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Introducción

Este libro no es poesía. Sin embargo, condensa toda la intensidad de los sentimientos,
emociones y experiencias llenas de profundidad y pasión, a menudo desbordadas, que he
llegado a sentir a lo largo de mi paso por la vida. No pretende más que servir de desfogue a
toda esa densidad que de no ser expulsada a través de las letras, me ahogaría. Mi vida se
ha caracterizado por un exceso de sensibilidad combinada, a su vez, con una fuerza de
voluntad descomunal. Mezcla poco concurrente y a simple vista contradictoria. Pero no es
más que la voluntad de vivir a pesar de la incapacidad de no sentir. Alguien dijo que la vida
es una tragedia para los que sienten y una comedia para los que piensan: para mí la vida
siempre fue una tragicomedia.

Sentimientos Encontrados:

Sólo espero que lo que estás sintiendo no sea del calibre del sentimiento que se expresa en
esa canción. De veras no quiero que sufras por mí. Porque lo que siento por ti es muy
grande, pero está sepultado bajo capas y capas de dolor, decepción y un analgésico
llamado frialdad.

Hay momentos en que te veo tan linda que quisiera olvidarlo todo y volver contigo. Es cierto
que nuestra relación ha mejorado desde que ya no estamos juntos. Sin embargo, no dejo de
pensar en que, tras volver, todos los problemas también regresen.

Si tan sólo supiera cuándo voy a conocer el amor de mi vida, de inmediato dejaría de
enredármela con mujeres pasajeras.

Me estoy comiendo el puto mundo! Cuán fácil se me da la grandeza! Es evidente, soy de la


élite! La gente lo reconoce. Quien quiera humillarme, tendrá que vérselas con mi genio! Y
ese genio no piensa en otra cosa que en cambiar el mundo, cambiar mi país. Esta sociedad
no puede ni podrá contener mi fuerza!

Buscar aventuras rápidas: la razón de mi fracaso. En adelante sólo deseo salir con aquellas
que de verdad me gusten. Que de verdad me llenen, al menos parcialmente. En lo
superficial ​y​ lo profundo. No más experimentos con mujeres a quienes les gusto, pero que
de verdad no me gustan. Seré más sincero con ellas y conmigo.

Soy un individuo de extremos, eso lo sé hace mucho. No hay lugar en mi ser para la
mediocridad. De ahí que mi vida haya sido siempre un vaivén de amor y odio, de éxito y
fracaso, de víctima a victimario.

“Siento, igual que Cortázar, que he tenido pocos amigos, mas no tan buenos. Quizá por mí.
Porque soy un maldito extraterrestre a quien nadie entiende”.

Aquellas relaciones de amistad que son sólo para palear alguna necesidad a corto plazo no
son de mi interés. Llamo amigo a aquel con quien puedo construir algo trascendental. Con
quien, a pesar de las diferencias y dificultades, puedo cambiar el mundo. Y esos son muy
pero muy escasos.

Me aterra la idea de morir y no dejar un legado. Si algún día decido morir (en caso de no
morir de viejo), lo haré de forma trágica, intentando cambiar algo en el mundo. Jamás
permitiría que mi muerte sea producto de alguna enfermedad. Me esforzaría por aprovechar
mi muerte, así como me he esforzado por aprovechar mi vida. Por eso, cuando muera,
quisiera que en mi lápida se escriba una frase del tenor siguiente:

“Un gran resplandor se veía a lo lejos,


donde la figura de un gran guerrero
había desparecido;
un hombre sumamente orgulloso”.

Poema de la mujer ideal:


Sigo en busca de mi mujer ideal.
No la ingenua fantasía de la mujer de mis sueños.
Sino la realidad conocida que encaja con mis anhelos.

Ya he conocido a mi mujer ideal.


Una con defectos, imperfecta.
Pero entre las sumas y restas, predilecta.

Sin embargo de mí no está al alcance.


Una se alejó... a la otra no quiero acercarme.
Mujeres hay, está claro, que logran cautivarme.

Sueño nocturno, recuerdo diurno

Aquella noche hubo sueños


Que a mi alma afligieron
Episodios de aquel amor
Que tanta felicidad me dieron

Noche de ansiedad
Onírica y desbordante
Verla junto a mí
Como un deseo alucinante

De la noche al día
No hubo mayor diferencia
De lo etéreo a lo real
Revelaciones de aquella presencia

Presencia que a menudo ignoro


Presencia por la que a veces lloro
Presencia que de mi ser
Parece que no puedo remover

Y cómo hacerlo, si al amanecer


En una suerte de cruel desventura
Una persona se refiere con dulzura
A aquella que me hace padecer

Cuánto cala en mí con sus palabras


Su recuerdo conmueve mi emoción
Como un cuchillo recién afilado
Se hunde en lo profundo de mi corazón

Pero ella no sabe que mi vida es un lienzo


Y que allí ella es la artista de mi nuevo comienzo.

Rostro de fragilidad:
La mayoría de la gente ni siquiera sospecha de la descomunal fuerza que hay oculta tras la
imagen de un rostro amable y sensible.

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