Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Toda Historia Tiene Un Inicio y Esta La Tiene
Toda Historia Tiene Un Inicio y Esta La Tiene
Todos los días, cuando paso a su casa para que nos vayamos juntas a la
preparatoria, solemos platicar lo que nos pasa en nuestras vidas; ella empezó a
platicarme que había recibido un mensaje de un joven llamado Arturo, y que por su
perfil de Facebook parecía un joven interesante y buena onda, por lo cual había
decidido empezar a “chatear” con él; yo le dije que eso no me parecía bien, que era
mejor que le comentara a sus padres, pero como siempre suele ser típico de ella,
no me hizo mucho caso.
Ese mismo día, más tarde, como a las 9:30 de la noche, recibí un mensaje de
Andrea donde me pedía ayuda para llevar a cabo un plan que tenía en mente para
poder seguir platicando con Arturo. Como es mi mejor amiga, no pude negarme,
tenía que apoyarle, sin embargo, sí me surgió la duda de ¿por qué le habían
prohibido hablar con él? Le dije que podía venir todas las tardes a mi casa y desde
mi computadora podrían seguir comunicándose, ella estaba tan obsesionada con
seguir en contacto con Arturo… Al día siguiente, Andrea llego a mi casa para poder
“mensajear” con él. Así pasaron varios días hasta que se convirtieron en semanas;
en ese momento me di cuenta de que eso le estaba haciendo mucho daño, porque
estaba descuidando sus estudios y hasta su vida social; se estaba alejando mucho
de las personas que en realidad la queríamos, a lo cual pensé, sin dudar, en buscar
ayuda para ella. Primero consideré pedirles consejo a mis padres,
desgraciadamente recordé que ellos no me hacían mucho caso, lo que me hacía
sentir poco importante para ellos; así que decidí acudir con la psicóloga que estaba
trabajando en la preparatoria donde yo estudiaba, recuerdo que ella era muy amable
y siempre estaba dispuesta a escucharnos a mí y a mis compañeros.
El lunes, después de clase, pude acercarme con la psicóloga para platicar con ella,
le conté toda la historia de Andrea y ésta me dijo que la persona con la que hablaba
posiblemente estaba influenciándola para mal, sin embargo, yo no creí que eso
fuera posible, mi amiga era una persona inteligente que no permitía que cualquier
persona decidiera sobre su vida personal. Por otra parte, me preocupaba que ya
faltaba poco tiempo para que llegara el fin de año y saliéramos de la preparatoria, ya
que ella me había comentado, anteriormente, que quería estudiar cuando nos
graduáramos y toda esta situación la estaba distrayendo, o incluso alejando, de las
metas que tenía al finalizar el bachillerato.
Llegué al lugar acordado, pero no vi a nadie hasta que a lo lejos pude vislumbrar a
Alex, él se acercó con sigilo hacía mí y con una sonrisa, que pude notar hasta un
poco pícara, me dijo: “tienes que cubrirte los ojos” a lo que accedí sin chistar.
Cuando me los tapó yo no sabía ni qué pensar, lo único que yo quería era descubrir
por qué tanto misterio. Cuando me descubrieron los ojos miré un enorme cartel que
decía en letras grandes: “¿Quieres ser mi novia?” y en ese momento lo único que
pensé fue en decirle que sí, aunque yo no lo conocía del todo me parecía un gran
chavo, por lo que decidí darme la oportunidad de hacerme su novia. Le agradecí por
esa gran sorpresa y además, porque debido a eso, mi amiga Andrea ahora estaba
más relajada. A partir de ese momento me sentí más tranquila y feliz, ya que ahora
no iba a estar tan sola como me había estado sintiendo los últimos días.
A la mañana siguiente todos me admiraban por la “suerte” que tenía por andar con
Alex, ya que, decían las demás niñas, era una gran persona y aparte tenía mucho
dinero, a lo que respondí que yo no había aceptado andar con él por su nivel
económico, sino porque creía que era un gran ser humano, y eso que aún no lo
había tratado, pero sabía que con el tiempo íbamos a conocernos e íbamos a
mantener una relación fuerte y estable.
Sin embargo, fuera de toda la reciente alegría, no podía sacarme de la cabeza que
mi mejor amiga continuaba con su adicción al chat, a lo cual me decidí por decirle
que por su propio bien era mejor que ya no siguiera “chateando” con Arturo porque
era un completo extraño. A lo cual Andrea me respondió de manera negativa,
argumentando que no podía dejar de hacer eso porque ella estaba muy enamorada,
a lo que respondí ya con algo de fastidio: “¡no puedes estar enamorada de alguien a
quien no conoces!”, a lo que ella se apuró a contestar: “¡bah!, como tú ya tienes
novio…”, “yo solo quiero lo mejor para ti”, le dije. “Bueno, estaba bien, pero yo ya no
quiero ser tu amiga” y después de eso salió de mi casa muy enojada tras azotar la
puerta.
Cuando dieron las 8:00 de la noche recibí un mensaje de los padres de Andrea, los
cuales, en tono, aparentemente de preocupación, que me preguntaron si ella no
estaba conmigo, a lo que respondía negativamente, que ya tenía mucho rato que se
había ido de la casa. Quedé al pendiente con ellos, con la promesa de que si sabía
algo de ella les avisaría a la brevedad posible
Al día siguiente nadie sabía algo de Andrea, fue entonces cuando recordé que la
noche anterior había estado platicando con Arturo, por lo que decidí revisar mi
computadora y leer los mensajes que tenía con él. Revisé con detenimiento toda la
conversación que llevaba con él, y justamente en el último mensaje vi que él le
decía a mi amiga que había llegado el momento de conocerse en persona y formar
una hermosa pareja para pasar el resto de sus vidas juntos. Ahí me di cuenta que
mi amiga podía estar en peligro, a lo que decidí llamar y contarle todo a sus padres
porque no quería que le pasara nada, a pesar de la pelea que tuvimos aún era mi
mejor amiga y una des la personas más importantes de mi vida.
Tuvieron que pasar unas semanas hasta que finalmente las autoridades pudieron
rastrear el perfil falso del supuesto Arturo, la persona que había secuestrado a
Andrea. Lo primero que pensé fue en estar presente cuando rescataran a Andrea y
me propuse a mí misma como carnada para atraer al secuestrador. Alex, mi novio,
insistió en que no lo hiciera por el peligro que conllevaba, pero le contesté que ella
era la persona más importante de mi vida y no que no podría hacerme cambiar de
parecer.
Yo no contaba con que Alex iba ir a buscar a mis padres para pedirles que
reaccionaran, que no era posible que pudieran estar tan ajenos a toda la situación,
que se dieran cuenta que en estos momentos yo los necesitaba. Sinceramente no
supe como mi novio los había hecho entrar en razón, pero me asombró que en esos
momentos tan dolorosos por fin y por primera vez en mucho tiempo, estaban
conmigo.
Después de toda la situación que había sucedido con Andrea, mis padres se
acercaron a mí y me abrazaron muy fuerte. Sentí una gran felicidad porque yo
pensé que ellos no me querían, pero cuando me dijeron lo contrario, me hicieron
sentir total y plenamente amada. Mientras me abrazaban me prometieron que ahora
iban a dedicar más tiempo para estar conmigo, que me iban a escuchar y estar para
mí, pasara lo que pasara…eso fue lo mejor del mundo.