mínima

El origen de esta filosofía en Europa es difuso, pero al menos se sabe


que está claramente relacionado con el desarrollo de la vivienda en
serie y ésta se relaciona directamente con la habitación para la clase
obrera. Se plantean en el concepto de la vivienda mínima un modo de
vivir y una forma de hacer ciudad propias y en cierta forma exclusivas
de un sector social, el más pobre. ¿Por qué mínima? Las razones eco-
nómicas son más bien obvias: una persona de escasos ingresos no
puede costear una vivienda grande. La vivienda se minimiza para que
su costo esté al alcance del ingreso del obrero. Pero hay razones de
otra índole.

En el libro «La vivienda racional» de Carlo Aymonino hay varios


textos que se refieren directamente al asunto de la vivienda mínima,
textos que hicieron parte del II Congreso Internacional de Arquitectura
Moderna celebrado en Francfort en 1929 y cuyo tema fue «La vivienda
para el mínimo nivel de vida». El arquitecto Walter Gropius contribuyó
con un texto titulado «Los fundamentos sociológicos de la vivienda mí-
nima para la población obrera de la ciudad» en el que se leen, entre
otros, los siguientes argumentos:

«La clarificación de los datos históricos de la sociedad debe


seguir adelante para que se pueda encontrar el tamaño
mínimo óptimo de la vivienda que satisfaga las necesida-
des de la vida al menor precio posible, ya que, a conse-
cuencia del cambio de los condicionantes, el problema de
la vivienda mínima no puede ser resuelto con la mera re-
ducción del número de las habitaciones y de superficie útil
de la usual vivienda de mayor tamaño. El nuevo problema
debe enfocarse mediante el conocimiento de las exigen-
cias naturales y sociales mínimas, las cuales no deben
ser enturbiadas con el velo de las exigencias históricas
concebidas de manera tradicional...

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Vivenda social en Colombia 15
«La clave de la cuestión del mínimo nivel de vida está en
saber el elemento mínimo de espacio, aire, luz, calor,
que el hombre necesita para desarrollar totalmente sus
funciones vitales mediante un alojamiento, es decir, un
‘minimum vivendi’ en lugar de un ‘modus non moriendi’.
El mínimo cambia según las condiciones particulares de
la ciudad y región, paisaje y clima. La misma cantidad
de espacio de una vivienda tiene un significado diferente
en una estrecha calle de una gran ciudad que en un es-
ponjoso barrio de las afueras. Drigalski, Paul Volger y
otros higienistas han constatado que el hombre, provis-
to de las mejores posibilidades de ventilación y de ilumi-
nación, necesita, desde el punto de vista biológico, sólo
una reducida cantidad de espacio habitable, sobre todo
si los servicios técnicos del mismo están bien organiza-
dos. Para dar una idea de la superioridad de una peque-
ña vivienda bien organizada frente a una anticuada, bas-
ta pensar en la comparación, hecha por un conocido ar-
quitecto, entre una refinada maleta de viaje bien
compartimentada y un baúl.» 11

El texto de Gropius es revelador en cuanto sintetiza una idea


cuya formación venía de tiempo atrás, la de la posibilidad de encontrar
normas mínimas de habitación científicamente sustentadas. La racio-
nalidad implícita en la idea permitía creer que la habitación humana
podía ser entendida como un asunto cuantitativo y empíricamente com-
probable. Tras esa idea estaba la de la posibilidad de esquematizar y
sintetizar, la de simplificar y reducir, como parte del nuevo modo de
vida propio del mundo moderno. Pero hay diferencias sustanciales en-
tre la simplificación como problema estético y la minimización de las
normas de vida como problema social. Sin embargo, en lo que coinci-
dieron las mentalidades capitalista y socialista fue en la inevitabilidad
de esa minimización de la vivienda, cada una de ellas con su carga
argumental correspondiente. La vivienda mínima es, entonces, uno de
los conceptos paradigmáticos de la concepción de la vida moderna, de
la vivienda obrera y de la ciudad planificada.

La filosofía de la vivienda mínima es, entonces, la de la vivienda


higiénica que puede brindar a su habitante un lugar sano dónde llevar a
cabo su vida familiar. Esta filosofía es parcialmente la misma de la vi-
vienda «moderna» en los términos de Mumford, concebida ésta como el
hábitat de un nuevo ser dispuesto a aceptar que la nueva forma de vi-
vienda en el siglo XX es austera, esquemática, eficiente y funcional. La
idea de la «máquina de habitar» planteada por Le Corbusier surgió de

11
Gropius, Walter. «Fundamentos sociológicos de la vivienda mínima para la población
obrera en las ciudades» en Aymonino, Carlo, op. cit., pp. 120-121.

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sus estudios sobre la vivienda mínima, pero podía configurarse también
en una gran «villa». La diferencia entre una gran casa, un apartamento o
una vivienda mínima no se planteó en lo conceptual sino en lo cuantitati-
vo. Todos deberían habitar en máquinas, pero de diferente tamaño.

En el II Congreso Internacional de Arquitectura Moderna cele-


brado en 1929 se presentó y discutió un modelo de vivienda mínima
llamada «existenzminimum». Ese modelo resumió algunos de los avan-
ces alcanzados en diversos proyectos realizados en Holanda y Alema-
nia a lo largo de esa década. El modelo es muy sencillo y corresponde
cabalmente a los principios del funcionalismo y de la racionalización
constructiva. Este modelo será adoptado posteriormente en otros lu-
gares y su difusión será prácticamente universal.

Vivienda «Citrohan». Le Corbusier

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Vivenda social en Colombia 17
La vivienda en serie

La vivienda en serie se entendió en sus dos formas principa-


les: las casas unifamiliares y los edificios de apartamentos. Se aso-
ció en muchos manifiestos y documentos con la idea de la
prefabricación, entendida como la producción industrial de grandes
piezas destinadas a la construcción de unidades arquitectónicas.
Hacia 1925 en el seno de la escuela alemana Bauhaus se produje-
ron prototipos de unidades prefabricadas de vivienda. Hacia 1930 y
en asocio a las propuestas de la vivienda mínima se configuró un
modelo de trabajo que habría finalmente de desarrollarse amplia-
mente en Europa en la segunda posguerra. La reconstrucción de
ciudades y la producción masiva de viviendas dio impulso a la inves-
tigación y desarrollo de sistemas de prefabricación a distintas esca-
las, desde la prefabricación integral de edificios y casas hasta la
producción de elementos ensamblables.

Es revelador el siguiente fragmento del contenido del texto de


los principios directrices de «Hacia una nueva arquitectura», publi-
cado por Le Corbusier en 1923:

«Casas en serie.
«Ha empezado una gran época.
«Existe un espíritu nuevo.
«La industria, irresistible como un río que corre hacia su destino,
nos proporciona herramientas nuevas adaptadas a esta nueva épo-
ca, animada de un nuevo espíritu.
«Las leyes de la economía gobiernan imperativamente nuestros ac-
tos y nuestro pensamiento.
«El problema de la casa es un problema de nuestra época. El equi-
librio de la sociedad depende hoy de él. El primer deber de la arqui-

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Vivenda social en Colombia
tectura, en esta época de renovación, es el de llevar a cabo una revi-
sión de valores, una revisión de los elementos constitutivos de la casa.
«La producción en serie se basa en el análisis y en la experiencia.
«La gran industria debe ocuparse de la edificación y producir en
serie los elementos de la casa.
«Debemos crear el estado de ánimo de la producción en serie.
«El estado de ánimo de la construcción en serie de casas.
«El estado de ánimo de habitar en casas producidas en serie.
«El estado de ánimo de concebir casas en serie.»12

No cabe así la menor duda acerca de la legitimidad de la construc-


ción en serie como manera de resolver los problemas habitacionales
en el mundo moderno.

Colonia Pessac. Le Corbusier

12
Le Corbusier. «Hacia una nueva arquitectura: principios directrices» en Conrads,
Ulrich. Programas y manifiestos de la arquitectura del siglo XX. Lumen. Barcelona,
1976, p. 96

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Vivenda social en Colombia 19
La unidad vecinal como modelo
urbanístico y como modelo de vivienda

El origen histórico del concepto de unidad vecinal ha sido


trazado por diversos autores hasta las ideas comunitarias y coo-
perativistas de finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.
El «Falansterio»:, propuesto por Charles Fourier en 1808, en
un tratado publicado en forma anónima, se habló ya de una «ar-
monía universal» alcanzada a través de sucesivos estadios evo-
lutivos de la sociedad. La ciudad correspondiente al último es-
tadio debería formarse por casas colectivas, aptas para la con-
centración de servicios y el fomento de la vida común para una
población cercana a los 1.600 habitantes miembros de una «Fa-
lange» o grupo funcional racionalmente determinado al cual
debería corresponder uno de esos «Falansterios».

Sin entrar en mayores detalles, puede leerse en distintos


autores la interpretación que se da a la influencia de las ideas
comunitarias del siglo XIX en la definición de las unidades
habitacionales de la ciudad moderna. El hecho interesante es la
existencia, ya entrado el siglo XX, de la unidad vecinal como
medida de vida común y como unidad urbana básica. En la uni-
dad vecinal se resumen prácticamente todos los elementos cons-
titutivos de la ciudad moderna: la construcción en altura, la vi-
vienda en serie y la ciudad-jardín. La flexibilidad del modelo
permitió proponer unidades de viviendas unifamiliares o
multifamiliares o unidades mixtas en las que uno y otro tipo de
edificación pueden ser combinado.

El concepto del «barrio» como unidad de desarrollo urba-


no formada por la agrupación de predios individuales con algu-
nas áreas comunes fue gradualmente reemplazado por el de la

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20 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
«unidad vecinal», planteada como un conjunto relativamente
autosuficiente de viviendas, con servicios comunes y extensio-
nes considerables de área libre. La unidad vecinal fue, finalmen-
te, la síntesis completa de los componentes y las propuestas de
la ciudad moderna.

En el documento titulado «Apuntes sobre agrupaciones de


vivienda» se cita la siguiente definición de la «neighborhood unit»
dada por Clarence Perry en 1929:

»La fórmula para la unidad vecinal debe ser tal que


cuando sea construida sus ocupantes sean provis-
tos de los elementos siguientes: todos tendrán ac-
ceso conveniente a una escuela primaria, espacios
adecuados para juegos y centros de compras mino-
ristas. Además, su distrito tendrá un carácter distin-
tivo debido a las cualidades correspondientes a su
topografía y estructura, parte no menor de ellas será
de menos riesgos de accidentes automovilísti-
cos...»13

Esta definición resume en forma adecuada el espíritu y la prácti-


ca de la unidad vecinal como unidad de planificación urbana y de
diseño arquitectónico. La fecha de 1929 coincide con la de múlti-
ples planteamientos hechos en torno al asunto de la relación vi-
vienda-ciudad, tanto en Europa como en los Estados Unidos. Los
Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna celebrados
en ese año y el siguiente dieron especial importancia al asunto
de la vivienda y, sin hablar explícitamente de la unidad vecinal,
se platearon diversas alternativas no sólo a la construcción en
serie sino a la dotación de servicios comunales y a la organiza-
ción de la vida colectiva. El siguiente texto presentado por Le
Corbusier en el CIAM de 1930 se orienta en esa dirección:

«Podemos, pues, suprimir la calle-corredor, supri-


mir el patio; podemos ganar, con las cubiertas-jar-
dín, magníficos espacios nuevos; debemos tender
a una disminución sensacional del número de ca-
lles para lograr una circulación lógica; podemos ofre-
cer a todos los habitantes un espectáculo natural
magnífico: aire, luz, vegetación, deporte, reposo,
calma absoluta, etc. Podemos organizar, mediante
13
Posada, Reinaldo. Apuntes sobre agrupaciones de vivienda. Cinva, Bogotá, p. 2.

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 21
una nueva distribución de los edificios en el suelo de
las ciudades, los servicios comunes que son la ver-
dadera liberación de la sociedad contemporánea.»14

La definición de Perry es de índole práctica. Le Corbusier formula


en sus apreciaciones la filosofía implícita en la unidad vecinal:
una manera diferente de repartir el suelo urbano en unidades
dotadas de servicios comunes y dispuestas de tal manera que en
su interior se disfrute un paisaje tranquilo, con disminución o des-
aparición de las calles vehiculares. Esa idea, capital en el desa-
rrollo posterior del urbanismo y de la arquitectura sería interpre-
tada de diversas maneras y adaptada en diferentes formas en los
distintos lugares en que se aplicó. La misma denominación sufrió
alteraciones y se acuñaron como análogos, términos tales como
«unidad residencial», unidad de planificación», «condominio» y
«vecindario».
En la «Carta de Atenas», base conceptual del urbanismo
moderno, promulgada en el Congreso Internacional de Arquitectu-
ra Moderna de 1933, CIAM IV, y publicada tan sólo en 1941, se
encuentra la siguiente insinuación de la relación entre la unidad
vecinal y la ciudad:

«El núcleo básico de la urbanística está constituido


por la célula de habitación (una vivienda) y su inser-
ción en un grupo representa una unidad de habita-
ción de tamaño eficaz. [...] Para que sea más fácil
dotar a las viviendas de los servicios comunes des-
tinados a realizar con comodidad el aprovisionamien-
to, la educación, la asistencia médica y la utiliza-
ción de las diversiones, será necesario agruparlas
en <unidades de habitación> de dimensiones efi-
caces [...] A partir de esta unidad de habitación se
establecerán, dentro del espacio urbano, las rela-
ciones entre vivienda, lugares de trabajo e instala-
ciones dedicadas a las horas libres.»15

Lewis Mumford, uno de los defensores más apasionados de la


unidad vecinal se expresó de la siguiente manera:

«Un vecindario debería ser una zona adaptada a la


14
La Corbusier. «La parcelación del suelo en las ciudades». En Aymonino, Carlo,
op. cit., p. 240.
15
CIAM. Carta de Atenas. Citado en Benévolo, Leonardo. Historia de la arquitectura
moderna. Gustavo Gili, Barcelona, s.f., p. 585.

Premio Corona Pro Hábitat


22 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
capacidad e intereses del niño preadolescente, una
zona donde la vida diaria pudiera tener unidad y sig-
nificado para él como representación de un conjun-
to social más grande; y en consecuencia, en los pro-
yectos de los vecindarios deberían incluirse las in-
dustrias menores que directamente están al servi-
cio de los mismos.»16

Es posible afirmar que prácticamente todo enfoque respetable de


vivienda de interés social en el mundo moderno, planteado entre
1930 y 1980, se basó de alguna manera en el concepto de la uni-
dad vecinal y que todavía esa idea subsiste y conserva mucha de
su vigencia. La difusión universal de los principios y modelos del
urbanismo moderno tal y como fueron descritos previamente per-
mitió que se implantaran o impusieran en distintos contextos so-
ciales y culturales. América Latina fue uno de los campos donde
esa implantación se produjo rápidamente y donde se desarrolla-
ron alternativas particulares, adaptadas a la situación de cada país.

Unidad vecinal No. 3. Lima

16
Mumford, Lewis, op. cit., p. 591.

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 23
El paradigma moderno
de la vivienda de interés social

En todo lo expuesto anteriormente se han descrito los compo-


nentes básicos del paradigma moderno de la vivienda social: unidad
vecinal planificada y peatonalizada en la que se combinan los principios
de la ciudad-jardín con los de la edificación en altura y la construcción en
serie de unidades repetitivas; dimensiones mínimas e industrialización
de la construcción. Este paradigma se sostuvo durante décadas a pesar
de ser objeto de fuertes críticas que se manifestaron ya en la década de
los años cincuenta y que cobraron fuerza dos décadas después.

La difusión del paradigma por todo el mundo sirvió tanto para


reafirmarlo como para poner en evidencia sus debilidades y sus defec-
tos. Es indudable que en buena parte su fracaso se debió a la aplicación
demasiado ortodoxa de algunos de sus principios, sin tener en cuenta
las determinantes culturales que, en el caso de las comunidades pobres
de algunos lugares, especialmente del Tercer Mundo, ofrecerían resis-
tencia a ser doblegadas por el anonimato, la uniformidad y la rígida con-
cepción de la vida comunitaria implícitas en el paradigma.

Los ejemplos más difundidos de los logros modernos en el cam-


po de la vivienda en serie fueron inicialmente aquellos desarrollados
en Europa en los años 20: La colonia Weissenhof en Sttutgart, los
«Siedlungen» alemanes, los modelos de vivienda racional de
Alexander Klein,17 las ciudades-jardín estadounidenses, Pessac de Le
Corbusier y algunos otros. A partir de 1950 los modelos italianos asu-
mieron gran interés, pues en ellos se discutieron por primera vez los
modelos anteriores y se reformularon algunos de sus principios gene-
radores. Sin embargo, lo fundamental persistió largo tiempo: vivienda en
serie, supermanzana, prefabricación, ciudad-jardín, unidad vecinal.

17
Ver Klein, Alexander. Vivienda mínima, 1906-1957, Gustavo Gili, Barcelona, 1980.

Premio Corona Pro Hábitat


24 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
América Latina

Los procesos de modernización y el desarrollo de políticas,


planes y proyectos estatales de vivienda son dos fenómenos
interrelacionados en la vida latinoamericana. Desde la década de
los años 20 se inició en algunos países el establecimiento de ba-
ses jurídicas e institucionales para el desarrollo de programas de
vivienda. Hacia 1950 y en la mayoría de los países del área, esas
instituciones y programas ya se encontraban establecidos, des-
empeñando sus papeles. Hacia 1970 se habían construido los ejem-
plos más importantes de vivienda estatal en cada país. En las dos
últimas décadas la acción estatal en este campo se ha reducido
gradualmente, en obediencia a los dictados de las políticas
macroeconómicas y en especial a la privatización de la acción del
estado.

En términos políticos, la vivienda estatal ha sido un tema per-


manente en la vida latinoamericana. Los gobiernos populistas
usualmente asumen la acción en vivienda como una de las bande-
ras para ganar apoyo ciudadano. Los gobiernos de corte
tecnocrático sustentan una visión más racionalizada del problema
y se aproximan a él apoyados en los modelos internacionales. Los
partidos políticos usan la vivienda como un medio de inducción de
votaciones para sus programas. El complejo sistema de institucio-
nes involucradas en la acción en vivienda incluye también los orga-
nismos de planificación, encargados de incorporar en los planes
urbanos, los proyectos de gran escala emprendidos por las institu-
ciones de vivienda.

En términos culturales el problema de la vivienda en Améri-


ca Latina no ha estado asociado únicamente al sector obrero sino
que incorpora un grupo muy amplio y heterogéneo de población
cuyo origen campesino y cuya cultura tradicional han sido factores
influyentes en la asimilación y aceptación de los planes de vivien-

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 25
da estatal en serie. Si se tiene en cuenta que la mayoría de los
países latinoamericanos tardaron bastante en alcanzar un grado
apreciable de industrialización, con la formación correspondiente
de una clase obrera propiamente dicha, es necesario aceptar que
los usuarios de los proyectos de vivienda en serie fueron, durante
mucho tiempo, campesinos recientemente urbanizados o familia-
res de personas que les antecedieron en su incorporación a la vida
urbana.

Este fenómeno, que se produjo en América Latina en este


siglo, reprodujo algunos de los rasgos del proceso sucedido pre-
viamente en Europa y en los Estados Unidos. Los primeros
migrantes europeos llegaron a las ciudades al tiempo que se for-
maban los nuevos modos de vida urbana: comunicaciones y trans-
porte, cultura de masas, etcétera. Los primeros migrantes latinoa-
mericanos llegaron a ciudades que empezaban también a crecer y
a incorporar algunos de los rasgos de modernización. Las olea-
das posteriores de migrantes que llegaron a habitar ciudades en
expansión, no se ubicaron como obreros, formaron lo que hoy se
conoce como el sector informal de la economía y que anteriormen-
te se llamó el sector marginal de la población urbana. El choque
entre las culturas tradicionales de los grupos obreros e inmigrantes
y la racionalidad del paradigma moderno de la vivienda en serie
se evidenció en incontables desajustes culturales y transformacio-
nes físicas de las unidades vecinales y de las viviendas.

La década de los años 50 se aprecia hoy en día como la


época de los primeros grandes proyectos modernos de vivienda
en serie promovida por el estado en América Latina. Es la era de
las primeras acciones a gran escala de las entidades establecida
en su mayoría en la década inmediatamente anterior. La unidad
«23 de Enero» en Caracas, proyectada por el arquitecto Carlos
Raúl Villanueva y financiada por el Banco Obrero es uno de los
conjuntos multifamiliares de mayor tamaño construidos en
Latinoamérica en esa década, junto con la Unidad Nonoalco-
Tlatelolco en Ciudad de México (1959-1964), de 12.000 aparta-
mentos en altura. En Colombia, como se verá más adelante, pre-
Casa Previ. Lima
Christopher Alexander
dominaron los proyectos de vivienda unifamiliar y sólo un intento
Primer piso importante –el Centro Urbano Antonio Nariño– se realizó en la ciu-
dad de Bogotá. La fidelidad en la aplicación de los principios de la
unidad habitacional, amén de la influencia decisiva de Le Corbusier,
está presente en estos proyectos.

Premio Corona Pro Hábitat


26 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
En 1951 se estableció en Bogotá el Centro Interamericano
de Vivienda y Planeamiento, Cinva, mediante un convenio entre la
Organización de los Estados Americanos y el Gobierno de Colom-
bia. Esta institución, que sobrevivió hasta 1974, fue un foco de irra-
diación de investigaciones y propuestas urbanísticas, arquitectó-
nicas, administrativas y técnicas orientadas a facilitar la operación
de entidades públicas que trabajaban en en los campos del
planeamiento, diseño y ejecución de planes de vivienda. En el Cinva
se formaron muchos de los funcionarios que tuvieron a su cargo
esos planes en distintos países de América Latina. Uno de los re-
sultados de la experimentación tecnológica con el suelo-cemento
es la máquina llamada Cinva-ram, con la que se pueden producir
en serie bloques de tierra estabilizada, con el empleo de mano de
obra no especializada y a escala doméstica.

En la década de los años 60 se descubrieron la «autocons-


trucción» y el «desarrollo progresivo» de la vivienda popular. Este
descubrimiento tuvo repercusiones considerables en el enfoque
posterior del problema de vivienda en América Latina. El descu-
brimiento consistió principalmente en reconocer el proceso que se
lleva a cabo en los barrios de formación popular o «espontanea» y
que consiste básicamente en el desarrollo gradual de una vivienda
a través del tiempo y con la participación de los usuarios en su
construcción. En el documento titulado «La autoconstrucción de
vivienda urbana: fundamentos para un enfoque analítico» se leen
las siguientes precisiones sobre el tema:

«Como es lógico, la actividad constructora que tiene


lugar al interior de las urbanizaciones clandestinas,
también es ilegal y, consiguientemente, está fuera del
control de las autoridades municipales que tienen a
su cargo reglamentar la construcción de vivienda y
demás edificaciones, con miras a evitar que las ini-
ciativas particulares vayan en detrimento de las con-
diciones ambientales de la comunidad. En esta for-
ma, sobre el loteo practicado por el urbanizador, cada
familia emprende la tarea de construir su vivienda,
Casa Previ. Lima
en un proceso donde el único mecanismo que con- Christopher Alexander
trola la magnitud y las características físicas resul- Segundo piso
tantes, así como la dirección de la obra, está consti-
tuido por los recursos de toda índole con que cuenta
la familia (monetarios y no monetarios, laborales,
etc.) Esta modalidad de producción de vivienda, en
la cual el propietario asume la responsabilidad di-

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 27
recta de adelantar todo el proceso (compra del lote
–o invasión–, planeación, administración y construc-
ción de la obra), se ha denominado autoconstrucción.

«Sin embargo ... el estudio de esta actividad constructora


–que podría considerarse como espontánea–, requiere
diferenciar el origen de la mano de obra que no siempre
es el mismo. En consecuencia, con miras a evitar inter-
pretaciones imprecisas, se utilizarán los siguientes térmi-
nos y significados:

«-Autoconstrucción pura: cuando la mano de obra


para construir la vivienda proviene únicamente del
propietario con ayuda de su familia.

«-Autgestión: cuando la mano de obra proviene de


maestros u oficiales de construcción, contratados por
el propietario, quien en algunos casos también apor-
ta su trabajo en la construcción.»18

El arquitecto inglés John Turner, quién trabajó en las barriadas


populares de Lima, Perú, fue el primero en plantear la opción de in-
corporar la autoconstrucción en los programas estatales de vivienda
como una alternativa para mejorar la calidad del proceso y de los re-
sultados. Su libro «Freedom to Build» fue publicado en 1972 y tuvo
una acogida inmediata en los círculos «tercermundistas» del momen-
to. Los puntos básicos de su planteamiento citados en el texto ante-
riormente mencionado, fueron los siguientes:

«Cuando los usuarios de la vivienda controlan las deci-


siones principales y tienen la libertad de hacer su pro-
pia contribución al diseño, construcción o administra-
ción de la vivienda, tanto el proceso como el entorno
resultante estimulan el bienestar individual y social.
Cuando la gente no tiene control ni responsabilidad en
las decisiones claves que orientan el proceso de defi-
nición de políticas y proyectos de vivienda, los
asentamientos o barrios resultantes pueden convertir-
se en una barrera para la satisfacción personal y en
una carga para la economía.

18
Rueda, Nicolás y otros. La autoconstrucción de vivienda urbana: Fundamentos para
un enfoque analítico. Centro de Planificación y Urbanismo. Bogotá, 1979, pp. 43.

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28 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
«La producción y distribución de los recursos para la
vivienda deberían ser organizados de manera no jerár-
quica, en forma de ‘estructuras de red’, fácilmente ac-
cesibles. Esta organización se opondría a las estructu-
ras jerárquicas autoritarias.

«La vivienda debe entenderse como un proceso; como


una actividad de ‘servicio personal’ que puede y debe
ser provista por el usuario mismo, en oposición a un
producto provisto por entidades institucionalizadas,
impersonales, públicas o privadas (vivienda como ver-
bo, no como sustantivo).

«Los recursos financieros y administrativos del gobier-


no son limitados. Por lo tanto, los más cuantiosos re-
cursos financieros están representados, sobradamen-
te, por los ahorros reales y potenciales de la población,
los cuales están bajo su propio control directo. En ra-
zón de lo anterior, la gente debería hacer con su presu-
puesto aquello que pueda hacer. La economía es cues-
tión de destreza, o del uso eficiente de los recursos dis-
ponibles en determinado momento.»19

La autoconstrucción fue tal vez la principal alternativa de vivien-


da económica surgida del seno mismo de América Latina y que se
combinó, o se opuso a lo modelos institucionalizados por los CIAM,
los que habían dominado el panorama internacional desde los años
30. Sin embargo, lo curioso fue que los principales centros de difu-
sión de la ideología de la autoconstrucción se localizaron en Europa y
en los Estados Unidos. Las propuestas de Turner fueron acogidas
con entusiasmo en toda el área latinoamericana y fueron trasladadas
a planes estatales de «autoconstrucción dirigida», los cuales opera-
ron prácticamente desde mediados de los años 60 y aún siguen sien-
do utilizados por algunas entidades y por grupos de autogestión. La
red de instituciones, agencias y fuentes de financiamiento para la vi-
vienda estatal, su estudio y el entrenamiento de expertos establecida
entre 1950 y 1970 que, además del Cinva en Bogotá involucró cen-
tros tan importantes como el M.I.T. en los Estados Unidos, el
Bouwcentrum en Rotterdam y el D.P.U. en el U niversity College de
Londres, acogieron la idea de Turner y contribuyeron a su difusión y
aplicación. Desde estos centros surgieron muchos de los paradigmas
orientadores de la acción de vivienda pública en América Latina.

19
ibídem, pp. 46-47.

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 29
La vivienda social en Colombia entre
1900 y 2005. Definición, cronología,
instituciones, realizaciones

El artículo 44 de la Ley 9ª de 1989 introdujo el concepto de


«vivienda de interés social», VIS, como aquella vivienda enmarcada
dentro de un precio máximo de venta en salarios mínimos legales
mensuales vigentes, smlmv.20 Esta definición fue modificada por el
artículo 91 de la Ley 388 de 1997 que las tipificó como aquéllas «que
se desarrollen para garantizar el derecho a la vivienda de los hogares
de menores ingresos», indicando que en cada Plan Nacional de De-
sarrollo el Gobierno Nacional fijaría el tipo y precio máximo de las
soluciones destinadas a estos hogares, teniendo en cuenta para el
efecto, entre otros factores, las características del déficit habitacional,
las posibilidades de acceso al crédito de los hogares, las condicio-
nes de la oferta, el monto de recursos de crédito disponibles por par-
te del sector financiero y la suma de fondos del Estado destinados a
los programas de vivienda. Actualmente, el valor máximo de la VIS es
de 135 smlmv, con los siguientes 4 tipos según rangos de precio:
Tipo 1: entre 0 y 50 smlmv, tipo 2: entre 51 y 70, tipo 3: entre 71 y 100
y tipo 4: entre 101 y 135.21

El estudio de las disposiciones legales sobre la vivienda so-


cial en Colombia entre 1918 y 1992 muestra en líneas generales cin-
co grandes fases o etapas que regulan la acción estatal en ese lap-
so. Esas fases son las siguientes:

20
Por Salario Mínimo Legal Mensual Vigentes se entiende «el ingreso devengado
mensualmente por los trabajadores, el cual no puede ser sustituido por ningún sala-
rio inferior”» (Chiappe 1999).
21
Estos montos son para municipios mayores de 500.000 habitantes, para municipios
con menor población las VIS tipo 1 están en entre 0 y 40 smlmv y las tipo 2 entre 40 y 70
smlmv.

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30 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
Fase 1. 1918-1942
Esta fue la fase «higienista» de la acción estatal en el campo de la
vivienda social en Colombia. Las consideraciones de la higiene de
las habitaciones que parten de una preocupación generalizada por la
salud, condujeron a determinar la necesidad de construir mejores vi-
viendas y para ello se dispusieron recursos de diversas fuentes. A
partir de la aplicación de la Ley 46 de 1918 se desarrollaron una serie
de medidas destinadas a disponer recursos financieros para la cons-
trucción de vivienda para obreros y empleados y a regular los présta-
mos hipotecarios correspondientes a la venta de unidades
habitacionales, bien fuera a cooperativas, bien fuera a individuos. En
esta fase, se fundó el Banco Central Hipotecario, destinado a la cap-
tación de ahorro y a la financiación de viviendas. También se fundó,
en 1939, el Instituto de Crédito Territorial, orientado inicialmente ha-
cia el fomento de la vivienda rural. En 1942 se abrió en su interior la
Sección de Vivienda Urbana destinada, como su nombre lo indica, a
atender el problema de vivienda en las ciudades. Con el estableci-
miento de esta Sección se cerró la primera fase.

Fase 2. 1942-1965
Entre 1943 y 1965 la acción estatal en vivienda social se canalizó fun-
damentalmente a través de las instituciones del Estado existentes y
nuevas: el Banco Central Hipotecario, la Caja de Crédito Agrario, In-
dustrial y Minero, el Instituto de Crédito Territorial y la Caja de la Vivien-
da Militar fundada en 1947. El crecimiento de la acción de las dos pri-
meras instituciones fue considerable en este período. Paralelamente,
en Bogotá, la Caja de la Vivienda Popular, fundada para dar cumpli-
miento a la legislación sobre vivienda municipal, desarrolló también una
acción considerable y creciente a nivel local. En esta fase desapareció
temporalmente el Instituto de Crédito Territorial, ICT, en 1954, al fusio-
narse en la Corporación de Servicios Públicos y establecerse el subsi-
dio familiar de vivienda. El ICT reapareció en 1957 después del derro-
camiento del gobierno militar.

Fase 3. 1965-1972
Esta fase actuó como la transición de los esquemas precedentes
de acción estatal hacia un nuevo esquema que habría de operar
desde 1972. La creación de Banco de Ahorro y Vivienda y el regla-
mento de esta nueva entidad, de las Asociaciones Mutuarias de
Ahorro y Préstamo y de las Cajas y Secciones de Ahorro de los
bancos comerciales significaron un cambio relativo en las estrate-
gias anteriores. La creación, en 1969, del Consejo Superior de Vi-
vienda y Desarrollo Urbano, significó igualmente un cambio amplio
en el enfoque de la acción estatal en vivienda social en Colombia.

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 31
Fase 4. 1972-1991
En esta fase se inició la competencia entre dos enfoques diferentes, el
de las instituciones del Estado y el de las recién creadas Corporaciones
de Ahorro y Vivienda, las cuales trabajarían con el sistema de unidades
de poder adquisitivo constante, UPAC. La competencia entre los dos
sistemas gradualmente favoreció a las Corporaciones y redujo, finalmente,
el papel de las instituciones del Estado como agentes de construcción
directa de vivienda económica. A lo largo del período se promulgaron
reglamentaciones sucesivas de la actividad de las Corporaciones, las
cuales no sólo financiaron vivienda sino también una gran cantidad de
actividades diversas.

Fase 5. 1991 en adelante


Este período se inicia con una ruptura con los anteriores modelos de
política de vivienda. Con la Ley 3 de 1991, la política de vivienda de
interés social cambió de un esquema en el cual el Estado construía la
vivienda y otorgaba créditos y subsidios, a uno en el que la política se
concentró en un sistema de subsidios directos a la demanda. Esta nue-
va política buscó incrementar la capacidad de compra de vivienda de
las familias, mediante subsidios (en dinero o en especie) que comple-
mentaran el crédito y el ahorro familiar. Paralelamente, se buscó fomen-
tar la participación del sector privado en el desarrollo de proyectos VIS,
mediante medidas como la utilización de fondos de la nación para atraer
especialmente al sector financiero, así como la utilización del subsidio
en dinero como una manera de reducir el riesgo de los créditos dirigi-
dos a los sectores de menores ingresos. El esquema propuesto por
esta ley respondía a las tendencias internacionales donde la regula-
ción de las relaciones entre la oferta y la demanda de vivienda se dejó
en manos del mercado.

Aunque el Sistema de Vivienda de Interés Social creado por la


Ley 3 de 1991 se orientó a las familias con menos de cuatro smlmv,
aquellas con ingresos inferiores a dos smlmv suelen no quedar cubier-
tas, puesto que poseen baja capacidad para generar ahorro propio y
para atender las obligaciones de una deuda. Además, las dinámicas
de especulación asociadas a la escasez de suelo urbanizado, produ-
cen incrementos en los precios de la vivienda que impiden el acceso a
una solución de vivienda a las familias de menores ingresos. Por ello,
en 1994 se creó una estrategia tendiente a incorporar dentro de la polí-
tica de vivienda a las familias de menores ingresos a través de progra-
mas de mejoramiento de vivienda y entorno. Adicionalmente, mediante
la Ley 388 de 1997 se formuló una política de suelo basada en la defini-
ción de áreas destinadas a VIS, la definición de programas para el desa-
rrollo de suelo urbanizado y el empleo de nuevos instrumentos para la

Premio Corona Pro Hábitat


32 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
regulación de los precios del suelo, como la participación en plusvalías y
la expropiación por vía administrativa para construcción de proyectos VIS.

El Sistema de Vivienda de Interés Social creado por la Ley 3 de


1991 estableció subsidios para tres tipos de programas: mejoramiento
de vivienda y entorno, legalización de títulos y adquisición de vivien-
da.22 Las prioridades en la asignación de subsidios han variado de un
énfasis en programas de lotes y vivienda usada durante el período 1991
-1993, a programas de mejoramiento de vivienda y vivienda nueva en
el período 1994-1997,23 a un marcado énfasis en el subsidio dirigido a
la adquisición de vivienda nueva desde 1998. Está última tendencia
responde a la búsqueda por fortalecer el vínculo entre la política de
vivienda y la reactivación económica, bajo el entendido de que el sector
de la construcción de vivienda es un importante motor del crecimiento
económico y factor generador de empleo. Es así como en el período
1998 y 2001 se amplió el rango de la vivienda de interés social al pasar
de 135 a 200 smlmv como precio máximo de venta, con el objetivo de
lograr una mayor actividad constructora. Adicionalmente, los principa-
les criterios para la distribución de los recursos destinados al subsidio
familiar de vivienda fueron la regionalización según mayores índices de
desempleo, mayor déficit habitacional y mayor caída en la actividad
edificadora.24 En ese mismo sentido, el actual gobierno se orientó a
lograr la propiedad sobre la vivienda, para lo cual además del subsidio,
otorgó un rol estratégico al sector financiero, mediante mecanismos
como el leasing habitacional25 y el microcrédito inmobiliario.26

Instituciones responsables
El Sistema Nacional de Vivienda de Interés Social creado por la
Ley 3 de 1991, involucra como actores principales a las entidades en-

22
En esta modalidad, los subsidios otorgados han sido para compra de terrenos,
vivienda nueva y vivienda usada.
23
Véase Chiappe 1999.
24
Documento Conpes 3030 de 1999.
25
Según el Plan Nacional de Desarrollo, Hacia un Estado Comunitario: «el leasing
habitacional, reglamentado mediante el Decreto 777 del 28 de marzo de 2003, es un
mecanismo de financiación que no requiere de ahorro previo ni de cuota inicial. Es un
contrato mediante el cual una parte denominada entidad autorizada (banco o compañía
de financiamiento comercial) entrega a un locatario (usuario) la tenencia de un inmueble
destinado a vivienda. Mientras el usuario usa y goza la vivienda, paga un canon periódi-
co. Al vencimiento de éste, la vivienda puede ser adquirida por el usuario si éste decide
ejercer la opción de compra. De lo contrario la vivienda se restituye a su propietario (la
entidad).»
26
Según el artículo 95 de la Ley 795 de 2003, el microcrédito inmobiliario es una finan-
ciación que se otorga para la adquisición, construcción o mejoramiento de inmuebles,
cuyo monto no supere los 25 smlmv, un plazo inferior a 5 años y una tasa de interés
equivalente a la prevista para la financiación de VIS. El valor del inmueble sobre el cual
recae este tipo de financiación no podrá exceder de 135 smlmv.

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 33
cargadas de otorgar el subsidio, las instituciones financieras que ofre-
cen crédito para VIS y los constructores privados de vivienda.
Las instituciones encargadas de otorgar el subsidio han sido el
Instituto Nacional de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana, Inurbe,
actualmente reemplazado por el Fondo Nacional de Vivienda,
Fonvivienda; además, la Caja Promotora de Vivienda Militar y las Cajas
de Compensación Familiar, siendo las tres primeras instituciones pú-
blicas, y las últimas entidades privadas.
El Inurbe se creó mediante la Ley 3 de 1991 como entidad en-
cargada de administrar el sistema de subsidios, reglamentar los proce-
dimientos para su adjudicación, seleccionar a los promotores de pro-
yectos VIS y prestar asistencia técnica a las Organizaciones Populares
de Vivienda, OPV. Por medio de esta ley, se liquidó el Instituto de Crédi-
to Territorial, ICT, entidad creada en 1939 entre cuyas funciones esta-
ban la construcción de vivienda, otorgamiento de créditos y mejora-
miento de vivienda. En 1994, los programas del Inurbe dirigidos a las
familias de menores ingresos se articularon en torno a la Red de Soli-
daridad Social. En el período 1998-2001 se fortaleció el papel de las
administraciones locales en la asignación de subsidios con lo cual re-
dujo las labores del Inurbe a la asistencia técnica a los municipios. En
2003 mediante la Ley 790 de 2003 se liquida el Inurbe y se crea el
Fonvivienda como entidad encargada de administrar los recursos des-
tinados a VIS.
Por su parte, la Caja Promotora de Vivienda Militar es una insti-
tución creada en 1947 para fomentar la adquisición de vivienda por
parte de los miembros de las fuerzas militares, la cual desde 1994 co-
menzó a otorgar subsidios a sus beneficiarios. Las Cajas de Compen-
sación son entidades que administran los aportes de la nómina de los
trabajadores del sector privado, parte de estos recursos se destinan a
la creación de subsidios para trabajadores con ingresos inferiores a
cuatro salarios mínimos. Las cajas también ofrecen créditos y se encar-
gan de otorgar subsidios a partir de recursos del gobierno nacional
dando prioridad a sus afiliados, luego a afiliados a otras cajas y por
último a postulantes no afiliados a cajas. El papel de las cajas ha ido en
aumento en términos de su participación en el otorgamiento de subsi-
dios al mismo tiempo que la participación de los recursos del presu-
puesto nacional se reduce.27

Las entidades encargadas de la oferta de créditos son el Fondo


Nacional de Ahorro, FNA, las Corporaciones de Ahorro y Vivienda y las

27
Departamento Nacional de Planeación. 2003. Plan Nacional de Desarrollo 2002-
2006, «Hacia un Estado comunitario», p. 498.

Premio Corona Pro Hábitat


34 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
Cooperativas de Ahorro y Crédito.28 El FNA es una entidad pública crea-
da en 1968 para ofrecer crédito de vivienda y educación a los emplea-
dos gubernamentales. Desde 1998 incluye a empleados del sector pri-
vado y con la expedición de la Ley 432 de 1998, se buscó ampliar el
esquema financiero del Fondo para aumentar la disponibilidad de re-
cursos con destino al crédito hipotecario. Las corporaciones son enti-
dades privadas creadas en 1972 para captar ahorros del público y ofre-
cer crédito de vivienda. Igualmente, las cooperativas otorgan créditos
para vivienda, dirigidos a sus afiliados a partir de los aportes volunta-
rios que estos realizan. Adicionalmente, entre las entidades encarga-
das de suministrar recursos para los programas de mejoramiento de
vivienda se encuentran los municipios y los Fondos de Cofinanciación29
constituidos por recursos del presupuesto nacional.
Entre los promotores privados de vivienda se encuentran las
empresas comerciales de construcción, las Cajas de Compensación
Familiar y las Organizaciones Populares de Vivienda. Estas últimas son
entidades de economía solidaria sin ánimo de lucro que adelantan pro-
gramas de vivienda para sus afiliados mediante autogestión o partici-
pación comunitaria.
Finalmente, la entidad estatal encargada de liderar la política
de vivienda fue hasta 2003 el Ministerio de Desarrollo Económico a
través del Viceministerio de Vivienda, Desarrollo Urbano y Agua
Potable, el cual fue reemplazado en sus funciones por el Ministerio
de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, mediante la Ley 790
de 2003.

Vivienda en Tumaco
Ministerio de Obras Públicas
Colombia, 1948

28
Véase Chiappe, 1999.
29
Los Fondos de Cofinanciación son el Fondo de Inversión Social y el Fondo de Infraes-
tructura Urbana.

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 35
Marco legislativo vigente

La legislación vigente de vivienda en términos de leyes y


decretos nacionales está estructurada en torno a los siguientes
temas: Las disposiciones generales de la política de VIS del go-
bierno actual, las funciones de las entidades públicas y privadas
encargadas de la VIS, las normas técnicas de sanidad y sismo
resistencia y las formas para propiciar el acceso a la vivienda ya
sea mediante el arriendo o la propiedad.30

La política gubernamental actual está consignada en la Ley


del Plan Nacional de Desarrollo (812 de 2003) en la cual se esta-
blecen los lineamientos generales en materia de VIS hasta el año
2006. Esta política parte de determinar los tipos VIS con base en
los montos máximos de venta mediante el Decreto 975 de 2004,
a través del cual se fijó en 135 smlmv el precio máximo VIS y se
redujeron a cuatro los tipos de vivienda, así: tipo 1: entre 0 y 50
smlmv, tipo 2: entre 51 y 70, tipo 3: entre 71 y 100 y tipo 4: entre
101 y 135 .31

A partir de la Ley 3 de 1991 cambia el papel que cumplían


las entidades públicas en lo relacionado con la vivienda para sec-
tores de bajos ingresos y se inicia una nueva etapa donde las
entidades privadas entran a jugar un papel protagónico en este
campo. Es así como las entidades públicas, tanto de orden na-
cional como distrital y municipal, se concentran en la reglamen-
tación sobre el tema y en la promoción, vigilancia y control de los

30
Véase Cuadro síntesis sobre legislación vigente, VIS.
31
Estos montos son para municipios mayores de 500.000 habitantes, para munici-
pios con menor población las VIS tipo 1 están en entre 0 y 40 smlmv y las tipo 2 entre
40 y 70 smlmv.

Premio Corona Pro Hábitat


36 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
proyectos de vivienda y de los recursos del subsidio. Por su parte,
las entidades privadas relacionadas con la VIS se encargan prin-
cipalmente de la operación del subsidio familiar de vivienda y de
la evaluación de los proyectos objeto de subsidio a través de las
Cajas de Compensación Familiar, además del papel de los Ban-
cos, las Corporaciones de Ahorro y Vivienda y las Cooperativas
de Ahorro y Crédito en la financiación de vivienda. Al respecto, las
leyes 432 de 1998 y 790 de 2003 determinan las funciones de las
entidades públicas en materia de VIS y la Ley 388 de 1997 esta-
blece nuevas funciones para los municipios, al exigirles el desa-
rrollo de Planes de Ordenamiento Territorial por medio de los cua-
les se determinen las áreas destinadas a VIS, se definan los pro-
gramas para el desarrollo de suelo urbanizado y se empleen los
nuevos instrumentos para la regulación de los precios del suelo
tales como la participación en plusvalías y la expropiación por vía
administrativa para construcción de proyectos VIS.

En cuanto a normas técnicas aplicables a la VIS es muy


poca la legislación vigente, en la medida en que se reduce a las
normas de sanidad comprendidas en el Código Sanitario (Ley 9
de 1979) y a las normas del Código de Construcciones Sismo
Resistentes (Ley 400 de 1997). Además, no existen decretos que
reglamenten y desarrollen el Código Sanitario específicamente
en lo concerniente a las condiciones de la vivienda.

A diferencia de lo anterior, la normatividad en cuanto a las


formas de acceso a la vivienda constituye la gran mayoría de la
legislación vigente sobre VIS y presenta una constante actualiza-
ción. Las alternativas con las que cuenta una familia para acce-
der a una vivienda se restringen al arriendo y a la adquisición de
vivienda, siendo esta última la modalidad que presenta la mayor
cantidad de leyes y decretos. El arriendo ha sido tratado por las
leyes 675 de 2001 y 795 y 820 de 2003, con sus correspondien-
tes decretos reglamentarios. La propiedad de la vivienda se divi-
de entre las medidas para garantizar la tenencia sobre el inmue-
ble y los recursos para facilitar su adquisición. La tenencia ha
buscado garantizarse mediante medidas que faciliten la obten-
ción legal de los títulos de propiedad de la vivienda, lo cual ha
sido tratado por el artículo 8 de la Ley 3 de 1991 y el artículo 95
de la Ley 388 de 1997. Las garantías sobre la propiedad también
incluyen la declaratoria de inembargabilidad de las viviendas que
hayan sido declaradas como patrimonio familiar y, en ese senti-
do, se consideran afectadas para la constitución de créditos hipoteca-
rios, lo cual es materia de las leyes 258 de 1996 y 861 de 2003.

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 37
En cuanto a los recursos destinados para la vivienda en propie-
dad, pueden clasificarse bajo tres categorías: recursos provenientes
del esfuerzo propio de las familias a través del ahorro, el subsidio de
vivienda otorgado por el Estado en dinero o en especie y los créditos
tendientes a complementar los anteriores recursos de manera que se
garantice el cubrimiento de la totalidad del precio de la vivienda.

La legislación acerca de las condiciones del ahorro familiar en


términos de montos y tiempos esta consignada en la Ley 812 de 2003
y en el Decreto 975 de 2004. Con respecto al crédito, la normativa dis-
tingue entre las entidades pertenecientes al sistema financiero y las
entidades que hacen parte del sistema solidario, tales como las coope-
rativas. Este tema es tratado por las leyes 546 de 1999, 789 de 2002 y
795 de 2003, en las cuales se determinan entre otros aspectos las ga-
rantías que se ofrecen a estas entidades para la colocación de créditos
para VIS, los montos e intereses de los préstamos, así como los proce-
dimientos en lo relacionado con las equivalencias, las daciones en pago
y las liquidaciones o reliquidaciones.

El Subsidio Familiar de Vivienda o subsidio a la demanda ha


sido tratado por las leyes 3 de 1991, 388 de 1997, 633 de 2000 y 789
de 2002. Entre los aspectos que involucra la normatividad en la mate-
ria se encuentran los montos del subsidio, los condiciones para llevar
a cabo los procedimientos de postulación, calificación, asignación,
aplicación y entrega del subsidio, las características que deben tener
los beneficiarios, y las modalidades de subsidio para construcción en
sitio propio,32 mejoramiento,33 habilitación legal de predios34 o adqui-
sición de vivienda nueva35 o usada. Estos subsidios pueden ser en
dinero o en especie y se otorgan tanto para vivienda urbana como
rural. En particular los subsidios en especie son materia de las leyes

32
Por construcción en sitio propio se entiende el proceso por el cual el beneficiario del
subsidio accede a una vivienda de interés social mediante la edificación de la misma en un
sitio de su propiedad que puede ser un lote, una terraza o una cubierta de losa.
33
El subsidio de mejoramiento está dirigido a permitir superar una o varias de las carencias
básicas de la vivienda siempre y cuando esta pertenezca a uno de los miembros del hogar
postulado y vivan en ella. Las carencias consideradas son: 1. Deficiencias en la estructura
principal, cimientos, muros o cubierta. 2. Carencia o vetustez de redes secundarias y acome-
tidas domiciliarias de acueducto y alcantarillado. 3. Carencia o vetustez de baños y/o cocina.
4. Existencia de pisos en tierra o en materiales inapropiados. 5.Construcción en materiales
provisionales tales como latas, tela asfáltica y madera de desecho.
34
Por habilitación legal de predios se entiende la opción legal que faculta al tenedor de una
VIS a acceder al derecho de dominio de la misma, mediante resolución administrativa debi-
damente registrada: 1. Cuando esta se construyó ocupando un predio de propiedad de una
entidad pública. 2 Cuando ocupó un predio de propiedad privada y este fue adquirido poste-
riormente por una entidad pública, quedando con la calidad de un bien fiscal que permite la
legalización del predio en cabeza de ese tenedor.

Premio Corona Pro Hábitat


38 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
333 de 1996 y 708 de 2001. Entre la gran cantidad de decretos que
reglamentan estos aspectos se destaca el 975 de 2004 que reúne
diversas disposiciones, concentrado en un solo decreto múltiples te-
mas sobre el subsidio de vivienda. Además de los tipos convenciona-
les de subsidio, existen otros para atender a población en condicio-
nes especiales, bien sea por estar ubicada en zona de riesgo natural
o por ser víctimas de desplazamiento o de desastres naturales. Estos
casos han sido tratados por las leyes 387 de 1997 y 608 de 2000 y
sus respectivos decretos reglamentarios.

Paralelo al subsidio a la demanda, el Estado ofrece subsidios a


las entidades privadas, con el objetivo de estimular su participación en
el segmento de VIS. Estos subsidios van desde descuentos tributarios
hasta excepciones en el Impuesto al Valor Agregado, IVA, sobre los
materiales para la construcción de este tipo de vivienda. Al respecto, la
legislación está constituida por las leyes 546 de 1999, 633 de 2000 y
795 de 2003.

Prototipos de vivienda mínima


Normas mínimas de urbanización,
servicios públicos y servicios comunita-
rios.
Inscredial. Bogotá, 1972

35
La adquisición de vivienda nueva es el proceso por el cual el beneficiario de un subsidio
familiar adquiere su solución de vivienda dentro de los planes elegibles y conforme a los
requisitos y procedimientos establecidos en la Ley 3 de 1991 y el Decreto 975 de 2004, es
decir, mediante firma de escritura y registro de la misma en la oficina de instrumentos
públicos.

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 39
Variables geográficas, sociales,
económicas y culturales que afectan
la vivienda social

Clima
Cálido Templado Frío
1. Factores ambientales
Topografía
Humedad relativa
Temperatura
Asoleación
Vientos
Vegetación
2. Factores socio-económicos
Composición familiar
Ingresos familiares
Situación laboral
Procedencia
Antecedente habitacional
3. Factores culturales
Tradiciones tipológicas
Tradiciones constructivas
Formas de convivencia
Identidad regional
4. Factores urbanísticos
Localización urbana
Conexiones, movilidad
y accesibilidad
Traza urbana
Equipamientos comunitarios
Servicios públicos

Premio Corona Pro Hábitat


40 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
Criterios de calidad habitacional
aplicables a la vivienda social

En la medida en que las condiciones habitacionales tras-


cienden la unidad de vivienda e incluso las características del
proyecto en el que ésta se inscribe, es necesario analizar los pro-
yectos desde las condiciones espaciales y constructivas de las
viviendas, hasta las características urbanísticas del proyecto y
su inserción en la ciudad. Por lo anterior y retomando estudios
previos encabezados por entidades oficiales,36 en este documento
se plantean los siguientes tres niveles de análisis para estable-
cer parámetros de calidad de la vivienda y su entorno, sin que
con esto se pretenda un listado exhaustivo de las variables per-
tenecientes a cada nivel: relación con la ciudad y con el contexto
inmediato, configuración urbanística del proyecto, y característi-
cas arquitectónicas y técnico constructivas de la unidad de vi-
vienda.

1. Relación con la ciudad y con el contexto inmediato

a. Localización y accesibilidad vehicular: esta variable se refie-


re a la ubicación del proyecto con respecto a las zonas
generadoras de empleo y a la oferta de bienes y servicios urba-
nos. En ese sentido, las condiciones de localización y accesibi-
lidad están determinadas por la proximidad y facilidad de co-
municación con las centralidades urbanas cercanas, con la oferta
de equipamientos de salud, educación, recreación y deporte,
entre otros (véase figura No. 1), así como la conexión con la malla
vial arterial y con las rutas de transporte público (véase figura
No. 2).

36
Véanse Inurbe y Sociedad Colombiana de Arquitectos, 1999; Ministerio de Desa-
rrollo Económico, 1998; Cinva. 1963

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 41
b. Condiciones ambientales: están dadas por la cercanía del pro-
yecto a focos de contaminación o a usos generadores de altos
impactos urbanísticos, ambientales o sociales.

c. Dotación de servicios públicos básicos: involucra la disponibili-


dad de conexión con redes matrices de alcantarillado, acueducto y
gas, y el servicio de recolección domiciliaria de basuras.

d. Características naturales del predio: abarca las características


del suelo, topografía, hidrología en términos de las dificultades o
sobrecostos para su urbanización y posterior construcción.

Figura 1
PROYECTO DEFICITARIO PROYECTO ACEPTABLE

Figura 2
PROYECTO DEFICITARIO PROYECTO ACEPTABLE

2. Configuración urbanística del proyecto

a. Densidad neta habitacional e índice de ocupación: apunta a un


equilibrio entre el número de habitantes y el área construida con
relación a la provisión de zonas libres y dotacionales. Así, se bus-
ca que por cada unidad de vivienda exista su correspondiente es-
pacio verde y comunal.

b. Dimensión y forma predial: implica una correlación entre el pre-


dio y la tipología arquitectónica. Da cuenta de las características
de los predios para vivienda unifamiliar o bifamiliar en términos de
forma y de área y frente mínimos, de manera que contribuyan a
unas mejores condiciones en lo relacionado con las característi-

Premio Corona Pro Hábitat


42 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
cas arquitectónicas abajo planteadas. De igual manera, en el caso
de los multifamiliares está referido al área mínima que requiere la
vivienda según el programa que contiene (en cuanto a número y
tipo de espacios).

c. Distribución y disposición de áreas libres: se refiere a estacio-


namientos, zonas verdes y comunales, vías peatonales y vías
vehiculares en términos de su localización con respecto al conjunto
de las viviendas, la ejecución completa del amoblamiento urbano
como iluminación de zonas verdes o dotación de bancas y canecas,
las condiciones de accesibilidad a estas zonas por parte de po-
blación infantil, tercera edad y discapacitados, la proporción desti-
nada a vías con relación al área útil y a zonas verdes, así como la
posibilidad de las zonas verdes y comunales de albergar los servi-
cios comunitarios como guarderías, salones comunales o dotacio-
nes deportivas en una proporción adecuada al número de vivien-
das.

d. Infraestructura vial: está asociada con el diseño del trazado en


aras de una conformación vial jerarquizada que responda a los flu-
jos diferenciales de tránsito al interior del proyecto (véase figura
No. 3). Involucra la accesibilidad vehicular a las viviendas (véase
figura No. 4) y la circulación peatonal continua y sin dificultades
para población infantil, tercera edad y discapacitados.

e. Implantación: referida a la orientación de las fachadas con el fin


de proveer buenas condiciones climáticas en términos de capta-
ción de radiación solar o manejo de vientos, según la temperatura
y humedad del ambiente (véase figura No. 4). Hace referencia tam-
bién a la conexión y continuidad de la malla vial del proyecto con la
traza circundante y a la relación de las edificaciones y las vías con
la topografía (véase figura No. 5).

f. Evacuación de basuras: medida en términos de la distancia de


las viviendas a los puntos o vías de recolección de basuras.

Figura 3
PROYECTO DEFICITARIO PROYECTO ACEPTABLE

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 43
Figura 4
PROYECTO DEFICITARIO PROYECTO ACEPTABLE

Figura 5
PROYECTO DEFICITARIO PROYECTO ACEPTABLE

3. Características arquitectónicas y técnico constructivas de la uni-


dad de vivienda

a. Área total, útil y de circulación: estas variables remiten a las po-


sibilidades de aprovechamiento del espacio de la vivienda y en
ese sentido, están asociadas tanto con la distribución espacial como
con la variable de dimensión de los espacios (véase figura No. 6).

b. Flexibilidad: en términos de las posibilidades de redistribución


de la planta o de ampliación vertical u horizontal de la vivienda de
manera que se puedan adaptar a las necesidades cambiantes de
los habitantes o a modificaciones en la composición familiar, aso-
ciado también a las posibilidades de un desarrollo progresivo de
la vivienda. La incorporación de estos aspectos en el diseño per-
mite, entre otras, que las modificaciones se hagan dentro de con-
diciones técnicas apropiadas en términos estructurales y de
habitabilidad.

c. Dimensión de los espacios: medida en términos de áreas y lado


mínimo del espacio de acuerdo con su función de manera que per-
mita su facilidad de amoblamiento. Incluye también la altura libre
mínima en aras de un adecuado control térmico según el clima.

d. Bioclimática y tecnologías alternativas: está asociada a la incorpo-


ración de criterios de diseño y construcción tendientes a la utilización
de materiales o sistemas constructivos propios de aquellas regiones
con condiciones socioculturales, geográficas o ambientales especia-

Premio Corona Pro Hábitat


44 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
les, así como el empleo de tecnologías ambientalmente sostenibles
para lograr confort térmico y ambiental.

e. Accesibilidad a población infantil, tercera edad y discapacitados:


está orientada a garantizar que estos segmentos de población pue-
dan acceder sin barreras a las viviendas, al menos a las de primer
piso.

f. Inspección de instalaciones: de manera que se facilite la revi-


sión y mantenimiento de las instalaciones evitando las demolicio-
nes en caso de alguna falla (véase figura No. 7).

g. Condiciones de ventilación e iluminación natural de los espa-


cios: esta variable apunta a garantizar condiciones de salud de los
habitantes, así como el control térmico mediante sistemas de ven-
tilación cruzada para climas templados y cálidos (véase figura No.
7).

h. Dotación de puntos de servicio: busca la correspondencia entre


la función del espacio y el número de puntos mínimos de energía y
agua que requiere la actividad a albergar.

i. Calidad de los acabados: en términos de higiene, durabilidad y


facilidad de mantenimiento tanto al interior de la vivienda como en
sus fachadas.

Figura 6

PROYECTO DEFICITARIO PROYECTO ACEPTABLE

Figura 7
PROYECTO DEFICITARIO PROYECTO ACEPTABLE

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 45
Indicadores para la evaluación de pro-
yectos de vivienda social

Indicadores culturales37
Principios generales
El ser humano se desempeña en dos dimensiones que le
son inherentes a su existencia: la dimensión espacial y la tempo-
ral. Sin ellas es imposible concebir la vida humana. La cultura38
aparece como la conjunción de estas dos dimensiones en fun-
ción del habitar del ser humano. La dimensión temporal de la cul-
tura se manifiesta en la memoria, la dimensión espacial en el
territorio. La cultura es, en estos términos, el resultado de la ac-
ción del hombre que, gracias a la memoria acumulada, actúa en
un territorio específico. Desde este enfoque, cultura es un con-
cepto que abarca todos los aspectos de la actividad del hombre.

La concretización de la dimensión espacial, lo que Christian


Norberg-Schulz39 denomina el espacio existencial del hombre, es
la arquitectura. Toda obra arquitectónica se ubica en un territorio
específico, se sustenta en una memoria colectiva o individual, y
responde al medio cultural en el que la respuesta se da. Se ten-
drán en cuenta los siguientes indicadores:

a.Territorio natural (aproximación al paisaje)


Cada lugar donde se ubica una obra arquitectónica
ofrece condiciones geográfico-físicas particulares que de-

37
Elaborado por el arquitecto Lorenzo Fonseca Martínez, asesor en patrimonio his-
tórico y cultural.
38
Caballero, Jorge y Fonseca, Lorenzo. Inventario-valoracion del patrimonio. Graficsa,
Bogotá, 2000.
39
Norberg Schulz, Christian. Arquitectura espacio y arquitectura. Blume, Madrid,
1984.

Premio Corona Pro Hábitat


46 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
terminan, entre otras, decisiones de localización, de acce-
so, climáticas, de relaciones interior-exterior, de asoleación
y ventilación, de respeto por la naturaleza. Por tanto, el dise-
ño y la construcción de la obra arquitectónica y de su entor-
no deben ser coherentes con las condiciones del territorio y
debe garantizar el manejo eficiente de losrecursos natura-
les. Se evaluarán:
El manejo de los recursos naturales.
El respeto por la naturaleza.
El aprovechamiento de la topografía.
El manejo de la asoleación.
La propuesta de integración/contraste con el
contexto inmediato y mediato.
La coherencia .

b.Territorio urbano (inserción en el tejido urbano)


El desempeño profesional actual se lleva a cabo pri-
mordialmente en el contexto de lo urbano. La ciudad, su es-
pacio público, la normatividad, las construcciones vecinas,
el futuro desarrollo del sector, entre otros, determinan un con-
junto de condiciones de diseño que, unidos a la actitud pro-
fesional del diseñador, permiten buscar la óptima respuesta
en función del futuro usuario, del cliente, de la ciudad y del
aporte creativo personal para lograr un todo coherente en
su obra, en su contexto inmediato, en la ciudad y la satisfac-
ción plena del usuario. Se evaluarán:
El respeto por el sector.
La relación arquitectura/espacio público.
La congruencia con el contexto construido
inmediato y mediato.
El lenguaje formal de volúmenes y fachadas.

c. Memoria
En cada comunidad la memoria brinda alternativas en
relación con los usos espaciales, la organización espacial,
el lenguaje de fachadas, la volumetría, los materiales y técni-
cas constructivas que deben ser referentes en la toma de
decisiones de diseño. Se evaluarán:
La decantación de organizaciones espaciales
recurrentes en el medio.
El estudio y aplicación de tecnologías apropiadas

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 47
relacionadas con el contexto.
El planteamiento de volumetrías y de lenguaje de
fachadas acordes con el entorno circundante y con
el lenguaje regional.

d.Usuario
La respuesta arquitectónica tiene un propósito fun-
damental: responder a la calidad de vida que el usuario re-
quiere. En el logro de este objetivo se consideran la organi-
zación espacial, la solución de confort ambiental (climático,
acústico), el manejo adecuado de fuentes de energía y de
residuos sólidos. Estos aspectos están contenidos en los
indicadores de alta calidad ambiental que se analizan en el
siguiente capítulo.

e.Totalidad
La obra en totalidad debe reflejar el respeto por el
territorio y un conocimiento de los antecedentes culturales
del lugar para la recuperación de la memoria, de la organi-
zación espacial existente, de las tradiciones y característi-
cas sociales y económicas de la comunidad que lo habita
para enriquecer los valores culturales del lugar en que se
ubica.

Indicadores de alta calidad


ambiental40
Antecedentes
Pasamos actualmente por un momento estratégico donde
realmente ha de producirse un cambio en la manera de afrontar
el proyecto de arquitectura. La búsqueda de la solución a los pro-
blemas sociales de vivienda, de la estética a través de un forma-
lismo que involucre los valores de un bienestar común y de la salud
generalizada del planeta es actualmente indispensable.

A partir de la cumbre de Río de Janeiro en 1992, el desarro-


llo de la arquitectura se produce de una manera más responsable
con el medio ambiente. Inclusive a partir de los años 70, con la apari-

40
Elaborado por el arquitecto Jorge Ramírez Fonseca, asesor en arquitectura
bioclimática.

Premio Corona Pro Hábitat


48 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
ción de la primera crisis energética, empezamos a producir una ar-
quitectura mucho más ecológica. La Unesco afirma que el 70% de la
energía que se produce en el mundo es consumida por nuestras ciu-
dades, nuestros edificios. Afirma que existen hoy 3.500 millones de
personas en el mundo que no tienen acceso al agua potable. Produci-
mos, entonces, entornos que generan un alto impacto en el medio
ambiente donde germinan brotes de fuertes problemas sociales.

Apoyados en el desarrollo de la arquitectura en los últimos años


y con una visión futurista, hemos venido desarrollando un concepto
fundamental que llamamos Arquitectura Sostenible. Ha de perdurar
en el tiempo y permitir el crecimiento y la evolución de los proyectos,
al mismo tiempo que se inscribe de manera armónica al medio am-
biente y al clima, generando importantes beneficios ambientales al
producir la eficiencia energética de los proyectos y la conservación
de los recursos naturales.

La eficiencia energética o el uso óptimo de este recurso se


logra mediante la unión estratégica de una arquitectura bioclimática
y sus tecnologías apropiadas. Logramos grandes economías de
energía al prescindir de medios mecánicos de climatización artificial
u optimizando su uso al utilizar de una manera eficiente la luz natural,
al hacer uso de fuentes alternativas de energía y al automatizar al edi-
ficio en miras de hacer más eficiente lo logrado mediante la aplica-
ción de las estrategias anteriores.

La conservación de los recursos naturales se produce me-


diante dispositivos y políticas propias a la filosofía del reciclaje. Re-
ciclamos el recurso hídrico, aguas lluvia, aguas grises buscando prác-
ticamente la autonomía hídrica del proyecto. Reciclamos antiguas
estructuras e infraestructuras convirtiéndolas en modernos proyec-
tos de arquitectura sostenible. Utilizamos materiales de construc-
ción de bajo impacto ambiental, provenientes de fuentes naturales y
de bajo consumo de energía en su proceso de fabricación y trans-
porte. Reciclamos también los residuos sólidos. El proyecto ha de
reflejar la preocupación y la espacialidad adecuada para el funciona-
miento de algún sistema de manejo.

Bajo estos criterios se evaluarán los siguientes indicadores:

a. Confort térmico y eficiencia energética


Las condiciones de confort térmico involucran la tem-
peratura y la humedad relativa. Estas condiciones, difíciles

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 49
de definir, dependen de varios factores tales como las con-
diciones climáticas locales, la vestimenta y el grado de acli-
matación y la cultura, entre otros.

No obstante, en condiciones experimentales se han


definido unas condiciones bajo las cuales los individuos se
sienten más o menos confortables. Bajo estas condiciones
las actividades metabólicas requieren de un bajo consumo
energético y los mecanismos termorreguladores del cuerpo
trabajan al mínimo. Givoni y Milne (El hombre, la arquitectu-
ra y el clima) han definido un polígono de confort dentro del
cual podemos calificar un espacio como confortable o
inconfortable. Producimos condiciones de confort dentro de
un rango de 18 a 25ºC con una humedad relativa que oscila
entre el 20 y el 80%.

b. Confort lumínico y eficiencia energética


Dentro de las políticas del uso eficiente de la energía
buscamos condiciones de confort visual mediante el uso de
la luz natural.

La arquitectura y la espacialidad se ven definidas por


el reflejo de la luz sobre los objetos y las superficies. La rela-
ción del ojo con la luz es definitiva para la percepción y la
producción de la calidad ambiental. Calificamos en este caso
dos circunstancias: el manejo eficiente de los niveles de la
iluminancia expresados en luxes y el correcto manejo del fe-
nómeno lumínico para lograr ambientes, atmósferas propicias
y otros fenómenos ligados a la percepción como tener una
satisfactoria relación visual con el exterior, por ejemplo.

• Los niveles de iluminancia


A nivel internacional se han definido algunos
parámetros dentro de los cuales el ojo trabaja de una mane-
ra cómoda, dependiendo del tipo de actividad y el uso del
espacio. En una vivienda tenemos varios tipos de espacios
con diferentes condiciones de iluminancia mínima. Obten-
dremos condiciones de confort cuando cumplimos con es-
tos requerimientos: para una alcoba los niveles mínimos
oscilan alrededor de los 200 luxes, para una circulación son
aceptables niveles de 150 luxes, para una sala de estudio o
biblioteca son requeridos niveles más altos de alrededor de
los 800 luxes.

Premio Corona Pro Hábitat


50 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
• La percepción
Por otra parte podremos evaluar los fenómenos liga-
dos a la percepción al “ojímetro”, sensor conectado al cere-
bro capaz de decidir si el espacio brinda una buena cali-
dad, una regular calidad o una inexistente calidad.

c. Confort acústico
Estas condiciones involucran factores como los niveles
de la presión sonora expresados en decibeles y la calidad de
las emisiones, cuya calificación es más subjetiva y depende
de cada una de las personas, ya que lo que para algunos es un
sonido agradable para otros es un ruido estridente.

Los niveles de la presión sonora son relativamente


fáciles de medir. Dependen del tipo de actividad, el uso y la
localización del proyecto. Se han establecido algunos
parámetros, de los cuales tomamos aquellos propuestos por
el Departamento Administrativo del Medio Ambiente de la
ciudad de Bogotá. En un área industrial los valores diurnos
aceptables de la presión sonora no han de sobrepasar los
75 dB. Para esta misma área los valores nocturnos no han
de sobrepasar los 65 dB.

En un área residencial los valores diurnos aceptados


no sobrepasan los 65 dB y en la noche se establece un lími-
te de 55 dB. Obtenemos condiciones de confort acústico
cuando se presentan como máximo estos valores dentro de
los proyectos de vivienda. La calidad de las emisiones so-
noras resulta algo más sencillo de calificar, no requiere ser
medida con un sonómetro, pues el oído nos dirá si son agra-
dables o desagradables.

d. Uso adecuado y económico de materiales de construcción


Existe actualmente la opción de utilizar materiales de
construcción ambientalmente amigables: son aquellos en
cuyo proceso de fabricación se invierte muy poca energía,
que producen un daño relativamente mínimo en su proceso
de extracción, que reducen o no generan emisiones tóxicas
o de CO2 durante los procesos inherentes a la cocción y
aquellas provocadas por su transporte hasta el lugar donde
de construye el proyecto.

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 51
Aquel proyecto que demuestre el uso de materiales o
de procesos constructivos que reduzcan el impacto que pue-
da provocar la materialización de un proyecto de vivienda
será calificado de manera positiva.

e. Uso de fuentes de energía no convencionales


Podemos reducir la demanda energética de un proyec-
to de vivienda mediante el uso de energías no convencionales
siempre y cuando la propuesta sea económicamente viable y
produzca beneficios reales. Se calificará positivamente a un
proyecto que así lo demuestre y proponga tecnologías apro-
piadas y replicables en otros proyectos similares.

f. Manejo del recurso hídrico


Un proyecto concebido de una manera tradicional pro-
duce una alta demanda del recurso hídrico y una oferta igual
a cero. Por otra parte, produce emisiones de aguas conta-
minadas que han de ser evacuadas de manera a garantizar
adecuadas condiciones de saneamiento.

Un proyecto concebido bajo la óptica del uso racio-


nal del recurso hídrico aplica diferentes procedimientos
epara reducir la demanda de agua utilizando todos los me-
canismos de ahorro; produce una oferta hídrica utilizando
tecnologías de reciclaje de aguas lluvia, aguas grises y
aguas negras; y reduce considerablemente las emisiones
de aguas residuales al medio ambiente natural mediante los
mecanismos mencionados anteriormente y la utilización de
algún sistema de tratamiento posterior.

Se puede calificar bajo esos tres criterios por medio


de un coeficiente, de una fracción porcentual donde 1 es
igual al proyecto concebido de una manera tradicional y 0
es el proyecto ideal.
• En la medida en que el proyecto reduzca la demanda, la
calificación será menor a 1.
• En la medida en que el proyecto produzca una oferta, la
calificación será menor a 1.
• En la medida en que el proyecto reduzca las emisiones de
aguas negras, la calificación será menor a 1.

Premio Corona Pro Hábitat


52 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
g. Manejo de residuos sólidos
De una manera similar al caso anterior, un proyecto
de arquitectura tradicional no propone ninguna política de
manejo de residuos sólidos aparte un sistema convencional
de recolección y disposición de basuras. Un proyecto con-
cebido bajo las políticas de la conservación de los recursos
naturales propone seguramente un sistema de selección en
la fuente, recolección y pre reciclaje que maneja de una ma-
nera adecuada los residuos, reduce considerablemente los
residuos sobrantes y produce ingresos adicionales.

Bajo estos criterios podemos calificar por medio de


un coeficiente o de una fracción porcentual donde 1 es igual
al proyecto concebido de una manera tradicional y 0 es el
proyecto ideal. En la medida en que el proyecto presente
algún sistema de tratamiento, la calificación del proyecto será
menor a 1. La calificación tiende a mejorar en la medida en
que los residuos sobrantes del sistema de pre reciclaje sean
menores o las tecnologías aplicadas sean innovadoras y
replicables.

Un proyecto de arquitectura que garantice condicio-


nes de calidad ambiental cumple con el objetivo de la
sostenibilidad. Es a la vez una máquina y un poema. Logra
mejorar la salud del planeta mediante respuestas técnicas
adecuadas y logra elevar el nivel de la calidad de vida del
hombre que lo habita.

Indicadores de diseño
arquitectónico5
El proyecto debe dar una respuesta integral de dise-
ño y tecnología a las necesidades planteadas en su organi-
zación interna y en su relación con el entorno específico. La
aproximación arquitectónica debe interpretar las condicio-
nes del lugar y generar una arquitectura sana, de correctos
niveles de habitabilidad y con valor estético.
En este sentido se evaluarán los siguientes
indicadores:

41
Elaborado por el arquitecto Daniel Motta Beltrán, asesor en diseño y tecnologías
constructivas.

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 53
a. Claridad de la organización arquitectónica.
Este indicador analiza los criterios de organización
espacial tenidos en cuenta en el interior y exterior de la vi-
vienda, tales como la respuesta del proyecto a las condicio-
nes geográficas y topográficas del lugar, la accesibilidad e
inserción en el tejido urbano o en el paisaje, la distribución y
proporción de las áreas, la orientación a las determinantes
visuales y valoración del entorno físico.

b. Aplicabilidad de las soluciones arquitectónicas o constructi-


vas específicas presentadas en el proyecto a la producción
general de vivienda en el país.
Este es un factor preponderante en la convocatoria.
La posibilidad de hacer replicable una experiencia exitosa
o un aporte tecnológico traería un gran beneficio para el país
y el medio ambiente. Este indicador analiza los criterios de
diseño y construcción tenidos en cuenta para lograr una ar-
quitectura de alta calidad ambiental a un bajo costo acorde
con el patrimonio histórico y cultural. Se analizarán los ma-
teriales, sistemas y detalles constructivos empleados en la
realización del proyecto.

c. Expresión formal del proyecto.


Debe generarse una arquitectura con sentido de lu-
gar. En este punto se evalúa el grado de entendimiento y la
respuesta estética de la obra a las variables ambientales y
culturales que se le plantean al diseñador, así como los refe-
rentes arquitectónicos utilizados en ella.

Vivienda barrio El Rocío, Bogotá D.C.

Premio Corona Pro Hábitat


54 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
Ejemplos representativos del urbanismo y
la arquitectura de la vivienda social
en Colombia

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 55
corte
a-a
Tipología de agrupación
,50 1 2 3m

a a

Muzú
Casa Tipo, 1949
Bogotá

cocina-comedor

alcoba alcoba

alcoba sala alcoba

ante
jardin

a´ a´

plano plano
primer piso segundo piso

0 ,50 1 2 3m 0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Unidad Vecinal de Muzú, Bogotá Observaciones:


ICT Instituto de Crédito Territorial La vivienda tiene el baño incompleto
Área: 52 m2 Las alcobas múltiples tienen servidumbre y no tienen espacio
Pisos 2 para armario
Alcobas 3
Área total 64.28 m2

Premio Corona Pro Habitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
vivenda social en Colombia 57
Tipología de agrupación
corte
a-a

0 ,50 1 2 3m

a a

patio

Quiroga
6a etapa, 1957
Bogotá cocina lavadero

alcoba alcoba

comedor

sala

alcoba

ante
jardin

a´ a´

plano plano
primer piso segundo piso

0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Vivienda Unifamiliar Quiroga, Bogotá Observaciones


ICT Instituto de Crédito Territorial La vivienda tiene el baño incompleto y sin ventilación e iluminación
Sistema de operación dir/p-3 natural
área: 80.48,50 m2 La vivienda presenta un cuarto de servicio innecesario
Pisos 2 El área de la cocina es reducida y sin espacio para la nevera
Alcobas 3

Premio Corona Pro Hábitat


58 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
Tipología de agrupación corte a-a´

0 ,50 1 2 3m

Carimagua
Casa Tipo
Bogotá

cocina

comedor

sala

ante
jardin

a´ a´

primer piso primer piso

0 ,50 1 2 3m 0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Agrupación de viviendas Carimagua, Observaciones


Bogotá
El baño ofrece servicios independientes para su uso simultaneo
Esguerra Saenz Urdaneta y Samper & Cia.
área: 68 m2
Pisos 2
Alcobas 3
área total 71.32 m2

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 59
Tipología de agrupación
corte a-a´

0 ,50 1 2 3m

a a

Bolívar
Vivienda unifamiliar, 1970
Tunja

cocina

comedor

sala

ante
jardin

a´ a´

primer piso segundo piso

0 ,50 1 2 3m 0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Una etapa, unifamiliar, 446 viviendas Observaciones


Tunja La fachada posterior presenta desplazamientos volumétricos que
Área: 56.35 m2 generan sobrecostos en cimentación y cubierta
Pisos 2 El manejo de niveles resulta adecuado para topografía inclinada
Alcobas 3

Premio Corona Pro Hábitat


60 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
Tipología de agrupación
corte a-a´

0 ,50 1 2 3m

a a

La Enea
1977
Manizales

cocina

a´ a´

primer piso segundo piso

0 ,50 1 2 3m 0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Dos etapas, unifamiliar, 4600 viviendas Observaciones


Manizales La articulación entre las dos viviendas que componen el
área: 97.40 m2/unidad bifamiliar permite espacios con buenas condiciones de
Pisos 2
habitabilidad
Alcobas 3

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 61
Tipología de agrupación

corte
a-a

,50 1 2 3m

a a

Tamasagra
1979-80
Pasto

alcoba

sala

a´ a´

plano
plano
primer piso segundo piso

0 ,50 1 2 3m 0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Una etapa, unifamiliar Observaciones


Pasto El esquema de circulaciones es muy eficiente
área: 89.60 m2
Pisos 2
Alcobas 3

Premio Corona Pro Hábitat


62 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
Tipología de agrupación

corte a-a´

Hans Drews 0 ,50 1 2 3m

1962 a

Bogotá

piso tipo

0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia
Unidad de Vivienda Hans Drews Arango
Observaciones
multifamiliar, Una etapa, 184 viviendas
Bogotá Distribución espacial eficiente que permite una buena relación entre
área apartamento tipo A: 80.56 m2 área útil y de circulación
Pisos 4
Alcobas 3
área apartamento tipo B: 70.39 m2
Pisos 4
Alcobas 2

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 63
Tipología de agrupación

plano
corte a-a´

0 ,50 1 2 3m

Banderas
1970
Bogotá

a´ a

piso tipo

0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Multifamiliar, 950 viviendas Observaciones


Bogotá Distribución espacial eficiente que permite una buena relación
área: 58.35 m2 entre área útil y de circulación
Pisos 5
Alcobas 2

Premio Corona Pro Hábitat


64 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
Tipología de agrupación

Bochica Corte a-a


primer piso

Tipo A, 1985 0 ,50 1 2 3m

Bogotá

plano
primer piso

0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Multifamiliar, 3360 viviendas Observaciones


Bogotá Distribución espacial eficiente que permite una buena relación entre
Área: 89.60 m2 área útil y de circulación
Pisos 5 sala comedor 14,21 m2
Alcobas 2 alcoba 1 9,13 m2
alcoba 2 8,41 m2
cocina 5,50 m2
baño 2,24 m2
muros y circulaciones 6,37 m2

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 65
Tipología de agrupación

corte
a-a

,50 1 2 3m

Blas de Lezo
1960
Cartagena


a

plano
primer piso

0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Unifamiliar, 2215 viviendas Observaciones


Cartagena
La vivienda permite ventilación cruzada adecuada para el clima
Área: 47.50 m2
Pisos 1
Alcobas 2

Premio Corona Pro Hábitat


66 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
corte
a-a

Tipología de agrupación ,50 1 2 3m

Las Gaviotas
1971
Cartagena

a a´

plano
primer piso

0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Unifamiliar, seis etapas Observaciones


Cartagena La fachada posterior presenta desplazamientos volumétricos que
Área: 48.23 m2 generan sobrecostos en
Pisos 1 cimentación y cubierta
Alcobas 2

Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 67
Tipología de agrupación
corte
a-a

,50 1 2 3m

a a

Ciudadela
20 de Julio
1983
Santa Marta

ante
jardin

a´ a´

plano plano
primer piso primer piso

0 ,50 1 2 3m 0 ,50 1 2 3m

Premio Corona Pro Habitat 2006-2007 . Por una vivienda digna para Colombia

Unifamiliar, 1743 viviendas Observaciones


Santa Marta
La vivienda permite una fácil ampliación para generar dos alcobas
área: 86.88 m2
adicionales
Pisos 2
Alcobas 3

Premio Corona Pro Hábitat


68 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
Bibliografía

Bibliografía citada

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Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 69
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Premio Corona Pro Hábitat


70 Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia
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Ciudad Salitre, principios urbanísticos. Plan indicativo de vivienda y asentamientos humanos. Me-
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Premio Corona Pro Hábitat


Convocatoria estudiantil 2006-2007
Vivenda social en Colombia 71
Anexo

CUADRO SÍNTESIS SOBRE LEGISLACIÓN VIGENTE VIS


TEMAS LEYES DECRETOS
POLÍTICA GUBERNAMENTAL
Disposiciones generales 812 de 2003 3777 de 2003, 3169 de 2004, 3111 de 2004, 1600 de
2005, 973 de 2005
ENTIDADES *
Funciones de entidades públicas 388 de 1997, 432 de 1998, 2704 de 1999, 418 de 2000, 1133 de 2000, 2319 de 2000,
790 de 2003 418 de 2000, 554 de 2003, 555 de 2003, 216 de 2003
Funciones de entidades privadas 915 de 1993, 124 de 1993, 1133 de 2000
NORMAS TÉCNICAS
Sanidad 9 de 1979
Sismorresistencia 400 de 1997 33 de 1998, 34 de 1999, 2809 de 2000
FORMAS DE ACCESO A LA VIS
ARRIENDO
Disposiciones generales 675 de 2001, 795 de 2003, 777 de 2003, 779 de 2003, 3130 de 2003, 1877 de 2004,
820 de 2003 1789 de 2004, 51 de 2004, 1787 de 2004
PROPIEDAD
A. GARANTÍA EN LA TENENCIA
Titularidad 3 de 1991 art. 8, 388 de
1997 art. 95
Afectación 258 de 1996, 861 de 2003
B. RECURSOS
1, Esfuerzo propio: Ahorro 812 de 2003 975 de 2004
2, Crédito / financiación
Sistema solidario 455 de 2004
Sistema financiero 546 de 1999, 789 de 2002, 1971 de 1993, 1041 de 1995, 1990 de 1997, 2702 de
795 de 2003 1999, 2703 de 1999, 1133 de 2000, 1746 de 2000, 145 de
2000, 146 de 2000, 2336 de 2000, 2670 de 2000, 612 de
* Incluye entidades del nivel na- 2001, 1163 de 2001, 66 de 2003, 253 de 2003, 777 de
2003, 779 de 2003, 2481 de 2003, 2587 de 2004, 307 de
cional y municipal. 2004, 1787 de 2004, 2204 de 2005
3, Subsidio
Subsidio a la oferta
** Incluye subsidio en dinero, Incentivos y beneficios tributarios, 546, de 1999, 633 de 2000, 255 de 1997, 223 de 1997, 2782 de 2001, 1854 de 2001,
garantías y estímulos para el 795 de 2003 1243 de 2001, 1163 de 2001, 2587 de 2004, 3456 de
ámbito del subsidio (urbano y otorgamiento de créditos 2004, 2756 de 2005, 2753 de 2005, 2440 de 2005
Subsidio a la demanda
rural), modalidades (construc- Disposiciones generales ** 3 de 1991, 388 de 1997, 599 de 1991, 1273 de 1993, 4 de 1993, 2056 de 1995,
633 de 2000, 789 de 2002 1168 de 1996, 1990 de 1997, 262 de 1998, 481 de 1998,
ción en sitio propio, titulación, 621 de 2000, 1133 de 2000, 612 de 2001, 2805 de 2001,
724 de 2002, 1846 de 2003, 3777 de 2003, 975 de 2004,
mejoramiento, adquisición de 3745 de 2004, 3169 de 2004, 3111 de 2004, 973 de 2005,
vivienda nueva), procedimien- 1526 de 2005, 2480 de 2005
Disposiciones particulares
tos (postulación, calificación, Subsidio en especie 333 de 1996, 708 de 2001 756 de 1995, 2056 de 1995, 1168 de 1996, 724 de 2002,
3111 de 2004
asignación, aplicación, entre- Población desplazada 387 de 1997 2569 de 2000, 951 de 2001, 2675 de 2005, 2100 de 2005
Población en zona de riesgo 3047 de 1997, 2480 de 2005
ga) y montos. Atención de desastres 608 de 2000 2462 de 2000, 2480 de 2005

Premio Corona Pro Habitat


72 Convocatoria estudiantil 2006-2007
vivenda social en Colombia

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