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El confinamiento con niños de 1 a 3 años

En estos días extraños que


nos está tocando vivir, nos
ha parecido muy interesante
reflexionar sobre la
necesidad de movimiento de
los/las más pequeños/as
(entre 1 y 3 años), con el fin
de que entendamos bien el
momento evolutivo que
están viviendo y algunas
propuestas para que
podemos regular y
gestionar, de la mejor forma posible, su energía en estos días de confinamiento
forzado.
Entender, conocer, empatizar… seguro que son herramientas que nos permiten
situarnos en una postura mucho más relajada a toda la familia y nos permiten
sobrellevar mejores momentos puntuales en los que se acumula algo más de
tensión.
No, no podemos daros la receta exacta, ya que no hay fórmulas mágicas para
estar en un piso con niños o niñas menores de 1 a 3 años. Sabemos que es una
situación difícil de llevar porque tomar aire fresco es vital para ellas y ellos,
mucho más que para los/as niños/as más mayores, que ya cuentan con otros
recursos como por ejemplo, entender normas lo que les facilita seguir un juego
de mesa. También las personas adultas podemos encontrar más fácilmente
otras formas de entretenernos de forma intelectual y aunque sentimos
igualmente la necesidad de salir y respirar, podemos paliarla con un abanico más
grande de actividades o de forma racional, entendiendo la urgencia de la
situación.

La actividad principal de los niños y


niñas de 1-3 años es el movimiento.
Absolutamente todo lo hacen
moviéndose porque es la fase
evolutiva por la que pasan.
¿Cómo compaginar esto con estar confinados en casa? Para crear un clima con
estas edades lo más relajado posible, hay tres factores que inciden mucho y que,
por tanto, es importante que los tengamos en cuenta:

1. El papel del adulto,


2. La psicomotricidad gruesa,
3. El juego manipulativo.

Si vivís en una casa con jardín y o terraza, verdaderamente lo tenéis más fácil,
pero si no es el caso, os proponemos que para estos días, transforméis vuestro
piso, en la medida de vuestras posibilidades. Haced el máximo espacio posible
quitando cosas del medio como mesitas, lámparas o cualquier objeto que
interrumpa el tránsito en el espacio de juego, o incluso entre diferentes espacios.
Guardad juguetes si tenéis muchos porque estos días, para niños y niñas de esta
edad, lo que intentaremos será dejar espacios libres comunes de la casa por los
que puedan transitar en sus ocupaciones.

1. El papel de la persona adulta

NO SOMOS MONITORES/AS DE
ACTIVIDADES. Ante todo, recordemos que no
estamos ahí para entretener sin parar y en la
medida de lo posible, salvo momentos en los
que queramos hacer algo en familia, estaría
bien evitar organizarles sesiones de movimiento
dirigidas por nosotras/os, ya que en ese caso,
serán siempre de duración corta y se agotarán
en el momento en el que no estemos presentes.
Nuestra recomendación es que es mejor
facilitarles el movimiento acondicionando sus
espacios de juego, como decíamos antes.

COMPATIBILIDAD DE JUEGO CON HERMANOS/AS. Es posible que si tenéis


niñas y niños de distintas edades, su juego sea distinto. Quizás que el/la mayor
ya esté en lo simbólico y que el o la más
pequeña no pueda compartir ese tipo de
juego. O por ejemplo, uno de 4 querrá
construir con el Lego mientras que el de 2
querrá desmontar todas las piezas que se
construyan y tirar todas las torres. Y
ambas cosas suelen ser incompatibles. Lo
que ocurre en estos casos, es que no se
entienden en el juego, están hablando
idiomas distintos, por lo que es posible que necesitéis separar un poco los
espacios de juego si las dinámicas se vuelven complicadas.
En estas situaciones, vuestro papel será claramente de mediador/a entre las dos
partes. Mantener la calma es la clave, aunque la situación sea cansada y os
veáis agotados/as, lo sabemos. Ayuda mucho respirar y decir con voz suave al
pequeño/a que cosas sí pueden hacer, darle opciones, porque a veces nos
centramos en decir lo que no pueden hacer (no puedes desmontar lo que está
haciendo tu hermano/a, por ejemplo), en vez de ofrecerle alternativas y decirle
que mientras que su hermano/a hace eso, él/ella puede hacer esto o aquello.

Otra cosa importante es que sobre los 3 años los niños y las niñas comienzan a
jugar con compañeras/os. En caso de que estén con otras niñas o niños que
puedan seguirles en el juego, pues está fenomenal, pero en caso contrario,
puede que demanden vuestra presencia para poder desarrollar el juego
imaginativo en el que seguramente esté interesada/o.

No es que no tengan
autonomía, es simplemente
que necesitan de la interacción
para poder desarrollarlo,
porque si no, se hace muy
aburrido. Y la persona adulta,
aunque no es la mejor
compañera de juego, es lo que
ahora mismo tienen. Por eso os
demandan.

Nuestra propuesta es que intentéis entrar y salir del mismo de forma intermitente.
Si por ejemplo, estáis en la cocina y os reclama para poder hacer un viaje en
avión, decidles que genial, que os llamen cuando esté todo listo y a punto de
despegar y volved a vuestra actividad anterior cuando el avión aterrice en el país
lejano al que seguramente, os hayan llevado.

HACER ALGO "DE VERDAD" MIENTRAS ELLOS Y ELLAS JUEGAN. Nos


referimos a cocinar, limpiar... hacer cosas en las que ellas y ellos nos vean
ocupados/as pero en algo que al mismo tiempo, nos mantenga en el aquí y el
ahora. Porque si los adultos estamos todo el rato ocupados en actividades
mentales se empiezan a poner nerviosas/os y por lo tanto, os sugerimos que
intentéis encontrar vuestro equilibrio también en vuestras propias tareas.
Recuperar los trabajos del hogar e implicarles es
una opción fantástica, porque implica
movimiento y a la vez, les hace sentirse parte del
grupo familiar asumiendo tareas para las que
estén ya capacitados/as.

Mirar el móvil, llamar mucho rato por teléfono, teletrabajar, leer, son tareas en
las que nuestro pensamiento se va y ellos/ellas lo perciben claramente y se
ponen nerviosos. Son actividades adultas incompatibles con el acompañamiento
de niñas y niños de 1 a 3 años. Sabemos que es difícil, porque hay muchas
personas en esta situación trabajando desde casa, pero si no tenéis opciones,
está bien poner conciencia y saber que llegará un punto en que se cansarán y
demandarán nuestra presencia de la manera que sea.

JUEGOS DE MESA. En el caso de


niños y niñas tan pequeños, de uno a
tres años, es mejor intentar no incidir
mucho en juegos con normas. Es
entendible que con tiempos tan largos,
en los que ya no sabemos bien cómo
gestionar las demandas, tendamos a
buscar entretenimiento en los juegos
de mesa o juegos dirigidos con
normas.

Y está bien, no pasa nada, pero debemos recordar que, aunque estén adaptados
a su edad, a los/las menores de siete les puede costar bastante asumir las reglas
de un juego y eso provoca desgaste y conflicto que puede alterarnos a todos/as.
Es normal, es fruto del cansancio que supone hacer una actividad estática para
la que lo mismo no están preparadas/os y por eso es bastante habitual que al
final aparezca esta tensión en forma de conflicto.

La motricidad gruesa

El equilibrio entre el juego de


manipulación y la psicomotricidad
gruesa es vital, con lo que os
animamos a dejarles hacer siempre
las dos cosas, en la medida de lo
posible.
Ideas para psicomotricidad gruesa

- Apartar el sofá un poco de la pared para que se cree un pasillo por el que
puedan pasar o esconderse.
- Tumbar sillas de forma segura para que puedan subir en ellas, pasar por
debajo, etc.
- Facilitar todos los juegos que permitan entrar y salir: construir casas,
castillos, barcos con cartón, cojines o lo que tengáis en casa. Para ello,
podemos aprovechar mantas, sábanas, toallas o piezas de tela. Si
tapamos con una sábana la mesa, por ejemplo, creamos un espacio
mágico que pueden disfrutar.
- Facilitad pañuelos ligeros para bailar, lanzarlos y moverse con ellos.
- Si tenéis alguna caja de cartón o algo en lo que puedan entrar y salir es
ideal. Un cajón de madera también puede ir genial.
- Podéis intentar habilitar en un sitio donde haya vidrio al que asomarse,
que no sea una ventana con altura, claro, para que sea totalmente seguro.
Esto es complicado, porque solo suele darse en casas con jardín, con
terraza o con patio, pero lo añadimos a la lista de propuestas por si tenéis.
Sería genial que en caso que penséis una forma para que los niños y las
niñas puedan subir y bajar con autonomía para ver el exterior sin vuestra
ayuda. Pensad que normalmente no pueden llegar a verlo si vosotros/as
no los cogéis en brazos y esta sensación de hacerlo solos suele gustarles
y calmarles en ocasiones.

3. Juego manipulativo

Este tipo de juego, en el que también suelen


estar interesados a esta edad, es similar al de
psicomotricidad gruesa pero llevado a lo
pequeño: poner, quitar, sacar, juntar… ¿lo
reconoces en vuestros/as peques?

Ideas para el juego manipulativo

- Para darle rienda suelta, les suelen


gustar las ollas, los tuppers, anillas, las
paneras o lo que tengáis en casa.
Simplemente poned cuidado en que
sean objetos seguros, nada que pueda romperse o que sea tóxico,
obviamente.
- Facilitar cajones que puedan abrir y cerrar y guardar cosas dentro. O
sacarlas, ¡ya sabéis como les gusta!

Esperamos que os haya gustado y que os ayude en estos momentos

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