Recibido 05/09/2017, Aceptado 23/11/2017, Disponible online 18/12/2017

Consumo de frutas y verduras: Beneficios y retos

Consumo de frutas y verduras

Consumption of fruits and vegetables: Benefits and challenges

Consumption of fruits and vegetables

Rodríguez Leyton Mylene 1, Sánchez Majana Lucía 1
1 Programa de Nutrición y Dietética. Dirección de Investigación Universidad
Metropolitana de Barranquilla, - Colombia. Calle 76 No.42-78. Barranquilla- Colombia.
Teléfono: +575-3697005.

Autor responsable: Mylene Rodríguez Leyton

E- mail: myrodriguez@unimetro.edu.co

Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés relacionado con el tema
objeto de estudio.

Resumen

Se presenta una reflexión acerca del consumo de frutas y verduras como práctica
saludable y los retos para lograr la recomendación de la Organización Mundial de la
Salud de un consumo per- cápita mínimo de 5 porciones ó 400 g diarios, que ha
despertado el interés de los gobiernos en generar normas, políticas y desplegar
estrategias para motivar su ingesta; se muestran argumentos construidos a partir de
revisión de documentos normativos, artículos científicos e informes de investigación
identificados con el criterio de aportar evidencias científicas sobre los beneficios para
la salud humana atribuidos al aporte nutricional y las cifras evidencian el bajo consumo
en la población.

Las frutas y las verduras constituyen un grupo de alimentos saludables para el ser
humano, por su alto contenido de nutrientes, especialmente vitaminas, minerales y
sustancias no nutritivas, biológicamente activas con importantes funciones
metabólicas; existen normas y regulaciones que promueven su consumo, Colombia
cuenta con un indicador de producción anual de 9.179.250 toneladas (ts) de frutas y
verduras, paradójicamente investigaciones evidencian su bajo consumo como
problema de salud pública,.

Se deben intervenir en los diferentes eslabones de la cadena agroalimentaria,

articulando cadenas productivas con la perspectiva de sistemas alimentarios

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sostenibles que contribuyan a la nutrición; profundizar en la identificación de barreras
para su acceso y consumo y realizar intervenciones efectivas para modificar las
causas; evaluar cómo influyen las políticas cambiantes de precios, la disponibilidad
real de frutas y verduras en todo el territorio nacional y promover la incorporación de
medidas sobre estos factores que contribuyan a incentivar su consumo y asumir el
desafío de transformar los comportamientos de las personas relacionados con esta
práctica.

La industria tiene el reto de formular alimentos sensorialmente atractivos y con un alto

contenido de fibra, vitaminas y minerales, contribuyendo a mejorar su ingesta sin
deteriorar su composición nutricional.

Palabras Clave: frutas, verduras, consumo, saludable, vitaminas

Abstract

A reflection on the consumption of fruits and vegetables as a healthy practice and the
challenges to achieve the recommendation of the World Health Organization of a per
capita consumption of at least 5 servings or 400 grams per day, which has aroused the
interest of the Governments to generate norms, policies and deploy strategies to
motivate their intake. We present arguments based on the revision of normative
documents, scientific articles and research reports identified with the criterion of
providing scientific evidence on the benefits to human health attributed to the nutritional
contribution and the figures show the low consumption in the population.

Fruits and vegetables are a group of foods that are healthy for humans because of their
high content of nutrients, especially vitamins, minerals and non-nutritive, biologically
active substances with important metabolic functions; There are norms and regulations
that promote consumption, Colombia has an annual production indicator of 9,179,250
tons of fruits and vegetables, paradoxically research evidences its low consumption as
a public health problem.

The different links of the agrifood chain must be intervened in order to connect
productive chains with the perspective of sustainable food systems that contribute to
nutrition; to deepen the identification of barriers to their access and consumption and
carry out effective interventions to modify the causes; to assess how the changing price
policies the actual availability of fruits and vegetables throughout the national territory
and to promote the incorporation of measures on these factors that contribute to
encourage their consumption and take on the challenge of transforming the behaviors
of the people related to this practice.

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The industry has the challenge of formulating sensory attractive foods with a high
content of fiber, vitamins and minerals, contributing to improve its intake without
deteriorating its nutritional composition.
Keywords: fruits, vegetables, consumption, healthy, vitamins
I. Introducción
Las frutas y verduras constituyen
un grupo de alimentos de interés en
Salud Pública a nivel mundial, por sus
beneficios para la salud humana
derivados de sus propiedades
nutricionales, lo cual condujo a la
Organización Mundial de la Salud
(OMS) a recomendar un consumo
mínimo de 5 porciones ó 400 g diarios
de estos vegetales desde el año 2004;
sin embargo, hay una preocupación
actual por el bajo consumo que han
registrado los estudios en la población
de diferentes países.
Este escrito presenta una
reflexión acerca de los beneficios para
la salud humana del consumo de frutas
y verduras, frente a los retos para
mejorar el bajo consumo registrado en
diferentes estudios; se tendrá en cuenta
los alimentos clasificados como
verduras y no las hortalizas, que
incluyen las leguminosas verdes como
habas, arvejas, frijoles.
Se presenta inicialmente el papel
de las frutas y verduras en la prevención
de enfermedades, seguido por una
síntesis del aporte de nutrientes y otros
componentes, especialmente las
vitaminas que ejercen un papel
antioxidante; se describen las normas y
regulaciones para el fomento del
consumo de frutas y verduras, se
analizan las cifras sobre su consumo y
sus factores condicionantes, un
problema de interés en salud pública en
Colombia y otros países, se realiza una
descripción de la producción en
Colombia y se enuncian los retos que
deben asumir diferentes sectores para
alcanzar las recomendaciones
propuestas por la OMS sobre el
consumo de estos alimentos
saludables.
En el marco de los desafíos, se
identifica la necesidad de realizar
investigaciones orientadas a identificar
intervenciones efectivas para modificar
las causas de no consumo; evaluar
cómo influyen las políticas cambiantes
de precios, la disponibilidad real de
frutas y verduras en todo el territorio
nacional y promover la incorporación de
medidas sobre estos factores que
contribuyan a incentivar su consumo y
asumir el desafío de transformar los
comportamientos de las personas
relacionados con esta práctica tales
como aspectos culturales, políticas
públicas acompañadas de medidas de
desestimulo a alimentos sustitutos
como bebidas azucaradas y todos
aquellos productos procesados que
sustituyen las frutas y verduras.
.
La industria tiene el reto y la
responsabilidad de formular alimentos
sensorialmente atractivos y con un alto
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contenido de fibra, vitaminas y
minerales, contribuyendo a mejorar su
ingesta sin deteriorar su composición
nutricional y lograr un impacto positivo
en la salud de la población.
Beneficios para la salud humana del
consumo de frutas y verduras.
Según el Real Academia
Española (2016); la palabra fruta
proviene del Latín fructa, que significa
fruto comestible de ciertas plantas
cultivadas; mientras que verdura, se
refiere a las hortalizas de hoja verde.
Otros autores las definen como
“aquellas plantas comestibles que se
cultivan en las huertas” (Cámara, 2008)
o aquellas partes comestibles de las
plantas como hojas, tallos, raíces, flores
y semillas (ABC de Frutas y Verduras
2016).
El consumo de frutas y verduras
es reconocido por la comunidad
científica como parte integral de la
alimentación saludable en la población
de todas las edades; protegen contra el
desarrollo de enfermedades crónicas
no transmisibles debido a las
propiedades derivadas de su
composición, combinaciones de
nutrientes y demás compuestos
químicos que forman parte de la matriz
del alimento, más que de sus nutrientes
aislados; cumplen importantes
funciones en el metabolismo y
liberación de energía en el organismo
humano; contribuyen significativamente
a elevar el índice la calidad de la dieta,
comparado con otros alimentos (Gil y
otros 2015).
Las Guías alimentarias basadas
en alimentos (GABAS) para la
población de diferentes países han
acogido las recomendaciones de la
OMS, enfatizando en el consumo de
frutas y verduras; en Colombia, el
mensaje orienta a la población incluir en
cada una de las comidas frutas enteras
y verduras preferiblemente crudas para
mejorar la digestión, piel y el peso
corporal; se fundamenta en la evidencia
científica sobre la relación de su
consumo diario con la prevención las
enfermedades cardiovasculares,
disminuyendo las partículas de grasa
nocivas en el organismo humano, la
presión arterial y el riesgo de padecer
Diabetes Mellitus tipo 2 (ICBF 2015).
Según la OMS (2004), el
consumo de más de 5 porciones de
frutas y verduras ó 400 g diarios
contribuye a disminuir el riesgo de
infarto agudo de miocardio y accidente
cerebrovascular; a mayor consumo de
frutas y verduras menor es el riesgo de
enfermedad isquémica fatal, reduce en
un 4% el riesgo de padecer la
enfermedad por cada 80 g de frutas y
verduras adicionales consumidos
(Crowe y otros 2011).
Son múltiples los beneficios del
consumo de frutas y verduras en la
prevención del sobrepeso y la obesidad
al reducir el porcentaje de tejido graso o
adiposo en personas adultas con
sobrepeso y obesidad, lo que se
fundamenta en su contenido de fibra y
bajo aporte de energía; en población
adulta en Perú, no se encontró
“evidencia de asociación entre el
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sobrepeso y la obesidad con el
consumo de frutas y verduras” (Arribas-
Harten y otros 2015); pocos estudios
presentan efectos adversos del
consumo de frutas y verduras, en
adolescentes de Corea del Sur, “la
frecuencia del consumo de frutas en la
cena mostró una correlación
significativa positiva con el peso
corporal y el índice de masa corporal”
(Ham E y Kim 2014) se atribuye esta
relación al alto contenido de azúcares y
almidones de algunas frutas o su
adición en las preparaciones y al
consumo elevado.
En adolescentes con sobrepeso
y obesidad, quienes presentaron mayor
consumo de frutas, registraban menor
concentración de triglicéridos en
sangre, en comparación con quienes
presentaron un perfil lipídico
aterogénico, al presentar mayores
cifras de Colesterol LDL y triglicéridos
respecto al grupo control (Parra y otros
2015).
El consumo de frutas y verduras
tiene un efecto protector significativo
para adenoma colorectal (Ben y otros
2015); contribuye a disminuir los
efectos del estrés oxidativo al minimizar
el efecto de los radicales libres sobre la
alteración las macromoléculas y los
procesos celulares que originan
enfermedades como el cáncer, diabetes
y enfermedades reumatoideas (Araya y
otros 2006).
El Poder Antioxidante Total de la
alimentación se ha relacionado con el
bajo consumo de carnes rojas en
población masculina en Argentina
(Messina 2012) y mayor consumo de
frutas y verduras; el consumo de
licopeno, un carotenoide contenido el
tomate, posee propiedades
funcionales, antiinflamatorias y
antioxidantes, su consumo es una
medida no farmacológica (Cruz
Bojórquez y otros 2013). El tomate de
árbol presentó la mayor capacidad
antioxidante (213,67 + 0,06 mM
TEAC/g) - capacidad antioxidante
equivalente a Trolox-, relacionada con
su alta concentracion de vitaminas y
compuestos antioxidantes, como el
beta caroteno, la vitamina C, vitamina
B6, piridoxina y vitamina A; a su vez,
presentó el mayor contenido de
compuestos fenólicos: 2010,40•+ 0,02
μgGA/g (Morillas y Delgado 2012).
Las frutas y las verduras poseen
efecto antitrombótico, mecanismo
protector contra las enfermedades
cardiovasculares; la uva negra, la piña,
la frutilla, el melón, el kiwi, el ajo, la
cebolla, el cebollín y el tomate poseen
efecto antiagregante plaquetario; el
kiwi, la piña, el ajo y la cebolla
presentan efecto anticoagulante
(Torres y otros 2008).
La OMS (2008), sostiene que la
ingesta insuficiente de frutas y verduras
causa en todo el mundo
aproximadamente un 19% de los
cánceres gastrointestinales, un 31% de
las cardiopatías isquémicas y un 11%
de los accidentes vasculares
cerebrales; sustentado el efecto
protector contra la hipertensión tanto
sistólica como diastólica del consumo
de mínimo 400 g diarios (Pienovi y otros
2015).
Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -34

Aporte nutricional de las frutas y las
verduras
Desde el punto de vista
nutricional las frutas y verduras son
fuente de significativa de nutrientes
como vitaminas, minerales y de fibra,
componentes que le confieren las
propiedades nutritivas a este grupo de
alimentos; el agua constituye entre el 60
y 95% del peso fresco de la porción
comestible de las frutas y verduras; su
forma molecular y su localización dentro
del alimento, afectan significativamente
las características específicas como
apariencia, textura y color (Morillas y
Delgado 2012).
Las vitaminas son nutrientes
esenciales que el organismo requiere
para su buen funcionamiento, las
cuales se ingieren con el consumo de
una alimentación completa, equilibrada,
suficiente y adecuada, el cuerpo sólo
puede producir vitamina D; el nombre
de vitamina fue propuesto por C. Punk
en 1912, luego de evidenciar la
presencia de una amina que prevenía el
Beri-Beri proviene del latín vita, que
significa vida. Previamente, F. Hopkins,
había encontrado la presencia de
aminas diversas, sustancias presentes
en los alimentos que fueron evaluadas
en ratas de laboratorio, evidenciándose
que eran indispensables para la vida y
que posteriormente se denominaron
vitaminas (Apaza 2014).
El efecto benéfico del consumo
de frutas y verduras es atribuible tanto
a su contenido nutricional como a la
presencia de fitoquímicos o se caracterizan por su color amarillo
compuestos químicos naturales
biológicamente activos que actúan
como antioxidantes, es el caso de las
vitaminas A, C y E, siendo las frutas y
las verduras buena fuente de varias de
ellas (Morillas y Delgado 2012). En las
Tablas 1 y 2 se observa el aporte
nutricional de algunas frutas y verduras
de consumo en Colombia, según la
Tabla de Composición de Alimentos
Colombianos, en 100 g de parte
comestible (ICBF 2005).
La vitamina A, es conocida como
retinol, axeroftol, biosterol, vitamina
antixeroftálmica. El retinol, derivado
alcohólico es la forma principal de
vitamina A en la alimentación y se utiliza
como patrón de referencia; los
productos animales (mantequilla,
huevos, leche y carne, hígado) son
fuente importante de esta forma
química. Los carotenos, que actúan
como provitaminas o precursores de la
vitamina A, se encuentran en los
vegetales (Verduguez y Bejarano
2012); juega un papel importante en la
salud visual, ayuda a mantener la retina
y a evitar los trastornos oculares,
conserva la integridad, el
funcionamiento de la piel y las células
mucosas de las vías respiratorias, el
tracto digestivo y urinario; en la Tabla 1,
se observan contenidos representativos
de los precursores de la vitamina A en
Equivalentes de Retinol –ER- en la
papaya, el mango, el tomate de árbol, el
zapote, frutas de consumo habitual en
Colombia y en la Tabla 2, se presentan
verduras como la zanahoria, la
ahuyama y la espinaca (ICBF 2005).
Los alimentos fuentes de esta vitamina
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intenso o naranja, sin embargo, en frecuencia se encuentra en íntima
algunos alimentos este color puede asociación con los carotenos
estar enmascarado por la clorofila, (Verduguez y Bejarano 2012).
pigmento vegetal verde, que con

Tabla 1. Aporte de algunos nutrientes de frutas disponibles en

Colombia

CONTENIDO EN 100 g DE PARTE COMESTIBLE

CARBOHI-
ENERGÍA HUMEDAD GRASA VITAMINA A VITAMINA C FÓSFORO
FRUTAS (cal) (g) (g)
DRATOS
(ER) (mg) (mg)
(g)

Guayaba Rosada 63 83,87 0,3 14,13 0 70,4 0

Naranja 49 87,35 0,05 11,63 0 55,3 22,0
Mango Maduro 75 81,1 0,7 17,12 159 154,8 27,77
Papaya 39 89,9 0,1 8,75 70 75 12
Tomate de Árbol 57 85,15 0,1 12,3 577 88 22
Maracuyá 80 84,9 0,5 12,4 20 174 21,0
Zapote 57 85,1 0,1 13,0 100 20 32,0
Piña 57 85,5 0,1 13,6 0 12 10
Banano Común 101 75,5 0,1 20,45 49 0 25
Aguacate 149 79,7 13,3 4,6 3 8,0 40.0
Coco 318 53,9 27,0 14,95 0 5 80,0
Manzana 69 82,7 0,2 16,5 10 0 10,0
Limón 41 89,67 0,3 9,28 0
Patilla 16 95,7 0 3,7 30 7 5,0
Chontaduro 322 48,24 25,7 16,43

Fuente: Elaboración con base en Tabla de composición de alimentos (ICBF 2005)

La Vitamina C, conocida como igual forma interviene en el proceso de

ácido ascórbico, juega un papel
importante en el crecimiento y
reparación de tejidos, hace parte de las
proteínas, especialmente el colágeno,
utilizadas para producir la piel,
cartílagos, los tendones, los ligamentos,
dientes y los vasos sanguíneos; de
cicatrización de heridas y en la
absorción del hierro. Se encuentra en
cantidades importantes en la guayaba,
la naranja, el limón, la mandarina y
menores cantidades en verduras como
el repollo y el brócoli y el tomate
(Grosso y otros 2013).

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 Tabla 2. Aporte de algunos nutrientes de verduras disponibles en Colombia
CONTENIDO EN 100 g DE PARTE COMESTIBLE
ENERGIA HUMEDAD GRASA VITAMINA A VITAMINA C FÓSFORO
VERDURAS CARBOHID
(cal) (g) (g) RATOS (g) (ER) (mg) (mg)

Lechuga 18 95,1 0,2 2,9 26 20 42

Espinaca 34 89,7 0,3 4,4 250 30 50
Común
Repollo 32 90,8 0,1 5,6 110 100 26
Apio 25 92,8 0,1 5,2 0 4 33
Coliflor 38 89,7 0,1 6,20 2 30 70
Brócoli 41 88,9 0,3 5,6 75 100 137
Cebolla 33 91,36 0,1 6,84 0 12,6 31
Zanahoria 42 88,9 0,1 9,5 700 3 35
Larga
Remolacha 47 87,2 0,0 10,4 6 0 24
Cebolla 37 90,3 0,1 7,65 60 10 40
Ahuyama 44 88,5 0,4 9,3 340 40 87
Cabezona
Tomate 22 94,1 0,1 4,3 0 79,5 0
Pimiento 32 91,9 0,3 5,4 780 160 58
Fuente: Elaboración con base en Tabla de composición de alimentos (ICBF, 2005)
Rojo

La Vitamina E, conocida como fólico vitamina que interviene en la

alfa- tocoferol, actúa en la formación de
glóbulos rojos, en el mantenimiento del
sistema inmunitario, en la dilatación de
los vasos sanguíneos y en la
prevención de la coagulación. Son
verduras fuentes de esta vitamina, los
vegetales de hojas verdes como
espinacas, acelgas y coles; (Shaik-
Dasthagirisaheb y otros 2013).
Las frutas y verduras también
son fuente vitaminas del complejo B
como la tiamina, la niacina, la vitamina
B6 y minerales como el magnesio, el
potasio y el zinc (Yahia e Irigoyen
2002). El brócoli, las remolacha, la
naranja y las uvas son fuente de ácido
maduración de células rojas
sanguíneas; así mismo, aportan
piridoxina, nutriente involucrado en el
metabolismo de las proteínas.
El aporte Energía, en kilocalorías
no es significativo en la mayoría de
estos alimentos, lo cual se relaciona
con su contenido de proteínas, grasas y
carbohidratos (ICBF 2005). El
contenido de carbohidratos totales en
frutas y vegetales es variable, en frutas
corresponde entre el 1 y el 8%,
representados principalmente en
azúcares (fructosa), que es superior al
de las verduras e incrementa con la
maduración y en verduras entre 1 y el

Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -37

6%; la remolacha es una verdura que
contiene azúcar (10,4g/100g). Algunas
frutas son comparativamente más altas
en calorías, por su contenido de
almidón, es el caso de la guanábana
(11,9g/100g) y del banano (20,45
g/100g), que también es una importante
fuente de potasio (ICBF 2005).
Los lípidos no superan el 1% en
las frutas y verduras y los compuestos
nitrogenados se encuentran en
cantidades mínimas, salvo algunas
excepciones. El contenido de grasas en
las frutas en general no supera 1g/100g
en frutas ni verduras, siendo incluso
menor en estas últimas Algunas frutas
tienen contenido de grasa significativo
como el chontaduro (25,7 gr/100 g), el
coco (27,0 gr/100gr) y el aguacate
(13,3g/100g), las cuales se encuentran
en forma de ácidos grasos mono y
poliinsaturados. La fracción lipídica de
las frutas corresponde a acilglicéridos,
glicolípidos, fosfolípidos, carotenoides,
triterpenoides y ceras (Morillas y
Delgado 2012).
En referencia a los compuestos
nitrogenados, las frutas contienen 0,1-
1,5% y las hortalizas contienen 1-5%,
de ellos las proteínas constituyen un 35-
75% en las frutas y el 35-80% en las
hortalizas; los aminoácidos también se
encuentran bien representados
(Morillas y Delgado 2012).
La fibra dietética o fibra
alimentaria fue identificada por Trowel
(1976) como la parte comestible de las
plantas, compuesta químicamente por
hidratos de carbono análogos: los
polisacáridos vegetales y la lignina,
resistentes a la hidrólisis por las
enzimas digestivas del ser humano y
absorción en el intestino delgado, con
fermentación completa o parcial en el
intestino grueso. (Escudero y González
2006). Está constituida por fibra soluble
(pectinas) y fibra insoluble (celulosa y
hemicelulosa) en proporciones
variables según el vegetal, con valor en
general entre el 2 y el 9 %. Las pectinas,
se encuentran principalmente en
porción blanca y esponjosa de la
cáscara de los cítricos la piel de las
frutas como naranja, mandarina,
manzana, melocotón y se utiliza en la
elaboración de mermeladas y confituras
a nivel industrial (Martínez y otros
2003).
El concepto más reciente de fibra
funcional o añadida que incluye otros
hidratos de carbono absorbibles como
el almidón resistente, la inulina,
diversos oligosacáridos y disacáridos
como la lactulosa; por lo tanto, la fibra
total se conforma por la suma de fibra
dietética más fibra funcional (Escudero
y González 2006).
La fibra es fundamental para el
adecuado funcionamiento del intestino,
con efectos fisiológicos como laxante,
ha mostrado ser esencial en la
prevención de enfermedades no
transmisibles como la diabetes, la
enfermedad cardiaca y algunos tipos de
cáncer (Almeida y otros 2014), puede
usarse en el control de la obesidad,
controla los niveles de lípidos
sanguíneos, además de disminuir la
respuesta glicémica, disminuyendo los
niveles de glucosa en sangre (Morillas y
Delgado 2012).
Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -38

Asociado con las funciones
particulares de cada nutriente, las frutas
y verduras no solo juegan un papel
fundamental en la prevención de
enfermedades crónicas; la deficiencia
específica de vitaminas produce
enfermedades carenciales, el
escorbuto, una enfermedad
caracterizada por la aparición de
equimosis, ulceraciones y hemorragias
en las encías, dolores musculares y
anemia producida por carencia de
vitamina C (Doll y Ricou 2013); la
deficiencia en la ingesta de alimentos
fuentes de los precursores de la
Vitamina A ocasiona trastornos en el
organismo como xerosis, ceguera total,
incremento de infecciones (Verduguez
y Bejarano 2012); la carencia de
vitamina E se presenta principalmente
cuando hay malabsorción de grasas, en
experimentos en algunos animales
genera esterilidad, parálisis y/o con
distrofia muscular (NIH 2016); la
deficiencia en la dieta de tiamina
produce beriberi, enfermedad
caracterizada por neuritis, atrofia
muscular, mala coordinación, y con el
tiempo, parálisis.
Producción de frutas y verduras en
Colombia
Colombia, es un país con gran
potencial para el desarrollo agrícola, por
su ubicación geográfica en la zona
tropical con variedad de climas y
ecosistemas, con cerca de 14 millones
de ha aptas para la producción de
alimentos y capital humano para
trabajar la tierra (Peláez 2014). El
Censo Nacional Agropecuario en
Colombia, realizado en el año 2014, en
el total del área rural dispersa, que
representa 111,5 millones de ha;
permitió identificar que el 56,7%
corresponde a cobertura en bosque
natural (63,2 millones de ha); el 38,6%
tiene uso agropecuario, el 2,2 % se
dedica a uso no agropecuario y el 2, 5%
se designa a otros usos; el área
destinada a uso agropecuario, 43
millones de ha, el 80% se dedica a
pastos y rastrojos, el 19,7 % a tierras de
uso agrícola y el 0, 3% a infraestructura
agropecuaria. Los 8,5 millones de ha
dedicados al uso agrícola el 83, 9 %
corresponde a cultivos (DANE 2016).
Del total de área rural dispersa,
el área sembrada en frutas corresponde
al 14,6 % (998.097 ha), ver Tabla 3,
mientras que las Hortalizas, verduras y
legumbres participan con un 4,2 %
(233.703), ver Tabla 4, por grandes
grupos de cultivo del año 2013, lo que
permite producir una amplia variedad y
cantidad de frutas 7.746.235 t y
verduras 1.433.022 t.
Alrededor del 36,3% del total del
área agrícola sembrada en frutas
corresponde a cultivos de banano
común, cítricos y piña, mientras que el
área sembrada de otras frutas en el
territorio nacional está conformada por
cultivos de agraz, albaricoque, almirajo,
anón, arándano, borojó, brevo,
chontaduro, ciruela, coco, durazno,
fresa, guanábana, lulo, mango, sandía,
zapote, entre otras. (DANE 2016)
Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -39
Tabla 3. Área cosechada y producción de frutas en el área rural dispersa de Colombia,
Año 2013. según DANE

Fruta Área cosechada (ha) Producción (t)

Banano común 141.587 813.970
Banano de exportación 47.542 1.711.386
Cítricos 143.552 1.681.877
Piña 95.501 1.854.163
Aguacate 74.991 442.652
Papaya 20.676 514.935
Chontaduro 57.236 10.783
Coco 46.435 61.564
Mora andina 41.375 81.687
Mango 33.077 105.328
Guanábana 29.975 53.234
Guayaba 29.373 51.339
Otras frutas 236.776 363.317
Total nacional 998.097 7.746.235
Fuente: Elaboración propia con base en Censo Nacional Agropecuario, DANE 2016

Tabla 4. Área cosechada y producción de verduras y hortalizas en el área rural

dispersa de Colombia, según DANE

Hortalizas Área cosechada (ha) Producción (t)

Fríjol 82.855 83.455
Ahuyama 16.158 101.053
Tomate 23.180 330.129
Arveja 23.819 148.012
Cebolla larga 9.274 111.119
Cebolla cabezona 7.772 87.358
Otras hortalizas 70.645 571.896
Total nacional 233.703 1.433.022
Fuente: Elaboración propia con base en Censo Nacional Agropecuario, DANE 2016

El 45,7% del total del área cosechada En los cultivos de hortalizas,

de cultivos frutales en el área censada
corresponde a cultivos de cítricos,
banano común, piña y aguacate, es
decir, 455.632 ha. Mientras que los
cultivos de banano de exportación, piña
y cítricos representan el 67,7% del total
de la producción, es decir, 5.247.426 t
de fruta fresca.
verduras y legumbres, el área
cosechada de tomate representa el
9,9%, la ahuyama el 6,9%, y las
cebollas con el 7,3%. En la producción,
el tomate es la hortaliza que mayor
participación tiene con un 23,0% del
total de la producción de cultivos de
hortalizas, verduras y legumbres,
seguido por las cebollas y la arveja

Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -40

verde con 13,9% y 10,3%,
respectivamente. Es de anotar que el
DANE incluyó en este grupo de
alimentos las legumbres donde el fríjol
representa el 35,5%, seguido por los
cultivos de arveja verde con el 10,2%.
De acuerdo con la información
presentada en la Tabla 5, sobre la
producción de frutas y verduras por
regiones en Colombia, la región con
mayor de frutas en toneladas es la
región central donde el departamento
de Antioquia es el mayor productor;
mientras que la región pacífica registra
la mayor producción de verduras con el
departamento de Nariño con una mayor
producción.
La capital del país, Bogotá D.C.
presenta una baja producción de frutas
y verduras, sin embargo se provee de
los municipios de la Sabana y otros
sitios del país que garantizan la oferta
de este grupo de alimentos para la
población de la capital colombiana. La
región de Amazonía y Orinoquía
presenta una menor producción tanto
de frutas como de verduras Información
que coincide con los departamentos de
menor producción, el Archipiélago de
San Andrés, Providencia y Santa
Catalina, presenta la menor producción
del país de frutas y verduras.

Tabla 5. Producción de verduras y frutas en Colombia según

Regiones (t).

Región Verduras Frutas Total

Amazonía y Orinoquía 48.556 247.345 295.901
Región Central 435.688 2.942.478 3.378.166
Región Atlántica 99.822 1.003.182 1.103.004
Región Oriental 367.833 1.836.814 2.204.647
Región Pacífica 473.157 1.714.952 2.188.109
Bogotá, D.C. 7.965 1.460 9.425
Total 1.433.021 7.746.231 9.179.252
Fuente: Elaboración propia con base en Censo Nacional Agropecuario, DANE 2016

Bajo Consumo de frutas y verduras, demostrado que su ingesta ha

un problema de interés en Salud
Pública
A pesar de las recomendaciones
y los marcos normativos existentes
sobre la promoción del consumo de
frutas y verduras, diversos estudios han
descendido, reflejando el cambio en los
patrones de alimentación producto de la
modernización que resulta de una
“rápida urbanización, la mejora de los
ingresos y una constante innovación
tecnológica en la producción,

Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -41

procesamiento y comercialización de
alimentos” (Jacoby y Keller 2006)
En Europa “el consumo
promedio de verduras (incluyendo
legumbres y nueces) es de 220 g por
día. El consumo medio de frutas es de
166 g por día, lo que significa de 386 g
de frutas y verduras por día” (Eufic
2012).
En México del año 2012, el
34,4% de los niños entre 6 y 12 años,
cumplía con las recomendaciones
diarias del consumo de frutas y
verduras, el restante 65,6% no lo
cumplió, los investigadores
recomendaron la implementación de
acciones de política pública, sumadas a
implementación de mecanismos
legales, de financiamiento y regulación
adecuados (Jiménez y otros 2012).
En Argentina a pesar de las
campañas educativas y estrategias
para promover el consumo, el consumo
no alcanza 200 g diarios (Montián y
Balaban 2014).
En Colombia, se ha evaluado el
consumo de frutas y verduras desde el
año 2005 con el desarrollo de la ENSIN
(2005), estudio que evidenció que la
población colombiana no alcanza a
cubrir las porciones recomendadas
para satisfacer las necesidades de
algunos nutrientes; en este estudio se
encontró que el 35,3% de la población
no consumió ninguna fruta en su
alimentación diaria y el 27,9 % no
consumieron ninguna verdura,
comportamiento similar para todos los
grupos de población mayor de dos
años; el 63,1% de los niños entre 6 y 23
meses de edad no consumió frutas
fuentes de vitamina A y el 60,3 % no
consumió verduras fuentes de vitamina
A.
Las figuras 1 y 2 muestran las
frutas y verduras según porcentaje de
personas que las consumen en
Colombia, para el caso de las frutas
entre el 4 y 18% de las personas
consumen frutas como el limón, el
banano, mango, guayaba, tomate de
árbol y frutas cítricas; en el caso de las
verduras el porcentaje de personas que
las consumen oscila entre 4 % y 59 %,
siendo la más consumidas el tomate, la
cebolla de bulbo, la zanahoria, la
cebolla larga, la habichuela, el repollo y
la lechuga; estos presentan variaciones
según las épocas de producción y las
disponibilidades a nivel territorial. La
ENSIN (2010)-, identificó que sólo el
66,8% de la población de 5 a 64 años
en Colombia consumió diariamente
frutas, de los cuales el 28,1% las
consumieron una vez al día, el 18,2%
dos veces al día y el 20,5 % tres o más
veces al día.
A esta situación se suma que de
9,76 t de pérdidas de alimentos por año
en Colombia, 6,1 t (62,5 %),
corresponden a frutas y verduras DNP
(2016).
Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -42
 20% 18%
Personas que consumen (%)

18% 15% 15% 14% 14%

16%
14%
12% 9% 8% 8%
10% 7%
8% 5% 5% 5% 5% 4%
6%
4%
2%
0%

Frutas consumidas en Colombia

Figura 1. Porcentaje de personas que consumen frutas en Colombia.ENSIN 2005.

70% 59%
Personas que consumen (%)

60% 48% 46%

50%
40% 28%
30% 20% 18%
20% 13% 8% 8%
10% 4%
0%

Verduras consumidas en Colombia

Figura 2. Porcentaje de personas que consumen verduras en Colombia. ENSIN 2005.

Según la ENSIN (2010), en procesadas y las verduras cocidas, en

cuanto a las verduras y hortalizas, el lugar de enteras y crudas, métodos de
28,1 % de la población las consume, el preparación que permiten conservar
21,7% las consumen una vez al día, el sus nutrientes en cantidad y calidad
5,0% dos veces al día y el 1,4% tres o apropiados para un mejor
más veces al día; esta práctica se suma aprovechamiento por parte del
a una mayor proporción de personas organismo humano .
que consume las frutas en jugos o

Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -43

 El estudio del Perfil Nacional del
consumo de frutas, verduras y
hortalizas realizado en el año 2012,
realizado por la FAO (2012) identificó
que en Colombia la población consume
en promedio 50 g diarios de verduras y
hortalizas y 94 g de frutas; según lo
observado en la Tabla 6, el porcentaje
de adecuación a nivel país fue de 36 %
respecto a las recomendaciones
establecidas por la OMS, el mayor
porcentaje lo ocupó Bogotá, D. C.
(44%), seguida por la región oriental (40
%). A nivel departamental el
Archipiélago de San Andrés,
providencia y Santa Catalina registra el
mayor porcentaje de adecuación
(45,6%) y el menor el Departamento del
Guaviare (19,9 %).
Esta situación del bajo consumo
de frutas y verduras es paradójica en
Colombia, país con gran potencial para
el desarrollo agrícola, ubicación
geográfica en la zona tropical con
variedad de climas y ecosistemas, con
cerca de 14 millones de Ha aptas para
la producción de alimentos y capital
humano para trabajar la tierra (Peláez
2014).

Tabla 6. Consumo promedio per- cápita (g) de frutas y verduras,

según Región en la población colombiana.
Porcentaje de
Región Verduras Frutas Total recomendación
OMS

Amazonía y Orinoquía 40 68 108 27%

Región Central 50 96 146 36%
Región Atlántica 43 102 145 36%
Región Oriental 60 99 159 40%
Región Pacífica 42 88,6 130 33%
Bogotá, D.C. 62 113 175 44%
Total 50 94 144 36,0%

Fuente: Elaboración propia según Perfil Nacional de Consumo de frutas y verduras. FAO, 2012

El consumo de frutas y verduras, disponibilidad en los mercados locales,

se relaciona con el ámbito físico, social,
cultural, factores personales como
preferencias de sabor, nivel de
independencia y el reconocimiento de
los beneficios para la salud,
determinantes que varían según la
etapa del ciclo vital (Eufit 2012). A nivel
del entorno influyen la producción, la
el acceso físico y económico
determinado por los precios, los
ingresos familiares que afectan la
demanda de estos alimentos.
En población de 15 a 39 años en
Bogotá, se encontró que las
motivaciones para el consumo de frutas

Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -44

y verduras son las variables
relacionadas con la salud (50,8%),
seguido por el bienestar (14,5%), precio
(12,7 %), disponibilidad (12,5%),
nutrientes (11,3 %) y gusto (8,7 %). En
cuanto a la variable precio, para
algunos individuos resulta un factor
motivante, mientras que para otros (21
%) es una barrera para el consumo de
frutas y verduras (Galindo 2015), similar
a lo observado en Bucaramanga, donde
el bajo consumo se asoció a las
variables precio y sabor para el caso de
las verduras (Gamboa y otros 2010).
Las verduras son más aceptadas
en los hogares por las madres, dado el
reconocimiento de sus beneficios para
la salud y la nutrición de los niños;
mientras que los adolescentes y padres
se inclinan más por el consumo de
mecatos y fritos, asociada ésta
preferencia al sabor, gusto y placer que
producen, en lugar de los vegetales.
(Arboleda y otros 2013).
Los adolescentes, eligen con
autonomía sus alimentos, prefieren
aquellos de alta densidad energética y
las bebidas tipo refrescos en lugar de
las frutas; el consumo de frutas y
verduras según género, mostró en Chile
que el 88% de los hombres presentó
ingesta inadecuada con un consumo
promedio de 183 g, mientras que el
12% de las mujeres mostró un consumo
promedio de 217 g (Bigio y otros 2011);
en Sao Paulo, la baja ingesta de frutas
y verduras se relacionó con el nivel de
ingresos, educación del jefe del hogar y
el hábito de fumar de los adolescentes
(Cleyton y otros 2015).
En estudiantes Universitarios,
las jornadas académicas y
disponibilidad de recursos afectan el
acceso a los alimentos y generan
modificaciones en los hábitos de
alimentación; en 420 estudiantes de
Medellín se encontró un bajo consumo
de frutas y verduras, siendo menor en
las universidades públicas y en estratos
socioeconómicos inferiores. El 52%
consume frutas y verduras diariamente
y el 26,1% una vez a la semana; las
consumen en hamburguesas,
emparedados y preparaciones con
carnes (Restrepo y otros 2013).
Los hábitos y costumbres
determinan de manera importante la
compra y consumo de frutas y verduras;
reflejan la cultura, las creencias y los
valores que son adquiridos desde las
primeras etapas de la vida en los
procesos de enseñanza y aprendizaje
transmitidos de los padres, cuidadores
y maestros a los niños; las
interrelaciones con los grupos de pares,
las emociones y experiencias alrededor
de los alimentos, las características
sensoriales influyen sobre la elección
de los alimentos en los niños, quienes
tienden a elegir más las frutas por su
apariencia, sabor y textura, mientras
que el sabor puro de las verduras no es
bien aceptado (Diaz 2014). La
incorporación de conocimientos es sólo
el primer paso para lograr
comportamientos positivos frente a la
alimentación, lograr que sean
sostenibles en el largo plazo, requiere
fomentar prácticas adecuadas de
alimentación desde la primera infancia
(Chaffee 2014).
Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -45
 Las principales motivaciones de
las madres para consumir frutas y
verduras son el gusto por comerlas y su
asociación con la pérdida de peso, la
principal barrera identificada es el olvido
de comerlas; las madres tienen buen
nivel de conocimiento sobre las
ventajas del consumo de frutas y
verduras pero se requiere incorporar
intervenciones en las motivaciones para
hacer más efectiva la adopción de
prácticas saludables; en madres
chilenas de niños preescolares
asistentes a una institución de salud, se
encontró que el 5% de ellas consumía 5
porciones de frutas y verduras al día,
mientras que el 61,3% consumía 1 a 2
porciones diarias, el nivel de consumo
se relacionó con las motivaciones y las
barreras relacionadas con su consumo
(Meléndez y Olivares 2011).
El consumo diario de frutas y
verduras en los niños en edad
preescolar atendidos en centros
básicos de salud de Porto Alegre –
Brasil-, es de menos de una porción; los
factores asociados fueron el bajo nivel
educativo de los padres, los ingresos de
la familia y las prácticas de alimentación
temprana (Vitolo y Valmórbida 2014);
en el Estado de Minas Gerais -Brasil- se
encontró que hay un acceso limitado a
establecimientos comerciales que
suministren frutas y verduras
saludables dentro del territorio de un
programa de bienestar público
denominado Programa Academia de
Salud (Costa y otros 2015).
La inocuidad influye sobre el
consumo de frutas y verduras;
actualmente se ha generado mayor
conciencia en la población frente al
consumo de alimentos inocuos y
seguros, se abstienen de ingerir
vegetales crudos o jugos que forman
parte de comidas consumidas fuera del
hogar que no aseguran el seguimiento
de medidas de limpieza y desinfección
y uso de agua potable para su
preparación, puesto que se encuentran
expuestos a factores de riesgo en
diferentes etapas de la cadena
alimentaria. La inocuidad se refiere a
las normas de higiene que garantizan
que los alimentos se encuentran en
condiciones aptas para el consumo
humano, debido a su relación con la
presencia de Enfermedades
transmitidas por alimentos.
Se encuentra presencia de
parásitos, bacterias patógenas y
potencialmente patógenas en las
hortalizas, contaminación que ocurre
durante los cultivos debido a la
presencia de animales en el campo, el
no cercado de las plantaciones de
cultivo y calidad del agua utilizada en
los riegos (Puig y otros 2013), los
agroquímicos y fertilizantes utilizados
en los suelos para el control de plagas,
los embalajes utilizados para la
distribución y las prácticas de
manipulación utilizadas en la
preparación (Vera y otros 2015), las
fases donde más se genera
contaminación son el cultivo, la cosecha
y la preparación para el consumo.
Aspectos regulatorios para el
fomento del consumo de frutas y
verduras.
Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -46
 verduras como un derecho, como
En la Tabla 7, se presentan elemento fundamental de una
varias normas y lineamientos de alimentación saludable y un factor clave
carácter internacional y nacional que en los estilos de vida de la población.
promueven el consumo de frutas y

Tabla 7. Aspectos regulatorios para el fomento del consumo

de frutas y verduras aplicados en Colombia.

Norma, lineamiento, política Datos de interés

Declaración de la Cumbre Mundial sobre la Reafirmó “el derecho de toda persona a tener
Alimentación (FAO 1996). acceso a alimentos sanos y nutritivos” y el
fomento a la producción de frutas y verduras.
Estrategia mundial sobre régimen alimentario, Se incorporan medidas que incluyen el
actividad física y salud. (OMS 2004). incremento del consumo de frutas y verduras,
dada la problemática mundial del bajo consumo
Política Nacional de Seguridad Alimentaria y “Promover hábitos y estilos de vida saludables
Nutricional, CONPES 113. (DNP 2008). que permitan mejorar el estado de salud y
nutrición de la población y prevenir la aparición
de enfermedades asociadas con la dieta”
Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y “Contribuir al mejoramiento de las condiciones
Nutricional para Colombia -2012- 2019 de salud y nutrición del país mediante el
(Ministerio de salud 2012). incremento en la producción y el consumo de
frutas y verduras inocuas”
Plan Decenal de Salud Pública de Colombia Contempla la dimensión de modos de vida y
(2012- 2021),(Ministerio de Salud 2013) condiciones no transmisibles y la meta de
“incrementar el consumo diario de frutas y
verdura en la población en general”
Ley 1355 de 2009: ley de obesidad en Establece la promoción del consumo de las
Colombia (Congreso de Colombia 2009). frutas y verduras en las Instituciones Educativas
públicas y privadas y la garantía de su
disponibilidad.
Lineamiento técnico nacional para la Marco de referencia para la definición e
promoción de frutas y verduras,(Ministerio de implementación de estrategias que fomenten
salud y FAO 2012). condiciones de disponibilidad y abastecimiento
favorables para el consumo de frutas, verduras
y hortalizas a nivel nacional, regional y local;
establece acciones de regulación, investigación,
información, comunicación, educación y
movilización social.
Guía alimentaria para la población colombiana, Recomienda incluir en cada una de las comidas
(ICBF 2015). frutas enteras y verduras, preferiblemente
crudas para mejorar la digestión, piel y el peso
corporal.
Fuente: Elaboración propia según documentos normativos.

Todas estas normas incluidas en serie de estrategias para el fomento de

las políticas públicas han derivado una esta práctica saludable; las evidencias

Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -47

sobre el consumo en la población
muestran que los lineamientos de
política son un factor necesario pero no
suficiente para garantizar la efectividad
de las intervenciones, sobre el consumo
de frutas y verduras.
Retos
Desde el punto de vista
sensorial, una característica de los
alimentos con alto contenido de fibra
como las verduras, que le otorga un
perfil de sabor de baja palatabilidad,
principalmente por ser bajos en grasas;
esta situación desafía a la industria de
alimentos a formular alimentos de buen
sabor y con un alto contenido de fibra,
vitaminas y minerales, sensorialmente
atractivos para la población
contribuyendo a mejorar su ingesta sin
deteriorar su composición nutricional
(Almeida y otros 2014). Esto es
relevante dado que el mercado de los
alimentos procesados cuenta con una
amplia oferta de productos como
bebidas azucaradas, golosinas, sopas
listas para consumir, por mencionar
algunos que son altas en azucares, en
sodio y que se convierten en sustitutos
de las frutas y verduras especialmente
porque son atractivos en sabores,
colores y se encuentran listos para su
consumo.
Las políticas y lineamientos de
gobierno han generado el desarrollo de
estrategias para la promoción del
consumo de frutas y verduras como
parte de una alimentación saludable, es
necesario evaluar los resultados,
verificar su costo- efectividad y diseñar
políticas aplicables en los diferentes
eslabones de la cadena
agroalimentaria, que eviten sus
pérdidas y desperdicio.
Es pertinente además, evaluar
cómo influyen las políticas cambiantes
de precios, la disponibilidad de frutas y
verduras y promover la incorporación
de medidas sobre estos factores que
contribuyan a incentivar su consumo y
mejorar el resultado de las
intervenciones educativas.
Se deben diseñar e implementar
estrategias efectivas para modificar las
causas de no consumo identificadas en
evaluaciones de resultado y asumir el
desafío de transformar los
comportamientos relacionados con el
consumo de frutas y verduras en las
personas y que muestren resultados en
el incremento del real de su consumo en
la población. Experiencias de
evaluación de intervenciones de
consumo de frutas y verduras muestran
que tienen mayor resultado aquellas de
largo plazo, de cinco años o más y las
de dos años o menos muestran
descenso en el consumo (Cobiat y otros
2010).
Experiencias que incorporan
intervenciones educativas con
estrategias para incrementar la
disponibilidad de frutas y verduras, con
la participación y el empoderamiento
comunitario para la promoción de la
alimentación saludable han mostrado
efectividad (Herrera,2012). En Chile un
programa de entrega de frutas y
educación nutricional mostró mejoría en
los conocimientos y en el consumo de
dos o más porciones de frutas en el
Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -48
grupo de niños intervenidos (González
y otros 2014).
Es importante continuar el
fortalecimiento de la cultura productiva
y empresarial del sector agrícola de
frutas y verduras, articulando cadenas
productivas con la perspectiva de
sistemas alimentarios sostenibles que
contribuyan a la nutrición;
especialmente relevante en aquellos
territorios donde la producción y
consumo de este grupo de alimentos es
más baja.
Generar entornos saludables en
mercados, instituciones educativas de
todos los niveles, servicios de
alimentación institucional, escenarios
deportivos, barrios o territorios donde
se realizan ferias y mercados que
comercializan frutas, verduras y
legumbres de buena calidad con el fin
de facilitar el acceso y consumo y con
ello la adopción de patrones saludables
de alimentación.
II. Conclusiones
La evidencia científica refleja
ampliamente que las frutas y las
verduras constituyen un grupo de
alimentos saludables para el ser
humano, por su alto contenido de
nutrientes, especialmente vitaminas,
minerales y otras sustancias no
nutritivas, biológicamente activas con
importantes funciones metabólicas que
promueven la salud. Su insuficiente
consumo se deriva en presencia de
enfermedades por deficiencia de estos
micronutrientes y enfermedades
crónicas no transmisibles generadas
por la ausencia de fibra, fitonutrientes y
antioxidantes que ejercen efecto
protector.
Colombia cuenta con producción
significativa, pero baja preferencia y
consumo de frutas y verduras, las
cuales se pierden en proporción
significativa en los distintos eslabones
de la cadena agroalimentaria.
Según el Censo Nacional Agropecuario
realizado por el DANE (2016), Colombia
posee importantes áreas cosechadas
de frutas (998.097 ha) y verduras
(233.703 ha), que generan volúmenes
importantes de producción por año así:
7.746.235 t de frutas y 1.433.022 t de
verduras; cifras que indican su
disponibilidad en el territorio
colombiano con excepción la Región
Amazonía y Orinoquía. La capital del
país, no produce pero se abastece de la
Sabana dada su cercanía y conexión
vial, lo que se refleja en mayor consumo
respecto a otras regiones.
El estudio sobre el perfil de consumo de
frutas y verduras en Colombia revela
una situación paradójica respecto a las
bajas cifras de indicadores de consumo.
El porcentaje de personas que
consumen frutas oscila entre el 4 y 18
% de la población, en el caso de las
verduras se encuentra entre 4% y 59 %,
dejando en evidencia un indicador de
bajo consumo en la población.
El porcentaje promedio de consumo de
frutas y verduras diarios es de 36 %, en
la población de Colombia respecto a las
recomendaciones de la OMS de un
mínimo de 400 g, no se alcanza el 100
% en ninguna región del país. Situación
Vol 25, No 42 (2017), Revista Alimentos Hoy -49
ésta que se reafirma con la frecuencia
de consumo diario de frutas por sólo el
66,8% de la población de 5 a 64 años y
sólo el 20,5 % tres o más veces al día.
En lo referente a las verduras, el 28,1 %
de la población las consume, el 21,7%
lo hacen una vez al día, el 5,0% dos
veces al día y el 1,4% tres o más veces
al día. En ninguno de los dos casos
alcanza el consumo óptimo, aunque se
evidencia mayor preferencia por la
frutas que por las verduras.
La población selecciona para su
consumo poca variedad de frutas y
verduras, respecto a la oferta; las frutas
preferidas son el limón, el banano,
mango, guayaba, tomate de árbol y los
cítricos y las verduras más consumidas
el tomate, la cebolla de bulbo, la
zanahoria, la cebolla larga, la
habichuela, el repollo y la lechuga.
La ENSIN (2010) reveló que la mayor
proporción de personas consume las
frutas en jugos o procesadas y las
verduras cocidas, en lugar de enteras y
crudas, métodos de preparación
permiten conservar sus nutrientes en
cantidad y calidad para un mejor
aprovechamiento por parte del
organismo humano.
En Colombia existen marcos
regulatorios y de políticas públicas tanto
internacionales como nacionales que
legislan la promoción del consumo de
frutas y verduras, los cuales han
derivado intervenciones principalmente
de tipo educativo, que deberán ser
evaluadas, fortalecidas, ajustadas y/o
renovadas tanto con la generación de
entornos saludables favorables para el
acceso y consumo de frutas y verduras,
con planes de acción y compromisos
más contundentes que deriven en
cambios de comportamiento alimentario
en la población que evidencien
modificaciones positivas en los
indicadores de consumo.
Los indicadores del consumo de frutas
y verduras son coherentes con el perfil
de la situación de salud y nutrición de la
población colombiana, que presenta
actualmente la doble carga de la
malnutrición; se debe profundizar sobre
las causas de su bajo consumo,
identificar e intervenir las barreras y
restricciones desde el ámbito individual,
familiar, local, regional y nacional,
considerando la alta oferta de alimentos
que se consumen como sustitutos.
Se debe continuar el fortalecimiento de
la cultura productiva y empresarial del
sector agrícola de frutas y verduras,
articulando cadenas productivas con la
perspectiva de sistemas alimentarios
sostenibles que contribuyan a la
nutrición aumentando el consumo y
reduciendo las pérdidas y desperdicios.
De igual forma la industria alimentaria y
el sector gastronómico deben asumir un
papel protagónico en el desarrollo e
innovación de productos atractivos y
saludables para la población.
III. Referencias Bibliográficas
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