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Chiapas Vol2 Baja PDF
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Primera edición, 2013
D.R. © 2013 Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Liga Periférico – Insurgentes
Sur 4903 Parques del Pedregal, Tlalpan, 14010 México, D. F. http://www.conabio.gob.mx
D.R. © 2013 Gobierno del Estado de Chiapas. Palacio de Gobierno, Centro, 29000 Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
http://www.chiapas.gob.mx
ISBN: 978-607-7607-98-4
a.
ISBN Vol II: 978-607-8328-00-0
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Forma de citar:
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio). 2013. La biodiversidad en Chiapas: Estudio de
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Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad/Gobierno del Estado de Chiapas. México.
su
Andrea Cruz Angón
Erika Daniela Melgarejo
Fernando Camacho Rico
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Karla Carolina Nájera Cordero
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Compilación de textos:
Grelsvia Arguiluz Casas, Fernando Camacho Rico, Andrea Cruz Angón y Erika Daniela Melgarejo
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Corrección de estilo:
Juan Miguel García Fernández
hi Erika Daniela Melgarejo
Fernando Camacho Rico
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Karla Carolina Nájera Cordero
Diseño y Formación: Jessica Valero Padilla
Vianney A. González Luna
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Andrea Cruz Angón, Erika Daniela Melgarejo, Fernando Camacho Rico, Oscar Báez Montes, Jessica Valero Padilla, Karla
Carolina Nájera Cordero, Rafael Pompa Vargas, Sofía Escoto Hernández, Viviana Cecilia Fernández Pumar, Diana Hernández
gr
Robles, Susana Ocegueda Cruz, Elizabeth Moreno Gutiérrez, Rocío Magdalena Villalón Calderón, Ariadna Ivonne Marín
Sánchez, Juan Manuel Martínez Vargas, María Alejandra González Gutiérrez y Sofía de la Guerra Becerril.
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Agradecimientos: El Gobierno del Estado de Chiapas, y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiver-
sió
sidad, expresan su reconocimiento a todas aquellas instituciones y personas que colaboraron en la elaboración del presente
Estudio de Estado, en particular al Instituto para el Desarrollo Sustentable en Mesoamérica A.C. (Idesmac) que estuvo invo-
lucrado en el proceso de formulación de este documento y a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desa-
er
Salvo en aquellas contribuciones que reflejan el trabajo y quehacer de las instituciones y organizaciones participantes, el conte-
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a.
formación de ésta.
Desde el siglo xix los científicos han realizado investigaciones de esta biodi-
nt
versidad o diversidad biológica en las selvas, en las regiones de la Sierra y el
Soconusco, descubriendo especies únicas en la botánica y la zoología que ahora
ve
se encuentran severamente amenazadas y en espera de que se tomen las mejores
decisiones para su recuperación y manejo o, bien, la conservación de este patri-
monio natural del cual somos ampliamente favorecidos por nuestra ubicación
su
geográfica, los espacios de concurrencia de fenómenos naturales como el cruce
de las condiciones de la región Neártica y la confluencia de la región Neotropical
que prevalece en nuestra geografía.
a
Chiapas emerge geológicamente de un proceso de ensamblaje único de
millones de años, quedando patente en los cañones los procesos de transforma-
id
ción impregnados en sus entrañas con tesoros geológicos y paleontológicos, que
describen su esforzada evolución y su potente e inquebrantable lucha por emerger
b
con una base productiva que reconozca la herencia millonaria que atesora nuestra
hi
geografía, la que convoca siempre a cientos de historiadores, botánicos, zoólogos
y ecólogos, ahora con especialidades tecnológicas como los genetistas, expertos
ro
en evolución y los taxónomos quienes describen un sinnúmero de especies que
nos colocan en el segundo estado en materia de biodiversidad y que, sin duda
alguna, le damos a nuestro país referentes de especies y ecosistemas que lo
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Chiapas sea la más rica muestra hidrológica del país. Aquí corre más de 30% del
agua de la nación y se precipita casi 10% de lo que llueve, con caudales conec-
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tados con Guatemala en donde nacen sus dos principales cauces, el Grijalva y el
Usumacinta, que año tras año contribuyen a que estas cuencas vayan discu-
at
manejo, los cuales deben ser más sustentables y ceñirse a los acuerdos interna-
sió
cionales, sobre todo ante el cambio climático como escenario emergente que pone
en situaciones más vulnerables a las cuencas bajas y ciudades que se asientan
en las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta.
Pero a pesar de las condiciones de riqueza, la dificultad geográfica y fisiográ-
er
a.
bienes y servicios que, sumados a sus ecosistemas, le brindan a la sociedad en
las múltiples expresiones que contamos en Chiapas. El nuestro es un estado muy
nt
diverso, pluriétnico y pluricultural, que lo une a Oaxaca y lo conecta con la Meso-
américa que rescata históricamente este puente de conectividad y paso de espe-
ve
cies y culturas, los que dejan a esta región como el segundo puente de biodiver-
sidad y cultura del mundo, ya descritos por sendos documentos producidos desde
la academia, experiencias de las ciencias y símbolos contemporáneos de nuestra
su
cultura a través del ATENEO de Ciencias y Artes de Chiapas, que ha sido enor-
memente reconocido por los investigadores.
Así es como la presente obra, titulada La Biodiversidad en Chiapas. Estudio
a
de Estado, compila e integra con un lenguaje sencillo, la mayor parte de la infor-
mación de las ciencias naturales y las ciencias sociales generada para el estado,
id
a nivel nacional e incluso internacional. Incluye, además, el conocimiento secular
que tiene la sociedad en relación con la biodiversidad.
b
La pobreza del mundo y la marginación pasan por momentos que evidencian
hi
que antes de los años sesenta sostuvimos un modelo que agotó muchas fuentes
de aprovisionamiento, contaminó las áreas más prístinas de la región y encapsuló
ro
a la sociedad que, poco o nada, ha realizado con un solo canal que, cuando menos,
sostiene una estrategia de educación ambiental.
Con la gran cantidad de información acumulada desde el profesor Eliseo Pala-
.P
cios Aguilera, Faustino Miranda, Miguel Álvarez del Toro y muchas generaciones
más que han retomado los bríos, y con la Comisión Nacional Sobre el Uso y
Conocimiento de la Biodiversidad (conabio), en Chiapas hemos avanzado en la
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a.
acerca de la situación de los recursos biológicos en Chiapas, que se pone a
disposición de autoridades, académicos, comunidades locales, grupos indígenas
nt
y la sociedad en general, y será una herramienta básica para la toma de deci-
siones y el diseño de estrategias de planeación del uso sustentable, conserva-
ve
ción y restauración del capital natural del estado en beneficio del desarrollo
integral de nuestra sociedad. Esta información es sin duda un excelente punto
de partida; sin embargo, se requiere tener en cuenta que el conocimiento conte-
su
nido en esta obra dista de estar completo y es necesario continuar incremen-
tándolo de forma permanente.
Queremos reconocer a las instituciones académicas estatales, nacionales e
a
internacionales que participaron en este notable esfuerzo. Asimismo, es de
reconocer el apoyo y dedicación de los cerca de 200 autores pertenecientes a
id
más de 40 instituciones y centros de investigación, para integrar los 9 capítulos
que constituyen el documento, los felicitamos por la culminación de este gran
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esfuerzo. Asimismo, extendemos una invitación para continuar participando en
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la elaboración de la Estrategia Estatal para la Conservación y Uso Sustentable
de la Biodiversidad de Chiapas y, desde luego, en su pronta, permanente y
ro
efectiva implementación.
Por otro lado, deseamos agradecer a la Agencia Española de Cooperaión Inter-
nacional para el Desarrollo (aecid) por su apoyo para la impresión de esta obra.
.P
detener el deterioro del capital natural en el estado de Chiapas, así como usar de
manera sostenible y conservar los servicios ambientales en beneficio de la
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sarán de manera tal que en un futuro cercano se pueda constituir una comisión
estatal de biodiversidad, a semejanza de conabio, que trabaje en apoyo al desa-
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Índice
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Índice II 9
Introducción 13
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Estudio de caso. La cuenca del río Amarillo y los humedales de montaña 58
Estudio de caso. Ecología de los humedales del litoral del estado 62
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Capítulo 8 Diversidad de especies
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Resumen 73
Estado actual del conocimiento de la diversidad fúngica 75
Estudio de caso. Los hongos ascomicetes 84
su
Biodiversidad de algas marinas bénticas 89
Diversidad de algas dulceacuícolas: una riqueza y un potencial por descubrir 97
Los helechos (Pteridophyta) 103
da
Las gimnospermas 111
Las plantas con flores 121
Estudio de caso. Las cactáceas 126
bi
Estudio de caso. Lacandonia schismatica Una línea evolutiva nueva 130
Plantas sumergidas, flotantes y emergentes de los humedales 133
hi
Plantas epífitas
Estudio de caso. Conservación y uso sustentable de bromelias epífitas en los
143
ro
Altos de Chiapas 152
Orquídeas 154
Estudio de caso. El cultivo sustentable de las orquídeas del Soconusco 158
.P
a.
Diversidad y conservación de los mamíferos 351
Estudio de caso. Extinción de la liebre de Tehuantepec 362
nt
Estudio de caso. Mamíferos del Corredor Biológico Sierra Madre del Sur 366
Estudio de caso. Diversidad y situación de conservación de los murciélagos 370
ve
Capítulo 9 Diversidad genética
Resumen 375
su
Estudios sobre variación y diversidad genética 377
Estudio de caso. Diversidad genética del maíz en Chiapas 386
Estudio de caso. Diversidad genética en poblaciones de insectos de importancia agrícola 388
a
Estudio de caso. Variación y diversidad genética de la liebre de Tehuantepec,
Lepus flavigularis 390
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Nuestros autores 395
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Índice II
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12 La biodiversidad en Chiapas
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Introducción
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Introducción II 13
Introducción
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IX) Diversidad genética. El objetivo del primero de estos es poner a disposición
de un público amplio el estado actual del conocimiento de la diversidad de los
nt
principales ecosistemas y grupos biológicos que se distribuyen en Chiapas. En
el capítulo VIII cada grupo, comenzando por los hongos y terminando con los
ve
vertebrados, es descrito de manera muy breve, se analizan los patrones de
diversidad y distribución en el estado, se describe su importancia, ya sea ecoló-
gica, económica o cultural, los vacíos existentes en su conocimiento y los prin-
su
cipales retos y oportunidades de conservación, entre otros temas relevantes.
El noveno capítulo, por su parte, reúne algunas contribuciones sobre el conoci-
miento de la diversidad genética de especies nativas de Chiapas.
da
El concepto de especie
bi
En la introducción del volumen I, la diversidad biológica es definida como toda
la variedad de las especies vivientes, no sólo las plantas (Plantae) y los animales
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(Animalia), sino también los hongos (Fungi), los protozoarios (Protista) y las
bacterias (Monera). Además, la biodiversidad también incluye a los diversos
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ecosistemas en los que las especies habitan e interactúan y a la variabilidad
genética que éstas poseen.
Debido a que este segundo volumen tiene como base a la especie, se hace
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una breve revisión del concepto, que a pesar de su importancia, el término sigue
siendo ambiguo por razones que se mencionarán más adelante. La especie es
la unidad básica de la clasificación taxonómica, es el nivel más conocido de la
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biodiversidad (Levin, 1979; Mayden, 1997) y por eso es que gran parte de la
crisis actual de pérdida de la diversidad biológica está expresada básicamente
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ocurren en cada uno de los sitios; buena parte de los esquemas, leyes y políticas
de conservación se han enfocado también en las especies, para las cuales se
gr
Cruz-Angón, A. y F. Camacho. 2013. Introducción II. pp. 13-16. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Esta-
do. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de
Chiapas, México.
14 La biodiversidad en Chiapas
actualidad, tan solo para definir a los organismos eucariontes, es decir, a aquellos
que poseen células con un núcleo delimitado por membranas, se han identificado
al menos 22 conceptos distintos de especie (Rosselló-Mora y Amann, 2001). Esto
nos indica que existen conceptos de especie moldeados según el enfoque disci-
plinario que se considere (Perfectti, 2002), por ejemplo, el biológico (Mayr, 1942),
el evolutivo (Simpson, 1961; Wiley, 1981; Templeton 1989), el filogenético
(Cracraft, 1989) y el ecológico (Mayden, 1997; Brent, 1999), entre otros.
a.
La historia del concepto de especie es compleja. La mayor parte de las
sociedades, desde tiempos muy antiguos, ha clasificado a los seres vivos con
nt
base en sus similitudes morfológicas (Perfectiti, 2002; Sharma, 2009). En la
antigua Grecia, por ejemplo, Platón planteó que un dios fue quien creó, en
ve
primera instancia, a los arquetipos (algo similar al concepto de especie actual),
colocándolos en el eidos o mundo de las ideas y, posteriormente, esta deidad
creó a los seres vivos como sus copias imperfectas (Valencia, 1991). Este
su
concepto se mantuvo sin mayores cambios durante varios siglos y no fue sino
casi 1 000 años después que el concepto de especie comenzó a cambiar; John
Ray, naturalista inglés, en su Historia Plantarun (1866), propuso la perpetuación
a
de los caracteres esenciales de las plantas a través de la reproducción, como
un criterio para la diferenciación entre las especies vegetales (Valencia, 1991).
id
Posteriormente, George Louis Leclerc, Conde de Buffon (1791), definió a la
especie como “el conjunto de individuos capaces de engendrar descendencia”
b
lo que posteriormente se conocería como especie biológica. En 1859, Charles
hi
Darwin publicó El origen de las especies por medio de la selección natural o la
preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida con la cual el
ro
concepto de especie incorporó la noción de cambio a través del tiempo (evolu-
ción), lo que transformó todo el pensamiento de la sociedad de entonces, inclu-
yendo los ámbitos científico, social y económico.
.P
epíteto específico (o especie) (figura 1). Este sistema evita las confusiones que
podrían darse por el uso de nombres vernáculos o comunes, los cuales no sólo
varían entre regiones, sino en función de la concepción y cosmovisión que se
n
tenga de la naturaleza; por esta razón, es que en los textos técnicos o científicos
sió
Cada una de las contribuciones del capítulo VIII cuenta con la información
básica acerca de los principales grupos de hongos, plantas, invertebrados y
vertebrados, como el número de especies, su distribución geográfica, su impor-
tancia ecológica, económica y cultural; se identificó a las especies endémicas,
Introducción II 15
a.
mente una actualización de lo reportado en las obras antes mencionadas,
aunque con un enfoque ligeramente distinto, dado que, en este caso, se procuró
nt
orientar la información hacia la toma de decisiones.
Este capítulo evidencia el trabajo de 103 investigadores y expertos pertene-
ve
cientes a 22 instituciones tanto nacionales como extranjeras, realizado durante
varias décadas. A pesar de todo este esfuerzo, aún existen vacíos de informa-
ción importante –por ejemplo, no se contó con trabajos sobre grupos de microor-
su
ganismos como las bacterias y los protozoarios–, lo que hace evidente la nece-
sidad de fortalecer la investigación científica en el estado, especialmente para
grupos taxonómicos poco conocidos; por tal motivo, consideramos que esfuerzos
da
posteriores de compilación del conocimiento biológico del estado deberán enfo-
carse en cubrir los vacíos que no fue posible resolver tanto en trabajos ante-
riores como en este último esfuerzo.
bi
En el capítulo IX , “Diversidad Genética”, se han incluido tres breves casos
de estudio sobre algunas especies que se distribuyen en el estado. A pesar de
que Chiapas cuenta con un número suficiente de instituciones con la infraes-
tructura necesaria para llevar a cabo trabajos de investigación en genética no
hi
ro
fue posible contar con un mayor número de contribuciones que documentaran
las experiencias de investigación en este tema.
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Reino: Reino:
Plantae Animalia
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División: Phyllum:
Magnoliophyta Chordata
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Clase: Subphyllum:
Liliopsida Vertebrata
Clase:
Orden: Reptilia
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Triuridales Orden:
Familia: Squamata
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Lacandoniaceae Familia:
Género: Polychrotidae
Lacandonia Género:
Especie: Anolis
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Figura 1. Clasificación taxonómica de dos especies que se distribuyen en Chiapas, Anolis alvarezdeltoroi (Anolis
de Álvarez del Toro), especie que solo ha sido registrada en la localidad tipo en Ocozocoautla, Chiapas. Foto: Noé
Jiménez Lang; Lacandonia schismatica, planta endémica a Chiapas que es considerada como representante de
una nueva línea evolutiva entre las plantas. Foto: Esteban Martínez.
16 La biodiversidad en Chiapas
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ve
Literatura Citada
su
Agapow, P.M., O.R. Bininda-Emonds, K.A. Crandall, J.L. Perfectti, F. 2002. Especiación: modos y mecanismos. En: M.
Gittleman, G.M. Mace, J.C. Marshall, A. Purvis. 2004. Soler, Evolución: La base de la biología, Proyecto Sur,
“The impact of species concept on biodiversity studies”, España.
a
The Quarterly Review of Biology, 79: 161-179. Rosselló-Mora, R., Amann, R. 2001. The species concept for
Álvarez Del Toro, M., E. Palacios, T.G. Cabrera, C.A. Gui- prokaryotes. fems Microbiological Reviews 25: 39-67.
id
chard, A. Ramírez, G.J. Cartas. 1993. Chiapas y su bio- Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Se-
diversiad. Amigos de Sian Ka’an, A.C. México. 152 p. marnat). 2010. Norma Oficial Mexicana nom-059-semar-
b
Brent, D. 1999. Getting Rid of Species?. En: R. Wilson (ed.). nat-2010, Diario Oficial de la Federación (dof).
Species: New Interdisciplinary Essays. mit Press.
Cracraft, J. 1989. Speciation and its ontology: the empirical
hi
Sharma, O.P. 2009. Plant Taxonomy. McGraw-Hill Publishing
New Delhi.
ro
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derstanding patterns and processes of differentiation. bia University Press, New York.
En: D. Otte y J.A. Endler (eds.): Speciation and its Con- Templeton, A.R. 1989. The meaning of species and specia-
.P
sequences. Sinauer, Sunderland, MA. 28-59 pp. tion: a genetic perspective. En: D. Otte y J.A. Endler
González, M., N. Ramírez y L. Ruíz (coord.). 2005. Diversi- (eds.), Speciation and its Consequences, Sinauer, Sun-
dad Biológica en Chiapas. Consejo de Ciencia y Tecno- derland, MA, 3-27 pp.
ta
logía del Estado de Chiapas, El Colegio de la Frontera Valencia, S. 1991. El problema de la especie. Ciencias 24,
Sur, México, 484 p. unam.
ui
Levin, D.A. 1979. The nature of plant species. Science 204: Wiley, E.O. 1981. Phylogenetics. The theory and practice of
381-384. phylogenetic systematics, Wiley-Liss, New York.
at
versity Press.
Mayden, R.L. 1997. A hierarchy of species concepts: the
denouement in the saga of the species problem. En: M.F.
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Capítulo
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diversidad de
ecosistemas
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Resumen de ecosistemas terrestres
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riquezas florísticas de México, de acuerdo con el sistema propuesto por Breedlove
(1981); para Chiapas se reconocen 17 tipos de vegetación o principales formacio-
nt
nes vegetales. Este sistema divide a las formaciones boscosas en dos principales
series: las “formaciones óptimas”, que no tienen una estación seca apreciable, y
ve
las “formaciones estacionales”, con una estación seca de 1-6 meses de duración.
Breedlove (1981) definió otras dos series que reconoce como francamente artifi-
ciales: una serie de formaciones no arboladas y otra de formaciones arboladas de
su
áreas inundables (cuadro 1).
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C. Formaciones
B. Formaciones estacio- D. Formaciones no
A. Formaciones óptimas arboladas de áreas
nales arboladas
inundables
bi
5. Bosque estacional 14. Matorral perennifolio
1. Bosque tropical lluvioso 10. Sabana
perennifolio de neblina
3. Bosque lluvioso de montaña 7. Selva baja caducifolia 12. Palmar 16. Popal
neblina costeras
ui
extinción de ninguna especie arbórea, pero esto no quiere decir que las dinámi-
sió
tación original, sino también aquella de los más complejos paisajes humanizados
que otrora se derivaban de los usos tradicionales. Las perspectivas de desarro-
V
a.
necesidad de optar por sistemas simplificados y la introducción de especies
exóticas. A la par, una adecuada inversión y capitalización en las comunidades
nt
indígenas y campesinas podría concentrar y capacitar a la mano de obra en torno
a sistemas de producción más intensiva, con técnicas ambientalmente blandas,
ve
que a la postre logren hacer más redituable el trabajo y el arraigo rural.
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Capítulo 7 Diversidad de ecosistemas 21
Introducción
a.
historia geológica y humana de Chiapas ocasionan una gran variedad de paisa-
jes, condiciones ecológicas locales, gradientes ambientales regionales, además
nt
de una enorme diversidad regional de ecosistemas y especies (Müllerried, 1957;
Breedlove, 1981; Ceballos et al., 1998; González-Espinosa et al., 2005a). Como
ve
en cualquier otro lugar, la descripción y clasificación de las comunidades vege-
tales terrestres de Chiapas surge de la necesidad de comprender su estructura
y funcionamiento para su mejor manejo (Shimwell, 1971). Sin embargo, sin
su
entrar en antiguos debates sobre la naturaleza de las comunidades vegetales
(Gleason, 1926; Clements, 1936; ver una discusión en Ricklefs, 2004), debe
enfatizarse que en la actualidad se considera que las comunidades vegetales no
da
son entidades fácilmente delimitables en el espacio, sino meras entidades
emergentes de la coincidencia puntual en el tiempo y el espacio de las distribu-
ciones de las especies a nivel regional (Ricklefs, 2004). En este capítulo no
bi
podemos sustraernos de seguir la tradición académica de intentar describir una
vegetación terrestre tan compleja como la de Chiapas con base en la identifi-
hi
cación de unidades discretas, es decir, los tipos de vegetación o formaciones
vegetales que se describen y clasifican en tratados como los de Miranda (1952),
ro
Miranda y Hernández X. (1963), Gómez-Pompa (1965), Pennington y Sarukhán
(1968, 2005), Rzedowski (1978) y Breedlove (1981). Con todo, no podemos
dejar de llamar la atención sobre la realidad de su compleja integración a lo largo
.P
Berlin et al., 1974; Smith, 1981; Breedlove, 1986; Wendt, 1993; Fryxell, 1994;
Daniel, 1997, 2005a,b; Farjon y Styles, 1997; Strother, 1999; Calderón de Rze-
V
González-Espinosa, M. y N. Ramírez-Marcial. 2013. Comunidades vegetales terrestres pp. 21-42. En: La biodi-
versidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
(conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
22 La biodiversidad en Chiapas
za florística del estado (estimada entre nueve mil En este capítulo se describen las comunida-
y 10 mil especies de plantas vasculares) y sin des vegetales terrestres de Chiapas reconocidas
dejar de conceder que persisten considerables en el sistema propuesto por Breedlove (1981), a
lagunas de conocimiento, puede decirse que la su vez basado en el de Beard (1944). Encontra-
flora de Chiapas está moderadamente bien docu- mos varias razones para seguir este sistema.
mentada (figuras 1 y 2). En el más reciente libro Primero, se trata de un sistema sencillo y muy
sobre los árboles de Guatemala (Parker, 2008) se general. Segundo, se basa en criterios directa-
a.
presentan las descripciones botánicas completas mente ecológicos, relativos a las relaciones de la
de poco más de 2 300 especies y variedades de vegetación con las principales variables ambien-
nt
árboles encontrados en dicho país; probablemen- tales, como la temperatura (correlacionada con
te, más de 90 % de esas especies se distribuyen la altitud) y la precipitación (duración de la esta-
ve
en Chiapas. ción seca). Tercero, no usa nomenclatura elabo-
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Número de especies
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Familias
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Figura 1. Relación de las 20 familias botánicas con la mayor riqueza de especies de árboles en Chiapas. La información de base proviene
de registros obtenidos de ejemplares en diversos herbarios nacionales y el extranjero (González-Espinosa et al., 2004, 2005b) y de inventa-
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Géneros
Figura 2. Relación preliminar del número de especies para los géneros más representados en la flora arbórea de Chiapas. La información de
base proviene de registros obtenidos de ejemplares en diversos herbarios nacionales y el extranjero (González-Espinosa et al., 2004, 2005b)
y de inventarios florísticos de múltiples autores. Elaborado por los autores.
Capítulo 7 Diversidad de ecosistemas 23
rada o poco usada fuera de México, por lo que es especies arbóreas. Cabe señalar que este dato no
fácil relacionar los principales tipos de vegetación corresponde a la densidad de especies, para lo
de Chiapas con sistemas muy ampliamente utili- cual se requiere de información actualizada sobre
zados (Holdridge, 1967, 1987). Cuarto, se pueden la extensión espacial de la distribución de cada tipo
presentar equivalencias explícitas con los princi- de vegetación. También presentamos un apéndice
pales sistemas desarrollados en México (cuadro electrónico (apéndice VII.1) con un listado prelimi-
1). Finalmente, el amplio uso que hemos efec- nar actualizado con las 1 516 especies arbóreas
a.
tuado de este sistema durante dos décadas de colectadas en Chiapas y los tipos de vegetación
trabajo en bosques y selvas muy alterados de en que se han encontrado.
nt
Chiapas nos lleva a considerarlo como un sistema
de clasificación efectivo. Formaciones óptimas
ve
Descripción de las Las cuatro formaciones óptimas se presentan
formaciones vegetales desde el nivel del mar hasta por encima de los
su
3 000 m de altitud. Breedlove (1981) las define con
El sistema desarrollado por Breedlove (1981) para base en la ocurrencia de una estación seca de
Chiapas, del cual existe una traducción al español menos de un mes de duración, aunque es común
da
en López Sánchez (1993), divide a las formaciones que ésta dure hasta dos meses sin que el piso
boscosas en dos principales series: las “formacio- forestal llegue a secarse. Se trata de comunidades
nes óptimas”, que no tienen una estación seca muy diversas, con predominio de especies arbó-
bi
apreciable, y las “formaciones estacionales”, con reas perennifolias, cuya extensión original abar-
una estación seca de 1-6 meses de duración. caba entre 20 y 25 % del territorio chiapaneco
hi
Breedlove (1981) definió otras dos series que
reconoce como francamente artificiales: una serie
(Flores-Mata et al., 1971; Palacio-Prieto et al.,
2000). Debido al cambio de uso del suelo, para
ro
de formaciones no arboladas y otra de formacio- dedicarlo principalmente a actividades agropecua-
nes arboladas de áreas inundables. En la figura 3 rias, su distribución ha sido severamente reducida
se presenta, de manera preliminar, la riqueza de y su integridad biológica y funcional a largo plazo
.P
especies acumulada en cada uno de los dife- está seriamente amenazada, como han documen-
rentes tipos de vegetación con dominancia por tado en detalle estudios realizados en varias
ta
1 000
ui
800
at
Número de taxa
600
gr
400
n
sió
200
er
0
BTL BLMB BLM BPN BEPL BTL SBC BPE SBEC SAB MAN
Formaciones vegetales
V
Cuadro 1. Equivalencia entre distintos sistemas de nomenclatura que se han utilizado para la
descripción de los tipos de vegetación de Chiapas.
a.
Selva alta Selva alta Selva alta
Bosque tropical Selva alta siempre
perennifolia, perennifolia, perennifolia,
lluvioso verde, parcialmente
parcialmente parcialmente parcialmente
nt
Selva alta Selva alta Selva alta
Bosque lluvioso de Selva alta siempre
perennifolia, perennifolia, perennifolia,
ve
montaña baja verde, parcialmente
parcialmente parcialmente parcialmente
su
verde, parcialmente parcialmente parcialmente parcialmente
a
Selva alta
id
Selva alta o mediana Selva alta o mediana
Bosque estacional Selva alta o mediana
subperennifolia/ subperennifolia/
perennifolio subdecidua subperennifolia/
subcaducifolia subcaducifolia
subcaducifolia
b
Bosque de pino-
encino-liquidámbar
(Pine-Oak-
Bosque deciduo
(Deciduous forest,
Miranda y Sharp,
hi
Bosque caducifolio Bosque Caducifolio
ro
Liquidambar forest,
1950)
Carlson, 1954)
.P
Bosque de pino-
Pinares y Encinares Pinares y Encinares
ta
encino
Selva baja espinosa Selva baja espinosa Selva baja espinosa
ui
subperennifolia
Manglar,
Canacoital Canacoital
gr
parcialmente
Palmar de Attalea y
Palmar Palmar Palmar
Palmar de Sabal
n
Matorral
perennifolio de Páramos de altura Páramos de altura
neblina
er
Tular Tular
Popal Popal
V
a.
Selva alta perennifolia,
Bosque tropical perennifolio, parcialmente Tropical rain forest
parcialmente
nt
Selva alta perennifolia, Tropical premontane moist, wet or rain
Bosque tropical perennifolio, parcialmente
ve
parcialmente forest
su
(ver también Ramírez-Marcial, 2001)
a
id
Selva alta o mediana Tropical or Subtropical premontane moist
Bosque tropical perennifolio, parcialmente
subperennifolia forest
b
Bosque caducifolio
(ver también Ramírez-Marcial, 2001)
hi
Bosque mesófilo de montaña, parcialmente
Subtropical montane moist forest; Cloud
forest, parcialmente (Leopold, 1950, Martin
ro
1958)
Selva baja caducifolia Bosque tropical deciduo forest; Deciduous seasonal forest (Beard,
1944)
Palmar
n
regiones del estado (Bubb, 1991; de Jong et al., 800 msnm) de Chiapas que no tienen una esta-
1999; Ochoa-Gaona y González-Espinosa, 2000; ción seca o donde ésta es muy corta (< 2-3
Ochoa-Gaona, 2001; Cayuela et al., 2006 a,b; meses). Se encuentra en una variedad de geofor-
Flamenco-Sandoval et al., 2007). mas, desde lomeríos suaves con suelos profun-
dos y bien drenados hasta pendientes muy
Bosque tropical lluvioso (btl) acentuadas con suelos pedregosos muy delga-
dos. Estos bosques han sido ampliamente talados
a.
Hace casi medio siglo se mencionó que los y quemados para dedicar los terrenos a usos
escasos fragmentos de bosques que podrían agropecuarios, principalmente cafetales en
nt
merecer esta denominación sólo se encontra- amplias regiones; solamente se mantienen frag-
ban en las partes bajas (menos de 400 msnm) mentos maduros en cañadas rocosas o en cimas
ve
y muy lluviosas (más de 2 000 mm de lluvia muy inaccesibles. Originalmente ocupaban la
anual) de las Montañas del Oriente –Selva mayor parte de las Montañas del Oriente (Selva
Lacandona, municipio de Ocosingo (Müllerried, Lacandona), las partes bajas de las Montañas del
su
1957)–, en lomeríos suaves con suelos aluviales Norte y una estrecha franja en la vertiente del
profundos y con buen drenaje (Miranda, 1961; Pacífico de la Sierra Madre de Chiapas. Este tipo
Breedlove, 1981; Pérez et al., 2005). Es posible de vegetación comparte muchas de las especies
a
que en la actualidad no persistan estos frag- del btl, pero carece del estrato superior de árbo-
mentos por la acentuada deforestación ocurrida les emergentes. Se pueden identificar tres estra-
id
en la región. En condiciones de bosque maduro, tos (cuadro 2). El dosel o estrato superior es casi
esta formación vegetal sería posiblemente la continuo y alcanza desde 20 hasta 40-45 m de
b
más diversa en Chiapas, quizá con 110-120 altura. El interior de estos bosques puede incluir
especies de árboles por hectárea –individuos
con un diámetro del tallo a la altura del pecho,
hi
densas poblaciones de palmas, arbustos, bejucos
y lianas con frecuencia asociadas a aperturas del
ro
d.a.p., mayor de 3 cm– (Meave del Castillo, dosel por disturbios naturales o antrópicos de
com. pers.). Se le reconocen tres (Breedlove, baja extensión o intensidad. La mayor proporción
1981) o cuatro estratos (Meave del Castillo, del blmb ha sido convertido a potreros y terrenos
.P
1990) y se distingue del bosque lluvioso de agrícolas en las partes bajas y cafetales en las
montaña baja que lo circunda (ver más adelante) partes más altas, lo que ha ocasionado en los pai-
por la presencia de un estrato discontinuo por sajes montañosos un mosaico muy complejo y
ta
ramificados hasta su parte más alta y con con- Mendoza, 1980; Castillo-Campos y Narave,
trafuertes en su base que típicamente rebasan 1992; Quintana-Ascencio et al., 1996; Levy et al.,
at
los 40 m de altura –hasta 60 y ocasionalmente 2002; Levy-Tacher y Aguirre Rivera, 2005; Gon-
70 m (Miranda, 1961). En el estrato intermedio zález-Espinosa et al., 2005b).
gr
florística de estos estratos es muy similar a la Las asociaciones del bosque lluvioso de montaña
sió
del bosque lluvioso de montaña baja (cuadro 2). se distribuyen en una amplia franja de altitud
El piso forestal del btl es poco iluminado y son (900-2 200 msnm) en las partes altas de las
escasas las especies herbáceas y arbustivas; su regiones montañosas sin estación seca acen-
abundancia local indica disturbios recientes en tuada de las Montañas del Norte y del Oriente
er
los niveles altos del bosque debidos a la caída (Ramírez-Marcial et al., 2001), a lo largo de la
de ramas o árboles. vertiente oriental de la Meseta Central y en las
V
1981; Rzedowski, 1996; Wolf y Flamenco, 2003, Farrera et al., 2004) y los musgos y epífitas son
2005). El blm incluye tres estratos (en las partes abundantes, con un incremento en la represen-
más altas de su distribución se distinguen sólo tación de los helechos entre estas últimas (Smith,
dos): un dosel o estrato superior que alcanza 1981; Wolf y Flamenco, 2003, 2005). Las amplias
entre 20 y 35 m de altura, ocasionalmente con transformaciones agropecuarias han dado lugar
individuos emergentes de más de 40 m, un a numerosos y muy variados fragmentos de
estrato intermedio de entre 10 y 20 m y un estrato vegetación secundaria asociados al bpn, cuya
a.
bajo de entre 4 y 10 m (cuadro 2). El sotobosque composición con frecuencia se relaciona estre-
es denso con arbustos, helechos y herbáceas. chamente con otros tipos de vegetación colin-
nt
Las mayores plantaciones de café en Chiapas se dantes (González-Espinosa et al., 2006; Cayuela
encuentran en terrenos que antes ocupaba el et al., 2006c; Zavala et al., 2007). Ocasionalmen-
ve
blm; junto con los desmontes para otros usos te, algunos elementos de los bosques maduros
agropecuarios, constituyen un complejo paisaje predominan en bosques secundarios, notable-
de comunidades sucesionales. mente las especies del género Pinus, con modi-
su
ficaciones importantes en las condiciones
Bosque perennifolio de neblina (bpn) ambientales del interior del bosque (González-
Espinosa et al., 1995, 2008; Ramírez-Marcial et
da
Las asociaciones de esta formación ocupan las al., 1998; Ramírez-Marcial, 2001; Galindo-Jaimes
partes más altas de las montañas más húmedas et al., 2002; Cayuela et al., 2006c).
de Chiapas (más de 2 200 m de altitud), en la
bi
Meseta Central, las Montañas del Norte y la Formaciones estacionales
Sierra Madre de Chiapas. Posiblemente se trata
del tipo de vegetación más amenazado en Chia-
pas debido a que su distribución siempre ha sido
hi
Más de la mitad de la extensión de la vegetación
original de Chiapas la ocupaban comunidades
ro
restringida, al alto grado de fragmentación de la forestales con una estación seca de entre tres y
distribución original de las especies –muchas de seis meses de duración y que se distribuían desde
ellas endémicas al bpn al cambio de uso del sue- el nivel del mar hasta cerca de los 3 000 m de
.P
lo –en especial la deforestación, que conlleva la altitud. Breedlove (1981) menciona que sus rema-
ocurrencia de heladas invernales y sequía en nentes son bosques abiertos, relacionados florís-
áreas abiertas que no alcanzan el interior de los ticamente y con franjas de sobreposición en su
ta
bosques maduros– y al cambio climático global distribución. Las lianas son poco frecuentes pero
que ocasionará la desaparición de su caracterís- las epífitas pueden ser muy abundantes.
ui
composición florística local. Aunque en el bpn y 1 200 m de altitud. Su distribución original abar-
el blm confluyen taxa de una gran variedad de caba porciones de suelos derivados de materia-
afinidades fitogeográficas, más de la mitad de los les calizos o metamórficos, delgados y
n
en Chiapas son de afinidad neotropical amazóni- sur y oeste de las Montañas del Norte y de la
ca, meridional andina u holártica (Ramírez-Mar- Planicie Costera del Golfo. Es un tipo de bosque
cial, 2001). Los fragmentos maduros de estos que guarda similitud fisonómica con el btl y el
bosques incluyen dos estratos (cuadro 2): un blmb durante la estación lluviosa; sin embargo,
er
dosel casi continuo a una altura de entre 25 y presenta una estación seca bien definida en la
35 m, aunque algunos individuos emergentes que el piso forestal se seca considerablemente
V
pueden alcanzar los 45 m, y un estrato interior de y algunas de las especies dominantes pierden
entre 5 y 20 m de altura (Carlson, 1954; Zuill y sus hojas. Consta de dos o tres estratos (cuadro
Lathrop, 1975; Williams, 1991; Ramírez-Marcial 2), con un dosel discontinuo de entre 25 y 35 m
et al., 1998; Gómez Velasco et al., 2004). El de altura (ocasionalmente hasta 40 m) y uno o
sotobosque arbustivo es denso, con numerosas dos estratos de árboles bajos de altura muy
palmas (Gómez Velasco et al., 2004; Pérez- variable (de entre 5 y 25 m). Algunos de sus
28 La biodiversidad en Chiapas
elementos se presentan en las cañadas protegi- ducifolias que forman dos estratos (cuadro 2):
das y vegas de ríos bien drenadas, en áreas un dosel de entre 20 y 35 m (ocasionalmente
donde el tipo de vegetación predominante es la más alto) y un estrato de árboles del interior muy
selva baja caducifolia (ver más adelante). En diverso de menos de 20 m de altura. Las epífitas
áreas de suelos fértiles y topografía no muy son abundantes sobre las ramas más fuertes de
accidentada, esta comunidad vegetal ha sido los árboles más altos. Algunas de las mayores
ampliamente convertida en potreros y campos extensiones de asociaciones maduras remanen-
a.
de cultivo. Los fragmentos mejor conservados tes de bpel se encuentran dentro de áreas
posiblemente se encuentran en las regiones más naturales protegidas, como la Reserva de la
nt
inaccesibles y con suelos más pobres (litosoles Biosfera El Triunfo y el Parque Nacional Lagunas
y regosoles) de la reserva de El Ocote (Wendt, de Montebello (Ramírez-Marcial, 2001). Sin
ve
1993; Ochoa-Gaona, 1996; Escobar-Ocampo y embargo, por razones similares a las menciona-
Ochoa-Gaona, 2007). das para el bpn, éste es uno de los ecosistemas
más amenazados por el cambio de uso de suelo,
su
Bosque de pino-encino-liquidámbar (bpel) destacándose la extensión dedicada al cultivo de
café de sombra. El dosel lo forman principal-
Esta formación vegetal se presenta en Chiapas mente tres grupos de especies que son favore-
a
en una amplia franja de altitud que va de entre cidas por el disturbio y con variación
los 1 000 y 1 200 msnm hasta poco más de considerable en tolerancia a gradientes de
id
2 000 msnm. Sus asociaciones incluyen algunas luminosidad y sequía (Camacho-Cruz y Galindo-
especies del blm, del bpn y del bosque de pino- Jaimes, com. pers.): Quercus spp., Pinus spp. y
b
encino, en pendientes y valles con una estación otras latifoliadas (principalmente Liquidambar
seca de no más de tres meses, localizados en el
norte de la Meseta Central, en lugares aislados
hi
styraciflua y en menor proporción Clethra spp. y
Persea spp.).
ro
de las Montañas del Norte y en el declive orien-
tal de la Sierra Madre (Zuill y Lathrop, 1975; Selva baja caducifolia (sbc)
Breedlove, 1981; Long y Heath, 1991; González-
.P
Espinosa et al., 1997; Ramírez Marcial et al., La sbc es un tipo de vegetación que se encuentra
1998, 2001; Ramírez-Marcial, 2001; Gómez- en Chiapas en la mayor parte de la Planicie
Velasco et al., 2004; Pérez-Farrera, 2004). Costera del Pacífico, desde el nivel del mar
ta
Ramírez-Marcial (2002) considera que el bpel hasta las partes más bajas de la Sierra Madre
puede ser una formación secundaria ocasionada de Chiapas y en la mayor parte de las planicies,
ui
por el disturbio de asociaciones más maduras laderas y cimas bajas de la Depresión Central,
del blm o del bpn (por ejemplo, la de Quercus- desde Guatemala hasta el istmo de Tehuantepec
at
Podocarpus en las Montañas del Norte). Rze- (Reyes-García y Sousa, 1997). Es una formación
dowski (1978) señala que las masas puras de que presenta una estación seca de entre cuatro
gr
Liquidambar styraciflua representan una comu- y seis meses de duración (entre noviembre y
nidad sucesional orientada hacia un bosque mayo) y alcanza hasta los 1 200 m de altitud. Se
mixto más maduro. Este mismo patrón también puede reconocer un estrato arbóreo de entre 15
n
Peláez, 2008). La inclusión de especies de Pinus están desprovistos de su follaje y florecen sin-
como características del dosel del bpel es con- crónica y asincrónicamente entre las especies.
V
das, la topografía y la calidad de los suelos han altura y riqueza de especies del dosel, así como
sido favorables para convertir este ecosistema la complejidad y riqueza de la estructura vertical,
en comarcas agrícolas muy productivas desde el son muy variables en función de la exposición, la
inicio de la época de la Colonia, en ocasiones profundidad y pedregosidad del suelo, así como
con el auxilio de obras de riego. También ha del disturbio antrópico crónico. En las condiciones
prevalecido el interés por desarrollar la ganade- de mayor altitud (>2 300 m), húmedas y frías, es
ría, generalmente extensiva, después del des- común un dosel formado por asociaciones con
a.
monte de selvas en áreas de pendientes Quercus acatenangensis, Q. benthamii, Q. cras-
pronunciadas. Se ha mencionado la posibilidad sifolia, Q. laurina, Q. rugosa, Pinus ayacahuite, P.
nt
de que en grandes extensiones de la Depresión montezumae, P. pseudostrobus var. pseudostro-
Central de Chiapas, la sbc sea una formación bus, P. p. var. apulcensis y P. tecunumanii. Los
ve
secundaria orientada a comunidades más mési- bosques de pino-encino en los sitios más húme-
cas (como el bep), derivada de incendios fuera de dos y fértiles muestran sólo una pequeña domi-
control al limpiar potreros (Miranda, 1952; Pen- nancia (valor de importancia relativa <15 %) de
su
nington y Sarukhán, 2005). En áreas montaño- los pinos respecto a los encinos o robles (Gonzá-
sas, por arriba de los 800 m de altitud, la sbc lez-Espinosa et al., 1991). En condiciones también
presenta asociaciones mixtas con elementos altas (>1 600 m), pero más secas, en sitios de
a
dominantes del bosque de pino-encino, frecuen- suelos delgados con exposición oeste o suroeste,
temente asociadas a disturbios antrópicos cróni- pueden ser comunes las asociaciones con Q.
id
cos como la extracción de leña, el pastoreo e crispipilis, Q. segoviensis, P. devoniana y P. maxi-
incendios para limpiar potreros (Álvarez-Mocte- minoi, colindantes con asociaciones de la sbc.
b
zuma et al., 1999; Rocha-Loredo et al., 2010). En Breedlove (1981) menciona a las comunidades
una estrecha franja de la Planicie Costera del
Pacífico, Miranda (1952) identificó una asociación
hi
con predominio de especies de Pinus como una
variante del bpe. Estos pinares son comunidades
ro
particular de sbc con Alvaradoa amorphoides, marcadamente empobrecidas en su composición
Coccoloba caracassana, C. floribunda, Randia y estructura y varias fuentes de evidencia apun-
armata, Prosopis juliflora, Pithecellobium dulce, tan a su frecuente origen antrópico, al menos en
.P
Trichilia hirta, Swietenia humilis y Zygia conzattii. áreas con suelos profundos que han sido dedica-
dos a la agricultura y (o) a una cosecha crónica
Bosque de pino-encino (bpe) de leña de las especies de Quercus y otras latifo-
ta
dominantes del dosel. Se puede presentar entre 2004; Quintana-Ascencio et al., 2004). En los
los 800 y 2 500 m de altitud, principalmente en la sitios con predominio de encinos se puede encon-
gr
Depresión Central, en la Meseta Central y en el trar una gran riqueza y abundancia de especies
declive del Pacífico de la Sierra Madre de Chia- de epífitas, notablemente bromeliáceas, pero
pas. Es frecuente que el predominio de especies también helechos y orquídeas (Wolf y Flamenco,
n
de estos géneros sea favorecido por diversos 2003, 2005). En las mayores elevaciones de la
sió
regímenes de disturbio antrópico, incluidos los Meseta Central (volcán Tzontehuitz y cerro Hui-
incendios. Presenta, de manera distintiva, un tepec) y del volcán Tacaná, en el Soconusco, se
dosel con predominio de varias especies de Pinus pueden encontrar comunidades dominadas por
y Quercus (González-Espinosa et al., 1991, 1995, pastos altos amacollados, descritas como zaca-
er
2006; Álvarez-Moctezuma et al., 1999; Galindo- tonales por Miranda (1952), Miranda y Hernández
Jaimes et al., 2002; Alba-López et al., 2003; X. (1963) y Breedlove (1981). En su aspecto
V
Zavala et al., 2007). Es común que coexistan general son similares al zacatonal alpino descrito
entre tres y cuatro especies de Quercus con dos por Almeida et al. (1994) encima de la línea de
o tres especies de Pinus; elementos ocasionales vegetación arbórea en el Eje Neovolcánico, aun-
del dosel pueden ser Arbutus xalapensis, Chi- que en Chiapas se presentan en menores altitu-
ranthodendron pentadactylon, Clethra chiapensis des. Se describen aquí como comunidades
y Persea americana (cuadro 2). La continuidad, asociadas al bpe, propiciadas por disturbios antró-
30 La biodiversidad en Chiapas
a.
nt
Tipo de
Distribución y principales amenazas
vegetación
ve
Áreas bajas de la región de las Montañas del Oriente. Amenazas principales: desmontes para uso
su
btl agropecuario; aprovechamientos forestales maderables y no maderables excesivos y no diversificados;
plantaciones forestales con especies exóticas.
a
b id
hi
ro
Montañas del Oriente (Selva Lacandona), áreas bajas de las Montañas del Norte y de la vertiente del
Pacífico de la Sierra Madre. Amenazas principales: desmontes para uso agropecuario; aprovechamientos
blmb
forestales maderables y no maderables excesivos y no diversificados; plantaciones forestales con
.P
especies exóticas.
ta
ui
at
gr
Áreas poco estacionales de las Montañas del Norte y del Oriente, vertiente oriental de la Meseta
n
Central y en las dos vertientes de la Sierra Madre. Amenazas principales: desmontes para uso
blm agropecuario, en especial establecimiento de cafetales; aprovechamientos forestales maderables y no
sió
a.
nt
Especies primarias Especies secundarias
ve
El estrato emergente incluye Dialium guianense, Guatteria
anomala, Poulsenia armata, Swietenia macrophylla,
su
Terminalia amazonia, Vatairea lundellii y Vochysia Ver blmb.
guatemalensis. Ver la composición de los estratos arbóreos
del interior en la descripción del blmb.
a
id
En las etapas sucesionales intermedias las especies
arbóreas más frecuentes son Blepharidium mexicanum,
b
Además de las especies del estrato emergente del btl, los Brosimum alicastrum, Bursera simaruba, Casearia niti-
fragmentos maduros incluyen un estrato relativamente da, Cupania dentata, Dendropanax arboreus, Rinorea
continuo con Aspidosperma megalocarpon, Calophyllum
brasiliense, Cojoba arborea, Cymbopetalum penduliflorum,
Licania platypus, Magnolia mexicana, Pouteria campechiana,
hi
guatemalensis, Spondias mombin, Schizolobium para-
hyba y Trophis racemosa. En los bosques sucesional-
mente incipientes (acahuales) son frecuentes Alibertia
ro
P. sapota y Sebastiania longicuspis. Un estrato arbóreo edulis, Cecropia obtusifolia, Cordia stellifera, Croton
intermedio de 10-20 m de altura incluye Alseis yucatanensis, draco, Heliocarpus donnell-smithii, H. appendiculatus,
Guarea glabra, Nectandra ambigens, Pouteria durlandii, Inga pavoniana, Ochroma pyramidale, Pseudobombax
.P
Protium copal, Quararibea funebris, Rheedia edulis y Trichilia ellipticum, Trema micrantha y Trichospermum mexica-
montana. El estrato arbóreo inferior incluye árboles pequeños num. En ambientes riparios o áreas inundables se
como Miconia tomentosa, Piper psilorachis, Psychotria encuentran Aegiphila elata, Bravaisia grandiflora, B.
chiapensis, P. simiarum y Rinorea guatemalensis, además de integerrima, Bucida buceras, Calophyllum brasiliense,
ta
palmas de los géneros Acrocomia, Astrocar yum, Ceiba pentandra, Croton glabellus, Cupania macro-
Chamaedorea, Geonoma, Sabal y Scheelea. phylla, Diospyros digyna, Dracaena americana, Ficus
ui
Pseudolmedia oxyphyllaria, Quercus cortesii, Q. lancifolia, Q. Hampea stipitata, Hedyosmum mexicanum, Heliocarpus
sió
skinneri y Ulmus mexicana. Los estratos inferiores incluyen a mexicanus, Liquidambar styraciflua, Oreopanax peltatus,
Ardisia alba, A. compressa, A. siltepecana, Brunellia mexicana, O. sanderianus, Pinus chiapensis, Quercus candicans,
Calatola laevigata, Carpinus caroliniana , Clusia guatemalensis, Synardisia venosa, Trichilia havanensis y Trichospermum
Inga spp., Miconia spp., Oreopanax xalapensis, Psychotria mexicanum.
skutchii, Rhamnus sharpii, Styrax spp., Ternstroemia tepezapote,
er
Cuadro 2. Continuación.
a.
nt
ve
Áreas más altas y más húmedas de la Meseta Central, las Montañas del Norte y la Sierra
Madre. Amenazas principales: desmontes para uso agropecuario, en especial establecimiento
bpn de cafetales; aprovechamientos forestales maderables y no maderables excesivos y no diver-
su
sificados; expansión inducida excesiva de especies locales de pinos; plantaciones forestales
con especies exóticas.
a
b id
hi
ro
.P
Áreas bajas con estación seca de la Sierra Madre, el sur y oeste de las Montañas del Norte y
de la Planicie Costera del Golfo. Amenazas principales: desmontes para uso agropecuario, en
bep especial establecimiento de cafetales; aprovechamientos forestales maderables y no mader-
ables excesivos y no diversificados; expansión inducida excesiva de especies locales de pinos;
ta
Áreas de elevación media y alta con estación seca moderada en la Meseta Central, las Mon-
gr
tañas del Norte y en el declive oriental de la Sierra Madre. Amenazas principales: desmontes
para uso agropecuario, en especial establecimiento de cafetales; aprovechamientos forestales
bpel
maderables y no maderables excesivos y no diversificados; expansión inducida excesiva de
especies locales de pinos; plantaciones forestales con especies exóticas; incendios provoca-
n
Planicie Costera del Pacífico y en la mayor parte de las planicies, laderas y cimas bajas de la
Depresión Central, desde Guatemala hasta el istmo de Tehuantepec. Amenazas principales:
V
a.
oides, Dalbergia tucurensis, Persea americana, P. donnell-
smithii, Pinus ayacahuite, P. chiapensis, Oecopetalum mexica-
num, Podocarpus matudae, Quercus acatenangensis, Q.
nt
benthamii, Q. laurina, Ulmus mexicana y Weinmannia pinnata. Bocconia arborea, Buddleja spp., Conostegia volcana-
El estrato de árboles del interior incluye Acer skutchii, Ardisia lis, Cupressus benthamii, Hedyosmum mexicanum,
ve
spp., Calyptranthes pallens, Carpinus caroliniana, Citharexy- Holodiscus argenteus, Ilex vomitoria, Miconia glaberri-
lum donnell-smithii, C. mocinnoi, Clusia guatemalensis, C. ma, Morella cerifera, Myrsine juergensenii, Pinus ayaca-
rosea, Critoniadelphus nubigenum, Daphnopsis selerorum, huite, P. chiapensis, P. pseudostrobus, var. pseudostro-
Drimys granadensis var. mexicana, Glossostipula concinna, bus, P. pseudostrobus var. apulcensis, P. tecunumanii,
Matudaea trinervia, Magnolia sharpii, Meliosma matudae, Rondeletia buddleioides, R. stenosiphon, Saurauia
su
Microtropis guatemalensis, Mollinedia guatemalensis, Myrsine oreophila y Viburnum spp. En ambientes riparios o
spp., Ocotea spp., Olmediella betschleriana, Oreopanax pel- áreas inundables se encuentran Acer negundo subsp.
tatus, O. xalapensis, Ostrya virginiana, Parathesis spp., mexicanum, Alnus acuminata, Cornus disciflora, C. ex-
Prunus brachybotrya, Psychotria skutchii, Rhamnus breed- celsa, Nyssa sylvatica, Platanus mexicana y Salix bon-
a
lovei, R. capraeifolia, R. sharpii, Saurauia cuchumatanensis, S. plandiana.
id
zahlbruckneri, Styrax magnus, Symplocos breedlovei, Tern-
stroemia lineata subsp. chalicophila, Wimmeria montana,
Zanthoxylum melanostictum, Zinowiewia matudae, y Z. rubra,
b
además de helechos arborescentes de los géneros Alsophila
y Cyathea.
Cuadro 2. Continuación.
a.
Áreas montañosas entre 800 y 2 500 m de altitud en la Depresión Central, la Meseta Central
nt
y en los dos declives de la Sierra Madre de Chiapas. Amenazas principales: desmontes para
bpe uso agropecuario; aprovechamientos forestales maderables y no maderables excesivos y no
diversificados; expansión inducida excesiva de especies locales de pinos; plantaciones fores-
ve
tales con especies exóticas; incendios provocados o por descuido.
su
En las áreas más secas del estado, al N de la Depresión Central y NO de la Planicie Costera
a
del Pacífico. Amenazas principales: desmontes para uso agropecuario; aprovechamientos
sbec
forestales maderables y no maderables excesivos y no diversificados; incendios provocados o
id
por descuido.
b
btl= Bosque tropical lluvioso; blmb =: Bosque lluvioso de montaña baja; blm = Bosque lluvioso de montaña;
bpn hi
= Bosque perennifolio de neblina; bep = Bosque estacional perennifolio; bpel = Bosque de pino-encino-liquidámbar;
sbc = Selva baja caducifolia; bpe = Bosque de pino-encino; sbec = Selva baja espinosa caducifolia. Elaborado por los autores.
ro
Cuadro 3. Resumen de la distribución, principales amenazas y elementos arbóreos típicos de la flora
.P
En la Planicie Costera del Golfo y en la Planicie Costera del Pacífico. Las amenazas princi-
sab pales son el cambio del uso del suelo para dedicarlo a la ganadería y los incendios por
descuido al limpiar potreros.
at
En los ambientes más húmedos de la Planicie Costera del Golfo, menos extendido en la
gr
can Planicie Costera del Pacífico, las amenazas principales son el drenaje para dedicar los
terrenos a la ganadería.
n
sobre el curso del río Usumacinta y sus afluentes y en la porción sur de la Planicie Costera
pal
del Pacífico. Las amenazas principales son el cambio del uso del suelo para dedicarlo a la
ganadería y los incendios por descuido al limpiar potreros.
er
Se extiende en las áreas pantanosas salobres a lo largo de toda la costa del Pacífico, con
V
sab = Sabana; can = Canacoital; pal = Palmar; man = Manglar. Elaborado por los autores.
Capítulo 7 Diversidad de ecosistemas 35
a.
cluir a Carpinus caroliniana, Chiranthodendron pentadactylon, En condiciones más secas (o perturbadas) donde hay un
Clethra chiapensis, Critoniadelphus nubigenum, Daphnopsis mayor predominio de los pinos, el estrato arbóreo del
spp., Ilex brandegeana, Magnolia sharpii, Myrsine juergensenii, interior es más pobre, ralo y bajo y puede incluir a Bud-
nt
Olmediella betschleriana, Oreopanax xalapensis, Persea dleja skutchii, Cleyera theaeoides, Cornus disciflora, C.
americana, Pinus ayacahuite, P. montezumae, P. pseudostrobus excelsa, Crataegus pubescens, Garrya laurifolia, Junipe-
var. pseudostrobus, P. pseudostrobus var. apulcensis, P. tecu- rus gamboana, Litsea glaucescens, Morella cerifera,
ve
numanii, Prunus brachybotrya, Quercus acatenangensis, Q. Ostrya virginiana, Prunus serotina, Rhamnus capraeifolia,
benthamii, Q. crassifolia, Q. laurina, Q. rugosa, Rhamnus shar- Rhus schiedeana, Saurauia scabrida, Styrax argenteus,
pii, Styrax magnus, Symplocos breedlovei, Ternstroemia lineata Verbesina perymenioides y Viburnum elatum.
subsp. chalicophila, Viburnum jucundum y Zanthoxylum mela-
su
nostictum.
a
leata, Casearia nitida, Cordia curassavica, C. spinescens,
id
Diphysa floribunda, Licania arborea, Lysiloma acapulcensis,
Piptadenia flava, Stenocereus sp. y Trichilia hirta.
b
hi
ro
.P
ta
Especies principales
ui
Acacia spp., Alvaradoa amorphoides, Bucida buceras, Byrsonima crassifolia, Cordia dodecandra, Crescentia cujete, C. alata,
Curatella americana, Piscidia piscipula, Quercus oleoides y algunas palmas como Attalea butyracea y Sabal mexicana.
at
Además de Bravaisia. integerrima las especies típicas incluyen Andira galeottiana, Bucida buceras, Calophyllum brasiliense,
gr
Ceiba pentandra, Diospyros dygina, Ficus spp., Haematoxylum campechianum, Pachira aquatica, Salix chilensis, S. humbold-
tiana, Tabebuia rosea, Taxodium mucronatum y Vatairea lundellii.
n
sió
Las especies típicas incluyen Acrocomia aculeata, Attalea butyracea (ambas con hojas pinnadas) y Sabal mexicana (con
hojas en forma de abanico).
er
V
Avicennia bicolor (ver texto principal), A. germinans, Conocarpus erectus, Laguncularia racemosa, Rhizophora harrisonii
y R. mangle.
36 La biodiversidad en Chiapas
picos como la tala, el pastoreo y los incendios. Las el btl, el blmb, la sbc y la sbec, y puede colindar
especies típicas incluyen Bromus carinatus, Festu- con pantanos, palmares y manglares. Algunos
ca amplissima, Muhlenbergia spp., Stipa spp. y árboles pueden alcanzar mas de 25 m (pero es
Trisetum irazuense. frecuente que sus copas crezcan hasta 15 o
20 m de altura), tienen contrafuertes o raíces
Selva baja espinosa caducifolia (sbec) zancudas y con frecuencia forman rodales con
una baja riqueza de especies (cuadro 3). En las
a.
La sbec es un tipo de vegetación bajo (<12 m) y partes más inundadas es común que se pre-
denso en el que la mayoría de las especies de sente como un bosque casi monoespecífico de
nt
árboles y arbustos poseen algún tipo de espinas canacoite, Bravaisia integerrima (Novelo y
(cuadro 2). Su distribución es escasa en Chiapas Ramos, 2005).
ve
y se asocia con sitios de áreas planas o laderas
con suelos delgados donde ocurren las menores Palmar
precipitaciones que se registran en el estado
su
(<900 mm), al norte de la depresión central y en Los palmares se presentan en planicies y terrazas
la Planicie Costera del Pacífico hacia el istmo de aluviales, a menudo sobre suelos con drenaje
Tehuantepec (Breedlove, 1981). A menudo no es deficiente, ubicadas en la Depresión Central,
a
fácil identificar los límites de las asociaciones de sobre el curso del río Usumacinta y sus afluentes
la sbec y de la sbc (Pennington y Sarukhán, 2005). en las Montañas del Oriente y en la porción sur
id
de la Planicie Costera del Pacífico. En conjunto no
Formaciones arboladas de áreas inundables son un tipo de vegetación tan ampliamente distri-
b
buido en Chiapas como en otras regiones de
Sabana (sab) hi
México (Pennington y Sarukhán, 2005). Su pre-
sencia se asocia a condiciones edáficas de
ro
Esta formación vegetal colinda con asociacio- escaso drenaje junto con influencia humana que
nes del btl y el blmb en la Planicie Costera del las favorece y elimina otras especies arbóreas
Golfo (López Mendoza, 1980; Pérez et al., mediante tala e incendios. Algunas especies
.P
2005) y con asociaciones de sbc y sbec en la dominantes de palmas pueden alcanzar hasta 20
Planicie Costera del Pacífico (cuadro 3). Es un o 30 m y el sotobosque es ralo. Los palmares
tipo de vegetación con árboles espaciados de comparten muchas especies con las sabanas y
ta
porte bajo (<12 m) sobre el cual se ha debatido los canacoitales (cuadro 3).
mucho si su origen es natural o propiciado por
ui
diente en áreas ubicadas a menos de 100 m de con mayor extensión en el extremo noroeste.
altitud, con suelos arcillosos derivados de cali- Se trata de un bosque bajo (4-7 m de altura)
zas y con drenaje deficiente casi permanente. pero puede ocasionalmente rebasar los 20 m.
n
Costera del Golfo donde las especies típicas los manglares de Tabasco, con los cuales los de
son perennifolias (Novelo y Ramos, 2005). En Chiapas comparten composición, estructura y
V
la Planicie Costera del Pacífico, el canacoital funcionamiento, Novelo y Ramos (2005) men-
está menos extendido, es más bajo en altura y cionan la presencia de Rhizophora mangle en la
más pobre en especies, generalmente de hábito franja colindante con el agua, la presencia de
subcaducifolio. Este tipo de bosque se presenta Avicennia germinans y Laguncularia racemosa
en terrenos inundables con suelos arcillosos en la parte interna del manglar, donde prevale-
sobre el curso inferior de los ríos que atraviesan cen condiciones de mayor salinidad, y la ocu-
Capítulo 7 Diversidad de ecosistemas 37
rrencia de Conocarpus erectus en las áreas spp., Ludwigia peruviana, Rhyncospora spp. y
menos inundadas. Rico-Gray (1982) identificó Typha latifolia.
Rhizophora harrisonii Leech en la costa de
Chiapas, en el Pacífico mexicano (15º 10’ N). Popal
Se han encontrado dos especies de mangle
negro en la costa de Chiapas: A. germinans y El popal es una formación de áreas inundables
A. bicolor (Jiménez, 1994); las diferencias mor- en ambientes cálidos húmedos, principalmente
a.
fológicas son claras en cuanto al largo y el presente en la Planicie Costera del Golfo.
ancho de las hojas, pero la distinción taxonó- Incluye muchas especies de los tulares de
nt
mica debe ser estudiada a profundidad, pues ambientes templados, además de Calathea spp.,
en la práctica A. bicolor ha sido considerada Heliconia spp., Leersia spp., Nymphaea blanda,
ve
como sinonimia de A. germinans (López-Portillo Paspalum spp., Phragmites australis, Sesbania
y Ezcurra, 2002). emerus y Thalia geniculata.
su
Formaciones no arboladas Matorral de dunas costeras
da
ciones de arbustos bajos y hierbas que estabilizan
Es una formación vegetal de distribución muy las dunas arenosas en la costa del Pacífico, en uno
restringida en Chiapas, solamente presente en las de los ambientes con régimen de disturbio natural
bi
cimas y partes más altas de la Sierra Madre y la más severo. Las especies más comunes incluyen a
Meseta Central que reciben vientos muy fuertes Acanthocereus horridus, Alibertia edulis, Canavalia
que impiden el desarrollo de especies arbóreas.
Aunque similar en su aspecto, en un sentido estric-
hi
maritima, Capparis cynophallophora, Coccoloba
venosa, Distichlis spicata, Ipomoea pes-caprae,
ro
to no se trata de vegetación de Páramo, término Monanthocloë littoralis, Pectis multiflosculosa y
que se limita para designar a comunidades de altas Uniola pittieri.
elevaciones (>2 800 m), generalmente no arbola-
.P
y helechos. Entre las especies comunes están Al- subespecies y variedades de hábito arbóreo
chemilla pinnata, Arenaria bryoides, Calamagrostis pertenecientes a 105 familias botánicas. Esta
at
ya spp., Potentilla spp. y Vaccinium spp. tura que todavía prevalecen y se avance en la
descripción de nuevos taxa. Es de notarse que a
Tular la fecha, no obstante el severo grado de defo-
n
Es una formación que se desarrolla sobre agua años, no se aprecia la extinción de ninguna
estancada en regiones de clima templado esta- especie arbórea. Esto no es decir que las pobla-
cional, como en las cuencas cerradas de la ciones de muchas especies, en especial las de
Meseta Central. Está muy amenazado por el bosques húmedos de mayores altitudes, no se
er
desarrollo urbano de ciudades como San Cris- encuentren en condiciones de alta vulnerabilidad
tóbal de Las Casas y Teopisca. Un inventario y amenaza si persisten los patrones de uso del
V
florístico reciente, realizado en uno de los ma- suelo y colonización vigentes. Bajo éstos, todos
yores remanentes de este sistema, reporta una los tipos de vegetación terrestre de Chiapas
alta diversidad de especies herbáceas –más de están severamente amenazados en el corto,
100 especies (Galindo-Jaimes et al., 2008)–. mediano o largo plazo. De manera general, las
Entre las especies comunes están Carex spp., mayores amenazas se asocian a patrones de uso
Cladium jamaicense, Cyperus spp., Juncus del suelo que tienden a simplificar no sólo la
38 La biodiversidad en Chiapas
composición y estructura de la vegetación origi- dad, sin necesidad de optar por sistemas simpli-
nal, sino también aquella de los más complejos ficados y la introducción de especies exóticas. A
paisajes humanizados que otrora se derivaban la par, una adecuada inversión y capitalización
de los usos tradicionales. Las perspectivas de en las comunidades indígenas y campesinas
desarrollo y conservación en Chiapas pueden podría concentrar y capacitar a la mano de obra
encontrar en su riqueza biológica y cultural una en torno a sistemas de producción más inten-
base amplia para el desarrollo de sistemas pro- siva, con técnicas ambientalmente blandas, que
a.
ductivos alternativos, aplicables en amplias a la postre logren hacer más redituable el trabajo
extensiones que hagan alto uso de la biodiversi- y el arraigo rural.
nt
ve
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ces, San Francisco. 232 pp. highlands of Chiapas, Mexico, Anales del Instituto de
Biología, Universidad Nacional Autónoma de México
ta
a.
El estado de Chiapas es privilegiado en cuanto a la gran diversidad de ecosiste-
mas acuáticos y recursos hídricos formados por lagos, ríos caudalosos, lagunas
nt
costeras y estuarios; comprenden alrededor de 30 % de la red hidrológica del país
y representan el sistema hidrológico de mayor extensión en Mesoamérica.
ve
De acuerdo con la regionalización de los ecosistemas acuáticos dulceacuícolas
más actualizada, Chiapas forma parte de dos grandes cuencas: la Costa de
Chiapas (14 % de la superficie estatal) situada en la vertiente del Pacífico y la
su
cuenca del Grijalva-Usumacinta en la vertiente del Atlántico (86 %), ambas sepa-
radas por la Sierra Madre de Chiapas.
En materia de embalses o lagos artificiales, Chiapas cuenta con cuatro
a
grandes presas hidroeléctricas que en su conjunto generan 51 % (4 800 Mv) del
total de la generación de energía hidroeléctrica del país.
id
Todos estos grandes cuerpos de agua albergan importantes comunidades
de humedales como los que se desarrollan en la zona de los Altos, comunidades
b
templadas, que no solo son considerados como ecosistemas únicos, sino que
hi
también proveen de importantes servicios ecosistemicos como almacenamiento,
filtración y limpieza de agua, control de inundaciones, regulación microclimática
ro
y refugio de una considerable diversidad de fauna y flora acuática. En las zonas
bajas tropicales en el estado se desarrollan comunidades de humedales (alre-
dedor de 69 000 ha). Si bien los bosques de manglar son las áreas boscosas
.P
más importantes, las áreas más notables por la riqueza de especies vegetales
son los pantanos, las áreas de manglar-selva baja y la vegetación de dunas
costeras. Las áreas de estos tipos de vegetación mejor conservadas se encuen-
ta
albergan, así como por la cuantía de recursos, bienes y servicios que prestan a
las comunidades humanas que viven en ellos.
n
sió
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V
V
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44
sió
n
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at
La biodiversidad en Chiapas
ui
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.P
ro
hi
b id
a
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ve
nt
a.
Capítulo 7 Diversidad de ecosistemas 45
Ecosistemas acuáticos
Rocío Rodiles-Hernández, Alfonso A. González-Díaz
y Adrián F. González-Acosta
Introducción
a.
Los ecosistemas acuáticos tropicales comprenden una amplia gama de hábitat
nt
(por ejemplo, lagunas costeras, estuarios, lagos grandes y caudalosos ríos, llanu-
ras aluviales, pequeños arroyos, manantiales, acuíferos y humedales) que se
ve
caracterizan por tener una elevada productividad biológica. Estos hábitat albergan
una gran variedad de organismos, entre los cuales se encuentran los peces óseos,
tiburones y rayas; diversas especies de crustáceos como camarones, langostinos
su
y jaibas; algunos reptiles como tortugas, caimanes y cocodrilos; así como aves y
mamíferos terrestres que utilizan estos ambientes para aprovechar los recursos
de alimentación y las áreas de crianza o reproducción que éstos les proporcionan.
da
El estado de Chiapas es privilegiado en cuanto a la gran diversidad de ecosis-
temas acuáticos y recursos hídricos presentes a lo largo de su territorio gracias a
la variedad de climas y a la peculiar geomorfología que lo caracterizan. Entre los
bi
diferentes tipos de ambientes que forman la red hidrológica del estado se encuen-
tran lagos, ríos caudalosos, lagunas costeras y estuarios, mismos que en su conjunto
hi
comprenden alrededor de 30 % de la red hidrológica del país y representan el sis-
tema hidrológico de mayor extensión en Mesoamérica (Rodiles-Hernández, 2005).
ro
En este capítulo se hace énfasis en los ecosistemas acuáticos dulceacuícolas
del estado de Chiapas, para lo cual se utiliza una regionalización por cuencas y
regiones hidrográficas (conabio, 1999; inegi-ine-Conagua, 2007) donde se con-
.P
sidera de modo particular a los ríos, lagos naturales y grandes embalses. Para
los ambientes marinos se abordan exclusivamente a los estuarios y las lagunas
costeras que forman parte de tres regiones marinas prioritarias en la costa de
ta
peces que habitan en estos ecosistemas, por ser un grupo relativamente docu-
mentado y tener importancia alimenticia, ecológica y económica en el estado de
at
Rodiles-Hernández, R., A. A. González-Díaz y A. F. González-Acosta. 2013. Ecosistemas acuáticos. pp. 45-57. En:
La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodi-
versidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
46 La biodiversidad en Chiapas
a.
litorales mexicanos: Atlántico y Pacífico (Mülle- ancho del cauce, la profundidad y la velocidad
rried, 1957; Rodiles-Hernández, 2005). de corriente dependen de la topografía del
nt
El complejo y diverso paisaje chiapaneco paisaje, de la morfología del cauce y de la dis-
muestra relieves abruptos y una caprichosa tancia de recorrido. En general, durante el
ve
geografía que marca los límites de las cuencas periodo de secas el cauce disminuye y durante
hidrográficas que lo caracterizan (cuadro 1); el periodo de lluvias inunda amplias zonas de
dichas delimitaciones se evidencian a través de bosques ribereños que representan áreas de
su
la presencia de barreras físicas y biológicas que refugio y alimentación para las crías de peces.
a su vez determinan la presencia o ausencia de Por el contrario, en la vertiente del Pacífico
sus especies acuáticas. se presenta una estrecha franja costera que
a
Destaca el caudaloso sistema hidrográfico de recorre todo el litoral del estado, a lo largo de la
la cuenca del Grijalva-Usumacinta que desem- cual se forman complejos y frágiles sistemas
id
boca en el Golfo de México por medio de un lagunares y estuarinos influenciados por una
amplio delta que conforma la mayor zona de numerosa red de ríos angostos que desembocan
b
humedales dulceacuícolas de Mesoamérica (Lot de forma permanente o intermitente en tres
y Novelo, 1988). hi
ro
Cuadro 1. Regiones hidrográficas.
.P
Lacantún 16 203 22
ui
Chixoy 6 767 9
at
Pijijiapan 2 646 4
Costa de Chiapas
er
Huixtla 4 056 5
V
Suchiate 2 203 3
importantes regiones marinas prioritarias del lación del agua es generalmente complejo y está
Pacífico tropical mexicano. fuertemente afectado por la geomorfología, los
Las regiones marinas prioritarias y sus siste- vientos, la descarga de los ríos y el efecto de las
mas estuarino lagunares (cuadro 2) presentan una mareas; debido a que son cuerpos de agua
situación particular al conformar una zona de someros, se ha sugerido que los sedimentos
mezcla entre los ecosistemas dulceacuícolas y controlan los procesos biológicos (Yáñez-Aran-
marinos debido a los grandes aportes derivados cibia, 1986).
a.
de las descargas fluviales durante la época de Las comunidades biológicas que habitan en
lluvias y la influencia marina que prevalece estos ecosistemas tropicales de Chiapas están
nt
durante el estiaje. representadas por una amplia gama de microor-
La constante y prolongada acumulación de ganismos acuáticos (de los cuales se alimentan
ve
sedimentos, arrastrados por los ríos que drenan otras especies) y diversas especies objeto de
hacia la vertiente del Pacífico chiapaneco, dio lugar pesca artesanal, tales como jaibas, camarones,
a la formación de barreras terrígenas que los langostinos y peces, así como reptiles y aves
su
rompientes marinos cubrieron de arena, sobre las acuáticas de interés para los programas de
cuales se fueron estableciendo poblaciones de ecoturismo que se impulsan en la región. Estos
manglares y vegetación acuática de acuerdo a las recursos naturales forman parte de la economía
da
condiciones locales. Este proceso permitió enton- regional y campesina y representan importantes
ces la formación de amplias zonas de inundación fuentes de alimentación humana.
con canales profundos que en la actualidad son La complejidad ambiental (física y química) de
bi
alimentados por el encauzamiento de los ríos, que los sistemas ribereños de Chiapas y la intrincada
después de descender las abruptas pendientes de historia geológica de la región han favorecido el
hi
la Sierra Madre de Chiapas corren en dirección
paralela a la costa hasta encontrar su salida en una
desarrollo de una ictiofauna muy importante para
México debido a que en ella predominan los
ro
boca barra; es decir, no se trata de la desemboca- endemismos (especies exclusivas) e interesantes
dura ancha de un río, en forma de embudo, donde procesos de diversificación de varios grupos de
actúan sin obstáculos las mareas ensanchando aún peces, principalmente de aquellos representati-
.P
más el delta fluvial, como sucede en el delta del vos de las familias Cichlidae, Poeciliidae y Profun-
Grijalva-Usumacinta (Helbig, 1976). dulidae (Rodiles-Hernández, 2005).
En los estuarios, el proceso de aportación de En cuanto a los humedales de Chiapas, la
ta
puede ser cíclico o eventual. El patrón de circu- de humedal en este estudio, dado que son zonas
at
Superficie
Región Marina Prioritaria (rmp) Cuerpos de agua ha km2
(ha)
n
Pantanos 9 499 95
Fuente: Laboratorio de Información Geográfica (laige-Ecosur), cartografía digital del estado de Chiapas (escala 1:250 000).
48 La biodiversidad en Chiapas
de transición entre los ámbitos terrestres y acuá- situada en la vertiente del Pacífico y la cuenca del
ticos de gran importancia biológica en la región. Grijalva-Usumacinta en la vertiente del Atlántico
En sentido estricto, se considera a los humeda- (86 %). Ambas regiones se encuentran separadas
les como zonas de inundación poco profundas, por la Sierra Madre de Chiapas y están divididas
en donde se encuentran ambientes tales como en nueve regiones hidrográficas reconocidas
ciénegas, pantanos, llanuras aluviales, praderas como prioritarias (cuadro 1 y figura 1) y en tres
de hierbas marinas y estuarios, donde los terre- regiones marinas prioritarias (cuadro 2).
a.
nos menos profundos se pueden inundar de
forma temporal (unesco-wwap, 2006). Costa de Chiapas
nt
Regionalización e importancia de Esta cuenca se localiza en la vertiente pacífica
ve
los ecosistemas acuáticos del estado y presenta una forma alargada con
una extensión territorial de 10 337 km2; recibe
La regionalización de los ecosistemas acuáticos la mayor cantidad de precipitación del país con
su
dulceacuícolas (cuadro 1) se basa en la división un promedio anual de 1 969 mm –basado en
hidrográfica más actualizada (inegi-ine-Conagua, datos de 1941-2000 (Conagua, 2007)–. A lo
2007; Cotler et al., 2007). largo de la costa y en una extensión de más de
da
Chiapas forma parte de dos grandes cuencas: 260 km, se pueden identificar más de 25 ríos
la Costa de Chiapas (14 % de la superficie estatal) principales (figura 2) y una gran cantidad de
bi
hi
ro
.P
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sió
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V
a.
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ve
su
a
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Figura 2. Ríos de la Costa de Chiapas. Elaboró: Gloria Espíritu Tlatempa (unach).
.P
arroyos permanentes e intermitentes que for- Sanatenco, laguna de la Joya, Jesús, El Porvenir,
man parte de cuatro regiones hidrográficas San Diego y Pijijiapan; 3) rh Huixtla con una
ta
(cuadro 1). Estos desembocan en los estuarios superficie total de 4 056 km2, es la región hidro-
y lagunas costeras de la región localizados en gráfica de mayor tamaño y destacan siete ríos:
ui
una planicie costera muy angosta que va desde Margaritas y Coapa, Novillero alto, Sesecapa,
los 15 km en el noroeste hasta los 35 km en el Cacaluta, laguna del Viejo y Tembladeras, Des-
at
forman parte de tres regiones marinas priorita- tán, Coatán, Cahuacán, Puerto Madero, Suchiate,
rias (conabio, 1999) y cubren una superficie Cozoloapan (cuadro 1 y figuras 1 y 2). El río
total de 79 813 ha (cuadro 2). Suchiate representa el límite internacional entre
n
México y Guatemala.
sió
mayoría de los ríos se encuentran en Oaxaca. En es de 398 m3/s (Conagua, 2007). En la época de
Chiapas ocupa una superficie de 1 432 km2 y lluvias, los ríos se vuelven muy caudalosos y
V
cuatro ríos de importancia: Tapanatepec, Arenas, durante el estiaje disminuye el flujo de agua
La Punta y Mar Muerto que desembocan directa- superficial de forma considerable.
mente en la laguna del Mar Muerto (de ahí su El recorrido de estas corrientes superficiales
nombre); 2) rh Pijijiapan, la cual cuenta con una va desde una altura de 1 500 msnm en el límite
superficie de 2 646 km2 y seis principales ríos: con Oaxaca, en una longitud mínima de 30 km y
50 La biodiversidad en Chiapas
hasta los 3 000 msnm, con una longitud máxima Chiapas, tiene una superficie aproximada de
de 55 km en el extremo sureste que limita con 47 746 ha y comprende los municipios de Pijijia-
Guatemala; presenta un máximo en el volcán pan, Mapastepec, Acapetahua, Huixtla, Mazatán
Tacaná, situado al oeste de Tapachula, con una y Tapachula. En esta región se encuentran ecosis-
altitud de 4 030 msnm (Müllerried, 1957). Debido temas de manglares en buen estado de conserva-
a las fuertes pendientes y el corto recorrido, se ción como los de la Reserva de la Biosfera La
forman importantes corrientes superficiales que Encrucijada, pero también existen zonas fuerte-
a.
alimentan a los esteros y lagunas costeras de mente impactadas por el uso de agroquímicos en
esta región. plantaciones del Soconusco (datos no pub.). Los
nt
Destaca en la parte alta de estos ríos la sistemas lagunares más importantes de esta
presencia de especies de talla pequeñas de región son Carretas Pereyra y Chantuto Panza-
ve
topotes (Poeciliopsis fasciata, Brachyrhaphis cola. El primero tiene un amplio sistema estuarino
hartwegi, Poeciliopsis pleurospilus y P. turruba- conocido como el Palmarcito (estero de La Bolsa)
rensis); sardinas (Astyanax aeneus) y el pez y, en el segundo, destacan lagunas someras (lla-
su
escamudo (Profundulus punctatus), así como madas localmente pampas) tales como Chantuto,
especies de talla mayor como la lisa (Agonosto- Campón, Teculapa, Tlacuachero, Cerritos y Pan-
mus montíicola). En la parte baja de los ríos zacola, con dos bocas de comunicación con el mar
da
destacan el pejelagarto (Atractosteus tropicus), (San Juan y El Catrín). Otra importante área
el pez sapo (Batrachoides waltersi), las mojarras estuarina es conocida como El Hueyate. Los este-
dulceacuícolas (‘Cichlasoma’ trimaculatum, Vieja ros más distantes se localizan cercanos a Tapa-
bi
guttulata y Amphilophus macracanthum), las chula y son el Suchiate el Gancho y Cabildos
guavinas (Eleotris picta y Gobiomorus macula- Pozuelos (Sepesca, 1989; Arriaga et al., 1998).
hi
tus) y los góbidos (Awaous transandeanus y
Sicydium multipunctatum).
Los sistemas estuarino-lagunares de la
costa de Chiapas forman cuerpos de agua
ro
costeros semicerrados, caracterizados por la
Regiones Marinas Prioritarias mezcla de masas de agua con salinidad diferen-
y sistemas estuarino-lagunares cial (agua dulce proveniente de la descarga de
.P
68 310 ha. Es la laguna costera más grande con en la salinidad (0.5 % a 45 %). Los diferentes
una bocabarra permanente de 2 km2 de ancho. componentes bióticos (por ejemplo, vegetación
ui
en Chiapas, 31 % (21 310 ha) se localiza en los que interactúan en estos ecosistemas, les con-
municipios de Arriaga y parte de Tonalá. fieren una elevada productividad biológica, la
gr
Región Marina Prioritaria Número 39, cual les permite sustentar la existencia de una
Puerto Arista: está localizada en la zona amplia diversidad de organismos acuáticos
noroeste de la franja costera del estado de representados por estadios de larvas y juveni-
n
Chiapas, con una superficie total de 10 757 ha, les de diversas especies que buscan refugio y
sió
una barra costera conocida como Cabeza de desarrollo de la actividad pesquera en la región
Toro-El Manguito y se comunican con el Pacífico ya que existen muchas comunidades rurales que
V
a través del Canal San Marcos y por medio de viven asociadas a ellos y que han convertido esta
la bocabarra de Boca del Cielo (Sepesca, 1989; actividad en su forma de subsistencia. Dentro de
Arriaga et al., 1998). los recursos que con mayor frecuencia se extraen
Región Marina Prioritaria Número 40, de estos ambientes costeros, se puede mencio-
Corredor Puerto Madero: se localiza en la nar a las pesquerías de camarón que comercial-
zona centro-sur de la franja costera del estado de mente reditúan las mayores ganancias para los
Capítulo 7 Diversidad de ecosistemas 51
pescadores (Sagarpa, 2001). También se practica del país, según datos de la Conagua (2007). Esta
la pesca de escama, la cual se compone de diver- región abarca 86 % de la superficie estatal y nace
sas especies, entre las que se encuentran los en Guatemala (Rodiles-Hernández, 2005); el río
robalos (Centropomus spp.), pargos (Lutjanus Usumacinta en su parte media representa el
spp.), bagres (como Bagre panamensis, Catho- límite internacional entre México y Guatemala.
rops spp., Sciades spp.), lisas (Mugil spp.), jureles El río Grijalva transporta alrededor de cuatro
(Caranx spp., Hemicaranx zelotes, Oligoplites veces más toneladas anuales de sedimento que
a.
spp.), así como grupos de mojarras de agua dulce el Usumacinta (West et al., 1969); sin embargo,
(como Amphilopus macracanthus y ¨Cichlasoma¨ desde la década de 1970, los aportes más signi-
nt
trimaculatum) y marinas (como Diapterus brevi- ficativos para el desarrollo del sistema deltaico
rostris, Eucinostomus currani y Gerres cinereus). quedan atrapados en los grandes embalses
ve
De lo anterior se deduce la importancia de los construidos sobre el cauce del río Grijalva. La
sistemas estuarino-lagunares como hábitat crítico ausencia de estos sedimentos ha provocado
para muchas especies de interés comercial y fuertes alteraciones al equilibrio ecológico del
su
ecológico que acuden a ellos para completar sistema acuático y un progresivo aumento de los
alguna fase de su ciclo biológico (González- procesos erosivos y un acelerado retroceso de
Acosta et al., 2005), por lo que es prioritaria su la línea de costa en el área deltaica localizada en
da
conservación para el sustento de los recursos Tabasco (Ortiz-Pérez, 1988).
pesqueros en el estado. En términos generales,
los sistemas de esta red hidrográfica se caracte- Regiones hidrográficas
bi
rizan por presentar una considerable variación
ambiental ocasionada por cambios diarios en la Cinco regiones hidrográficas ocupan 86 % del
salinidad (mareas) y variaciones estacionales
determinadas por la presencia de una intrincada
hi
territorio chiapaneco: dos en el sistema del río Usu-
macinta: 1) Lacantún y 2) Chixoy; y tres en el sis-
ro
red de corrientes hidrológicas que marcan cam- tema del río Grijalva: 3) Grijalva-La Concordia, 4)
bios radicales en la calidad del agua. Grijalva-Tuxtla Gutiérrez y 5) Grijalva-Villaher-
mosa (figura 1).
.P
Grijalva-Usumacinta
Sistema del Usumacinta
Se considera como una sola cuenca de capta-
ta
ción debido a que los principales ríos que la En este sistema existen especies con distribución
conforman (Grijalva y Usumacinta) se comuni- exclusiva o restringida a ciertos cuerpos de agua.
ui
can 15 km antes de desembocar al Golfo de En este sentido, se puede destacar a las mojarras
México, en Frontera, Tabasco, conformando el de agua dulce de los géneros Thorichthys, Rocio,
at
delta más importante de Mesoamérica (Lot y Theraps, Vieja, además de los topotes o espadas
Novelo, 1988). Los ríos y arroyos de esta región pertenecientes a los géneros Gambusia, Hete-
gr
son largos y caudalosos con presencia de caídas rophallus, Poecilia, Poeciliopsis y Priapella; y el
de agua, remansos y pozas, de flujo superficial pez escamudo de Comitán Profundulus candala-
de agua, con una profundidad variable que rius (Profundulidae) actualmente en grave riesgo
n
depende del nivel de la corriente y de los afluen- de desaparecer. También se debe mencionar que
sió
tes que reciben a lo largo de su recorrido, desde muchos otros grupos de peces cuentan con
su nacimiento hasta su desembocadura al mar. representantes que pueden corroborar estos
Tiene una extensión territorial total en México procesos biológicos; éste es el caso del bagre de
de 112 550 km2 (Hudson et al., 2005). Por su Chiapas de la especie Lacantunia enigmatica, un
er
tamaño, ocupa el sexto lugar en el país y el primer pez de reciente descubrimiento en el cauce del
lugar por su descarga superfIcial, con un prome- río Lacantún de la Selva Lacandona (Rodiles-
V
dio anual de 3 727 m3/s. Presenta una precipita- Hernández et al., 2005); dicha especie se consi-
ción media anual de 1 872 mm (1941-2000) dera un hallazgo extraordinario ya que constituye
(Conagua, 2007) y constituye la segunda más un grupo hermano de bagres dulceacuícolas
importante del país después de la costa de Chia- endémicos de África (Lundberg et al., 2007).
pas. La captación anual de agua en esta región La región hidrográfica del río Lacantún tiene
equivale a 30 % del escurrimiento superficial total una superficie de 16 203 km2 y destacan las
52 La biodiversidad en Chiapas
subcuencas de los ríos Euseba, Jataté, Ixcán, Al oeste de la región, en una altitud de
Chajulillo, Tzendales y Lacanjá que desembocan 1 500 msnm, se localizan el sistema de lagos que
directamente al Lacantún, principal afluente del conforman el Parque Nacional Lagunas de Monte-
río Usumacinta. Aquí se localizan importantes bello, actualmente considerado Reserva de la
áreas naturales protegidas, tales como Montes Biosfera (mayo de 2009), que de manera conjunta
Azules (331 200 ha), Lacantún (61 873 ha) ocupan 20 % de la superficie total de lagos en el
Bonampak (4 357 ha) y Lagunas de Montebello estado. Entre ellos destacan los lagos de Tepan-
a.
(6 022 ha), estas últimas incorporadas a la lista coapan, Tziscao, Montebello, Pojol, Agua Tinta,
de humedales de importancia internacional Ensueño y Cinco Lagos.
nt
(Convención Ramsar, 1977). Por otro lado, a una altitud de 780 msnm, se
En la región hidrográfica del Chixoy destacan encuentra el lago Miramar, el más grande de
ve
las subcuencas del río la Pasión y Chancalá, con todos, con una superficie de 2 225 ha, que se
una superficie de 6 767 km2, así como una amplia comunica con el río Azul, que a su vez es afluente
zona de inundación formada por el delta del del Lacantún.
su
Usumacinta con una superficie de 9 176 ha en Al norte de esta región y sobre la subcuenca
los municipios de la Libertad y Catazajá, justo en del río Lacanjá se localizan los lagos endorreicos:
el límite con el estado de Tabasco; en esta zona el lago Ocotal, lago Ojos Azules y lago Suspiro, a
a
se localizan dos sitios de humedales de impor- una altitud de 900-1 100 msnm; mientras que la
tancia internacional: Catazajá y La Libertad (con laguna Lacanjá se sitúa a una altitud de 400 msnm
id
una superficie de 1 764 ha y 1 774 ha, respectiva- (Rodiles-Hernández et al., 1999) y mantiene un
mente). Destacan también las áreas naturales contacto permanente con el río Lacanjá; esta
b
protegidas de Chan-kin (12 184 ha), Yaxchilán laguna representa un sitio de reproducción y
(2 621 ha) y Palenque (1 771 ha).
En estas dos regiones se encuentran los siste-
hi
crianza de especies de la familia Cichlidae. Lo
mismo sucede con el sistema de pequeños lagos
ro
mas lacustres más importantes (se entiende por de Nahá y Metzabok que conforman áreas natura-
sistemas lacustres a cuerpos de agua que ocupan les protegidas de flora y fauna con una superficie
una depresión en la tierra firme tales como lagos de 3 847 ha y 3 368 ha, respectivamente.
.P
naturales y artificiales –presas o embalses–). Los Por otro lado, en la región hidrográfica del
lagos naturales en Chiapas son comúnmente Chixoy se pueden encontrar lagos de menor
denominados como lagunas (por ejemplo, Lagunas tamaño con una superficie total de 885 ha. Son
ta
de Montebello, laguna de Nahá y Metzabok, etcé- lagos relativamente pequeños y profundos que van
tera); sin embargo, desde el punto de vista geo- de 135 a 268 ha.
ui
morfológico, una laguna es un acuífero natural, Por su característica de aislamiento, estos sis-
somero y separado del mar por franjas o barras temas han favorecido el desarrollo y estableci-
at
costeras (Lugo, 1989); esta definición se aplica miento de biotas particularmente interesantes, ori-
más bien a los sistemas lagunares y estuarios y no ginadas a partir de un aparente aislamiento de sus
gr
a los lagos dulceacuícolas que aquí tratamos. áreas de distribución (por ejemplo, lagos y ríos),
cuya distribución actual se restringe a estas zonas.
Sistemas lacustres (lagos) Tal es el caso de los cíclidos, de la especie Rocio
n
La región hidrográfica del Lacantún es quizá la (Schmitter-Soto, 2007), Thorichthys sp. de la laguna
más importante de la zona al registrar un total Lacanjá y Bramocharax sp. de la laguna Metzabok
de 36 cuerpos de agua con una superficie de (Rodiles-Hernández, datos no publ.); sitios ubicados
5 228 ha. Estos cuerpos de agua representan en la Reserva de la Biosfera Montes Azules en
er
(figura 1). Dichas regiones están separadas por natural protegida Cascadas de Agua Azul (2 580
los límites de dos grandes embalses: la primera ha) donde se encuentran endemismos de moja-
del Grijalva-La Concordia que termina en la cor- rras dulceacuícolas tales como Amphilophus
tina de la presa la Angostura y la segunda del robertsoni, Rocio octofasciatum y Thorichthys
Grijalva-Tuxtla Gutiérrez que termina en la cortina socolofi. Sin embargo, recientemente en el valle
de la presa Malpaso (figura 1) y a partir de la cual del río Tulijá se registró la presencia masiva de
se considera la región del Grijalva-Villahermosa. las especies invasoras de plecos (Loricarii-
a.
Desde el punto de vista biológico, se ha documen- dae), lo que está causando probablemente gra-
tado que la construcción de las presas puede ves impactos en la biodiversidad que deberán
nt
favorecer la diversificación de grupos de peces ser evaluados. En esta cuenca se localiza una
como los cíclidos. En este sentido, se cree que el importante área de inundación (10 377 ha) per-
ve
proceso de especiación de Vieja breidhori tuvo teneciente a la planicie costera del Golfo en el
lugar a partir de la construcción de la presa La límite con el estado de Tabasco.
Angostura (Conkel, 1997). De confirmarse este
su
supuesto, podría considerarse como un ejemplo Grandes Embalses (lagos artificiales)
claro de la trascendencia que tienen las activida-
des humanas en el mundo biológico y de la capa- En esta categoría se incluye a los enormes y
da
cidad de adaptación de estas especies. profundos embalses de Chiapas (cuadro 3),
En la región del Grijalva-La Angostura desta- también considerados como lagos artificiales.
can tres especies endémicas de mojarras nativas Durante la década de 1940 fue concebido el
bi
Cichlasoma grammodes, Vieja breidohori y V. Plan del río Grijalva por parte de la Comisión
hartwegi. Dicha zona está ubicada en la parte alta Federal de Electricidad (cfe, 1989), el cual con-
hi
del sistema hidrológico del Grijalva, en el límite
con Guatemala, donde nacen los principales
sistió en la construcción de cuatro grandes
presas hidroeléctricas que en su conjunto gene-
ro
afluentes que conforman al río Grijalva; sin ran 51 % (4 800 Mv) del total de la generación
embargo, esta zona se encuentra muy erosionada de energía hidroeléctrica en el país. Representan
y deforestada debido a cambios drásticos en el una superficie total de 84 991 ha y un volumen
.P
uso del suelo, a las pendientes abruptas de la total de agua embalsada de 22 799 hm3 (Cona-
Sierra Madre y serranías de Pacayal; es la única gua, 2007). Destaca la considerable profundidad
región donde no existe ninguna área protegida, a de estos embalses, determinada por la altura de
ta
En la región del Grijalva-Tuxtla Gutiérrez (parte lo que les confiere una dinámica hidrológica
media del Grijalva) destacan tres especies de propia para el establecimiento de diversas pes-
at
bagre ciego Rhamdia laluchensis, que reciente- una pesquería de especies nativas entre las que
mente fue descubierta en cuevas de esta región destaca la tenguayaca (Petenia splendida), que
(Weber y Sbordoni, 2003); en esta región se es la base del sustento económico de coopera-
n
localizan dos importantes áreas naturales protegi- tivas pesqueras establecidas en este embalse.
sió
das: la Reserva de la Biosfera el Ocote (101 288 Por el contrario, en las otras presas las pesque-
ha) y el Parque Nacional de El Cañón del Sumidero rías están basadas en la captura de especies
(21 789 ha). A esta región pertenece la Cuenca introducidas (como las tilapias).
del río Amarillo (244 km2) donde se encuentra un Recientemente se han documentado los
er
el hábitat del pez escamudo (Profundulus hilde- estado y Centroamérica, tal es el caso de Vieja
brandi) de San Cristóbal de las Casas, especie synspila y Parachromis managuensis en la presa
endémica de esta cuenca. Malpaso (González-Díaz et al., 2008).
En la región hidrográfica de Grijalva-Villaher- A pesar de la constante introducción de
mosa (parte baja del río) se encuentra la presa peces exóticos en estos embalses, con frecuen-
Peñitas (cuadro 3 y figura 1) y destaca el área cia se realiza la pesca de especies nativas como
54 La biodiversidad en Chiapas
el bagre de agua dulce (Ictalurus meridionalis) y Por lo mismo, en los próximos 50 años se esperan
mojarras dulceacuícolas (Cichlidae). importantes extinciones de especies acuáticas,
Las características físicas y químicas de las cambios drásticos en las poblaciones de peces,
presas las vuelven sistemas particularmente escasez de agua y contingencias ambientales
interesantes ya que funcionan como barreras periódicas y extremas (Jenkins, 2003).
entre poblaciones y comunidades de peces. Sus En Chiapas, la fragmentación y modificación
efectos son de gran trascendencia en los proce- de los cauces de los ríos, la desaparición de
a.
sos ecológicos y evolutivos de las especies manglares, selvas y bosques, la erosión de las
ícticas que caracterizan estos ambientes. cuencas y la contaminación del agua por dese-
nt
La gran diversidad de especies de peces chos de agroindustrias y aguas residuales
que se puede encontrar en los ríos de Chiapas podrán modificar dramáticamente la biodiversi-
ve
conforma un recurso potencial para las comuni- dad, así como la disponibilidad de los recursos
dades que viven en sus márgenes y que a través pesqueros y de agua para uso doméstico.
del tiempo han hecho costumbre el consumo y En la región costera de Chiapas se ha experi-
su
comercialización de diversas especies, principal- mentado con diferentes sistemas agroindustriales
mente bagres de la familia Ictaluridae y Ariidae, intensivos lo que ha provocado notables modifi-
la chopa (Ictiobus meridionalis), macabil (Brycon caciones al paisaje y ha acarreado graves conse-
a
guatemalensis), mojarras (Cichlasoma spp., cuencias para los ecosistemas acuáticos. La
Eugerres mexicanus, Vieja spp., y Petenia splen- importante red hidrográfica ha sido y sigue siendo
id
dida), robalo (Centropomus spp.) y pejelagarto modificada a consecuencia de la aplicación de una
(Atractosteus tropicus). política de manejo hidráulico adversa, es decir,
b
sus antes sinuosos cauces construidos a través
Amenazas y recomendaciones
para la conservación
hi de la historia natural de estas serranías cubiertas
de bosques tropicales, han sufrido paulatina-
ro
mente una rectificación del cauce original, así
Chiapas no escapa a las predicciones mundiales. como una progresiva deforestación en zonas de
De proseguir las tendencias actuales de creci- pendientes abruptas, provocando, por consi-
.P
miento y desarrollo, los efectos del cambio climá- guiente, un crecimiento incontrolable de las
tico (Karl y Trenberth, 2003) estarán presentes y corrientes superficiales de los ríos, avenidas
los ecosistemas acuáticos y recursos pesqueros constantes e inundaciones permanentes sobre
ta
La Angostura: Belisario
10 727 143 900 Grijalva-Concordia
Domínguez / 1974
er
hm3 = hectómetros cúbicos. 1 hectómetro cúbico = 1 000 millones de litros. Es una medida de volumen para definir la capacidad de los gran-
des embalses. Mv = Megavatios = un millón de vatios o watts (unidad para medir la corriente eléctrica). Fuente: Conagua, 2007.
Capítulo 7 Diversidad de ecosistemas 55
poblados asentados en las cercanías de los ríos. bio en el uso del suelo constituyen una amenaza
En consecuencia, ha existido una excesiva acu- latente y progresiva. El represamiento de este río
mulación de suelo y rocas originadas por la ero- provocaría un mayor impacto en la zona de hume-
sión cuenca arriba, el relleno de los cauces y de dales y en los pantanos de Centla, por lo que es
las bocabarras de estos sistemas lagunares. necesario tomar medidas preventivas para evitar
Esta lamentable situación ha fomentado la daños irreversibles al ecosistema.
promoción de actividades de dragado en los sis- Los impactos ecológicos en los cuerpos de
a.
temas lagunares para remover toda la acumula- agua están poniendo en riesgo la supervivencia de
ción de suelo proveniente de los ríos. Estas acti- muchas especies; la deforestación de las cuencas
nt
vidades son realizadas por medio de la y el uso de los ríos y arroyos como drenajes y
contratación de maquinaria obsoleta y muy cos- basureros, fundamentalmente en las ciudades de
ve
tosa, en cuya operación se destruyen importantes Tapachula, Huixtla, Arriaga, Tonalá, Tuxtla Gutié-
áreas de manglar u otro tipo de vegetación rrez, Chiapa de Corzo, Cintalapa, San Cristóbal de
acuática que representan el hábitat de muchas las Casas, Palenque, Ocosingo, etc., están provo-
su
especies y que además contaminan el agua cando cambios probablemente irreversibles en los
(mediante el constante derramamiento de com- componentes bióticos y abióticos del ecosistema
bustibles) dentro de estos sistemas altamente y ocasionarán una pobreza de la biodiversidad y
da
productivos. Por lo anterior, es necesario llevar a del recurso pesquero a corto plazo.
cabo planes de restauración ecológica en todas La introducción de especies exóticas ahora ya
las cuencas de la costa de Chiapas y un programa establecidas, como la carpa herbívora (Ctenopha-
bi
sustentable para el manejo de pesquerías con la ringodon idella) y las mojarras tilapias (Oreochro-
participación directa de las cooperativas de pes- mis spp., Tilapia spp.,), ha provocado cambios en
hi
cadores establecidos en los sistemas estuarino-
lagunares de la costa de Chiapas.
las poblaciones nativas de peces (Morales-
Román y Rodiles-Hernández, 2000). La reciente
ro
El sistema del Grijalva se modificó drástica- invasión de especies de plecos o peces diablo
mente debido a la construcción de los grandes (Pterygoplichthys sp.) está provocando cambios
embalses (parte alta y media del cauce principal dramáticos en el sistema acuático del Grijalva-
.P
del río Grijalva) provocando cambios sustancia- Usumacinta (Capps et al., 2008, 2009; Ramírez-
les en el humedal más grande de Mesoamérica. Guevara y Rodiles-Hernández, 2008, 2009).
A pesar de esto, su biota se ha adaptado a estas Por lo anterior, es necesario impulsar en la
ta
embalsado aún, sin embargo, existe un ambicioso programas de educación ambiental y manejo de
programa del gobierno mexicano para la cons- pesquerías artesanales, las cuales deberán
at
encuentra rodeado por áreas protegidas, lo cual importancia pesquera y para el control de espe-
ha permitido parcialmente su relativa conserva- cies invasoras (figura 3 ver estudio de caso
ción. A pesar de esto, la deforestación y el cam- página 303).
n
sió
er
V
56 La biodiversidad en Chiapas
a.
nt
ve
su
da
bi
hi
Figura 3. Humedales de montaña, San Cristóbal de las Casas, Chiapas (parte alta). Foto: Manuel Lemus, (Corredor Biológico Mesoamericano).
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Ramírez-Guevara, N. y R. Rodiles-Hernández. 2009. Inva- D.F. 654 pp.
er
a.
En la región de los Altos de Chiapas se localizan importantes humedales de
montaña en peligro de desaparición. Estos humedales se encuentran en la parte
nt
alta del Grijalva (2 280-2 110 msnm), en una cuenca hidrográfica de 244 km2 y
en una zona de Bosques de pino-encino y mesófilos de montaña. Los humedales
ve
están conformados por una red de arroyos, zonas pantanosas y de inundación
permanente y temporal que permiten la infiltración de agua a importantes man-
tos freáticos y su almacenamiento en reservorios de agua subterráneo.
su
Los humedales de montaña son considerados a nivel mundial como ecosis-
temas raros que cumplen funciones de almacenamiento, filtración y limpieza de
agua, control de inundaciones, regulador de microclimas y refugio de una con-
da
siderable diversidad de fauna y flora acuática (Galindo-Jaimes et al., 2008).
Los humedales de montaña dependen de las características geomorfológicas
e hidrológicas de sus cuencas de captación, y en general se consideran a las
bi
cuencas hidrográficas como unidades básicas del territorio para la planeación y
el manejo de los recursos naturales (Cotler et al., 2007), aún más cuando su
hi tamaño es relativamente pequeño, como es el caso de la Cuenca del río Amarillo.
Con la finalidad de conocer el potencial de humedales de montaña, se pro-
ro
cedió a establecer los límites geográficos y las características hidrológicas de
la Cuenca (Espíritu, 1998) para lo cual se realizaron recorridos de campo,
análisis de fotografías aéreas a escala 1:75 000 (1979) y 1:50 000 (1996), y una
.P
las caracteriza. Las cuencas con mayor presencia de agua subterránea, aún en
sió
cuenca; y es que el relieve orográfico de esta cuenca permite que todos los
arroyos confluyan en el río Amarillo, el cual posee una longitud de 33 km y un
V
Espíritu-Tlatempa, G. y R. Rodiles-Hernández. 2013. La cuenca del río Amarillo y los humedales de montaña. pp.
58-61. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de
la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
Capítulo 7 Diversidad de ecosistemas 59
a.
en cuatro municipios: San Cristóbal de las Casas (57 %), San Juan Chamula
(31 %), Huixtán (9 %) y Tenejapa (2 %); mientras que el 1 % restante se encuen-
nt
tra en los municipios de Zinacantán y Teopisca (figura 1).
La Cuenca del río Amarillo tiene una forma semialargada y es considerada
ve
como endorreica (o cerrada) debido a que los escurrimientos y almacenamiento
de agua drenan hacia un cuerpo de agua interior (como lagos) o humedales
(figura 1).
su
Toda las subcuencas tienen potencial para la captación de agua, sin embargo,
destacan nueve de ellas, en orden de importancia, para la formación de hume-
dales de montaña: San Cristóbal (68 km2), Las Piedrecitas (13 km2), arroyo San
a
Felipe (6 km2), río Agua de Pajaritos (10 km2), río San Antonio (15 km2), arroyo
Nitijom (3 km2), Petej (25 km2), arroyo San José Las Flores (11 km2) y Crucero
id
(25 km2). Otras subcuencas como El Pinar y río San Antonio las Rosas tienen
altas posibilidades de formación de humedales en las depresiones y bifurcacio-
b
nes de los ríos.
hi
Se calcula que la zona de humedales de montaña, en San Cristóbal de las
Casas (figura 3 ver ecosistemas acuáticos), tenía una superficie de 2 500 ha
ro
(Montoya et al., 2008) que corresponde a 74 % de la superficie total del valle en
esta subcuenca (García, 2005). Esta zona localizada en la parte más baja de la
Cuenca del río Amarillo (figura 1) recibe todos los escurrimientos y debido a su
.P
yos, a tal grado que 90 % de la superficie está urbanizada (Montoya et al., 2008).
En esta zona, y debido a precipitaciones mayores de la media anual, se han
gr
registrado inundaciones periódicas (1595, 1652, 1785, 1973 y 2010) que han pro-
vocado graves daños a la población urbana, por lo que en 1976 se inició un proceso
artificial de desagüe de los humedales para facilitar la salida de agua (hacia al río
n
alto y una longitud de 4 280 m (Montoya et al., 2008) con la finalidad de evitar
futuras inundaciones.
Contradictoriamente a esta decisión, se favoreció la desecación de la mayor
zona de inundación y se incrementó el crecimiento de la mancha urbana mediante
er
a.
La conservación de los humedales de montaña y de la especie emblemática
(Profundulus hildebrandi) ha sido motivo de diversas expresiones ciudadanas
nt
para lograr una mejor calidad de vida de los habitantes de San Cristóbal de las
Casas (Cuarto Poder, 2006; La Jornada, 2008).
ve
En 2006, se realizó el Primer Foro para la Defensa de los Humedales con la
participación de 500 personas provenientes de instituciones académicas y orga-
nizaciones de la sociedad civil. En 2007, se promueve una campaña para el rescate
su
del pez escamudo de San Cristóbal de las Casas y se hace una resiembra de crías
en el lago artificial del Parque de los Humedales. Éstas y otras acciones han
desatado una intensa campaña en medios de información (radio, televisión y
da
prensa) y una importante conciencia ciudadana (Cuarto Poder, 2009).
En febrero de 2008, el gobierno estatal decreta 225 ha en la ciudad de San
Cristóbal de las Casas como áreas naturales protegidas sujetas a conservación
bi
ecológica (Secretaría de Gobierno, 2008) y envía, a través de la Dirección de
Áreas Naturales del Instituto de Historia Natural y Ecología, la propuesta para
hi su incorporación a la lista de humedales de importancia internacional (Conven-
ción ramsar, 1977).
ro
A pesar de estos avances, es fundamental desarrollar un programa integral de
saneamiento y restauración ecológica de la Cuenca de San Cristóbal, dado que
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
las aguas residuales están contaminando los mantos acuíferos y el relleno de los
escasos remanentes de humedales están agotando los manantiales de agua para
uso doméstico. La información generada con este estudio de caso proporciona
las bases para delimitar el territorio de planeación e impulsar acciones de coordi-
nación para el manejo de cuenca en toda la región. Sin embargo, y de forma
paralela, es necesario profundizar en el estudio de las condiciones ambientales
a.
de cada una de las subcuencas mediante un monitoreo de la capacidad de capta-
ción y calidad de agua, así como la diversidad de especies endémicas que podrían
nt
revelar en general el estado de salud de la cuenca del río Amarillo.
ve
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Universidad Autónoma de Chapingo. 264 p.
er
V
62 La biodiversidad en Chiapas
a.
Introducción
nt
En el litoral de Chiapas se encuentra una serie de elementos climáticos, topo-
gráficos e hidrológicos que determina un mosaico florístico y faunístico muy
ve
peculiar. El clima es cálido-húmedo, con precipitaciones variables entre mayo y
octubre (de 1 150 a 2 870 mm/año), con estiaje de noviembre a abril. La Sierra
Madre de Chiapas, con una altura promedio de 2 690 msnm, delimita la planicie
su
costera, con una anchura variable (26 a 42 km) (cna, 2000). Aproximadamente,
26 ríos descienden de la parte alta, los cuales, en los últimos kilómetros, llegan
a formar planicies de inundación llamadas pampas o pantanos de agua dulce y
da
constituyen cuerpos de agua perennes y estacionales conectados por medio de
canales con las lagunas costeras – estas últimas son cuerpos de agua salobres,
separadas del mar por una barrera arenosa– (Lankford, 1977) que, en conjunto,
bi
constituyen los humedales costeros de esta entidad. Son fuentes de recursos
pesqueros, paisajísticos, maderables y de servicios ambientales para los habi-
hi tantes de 126 comunidades costeras (ine, 1999).
ro
Diversidad, distribución e importancia de los humedales
costeros
.P
a escala 1:50 000, así como 412 recorridos en campo, desde el Suchiate hasta
Arriaga. En cada humedal se establecieron unidades de muestreo (um) de
ui
dales más extensos de Chiapas con 9 068 ha de las cuales 66.2 % del área
corresponde al cuerpo de agua. El manglar y la selva baja caducifolia son los
componentes más extensos con 1 345 ha, mientras que el mangle madresal
(Avicennia germinans) es la especie principal y Conocarpus erectus es la aso-
er
el mangle botoncillo es más abundante entre Vuelta Rica hasta Barra de Tonalá.
El segundo componente vegetal está representado por plantas herbáceas resis-
Tovilla-Hernández, C. y E. Orihuela-Belmonte. 2013. Ecología de los humedales del litoral del Estado. pp. 62-70. En:
La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiver-
sidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
Capítulo 7 Diversidad de ecosistemas 63
a.
Tonalá (figura 1 y cuadro 1).
nt
Sistema lagunar L a Joya-Buenavista
ve
Se ubica en el sureste del municipio de Tonalá y está constituido por las lagu-
nas La Joya y Buenavista que cuentan con 4 688 ha, de las cuales, 2 993
corresponden al cuerpo de agua. La vegetación está representada por vege-
su
tación de dunas (567 has), la cual es notable al sur del estero Boca del Cielo
hasta El Manguito. Mientras que en la parte interna de este estero y a lo
largo de la ribera oeste de laguna Buenavista existen algunas áreas de manglar-
da
selva baja caducifolia en 434 ha. A pesar de la enorme superficie del sistema
lagunar, el manglar medianamente conservado cubre sólo 365 ha, constitui-
das por mangle rojo y blanco (Rhizophora mangle y Laguncularia racemosa).
bi
Ante la deforestación de los manglares en el norte de La Joya, la vegetación
halófita ha ocupado unas 329 ha.
Sistema lagunar
hi
El Manguito-Joaquín Amaro-L a Conquista
ro
Se distribuye en los municipios de Tonalá y Pijijiapán, y comprende 3 254 ha
constituidas por las lagunas de El Mosquito, La Balona, Los Patos, Agua Tendida
.P
mientras que desde el límite sur de estero Boca del Cielo hasta Barra de Santiago
existe una franja de dunas con buen estado de conservación. Al norte del sistema
gr
Estero Chocohuital
n
sió
Pertenece al municipio de Pijijiapan, con 6 105 ha, de las cuales, 1 606 corres-
ponden a las lagunas Carretas-Pereyra, Coapa y El Bobo. Aquí, el manglar
conservado representa 64 % del área (3 911 ha) y está constituida por bosques
64 La biodiversidad en Chiapas
a.
Sur, en la confluencia de los ríos Pijijiapan, Coapa, Margarita y Bobo existe una
amplia área de pantanos medianamente conservados, denominados “Agostade-
nt
ros de Pijijiapan” (2 680 ha). Cubierta por vegetación de tulares en las localidades
de Salto de Agua-Ceniceros y Brisas de Pijijiapan, los espadañales son abundan-
ve
tes en la parte sur de Las Brisas (figura 1 y cuadro 1).
su
Pajón-Pampa Honda
a
de las cuales, 625 ha corresponden a las lagunas Buenavista y El Castaño. Se
registraron cuatro tipos de asociaciones vegetales; de éstas, la vegetación de
id
manglar-selva baja caducifolia y las dunas son las más extensas, con 198 y
192 ha, respectivamente; cabe señalar que aquí no existen zonas de mangle
b
conservado. Hacia tierra firme se encuentra una franja de manglar selva baja
hi
caducifolia y palmar con dominancia de palma real (Sabal mexicana).
ro
Sistema lagunar Castaño, Chantuto, Campón y Barra de
Zacapulco
.P
(3 274 ha) y se distribuye en una franja paralela al mar de 21.4 × 4.9 km, desde El
Castaño hasta Barra de San Juan; aquí, los bosques de mangle rojo y blanco pre-
ui
sentan un gran desarrollo, con una altura promedio de 19.7 m, la cobertura y área
basal de 18.8 m2 y 31.8 m2, como sucede en los bosques del Castaño, Barra Zaca-
at
pulco y estero El Machón (Tovilla et al., 2007). En la parte norte y este del humedal
existen algunas áreas de manglar-selva baja caducifolia y palmar (345 ha), mientras
gr
que la vegetación de dunas ocupa 204 ha. En el límite del manglar hay una gran
extensión de pantanos (1 302 ha) distribuidos desde El Anonal, laguna Belem, río
San Nicolás y Bonanza; estos pantanos son un componente valioso como hábitat
n
este sentido, son importantes los nidales de Mycteria americana (cigüeña) y muy
abundantes las poblaciones de cocodrilos y caimanes en río San Nicolás y Chantuto
(Aguilar, 2006; Flores, 2005) (figura 1 y cuadro 1).
er
donde el manglar exhibe su mejor desarrollo de todo el país, con una altura
promedio de 21.8 m y un área basal y cobertura arbórea de 30.9 m2 y 20.2 m2,
respectivamente (Tovilla et al., 2007); en algunos sitios de laguna Cerritos-
Panzacola son excepcionalmente notables los mangles rojos y amarillos que
alcanzan hasta 42 m de altura. En la desembocaduras de los ríos Cintalapa y
Vado Ancho se cuantificaron franjas de vegetación de manglar-selva baja cadu-
cifolia en 631 ha. Extensiones menores están ocupadas por dunas y selva baja
a.
caducifolia-Palmar (382 ha y 368 ha). Dos componentes notables en la orilla de
los esteros y al interior de estos son las asociaciones de manglar-zapotón
nt
(246 ha) y selva mediana perennifolia (149 ha); en el primer caso, se distribuyen
en la desembocadura de los ríos Vado Ancho y El Hueyate. La selva mediana
ve
constituye una franja discontinua en estero Hueyate, desde San Isidro hasta El
Campamento de La Concepción (figura 1).
su
Sistema Río Despoblado, Barra San José, San Simón y El Cabe
da
5 978 ha de áreas boscosas, mientras que otras 12 479 ha están cubiertas por
vegetación de pantanos. Es el humedal con mayor cantidad de asociaciones
de vegetación con ocho tipos, de los cuales, los bosques de zapotón ocupan
bi
2 182 ha, entre la desembocadura del río Despoblado y estero El Hueyate, y
en la parte central constituye un bosque monoespecífico de 1 658 ha, el cual
hi
está rodeado por vegetación de pantanos. Algunas áreas boscosas más
pequeñas se prolongan hacia el estero Hueyate. Es una comunidad vegetal en
ro
sitios donde la salinidad es menor de <5 %o, con árboles de entre 10 y 18 m
de altura. Hacia el occidente, a lo largo de la ribera de estero Hueyate hasta
aproximadamente dos kilómetros al sur de La Concepción, este bosque cam-
.P
a.
Se localiza en los municipios de Tapachula y Suchiate, y la zona boscosa cubre
una extensión total de 1 595 ha, de las cuales, 382 ha están cubiertas por
nt
cuerpos de agua, constituidas por la laguna de Pozuelos y los esteros. Mientras
que la vegetación de selva baja caducifolia-palmar ocupa un área en la periferia
ve
oriental del sistema (509 ha); entre esta vegetación y el manglar existe una
franja constituida por manglar-selva baja caducifolia (186 ha). A 3 km. al sur de
la localidad de Playa Linda se inicia la vegetación de dunas; esta vegetación es
su
continua y medianamente conservada hasta El Gancho. A pesar de la extensión
de los bosques de manglar solo se registraron 116 ha de manglar conservado
y 26 ha de vegetación de halófitas.
a
Principales asociaciones de la vegetación en los humedales
id
costeros
b
En todos los humedales se han identificado 10 tipos de asociaciones vegetales:
hi
vegetación de pantano, manglar, manglar-selva baja caducifolia, vegetación de
dunas, manglar-selva baja-palmar, bosques de zapotón, vegetación halófita
ro
hipersalina, zapotón-manglar, manglar-zapotón, selva mediana perennifolia (Lot
et al., 1986; Braun, 1997; Tovilla et al., 2007).
.P
Vegetación de pantano
de los pantanos, las áreas más extensas están constituidas por popales, tulares
y espadañales. Los popales están formados por vegetación como la herbácea
at
plantas como Oryza latifolia o arroz silvestre, así como acuáticas sumergidas
sió
como Najas sp (Miranda, 1952; Breedlove, 1981; Lot et al., 1986; Lozada, 1994;
Braun, 1997) (figura 1 y cuadro 1).
Vegetación
er
de manglar
Este litoral es el más rico en especies de mangle en el país con seis especies
V
(Tovilla et al., 2007; Nettel et al., 2008): L. racemosa (mangle blanco), C. erec-
tus (mangle botoncillo), R. mangle (mangle rojo), R. harrisonii (mangle amarillo),
A. germinans (mangle negro) y A. bicolor. En este litoral los manglares mejor
conservados ocupan aproximadamente 17 541 ha.
Capítulo 7 Diversidad de ecosistemas 67
a.
nt
ve
su
a
b id
hi
ro
Figura 1. Humedales del litoral de Chiapas: sistemas lagunares y pantanos.
.P
R. mangle
Hueyate-Cerritos-Panzacolaw
at
R. mangle
Gancho-Murillo 17.6/7.9 13.7/69.7 2531/31.6 22.2
68 %
R. mangle
El Manguito-J. Amaro- La conquista 12.1/7.2 11/63.5 2460/30.3 16.7
67 %
n
L. racemosa
Cabildo-Amatal 14.1/7.5 10.2/40.7 5298/24.9 15.5
sió
53 %
L. racemosa
Carretas-Pereyra-Estero Brujas 11.3/6.2 12.9/70.9 2102/13.3 14.8
57 %
R. mangle
Estero Chocohuital 10.1/5.3 14.1/61.4 2008/29.9 13.1
58.7%
er
R. mangle
Río Huixtla-La Cantileña 12.4/3.8 12.4/35.5 1675/25.9 11.8
59 %
L. racemosa
V
a.
ulmifolia) (Miranda, 1952; Breedlove, 1981; Braun, 1997).
nt
Vegetación de dunas costeras
ve
Frente al mar, sobre la duna, existe una franja de vegetación arbustiva y matorral
espinoso que constituye en conjunto 3 659 ha. Los arbustos más notables son
el mezquite Prosopis juliflora, Jacquinia aurantiaca o zicaján y G. sepium. Otras
su
especies presentes son el hizcanal (Acacia cornigera), Guazuma ulmifolia, los
cactus Opuntia puberula y Acanthocereus pentagonus, las plantas rastreras
como Ipomoea pes caprae o riñonina y Cannavalia rosae; con manchones de pastos
a
como Distychlis spicata y Panicum maximun (Braun, 1997).
id
Manglar-selva baja caducifolia-palmar
b
Ocupa unas 2 492 ha distribuidas en la parte anterior de los manglares, en la
hi
zona emergida de los pantanos hacia tierra firme. Los elementos más distintivos
son la palma real o Sabal mexicana, la piñuela (Bromelia pinguin) y el matapalo
ro
(Ficus glabrata).
Al interior de los manglares existen áreas donde las mareas introducen agua en
la época de lluvias; posteriormente, en el estiaje, se secan y queda una gran
gr
cantidad de sal en el suelo (salinidad >40 %). En estos sitios abundan plantas
halófitas como Batis maritima, Sesuvium portulacastrum o vidrillo y Salicornia
sp. que ocupan aproximadamente 2 099 ha (Tovilla et al., 2007).
n
sió
Vegetación zapotón-manglar
Está constituida por una asociación donde predomina el zapotón sobre el mangle
rojo (en una relación de (>60/40 %); aquí es frecuente encontrar esta asociación
er
Vegetación manglar-zapotón
Cuerpos de Agua
a.
Constituyen el elemento más importante dentro de la distribución de la vegeta-
nt
ción debido a que al interior y en la periferia de estos cuerpos se ubican todas
las asociaciones hasta aquí descritas; cubren aproximadamente 17 174 ha.
ve
Amenazas sobre los humedales del litoral de Chiapas
su
El acelerado crecimiento de la población humana, la mala gestión del agua de los
ríos, las pesquerías, el avance de las fronteras agropecuarias y la introducción de
da
contaminantes están provocando cambios dramáticos en los humedales costeros,
como el relleno y desecación de los pantanos (La Cantileña, El Gancho y Agos-
taderos de Pijijiapan) el asolvamiento de las lagunas costeras (laguna de Cerritos,
bi
Panzacola, Cabildos, etc.) y la contaminación de todo el litoral de Chiapas (Chan-
tuto) (Graniel y Carrillo, 2006; Linares, 2008; Vásquez-Sánchez, 2008). Estas son
hi
amenazas preocupantes que hay que enfrentar a corto y mediano plazo para
mantener las áreas mejor conservadas de los humedales bajo ese estatus; esto
ro
representa una tarea pendiente para todos los usuarios de los recursos, bienes y
servicios que prestan los humedales del litoral de esta entidad, incluso un reto a
mediano plazo para los políticos, autoridades y tomadores de decisiones en la
.P
costa de Chiapas.
Conclusiones y recomendaciones
ta
Literatura citada
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a.
nt
ve
su
a
id
b
hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
V
er
sió
n
gr
at
ui
ta
.P
ro
hi
b id
a
8
su
especies
Capítulo
ve
diversidad de
nt
a.
Resumen
a.
La amplitud latitudinal, la accidentada orografía y la historia geológica han de-
nt
terminado una enorme variedad de condiciones ecológicas y una notable diver-
sidad en el estado de Chiapas. En esta sección se describe la diversidad, dis-
ve
tribución y aspectos ecológicos de grupos de hongos y líquenes, helechos, algas
marinas y dulceacuícolas, angiospermas estrictamente acuáticas, así como di-
versas investigaciones de plantas vasculares y casos específicos como las or-
su
quídeas, las gimnospermas, angiospermas y de plantas saprófitas, específica-
mente Lacandonia schismatica.
De todos estos grupos se reconoce que los inventarios aún están incomple-
da
tos y que hace falta hacer investigación exhaustiva en diversos ambientes, ya
que los esfuerzos se han concentrado en pocas regiones o en las Áreas Natu-
rales Protegidas de Chiapas. Además, queda patente la necesidad de fortalecer
bi
la formación de especialistas en el campo de la botánica.
Por ejemplo, para los hongos de Chiapas en esta sección se calcula que el
hi
inventario tardará muchos años en completarse, ya que la diversidad estimada
más conservadora es de 49 000 especies, entre micromicetos y macromicetos,
ro
y se tienen registradas para el estado solamente 611 especies, pertenecientes
a 32 órdenes y a 85 familias, lo que significa el 1.2 % del total de la micobiota
de la entidad. Hasta el momento, la representatividad de los hongos está dada
.P
región con poca abundancia algal, se tiene una comunidad variada que ocupa
diversos ambientes costeros como manglares, lagunas costeras, playas ex-
gr
phyceae y Chrysophyceae).
En relación al grupo de los helechos, Chiapas posee alrededor de 70 % de la
riqueza nacional comprendida en 29 familias, 117 géneros, 698 especies y tres
variedades. De los 701 taxones, aproximadamente, un 5.4 % son endémicos a
er
nium), pero solamente 2.86 % de estas especies están protegidas por las leyes
ambientales, las áreas fisiográficas con mayor riqueza son la Sierra Madre y las
montañas del Oriente (Selva Lacandona).
Las epífitas vasculares (orquídeas, bromelias, helechos) comparten su sustra-
to con líquenes y briofitas (musgos y hepáticas). Aunque la información acerca
de la vegetación no vascular es todavía escasa, Chiapas es considerado dentro
74 La biodiversidad en Chiapas
a.
nt
de la República Mexicana uno de los estados que cuentan con mayor riqueza de
ve
líquenes y briofitas. A pesar de esta gran diversidad biológica, existe poca infor-
mación sobre los patrones de distribución y riqueza de la vegetación epífita. Se
ha confirmado la presencia de 1 173 especies de epífitas vasculares, pero se
su
estima que el número total para el estado podría ser de 1 377 especies, de las
que se tiene registro se sabe que corresponden aproximadamente a 14 % de to-
das las especies de plantas vasculares registradas en Chiapas. La mitad de los re-
da
gistros de epífitas colectadas son orquídeas (568 especies), seguidas por los helechos
(244 especies) y las bromeliáceas (101 especies). La mayor riqueza se encuentra
en el intervalo de altitud de 500 a 2 000 msnm, en asociaciones de Bosque Llu-
bi
vioso de Montaña en Los Altos de Chiapas. Asimismo, se observa una disminución
de la riqueza cuando la precipitación anual es mayor a 2 500 mm y cuando se
hi presenta un periodo corto de sequía.
Un caso particular entre las orquídeas es la especie Lacandonia schismatica
ro
es una planta endémica de Chiapas y se le considera representante de una
nueva línea evolutiva. Pertenece a un grupo de plantas saprófitas, es decir, que
no fotosintetizan, sino que viven a expensas de materia orgánica en descompo-
.P
descarta que este número puede aumentar (1 400-1 500) una vez que se des-
pejen las sinonimias y las indeterminaciones.
gr
a.
nt
Introducción
ve
Los hongos son un grupo particular, y aunque presentan similitudes con las plan-
tas (inmovilidad y presencia de una pared celular) y con los animales (ser heteró-
su
trofo y poseer quitina en su pared celular), se diferencian por su comportamiento
y su estructura celular (Deacon, 1997; Franco-Molano et al., 2005).
Pese a que investigadores como Micheli, Fries y Persoon, entre otros, reali-
da
zaron estudios con este grupo, en particular durante los siglos xviii y xix, no fue
sino hasta mediados del siglo xx cuando se reconoció a los hongos como un
reino aparte (Whittaker, 1969; Moore-Landecker, 1996).
bi
hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Ruan-Soto, F., M. E. Hernández-Maza y E. C. Pérez-Ovando. 2013. Estado actual del conocimiento de la diversidad
fúngica. pp. 75-82. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimien-
to y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
76 La biodiversidad en Chiapas
a.
otros organismos. Tienen un modo de nutrición hongos microscópicos o micromicetos. Desde un
por absorción y secretan enzimas de digestión punto de vista académico, los hongos se clasifi-
nt
externa para degradar el material extracelular, can en cuatro grupos en función de la forma en
para posteriormente ingresarlo a través de ósmo- que se reproducen: quitridiomicetos, zygomice-
ve
sis u otros mecanismos de transporte especiali- tos, ascomicetos y basidiomicetos (solo los dos
zados (Moore-Landecker, 1996; Alexopoulos et últimos grupos presentan hongos macroscópi-
al., 1996). Su cuerpo puede estar constituido por cos). También existen otros organismos como
su
una sola célula, como es el caso de las levaduras, los mixomicetos que, sin ser hongos verdaderos,
o por filamentos multinucleados rodeados de una son organismos que presentan características
pared rígida llamada hifa. La hifa es considerada muy parecidas a este grupo. Los líquenes son
da
como la unidad estructural básica de la mayoría otros organismos que asocian a un hongo y a un
de los hongos. El conjunto de hifas constituye el alga, y en esta sociedad simbiótica, ambos fun-
micelio o cuerpo vegetativo del hongo. Para re- cionan como una unidad (Moore-Landecker,
bi
producirse, los hongos pueden hacerlo tanto de 1990; Alexopoulos et al., 1996).
forma asexual como sexual, desarrollando estruc-
turas particulares en cada caso. Para la reproduc-
ción sexual, estos organismos forman estructuras
hi
Diversidad fúngica
ro
especializadas llamados esporocarpos, donde se Los hongos son considerados como uno de los
produce una gran cantidad de esporas que pue- grupos más ampliamente distribuidos, de mayor
den dispersarse y dar origen a un nuevo organis- variedad de formas y, por supuesto, uno de los
.P
mo. Algunos grupos de hongos producen esporo- más numerosos en cuanto a especies se refiere.
carpos de gran tamaño que se pueden ver a En el mundo se estima que existen alrededor de
simple vista, a los que se le llama comúnmente 1 500 000 especies de hongos (Hawsworth,
ta
cuerpos fructíferos (Moore-Landecker, 1990; 1991), esto los ubica como los segundos orga-
Alexopoulos et al., 1996; Franco-Molano et al., nismos más numerosos después de los insectos.
ui
de diferentes autores, aún no se tiene una Este avance en los estudios de diversidad
aproximación clara de cuántas especies deben fúngica no es casual. Desde hace ya algunos
existir en las zonas tropicales, por lo que su años se empezaron a construir grupos de tra-
estudio se encuentra todavía en una fase pio- bajo cada vez más sólidos dedicados a desa-
nera (Hawksworth, 1992; Guzmán, 1998). rrollar diferentes líneas de investigación mico-
Ejemplo de esto son los estudios de Corner en lógica (ecología de hongos, taxonomía y siste-
Malasia y Lodge en Puerto Rico donde 66 % y mática, etnomicología, por mencionar algunas)
a.
25 % de las especies encontradas, respectiva- con investigadores residentes en el estado y
mente, son nuevos registros para la ciencia que desarrollan sistemáticamente proyectos
nt
(Hawkswoth, 1992). para el estudio de la biodiversidad fúngica
chiapaneca. Particularmente resaltan los es-
ve
Historiografía del estudio de la fuerzos realizados por El Colegio de la Fronte-
diversidad fúngica ra Sur, unidad Tapachula, El Instituto de His-
toria Natural y Ecología de Chiapas y la Es-
su
El estudio sistemático de los hongos de Chiapas cuela de Biología de la Universidad de
es sumamente reciente. El primer registro de Ciencias y Artes de Chiapas.
una recolecta para un hongo macroscópico en el
Diversidad y distribución de los
da
estado es probablemente el de Sharp en 1948
(Sharp, 1948; Andrade-Gallegos y Sánchez- hongos
Vázquez, 2005). Esta fecha es en realidad muy
bi
cercana a nuestros días si consideramos que los Se infiere que por su posición geográfica, sus
primeros registros de hongos en el país son de características físicas y por su alta diversidad de
hi
la década de 1840 (Kickx, 1841) y el estudio
sistemático de los hongos en el mundo comenzó
flora y fauna y número de endemismos, Chiapas
debe tener una alta riqueza de hongos. Pero,
ro
en el siglo xviii. ¿qué tan alta es esa diversidad? ¿Cuántos hon-
Desde aquella primera recolecta, el estudio gos pudieran existir dentro del estado?
de los hongos en Chiapas no ha sido extenso ni En el entendido de que no existe un inventario
.P
profundo. Según Andrade-Gallegos y Sánchez- para los hongos en Chiapas y, como veremos
Vázquez (2005), los estudios de macromicetos adelante, estamos lejos de tenerlo, para contes-
con material exclusivo de Chiapas son escasos, tar esas preguntas es necesario hacer estimacio-
ta
siendo la mayoría de las citas producto de reco- nes de dicha diversidad. Según Guzmán (1998),
lectas esporádicas de micólogos foráneos que podemos apegarnos a diferentes estrategias para
ui
recolectan en Chiapas para posteriormente de- estimar la riqueza de especies fúngicas. Básica-
positar los ejemplares en herbarios de otros mente, dichas estrategias se basan en dos líneas:
at
estar cambiando, ya que empiezan a aparecer de su micobiota (como es el caso del estado de
cada vez más investigaciones que documentan Veracruz para el territorio mexicano) y b) la pro-
la biodiversidad fúngica de Chiapas. Ejemplo porción del número de hongos en relación con el
n
de esto son los trabajos de Álvarez-Espinosa número de plantas. Hawksworth (1991) ha pro-
sió
(2006), Chanona Gómez (2006) y Robles-Po- puesto que esta relación es de 1:6, es decir, cada
rras et al. (2006) quienes presentan listados de especie de planta debe estar relacionada especí-
macromicetos de la región de Los Altos de ficamente con seis especies de hongos.
Chiapas y de la región Centro. Especial énfasis Siguiendo lo propuesto por Hawksworth
er
merecen los estudios etnomicológicos realiza- (1991), en Chiapas, según Breedlove (1981)
dos recientemente (Robles-Porras, 2004; existen alrededor de 8 200 especies de plantas
V
a.
número de endemismos, como Chiapas.
Dicho cálculo de 49 000 especies de hongos
nt
coloca a Chiapas entre los tres primeros esta-
dos de México con mayor diversidad de hongos,
ve
junto con Veracruz y Oaxaca. Figura 2. Coprinus disseminatus. Foto: David Ortiz-Ramírez.
Andrade-Gallegos y Sánchez-Vázquez (2005)
contabilizaron 411 especies descritas para Chiapas
su
hasta el año 2003. Con base en el trabajo de estos
autores, actualizado con trabajos posteriores rea-
lizados hasta 2007, para este capítulo se contabi-
a
lizaron 611 especies de hongos citadas para
Chiapas (figuras 1-4). Estas pertenecen a 32 órde-
id
nes y a 85 familias. En otras palabras, en los últi-
mos cuatro años, se ha aumentado casi en 30 % el
b
conocimiento de la diversidad fúngica chiapaneca.
Aunque los estudios realizados recientemen-
te han aumentado considerablemente el conoci-
hi
ro
miento de la diversidad de los hongos en Chia-
pas, no ha habido un incremento en las áreas de
estudio. Andrade-Gallegos y Sánchez-Vázquez
.P
Importancia de los hongos ros. Por otro lado, también tienen interacciones
perjudiciales para muchas plantas y animales
El papel que juegan los hongos en los diferentes causando enfermedades por su naturaleza pará-
ecosistemas del estado es sumamente impor- sita (Garibay-Orijel y García-Medrano, 2006).
tante y complejo. Muchos de los hongos son
saprótrofos, es decir, se alimentan de materia Problemática del estudio de los
orgánica. Por esta razón, se les considera (en hongos y su conservación
a.
conjunto con las bacterias) como los principales
descomponedores, permitiendo el reciclaje de Como nos podemos dar cuenta, aunque en lo
nt
nutrimentos y, en consecuencia, el restableci- últimos años se ha dado un gran avance en el
miento de los niveles de éstos en los suelos estudio de los hongos en Chiapas, no solamente
ve
(Garibay-Orijel y García-Medrano, 2006). por el aumento significativo de especies registra-
Los hongos también forman asociaciones das, sino por la formación de profesionistas que
simbióticas llamadas micorrizas con la mayoría estudian los hongos de su estado, aún queda
su
de las plantas. Los hongos ayudan a las plantas mucho trabajo por realizar. Sin embargo, es ne-
a desarrollarse de manera óptima a cambio de cesario reflexionar acerca de la problemática que
nutrimentos. También forman asociaciones con enfrenta el estudio de los hongos en Chiapas
da
diversas algas formando líquenes, los cuales para dirigir los esfuerzos en función de ésta.
pueden colonizar nuevos territorios donde la Un factor necesario que se debe considerar
ausencia de suelo es una limitante. es el siguiente: si se calcula que existen 49 000
bi
Asimismo, los cuerpos fructíferos y el propio especies de hongos en una estimación conserva-
micelio son una fuente importante de alimento dora, y se tienen registradas solamente 611, es-
para muchos animales como insectos y mamífe- hi
tamos hablando de que conocemos 1.2 % del
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
total de las especies que deben existir en nuestro Chiapas de esta misma obra), los factores
estado. Comparando estos datos con Veracruz mencionados sí representan una amenaza seria
(que es el estado mexicano más estudiado en para los hongos de Chiapas.
cuanto a su diversidad fúngica), hasta el año
2003 existían 1 517 especies y se estima que Hacia dónde deben ir los estudios de
deben existir alrededor de 54 000 especies, por hongos: conclusiones y recomenda-
tanto, se conoce 2.8 % del total (Guzmán et al. ciones
a.
2003). Aunque el número restante de especies
que queda por conocer también parece muy alto, Diversos autores han señalado que la problemáti-
nt
las especies descritas casi triplican las registra- ca para el estudio de la diversidad fúngica en zo-
das para Chiapas. Aunado a esto, en Veracruz se nas tropicales son la gran diversidad existente, la
ve
ha recolectado de manera significativa en todos pérdida acelerada de hábitats, la falta de especia-
los tipos de vegetación reportados para dicho listas y la falta de recursos económicos (Cannon,
estado. El herbario xal del Instituto de Ecología 1997; Guzmán, 1998) y, por supuesto, en el estado
su
A.C., en la Ciudad de Xalapa, considerado como de Chiapas existen las mismas condiciones.
el herbario con el mayor número de ejemplares de Sin embargo, el estudio de la micobiota de
hongos de todo el país (junto con la colección Chiapas es sumamente pertinente debido al alto
da
micológica del herbario encb, del Instituto Politéc- número de relaciones que estos organismos man-
nico Nacional) (Guzmán, 1988), tiene un registro tienen con otros, ya que son una pieza clave en el
de 47 000 ejemplares. Esto es un claro índice del funcionamiento de los ecosistemas, además de
bi
trabajo que falta por hacer en Chiapas. que nos benefician de manera directa en la resolu-
Ahora, podríamos plantearnos la siguiente ción de muy diversas necesidades como la alimen-
hi
pregunta: ¿cuánto tiempo nos llevaría caracteri-
zar toda la micobiota de Chiapas? Tomando en
tación o el tratamiento de enfermedades.
Por esta pertinencia, pero ante dicha proble-
ro
consideración que en 59 años de estudiar la mática, muchos autores están de acuerdo en
diversidad fúngica en Chiapas se han logrado realizar diversas acciones encaminadas a estudiar
registrar 611 especies, nos llevaría la cantidad de de una manera diferente la diversidad en zonas
.P
4 731 años poder caracterizar toda nuestra mico- con las condiciones que tiene Chiapas, ante la
biota. Si tomamos en cuenta que en cuatro años imposibilidad de inventariar toda la micobiota.
se han registrado 170 especies, de mantenerse Una estrategia frente a este reto son las
ta
este ritmo, después de 1 152 años podríamos Evaluaciones Rápidas de Diversidad (Cannon,
decir que hemos concluido la misión. Vamos a 1997). En principio, se considera la necesidad de
ui
imaginar que cada vez existe un mayor número de definir las Unidades Taxonómicas de Reconoci-
estudiantes, más especialistas, más bibliografía miento (rtu, por sus siglas en inglés) en lugar de
at
reducir este número?, ¿a la mitad?, ¿a una terce- problemática ante la falta de especialistas y bi-
ra parte? En este caso, podría llevarnos 576 años bliografía. De esta manera, se volvería un poco
o hasta 384 años registrar las especies que se más ágil el reconocimiento de ejemplares recolec-
n
estima que existen. Estos números, lejos de tados para la realización de estudios de evalua-
sió
pueden ser los Agaricales, los Gasteromicetos, mas prácticos. Como ejemplo, actualmente es
los Poliporoideso los Aphyllophorales. una necesidad urgente conocer los hongos
• El estudio de ciertos grupos nutri- tóxicos y comestibles en la región de los Altos
mentales. En la misma lógica que la anterior, de Chiapas.
es posible abordar el estudio de grupos separa- 2. Racionalizar los recursos que son otorgados
dos como los hongos saprobios del suelo, los para las investigaciones. En este sentido, se deben
degradadores de madera, los ectomicorrizóge- construir esquemas muy precisos que permitan
a.
nos, entre otros. guiar las investigaciones a buen término, maximi-
• Abordar el problema mediante análisis zando resultados y minimizando los costos sin
nt
moleculares. Las técnicas de biología molecu- afectar la calidad de los estudios.
lar cada vez son más confiables, no solamente 3. Organizar grupos de trabajo sólidos que
ve
para identificaciones taxonómicas rápidas, sino estudien de manera sistemática y continua los
también para estudios de sistemática filogenética hongos de Chiapas. A través de grupos organi-
y ecología. Sin embargo, estos procesos aún son zados es más factible la solicitud de apoyos
su
muy costosos para la realidad de la investigación económicos para las investigaciones, y que un
en Chiapas, además de que dependen de las bi- mayor número de estudiantes se vean atraídos
bliotecas genómicas en las que no existe informa- por esta área del conocimiento.
da
ción para muchas especies de hongos.1 4. Movilizar la información generada, es decir,
Por otro lado, es necesario continuar con el volver más accesible la bibliografía especializada
entrenamiento de especialistas que trabajen de que ayude en la identificación y análisis de los
bi
manera sistemática en el estudio de la diversi- ejemplares fúngicos recolectados y la información
dad fúngica en Chiapas y que puedan abordar que se desprenda de ellos. Literatura como guías
hi
las diferentes líneas del estudio de hongos como
la taxonomía de macromicetos y micromicetos,
de campo, claves de identificación, manuales
técnicos, listados de especies son elementos in-
ro
la ecología, la etnomicología, por mencionar al- dispensables a los que todos los micólogos que
gunas. Así mismo, es indispensable que dichos trabajan en Chiapas deberían acceder fácilmente.
estudiantes continúen su preparación con estu- Ante esto, se debería trabajar en la formación de
.P
las colecciones micológicas existentes en el es- trabajo del estado o la región y solicitar el présta-
tado (Guzmán, 1998). mo de bibliografía específica, así como aprovechar
ui
En lo referente a las zonas que deben ser prio- las facilidades que otorgan las páginas electróni-
ritarias a explorar, consideramos necesario el es- cas de institutos e investigadores.
at
tudio en Áreas Naturales Protegidas, así como 5. Difundir la información generada de una
áreas con tipos de vegetación poco estudiadas, manera accesible a todas las personas. Generar
gr
como los manglares, los bosques mesófilos, las textos con un lenguaje sencillo para que la socie-
selvas bajas y, en general, las zonas bajas tropica- dad en general pueda entender la importancia que
les del estado. tienen los hongos, como se relacionan con él o ella
n
Por último, resultaría muy útil retomar los en su vida cotidiana y, sobre todo, cómo los puede
sió
cinco puntos que menciona Hawksworth (1992) evitar si les resultan prejuiciosos o cómo utilizarlos
para el estudio de zonas con la problemática que si les resultan benéficos.
existe en Chiapas: 6. Solamente estando organizados, con reglas
1. Priorizar los estudios. Parte de la identifi- claras y honestas de colaboración, en las que todos
er
cación de los huecos que existen en el conoci- los participantes de las investigaciones se benefi-
miento de la micobiota en Chiapas y el abordaje cien, podremos hacer frente al reto que representa
V
de aquellos que estén relacionados con proble- el estudio de la diversidad fúngica de Chiapas.
1
Según Hawksworth (2004), actualmente el Gene Bank contiene información solamente para 16 % de las especies descritas
hasta la fecha.
82 La biodiversidad en Chiapas
Literatura citada
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Capítulo 8 Diversidad de especies 83
a.
nt
ve
su
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V
84 La biodiversidad en Chiapas
Los hongos ascomicetes son el grupo más diverso de todos los hongos con más
a.
de 32 000 especies descritas a nivel mundial (Kirk et al., 2001). Estos hongos
deben su nombre al hecho de que sus esporas están contenidas en unos sacos
nt
que reciben el nombre de asca o asco. En este grupo de hongos es donde se
encuentran las especies que producen antibióticos (Penicillum spp.) así como
ve
las especies apreciadas por su sabor como las morillas (Morchella spp.), que se
venden en algunos mercados del país. Estos hongos han sido utilizados en ri-
tuales religiosos (Trappe et al., 1979) y algunos son comestibles (Herrera y
su
Guzmán, 1961). Crecen en cualquier sustrato (humus, tierra, madera, estiércol,
etcétera) y pueden ser parásitos, saprobios (aquellos que crecen sobre la ma-
teria orgánica) y simbiontes (los que se asocian con otro organismo con bene-
da
ficio mutuo); en esta última categoría, los hongos micorrícicos juegan un papel
importante en el establecimiento de especies arbóreas, muchas de ellas de
importancia económica. Con estas características biológicas son capaces de
bi
colonizar cualquier sustrato y habitar cualquier tipo de vegetación.
En Chiapas, los estudios sobre hongos iniciaron con Sharp (1948), quien
hi mencionó dos especies de ascomicetes de México, probablemente de Chiapas,
aunque existe una cita anterior sobre mixomicetes (Emoto, 1933). El grupo ha
ro
sido inventariado en México por García-Romero et al. (1970), Chacón y Guzmán
(1983), Medel et al. (1999) y Medel (2007). Existen trabajos específicos para
Chiapas: Pérez-Moreno y Villarreal (1988), Andrade y Sánchez (2005), Andra-
.P
Figura 1. Phylacia mexicana, este hongo fue descrito recientemente en Chiapas y fue recolectado cerca de las
ruinas de Palenque; se distribuye en zonas tropicales. Foto: Rosario Medel Ortiz.
Medel-Ortiz, R. 2013. Los hongos ascomicetes. pp. 84-87. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado.
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chia-
pas, México.
Capítulo 8 Diversidad de especies 85
te, Medel et al. (2006) describieron una especie nueva, Phylacia mexicana en el
a.
bosque tropical de Chiapas (figura 1).
Con base en la revisión de los inventarios ya mencionados y de literatura es-
nt
pecializada, en el apéndice VIII.1, se presentan las especies de ascomicetes re-
gistradas para Chiapas. Se han citado 126 taxones correspondientes a 123 es-
ve
pecies y tres variedades, en nueve órdenes, siendo los Xylariales (hongos que
crecen en troncos caídos y madera en descomposición) los más abundantes con
77.6 % (figuras 2 y 4), los Pezizales son el segundo grupo más abundante (7.2 %)
su
y los Helotiales (figura 3), Hypocreales y Sordariales con cuatro especies cada
uno, que correspoden a 3.2 % (cuadro 1).
A pesar de la escasa diversidad que hasta ahora se ha registrado en el es-
a
tado, existen especies que son comestibles: Helvella crispa, H. infula y Cookei-
na sulcipes (Sánchez et al., 1993) e Hypomyces lactifluorum que parasita hongos
id
comestibles (e.g. Russula spp.). En el centro del país, este hongo es vendido y
recibe el nombre de “trompa enchilada” por el color que adquiere el hongo
b
parasitado. Recientemente, Morales et al. (2006) hicieron ver el uso de Daldinia
fissa, un ascomicete que se consume como botana en Guatemala. Dada la hi
cercanía del sitio de estudio y que esta especie está presente en Chiapas, es
ro
probable que también se consuma en el estado.
Es importante el papel ecológico que estos hongos desempeñan en la natura-
leza: son recicladores de grandes cantidades de materia orgánica, parásitas de
.P
Figura 2. Hypoxylon haematostroma, el color naranja intenso de este hongo es su principal característica; la
especie es común en los bosques tropicales. Foto: Rosario Medel Ortiz.
86 La biodiversidad en Chiapas
Capnodiales 1 1 0.79
Dothideales 1 1 0.79
a.
Helotiales 3 4 3.2
nt
Hypocreales 2 4 3.2
Meliolales 1 2 1.6
ve
Pezizales 3 9 7.2
Pleosporales 1 4 4.0
su
Sordariales 2 4 3.2
Xylariales 1 94 77.6
a
id
Cuadro 2. Distribución de las especies por tipo de vegetación.
b
Vegetación Número de especies Porcentaje
Bosque de coníferas
Bosque de pino-encino
hi
4
3
3.3
2.4
ro
Bosque de encino 5 4.1
*104 taxones.
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V
Figura 3. Leotia lubrica, especie colectada en bosque de pino y Figura 4. Camillea mucronata, especie conocida solamente en Chia-
encino de Chiapas, aunque es de amplia distribución en México. Foto: pas, colectada alrededor de las cascadas de Misol-Ha en vegetación
Rosario Medel Ortiz. tropical. Foto: Rosario Medel Ortiz.
Capítulo 8 Diversidad de especies 87
a.
y selvas de Chiapas están mal estudiadas, por lo que su estatus está aún por
definirse. El número de especies de ascomicetes citadas para Chiapas es muy
nt
reducido y no se tiene información, como por ejemplo, sobre cuál es el papel que
hombres y mujeres juegan en la conservación de estos hongos; la experiencia de
ve
campo en otras entidades ha sugerido que los hombres recolectan hongos y las
mujeres los venden en los mercados, pero para esta entidad no se tiene informa-
ción comprobada.
su
Las amenazas que estos organismos enfrentan van desde no estar consideradas
en ninguna categoría de la nom-059-semarnat-2010, razón por la que no están in-
cluidas en los programas de conservación. Otra amenaza es que las altas tasas de
da
deforestación del estado contribuyen a la desaparición de especies, ya que los
ascomicetes, como la mayoría de los hongos, dependen de bosques en buen esta-
do de conservación; al perderse la cubierta vegetal, se pierden muchas especies
bi
que no fueron inventariadas. Finalmente, falta mucho por conocer de estos hongos:
incrementar el inventario mediante colectas y la correcta identificación de las mis-
hi
mas, así como recabar datos sobre su utilización en los diversos municipios –estos
usos van desde reconocer las especies comestibles, los nombres que reciben o
ro
especies que pudieran ser utilizadas con fines medicinales–. Conservar los bosques
mediante un uso racional y fomentar el estudio de los hongos en general en el es-
tado contribuiría grandemente a la conservación del acervo micológico, con el fin
.P
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La biodiversidad en Chiapas
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b id
a
su
ve
nt
a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 89
Biodiversidad
de algas marinas bénticas
Introducción
a.
Las algas marinas son plantas fotosintéticas que viven en los océanos, circundan-
do las regiones litorales, y pueden clasificarse en tres grandes grupos basados
nt
en la composición bioquímica de los pigmentos que les dan un color característi-
co según el grupo: rojas o Rhodophyta, pardas o Phaeophyta (actualmente dentro
ve
del phylum Ochrophyta) y verdes o Chlorophyta. Las algas pardas suelen ser
grandes y comprenden desde las algas gigantes como Macrocystis pyrifera (Lin-
naeus) C. Agardh, que a menudo miden 20 m de longitud, hasta las especies más
su
pequeñas que miden entre 30 y 60 cm, pasando por las algas gruesas y coriáceas
que miden entre dos y cuatro metros. En México, M. pyrifera se distribuye en Baja
California (Guzmán del Proó et al., 1986). Las algas rojas y verdes suelen ser más
da
pequeñas y, por lo general, su longitud varía de unos pocos centímetros a un
metro. Las algas marinas reciben también el nombre de macroalgas y microalgas,
estas últimas de tamaño microscópico, en su mayoría unicelulares que proliferan
bi
en el plancton. Las algas marinas que crecen en estado natural se denominan
silvestres para diferenciarlas de las que se cultivan. En este estudio, nos enfoca-
hi
remos a las macroalgas bénticas (o sujetas al piso del mar) en sus aspectos de
diversidad y distribución geográfica, importancia económica, contaminación,
ro
amenazas y su situación actual en el país. En este trabajo se revisaron los artícu-
los publicados (1961-2006) y algunos herbarios institucionales de México, como
el de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, ipn (encb), el Herbario Nacional
.P
Godínez-Ortega, J. L. 2013. Biodiversidad de algas marinas bénticas. pp. 89-95. En: La biodiversidad en Chiapas:
Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno
del Estado de Chiapas, México.
90 La biodiversidad en Chiapas
a.
tado el interés por la biodiversidad algal, lo que phyta y Chlorophyta (cuadro 1). El apéndice
ha provocado gran cantidad de cambios taxonó- VIII.2 contiene la lista sistemática actualizada de
nt
micos que es necesario revisar y considerar en las algas marinas bénticas de Chiapas. Se pre-
los trabajos actuales. También es necesario co- senta conforme al esquema filogenético de Ca-
ve
nocer el estado y las perspectivas de desarrollo valier-Smith (1998), Wynne (2005) y Yoon et al.
en que se encuentra la ficología de Chiapas, ya (2006). La lista sistemática incluye la localidad
que apuntará sobre regiones que requieren específica para cada especie; se estudiaron 19
su
mayor exploración o sobre especies que necesi- localidades de siete municipios (figura 1) y las
tan ser estudiadas desde un punto de vista localidades con mayor frecuencia de recolección
biotecnológico. La aplicación de nuevos conoci- son Paredón y Puerto Madero.
da
mientos y la implementación de nuevas tecnolo- La riqueza algal del estado de Chiapas es
gías harán más viable la utilización de los recur- considerada como pobre (51 especies), si la
sos ficológicos de Chiapas. comparamos con la región del Pacífico Tropical
bi
Mexicano con 444 taxa o con su vecino, el estado
Diversidad y distribución de Oaxaca, con 222 especies (Pedroche y Sen-
hi
La región de Chiapas pertenece a la unidad mor-
tíes Granados, 2003). Sin embargo, aún existen
regiones naturales de Chiapas en espera de ser
ro
fotectónica ix que se extiende desde las vecinda- investigadas. De los 10 municipios costeros de
des de Tehuantepec hasta los límites con Guate- Chiapas, siete tuvieron algún tipo de exploración
mala. Se localiza en la planicie costera ístmica- ficológica. La ficología de Chiapas se encuentra
.P
lud moderadamente pronunciado. Las costas de 130 por Lankford (1977), es precario o simplemen-
esta unidad se pueden considerar como secunda- te se carece de él. Por ejemplo, en Chiapas, se han
ui
rias, por depositación marina (De la Lanza, 1991). reportado 74 algas estuarinas (Dreckmann et al.,
Según Ricketts y Calvin (1968), el océano Pacífi- 2006); sin embargo, existen 11 lagunas litorales
at
co presenta tres tipos de costas: costa externa que ocupan una superficie aproximada de
protegida, costa expuesta (playas arenosas) y 76 236 ha que requieren exploración ficológica; de
gr
ambientes especiales como lagunas estuarinas, éstas, las más importantes por sus dimensiones
esteros, barras y marismas cerradas y abiertas son las siguientes: Mar Muerto, La Joya-Buena-
(arena y zona de manglar), incluyendo algunos vista, Carretas-Pereyra, Chantuto-Panzacola,
n
muelles construidos de concreto y escolleras. Las Cabeza de Toro, Ponteduro y El Hueyate. La lagu-
sió
costas de Chiapas forman un sistema ambiental na Mar Muerto presenta la mayor exploración fi-
de los más diversos y ricos de la tierra; pocas cológica (apéndice VIII.2) y Laguna de La Joya-
Rhodophyta 3 7 10 17 29 2
Ochrophyta 1 4 5 5 8 2
Chlorophyta 1 4 6 9 15 1
Total 5 15 21 31 52 5
Capítulo 8 Diversidad de especies 91
Buenavista ha sido estudiada hidrológicamente profundas de Chiapas. Dicha especie tiene una
(Contreras-Espinosa y Zabalegui-Medina, 1991). distribución en aguas templadas de Norteamérica
Según Pedroche y Sentíes Granados (2003), (Dawson, 1954; Abbott y Hollemberg, 1976).
las algas de Chiapas pertenecen a la región del
Pacífico tropical mexicano que va desde Bahía Importancia económica
Banderas (Nayarit-Jalisco) hasta la frontera con
Guatemala y el río Suchiate, y se han caracteri- Se tiene documentado que las algas marinas se
a.
zado por una ficoflora pobre principalmente entre utilizaban como alimento desde el siglo iv en
las Rhodophyta y Phaeophyceae. Al respecto, el Japón y en el siglo vi en China. Actualmente,
nt
Índice de Cheney (ic) (Cheney, 1977) permite estos dos países, junto con la República de
conocer las afinidades florísticas (tropicales, Corea, son los mayores consumidores de algas
ve
subtropicales y mixtas) al relacionar el número de marinas como alimento y sus necesidades cons-
especies de los phyla Rhodophyta (R), Chloro- tituyen la base de una industria que recolecta de
phyta (C) y Ochrophyta (P) en la ecuación 7.5 a 8 millones de toneladas de algas frescas
su
R+C/P. Valores menores de tres indican una silvestres y cultivadas al año en todo el mundo,
flora subtropical o templada, seis o más señalan por un valor de cerca de 5 000 millones de dóla-
una flora tropical y valores intermedios entre tres res (McHugh, 2002). También se consumen al-
a
y seis, una flora mixta. Para el caso de Chiapas, gas indirectamente a través de sus extractos
se observa un índice igual a 5.3 (ic= 28+15/8), conocidos como hidrocoloides y que se utilizan
id
que indica una flora mixta, es decir, que contiene en la producción de otros alimentos como sus-
elementos tropicales y subtropicales tal como lo tancias emulgentes, gelificantes, estabilizantes
b
menciona Dreckmann et al. (2006) al reportar la y espesantes. Entre ellas, se encuentran el agar,
presencia de Cryptonemia angustata de aguas hi
alginato y carragenano también llamados ficoco-
ro
.P
ta
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n
sió
er
V
loides. Las algas rojas como Gelidium robustum El estado de Chiapas cuenta con un litoral de
y Gracilaria spp. producen agar que se utiliza 260 kilómetros de longitud y existen 11 lagunas
como medio bacteriológico; Gigartina canalicu- litorales que ocupan una superficie aproximada
lata y Chondrus crispus sintetizan carragentato de 76 236 ha. En los márgenes de estos sistemas
que se emplea en la preparación de productos se consideran por lo menos 40 mil ha suscepti-
lácteos. Los alginatos se producen de Macrocys- bles para la camaronicultura. De hecho, en Chia-
tis, lo cuales son utilizados en la industria ali- pas, existen ocho granjas camaroneras que son
a.
menticia y farmacéutica (Robledo Ramírez y factibles de cultivar algas. Por ejemplo, Gracilaria
Freile Pelegrín, 1998). Aunque sigue habiendo parvispora (un alga agarofita roja) representa un
nt
demanda de algas silvestres, en la actualidad se valioso potencial para el policultivo (camarón-alga
cultivan con gran éxito otras especies de aguas marina). Al integrar las algas marinas en la acua-
ve
cálidas como Kappaphycus alvarezii y Eucheuma cultura del camarón u otras especies se pueden
denticulatum, que son las principales materias reducir los efectos de las aguas residuales (p. ej.
primas utilizadas para producir carragenina amonio) y generar al mismo tiempo un valor
su
(McHugh, 2002). En México, únicamente se añadido con la venta de dichas algas para la in-
explotan las algas marinas como materia prima dustria del agar (Buschmann, 1996; Salazar,
(M. pyrifera, G. robustum, G. canaliculata y 1996; Marinho-Soriano et al., 2002). En Ecuador,
da
Porphyra perforata) las cuales se exportan a se han experimentado policultivos de Gracilaria-
Norteamérica (Ortega, 1987). camarón en tanques de cemento (18 m3) con
buena producción (18 kg/43 días). En Hawai se
bi
utilizó un alga comestible (G. parvispora) en los
efluentes camaronícolas con una adecuada tasa
hi de crecimiento (10.4 % d-1, Nelson et al., 2001;
Ryder et al., 2004). Mientras que en Chile se han
ro
hecho pruebas para combinar Gracilaria chilensis
con salmones (Buschmann et al., 1996; McHugh,
2002). A nivel experimental, en México se ha
.P
Amenazas
sió
a.
tablecimiento de Reservas de la Biosfera en
México, como “El Triunfo” en Chiapas (ine,
nt
1995), ayudan a conservar nuestra amenazada
flora algal.
ve
Conclusiones
su
La región costera de Chiapas se encuentra en la
fase primaria de exploración sobre la vegetación
marina. A pesar de considerarse pobre en su
da
flora algal, se tiene una comunidad rica y variada
que ocupa diversos ambientes costeros como
manglares, lagunas costeras y playas expuestas
bi
y protegidas. Principalmente, la zona litoral (aguas
someras) ha sido estudiada en contraposición
hi con la zona sublitoral (aguas más profundas). Las
algas de Chiapas presentan afinidades tropicales
ro
aunque no se descarta una flora mixta con base
en mayores estudios.
El estado de Chiapas cuenta con un litoral
.P
Figuras 10-14. Algas Ochrophyta y Chlorophyta de Chiapas. 10: susceptible para el policultivo (camarón-algas).
Sphacelaria novae-hollandiae Sonder (Mendoza González y Mateo Por ejemplo, Gracilaria parvispora, alga agaro-
fita, estuarina y abundante en varias localida-
ta
Cid, 2000). 11: Ulva compressa Linnaeus (encb 11492). 12: Clado-
phora albida (Nees) Kützing (encb 11476). 13: Chaetomorpha ante- des del litoral chiapaneco, representa un valio-
so potencial para el policultivo (camarón-alga
ui
tes fuentes de contaminación (plaguicidas orga- generar al mismo tiempo un valor económico
noclorados), cuyos residuos se vierten a través con la venta de dichas algas para la industria
de los sistemas fluviales que desembocan al mar alimenticia y del agar. También crecen otras
n
(Rueda et al., 1997; Ortiz-Lozano et al., 2005). agarofitas en la región como Gracilariopsis le-
sió
Es urgente emprender el estudio del impacto maneiformis y G. andersonii. Las clorofitas del
antropogénico sobre las algas marinas y el estu- género Ulva son factibles de ser utilizadas
dio sobre el uso de biofiltros en donde las cloro- como biofiltros.
fitas Ulva compressa, U. intestinalis y U. flexuo- En el futuro, a corto plazo, será importante
er
sa, especies abundantes en los ambientes es- promover mayores investigaciones sobre la utili-
tuarinos de Chiapas, representan un recurso útil dad del recurso y el impacto antropogénico de las
V
para remover los principales nutrientes inorgá- algas marinas; al mismo tiempo, monitorear la
nicos que salen de los efluentes contaminados, flora nativa de este gran almacén biológico chia-
tal como lo proponen Da Silva Copertino et al. paneco que debemos proteger en forma coordi-
(2009) para la región costera de Brasil. Por otro nada del gobierno, academia y sociedad civil.
94 La biodiversidad en Chiapas
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sió
sió
n
gr
at
La biodiversidad en Chiapas
ui
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.P
ro
hi
b id
a
su
ve
nt
a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 97
Eberto Novelo
a.
Introducción
nt
Los cuerpos de agua presentes en el estado seguramente cuentan con una
ve
flora de algas muy rica si nos atenemos a las coloraciones y crecimientos visi-
bles que se observan en ellos. Además, debido a los altos valores de humedad
relativa en el aire y en los sustratos, los crecimientos algales en muros, cortezas
su
de árboles y otros sustratos también son vistosos y muy abundantes. A pesar
de lo evidente de sus crecimientos, las algas no han recibido la atención y es-
tudio que ameritan, principalmente debido a la falta de especialistas que puedan
da
dedicarse a ello. Los registros que conocemos de las algas chiapanecas son, en
su mayoría, de tres sitios y las referencias que los reúnen son escasas.1
bi
hi
ro
.P
ta
ui
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gr
n
sió
Figura 1. Palenque. Muro con crecimientos algales de varias Cyanoprokaryota y Trentepohlia aurea. Foto:
Eberto Novelo.
er
1
Torres Soria (1991) registró 33 especies de los muros de la zona arqueológica de Palenque,
Metzeltin y Lange-Bertalot (1998) registraron 29 especies de las cascadas de Misol-Ha y Agua
V
Azul y Ramírez Vázquez (2006) registra 10 especies también de los muros de Palenque.
Novelo, E. 2013. Diversidad de algas dulceacuícolas. Una riqueza y un potencial por descubrir. pp. 97-102. En: La
biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversi-
dad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
98 La biodiversidad en Chiapas
a.
tanto marinas como de aguas continentales, y
para distinguirlas se utilizan criterios morfológi-
nt
cos, genéticos, bioquímicos y reproductivos. Los
criterios morfológicos son tanto macroscópicos
ve
(visibles a simple vista) o microscópicos (visibles
sólo a través de microscopios ópticos o electró-
nicos). La morfología a nivel celular o intracelu-
su
lar es diferente para cada división y está relacio- Figura 2. Palenque, Templo de la Cruz Foliada. Gloeocapsa aerugi-
nada con los orígenes de cada uno de los grupos; nosa Kützing (cf.). Foto: Eberto Novelo.
en la comparación se utilizan las diferencias en
a
los cloroplastos, en las membranas celulares, en
la pared celular y en los otros organelos celula-
id
res (mitocondrias, aparatos de Golgi, lisosomas,
etcétera). Los criterios genéticos utilizan las
b
diferencias en las secuencias de los componen-
tes del dna y del rna, así como aquellas secuen-
cias que son el origen de la síntesis de ciertas
hi
ro
proteínas. Los criterios bioquímicos analizan las
semejanzas y las diferencias en los pasos meta-
bólicos y de síntesis de proteínas y de materiales
.P
de las divisiones.
Las algas presentes en los ambientes conti-
gr
a.
Cyanoprokaryota o Cyanobacteria (clase Cya- nos dan indicaciones del grado de complejidad
nophyceae), Charophyta (clases Trentepohlio- del ambiente. Los cuerpos de agua con muchas
nt
phyceae y Charophyceae), Heterokontophyta especies de algas generalmente soportan una
(clases Bacillariophyceae y Chrysophyceae). fauna también abundante y, por lo tanto, las
ve
Este número no representa, ni remotamente, la relaciones ecológicas en dichos ambientes tien-
riqueza total de especies del estado, sobre todo den a ser estables y complejas. En cambio, los
si se toman como referencia otros lugares de ambientes con pocas especies, pero muy abun-
su
condiciones ambientales similares. Por ejemplo, dantes, indican alteraciones sobre las condicio-
en tres cuerpos de agua someros de menos de nes naturales del sistema. Generalmente, estas
3 000 m2 de Veracruz se han reconocido cerca alteraciones están relacionadas con el aporte
a
de 69 especies de algas unicelulares y coloniales artificial de sustancias que sirven de nutrimen-
(Comas et al., 2007), mientras que 156 especies tos a las algas (principalmente fosfatos y nitra-
id
de diatomeas se encontraron en humedales tos). En condiciones alteradas, se pueden desa-
temporales con una extensión de 1.5 km2 en rrollar grupos de algas (Cyanoprokaryota o Di-
b
Quintana Roo (Novelo et al., 2007b). nophyta) potencialmente tóxicas, tanto por
Para la zona arqueológica de Palenque se
han registrado, hasta ahora, 39 especies, mien-
hi
contacto, como por ingestión; pero en condicio-
nes no alteradas o con un manejo adecuado, las
ro
tras que las 42 restantes provienen de ambien- algas pueden ser utilizadas como un mecanismo
tes acuáticos. La distribución de las especies regulador de la producción de especies útiles
acuáticas está fundamentalmente restringida a para el ser humano. Por ejemplo, se pueden
.P
ron cinco especies de Chrysophyceae para tes, de especies con tamaños adecuados a las
México, todas provenientes de charcos de etapas de desarrollo de los organismos que se
at
Chiapas. Otros registros son más antiguos e cultiven. En este sentido, la producción de espe-
incluyen a las divisiones Cyanoprokaryota cies de algas pequeñas favorece el crecimiento
gr
(Drouet, 1968) y Charophyta (Ortega, 1984). del zooplancton más pequeño requerido por las
En el caso de las especies presentes en la larvas de peces o el zooplancton pequeño, mien-
zona arqueológica de Palenque, debe resaltarse tras que las especies de algas grandes favore-
n
que la mayoría de ellas son registros nuevos cen el desarrollo del zooplancton más grande y,
sió
para nuestro país, pero en estudios más detalla- por tanto, del desarrollo de los peces adultos. La
dos, actualmente en proceso (datos no publ.), creación de granjas productoras de especies
se ha encontrado una diversidad mucho más algales ricas en proteína o aceites para su utili-
alta y novedosa que la registrada hasta ahora. zación, como complemento alimenticio de huma-
er
En las ilustraciones de este trabajo se muestran nos y de ganado, es un actividad poco explotada
algunas novedades florísticas y otras especies en nuestro país. En Chiapas, existen condiciones
V
a.
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su
Figura 5. Palenque, Conjunto Palacio. Pseudocapsa dubia Ercegovic Figura 8. Palenque, Conjunto Palacio. Gloeothece sp. Foto: Eberto
(cf.) Foto: Eberto Novelo. Novelo.
da
10 especies nuevas en Misol-Ha y Agua Azul. Por
esa razón, estos sitios deben ser considerados
como localidades tipo y los esfuerzos de conser-
bi
vación deben ser aún mayores, al igual que en los
sitios arqueológicos en los que se desarrollan
hi diversas especies de algas en los muros.
De las ilustraciones mostradas, aquellas mar-
ro
cadas como sp. o como cf. son especies cuyas
características no han sido descritas y todavía
están bajo estudio. En este trabajo, sólo se ha in-
.P
a.
nt
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su
Figura 9. Palenque, Conjunto Palacio. Gloeothece? rupestris (cf.) Figura 12. Palenque, Conjunto Murciélagos. Aphanothece sp. Foto:
Foto: Eberto Novelo. Eberto Novelo.
a
b id
hi
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Figura 10. Palenque, Conjunto Palacio. Asterocapsa sp. Foto: Figura 13. Palenque, Conjunto Murciélagos. Scytonema sp. y Rhi-
Eberto Novelo. zoclonium sp. Foto: Eberto Novelo.
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V
Figura 11. Palenque, Conjunto Palacio. Chroococcus sp. Foto: Figura 14. Bonampak. Trentepohlia aurea. Foto: Eberto Novelo.
Eberto Novelo.
102 La biodiversidad en Chiapas
interesen en el estudio y conservación de los este sentido, es importante resaltar que la opi-
cuerpos de agua continentales es que las posibi- nión generalizada de tener cuerpos de agua
lidades de trabajo con estos grupos sean cada limpios generalmente implica la eliminación de
vez mayores. las algas y de los demás organismos asociados
a ellas. Una amenaza constante a la conserva-
Amenazas y acciones de ción de esos cuerpos de agua o de los muros
conservación donde proliferan las algas es la aplicación de
a.
biocidas que limpian y acaban en gran medida
Las algas son organismos vinculados con el con la diversidad algal. En el caso de los muros
nt
agua. Cualquier modificación o alteración en los de los monumentos históricos, no se ha demos-
cuerpos de agua o en los patrones climáticos trado de manera fehaciente que las algas sean
ve
mundiales o regionales afectará el desarrollo de las causantes del deterioro que presentan,
las algas. Si no se entienden las causas de de- aunque la teoría ecológica tradicional afirma que
sarrollo masivo de algas es posible que se tomen las algas son el primer eslabón de la sucesión
su
acciones que, lejos de resolver un problema, lo que permite la colonización de un sustrato por
agraven o compliquen. Como ejemplo se puede comunidades complejas, lo cual tampoco se ha
mencionar la utilización de técnicas de burbujeo comprobado y, al menos en el caso de los monu-
a
para limpiar cuerpos de agua turbios que favo- mentos mayas de Chiapas, las evidencias apun-
recen el desarrollo excesivo de algas que, desde tan en otra dirección (Novelo y Ramírez Váz-
id
el punto de vista estético, no son deseables. En quez, 2006; Novelo et al., 2007a).
b
Literatura citada
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n
pische Diatomeen in Südamerika i. 700 überwiegend mientos algales causantes del biodeterioro en la zona
sió
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V
Generalidades
a.
Las Pteridofitas son conocidas comúnmente como helechos. Este grupo de plan-
tas, a diferencia de las angiospermas, no producen flores, sino esporangios, en
nt
donde se producen las esporas. Éstas, por lo general, están reunidas, agrupadas
y concentradas en estructuras que se llaman soros, que se producen generalmen-
ve
te abajo de sus hojas, llamado parte abaxial o envés (Tryon y Tryon, 1982).
Generalmente, se dividen en dos grandes grupos: helechos afines y helechos
verdaderos. Los primeros están referidos a un grupo pequeño de helechos tanto
su
en número de géneros como en especies que producen por lo general las esporas
en estructuras especializadas llamadas esporangióforos y/o estróbilos (estruc-
turas similares a conos de los pinos), micrófilas (hojas pequeñas), tallo y raíz poco
da
desarrollado y/o, en algunos casos, no presentan raíces (Psilotum). En éste se
agrupan los equisetos o colas de caballo, las selaginelas y los licopodios. En
tanto los helechos verdaderos producen los soros en la parte abaxial de las hojas
bi
o en esporangióforos, presentan megafilas (hojas grandes y/o desarrolladas,
denominadas frondas), raíz y tallo desarrollado (Riba, 1992).
hi
Los helechos pueden crecer sobre la tierra (terrestre), rocas (rupícola), árbo-
les (epífitas) o ser plantas trepadoras (Lygodium) o acuáticas y subacuáticas
ro
(Azolla y Salvinia). Pueden sobrevivir desde el nivel del mar, como el caso de
Acrostichum que crece en manglares, y hasta los 2 700 m en los bosques mesó-
filos de montaña (Riba, 1992).
.P
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Número de especies
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Chiapas Oaxaca Veracruz Guerrero Puebla Hidalgo Jalisco México Michoacán Querétaro
Estados
V
Pérez-Farrera, M.A., M.E. López-Molina y A. López-Cruz. 2013. Los helechos (Pteridophyta). pp. 103-109. En: La
biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversi-
dad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
104 La biodiversidad en Chiapas
a.
cies y tres variedades, lo cual hace en total 701 rennifolios, de forma habitual, por arriba de los
taxones, número que rivaliza con Oaxaca, que 1 000 m de altitud.
nt
presenta 675 especies. Aunque Smith (1981)
registra 650 especies para Chiapas y Mickel y Importancia cultural y económica
ve
Beitel (1988) registran 690 para Oaxaca (figura
1), este aumento se debe a que se han realizado Las modificaciones de uso de suelo en la mayor
varias exploraciones botánicas recientemente, lo parte del estado han reducido la disponibilidad
su
que ha generado nuevos registros para la Pteri- de hábitats para las especies de helechos, espe-
doflora del estado (Riba y Pérez, 2000; Pérez- cialmente en las zonas de altitudes medias y
Farrera et al., 2003a, 2003b). La disminución del altas en donde la diversidad aumenta considera-
da
número de especies en Oaxaca se debe a que blemente, de manera que el empleo de estas
muchos taxones pasaron a ser sinónimos, logran- especies es significativamente restringido. Esto
do reducir la lista de las especies registradas se ve reflejado en los estudios etnobotánicos
bi
para este estado según lo propuesto por Mickel realizados dentro del estado, en donde son las
y Beitel (1988). familias Asteraceae, Fabaceae y Solanaceae las
En general, las familias mejor representadas tanto
en géneros como en especies son Dryopterida-
hi mejor representadas, ya que comprenden espe-
ciesgeneralmente oportunistas e invasoras, co-
ro
ceae, Pteridaceae y Polypodiaceae, pero existe múnmente encontradas después del desmonte
1.74 % de las familias que están constituidas por de la cobertura vegetal. Puede pensarse que
un solo género y una sola especie (Azollaceae, anteriormente los helechos tuvieron una amplia
.P
Lophosoriaceae, Marsileaceae, Metaxyaceae, gama de usos que se perdieron a través del in-
Osmundaceae y Plagiogyriaceae) (figura 2). minente proceso de transformación cultural,
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Géneros
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Familias
puesto que, como es sabido, la información se se encuentran los géneros Nephrolepis, Cam-
transmite de una generación a otra. pyloneurum y Polypodium, principalmente.
A pesar de lo anterior, los helechos aun tienen
un valor de uso en varias zonas del estado de Importancia ecológica
Chiapas, que por lo general es ornamental o
medicinal. Muy rara vez, los rizomas de algunos A excepción de algunos géneros y especies, la
helechos del género Polypodium son comestibles. tolerancia de los helechos frente a las altas inci-
a.
Otros más, como las colas de caballo (Equisetum dencias de luz solar es baja. Así, cuando se lleva
hyemale L.), son utilizados como desinflamatorios a cabo la apertura de un área forestal, todas las
nt
en padecimientos renales, ginecológicos y del especies de pteridofitas se enfrentan a la dese-
sistema digestivo (Ríos, 2006). Por otro lado, las cación y muerte, siendo reemplazadas por alguna
ve
frondas de Asplenium y Trichomanes se emplean otra especie de helecho capaz de sobrevivir bajo
para curar enfermedades del aparato respiratorio los rayos directos del sol, que en varias ocasio-
(Ríos, 2006). nes es Pteridium aquilinum (L.) Kuhn, considera-
su
En cuanto a la importancia económica, pode- do una especie invasora. De esta forma, la di-
mos mencionar, principalmente, a los helechos versidad de las especies de helechos determina
arborescentes (Cibotium, Cyathea, Dicksonia) el grado de perturbación de una comunidad ve-
da
(figura 4), quienes enfrentan graves problemas getal, siendo ésta su principal función en ecolo-
en la reducción de sus poblaciones, pues la parte gía de ecosistemas.
útil de estas especies son los tallos, los cuales
bi
son cortados y utilizados como soporte para el Estado actual
cultivo de orquídeas o como maceteras que pue-
den adoptar formas diversas de acuerdo a la hi
creatividad del comerciante. Es importante hacer
De los 701 taxones de helechos registrados en
Chiapas, aproximadamente 5.4 % son endémicos
ro
notar que los helechos arborescentes tardan para el estado o están restringidos a México
hasta 40 años en crecer para obtener la talla que (cuadro 1), en donde destacan las familias
este uso requiere. Además de éstos, existen va- Thelypteridaceae (Thelypteris), Polypodiaceae
.P
rias especies que son extraídas o cultivadas para (Polypodium) y Aspleniaceae (Asplenium). Las
ser vendidas en mercados locales, entre las que áreas fisiográficas de Chiapas con mayor riqueza
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Número de especies
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Géneros
en helechos son la Sierra Madre de Chiapas y las cies de bosques con vegetación original y han
Montañas del Oriente (Selva Lacandona) (Ló- encontrado que los cultivos de café albergan las
pez-Molina, 2000; Martínez et al., 1994); incluso, condiciones más similares a las de los bosques
estos sitios pueden contener muchas más espe- (Cruz-Lara et al., 2004), lo que los convierte en
cies que otros bosques tropicales centroameri- ecosistemas adecuados para el crecimiento y
canos, como La Selva, en Costa Rica, en donde desarrollo de cerca de una tercera parte de las
se han registrado alrededor de 173 especies especies de helechos (Mehltreter, 2008).
a.
(Grayum y Churchill, 1987), otras áreas de Mé- Aunque Chiapas es uno de los estados con
xico, como la península de Yucatán, con 104 es- mayor riqueza de helechos en México, con sus
nt
pecies (Mickel y Smith, 2004) y la Reserva de la 701 taxones, solamente 3.14 % están protegi-
Biosfera Los Tuxtlas con 80 especies (Riba, das por las leyes ambientales, tal como la
ve
1997). Sin embargo, como se menciona en pá- Norma Oficial Mexicana ( nom -059- semar -
rrafos arriba, esta riqueza se ha visto amenazada nat-2010) que protege a las especies de flora y
debido a la transformación de sus hábitats, fauna nativas del país (Semarnat, 2010) (cuadro
su
principalmente para la construcción de agroeco- 2). Sin embargo, varias especies de distribución
sistemas, como cultivos de maíz, café, etcétera. restringida, endémicas o raras, como Asplenium
En la Selva Lacandona, solamente durante el breedlovei Schaffneria nigripes, Hemionitis le-
da
periodo que comprendió de los años de 1970 a vyi, Ctenitis baulensis, Thelypteris flexuosa y
1993, se perdieron más de 12 454 ha (March- otras más (Mickel y Smith, 2004), no están
Mifsut y Flamenco-Sandoval, 1996). catalogadas en esta norma. Con excepción de
bi
Ante el acelerado proceso de reducción de la los helechos arborescentes de las familias
cobertura vegetal dentro del estado, se supone Cyatheaceae, Marattiaceae y Dicksoniaceae
que en las próximas décadas las especies silves-
tres podrán sobrevivir únicamente dentro de
hi
que están completamente representados en la
Norma Oficial Mexicana.
ro
áreas naturales protegidas (Mehltreter, 2008).
Por ello, especialistas en ecología han puesto Acciones de conservación
sus esfuerzos en realizar estudios en agroecosis-
.P
temas, principalmente cafetales, para determinar Los helechos, al conformar parte de una comuni-
qué tan factibles pueden ser para refugiar espe- dad vegetal, cuya supervivencia depende de la
permanencia de los árboles que impiden la entra-
ta
dispensable proteger.
Los cultivos orgánicos tienen un papel ele-
mental en el ámbito de la conservación de es-
pecies tanto vegetales como animales. Estu-
Figura 4. Población de helechos arborescentes Cyathea costari- dios recientes han demostrado que los policul-
cense. Foto: Jorge Martínez. tivos pueden mejorar las condiciones de un
Capítulo 8 Diversidad de especies 107
Especie Familia
a.
Asplenium solmsii Baker ex Hemsl. Aspleniaceae
nt
Cheilanthes complanata A. R. Sm. var. complanata Pteridaceae
ve
Ctenitis chiapensis (Christ.) A. R. Sm. Dryopteridaceae
su
Ctenitis ursina A. R. Sm. Dryopteridaceae
a
Elaphoglossum albomarginatum A. R. Sm. Dryopteridaceae
id
Hypolepis melanochlaena A. R. Sm. Dennstaedtiaceae
b
Polypodium christensenii Maxon Polypodiaceae
Pteridaceae
ro
Pteris erosa Mickel & Beitel Pteridaceae
.P
a.
es poner mayor énfasis y cuidar como prioridad Aun con todos los trabajos que se han reali-
el ordenamiento territorial en toda la superficie zado, hacen falta estudios detallados dedicados
nt
del estado. Hace falta dedicar esfuerzos para a establecer patrones de distribución y ecología
desarrollar una estrategia que implique la orga- de helechos para determinar el estatus de con-
ve
nización y planeación en la tenencia de las tie- servación de las especies chiapanecas. Como
rras que permita aprovechar las superficies resultado, existen aun muchos vacíos de infor-
abandonadas y evitar la deforestación cada vez mación para incluir varias especies en las listas
su
mayor de bosques. de la Norma Oficial Mexicana.
a
nat-2010.
id
Familia Especie Categoría Distribución
b
Aspleniaceae Asplenium auritum Sw. A no endémica
Cyatheaceae Cyathea godmanii (Hook.) Domin = C. mexicana Schltdl. & Cham. P no endémica
Literatura citada
Cruz-Lara, L. E., C. Lorenzo, L. Soto, E. Naranjo y N. Ramírez- Pérez-Farrera, M., R. Riba y M. E. López-Molina. 2003a.
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110
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La biodiversidad en Chiapas
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ve
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a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 111
Las gimnospermas
Miguel A. Pérez Farrera, Andrew P. Vovides
y Nayely Martínez Meléndez
Generalidades
a.
Las gimnospermas son un grupo de plantas con semillas desnudas que se
caracterizan por ser vasculares –es decir, por presentar el sistema conduc-
nt
tor de nutrientes y agua bien desarrollado– y por no exhibir flores y
frutos verdaderos, a diferencia de las angiospermas.
ve
Las gimnospermas producen estróbilos o conos leñosos, como los pinos
con semillas desnudas, o sea, sin la capa del ovario que produce un fruto
verdadero en la plantas con flor –que es lo que crean las angiospermas–. La
su
mayoría de las especies de las gimnospermas son árboles, muy rara vez son
arbustos –como algunas especies de Juniperus o Ephedra– y, en casos ex-
cepcionales, pueden ser lianas (Gnetum) y epífitas (Zamia pseudoparasitica).
da
Pueden crecer tanto a nivel del mar como en alturas de hasta 3 000 m. La
mayoría de las gimnospermas, principalmente las coníferas, forma densos
bosques en el hemisferio norte, conocidos como taiga, mientras que en el
bi
hemisferio sur tienen una menor presencia.
Las gimnospermas son importantes por lo siguiente: a) porque represen-
hi
tan un paso evolutivo intermedio entre las Pteridospermas (helechos
de semilla extintos) y las Espermatofitas, que consisten en las gimnosper-
ro
mas, en especial las Cycadales y Ginkgoales –que son grupos inferiores
dentro las Espermatofitas y las angiospermas, es decir, plantas que producen
flor y semillas cubiertas por los tejidos del ovario conocido como fruta–
.P
por ejemplo, los piñones (semillas de Pinus) y, a un nivel menor, las cycadas
Ceratozamia y Dioon; d) porque algunas especies –como la Ceratozamia y
at
Pérez-Farrera, M. A., A. P. Vovides y N. Martínez-Meléndez. 2013. Las gimnospermas. pp. 111-120. En: La biodi-
versidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
(conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
112 La biodiversidad en Chiapas
a.
ras-Medina y Luna-Vega, 2007), comprendidas daceae. En el trabajo más reciente de Contre-
en tres grupos: Gnetophytina, Cycadophytina y ras-Medina y Luna-Vega (2007) se registran 31
nt
Pinophytina. Las dos últimas son las mejor re- especies para Chiapas distribuidas en 10 gé-
presentadas tanto en géneros como en espe- neros: Abies, Cupressus, Juniperus, Pinus,
ve
cies. En Chiapas, particularmente, se han regis- Podocarpus, Taxus, Taxodium, Zamia, Cerato-
trado dos grupos: Pinophytina y Cycadophytina. zamia y Dioon. Sin embargo, después de hacer
En el primero de estos grupos se encuentran las una revisión de herbario y de literatura, el nú-
su
familias Pinaceae, Cupressaceae, Podocarpa- mero de especies que actualmente se registran
ceae y Taxaceae, y en el segundo, únicamente la para el estado es de 42, el cual podría aumen-
familia de las Zamiaceae (figura 1). tar en los próximos años debido a que todavía
da
En diversos estudios florísticos de México, las existen algunas poblaciones no definidas den-
gimnospermas representan menos de 2 % de las tro de los géneros Ceratozamia y Zamia. En
especies, en contraste con las angiospermas y Chiapas, las áreas donde existe una mayor ri-
bi
las pteridofitas (helechos) (Contreras-Medina, queza y endemismo de gimnospermas (espe-
2006). A pesar de esto, el país ocupa un lugar cies de distribución restringida) son la Sierra
importante en cuanto a diversidad y endemismo
de especies, principalmente en la familia Pina-
hi Madre, la Meseta Central y las Montañas del
Norte (figura 3); por ejemplo, en estas últimas,
ro
ceae con el género Pinus (Styles, 1998) y con la existen muchos elementos endémicos de los
familia Zamiaceae (Vovides, 2000) –que conside- géneros Ceratozamia y Zamia, mientras que en
ra los géneros Ceratozamia, Dioon y Zamia (Vo- la meseta central hay una riqueza importante
.P
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Número de especies
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Número de géneros
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Zamiaceae Pinaceae Cupressaceae Podocarpaceae Taxaceae
Familias
Figura 1. Relación de la riqueza genérica y de especies entre las diferentes familias de gimnospermas en Chiapas. Las barras representan los
géneros y la línea, el número de especies.
Capítulo 8 Diversidad de especies 113
12
Número de especies 10
a.
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Géneros de gimnospermashi
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Figura 2. Relación de la riqueza de especies en los géneros de las gimnospermas en Chiapas.
.P
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Número de géneros
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Sierra Meseta Montañas Montañas Depresión Planicie Costera Planicie Costera
Madre Central del Norte del Oriente Central del Golfo del Pacífico
Región fisiográfica
Figura 3. Riqueza de gimnospermas a nivel género y especies en las diferentes áreas fisiogeográficas de Chiapas. Las barras representan los
géneros y la línea al número de especies.
114 La biodiversidad en Chiapas
La familia Pinaceae en Chiapas está representa- La familia Cupressaceae está representada por
da por los géneros Abies y Pinus. Con respecto los géneros Cupressus, Juniperus y Taxodium,
al primer género, Breedlove (1986) registra úni- este último recientemente incluido en dicha fa-
camente Abies guatemalensis. Sin embargo, Silba milia (Farjon, 2005). Cupressus es un género
(1986) y Martínez (1963) registran también la que se encuentra frecuentemente asociado con
a.
existencia de A. hickelii en la zona de Copainalá. Pinus en los Altos de Chiapas, y en la Sierra
Por su parte, Farjon (1990, 1998) confirma la Madre puede conformar comunidades comple-
nt
existencia de esta especie en Chiapas, aunque no tas en asociación con Pinus y Podocarpus. En
cita ningún ejemplar. Es importante hacer una Chiapas, solamente se ha registrado una sola
ve
revisión taxonómica de este género en Chiapas especie Cupressus lusitanica var. benthamii
debido a que no existe mucha claridad sobre las (Farjon, 2005); esta especie se distribuye entre
especies existentes; el material actual en los los 1 700 y 1 800 msnm en la Sierra Madre y
su
herbarios, en ocasiones, es insuficiente o estéril, entre los 1 800 y 2 000 msnm en la Meseta Cen-
lo que hace difícil llegar a una decisión más clara tral. En tanto, el género Juniperus se puede
sobre el número y la distribución de las especies. encontrar frecuentemente en asociación con
a
El género Abies está restringido a la parte Pinus y Cupressus en los Altos de Chiapas, pero
sureste de la Sierra Madre, al Noroeste de las es raro en la Sierra Madre; solamente se ha re-
id
Montañas del Norte y a la Meseta Central. En gistrado para el volcán Tacaná con la especie
México, las poblaciones de Abies pueden encon- Juniperus standleyi, –este género se distribuye
b
trarse en un rango que oscila desde los 2 000 a los en un rango altitudinal de 1 800 y 3 500 msnm–.
4 000 msnm (Aguirre-Planter et al., 2000), mien-
tras que las poblaciones en Chiapas se distribu-
hi
Las especies J. comitana y J. standleyii están
restringidas a Chiapas y Guatemala (Farjon,
ro
yen entre los 2 000 y 3 500 msnm. Las mejores 2005); el caso de J. gamboana, recientemente,
poblaciones de A. guatemalensis en Chiapas, pasó a ser una variedad de J. deppeana, según
tanto por su densidad, reclutamiento, estructura lo demuestran recientes estudios genéticos
.P
variación genética y altos niveles de endogamia relaciones evolutivas entre los organismos basán-
(cuando se cruzan entre parientes cercanos), dose en similitudes derivadas y utilizando estu-
at
debido, quizás, a que sus poblaciones están aisla- dios de filogenias –relaciones entre especies y
das y son pequeñas (Aguirre-Planter et al., 2000). familias– y de la biodiversidad”), particularmente
gr
En relación al género Pinus, México es con- del desarrollo y evolución de los conos femeninos
siderado como un centro de diversidad a nivel (Farjon y Ortiz García, 2002), así como también
mundial (Styles, 1998). En Chiapas, este género análisis genético (genes rbcL y matK) (Brunsfeld
n
está conformado por 11 especies, según Farjon et al., 1994; Gadek et al., 2000), han permitido
sió
et al. (1997), que conforman grandes y extensos incluir este género dentro de las Cupressaceae
bosques, y que muchas veces se asocia con (Farjon, 2005). Este género está representado en
Quercus, Juniperus, Cupressus y Abies. Estos México y en Chiapas por una sola especie Taxo-
bosques están mejor representados en la mese- dium mucronatum, el ahuehuete o sabino. Esta
er
ta central (Altos de Chiapas), la cual es una re- especie, que está ampliamente distribuida desde
gión que se ha considerado como uno de los el sur de Estados Unidos (Texas) hasta México y
V
a.
1 200 msnm. Respecto al género Dioon, D. merolae, es la
única especie hasta el momento descrita y regis-
nt
Familia Podocarpaceae trada para Chiapas. Esta especie crece en el
bosque tropical caducifolio y el bosque de Quer-
ve
La familia Podocarpaceae en México está cons- cus entre los 600 y 1 200 m.
tituida por un solo género llamado Podocarpus. Zamia, por otra parte, es un género que cuen-
En Chiapas, Breedlove (1986) ha registrado la ta con alrededor de diez especies en Chiapas, las
su
existencia de dos especies: Podocarpus matu- cuales se pueden encontrar en el bosque mesófi-
dae y P. oleolifolius; sin embargo, Farjon (1998) lo de montaña, bosque tropical perennifolio,
registra la presencia de tres especies: P. matu- bosque de Quercus y bosque tropical caducifolio;
a
dae, P. oleolifolius y P. guatemalensis: por otra 23 % de las especies de Zamia son endémicas de
parte, una base de datos que maneja el Jardín México y, aproximadamente, 20 % de Chiapas.
id
Botánico de Missouri, en Estados Unidos, regis- Este género se distribuye entre los 60 m (Zamia
tra sólo la existencia de una especie: P. matudae. polymorpha= Z. prasina) en la Planicie Costera
b
Hace falta realizar una revisión taxonómica en del Golfo (Planicie de Palenque) hasta los
Chiapas para definir si las poblaciones de la
Sierra Madre son las mismas que las de las
hi
1 200 m (Z. soconuscensis) en la Sierra Madre.
La mayor parte de las especies están creciendo
ro
Montañas del Norte y del oriente. En Chiapas, en el bosque tropical perennifolio.
Podocarpus puede encontrarse tanto a los Finalmente, el género Ceratozamia se en-
800 m de altitud en la Sierra Anover, como a los cuentra bajo estudio ya que aun existen pobla-
.P
1 600 msnm en Tapalapa en las montañas del ciones que a lo largo de su distribución no están
Norte de Chiapas o, incluso, a los 2 500 msnm definidas o determinadas (Vovides et al., 2004b);
en la Sierra Madre de Chiapas, donde sus po- se conocen 23 especies para México, de las
ta
blaciones pueden encontrarse asociadas princi- cuales, 90 % son endémicas del país. Gracias a
palmente con Pinus, Cupressus y, algunas ve- diversos estudios, se ha postulado su centro de
ui
ces, con Abies en la meseta central. Este géne- diversificación en el sur de México (Vovides et
ro es muy característico de los bosques al., 2004c). Este género crece fundamentalmen-
at
Norte, Meseta Central y Montañas del Oriente. se distribuye entre los 800 msnm en las monta-
ñas del Norte con C. miqueliana hasta los
Familia Taxaceae 1 600 m en la Sierra Madre de Chiapas. El 90 %
n
bosque de Pinus y bosque de Abies en la Mese- De todas las especies de gimnospermas regis-
ta Central de Chiapas entre los 1 800 y 2 000 tradas en Chiapas, 52 % están protegidas por
V
msnm. Es una especie muy rara y poco abundan- las leyes mexicanas dentro de la lista de espe-
te, y su población está conformada por unos cies amenazadas que publica el diario oficial en
cuantos individuos y solamente se ha registrado la nom-059-semarnat-2010 (cuadro 1) y 81 %
una sola población en Chiapas. Es urgente hacer están creciendo en al menos un área natural
un estudio demográfico y variación genética protegida. Sin embargo, 19 % de las especies no
para estudiar su estado de conservación. están dentro de ningún área natural protegida;
116 La biodiversidad en Chiapas
entre los casos más particulares se encuentran especies restringidas a Chiapas y Guatemala y
las especies de los géneros Ceratozamia (C. que tienen poblaciones reducidas.
zoquorum, C. becerrae) y Zamia (Z. cremnophi- Las áreas naturales protegidas que más es-
la) que son endémicas de Chiapas y Tabasco pecies de gimnospermas contienen son El Par-
(Pérez-Farrera et al., 2001a; Schutzman et al., que Nacional Lagunas de Montebello en las
1988, Vovides et al., 2004a). Otro caso muy Montañas del Norte, las Reservas de la Biosfe-
particular es el de Taxus globosa que crece muy ra El Triunfo y La Sepultura en la Sierra Madre
a.
cerca de un poblado en la meseta central en de Chiapas (figura 4).
donde el cambio y uso del suelo ha sido muy El hecho de que muchas de las especies de
nt
drástico (pastoreo de borregos y cultivo de maíz gimnospermas se encuentren bajo algún estatus
y frijol). Otro 48 % no están protegidas por las de conservación en la Norma Oficial Mexicana
ve
leyes mexicanas, entre las que destacan Juni- y/o crezcan dentro de una área natural protegi-
perus comitana y J. standleyi, las cuales son da no implica que se estén conservando, tal
su
Cuadro 1. Lista de especies de gimnospermas registradas para Chiapas que están protegidas por
la nom-059-semarnat-2010.
da
Familia Especie Categoría Distribución
bi
Pinaceae Abies guatemalensis * P no endémica
Pinaceae
Pinaceae
Abies hickeli * hi
Pinus chiapensis = P. strobus var. chiapensis *
P
Pr
endémica
no endémica
ro
Podocarpaceae Podocarpus matudai = P. matudae * Pr no endémica
12
10
Número de especies
a.
6
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4
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2
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Áreas Naturales Protegidas
bi
Figura 4. Número de especies de gimnospermas que protege cada unas de las principales Áreas Naturales Protegidas de Chiapas.
nada más se tienen registradas dos poblaciones usan para la industria maderera y carbonera
bastante reducidas y con presiones de cambio (González et al., 1997). A diferencia de las cyca-
de uso de suelo para el desarrollo urbano y cul- das, los pinos no han presentado problemas de
ita
tivo de maíz. Otras especies que están bajo la colecta y tráfico ilegal.
misma circunstancia son C. norstogii y C. mique-
Conclusiones
tu
tienen unos pocos individuos dentro de la Reser- ción en las gimnospermas, ya se hacen los pri-
gr
queliana es todavía más desafortunado, porque transformación de sus hábitats, sino por la co-
sió
es una especie que se encuentra dentro del área lecta y el tráfico ilegal: plántulas, plantas adultas
de influencia de la Reserva El Ocote y sus po- y semillas son colectadas y vendidas en el mer-
blaciones conocidas en el año 2000 fueron cado negro internacional. Para disminuir estas
transformadas a zonas de cafetales y cultivo de presiones, se han establecido los primeros vive-
er
maíz. En cuanto a las poblaciones que hay en ros in situ en varias comunidades campesinas
Veracruz de esta especie, se encuentran en muy con las cycadas C. mirandae y D. merolae en la
V
mal estado de conservación, con pocos indivi- Reserva de la Biosfera La Sepultura y C. matu-
duos adultos y poco y/o nulo reclutamiento. dae y Z. soconuscensis en la Reserva de la
Mientras que en Tabasco, la especie se cree Biosfera El Triunfo (Vovides et al., 2002, 2006).
extinta, debido a los incendios que tuvieron lugar Actualmente, se ha producido más de 2 000
en 1998 y a la ganadería extensiva (Vovides et plántulas de C. mirandae y más de 1 000 de C.
al., 2003b). matudae y Z. soconuscensis.
118 La biodiversidad en Chiapas
En cuanto a los pinos, su situación no es tan tran en las Reservas de la Biosfera La Sepultura
crítica como la de las cycadas. Las coníferas se y El Triunfo, en sus zonas de amortiguamiento.
prestan a la propagación masiva en viveros fo- El propósito de estos viveros consiste en promo-
restales y existen programas de reforestación a ver entre los pobladores la conservación de los
nivel nacional. Sin embargo, la expansión de la hábitats por medio de cosecha de semillas,
frontera agropecuaria en las reservas de la siembra y cultivo de plántulas para comercializar
biosfera se debe controlar de la manera más legalmente las plántulas y plantas, y así propa-
a.
eficiente y presentar alternativas a los poblado- garlas artificialmente (Vovides e Iglesias, 1994;
res de estas reservas. En el caso de las cycadas Pérez-Farrera y Vovides, 1997). Estos viveros
nt
(productos forestales no maderables) la situa- funcionan a base de un plan de manejo y están
ción es distinta, debido a lo siguiente: i) al des- controlados por permisos de la Semarnat y una
ve
conocimiento del valor biológico y comercial de de las condiciones para su operación es conser-
las mismas por la mayoría de la población del var el hábitat y reintroducir un porcentaje de las
país, ii) al cambio de uso del suelo y deforesta- plántulas propagadas como compensación a la
su
ción de los hábitats, lo cual es muy crítico para colecta de semillas. La experiencia ha tenido
las especies endémicas; algunos ejemplos son cierto éxito con ventas de cycadas así propaga-
los casos de la Ceratozamia euryphyllidia, en das en ferias, exposiciones y exportaciones y,
a
Uxpanapa, Veracruz, la cual ha sido extirpada en últimamente, en el uso que algunos arquitectos
su totalidad por la expansion ganadera, y de la le han dado para la creación de jardínes y par-
id
Zamia inermis, endémica del centro de Veracruz, ques (Vovides et al., 2002; Vovides et al., 2006).
que está siendo desplazada por pastizales para Sin embargo, la situación remota de estos vive-
b
ganado y, finalmente, iii) al tráfico ilegal de es- ros (especialmente en Chiapas) hace su comer-
pecies silvestres de ornato, que aun sigue a
pesar de las leyes nacionales e internacionales.
hi
cialización difícil y mantener al corriente los
permisos de operación de los ejidos por las au-
ro
La preocupación por las autoridades y de toridades es complicado.
escasos predios bajo manejo forestal se ha dado Para dar repuesta a esta situación, se tuvo
con la respuesta de formar Unidades de Manejo una serie de reuniones en Tuxtla Gutiérrez con
.P
su plan de manejo forestal la formación de una puesta a estos aspectos de mercado tan impor-
uma de C. norstogii para mitigar el impacto en su tantes para el éxito de estas empresas. Estas
ui
hábitat. Las cycadas están consideradas de acciones cumplen admirablemente con varios
prioridad nacional para su conservación y pro- artículos de la Convención sobre la Diversidad
at
tección (ine-Semarnap, 2000) y ya existen varios Biológica (cdb), ver Vovides et al. (2006).
viveros de este tipo, los cuales empezaron en Finalmente, se recomienda seguir con la po-
gr
pecies de cycadas a partir de semillas colecta- cies mejor conservadas e impulsar actividades
sió
das en la poblaciones naturales por campesinos de propagación y rescate, sobre todo para las
de subsistencia en cuyos ejidos o terrenos aun poblaciones endémicas en riesgo de desapare-
existen manchones de selva o en el bosque en cer, así como para fomentar umas para su apro-
donde todavía hay poblaciones de cycadas. En vechamiento racional.
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hi
ro
society 146: 123-128.
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Capítulo 8 Diversidad de especies 121
a.
Introducción
nt
Las angiospermas son un grupo de plantas que derivan de un solo ancestro,
ve
producen semillas y su característica más distintiva es la producción de flores,
por ello se les conoce como las plantas con flores (Scagel et al., 1983; Cron-
quist, 1986; Heywood, 1985). En el registro fósil, su origen data de hace 130
su
millones de años, a principios del Cretácico. Aún hoy, cerca de 90 % de las
plantas terrestres pertenecen al grupo de las angiospermas, con unas 257 000
especies vivientes, las cuales son responsables de la mayor parte de la diversi-
da
dad florística (Scagel et al., 1983; Heywood, 1985).
Las flores de las angiospermas poseen partes ordenadas en sépalos, pétalos,
estambres y pistilos, estos últimos encierran a los óvulos y reciben el polen sobre
bi
su extremo apical (superficie estigmática) en lugar de directamente sobre el
óvulo como los gimnospermas. Otros caracteres distintivos son el tejido de con-
hi
ducción y sostén del tallo (Scagel et al., 1983; Heywood, 1985; Cronquist, 1986).
En este grupo se observan distintas formas de vida: hay plantas arbustivas
ro
y herbáceas, las hay terrestres y acuáticas, se encuentran tanto en los desiertos
como en los pantanos, en el nivel del mar como en lo alto de las montañas. Su
diversidad de especies es mucho más alta en zonas tropicales y húmedas (al-
.P
rededor de 60 % de las especies son de zonas tropicales y 75 % tiene un creci-
miento óptimo en climas tropicales), donde dominan completamente el paisaje
y va disminuyendo su número hacia las latitudes altas, llegando a poseer una
ta
Farrera-Sarmiento, O., F. Hernández-Najarro y M. G. Díaz-Montesinos. 2013. Las plantas con flores. pp. 121-125.
En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
122 La biodiversidad en Chiapas
a.
(Breedlove, 1981, 1986).
Las angiospermas se clasifican en dicotiledó- Las dicotiledóneas constituyen la clase Magno-
nt
neas, caracterizadas por tener un embrión con liópsidas (Magnoliopsida) de la división Magno-
dos cotiledones (hojas embrionarias), raíz pivo- liofitos (Magnoliophyta) o Angiospermofitos
ve
tante, granos de polen con tres aberturas, hojas (Angiospermophyta).
nervadas y flores con cuatro o cinco piezas; y las Son plantas muy diversas: herbáceas, semi-
monocotiledóneas caracterizadas por tener un leñosas o leñosas; pueden ser parásitas, epifitas,
su
embrión con un cotiledón, raíces adventicias, volubles, acuáticas o terrestres; según su ciclo
granos de polen con una abertura, hojas con de vida existen plantas anuales, bienales o pe-
nervios paralelos y flores con tres piezas. rennes. Presentan solamente un crecimiento
a
Chiapas posee 7 584 especies de angiosper- primario cuando son herbáceas y un crecimiento
mas, de las cuales, 1 700 son monocotiledóneas secundario cuando son semileñosas o leñosas.
id
y 5 884 especies dicotiledóneas (Heywood, 1985; Las hojas rara vez están ausentes por reducción
Breedlove, 1981, 1986). Más adelante se descri- o desaparición evolutiva, generalmente poseen
b
ben en general algunos grupos para Chiapas. hojas anchas de nervadura en forma de red
El herbario chip del Departamento de Flora
del Instituto de Historia Natural (ihn), fundado
hi
(Scagel et al., 1983; Heywood, 1985).
Las flores presentan envolturas constituidas
ro
por el Dr. Faustino Miranda en 1949, posee por sépalos (cáliz) y pétalos (corola) que pueden
cerca de 45 000 ejemplares. De los cuales cerca estar modificados en escamas o pequeñas brác-
de 39 000 corresponden a angiospermas de teas formando flores que se conocen como
.P
Chiapas: 5 300 ejemplares de 1 260 especies de apétalas. En las llamadas dialipétalas las envol-
monocotiledóneas y cerca de 33 700 ejemplares turas florales son vistosas y están libres entre sí,
corresponden a 4 420 especies de dicotiledó- en las simpétalas están fusionadas (Scagel et
ta
reportado por Breedlove en 1981 y 1986 (Farre- cuando son femeninas o estaminadas cuando
ra y Hernández, 2005). son masculinas. Pueden, en otros casos, tener
at
Referente a la procedencia de los ejempla- los dos órganos reproductivos, pistilo y estam-
res, las regiones más representadas son Cen- bres; en este caso son hermafroditas. Los verti-
gr
tro, Fraylesca, Selva, Altos y Soconusco. En cilos florales (cáliz-sépalos, corola-pétalos, an-
cuanto a los ecosistemas, los más representa- droceo-estambres y gineceo-ovario, estilo y es-
dos son los bosques de coníferas, bosque tro- tigma) se presentan en número de cuatro o
n
pical subcaducifolio, bosque tropical caducifolio cinco, o en múltiplos de estos números, rara vez
sió
y bosque tropical perennifolio (Farrera y Her- en número de tres, por lo que se dice que son
nández, 2005). pentámeras o tetrámeras (Cuerda s/a).
También se cuenta con información respecto Las semillas o embriones seminales poseen
al uso de 6 150 ejemplares (cerca de 15%). El típicamente dos cotiledones y regularmente no
er
más reportado es el medicinal, pero se reportan presentan endospermo. El grupo de las dicotile-
comestibles, artesanales, maderables, para dóneas incluye numerosas familias botánicas
V
cercos vivos, insecticidas, tóxicas, forrajeras, por lo que se describirán sólo algunas de las
mejoradoras y retenedoras de suelos (Farrera y consideradas de mayor importancia económica
Hernández, 2005). para el hombre, principalmente como cultivos
De las plantas protegidas legalmente en la básicos y frutales. Se conocen cerca de 170 000
nom-059-semarnat.2010 (Semarnat, 2010), para especies de dicotiledóneas (Scagel et al., 1983;
Chiapas se reportan 231 especies (Farrera, 2008) Heywood, 1985) (cuadro 1).
Capítulo 8 Diversidad de especies 123
Cuadro 1. Plantas magnoliópsidas y liliópsidas de Chiapas (Heywood, 1985; Villaseñor 2004; Fa-
rrera y Hernández 2005).
Clase Magnoliopsida
a.
Frijol, botil, patashete (Phaseolus spp.), chipilín (Crotala-
ria longirostrata), jícama (Pachyrhizus erosus), guash
nt
(Leucaena sp.), tepezcohuite (Mimosa tenuifolia),
Fabaceae 17 000 2 149 703
guanacastle (Enterolobium cyclocarpum), hormiguillo
ve
(Platymiscium dimorphandrum), brasil (Haematoxylum
brasiletto).
su
las árnicas (Tithonia spp.), el musá o nulibé (Tagetes
Asteraceae 25 000 3 308 603 erecta), penumbra (Montanoa grandiflora), la hierba del
perro (Calea urticifolia), el malacate colorado (Peryme-
a
nium grande).
id
Calabazas (Cucurbita spp.) chayote (Sechium edule),
Cucurbitaceae 700 163 56 pumpo o tecomate (Lagenaria leucantha), chilillo
b
(Cayaponia sp), melón y pepino (Cucumis spp.)
hi
Chiles (Capsicum spp.), la papa (Solanum tuberosum), el
jitomate (Lycopersicon esculentum), la hierbamora
ro
Solanaceae 3 000 365 150 (Solanum americanum), la berenjena (Solanum melonge-
na), la flor de campana o toluaches (Brugmansia spp. y
Datura spp.), la copa de oro (Solandra spp.).
.P
(Cephalocereus nizandensis).
Cuadro 1. Continuación.
Clase Magnoliopsida
a.
lechita (Euphorbia leucocephala), chaya (Cnidoscolus spp.),
yuca o guacamote (Manihot esculenta), piñón (Jatropha
Euphorbiaceae 5 000 828 256
nt
curcas), javilla (Hura polyandra), grosella del trópico
(Phyllanthus acidus), chileamates (Sapium macrocarpum) y
ve
chichicastle (Tragia spp.).
su
Chicle o chicozapote (Manilkara zapota), mamey (Pauteria
sapota), zapote amarillo (Pauteria campechiana), caimito
Sapotaceae 800 46 41
a
(Chrysophyllum cainito), tempisque (Mastichodendron
capiri), catpoki (Bumelia spp.).
id
Cacao (Theobroma cacao), castaño mexicano (Sterculia
b
Sterculiaceae 700 84 34 spp.), cualote negro o guázima (Guazuma ulmifolia) y el
árbol de flor de manita (Chiranthodendron pentadactylon).
Clase Liliopsida
hi
ro
Núm. spp. Núm. spp. Núm. spp.
Familia Especies más sobresalientes
Mundo México Chiapas
.P
Bromeliaceae 2 000 326 126 flor de niluyarilu o gallito (Tillandsia guatemalensis), la piñuela
(Bromelia pinguin), la pita (Aechmea magdalenae).
Arecaceae 2 780 124 58 caryum mexicanum), la palma real (Sabal mexicana), palma
camedor (Chamaedorea spp.), el coco (Cocos nucifera).
V
a.
Son una de las dos clases de plantas con flor; mentos (Heywood, 1985; Isidro et al., 2006).
son casi siempre herbáceas y a ella pertenecen Por desconocimiento, las altas tasas de pérdida
nt
plantas muy conocidas, como lirios, azucenas, or- de la cubierta forestal han llevado a la pérdida de
quídeas, gramíneas y palmeras. Diversos caracte- especies, la degradación de los suelos y el debilita-
ve
res florales y vegetativos las diferencian de las di- miento de poblaciones de muchas especies biológi-
cotiledóneas, la otra gran clase de angiospermas: cas. Para México tenemos 987 especies de plantas
piezas florales dispuestas en grupos de tres; un solo que poseen un estatus de vulnerabilidad (nom-
su
cotiledón (hoja de semilla); nervación de la hoja casi 059-semarnat-2010) y para Chiapas, esta misma
siempre paralela; tejido vascular formado por haces Norma considera 231 especies de plantas vasculares
dispersos en el tallo y ausencia de crecimiento se- que están en riesgo de la extinción (Farrera, 2008).
a
cundario verdadero (Cuerda s/a, Scagel et al.,
1983; Cronquist, 1986; Heywood, 1985). Conclusiones y recomendaciones
id
Se cree que las monocotiledóneas han evo-
lucionado a partir de un grupo primitivo de dico- Los estudios florísticos y el crecimiento de las
b
tiledóneas acuáticas por reducción de varios colecciones de los herbarios regionales ayudan
órganos florales y vegetativos. Se conocen unas
50 000 especies de monocotiledóneas, unas tres
hi
grandemente al conocimiento de la flora. Es im-
portante impulsar más acciones a favor de esta
ro
veces menos que las dicotiledóneas (Scagel et problemática, mediante el apoyo a centros de
al., 1983; Heywood, 1985; Cronquist,1986). investigación que generen y sistematicen la infor-
mación referente a vegetación y flora, debido a
.P
mayor parte de los alimentos consumidos por la mico para la región, además de apoyar investiga-
humanidad, así como de muchas materias primas ciones como el actual cambio climático que nos
ui
Literatura citada Heywood, V. H. 1985. Las plantas con flores. Reverte. Bar-
celona, España. 332 p.
Breedlove, D. E. 1981. Introduction to flora of Chiapas. Isidro, M. A, S. O. Farrera y N. F. Hernández. 2006 ¿Cómo
n
Breedlove, D. E. 1986. Listados Florísticos de México iv. Flora caso de la festividad del niño florero en el centro de
de Chiapas. Instituto de Biología unam. México D.F. 246 p. Chiapas. ihn. Tuxtla Gutiérrez Chiapas. 20 p.
Cuerda, Q. J. s/a. Atlas de Botánica. El mundo de las plan- Scagel, R. F., R. J. Bandoni, G. E. Rouse, W. B. Schofield, J. R.
er
tas. Ediciones Cultural. Barcelona, España. 112 p. Stein y M. C. Taylor. 1983. El reino vegetal (los grupos de
Cronquist, A. 1986. Botánica básica. cecsa. México D.F. 655 p. plantas y sus relaciones evolutivas). Edit. Omega. Barce-
Farrera, S. O. y N. F. Hernández. 2005. Herbario. p. 20-22. lona, España, 659 p.
V
En: Morales P., J. E., G. E Hernández y L. R. Vidal. Co- Semarnat. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Natu-
lecciones Científicas del Instituto de Historia Natural y rales. 2010. Norma Oficial Mexicana nom-059-semar-
Ecología, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. nat-2010. Diario Oficial de la Federación (dof), jueves
Farrera, S. O. 2008. Las plantas vasculares chiapanecas 30 de diciembre de 2010.
protegidas por la ley. ix Seminario interno ihne. p. 11. Villaseñor, R. J. L. 2004. Los géneros de plantas vasculares
Tuxtla Gutiérrez. Inst. de Hist. Nat. y Ecol. de la flora de México. Biol. Soc. Bot. Mex. 75: 105-135.
126 La biodiversidad en Chiapas
Las cactáceas
a.
La familia Cactaceae (cactáceas), nativa del Continente Americano, comprende en
México cerca de 63 géneros con 913 taxones (669 especies y 244 subespecies),
nt
de las cuales, 25 géneros y 518 especies son endémicas (Guzmán et al., 2003).
Chiapas ocupa el lugar 16 con respecto a la riqueza de especies en México
ve
(Hernández et al., 1993). Para la familia Cactaceae se han registrado 57 espe-
cies (incluyendo siete subespecies) distribuidas en 20 géneros, incluidas en dos
subfamilias: Opuntioideae y Cactoideae, esta última con 80 % de las especies
su
presentes en el estado.
La subfamilia Opuntioideae está formada por la especie Pereskiopsis keller-
manii, además de varias especies de los géneros Opuntia (figura 1) y Nopalea,
da
que suman 19 % del total de las especies para la subfamilia.
La subfamilia Cactoideae tiene su mayor representatividad en las regiones
semiáridas y subtropicales donde las condiciones ambientales son más cálidas
bi
y las heladas escasas, como la Depresión Central y al Noroeste de la Sierra
Madre, entre los 750 a 1 250 msnm y su precipitación es inferior a los 1 200 mm
hi anuales. Esta subfamilia está representada por cuatro tribus en el estado:
La tribu Pachycereeae reconocida por sus tallos arborescentes, como las
ro
especies Pachycereus pecten-aboriginum y varias especies de Stenocereus
(figura 2), además de los tallos monopódicos de Pterocereus gaumeri y dos
especies de Cephalocereus; todas ellas se observan en la Depresión Central y
.P
sentada por el género Mammillaria con tres especies (figura 4), aunque México
es el centro de diversificación del género con más de 150 especies. Cabe señalar
at
que las afinidades fitogeográficas del estado, respecto a la tribu Cacteae, son
más cercanas a Centroamérica, donde también se han reportado cerca de tres
gr
lias, así como en las selvas altas y medianas subperennifolias de las regiones tro-
sió
Ishiki-Ishihara, M., S. Arias y T. Terrazas. 2013. Las cactáceas. pp. 126-129. En: La biodiversidad en Chiapas: Es-
tudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del
Estado de Chiapas, México.
Capítulo 8 Diversidad de especies 127
a.
Guatemala, siete (11 %) se distribuyen únicamente en Chiapas y Oaxaca, e inclu-
ye a dos de las especies chiapanecas del género Cephalocereus y dos de las tres
nt
especies de Pilosocereus. Las siguientes tres –Acanthocereus chiapensis, Diso-
cactus macdougallii y Epiphyllum laui–, son endémicas del estado de Chiapas. En
ve
este contexto, resulta evidente que Chiapas, Oaxaca y Guatemala, en conjunto,
representan la mayor diversidad de la familia para la región mesoamericana
(Bravo-Hollis y Arias, 1999; Arias y Véliz, 2006), principalmente de aquellos taxa
su
ubicados en la tribu Hylocereeae y referidos anteriormente. No obstante, la re-
presentación de los taxa en Chiapas es aún insuficiente en los herbarios, por lo
que se requiere continuar con el trabajo exploratorio intenso que permita depurar
da
el inventario actual, iniciar estudios sobre su interacción en las comunidades
bi
hi
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.P
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at
a.
nt
ve
su
a
id
Figura 3. Melocactus curvispinus. Foto: Mario Ishiki Ishihara.
b
bióticas donde habitan, así como estudios sistemáticos que ayuden a entender
hi
los límites en varias especies y géneros.
Las diferentes actividades humanas que implican un cambio en el uso del
ro
suelo (apertura de zonas para la agricultura y ganadería, y aprovechamiento fo-
restal) son el factor que más influye en el deterioro de diversas poblaciones de
cactáceas en Chiapas. Adicionalmente, consideramos que este factor está rela-
.P
(March y Flamenco, 1996), pero sólo en dos (Parque Nacional Cañón del Sumide-
ro y Reserva de la Biosfera La Sepultura) existen referencias de presencia de
gr
a.
nt
ve
su
Figura 4. Mammillaria albilanata subsp. tegelbergiana Foto: Salva- Figura 5. Hylocereus undatus. Foto: Salvador Arias.
dor Arias.
a
Literatura citada
id
Arias, S. 1977. Distribución, grupos taxonómicos y formas Hernández, H., V. Alvarado y R. Ibarra. 1993. Base de Datos
b
de vida. Distribución general. pp. 16-25. En: Valles, C. de Colecciones de cactáceas de Norte y Centroamérica.
(Ed.) Suculentas Mexicanas Cactáceas. cvs Publicacio-
nes. México.
hiAnales del Instituto de Biología de la Universidad Nacio-
nal Autónoma de México. Serie Botánica 64: 87-94.
ro
Arias, S. y M. Véliz. 2006. Diversidad y distribución de las March, I. J. y A. Flamenco. 1996. Evaluación Rápida de la
Cactaceae en Guatemala. En: Cano, E. B. (Ed.) Biodi- Deforestación en las Areas Naturales Protegidas de
versidad de Guatemala (1): 229-238. Chiapas (1970-1993). Reporte Técnico. Ecosur. Chia-
.P
Guzmán, U., S. Arias y P. Dávila. 2003. Catálogo de Cactá- nat-2010. Diario Oficial de la Federación (dof), jueves
ceas Mexicanas. unam-conabio, México. 30 de diciembre de 2010.
ui
at
gr
n
sió
er
V
130 La biodiversidad en Chiapas
Lacandonia schismatica
una línea evolutiva nueva
a.
En el presente apartado, se describen las principales características morfológi-
cas y biológicas de la planta Lacandonia schismatica E. Martínez y Ramos, 1989,
nt
endémica de Chiapas. Esta planta es considerada como representante de
una nueva línea evolutiva entre las plantas, lo que hace que su conservación
ve
sea una prioridad para los mexicanos.
Lacandonia schismatica (figura 1) es el único miembro de la familia Lacando-
niaceae del orden Triuridales (Monocotiledonae). Todas las plantas de este orden
su
se caracterizan por ser saprófitas, es decir, que no fotosintetizan, sino que viven
a expensas de materia orgánica en descomposición, de tal forma que sus hojas
están muy reducidas y los individuos no son verdes, sino incoloros o, algunas
da
veces, de tonos rojizos. Cabe resaltar que los fósiles más antiguos de plantas con
flor, conocidos a la fecha, forman parte de este grupo (Gandolfo, 2002).
L. schismatica es la única planta conocida hasta ahora que produce una flor con
bi
los estambres centrales; es decir, el gineceo, constituido por múltiples ovarios
(apocárpico), rodea al androceo, mientras que en el resto de las plantas, los estam-
hi bres rodean al gineceo (Cronquist, 1988; Márquez-Guzmán et al., 1989; Martínez
y Ramos, 1989). También presenta otras singularidades, como que los granos de
ro
polen no viajan de la antera a los pistilos, sino que germinan dentro de la antera y
los tubos polínicos se desplazan a través del receptáculo penetrando a los ovarios
por su parte inferior para realizar la fecundación. Con esto se convierte en la pri-
.P
planta con otras plantas fotosintéticas del mismo hábitat. La especie de hongo
que las forma no ha sido todavía identificada ni sus relaciones con otros organis-
mos se han esclarecido (Ortega, com. pers.).
n
Martínez, E. y C. H. Ramos-A. 2013. Lacandonia schismatica una línea evolutiva nueva. pp. 130-131. En: La biodi-
versidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
(conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
Capítulo 8 Diversidad de especies 131
a.
nt
ve
su
Figura 2. Imagen tomada por el microscopio electrónico y coloreada
para contrastar los órganos sexuales; al centro, los tres estambres en
a
color azul-verdoso y alrededor los pistilos color gris-violeta. Foto: Elena
id
Álvarez-Buylla Roces (Instituto de Ecología de la unam).
Figura 1. Planta en su hábitat. Foto: Esteban Martínez.
b
San Javier, área que ha sido protegida por los
Lacandones, y cercanías de la laguna Miramar.
hi
desparecerá la especie L. schismatica y, con
ella, la oportunidad de, al menos, conocer sobre
ro
Todo lo anterior destaca la importancia de la su proceso evolutivo y su interrelación con
conservación de los bosques y selvas naturales otras especies.
en Chiapas. Cuando desaparezca su hábitat,
.P
Literatura citada
Cronquist, A. 1988 The evolution and classification of flowe- Márquez-Guzmán, J., M. Engleman, A. Martínez-Mena E.
ta
ring plants. The New York Botanical Garden. New York. Martínez y C. H. Ramos, 1989. Anatomía reproductiva
Gandolfo, M. A., K. C. Nixon y W. L. Crepet. 2002. Triurida- de Lacandonia schismatica (Lacandoniaceae); Annals of
ui
ceae fossil flowers from the Upper Cretaceous of New the Missouri Botanical Garden 76: 124-127.
Jersey. American Journal of Botany 89 (12): 1940-1957. Márquez-Guzmán, J., S. Vázquez-Santana, M. Engleman, A.
at
H. Vázquez-Nin. 1992. The ultrastructural study of the ceae). Annals of the Missouri Botanical Garden 80:
interphase cell nucleus of Lacandonia schismatica (La- 891-897.
candoniaceae: Triuridales) reveals a non-typicalextranu- Martínez, E., y C. H. Ramos. 1989. Lacandoniaceae (Triuri-
n
cleolar particle. Biol. Cell. 75: 101-110. dales): Una nueva familia de México. Annals of the
sió
Jiménez-García, L. F., R. Reynoso, R. Fragoso, L. Agredano- Missouri Botanical Garden 76: 128-135.
Moreno, M. L. Segura-Valdéz, S. González, C. H. Ramos Vázquez-Santana, S., M. Engleman, A. Martínez-Mena y J.
y E. Martínez. 1998. Biología Celular de Lacandonia Márquez-Guzmán. 1998. Ovule and seed development
er
schismatica. Análisis por Microscopía de Fuerza Atómi- of Lacandonia schismatica (Lacandoniaceae). American
ca. Bol. Soc. Bot. México 62: 5-14. Journal of Botany 85 (3): 299-304.
V
V
er
132
sió
n
gr
at
La biodiversidad en Chiapas
ui
ta
.P
ro
hi
b id
a
su
ve
nt
a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 133
a.
Introducción
nt
Chiapas, junto con Oaxaca y Veracruz constituyen los estados con mayor diver-
sidad biológica de México, particularmente en lo relativo a la flora vascular.
ve
Contamos con un conocimiento preliminar y general sobre la flora acuática
y la vegetación de los humedales de Chiapas, sin embargo, requiere mayor
profundidad en su análisis florístico y en el estudio sobre la ecología de la ve-
su
getación, debido a la gran diversidad de ambientes acuáticos existentes en el
estado, la mayoría sin explorar botánicamente.
La mayor parte de la información con la que se cuenta sobre antecedentes
da
de plantas acuáticas (hidrófitas) se deriva de los principales estudios generales
sobre la flora y vegetación del estado (Miranda, 1952, 1957, 1961; Breedlove,
1981, 1986). Las únicas investigaciones orientadas sobre elementos de la flora
bi
acuática de algunas regiones de Chiapas, y que aportan nuevos registros de
hidrófitas, son las publicaciones de Rico-Gray (1981) con Rhizophora harrisoni,
hi
así como las de Ramírez-García y Novelo (1989, 1989a) con Nymphaea amazo-
num y Spirodela intermedia. Las contribuciones más importantes acerca de la
ro
flora vascular acuática de Chiapas lo constituyen el estudio sobre las monoco-
tiledóneas de Ramírez-García (1991), una actualización del mismo estudio
de Ramírez-García e Ishiki (2010) y el estudio de la Reserva Montes Azules de
.P
reña, los manglares, los tintales, los tulares y otras agrupaciones de herbáceas,
propias de las sabanas. En un artículo recientemente publicado (Lot, 2007), se
presenta una síntesis de las observaciones de Miranda acerca de la vegetación
n
Lot-Helgueras, A. y P. Ramírez-García. 2013. Plantas sumergidas, flotantes y emergentes de los humedales. pp.
133-141. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso
de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
134 La biodiversidad en Chiapas
a.
y planicies costeras inundadas por una vasta dales muy extensos, que abarcan desde las zonas
hidrología y una alta precipitación pluvial, se ve costeras hasta las áreas circundantes inundables,
nt
reflejada en el mosaico de ambientes acuáticos como el complejo lagunar Teculapa-Cerritos-
y, en consecuencia, en la posibilidad de desarro- Panzacola, que abarca desde los municipios de
ve
llar diferentes tipos de vegetación. Acapetagua hasta Huixtla (Ramírez-García,
Sin embargo, no se cuenta con estudios que 1991). En la Planicie Costera del Golfo de Méxi-
documenten la esperada rica flora de los hume- co, dentro del territorio que corresponde a Chia-
su
dales chiapanecos como una visión de conjunto. pas, dominan variantes de la vegetación emer-
El único estudio que intenta describir la distribu- gente con un estrato cercano a cuatro metros de
ción de la flora acuática vascular desde los há- altura conocido como tular y popal, ilustrada en
a
bitats característicos de los lagos de montaña los Llanos de Catazajá. Otro ejemplo de lugares
hasta los bajos inundables costeros es el traba- de recolección y estudio de plantas acuáticas son
id
jo de Ramírez-García (1991). las Montañas del Este, donde se encuentra la
Este estudio, si bien se centra en las monoco- Reserva de la Biosfera Montes Azules o Selva
b
tiledóneas acuáticas estrictas, permitió realizar Lacandona, región en la cual abundan los lagos y
una intensa exploración botánica en numerosos
ríos, lagunas, pantanos, sabanas inundables y
hi
lagunas como Miramar, Lacanja y Ocotal, entre
muchas otras, y ríos como Perlas, Jatate y Lacan-
ro
diversos humedales en general, por lo que nos da tún, además de pantanos o sabanas inundables
un panorama que documenta la amplia distribu- como El Huiral, todos pertenecientes al municipio
ción de la vegetación acuática y sobre la flora de Ocosingo (Ramírez-García, 1991; Ramírez-
.P
Figura 1. Manglar de Avicennia germinans (primer plano), Lagun- Figura 2. Flor de Echinodorus andrieuxii (hidrófita enraizada emer-
cularia racemosa (segundo plano) y Rhizophora mangle (al fondo) en gente). Inflorescencia en desarrollo. Foto: Antonio Lot Helgueras.
una laguna costera. Foto: Pedro Ramírez-García.
Capítulo 8 Diversidad de especies 135
a.
Lemnaceae 4 7
monocotiledóneas (Clase Liliopsida) y terminan-
Limnocharitaceae 2 2 do con las dicotiledóneas (Clase Magnoliopsi-
nt
Mayacaceae 1 1
da). En el cuadro 2, se enumera el listado de
especies y sus formas de vida.
ve
Najadaceae 1 2
Pontederiaceae 3 7 Alismataceae
Potamogetonaceae 1 3
su
Familia representada con 41 % de las especies
Ruppiaceae 1 1 conocidas para México y ampliamente distribuida
Typhaceae 1 2
en los humedales de Chiapas, desde el nivel del
a
mar hasta los 1 700 msnm (Ramírez-García,
Dicotiledóneas 1991). En el estado están presentes los dos gé-
id
Cabombaceae 2 2 neros registrados para nuestro país (Echinodorus
y Sagittaria), ambos con forma de vida emergen-
b
Ceratophyllaceae 1 1
te enraizada. Del género Echinodorus, sobresale
Elatinaceae
Menyanthaceae
1
1
1
2
hi
la especie E. bolivianus, por ser un registro res-
tringido a Chiapas (Lot et al., 1999). Las especies
ro
E. grandiflorus y E. paniculatus se distribuyen
Nymphaeaceae 1 4
también en Tabasco, Veracruz y Campeche. Por
su parte, E. andrieuxii es la especie más común
.P
Podostemaceae 2 3
de diversos ambientes dulceacuícolas como lagu-
Total: 15 24 45
netas, estanques, ríos y presas; crece desde 100
hasta 830 msnm (figura 2). El género Sagittaria
ta
La diversidad de regiones fisiográficas y de há- presión Central de Chiapas entre los 550 y los
bitat acuáticos de Chiapas también se refleja en 800 msnm, y florece en septiembre (Ramírez-
at
la variedad de formas de vida de las hidrófitas García, 1991). Para el caso de S. Lancifolia, se
presentes y en numerosas agrupaciones que presentan dos subespecies (S. lancifolia y S.
gr
constituyen los tipos de vegetación acuática y media); la primera se distingue por las brácteas
de ambientes inundables colindantes con las y sépalos estriados y por aquenios con costilla
formaciones francamente terrestres. alada de textura granulosa. La segunda subespe-
n
La diversidad de plantas acuáticas de Chia- cie presenta brácteas y sépalos papilosos, ade-
sió
pas (45 especies) es comparable a la del estado más de la costilla de los aquenios de textura lisa.
de México (42) y se coloca por detrás de los Ambas subespecies se distribuyen en las Monta-
estados de Oaxaca (50) y Veracruz (60). Una ñas del Este y hacia el Norte, en la Planicie
primera explicación sobre la mayor riqueza de Costera del Golfo de México en pantanos y sa-
er
a.
costeras del Pacífico y del Golfo de México, desde lagos y lagunas de aguas alcalinas y dulces
el nivel del mar hasta los 200 msnm (Ramírez- (Ramírez-García, 1991).
nt
García, 1991). Del género Spirodela se registran
dos especies; la más ampliamente distribuida en Pontederiaceae
ve
todo el estado es S. polyrrhiza, que se encuentra
desde lagunas costeras y cenotes hasta estanques Familia representada en Chiapas por tres géne-
a 300 msnm. Los géneros Wolffia y Wolffiella están ros y siete especies de distribución amplia y
su
representados por una especie cada uno. Wolffia abundante (Ramírez-García, 1991). La presencia
brasiliensis con un registro a 2 070 m de altitud y de los tres géneros nativos de México, reparti-
Wolffiella welwitschii hasta los 300 msnm. dos en una gran variedad de humedales bajos en
da
las planicies costeras del Pacífico y Golfo de
Limnocharitaceae México, en la Depresión Central, Planicie Cen-
tral y Montañas del Norte hasta los 1 000 msnm,
bi
Representada por hidrófitas enraizadas emergen- ilustra la alta diversidad de esta familia en el
tes o de tallos postrados, cuenta con dos géneros estado y sus relaciones con la flora amazónica y
hi
(Hydrocleys y Limnocharis) y dos especies que
comparte con Guatemala. H. parviflora se distri-
centroamericana (Novelo, 1996).
El género Eichhornia se destaca porque la
ro
buye de México (Chiapas) a Sudamérica y es especie E. heterosperma (hidrófita enraizada de
considerada una especie rara en México con sólo tallos postrados) está restringida a Chiapas con
tres colectas en la Depresión Central de Chiapas, dos únicos registros de hace seis décadas en las
.P
entre 550 y 650 msnm, recolectada hace más de localidades de Santa Elena, Acapetagua y Pare-
tres décadas. Limnocharis laforestii es dispersada dón, Tonala, por lo que su presencia actual es
por las aves y por las corrientes de agua y se dudosa. En contraste, la especie E. crassipes
ta
distribuye entre los 680 a 750 msnm hacia la conocida en casi todo el país como “lirio acuáti-
porción este de la Depresión Central. co”, es una planta libre flotadora, naturalizada,
ui
y Guatemala: Mayaca fluviatilis es una hidrófita conocen cuatro especies de plantas delicadas
enraizada sumergida de arroyos y estanques de de ambientes acuáticos temporales y estaciona-
agua transparente, la cual es considerada como les, favorecidas por la dispersión de aves. Por su
n
rara por las escasas colecciones de localidades parte, Pontederia sagittata, conocida localmente
sió
únicas en Michoacán, Nayarit, Tabasco, Veracruz como “lirio de laguna”, es una hidrófita enraiza-
y Chiapas. En el estado se colectaron en tres lo- da emergente de amplia distribución en el esta-
calidades que se encuentran entre los 300 y los do en sabanas inundables, pantanos, arroyos y
2 670 msnm (Planicie Central y Montañas del bordes de lagunas desde el nivel del mar hasta
er
Este), destacándose La Trinitaria, lagos de Mon- los 1 000 m de altitud (figura 3).
tebello y una en la sabana inundada en El Huiral
V
Alismataceae
Echinodorus andrieuxii (Hook. et Arn.) Small hee
E. bolivianus (Rusby) Holm-Nielsen hee
a.
E. grandiflorus (Cham. et Schdl.) M. Micheli hee
E. paniculatus M. Micheli hee
nt
Sagittaria guayanensis Kunth subsp. guayanensis hef
S. lancifolia L. subsp. media (M. Micheli) Bogin hee
S. montevidensis Cham. et Schldl. subsp. calycina (Engelm.) Bogin hee
ve
Lemnaceae
Lemna aequinoctialis Welw. hlf
L. minuscula Herter hlf
su
L. obscura (Austin) Daubs hlf
Spirodela intermedia W. Koch hlf
S. polyrrhiza (L.) Schield. hlf
a
Wolffia brasiliensis Wedd. hlf
id
Wolffiella welwitschii (Hegelm.) Monod hls
Limnocharitaceae
Hydrocleys parviflora Seub. in C. Martius hehf
b
Limnocharis laforestii Duchass. ex Griseb hee
Mayacaceae
Mayaca fluviatilis Aublet
hi hes/hee
ro
Najadaceae
Najas guadalupensis (Spreng.) Magnus hes
N. wrightiana A. Braun hes
.P
Pontederiaceae
°Eichhornia crassipes (C. Mart.) Solms hlf
E. heterosperma Alexander in Smith. hetp
ta
Ruppiaceae
sió
Cabombaceae
Brasenia schreberi Gmelin hes
V
Cuadro 2. Continuación.
Menyanthaceae
*Nymphoides fallax Ornduff hef
N. indica (L.) Kuntze hef
a.
Nymphaeaceae
Nymphaea amazonum Mart. et Zucc hef
nt
N. ampla (Salisb.) DC. hef
N. conardii Wiersema hef
N. jamesoniana Planchon hef
ve
Podostemaceae
Marathrum schiedeanum (Cham.) Tul. hes
M. tenue Liebm. hes
su
Tristicha trifaria (Bory ex Willd.) Spreng. hes
a
hee= hidrófita enraizada emergente; hef= hidrófita enraizada de hojas flotantes; hes= hidrófita enraizada
sumergida; hlf= hidrófita libre flotadora; hetp= hidrófita de tallos postrados.
id
**Rzedowski (1998).
b
Ruppiaceae
hi
Familia monogenérica de distribución cosmopo-
ro
lita. En Chiapas, Ruppia maritima se localiza
preferentemente en lagunas costeras salobres
de la Planicie Costera del Pacífico y en lagos
.P
(primer plano), comunidad de Eleocharis interstincta (segundo plano). océano y la línea costera.
Foto: Pedro Ramírez-García.
Typhaceae
n
sencia de tres de las 10 especies nativas de Mé- El género Typha, con dos especies, conforma un
xico: Potamogeton illinoensis se distribuye en la paisaje muy característico de un gran número de
Planicie Central y en las serranías del este entre humedales conocidos localmente como “pampas”
los 800 y los 2 500 msnm en represas, estanques (Ramírez-García, 1991) y caracterizados por el
er
agua dulce. Finalmente, P. pusillus, representado de altura como hidrófita enraizada emergente.
por una sola colecta en San Cristóbal de las Ca- Typha domingensis es la especie más abundante,
sas, hace 62 años, sin ningún registro más recien- que presenta un amplio margen de distribución,
te, nos obliga a pensar en su desaparición o so- desde el nivel del mar hasta los 2 000 msnm,
brevivencia de poblaciones pequeñas y aisladas conviviendo en las mayores alturas con T. Iatifolia,
en hábitat de difícil acceso al hombre. la cual sólo aparece arriba de los 1 900 msnm.
Capítulo 8 Diversidad de especies 139
Esta especie sólo se ha encontrado en estanques que dan abrigo a numerosas especies de la fauna
y represas de la Planicie Central, registrada por acompañante, incluyendo a las aves acuáticas.
tres colecciones. A diferencia de T. domingensis,
que se localiza en una gran variedad de humeda- Ceratophyllaceae
les que van desde estanques y charcas hasta
sabanas inundables, remansos de ríos y potreros Algunas partes de lagunas, arroyos, canales y
inundados, a lo largo y ancho de todo el estado pantanos pueden estar cubiertos por Ceratophyllum
a.
de Chiapas (figura 4). muricatum. Es una hidrófita libre sumergida que en
algunas regiones del país y, muy especialmente en
nt
Cabombaceae Norteamérica, puede representar un problema para
la navegación y, en general, en el manejo de cuer-
ve
Familia con la que se inician las dicotiledóneas, pos de agua, por el crecimiento vegetativo masivo
representada en Chiapas por dos géneros y dos de sus poblaciones. Para Chiapas es una especie
especies: Brasenia schreberi es una hidrófita rara con pocas colecciones de referencia.
su
enraizada de hojas flotantes de distribución es-
porádica y considerada como rara en México (Lot Elatinaceae
et al., 1999). Además de Chiapas, ha sido regis-
a
trada en Jalisco, Tabasco y, recientemente, en Familia con dos géneros: Elatine y Bergia. Elatine
Chihuahua (Lot et al., 2002). Una de las caracte- chilensis sólo se ha registrado para Chiapas en
id
rísticas sobresalientes de la morfología de la la República Mexicana, a partir de una sola co-
planta es un engrosamiento mucilaginoso que lecta, por lo que está considerada como especie
b
cubre la superficie del envés de las hojas y las rara. Es una hidrófita enraizada emergente o
partes sumergidas, lo que la hace sumamente
resbalosa. La otra especie, llamada Cabomba
hi
sumergida; crece en zonas pantanosas en oca-
siones salobres a una altitud de 1 700 msnm.
ro
palaeformis, se distribuye en México, Guatemala
y Belize. Su forma de vida combina dos tipos de Menyanthaceae
hojas: las sumergidas –que predominan– y las
.P
flotantes –que se encuentran enraizadas en lagu- Representada por las dos especies registradas en
nas y canales cercanos a las planicies costeras el país, Nymphoides indica y N. fallax; ambas pre-
debajo de los 100 msnm. Las dos especies cons- sentan la forma de vida de una hidrófita enraizada
ta
Nymphaeaceae
er
a.
pantanos y canales de la planicie costera del Pací-
fico y es conocida popularmente como “varona”.
nt
Podostemaceae
ve
Familia muy diversa y de gran interés fitogeográfi-
co y ecológico en el mundo, caracterizada por hi-
su
drófitas enraizadas sumergidas que se fijan a las Figura 5. Nymphoides indica con su llamativa flor blanca, asociada a
rocas y troncos de rápidos y cascadas (figura 7). Myriophyllum heterophyllum, creciendo de forma abundante. Foto: Anto-
En Chiapas, se han registrado dos géneros y tres nio Lot Helgueras.
a
especies: Marathrum schiedeanum y M. tenue se
distribuyen de México a Costa Rica y Tristicha tri-
id
faria tiene una distribución más amplia (de México
al norte de Argentina, las Antillas y África).
b
Importancia hi
ro
La vegetación acuática en su conjunto, tanto de
comunidades leñosas como de herbáceas, con-
tribuyen de manera crucial en los procesos hi-
.P
ficial como de los mantos freáticos, así como la Figura 6. Nymphaea ampla, mostrando las hojas flotantes, asociada
formación y estabilización del sedimento y reci- a Thypha domingensis y a dos especies libre flotadoras (Pistia y Sal-
at
fauna comercial.
V
a.
la endemicidad, situación de riesgo, nivel ecofi- tal y urgente aplicar acciones orientadas a la
siológico y vulnerabilidad del hábitat. El análisis conservación y rehabilitación de los ambientes
nt
nos permitió identificar las especies clave para acuáticos del estado y al estudio de la flora
el diseño de estrategias de conservación y reha- bioindicadora en la identificación rápida del no
ve
bilitación de humedales, resaltando la potencial experto sobre la salud y mejor entendimiento del
riqueza de plantas acuáticas en el estado, pero, manejo del ecosistema.
por otro lado, también se puso en evidencia la
su
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a
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V
er
142
sió
n
gr
at
La biodiversidad en Chiapas
ui
ta
.P
ro
hi
b id
a
su
ve
nt
a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 143
Plantas epífitas
Anne Damon
Introducción
a.
Las epífitas son plantas que viven apegadas a otras plantas, usualmente árbo-
nt
les, pero también crecen encima de arbustos, lianas, palmas y helechos arbó-
reos, entre otros (Benzing, 1990). No son parásitas puesto que no absorben la
ve
savia de sus anfitriones (árboles de soporte) y no les causan ningún daño direc-
to. Sin embargo, se ha mencionado la posibilidad de que las epífitas actúan
como piratas nutricionales (Benzing, 1979) porque intervienen en la caída de
su
material orgánico a la tierra donde se encuentran las raíces del anfitrión, sin
embargo, las epífitas pueden considerarse como parásitas mecánicas (Montana
et al., 1989), porque aprovechan las estructuras ya hechas de otras plantas y,
da
de esta manera, evitan la necesidad de producir troncos, tallos, ramas y las
células, órganos y estructuras reforzadas propias, como las que tiene la mayo-
ría de las plantas vasculares (Benzing, 1990).
bi
La reproducción vegetativa, o asexual, de las epífitas consiste en la clona-
ción de la planta madre, extendiendo la planta en forma densa en un hábitat
hi
ya probado (Benzing, 1990). La reproducción sexual representa un reto para
las epífitas y depende de diversas estrategias para atraer sus polinizadores
ro
(Kessler y Kromer, 2000), y en el caso de varias especies de orquídeas, el
proceso es complejo, especializado e incierto, y depende de una o pocas es-
pecies de insectos (Tremblay, 1992; Gravendeel et al., 2004; Cozzolino y
.P
muere. Las orillas de las hojas a menudo son defendidas por dientes o espinas
y muchas especies presentan hojas de colores fuertes y/o variegadas y esto
at
hace que se aprecian como plantas de ornato (Benzing y Friedman, 1981; Rauh,
1992). Por su parte, las orquídeas presentan mucha mayor diversidad morfoló-
gr
gica y número de especies que las bromelias, con una gran variedad de formas
de crecimiento y adaptaciones a la vida epífita. Algunas especies son caducifo-
lias (Benzing et al., 1982) y pierden sus hojas al principio de la época de seca
n
Damon, A. 2013a. Plantas efífitas. pp. 143-150. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
144 La biodiversidad en Chiapas
a.
Cactaceae, Ericaceae, Melostomataceae y Ru- Arenas (2001) en El Mormon-Las Margaritas-
biaceae. Además, hay un sin fin de otras clases Montebello.
nt
de epífitas no vasculares, como los líquenes, Otros trabajos más recientes sobre las epifi-
briofitas, musgos y algas, entre otros (Benzing, tas de Chiapas incluyen el estudio de las brome-
ve
1990). La mayoría de las epífitas se encuentra lias en Los Altos de Chiapas por Wolf (2005), un
en las selvas y bosques tropicales del mundo, listado bromélias del Soconusco (Santiago et al.,
pero existen orquídeas en casi todos los ecosis- 2006), un listado provisional de los líquenes de
su
temas terrestres, menos los desiertos y los po- Chiapas (Sipman y Wolf, 1998) y el libro sobre
los (Pridgeon, 2000). las orquídeas del Chiapas por Cabrera-Cachón
En cuanto a su distribución en Chiapas, tan- (1999). Además, se cubre el estado en detalle
da
to las orquídeas como las bromelias se encuen- en los diferentes capítulos del libro “Orquídeas
tran en todos los ecosistemas terrestres del de México” (Hágsater et al. 2005).
estado, desde las orillas de los manglares hasta Finalmente, cabe mencionar que en 2010 ter-
bi
el límite de la vegetación en la Sierra Madre, con minó un proyecto de investigación sobre la ecolo-
una mayor diversidad en las zonas que corres- gía general, polinización, afinidades fitogeográfi-
hi
ponden a los bosques mesófilas de montaña (o
bosque de neblina) y las selvas bajas, altas y
cas, estado de conservación y un listado de las
orquídeas del corredor biológico Boquerón-Tacaná,
ro
medianas perennifolias (Hágsater et al., 2005), en colaboración con Rodolfo Solano de ciidir-ipn,
todos ellos amenazados por las actividades hu- Oaxaca y estudiantes de Oaxaca y Chiapas (Da-
manas. En el mundo se estima un total de más mon, 2011). Como resultado se propone la cifra de
.P
de 3 000 especies de bromelias (Leme y Marigo, 293 especies de orquídeas para esta importante
1993). En el estado de Chiapas las cifras varían región, incluyendo tres nuevas especies y dos
de 101 (Wolf y Flamenco-S., 2003; Wolf y Fla- nuevos registros para el país.
ta
chidaceae es más diversa y abundante con ecosistema puesto que cumplen con diversas
aproximadamente 30 000 especies en el mundo funciones. Por ejemplo, de la diversidad total de
gr
(Pridgeon, 2000), 1 400 especies en México los bosques y selvas neotropicales y tropicales
(Hágsater et al., 2005), entre seis a 700 para el húmedos, se estima que entre 35 y 50 % de las
estado de Chiapas (Cabrera-Cachón, 1999) y especies de plantas vasculares son epífitas, las
n
144 especies por debajo de 1 500 msnm en la cuales hacen una contribución significativa a la
sió
región del Soconusco (Damon y Colin, 2005). biomasa total del ecosistema (Gentry y Dodson,
1987; Benzing, 1990; Wolf y Flamenco, 2003);
El estudio de las epífitas en Chiapas en los bosques de pino y encino no perturbados
del estado de Chiapas, las bromelias pueden
er
Las epífitas de Chiapas aparecen en listados alcanzar hasta 3.2 ha (Wolf, 2005).
reconocidos como los de Miranda (1945), Matu- Asimismo, su importancia se atribuye a que
V
et al., 2002). Estos otros seres dependen de las Soconusco. En conjunto ambos trabajos regis-
flores, follaje, semillas, néctar floral y néctar ex- tran un total de 298 especies para la región
trafloral producidas por las epífitas, así como los (apéndice VIII.4).
sitios de apareamiento y de refugio que propor- De las especies no incluidas en la nom-
cionan, sin los cuales no podrían persistir sus 059-semarnat-2010, se encontraron nueve espe-
poblaciones. Las interacciones entre hormigas y cies calificadas como vulnerables por Cabrera
plantas son especialmente importantes para la Cachón (1999), con una densidada muy baja:
a.
persistencia de estos ecosistemas (Dejean, Coelia macrostachya, Cycnoches ergotonianum,
1995; Blüthgen, 2001) y en este caso las plantas Maxillaria meleagris, Ornithocephalus tripterus,
nt
ofrecen refugio y alimento a las hormigas y las Prosthechea chondylobulbon, Prosthechea rhyn-
hormigas defienden y abonan las plantas. chophora, Stanhopea graveolens, Trichocentrum
ve
Las epífitas también son de suma importan- microchilum y Trichopilia tortilis. Desgraciada-
cia por su efecto estabilizador del clima (Stuntz mente algunas de las especies se puedan con-
et al., 2002), el reciclaje de material orgánica en siderar funcionalmente extintas en la región,
su
el ecosistema y para la captura de nutrimentos, según el criterio de Koopowitz (2000), por tener
especialmente nitrógeno proveniente de fuentes distribución y tamaños poblacionales reducidos
alóctonos (es decir, que provienen de afuera del y no viables.
a
hábitat) como la lluvia, el polvo y el aire (Nadkar- Cabe destacar que algunas especies como
ni y Matelson, 1991; Benzing, 2000; Walter y Notylia barkeri y Trichocentrum candidum son
id
Ataroff, 2004). abundantes pero en la actualidad, se encuentran
Finalmente, las orquídeas, bromelias y algunas únicamente creciendo en los troncos, ramas y
b
otras epífitas tienen gran importancia cultural al ramilletes en los cafetales sombreados y hasta
cumplir una importante y legítima función para
ciertos rituales que forman parte de las costum-
hi
los 1 600 m que es el límite para la siembra de
café; este agroecosistema es un refugio impor-
ro
bres de las poblaciones de Chiapas. Destaca el tante para varias especies de orquídeas que se
aprovechamiento de la bromelia “pashti”, Tilland- han quedado sin hábitats en el último siglo.
sia usneioides para las natividades y de las orquí-
.P
Colin-Martínez (2005), ahora se propone la cifra las orquídeas Encyclia cordigera, Oncidium
de 144 especies de orquídeas para las alturas sphacelatum, Guarianthe aurantiaca, G. skinne-
gr
bajas y medias del Soconusco (por debajo de ri, Barkeria skinneri y hasta plantas de la abun-
1 500 m). Una proporción importante del total dante Prosthechea chacaoensis pero con flores
de especies se encontró una vez y solamente 28 de nardo fijadas encima (figura 1). Durante la
n
especies se encuentran con regularidad (apén- Navidad, llegan a los mercados cantidades enor-
sió
dice VIII. 4) y, efectivamente, estas 28 especies mes de tapetes de musgos sacados de los bos-
caracterizan la orquideaflora de las zonas bajas ques de los Altos de Chiapas donde con fre-
y mediana del Soconusco en la actualidad. Se cuencia se observan plantas maduras y plántulas
encontraron 38 especies de orquídeas aparecen de orquídeas. Por la ilegalidad, clandestinidad y
er
De manera similar, de la cifra de 293 espe- sentan un valor real o actividad económica ren-
cies de orquídeas para el corredor biológico Ta- table o sustentable; incluso, la mayoría de estas
caná Boquerón (Damon, 2011), 63 especies con plantas están destinadas a la basura.
registros históricos ya no se registraron, con 28 En la actualidad, las plantas epífitas se ven
especies relativamente abundantes que hoy en amenazadas por la destrucción de los bosques,
día caracterizan la parte alta de la región del así como por su colecta en grandes cantidades.
146 La biodiversidad en Chiapas
a.
ción y alteración del bosque, más que nada por
su susceptibilidad a los cambios que ésta provo-
nt
ca en el clima de los bosques (Hietz y Hietz-
Seifert, 1995; Padmawathe et al., 2004; Turner
ve
et al., 1994). Además, estas perturbaciones
convierten a los bosques de pino-encino en
bosques solamente de pino (González-Espinosa
su
et al., 1991), lo cual repercute aún más en las Figura 1. Guarianthe skinneri, la orquídea más cono-
poblaciones de epífitas dado que los encinos cida y cotizada de la región del Soconusco. Ahora, por
tienden a ser mejores anfitriones que los pinos el saqueo descontrolado, esta especie es casi extinta
da
(Castro-Hernández, et al. 1999)(figura 2). Por en la naturaleza y sobrevive como planta domesticada
ejemplo, Krömer y Gradstein (2003) reportaron en los patios de la gente en comunidades rurales y
que las bromelias fueron entre las plantas más urbanas. Foto: Anne Damon.
bi
afectadas por los disturbios antropogénicos de
los bosques de Bolivia.
hi
Además de la reducción y alteración del bos-
que, la sobreextracción de epífitas para el comer-
ro
cio y usos tradicionales ha tenido un efecto nega-
tivo en sus poblaciones. En México, el volumen
de epífitas comercializadas de manera ilícita en
.P
reptiles y aves que, a la vez de aprovechar el descubierta por primera vez en el Soconusco a finales
agua y refugio de sus tanques, depositan sus del año 2010, cuando apareció a la venta en las calles
restos de alimentos, orina, heces y cadáveres en y mercados de Tapachula. Se rastreó la población de
ellos, los cuales sirven de alimento para las orígen que es tan pequeña que por el saqueo es pro-
bromelias (Benzing, 1990). Asimismo, la gran bable que haya desaparecido a los pocos meses de
mayoría de las plantas depende de una estrecha haberse descubierto. Foto: Anne Damon.
Capítulo 8 Diversidad de especies 147
a.
de las plantas epífitas. nejo se podría incorporar dentro de las normas
para la certificación de sistemas agroforestales y
nt
Conservación las diferentes categorías de café orgánico o eco-
lógico, además de ofrecer recompensas a nivel
ve
Para la conservación de las epífitas las colecciones comunitario para el manejo de sus recursos.
ex situ en jardines botánicos e in situ en reservas 2. La difusión y estimulación de cambios en
son útiles, pero inestables, debido a fraude, pre- el manejo de los cafetales, enfatizando la impor-
su
siones demográficas, cambios económicos y polí- tancia de no quitar las epifitas de las matas de
ticos, guerras y desastres naturales. Además, es café y mantener una diversidad de árboles de
peligroso depender de una o pocas opciones. sombra. Plantaciones de café tradicional y orgá-
da
Un gran número de especies de orquídeas nico ofrecen un ambiente propicio para la con-
son altamente cotizadas en mercados naciona- servación de un gran número de especies, inclu-
les e internacionales y han atraído seguidores y yendo epífitas. Sin embargo, la economía cafe-
bi
fanáticos en todo el mundo, pero así son aun talera está en crisis, lo que ha resultado en
más propensas a tácticas extremas y devasta- abandono (que podría favorecer la conservación
dores para su obtención. Una buena estrategia
es cumplir con las demandas y avaricias del
hi
de epífitas), o cambios de uso de suelo, con re-
sultados devastadores. Es urgente la implemen-
ro
mercado mediante la amplia cultivación de espe- tación de estrategias para la regeneración y di-
cies raras y presionadas por sobreexplotación, versificación económica de la zona cafetalera.
derivadas de cultivos in vitro, u otra forma de 3. Programas de rescate y reubicación de epí-
.P
cultivo artificial o sustentable. Además, cultivos fitas creciendo en árboles talados y podados, es-
de epifitas con un valor comercial se pueden pecialmente cuando se abran brechas en áreas
intercalar con otros cultivos en agroecosistemas vírgenes por motivos de la construcción de carre-
ta
la diversidad genética, aunque para el mercado aplicar la ley en las calles de las ciudades, merca-
la clonación no tiene ningún inconveniente si las dos, centros comerciales, puertos y aeropuertos.
at
de los casos es la parte atractiva (Rauh, 1992). res atractivas y baratas, producidas de manera
sió
literatura y tres importantes compilaciones so- comercial, dirigido a las comunidades rurales,
bre la conservación de orquídeas (iucn/ssc Or- especialmente aquellos que aprovechan espe-
chid Specialist Group, 1996; Koopowitz, 2001; cies de bromelias y orquídeas para sus festejos
Dixon et al., 2003), se sugieran las siguientes y rituales. Se sugiere, además, un programa
estrategias para la conservación de las epífitas para juntar y capacitar a los saqueadores y
en el estado de Chiapas: vendedores ambulantes para que se incorporen
148 La biodiversidad en Chiapas
a.
Las epifitas son plantas especializadas que de- res de las comunidades rurales dentro y fuera de
penden de la integridad de las selvas y bosques las Áreas Protegidas necesitan orientación y
nt
y, a su vez, contribuyen enormemente a la salud capacitación sobre alternativas rentables y
y persistencia de los mismos. Son objeto de la sustentables para cubrir sus necesidades eco-
ve
sobreexplotación y vulnerables a los disturbios nómicas, educativas y culturales. Los pobladores
provocados por las actividades humanas, aun- de los centros urbanos requieren de información
que actualmente la información detallada sobre y una diversidad de opciones para poder evitar
su
la diversidad, abundancia y estado de conser- ser participes en la destrucción, contaminación
vación de las epifitas de Chiapas es muy esca- y saqueo de los recursos naturales de nuestro
sa, existen suficientes estudios que exponen estado. Las varias instancias del Gobierno de-
a
claramente cuáles son los problemas y estos ben ejercer y cumplir honestamente con sus
coinciden en sus indicaciones de las acciones funciones, aplicar las leyes correspondientes,
id
necesarias para frenar esta destrucción (por otorgar los permisos correspondientes, capaci-
ejemplo, Rauh, 1992; Ortiz-Espejel y Toledo, tarse a sí mismos primero y luego cumplir con
b
1998; Flores-Palacios y García-Franco, 2004; los programas de capacitación y asesoría en las
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hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
152 La biodiversidad en Chiapas
Jan H. D. Wolf
a.
En el presente estudio de caso se describe el efecto de la extracción de brome-
nt
lias del género Tillandsia de remanentes de bosque de encino por los indígenas
de los Altos de Chiapas para satisfacer la demanda comercial y ceremonial
ve
(Beutelspacher, 1989; Breedlove y Laughlin, 1993). En algunas áreas, estas
especies ya desaparecieron o se consideran como raras, y queda claro que su
supervivencia está severamente amenazada por estas prácticas.
su
En 16 parcelas inventariadas, cada una de 35 arboles de encino (Quercus
spp.) (Wolf, 2005; Wolf y Flamenco, 2006; Wolf, 2010), la familia Bromeliaceae
era la mejor representada con diez especies, contribuyendo con más de 95 % de
da
la biomasa total de epífitas. Como fue previsto, la tala y resepa de los encinos
redujo tanto el número de especies de epífitas como su abundancia. También se
observó un cambio hacía una mayor representación de especies resistentes a la
bi
sequedad (metabolismo mac), como Tillandsia fasciculata y T. seleriana, y una
notable reducción de las menos resistentes como Tillandsia guatemalensis
hi (Castro-Hernández et al., 1999) en los bosques severamente talados. En cambio,
en los sitios donde no se talaron los árboles grandes se aumentó considerable-
ro
mente la resistencia de la comunidad epífita. Tales árboles de rescate podrían
proveer un hábitat especial y servir como fuente de semillas para asegurar la
colonización del bosque durante el periodo de regeneración.
.P
las plantas tienen una distribución pareja entre árboles y si se presentan tanto en
sió
la copa de los árboles como en la parte inferior del bosque. Con una rotación de
cuatro años, estimaron que de un bosque de 160 ha cerca de San Cristóbal de
las Casas sería posible cosechar de manera sustentable cerca de 700 rosetas
solitarias de T. vicentina /ha/año del sotobosque, dando un rendimiento anual de
er
propagación masiva. Casi todas las especies de bromelias epífitas producen una
buena cantidad de semillas con una alta tasa de viabilidad, aunque con una tasa
Wolf, J.H.D. 2013b. Conservación y uso sustentable de bromelias epífitas en los Altos de Chiapas. pp. 152-153.
En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
Capítulo 8 Diversidad de especies 153
de crecimiento muy baja en el caso de las especies con metabolismo mac (Hietz
et al., 2002); por ejemplo, se estima que Tillandsia eizii, una especie cuya inflo-
rescencia se cosecha para ciertas ceremonias, necesita hasta 15 años para
llegar a la madurez sexual y florecer (Wolf, datos no publ.).
a.
Literatura citada
nt
Beutelspacher, C. R. 1989. Bromeliáceas asociadas a la Wolf, J. H. D. 2005. The response of epiphytes to anthropo-
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.P
ORQUÍDEAS
a.
Introducción
nt
La familia Orchidaceae (orquídeas) está considerada una de las familias más gran-
ve
des de plantas con flores, ya que se compone aproximadamente de 700 géneros y
unas 25 000 especies que se encuentran alrededor del mundo (Salazar et al.,
2006). No obstante, la mayor diversidad de orquídeas se concentra en las regiones
su
tropicales del planeta, en países como Colombia, Ecuador y Perú.
Las orquídeas son hierbas perennes, epifitas, trepadoras o hemiepífitas, litófitas,
terrestres, semiacuáticas o raras veces saprófitas. Las raíces son carnosas o delga-
da
das, a veces se modifican formando tubérculos y poseen una capa absorbente espe-
cializada llamada velamen. Los tallos pueden ser cortos o largos, cilíndricos o abul-
tados (seudobulbos). Las hojas son simples, en general alternas, rara vez opuestas,
bi
verticiladas o basales formando rosetas; pueden ser suculentas, delgadas o reducidas
a escamas, con el margen entero y venación secundaria inconspicua. Tienen inflores-
hi cencias en racimos, espigas o panículas, y algunas veces las flores solitarias. Sus
flores generalmente son bisexuales y cuentan con seis segmentos florales, tres
ro
sépalos y tres pétalos. Los tres sépalos, por lo regular, presentan la misma morfolo-
gía, aunque a veces el sépalo dorsal (aquel que se encuentra opuesto al labelo) posee
ciertas diferencias con respecto a los dos restantes (sépalos laterales). Sólo a dos
.P
de los pétalos, que suelen ser idénticos entre sí, se les denomina de esa manera. Al
pétalo restante se le conoce como labelo y, por lo regular, es de diferente forma,
tamaño, color y suele presentar diversos tipos de ornamentaciones. Los estambres
ta
y el estilo están unidos formando una estructura llamada columna; polen agregados
en masas (polinios); columna muy variable, anteras apicales o laterales, estigmas en
ui
la cara ventral; una parte no receptiva del estigma se modifica en un apéndice con
una porción adhesiva (rostelo), la cual ayuda en la polinización; tiene un ovario infe-
at
rior y óvulos numerosos. Sus frutos son capsulares, elipsoides, esféricos o vainas,
secos o rara vez carnosos y se abren longitudinalmente; las semillas, por otra parte,
gr
nes para incrementar su conocimiento y se sugieren acciones para hacer más efi-
ciente las estrategias de conservación.
V
Diversidad y distribución
a.
alcanza las 692 especies (Soto-Arenas y Salazar, 2004); de éstas, 425 coexisten
en ambos estados, lo cual equivale a 59.10 % del total para Chiapas.
nt
Podemos encontrar orquídeas en todas las regiones fisiográficas de Chiapas,
desde las selvas secas en la Depresión Central donde habitan especies como
ve
Catasetum integerrimum, Clowesia russelliana o Cyrtopodium macrobulbon,
hasta las selvas húmedas de las Montañas del Norte o del Oriente donde en-
contramos Epidendrum isomerum, Maxillaria tonsoniae, Sobralia macrantha, por
su
mencionar algunas. Si bien su distribución es amplia en el estado, la mayor di-
versidad de orquídeas la encontramos en las regiones más húmedas. Soto
Arenas (1986) reportó 126 especies en un radio de tan sólo 3 km, en la zona
a
arqueológica de Bonampak, en la Selva Lacandona. De igual manera, Soto
Arenas (2001) registró 333 especies, una cuarta parte de la diversidad nacional,
id
en los bosques de neblina de la Meseta Central en la región de El Momón-
Margaritas-Montebello.
b
la nom-059-semarnat-2010 enlista 188 especies de orquídeas dentro de alguna
hi
categoría de riesgo; de ellas, 104 especies (55.32 %) se encuentran en Chiapas.
ro
Importancia
Las orquídeas son ampliamente conocidas por su uso como plantas ornamen-
.P
municipios como Berriozábal, San Cristóbal de las Casas o Comitán, por lo que
la cantidad de plantas y las ganancias que generan su venta son imposibles de
ui
conjunto de sustancias aromáticas que son usadas para dar sabor y olor. Desde
la época prehispánica, fueron bien conocidas, cultivadas y ampliamente utiliza-
gr
rios de agua. Las raíces de otras especies, como Maxillaria densa y M. ringens
sió
a.
(Hartmann, 1992). Posteriormente, Cabrera (1999) publicó el libro Orquídeas
de Chiapas, donse se incluye un listado de 608 especies, además de fotografías
nt
y descripciones de 130 de ellas.
Por otra parte, investigadores de la Asociación Mexicana de Orquideología,
ve
A. C., como los Doctores Gerardo Salazar y Miguel Ángel Soto-Arenas, así
como el Ingeniero Eric Hágsater, han realizado importantes colectas de orquí-
deas en el estado, de las cuales, muchas han sido nuevas para la ciencia, por
su
ejemplo, Epidendrum alvarezdeltoroi, Lepanthes martinezii y Sobralia macdou-
gallii. Destaca también el estudio realizado en la región de El Momón-Las
Margaritas-Montebello, en el que se registra cerca de la mitad de las especies
da
conocidas para Chiapas (Soto-Arenas, 2001). En 2002, la Universidad de Cien-
cias y Artes de Chiapas editó el libro Orquídeas de Ocozocoautla, Chiapas, en
el que se registraron 33 especies para dicha zona (Miceli, 2002).
bi
Finalmente, en 2005, se publicó la obra Las Orquídeas de México, en el que
se ilustran aproximadamente 450 especies (Hágsater et al., 2005). A la par de
hi dicha obra, se editó un CD que contiene un catálogo digital en el que se ilustran
cerca de 1 100 especies de las orquídeas mexicanas (Soto Arenas et al., 2007).
ro
Cabe mencionar que desde hace varios años está en proceso una obra que
pretende reunir mayor información sobre las especies de esta interesante y
hermosa familia de plantas en nuestro estado; de ella se ha derivado el listado
.P
Amenazas
ui
Soto Arenas (2001) menciona que a raíz de los incendios forestales de 1998 en
la región de Montebello, desaparecieron del país poblaciones de 24 especies de
orquídeas, entre ellas las de Cochleanthes flabelliformis, Epidendrum roseos-
criptum, Lepanthes guatemalensis y Rossioglossum williamsianum.
er
Conclusiones y recomendaciones
a.
cuenta con 61.55 % del total nacional.
Debido a la importancia económica, ecológica y cultural, aunada al acelera-
nt
do proceso de fragmentación y destrucción de sus hábitats naturales, se deben
implementar estrategias de conservación que garanticen la permanencia de
ve
este hermoso grupo de plantas.
El establecimiento de un orquidario donde se cultiven, propaguen y estudien
las orquídeas de Chiapas, a fin de evitar la inminente extinción de muchas es-
su
pecies, así como de conformar un centro de investigación, difusión y fomento a
la conservación de este grupo y la naturaleza en general. Asimismo, es muy
importante la asignación de recursos para la consolidación de investigaciones
a
enfocadas al conocimiento y conservación de este grupo, como el proyecto
“Orquídeas de Chiapas”, que actualmente están llevando a cabo los autores.
b id
Literatura citada hi
ro
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V
Anne Damon
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los cafetales y fragmentos de selvas y bosques tomadas de poblaciones cada vez
más reducidas, y a que la mayoría de estas plantas termina en la basura a cambio
nt
de unos pocos pesos, desde el año 2000 se desarrolló el Programa para el Culti-
vo Rústico y Sustentable de las Orquídeas del Soconusco como un intento para
ve
ofrecer una alternativa sustentable y rentable que además podría contribuir al
control del saqueo ilegal de orquídeas y la destrucción de su hábitat en la región.
Este programa consiste en un proceso de capacitación (Damon, 2000) y
su
concientización, seguido por asesoría continúa, dirigido a las comunidades rurales.
Para el cultivo, las orquídeas se cuelgan del techo de galeras hechas de horcones
y alambre o usando estructuras metálicas o de concreto, que aseguran buenas
da
condiciones de aireación y luz. Para iniciar los cultivos, se recolectan plantas ti-
radas en el piso, en ramas podadas de cafetos y árboles de sombra, en árboles
secos o enfermos y en árboles talados dando preferencia a las especies con flores
bi
atractivas y especies escasas o incluidas en la nom-059-semarnat-2010. Se lim-
pian, se curan y se dividen las plantas y se amarran a sustratos tales como tejas
hi de barro, la corteza de árboles como el cedro (Cedrela odorata), roble (Tabebuia
rosea) y chicozapote (Manilkara zapota), y para especies pequeñas se usa la
ro
cáscara de la semilla del pataxte (Theobroma bicolor, del mismo género que el
cacao, T. cacao) (Damon, 2006 a,b; Damon, et al., 2005).
Hasta el momento se ha capacitado y dado seguimiento a un total de 65 pro-
.P
nativa rentable que les ayude elevar su bienestar económico y, a la vez, ofrecerles
un incentivo para que conserven intactos sus cafetales y cacaotales tradicionales
V
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Capítulo 8 Diversidad de especies 159
de estos hábitats que en estos tiempos constituyen los únicos refugios de los
remanentes de la flora y fauna de la región del Soconusco.
Literatura citada
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V
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a.
Resumen invertebrados
A lo largo de esta sección se hace una breve revisión del estado del conocimien-
a.
to de algunos de los grupos de invertebrados acuáticos y terrestres chiapane-
cos, tanto de los actuales como de los que poblaron el territorio chiapaneco
nt
hace algunos millones de años. Es importante apuntar que no es una revisión
acabada y que este primer esfuerzo se deberá considerar para trabajos futuros.
ve
La fauna de helmintos parásitos de peces dulceacuícolas de Chiapas com-
prende especies de parásitos de peces cíclidos y poecílidos que constituyen las
familias de peces representativas en la región. Cada familia tiene un conjunto
su
propio de helmintos parásitos, de los cuales, actualmente, se conocen 67 espe-
cies, 52 géneros y 37 familias de los tres phyla de helmintos (Platyhelminthes,
Acanthocephala y Nematoda).
a
En relación a los invertebrados acuáticos, Chiapas posee 2.1 % de la fauna
de equinodermos de los mares mexicanos. Por su composición, la fauna de
id
equinodermos del estado se asemeja a las de los estados de Guerrero y Oaxa-
ca, con las cuales comparte aproximadamente 90 % de sus especies. Para el
b
estado se han reportado, hasta la fecha, 14 especies: cinco de Asteroidea
hi
(estrellas de mar), una de Ophiuroidea (cacerolitas de mar), seis de Echinoidea
(erizos de mar) y dos de Holothuroidea (pepinos de mar). Las 14 especies están
ro
distribuidas en 11 géneros, 10 familias, ocho órdenes y cuatro clases. Sólo la
clase Crinoidea (lirios de mar) no se ha registrado para el estado.
Para los invertebrados terrestres, concretamente para los del filum Mollusca,
.P
mayor riqueza de especies son Araneidae (105), Theridiidae (101) y Salticidae (56)
que, en conjunto, contienen 53.8 % de las especies del estado. Pese a esto, el co-
gr
a.
constituyen casi 70 % de las especies registradas en México. Los coleópteros (or-
den Coleoptera) son uno de los grupos de insectos con mayor número de especies,
nt
con 1 152, por lo que a nivel nacional, Chiapas ocupa el primer lugar en cuanto a
diversidad de escarabajos (Scarabaeoidea) con 596 especies.
ve
Particularmente, para el orden Diptera (moscas y mosquitos), se han regis-
trado menos de mil especies, pero cuenta con 46.5 % de las especies de Culi-
cidae (mosquitos), se registra 40 % de las especies de Simuliidae (moscas ne-
su
gras) y 27.3 % de las especies de Ceratopogonidae (chaquistes), del total de
especies conocidas en el país. En un trabajo realizado en la Reserva de la
Biosfera El Triunfo se registró un total de 228 morfoespecies distribuidas en
a
cinco familias y 68 géneros. Las familias de mayor importancia por el número
de géneros representados fueron Apidae, Halictidae, Megachilidae, Colletidae
id
y Andrenidae.
Lepidoptera es el orden taxonómico de mayor representación en Chiapas. La
b
riqueza de mariposas de la entidad es de las más diversas e importantes de
hi
México con el 62 % del total de especies del país y el 6.5 % a nivel mundial,
comprende 1 252 especies, representados por seis familias, 25 subfamilias y
ro
465 géneros. Para las palomillas, se estima que existen 13 000 especies de las
que, probablemente 8 000 – 9 000 especies habitan en Chiapas; no obstante,
al momento, únicamente se conocen 552 especies en el estado. En relación a
.P
las mariposas tigre o mariposas avispadas, de las 719 especies registradas para
México, en esta sección se registran 331 especies (46 %), entre las que desta-
can las que se consideran plagas agrícolas o forestales.
ta
que más del 90 % de las especies haya sido ya nombrado (por ej., Papilionidae
y Sphingidae), mientras que en otras, quizás menos de 10 % de las especies,
at
Moluscos terrestres:
caracoles y babosas
a.
Introducción
nt
Los moluscos pertenecen a un grupo animal de invertebrados que habitan el
ve
medio marino, dulceacuícola y terrestre. La mayoría son de vida libre aunque
existen algunos parásitos. Los moluscos terrestres americanos son organismos
solitarios (Burch, 1962), que habitan en sitios húmedos, debajo de rocas o
su
troncos, de cortezas de árboles o en la superficie, durante la temporada de
lluvias y algunas veces se les encuentra en lugares insospechados (Bequaert y
Miller, 1973), como entre hojas de bromelias y raíces de orquídeas. En la actuali-
a
dad, se conocen 130 000 especies vivientes y unas 35 000 especies fósiles. Se
trata, por lo tanto, de un grupo de organismos en plena expansión evolutiva y
id
hoy en día constituyen uno de los grupos más grandes de animales (Barnes,
1984; Sequeiros, 1989; Storch y Welsch, 2001).
b
hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
Figura 1. Ejemplar del gasterópodo terrestre Orthalicus cf. O. zoniferus Strebel, 1882, sobre una hoja de árbol
V
Naranjo-García, E., A. G. Smith y M. J. Avendaño-Gil. 2013. Moluscos terrestres: caracoles y babosas. pp. 163-
168. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
164 La biodiversidad en Chiapas
En el cuerpo de los moluscos se distinguen fre- Hasta el momento se han registrado para el
cuentemente cabeza, pie y una masa visceral. estado de Chiapas 21 familias y 111 especies (y
La cabeza contiene el ganglio cerebral, está subespecies) de moluscos terrestres, alrededor
provista de los órganos sensoriales (tentáculos de 9.3 % de la fauna de moluscos total del país
a.
y ojos) y la boca. El pie es la parte ventral de la (apéndice VIII.6).
unidad funcional del tubo músculo-cutáneo, do- Entre estas especies, 67 se han registrado
nt
tado de una poderosa musculatura; el saco vis- en una sola localidad (apéndice VIII.6), lo cual
ceral es la joroba dorsal, envuelta por una fina representa un cuarto (26 %) del total de la fauna
ve
piel. El manto o palio es la pared del cuerpo que de moluscos terrestres conocida para Chiapas.
segrega la concha. En el interior de los espacios Desconocemos si esas especies son endémicas
cubiertos por el manto, el surco o la cavidad del o no, si existen aún o están en riesgo, cualquie-
su
manto, se localizan los órganos respiratorios, el ra que sea la situación sería necesario seguir
osfradio (órganos sensoriales) y la glándula hi- explorando el estado para resolver su situación.
pobranquial. En la cavidad del manto se abre el Las especies más ampliamente conocidas son:
a
ano y los conductos eferentes del órgano excre- Lysinoe ghiesbreghti que se distribuye en Chiapas
tor y reproductor (Storch y Welsch, 2001). La y Guatemala (Bequaert, 1957); Helicina tenuis se
id
piel es desnuda y muy rica en células glandula- distribuye desde Jalisco y Guanajuato hacia el
res grandes, cuando no está cubierta por la sureste de México (Fischer y Crosse, 1870-1902;
b
concha, presenta a menudo cilios, espinas o Martens, 1890-1901; Baker, 1922), Guatemala,
escamas, por eso es resbaladiza y blanda, de ahí
el nombre de Mollusca (‘animales blandos’)
hi
Belize, Honduras, El Salvador y Costa Rica (Ri-
chling, 2004); Orthalicus princeps (figura 1) es de
ro
(Storch y Welsch, 2001). amplia distribución y se localiza en toda la vertien-
El grupo es tan diverso que los moluscos te del Golfo de México hasta Costa Rica (Pérez y
pueden presentar concha (caracoles) o estar López, 2003; Barrientos, 2003).
.P
–calamares– (Naranjo-García y Meza, 2000). mé, 1989) fue registrada para dos localidades,
una cerca de la Finca Custepec, en el curso del
ui
El trabajo de Bequaert (1957) “Land and fres- más recientemente descritos para el estado.
hwater mollusks of the selva Lacandona, Chia-
gr
Pearce, 2000)
puede elevarse a 200 especies o más. De enton-
ces a la fecha se han hecho varias contribucio- Semiconchula breedlovei (Naranjo-García, 2003)
nes al conocimiento de este grupo de animales,
registrando nuevas especies (cuadro 1).
Capítulo 8 Diversidad de especies 165
río Custepec (Sierra Madre de Chiapas) y la agrícolas (Helix aspersa) o ser transmisores de
otra en los alrededores de Teopisca; en otras enfermedades parasitarias para los animales sil-
partes del mundo ha sido transportada en plan- vestres, domésticos y del ser humano (Naranjo-
tas o como huevecillos en la tierra (Naranjo- García, 1994); varios géneros de moluscos (Po-
García et al., 2007). lygyra, Deroceras) terrestres transmiten el pará-
Allopeas gracile fue descrita como especie de sito causante de la muleriosis (bronconeumonía
la India en Mirzapur y en la actualidad se encuen- vermicosa o bronquitis parasitaria) al ganado
a.
tra ampliamente distribuida en todo el mundo; sin caprino, ovino y animales silvestres como el bo-
embargo, Pilsbry (1946) piensa que es originaria rrego cimarrón, chital, corzo y gamuza (Figueroa,
nt
de algún lugar de la América tropical. Esta espe- 1995; Gaxiola, 1997). Esta enfermedad del gana-
cie es posible que también haya sido transporta- do algunas veces causa la muerte; otros efectos
ve
da en plantas ornamentales y tierra. lo constituyen disminución en la producción de
El descubrimiento del género Semiconchula leche, de carne, lana, retraso en el crecimiento,
(Naranjo-García et al., 2000), fue un nuevo género alteración de la fertilidad; en casos extremos de
su
para la ciencia, el cual abrió una nueva línea evo- infestación, la carne puede ser decomisada en el
lutiva dentro de la familia Xanthonychidae (Naran- rastro (Huesca, 2002). La enfermedad hasta
jo-García, 2003a); hasta el momento se conoce ahora no ha sido registrada en Chiapas.
a
exclusivamente en el estado de Chiapas. En cuanto a los moluscos introducidos, estos
Por otro lado, se han encontrado moluscos de representan un problema de suma importancia,
id
los cuales, en la actualidad, desconocemos el puesto que afectan los cultivos como el café; en
género y la familia. Con esos indicios podría Veracruz, el manejo de la tierra posiblemente
b
pensarse que en el estado hay una rica fauna, con disparó el crecimiento desmedido de poblacio-
particularidades que han pasado desapercibidas.
Finalmente, en cuanto a micromoluscos, se han
hi
nes de Cecilioides consobrinus veracruzensis,
un caracol nativo diminuto (2.5 mm de altura),
ro
registrado algunas especies de los géneros Scha- que a inicio de la década de 1980 causó gran
sicheila, Spiraxis y Thysanophora; aún falta por daño a plántulas de cafeto (Aranda, 1987). El
registrar vitrinidos y géneros como Euconulus, efecto de moluscos introducidos en Chiapas se
.P
cas, cabe resaltar que en México ahora existe la a las plantas (Naranjo-García et al., 2007). Por
Colección Nacional de Moluscos en el Instituto otro lado, algunos moluscos son utilizados como
at
de Biología de la Universidad Nacional Autónoma alimento. Por ejemplo, en San Cristóbal y sus
de México, la cual alberga especies principalmen- alrededores se busca como alimento a la especie
gr
te continentales, donde se encuentran represen- Lysinoe ghiesbreghti conocida como ton tob en
tadas 54 % de las especies terrestres y 24 % del tsotsil; este es un caracol de grandes dimensio-
total de familias dulceacuícolas registradas1 nes que habita los Altos de Chiapas. Se desco-
n
ejemplo, algunas especies de moluscos terrestres dad humana (Olivera y Polaco, 1991).
y dulceacuícolas pueden convertirse en plagas
V
1
La mayoría de los ejemplares tipo o en los que se basó la descripción de moluscos se encuentran depositados en colecciones
de Europa y Estados Unidos (Naranjo-García, 1993). Hace algunos años, el Laboratorio de Paleozoología del Departamento
de Prehistoria del Instituto Nacional de Antropología e Historia (inah) inició la formación de una colección Tipológica de Com-
paración, la cual será la referencia para identificar correctamente los moluscos provenientes de contextos arqueológicos;
además, pretende representar todas las especies mexicanas (Polaco, 1986).
166 La biodiversidad en Chiapas
En todo el mundo, así como en Chiapas, los re- Tanto a nivel nacional como en el estado de Chia-
tos y amenazas a los que se enfrentan las pobla- pas, aún se está en la fase de reconocimiento de
ciones de moluscos terrestres son diversos. Por la malacofauna pues, aunque se han registrado
ejemplo, sus comunidades naturales se ven aproximadamente 1 500 y 111 especies respecti-
fuertemente presionadas por: vamente, los registros en el estado representan
a.
1. Los asentamientos humanos,2 9.3 % de la fauna de moluscos total del país. En
2. El desarrollo de las telecomunicaciones 1957, Bequaert registró 73 especies de moluscos
nt
(Cerro Huitepec). terrestres y ahí reunió el conocimiento de estu-
3. La agricultura, el río Lacantún presenta dios sobre los moluscos continentales en el esta-
ve
florecimiento de algas en su curso, cercano a do (de los 100 años anteriores a la publicación de
Montes Azules, muy posiblemente por descargas esa obra). Asimismo, el conocimiento de su sis-
de fertilizantes hacia el río. temática y de su biología es deficiente.
su
4. La explotación forestal de bosques,3: el Tres especies se distribuyen ampliamente en
bosque de los alrededores de la Reserva de los Chiapas y Guatemala: Lysinoe ghiesbreghti y en
Montes Azules ha prácticamente desparecido el país Helicina tenuis (Jalisco y Guanajuato
da
5. El cultivo de plantas ornamentales (lade- hacia el sureste de México) y Orthalicus prin-
ras del Cerro Huitepec). ceps (en toda la vertiente del Golfo en la Repú-
6. Los desechos y la contaminación. blica Mexicana hasta Costa Rica). Se descono-
bi
7. La destrucción y la modificación del hábi- cen los efectos que puedan causar las especies
tat4 (producción de carbón y sobrepastoreo introducidas Sarasinula dubia y Allopeas gracile
(Tipper, 2004).
8. Disminución de las especies arbóreas.
hi en las comunidades naturales. El género Semi-
conchula, solamente conocido para el estado de
ro
Aunque varios autores han constatado que los Chiapas, representa una nueva línea evolutiva
bosques utilizados para el cultivo del cafeto bajo dentro de la familia Xanthonychidae. Se piensa
sombra conservan en buena medida la biodiver- que existe en el estado una rica fauna por des-
.P
sidad del área (Peeters et al., 2003; Perfecto et cubrirse, esperando que aparezcan entre ellas
al., 2005), el bajo costo del café en grano (en los géneros representativos de bosques tropicales
últimos 30 años el precio del café ha sido el más de México y Centroamérica (por ejemplo: Euco-
ta
dad, incluyendo a los moluscos, por la mayor ex- medades (como la muleriosis) y pueden ser
posición al sol y el uso de plaguicidas y fertilizan- plagas agrícolas.
gr
tes. De esta manera, los caracoles y babosas Las comunidades naturales y los moluscos
nativas que ahí habitan están a merced de sus en ellas se ven fuertemente presionadas por 1)
cambios, además del desconocimiento que per- los asentamientos humanos, 2) el desarrollo de
n
siste por lo que sería interesante inventariar los las telecomunicaciones, 3) la agricultura, 4) la
sió
caracoles de al menos un cafeto bajo las diferen- explotación forestal de los bosques, 5) el cultivo
tes formas de manejo existentes en el estado. de plantas ornamentales, 6) los desechos y la
er
2
Avendaño et al. (2004) observaron en el ejido Bella Ilusión del municipio de Maravilla Tenejapa, que colinda con la Reserva
de Montes Azules, una marcada disminución del número de individuos por especie entre la zona colindante con la Reserva y
V
el asentamiento humano.
3
Se ha calculado que en los últimos 25 años se ha perdido 50 % del bosque, precisamente por la demanda de tierras de cultivo
y la extracción de madera –Cayuela et al., 2006; Tipper R. , 2004. www.unep-wcmc.org/forest/restoration/globalpartnership/
docs/Mexico.pdf.
4
creación de pastizales para el ganado –el área calculada para el estado era de 53 %, o se dedicaba a la agricultura en tierras
que albergaban selva alta perennifolia o bosque bajo caducifolio (Challenger, 1998).
Capítulo 8 Diversidad de especies 167
a.
manejo existentes en el estado para valorar con Historia Natural (ihn) con relación al conocimien-
cuánto se cuenta. to de los moluscos terrestres de Chiapas, fue
nt
Entender la fauna malacológica de un lugar pionero, como en varios aspectos de los recur-
toma tiempo, a veces la búsqueda de los molus- sos naturales del estado.
ve
cos en el campo es tediosa y muy frecuentemen- En el año 2002, se formó la colección de
te decepcionante, y encontrar un ejemplar vivo gasterópodos terrestres y dulceacuícola del
adulto es un trofeo invaluable. Un primer paso estado de Chiapas con el registro sistemático de
su
para cuantificar las poblaciones de moluscos la región de Ixcán y de otras regiones del estado.
sería explorar el estado y comprobar que las
a
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id
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hi
ro
.P
ta
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at
gr
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sió
er
V
170 La biodiversidad en Chiapas
Gasterópodos terrestres y
dulceacuícolas del área Focal Ixcán,
Chiapas
a.
Ernesto Ovalles Damián
nt
En la zona focal de Ixcán, Chiapas, se realizó el inventario de gasterópodos dul-
ceacuícolas y terrestres así como la formación de una colección de referencia y
ve
su base de datos.
El área focal de Ixcán se encuentra inmersa en la Selva Lacandona, ubicada en
la porción centro-este del estado de Chiapas, cerca de la frontera de México con
su
el país centroamericano de Guatemala. Las coordenadas geográficas que fueron
asignadas por conabio son: 91° 18’ 54’’W, 16° 04´26´ N; 91° 18´54´´ W, 16°
14´35´´ N; 91° 06´11´´ W, 16° 14´ 35´´ N; 91° 06´ 11´´ W, 16° 04´ 26´´ N. Lo
da
anterior nos ubica entre las subregiones de Marqués de Comillas y Margaritas
(Montes et al., 1999).
El trabajo de campo consistió en recolectar ejemplares durante 50 días espa-
bi
ciados en el transcurso del año 2002, así como durante los meses de enero y
febrero del año 2003. Para tal efecto, se dividió el área de Ixcán en cuadrantes y
hi dentro de estos se escogieron 45 puntos de recolecta de ejemplares y toma de
datos. Se recolectaron 1 172 especímenes, los cuales fueron depositados en la
ro
Dirección de Investigación del Instituto de Historia Natural y Ecología.
El trabajo taxonómico dio como resultado la determinación de 35 especies que
incluyen 23 géneros y 14 familias. De las 35 especies determinadas (Avendaño et
.P
al. 2010) en el área focal de Ixcán (cuadro 1), 29 son terrestres y seis dulceacuíco-
las. Anexo a la colección, se tiene un catálogo con 277 registros con las siglas:
IHN-MO (Instituto de Historia Natural-Moluscos) y una base de datos (Biótica 4.0).
ta
muestra que este recurso se ha explotado durante 10 000 años sin problemas.
Actualmente, sólo se explotan en forma local y se encuentran afectados por
cambios ambientales más que por una sobreexplotación (Naranjo et al., 1994).
n
taron la existencia de dos nuevas especies del género Aroapyrgus (Edna Na-
ranjo. com. pers.).
a.
6 Brachypodella dubia
7 Bulimulus unicolor
nt
8 Coelocentrum tomacella
9 Choanopoma radiosum cf. Ch.r. sargi
10 Choanopoma terecostatum
ve
11 Drymaeus dominicus
12 Drymaeus sp.
13 Euglandina albersi
14 Euglandina decussata
su
15 Guppya sp.
16 Helicina amoena
17 Helicina rostrata
da
18 Helicina sp.
19 Lamellaxis cf. L. martensi
20 Lamellaxis cf. L. micra
21 Lucidella (Poenia) lirata
bi
22 Melanoides tuberculata
23 Microceramus concisus
24
25
26
hi
Neocyclotus cf. N. disoni ambiguum
Oligyra oweniana coccinostoma
Oligyra oweniana oweniana
ro
27 Opeas sp.
Figura 1. Los moluscos de la familia Pachychilidae, conocidos como
28 Orthalicus cf. O. zoniferus
.P
33 Salasiella sp.
34 Spiraxis sp.
con la presente (Polaco, 1986; Naranjo, 1993),
ui
35 Streptostyla sp.
pues aún cuando el material colectado es abun-
Dentro del marco de las colecciones científi- dante, se encuentra depositado en colecciones
at
cas cabe resaltar que en México existen pocas pertenecientes a museos o universidades de Eu-
colecciones científicas de moluscos continentales ropa y Estados Unidos (Olivera et al., 1991).
gr
Literatura citada
n
sió
Avendaño Gil, M. J., G. Carbot-Chanona y E. Naranjo-Gar- Naranjo-García, E., M. T. Olivera y O. J. Polaco (Comp.). 1994.
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V
er
172
sió
n
gr
at
La biodiversidad en Chiapas
ui
ta
.P
ro
hi
b id
a
su
ve
nt
a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 173
a.
Rocío Rodiles-Hernández
nt
Descripción
ve
Se conoce como helmintos a los gusanos parásitos de los phyla Platyhelminthes,
Acanthocephala y Nematoda. Los platelmintos o gusanos planos (incluyen a los
tremátodos, monogéneos y céstodos) son hermafroditas y poseen un aparato
su
digestivo ciego, carente de ano en la mayor parte de los casos. Los acantocé-
falos son gusanos que presentan sexos separados (es decir, hay machos y
hembras), tienen una proboscis anterior armada de ganchos y carecen de
da
aparato digestivo. Los nemátodos también presentan sexos separados y apa-
rato digestivo completo.
Hay helmintos con ciclo de vida directo (es decir, que parasitan a un solo
bi
hospedero), pero en general los helmintos tienen ciclos de vida complejos, donde
las diferentes etapas larvarias se van desarrollando en distintos hospederos
hi
hasta alcanzar el estadio adulto (maduro sexualmente) en el hospedero definitivo.
Como ejemplo de un ciclo de vida directo están los monogéneos que, en su
ro
mayoría, son parásitos de peces. Los parásitos adultos ponen huevos de
los cuales eclosiona una larva denominada oncomiracidio, que puede invadir
otros peces. Hay también monogéneos que son vivíparos y se trasmiten direc-
.P
sito de las mojarras (Cichlidae). Con los excrementos del pez salen los huevos,
de los cuales eclosiona una larva (miracidio) que infecta caracoles dentro de los
ui
que se multiplica asexualmente y donde pasa por varias etapas larvarias, hasta
dar lugar a cercarias que salen del caracol e infectan a los peces. Aún más com-
at
que son infectivas para los peces; finalmente, en estos se transforman en meta-
sió
Salgado-Maldonado, G., J. M. Caspeta-Mandujano, F. Moravec, et al. 2013. Helmintos parásitos de peces de agua
dulce. pp. 173-180. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conoci-
miento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
174 La biodiversidad en Chiapas
Diversidad taxonómica de helmintos familias de los tres phyla de helmintos (cuadro 1).
parásitos de peces de agua dulce Si bien falta mucho por hacer, el inventario de espe-
de Chiapas cies con el que se cuenta constituye una base
científica sólida para el trabajo futuro.
Aunque desde luego no se cuenta con el cono- Entre los istmos de Tehuantepec y Panamá
cimiento completo, la fauna de helmintos pará- se encuentra una fauna de peces dulceacuícolas
sitos de peces de agua dulce de Chiapas está típica del área centroamericana, distinta de las
a.
bien documentada (Pineda-López, 1985; Mora- faunas sudamericana y norteamérica. Asociada
vec et al., 1993; Vidal-Martínez, 1995; Mendoza- con estos peces se encuentra también una fauna
nt
Franco et al., 2000; Vidal-Martínez et al., 2001; de helmintos parásitos típica, distintiva y diversa
González-Solís y Moravec, 2002, 2004; Aguilar- (Salgado-Maldonado, 2006, 2008). Los helmin-
ve
Aguilar et al., 2003; Caspeta-Mandujano et al., tos parásitos de los peces dulceacuícolas de
2005, Salgado-Maldonado, 2006; Salgado- Chiapas son parte de esta gran fauna cen-
Maldonado et al., 2011). troamericana (Salgado-Maldonado, 2008), la
su
Hasta la fecha, se han examinado 52 espe- cual es muy similar a la registrada en la penín-
cies de 16 familias de peces dulceacuícolas de sula de Yucatán y Tabasco (Pineda-López et al.,
los cuerpos de agua en la zonas Norte, el Alti- 1985; López-Jiménez, 2001; Salgado-Maldona-
da
plano Central, la región Altos, la Selva Lacando- do et al., 2005b; Salgado-Maldonado, 2006).
na y en los ríos del sur que desembocan al La fauna de helmintos de peces dulceacuíco-
océano Pacífico, es decir, la cobertura de los las de Chiapas es diversa y se caracteriza por
bi
muestreos se ha extendido en las regiones re- las especies de helmintos parásitos de cíclidos
presentativas del estado. De las 52 especies y poecílidos (cuadro 2) que constituyen las fami-
hi
examinadas, 20 son especies de cíclidos (Teleos-
tei: Cichlidae) y 10 de poecílidos (Teleostei:
lias de peces representativas en la región. Cada
familia de peces tiene un conjunto propio de
ro
Poeciliidae), los cuales son las familias más nu- helmintos parásitos que se distribuyen junto con
merosas de peces de agua dulce en la región. ella (Pérez y Choudhury, 2005; Salgado-Maldo-
La diversidad taxonómica de helmintos parási- nado et al., 2005; Salgado-Maldonado, 2006).
.P
tos de peces de agua dulce de Chiapas reconocida La fauna helmintológica de una región está de-
hasta la fecha incluye 67 especies, 52 géneros y 37 terminada entonces por su composición ictioló-
gica: los parásitos de los peces más abundantes
ta
Cuadro 1. Diversidad taxonómica de helmintos son también los parásitos más abundantes en el
parásitos de peces dulceacuícolas. área. También se encuentran bien representados
ui
Adultos 8 10 12
comparten bastante la fauna de helmintos de los
Metacercarias 8* 10 14 cíclidos (cuadro 2).
Monogenea 2 5 12 En conjunto, la fauna de helmintos parásitos
n
Acanthocephala 1 2 2
de monogéneos de Chiapas es rica, pero está
Nematoda
muy poco estudiada.
V
sin embargo, aún no se cuenta con datos sufi- especies constituyen un riesgo considerable para
cientes para explorar esta hipótesis. Es el caso la conservación de la biodiversidad así como para
del bagre de Chiapas, Lacantunia enigmatica, de las actividades de producción acuícola y explota-
la cual únicamente hemos examinado dos ejem- ción artesanal de pesquerías. En el registro de
plares en los que se ha encontrado sólo un par helmintos de Chiapas también destaca la presen-
de especies de helmintos generalistas, metacer- cia de larvas del nemátodo Gnatostoma sp., en el
carias del tremátodo Diplostomum sp. y larvas músculo de Rhamdia guatemalensis (figura 1),
a.
de nemátodos del género Contracaecum. Quizá cuya naturaleza zoonótica (posibilidad de infectar
la fauna más particular de helmintos se encuen- al hombre) constituye en sí un foco de atención.
nt
tre asociada con las especies de Profundulus Cada uno se describe a continuación.
(Profundulidae) endémicas de Centroamérica.
ve
En estos peces, hasta el momento se han des- Metacercarias de Centrocestus
crito dos especies nuevas de nemátodos: Rhab- formosanus
dochona salgadoi y Spinitectus humbertoi
su
(Caspeta-Mandujano y Moravec, 2000) y se ha Estas formas larvarias de tremátodos se encuen-
encontrado una diversidad de tremátodos y tran ampliamente distribuidas entre los peces
monogéneos aún no descrita. dulceacuícolas de México (ver registro completo
a
de hospederos en Salgado-Maldonado, 2006). Su
Amenazas para los hospederos presencia en las aguas continentales del país se
id
asocia con la dispersión de su primer hospedero
Entre los helmintos de peces de Chiapas distingui- intermediario, el caracol Melnoides tuberculata
b
mos dos especies introducidas, las metacercarias, (Scholz y Salgado-Maldonado, 2000). Los adul-
de Centrocestus formosanus (Nishigori, 1924)
(cuadro 3) y el céstodo asiático Bothriocephalus
hi
tos de C. formosanus son parásitos intestinales
de algunas aves, como Butorides striatus que es
ro
acheilognathi (Yamaguti, 1934) (cuadro 4). Ambas el único hospedero definitivo registrado en Méxi-
Cuadro 2. Algunos helmintos parásitos de las familias más comunes de peces dulceacuícolas de
.P
Chiapas; este listado es sólo indicativo de las especies más frecuentes de helmintos en cada familia.
co (Scholz et al., 2001). Los huevos del parásito (Scholz y Salgado-Maldonado, 2000).
caen en el agua junto con los excrementos del Hemos registrado las metacercarias de Cen-
ave y de ellos eclosiona una primera larva que trocestus formosanus en al menos 12 especies
penetra al caracol (primer hospedero intermedia- de seis familias de peces de Chiapas (cuadro 3),
rio) donde se multiplican asexualmente. Los pe- primordialmente en ríos y arroyos con fondos
ces son los segundos hospederos intermediarios pedregosos, en los cuales encontramos abun-
y se parasitan con larvas que salen de los cara- dantes poblaciones del caracol Melanoides tu-
a.
coles. En el pez, las larvas se enquistan sobre los berculata. Este caracol se ha introducido a di-
filamentos branquiales. Estas metacercarias versas regiones del mundo primordialmente
nt
pueden llegar a ser muy abundantes y causar para el combate de la esquistosomiasis, una
problemas en los tejidos branquiales e interferir enfermedad humana causada por tremátodos
ve
con el intercambio gaseoso; se han reportado del género Schistosoma, que en México no se
casos de parasitosis muy altas que deforman las presenta. Sin embargo, la resistencia física, la
branquias, incluso los opérculos. Es frecuente la capacidad de dispersión colonizadora y compe-
su
mortandad de peces cuando la presencia de es- titiva del molusco son destacables, lo que ha
tas metacercarias se conjunta con factores como potenciado su amplia distribución actual (Scholz
el decremento de oxígeno en el agua, por cambios y Salgado-Maldonado, 2000). Este caracol tam-
da
en la temperatura, en el suministro de agua o por bién es usado y recomendado en las prácticas
la densidad de peces en acuarios y estanques de de acuarismo para limpiar las paredes de los
bi
Cuadro 3. Registro de hospederos de Centrocestus formosanus (Nishigori, 1924) (Trematoda: Hetero-
phyidae) y localidades donde se colectaron en Chiapas. Las metacercarias (larvas) del parásito se en-
hi
quistan en los filamentos branquiales de los peces. Puede observarse un video de esta infección y foto-
grafías de las metacercarias en www.ibiologia.unam.mx > directorio > Guillermo Salgado Maldonado.
ro
Hospedero Localidad Fecha de colecta
.P
Río Vado Ancho José María Garza; puente río Pan- enero de 2003
Poecilia mexicana
do, puente El Tablón febrero de 2004
Rhamdia laticauda
Ríos Chicomusuelo, Pedregal y Vado Ancho enero de 2003
V
Localidades: la Reversa, desembocadura del río Chajul en el río Lacantún (16°04’52’N, 90°56’55’’W); arroyo Palenque, Palenque (17°12’57’’N,
92°06’22’’W); río Pedregal, Tonalá (15°55’01’’N, 93°32’43’’W); río Vado Ancho, Villa Comaltitlán (15°14’47’’N, 92°35’58’’W); José María Garza
(no georeferenciado); puente río Pando, Ángel Albino Corso (16°12’46’’N, 93°16’08’’W), río San Juan, puente El Tablón, Villa Flores (16°21’01’’N,
93°30’56’’W); río Chicomusuelo (15°44’38’’N, 92°16’50’’W).
Capítulo 8 Diversidad de especies 177
acuarios. Todo lo cual ha favorecido la dispersión desbordamientos durante las épocas de lluvia.
del tremátodo, siendo en la actualidad una de La granja piscícola de Tezontepec de Aldana,
las especies de parásitos más ampliamente en Hidalgo, posee un largo historial respecto de
distribuidas en México y en el mundo (Scholz y la presencia de este céstodo. La producción de
Salgado-Maldonado, 2001). crías de carpas en estos centros (Juárez-Pala-
cios y Palomo-Martínez, 1985) y su siembra
Bothriocephalus acheilognathi posterior tienen como efecto secundario facilitar
a.
la amplitud de la distribución del céstodo que
La presencia del céstodo asiático en los peces de infecta no sólo ciprínidos, sino virtualmente
nt
Chiapas (cuadro 4) debe asociarse con la introduc- cualquier otra familia de pez dulceacuícola. En
ción de carpas asiáticas, como la carpa herbívora particular, los gupies y charales (poecílidos y
ve
Ctenopharyngodon idella. La presencia de este aterinópsidos) se ven muy afectados por esta
céstodo en México está bien documentada (Sal- especie de helminto y actúan como dispersores
gado-Maldonado y Pineda-López, 2003); en la de la infección a otros medios.
su
actualidad, es el parásito de peces de agua dulce La patología del céstodo tiene manifestacio-
más exitoso por el número de especies de peces nes graves en el pez, como descamación y blo-
que infecta en el mundo (Salgado-Maldonado, queo intestinal y causa mortandad en condicio-
a
2006). Los peces son los hospederos definitivos nes de cultivo (Salgado-Maldonado y Pineda-
del parásito que habita en su intestino; sus huevos López, 2003). Aunque en otros países se ha
id
salen junto con los excrementos y eclosionan en documentado la mortandad de peces, inducida
una larva coracidio que es ingerida por un copépo- por parásitos, en ambientes naturales (Salgado-
b
do ciclópido (por ejemplo Cyclops, Mesocyclops). Maldonado y Pineda-López, 2003), se carece de
El ciclo se completa cuando los peces se infectan
al ingerir estos copépodos parasitados.
hi
datos en la región. Sin embargo, este es un
factor que es necesario tener en cuenta para la
ro
Algunas prácticas de acuicultura favorecen la conservación de la biodiversidad.
introducción y dispersión del céstodo en los
cuerpos de agua del país, primordialmente la Gnathostoma sp.
.P
Lozano-Gracia, 2003), que incluye la siembra de Sarabia, 1998). Esta enfermedad se adquiere
crías de carpas en cuerpos de agua naturales por el consumo de carne de pescado cruda, in-
ui
(lagos) o artificiales (bordos, presas) (Juárez- fectada con larvas del nemátodo. Estas larvas
Palacios y Palomo, 1987). Los huevos del pará- se han encontrado en diversos peces dulceacuí-
at
sito quedan en los fondos lodosos de los cuerpos colas en varios estados de la República Mexica-
de agua y persisten viables aún en aquellos que na (Almeyda-Artigas, 1991; Kifune et al., 2003;
gr
a.
nt
ve
Figura 1. Gnathostoma sp. ex. Rhamdia guatemalensis. Colectada Figura 2. Contracaecum sp. Mesenterios de Cichlasoma managuen-
en arroyo El Venado, río Lacantún, Chiapas, noviembre de 2007. se lago el Oaxaco, Selva Lacandona, noviembre de 2007. Foto:
Foto: Guillermo Salgado-Maldonado. Guillermo Salgado-Maldonado.
su
da
bi
hi
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.P
ta
ui
Figura 3. Clinostomum sp. sobre intestino. Vieja intermedia. río Lacantún, Selva Lacandona, noviembre de 2007. Foto: Guillermo
Salgado-Maldonado.
at
realidad no es sorprendente ya que este parási- das o en peligro. Alternativamente, los parásitos
to había sido registrado en el mismo hospedero pueden controlar las poblaciones de hospederos y,
en Pantanos de Centla, Tabasco (López-Jiménez de esta manera, juegan un papel primordial en el
n
dad, es decir, el parasitismo es un fenómeno ción de parásitos, asociados con esta actividad.
biológico de suma importancia. Dado que los Las poblaciones nativas de peces carecen de
parásitos regulan la densidad poblacional de sus defensa inmunológica y biológica alguna en
hospederos es necesario tenerlos en cuenta contra de estos patógenos introducidos, cuyos
para la toma de decisiones respecto de los pla- efectos pueden ser devastadores en las pobla-
nes de conservación de ambientes y biodiversi- ciones silvestres. Los datos de parásitos intro-
dad, repoblación, producción y explotación (en ducidos presentados en este trabajo y otros
a.
pesquerías artesanales, por ejemplo). Por lo disponibles en la literatura científica (por ejem-
tanto, es importante continuar la documentación plo, respecto de parásitos de tilapias y sus
nt
y el estudio de los parásitos de peces de Chia- efectos ver Jiménez-García et al., 2001) deben
pas, con el fin de lograr un inventario lo más ser tomados en cuenta para la toma de decisio-
ve
completo posible, donde se incluyan datos sobre nes a este respecto.
la biología, ecología, trasmisión, registro de Si bien en este trabajo únicamente hemos
hospederos e importancia de las especies. hecho hincapié en el hallazgo de larvas de
su
La introducción de parásitos sí es un proble- Gnathostoma en peces dulceacuícolas de Chia-
ma grave derivado de las actividades humanas pas, es posible que estos nemátodos no sean el
y debe ser detenido y prevenirlo de manera in- único riesgo zoonótico para la población huma-
a
mediata. Basar el desarrollo de la acuicultura y na. En efecto, con base en las experiencias
la explotación artesanal de pesquerías en la in- reportadas en otros países, existen otras espe-
id
troducción de peces como carpas, tilapias, bagre cies de helmintos registradas en los peces de
del canal o lobinas conlleva el riesgo de la intro- Chiapas que pudieran representar problemas de
b
ducción de parásitos y patógenos, cuyos efectos salud humana, en particular, las larvas de tremá-
en las poblaciones nativas de peces son graves.
Existe una cantidad de documentación científica
hi
todos de la familia Heterophyidae y Clinostoma-
tidae, así como los nemátodos de la familia
ro
de los efectos nocivos que la introducción de Anisakidae. En este sentido, es importante do-
peces causa en los cuerpos de agua naturales y cumentar el registro de hospederos de estas
artificiales del país. Debe también sumarse esta especies, su distribución y biología.
.P
Literatura citada
ui
registros de Serpinema trispinosum (Leidy, 1852) (Ne- Nematode parasites of the characid freshwater fish
matoda: Camallanidae) para México. Universidad y Brycon guatemalensis in the Usumacinta River, Chiapas,
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Capítulo 8 Diversidad de especies 181
Equinodermos (Echinodermata)
Introducción
a.
Los equinodermos (del griego echinos ‘espinoso’ y dermatos ‘piel’), son inver-
tebrados estrictamente marinos que están representados por las estrellas de
nt
mar y sus afines (lirios de mar, estrellas quebradizas u ofiuros, erizos y pepinos
de mar). El phylum Echinodermata es un linaje muy antigüo y no muy distante
ve
del phylum Chordata.
Por lo menos, 6 500 especies de equinodermos habitan el planeta ac-
tualmente, y se han reconocido cinco clases: 1) los crinoideos (clase Crinoidea,
su
aprox. 700 especies), 2) las estrellas de mar (clase Asteroidea, aprox. 1 800
especies) 3) los ofiuroideos (clase Ophiuroidea, aprox. 2 000 especies), 4) los
erizos de mar (clase Echinoidea, aprox. 900 especies) y 5) los pepinos de mar
da
(clase Holothuroidea, aprox. 1 200 especies).
México alberga una significativa diversidad de equinodermos. Hasta el mo-
mento, se han reportado casi 600 especies que habitan nuestro mar territorial,
bi
o sea, aproximadamente 10 % de las especies de equinodermos existentes en
el planeta (Solís-Marín et al., 1993).
hi
Chiapas posee 2.1 % de la fauna de equinodermos de los mares mexicanos.
Por su composición, la fauna de equinodermos del estado de Chiapas se ase-
ro
meja a las de los estados de Guerrero y Oaxaca con las cuales comparte
aproximadamente 90 % de sus especies.
Para Chiapas, se han reportado hasta la fecha 14 especies: cinco de Asteroidea,
.P
Asteroidea 2 3 3 5
Ophiuroidea 1 1 1 1
Echinoidea 3 4 5 6
er
Holothuroidea 2 2 2 2
V
Total 8 10 11 14
a.
mente más abundantes en las zonas tropicales y bitan sobre fondos blandos.
subtropicales, aunque algunos grupos, como las
nt
estrellas de mar y los holoturoideos, alcanzan una El estudio de los equinodermos en
gran diversidad a la altura de los polos. La mayor Chiapas
ve
diversidad de equinodermos se conoce de los
cero a los 300 m de profundidad. El inicio de los estudios sobre los equinodermos
La especialización corporal de los equinoder- de Chiapas, y en general del Pacífico mexicano,
su
mos hace que estos se distribuyan de diferentes comenzó desde el siglo xix con las revisiones de
maneras, por ejemplo, no todos los holoturoi- material de distintas colecciones zoológicas
deos descansan siempre en el fondo marino; se provenientes de expediciones en las costas del
da
conoce una especie (Rynkatropa pawsoni), Pacífico. Entre los primeros estudios en el Pací-
asociada a un pez: que vive entre sus branquias. fico Mexicano destacan los realizados por Verrill
Un buen número de especies de este grupo son (1871) sobre material recolectado desde Baja
bi
nadadoras y su corona tentacular se ha transfor- California hasta las costas de Panamá. Poco
mado en un velum que usan a manera de para- después, las expediciones realizadas por el
lumna de agua.
hi
caídas y que les permite desplazarse en la co- barco británico “Challenger”, en el Pacífico
Mexicano, generaron diversas publicaciones
ro
Los erizos que viven en la zona de alta energía sobre las clases de equinodermos para esa
(rompiente) están sujetos a las rocas con ayuda zona: Lyman (1879, 1882), Théel (1879), Agas-
de sus pies suctores, así, la forma y disposición siz (1881), Carpenter (1884) y Sladen (1889).
.P
de sus espinas amortigua el golpe de las olas. Varios autores han realizado numerosas revi-
En cambio, los erizos que habitan a grandes siones morfológicas y sistemáticas, entre los que
destacan: Fisher (1906), Caso (1945, 1961, 1970,
ta
1
Dichos ejemplares se encuentran depositados en la Colección Nacional de Equinodermos del Instituto de Ciencias del Mar
y Limnología, unam.
Capítulo 8 Diversidad de especies 183
Chiapas también ha sido objeto de algunos recursos pesqueros de México poco conocidos.
trabajos sobre paleontología de equinodermos, En otros países se consume principalmente en
entre los que destacan los de Mullerried (1951) sopas y ensaladas (recetas de países asiáticos);
sobre fósiles de erizos de mar del Terciario Infe- generalmente se deshidrata primero para des-
rior de Chiapas; Buitrón (1974a,b, 1978) sobre pués comercializarse. También se extraen diver-
fósiles de erizos de mar del Jurásico Superior, sas sustancias de los pepinos de mar para ela-
Cretácico Superior y Paleógeno de Chiapas; borar productos farmacéuticos de consumo hu-
a.
Blake (1986) menciona una estrella de mar del mano. Al grupo de saponinas obtenidas a partir
post Paleozoico de Chiapas y Esquivel et al. de los pepinos de mar (holoturoideos) se les ha
nt
(2004) sobre crinoideos fósiles del Paleozoico llamado holoturinas y poseen principios activos
Superior de Chiapas. capaces de inhibir el crecimiento de células can-
ve
Es de gran interés e importancia que en las cerosas; además, actúan directamente sobre las
costas de Chiapas esté presente la estrella de células de la sangre y del sistema nervioso cen-
mar, Luidia (Platasterias) latiradiata Gray, cuyos tral de muchos animales vertebrados; estas
su
caracteres arcaicos la definen como uno de los substancias se están investigando en diversos
asteroideos más primitivos que habitan en el li- laboratorios del mundo, especialmente de Euro-
toral mexicano. De hecho, es un fósil viviente pa y Asia. En México, existen algunos investiga-
da
cuyo registro data de hace 500 millones de años dores que están trabajando (o han trabajado) en
(desde el Ordovícico). La mortalidad incidental la extracción de estas sustancias.
de esta especie, debida a la explotación del ca-
bi
marón, puede ocasionar un decremento de tal Conclusiones y conservación
magnitud en la población que dé lugar a la des-
aparición de la misma. hi Es necesario remarcar que la biodiversidad de los
equinodermos de México sólo podrá ser entendi-
ro
Importancia da y evaluada en la medida que se fomente la
formación de especialistas en este campo y se
La importancia de los equinodermos estriba brinden recursos para incrementar los estudios
.P
fundamentalmente en el papel que desempeñan sobre ellos, tanto en la zonas someras como en
en la trama trófica (nichos), así como en su ca- las profundas de las costas mexicanas, cuya
pacidad para modificar las condiciones del fauna de equinodermos es poco conocida por los
ta
Figura 2. Diopederma danianum. Chiapas, 2008. Foto: A. Martínez Figura 3. Astropyga pulvinata. Chiapas, 2008. Foto: A. Martínez
Melo. Melo.
184 La biodiversidad en Chiapas
a.
nt
ve
Figura 4. Trachythyone peruana. Chiapas, 2008. Foto: A. Martínez Melo.
su
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of the Scientific Results of the Voyage of H. M. S. “Cha- Allan Hancock Pacific Expeditions 8 (4): 197-223.
llenger” 1873-1876 5 (14): 1-386.
.P
sió
n
gr
at
La biodiversidad en Chiapas
ui
ta
.P
ro
hi
b id
a
su
ve
nt
a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 187
Crustáceos fósiles
a.
Introducción
nt
Los crustáceos pertenecen a los artrópodos por poseer patas articuladas y es
el grupo de animales más numeroso actualmente sobre la Tierra; los artrópodos
ve
se clasifican en tres subtipos: Trilobitomorfos (Trilobites), Antenados (insectos
y crustáceos: cangrejos, camarones, langostas, bálanos, isópodos, etcétera) y
Quelicerados (arañas, alacranes, ácaros y garrapatas). Lo que nos concierne y
su
es motivo de este escrito son los crustáceos (Antenados), los cuales podemos
encontrar de forma común en el registro fósil como muda (resultado del proce-
so de cambio de caparazón), lo cual no es propiamente el animal.
da
Según Barnes (1984), los crustáceos son artrópodos, en su mayoría acuáti-
cos, provistos de antenas y apéndices birrámeos, con caparazón que suele
estar impregnado por carbonato cálcico; se dividen en dos grupos: los entomos-
bi
tráceos (camarón, pulgas de agua, copépodos y percebes) y los malacostráceos
(cangrejos, camarones y langostas).
hi
En Chiapas iniciaron los reportes de crustáceos fósiles en 1996 (Feldmann
et al.), con el hallazgo del cangrejo Lophoranina precocious en la región central,
ro
en las rocas de lo que está conformado el Cañón del Sumidero; de esta fecha
a la actual, se han descrito más de 20 fósiles provenientes de los municipios de
Acala, Ocozocoautla de Espinosa y Tuxtla Gutiérrez.
.P
Cabe destacar que los estudios realizados a los crustáceos fósiles coadyu-
van en el diseño de paleoambientes, en donde se describe la vida y muerte de
la flora y fauna de nuestro territorio y que además permiten tener un bosquejo
ta
Coutiño-José, M. A. y E. Ovalles-Damián. 2013. Crustáceos fósiles. pp. 187-190. En: La biodiversidad en Chiapas:
Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno
del Estado de Chiapas, México.
188 La biodiversidad en Chiapas
Descubrimientos
a.
Para una mejor comprensión y clasificación
de los descubrimientos, se presentan en orden
nt
ascendente.
ve
A. Periodo Cretácico
(145.5-65.5 m.a.)
Figura 2. Vista dorsal de Carcineretes planetarius. Se observa el
su
Feldmann et al. (1996) reportaron el hallazgo de espécimen en forma de escudo y en la parte superior presenta las
un crustáceo fósil Lophoranina precosious (figu- dos tenazas. Foto: Marco A. Coutiño José.
ra 1), el cual es una especie nueva y la más an-
a
tigua conocida de la familia Raninidae, pues sólo
se tenía información del Eoceno en Baja Califor-
id
nia y Tuxpan, Veracruz. En 2001 (Vega et al.),
realizaron otros descubrimientos para Chiapas
b
en lo que es el trazo de la autopista Ocozocoautla-
Las Choapas, los cuales correspondieron a
Carcineretes planetarius (figura 2), crustáceo
hi
ro
que fue reportado por vez primera en la Forma-
ción Barton Creek en la Isla Albion, Belize (Vega
et al.,1997); en este trabajo se menciona a tres
.P
tarius) tienen una edad de 70 m.a., siendo C. Figura 3. Megaxhanto zoque. Porción ventral, cangrejo de mayor
planetarius un fósil indicador del Cretácico Su- talla, encontrado y reportado sólo en Chiapas. Foto: Marco A. Cou-
at
Paleoambientes
a.
ambiente marino de poca profundidad, muy pa-
recido a lo que actualmente son los arrecifes de
nt
coral. Y para los crustáceos del Terciario, pode-
mos indicar que coexistieron en un mar que
ve
abarcaba el área del caribe, pues la fauna fósil
encontrada en Chiapas también está presente
Figura 5. Vista de impresión longitudinal de Palinurus palaciosi, en el en la zona del caribe; este mar prehistórico que
su
costado izquierdo de la imagen se observa el abdomen y en el costa- unió diferentes continentes hasta hace poco
do derecho del cuerpo con las patas. Foto: Marco A. Coutiño José. más de 20 m.a. es conocido con el nombre de
Mar de Tethys y tenía como característica ser
a
jas, Vega et al. (2007) describen un camarón de poco profundo y rico en vida marina.
la familia Penaeidae, similar al género que habi-
id
ta nuestros mares actualmente, pero con una Conclusiones
antigüedad de 110 m.a.
b
Los crustáceos fósiles estudiados proceden de
B. Periodo Terciario (65.5-1.8 m.a.) hi
diversas localidades de la entidad, representando
en su mayoría especies nuevas, lo cual indica la
ro
En el Cenozoico de Chiapas, se reportan especies importancia de la paleontología de Chiapas en el
de crustáceos fósiles, los cuales pertenecen a la entendimiento de los procesos geológicos y pa-
Formación San Juan (Mesa de Copoya), del muni- leontológicos que dieron origen a la flora y fauna
.P
cipio de Tuxtla Gutiérrez, y la Formación El Bosque, actual; el estudio de estos crustáceos fósiles
ubicada en la Colonia 20 de Noviembre del munici- junto con la fauna asociada permiten conocer las
pio de Acala; entre las especies reportadas para la relaciones paleoambientales que tiene México
ta
Mesa de Copoya se encuentran: Dardanus mexi- con otras partes del mundo y proveen las herra-
canus, Lophoranina cristaspina, Calappilia cf. C. mientas básicas para conocer los cambios expe-
ui
hondoensis, familia Calappidae y Eriosachila sp.; y rimentados por el medio. Hasta esta fecha se
para la localidad 20 de Noviembre se reportan las tienen más de 20 géneros descritos para Chia-
at
especies Calianassa, Notopus minutus, Laeviranina pas, pero es prioridad el estudio de otras áreas
sp., Stoaplax nandachare, Verrucoides stenohedra donde se ha reportado la presencia de crustáceos
gr
(género y especie nueva), Viapinnixa alvarezi nueva fósiles como son los municipios de Palenque,
especie (Vega, 2001). La mayoría de estas espe- Marqués de Comillas y Ocosingo.
cies son nuevas para México y el mundo.
n
sió
Literatura citada
er
Barnes, R. D. 1984. Zoología de los invertebrados. 4ª. Pimentel, F., J. Avendaño, F. Vega, P. García y A. Coutiño
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b id
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ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Capítulo 8 Diversidad de especies 191
a.
Las arañas constituyen un grupo muy diverso y ampliamente distribuido sobre
nt
casi todas las regiones terrestres (Coddington y Levi, 1991). Son conocidas por
su veneno (aunque sólo unas pocas especies pueden ser peligrosas para el ser
ve
humano) pero, sobre todo, son reconocidas por su capacidad de producir seda,
con la cual fabrican telarañas, refugios y otras estructuras (Craig, 2003). Las
arañas son artrópodos (animales con patas articuladas), arácnidos (con el
su
cuerpo dividido en dos regiones y con cuatro pares de patas ambulatorias), que
se alimentan de otros animales, principalmente de insectos, de otros artrópodos
y ocasionalmente pueden capturar a algunos vertebrados pequeños.
da
La mayoría de las arañas son organismos pequeños (de 2 a 10 mm), aunque
algunas, como las tarántulas, pueden tener una longitud de hasta unos 90 mm
(sin incluir las patas). A diferencia de otros artrópodos, el cuerpo de las arañas
bi
no tiene señas evidentes de segmentación, salvo la división en regiones princi-
pales, prosoma (región anterior) y opistosoma (región posterior), conectadas
hi
entre sí por un estrecho pedicelo.
El prosoma (o céfalotórax), además de las patas, tiene dos pares de apén-
ro
dices más, los quelíceros (como apéndices bucales) y los pedipalpos (relacio-
nados con la reproducción en los machos) y es además la región del cuerpo
donde se concentran la mayoría de las interacciones con su ambiente: locomo-
.P
como a la producción de seda (Levi y Levi, 1968; Kaston, 1972; Hoffmann, 1993;
Foelix, 1996). La capacidad de las arañas de producir distintos tipos de seda
ui
las que protegen sus huevecillos), la protección (los refugios de seda), la dis-
persión (hilos para la aerostación y para establecer puentes) y otros. La seda
gr
factos fabricados con su seda (redes o telarañas) para la captura de las presas y
son más bien sedentarias, es decir, que se mantienen por periodos comparativa-
V
mente prolongados en o muy cerca de su red, la cual con frecuencia sirve al mismo
tiempo de refugio (Kaston, 1972; Turnbull, 1973; Hoffmann, 1993; Foelix, 1996).
Ibarra-Núñez, G. 2013. Diversidad de las Arañas (Arachnida: Araneae). pp. 191-196. En: La biodiversidad en
Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y
Gobierno del Estado de Chiapas, México.
192 La biodiversidad en Chiapas
a.
número de especies corresponde solamente a subrepresentadas en este trabajo con relación
5.5 % del total mundial. a los anteriores.
nt
Como fuentes de información para este traba- Los datos indican que para Chiapas se cono-
jo se utilizaron publicaciones previas sobre arañas cen más especies de arañas tejedoras de redes
ve
de México y de Chiapas (Hoffmann, 1976; Álva- (64.7 %), que de cazadoras nómadas (35.3 %), lo
rez del Toro, 1992; Jiménez, 1996), dos catálogos que parece indicar que se ha hecho más énfasis
publicados en Internet (Platnick, 2007; Proszyns- en la colecta o estudio de las primeras que de las
su
ki, 2007), numerosas publicaciones científicas segundas, o que se han utilizado más las técnicas
especializadas, varias tesis profesionales y de de colecta para especies que se encuentran so-
maestría, y publicaciones derivadas de las mis- bre la vegetación (donde predominan las prime-
da
mas (Castelo, 2000; Pinkus et al., 2006a, 2006b; ras), que para las especies habitantes de suelo
Santos, 2001, 2005; González, 2002; Trujillo, (donde predominan las segundas).
2002; Olguín, 2004; Ruíz, 2004; Medina, 2005;
bi
Locht, datos no publ.) y los registros de la Colec- Distribución
ción de Arácnidos de El Colegio de la Frontera
hi
Sur (Ecosur) de Tapachula, Chiapas.
Con la información recopilada, se puede se-
En Chiapas, las arañas se encuentran en todas
las regiones, y en todos los tipos de hábitats
ro
ñalar que en Chiapas se han encontrado 487 existentes en el estado (Álvarez del Toro, 1992).
especies, 212 géneros y 50 familias (apéndice Sin embargo, las colectas han sido más intensas
VIII.8), que representan 22.6 % de las especies, en algunas de las áreas, destacando, por ejemplo,
.P
50.1 % de los géneros y 78.5 % de las familias algunos sitios dentro de la región Selva (Palenque
de la República Mexicana, lo que lo hace uno de y Ocosingo) y las regiones Centro y del Soconus-
los estados más ricos del país, aunque cabe co. Aunque existen datos dispersos en la literatu-
ta
señalar que falta actualizar los valores de la gran ra, no hay estudios sistemáticos sobre la fauna
mayoría de los estados. Estos valores contras- de arañas para las principales áreas naturales del
ui
tan con los de la última revisión de la riqueza de estado como las Reservas de la Biosfera de El
arañas por estados de Jiménez (1996), en la que Triunfo, Montes Azules y Volcán Tacaná, aunque
at
se anotaron 281 especies y 116 géneros, es existe un estudio reciente de una parte de la
decir, se registran incrementos de 73.3 % y 81.9 %, Reserva de la Biosfera La Encrucijada (Medina,
gr
respectivamente. Aun así, no es posible consi- 2005; Santos, 2005). Entre los hábitats estudia-
derar que el registro de la diversidad de las es- dos destacan algunos de las selvas altas y media-
pecies de Chiapas esté cercano a su valor real, nas, así como las selvas bajas, y más reciente-
n
pues por una parte no fue posible revisar algu- mente los manglares. Uno de los hábitats de
sió
nas de las publicaciones más recientes ni todas Chiapas, cuya araneofauna está actualmente en
las colecciones existentes en el país para detec- estudio, es el de los bosques mesófilos de mon-
tar las especies colectadas en Chiapas, y por taña, el cual tiene una distribución muy fragmen-
otra parte, aún existen varias áreas naturales o tada, pero del cual se considera que tiene poten-
er
hábitats en los que nunca se han hecho estudios cialmente una alta riqueza de especies en general
sobre la fauna de arañas existente. y particularmente de especies endémicas
V
Para Chiapas, las familias con mayor rique- Además de los registros correspondientes a
za de especies son Araneidae (105), Theridii- hábitats naturales, para Chiapas existen numero-
dae (101) y Salticidae (56), que en conjunto sos registros de hábitats agrícolas, particularmen-
contienen 53.8 % de las especies del estado. te de cafetales (uno de los principales cultivos del
Sin embargo, se considera que la riqueza real estado), y de cacaotales, así como de otros culti-
de Salticidae debe ser mucho mayor, ya que en vos perennes como mango y chicozapote, o de
Capítulo 8 Diversidad de especies 193
temporal como el maíz. Esto ha hecho evidente para el hombre (Foelix, 1996). Además, los acci-
que los agroecosistemas, principalmente los pe- dentes por picadura de arañas son mucho menos
rennes, pueden albergar una amplia riqueza de frecuentes que los de mordeduras de serpiente.
especies de arañas y de otros organismos (Ibarra Para Chiapas, están registradas tres especies
Núñez, 1990; Ibarra Núñez et al., 1995, 2004; cuya picadura puede ser potencialmente peligro-
Perfecto et al., 1996; Ibarra-Núñez y García, 1998; sa: Latrodectus mactans (llamada casampulga,
Moguel y Toledo, 1999; Rice y Greenberg, 2000; capulina, chintatlahua o viuda negra), L. geome-
a.
Trujillo Olivera, 2002; Pinkus et al., 2006a). tricus, y Loxosceles tehuana. En el caso del géne-
ro Latrodectus, el efecto del veneno en el ser
nt
Importancia humano es neurotóxico y, en algunos raros casos
(particularmente niños, ancianos o personas de-
ve
Uno de los aspectos de mayor importancia de las bilitadas), puede llegar a causar la muerte. Por
arañas se deriva de sus hábitos alimenticios. Al otra parte, el principal efecto del veneno del gé-
ser depredadoras de insectos, muy diversas, nero Loxosceles es necrótico, con posibilidad de
su
abundantes y ampliamente distribuidas, las ara- producir heridas gangrenosas de larga duración
ñas son aliadas naturales del ser humano en su y, en algunos casos, complicaciones más serias
lucha contra aquellos insectos que amenazan su (Hoffmann, 1993; Foelix, 1996).
da
producción agrícola (Greenstone, 1999; Ibarra El veneno de las arañas, como el de otros or-
Núñez et al., 2001; Symondson et al., 2002). Así ganismos, es una mezcla de diversos compues-
se ha observado que el conjunto de arañas, más tos. La evolución y diversificación de las arañas
bi
que determinadas especies individuales, son ca- involucró una diversificación de las moléculas que
paces de prevenir significativamente los daños forman parte de su veneno, las cuales producen
hi
que pueden causar los insectos fitófagos a las
plantas (Riechert y Lockley, 1984; Riechert y
distintos efectos en el ser humano cuando se
producen las picaduras. El estudio de estos efec-
ro
Bishop, 1990; Greenstone, 1999; Symondson et tos ha impulsado, desde hace algunos años y en
al., 2002). De manera práctica, esto ya se refleja varios paises –México incluido– investigaciones
en la incorporación de las arañas (como elemen- más detalladas sobre la estructura y carácterísti-
.P
tos de control biológico) a programas de manejo cas de los componentes de los venenos de las
integrado de plagas, como ya se ha hecho para el arañas. Así, se ha detectado que tienen potencial
arroz en Asia, reduciendo al mismo tiempo el uso utilidad para el tratamiento de distintas enferme-
ta
de plaguicidas (Stone, 1992). Este aprovecha- dades como dolor crónico, afecciones cardiacas,
miento de las arañas (junto con otros enemigos infecciones de la piel, epilepsia, daño cerebral por
ui
naturales y otras medidas de combate de plagas), traumatismo, tumores y otros (Villegas y Corzo,
puede contribuir a una reducción de los costos 2007). Además, a partir de los componentes del
at
por plaguicidas, al tiempo que se reducen los veneno, también se estan desarrollando diversos
efectos negativos sobre el ambiente, lo que lleva productos insecticidas, algunos de los cuales ya
gr
a una producción más sustentable. Para poder han sido patentados (Fitches et al., 2004; Rohou
aprovechar este potencial en México, en general, et al., 2007).
y en Chiapas, en particular, aún se requiere cono- Otro aspecto de interés son las característi-
n
cer mejor la fauna existente en los agroecosiste- cas de resistencia y elasticidad de la seda de las
sió
mas, así como lo relativo a la biología y ecología arañas, cualidades deseables para materiales
de sus actividades de depredación. con distintos usos. La dificultad para obtener
Otro aspecto importante de las arañas es su seda directamente de las arañas en gran escala
producción de veneno, lo cual tiene dos conse- motivó el interés de una compañía de biotecno-
er
cuencias para el ser humano, por una parte el logía, la cual desarrolló exitosamente cabras pe-
potencial de daño por picaduras al y, por otra, la queñas a las que se les insertó un gen de araña
V
generación de productos de utilidad práctica con la finalidad de obtener una proteína tipo-seda
para el hombre, derivados precisamente de los en la leche que producen. Aunque el objetivo se
compuestos que forman parte de esos venenos. logró, ahora existe el reto de manipular adecua-
A pesar de que la gran mayoría de las espe- damente dicho material para producir fibras u
cies produce veneno, son menos de 30 especies otros productos de utilidad comercial (Nexia-
en todo el mundo las consideradas de peligro Biosteel, Canadá).
194 La biodiversidad en Chiapas
a.
bacterias, lo que hace que las telarañas mismas inmediata cuando se llega a encontrar un ejem-
sean relativamente duraderas (Foelix, 1996). plar. Otro factor es la existencia de creencias sin
nt
La riqueza que México tiene en especies de fundamento, como el de la “hierba”, nombre que
arañas se puede considerar como una fuente im- se da en Chiapas a varias especies de la familia
ve
portante de recursos potenciales, para ser explo- Theraphosidae, acusadas de arrancar pelos de
rada en los distintos aspectos mencionados, de ahí las patas de equinos y depositar su saliva u orín
la necesidad de impulsar un amplio conocimiento sobre los cascos de estos animales, lo que (se-
su
de la diversidad de arañas y de su biología. gún esta creencia) causa la pudrición de estos,
cuando en realidad se trata de una enfermedad
Situación y amenazas microbiana, plenamente conocida por la medici-
a
na veterinaria. Además, aunque una parte de la
Este trabajo revela que Chiapas cuenta con una población sabe que las arañas son depredadoras
id
elevada diversidad de arañas, pero al mismo de insectos, no hay un amplio conocimiento so-
tiempo revela que dicho conocimiento está ses- bre cómo sus capacidades de depredación
b
gado hacia determinada regiones y hacia deter- pueden influir en la presencia de insectos noci-
minados grupos (tejedoras de redes), que han
sido los más estudiados. Asimismo, se hace evi-
hi
vos, tanto en los cultivos como en las viviendas.
Este conjunto de factores afecta negativamente
ro
dente que el conocimiento de la araneofauna aún el aprovechamiento potencial que se deriva de
dista de ser medianamente completo, precisa- la riqueza de especies existentes.
mente por el sesgo que han tenido los estudios
.P
de hábitats con características específicas afecta preservar las áreas naturales de Chiapas, pero
a especies poco adaptables ecológicamente, o a también se pueden implementar acciones con-
at
especies endémicas. Ninguna de las especies cretas de difusión y educación sobre la biología
registradas para Chiapas en este trabajo está y el papel de estos organismos tanto en áreas
gr
las condiciones de sus poblaciones y, en particu- ralizado a todas las especies. Por otra parte, se
sió
lar, para las especies de tarántulas (familia The- requiere también diseñar estrategias y prácticas
raphosidae), que en otras regiones de México agrícolas que contribuyan a favorecer su presen-
han sido afectadas por la captura y comercio cia y su abundancia en los cultivos, para aprove-
ilegal para su venta como mascotas. char su potencial de depredación de insectos en
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hi
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asociadas a márgenes de arroyos, en dos localidades de
la región del Soconusco, Chiapas, México. Tesis de Li-
.P
a.
Introducción
nt
La clase Arachnida es un grupo numeroso de artrópodos, principalmente terres-
tres, que se caracteriza por poseer seis pares de apéndices, el primero de los
ve
cuales se denomina quelíceros y cumple las funciones de las partes bucales de
los insectos (Vázquez, 1993). Los arácnidos no poseen antenas y la mayoría de
sus receptores sensoriales, salvo la vista, se da mediante diversas estructuras
su
que se encuentran en los pedipalpos, que son el segundo par de apéndices, o
en alguno de los restantes cuatro pares de patas. El cuerpo de los arácnidos se
compone de tres secciones, aunque en la mayoría de los grupos parece que sólo
da
fueran dos o, incluso, una sola pieza corporal (Vázquez, 1993). A pesar de que
la filogenia del grupo (esto es, la historia del linaje y las relaciones de parentes-
co entre los organismos) no está complemente definida, se suele considerar a
bi
los siguientes órdenes dentro de los arácnidos: Scorpionida (alacranes), Pseu-
doscorpiones, Solifugae (madres de alacrán, arañas sol), Araneae (arañas),
hi
Schizomida, Telyphonida (Vinagrillos), Palpigradi, Amblypygi, Ricinulei, Acari
(ácaros) y Opiliones, estos últimos, por su apariencia general, suelen ser con-
ro
fundidos con arañas.
En el presente apartado se describen las características principales de los
opiliones y se incluye información sobre su diversidad, importancia, amenazas
.P
Figura 1. Opilión Eupnoi de Chiapas. Foto: Noé Jiménez Lang. Figura 2. Opilión Laniator de Chiapas. Foto: David Chamé Váz-
quez.
Lucio-Palacio, C. R. y D. Chamé-Vázquez. 2013. Opiliones: las arañas que no son arañas. pp. 197-203. En: La bio-
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(conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
198 La biodiversidad en Chiapas
a.
en diferentes regiones de México (Kury y Coken- mente todos los climas alrededor del globo,
dolpher, 2000; Hoffman, 1993). Aunque la mayo- salvo en los polos. De las poco más de 6 400
nt
ría de estas denominaciones se basa en la ex- especies de opiliones que actualmente se cono-
traordinaria longitud de los cuatro pares de patas cen, México cuenta con 280. Estos se han regis-
ve
de los opiliones de zonas templadas, en los países trado en todos los estados del país (Kury y
tropicales también se pueden encontrar especies Cokendolpher, 2000; Cokendolpher y Lee, 1993)
que muestran gran variedad en tamaños, formas (figura 3), aunque Chiapas es el estado con
su
y ornamentaciones (Hoffman, 1993). mayor número de especies conocidas, ya que
Como se ha mencionado, los opiliones suelen suma hasta el momento 54 taxones de los cuales
ser confundidos con arañas, incluso llegan a son 52 especies y tres subespecies–15 Eupnoi y
da
pasar por arañas muy venenosas. Sin embargo, 37 Laniatores– (Kury y Cokendolpher, 2000)
poseen varias características que los distinguen (apéndice VIII.9). De estas 52 especies, que
de ellas. En primer lugar, no poseen glándulas representan 19 % del total nacional, la mayoría
bi
venenosas para inocular toxinas a sus presas y se ha registrado de lugares cálidos y húmedos,
la mayoría presenta dorsalmente una glándula como las regiones de la Selva Lacandona y El
hi
en la base del primer par de patas, con la que
secretan sustancias de alarma y repulsivas a los
Soconusco, aunque también hay un número im-
portante de registros para la Meseta Central, en
ro
depredadores (Holmberg, 1986). En segundo lugares con clima más templado como las cerca-
lugar, su cuerpo aparece como un solo conjunto, nías de Tuxtla Gutiérrez, y para zonas altas con
mientras que las arañas presentan una región clima húmedo y frío, como las regiones circun-
.P
anterior y una posterior o abdominal. Asimismo, dantes a San Cristóbal de las Casas y Ocosingo
los opiliones carecen de la capacidad de secre- (Goodnight y Goodnight, 1953).
tar telarañas, lo que hace bastante diferentes En la figura 4 se puede apreciar que en eco-
ta
sus hábitos alimentarios a los de las arañas y, sistemas tan ampliamente distribuidos como las
por último, presentan un par de ojos agrupados selvas bajas caducifolias cuentan con escasos
ui
han perdido esta característica (Vázquez, 1993). los de pino y pino-encino, ecosistemas que sue-
Actualmente, se reconocen cuatro grupos len albergar un importante riqueza de opiliones
gr
generales de opiliones: 1) Los Cyphophtalmi, (Almeida-Neto et al., 2006). Los ecotonos entre
que son organismos muy pequeños, de unos zonas secas y húmedas seguramente también
pocos milímetros de longitud, con apariencia de serán sitios idóneos para la colecta, sin dejar de
n
Los Eupnoi (figura 1) son de tamaño mediano y tres provincias biogeográficas del estado (Mo-
con las patas desproporcionadamente largas; rrone, 2005) ha sido muy bajo con menos de 30
V
60
54
50
50
40
Número de especies
a.
34
30
nt
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26
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21 21 21
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Figura 3. Número de especies reportadas de opiliones por estado. Fuente: elaboración propia con datos de Kury y Cokendolpher, 2000.
ro
.P
u ita
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sió
er
V
Figura 4. Principales localidades de colecta de opiliones por tipos de vegetación, denotadas por . Fuente: elaboración propia con datos de
Kury (2003), Kury y Cokendolpher (2000) y Cokendolpher y Lee (1993).
200 La biodiversidad en Chiapas
en Chiapas, 48 % (25 especies) son endémicas de control biológico (Allard y Yeargan, 2005); 2)
para el estado, 12 especies (23 %) se encuentran indicadores de la calidad de un ecosistema o de
también en otros estados de la república (aunque un paisaje ya que comparten características con
son exclusivas de México) y 15 especies (29 %) otros grupos utilizados para ese fin (Schuster et
se encuentran distribuidas en diferentes regiones al., 2000), 3) como organismos base para elabo-
de América (figuras 5a y b). rar análisis biogeográficos(Almeida-Neto et al.
2006), además de que 4) contribuyen de mane-
a.
Importancia ecológica, económica y ra importante al reciclaje de nutrientes en la
cultural mayoría de los ecosistemas terrestres. Más allá
nt
de su importancia ecológica y de control biológi-
Los opiliones poseen características ecológicas co en los cultivos, los opiliones pueden ser una
ve
que los convierten en: 1) potenciales elementos fuente de oportunidades para diferentes indus-
trias ya que sus características glándulas repul-
sivas contienen cetonas, naftoquinonas y diver-
su
sas sustancias con propiedades repelentes y
antibióticas documentadas (Machado et al.,
2005; Holmberg, 1986). Así pues, la riqueza del
a
arsenal químico de los opiliones aún está por
descubrirse y es urgente conocer todas las es-
id
Con distribución no Endémicos de pecies presentes en un lugar, por el potencial de
exclusiva de México Chiapas sustancias nuevas que implica el descubrimiento
b
29 % 48 % de nuevas especies. De hecho, es probable, in-
hi
cluso, que las especies endémicas hayan desa-
rrollado sustancias diferentes a las conocidas,
ro
con lo que el potencial de encontrar componen-
Endémicos de
tes útiles aumenta con cada nueva especie que
México (Chiapas se describe y disminuye de manera irremediable
.P
ron numerosas especies nuevas y sugirieron di- dediquen al estudio exclusivo de los opiliones y
versos aspectos que definen la distribución y que, a nivel mundial, los especialistas en este
abundancia de los opiliones en la región. Ramos grupo que muestran interés en la fauna ameri-
(1962) trabajó con ejemplares de opiliones La- cana no son más de veinte. Recientemente,
niatores provenientes de diversas partes de la personal del Instituto de Biología de la unam ha
república y resguardados en la colección de realizado colectas sistemáticas de diferentes
arácnidos de la unam. La tesis de Morales grupos de arácnidos en la Selva Lacandona,
a.
(1980), conjuntó la información referente a este obviamente incluyendo en su trabajo a los opi-
grupo en el país, aún ahora es una referencia liones. Los resultados definitivos de esta inves-
nt
obligada. Por otra parte, existen algunas contri- tigación aún están en preparación, aunque sin
buciones recientes cuya información generada duda arrojarán información muy valiosa en
ve
es muy valiosa (Shear, 2004), como se revisa en cuanto al conocimiento de la diversidad de opi-
el estudio de caso. liones en la región (Castelo, com. pers.).
Entre las principales causas de la falta de in- Tal vez la iniciativa más importante para co-
su
terés en el estudio de los opiliones es su superfi- nocer la diversidad de la opiliofauna a nivel
cial semejanza con las arañas, su falta general de neotropical es la iniciada por investigadores del
notoriedad y atractivo visual o la creencia de que Museo Nacional de la Universidad de Brasil.
da
son organismos muy venenosos o carentes de Dicho proyecto es bastante ambicioso, en cuan-
sistemas especializados de defensa (Hoffman, to a que pretende esclarecer cuestiones acerca de
1993). Otros factores han sido la dificultad para la taxonomía, biogeografía y ecología de los
bi
conseguir literatura especializada o, hasta hace opiliones neotropicales. Se puede considerar
algunos años, la falta de definición de los grupos como un avance muy importante en este proyec-
de familia.
hi
taxonómicos, principalmente a niveles por arriba to la reciente publicación del libro “Harvestmen.
The Biology of Opiliones” (Pinto-da-Rocha et al.,
ro
La falta de información básica sobre los opi- 2007), que concentra la mayoría del conocimien-
liones como su ecología, historia vital y distribu- to actualizado de este grupo.
ción ha derivado en que, hasta el momento, no La información resultante de estos proyectos
.P
se han planteado en el país ideas para aprove- es lo bastante general para poder ser utilizada
charlos o conservarlos (Kury y Cokendolpher, en Chiapas, aunque puntos más precisos, como
2000). Además de los cambios negativos abrup- la faunística y la distribución de las especies
ta
tos en los ecosistemas, tales como el cambio de mexicanas distan mucho de ser adecuadamente
uso de suelo o la pérdida de cobertura vegetal y conocidas. De esta forma, es recomendable
ui
de la pérdida de áreas naturales, problemas tí- implementar programas que fomenten la inves-
picos de la mayor parte del estado, los opiliones tigación básica para generar información acerca
at
se ven amenazados por fenómenos como la in- de la distribución, dispersión e identidad de los
troducción de especies exóticas, el uso de pes- opiliones en el estado. Los patrones de distribu-
gr
ticidas y otros agroinsumos sintéticos, el cambio ción obtenidos pueden sumarse a datos ecológi-
climático y, posiblemente, el uso de cultivos cos que lleven a su vez a estudios ecológicos
transgénicos. formales, de aspectos tales como distribución o
n
de realizar numerosos estudios con impacto en relacionando la riqueza y diversidad de esos si-
diferentes áreas del conocimiento y con impor- tios con parámetros del entorno, principalmente
tantes perspectivas de aplicación. Uno de los con aquellos que tengan que ver con selección
principales problemas para comenzar con estu- de hábitat y uso de recursos, y teniendo en
dios integrales en este grupo es que en la actua- cuenta las asociaciones vegetales con mayor
lidad no existen especialistas en el país que se porcentaje de pérdida en el estado; 2) comparar
202 La biodiversidad en Chiapas
a.
manejo de comunidades, a la bioindicación (esto planes de conservación en áreas concretas.
es determinar características de un sitio con Además, sus características glándulas repulsi-
nt
base en la presencia/ausencia de ciertas espe- vas parecen albergar una miríada de compues-
cies), al control de organismos de interés agrí- tos potencialmente útiles en diversos campos.
ve
cola o al estudio de la composición y función de La acción depredadora y degradadora que
las sustancias repugnantes secretadas por estos cumplen los opiniones los dota de importancia
organismos. Desgraciadamente, en la actualidad para cultivos y áreas naturales. A pesar de los
su
no existen investigadores nacionales o extranje- puntos anteriores, es poco lo que se sabe de
ros que incluyan en sus líneas de investigación estos seres en el país, sin que Chiapas sea la
el estudio de cualquier aspecto de los opiliones excepción. Si bien por el momento no se existe
a
de Chiapas, con lo que el área de oportunidad el interés institucional por desarrollar investiga-
de este tipo de estudios es muy amplia. ciones con estos organismos, el área vde opor-
id
Independientemente de la inclinación de los tunidad existente es muy amplia. Tal como mu-
estudios que puedan realizarse, los cuales siem- chos otros grupos de artrópodos, el conocimien-
b
pre revestirán importancia ecológica y/o econó- to de la faunística de este grupo será de gran
mica, el factor clave que debe quedar claro es
que el conocimiento de la distribución de los
hi
importancia para desarrollar un sinnúmero de
posibles investigaciones que redundarán en
ro
opiliones y de su taxonomía, al ser un grupo di- beneficios para la conservación de áreas natu-
verso y de fácil manejo para eventuales estrate- rales, para la mejor gestión de sistemas agríco-
gias de monitoreo y conservación, es esencial las y para la obtención de sustancias benéficas.
.P
para cualquier iniciativa que tenga que ver con Por otro lado, la tarea de identificar, catalogar y
estos organismos. conocer la distribución de los opiliones debe
enfrentarse a la catastrófica pérdida de cober-
ta
Los opiliones son un grupo de arácnidos diverso grupo de arácnidos son numerosos, pero debe-
y abundante en el estado de Chiapas. Aunque mos comenzar ahora una labor que se ha poster-
at
existen pocos registros publicados de estos or- gado por, quizá, demasiado tiempo.
gr
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Opiliones): do benzoquinone secretions deter inverte-
ta
Acropsopilio chomulae,
un raro y esquivo opilión
a.
nt
En 2004, apareció en la prestigiosa revista científica The Journal of Arachnolo-
gy la descripción de la hembra de una especie de opilión –Acropsopilio chomu-
ve
lae– (Goodnight y Goodnight, 1948) que hasta antes de ese año solamente se
conocía por un individuo, un macho joven (Goodnight y Goodnight, 1948). Los
descriptores originales, Clarence J. y Marie L. Goodnight, únicamente habían
su
podido colectar individuos juveniles de esta enigmática especie en los alrede-
dores de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, durante una expedición que
realizaron en 1947. Fue hasta 1975 que el Dr. William Shear realizó la revisión
da
de este tipo de opiliones (familia Caddidae), trabajando con organismos de la
pequeña colección de opiliones de la región de San Cristóbal de las Casas,
pertenecientes al Museo Americano de Historia Natural (amnh). Dicha revisión
bi
resultó en la descripción adecuada de esta especie, así como en su correcta
ubicación taxonómica (Shear, 2004).
hi En estado adulto, Acropsopilio chomulae mide aproximadamente 1.10 mm
de longitud y su hábitat típico es el bosque de encino-pino, el cual es caracte-
ro
rístico de la región que rodea a la ciudad de San Cristóbal de las Casas. Un
examen detallado de su estructura interna reveló que estos animales no poseen
aberturas respiratorias, y dado su pequeño tamaño, es factible que respiren
.P
Lucio-Palacio, C. R. y D. Chamé-Vázquez. 2013. Acropsopilio chomulae, un raro y esquivo opilión. pp. 204-205. En:
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Capítulo 8 Diversidad de especies 205
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206
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La biodiversidad en Chiapas
ui
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a
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a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 207
LOS ESCARABAJOS
(COLEOPTERA: SCARABAEOIDEA)
a.
Introducción
nt
De los veinte órdenes taxonómicos de insectos registrados en Chiapas, el se-
ve
gundo grupo mejor conocido es el de los Coleoptera, de quienes se conocen
1 152 especies (León-Cortés et al., 2005). Dentro de este conjunto de insectos
se encuentran los escarabajos o, como tradicionalmente se conocen en Chiapas,
su
“ronrones”, “toritos” o “rodacacas”.
La designación lingüística de escarabajo responde a aquellos coleópteros
que tiene cierto parecido al “escarabajo sagrado” de los antiguos egipcios
da
(Scarabaeus sacer) (Linnaeus, 1758) y que principalmente agrupa a las espe-
cies de la familia Scarabaeidae y a otros grupos semejantes que es su conjunto
forman la superfamilia Scarabaeoidea. Estos insectos se caracterizan por tener
bi
sus antenas terminadas en un paquete de láminas, por lo que también se cono-
cen como lamelicornios (Morón, 2004).
hi
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sió
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V
Figura 1. Proculus goryi (Melly, 1833) en la Reserva de la Biosfera Volcán Tacaná. Foto: Benigno Gómez y Gómez.
Gómez y Gómez, B. 2013. Los escarabajos (Coleoptera: Scarabaeoidea). pp. 207-212. En: La biodiversidad en
Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y
Gobierno del Estado de Chiapas, México.
208 La biodiversidad en Chiapas
a.
superándolos con más de 65 millones de años especialistas de Coleoptera es la de Lawrence y
de existencia (Morón, 2004). Newton (1995), la cual divide a los escarabajos
nt
Actualmente, los escarabajos pueden vivir en (Scarabaeoidea) en 13 familias taxonómicas, de
casi cualquier ecosistema terrestre, en áreas las cuales, 10 ocurren en México.
ve
silvestres o zonas de cultivos y desde el nivel del Actualmente, se han descrito un poco más de
mar hasta zonas montanas de más de 4 000 m 30 000 especies de escarabajos a nivel mundial,
de altitud. El suelo, el estiércol, los troncos o las de las cuales, 1 713 se han registrado en México
su
flores son algunos de los hábitats donde pode- (Martín-Piera y López-Colón, 2000; Morón,
mos encontrar a estos peculiares organismos, 2003a; Delgado y Márquez, 2006). Aun cuando
desarrollando una función ecológica particular se ha estudiado por muchos años a este grupo en
da
(Morón, 2004). nuestro país, es evidente el rezago de conoci-
Como todos los insectos holometábolos, los mientos sobre ciclos de vida, distribución ecogeo-
escarabajos transcurren su ciclo de vida por cuatro gráfica y principalmente inventarios que sustenta
bi
etapas: huevo, larva, pupa y adulto. Estos insectos el conocimiento básico de su diversidad (Delgado
terrestres colocan los huevos sobre sustratos y Márquez, 2006). Se estima que aún falta por
hi
como el suelo o depósitos de materia orgánica
(troncos, estiércol, etcétera) y en algunos casos
conocer, aproximadamente, cerca de 450 espe-
cies de escarabajos en el país (Morón, 1996a,b).
ro
particulares (principalmente en Scarabaeidae) se A nivel estatal, Chiapas ocupa el primer lugar
observan cuidados de los padres hacia la descen- en cuanto a diversidad de escarabajos (Scara-
dencia. Las típicas larvas de escarabajos son baeoidea) con 596 especies, seguido de Vera-
.P
blanquecinas en forma de C, las cuales pasan por cruz, Oaxaca, Jalisco e Hidalgo (Navarrete-He-
lo general por tres estados, de los cuales, el terce- redia et al., 2001; Morón, 2003a; Navarrete-
ro es en el que las especies perjudiciales hacen su Heredia y Deloya, 2005; Delgado y Márquez,
ta
mayor daño (como Phyllophaga). Una vez alcanza- 2006). En esta entidad, habita cerca de 35 % de
do las tres fases de larva, los escarabajos alcanzan la biodiversidad nacional de escarabajos, repar-
ui
la etapa de pupa, en la cual muchas especies tiéndose esta riqueza a nivel de familias de la
construyen una fortaleza llamada cocón, que es la siguiente manera:
at
res mientras ocurren cambios significativos en su nalmente fue descrita de Guatemala. Actual-
morfología. Así, al término del periodo pupal, surge mente, para México sólo se refiere para Chiapas
del cocón o de la pupa, lo que conocemos como y Veracruz (Reyes-Castillo y Boucher, 2003;
n
en la mayoría de los insectos, la etapa adulta es 2003; Chamé-Vázquez et al., 2007) (figura 1).
la más corta, siendo la etapa larvaria la de ma- • Trogidae: sólo se ha registrado uno de los dos
V
a.
para esta familia: Hybosorus illigeri (Reiche, 1853),
Anaides laticollis (Harold, 1863), Chaetodus lacan-
nt
donicus (Martiez y Morón, 1990).
• Ceratocanthidae: se han registrado en la
ve
República Mexicana 15 especies de esta familia,
de las cuales, cinco están en territorio chiapane- Figura 2. Chrysina triumphalis (Morón, 1990) especie reconocida
co, todas del género Germarostes (Howden, de la Reserva de la Biosfera El Triunfo. Foto: Benigno Gómez y
su
2003b): G. aphodiodes (Illiger, 1800), G. excisus Gómez.
(Bates, 1888); G. globosus (Say, 1835); G. na-
sutus (Bates, 1888) y G. nitens (Guerin, 1839). Por otra parte, los escarabajos que utilizan
a
• Scarabaeidae: esta familia conforma el grue- excrementos (coprófagos) y organismos muertos
so de los escarabajos; está representada en (necrófagos) para alimentarse y/o (Scarabaei-
id
Chiapas por 531 especies, lo que ubica al estado nae, Aphodiinae), son los responsables de la
como el más diverso en México. Debido a su descomposición de la materia orgánica, evitando
b
gran diversidad, es conveniente mencionar la con ello el aumento de poblaciones de moscas y
riqueza de este grupo a nivel de subfamilias. Los
Aphodiinae cuentan actualmente con un registro
hi
la propagación de posibles enfermedades médi-
co-veterinarias. Los escarabajos que utilizan la
ro
de 56 especies (Dellacasa et al., 2002; Deloya, madera muerta en proceso de descomposición
2003b; Galante et al., 2003; Delgado y Már- (saproxilófagos) como recurso alimenticio y de
quez, 2006); los Scarabaeinae se representan nidificación (Passalidae, Lucanidae y varios gru-
.P
en Chiapas por 107 (Gómez y Chamé-Vázquez, pos de Melolonthinae) son capaces de acelerar el
2003; Chamé-Vázquez y Gómez, 2005; Halffter, proceso de descomposición de los árboles muer-
2003; Morón, 2003b; Kohlmann, 2003; Ed- tos mediante su continua actividad de desmenu-
ta
monds, 2003; Zunino, 2003; Morales et al., zamiento, masticación y digestión de la madera,
2004; Navarrete y Halffter, 2008); por último, se facilitando de esta manera la actividad de hongos
ui
han registrado 368 especies de Melolonthinae y bacterias para aumentar las posibilidades de
(Pacheco et al., 2008) (figura 2). desintegración de las grandes moléculas orgáni-
at
bajos hace que no pasen desapercibidos por el Los Scarabaeoidea se conocen desde antaño
sió
ser humano. En el ámbito agrícola, una de las por los diferentes grupos humanos que se han
principales plagas de maíz y de otras gramíneas, desarrollado en Chiapas. Existen diferentes
leguminosas, rosáceas y solanáceas cultivadas denominaciones lingüísticas de las etnias chia-
es la “gallina ciega”, que son las larvas de esca- panecas para referirse a estos insectos. En el
er
(15 % de raíces), moderado (40 % de raíces) o indígenas, se observan las notables diferencias
severo (consumo total de raíces) dependiendo al nombrar a los escarabajos. Los tseltales de la
del cultivo, de las condiciones ambientales y del región de Los Altos de Chiapas los nombran
estado de desarrollo en que se encuentre el in- como cimol, umoh, xulton, kuhtum ca o xkumuk
secto, siendo el tercer estadio larval el que (Gómez et al., 2000). Los tsotsiles los mencio-
causa mayor daño (Gómez et al., 2000). nan como chanul c´a´te´ y los tojolabales como
210 La biodiversidad en Chiapas
yal chan lauan sok joj ma wayis o niwan ronron. principalmente porque la madera de tallas mayo-
En la Sierra Madre, la etnia mam los conoce res no se descompone de igual forma que las de
con el nombre de pin x´molotxa, ku ´ben. En la tallas chicas (Grove, 2002; Míss y Deloya, 2007).
región norteña de Chiapas, colindante con a la De igual forma, el manejo agronómico de aéreas
selva lacandona, los choles les reconocen por el de cultivos en cafetales y cacaotales, tales como
nombre de cucluntá o xcucluntá. el aclareo de los bosques, la poda, la remoción de
Existen pocos trabajos que aborden el cono- la madera derribada y la supresión de la sombra,
a.
cimiento indígena o tradicional de los escarabajos pueden afectar las poblaciones de insectos sa-
en Chiapas (Gómez et al., 2000). No obstante, la proxilófagos como los Pasalidae y Melolonthinae
nt
presencia de grupos humanos en el estado, por (Morón, 2003a; Chamé-Vázquez, 2009). Como
más de quinientos años, hace pensar que el co- consecuencia de lo anterior, Morón (1999) indica
ve
nocimiento acerca de este particular grupo de que es necesario proteger las áreas donde se
insectos debe ser amplio y podría apoyar progra- conocen poblaciones de especies endémicas,
mas de desarrollo sustentable local. evitando con ello la destrucción y/o modificación
su
severa de su hábitat. Este mismo autor propone
Situación la inclusión de cinco especies de Melolonthinae
endémicos de Chiapas (Plusiotis auropunctata, P.
a
Las colecciones entomológicas estatales man- halffteri, P. moroni, P. quiche, P. turckheimi) en la
tienen una buena representación de los escara- lista de especies protegidas de la Norma Oficial
id
bajos de Chiapas, no obstante, la colección del Mexicana (nom -059-semarnat-2010). Es así que
Instituto de Ecología A.C. (Xalapa, Veracruz) y regiones como las montañas del norte de Chiapas
b
la del Instituto de Biología de la unam, son los y la región de la Sierra Madre de Chiapas (figura,
acervos donde están mejor representados los
Scarabaeoidea de Chiapas. En Chiapas, actual-
hi
3) son sitios que deberían tener mayor protec-
ción, aun cuando en ellas se han establecidos
ro
mente se comienzan a formar recursos humanos zonas protegidas como las Reservas de la Bios-
que estudian algún grupo de Scarabaeoidea, los fera (Sepultura, El Triunfo y Tacaná).
cuales comienzan a describir la biota de escara- En la actualidad, también se reconoce la
.P
nes donde existe desarrollos de trabajos sobre gráficos esporádicos en Chiapas, pero se desco-
Scarabaeoidea son: El Colegio de la Frontera noce el impacto negativo que pudieran tener por
ui
Sur (Tapachula y San Cristóbal), el Instituto de medio de la competencia con la fauna de esca-
Historia Natural (Tuxtla Gutiérrez) y la Universi- rabajos autóctonos (Morales et al., 2004).
at
Amenazas
n
a.
mayor cantidad de estudios taxonómicos a nivel y a proteger las regiones de Chiapas donde exis-
alfa (inventarios), lo cual podría ofrecer mucho ten poblaciones de estas especies.
nt
más registros y descubrir nuevas especies. Se 5. Es de suma importancia rescatar el cono-
conmina a la construcción de un atlas estatal de cimiento tradicional que muchas de las etnias de
ve
los escarabajos de Chiapas. Chiapas tienen sobre este grupo de insectos y
2. Se requiere mayor número de estudios que hacer útil esas sabidurías para el control de
profundicen la importancia agrícola, ecológica y plagas y aportes nutrimentales principalmente a
su
forestal de los escarabajos en Chiapas. las dietas de las familias.
3. Es necesario estudiar el impacto que las
a
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Biogeografía de Artrópodos de México: Hacia una sínte-
n
MARIPOSAS
a.
Introducción
nt
El orden Lepidoptera corresponde a un grupo de insectos terrestres que poseen
alas con una cubierta densa de escamas. De estos, la mayoría de los insectos
ve
que un observador reconoce como mariposas pertenecen a las superfamilias
Papilionoidea y Hesperioidea del orden Lepidoptera, y se distinguen por volar
de día. Kristensen (1976) ha propuesto una clasificación de las mariposas, en
su
donde reconoció que la superfamilia Papilionoidea incluye a cinco familias:
Hesperiidae, Papilionidae, Pieridae, Lycaenidae y Nymphalidae. Esta propuesta
es una de las clasificaciones más citadas, aunque en algunos casos a la familia
da
Papilionoidea proponen separarla en dos superfamilias, Hesperioidea y Papilio-
noidea, y en esta última llegan a añadirse cuando menos una o dos familias más:
Riodinidae y Libytheidae (Heppner, 1998).
bi
Alrededor de 18 000 especies de mariposas se han descrito en el mundo, de
las cuales, aproximadamente 1 800 se encuentran en México (cerca de 10 % del
hi
total mundial). La fauna de mariposas en Chiapas es de las más diversas e
importantes en México: 1 252 especies (756 corresponden a Papilionoidea y
ro
496 a Hesperioidea), representadas por seis familias, 25 subfamilias, 465 gé-
neros, 708 especies y 552 subespecies. La riqueza de mariposas en Chiapas
equivale a 62 % del total de las especies en México y a 6.5% en el mundo
.P
León-Cortés, J. L., A. Luis-Martínez, M. Blas, et al. 2013. Mariposas. pp. 213-218. En: La biodiversidad en Chiapas:
Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno
del Estado de Chiapas, México.
214 La biodiversidad en Chiapas
a.
distribuidas en 197 géneros; por el contrario, damente diversos, debido a que un número im-
Papilionidae es la familia con menor número de portante de sus representantes pueden ser eco-
nt
especies registradas: 40 especies y 10 géneros lógicamente especializados (al requerir caracte-
(figura 1). rísticas específicas del ambiente para llevar a
ve
Indudablemente, aún existen especies por cabo su reproducción) o bien porque se encuen-
registrar o describir en la región chiapaneca tran restringidos espacialmente.
(Callaghan et al., 2007); por ejemplo, del total A lo largo de la distribución geográfica de las
su
de los sitios estudiados en Chiapas, 37 % (o 633 mariposas, el lugar o espacio que ocupan puede
sitios) registra una especie y, aproximadamente, estar determinado por una variedad de factores
2 % (14 sitios) registra más de 100 especies ecológicos tales como la elevación del terreno, el
da
(León-Cortés et al., 2003). Sin embargo, al microclima, el tipo de vegetación, el tamaño del
contrastar su nivel de conocimiento con el de cuerpo, la habilidad de dispersión, el tamaño pobla-
otros grupos de insectos, las mariposas de cional, la disponibilidad de recursos alimentarios
bi
Chiapas pueden considerarse relativamente (Weiss et al., 1988; Lawton, 1993; Schultz y Dlu-
bien conocidas y catalogadas. Así lo sugiere una gosh, 1999). Sin embargo, la historia de las áreas
hi
comparación del tamaño de las faunas registra-
das a partir de un análisis estadístico de los in-
geográficas también ha tenido una influencia im-
portante en la distribución actual de las comunida-
ro
ventarios; la diversidad de mariposas ha sido des de mariposas terrestres. Por ejemplo, la fauna
adecuadamente documentada en Chiapas (figu- de mariposas de los bosques mesófilos de montaña
ras 2 y 3). Sin embargo, algunos grupos de se caracteriza por poseer representantes que sólo
.P
ta
500
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400
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Número de especies
gr
300
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sió
200
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100
V
0
Papilionidae Pieridae Lycaenidae Riodinidae Nymphalidae Hesperiidae
Familias
Figura 1. Número total (barras) de especies registradas para seis familias de mariposas en Chiapas. Fuente: León-Cortés et al., 2003; Luis-
Martínez et al., 2003.
Capítulo 8 Diversidad de especies 215
viven en este tipo de vegetación, debido a que sus Ocote en el municipio de Ocozocoautla y las
requerimientos ecológicos les impiden ampliar sus áreas de matorral de la Depresión Central. De
límites de distribución espacial, y también debido nuestro conocimiento sobre la distribución y
a que históricamente estos bosques han sufrido biología de las mariposas, es posible estimar
procesos de aislamiento, con lo que se ha propi- que el número de especies de mariposas descri-
ciado una fauna exclusiva, aunque también alta- tas hasta el momento en Chiapas corresponde
mente diversa (Anderson y Ashe, 2000). Algunos a 80 o 90 % del total aproximado.
a.
biólogos estudiosos de las mariposas han sugeri-
do que las comunidades de mariposas pueden Importancia (ecológica, económica
nt
estar organizadas dependiendo de sus preferen- y cultural)
cias y actividades durante su ciclo de vida (De-
ve
Vries, 1987). Por ejemplo, las mariposas Riodini- La capacidad de movimiento de las mariposas les
dae de la selva alta tropical son típicamente raras permite visitar una amplia variedad de hábitats y,
en el estrato bajo del bosque (sotobosque o piso a su vez, facilitar un recambio importante de
su
del bosque), en cambio, pueden ser vistas libando servicios ecológicos entre ecosistemas aparente-
néctar de las flores y defendiendo territorios o mente inconexos. Por ejemplo, el intercambio de
simplemente patrullando en el dosel del bosque, individuos entre distintas poblaciones en los dife-
a
lo que hace suponer que esta familia constituye rentes tipos de vegetación (bosques con acahua-
una fracción importante de la fauna de mariposas les) permite que las características genéticas se
id
del estrato alto de la vegetación. renueven y las poblaciones permanezcan cons-
Además, la parte de la diversidad de maripo- tantes); la polinización de un número importante
b
sas diurnas que aún se desconoce se encuentra de plantas de importancia ecológica y económica
en los remanentes de bosque mesófilo de las
Montañas del Norte del estado de Chiapas, las
hi
depende en gran medida de la actividad de poli-
nizadores (DeVries, 1987); el control de malezas
ro
selvas medianas perennifolias de la selva de El se lleva a cabo por la acción de numerosas espe-
50
.P
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40
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30
Especies
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10
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100 200 300 400 500 600
V
Individuos
Observadas Estimadas
Figura 2. El número total de especies observadas y estimadas de la familia Papilionidae en Chiapas con respecto al número de individuos
acumulados. Fuente: datos compilados de la Colección Entomológica de Ecosur.
216 La biodiversidad en Chiapas
cies que en estadio larval consumen grandes Por lo anterior, es importante disponer de
cantidades de materia vegetal. En general, no datos precisos y confiables sobre el estado de
podríamos contemplar la integridad y funcionali- conservación de las poblaciones de mariposas
dad de un ecosistema natural sin la acción de chiapanecas, y sobre su biología y respuestas
numerosas especies tanto animales como vege- inmediatas a las alteraciones de su hábitat. Por
tales. De este modo, al suponer que la elimina- ejemplo, se ha estimado que en tan solo un área
ción de ciertos hábitats no altera el equilibrio y de 22 km², en la Depresión Central de Chiapas,
.
funciones de los ecosistemas, olvidamos que el por lo menos 50 % de las especies de la familia
ta
rompecabezas ecológico no podría estar comple- Papilionidae han reducido sus poblaciones dra-
to ni verse sano sin la acción y colaboración de máticamente (Molina-Martínez y León-Cortés,
n
numerosos ingenieros ecológicos. Las mariposas, 2006), debido fundamentalmente a la pérdida y
ve
como otros insectos, permiten el funcionamiento fragmentación de los hábitats naturales. Otro
y la continuidad de nuestros ecosistemas. caso lo constituyen las poblaciones de Baronia
brevicornis (Salvin), un papilionido raro que en
su
Situación y acciones de conservación su etapa larval se alimenta de las hojas del
“Quebracho” (Acacia pennatula), una legumino-
La mayoría de los ecosistemas del estado de sa que es común en áreas de manejo tradicional
da
Chiapas han sido modificados dramáticamente en la zona montañosa de la Depresión Central
durante los últimos 20 a 30 años (León-Cortés de Chiapas. Los sistemas tradicionales de uso
et al., 2004). Dichas alteraciones han propiciado de la tierra en Chiapas y otras partes del sur de
bi
una variedad de cambios en las poblaciones de México privilegian la rotación del ganado duran-
insectos, desde cambios fundamentales en las te la época seca del año, lo que a su vez permite
abundancias de las especies y cambios en la
estructura genética de ciertas poblaciones,
hi la dispersión de semillas y el establecimiento de
plántulas del “Quebracho”. Una vez que las
ro
hasta fenómenos de extinción local o regional plántulas se han establecido, los individuos del
(León-Cortés et al., 1999, 2000). “Quebracho” dominan las comunidades vegeta-
.P
70
ta
60
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50
at
40
Especies
gr
30
n
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V
Individuos
Observadas Estimadas
Figura 3. El número total de especies observadas y estimadas azul de la familia Pieridae en Chiapas con respecto al número de individuos
acumulados. Fuente: datos compilados de la Colección Entomológica de Ecosur.
Capítulo 8 Diversidad de especies 217
les propiciando así las condiciones adecuadas mico (León-Cortés et al., 2003). A pesar de que
para la reproducción del lepidóptero. De este la infraestructura básica de las colecciones de
modo, la supervivencia de este lepidóptero an- insectos en Chiapas es sumamente variable –y en
cestral en Chiapas parece estar ligada a la ese sentido es indispensable reforzar el interés
permanencia de los sistemas de manejo tradi- por contar con buenos acervos científicos– los
cional (León-Cortés et al., 2004). Lo paradójico beneficios inmediatos de una red de colecciones
es que seguramente otras especies de insectos biológicas (entomológicas) en Chiapas pueden
a.
(entre ellas las mariposas) han logrado resistir a reflejarse en un mejor funcionamiento, planeación
los embates de los cambios en el uso del suelo y proyección del estudio de la biodiversidad en la
nt
y la fragmentación, desarrollando estrategias frontera sur y en el resto del país. Segundo, al
para utilizar ciertos remanentes o elementos del evaluar cómo las mariposas perciben su entorno
ve
paisaje (por ejemplo, cercos vivos, parches de y cuáles han sido las respuestas inmediatas de las
bosque, líneas arboladas) que proveen de los especies a fenómenos globales como la fragmen-
recursos necesarios para que los insectos com- tación del hábitat y el cambio climático, es posible
su
pleten su ciclo de vida. analizar y predecir el comportamiento de estos
Por último, consideramos que para lograr un organismos ante escenarios ambientales proba-
conocimiento integral de las mariposas y otros bles, así como proponer las estrategias que miti-
a
organismos afines en Chiapas es necesario avan- guen la pérdida o disminución de las poblaciones
zar en el uso de herramientas y acervos para el de numerosas especies. Un programa integral de
id
estudio de la biodiversidad, así como en el desa- conservación de las poblaciones de mariposas
rrollo de programas de investigación de aspectos debe sustentarse en un conocimiento biológico
b
biológicos básicos de las mariposas. Primero, es sólido de estos organismos.
importante reconocer y fortalecer el valor de las
colecciones biológicas en Chiapas como fuentes
hiEn general, la conservación de los ecosiste-
mas en Chiapas y sus componentes esenciales
ro
de información y referencia para la consulta inme- (la diversidad de especies) debería estar susten-
diata sobre la taxonomía, distribución, usos y es- tada en reconocer con qué contamos (cuántas y
tado de conservación de las mariposas. Los ban- dónde se localizan las especies), pero también
.P
cos de información de las colecciones biológicas en la valoración de las relaciones de las especies
permiten disponer de datos sobre la representati- con su entorno. La agenda de investigación re-
vidad de la fauna de mariposas en el Sur de Mé- gional es vasta y con retos importantes en años
ta
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gr
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ty of Washington 105 (1): 209-224.
su
da
bi
hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Capítulo 8 Diversidad de especies 219
Mariposas nocturnas
(“palomillas”)
Jorge L. León-Cortés
Introducción
a.
Las palomillas son insectos íntimamente relacionados con las mariposas. Ambos
nt
pertenecen al orden de insectos Lepidoptera y, aunque se han hecho intentos
por subdividir a los miembros de este orden empleando una variedad de clasi-
ve
ficaciones tales como Microlepidoptera y Macrolepidoptera, Frenatae y Jugatae,
o bien Monotryisia y Ditryisia, algunos de estos nombres no persisten en las
clasificaciones actuales debido a que en ningún de estos casos es posible dis-
su
tinguir grupos naturales (por ejemplo, la característica de poseer un ancestro
compartido). Las mariposas representan a un grupo compacto que ha evolucio-
nado a partir de las palomillas.
da
Existen diversas características que permiten diferenciar a las palomillas de
las mariposas. En principio, la mayoría de las palomillas son nocturnas, aunque
algunos representantes son activos durante el crepúsculo o bien durante el día,
bi
pero la diferencia más evidente entre palomillas y mariposas es la forma de las
antenas. La mayoría de las mariposas poseen antenas delgadas simples, que a
hi
su vez presentan una forma oblonga hacia su ápice. En cambio, las palomillas
poseen antenas en forma de combo o pluma, o bien pueden ser filamentosas pero
ro
sin estructuras hacia el ápice. Muchas palomillas presentan una estructura cono-
cida como frenulum, que es un filamento emergente en la unión de las alas ante-
riores y posteriores, y se puede observar solamente al manipular los especímenes.
.P
Por otra parte, las palomillas desarrollan un capullo de seda en el que toma
lugar la metamorfosis en el estadío de pupa (previo a la fase adulta de las pa-
lomillas). En cambio, la mayoría de las mariposas forman una pupa expuesta a
ta
que las primeras poseen colores brillantes en las alas, en tanto que las palomi-
llas tienden a ser de color pardo, grises, blancas o negras, frecuentemente con
gr
tono oscuro. Las palomillas presentan un cuerpo cubierto de sedas densas que
las hacen verse más bien pachonas, en cambio, las mariposas poseen escamas
finas. Esta última diferencia podría tener relación con la necesidad de las palo-
n
millas de conservar el calor durante las noches, ya que las mariposas son capa-
sió
ces de absorber la radiación del sol. Finalmente, las palomillas suelen posarse
con las alas extendidas y las especies pueden pasar desapercibidas a los de-
predadores inclusive al extender lateralmente las alas, enrollarlas y semejar
pedazos de pastos secos aun a plena luz del día, como en el caso de los miem-
er
León-Cortés, J. L. 2013. Mariposas nocturnas (“palomillas”). pp. 219-226. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio
de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado
de Chiapas, México.
220 La biodiversidad en Chiapas
Dado el escaso conocimiento de los grupos de la diversidad del orden Lepidoptera. La mayo-
más diversificados de la fauna de palomillas en ría de los lepidópteros están representados por
nuestro país, y en particular en Chiapas, es opor- una amplia gama de microlepidópteros (palomi-
tuno hacer un breve recuento de los principales llas) que provienen de una variedad de linajes
eventos evolutivos (por ejemplo, la historia de evolutivos (Whiting, 2004). Durante los últimos
cambio a lo largo del tiempo) de las palomillas. 30 años, los estudios sobre la morfología de los
No se trata de una revisión amplia, sino de la lepidópteros más primitivos, así como algunos
a.
descripción de los eventos más importantes en la estudios moleculares recientes, han permitido
diversificación de este grupo, con el mero interés entender las relaciones filogenéticas entre los
nt
de entender los niveles de diversidad de los gru- grupos de palomillas más primitivos (Davis, 1986;
pos de palomillas. También se revisa brevemente Krenn y Kristensen, 2000). Kristensen (1999)
ve
el estado de arte de algunos de los factores reconoció 46 superfamilias de Lepidoptera y ha
ecológicos que influyen sobre la distribución, así presentado una propuesta de la forma en como
como algunos aspectos de la importancia (ecoló- este grupo de insectos ha evolucionado.
su
gica, evolutiva, económica y social) y el estado de La filogenia de Lepidoptera se asemeja a la de
conservación de algunas especies de palomillas un combo (figura 1), se aprecia que una serie de
en nuestra región. modificaciones en ciertas partes del cuerpo en
da
unos cuantos grupos han representado el deto-
De las palomillas masticadoras a nador de la diversificación de Lepidoptera, como
las succionadoras la aparición de especies nuevas. Los primeros
bi
tres grupos en la historia evolutiva de las palomi-
Indudablemente, el grupo Lepidoptera correspon- llas (Micropterigoidea, Agathiphagoidea, Hetero-
hi
de al grupo de herbívoros más diverso sobre la
Tierra. Las mariposas se encuentran bien docu-
bathmioidea) corresponden a palomillas primiti-
vas que presentaban mandíbulas y músculos
ro
mentadas y son carismáticas, sin embargo, tal asociados para masticar. En efecto, estos insec-
grupo corresponde tan sólo a una fracción menor tos se alimentaron de los restos de las plantas en
.P
simple
at
Plutellidae)
Palomillas modificadas
Apoditrysia (Sesiidae,Cossidae,
Tortricidae,Pterophoridae
er
Palomillas Macrolepidoptera
(Geometridae, Arctiidae,
Macrolepidoptera Noctuidae,Bombycidae,
Hespiriidae, mas otras
mariposas
Figura 1. Principales eventos evolutivos de la filogenia de Lepidoptera. Fuente: modificado a partir de Whiting, 2004 y elaborado por J. León-Cortés.
Capítulo 8 Diversidad de especies 221
el suelo o bien perforaban el interior de las semi- grupos, de los cuales, el más diverso correspon-
llas o las hojas de las plantas (Whiting, 2004). de a las palomillas de la familia Pyralidae. Las
El primer cambio importante en la morfología palomillas Macrolepidoptera incluyen a los lepi-
de lepidópteros fue la reducción y pérdida de las dópteros más espectaculares, como Arctiidae y
mandíbulas masticadoras en los insectos adultos, Noctuidae, y son aquellas que poseen alas rela-
las que fueron reemplazadas por una probóscide tivamente amplias: por ejemplo, la palomilla que
succionadora (estructura típica de la mayoría de habita los bosques templados de Chiapas,
a.
los Lepidoptera). Este cambio morfológico propi- Thysania agrippina (Noctuidae), puede llegar a
ció que los lepidópteros adultos dependieran ex- medir hasta 35 cm de longitud con las alas ex-
nt
clusivamente de nutrientes fluidos, lo que facilitó tendidas. Dentro de los Macrolepidoptera, el
su acceso al néctar de las flores (Kristensen, grupo de palomillas de la familia Noctuoidea
ve
1997). Probablemente, la facilidad de estos in- posee más de 30 000 especies descritas y cons-
sectos para explotar el néctar de plantas con tituye uno de los grupos de lepidópteros más
flores sea la razón de poseer tal diversidad y diversos y exitosos sobre la Tierra.
su
éxito en la naturaleza. Actualmente, se estima que el número de
En general, la probóscide de los lepidópteros especies de lepidópteros descritas en el mundo
tiende a ser larga y flexible, y está adaptada para es de aproximadamente 150 000, aunque algu-
da
detectar y extraer el néctar alojado en las flores nos autores sugieren que el grupo puede incluir
(Krenn, 1998). Algunas palomillas primitivas cerca de 500 000 especies (Kristensen y Skalski,
(Eriocranioidea, Acanthopteroctetoidea y Lopho- 1999). De las 150 000 especies descritas, las
bi
coronoidae) poseen una probóscide relativamen- palomillas podrían representar al menos 85 %,
te simple y poco móvil (Nielsen y Kristensen, es decir, cerca de 130 mil especies.
hi
1996), en tanto que otras palomillas (por ejemplo,
Myoglossata) poseen una probóscide muy sensi-
Ya que las mariposas diurnas han sido catalo-
gadas con mayor precisión que las palomillas, se
ro
ble que les permite una mayor eficiencia en la estima que la fauna de mariposas reportada en
detección del néctar en las flores. México corresponde a cerca de 10 % del total
A lo largo de la historia evolutiva de los lepi- mundial. A su vez, Chiapas posee la fauna de
.P
dópteros han ocurrido otras modificaciones im- mariposas más diversa de México (aproximada-
portantes en la morfología de las alas y en las mente 1 252 especies, lo que representa 70 % de
estructuras para la reproducción. Por ejemplo, la lo registrado en nuestro país). Si tal proporción
ta
forma de las alas en las palomillas más primitivas prevalece para el caso de la fauna de palomillas,
son del mismo tamaño (condición “homoneura- es posible suponer que el número de especies de
ui
na”), en tanto que en linajes de palomillas más palomillas en México oscile en las 13 000 especies,
recientes, las alas anteriores son más pequeñas de las que probablemente 8 000-9 000 especies
at
palomillas han sido difíciles de precisar, en buena la diversidad de este interesante y numeroso
medida debido a las modificaciones continuas en grupo de insectos en México y en Chiapas. Sólo
la morfología, cuyos procesos han facilitado la ciertos grupos de palomillas macrolepidópteras
n
En resumen, aunque existen avances impor- telspacher, 1978, 1995, 1998a y b; Gómez-Nuca-
tantes en el conocimiento de las relaciones de mendi et al., 1999; Hernández-Baz, 1992; Lloren-
parentesco entre los lepidópteros, el verdadero te et al., 1996, 2000; León-Cortés, 1995, 2000;
reto del estudio de la sistemática de Lepidopte- León-Cortés y Pescador, 1998; León-Cortés et
er
ra representa la interpretación detallada de tales al., 1998, 2006). Los cuadros 1 y 2 resumen la
relaciones entre todos los grupos. información sobre el número de especies repor-
V
cuenta con pocos reportes que muestren la distri- ventaja de microambientes generados durante
bución regional de la mayoría de las palomillas. Los los disturbios (Kitching y Rawlins, 1999; Ho-
reportes sobre distribución de fauna de palomillas lloway et al., 2001).
en Chiapas corresponden, por lo general, a estu- Como otros insectos, las palomillas suelen
dios faunísticos por localidad y no a estudios re- emplear más de un hábitat para satisfacer sus
gionales que podrían permitir apreciar las áreas de necesidades vitales, por ejemplo, alimentación,
distribución con más detalle. En este sentido, es descanso, cópula, migración (Janzen, 1986) y,
a.
necesario organizar la información disponible de en todo caso, ello hace pensar que al proteger
distribución y riqueza de los grupos de palomillas sólo ciertas porciones de terreno, el hábitat in-
nt
en Chiapas (por ejemplo, familias Sphingidae y tegral de las especies no está representado
Saturniidae), de manera que podamos contar con adecuadamente.
ve
mapas que muestren aquellas áreas ocupadas, así En el contexto regional, las selvas siempre
como aquellas áreas en las que habría que poner verdes de Chiapas (como la zona de la Selva
mayor énfasis en el muestreo. Lacandona) representan el último remanente
su
importante de este tipo de bosque tropical en
Importancia y conservación de las México, y el límite natural norteño de este eco-
palomillas sistema y el de todas las especies que allí habi-
a
tan (Mendoza y Dirzo, 1999). Para dar un
Los insectos juegan un papel central en el fun- ejemplo, por lo menos, 70 especies de la familia
id
cionamiento de los ecosistemas terrestres. Re- Sphingidae están asociadas a este ecosistema
presentan engranes de gran importancia en el y debido a que 80 ó 90 % de los bosques en
b
reciclaje de nutrientes, como herbívoros, polini- Chiapas y el sur de México han sido impactados
zadores, y como parte del alimento de una varie-
dad de organismos, desde vertebrados a inver-
hi
y –en alguna proporción– transformados a pas-
tizales, sistemas agrícolas y acahuales, es pro-
ro
tebrados (Summersville y Crist, 2004; Sum- bable que el hábitat de reproducción de estos
mersville et al., 2004). Son particularmente insectos se haya reducido dramáticamente. En
abundantes y muy diversos en bosques tropica- un muestreo realizado durante dos años en la
.P
les, aunque se requiere mayor investigación Selva Lacandona (León-Cortés, 1995) en potre-
para distinguir las funciones de numerosas es- ros (ambientes perturbados) y en selva continua
pecies en estos ecosistemas. (conservada), ciertas especies de palomillas
ta
Debido a una estrecha relación con la vege- esfíngidas (como Aleuron chloroptera y Protam-
tación donde habitan, los insectos herbívoros bulyx xanthus) no fueron registradas en sitios
ui
un modelo interesante para el estudio de los preferencia por condiciones específicas que
efectos de la pérdida y transformación del hábi- únicamente se observan en selvas bien conser-
gr
tat ya que son diversas, sus larvas son herbívo- vadas: tamaño de los árboles y cantidad de
ras, los adultos pueden ser observados y reco- sombra asociada a los árboles donde las palomi-
lectados en el campo de manera simple y, en al llas prefieren ovipositar.
n
menos ciertas familias (como Arctiidae), han Por otro lado, desde tiempos prehispánicos,
sió
sido bien catalogadas en una variedad de am- las palomillas en México han representado un
bientes tropicales (Holloway, 1987; Kitching et recurso alimenticio importante para el ser huma-
al., 2000). Estudios previos en ambientes tropi- no. Se han reportado 504 especies de insectos
cales de Asia sugieren que las palomillas Arctii- comestibles en México (Chacón-Sol, 2007). De
er
dae pueden resultar beneficiadas (al incrementar éstas, el orden Lepidoptera incluye, por lo menos,
el tamaño de sus poblaciones) cuando un am- a 45 especies comestibles, la mayoría consumi-
V
biente sufre una perturbación (Holloway, 1998). das en estadio de larva, aunque también se
Las larvas de muchas especies de árctidos son menciona el consumo de pupas o adultos (Cha-
capaces de consumir una amplia variedad de cón-Sol, 2007). Para Chiapas, se han registrado
especies vegetales (por ejemplo, especies que 159 especies de insectos y de ellas 19 especies
se presentan en etapas tempranas en la regene- de lepidópteros son de interés culinario. Chacón-
ración de los bosques), lo que les permite tomar Sol (2007) ha documentado que las larvas y pu-
Capítulo 8 Diversidad de especies 223
Cuadro 1. El número total de especies registradas para siete familias de palomillas en el mundo.
Geometridaeb 20 000
Pyralidaee 16 000
a.
Arctiidae a
11 000
Notodontidae d
3 500
nt
Saturniidae f
1 861
ve
Sphingidaeg 1 300
Fuente: a Watson y Goodger 1986, b Scoble, 1999, c,d Whiting, 2004, e Solis 2007, f Regier et al. 2008 y g Kitching y Cadiou, 2000.
su
Cuadro 2. El número de especies registradas (Chiapasobs) y estimadas (Chiapasest, +/- error están-
dar de la media) para siete familias de palomillas en Chiapas y en tres regiones de América Latina.
a
Región Familia
id
Arctiidae Geometridae Noctuidae Notodontidae Pyralidae Saturniidae Sphingidae Areae
b
Chiapas est
217(40) 815 (252) 859 (59) 110 (40) 641 (489) 90 (37) 141 (20) 74
Belicea
Costa Ricab
215
148
136
739
143
800
70
150
hi 152
1130
53
126
103
152
23
51
ro
Ecuadorc 287d 1266d 168 270
.P
Fuente de los datos: Chiapasobs Hernández-Baz (2012); León-Cortés (2000); León-Cortés et al. (2005, 2006), aMeerman (1999), bHaber (1983);
Janzen (1984, 1988); Brehm et al. (2007), cBrehm et al. (2005); Guevara et al. (2002); Hilt y Fiedler (2006), dlos datos corresponden al gradiente
ta
de elevación en los Andes ecuatorianos, reportados en Brehm et al. (2005) y Hilt y Fiedler (2006). eLas cifras denotan miles de km².
pas de seis especies de palomillas de las familias año, los campesinos de la región recolectan las
ui
Cossidae, Hepialidae, Noctuidae y Saturniidae larvas del Tsatz (figura 2) para consumo y comer-
sirven como alimento entre algunas etnias chia- cio durante los meses de julio a septiembre (la
at
panecas. El gusto por el consumo de insectos ha época de lluvias). Sin embargo, los recolectores
sido una práctica recurrente entre un número del Tsatz prefieren no recolectar las larvas de la
gr
tojolabales, tseltales, tsotsiles y zoques guardan no solo ha regulado el consumo las poblaciones
sió
una estrecha relación con el consumo de los in- del Tsatz, sino ha permitido que las poblaciones
sectos, pero también este vínculo les ha permiti- de este interesante insecto no sean extintas de-
do poder preservar este recurso por muchas bido a las elevadas tasas de cosecha de cada
generaciones. Un ejemplo de ello se puede verano. La tradición del consumo de las palomi-
er
apreciar con el consumo de las larvas del Tsatz llas Tsatz representa un ejemplo fascinante de
(nombre común de la palomilla saturnida Arsenu- manejo (tradicional) de recursos y, sin lugar a
V
ra armida en lengua tsotsil) por comunidades in- dudas, habría que rescatar el conocimiento em-
dígenas tsotsiles en la zona norte de Chiapas. La pírico generado por este tipo de experiencias
palomilla Tsatz presenta por lo menos dos o tres para complementar las estrategias de manejo de
generaciones al año y durante la etapa larvaria otras especies.
se alimentan del follaje de los árboles de corcho Aún falta mucho por hacer en el ámbito de
(Heliocarpus reticulatus y H. donellsmithii). Cada estudio de las palomillas de Chiapas. En gene-
224 La biodiversidad en Chiapas
a.
especies de palomillas han sufrido reducciones
o pérdidas en sus poblaciones –debido a la
nt
transformación y fragmentación de los ambien-
tes naturales–, ningún representante del grupo
ve
de palomillas ha sido incluido en la lista oficial de
las especies amenazadas o en peligro de extin-
ción en el territorio mexicano (Sedesol, 1994).
su
Es claro que éste es un problema de desconoci-
miento y que se requiere la incursión seria y
comprometida de recursos humanos especiali-
a
Figura 2. Larvas del “Tsatz” del cuarto estadío (izquierda). Cosecha zados dedicados al estudio de este fascinante
grupo de insectos.
id
de larvas de la palomilla Tsatz en la región de Simojovel, Chiapas.
(derecha). Fotos: H. Chacón-Sol.
b
Literatura citada hi
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tablece especificaciones para su protección. Diario Ofi-
id
cial 438: 2-60.
b
hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Capítulo 8 Diversidad de especies 227
Mariposas tigre
(Arctiidae)
a.
Fernando Hernández-Baz
nt
Introducción
ve
El conocimiento de la riqueza de los diversos grupos de vertebrados terrestres
en América, como aves, mamíferos, reptiles y anfibios, está casi completo, pero
no podemos pensarlo así para los invertebrados terrestres, en especial para la
su
clase insecta, que es el grupo de mayor riqueza de especies de todo el mundo.
El análisis de la diversidad de los lepidópteros (insectos con alas membranosas
cubiertas por escamas) indica que son muy pocos los grupos que están bien
a
estudiados, como las familias de mariposas diurnas Papilionidae y algunas de
hábitos nocturnos, como Sphingidae y Saturniidae. Estas familias se distinguen
id
por tener algunas especies con colores muy vistosos o de tamaño grande, lo
que les han merecido un valor estético, por lo que existen colecciones de éstas
b
en todo el mundo. Por el contrario, esto no ocurre con otros grupos como los
Arctiidae (mariposas nocturnas tigre), que aunque muchas de sus especies hi
poseen colores bellos, no son tan atractivos para los coleccionistas (Hernández-
ro
Baz y Bailey, 2006).
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Figura 1. Correbidia fana (Druce). Ctenuchinae del estado de Chiapas, espécimen depositado en la Colección
Clave: (Semarnat/CITES/CP-0026-VER/05). Foto. F. Hernández-Baz.
Hernández-Baz, F. 2013. Mariposas tigre (Arctiidae). pp. 227-231. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de
Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado
de Chiapas, México.
228 La biodiversidad en Chiapas
a.
ración de tonos brillantes blancos, amarillos o pupal transcurre entre 15 y 20 días; los adultos
anaranjados, pero también pueden ser negras o o imagos emergidos pueden empezar a aparear-
nt
hialinas. En ocasiones, su coloración es apose- se a las 24 horas. Para esta especie en particu-
mática o críptica para mimetizarse perfectamen- lar, cada hembra puede depositar entre 100 y
ve
te con algunos otros insectos. Sus antenas 150 huevecillos en una sola puesta (Hernández-
pueden ser bipectinadas y ciliadas en los ma- Baz, 1990). Sin embargo, como en todos los
chos o simples en las hembras. insectos, la duración del ciclo biológico está re-
su
La clasificación de los Arctiidae es realmente lacionado con la temperatura y humedad, en
controversial, pero en este caso se basa en el tanto que la fertilidad y fecundidad de la hembra
criterio de Heppner (1991, 1998) quien los divi- depende de la calidad de alimento que consuma
a
de en cinco subfamilias: Arctiinae, Ctenuchinae, durante el estado larvario (Chapman, 1896;
Lithosinae, Pericopinae y Syntominae (figura McFarland, 1973; Scoble, 1992; Romero, 2002).
id
1). La característica principal de esta familia es
la presencia de un órgano estridulatorio en el Diversidad
b
metepisternum del adulto (excepto en Ctenuchi-
nae), así como por la presencia de dos sedas
subventrales (SV) en el meso y metatórax de la
hi
Los Arctiidae incluyen cerca de 11 000 especies
en todo el mundo (Watson y Goodger, 1986), de
ro
larva (Kitching, 1984; Kitching y Rawlins, 1999). las cuales, 719 especies están presentes en la
Otras especializaciones incluyen la presencia de República mexicana (Beutelspacher, 1995a,
un engrosamiento en la base de la vena subcos- 1995b, 1996; Hernández-Baz, 1992). De éstas,
.P
tal (Sc) del ala posterior y la presencia de un par 331 especies (apéndice VIII.10), las tenemos en
de glándulas situadas en la parte anterior y el estado de Chiapas, es decir, 46 % del total
dorsal en la parte final del cuerpo (Holloway, nacional (cuadro 1). Es importante considerar
ta
gía de este grupo, pero principalmente referida México no consideraban a la subfamilia Ctenu-
a especies de interés económico asociadas a chinae (antes Syntomidae, Euchromidae, Ama-
at
cultivos agrícolas o especies forestales, razón tidae, Ctenuchidae) dentro de este grupo.
por la cual sólo conocemos de éstas sus patro-
gr
dae sin importancia ecomómica, no se conocen una interesante y diversa mezcla de elementos
sió
sus plantas de alimentación y, por ende, su faunísticos que concurren en nuestro territorio
biología es prácticamente desconocida. procedentes de las dos grandes regiones del
Las especies de importancia agrícola (plagas continente americano: la Neártica (relativo a la
y polinizadores) son multivoltinas (dos o más porción norte continente americano, septentrio-
er
generaciones anuales) y polífagas, es decir que nal) y la Neotropical (relativo a la porción sur del
se alimentan de varias especies de plantas. Las continente americano, austral), lo cual ha gene-
V
a.
Arctiinae 272 108 164 39.7
Pericopinae 42 18 24 42.8
nt
Ctenuchinae 301 186 115 61.8
Total 719 331 388 46.0
ve
Nota: *Beutelspacher no consideró Ctenuchinae
su
terrritorio, su complicada orografía y diversos ti- nera sustancial Estigmene acrea (Drury), conocido
pos de vegetación. Es importante considerar que como el gusano peludo, que ataca a la alfalfa, el
hay localidades preferentemente visitadas por los algodón, el tabaco, entre otros (Sifuentes y Young,
a
investigadores como Lacantúm, San Cristóbal de 1964; Hernández-Baz, 1993; Roman et al., 1997).
las Casas, Bonampak, Soconusco, Cahuaré, El En suma, consideramos prudente indicar que,
id
Sumidero, Tuxtla Gutiérrez, Selva Lacandona, así a la fecha, no se tiene analizado con precisión las
como las áreas naturales protegidas (Cañón del pérdidas económicas ocasionadas por estas palo-
b
Sumidero, Lagunas de Montebello, Palenque, millas en el estado de Chiapas. Por consiguiente,
etcétera). Se tiene preferencia por aquellas que
cuentan con un tipo de vegetación dominante de
hi
falta mucho por conocer sobre este grupo, y en
especial determinar cabalmente la totalidad de las
ro
selva alta perennifolia, selva mediana subperen- especies de arctiidae para esta entidad, ya que la
nifolia, así como los bosques de pino, encino y información presentada es preliminar y puede
bosque mesófilo de montaña, en el sentido pro- compararse con los especímenes depositados en
.P
mental de los ecosistemas naturales y tienen un Las principales amenazas para las mariposas Arc-
papel muy activo en estado adulto al polinizar las tiidae y, en sí, para todas las mariposas, es la
at
flores, pero a diferencia de sus otros estados fuerte y constante presión de las poblaciones hu-
biológicos por los que atraviesan en su metamor- manas, así como la contaminación y derivado de
gr
fosis completa u holometábola, el segundo esta- esto la inminente alteración y pérdida de hábitat
do de larva es el más dañino para las plantaciones por deforestación para usos agrícolas, ganaderos
agrícolas y forestales. Por ejemplo, en los bos- (pecuarios) y para desarrollos habitacionales.
n
serios problemas fitosanitarios cuando sus pobla- áreas necesitan ser atendidas con prontitud, ya
ciones aumentan en forma desproporcionada, que adolecemos de un inventario completo de
llegando a ser consideradas verdaderas plagas las mariposas de la entidad. Sugerimos conser-
de las coníferas como el caso de Halisidota alter- var por lo menos todos los tipos de vegetación
er
nata (Grote) que ataca Pinus patula; Lophocamba dominante en las Áreas Naturales Protegidas
cibriani Beutelspacher que ataca Pinus ayacahui- (anp) del estado de Chiapas, especialmente en
V
te y Pinus cembroides; así como Lophocampa las Reservas de la Biosfera (Lacantún, Montes
alternata (Grote), que ataca diversas especies Azules, El Triunfo, Selva El Ocote), Áreas de
entre las que destacan Abies religiosa, Pinus Protección de Flora y Fauna (Cascadas de Agua
ayacahuite, Pinus hartwegii, Pinus montezumae, Azul), Parques Nacionales (Lagunas de Monte-
Pinus rudis y Pinus teocote (Cibrian et al., 1998; bello, Palenque y Cañón del Sumidero) y Monu-
Hernández-Baz, 1999). mentos Naturales (Bonampak, Yaxchilán).
230 La biodiversidad en Chiapas
a.
primera etapa se presenta una lista preliminar dientes y ulteriormente proponer las acciones de
de 331 especies de Arctiidae que estimamos conservación. Básicamente se deben proteger los
nt
pueda incrementarse en los años venideros a diversos tipos de ecosistemas existentes en las
cuando menos en 100 especies más, sin em- anp indicadas anteriormente, asegurándonos con
ve
bargo, no podemos indicar aún qué especies ello conservar la mayor parte de la riqueza de
son endémicas. mariposas nocturnas.
su
Literatura citada
a
Beutelspacher, B. C. R. 1995a. Catálogo de los lepidópteros Hernández-Baz, F. 1993. Mariposas nocturnas de Catemaco,
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ve
su
da
bi
hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
V
er
232
sió
n
gr
at
La biodiversidad en Chiapas
ui
ta
.P
ro
hi
b id
a
su
ve
nt
a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 233
a.
Miguel A. Guzmán
nt
Introducción
ve
En el marco de la preocupación creciente sobre la erosión de la biodiversidad a
nivel mundial, emergen pruebas dramáticas de pérdidas en los insectos polini-
zadores, esencialmente abejas, lo cual representa un riesgo mayor para la
su
producción agrícola y la seguridad alimentaria. Por un lado, se ha mostrado que
de 60 a 90 % de las especies de plantas requieren de un polinizador para su
reproducción (Kremen et al., 2007), y se pudo calcular que el rendimiento de 87
da
de los 115 cultivos más importantes para la alimentación mundial se incremen-
ta con los servicios ambientales de polinización; de entre el amplio espectro de
animales que polinizan cultivos, las abejas son los más efectivos (Klein et al.,
bi
2007). Por otro lado, la disminución en la abundancia de abejas es patente,
tanto para las abejas manejadas (Apis mellifera) que sufren una mortalidad
hi
elevada en Estados Unidos (Oldroyd, 2007), como para las especies nativas,
donde se observa un fenómeno de extinción de especies en 80 % de los sitios
ro
de estudio, lo cual se correlaciona con una extinción de especies de flora silves-
tre (Biesmeijer et al., 2006).
Hasta hace poco tiempo, se logró cuantificar con cierta precisión que la poli-
.P
como las frutas y hortalizas (23 %) o los estimulantes (café y cacao, 39 %).
Dado el interés del estudio de este grupo de insectos, tanto por su impor-
ui
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234 La biodiversidad en Chiapas
La Reserva de la Biosfera El Triunfo (rbt), con Se colectaron especies de abejas de cinco de las
una superficie de 119 177 ha, está ubicada al sur seis familias reportadas para México: Andreni-
del estado de Chiapas. Es una zona de contras- dae, Colletidae, Apidae, Megachilidae, Halicti-
tes entre el bosque mesófilo de montaña, selva dae. En total se colectaron 9 214 ejemplares de
alta perennifolia, vegetación secundaria arbórea abejas en los 51 muestreos dentro de los tres
a.
con elementos primarios y cultivos permanentes sitios estudiados: Nueva Reforma (9), Los Oli-
con dominancia de café. Las localidades en las vos (18) y Las Golondrinas (24). Este número
nt
que se muestreó son: el ejido Las Golondrinas representa 76.78 % del total reportado para las
(municipio de Acacoyagua), con un buen nivel de comunidades estudiadas dentro de esta zona de
ve
conservación del ecosistema; Unión Los Olivos la reserva en el marco del proyecto BK063 finan-
(municipio de Mapastepec), con mayor degrada- ciado por la conabio. De estas familias, la ma-
ción del mismo; el ejido Nueva Reforma (muni- yormente representada fue Apidae con 7 030
su
cipio de Acacoyagua), donde la actividad huma- especímenes, seguida por Halictidae con 1 383
na lleva a un estado de degradación más fuerte. especímenes y Megachilidae con 683. Las otras
Entre septiembre de 2004 y diciembre de dos familias se encuentran representadas por
a
2006, se realizaron visitas programadas a los si- menos de 70 individuos (figuras 1 y 2).
tios antes mencionados. Se realizaron nueve Un total de 228 especies o morfoespecies
id
muestreos en Nueva Reforma, 18 muestreos en fueron registrados, las cuales se distribuyen en
Los Olivos y 24 muestreos en Las Golondrinas. El cinco familias y 69 géneros. Las familias de
b
horario de muestreo fue de 07:00 a 16:00 horas. mayor importancia por el número de géneros
Las colectas se realizaron por medio de recorri-
dos a través de caminos y veredas definidas en
hi
representados fueron Apidae (N= 39), Halicti-
dae (N= 13), Megachilidae (N= 9), Colletidae
ro
cada sitio, a lo largo de aproximadamente 15 km (N= 5) y Andrenidae (N= 3) (ver cuadro 1). Las
recorridos en los senderos. Se hicieron en par- abejas colectadas son representativas de las
ches florales, sitios de anidación y colecta aérea zonas de influencia de la reserva, la cual se en-
.P
de los insectos en cuestión, con redes entomoló- cuentra en distintos grados de perturbación. La
gicas aéreas dentro de cada sitio. El número diversidad de abejas aquí presentadas muestra
normal de colectores fue de cuatro personas por ser uno de los primero acercamientos para co-
ta
día de esfuerzo para evitar sesgos en el esfuerzo nocer la fauna de este grupo de insectos en esta
de colecta. Los ejemplares colectados se sacrifi- zona específica de México.
ui
8 000
7 030
7 000
6 000
Número de ejemplares
5 000
a.
4 000
nt
3 000
ve
2 000
1 383
1 000
683
70
su
48
0
Apidae Halictidae Megachilidae Colletidae Andrenidae
Familias
da
Figura 2. Abundancia de familias encontradas en la Reserva de la Biosfera El Triunfo, Chiapas.
bi
ma y la biodiversidad de abejas (ver cuadro 2). En
De acuerdo con Michener (1979), una de las efecto, yendo de Nueva Reforma a Los Olivos y
faunas de abejas más pobres es la contenida en
los trópicos, en comparación con la apifauna
hi
Las Golondrinas, se tiene un gradiente de con-
servación de la biodiversidad, en particular en el
ro
presente en las regiones templadas y desérticas estrato arbóreo del cafetal. Si bien los índices
del mundo; sin embargo, Ayala et al. (1993) se- reflejan una biodiversidad similar en los tres si-
ñalan que probablemente las regiones tropicales tios, aparece que esta biodiversidad es constitui-
.P
sean las menos conocidas de todas las regiones da por diferentes especies. Se requiere aún pro-
en México. El inventario faunístico de la Reserva fundizar este análisis para determinar qué espe-
de la Biosfera El Triunfo arrojó un total de 222 cies se ponen en riesgos por el manejo agrícola y
ita
especies de abejas, un número de especies muy qué implicaciones tiene esto para la conservación
cercano a las 228 encontradas en Chamela por de la biodiversidad de Chiapas.
u
Yucatán, exceptuando las 356 especies reporta- brindan al ecosistema donde habitan son suma-
das para la Sierra del Chichinautzin (Hinojosa- mente importantes, ya que permiten preservar
Díaz, 2003) y las 259 especies colectadas en la integridad del mismo (Gallai et al., 2009). Pero
n
Zapotitlán de las Salinas, Puebla (Vergara-Brice- con las prácticas modernas de agricultura, las
sió
pecies colectadas en nuestro estudio represen- en comparación con aquellos frutos producidos
tan el 47.22 % de los géneros y 11.1 % de las sin la visita de polinizadores (Guzmán-Díaz et
V
Cuadro 1. Abejas colectadas en tres sitios de la la Reserva de la Biosfera El Triunfo (Nueva Refor-
ma, Los Olivos y Las Golondrinas, Chiapas), clasificadas por familia, tribu y género. La última colum-
na muestra el número de especies o morfoespecie del género.
a.
Emphorini 2 Ancyloscelis 1
Melitoma 1
nt
Bombini 2 Bombus 2
Centridini 15 Centris 13
ve
Epicharis 2
Ceratini 13 Ceratina 13
su
Euglossini 16 Eufriesea 3
Euglossa 8
Eulaema 3
a
Exaerete 2
id
Exomalopsini 6 Exomalopsis 6
Meliponini 21 Lestrimelitta 1
b
Melipona 2
hi Nannotrigona
Oxytrigona
1
1
ro
Paratrigona 1
Partamona 2
.P
Plebeia 5
Apidae Scaptotrigona 2
ta
Trigona 4
Trigonisca 2
ui
Eucerini 13 Melissodes 1
Peponapis 2
at
Svastra 1
Syntrichalonia 1
gr
Tetraloniella 2
Thygater 3
n
Xenoglossa 1
sió
Anthophora 2
Ericrocidini 2 Mesocheira 1
Mesoplia 1
er
Tapinotaspidini 7 Monoeca 1
Paratetrapedia 6
V
Nomadini 1 Nomada 1
Osirini 1 Osiris 1
Tetrapedini 1 Tetrapedia 1
Epeolini 1 Triepeolus 1
Xylocopini 7 Xylocopa 7
Capítulo 8 Diversidad de especies 237
Cuadro 1. Continuación.
a.
Lasioglossum 17
Sphecodes 2
nt
Halictidae Augochlorini 30 Augochlora 12
Augochlorella 2
ve
Augochloropsis 3
Caenaugochlora 7
Megalopta 1
Neocorynura 3
su
Pseudaugochlora 2
Osmiini 3 Osmia 1
Heriades 2
Anthidiini 9 Anthidiellum 1
a
Anthidium 2
id
Megachilidae Anthodioctes 4
Hypanthidium 1
Paranthidium 1
b
Megachilini 32 Coelioxys 8
Colletinae
Caupolicanini
6
3
hi Megachile
Colletes
Crawfordapis
24
6
1
ro
Colletidae Ptiloglossa 2
Chilicolini 1 Chilicola 1
Hylaeinae 3 Hylaeus 3
.P
Andreninae 2 Andrena 2
Andrenidae Calliopsini 1 Calliopsis 1
Perditini 1 Perdita 1
ta
Géneros 46 60 63
Morfoespecies 52 68 84
sió
% de morfoespecies 42 57 43
er
Este cuadro presenta la gran cantidad de culti- Otra estrategia para valorizar la biodiversi-
V
vos domésticos y comerciales de Chiapas que dad de las abejas y, por lo mismo, contribuir a su
dependen de las abejas para su polinización, es decir, conservación, sería desarrollar el cultivo de al-
in fine para asegurar un buen rendimiento de produc- gunas especies de abejas nativas sin aguijón o
ción. De ello desprende la importancia para los meliponinos (meliponicultura) registradas en
habitantes del estado de Chiapas de conservar este documento. Este aspecto se desarrollará
la biodiversidad de abejas. en el capítulo 4 de esta obra.
238 La biodiversidad en Chiapas
a.
Xylocopa (Neoxylocopa) mexicanorum Café (C. arabica), ceiba (C. pentandra)
Exomalopsis spp. Aguacate (Persea americana)
nt
Peponapis smithi Calabaza (Cucurbita pepo)
Peponapis utahensis Calabaza (C. pepo)
ve
Thygater (Thygater) analis Calabaza (C. pepo)
Thygater (T.) montezuma Calabaza (C. pepo)
Thygater spp. Achiote (Bixa orellana)
su
Xenoglossa gabbii gabbii Calabaza (C. pepo)
Centris spp. Nance (B. crassifolia)
Epicharis spp. Nance (Byrsonima crassifolia)
a
Bombus wilmattae Tomate (Lycopersicum esculentum), aguacate (Persea americana)
id
Bombus mexicanus Tomate (L. esculentum), aguacate (P. americana)
Bombus spp. Melón (C. melo)
b
Melipona beecheii Café (C. arabica), achiote (B. orellana)
Melipona solani Café (C. arabica), achiote (B. orellana)
Nannotrigona perilampoides
hi
Café (C. arabica), achiote (B. orellana), chayote (Sechium edule), aguacate
(P. americana)
ro
Oxytrigona mediorufa Café (C. arabica)
Partamona bilineata Aguacate (P. americana), pepino (Cucumis sativus), melón (C. melo)
.P
Café (C. arabica), limón (Citrus limon), naranjo (Citrus sinensis), capulín (Mun-
Scaptotrigona mexicana
tingia calabura), aguacate (P. americana), rambután (Nephellium lapaceum)
at
Café (C. arabica), limón (C. limon), naranjo (C. sinensis), capulín (Muntingia
Scaptotrigona pectoralis
gr
Trigona (Tetragonisca) angustula Café (C. arabica), limón (C. limon), naranjo (C. sinensis), capulín (M. calabura)
Achiote (B. orellana), café (C. arabica), calabaza (C. pepo), níspero (Eriobo-
n
trata), capulín (M. calabura), mango (Mangifera indica), chayote (S. edule),
limón (C. limon), naranjo (C. sinensis), aguacate (P. americana)
Nance (B. crassifolia), café (C. arabica), calabaza (C. pepo), limón (C. limon),
Apis mellifera naranjo (C. sinensis) níspero (E. japonica), chipilín (C. longirostrata), mango
(M. indica), capulín (M. calabura), chayote (S. edule), aguacate (P. americana)
Capítulo 8 Diversidad de especies 239
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er
V
V
er
240
sió
n
gr
at
La biodiversidad en Chiapas
ui
ta
.P
ro
hi
b id
a
su
ve
nt
a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 241
Eduardo R. Chamé-Vázquez
a.
Introducción
nt
La diversidad de insectos en Chiapas ha sido abordada por León-Cortés et al.
ve
(2005), que reportan 20 órdenes de insectos e incluyen a más de 110 familias,
más de 2 500 géneros y 4 533 especies. Si bien, el número de especies repor-
tado es relativamente alto, es importante mencionar que muchos órdenes no se
su
hallan representados en las colecciones estatales, tal como sucede en el orden
Ephemeroptera.
Por ello, es necesario realizar un esfuerzo para conocer la diversidad ento-
da
mológica que existe en el estado, ya que los inventarios y el análisis de los
mismos ayudarán en la toma de decisiones para conservar la biodiversidad de
Chiapas y México.
bi
hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Figura 1. Estado adulto de una efímera o mosca de mayo. Foto: Eduardo Chamé, 2008.
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(conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
242 La biodiversidad en Chiapas
Descripción del grupo pas, mientras que una especie (Lachlania iops
Allen y Cohen, 1977) es endémica para México
Las efímeras o moscas de mayo (figura 1) perte- (figura 3) (Randolph, 2002).
necen al orden Ephemeroptera y constituyen un Por si fuera poco, en Chiapas existe la posibi-
grupo importante como macroinvertebrados en lidad de estudiar a efímeras fósiles, siendo el
las aguas continentales (McCafferty y Lugo-Or- único estado que tiene depósitos de ámbar cuyo
tiz, 1996). Estos insectos son principalmente origen se estima en el Mioceno (Cenozoico). Es
a.
acuáticos, cuyo ciclo de vida está formado por así que el estudio de estos insectos fósiles es de
varias etapas: huevo, náyade, preimago y adulto. vital importancia para el entendimiento de la pa-
nt
Los huevos son colocados sobre la superficie leoecología y paleobiogeografía de Centroaméri-
del agua, ya sea unos cuantos a la vez, o todos, ca (Solórzano-Kraemer y Mohrig, 2007). Aunque
ve
pero en una o dos agrupaciones de huevos. Del el hallazgo de insectos acuáticos dentro del ám-
huevo emerge una náyade y experimenta una bar no es muy frecuente, Solórzano-Kraemer (en
serie de mudas, las cuales van a variar en tiem- prensa) reporta ocho ejemplares de Ephemerop-
su
po y frecuencia dependiendo de la especie y tera en ámbar de Chiapas: dos identificados a
condiciones climáticas (Edmunds, 1984). nivel de género, Cleodes sp. y Leptohyphes sp. y
Después de la última muda como náyade, una a familia: Leptophlebiidae.
a
emerge un preimago (a veces llamado subima- Debido a los escasos inventarios faunísticos
go), que es un individuo adulto alado pero del grupo, es imposible indicar la distribución
id
sexualmente inmaduro, el cual puede madurar a estatal de cada especie, por lo que se espera que
los pocos minutos o hasta después de 24 horas. en los próximos años esto sea posible.
b
Finalmente, el adulto dedica toda su energía al
apareamiento y oviposición, y luego muere (Ed-
munds, 1984; McCafferty y Lugo-Ortiz, 1996).
hi
Importancia
ro
El ciclo de vida completo puede durar entre La importancia ecológica del orden Ephemerop-
unos meses hasta tres años, dependiendo de la tera es que son un recurso alimenticio para peces
especie y del lugar donde ésta se encuentra (figu- u otros organismos acuáticos y mantienen en
.P
ra 2). Asimismo, el nombre taxonómico que se les equilibrio dinámico a todo un ecosistema acuático
ha asignado hace referencia a la corta duración de (Edmunds, 1984). De igual forma, estos organis-
la fase adulta, el cual puede variar de dos horas mos, por pasar gran parte de su ciclo biológico en
ta
hasta tres días; sin embargo, existen especies que estado de náyade, son utilizados como indicado-
solamente viven 90 minutos (Edmunds, 1984). res ecológicos de la calidad del agua (McCaffer-
ui
ty y Lugo-Ortiz, 1996).
Diversidad y distribución Pese a ello, la riqueza registrada en el estado
at
por 138 especies. Sin embargo, se estima que paración, Veracruz y Guatemala, que se hallan
este número podría aumentar considerablemen- colindando con Chiapas, tienen un elevado nú-
te, ya que existen zonas que aún no han sido mero de especies (figura 4), por lo cual se espe-
n
McCafferty et al., 1997; Randolph, 2002). rante los próximos años (Randolph, 2002; Mc-
Dentro de los estados, Chiapas es el que Cafferty et al., 2004).
tiene la mayor cantidad de especies registra-
das, con 25 % de especies y 43 % de los géne- Situación
er
a.
Amenazas
nt
Si bien, la falta de colecciones de referencia y de
especialistas constituye una dificultad para la
ve
conservación de estos organismos, existen ame-
Figura 2. Ciclo de vida de los Ephemeroptera. Foto: Eduardo nazas más inmediatas y directas que afectan al
Chamé. grupo de estudio. Al igual que el orden Trichoptera,
su
las efímeras pueden enfrentarse a dos problemas
México, 1sp., fundamentales: a) las náyades tienen una extrema
3% sensibilidad a las disminuciones bruscas en las
a
concentraciones de oxígeno disuelto en el agua, lo
cual puede ser causado por un aumento de sustan-
id
cias contaminantes a través de la descarga de
aguas residuales e industriales sin tratamientos, lo
b
que disminuye las posibilidades de alcanzar la
Chiapas 7 spp.,
20 % hi
madurez y completar su desarrollo en la metamor-
fosis náyade-preimago; b) la destrucción acelerada
ro
de los ecosistemas naturales (bosques y selvas)
tiene un impacto muy fuerte, principalmente sobre
los individuos adultos, ya que provoca la pérdida
.P
Conclusiones
ui
Figura 3. Número de especies endémicas de Chiapas y México. perspectivas de estudio que, de manera pronta
y oportuna, podrían ayudar a la conservación de
gr
80
60
Número de especies
50
que no existen claves de identificación para to-
42
40
das las especies de Ephemeroptera, las cuales
35
pueden ser una herramienta indispensable si los
organismos se usan como bioindicadores. Ade-
er
30
25
20
más, es necesario iniciar el estudio de los ciclos
de vida de los efemerópteros mexicanos, puesto
V
10
4
que menos del 50 % de las especies tienen des-
0
critas tanto sus formas inmaduras como adultas
Oaxaca Veracruz Tabasco Chiapas Guatemala
(McCafferty y Lugo-Ortiz, 1996). Dentro de
Localidades vecinas
este apartado, se contempla la formación de
Figura 4. Comparación del número de especies de efímeras en recursos humanos y el establecimiento adecua-
Chiapas con sus localidades vecinas. do de colecciones de referencia.
244 La biodiversidad en Chiapas
a.
resaltar la importancia de acciones a favor de la pidas de los ecosistemas naturales y antropogé-
conservación (como la creación de áreas natura- nicos (McCafferty y Lugo-Ortiz, 1996).
nt
les protegidas) o bien, estandarizar métodos o 4. Como uno de los primeros pasos hacia el
técnicas de colecta, con la finalidad de tener conocimiento y conservación de este grupo de
ve
mejores herramientas para su estudio. insectos, se incluye el listado más actual de las
3. Realización de estudios que consideren a especies de efímeras que se han registrado en
los efemerópteros como bioindicadores de la el estado (ver apéndice VIII.11).
su
calidad del agua. Dadas las características de las
da
Literatura citada
bi
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Capítulo 8 Diversidad de especies 245
Los megalÓpteros:
testigos de un Pasado Glorioso
Atilano Contreras-Ramos
a.
Introducción
nt
Originalmente, el título del presente capítulo incluía una segunda idea sobre
ve
este grupo de insectos: ¿sobrevivientes en un futuro de crisis? El caso de los
megalópteros es como el de otros grupos antiguos que presenciaron un floreci-
miento de la biodiversidad del planeta, que incluyó fenómenos como radiaciones
su
adaptativas, pero también grandes extinciones; sin embargo, han perdurado
hasta nuestros días, aunque tal vez con sólo un porcentaje menor de la diversi-
dad que tuvieron en sus mejores momentos. Irónicamente, las condiciones ac-
da
tuales del planeta, modificadas por los humanos en medida preocupante, pare-
cen plantearles retos tanto o más difíciles para su supervivencia, que aquellos
que han moldeado su historia evolutiva. Por tanto, surge la siguiente pregunta:
bi
¿han de sobrevivir? Cada vez parece menos trivial.
Los megalópteros pertenecen al gran grupo de insectos de los holometábolos,
hi
caracterizados por presentar una metamorfosis completa (estado de huevo, larva,
pupa y adulto) y considerados un grupo exitoso evolutivamente por su alta diver-
ro
sidad, ya que incluye órdenes ricos en especies como Coleoptera (escarabajos),
Lepidoptera (mariposas), Hymenoptera (avispas y abejas) y Diptera (moscas y
mosquitos). Los parientes cercanos de los megalópteros son los Raphidioptera
.P
Contreras-Ramos, A. 2013. Los megalópteros: testigos de un pasado glorioso. pp. 245-251. En: La biodiversidad
en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y
Gobierno del Estado de Chiapas, México.
246 La biodiversidad en Chiapas
a.
Chauliodinae. Todas las especies de Megaloptera interesante que las larvas de la familia Coryda-
pasan su estado larval en el agua (figura 1), lidae posean tanto branquias traqueales, para
nt
tanto en ríos y arroyos, como en lagos o estan- obtener oxígeno disuelto, como espiráculos que
ques. La larva del último estadío o prepupa permiten el intercambio gaseoso con el aire at-
ve
abandona el medio acuático y forma una cámara mosférico. Esto constituye una ventaja en época
pupal, que es una pequeña cavidad en el suelo, de sequía, ya que las larvas pueden sobrevivir
generalmente bajo una piedra u otro substrato, con cierta humedad bajo substratos en el lecho
su
no muy lejos del agua, donde muda al estado de de ríos secos, mientras llegan las lluvias.
pupa. La pupa, que conserva los rasgos primiti- Los megalópteros adultos pueden ser insec-
vos de poder morder y tener cierta movilidad tos espectaculares. Los machos del género
da
(aunque no es capaz de caminar), muda y de ella Corydalus (figura 2) poseen mandíbulas modifi-
emerge el adulto. Los megalópteros adultos son cadas a manera de colmillos, que aumentan su
de hábitos nocturnos, no se alimentan y tienen un longitud en función del tamaño del individuo, lo
bi
vuelo relativamente lento. No obstante, los me- cual ha llevado a taxónomos poco cuidadosos a
galópteros pueden recorrer al vuelo distancias de concluir que ejemplares de distinto tamaño pero
varios kilómetros, como lo constata su recolec-
ción en áreas carentes de ríos cercanos.
hi
de una misma especie pertenecen a grupos di-
ferentes. Algunas especies, como Corydalus
ro
En México, la mayor diversidad de megalóp- magnus, llegan a tener una envergadura alar de
teros pertenece a la subfamilia Corydalinae, que casi 18 cm, mientras que los adultos de Platy-
son especies que habitan desde arroyos de neuromus (figura 3), en particular los machos,
.P
montaña hasta grandes ríos en zonas tropicales. poseen expansiones de la cabeza, posteriores a
Los adultos copulan y las hembras buscan un los ojos, que les dan un aspecto extraño y que,
substrato adecuado, como una piedra grande que al parecer, también incrementan su tamaño en
ta
emerge en un río, una pared rocosa en un cañón función de la talla del individuo.
por donde corre un río permanente o un tronco u
ui
hojas de ramas que quedan sobre el agua, para Origen y significado biogeográfico
poner una masa de huevos cubierta por un mate-
at
rial protector blanquecino, con el diámetro de una El origen de los Neuropterida se remonta al
moneda mediana. Ocasionalmente, un biólogo o Pérmico temprano, hace cerca de 290 millones
gr
marcas de masas blanquecinas de huevos vivos, ros, representada por las familias actuales
sió
Las larvas de los megalópteros pueden ser área depositaria de importantes yacimientos de
sumamente comunes en ríos relativamente cáli- ámbar que datan de entre el Oligoceno tardío y
dos de fondo rocoso, con aguas bien oxigenadas el Mioceno temprano, hace unos 25 m.a. (Engel,
y poco contaminadas. Ahí pueden tener una 2004). Hasta ahora no se han registrado mega-
densidad poblacional considerable y, por tanto, lópteros fósiles en el ámbar de Chiapas, aunque
un papel ecológico importante al ser uno de los sí en el ámbar dominicano (Engel y Grimaldi,
Capítulo 8 Diversidad de especies 247
.
n ta
ve
su
Figura 2. Adulto macho de Corydalus sp. (Corydalidae), vista dorsal.
da
bi
hi
ro
.P
ita
tu
Figura 4. Adulto de Protosialis mexicana (Banks) (Sialidae), cabeza y protórax, vista dorso lateral.
248 La biodiversidad en Chiapas
2007), que tiene una antigüedad cercana al de de que las especies aún habiten los sitios origi-
Chiapas. Por otra parte, el territorio de Chiapas nales de colecta.
es significativo ya que hay indicios de que ha La mayor parte de las especies registradas
permanecido sobre el mar por un largo tiempo. en Chiapas poseen una distribución amplia que
Además, existen reconstrucciones paleogeográ- se extiende a otros países, de afinidad neártica
ficas (Smith y Briden, 1977) que unen a Chia- como Corydalus texanus, o neotropical árida
pas con América del Sur, por lo menos hasta el como C. luteus y húmeda como Chloronia mexi-
a.
Jurásico tardío (hace unos 140 m.a.), cuando cana. No obstante, el estado de Chiapas puede
América del Norte y del Sur finalmente se se- considerarse como un área de endemismo para
nt
pararon, durante el Cretácico. Este origen anti- el género Platyneuromus, ya que en él se han
guo de una porción de la biota de Chiapas po- registrado las tres especies del género, dos de
ve
dría ser causa de relictos biogeográficos, tales ellas con una distribución restringida al estado y
como el bagre Lacantunia enigmatica, reciente- áreas adyacentes de América Central (P. reflexus
mente descrito, que parece estar emparentado se conoce sólo en Chiapas y Guatemala). Éste
su
con linajes africanos (Lundberg et al., 2007), así sería el caso de un posible relicto de afinidad
como el género Platyneuromus (Corydalinae), gondwánica, ya que se trata del grupo hermano
presente en Chiapas y zonas adyacentes de del resto de las especies de la subfamilia
a
América Central. Platyneuromus ha sido postu- Corydalinae del Nuevo Mundo. Es decir, Platy-
lado como el grupo hermano de los otros dos neuromus es el grupo hermano de Chloronia y
id
géneros de Corydalinae del Nuevo Mundo Corydalus, géneros de más amplia distribución
(Glorioso, 1981; Contreras-Ramos, 1998), por que suman 52 especies descritas. El caso de
b
lo cual podría representar el linaje ancestral de Protosialis mexicana es similar (figura 4); se
los Corydalinae americanos. hi
conoce de escasos registros de México (Chia-
pas, Distrito Federal y Veracruz) y Panamá, casi
ro
Diversidad y distribución todos antiguos (Contreras-Ramos, 2008). En
general, las especies de siálidos neotropicales
La fauna perteneciente al orden Megaloptera de están muy poco representadas en colecciones,
.P
Chiapas se compone de nueve especies (cuadro lo que podría reflejar su rareza en la naturaleza.
1), ocho de Corydalidae (Corydalinae) y una de
Sialidae, que constituyen casi 70 % de las espe- Situación y estado de conservación
ta
especies, su identidad está bien establecida y dictamen concreto sobre el estado de conserva-
no hay problema para la identificación de ejem- ción de los megalópteros de Chiapas. Es posible
at
plares adultos. La excepción solía ser Protosialis hacer un ejercicio con los datos de las localida-
mexicana, con una descripción antigua (cuadro des y el estado actual de dichas zonas, lo que,
gr
1), pero recién se ha redescrito (Contreras-Ra- por supuesto, deberá considerar las fechas de
mos, 2008). Los estados inmaduros, en particu- colecta y comparar con la condición actual de los
lar las larvas, que poseen importancia ecológica ríos, arroyos y la vegetación de las localidades
n
ya que son depredadores omnívoros que duran específicas. También se puede realizar un ejerci-
sió
distintivos, como lo demuestra los trabajos de someterse a prueba mediante trabajo en el cam-
Azevêdo y Hamada (2006, 2007) en especies de po. Aunque algunas larvas de especies de mega-
V
Región fisiográfica
Familia / Especie Referencias
en el Estado
Corydalidae
Chloronia mexicana Stitz, 1914 Llanura Costera del Golfo Penny y Flint, 1982
a.
Llanura Costera del Golfo, Montañas del
Corydalus luteus Hagen, 1861 Norte, Altos de Chiapas, Depresión Central, Contreras-Ramos, 1998
nt
Sierra Madre de Chiapas
Montañas del Norte, Sierra Madre de
Corydalus magnus Contreras-R., 1998 Contreras-Ramos, 1998
ve
Chiapas
Montañas del Norte, Sierra Madre de
Corydalus peruvianus Davis, 1903 Contreras-Ramos, 1998
Chiapas
su
Montañas del Norte, Altos
Corydalus texanus Banks, 1903) Contreras-Ramos, 1998
de Chiapas
Montañas del Norte, Montañas del Oriente,
Platyneuromus honduranus Navás, 1928 Glorioso y Flint, 1984
Depresión Central
da
Platyneuromus reflexus Glorioso & Flint, 1984 Montañas del Norte, Montañas del Oriente Glorioso y Flint, 1984
bi
Platyneuromus soror (Hagen) 1861 Montañas del Norte Glorioso y Flint, 1984
Sialidae
pecies. No puede descartarse que algunas espe- substratos) en ríos y arroyos, donde se desem-
cies, como las de los géneros Platyneuromus o peñan como depredadores eurífagos (que tienen
Protosialis, sean sensibles y requieran aguas un amplio espectro de presas) de otros inverte-
ta
limpias y bien oxigenadas. Se sabe que Platyneu- brados, incluidos insectos acuáticos e, incluso,
romus soror prefiere arroyos limpios de montaña pueden llegar a ser caníbales y carroñeros. En
ui
en Nuevo León, mientras Corydalus luteus puede ríos con turbulencia y altitud moderada a baja,
encontrarse en arroyos moderadamente conta- sus poblaciones pueden ser un componente
at
minados cerca de áreas urbanas a baja altitud conspicuo de la comunidad. Éste es un grupo
(Contreras-Ramos, 1999). poco estudiado en México en aspectos básicos
gr
Hidalguense, las larvas son cocinadas para este grupo en México, ofrece una oportunidad
consumo humano (Dr. M. Pino, Instituto de para el estudio y entendimiento del papel que
Biología, unam, com. pers.) En Estados Unidos, juegan en los ecosistemas naturales.
las larvas de Corydalus se utilizan con frecuen- Se recomienda documentar la distribución de
er
cia como carnada en la pesca deportiva. las especies del grupo en el estado, como parte
de trabajos de inventario de la biota de ríos y
V
Chiapas una oportunidad especial para aportar al nidades bióticas de algunos ríos de Chiapas. Es
conocimiento científico. El carácter de endémico tan escaso el conocimiento científico sobre la
que posee el género Platyneuromus para Chiapas mayoría de las especies de megalópteros, como
y áreas adyacentes de América Central justifica lo es el de otros grupos de insectos, que al inves-
la evaluación del estado de conservación de sus tigar la fauna de Chiapas podría aportarse al
especies. Las larvas y adultos de este grupo, que conocimiento de la biodiversidad global. Más
son insectos conspicuos, podrían potencialmente importante aún, debemos comprometernos con
a.
servir como indicadores de la calidad ambiental garantizar que los megalópteros y otras especies
de ríos y arroyos y, por qué no, convertirse en de los ríos y bosques de Chiapas tengan un futu-
nt
especies sombrilla para la conservación de comu- ro, si no glorioso, sí viable y real.
ve
Literatura citada
su
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nt
ve
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b id
hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
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V
V
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252
sió
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La biodiversidad en Chiapas
ui
ta
.P
ro
hi
b id
a
su
ve
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a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 253
Sergio Ibáñez-Bernal
a.
Introducción
nt
El orden Diptera agrupa a los insectos comúnmente conocidos como mosquitos,
jejenes, zancudos y moscas. Es uno de los grupos de mayor diversidad mundial
ve
y uno de los más importantes desde el punto de vista ecológico y económico.
Sus especies tienen función importante en las redes alimentarias de los ecosis-
temas y, desde el punto de vista económico, algunas especies son importantes
su
al ser plagas de vegetación cultivada y silvestre o como transmisoras de orga-
nismos patógenos a vertebrados, donde el humano no es la excepción. A pesar
de su importancia, han sido poco estudiados en comparación con otros grupos
da
y el conocimiento de la fauna de muchas regiones es sólo parcial.
bi
hi
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V
Figura 1. Lutzomyia longipalpis (Diptera, Psychodidae, Phlebotominae). Foto: cortesía del Dr. Ray Wilson, Mole-
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Ibáñez-Bernal, S. 2013. Moscas y mosquitos (dípteros). pp. 253-257. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de
Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado
de Chiapas, México.
254 La biodiversidad en Chiapas
a.
poseen el primer par de alas membranosas, que México ocupa uno de los lugares preponde-
mientras que el segundo par lo presentan modifi- rantes en la lista de países megadiversos. Se ha
nt
cado como órganos de equilibrio durante el vuelo estimado que el orden Diptera pudiera estar
(conocidos como balancines) y las piezas bucales representado en México por alrededor de
ve
están adaptadas para la ingestión de líquidos. 20 000 especies (Morón y Valenzuela, 1993).
Las larvas no tienen patas verdaderas y pueden
o no tener la cabeza con placas endurecidas. Las Importancia
su
larvas suelen encontrarse en sitios diferentes y
alimentarse de otros recursos con respecto a los La gran mayoría de los registros de dípteros en
adultos de su misma especie, por lo que su papel México se ha logrado mediante estudios aisla-
a
en los ecosistemas es muy importante. Además, dos y puntuales, aunque francamente son esca-
pueden ocupar ambientes acuáticos, semiacuáti- sos los estudios con métodos estrictos que to-
id
cos y terrestres desde húmedos hasta muy secos. men en cuenta los ciclos anuales, salvo el caso
Algunas especies son muy abundantes y están de ciertas familias que tienen interés médico o
b
ampliamente distribuidas en el mundo y otras se agrícola –por ejemplo, Simuliidae (Ibáñez-Ber-
especializan para aprovechar microambientes y
alimentos muy específicos. Muchas especies se
hi
nal y Coscarón, 1996), Culicidae (Ibáñez-Bernal
et al., 1996a) y Tephritidae (Hernández-Ortiz,
ro
alimentan de materia orgánica en descomposi- 1996)–. Dichos estudios deben continuarse y
ción, aunque también hay bastantes especies que extenderse a las otras familias en todo el terri-
se alimentan de plantas y otras depredadoras, torio mexicano, ya que la importancia de los
.P
parasitoides y parásitas de animales (figura 1). dípteros desde el punto de vista ecológico y
económico es muy grande. En el sentido ecoló-
Diversidad gico, los dípteros tienen importancia como poli-
ta
y diversos de insectos, solamente superado por de otros insectos, mientras que desde el punto
Coleoptera (escarabajos), Lepidoptera (maripo- de vista económico lo tienen como plagas
at
sas) e Hymenoptera (hormigas, avispas y abe- agrícolas, como posibles agentes biocontrolado-
jas), ya que se han descrito alrededor de 120 000 res de plagas o por ser plagas sanitarias o vec-
gr
tasa de descripción de nuevos grupos y especies que enfermedades tales como el dengue, la
sió
continúa siendo muy alta, sobre todo en las re- fiebre amarilla, diversas encefalitis causadas
giones africana, oriental y neotropical, ya que por virus que requieren insectos vectores, la
son áreas con mucha diversidad que han sido malaria o paludismo, los tipos clínicos de leish-
poco estudiadas en comparación con otras re- maniosis causados por dos o tres especies de
er
da Zona de Transición Mexicana, donde conver- agentes causales son transmitidos a huéspedes
gen elementos tanto de la fauna neártica como susceptibles por ciertas especies de dípteros,
de la neotropical, formando comunidades muy mismas que han sido registradas o existen a la
ricas en especies, además de que por su topo- fecha en Chiapas. Nunca se ha planteado algún
grafía y clima permite la proliferación de espe- tipo de programa de conservación de los dípte-
cies endémicas. ros benéficos, pero la conservación de la vege-
Capítulo 8 Diversidad de especies 255
tación natural y el equilibrio de las comunidades ra de Las Américas al sur de los Estados Unidos
bióticas son favorables para las especies de (Papavero, 1965-1985), aunque existen muchas
dípteros que forman parte de ellas. Por otro otras aisladas donde se informa la presencia de
lado, el uso regulado y adecuado de plaguicidas, otras especies; por ejemplo, recientemente se
el desarrollo de métodos de control biológico y informó del hallazgo de la familia Ptychopteri-
su integración en sistemas racionales puede dae, que no había sido registrada al sur de los
permitir el control de las especies problema sin Estados Unidos de América, mediante una es-
a.
afectar a las poblaciones de insectos útiles. pecie descrita originalmente de la Reserva de la
Biosfera El Triunfo (Hancock et al., 2006).
nt
Distribución y situación Es claro que se requiere realizar urgentemen-
te investigación faunística de este grupo de in-
ve
Por sus características topográficas, posición sectos, ya que en el registro actualizado de es-
geográfica, clima e historia biogeográfica, Chia- pecies descansa toda posibilidad de reconocer
pas representa uno de los estados más importan- el valor de cada una de las especies como inte-
su
tes respecto a su biodiversidad en el país, pero a grantes de los ecosistemas y la importancia di-
la vez es uno de los más vulnerables a su pérdida recta o indirecta que tienen desde el punto de
debido a multitud de factores, entre los que des- vista económico y social.
a
tacan la deforestación y la conversión del paisaje Familias como Cecidomyiidae, Agromyzidae,
para el uso agrícola. De acuerdo a los análisis Tephritidae tienen especies que deterioran plan-
id
elaborados con las familias de Diptera mejor co- tas cultivadas o dañan frutos limitando la produc-
nocidas, Chiapas cuenta con 46.5 % de las espe- ción y sus posibilidades de exportación, otras
b
cies de Culicidae (Ibáñez-Bernal et al., 1996b), se como Drosophilidae han permitido el desarrollo
registra 40 % de las especies de Simuliidae
(Ibáñez-Bernal y Coscarón, 1996) y 27.3 % de las
hi
de la genética humana y de poblaciones, los
adultos de muchas especies de familias, tales
ro
especies de Ceratopogonidae (Ibáñez-Bernal et como Syrphidae, son importantes polinizadores
al., 1996a), del total de especies conocidas en el de plantas, mientras que varias especies de Cu-
país. En el apéndice VIII.12, se presenta un resu- licidae, Simuliidae y Psychodidae, entre otras,
.P
sobre las especies de dípteros de Chiapas son costos para el mantenimiento de los programas
la serie de contribuciones al Catálogo de Dipte- de control entomológico y epidemiológico.
ui
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256 La biodiversidad en Chiapas
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of the Americas South of the United States. Museu de
V
a.
diversidad de vertebrados del estado, incluyendo aspectos de la riqueza y dis-
tribución de especies, las tendencias de cambio en las comunidades y sus há-
nt
bitats, su problemática y necesidades de conservación e investigación. Además,
se incluyen estudios de caso de grupos específicos, así como de la problemáti-
ve
ca de conservación de los vertebrados en la entidad.
La diversidad de peces continentales de Chiapas es una mezcla de linajes
originados en Norte y Sudamérica, pero con mayor influencia de ésta última.
su
Dentro del área continental del estado se han registrado un total de 262 espe-
cies, que representan a dos órdenes con dos familias de elasmobranquios (ti-
burones y rayas) y 21 órdenes con 57 familias de peces óseos; nueve especies
da
son endémicas o exclusivas a las cuencas hidrológicas del estado y diez son
exóticas. Las familias con la mayor riqueza de especies fueron Cichlidae (39),
Poeciliidae (27), Carangidae (17), Sciaenidae (17) y Ariidae (13); estas cinco
bi
familias representan 43 % de las especies registradas para el estado.
A pesar de que se ha logrado avanzar en el conocimiento de la ictiofauna
hi
continental de Chiapas, es necesario continuar con los estudios de descripción,
clasificación y distribución de peces en regiones específicas. Adicionalmente,
ro
es necesario continuar los estudios de sistemática y taxonomía, principalmente
con Silúridos, Profundulidae, Cichlidae y Poecilidae, de tal forma que con el uso
de los métodos y conceptos de la taxonomía filogenética se diluciden las impli-
.P
riqueza registrada para el país. Por otro lado, 15 especies de anfibios están cata-
logadas en peligro crítico, 19 en peligro y 16 vulnerables por la iucn. La nom-
ui
En este total se incluyen 216 especies migratorias latitudinales; la mayoría son alta
(63) o medianamente (354) sensibles a las perturbaciones o cambios ambientales.
V
260 La biodiversidad en Chiapas
Doce especies que se distribuyen en Chiapas son endémicas del país (cinco
son endémicas del estado) y 204 están incluidas en la Norma Oficial Mexicana
(nom-059-semarnat-2010) con diferentes categorías de protección.
Cinco órdenes fueron los que presentaron mayor número de especies en
alguna categoría de riesgo en el estado (Psittaciformes, Falconiformes, Strigi-
formes, Apodiformes y Passeriformes). Las familias que se encuentran en esta
situación son las que incluyen a tinamúes (Tinamidae), cigüeñas (Ciconiidae),
a.
chachalacas y pavas (Cracidae), codornices (Odontophoridae), momotos (Mo-
motidae), aves hormigueras (Thamnophilidae) y túrdidos (Turdidae).
nt
En cuanto a mamíferos terrestres, Chiapas es el estado más diverso con 206
especies, 119 géneros, 29 familias y 11 órdenes, lo que representa 42.7 % de
ve
la riqueza nacional de mamíferos terrestres. Siete de estas especies son endé-
micas del estado. Los grupos mejor representados son los quirópteros (106
especies), los roedores (50 especies) y los carnívoros (19 especies). Es eviden-
su
te que la riqueza de especies de mamíferos no se distribuye de manera homo-
génea en todo el territorio estatal. Las áreas con mayor diversidad aún conser-
van grandes extensiones de bosques húmedos en condiciones de topografía
a
compleja en tierras bajas de la Sierra Madre, las Cañadas de la Selva Lacan-
dona y las Montañas del Norte. Los patrones de distribución obedecen a la
id
historia evolutiva de las especies, su biomasa corporal, sus hábitos alimentarios
y conductuales, sus requerimientos de hábitat y los efectos de la actividad
b
humana, entre otros factores. Estos patrones de distribución son sumamente
hi
variables no solamente entre órdenes, familias y géneros, sino también dentro
de cada una de dichas categorías taxonómicas. Chiapas cuenta con 68 especies
ro
consideradas en alguna categoría de protección de la nom-059-semarnat-2010,
mientras que la uicn y el cites incorporan en sus listados a 41 y 23 especies de
mamíferos presentes en la entidad, respectivamente.
.P
del Jurásico (hace 200 millones de años) hasta el Pleistoceno tardío (30 000-
12 000 años atrás). Sin embargo, a pesar del esfuerzo realizado, aún faltan
at
a.
Introducción
nt
Se denominan vertebrados a todos aquellos animales que poseen columna verte-
bral; se incluyen las rayas y tiburones, peces óseos, anfibios, reptiles, aves y ma-
ve
míferos (Benton, 2005). La historia de este grupo se remonta a más de 540 m.a.
atrás (Kardong, 1999), pero es apenas en los últimos 20 años que nuestro conoci-
miento sobre los vertebrados fósiles ha avanzado notablemente (Carroll, 1988).
su
El estudio de los vertebrados fósiles es una herramienta esencial para las
ciencias biológicas, pues constituye una importante fuente de información que
sirve para conocer su distribución en el pasado, inferir ambientes prehistóricos,
da
reconstruir la historia evolutiva de los vertebrados extintos y vivientes, y pro-
porciona información morfológica de grupos ya desaparecidos (Romer, 1966).
Además, aporta datos que nos ayudan a entender de qué manera los cambios
bi
ambientales y climáticos afectan a la biota de una región, llevándolos en la
mayoría de los casos a la extinción.
hi
En Chiapas, los registros de vertebrados fósiles se remontan al siglo xix,
cuando le fueron llevados “huesos de gigantes” a un fraile de Chiapa de Corzo
ro
en 1849 (Bezares, 1994). Posteriormente, Cope (1872) describió un pez pro-
veniente de las cercanías de Tuxtla Gutiérrez, con una edad probable de
100 m.a. de antigüedad; durante muchos años, este ejemplar fue el único en su
.P
tipo encontrado en el estado. A principios y mediados del siglo xx, los trabajos
formales con este grupo en Chiapas aumentaron, lo que dio como resultado
nuevos registros de vertebrados fósiles (Böese, 1905; Osborne, 1936; Palacios-
ta
del Museo de Paleontología del Instituto de Historia Natural, con apoyo de los
proyectos “Rescate del patrimonio paleontológico de Chiapas” y “Reconstruc-
at
Carbot-Chanona, G. y E. Ovalles-Damián. 2013. Registro de vertebrados fósiles. pp. 261-274. En: La biodiversidad
en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y
Gobierno del Estado de Chiapas, México.
262 La biodiversidad en Chiapas
a.
fue Mullerried (1951). Años más tarde, Kruckow dos Unidos, Europa, Asia y África.
(1958) reportó al tiburón gigante Carcharodon Carcharocles angustidens es un tiburón re-
nt
megalodon proveniente de una localidad incierta portado por González-Barba et al. (2002) prove-
en el municipio de Ocosingo. Posteriormente, niente de sedimentos de edad miocénica tem-
ve
Kruckow y Thies (1990) reportaron al tiburón de prana (hace 23 m.a.), que afloran en la localidad
arena Eugomphodus macrotus y al tiburón gigan- Los Pocitos, en el municipio de Simojovel. Esta
te Procarcharodon megalodon (también conocido especie es muy cercana al actual tiburón blanco,
su
como Carcharodon megalodon) para el Mioceno por lo que es muy probable que su biología
Medio (15 m.a. atrás) de Chiapas, aunque no fuera muy similar.
mencionan la localidad exacta. En sedimentos de la Formación Ocozocoautla,
a
En los alrededores de El Jobo y Copoya, en de edad Cretácico Superior (68 m.a. atrás), en el
el municipio de Tuxtla Gutiérrez, fueron encon- municipio de Ocozocoautla de Espinosa, se han
id
trados dientes de tiburones y rayas que corres- recuperado dientes aislados de tiburones que
ponden a las especies Nebrius sp. (tiburón gato corresponden a las especies Squalicorax pristo-
b
nodriza), Strilatolamia macrota, Carcharias sp. dontus, Squalicorax kaupi (tiburones cuervo),
(tiburón nodriza gris), Odontaspis sp. (tiburón
solrayo), Isurus praecursor (mako), Carcharadon
hi
Carcharias sp., Cretoxyrhina mantelli y Serrato-
lamna serrata (González-Barba et al., 2001).
ro
auriculatus (jaquetón), Hemipristis sp. (tiburón Es importante indicar que las especies de
comadreja), Galeocerdo sp. (tiburón tigre), He- rayas y tiburones encontradas en los municipios
mipristis curvatus (tiburón de dientes nudosos), de Ocozocoautla de Espinosa, Acala y Simojovel
.P
Pristis lathania (pez sierra), Myliobatis sp. (raya de Allende, que corresponden a tres edades di-
águila) y Rhinoptera sp. (raya gavilán) (Ferrus- ferentes (Cretácico Superior, Eoceno Inferior y
quía-Villafranca et al. 1999, 2000, González- Mioceno Inferior, respectivamente) tienen gran
ta
Barba et al., 2004), en rocas de 40 m.a. de anti- similitud con las reportadas en Estados Unidos,
güedad (Eoceno Medio). Estas especies fueron
ui
Cuadro 1. Especies de rayas y tiburones fósiles reportadas para Chiapas. CS, Cretácico Superior;
EI, Eoceno Inferior; EM, Eoceno Medio; MI, Mioceno Inferior; MM, Mioceno Medio (*).
Chondrichtyes
Orden Myliobatiformes
a.
Familia Myliobatidae
nt
Aetobatus sp. 20 de Noviembre, Acala Coutiño-José et al., 2009
Familia Rhinopteridae
ve
Rhinoptera sp. X Tuxtla Gutiérrez González-Barba et al., 2004
Orden Pristiformes
Familia Pristidae
su
Pristis sp. aff. P. lathania X Tuxtla Gutiérrez González-Barba et al., 2004
Orden Orectolobiformes
Familia Ginglymostomatidae
a
Nebryus sp. X Tuxtla Gutiérrez Ferrusquía-Villafranca et al., 1999
id
Orden Odontaspidida
Familia Cretoxyrhinidae
b
Cretoxyrhina mantelli X Ocozocuautla González-Barba et al. 2001.
Serratolamna serrata
Orden Lamniformes
X hi
Ocozocoautla González-Barba et al., 2001
ro
Familia Odontaspidae Ocozocoautla González-Barba et al., 2001
Familia Otodontidae
ui
Familia Anacoracidae
Familia Lamnidae
Familia Hemigaleidae
el Caribe y Europa, lo que indica que Chiapas semidos de agua dulce encontrado en el mundo
formaba parte de la costa del Tethys, un mar que (González-Rodríguez et al., 2002); esta especie
existió en la antigüedad y se ubicaba entre los también es conocida para el Jurásico de Europa
megacontinentes Gondwana y Laurasia. (Alvarado-Ortega et al., 2006). De la misma loca-
lidad provienen los peces Triplomystus applegatei
Peces óseos y Paraclupea sp., del grupo de los clupeomorfos
(que incluye las actuales anchoas, arenques y sá-
a.
A la fecha se han identificado un total de 15 es- balos) que representan especies nuevas para el
pecies y morfoespecies agrupadas en nueve fa- mundo y que tienen relación con especies encon-
nt
milias ocho órdenes, las cuales provienen princi- tradas en Brasil, China y Medio Oriente (Ovalles-
palmente de localidades del Cretácico Inferior Damián y Alvarado-Ortega, 2002; Ovalles-Damián,
ve
(entre 125 y 100 m.a. atrás) localizadas en los 2004; Ovalles-Damián et al., 2004, Alvarado-Orte-
municipios de Ocozocoautla de Espinosa, San ga y Ovalles-Damián, 2008). Otros peces que
Cristóbal de las Casas y Palenque, y del Cretáci- provienen de El Espinal son un picnodonte (grupo
su
co Superior de la Formación Ocozocoutla (68 m.a. de peces de hábitos arrecifales muy bien represen-
atrás) (cuadro 2). tado en el registro fósil de México) (Applegate et
Prymnetes longiventer (figura 2) es el primer al., 2004) y una forma muy parecida a Yabrudi-
da
vertebrado fósil reportado formalmente para Chia- chthys (Alvarado-Ortega et al., 2006), un pez de-
pas, del cual sólo se conoce un ejemplar que fue predador pariente lejano de los salmones.
rescatado de una localidad incierta cercana a La localidad El Chango, también ubicada en el
bi
Tuxtla Gutiérrez (Cope, 1872); aunque, por el tipo municipio de Ocozocoutla, es una localidad fosi-
de roca en el que está preservado, es posible que lífera recién descubierta con un alto potencial
provenga de El Espinal, una cantera ubicada en las
cercanías del poblado Espinal de Morelos, en
hi paleontológico. En esta localidad se han descu-
bierto un sinnúmero de peces fósiles, de los
ro
Ocozocoautla de Espinosa. Macrosemius founeti cuales, la mayoría aún está en proceso de estu-
(ahora determinado como Macrosemiocotzus sp.) dio. Sin embargo, los trabajos recientes realiza-
es un pez proveniente de la localidad El Espinal y dos por Ovalles-Damián et al. (2006) y Alvarado-
.P
representa el segundo pez del grupo de los macro- Ortega et al. (2009) han identificado varias espe-
u ita
at
gr
n
sió
er
V
Figura 2. Prymnetes longiventer, el primer vertebrado fósil encontrado en Chiapas, descrito por Edward D. Cope en 1842. Foto: Gerardo
Carbot-Chanona.
Capítulo 8 Diversidad de especies 265
Cuadro 2. Especies de peces óseos fósiles reportadas para Chiapas. CI, Cretácico Inferior; CS,
Cretácico Superior.
Osteichtyes
Orden Pycnodontiformes
a.
Familia Pycnodontidae
Pycnodus sp. Palenque Mullerried, 1951
nt
Gen y sp. indet. X El Espinal, Ocozocoautla Alvarado-Ortega et al., 2009
Orden Macrosemiiformes
ve
Familia Macrosemiidae
Macrosemius founeti (=Macrose-
X El Espinal, Ocozocoautla González-Rodríguez, 2002
miocotzus sp.)
su
Orden Ichthyodectiformes
Primnetes longiventer X El Espinal, Ocozocoautla? Cope, 1972
Gen y sp. indet. X El Chango, Ocozocoautla Alvarado-Ortega et al., 2009
a
Orden Ellimmichthyiformes
id
Familia Paraclupeidae
Alvarado-Ortega y Ovalles-Damián,
Triplomystus applegatei El Espinal, Ocozocoautla
b
2008
Paraclupea sp. hi
El Espinal, Ocozocoautla
Ovalles-Damián y Alvarado-Ortega,
2002
ro
Orden Alepisauriformes
Familia Enchodontidae
Ovalles-Damián et al., 2006:
.P
Orden Crossognathiformes
Familia Pachyrhizodontidae
gr
Orden Gonorhynchiformes
n
Familia Gonorhynchidae
Ovalles-Damián et al., 2006;
sió
Familia Salmonidae
Incertae sedis
Cerro El Venado, San Cristóbal
Gen y sp. indet. X Ovalles-Damián, datos no publ.
de las Casas
cies, entre las que se cuentan Enchodus sp., ha sido planteada por otros autores con base en
género muy difundido en el mundo durante el las arañas e insectos fósiles encontrados en el
Cretácico (Silva, 2007); Saurorhamphus sp., un ámbar de estas dos regiones (García-Villafuerte,
género que sólo había sido descrito para el Cre- 2006a, b; Solórzano, 2006).
tácico Superior del Medio Oriente (por lo que los
registros en Chiapas amplían su rango de distri- Aves
bución y temporal) y una forma aún no descrita
a.
perteneciente a la familia Gonorynchidae. La única evidencia de un ave fósil consiste en
Otros registros provienen de la Formación una pequeña pluma encerrada en una pieza de
nt
Ocozocoutla y consisten principalmente en dien- ámbar proveniente de las minas de Simojovel, la
tes aislados, muy similares en forma a los del cual no ha sido posible ubicar en ningún grupo
ve
género Enchodus, así como dientes probable- específico (Carbot-Chanona y Milani, 2008).
mente pertenecientes a picnodontiformes o for-
mas similares, y Pycnodus sp., un picnodonte Reptiles
su
proveniente de una localidad incierta en las cer-
canías de Palenque (Mullerried, 1951). El grupo de los reptiles tiene pocos registros
fósiles en Chiapas, los cuales además han sido
Anfibios
a
pobremente estudiados. En total se tienen 16
especies y morfoespecies incluidas en cuatro
id
Solamente se ha reportado un anfibio fósil para órdenes (cuadro 3).
Chiapas (cuadro 3) y proviene de sedimentos El primer reporte de un reptil fósil en Chia-
b
depositados durante el Mioceno temprano (23 pas fue hecho por Mullerried (1943), quien
millones de años atrás) que afloran en el munici-
pio de Simojovel. El ejemplar no mide más de
hi
mencionó el hallazgo de una tortuga fósil prove-
niente de la Mesa de Copoya, en Tuxtla Gutié-
ro
siete mm y fue encontrado dentro de una pieza rrez, de la cual se desconoce su paradero ac-
de ámbar, lo que permitió su excelente conserva- tual. Posteriormente, de la Formación Ocozo-
ción (figura 3). Su estudio preliminar permitió coutla se han rescatado cuatro ejemplares de
.P
que estos dos países tuvieron una estrecha rela- do restos de cocodrilos, uno de ellos en buen
ción hace millones de años, hipótesis que también estado de conservación y que, al parecer, repre-
ui
Mamíferos
a.
familias y seis órdenes (cuadro 4). De las 14 fa-
milias, nueve no están presentes actualmente en
nt
Chiapas y cinco están extintas a nivel mundial
(pero el resto aún subsiste en África, Asia y algu-
ve
nas zonas de Estados Unidos, Canadá y el norte
de México). El primer reporte formal de mamífe-
ros fósiles en Chiapas fue hecho por Sapper
su
(1894), quien mencionó la existencia de masto-
dontes en la entidad. Actualmente, se sabe que
en los municipios de Villa Corzo y Chiapa de
da
Corzo vivieron mastodontes del género Cuviero-
nius (Böese, 1905; Carbot-Chanona y Montella-
no-Ballesteros, 2002) (figura 5).
bi
En los municipios de Villaflores y Villa Corzo,
durante el Pleistoceno tardío (30 000 a 12 000
años atrás), habitaron el mastodonte Cuvieronius
tropicus, el mamut Mammuthus columbi, el pere-
hi
ro
zoso gigante Eremotherium laurillardi y el glipto-
donte Glyptotherium sp. floridanum (Palacios-
Aguilera,1950; Carbot-Chanona et al., 2004);
.P
a.
caballo primitivo muy parecido a Cormohipparion, ambiente se desarrollaron una gran cantidad de
del rinoceronte perteneciente al género cf. Te- especies de tiburones y rayas que tienen relación
nt
leoceras y del mastodonte del género Gom- con las especies fósiles de Estados Unidos, el
photherium (Ferrusquía-Villafranca, 1990). En Caribe, Europa Occidental y África noroccidental.
ve
Ocosingo se han encontrado restos del rinoceron- Hacia finales del Terciario y principios del Cuater-
te Teleoceras cf. T. hicksi, además de molares nario la mayor parte del estado era tierra firme
aislados de caballos y mastodontes que aun no cubierta por llanuras y bosques, en la cual, espe-
su
han sido determinados en rocas de 5 m.a. de an- cies inmigrantes provenientes de Europa y Asia
tigüedad (Carbot-Chanona, 2011). encontraron condiciones favorables para su desa-
rrollo, tal es el caso de los mastodontes gonfotéri-
Conclusiones
a
dos y rinocerontes. Ya al final del Cuaternario,
durante la última parte del Pleistoceno, las condi-
id
A pesar de que los trabajos paleontológicos en ciones glaciares que afectaron todo el hemisferio
Chiapas comenzaron formalmente en 1941, bajo norte del planeta propiciaron la aparición de exten-
b
la batuta del profesor Eliseo Palacios Aguilera, el sas llanuras de pastizal que estuvieron pobladas
estudio de los vertebrados fósiles es aún muy
pobre, principalmente por la falta de proyectos de
hipor animales pacedores, como los mamuts, bison-
tes, megaterios y gliptodontes.
ro
investigación enfocados a esta área y por la es- Con el estudio de las especies de vertebra-
casez de investigadores locales interesados en el dos fósiles encontrados en la entidad se han
tema. Es claro pues que, debido a estas circuns- podido inferir los ambientes antiguos y, más
.P
tancias, hay un rezago considerable en cuanto al importante aún, entender cómo los cambios
conocimiento de varios grupos taxonómicos, climáticos drásticos y otros factores naturales
principalmente las aves, los anfibios y los reptiles. influyen en la biota de una región, lo que nos
ta
Cuadro 3. Especies de anfibios, reptiles y aves fósiles reportadas para Chiapas. J, Jurásico; CS,
Cretácico Superior; EI, Eoceno Inferior; EM, Eoceno Medio; MI, Mioceno Inferior; MS, Mioceno Su-
gr
perior; P, Pleistoceno.
Amphibia
sió
Orden Anura
Familia Brachycephalidae
er
Reptilia
Orden Chelonia
Familia Indeterminada
Fm, Ocozocouatla, Coutiño-José y Carbot-
Gen. y sp. indet. X
Ocozocoautla Chanona, 2000
Capítulo 8 Diversidad de especies 269
Cuadro 3. Continuación.
a.
Ocozocoautla Chanona, 2000
Mesa de Copoya,
Gen. y sp. Indet. X Mullerried, 1951
nt
Tuxtla Gutiérrez
Familia Trionichydae
ve
Puente Ixcán,
Gen. y sp. indet.. X Carbot-Chanona, 2008
Ocosingo
Familia Kinosternidae
su
La Simpatia, Villa Luna-Espinosa y Carbot-
Kinosternon scorpiodes X
Corzo Chanona et al., 2008
a
La Simpatia, Villa Luna-Espinosa y Carbot-
id
cf. Staurotypus sp.
Corzo Chanona et al., 2008
Familia Emydidae
b
Trachemys scripta X Carbot-Chanona et al., 2008
Orden Squamata
hi
ro
Suborden Serpentes
Familia Colubridae
.P
Suborden Sauria
ta
Familia Polychrotidae
Anolis electrum X Lazell, 1965
ui
Carbot-Chanona y Milani,
Anolis sp. X
2008
at
Familia Indeterminada
Carbot-Chanona
Gen. y sp. indeter. X
gr
et al., 2008
Orden Crocodyliformes
n
Familia Gavialidae
Fm. Ocozocoautla, Carbot-Chanona y Coutiño-José,
sió
Carbot-Chanona y Coutiño-
er
Fm. Ocozocoautla,
Gen. y sp. indet. X José, 2000; Carbot-Chanona
Ocozocoautla
et al., 2000
V
Familia Crocodylidae
Puente Ixcán,
Crocodylus cf. C. acutus X Carbot-Chanona, 2008
Ocosingo
Orden Saurischia
270 La biodiversidad en Chiapas
Cuadro 3. Continuación.
a.
Ocozocoautla 2011
Aves
nt
Carbot-Chanona y Milani,
Gen. y sp. indeter. X Simojovel
2008
ve
Cuadro 4. Especies de mamíferos fósiles reportadas para Chiapas. MI, Mioceno Inferior; MS, Mio-
su
ceno Superior; P, Pleistoceno. (*) Géneros y/o especies no válidas que cambiaron de determinación.
a
Mammalia
id
Orden Xenarthra
b
Familia Glyptodontidae
Glyptotherium sp.
X
X
hi
Villaflores y Villa Corzo
Familia Megatheriidae
Megatherium americanum*
X Villaflores Palacios-Aguilera, 1950
ta
(=E. laurillardi)
Eremotherium sp.*
X La Concordia Avendaño-Gil y Montellano-Ballesteros, 1998
ui
(=E. laurillardi)
Eremotherium rusconii*
X Villa Corzo Santamaría et al., 1983
at
(=E. laurillardi)
Orden Rodentia
Familia Cricetidae
n
Orden Carnivora
er
Familia Felidae
Cuadro 4. Continuación.
a.
Orden Proboscidea
nt
Familia Gomphotheriidae
ve
Villa Corzo, Villaflores Carbot-Chanona y Montellano-Ballesteros,
Cuvieronius tropicus X
y Chiapa de Corzo 2002; Carbot-Chanona et al., 2008
su
Familia Mamutidae
a
Familia Elephantidae
id
Elephas sp.* (=M. columbi) X Villa Corzo y Villaflores Palacios-Aguilera, 1950
b
Chiapa de Corzo et al., 2008
Orden Perissodactyla
Familia Rhinocerotidae
hi
ro
cf. Teleoceras sp. X Ixtapa Ferrusquía-Villafranca, 1990
Familia Equidae
Orden Artiodactyla
at
Familia Protoceratidae
Familia Helohyidae
Familia Cervidae
sió
Montellano-Ballesteros
Odocoileius cf. O. virginianus X Villaflores
y Carbot-Chanona, 2010
Familia Antilocapridae
er
Familia Bovidae
V
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hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Capítulo 8 Diversidad de especies 275
a.
Ernesto Velázquez-Velázquez, Salvador Contreras-Balderas (†),
Sara Domínguez Cisneros y Adán E. Gómez González
nt
ve
Introducción
Los peces son los vertebrados más numerosos de este planeta, incluso lo son
su
en diversidad de formas y tamaños (Helfman et al., 1997). Reconociendo esta
diversidad, se puede definir a un pez como un vertebrado acuático, ectotermo
(animales que toman su temperatura del medio), con cuerpo generalmente
da
cubierto de escamas y apéndices (cuando están presentes) en forma de aletas,
y que respiran por medio de branquias (Helfman et al., 1997). Esta definición,
más operativa que taxonómica, aceptada por los ictiólogos, incluye a las lam-
bi
preas y mixines, tiburones y rayas, peces pulmonados y a la gran mayoría de los
peces óseos modernos (peces con aletas y radios). Los peces son los represen-
hi
tantes más importantes del necton (organismos que nadan activamente) en los
ambientes acuáticos, ya que constituyen 99 % del mismo. Los peces funcionan
ro
como reguladores energéticos y tienen una alta capacidad de desplazamiento
dentro de los ecosistemas, lo cual determina complejas interacciones biológicas
entre estos y el entorno físico-ambiental (Yáñez-Arancibia, 1985).
.P
cach), así como los registros provenientes de literatura publicada que incluyen
datos de material existente en colecciones biológicas como la Universidad
gr
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276 La biodiversidad en Chiapas
Antecedentes sobre los estudios de como por los científicos. Estos organismos están
peces presentes en los pequeños cuerpos de agua y
aún en aquellos ecosistemas con ciertos niveles
La riqueza ictiofaunística de Chiapas ha sido de contaminación (Karr, 1981; Velázquez-Veláz-
documentada por diversos autores. Velasco quez y Vega-Cendejas, 2004).
(1976) reportó la primera lista de peces de agua Los peces constituyen un elemento funda-
dulce con 74 especies, Lozano-Vilano y Contre- mental en la economía de muchos países; los
a.
ras-Balderas (1987) documentaron 135, Rodi- recursos y los productos de la pesca son un
les-Hernández et al. (2005a) enlistaron 207 es- componente fundamental en la alimentación y
nt
pecies continentales y, recientemente, Lozano- generación de empleo de muchas familias. Ac-
Vilano y varios colaboradores (2007) adicionaron tualmente, se estima que las pesquerías consti-
ve
cinco más en el estado. Varias especies han sido tuyen 16 % del consumo mundial de proteínas,
recientemente descritas para Chiapas, incluyen- derivado de la pesca y acuicultura, la cual sumi-
do a Cichlasoma grammodes y C. hartwegi (Ta- nistra más de 100 millones de toneladas de
su
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Rocio ocotal (Schmitter-Soto, 2007) y Potama-
rius usumacintae (Betancourt-R. y Willink,
hi
manera importante en los últimos años, en diver-
sas parte de México y el mundo.
ro
2007). Además, uno de los descubrimientos ic-
tiológicos más importantes de la región es la Diversidad
nueva especie de bagre Lacantunia enigmatica
.P
(Rodiles-Hernández et al., 2005b), que repre- Los peces constituyen el grupo más numeroso
senta una nueva familia de peces. Lo anterior de todos los vertebrados, aproximadamente con
determina la importancia de continuar con estu- 28 000 especies válidas (Eschmeyer, 2003). La
ta
tener herramientas ecológicas para la evalua- para vertebrados (incluyendo anfibios, reptiles,
ción, el manejo y la conservación de los peces y aves y mamíferos). Aproximadamente, 58 % de
at
los programas de monitoreo biológico por mu- cuícolas, de las cuales, aproximadamente, 515
sió
chas razones, entre las que se incluyen su rela- forman parte de la ictiofauna continental (Espi-
tiva facilidad de captura utilizando artes de nosa-Pérez et al., 1993; Contreras-Balderas y
pesca convencionales e identificación taxonómi- Ramírez-Flores, 2000; Miller et al., 2005).
ca, así como la existencia de una amplia infor- Dentro del área continental de Chiapas se
er
mación sobre las historias de vida para muchas registraron 262 especies, que representan a dos
de ellas. Además, los elencos generalmente in- órdenes con dos familias de elasmobranquios
V
cluyen un amplio rango de especies que repre- (Chondrichthyes: tiburones y rayas) y 21 órde-
sentan una variedad de niveles tróficos (com- nes con 57 familias de peces óseos (Actinop-
prendiendo aquellas que consumen alimentos terygii: peces modernos de aletas con radios)
tanto de origen acuático como terrestre). Los (apéndice VIII.13).
peces son los organismos mejor conocidos de Diez de las 267 especies son exóticas: Oncor-
estos hábitats, tanto por el público general hynchus mykiss, Micropterus salmoides, Para-
Capítulo 8 Diversidad de especies 277
chromis managuensis, Oreochromis mossambi- géneros y especies autóctonas. Las dos provin-
cus, O. niloticus, O. aureus, Tilapia zilli sp., Cte- cias centroamericanas representadas en Chia-
nopharyngodon idella, Pterygoplichthys pardalis y pas son: la Usumacinta (que incluye el Grijalva)
Cyprinus carpio. El orden Perciformes es el que y la Chiapas-Nicaragua (vertiente del Pacífico).
está representado por el mayor número de fami- La primera puede dividirse en la subprovincia del
lias (22), seguido en importancia por los Silurifor- Grijalva (cuenca hidrográfica i) y la subprovincia
mes con cinco especies, Cyprinodontiformes con del Usumacinta (cuenca hidrográfica ii) y la se-
a.
cuatro y Pleuronectiformes con tres. Las familias gunda corresponde a la Planicie costera de
con el mayor número de especies fueron: Cichli- Chiapas (cuenca hidrográfica iii) (figura 1).
nt
dae (39), Poeciliidae (27), Carangidae (17), • Cuenca hidrográfica i (subprovincia del
Sciaenidae (17) y Ariidae (13); estas cinco fami- Grijalva): aloja 22 % (59 especies) de las espe-
ve
lias representan 43 % de las especies registradas. cies registradas; destacan las especies secun-
darias de la familia Cichlidae (mojarras de agua
Distribución dulce) y Poeciliidae (topotes, espadas). Aloja
su
cinco especies endémicas: P. hildebrandi, V.
Miller (1966) y Bussing (1976) han concebido hartwegi, C. grammodes, Vieja breidohri y Rha-
un esquema de provincias biogeográficas con mdia laluchensis.
da
base en los patrones de distribución de los pe- • Cuenca hidrográfica ii (subprovincia del
ces. De esta forma, una provincia ictiogeográfi- Usumacinta): 34 % (88) de las especies habitan
ca es una región que se caracteriza por ensam- la cuenca del Usumacinta, que destaca por su
bi
bles de especies de peces que comparten ámbi- alto número de especies dulceacuícolas secun-
tos tanto ecológicos como geográficos similares, darias. Los cíclidos alcanzan su mayor diversi-
hi
con marcados endemismos, además de algunos dad en esta cuenca hidrográfica con 28 especies
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Figura 1. Cuencas hidrográficas y cuerpos de agua superficiales de Chiapas, México. Fuente: Semarnat, 2008.
278 La biodiversidad en Chiapas
a.
particularmente especies eurihalinas (toleran jalva y tributarios (Cañón del Sumidero, hacia la
amplios rangos de salinidad), que penetran de presa La Angostura), 4) Theraps rheophilus, co-
nt
manera cíclica, estacional o esporádicamente a nocida únicamente del río Nututun, cerca de Pa-
los sistemas lagunares y ríos de la costa. La lenque, 5) Cichlasoma grammodes, río Grijalva y
ve
fauna dulceacuícola está escasamente represen- tributarios (Chiapa de Corzo a Presa La Angos-
tada; entre ellas, sobresalen A. tropicus, G. ma- tura y tributarios), 6) Thorichthys socolofi, ríos de
culosus y B. hartwegi, restringidos a la parte del la Selva lacandona (Tulijá, Misalá), 7) Lacantunia
su
Soconusco y por su abundancia y amplia distribu- enigmatica, Río Lacantún y tributarios (selva La-
ción los cíclidos C. trimaculatum y A. macra- candona), 8) Rhamdia laluchensis, conocida úni-
canthus, los bagres dulceacuícolas (R. parryi y R. camente la cueva la Lucha (Selva El Ocote), y en
da
guatemalensis) y los pecílidos (P. turrubarensis y total son 12 especies endémicas de México.
P. butleri); un rasgo característico de esta cuenca • Ocho especies están incluidas en la nom-
es la ausencia casi total de las especies primarias 059-semarnat-2010 (Semarnat, 2010), dos en
bi
(estrictamente de aguas dulces). peligro de extinción (Gambusia alvarezi y Lacan-
El análisis de similitud realizado (figura 2) tunia enigmatica), dos amenazada (Thorichtys
hi
para comparar las tres cuencas hidrológicas
desde el punto de vista ictiofaunístico revela una
scolofi y Vieja hartwegi) y ocho sujetas a protec-
ción especial (Potamarius nelsoni, Rhamdia gua-
ro
estrecha relación entre la Cuenca del Grijalva y temalensis, Vieja intermedia, Cichlasoma grammo-
la Usumacinta, lo cual era de esperarse, sin des, Poecillia butleri, Hippocampus ingens y On-
embargo, la presencia de endemismos marcados chorynchus mykiss).
.P
de la Costa se debe básicamente a su fauna de Existe una serie de problemáticas que amenazan
origen marino y las pocas especies compartidas la pérdida de las especies nativas, las cuales
ui
(Costa-Usumacinta) son anfiamericanas (O. pueden ser agrupadas en cuatro grandes cate-
Pacífico-O. Atlántico) (Mugil cephalus y M. cu- gorías: a) Destrucción y modificación del hábitat,
at
(como las diferentes especies de tilapias y car- factores ambientales y ofrecen una perspectiva
pas), las cuales han desplazado a las especies integral de las condiciones ambientales de un
nativas. La destrucción de hábitat únicos, como hábitat dado, es decir, ellos proveen bases obje-
los humedales de montaña (en la región Altos de tivas y defendibles para establecer esfuerzos de
Chiapas), debido al crecimiento desmedido de la conservación y restauración de un ecosistema
mancha urbana, ha puesto al borde de la extin- acuático (Mercado-Silva et al., 2002).
ción a una de las especies endémicas del estado, Un elemento fundamental en el desarrollo de
a.
P. hildebrandi, por la pérdida de más de 70 % de los ibi es generar una línea base de información
su hábitat en los últimos años (Velázquez-Veláz- que permita conocer las condiciones naturales de
nt
quez y Schmitter-Soto, 2004). los ecosistemas donde estos serán evaluados.
Muchos sistemas acuáticos de la región, in- Esta información incluye el análisis de datos de la
ve
cluyendo ríos, lagos y sistemas estuarino-lagu- estructura, composición y función de los ensam-
nares, han sido severamente modificados por las blajes de peces, así como de la región a ser
actividades humanas; aunque no existen evalua- aplicada. Este grupo de datos ayuda a integrar
su
ciones puntuales sobre estas alteraciones am- una serie de medidas en un índice que representa
bientales en la región, existen evidencias empíri- ecosistemas que van desde áreas no degradadas
cas de descargas que incluyen desechos urba- hasta sitios altamente degradados (Fausch et al.,
da
nos, industriales y agrícolas sin tratamientos 1990; Karr, 1991; Deegan et al., 1997).
previos. Según los índices de Calidad del Agua Es importante resaltar la presencia de las
(ica), elaborados por la cna, los principales cuer- especies exóticas, como O. mykiss, M. salmoides,
bi
pos de agua localizados en la cuenca Grijalva- P. managuensis, O. mossambicus, O. niloticus, O.
Usumacinta presentan valores entre 55 y 70 (de aureus, T. zillii, C. idella, P. pardalis y C. carpio),
hi
100), los cuales reflejan ambientes contaminados
y muy contaminados, apenas aceptables para la
siendo O. niloticus la más ampliamente distribui-
da, esta última introducida con fines de acuacul-
ro
navegación y el transporte de desechos tratados tura por el gobierno de Chiapas. Sin embargo, la
(Toledo, 2003). Ejemplo de lo anterior lo consti- mala planificación en los programas de “siembra”
tuyen tramos del río Grijalva y la presa Chicoa- ha ocasionado que se disperse deliberada o acci-
.P
sén que reciben el aporte de aguas negras no dentalmente en muchos de los ambientes acuáti-
tratadas de Tuxtla Gutiérrez y Chiapa de Corzo, cos del estado, donde ha establecido poblaciones
así como de plantas industriales como la de la silvestres y ocasionado impactos sobre las pobla-
ta
mosca (moscamex) para la erradicación del gusa- ciones nativas, diezmando su número, restrin-
no barrenador del ganado. Pero hay casos con giendo su distribución y el aprovechamiento
ui
ica muy bajos (34), como el río Sabinal (el cual (Rodiles-Hernández et al., 2002). Recientemente,
atraviesa la capital del estado) y posiblemente el ha sido registrada en Chiapas la introducción del
at
Fogótico en San Cristóbal de las Casas, cuyas pez diablo o plecostomo Pterygoplichthys parda-
aguas son inaceptables para el abastecimiento lis, la cual es considerada como una de las mayo-
gr
público y para la vida acuática. Existe además el res amenazas para la biodiversidad de los ecosis-
uso indiscriminado de plaguicidas (en especial temas acuáticos continentales y para las pesque-
los organoclorados) en los cultivos de agrícolas, rías de agua dulce en México (Mendoza et al.,
n
los cuales son absorbidos por las partículas de 2007). La presencia de la carpa común (Cyprinus
sió
suelo y acumulados en los campos de cultivo. Se carpio), originaria del continente asiático, ha sido
ha reportado la presencia de estos compuestos asociada con la introducción de un parásito exó-
en las aguas, sedimentos y tejidos de camarón tico (Bothriocephalus acheilognathi) que ha sido
blanco (Litopenaeus vannamei) en sistemas la- registrado en peces endémicos del estado y en
er
gunares de la Reserva de la Biosfera La Encru- más de 50 especies nativas del país (Velázquez-
cijada (Sokolov et al., 2001). Velázquez y Schmitter-Soto, 2004; Salgado-
V
a.
simplemente son desechadas. de especies exóticas en áreas prioritarias para
la conservación de la biodiversidad como mu-
nt
Conclusiones chas de las cuencas hidrológicas.
El estado de Chiapas presenta diversos
ve
Dentro del área continental del estado de Chia- grados de contaminación o alteración del am-
pas se registraron 262 especies, que represen- biente. Entre las fuentes de contaminantes más
tan a dos órdenes con dos familias de elasmo- frecuentes están las aguas residuales domésti-
su
branquios y 21 órdenes con 57 familias de peces cas y agrícolas-ganaderas que son vertidas di-
óseos; de éstas, ocho son endémicas o exclusi- rectamente a los ríos, lagos y lagunas costeras,
vas a las cuencas hidrológicas del estado y diez los cuales afectan negativamente la diversidad
a
son exóticas. Las familias con mayor riqueza de acuática en general, por lo que es indispensable
especies fueron: Cichlidae (39), Poeciliidae (27), determinar el efecto particular de cada contami-
id
Carangidae (17), Sciaenidae (17) y Ariidae (13); nante sobre la diversidad de especies.
estas cinco familias representan 43 % de las Finalmente, es fundamental documentar la
b
especies registradas para el estado. Doce espe- diversidad de peces y otros organismos acuáti-
cies están incluidas en la nom-059-semar-
nat-2010, bajo las categorías de: en peligro de
hi
cos, además del conocimiento biológico y ecoló-
gico del estado, que permita fundamentar la
ro
extinción (2), amenazada (2) y sujetas a protec- toma de decisiones en la administración, conser-
ción especial (8). vación y manejo de los recursos pesqueros y
La alta riqueza de especies documentadas acuícolas de la entidad.
.P
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hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Capítulo 8 Diversidad de especies 283
Ictiofauna
a.
Introducción
nt
Los peces son considerados el grupo más numeroso dentro de los vertebrados
actuales, con 30 959 especies (Eschmeyer y Fong, 2009). En contraste, el nú-
ve
mero de tetrápodos (anfibios, reptiles, aves y mamíferos), suman 26 734 espe-
cies reconocidas (Nelson, 2006). De acuerdo con estos autores, en los últimos
20 años se han descrito 6 591 especies de peces y el número podría incremen-
su
tarse debido a la aplicación de nuevas técnicas de muestreo y de análisis
(morfométricas y moleculares), así como a la exploración de áreas poco acce-
sibles o de zonas escasamente estudiadas (Rodiles-Hernández, 2005; Rodiles-
da
Hernández et al., 2005).
El estado del conocimiento sobre los peces de Chiapas se encuentra en el
nivel de inventario de especies, donde se ha logrado un avance significativo en
bi
los últimos 15 años a partir de los estudios realizados por El Colegio de la
Frontera Sur (Ecosur), varios de ellos financiados por la Comisión Nacional de
hi
Biodiversidad (conabio) y documentados en la Colección de Peces (Ecosc),
lo cual ha sido una tarea de gran importancia dado que el territorio chiapaneco
ro
se encuentra inmerso en una amplia red hidrográfica, la cual forma parte de: a)
el sistema fluvial más grande de América Central (el Grijalva-Usumacinta), con
un alto endemismo de peces dulceacuícolas tropicales (Miller, 1988; Hudson, et
.P
Jordan y Evermann, 1900; Meek, 1907; Álvarez y Carranza, 1951; Myers, 1966;
sió
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284 La biodiversidad en Chiapas
a.
dulceacuícolas) (Allgayer, 1988, 1989, 1991, 2002; al medio dulceacuícola (Myers, 1938).
Schmitter-Soto, 2007) y de especies que pertene- De las 82 familias de peces que se enlistan
nt
cen a los Siluriformes (bagres) (Weber y Sbordoni, en este trabajo (cuadro 1), diez familias contie-
2003; Betancur-R. y Willink, 2007), así como el nen 51 % (211) de la riqueza total de especies.
ve
sorprendente descubrimiento de una nueva familia Destacan en orden de importancia: las mojarras
(Lacantuniidae), género y especie (Lacantunia de agua dulce (Cichlidae), con 40 especies
enigmatica) endémica del Usumacinta (Rodiles- (9.8 % del total); los topotes o espadas (Poeci-
su
Hernández et al., 2005; Lundberg et al., 2007). liidae), con 26 (6.3 %); las corvinas o berrugatas
La presente contribución se fundamenta en (Sciaenidae), con 23 (5.6 %); los jureles o pám-
los estudios antes referidos y en la adición de panos (Carangidae), con 19 (4.6 %); los gobios
a
más de 200 especies marinas de registros gene- (Gobiidae) y los bagres marinos (Ariidae), cada
rados a través de: 1) colectas recientes en la uno con 17 (4.1 %); las cabrillas o meros (Serra-
id
Costa de Chiapas, actualmente depositadas en nidae) con 15 (3.7 %); los burros o roncos (Hae-
la Colección de Peces de Ecosur-Unidad San mulidae) con 13 (3.2 %); las mojarras (Gerrei-
b
Cristóbal de las Casas y 2) registros provenien- dae), con 11 (2.7 %); los lenguados (Parali-
tes de la Colección Nacional de Peces, Instituto
de Biología de la unam (ibunam).
hi
chthyidae), los miraestrellas (Dactyloscopidae)
y los robalos (Centropomidae), con 10 especies
ro
En el cuadro 1 se reporta el número total de cada uno (2.4 %).
especies y géneros por familia, orden y clase Doce especies han sido introducidas reciente-
(peces cartilaginosos y óseos). En el apéndice mente a los cuerpos de agua de Chiapas, cinco de
.P
VIII.14 se enlistan todas las especies y se propor- las cuales son representativas de cuatro familias
ciona el nombre común de cada una de las fami- que constituyen nuevos registros dentro de la ic-
lias para una rápida localización. El cuadro 2 se tiofauna estatal. Entre éstas se incluyen dos espe-
ta
refiere a las especies endémicas (30), de las cies de carpas: Ctenopharyngodon idella y Cypri-
cuales más de 50 % (17 especies) se encuentran nus carpio (Cyprinidae); la trucha arcoíris: Onchor-
ui
nat-2010 y a la afs (American Fisheries Society, mente tres especies del pez armado: Pterygopli-
2008); las otras 13 especies endémicas no se chthys pardalis, P. disjunctivus y Pterygoplichthys
gr
encuentran en alguna de estas categorías debido sp. (Loricariidae) (cuadro 1 y apéndice VIII.14).
a la escasez de información sobre su historia de Las otras cinco especies corresponden a mojarras
vida. La clasificación taxonómica está basada en dulceacuícolas de la familia Cichlidae: Oreochro-
n
la literatura más reciente y actualizada (Nelson, mis mossambicus, O. niloticus, Parachromis mana-
sió
2006; Eschmeyer y Fricke, 2009). Cada uno de guense, Tilapia aurea y T. cf. zilli (cuadro 1 y
los nombres científicos y su correcta escritura apéndice VIII.14).
fueron revisados mediante la consulta en línea del Once especies de origen marino son conside-
Catálogo de Peces de Eschmeyer (2009). Para la radas como parte del componente vicario que
er
delimitación de las áreas de distribución de algu- caracteriza a la región Neotropical (Miller, 1966,
nas familias se consultó a Berra (2001) y para los 1986; Miller y Smith, 1986): los bagres: Potama-
V
nombres comunes a Nelson et al. (2004). rius nelsoni y P. usumacintae (Ariidae); el charal:
Atherinella alvarezi (Atherinidae); el pez sapo:
Composición y diversidad taxonómica Batrachoides goldmani (Batrachoididae); el agu-
jón: Strongylura hubbsi (Belonidae); las sardinas:
Se documenta para Chiapas la presencia de 410 Dorosoma anale y D. petenense (Clupeidae); la
especies pertenecientes a dos clases: Chondri- mojarra: Eugerres mexicanus (Gerreidae); el pa-
Capítulo 8 Diversidad de especies 285
a.
Carcharhiniformes Carcharhinidae 2 8
Sphyrnidae 1 2
nt
Torpediniformes Narcinidae 2 3
Pristiformes Pristidae 1 1
ve
Myliobatiformes Dasyatidae 1 2
Urotrygonidae 1 3
Gymnuridae 1 1
su
Myliobatidae 1 1
Actinopterygyii
Lepisosteiformes Lepisosteidae 1 1
a
Elopiformes Elopidae 1 1
id
Megalopidae 1 1
Albuliformes Albulidae 1 1
b
Anguiliformes Chlopsidae 1 3
hi
Muraenidae
Ophichthidae
1
6
3
8
ro
Muraenesocidae 1 1
Congridae 4 4
.P
Cupleiformes Engraulidae 3 9
Clupeidae 5 8
Gonorynchiformes Chanidae 1 1
ta
Cypriniformes Cyprinidae * 2 2
Catostomidae 1 1
ui
Characiformes Characidae 5 7
Siluriformes Ictaluridae 1 1
at
Ariidae 6 17
gr
Lacantuniidae 1 1
Heptapteridae 1 4
Loricariidae* 1 3
n
Salmoniformes Salmonidae * 1 1
sió
Ophidiiformes Carapidae 1 2
Ophidiidae 1 2
Gadiformes Bregmacerotidae 1 1
er
Batrachoidiformes Batrachoididae 1 2
Lophiiformes Antennariidae 1 1
V
Mugiliformes Mugilidae 4 7
Atheriniformes Atherinopsidae 1 6
Beloniformes Belonidae 2 2
Exocoetidae 4 5
Hemiramphidae 2 3
Cyprinodontiformes Rivulidae 1 1
286 La biodiversidad en Chiapas
Cuadro 1. Continuación.
a.
Gasterosteiformes Syngnathidae 2 2
Fistulariidae 1 2
nt
Synbranchiformes Synbranchidae 1 1
Scorpaeniformes Triglidae 2 6
ve
Perciformes Centropomidae 1 10
Serranidae 6 15
Centrarchidae* 1 1
su
Malacanthidae 1 3
Coryphaenidae 1 2
Carangidae 10 19
a
Lutjanidae 1 6
id
Gerreidae 4 11
Haemulidae 6 13
b
Sparidae 1 1
hi Polynemidae
Sciaenidae 12
1
23
2
ro
Mullidae 2 2
Kyphosidae 1 1
.P
Cichlidae* 10 40
Labridae 2 2
Uranoscopidae 1 1
ta
Dactyloscopidae 3 10
Eleotridae 4 5
ui
Gobiidae 12 17
Microdesmidae 2 2
at
Gempylidae 1 1
gr
Ephippidae 2 2
Scombridae 3 4
Stromateidae 1 1
n
Pleuronectiformes Bothidae 2 3
sió
Paralichthyidae 5 10
Achiridae 2 6
Cynoglossidae 1 4
er
Tetraodontiformes Balistidae 2 3
Monacanthidae 1 1
V
Tetraodontidae 3 8
Diodontidae 2 4
Fuente: basado en Rodiles-Hernández et al. 2005, acervo de colecciones de peces (ecosc, ibunam), colectas recientes y revisión de literatura.
(*) Familias con una o más especies introducidas, exóticas o invasoras.
Capítulo 8 Diversidad de especies 287
a.
y norte de Guatemala). cies que se encuentra en esta lista.
Con la finalidad de aportar información rele-
nt
vante de los grupos de peces más representati- Dasyatidae (rayas, rayas látigo)
vos de la ictiofauna chiapaneca, se proporcionan
ve
a continuación datos relevantes de 22 familias Esta familia contiene alrededor de cinco géne-
de peces (cuatro familias de peces cartilagino- ros, cuyos representantes en su mayoría se lo-
sos y 18 de peces óseos). Se hace énfasis en la calizan en el Indopacífico. En México, sólo exis-
su
distribución e importancia biológica y económica ten dos géneros: Dasyatis (siete especies) e
de algunas especies, sin embargo, la informa- Himantura (dos especies); del primero se cono-
ción disponible hasta la fecha es escasa, por lo cen dos especies en el Pacífico: Dasyatis
da
que se espera que estudios recientes aporten dipterura y D. longa, ambas distribuidas en am-
más elementos para la toma de decisiones en bientes neutros e hipersalinos de Chiapas
materia de conservación y desarrollo pesquero (cuadro 1 y apéndice VIII.14) y, en general,
bi
y acuícola. Adicionalmente, se incluyen estudios dentro de los ambientes marinos y lagunares de
de caso de dos familias dulceacuícolas, una de la costa occidental mexicana. Dentro del género
ellas endémica de Mesoamérica y con especies
en peligro de extinción (Profundulidae, ver estu-
hi
Himantura sólo se reconoce la presencia de H.
pacifica en las costas suroeste de México y oc-
ro
dio de caso: Acerca de un género endémico cidental de América Central (Castro-Aguirre y
Profundulus Hubbs 1924) y la otra (Loricariidae, Espinosa Pérez, 1998; Castro-Aguirre et al.,
ver estudio de caso: El impacto de especies in- 1999); aunque no ha sido registrada para la
.P
vasoras: el caso de la familia Loricariidae) con- costa chiapaneca, es posible encontrarla dada
formada por especies invasoras e introducidas la distribución conocida de esta raya.
en Chiapas en años recientes y consideradas
ta
géneros cuyas especies son cosmopolitas y de incursiona hacia áreas hipersalinas (Castro-
sió
distribución tropical; aunque algunas se pueden Aguirre y Espinosa Pérez, 1998; Castro-
encontrar de modo ocasional o temporal en am- Aguirre et al., 1999). Esta especie se reporta
bientes mixohalinos o de tipo limnético (Espinosa como parte de la ictiofauna característica de
Pérez et al., 2004). Dos de estos géneros: Car- las costas de Chiapas (cuadro 1 y apéndice
er
charhinus (siete especies) y Galeocerdo (una es- VIII.14). Asimismo, se ha reportado en México
pecie) se distribuyen en aguas del Pacífico chiapa- la presencia del género Myliobatis, represen-
V
neco (cuadro 1 y apéndice VIII.14) y sostienen una tado por cuatro especies (dos formas Atlánti-
importante pesquería establecida en la porción sur cas y dos Pacíficas), aunque ninguna ha sido
del estado. Carcharhinus leucas es la especie que registrada para los mares de Chiapas; estu-
muestra la mayor tolerancia a los cambios en la dios posteriores podrían documentar su pre-
salinidad y se le puede encontrar incluso en las sencia en este lugar dada la amplia distribu-
lagunas costeras, en tanto que Galeocerdo cuvier ción que se conoce de estas especies a lo
habita en todos los mares del océano (excepto el largo del Pacífico mexicano.
288 La biodiversidad en Chiapas
a.
océano mundial (Espinosa Pérez et al., 2004). especies y 19 géneros, con distribución en el
El género Sphyrna se compone de siete espe- ambiente marino y en aguas continentales. De
nt
cies, de las cuales hay registros en estas aguas estos géneros, sólo tres se distribuyen en aguas
de S. corona (especie endémica del Pacífico mexicanas (Castro-Aguirre et al., 1999) y, en
ve
oriental) y de S. lewini (cuadro 1 y apéndice particular para Chiapas, se presentan dos espe-
VIII.14) la cual es un habitante común en aguas cies dentro del género Batrachoides (cuadro 1).
del sur del estado y de amplia distribución en Una de estas especies (B. waltersi) se distribuye
su
costas del Pacífico mexicano. La abundante en los ambientes litorales chiapanecos y la otra,
captura que se ejerce sobre estas especies B. goldmani, es una especie endémica con dis-
constituye una pesquería importante. tribución restringida a los ambientes dulceacuí-
da
colas de la cuenca del Grijalva-Usumacinta
Actinopterygill (peces óseos) (Collette y Russo, 1981) (cuadro 2). Los orga-
nismos de esta especie de agua dulce alcanzan
bi
Ariidae (bagres marinos) tallas entre 13.4 y 27.4 cm, su dieta se basa en
peces y plantas, y se encuentra parasitada por
Los Ariidae son peces con amplia distribución en
el mundo, habitan aguas costeras, estuarios,
hi
nemátodos (Chávez-Lomelí et al., 1989). Collete
y Russo (1981) la mencionan como un depreda-
ro
desembocadura de ríos y ámbitos netamente dor de E. mexicanus. Debido a su poca abundan-
dulceacuícolas, de regiones tropicales y templa- cia no han sido objeto de estudios que aporten
das (Castro-Aguirre et al., 2006). En este grupo mayor conocimiento sobre su biología y estatus
.P
ambientes estuarino lagunares como los dulcea- géneros, los cuales en su mayoría habitan re-
cuícolas (cuadro 1 y apéndice VIII.14). En lo ge- giones marinas tropicales (incluye estuarios y
at
neral, son peces de interés comercial en la zona lagunas costeras), aunque algunos de sus re-
debido a su abundante captura y porque repre- presentantes se distribuyen de forma exclusiva
gr
sentan una fuente importante de alimento. A en ambientes dulceacuícolas. Este caso lo re-
pesar de esto, no existen estudios referentes a su presenta el género Strongylura, en el cual se
estatus de conservación y volúmenes de captura. incluyen formas marinas y de agua dulce (Lo-
n
Destacan dos especies endémicas de la re- vejoy y Collette, 2001). En Chiapas se ha re-
sió
gión, ambas con distribución simpátrida a lo gistrado la presencia de dos especies: S. exilis
largo de la cuenca del sistema Grijalva-Usuma- con distribución en zonas estuarino lagunares
cinta: Potamarius nelsoni y la recientemente y S. hubbsi, cuya principal área de distribución
descrita P. usumacintae (Betancur y Willink, se presenta a lo largo de la cuenca del sistema
er
aunque se ha observado que son consumidos mica y forma parte de la ictiofauna vicaria que
por las poblaciones locales. De modo particular, caracteriza a esta región y a la fauna íctica del
se menciona que P. nelsoni es una especie abun- estado. Sin embargo, no existen estudios rela-
dante que alcanza tallas entre 14.9-51.2 cm y tivos al conocimiento de la biología, su estatus
un peso de 0.27-1.525 kg. Su dieta es omnívora de conservación y áreas de distribución parti-
y se compone de insectos (en mayor propor- culares de la especie.
Capítulo 8 Diversidad de especies 289
Categoría Categoría
Familia Especie Endemismo
nom-059-semarnat-2010 afs
a.
Ariidae
Potamarius usumacintae V Endémico u
nt
Rhamdia guatemalensis Pr
Heptapteridae
Rhamdia laluchensis A Endémica g
ve
Salmonidae Onchorhynchus mykiss Pr * A
Batrachoididae Batrachoides goldmani Endémica u
Profundulus candalarius Endémica g
Profundulidae
su
Profundulus hildebrandi P P Endémica g
Brachyrhaphis hartwegi Endémica p
Gambusia eurystoma Pr V Endémica g
da
Heterophallus milleri Endémica g
Poecilia butleri Pr
Poeciliidae
bi
Poecilia sulphuraria P A Endémica g
Poeciliopsis hnilickai Endémica g
hi Priapella compressa
Xiphophorus alvarezi
A A Endémica g-u
Endémica u
ro
Syngnathidae Hippocampus ingens Pr
Amphilophus macracanthum Endémica p
.P
Paraneetroplus gibbiceps
Endémica g
(Theraps gibbiceps)
ui
Theraps intermedia Pr
Theraps ufermanni Endémica u
Vieja zonata Endémica p
n
sió
En la zona de estudio constituye una especie introducida. Fuente: NOM-059 = Norma Oficial Mexicana (Semarnat, 2010); afs= American Fisheries
Society (Jelks et al., 2008). Endemismo: Especies endémicas a: (g)= Cuenca del Grijalva, (u)= Cuenca del Usumacinta, (g-u) Cuencas Grijalva-
er
Usumacinta y (p) ríos de la costa del Pacífico. Categorías: Amenazada (a), en peligro de extinción (p) y en protección especial (Pr), vulnerable (v),
*= Exótica.
V
290 La biodiversidad en Chiapas
a.
13 géneros y 72 especies (Nelson, 2006); en rable de conductas alimentarias; podemos en-
México se encuentran 15 y en Chiapas sólo se contrar formas herbívoras, carnívoras y omnívo-
nt
distribuye Ictiobus meridionalis, especie que ha ras (Berra, 2001).
sido considerada sinónimo de Ictiobus bubalus Existen cerca de 138 géneros y más de 700
ve
(Miller et al., 2005), sin embargo, hay eviden- especies que se distribuyen desde el Río Grande
cias para considerarlas especies diferentes de Texas, a través de México y Centroamérica,
(Bart et al., 2004). Su distribución en el estado hasta Chile y Argentina (Berra, 2001). En Chiapas
su
se circunscribe a la cuenca Grijalva-Usumacin- se encuentran cinco géneros y siete especies
ta. Aparentemente, hace algunos años su (cuadro 1 y apéndice VIII.14). Dos de estas espe-
abundancia era mayor a la actual, su pesca era cies: Roeboides bouchellei y R. guatemalensis se
da
común para el consumo y comercialización, no distribuyen en los ríos de la vertiente del Pacífico,
obstante, recientemente su captura se ha las otras siete se encuentran en la cuenca del Gri-
vuelto poco frecuente. Se reportan tallas de 80 jalva-Usumacinta (Rodiles-Hernández et al., 2005a;
bi
cm de LP y 12 kg de peso (Velasco Colín, Miller et al., 2005). Astyanax armandoi había sido
1976). Es muy probable que la especie esté considerada una especie endémica y en peligro de
hi
experimentando problemas con sus hábitos
alimentarios, ya que principalmente come en el
extinción (Semarnat, 2010); sin embargo, reciente-
mente se determinó que es un sinónimo de Astya-
ro
fondo de ríos y lagunas, los cuales se están nax aeneus (Schmitter-Soto et al., 2008) lo que
azolvándo aceleradamente como consecuencia inhabilita esta categoría. En Chiapas, las especies
de la deforestación. de Astyanax, conocidas comúnmente como sardi-
.P
Esta familia, integrada por peces marinos y especie que forma parte de la gastronomía de di-
algunos representantes dulceacuícolas, se versas comunidades locales y puede alcanzar tallas
ui
mexicanas (Miller et al., 2005; Nelson, 2006); Estos peces son principalmente dulceacuícolas,
en Chiapas tan solo se registran diez de éstas sin embargo, algunas especies pueden tolerar
(cuadro 1 y apéndice VIII.14), cuatro en la aguas salobres. Una de las características distin-
n
vertiente del Atlántico y seis para el Pacífico tivas de los miembros de este grupo es la presen-
sió
(Rodiles-Hernández et al., 2005a). La talla co- cia de los poros de la línea lateral, separados en
mercial de estas especies por lo general es una linea superior y otra inferior. Es un grupo muy
grande; por ejemplo, se reportó que Centropo- diverso, su distribución abarca desde Texas, Cen-
mus nigrescens llega a medir hasta 60 cm LP, tro y Sudamérica, Indias Occidentales, África,
er
1976). Por la calidad de su carne, estas espe- mente 112 géneros y 1 300 especies (Nelson,
cies tienen gran valor comercial y son uno de 2006). El género Cichlasoma se encuentra restrin-
los principales recursos pesqueros en el esta- gido a Sudamérica, por lo que las especies distri-
do; además, son de gran valor para los practi- buidas en Estados Unidos, México y Centroamé-
cantes de la pesca deportiva. rica (antes asignadas Cichlasoma) pertenecen a
diferentes géneros (actualmente en estudio).
Capítulo 8 Diversidad de especies 291
a.
especial (Semarnat, 2010) (cuadro 2). Los familia de peces más numerosa del mundo, con
cíclidos en Chiapas se distribuyen principal- 220 géneros y 2 420 especies (Nelson, 2006).
nt
mente en la cuenca Grijalva-Usumacinta y en Muestra además una especial diversidad de
la vertiente del Pacífico sólo se encuentran adaptaciones morfológicas para vivir en diferen-
ve
Amphilophus macracanthus, ‘Cichlasoma’ tri- tes hábitats (Miller et al., 2005). En México, este
maculatum, Vieja guttulata y P. zonata (Miller grupo está representado por cerca de 80 espe-
et al., 2005). La mayoría de las especies son cies (Miller et al., 2005), de las cuales, tres son
su
de importancia pesquera, ya sea con fines introducidas, Carassius auratus, Cyprinus carpio
comerciales o para consumo local. La talla de y Ctenopharingodon idella. Estas dos últimas se
estas especies es muy variable, pueden ir de encuentran con frecuencia en territorio chiapa-
a
las pequeñas como Thorichthys spp., hasta las neco (cuadro 1 y apéndice VIII.14), y se distri-
más grandes como las especies del género buyen principalmente en la cuenca Grijalva-
id
Paraneetroplus, ‘Cichlasoma’ y Petenia splen- Usumacinta (Rodiles-Hernández et al., 2005)
dida, esta última de hasta 37.5 cm de LP y donde han causado notables impactos en la
b
670 g de peso (Velázquez, 1997), aunque por biodiversidad íctica (Morales-Román y Rodiles-
sus llamativos colores también son usadas con
fines de acuariofilia.
hi
Hernández, 2000). Por su abundancia se les ha
utilizado para consumo humano, sin embargo, no
ro
son de las especies que más agraden por su
Clupeidae (sardinas) sabor. La introducción de C. carpio en la cuenca
de San Cristóbal de las Casas provocó la infes-
.P
nos y dos (Dorosoma anale y D. petenense) Los guerreidos son peces que se distribuyen en
forman parte de la ictiofauna vicaria endémica regiones costeras tropicales y subtropicales del
gr
anale), se menciona que forma cardúmenes, Chiapas se reporta la presencia de cuatro géne-
sió
alcanza una talla máxima de 30 cm LP, se ali- ros y once especies (cuadro 1 y apéndice VIII.14),
menta de fito y zooplancton y se captura co- la mayoría de éstas son parte del componente
mercialmente para su consumo en seco y marino eurihalino que se distribuye en las zonas
como carnada (Velasco Colín, 1976). Mientras estuarino lagunares de la franja costera. Destaca
er
que en el caso de la sardina arenga (D. pete- por su condición vicaria, la mojarra pichincha E.
nense) se conoce que alcanza tallas de 11.9- mexicanus, una especie que se distingue de los
V
tificación de sus especies; sin embargo, en los desnuda y la presencia de tres pares de bigo-
últimos años ha sido posible la clarificación tes, su aleta dorsal es larga y adiposa. A nivel
taxonómica de algunas especies, como el caso mundial se reconocen cerca de 25 géneros y
de Eugerres spp. (González-Acosta et al., 2005, 175 especies. Su distribución va de México
2007a), la validación de D. brevirostris en el hasta Sudamérica (Nelson, 2006). En Chiapas
Pacífico oriental tropical y la inclusión de D. se encuentra solo un género y cuatro especies
peruvianus como incertae sedis (González- (cuadro 1 y apéndice VIII.14); Rhamdia guate-
a.
Acosta et al., 2007b). Estudios recientes realiza- malensis se distribuye en ambas vertientes
dos al componente dulceacuícola ha hecho posi- continentales, R. laticauda en el Atlántico y R.
nt
ble la identificación de una forma adicional y el parryi en el Pacífico, mientras que R. laluchen-
establecimiento de un complejo de especies sis está restringida a la cueva La Lucha, en el
ve
formado por E. mexicanus y una forma adicional municipio de Ocozocuautla (cuenca del Río
denominada de forma preliminar como E. aff. Grijalva); esta última especie carece de ojos.
mexicanus. (González-Acosta et al., 2007a) De Rhamdia guatemalensis se encuentra en la
su
modo particular, éste es un grupo de peces que nom -059- semarnat -2010 en la categoría de
se aprovechan comercialmente y para el consu- protección especial (Semarnat, 2010) (cuadro
mo humano, sin embargo, los aspectos básicos 2). Localmente a los organismos de esta fami-
a
de su biología y estatus de conservación son lia se les conoce como juil o fil y son aprecia-
prácticamente desconocidos (González-Acosta, dos para consumo; alcanzan tallas superiores
id
2005). Recientemente, se ha iniciado una serie a los 20 cm e incluso se ha registrado que
de investigaciones sobre aspectos básicos de su pueden alcanzar cerca de 46 cm de LP (Velas-
b
biología (alimentación, desarrollo, reproducción) co Colín, 1976).
con fines de cultivo. hi
Ictaluridae (bagres)
ro
Hemiramphidae (pajaritos)
Esta familia de peces dulceacuícolas es en-
Esta familia incluye formas tanto de ambientes démica de Norteamérica. Se compone de
.P
(Castro-Aguirre et al., 1999) y 85 especies cies; mientras que en la vertiente del Pacífico
(Nelson, 2006). En el estado se cuenta con la mexicano (Cuenca del Balsas) se presenta
ui
presencia de dos géneros y tres especies solo una especie que es endémica de la re-
(cuadro 1 y apéndice VIII.14), dos de ellas con gión. En Chiapas, se distribuye el bagre o
at
dis) y la tercera considerada como especie considerada como un sinónimo del bagre azul
vicaria, con distribución en ambientes dulcea- I. furcatus. Sin embargo, estudios recientes
cuícolas de la cuenca del Grijalva-Usumacinta llevados a cabo por Rodiles-Hernández et al.
n
(H. mexicanus). Esta especie no tiene valor (2007) demuestran que ambas entidades
sió
dulce, excepto de aquella que la relaciona en cia, muy apreciada por su carne, y puede alcan-
su distribución con otras formas vicarias y zar grandes tallas de más de un metro de LP y
V
a.
gre de Chiapas Lacantunia enigmatica (cuadro 1, mente, se han puesto en marcha programas para
2 y apéndice VIII.14) una especie primitiva del reproducirlos en cautiverio.
nt
Cretácico; estudios moleculares recientes de-
muestran que esta especie tiene profundas raíces Mugilidae (lisas)
ve
africanas (Lundberg et al., 2007) lo que indica un
extraordinario caso de aislamiento biogeográfi- Son peces básicamente marinos y estuarinos,
co. Es una especie nativa de la región, rara o sin embargo, existen algunas especies que se
su
poco abundante y endémica de la cuenca del encuentran en agua dulce. Su distribución abar-
Usumacinta; vive en zonas de remolinos, pozas ca todos los continentes, en zonas tropicales a
profundas y zonas de corriente rápida. Ocasio- templadas. Mundialmente se reportan 17 géne-
a
nalmente, se consume a nivel local y alcanza ros y 72 especies. En Chiapas la familia está
tallas máximas de 400 mm LP. Actualmente, se representada por cuatro géneros y siete espe-
id
realiza un estudio para conocer aspectos bási- cies (cuadro 1 y apéndice VIII.14), Agonostomus
cos de su biología, hábitat y rango de distribu- monticola, Mugil cephalus, M. curema, que se
b
ción. La construcción de grandes presas en el río distribuyen en ambas vertientes continentales;
Usumacinta podría provocar cambios radicales
en la dinámica hidrológica, el azolvamiento total
hi
Joturus pichardi restringida al Atlántico y al Pa-
cífico M. hospes y M. setosus (Miller et al., 2005,
ro
de los cauces y una reducción drástica del hábi- Rodiles-Hernández et al., 2005). Por su tamaño
tat natural del taxón. y el sabor de su carne, son organismos muy
importantes en la actividad pesquera de la re-
.P
puede encontrar en estuarios. Se consideran or- de 1.6 kg de peso (Velasco Colín, 1976).
ganismos primitivos con cuerpo y mandíbulas
ui
fuertes (Nelson, 2006). Se distribuyen en la parte Esta familia es muy diversa; son peces vivíparos
este de Norteamérica, sur de Centroamérica de agua dulce con una considerable tolerancia a
gr
hasta Costa Rica y Cuba (Berra, 2001). Se cono- concentraciones altas de salinidad. Su distribu-
cen siete especies, distribuidas en los géneros ción abarca Norte y Centroamérica, el Caribe y
Lepisosteus y Atractosteus (Nelson, 2006). En en Sudamérica llegan hasta el sur de Uruguay;
n
Chiapas, sólo se encuentra A. tropicus; su distri- también están presentes en la cuenca del Con-
sió
bución en el estado abarca las dos vertientes, en go, los lagos Africanos, Dar es Salaam y Mada-
el Atlántico es común en las partes altas y bajas gascar (Berra, 2001). A nivel mundial, se tienen
de la cuenca del río Usumacinta (Miller et al., identificados 37 géneros y 304 especies (Nel-
2005, Rodiles-Hernández, 2005), mientras que en son, 2006). En Chiapas se localizan 12 géneros
er
y Priapella compressa (Semarnat, 2010) (cuadro Ramírez et al., 2004) y Tabasco con 95 especies
2). A pesar de no ser explotadas comercialmen- (Espinosa-Pérez y Daza Zepeda, 2005), donde
te, muchas especies pueden ser utilizadas con se ha hecho énfasis en aguas continentales.
fines ornamentales. No obstante, es necesario continuar los es-
tudios de inventarios taxonómicos que permitan
Tetraodontidae (botetes) incrementar el conocimiento ictiofaunístico del
estado de Chiapas y de las costas centroameri-
a.
Esta familia se compone por un número aproxi- canas con las cuales se comparte una amplia
mado de 18 géneros y 100 especies, con distri- diversidad de peces marinos. Asimismo, es im-
nt
bución en ambientes marinos de regiones tropi- perativo llevar a cabo la exploración de áreas
cales y subtropicales del mundo. Habitan todavía poco representadas, las cuales están
ve
ambientes salobres y áreas coralinas (Castro- siendo amenazadas por la contaminación, extin-
Aguirre et al., 1999). En los sistemas estuarino ción de especies y cambio climático.
lagunares del estado existen tres géneros y ocho La ictiofauna chiapaneca destaca por la presen-
su
especies (cuadro 1 y apéndice VIII.14), de las cia de importantes endemismos en algunos de sus
cuales destaca Sphoroides rosenblatti por ser componentes, que de este modo la hacen un área
una especie que se reporta por primera vez en prioritaria de conservación de la biodiversidad.
a
la región del Pacífico central mexicano, ya que Se debe promover la ejecución de estudios
su distribución era conocida de Costa Rica a integrales y de cuenca que incluyan, además del
id
Panamá (Walker y Bussing, 1996). Aunque componente biológico, los factores ambientales
estos peces, conocidos comúnmente como y sociales. Esto ayudará a entender el funciona-
b
botetes, no se explotan comercialmente en la miento y la vulnerabilidad de los ecosistemas
región debido a la toxicidad de su hígado, en el
noroeste de México su carne es muy apreciada
hi
acuáticos de Chiapas y, del mismo modo, servirá
para hacer recomendaciones y emprender accio-
ro
por lo que se encuentra bajo sobrexplotación. nes de manejo, conservación y restauración.
Es necesario hacer la revisión y análisis de los
Conclusiones principales cambios en la calidad y funcionamien-
.P
de más de 200 especies marinas, de acuerdo a ecológica y económica se recomienda evaluar los
las más recientes publicaciones sobre la diversi- efectos de las actividades ganaderas, agrícolas,
ui
tada en Guatemala, con 241 especies (Kihn et vas al uso y aprovechamiento de los recursos
al., 2006); Oaxaca, con 127 especies (Martínez- pesqueros en general.
V
Capítulo 8 Diversidad de especies 295
Literatura citada
a.
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gr
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V
298 La biodiversidad en Chiapas
a.
La familia Profundulidae es un grupo representativo de la ictiofauna dulceacuícola
nt
Mesoamericana (figura 1). Estos peces se conocen localmente como “escamudos”
o “popoyotes”; en estado adulto miden de 70 a 90 mm de longitud total (lt) y
ve
pueden alcanzar hasta 120 mm. Habitan humedales y ríos de montaña entre 500 y
2 250 msnm, aunque algunas especies pueden encontrarse hasta los 300 m de
altitud. La presencia y abundancia de organismos de algunas especies parece estar
su
asociada a ecosistemas acuáticos con poca perturbación humana, donde las carac-
terísticas fisicas y químicas del agua y del hábitat son buenas. En ciertas zonas de
Chiapas, durante la época del año, cuando las poblaciones de estos peces son
da
grandes y numerosas, se acostumbra pescarlos para consumirlos localmente ya
que su sabor es agradable.
El origen de estos organismos se remonta al Plioceno y probablemente hasta el
bi
Mioceno, por lo que se les considera uno de los grupos más antiguos de la región
(Miller 1950, 1955; Doadrio et al., 1999). Actualmente, se reconoce la existencia
hi de seis especies, de las cuales cinco se encuentran en México: 1) Profundulus
candalarius que habita en la cuenca del río Grande de Comitán, Chiapas y Cande-
ro
laria en Guatemala; 2) P. guatemalensis que se distribuye en Guatemala, El Salvador
y Honduras, 3) P. hildebrandi que es endémica de ríos, arroyos y humedales de
montaña en la cuenca del río Amarillo, Chiapas (figura 2) (ver estudio de caso en
.P
tado de conservación.
Esta situación es crítica para las especies y poblaciones que tienen una dis-
tribución restringida, en lugares donde las actividades antropogénicas han cau-
sado deterioro ambiental. En este sentido es importante mencionar que P. hilde-
er
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Figura 1. Áreas de distribución de las especies de la familia Profundulidae. Fuente: modificado de Miller et al., 2005.
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sió
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a.
nt
y urbanización de la ciudad de San Cristóbal de las Casas. Un caso extremo de
amenaza causado por acciones humanas lo representa P. oaxacae, debido a que
ve
su distribución ha quedado restringida a una población cerca de la ciudad de
Oaxaca (Martínez-Ramírez, com. pers.).
A pesar de que las especies se registran con áreas de distribución amplia,
su
es alarmante la reducción del número y tamaño de sus poblaciones. Por tal ra-
zón, es de suma importancia planear y desarrollar programas que aseguren la
subsistencia de la mayor cantidad de poblaciones biológicamente viables y re-
a
presentativas que puedan ser conservadas. A su vez, se deben tomar las me-
didas necesarias para recuperar o por lo menos mantener las condiciones bási-
id
cas de sobrevivencia de poblaciones en estado silvestre, para lo cual se deberían
establecer zonas de conservación donde la influencia antropogénica sea mínima
b
o nula. Por último, es indispensable continuar con investigaciones científicas
hi
que permitan avanzar en el conocimiento de la biología y ecología de este inte-
resante grupo de peces.
ro
.P
Literatura citada
ta
Doadrio, I., J. A. Carmona, E. Martínez y A. de Sostoa. 1999. Miller, R. R., W. L. Minckley y S. M. Norris. 2005. Freshwater
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gr
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V
302 La biodiversidad en Chiapas
a.
Los loricáridos o bagres armados pertenecen a una de las familias de peces
óseos más diversos, con 709 especies (www.auburn.edu/~armbrjw/). Se distri-
nt
buyen de forma natural en ambientes dulceacuícolas y estuarinos de la vertiente
Atlántica y Pacífica, desde Costa Rica hasta Argentina (Covain y Fisch-Mullerd,
ve
2007). Sin embargo, algunas de sus especies han sido introducidas de forma in-
discriminada en todo el mundo por medio de la acuarofilia. En México, se ha re-
portado su presencia con gran abundancia en los estados de Guerrero, Michoacán,
su
Tabasco y Campeche (Guzmán y Barragán, 1997; Wakida-Kusonoki et al., 2007;
Wakida-Kusonoki y Amador del Ángel, 2009). En general, la introducción de es-
pecies exóticas provoca graves problemas a las comunidades de peces nativas,
da
tales como: 1) la competencia por espacio y alimento, 2) la depredación, 3) la
transferencia de parásitos y enfermedades, 4) la alteración del hábitat, entre
otras (Méndoza et al., 2007; Wakida-Kusonoki et al., 2007, Wakida-Kusonoki y
bi
Amador del Ángel, 2009). Especialmente, los miembros de este grupo conocidos
como ‘plecos’, ‘bagres armados’ y localmente ‘peces diablo’ son considerados
hi como especies ‘invasoras perfectas’ debido a sus exitosas adaptaciones morfo-
lógicas, fisiológicas y de comportamiento que les permiten tener altas tasas re-
ro
productivas, el desarrollo de un cuidado parental y alta supervivencia larval
(Mendoza et al., 2007). De modo particular, las especies invasoras, como los
Pterygoplichthys pardalis y P. disjunctivus, son de reciente introducción en Chiapas
.P
a.
Con estas medidas, se podría evitar que estas especies lleguen a invadir
masivamente las zonas protegidas de la cuenca media y alta del Grijalva y
nt
Usumacinta, donde ya se ha logrado registrar su presencia.
ve
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Figura 1. Se muestra a Pterygoplichthys pardalis. Especie invasora colectada por Rocio Rodiles en el río Chaca-
max, cuenca del Usumacinta. Foto: Manuel Lemus.
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Oreochromis sp.
V
Tilapias* 1 407 13
Tilapia sp.
*especies introducidas, ** especies nativas. Fuente: Datos de campo tomados durante 20 días (temporada de secas y lluvias, 2007).
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304
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La biodiversidad en Chiapas
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a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 305
Los anfibios
a.
Introducción
nt
Desde siempre, se ha considerado a los sapos, ranas y salamandras, que en su
conjunto pertenecen al grupo zoológico de los anfibios, como animales feos y peli-
ve
grosos. Sin embargo, nada está más fuera de la realidad, ya que la mayoría de los
anfibios presentan vistosos colores y diversas formas, y sólo algunos son peligrosos.
su
Descripción del grupo
da
ticas que incluyen una piel húmeda y sin escamas, la falta de uñas verdaderas
y un admirable músculo retractor que les permite usar los ojos para ayudarlos
a tragar (Young, 2004). En Chiapas existen tres grandes grupos de anfibios: las
bi
cecilias (orden Gymnophiona), las salamandras (orden Caudata) y las ranas y
sapos (orden Anura). Las cecilias son anfibios en forma de gusano que llegan a
hi
medir hasta 40 cm, carecen de patas, el cuerpo está dividido por pliegues o
anillos externos, sus ojos se encuentran reducidos y están cubiertos de piel;
ro
entre el ojo y la nariz existe un pequeño tentáculo que tiene una función táctil.
Presenta un delgado esqueleto formado por la columna vertebral, esbozos de
costillas, un cráneo osificado y una mandíbula provista de dientes; tienen un
.P
y Taylor, 1966; Villa, 1972). Estos anfibios viven debajo de la tierra y tienden a
salir a la superficie en épocas de lluvia o en lugares con humedad alta, prefe-
ui
rentemente durante las noches. Su piel es viscosa debido a las secreciones que
producen y viven enterrados en suelos lodosos donde se alimentan de inverte-
at
tamaño y una cola relativamente larga y bien desarrollada. Las especies distribui-
das en Chiapas alcanzan un tamaño máximo de 15.0 cm y todas pertenecen a la
familia Plethodontidae, que se caracterizan por no tener pulmones y su respiración
n
llega la época del apareamiento, la hembra y el macho inician una danza nupcial
donde existe un constante roce entre ellos, lo cual sirve de estimulación para el
macho, que posee en la cloaca ciertas glándulas especializadas que elaboran una
estructura gelatinosa de forma más o menos cónica llamada espermatóforo que
er
Muñoz-Alonso, L. A., N. López-León, A. Hórvath, et al. 2013. Los anfibios. pp. 305-318. En: La biodiversidad en
Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y
Gobierno del Estado de Chiapas, México.
306 La biodiversidad en Chiapas
a.
bios mas abundantes y con mayor número de del Istmo de Tehuantepec) y en Centro y Suda-
especies, carecen de cola (cuando son adultos), mérica, 2 465 especies (Duellman, 1999); esta
nt
tienen cuatro extremidades y un tronco corto y última región es la más rica y diversa del mundo.
las extremidades posteriores (patas traseras) Entre ambas regiones se encuentra la anfibio-
ve
son alargadas y especializadas para el salto. La fauna mesoamericana que consta de aproxima-
mayoría de las especies de Chiapas son noctur- damente 598 taxa, repartidos en 63 géneros, 15
nas y registran actividad durante el periodo de familias y tres órdenes (Campbell, 1999). Den-
su
lluvia; tienen ojos grandes y bien desarrollados, tro de mesoamérica, tres países se distinguen
sin embargo, en algunas especies los ojos están por su alta riqueza de anfibios, el tercero de
reducidos, sobre todo en aquellas especies que ellos es Panamá, con 173 (Campbell, 1999), el
da
se entierran o que son cavadoras. La mayoría de segundo es Costa Rica, con 178 especies
los anuros presentan estructuras vocales que les (Savage, 2002) y el más rico y diverso es Méxi-
permiten producir sonidos (cantos) y espinas co, con 375 especies (Flores y Canseco, 2004;
bi
nupciales en las patas delanteras bien desarro- Frost, 2007). Las especies de México pertene-
lladas que son características de los machos cen a tres órdenes, 16 familias y 53 géneros; la
hi
adultos. Muchos anuros producen sonidos que
son exclusivos para cada especie y son utiliza-
familia más diversa es la Plethodontidae con
116 especies, seguido por la familia Hylidae con
ro
dos para atraer a las hembras en la época repro- 97 taxa y, por último, la familia Craugastoridae
ductiva y aparearse. La fertilización de los hue- con 60 especies.
vos es usualmente externa. Los huevos típica- Chiapas, que se ubica en la región mesoamé-
.P
mente son depositados en agua y eclosionan en ricana, es un estado con alta diversidad de anfi-
larvas acuáticas (renacuajos) que subsecuente- bios. Se han registrado 109 especies de anfibios,
mente sufren una metamorfosis para alcanzar su correspondientes a tres órdenes, 12 familias y
ta
estado adulto. Muchas de las especies de 35 géneros (cuadro 1), lo que representa 29.3 %
Chiapas han dejado este modelo general de re- de la anfibiofauna registrada para el país. Las
ui
producción: algunas depositan sus huevos en especies que se encuentran en Chiapas se pre-
nidos espumosos, otras los depositan en la ve- sentan en el apéndice VIII.15, donde se incluyen
at
getación, colgando sobre el agua, y otros aun datos del tipo de vegetación, altitud, región fi-
depositan sus huevos en porciones terrestres siográfica y áreas protegidas donde se distribu-
gr
húmedas donde tienen un desarrollo directo sin yen. Chiapas es el segundo estado más rico en
pasar por un estado larvario acuático. especies de anfibios en México; es superado por
n
Cuadro 1. Diversidad de anfibios de Chiapas, México. En cada rubro el número de la izquierda co-
sió
Oaxaca, donde se han registrado 133 especies “niños”, en su mayoría son pequeñas (2-4 cm) de
(Casas et al., 1996; Casas et al., 2004). Si com- color café o negro mate; también las hay de co-
paramos la riqueza de anfibios de Chiapas con lores vivos y de gran tamaño, por ejemplo, Boli-
diferentes estados del sureste de México y al- toglossa lincolni es la salamandra más grande y
gunos países de Centroamérica, a través de un robusta de la entidad y puede alcanzar hasta 15
Índice de Riqueza de Especies (ire, toma en cm de longitud y es de color negro con una banda
cuenta el número de especies y la extensión naranja o roja brillante en la espalda.
a.
territorial), resulta que Chiapas es la entidad Un análisis más detallado sobre la diversidad
con el mayor valor de riqueza, al igual que El taxonómica de los órdenes y familias de los an-
nt
Salvador (cuadro 2). fibios del estado de Chiapas se presenta en el
En cuanto a la diversidad taxonómica se refie- cuadro 3, en donde se indican el número de es-
ve
re, el grupo más diverso son los anuros que re- pecies de cada grupo y sus porcentajes corres-
presenta 74.3 % de la anfibiofauna chiapaneca; la pondientes.
familia Hylidae es la mejor representada dentro La distribución de los anfibios por tipos de
su
del estado con 29.3 %. Los hilidos, conocidos bajo vegetación indica que los hábitat más ricos en
el nombre común de ranas arborícolas (Álvarez, especies son el bosque mesófilo y la selva alta
2008), tienen la punta de los dedos ensanchadas (figura 2). En el primero se han reportado 78 es-
a
en forma de disco, adaptación que les permite pecies de anfibios, que corresponden a 73.8 % de
escalar paredes, hojas y árboles con relativa fa- la riqueza chiapaneca, y en el segundo se han
id
cilidad. A esta familia pertenecen las especies registrado 71 especies, es decir 65.1 %. Entre
que presentan vistosos colores, como la rana estos dos tipos de vegetación hay grandes dife-
b
Agalychnis callidryas (ninfa de noche) que es de rencias en cuanto a la composición de anfibios
color verde brillante con los costados amarillo o
azules y los ojos rojos o Agalychnis moreletii, que
hi
que presentan. En ambos, la riqueza de anuros es
muy similar (57 especies en bosque mesófilo y 58
ro
presenta una coloración similar pero con la región en selva alta), pero el bosque mesófilo se carac-
ventral de color anaranjado (figura 1). teriza por ser un hábitat muy rico en salamandras
El segundo grupo mejor representando son los ya que se encuentran 19 especies (73 %) de las
.P
Fuente: 1Casas et al., 2004; 2Pelcastre y Flores, 1992; 3Pérez-Ramos, 2000; 4Köhler, 2001; 5Villa et al., 1988; 6Dueñas et al., 2001; 7McCraine
y Wilson, 2002; 8McCraine y Castañeda, 2007; 9Lee, 1996; 10Campbell, 1998; 11Campbell y Vannini, 1989; 12Campbell, 1999.
1
Se considera que una especie es endémica cuando se conoce únicamente de un determinado lugar, ya sea en una localidad o en una zona.
308 La biodiversidad en Chiapas
a.
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Figura 1. Rana arborícola (Agalychnis moreletii) de colores vistosos distribuida en varias regiones de Chiapas. Foto: Antonio Muñoz (ejemplar
de la localidad de Emilio Rabasa, Municipio de Ocozocuatla, Reserva de la Biosfera Selva El Ocote).
.P
70
61 60
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60
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50
Número de especies
44
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41 41
40
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33
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21 19
20 19
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17
11 11 11
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5 5 4
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3 2 2
1 1 1 2
0
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Figura 2. Distribución de la riqueza de los diferentes grupos de anfibios en los tipos de vegetación presentes en Chiapas. be: bosque de enci-
no; bep: bosque de encino-pino; bp: bosque de pino; bpe: bosque de pino-encino; bm: bosque mesófilo; man: manglar; sa: selva alta; sb: selva baja;
sm: selva mediana. fuente: elaborado por los autores.
Capítulo 8 Diversidad de especies 309
% respecto a la
Número de % respecto a la
Grupo taxonómico anfibiofauna
especies clase
mexicana
Clase Amphibia 109 - 29
a.
Orden Gymnophiona
Familia Caeciliidae 2 1.8 0.6
nt
Orden Caudata
Familia Plethodontidae 26 23.8 22.6
ve
Orden Anura 81 74.3 21.6
Familia Craugastoridae 21 19.2 5.6
Familia Eleutherodactylidae 2 1.8 0.5
su
Familia Bufonidae 12 11.0 3.2
Familia Centrolenidae 1 0.9 0.3
Familia Hylidae 32 29.3 8.5
a
Familia Leiuperidae 1 0.9 0.3
id
Familia Leptodactylidae 2 1.8 0.5
Familia Microhylidae 4 3.6 1.1
b
Familia Ranidae 5 4.5 1.3
Familia Rhinophrynidae hi
1 0.9 0.3
ro
raras o con una abundancia relativa baja; por este caso, la mayor diversidad se encuentra por
ejemplo, las salamandras Cryptotriton alvarezdel- arriba de los 1 500 msnm, siendo esta cota alti-
toroi para la zona de Pueblo Nuevo (Pueblo tudinal el punto de mayor diversidad; aquí se
.P
Nuevo), Dendrotriton megarhinus para Cerro Tres han registrado 14 especies de salamandras
Picos (Villaflores) y Dendrotriton xolocalcae para (53.8 % de las especies de este grupo).
la región El Triunfo, Municipio de Ángel Albino Para entender un poco más los patrones de
ta
Corzo. También muchas especies típicas del distribución de los anfibios chiapanecos, se reali-
bosque mesófilo son de distribución restringida,2 zó un análisis comparando la riqueza y composi-
ui
como es el caso de la mayoría de las especies del ción de especies entre diferentes regiones fisio-
género Plectrohyla (ranas arborícolas de tierras gráficas dentro de del, estas regiones son una
at
altas) y Bolitoglossa (salamandras). En cambio, síntesis del complejo relieve e intervalos altitudi-
los anfibios de selvas altas tienen distribuciones nales que se presentan en Chiapas. Según Mü-
gr
geográficas muy amplias y se pueden encontrar lleried (1957), en Chiapas existen siete regiones
en gran parte de la costa del Pacífico o del Atlán- fisiográficas, cada una caracterizada por la pre-
tico en México y Centroamérica, además, las dominancia de algún tipo de vegetación, clima y
n
poblaciones de hábitat tropicales, entre ellas las altitud. Los resultados de este ejercicio (figura 4)
sió
selvas altas, son muy abundantes. indicaron que las regiones más diversas son los
Desde el punto de vista altitudinal, la mayo- conjuntos montañosos de la Sierra Madre (sm) y
ría de los anfibios de Chiapas se distribuyen por de las Montañas del Norte (mn). Ambas zonas
debajo de los 1 800 msnm; los puntos de mayor presentan alrededor de 60 especies equivalentes
er
riqueza se encuentran a los 100, 1 000 y 1 500 m a 55 % de la riqueza estatal. Sin embargo, la
de altitud (figura 3); aquí se localizan hasta 52 composición de anfibios entre ambas zonas es
V
2
Las especies de distribución restringida consideradas en este estudio son aquellas que sólo se distribuyen en Chiapas y Guatemala.
310 60 La biodiversidad en Chiapas
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Número de especies
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a.
nt
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su
10
da
bi
0
0 500 1 000 1 500 2 000 2 500 3 000 3 500 4 000 4 500
hi Altitud (msnm)
Anura (Ranas y sapos) Caudata (Salamandra) Gymnophonia (Cecilias) Todos los grupos
ro
Figura 3. Distribución altitudinal de los grupos de anfibios presentes en Chiapas. Fuente: elaborado por los autores.
.P
70
ta
62
60
ui
60
Número de especies
at
50
gr
41
40
35 37
30
n
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sió
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er
10
V
0
PCP SM DC Alt MN MO PCG
Región Fisiográfica
Figura 4. Diversidad de anfibios presentes en las regiones fisiográficas de Chiapas. alt: Altiplano, dc: Depresión Central, mn: Montañas del
Norte, mo: Montañas de Oriente, pcg: Planicie del Golfo, pcp: Planicie del Pacifico, sm: Sierra Madre. Fuente: elaborado por los autores.
Capítulo 8 Diversidad de especies 311
especies, presenta pocos endemismos. Única- rápidamente substancias tóxicas, o bien, ser
mente 17 especies (15.6 %) son endémicas del poco tolerantes a los cambios microambientales,
estado. La mayoría se distribuye por arriba de los dando origen a anormalidades durante su desa-
1 500 m de altitud en climas templados y en há- rrollo y/o a tener mayor susceptibilidad al ata-
bitat como el bosque mesófilo, bosque de pino y que de enfermedades infecciosas (Blaustein y
bosque de pino-encino, en la Sierra Madre y las Wake, 1995).
Montañas del Norte. Las especies endémicas La importancia ecológica de los anfibios en
a.
más importantes son las ranas de hojarasca general también la tienen las poblaciones de
(Craugastor glaucus, Craugastor montanus y anfibios chiapanecos. Por ejemplo, en diversos
nt
Craugastor taylori), las ranas arborícolas de mon- estudios de campo, se ha estimado una abun-
taña (Exerodonta bivocata, Exerodonta chimalapa, dancia de varios miles de individuos por tempo-
ve
Duellmanohyla chamulae y Plectrohyla pycnochi- rada de diversas poblaciones de Smilisca baudi-
la) y varias salamandras (Cryptotriton alvarezdel- nii en Chajul (Reserva de la Biosfera de Montes
toroi, Dendrotriton megarhinus y Dendrotriton Azules) y de Dendropsophus microcephalus y
su
xolocalcae). Otros sitios importantes por sus Tlalocohyla loquax en la zona de Bonampak
endemismos son las localidades La Pera (Berrio- (norte de la Selva Lacandona). Asimismo, Perla
zábal) y Cerro Baúl (Cintalapa) donde se distri- Hernández (com. pers.), en un estudio que rea-
da
buyen tres especies endémicas (Ixalotriton niger, lizó en la región de San Cristóbal, estimó una
Ixalotriton parvus y Craugastor pozo), resaltando abundancia de 2 340 individuos de Hyla walkeri
la presencia de Ixalotriton, género de salamandra en una temporada de lluvias. Sólo hay que ima-
bi
que exclusivamente se distribuye en Chiapas. ginarnos cuántos insectos son necesarios para
Por otra parte, Chiapas también se caracte- alimentar a estos miles de individuos por día y,
riza por su importancia biogeográfica (Flores,
1993); 58.1 % de sus especies de anfibios son
hi
por supuesto, cuántas especies de aves, mamí-
feros y sobretodo serpientes se alimentan de
ro
de distribución restringida, o hablando en térmi- estas ranas. Por ejemplo, Poulin y colaboradores
nos de endemismo, son especies endémicas a la (2001) encontraron que 45 especies de aves en
parte nuclear de Centroamérica (Schuchert, un bosque húmedo se alimentan principalmente
.P
1935; Johnson, 1989), considerada como la de ranas del género Craugastor. Asimismo, ob-
parte comprendida entre el Istmo de Tehuante- servaciones de campo indican que las serpientes
pec y el norte de Nicaragua, por lo que se con- del género Thamnophis y Leptodeira se alimen-
ta
sidera que la anfibiofauna chiapaneca es casi tan de hílidos durante la época lluviosa.
totalmente de origen mesoamericano. Pocos trabajos herpetofaunísticos documen-
ui
Desde el punto de vista ecológico, los anfibios Chansayab (Ocosingo) dan a la herpetofauna.
tienen gran importancia: prestan servicios en el Seis especies de anfibios se utilizan como fuente
ciclo de nutrientes y mantienen las redes trófi- de alimento (Rhynophrynus dorsalis, Rhinella
n
cas en los ecosistemas (Young, 2004). Son de marina, Incilius valliceps, Smilisca baudinii, Litho-
sió
los grupos más prolíficos del mundo, constitu- bates maculatus y Lithobates brownorum), cuatro
yendo una gran fracción de la biomasa de los especies se utilizan por su piel, dos con fines de
vertebrados. También son consumidores de in- ornato y R. marina es usada para controlar las
sectos cuando son adultos y cuando son larvas plagas de sus cultivos. Por su parte, Lazcano et al.
er
sirven de alimento a diversos animales como (1992) mencionan que los lacandones, choles y
insectos acuáticos, peces, mamíferos y aves. tseltales consumen la carne y huevos de tres an-
V
Por lo tanto, su ausencia seguramente afectaría fibios, además consideran que otras tres ranas y
tanto a las poblaciones de animales que ellos tres sapos que se distribuyen en la Selva Lacan-
ingieren, como aquellos que los comen (Wake y dona tienen valor económico debido a que su piel
Blaustein, 1990). Asimismo, se consideran va- se utiliza por la industria peletera nacional e inter-
liosos indicadores de la salud del ecosistema nacional, principalmente en la elaboración de
debido a que su piel permeable puede acumular cinturones, carteras, botas y bolsos. También
312 La biodiversidad en Chiapas
mencionan que varias especies de anfibios, sobre- de anfibios amenazados (74 en peligro crítico,
todo los de colores vistosos, son comercializados 88 en peligro y 42 vulnerables) y 50 de ellas se
en el sureste de México como mascotas y que distribuyen en el estado de Chiapas (15 en pe-
otros son disecados como artículos de ornato. ligro crítico, 19 en peligro y 16 vulnerables). Por
En otra región de Chiapas, Muñoz et al. su parte, la nom-059-semarnat-2010 considera
(1996), dentro de su análisis herpetofaunístico que una especie de Chiapas está en peligro de
de la Reserva de la Biosfera Selva de El Ocote, extinción (Ixalotriton niger), cinco están amena-
a.
mencionan la existencia de cinco especies de zadas (Bolitoglossa stuarti, Ixalotriton parvus,
anfibios que tienen importancia económica o Pseudoeurycea goebeli, Plectrohyla pycnochila
nt
comercial y que podrían ser aprovechadas, y Ptychohyla euthysanota) y 38 necesitan de
siempre y cuando su uso se realice de una ma- protección especial (ver apéndice VIII.15).
ve
nera racional y con bases técnicas que ayuden Según la iucn (2006), las poblaciones indica-
a proteger y a conservar sus poblaciones. das en algún estatus de conservación no se en-
Por otra parte, la rana común (Lithobates spp.) cuentran estables y posiblemente están decli-
su
se consume en varias localidades y regiones de nando. Existe evidencia que indica que algunas
Chiapas. A finales de la década de 1980 las per- especies han disminuido drásticamente en los
sonas que vivían en los alrededores de los hume- últimos 15 años: Ixalotriton niger, especie endé-
da
dales de San Cristóbal de las Casas cazaban con mica de Chiapas, era relativamente abundante
frecuencia a Lithobates brownorum para consumir hace una década. En el año 2000 se realizó un
su carne; tal era la demanda que la Secretaría de muestreo y se registraron ocho individuos en una
bi
Pesca del gobierno del estado decidió introducir a sola noche en la zona de La Pera, pero en los
Lithobates catesbeianus (rana toro) en una laguna últimos tres años (2006-2008) se han realizado
hi
del Centro de Desarrollo Comunitario “La Alba-
rrada”, municipio de San Cristóbal de las Casas,
12 muestreos en diferentes épocas del año (lle-
vados a cabo por el primer y segundo autor de
ro
con el fin de reproducirla en cautiverio. El proyec- este capítulo) y no se ha vuelto a registrar esta
to no prosperó y fue abandonado tiempo después. especie. Asimismo, Quintero (2004) menciona
Desde el punto de vista cultural, muchas es- que registros históricos (Duellman, 1961; Duell-
.P
pecies de vertebrados han sido utilizadas en la man y Hoyt, 1961; Duellman, 1963; Smith y
medicina tradicional desde tiempos prehispáni- Brandon, 1968; Mendelson y Campbell, 1994,
cos. Enríquez (2005) indica que 11 especies de 1999) señalan la presencia de 10 especies de
ta
anfibios se usan con fines medicinales en los Al- Hylidos con poblaciones abundantes para la
tos de Chiapas. Los grupos indígenas de los zona de Pueblo Nuevo (municipio de Pueblo
ui
tsotsiles y tseltales creen que Ptycohyla sp. (rana Nuevo) y Rayón (municipio de Rayón Mezcala-
arborícola de montaña) cura la tosferina, Lithoba- pa) (Charadrahyla chaneque, Exerodonta bivoca-
at
tes maculata (rana común) es buena para la rabia ta, Ecnomiohyla miotympanum, Exerodonta sumi-
y que Incilius bocourti (sapo) cura la rabia y el chrasti, Hyla walkeri, Plectrohyla acanthodes, P.
gr
sida. Aunque Enríquez (2005) y Clarke (1997) ixil, Duellmanohyla chamulae, Ptychohyla macro-
hablan de la existencia de alcaloides, esteroides, tympanum y Smilisca baudinii). Sin embargo, en
péptidos, proteínas y aminas encontradas en la su estudio realizado en 2003 y 2004 únicamente
n
piel de los anfibios, principalmente de los sapos registra seis de estas especies, mencionando
sió
(género Rhinella e Incilius) y que se considera que Exerodonta bivocata, Ecnomiohyla miotym-
que tienen funciones antibacteriales y antifúngi- panum, Hyla walkeri y Duellmanohyla chamula
cas, no hay estudios experimentales que demues- posiblemente hayan desaparecido de la zona.
tren que el uso de estas especies sirven para En la Reserva de la Biosfera el Triunfo, muni-
er
curar las enfermedades antes mencionadas. cipio de Ángel Albino Corzo, Luna-Reyes (1997)
reporta poblaciones de Plectrohyla hartwegi, P.
V
a.
No solamente los anuros presentan proble- poblaciones de anfibios se ha considerado como
mas de conservación, las salamandras de Chia- una emergencia ecológica progresiva en todo el
nt
pas también están declinando, aunque para este mundo (Stebbins y Cohen, 1995). La anfibiofau-
grupo se tiene menos información debido a que na de Chiapas no ha escapado a este proceso.
ve
son anfibios poco estudiados. Parra-Olea et al. Existen tres grandes causas por las cuales los
(1999) realizaron un seguimiento de varias po- anfibios de Chiapas están declinando.
blaciones de pletodóntidos a lo largo de 25 años, La primera corresponde a las causas típicas
su
en 10 localidades distribuidas en cinco estados responsables de la pérdida de la biodiversidad
de la República Mexicana (Chiapas, Oaxaca, que son la destrucción y fragmentación del hábi-
Veracruz, Hidalgo y Nuevo León). Aunque sus tat (Skelly et al., 2002). En Chiapas, según March
da
muestreos no fueron sistemáticos, confirmaron y Flamenco (1996), se ha estimado que la tasa
la persistencia de 30 de especies a lo largo del promedio de pérdida de hábitat forestales entre
tiempo. Sin embargo, también encontraron que 1970 y 1993 es de aproximadamente 73 159 ha
bi
la abundancia de muchas poblaciones disminu- al año, de las cuales, 73.1 % (53 498 ha) corres-
yeron con el tiempo, especialmente las poblacio- ponde a selvas, 13.8 % a bosque mesofilo y 13 %
nes de Chiapas.
Por otra parte, un análisis de vacíos de infor-
hi
a bosques templados (pino, pino-encino, encino).
Estos datos nos indican que desde 1970 a 1993,
ro
mación (realizado por el primer autor de este en Chiapas se han transformado a otros hábitat
capítulo) nos indica que diversas zonas hasta la 15 % de las selvas, 3 % de los bosques mesófilos
fecha no han sido muestreadas. Para localizar y 2.5 % de los bosques templados. Cuando los
.P
estos sitios, se recopilaron los registros de anfi- bosques son talados o modificados generan ba-
bios que se han realizado en Chiapas; estos se rreras de dispersión limitando con ellos el acceso
georreferenciaron y sobrepusieron en un mapa de los anfibios a sitios reproductivos o de forra-
ta
del estado, y se encontró que existen zonas y jeo. También los cambios en la cobertura vegetal
regiones donde no se han realizados estudios traen consigo cambios físicos y bióticos de los
ui
herpetofaunísticos. Estas zonas poco estudiadas sitios y generan, en muchos casos, la extirpación
se caracterizan por presentar tipos de vegetación local y eventualmente la extinción regional de
at
entre éstas podemos mencionar a la región de la Moreno (2004) encuentra que la abundancia de
Selva del Mercadito, de Cal y Mayor y la Serranía las especies Incilius canaliferus (sapo de costa)
de El Fénix (Zona A); el área correspondiente a la y Craugastor pygmaeus (rana pigmea de hoja-
n
Serranía Canjá (Zona E); la región de las Caña- rasca) se ven afectadas negativamente por la
sió
das (Zona G); por último la zona central y oeste fragmentación del hábitat. Por otra parte, Mu-
de la Reserva de Montes Azules en la Selva La- ñoz et al. (2000, 2002) indican que la diversidad
candona (Zona F). Otras zonas (B, C, D, H y J) de anfibios disminuye en 57 % cuando el bos-
se caracterizan por que sus masas forestales, que mesófilo es transformado a cafetal con
er
presentan cierto grado de fragmentación, pero sombra monoespecífica (usan sólo un tipo de
todavía existen dentro de ellas áreas importantes árbol) y de 46 % cuando es transformado a
V
que conservan hábitat primarios; entre las más cafetal con sombra diversificada (utilizando
interesantes se encuentran la región de los Ox- diversos tipos de árboles). Es importante men-
chuc-Ocosingo (Zona H); la región de Yajalón- cionar que los cafetales son considerados como
Chilón (Zona D) y la región de las Tierras Altas cultivos amigables con la biodiversidad, sin
del Norte (Zona C). Una región muy extensa que embargo, los datos indican que también tienen
carece casi por completo de estudios de anfibios un fuerte efecto sobre los anfibios.
314 La biodiversidad en Chiapas
a.
(Lithobates brownorum) están disminuyendo en localidades de muestreo. Las localidades donde
los humedales del valle de San Cristóbal; en los se encuentra la quitridiomicosis son El Triunfo,
nt
últimos diez años estos humedales han desapa- Pueblo Nuevo, Cerro Baúl, Sierra Morena y El
recido en 80 % debido a la urbanización. Pozo, todas estas localidades se distribuyen
ve
La sobreexplotación y comercio de especies de entre 900 y 2 100 m de altitud y en los tipos de
anfibios en Chiapas son otros factores de amena- vegetación de bosque mesófilo, bosque de pino
za, sin embargo, sus consecuencias son pobre- y zonas de cultivo de plátano.
su
mente conocidas debido a que el comercio de
fauna silvestre es generalmente ilegal y no se tie- Conclusiones y recomendaciones
nen datos oficiales o confiables de cuántas espe-
da
cies e individuos se comercializan en el estado, En términos generales, Chiapas es uno de los
pero resulta evidente que tiene un efecto significa- estados más estudiados herpetológicamente y su
tivo (Collins y Storfer, 2003). Se sabe que muchos anfibiofauna es bien conocida. Sin embargo, to-
bi
anfibios son sacados de su ambiente natural y davía existen zonas inexploradas desde el punto
utilizados en el mercado local, nacional e interna- de vista faunístico y un muestreo en estas regio-
hi
cional con fines culinarios, medicinales y biológi-
cos. Muchas especies del género Lithobates y
nes seguramente incrementaría la riqueza anfi-
bios de Chiapas, sobre todo porque estas zonas
ro
Smilisca baudinii son utilizadas con fines alimenti- corresponden a tierras altas y en tipos de vege-
cios en diversas regiones de Chiapas (Gongora- tación caracterizadas por presentar especies
Arones, 1987) y algunas especies de ranas arbo- endémicas. Asimismo, existen hábitat que no han
.P
rícolas (Agalychnis, Trachycephalus, Plectrohyla) sido explorados, como el caso de las cuevas y
son cazadas para venderlas como mascotas. Sólo cavernas. Recientemente, en otras partes del
un pequeño número de las especies explotadas mundo, se han descubierto especies nuevas de
ta
bajo estas dos modalidades son cultivadas si- anfibios que son exclusivas de estos ecosistemas.
guiendo una reglamentación, ya que la mayoría Desde el punto de vista taxonómico, se reco-
ui
son extraídas de poblaciones silvestres. mienda enfocar los esfuerzos al estudio de gru-
El tercer grupo de amenazas corresponde a la pos poco conocidos como es el caso de las sala-
at
agrupan factores como el cambio climático global menos de 100 registros y 12 (46 %) menos de 20
(Blaustein et al., 2003; Carey y Alexander, 2003; registros en más de 100 años de estudios herpe-
Stofer, 2003) y la presencia de enfermedades tofaunísticos. Además, muchas de estas especies
n
emergentes infecciosas (Berger et al., 1998; Lips, han sido registradas en una sola localidad, por
sió
1999; Lips et al., 2004). Una enfermedad emer- ejemplo; Ixalotriton niger para El Pozo, I. parvus
gente recientemente descubierta en Chiapas para cerro Baúl, Dendrotriton megarhinus para
(Lips et al., 2004; Quintero, 2004) que ha amplia- cerro Tres Picos, D. xolocalcae para cerro Ovando
do su grado de incidencia y su distribución geo- y Bolitoglossa stuarti para Lagos de Montebello.
er
gráfica es la quitridiomicosis, producida por el Otro grupo pobremente conocido son las ranas
hongo Batrachochytrium dendrobatidis (Berger et de hojarasca (género Craugastor) que se carac-
V
al., 1998; Lips, 1999; Daszak et al., 1999; Lon- terizan por ser muy diversas pero muy variables
gcore et al., 1999; Carey et al., 2003; Kiesecker en su morfología, presentando problemas de
et al., 2004; Lamarca et al., 2005). La quitridiomi- identificación y delimitación de las especies. Para
cosis es una enfermedad letal que en pocos años este grupo se hace necesario realizar estudios de
ha alcanzado una distribución mundial; se consi- secuenciación de adn para resolver sus proble-
dera el agente causal de la mayoría de las rápidas mas taxonómicos.
Capítulo 8 Diversidad de especies 315
Por otra parte, aunque la anfibiofauna de fera Lacantún, lo que hace necesario un estudio
Chiapas es una de las más ricas del país, mu- de este grupo en las reservas mencionadas.
chas de sus especies se encuentran amenazadas Un aspecto importante que requiere priori-
o en peligro de extinción, principalmente por la dad es la evaluación de las poblaciones de los
fragmentación y destrucción del hábitat. Sabe- anfibios chiapanecos para determinar la presen-
mos que las poblaciones de anfibios están dis- cia de la quitridiomicosis. Esta enfermedad se
minuyendo, sin embargo, desconocemos a qué encuentra en México y está atacando a varias
a.
ritmo y qué especies son las más susceptibles. especies de anfibios de Chiapas, tornándose en
Por consiguiente, se hace necesario realizar una cuestión de bioseguridad, debido a que se
nt
estudios sobre el tamaño poblacional de las es- ha demostrado que la mayoría de las declinacio-
pecies y monitorearlas a mediano y largo plazo. nes provocada por la quitridiomicosis han suce-
ve
El esfuerzo de monitoreo de las poblaciones de dido en áreas bien conservadas (principalmente
anfibios debe priorizarse en las Áreas Naturales en áreas protegidas), en zonas con altitudes
Protegidas (anp) del estado, debido a que se intermedia y altas (generalmente en bosques
su
desconocen las tendencias de las poblaciones templados) y que afecta a ciertas especies más
de estos vertebrados en áreas donde teórica- que a otras (miembros de las familias Hylidae,
mente se están realizando medidas de protec- Bufonidae y Plethodontidae). Chiapas reúne
da
ción y conservación de la biodiversidad. todas estas características, posee 20 áreas na-
Aunque en la mayoría de anp de Chiapas se turales protegidas (la mayoría de ellas con hábi-
tiene conocimiento de las especies de anfibios tat muy bien conservados), son áreas constan-
bi
que allí se distribuyen (ver Muñoz et al., 2002, temente visitadas por turistas y ecoturistas, y
2004 para El Triunfo; Orantes et al., 2000 para en ellas se encuentran muchas de las especies
hi
La Sepultura; Lazcano et al., 1992 para Montes
Azules; Martínez y Muñoz, 1998; y Muñoz et al.,
pertenecientes a las familias reportadas con
mayor susceptibilidad a la quitridiomicosis. En-
ro
1996, para La Selva El Ocote; Martínez, 1998 y tre ellas hay que destacar las Reservas de la
Ortega, 2000 para Lagos de Montebello; Luna- Biosfera El Triunfo, La Sepultura y El Volcán
Reyes et al., (2005), para el Parque Educativo Tacaná que presentan las características ideales
.P
Laguna Bélgica; Altamirano, 2007 para el Cañón (nicho) para que el patógeno esté presente. Por
del Sumidero), no existen estudios anfibiofaunís- lo tanto, se recomienda tomar medidas urgentes
ticos en tres áreas protegidas importantes: en la en estas reservas para reducir la posibilidad de
ta
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b id
hi
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.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
Capítulo 8 Diversidad de especies 319
LOS REPTILES
a.
Introducción
nt
Los reptiles son vertebrados cuya característica principal es la presencia de
ve
escamas córneas que protegen su cuerpo de la desecación; tienen la piel seca
y con pocas glándulas, y dependen mayormente de fuentes externas de calor,
como los rayos del sol, para mantener la temperatura de su cuerpo, es decir,
su
son ectotérmicos. Su respiración es pulmonar y sólo las tortugas acuáticas
respiran a través del epitelio de la faringe. Son ovíparos (depositan en la tierra
huevos con cáscara) y vivíparos (paren a sus crías); junto con las aves y los
da
mamíferos, forman el grupo de los amniotas, ya que sus embriones están pro-
vistos de membranas especiales (amnios, corión y alantoides) que son muy
importantes en la reproducción (Halliday y Adler, 2007).
bi
Una descripción general de los reptiles vivientes la encontramos en Canseco-
Márquez y Gutiérrez-Mayén (2006) quienes detallan que las lagartijas tienen un
hi
cuerpo pequeño y esbelto, cuatro extremidades bien desarrolladas, garras afiladas
y cola larga; algunas de ellas pueden desprender la cola para escapar de sus
ro
depredadores y una nueva cola crece para reemplazar la perdida (autotomía). Las
serpientes carecen de extremidades, párpados y oído externo; todas son carní-
voras y algunas matan a sus presas mordiéndolas e inyectándoles veneno,
.P
mientras que otras (no venenosas) se enredan alrededor de la presa para sofo-
carla, matarla y luego engullirla. Las tortugas están protegidas por una concha
ósea (caparazón) en la que pueden esconder total o parcialmente la cabeza,
ta
cuello, extremidades y cola. Los cocodrilos son reptiles de talla grande con cuer-
po alargado y cráneo robusto, hocico largo y mandíbulas muy fuertes, patas
ui
de agua. Los tuataras son organismos con cuerpo semejante al de una lagartija
con cabeza grande y cola gruesa.
gr
n
sió
er
V
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320 La biodiversidad en Chiapas
a.
y 42 familias; seguidos por las tortugas (orden cocodrilos (modificado de Luna-Reyes et al.,
Testudines) con 293 especies en 99 géneros y 14 2005). Las serpientes de la familia Colubridae
nt
familias; cocodrilos (orden Crocodylia) con 23 son las que presentan la mayor riqueza, con 93
especies en ocho géneros y tres familias, y los especies, seguida de las familias de lagartijas
ve
tuatara (orden Rhynchocephalia) con dos espe- Polychrotidae (23 especies) y Phrynosomatidae
cies en un género y una familia (Halliday y Adler, (14 especies). Entre las lagartijas, los géneros
2007). Dos terceras partes de las serpientes co- que presentan el mayor número de especies son
su
rresponden a la familia Colubridae (1 800 especies Anolis (23 especies) y Sceloporus (12 especies),
de culebras), mientras que entre las lagartijas las mientras que en las serpientes, los géneros más
familias con mayor riqueza de especies corres- representativos corresponden a Rhadinaea y
a
ponden a Scincidae (1 070 especies de eslizones), Tantilla (ocho especies cada uno), Coniophanes
Gekkonidae (835 especies de gecos) e Iguanidae (siete especies) y Geophis (seis especies) (cua-
id
en sentido amplio (más de 900 especies de igua- dro 1, apéndice VIII.16).
nas, basiliscos, anolis, lagartos cornudos, lagartos Del total de reptiles registrados para Chia-
b
espinosos, entre otros) (Pough et al., 2001). pas (221 especies), 49 especies son endémicas
A nivel mundial, sólo después de Australia,
México ocupa el segundo lugar en riqueza de
hi
de México (22.2 % respecto del total) y 19 son
endémicas de Chiapas (8.6 % del total). Entre
ro
reptiles con 852 especies (Liner, 2007), lo que estas últimas se han registrado seis especies de
representa un poco más de 10 % de toda la rique- lagartijas conocidas como anolis o abaniquillos
za de reptiles registrada en el planeta. Presenta (género Anolis, habitantes principalmente de
.P
también un alto porcentaje de endemismo, con 57 selva mediana subperennifolia), cinco de dragonci-
% de especies de distribución exclusiva en el país tos (género Abronia, habitantes de bosque
(Flores-Villela y Canseco Márquez, 2004. En: mesófilo de montaña y de bosque de pino-enci-
ta
conabio, 2009a). El estado de Chiapas destaca no) y dos especies de Lepidophyma (figura 1).
por su elevada riqueza de reptiles, producto de la Entre las serpientes se han registrado culebras
ui
yen la existencia de elementos endémicos y la Tantilla tayrae y la nauyaca de frío o de los Tsot-
siles Cerrophidion tzotzilorum (apéndice VIII.16).
gr
Lagartijas 412 (48.4 %) 85 (20.6 %) normalmente, y las serpientes poseen una his-
Serpientes 384 (45.1 %) 117 (30.5 %)
toria de evolución reciente de gran diversifica-
ción. En algunos hábitats, desiertos principal-
Anfisbaenios 3 (0.4 %) 0 (0.0 %)
mente, los reptiles son un grupo dominante.
er
Tortugas 49 (5.8 %) 16 (32.7 %) Tienen una enorme ventaja sobre las aves y los
mamíferos, pues al depender menos del mante-
V
a.
nt
ve
a) b)
su
Figura 1. Algunas especies endémicas a Chiapas. : a) Anolis alva-
rezdeltoroi (anolis de Álvarez del Toro), especie no incluida en la nom-
059-semarnat-2010, formalmente sólo ha sido registrada en la localidad
a
tipo que corresponde a 19.5 km N, 8.1 km O, Ocozocoautla, Chiapas.
id
Foto: Noé Jiménez Lang (macho adulto, Ejido 20 Casas, Ocozocoaut-
la, Chiapas, México). b) Anolis hobartsmithi (anolis de Hobart Smith),
especie no incluida en la Norma Oficial Mexicana, se distribuye en
b
varias localidades de las regiones fisiográficas Meseta de Chiapas y
hi
Montañas del Norte en el centro-norte de Chiapas. Fotografía: Rober-
to Luna Reyes (hembra adulta, camino a Mazonó, Tapalapa, Chiapas,
ro
México). c) Lepidophyma lipetzi (lagartija nocturna del Ocote), especie
amenazada (A), formalmente sólo se ha registrado en la localidad tipo
.P
Con base en Halliday y Adler (2007), sabe- mochelys coriacea) tiene salidas periódicas a
ui
mos que las lagartijas en el Nuevo Mundo se mares subárticos. Los cocodrilos se distribuyen
distribuyen desde el sur de Canadá hasta Tierra en zonas tropicales y subtropicales alrededor de
at
del Fuego, y en el Viejo Mundo desde el norte de todo el mundo, y se extienden a zonas templadas.
Noruega hasta Nueva Zelanda, también en islas Las dos especies de tuataras reconocidas actual-
gr
de los Océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Los mente se restringen a 33 pequeñas islas y montes
anfisbaenios habitan regiones subtropicales de rocosos (riscos) situados frente a las costas de
Norteamérica, Indias Occidentales, América del Nueva Zelanda.
n
Sur, Patagonia, África, Península Ibérica, Arabia Respecto a la distribución de los reptiles
sió
y oeste de Asia. Las serpientes se distribuyen en chiapanecos, existen grandes vacíos de informa-
todo el mundo excepto en las regiones Ártica, ción, por ejemplo, algunas especies formalmen-
Antártica, Islandia, Irlanda, Nueva Zelanda y en te sólo han sido registradas en la localidad tipo,
algunas pequeñas islas oceánicas, ninguna ser- tal es el caso de Anolis alvarezdeltoroi, A. parvi-
er
piente marina habita en el Océano Atlántico de- circulatus, A. pygmaeus y Lepidophyma lipetzi,
bido a la incapacidad de cruzar corrientes frías. para éstas y otras especies no se conoce con
V
Las tortugas acuáticas y terrestres se distribuyen precisión su área de distribución. Además, espe-
en regiones templadas y tropicales, en todos los cies como Mesoscincus schwartzei (Ferreira-
continentes, excepto en la Antártida, y en todos García y Canseco-Márquez, 2006) y Scincella
los océanos. Las tortugas marinas habitan en gemmingeri (Luna-Reyes et al., 2007) han sido
aguas tropicales, extendidas en océanos subtro- registradas en Chiapas sólo recientemente. In-
picales y templados. Sólo la tortuga laud (Der- clusive, se están describiendo nuevas especies
322 La biodiversidad en Chiapas
de los géneros Abronia y Aspidoscelis con distri- de plagas de insectos y pequeños roedores. En
bución en el estado (Nieto-Montes de Oca com. partes del mundo donde la diversidad y abundan-
pers.). Por lo anterior, la distribución de especies cia de lagartijas es alta, como sucede en Chiapas,
por región fisiográfica puede proporcionarnos un lagartijas carnívoras consumen enormes cantida-
panorama general sobre los patrones de riqueza, des de insectos diariamente. Estos insectos
composición taxonómica y endemicidad de los contienen nutrimentos y almacenan energía di-
reptiles de la región. De forma preliminar, sabe- recta o indirectamente derivada de plantas. A su
a.
mos que las regiones fisiográficas de la Sierra vez, los consumidores de orden superior, tales
Madre de Chiapas (sm) y Montañas del Norte como aves, serpientes, mamíferos, incluyendo
nt
(mn) son las que presentan una mayor riqueza lagartijas, aseguran la transferencia de nutrimen-
de reptiles, con 118 y 101 especies, respectiva- tos y energía a las cadenas alimentarias, cuya
ve
mente; en otras regiones, se registra una rique- estabilidad es necesaria para la adecuada trans-
za intermedia como en la Depresión Central, con ferencia de energía y nutrimentos a través de los
81 especies, y en la Planicie Costera del Pacífi- diferentes niveles, para la existencia de ecosiste-
su
co, con 79, mientras que en la Planicie Costera mas sanos. Generalmente, los ecosistemas
del Golfo hay 67 especies, en las Montañas del complejos con un gran número de conexiones son
Oriente, 66 especies, y en la Meseta de Chia- usualmente estables a través del tiempo, mien-
da
pas, 60, donde se registró el menor número de tras que los ecosistemas simples con menos co-
especies –modificado de Luna-Reyes et al., 2005 nexiones son más susceptibles a colapsos catas-
(figura 2)–. Cabe destacar que esta última re- tróficos. Las lagartijas, al igual que todas las
bi
gión presenta un alto número de especies endé- formas de vida –incluyendo a los humanos– con-
micas que habitan principalmente en los bosques tribuyen a la complejidad que sustenta la estabi-
mesófilos de montaña y de pino-encino. hi lidad (Pianka y Vitt, 2003). Los cocodrilos, de
manera general, son muy importantes desde el
ro
Importancia ecológica, económica y punto de vista ecológico; se ha comprobado que
cultural tan pronto se vuelven más escasos por causa de
la caza comercial, se presenta un desequilibrio
.P
La importancia ecológica de los reptiles radica en ecológico relacionado con la disminución de las
que son esenciales en la cadena alimenticia, poblaciones de peces de valor comercial y con la
principalmente como fuente de alimento de aves proliferación de ciertos endoparásitos del ganado
ta
crías de mamíferos pequeños, incluso de otras especies de reptiles, entre tortugas marinas y
especies de reptiles; además, grupos como lagar- dulceacuícolas, iguanas y cocodrilos, se han
at
tijas y serpientes funcionan como controladores utilizado principalmente como alimento para
gr
Categoría de Riesgo
Riqueza Tipo de Endemicidad
sió
Reptiles nom-059-semarnat-2010
Lagartijas 15 30 85 27 13 1 13 25
er
Serpientes 7 57 117 22 6 0 14 29
V
Tortugas 7 11 16 0 0 6 3 6
Cocodrilos 2 2 3 0 0 0 0 3
Endemicidad: EM = Endémica de México; ECH = Endémica a Chiapas; Categoría de riesgo: P = En peligro; A = Amenazada y Pr = Sujeta a
Protección Especial.
Capítulo 8 Diversidad de especies 323
118
120
101
100
81
79
a.
80
Riqueza de especies
67
nt
66
60
60
ve
40
su
20
a
id
0
b
MCH PCG DC MN MO PCP SM
hi
Regiones fisiográficas
ro
Figura 2. Riqueza de especies de reptiles en Chiapas por región fisiográfica. Región fisiográfica: dc = Depresión Central, mch = Meseta de
Chiapas, mn = Montañas del Norte, mo = Montañas del Oriente, pcg = Planicie Costera del Golfo, pcp = Planicie Costera del Pacífico, y sm =
.P
ecosistemas naturales, en la cultura y mitología, como el principal uso de los reptiles el proveer
como alimento y vestido, como fuente de mate- de alimento, ya que se consume su carne y los
at
ria prima para la industria farmacéutica, por su huevos de las tortugas lagarto (Chelydra ser-
uso como mascotas y por la explotación y el pentina), blanca (Dermatemys mawii), jicotea
gr
comercio internacional que se realiza con varias (Trachemys venusta), de las lagartijas turipache
especies. Para el caso particular de las lagarti- o pasarríos (Basiliscus vittatus), turipache selvá-
jas del género Heloderma, Ramírez-Bautista y tico (Corytophanes cristatus) y del cocodrilo de
n
Beck (1994) mencionan que se les ha capturado pantano (Crocodylus moreletii); también se
sió
y matado libremente por años, desconociéndose aprovecha la carne del casquito (Kinosternon
el empleo diverso que se le da, pero se sabe que leucostomum), de la iguana verde (Iguana igua-
su piel se utiliza en la industria peletera para na) y de la mazacuata (Boa constrictor). En esta
elaborar zapatos, bolsos y también artesanías comunidad de la Lacandona, aún cuando existen
er
en algunos estados del centro del país. referencias del uso de algunas especies de
En Chiapas, de forma general, los grupos de reptiles con fines medicinales, ceremoniales o
V
Barrero et al., 1992). A pesar de ello, Enríquez venenos ha aportado nuevos datos sobre la ac-
Vázquez et al. (2006) encontraron el uso de 15 ción de sus componentes en los sistemas circula-
especies de reptiles: una tortuga, seis lagartijas torio y nervioso. En dosis pequeñas, el mismo
y ocho serpientes por pobladores de comunida- principio bioquímico del veneno que destruye los
des tsotsiles y tseltales de los Altos de Chiapas, glóbulos rojos y plaquetas de la víctima de una
para curar 13 enfermedades, padecimientos o mordedura tiene un valor potencial en el trata-
malestares. Dichos autores concluyen que ac- miento de diversas trombosis. De forma parecida,
a.
tualmente la fauna silvestre tiene una gran im- las toxinas del veneno, capaces de afectar cen-
portancia en la medicina tradicional en la región, tros nerviosos y causar un paro respiratorio, en-
nt
ya que sirve como remedio para enfermedades cierran información valiosa para entender las
reconocidas tanto por la medicina occidental causas y buscar posibles tratamientos para algu-
ve
como por las enfermedades culturales locales. nos padecimientos neurológicos (Sánchez, 1994).
Enfatizan que el uso con este fin implica un co- En cuanto al uso de reptiles como mascotas,
nocimiento minucioso de los animales utilizados. en diferentes regiones del estado, varias espe-
su
Sin embargo, reconocen que pocos estudios cies son empleadas para este fin, principalmen-
abarcan el aspecto de la fauna medicinal a pesar te ejemplares jóvenes de la iguana verde (Iguana
de ser una práctica milenaria. iguana), las que llegan a venderse hasta en
da
En el ámbito cultural, los reptiles aún están doscientos pesos en tiendas de Tuxtla Gutiérrez
representados en la cosmovisión de diferentes y en otras ciudades importantes del estado. Las
culturas indígenas de México y de Chiapas. En tortugas como los casquitos pardo y amarillo
bi
particular, las serpientes son asociadas a la llu- (Kinosternon scorpioides), serpientes como la
via, los rayos y el arcoíris (Báez-Jorge, 1979; mazacuata (Boa constrictor) y eventualmente
Lammel et al., 2008). Su presencia se vincula
también al agua y a los manantiales. A su vez,
hi
algunas especies de lagartijas del género Anolis
y de serpientes inofensivas (culebras) también
ro
se les relaciona con el control moral del compor- son demandadas como mascotas. Un problema
tamiento humano, es el caso de serpientes que del uso de reptiles como mascotas tiene que ver
se convierten en mujeres u hombres que tienen el con la extracción de estos ejemplares de su
.P
objetivo de castigar la infidelidad humana, como hábitat natural, también porque genera la proli-
se reporta en diferentes cuentos y mitos Zoques feración de ejemplares de algunas especies in-
(Sulvarán, 2007). troducidas o exóticas a Chiapas. Un ejemplo de
ta
En el área médica, los reptiles son importan- ello es el caso de la mal llamada “tortuga japo-
tes debido a su toxicidad; para Chiapas se han nesa” (Trachemys venusta elegans), que se
ui
registrado 20 especies de serpientes venenosas: vende casi en cualquier acuario de las ciudades
la serpiente marina listada, cinco especies de del estado, fuera de su área de distribución na-
at
coralillos, el cantil, la cascabel tropical, 12 espe- tural (EUA y noreste de México). El problema se
cies de nauyacas y sólo una especie de lagartija detona cuando son liberadas e introducidas por
gr
venenosa (Heloderma horridum). Cada año sus dueños en los diferentes ambientes natura-
existen casos de mordeduras de serpientes ve- les del estado, donde pueden competir e hibridi-
nenosas, principalmente de la cascabel tropical zarse con especies nativas.
n
(Crotalus simus) y la nauyaca real (Bothrops Son necesarios estudios poblacionales sobre
sió
gistraron en promedio siete casos anuales, históricos enfocados en conocer el uso y signifi-
aunque de 1991 a 1994 el número de defuncio- cado que se otorga a los reptiles en diferentes
V
sobre la importancia y el papel que juegan di- chatilla), Boa constrictor, Clelia clelia (culebre-
chos organismos en sus vidas cotidianas son ra), Dermatemys mawii, Caiman crocodilus y
muy importantes en el diseño de proyectos y Crocodylus moreletii, que no están necesaria-
estrategias de manejo y conservación. mente amenazadas de extinción, pero que po-
drían llegar a estarlo, a menos que se controle
Situación y estado de conservación estrictamente su comercio.
a.
Se consideran como especies prioritarias para Amenazas para su conservación
conservar aquellas catalogadas como en peligro de
nt
extinción y después a las que no están conside- Las poblaciones de reptiles, al igual que los an-
radas como tal pero que presentan característi- fibios, tienden a disminuir o a desaparecer
ve
cas que las hacen inherentemente vulnerables. cuando se presentan cambios o impactos am-
En este esquema de priorización, la mayor jerar- bientales drásticos debido a fuerzas naturales o
quía se otorga a las especies endémicas de actividades humanas. La disminución de la ri-
su
distribución restringida, seguidas de las endémi- queza, abundancia, calidad y extensión del área
cas de distribución amplia y las no endémicas de de distribución de las especies de reptiles se
distribución restringida, aunque todavía no se debe, principalmente, a la destrucción, altera-
a
considere a estas últimas oficialmente en riesgo. ción y fragmentación del hábitat. A dicho factor
Dada su distribución limitada, tales especies son se suman otros como la introducción de especies
id
más susceptibles a la extinción (Gaston y Blac- exóticas, la cacería y el tráfico ilegal. Relaciona-
kburn, 1996 en Santos-Barrera et al., 2004). do con estos últimos aspectos, se incluye el
b
En el estado, se han registrado 105 especies aprovechamiento irracional que el ser humano
de reptiles que están incluidas en alguna cate-
goría de riesgo de acuerdo a la Norma Oficial
hi
hace de muchas especies, principalmente de
aquellas que tienen importancia socioeconómi-
ro
Mexicana nom-059-semarnat-2010 (Semarnat, ca, al ser utilizadas como alimento, peletería,
2010), lo que representa 45.2 % del total de ornato, mascotas, medicina tradicional o en
especies de reptiles registradas en Chiapas, o prácticas religiosas. Por el uso no sustentable
.P
sea, casi la mitad del total de especies. De esta derivado de dichas prácticas, la mayoría de ellas
forma, tenemos siete especies en peligro de están incluidas en alguna categoría de riesgo.
extinción (P), 30 amenazadas (A) y 63 sujetas a La pérdida de selvas y bosques en buen estado
ta
protección especial (Pr) (figura 3, apéndice de conservación se debe en buena medida a las
VIII.16). Cabe mencionar que en todas las regio- presiones en el uso del suelo por las actividades
ui
nes del estado la mayoría de las especies de agrícolas y ganaderas que ponen en riesgo la via-
serpientes son consideradas venenosas por lo bilidad de los ecosistemas (Acevedo, 1990). Estos
at
trados en Chiapas están incluidos en los Apén- que han modificado profundamente el paisaje
dices i y ii de la Convención sobre el Comercio (Baumann, 1999), los que han sido asociados, al
de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Sil- menos en parte, al cambio climático global.
n
vestre (cites, por sus siglas en inglés), que son Al respecto, la situación del bosque mesófilo
sió
listas de especies que ofrecen diferentes niveles de montaña representa un buen ejemplo del
y tipos de protección de las especies con valor efecto de estas amenazas. Este tipo de vegeta-
comercial (cites, 2010). En el Apéndice i de la ción está en riesgo de desaparecer en Chiapas y
Convención se incluyen a Chelonia mydas, Ere- México por los efectos adversos del cambio cli-
er
las que se prohíbe el comercio internacional de roza-tumba y quema, los incendios forestales, la
especímenes, salvo cuando la importación se sequía, los conflictos de la propiedad de la tierra
realiza con fines no comerciales, por ejemplo, y los cultivos ilícitos (Toledo, 2009). En los man-
para la investigación científica. En el Apéndice ii chones de bosque mesófilo de montaña y de
se enlistan especies como Iguana iguana, Helo- otros tipos de vegetación de montaña, se ha
derma horridum, Loxocemus bicolor (barretilla o registrado una alta riqueza de reptiles, además,
326 La biodiversidad en Chiapas
dicha fragmentación natural también ha favore- plástico), y de manos y patas con sus propios
cido los endemismos de varios géneros de lagar- tendones (Luna-Reyes obs. pers.). Al respecto,
tijas, como Abronia (dragoncitos), Mesaspis, Álvarez del Toro (1982) enfatizó el hecho de que
Sceloporus (escamosos); y de serpientes, incu- en algunas zonas de Chiapas se cazaban hem-
yendo Adelphicos, Rhadinaea, Sibon (culebras bras grávidas para extraerles los huevos, dejan-
caracoleras), Bothriechis (nauyacas arborícolas) do a los animales, en la mayoría de los casos,
y Cerrophidion (nauyacas de frío). Por lo ante- con el vientre expuesto provocando su muerte
a.
rior, se considera que de la permanencia del sin aprovechar carne y piel. Una situación similar
bosque mesófilo de montaña y otros tipos de puede presentarse en otras especies, como las
nt
vegetación asociados depende también la con- tortugas marinas y dulceacuícolas.
servación de diferentes grupos de reptiles, que Otra amenaza potencial, aún no evaluada, es
ve
incluyen varias especies endémicas, de las ca- el uso de reptiles como mascotas y su posterior
ñadas montañosas de las regiones fisiográficas liberación o introducción en los diferentes
Sierra Madre, Montañas del Norte y Meseta ambientes naturales del estado. El primer pro-
su
Central de Chiapas. blema que se presenta con esta actividad tiene
De la misma forma, la sobreexplotación de va- que ver con la extracción de ejemplares de su
rias especies de reptiles, tanto para autoconsu- hábitat natural y su traslado a otras regiones
da
mo como para venta, y las prácticas de manejo que no forman parte de su área de distribución
inadecuadas, son también un grave problema natural, un segundo problema se relaciona con
para la conservación de varias poblaciones de la potencial proliferación de ejemplares de algu-
bi
reptiles. Las iguanas son un buen ejemplo de nas especies introducidas o exóticas a Chiapas
ello; en la costa de Chiapas, en la época de que pueden competir con las especies locales,
hi
semana santa, se capturan de manera ilegal e
indiscriminada ejemplares tanto de la iguana ra-
causando la disminución de sus poblaciones,
inclusive la extinción local de las mismas.
ro
yada (Ctenosaura similis) como de la iguana
verde (Iguana iguana), para su venta en diferen- Oportunidades o acciones de
tes localidades del estado y de otros estados conservación
.P
cartón –hasta 30 ejemplares en cada una– y nacionales y estatales de áreas naturales prote-
amarrados de la boca (con laso natural o de gidas (anp). Para consolidar dicha estrategia, es
ui
80
at
63
gr
60
Riqueza de especies
n
40
sió
30
er
20
7
V
0
P A PR
Categoría de riesgo
Figura 3. Riqueza de especies de reptiles en Chiapas por categoría de riesgo. Categoría de riesgo: A = Amenazada, P = En Peligro, y Pr =
Sujeta a Protección Especial.
Capítulo 8 Diversidad de especies 327
fundamental priorizar la conservación de las na, El Triunfo, Cordón Pico El Loro-Paxtal, Vol-
áreas protegidas con base en su diversidad cán Tacaná), Montañas del Oriente (Montes
biológica y determinar las áreas adicionales que Azules, Naha, Metzabok, Lacantún, Bonampak,
requieren ser conservadas para tener represen- Yaxchilán, Chan-Kin, Cascadas de Agua Azul) y
tadas al mayor número de especies. Al respecto, Planicie Costera del Pacífico (Playa de Puerto
los análisis de especies de reptiles representa- Arista, La Encrucijada, Cabildo Amatal y Gancho
dos en las áreas naturales protegidas de México Murillo). En varias de estas áreas, principalmen-
a.
indican claramente que existe una necesidad de te las de carácter federal, se ejecutan progra-
aumentar tanto el número de áreas como la su- mas de manejo, enfocados a la conservación de
nt
perficie protegida, con objeto de tener represen- los ecosistemas, hábitats y especies que contie-
tadas todas las especies, en especial las endé- nen. Desafortunadamente, el sistema de áreas
ve
micas de México y en peligro de extinción naturales es deficiente en algunas regiones fisio-
(Santos-Barrera et al., 2004). La situación de los gráficas al no existir las suficientes áreas natu-
reptiles, en cuanto a su representación en las rales protegidas que garanticen la conservación
su
principales áreas naturales protegidas de Méxi- en el largo plazo de una muestra representativa
co, es más apremiante que la de otros grupos de de la riqueza de reptiles endémicos de la Mese-
vertebrados terrestres, ya que sólo 61 % (492) ta de Chiapas (mch), Montañas del Norte (mn) y
a
de las especies de reptiles mexicanos están Depresión Central (dc). Tampoco existe una
protegidas en áreas naturales. Asimismo, sólo muestra representativa de anp en la parte chia-
id
49 % de los reptiles endémicos de México pre- paneca de la Planicie Costera del Golfo.
sentan poblaciones en áreas naturales protegi- La información existente sobre la riqueza y
b
das, lo que significa una debilidad del sistema, distribución de los anfibios registrados en Chia-
ya que una de las funciones principales de las
anp es proteger el mayor número de especies de
hi
pas todavía es preliminar, por lo que es necesario
completar y actualizar los inventarios biológicos,
ro
reptiles endémicos o incluidos en alguna catego- dado que varias áreas del estado permanecen
ría de riesgo, lo que reduce las probabilidades inexploradas, o lo han sido sólo parcialmente, por
de extinción de las poblaciones. lo que futuros muestreos en estas regiones segu-
.P
Se considera a Chiapas como la entidad que ramente incrementaría la riqueza y los registros
cuenta con el mayor número de áreas naturales de distribución de los anfibios de Chiapas. Asi-
protegidas y/o propuestas. El estado cuenta mismo, persisten problemas taxonómicos que
ta
con un sistema que incluye áreas naturales originarán cambios, no sólo en la composición y
protegidas de carácter federal y estatal, desta- riqueza de especies, sino también en la distribu-
ui
cando las existentes en las regiones Sierra ción geográfica de las mismas.
Madre de Chiapas (La Sepultura, La Frailesca-
at
gr
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n
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sió
a.
Efraín Castillejos Castellanos, Patricia González Domínguez,
Jorge A. Martínez Ortega y Rosa M. Vidal Rodríguez
nt
ve
Introducción
su
Las aves son el grupo de vertebrados terrestres con mayor riqueza de especies,
con alrededor de 9 600 especies vivientes a nivel mundial (Sibley y Monroe,
da
1990). Este grupo se caracteriza por tener plumas, picos, extremidades supe-
riores transformadas en alas, patas escamosas y ser ovíparos. Por su capacidad
de vuelo, prácticamente ocurren en todos los ambientes terrestres y acuáticos,
bi
excepto en las profundidades oceánicas (Newton, 2003), y son un excelente
grupo para evaluar la variación temporal y espacial de la diversidad biológica
hi
(Norris y Pain, 2002; Sutherland et al., 2004).
En cuanto a su diversidad, la máxima variación de aves se encuentra en la
ro
región Neotropical que incluye los mayores bosques tropicales que van del sur de
México a través de Centroamérica hasta Sudamérica. Esta región representa
alrededor de 35 % de las especies del mundo (Newton, 1998); sin embargo, aún
.P
a.
aquellas especies que potencialmente podrían las Montañas del Norte (580) (figura 1). De las
distribuirse en el estado pero que es necesaria su especies migratorias neotropicales, esta cantidad
nt
confirmación (apéndice VIII.17). Los órdenes con se incrementa de las Montañas de Oriente con
el mayor número de especies son los Passerifor- 121 hacia la Sierra Madre de Chiapas con 133
ve
mes (aves canoras) con 351, los Charadriiformes especies (cuadro 1, figura 1). Sin embargo, en
(playeritos y gaviotas) con 53, los Falconiformes proporción al número de especies de aves por
(halcones y águilas) con 48 y los Apodiformes región, la Depresión Central alberga la mayor
su
(vencejos y colibríes) con 48 especies. Hay tam- proporción de aves migratorias con 36 %, la Pla-
bién 191 (27.4 %) especies migratorias latitudi- nicie Costera del Pacífico con 37 % y Los Altos de
nales, que se reproducen en Norteamérica y re- Chiapas con 35 %.
a
gresan a sus sitios no reproductivos en ambientes Con respecto al número de especies endémi-
tropicales. Se presentan también 12 especies con cas y cuasiendémicas por región, la Sierra Ma-
id
distribución geográfica restringida a una región o dre presenta el mayor número con 19, las Mon-
área geográfica determinada (como especies tañas del Norte presentan 13 y Los Altos de
b
endémicas) y diez con una distribución geográfica Chiapas 10 (cuadro 1).
restringida a dos o más áreas geográficas inter-
conectadas (especies cuasiendémicas: Escalante
hi
ro
et al. 1998) (apéndice VIII.17).
.P
600
ta
500
ui
Número de especies de aves
400
at
gr
300
n
200
sió
100
er
V
0
PCP SMCH DC ACH MN MO PCG
Regiones Fisiográficas
Número total de especies Residentes Migratorias
Figura 1. Distribución total de las especies de aves residentes y migratorias por región fisiográfica para el estado de Chiapas. Las regiones
son: Planicie Costera del Pacífico (pcp), Sierra Madre de Chiapas (smch), Depresión Central (dc), Altos de Chiapas (ach), Montañas del Norte
(mn), Montañas del Oriente (mo) y Planicie Costera del Golfo (pcg).
Capítulo 8 Diversidad de especies 331
Regiones Fisiográficas
Características
a.
pcp smch dc ach mn mo pcg
nt
Residentes 229 404 194 228 429 361 294
ve
Estatus incierto de estacionalidad 0 0 10 0 0 0 0
6 (E), 10 (E), 4 (E), 3 (E), 5 (E), 1 (E),
Endémicas (E), Cuasi-endémicas (E*) 2 (E*)
3 (E*) 8 (E*) 4 (E*) 7 (E*) 8 (E*) 4 (E*)
su
nom-059-semarnat-2010 (Amenazada) 20 55 25 36 60 49 30
nom-059-semarnat-2010 (Extinta) 1 1 0 0 1 0 0
a
nom-059-semarnat-2010 (en Peligro) 8 21 3 11 24 20 13
id
nom-059-semarnat-2010 (Protección Especial) 44 76 18 31 83 72 62
uicn (Endangered) 0 3 1 1 2 2 1
b
uicn (Vulnerable) 1 2 0 1 3 2 1
58
7
hi7
89
1
35 47
5
97
8
85
3
75
3
ro
cites
Fuente: uicn, 2001; Semarnat 2010; Rangel-Salazar et al., 2005, cites, 2008.
algunas más son insectívoras como los papa- mente los recursos turísticos naturales y cultura-
sió
moscas o depredadores de pequeños y media- les, además de generar empleo a los pobladores y
nos mamíferos como los gavilanes y búhos. al mismo tiempo apoyar la conservación de la
Existen también especies encargadas de elimi- fauna silvestre, es el turismo de naturaleza (eco-
nar los restos de los animales muertos como los turismo o turismo de aventura) (Foucat, 2002).
er
zopilotes. Otras especies se consideran indica- Específicamente, con las aves es el aviturismo o la
doras ambientales cuya situación poblacional observación de aves. Algunos ejemplos en Chia-
V
proporciona información sobre la condición ge- pas son La Sima de las Cotorras en el Municipio
neral de los ecosistemas naturales (Rodríguez et de Ocozocoautla de Espinoza y la Ruta del Café
al., 1998; Tejeda-Cruz y Sutherland, 2005; en el Soconusco de la Sierra Madre de Chiapas.
Rangel-Salazar et al., 2008), como algunas es- Otro ejemplo de alternativa económica con
pecies que dependen de áreas de bosque en las aves es la empresa avícola “Buenaventura
buen estado de conservación (como el águila Grupo Pecuario” que forma parte de la uma
332 La biodiversidad en Chiapas
Zoológico Dr. Julio César Pastrana localizada en da extirpada) (cuadro 1). La Sierra Madre de
el Municipio de Villaflores, en donde las espe- Chiapas presenta 156 especies en alguna cate-
cies que se reproducen ahí son vendidas como goría y las Montañas de Oriente tienen 141,
mascotas u ornato (González-Hernández, 2008). mientras que la región con menos especies en
alguna categoría de riesgo es la Depresión Cen-
Importancia cultural tral con 47 (cuadro 1, apéndice VIII.17).
Actualmente, se reconocen cinco especies
a.
En las culturas mesoamericanas, como la maya como potencialmente extirpadas en algunas re-
en Chiapas, las aves han jugado un papel fun- giones fisiográficas del estado. Para la Sierra
nt
damental al ser utilizadas como alimento, me- Madre de Chiapas, las Montañas del Norte y la
dicina, ornato, compañía y actividades religio- Planicie Costera del Pacífico se tiene al caracara
ve
sas (De la Garza, 1995, 1999). Como alimento, comecacao y a la guacamaya roja (Ara macao);
en los antiguos pueblos indígenas se consumían para la Sierra Madre de Chiapas y la Planicie
aves como el faisán, las palomas y codornices. Costera del Pacífico, la guacamaya verde (A.
su
Asimismo, el plumaje de muchas aves era utili- militaris); para la Sierra Madre de Chiapas, el
zado para distinguir jerarquías en penachos y águila arpía (Harpia harpyja) y la cigüeña jabirú
escudos. También eran utilizadas en ceremo- (Jabiru mycteria). Estas especies, además, están
da
nias religiosas porque representaban elemen- consideradas en alguna categoría de riesgo a ni-
tos sagrados. Por ejemplo, los quetzales o vel nacional e internacional (amenazadas o en
guacamayas eran asociados con el sol o con el peligro de extinción) (apéndice VIII.17).
bi
fuego, mientras que los búhos o lechuzas eran La Lista Roja de Especies en Riesgo de la Unión
relacionados a la oscuridad o a la muerte (De Internacional para la Conservación de la Naturaleza
la Garza, 1995). Actualmente, algunos pueblos
indígenas específicamente en los Altos de
hi
(uicn, 2001) es otra fuente que debería de tomarse
en cuenta también para evaluar las especies que
ro
Chiapas continúan utilizando a las aves silves- necesitan atención. En esta lista, 22 especies con
tres de la región para consumo, como los patos, distribución en Chiapas se encuentran en alguna
carpinteros, golondrinas, palomas, entre otros, categoría: cuatro en peligro de extinción, cuatro
.P
o en la medicina, como los colibríes y zopilotes vulnerables, 12 casi amenazadas, una críticamen-
(Enríquez-Vázquez et al., 2006, datos no publ.). te amenazada y una con información deficiente
(cuadro 1).
ta
Aunque recientemente se ha incrementado la Chiapas están listadas 115 especies (16.5 % del
información biológica y ecológica sobre las es- total) como los cigüeñones (Mycteria americana)
at
pecies de aves en el estado de Chiapas (Rangel- y patos (Anas spp.); estas especies son cazadas
Salazar et al., 2005), el conocimiento sobre sus ilegalmente en la Planicie Costera del Golfo
gr
atención es conocer el grado de amenaza que canoras, codornices, palomas, carpinteros, corre-
sió
presentan de acuerdo a listas de especies en caminos, charas y mosqueros que son cazadas o
riesgo. Por ejemplo, en Chiapas, se han regis- vendidas en la región de Los Altos de Chiapas,
trado 204 especies (29 % del total) en alguna principalmente en San Cristóbal de las Casas.
categoría de riesgo en la nom-059-semarnat-2010
er
a.
funcionando en Chiapas; a continuación se hace tera del Pacífico, la designación de aicas es aún
una descripción de algunas: pobre por lo que es importante identificar áreas
nt
de reproducción de aves acuáticas y de descanso
Especies bandera de las poblaciones migratorias, considerando la
ve
importancia que esta región tiene como ruta mi-
Una especie bandera es aquella considerada gratoria a nivel continental. Para la Planicie
carismática o popular que llama la atención del Costera del Golfo, las zonas de humedales del
su
público y que sirve como símbolo en un lugar o municipio de Catazajá, así como las áreas de
región. Este enfoque ha permitido el estableci- pantanos y pastizales inducidos (sitios de repro-
miento de áreas protegidas o de esfuerzos de ducción del halcón fajado; Falco femoralis) deben
a
investigación, conservación y monitoreo que han incluirse en las propuestas de las aicas. Para las
mejorado la comprensión sobre la biología y Sierras del Norte de Chiapas y las Cañadas
id
ecología de las aves y sus hábitats. Algunos de de Ocosingo, donde ocurren bosques mesófi-
los símbolos más importantes en Chiapas son el los de montaña que albergan una importante
b
quetzal y el pavón. Otras especies de interés comunidad de aves, actualmente no existen
público y político para la conservación son la
guacamaya roja y los tucanes (Ramphastos sul-
hi
mecanismos de conservación, debido a la com-
plejidad socio-cultural y política, y la inaccesibili-
ro
phuratus). Estas especies han sido promovidas dad a la región. Es necesario, por lo tanto, revisar
como símbolos de la conservación de las selvas las propuestas de las aicas a escala eco-regional
húmedas tropicales, particularmente en la Reser- o de Regiones para la Conservación de Aves
.P
va de la Biosfera Montes Azules. En esta región (“Bird Conservation Regions”, bcr) para determi-
se protegen poblaciones de guacamaya roja nar si éstas incluyen todas las áreas importantes
compartidas en la Selva Maya (México-Guatema- para la conservación de las aves.
ta
comunidades y genera impulsos para implemen- café orgánico del país y la mayoría de sus pro-
tar medidas de conservación para las especies. ductores tienen sellos con criterios de buen
gr
En Chiapas, estas campañas se han realizado en manejo de los recursos naturales (Soto-Pinto et
las Reservas de El Ocote y El Triunfo. al., 2000). Aunque se ha sugerido que estos
sistemas agroforestales no reemplazan a los
n
para establecer colonias de reproducción o como ha promovido la Ruta del Café, donde fincas han
corredores migratorios (Arizmendi y Márquez- establecido servicios turísticos y de observación
V
Valdelamar, 2000). En Chiapas se han identifica- de aves. El cacao es otro cultivo en Chiapas que
do 21 aicas; en algunos casos, éstas coinciden de favorece la conservación ambiental y proporcio-
manera importante con las áreas naturales pro- na refugio para la vida silvestre en el estado
tegidas, por lo que cerca de 50 % de las aicas se (Salgado-Mora et al., 2007). Estos agroecosis-
encuentra bajo un mecanismo de conservación temas ofrecen hábitat para más de 150 especies
federal o estatal. Actualmente, es necesario de aves entre residentes y migratorias.
334 La biodiversidad en Chiapas
a.
Planeación Ecoregional tnc, wwf especies en categorías internacionales y nacionales de protec-
ción. Las aves son un elemento entre muchos otros insumos.
nt
Son amplias regiones del mundo que concentran una gran biodi-
Conservación
ve
Hotspots versidad donde las aves son uno de los factores. Generalmente,
Internacional (ci)
se integran un conjunto de biomas y ecoregiones.
su
iba-aica (Important Bird Los criterios incluyen tanto riqueza, tamaño de las poblaciones,
Areas-Áreas de Importancia estatus de las especies a nivel global y de bioma, sitios importan-
Birdlife Internacional
para la Conservación de las tes para congregaciones de aves (en reproducción o migración),
a
Aves) cuellos de botella en las rutas de migración y endemismo. Se
id
asignan categorías a los sitios en base a estos criterios.
Los sitios de la aze son áreas donde se han registrado especies
b
generalmente raras, de distribución muy restringida, donde la
Sitios aze (Alliance desaparición del sitio implica la extinción de la especie. Para las
for Zero Extinction)
Alianza Cero Extinción hi
aves, estos sitios son generalmente islas. Los sitios aze no solo
se definen por las aves, sino por cualquier otro taxa de verte-
ro
brado o especie de flora en peligro de extinción.
Semarnat-Dirección Gene-
.P
Programas de recuperación Enfocado a especies como el águila real o a grupos como los
ral de Vida Silvestre-
de especies prioritarias loros (psitácidos). Se abordan también otros taxa diferentes a
Comité de recuperación
(prep) las aves.
de especies prioritarias
ta
iba son por definición kba, sin embargo, hay kba que no son iba.
sió
vación (Marxan) Pronatura las amenazas y otros valores los sitios de alta prioridad para la
conservación en México.
V
Por otro lado, las nuevas prácticas de apro- Esta organización privada mantiene aves acuáti-
vechamiento forestal maderable también están cas, faisanes, rapaces y psitácidos. Existen ins-
beneficiando a las aves. Por ejemplo, en el ejido talaciones para la reproducción de las aves como
Coapilla, municipio de Tapalapa, al norte de las dos especies de guacamayas roja y verde, así
Chiapas, se tiene un esquema de manejo soste- como el loro nuca amarilla (Amazona auropalliata)
nible del bosque que consiste en reducir las con el objetivo de comercializarlas o intercam-
tendencias de degradación de la estructura y biarlas con otros zoológicos.
a.
composición de los bosques, mantener la diver- 3. Centro de Investigación y Experi-
sidad de árboles, así como huecos en árboles mentación de Alternativas Agropecua-
nt
secos para anidación y otros aspectos para fa- rias (ciea, S.C.), municipio Berriozabal,
vorecer el hábitat para las aves. Región Centro. Esta organización privada
ve
tiene como principal objetivo la reproducción y
uma comercialización de faisanes, en su mayoría
exóticos (faisán de collar; Phasianus colchicus,
su
Otra estrategia que promueve la conservación, el plateado; Gennaeus nycthemerus y gigie; Chy-
manejo, la restauración del hábitat y el aprove- solophus pictus), y otras aves como la gallina de
chamiento de la fauna silvestre en general, y de guinea (Numida meleagris), el pavo real verde
a
las aves en particular, son las Unidades de Mane- de Java (Pavo muticus) y el pavo real blanco
jo para la Conservación de la Vida Silvestre (Pavo cristatus). La única especie residente que
id
(uma). Estas unidades son predios que operan incluyen es el hocofaisán (Crax rubra).
bajo un plan de manejo aprobado y donde dan 4. Zoológico Miguel Álvarez del Toro
b
seguimiento tanto de las condiciones del hábitat (zoomat), Instituto de Historia Natural y
como de las poblaciones silvestres. En Chiapas,
se han registrado 39 uma para el periodo 2001-
hi
Ecología, municipio de Tuxtla Gutiérrez,
Región Centro. uma gubernamental, la cual
ro
2006. González-Hernández (2008) realizó un está enfocada a la conservación, investigación y
análisis inicialmente en 26 uma en el estado (re- exhibición de la fauna silvestre del estado. En
gión Selva 15, Centro cuatro, Soconusco cuatro, esta uma han logrado reproducir al quetzal, entre
.P
estas uma se identificaron 59 especies de aves, planificadas sobre la fauna, hábitat y usuarios, y
de las cuales, 17 son comercializadas, destacó el que desconocen que el plan de manejo debería
ui
grupo de los crácidos y los psitácidos; el resto ser el instrumento que regula las acciones dentro
son especies que se exhiben en el zoológico Mi- de la uma. Si se parte de los objetivos iniciales
at
guel Álvarez del Toro, como el quetzal. Las cuatro para el establecimiento de uma, los resultados
uma identificadas son: arrojan que prácticamente no están funcionando
gr
es una uma ejidal donde se pretende lograr y ción, monitoreo y conservación del hábitat.
sió
cautiverio varios individuos que no han logrado mayor diversidad de aves, lo cual se sabe gra-
reproducir, esta organización administra el centro cias a una gran variedad de estudios (Rodríguez-
V
ecoturístico “Las Guacamayas” y, al tener este Yánez et al., 1994; Rangel-Salazar et al., 2005)
enfoque, aún mantienen la reserva ejidal protegi- (apéndice VIII.18). A pesar de ello, el conoci-
da la cual se encuentra cerca de Reserva de la miento biológico y ecológico de las especies de
Biosfera Montes Azules. aves aún es limitado para entender los efectos
2. Zoológico Dr. Julio César Pastrana, de las modificaciones por las actividades huma-
municipio de Villaflores, región Frailesca. nas en los paisajes naturales. Por lo tanto, son
336 La biodiversidad en Chiapas
a.
a las especies que están en alguna categoría de existencia de las áreas naturales protegidas, en
riesgo, también son importantes las especies algunos Parques Nacionales y Reservas de la
nt
con distribuciones restringidas y aquellos am- Biosfera existe carencia de presupuesto y de
bientes o hábitats más amenazados. personal asignado a estas áreas. Esto ha contri-
ve
La principal amenaza de la disminución o de- buido a la marginación y al descuido de las acti-
clinación de las poblaciones de especies de aves vidades de vigilancia y manejo, lo que provoca la
es la pérdida y fragmentación del hábitat, y aun- cacería y/o tala ilegal, así como incendios fores-
su
que las 42 áreas naturales protegidas y 21 aicas tales, lo que hace poco efectivos los objetivos de
en el estado de Chiapas ofrecen un espacio estas estrategias de conservación.
adecuado para la protección y persistencia de las
a
id
Literatura citada
b
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.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
338 La biodiversidad en Chiapas
a.
mente amenazada (BirdLife Internacional, 2000). La especie se reproduce en
un área pequeña localizada en la Planicie Edwards en el Centro de Texas y migra
nt
durante el invierno hacia el Neotrópico, pasando el invierno en los bosques de
pino encino desde Chiapas hasta el Norte-Centro de Nicaragua (Pulich, 1976;
ve
Vidal et al., 1994; Howell y Webb, 1995; Rappole et al., 1999) (figura 1). Su área
de invierno comprende justamente la ecorregión de bosques de pino-encino de
Centroamérica (figura 2).
su
Esta ecorregión se cataloga como críticamente amenazada (wwf), por lo que
la conservación y manejo sustentable de ambos elementos son de suma impor-
tancia (Alianza para la Conservación de los Bosques de Pino-Encino de Meso-
da
américa, 2007).
La región ecológica antes mencionada tiene una gran diversidad de coníferas
y encinos, además de ser el hábitat de muchas especies endémicas y en riesgo
bi
(wwf). Es también una importante zona de reabastecimiento para al menos 225
especies de aves migratorias y tiene una extensión de 103 842.71 km², con una
hi cobertura boscosa de tan sólo 25 %. Se estima que únicamente 8.3 % se en-
cuentra protegida y sus principales amenazas son incendios forestales y prác-
ro
ticas forestales no sustentables (Alianza para la Conservación de los Bosques
de Pino-Encino de Mesoamérica, 2007).
En 2003, nueve instituciones de Estados Unidos, México, Guatemala, Hon-
.P
Salvador), Texas Parks and Wildlife Departament (EU), The Nature Conservan-
cy (EU). Esta alianza busca la conservación de los ecosistemas de pino-encino
at
y del chipe cachetes dorados, como especie bandera. La alianza es una de las
pocas iniciativas regionales de conservación que se realizan en Mesoamérica
gr
que surge desde el Neotrópico y tiene como meta promover el manejo susten-
table y la conservación en una región de gran riqueza cultural y étnica, pero
también de alta marginación.
n
Algunos de los logros más importantes alcanzados por la Alianza desde 2003
sió
desde hace cuatro años de manera simultánea en los cinco países del rango inver-
nal de la especie (Chiapas-México, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador).
V
Macías-Caballero, C. 2013. Conservación a escala regional a través de una especie bandera. pp. 338-341. En: La
biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversi-
dad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
Capítulo 8 Diversidad de especies 339
a.
La mayoría de los sitios a conservar se localizan en Honduras (116) y en
Guatemala (103). México requiere realizar acciones de conservación y manejo de
nt
68 sitios distribuidos en Los Altos de Chiapas, Montañas del Norte y Sierra Madre
de Chiapas. En Nicaragua se requieren 15 sitios y en El Salvador seis (Alianza
ve
para la Conservación de los Bosques de Pino-Encino de Mesoamérica, 2007).
Las líneas estratégicas del Plan de Conservación son: (1) manejo forestal
sustentable, (2) manejo integrado del fuego, (3) incremento de la superficie
su
protegida y (4) fortalecimiento de la Alianza, a través de su formalización y
consolidación. A partir de julio de 2007, la Alianza inició la implementación del
Plan de Conservación en los cinco países Mesoamericanos.
a
Esta iniciativa demuestra cómo una especie silvestre (en este caso, un ave
migratoria como el chipe de cachetes dorados) puede ser utilizada como “ban-
id
dera” para articular intereses compartidos encaminados a la definición e imple-
mentación de acciones concretas de conservación, a diferentes escalas (regio-
b
nal e internacional). Esta conjunción de esfuerzos incrementa las oportunidades
hi
de financiamiento, colaboración y participación de diferentes actores y sectores
involucrados en la conservación de los recursos naturales. La formación de
ro
alianzas multinacionales en el sur del Continente Americano trae beneficios
también a la biodiversidad en peligro y endémica, muchas veces poco atendidas
por las iniciativas internacionales.
.P
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Figura 2. Ubicación de la ecorregión de bosques de pino-encino de Centroamérica. En rojo se muestran los registros del chipe cachetes dorados
(Dendroica chrysoparia) en su área de invierno. Fuente: Alianza para la Conservación de los Bosques de Pino-Encino de Mesoamérica. 2007.
ro
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V
Figura 3. Análisis spot para un millón de hectáreas de conservación del hábitat potencial del chipe cachetes dorados (Dendroica chrysoparia).
Capítulo 8 Diversidad de especies 341
a.
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b id
hi
ro
.P
Figura 4. Portafolio de sitios para la conservación de los bosques de pino-encino en Chiapas, México.
ta
Literatura citada
ui
Alianza para la Conservación de los Bosques de Pino-Encino Howell S. N. G. y S. Webb 1995. A guide to birds of Mexico
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n
Pulich, W., Sr. 1976. The Golden-cheeked Warbler. A bioeco- World Wide Fund for Nature (wwf). Disponible en www.
sió
a.
nt
Los bosques de montaña al norte de la región Neotropical mantienen una particular
diversidad de especies de aves, que incluye endemismos, interacciones ecológicas
ve
y una alta proporción de especies migratorias (Watson y Peterson, 1999). Sin
embargo, estos bosques se han transformado en áreas para usos agrícolas, para
pastoreo y crecimiento urbano (Statersfield et al., 1999), por lo que los relictos de
su
los bosques de montaña actualmente son considerados prioritarios para la conser-
vación (Wagner, 1962). Por otro lado, los estudios ecológicos a largo plazo son
importantes porque permiten identificar y entender las variaciones temporales en
da
las abundancias y distribución a nivel de poblaciones (Smith et al., 1996) y al mismo
tiempo proporcionan información de la biología e historias de vida de las especies
(proporción de sexos, longevidad, periodos reproductivos y de muda, así como de
bi
su morfología) (Willson, 2004; Rangel-Salazar et al., 2008), y cambios en la estruc-
tura y composición a nivel de poblaciones y comunidades (Collins, 2001).
hi La Reserva Ecológica Huitepec (decretada Reserva en 1986 con fines de con-
servación por Pronatura; Asociación Mexicana Pro Conservación de la Naturaleza
ro
A.C.) protege 135 ha y está localizada en Los Altos de Chiapas en el municipio de
San Cristóbal de las Casas (16º45’50’’N; 92º40’10’’W). La reserva mantiene varios
estadios sucesionales de bosque de encino y mesófilo de montaña. Los objetivos
.P
categoría de riesgo. Este estudio se inició en 1995 y se continuó hasta 2003 y 2007.
Desde entonces, se han capturado y anillado aves utilizando redes de neblina, cu-
ui
migratorias Neotropicales. Las cinco familias mejor representadas son los chipes
sió
medo presentó los valores máximos y el bosque ripario los mínimos. Esta misma
tendencia se presentó con la abundancia de individuos capturados (cuadro 1).
V
Las especies residentes con una mayor frecuencia relativa de captura fueron el
colibrí garganta amatista (Lampornis amethystinus), el zorzal de Frantzius (Catharus
a.
nt
frantzii), el clarín jilguero (Myadestes occidentales) y el chipe de montaña (Myio-
borus miniatus). De las especies migratorias Neotropicales, las más abundantes
ve
fueron el zorzal de Swainson (Catharus ustulatus), el chipe corona negra (Wilso-
nia pusilla) y el chipe negroamarillo (Dendroica townsendi). La mayoría de las
especies capturadas en la Reserva fueron raras (42.6 %, 35), con una o dos
su
capturas solamente y 15 se encuentran en alguna categoría de riesgo dentro de
la Norma Oficial Mexicana (Semarnat, 2010).
Los resultados sugieren una variación espacial de la diversidad de aves de
a
sotobosque a través de los diferentes tipos de vegetación, donde los bosques
húmedos (húmedo y mesófilo) presentaron una mayor riqueza de especies y
id
mayor cantidad de individuos capturados. Por otro lado, la mayoría de las es-
pecies fueron raras y varias se encuentra en alguna categoría de conservación.
b
Conclusiones y recomendaciones hi
ro
A pesar de la pequeña superficie que ocupa la Reserva, ésta presenta una
elevada riqueza de especies de aves residentes y migratorias importantes para
la conservación. Sin embargo, el incremento de las actividades de la población
.P
Bosque de encino-manejado 33 84
Bosque ribereño 23 78
344 La biodiversidad en Chiapas
a.
nt
ve
su
Literatura citada
da
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capped Nightingale Thrush (Catharus frantzii) in Chia- montane forest avifaunas of Mesoamerica. Ecography
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.P
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V
346 La biodiversidad en Chiapas
a.
La avifauna Chiapaneca se considera como una de las más ricas de México (Ál-
varez del Toro, 1980), con un registro de 715 especies (Morales-Pérez, 2000). Su
nt
conservación ha dependido en gran medida de la existencia de Áreas Naturales
Protegidas estatales. Por tal razón, la avifauna del Parque Nacional Cañón del
ve
Sumidero y sus alrededores (figura 1) fue estudiada entre los años de 2004 y
2005 dentro del proyecto “Vertebrados Terrestres del Parque Nacional Cañón del
Sumidero, Chiapas, México, clave conabio BK003 (Altamirano et al., 2006).
su
El registro de la avifauna que se distribuye en el área natural protegida y el
Área de Importancia para la Conservación de las Aves “Corredor Laguna Bélgica-
Sierra, El Limón-Cañón del Sumidero”, se obtuvo mediante muestreos durante
da
18 meses, entre junio de 2004 y noviembre de 2005. Cada muestreo tuvo una
duración de cinco días, en nueve localidades terrestres y una acuática (río Grijal-
va) comprendida entre la entrada del Cañón Chiapa de Corzo y la Presa Manuel
bi
Moreno Torres (Chicoasén). En total se recorrieron 36 senderos con una extensión
promedio de tres kilómetros cada uno: cuatro en selva alta o mediana subperen-
hi nifolia, nueve en selva mediana o baja perennifolia, siete en selva baja caducifolia,
ocho en encinares y ocho en áreas transformadas. Estos senderos se ubicaron
ro
dentro del Parque en localidades terrestres seleccionadas (figura 2) y para el
registro acuático sobre el río Grijalva se realizaron recorridos diurnos en lancha.
Aunada a una recopilación en colecciones científicas nacionales (Museo de
.P
conocieron 250 especies de aves (19 órdenes, 49 familias y 167 géneros). Cinco
fueron las familias que por su riqueza dominaron en este estudio (cuadro 1).
Comparativamente, la riqueza de especies de aves obtenida representa
n
porcentaje de las especies registradas (72 %) son aves que residen y se reprodu-
cen en el área. De estas, sobresalen el pajuil de la familia Cracidae (Penelopina
nigra), la codorniz cotuí norteña de la familia Phasianidae (Colinus virginianus),
el perico aliverde de la familia Psittacidae (Aratinga holochlora), el colibrí tijereta
er
(19.2 %) son las especies migratorias de largas distancias que provienen de Es-
tados Unidos y Canadá, como el chipe cabecigrís de tolmie de la familia Parulidae
Altamirano-González-Ortega, M. A. y G. M. Ramírez-Mota. 2013. Aves del Parque Nacional Cañón del Sumidero y
sus alrededores. pp. 346-349. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el
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Capítulo 8 Diversidad de especies 347
a.
nt
ve
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. Pr
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V
Figura 1. Ubicación del estado de Chiapas y del Parque Nacional Cañón del Sumidero.
348 La biodiversidad en Chiapas
. .
a.
Predio el Jardín
.
Predio Tzanet
nt
.
Rancheria Agua Fría
ve
16o50´ Tierra Colorada
.
El Atalaya 16º50´
su
Km. 12 carretera Tuxtla Gutierrez- Cañon del Sumidero
a
id
Rancho Magaly
16o45´
N
16o45´
b .
W O
hi Rio Grijalva
S
ro
93 10o ´
93 05
o ´
92 0 o ´
92o55´
.P
Cuadro 1. Familias y número de especies más representativas en el Parque Nacional del Cañón del
Sumidero.
at
Familia Especies
gr
Tyrannidae (mosqueros) 30
n
Parulidae (chipes) 25
sió
Trochilidae (colibríes) 18
er
Icteridae (calandrias) 16
V
a.
(Semarnat, 2010). Se registraron también 17 especies que son de distribución
exclusiva para México (endémicas).
nt
Los resultados derivados del proyecto BK003 son relevantes en comparación
con la escasa información que se disponía (Ovando, 1990), que era de 92 espe-
ve
cies de aves. Por otra parte, si consideramos que el Parque y sus alrededores son
de los escasos macizos forestales que se encuentran cercanos a la ciudad de
Tuxtla Gutiérrez, entonces destaca la importancia de la zona para la protección
su
avifaunística, sobre todo si tenemos en cuenta que el área se encuentra sujeta a
las presiones ambientales que genera la zona urbana (Altamirano, 2004).
da
Literatura citada
bi
Altamirano González-Ortega, M. A. 2004. Composición e Morales-Pérez, J. E. 2000. Aportes para la actualización del
hi
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La biodiversidad en Chiapas
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ta
.P
ro
hi
b id
a
su
ve
nt
a.
Capítulo 8 Diversidad de especies 351
Diversidad y conservación
de los mamíferos
a.
Introducción
nt
La clase taxonómica Mammalia (mamíferos) agrupa a organismos provistos de
ve
glándulas mamarias productoras de leche en el caso de las hembras y su piel
se caracteriza por poseer pelo al menos durante una parte de su ciclo de vida
(esto incluye a los mamíferos acuáticos como las ballenas, delfines y manatíes,
su
además de los mamíferos terrestres). En el estado de Chiapas, los mamíferos
constituyen un grupo sorprendente desde múltiples perspectivas. Las variadas
formas, tamaños, hábitos y funcionalidades de las especies de este grupo se
da
pueden observar sin mucha dificultad en la mayoría de los ecosistemas natura-
les y humanizados: a nivel del suelo, pequeñas musarañas y roedores de sólo
unos pocos centímetros de longitud consumen insectos y semillas en el mismo
bi
hábitat de bosque tropical donde el espacio aéreo es ocupado por una multitud
de murciélagos que actúan como polinizadores, dispersores de semillas y de-
hi
predadores de invertebrados y pequeños vertebrados. En el estrato arbóreo,
marsupiales, primates y carnívoros de talla mediana se mueven constantemen-
ro
te en busca de alimento, lo que favorece la caída de numerosos frutos que serán
utilizados por grandes herbívoros como los pecaríes, venados y tapires, que a
su vez serán presa de los grandes depredadores como el jaguar y el puma.
.P
rivados de este grupo que aún hoy día podemos observar en el arte, lenguaje,
sió
Miguel Álvarez del Toro, seguidos por los cada vez más numerosos mastozoó-
logos formados tanto en instituciones estatales (Instituto de Historia Natural,
V
Naranjo-Piñera, E., C. Lorenzo-Monterrubio, A. Horváth, et al. 2013. Diversidad y conservación de los mamíferos.
pp. 351-361. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y
Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
352 La biodiversidad en Chiapas
Nacional, entre otras). Gracias al trabajo de áreas críticas de biodiversidad (hotspots; Mitter-
estas instituciones, Chiapas es en la actualidad meier y Goettsch, 1992). El estado de Chiapas
uno de los estados del sur del país con mejores ocupa el primer lugar nacional en diversidad de
niveles de conocimiento en cuanto a su masto- mamíferos terrestres. De acuerdo a los cambios
fauna. Sin embargo, indudablemente aún falta taxonómicos recientes y a la descripción de
mucho por hacer en materia de investigación nuevos registros de roedores y murciélagos en
mastozoológica con miras a la conservación y Chiapas (Dragoo et al., 1993; Geist, 1998;
a.
uso sustentable de las especies de este grupo. Simmons y Handley, 1998; Voss, 1998; Woodman
El presente capítulo tiene por objeto presen- y Timm, 1999; Baker et al., 2002; Lee et al., 2002;
nt
tar una evaluación del estado que guarda la di- Voss y Jansa, 2003; Carroll et al., 2005; Ramírez-
versidad de mamíferos silvestres en Chiapas, Pulido et al., 2005; Escobedo-Morales et al. en
ve
incluyendo aspectos de la riqueza y distribución prensa), la composición mastofaunística del
de especies, las tendencias de cambio en las estado está conformada por 206 especies, 119
comunidades mastofaunísticas y sus hábitats, géneros, 29 familias y 11 órdenes (apéndice
su
su problemática y necesidades de conservación VIII.19), lo que representa 42.7 % de la riqueza
e investigación. En la sección final del capítulo nacional de mamíferos terrestres.
se incluyen tres casos de estudios ilustrativos Los mamíferos terrestres mejor representa-
da
de la problemática de conservación de los ma- dos en Chiapas son los murciélagos, los roedo-
míferos en la entidad. res y los carnívoros (Retana y Lorenzo, 2002). El
orden Chiroptera (murciélagos) aporta el mayor
bi
Diversidad de mamíferos número de especies (106) y géneros (59), los
cuales representan 51.4 % y 49.6 % de la diver-
hi
México ocupa el tercer lugar a nivel mundial en
número de especies de mamíferos (Semarnap,
sidad de mamíferos terrestres de Chiapas, res-
pectivamente. En seguida se encuentra el orden
ro
1997; Ceballos et al., 2002). Aún cuando en los Rodentia (roedores), con 50 especies y 22 gé-
últimos años varios autores han compilado neros que constituyen 24.3 % y 18.5 % de la ri-
listados de mamíferos terrestres mexicanos, queza estatal. En tercer lugar se ubica el orden
.P
de México suma 482 especies agrupadas en especies: Soricomorpha (musarañas, con nueve
161 géneros, 37 familias y 12 órdenes, entre especies); Didelphimorphia (tlacuaches, con
at
los que sobresalen los roedores y murciélagos ocho especies); Artiodactyla (venados y peca-
por su alta riqueza y endemismo (Ceballos et ríes, con cuatro especies); Primates (monos, con
gr
al., 2002; Ramírez-Pulido et al., 1996; Retana y tres especies); Cingulata (armadillos), Pilosa
Lorenzo, 2002; Ceballos y Oliva, 2005). Esta (hormigueros) y Lagomorpha (conejos), con dos
diversidad de mamíferos ha sido producto de especies cada uno y Perissodactyla (tapir, con
n
una serie de factores entre los que destacan la una especie) (apéndice VIII.19).
sió
acuáticos (Arita y Ceballos, 1997; Fa y Morales, demostró que la mayor riqueza de mamíferos se
1998; Ceballos et al., 2002). presenta en la región norte del estado, cerca de
La gran variedad de ecosistemas se manifiesta los límites con Oaxaca y Veracruz (figura 1), en tanto
con particular importancia en el sur del país, que las áreas con mayor complementariedad
región que junto con el resto de Mesoamérica se (áreas con presencia de especies que no se
considera a nivel mundial como una de las 15 encuentran representadas en las áreas de mayor
Capítulo 8 Diversidad de especies 353
Riqueza
.
n ta
ve
Número de especies
su
88-98
99-111 N
da
112-122 W O
123-130
bi
S
131-143
hi
Figura 1. Distribución de la riqueza de especies de mamíferos en Chiapas, México.
ro
.P
Complementariedad
u ita
at
gr
n
sió
Número de especies
0-6
er
6-9 N
V
10-13 W O
14-17 S
18-23
Figura 2. Distribución de las áreas con mayor complementariedad de especies de mamíferos en Chiapas, México. La complementariedad in-
dica la distribución de aquellas especies que no se encuentran en las áreas con mayor riqueza (Ceballos et al., 2002).
354 La biodiversidad en Chiapas
a.
nes con mayor concentración de especies endé- ellas (T. tumbalensis, S. stizodon y S. sclateri)
micas son las mismas Montañas del Norte y los conocidas solamente en la localidad tipo (Ceba-
nt
extremos de la meseta Central (figura 4). Cabe llos y Rodríguez, 1993) (apéndice VIII.19).
señalar que en la región con mayor riqueza de Chiapas cuenta con 68 especies de mamífe-
ve
especies y endemismos (Montañas del Norte) ros consideradas en alguna categoría de protec-
prácticamente no existen áreas naturales prote- ción de la Norma Oficial Mexicana nom-059-se-
gidas, por lo que la aplicación de medidas para marnat-2010 (Semarnat, 2010), 41 especies en
su
proteger los bosques remanentes es prioritaria. la lista roja internacional de la Unión Internacio-
Las áreas naturales protegidas han sido fre- nal para la Conservación de la Naturaleza (uicn,
cuentemente seleccionadas como sitios de inves- 2007) y 23 en los Apéndices I, II y III de la
da
tigación sobre la mastofauna terrestre de Chia- Convención sobre el Comercio Internacional de
pas, estado que presenta el mayor número Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silves-
(N=44) de áreas naturales en el país (Semarnat, tres (cites, 2007) (apéndice VIII.19). En particu-
bi
2006; Secretaría de Planeación y Desarrollo lar, se requieren medidas inmediatas de conser-
Sustentable, 2007). Dentro de las áreas protegi- vación para las siete especies endémicas de
hi
das de carácter federal se han realizado inventa-
rios de mamíferos en las Reservas de la Biosfera:
Chiapas, ya que también están incluidas en la
Norma Oficial Mexicana y la lista roja de la uicn,
ro
Selva El Ocote (Alba y Navarrete, 1993), Montes lo que implica que enfrentan actualmente un
Azules (Medellín, 1994; Cruz, 2002), El Triunfo riesgo extremadamente alto de extinción en
(Espinoza et al., 1998; ihne, 2004), La Sepultura estado silvestre. En una situación menos apre-
.P
(Espinoza et al., 2004; ihne, 2004), La Encrucijada miante, pero vulnerable, se encuentran el arma-
(Espinoza et al., 2003) y Volcán Tacaná (ihne, dillo de cola desnuda (Cabassous centralis), el
2004), así como en los Parques Nacionales Lagos leoncillo (Puma yagouaroundi), el ocelote (Leo-
ta
de Montebello (Horváth et al., 2001a) y Cañón pardus pardalis), el jaguar (Panthera onca), la
del Sumidero (Gálvez-Altúzar, 1990, ihne, 2006; nutria (Lontra longicaudis), el cacomixtle (Bas-
ui
Arroyo-Chacón, 2007; Riechers, 2007). También sariscus sumichrasti) y el tapir (Tapirus bairdii),
se han generado listados de mamíferos en algu- las cuales se incluyen en la nom-059-semar-
at
nas áreas protegidas estatales tales como las nat-2010, la lista roja de la uicn y el cites.
Zonas Sujetas a Conservación Ecológica: La Pera
gr
1998), e incluso áreas protegidas privadas como 4.3 millones de habitantes entre 1980 y 2005
el cerro Huitepec (Naranjo y Espinoza, 2001). (inegi, 2007), ha implicado una enorme demanda
Asimismo, existen sitios sin protección que pre- de recursos naturales y ha provocado cambios
sentan una diversidad mastofaunística conside- notables en la distribución y abundancia de nu-
er
Amenazadas o en peligro
a.
nt
ve
su
Número de especies
14-21
a
22-27
id
N
28-32 W O
b
33-46 S
31-35
hi
ro
Figura 3. Distribución de la concentración de especies de mamíferos amenazadas o en peligro de extinción en Chiapas, México.
.P
Endémicas
ta
ui
at
gr
n
sió
Número de especies
20-23
er
24-26
V
N
27-28
W O
29-30
S
31-35
a.
pérdida de variabilidad genética. La baja variabi- poblaciones de otros mamíferos más resistentes
lidad genética hace a la población más vulnerable a la perturbación se han mantenido estables, por
nt
a la extinción ante desastres naturales e induci- ejemplo, el armadillo de nueve bandas (Dasypus
dos debido a que sus individuos presentan menor novemcinctus) y el leoncillo (P. yagouaroundi).
ve
capacidad para desempeñar funciones vitales, Algunas especies más tolerantes o adaptadas a
tales como la búsqueda y consumo de alimento, los hábitats abiertos se han visto beneficiadas
reproducción, escape de depredadores y resis- con la deforestación y fragmentación en Chia-
su
tencia a enfermedades y cambios climatológicos pas, al grado de lograr expandir su área de dis-
(Loeschcke et al., 1994; Primack, 1998). tribución local, como ha sucedido con el venado
Como resultado de estos procesos, las áreas cola blanca (Odocoileus virginianus), el coyote
da
de distribución y las abundancias locales de (Canis latrans), la zorra gris (Urocyon cinereoar-
numerosas especies de mamíferos se han redu- genteus) y los tlacuaches comunes (Didelphis
cido. Los casos más notables son los de mamí- marsupialis y D. virginiana; Halls, 1984; Reid,
bi
feros grandes y medianos vulnerables a la 1997; Cuarón, 2000). Algunas especies nativas
fragmentación, ya sea debido a sus ámbitos beneficiadas con el crecimiento de las áreas
hogareños extensos o por su especialización de
hábitat. Entre ellos destacan las tres especies
hi
agrícolas y ganaderas han incrementado su
abundancia y distribución al grado de convertirse
ro
de monos (Ateles geoffroyi, Alouatta palliata y A. en verdaderas plagas. Este es el caso de roedo-
pigra), varios carnívoros como el jaguar (P. res como Sigmodon hispidus y Reithrodontomys
onca), el ocelote (L. pardalis), el tigrillo (L. wie- sumichrasti, los que además de causar severos
.P
dii), el viejo de monte (Eira barbara), el grisón daños a los cultivos también pueden ser hospe-
(Galictis vittata), la nutria (L. longicaudis), la deros o vectores de enfermedades de los anima-
martucha (Potos flavus), el pecarí de labios les domésticos y de la especie humana como el
ta
blancos (Tayassu pecari) y el tapir (T. bairdii) virus de la encefalitis equina, entre otros. Otro
(Emmons y Feer, 1997; Reid, 1997). Paradójica- caso importante es el de murciélago vampiro
ui
mente, estas mismas especies están amenaza- (Desmodus rotundus), el cual se beneficia de la
das también por la cacería sin control ya sea con expansión ganadera gracias a sus hábitos ali-
at
fines de autoconsumo, para comercio (mayor- mentarios (consumo exclusivo de sangre fresca),
mente ilegal), o bien, son víctimas de los conflic- y transmite el virus de la rabia al ganado y causa
gr
tos entre productores y fauna silvestre por los severas pérdidas económicas a los productores.
daños ocasionados al ganado o los cultivos. En De la misma manera, las poblaciones de espe-
consecuencia, muchas de estas especies en la cies introducidas voluntaria o involuntariamente
n
actualidad están restringidas a algunas áreas por el hombre (ratas, ratones, perros y gatos) se
sió
naturales protegidas que aún les pueden ofrecer incrementan constantemente causando proble-
suficiente refugio, alimento y agua (Cruz, 2001). mas de depredación, competencia y transmisión
En el caso de las especies de mamíferos de enfermedades a la fauna nativa y en ocasio-
pequeños como los roedores, los murciélagos y nes también a la especie humana.
er
a.
de corredores biológicos con participación co-
munitaria son estrategias deseables para la
nt
mayoría de las especies. Paralelamente, el uso
sustentable de mamíferos con alto potencial
ve
reproductivo (armadillos, grandes roedores,
conejos, pecaríes y venados) puede contribuir a
complementar la dieta y la economía de las co-
su
munidades rurales (Naranjo et al., 2005). Figura 5. Murciélago pescador (Noctilio leporinus). Foto: Eduardo
En la medida en que los residentes de las Naranjo.
áreas con alta riqueza de mamíferos silvestres
a
logren tener mejores ingresos económicos, pro-
bablemente su actitud hacia las propuestas de
id
uso sustentable y conservación de fauna silves-
tre en sus comunidades sea más favorable. Una
b
manera de contribuir a generar este escenario
consistiría en capacitar y contratar a algunos
habitantes de las comunidades locales como
hi
ro
vigilantes en las áreas protegidas de la región,
en vez de movilizar gente desde las ciudades
con escaso conocimiento de la fauna local y su
.P
más pueden ser entrenados para trabajar como Figura 6. Ocelote (Leopardus pardalis). Foto: Eduardo Naranjo.
asistentes de campo en proyectos de investiga-
at
Necesidades de investigación
n
sió
lucren a comunidades humanas locales. En mu- distribución restringida y sus bajas densidades.
chas áreas de Chiapas (protegidas, modificadas La pérdida y fragmentación de los ecosistemas
y las que representan corredores biológicos) aún naturales en Chiapas facilita el desplazamiento de
no existen inventarios completos de mamíferos especies nativas por mamíferos oportunistas
y en la mayoría de ellas se carece de información (roedores domésticos, gatos y perros), que ade-
básica sobre las especies con interés comercial, más de competir por los mismos recursos de es-
cinegético y de conservación (especies endémi- pacio y alimento, son depredadores de la fauna
a.
cas), por lo que resulta difícil evaluar el estado nativa y portadores potenciales de enfermedades
de sus poblaciones. También es importante re- tanto para ésta como para los humanos.
nt
conocer que prácticamente no existen estudios La investigación sobre los mamíferos de
biológicos puntuales sobre las especies de ma- Chiapas debe enfocarse en el futuro próximo a
ve
míferos marinos en la costa de Chiapas. la evaluación de los cambios en los procesos
ecológicos y evolutivos de las especies silves-
Conclusiones y recomendaciones tres resultantes de actividades humanas tales
su
como la transformación del hábitat, la extracción
Chiapas es el estado mexicano con mayor rique- de especies y los efectos del cambio climático.
za de especies de mamíferos silvestres. Sin Para lograr la conservación de la diversidad
da
embargo, la distribución de dicha riqueza no es de mamíferos de Chiapas se requiere de medi-
homogénea, sino que se concentra en ecosiste- das urgentes de protección del hábitat (bosques
mas frágiles (bosques húmedos) en la porción húmedos en particular), así como de la aplica-
bi
norte de la entidad. ción de alternativas novedosas de uso de la
La diversidad de mamíferos de las selvas flora y fauna silvestres que permitan mejorar la
hi
bajas caducifolias prácticamente se encuentra
sin protección en Chiapas, especialmente a lo
economía de las comunidades rurales para ha-
cerlas partícipes de este proceso.
ro
largo de la franja fronteriza con Guatemala. Esta De no ponerse en práctica una estrategia
situación también se presenta en las montañas viable de conservación, la pérdida de la diversi-
del norte del estado, donde no existen áreas dad de mamíferos en Chiapas tendría costos
.P
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362 La biodiversidad en Chiapas
a.
La liebre de Tehuantepec (Lepus flavigularis) es la única especie de liebre ameri-
cana que habita zonas tropicales; su distribución es la más sureña en el continen-
nt
te americano y no comparte su área de ocupación con ninguna otra especie de
liebre. Es endémica de la zona del Istmo de Tehuantepec, es decir, se encuentra
ve
exclusivamente en esta área de México y no existe en otra región del mundo. Esta
liebre es considerada como la especie de su tipo en mayor peligro de extinción a
nivel mundial (Chapman, 1990; Flux y Angermann, 1990; Cervantes, 1993; Baillie
su
y Groombridge, 1996; Semarnat, 2010; uicn, 2007), por lo que el gobierno mexi-
cano la declaró de alta prioridad en la conservación debido a la distribución res-
tringida de su hábitat y a su cacería furtiva (ine, 1997; Semarnat, 2010).
da
La liebre de Tehuantepec se caracteriza por tener los costados y la parte abdo-
minal de color blanco brillante. Su cuello es amarillento, lo que le da el nombre a la
especie, flavigularis que significa ‘de garganta amarilla’; sus orejas son grandes y
bi
alargadas, su cola es de color negro intenso en la parte dorsal y blanco en la parte
ventral. El rasgo corporal que distingue a esta especie del resto de las liebres, y que
hi es fácilmente observable a distancia, es la presencia de dos franjas pardas que
corren desde de la nuca hasta la base de cada oreja (Cervantes, 1993) (figura 1).
ro
La distribución original de L. flavigularis abarcaba desde el sur del Istmo
de Tehuantepec hasta las costas del Pacífico en Tonalá, Chiapas (Nelson, 1909).
Álvarez del Toro (1991) mencionó que habitaba al norte de la costa de Chiapas,
.P
Santa María del Mar, al sur de la laguna Superior; 2) San Francisco del Mar
Pueblo Viejo, hacia el sureste de la laguna Inferior; 3) Aguachil hacia el este de
ui
Cervantes et al., 1999; Lorenzo et al., 2005) (figura 2). La liebre de Tehuantepec
vive en asociaciones de pastizales con arbustos y matorrales y en dunas. Su
gr
relación con los extensos pastizales del Istmo es muy estrecha ya que se ali-
menta principalmente de pastos, descansa, se resguarda de posibles depreda-
dores y se reproduce en los mismos (Rioja, 2008).
n
Lorenzo-Monterrubio, C. 2013. Extinción de la liebre de Tehuantepec. pp. 362-365. En: La biodiversidad en Chiapas:
Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno
del Estado de Chiapas, México.
Capítulo 8 Diversidad de especies 363
a.
a causa del manejo inadecuado de los recursos naturales, tal como los incendios
inducidos por las comunidades locales para el establecimiento de pastizales con
nt
fines de la crianza de ganado; constituyen uno de los principales factores de
amenaza para esta liebre, ya que disminuyen la disponibilidad de su alimento y
ve
reducen el espacio disponible para que lleve a cabo actividades como la repro-
ducción, la crianza o el descanso. Además, la cacería furtiva y desmedida es
otro de los factores humanos que ponen en peligro su supervivencia, ya que
su
afecta directamente su reproducción. Es por lo anterior que las poblaciones
sobrevivientes mantienen un número pequeño de individuos por área y se en-
cuentran aisladas geográfica y genéticamente (Lorenzo et al., 2005). Es proba-
a
ble que estos factores de amenaza hayan sido las causas de extinción de la
liebre de Tehuantepec en el estado de Chiapas.
id
La existencia de la liebre de Tehuantepec está seriamente amenazada y su
futuro no es prometedor si no se toman acciones específicas y urgentes para
b
conservar esta especie única en México y el mundo. Para poder garantizar su
hi
sobrevivencia es preciso plantear una estrategia integral de conservación. El di-
seño de programas adecuados debe incluir la educación ambiental con el fin de
ro
dar a conocer a la población local la importancia de conservar, manejar y aprove-
char a una especie y su hábitat (a la fecha sin protección) que son exclusivos de
México. Es elemental estudiar más aspectos de su biología como su reproducción,
.P
Figura 1. Liebre de Tehuantepec (Lepus flavigularis) en donde se aprecian las dos franjas pardas en la nuca. Foto:
A. Carrillo.
364 La biodiversidad en Chiapas
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Figura 2. Distribución original de la liebre de Tehuantepec en Oaxaca y Chiapas (arriba), y distribución actual
de la especie al sur del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca (abajo). Las áreas grises alrededor de la Laguna Superior
e Inferior representan las poblaciones supervivientes de la liebre. Elaboró: A. Carrillo.
Capítulo 8 Diversidad de especies 365
Literatura citada
Álvarez del Toro, M. 1991. Los Mamíferos de Chiapas. 2a Lorenzo, C., F. A. Cervantes y J. Vargas. 2005. Conserva-
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366 La biodiversidad en Chiapas
a.
El Corredor Biológico Sierra Madre del Sur (cbsms) es una franja orográfica que se
nt
sobrepone casi en su totalidad a la Sierra Madre de Chiapas; abarca varias
áreas naturales protegidas federales (Área de Protección de Recursos Natura-
ve
les La Frailescana y Reservas de la Biosfera: La Sepultura, El Triunfo y Volcán
Tacaná) y dos estatales (Zonas Sujetas a Conservación Ecológica: Cordón Pico
El Loro-Paxtal y Volcán Tacaná) (figura 1). Presenta gran heterogeneidad am-
su
biental, con un rango altitudinal de 25 y 4 030 msnm y ecosistemas desde selvas
bajas caducifolias hasta bosques mesófilos de montaña (Mülleried, 1982), lo
que favorece una alta biodiversidad.
da
Durante los años de 1998 a 2003, personal del Instituto de Historia Natural
(ihn), actualmente Secretaría de Medio Ambiente Vivienda e Historia Natural
(Semavihn) realizó seis proyectos financiados por Gobierno del Estado de
bi
Chiapas y uno por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad (conabio) (Y021 Vertebrados Terrestres del Corredor Biológico
hi Sierra Madre del Sur, Chiapas). Reportando 121 especies de mamíferos silves-
tres para el cbsms, representados en 82 géneros, 27 familias y 11 órdenes,
ro
siendo los murciélagos y roedores los órdenes mejor representados con 53 y 34
especies, respectivamente (apéndice VIII.20). Destacando por su riqueza las
Reservas El Triunfo (112 especies) y La Sepultura (98), seguido de La Frailes-
.P
cana (78), Pico El Loro-Paxtal (65) y El Tacaná (60) (Espinoza et al., 1998, 2004;
Vázquez-Bautista, 2002; Morales-Pérez et al., 2004).
Las mayores abundancias en el cbsms fueron para el ratón (Peromyscus
ta
Riechers-Pérez, A. y E. Cruz-Aldán. 2013. Mamíferos del Corredor Biológico Sierra Madre del Sur. pp. 366-368. En:
La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiver-
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Capítulo 8 Diversidad de especies 367
a.
con poblaciones reducidas son el oso hormiguero o colmenero (T. mexicana), el
mono araña (Ateles geoffroyi), el ocelote (Leopardus pardalis), el tigrillo (Leopar-
nt
dus wiedii), el jaguar (Panthera onca), el viejo de monte o cabeza de viejo (E.
barbara) y el tapir (Tapirus bairdii) (Morales-Pérez et al., 2004).
ve
Además de su gran riqueza mastofaunística (58.73 % de las especies de
Chiapas en solamente 18 % de su territorio), el cbsms constituye un sitio de gran
importancia ecológica al facilitar el flujo de especies entre las áreas protegidas
su
de la región, favoreciendo en particular la persistencia de especies que requie-
ren grandes extensiones de hábitat como el jaguar (P. onca) y el tapir (T. bairdii).
No obstante, el área presenta alto grado de alteración debido a la apertura de
a
tierras al cultivo, la ganadería extensiva y los desastres naturales exacerbados
por dichas actividades (March y Flamenco, 1996), lo que aunado a la cacería
id
sin control ha provocado la extinción del pecarí de labios blancos (Tayassu pe-
cari) en la región desde hace alrededor de 40 años. En este sentido, es nece-
b
sario considerar a los pobladores rurales como parte integral del ambiente y
hi
propiciar su participación en la planificación y aplicación de medidas de manejo
sustentable de la biodiversidad, tales como la regulación de la cacería de sub-
ro
sistencia y el establecimiento de sistemas agroforestales que generen ingresos
económicos y a la vez favorezcan la conservación de la flora y fauna silvestres.
.P
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V
Figura 1. Localización del Corredor Biológico Sierra Madre del Sur, Chiapas, y sus áreas naturales protegidas.
368 La biodiversidad en Chiapas
Literatura citada
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370 La biodiversidad en Chiapas
Anna Horváth
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quinta parte (1 116 especies) son murciélagos orden Chiroptera, (Wilson y
Reeder, 2005), cuya diversidad se concentra en las áreas tropicales (Voss y
nt
Emmons, 1996). Chiapas destaca por ser una de las entidades mexicanas con
mayor diversidad de murciélagos con 106 especies, pertenecientes a nueve
ve
familias (en el apéndice general del capítulo de Mamíferos de esta publicación
puede consultarse el listado de especies registradas). Esta cifra representa
76 % de la quiropterofauna de México (139 especies en total) y 51 % de la ri-
su
queza de mamíferos en el estado (206 especies). La mayoría de los murciélagos
de Chiapas son de afinidad neotropical y 16 especies (15 %) son endémicas de
Mesoamérica. De éstas, tres especies sólo se distribuyen en México y una,
da
Rhogeessa genowaysi, es endémica de Chiapas (Naranjo et al., 2005). El cono-
cimiento de los murciélagos en Chiapas aún es escaso y carecemos de informa-
ción sobre la situación poblacional de la gran mayoría de las especies. Las re-
bi
giones donde existen más registros son la Selva Lacandona, con 77 especies,
la región de la Costa del Pacífico, con 72 especies, y la Región de las Montañas
hi del Norte, con 68 especies (Horváth, 2001).
Los murciélagos forman grupos funcionales y juegan papeles relevantes en
ro
los procesos ecosistémicos a través de polinización, dispersión de semillas,
depredación de artrópodos y de pequeños vertebrados y aportan gran cantidad
de biomasa (Kalko, 1998; Neuweiler, 2000). Necesitan refugios para proteger-
.P
se durante el día ante las fluctuaciones del clima y de los depredadores. Ade-
más, los refugios son centros de comunicación donde establecen y mantienen
sus vínculos sociales, cognitivas, así como actividades de reproducción y
ta
Horváth, A. 2013. Diversidad y situación de conservación de los murciélagos. pp. 370-372. En: La biodiversidad en
Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) y
Gobierno del Estado de Chiapas, México.
Capítulo 8 Diversidad de especies 371
a.
pagado la práctica de incendiar cuevas con el fin de eliminar el murciélago he-
matófago. Esto ha tenido consecuencias catastróficas para los murciélagos que
nt
utilizan las cuevas. Varias especies pueden compartir la misma cueva y en pe-
riodos de reproducción pueden concentrarse miles de individuos. Al incendiar
ve
una cueva, poblaciones enteras pueden desaparecer causando extinciones lo-
cales o regionales, ya que muchas de estas especies se vuelven extremadamen-
te vulnerables ante una eventual perturbación de su refugio (Mickleburgh et al.,
su
2002). Paradójicamente, D. rotundus puede recolonizar rápidamente las cuevas
anteriormente incendiadas, mientras que otras especies no vuelven a ocupar
los refugios perturbados (Horváth et al., 2007). La deforestación y la expansión
da
de la ganadería brindan una fuerte ventaja competitiva al murciélago hemató-
fago contra la mayoría de las especies, lo que permite que las poblaciones de
D. rotundus estén en aumento en Chiapas.
bi
La situación crítica de los murciélagos se refleja en el hecho de que casi la
mitad de las especies de Chiapas (45) se encuentran bajo alguna categoría de
hi
protección o estatus de conservación a nivel nacional e internacional (iucn, 2007;
Semarnat, 2010). La mayoría de estas especies son aquellas raras y asociadas a
ro
los hábitats naturales de bosques y selvas, como los murciélagos carnívoros
(Phyllostomidae: Phyllostominae y Vampyrinae), los pescadores (Noctilionidae),
algunos nectarívoros (Phyllostomidae: Glossophaginae) e insectívoros del interior
.P
contaminación y vandalismo. Los valores que las cuevas y los murciélagos han
sió
internos comunitarios para proteger estos lugares que son sagrados para ellos.
V
372 La biodiversidad en Chiapas
Literatura citada
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genética
diversidad
Capítulo
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Resumen
a.
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En esta última sección del Estudio de biodiversidad de Chiapas se muestran los
resultados de cinco trabajos enfocados al análisis de las variaciones al interior
ve
de las especies, o lo que también se conoce como diversidad genética, el cómo
y para qué del potencial de uso tiene la genética en la actualidad, y los alcances
que hasta el momento existen en Chiapas dentro de esta materia, con ejemplos
su
específicos de insectos, liebres y distintas variedades de maíz; en el tema de la
salud pública destacan los avances en el estudio de los parásitos transmisores
de la oncocercosis, el paludismo y la enfermedad de Chagas.
da
Actualmente, en el estado de Chiapas existen cinco instituciones que cuentan
con la infraestructura necesaria para llevar a cabo trabajos de investigación en
genética. Dos instituciones federales: el Centro Regional de Investigación en Salud
bi
Pública (crisp) y El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) y tres instituciones esta-
tales de educación superior: el Instituto Tecnológico de Tuxtla Gutiérrez (itt), la
hi
Universidad Autónoma de Chiapas (unach) y la Universidad de Ciencias y Artes
de Chiapas (unicach). En general, existen tres vertientes de la aplicación de la
ro
genética en Chiapas. La primera es sobre conservación de especies amenazadas
y en peligro de extinción, es decir, está enfocada a la conservación de la biodiver-
sidad. La segunda vertiente aborda problemas de salud pública mediante el
.P
todavía incipiente.
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La biodiversidad en Chiapas
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Capítulo 9 Diversidad genética 377
a.
Patricia Penilla y Hugo Perales
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Introducción
su
Se reconoce que México es un país que contiene una gran diversidad biológica
por tener más de 10 % de las especies conocidas en el mundo (Rzedowski, 1991a,
b; Mittermeier y Mittermeier, 1992; Dirzo y Gómez, 1996; Dávila et al., 2002; Trejo
da
y Dirzo, 2002, Cuevas-Reyes et al., 2003), por lo que recientemente se ha incre-
mentado la preocupación por conservar esta biodiversidad a sus diferentes
escalas que van desde conjuntos de comunidades en ecosistemas específicos,
bi
hasta el acervo de información genética de poblaciones en especies particulares.
Respecto al conocimiento y conservación de la diversidad genética, ha cobrado
hi
importancia el desarrollo de estrategias para detectar las diferencias entre indi-
viduos, los patrones de parentesco, la estructura y los niveles de variación gené-
ro
tica, así como el tipo y la magnitud del flujo genético entre poblaciones (Hedrick
y Miller, 1992; Avise, 1996; Hedrick, 2001; Lorenzo et al., 2006). Es decir, conocer
las diferencias entre dos ratones (u otro), cuánto se parecen dos familias de
.P
ratones que viven en un mismo sitio, cuáles son las variaciones entre cada indivi-
duo y las variaciones entre los ratones de la población A con la población B.
En humanos, la idea de reconocer la variabilidad genética ha llevado a estu-
ta
376
V
Espinoza, E., S. López, C. Lorenzo, et al. 2013. Estudios sobre variación y diversidad genética. pp. 377-384. En: La
biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversi-
dad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
378 La biodiversidad en Chiapas
a.
difícil que en las poblaciones naturales existan estima por el número de genes diferentes en
dos individuos con la misma información gené- todas las poblaciones o el número de genes
nt
tica (Lorenzo et al., 2006). Por otro lado, la exclusivos de cada población. En cualquiera de
diversidad genética es la variedad de genes y los casos, las poblaciones con mayor número de
ve
genotipos (combinaciones de genes) presentes genes (diferentes o únicos) son las más diversas
en una población y se manifiesta en diferentes en términos genéticos. Mientras que las pobla-
formas físicas o fenotipos (expresión de los ciones que tienen porcentajes de polimorfismos
su
genotipos en un ambiente específico), lo que más altos o valores promedio de heterocigosis
permite que muchas poblaciones de una misma elevados son las que contienen mayor variación
especie se adapten a diferentes condiciones; genética. Por ejemplo, una población numerosa
a
por ejemplo, una mutación es la causante de que con una gran cantidad de individuos diferentes
algunos mosquitos presenten resistencia a cier- tiene una amplia posibilidad de tener valores de
id
tos insecticidas, es decir, se adaptan a ese heterocigosis elevados y, por lo tanto, mayor
medio adverso mediante un cambio genético. posibilidad de adaptarse cuando se presenta un
b
Las diferencias genéticas que ocurren natu- cambio en el ambiente. En contraste, una pobla-
ralmente entre los organismos dentro de una
misma población se llaman polimorfismos gené-
hi
ción con pocos individuos y muy similares entre
sí corren el riesgo de disminuir su valores de
ro
ticos y se acumulan hasta que se vuelven tan heterocigosis si se reproducen entre ellos y
numerosos entre las especies, en las cuales se entrar en lo que se conoce como endogamia o
denominan divergencias genéticas. Este proceso grado de consanguinidad.
.P
zadas para comprender eventos genéticos. con su grado de variación genética sobre la cual
Estas variaciones deben ser polimórficas (dos o actúan diferentes fuerzas como selección natu-
más formas alternativas de los genes) y los ral y la deriva genética. Por lo que a mayor
n
cos (Lorenzo et al., 2006). Las primeras medidas adaptación de las poblaciones a diferentes con-
de diversidad genética a nivel de moléculas se diciones ambientales (Futuyma, 1998). Es decir,
realizaron en 1966, mediante el estudio de la si se cuenta con un mayor número de individuos
variación de genes en distintas regiones del de jaguares, estos tienen mayor posibilidad de
er
genoma en moscas de la fruta (loci) que codifi- adaptarse a las condiciones ambientales que se
can para proteínas, mediante el método de la van presentando a mayor plazo. En cambio,
V
electroforesis. A partir de 1986, los estudios de debido a que hay un número pequeño, en rela-
diversidad genética comenzaron a realizarse a ción a la capacidad de reproducción que se
través del análisis de adn, amplificando secuen- tiene, los jaguares tienden a la desaparición
cias específicas en el laboratorio mediante el porque a nivel de especie no tienen la oportuni-
uso de la técnica de la Reacción en Cadena de dad de adaptarse a los cambios ambientales.
la Polimerasa (pcr, por sus siglas en inglés).
Capítulo 9 Diversidad genética 379
a.
federales: el Centro Regional de Investigación basadas en estos métodos para cubrir sus obje-
en Salud Pública (crisp) y El Colegio de la Fron- tivos (cuadro 1), los cuales han generado 13
nt
tera Sur (Ecosur), y tres instituciones estatales artículos publicados en revistas nacionales e
de educación superior: el Instituto Tecnológico internacionales donde se usaron técnicas mole-
ve
de Tuxtla Gutiérrez (itt), la Universidad Autó- culares. Tres artículos relacionados con la regula-
noma de Chiapas (unach) y la Universidad de ción de la transmisión del parásito Plasmodium
Ciencias y Artes de Chiapas (unicach). De estas causante del paludismo (Sinden et al., 1993;
su
tres últimas instituciones se conoce que existen Barker et al., 1994; Blanco et al., 1999). Siete
algunos trabajos aislados, pero desafortunada- artículos sobre vectores del paludismo, tres de
mente no fue posible establecer una comunica- ellos enfocados a genética de poblaciones
a
ción directa con los responsables. (Arredondo-Jiménez et al., 1996; Manguin et al.,
A continuación se presenta un resumen de 1995; Blanco et al., 1999), dos sobre la caracte-
id
los diferentes trabajos de investigación realiza- rización de genes específicos de Anopheles
dos en el Centro Regional de Investigaciones en (Montero-Solís et al., 2004; Che-Mendoza et al.,
b
Salud Pública (crisp) y El Colegio de la Frontera 2007) y dos sobre el control biológico de vectores
Sur (Ecosur). hi
(Vázquez-Martínez et al., 2004, 2005). Los res-
tantes tres artículos tratan sobre la detección de
ro
Centro Regional de Investigación en oncocercosis y enfermedad de Chagas en sus
Salud Pública (crisp) respectivos vectores (Rodríguez et al., 1999;
López-Ordoñez et al., 2001).
.P
Desde su creación en 1979 hasta 2007 fue lla- Aunque muchos de estos estudios aprove-
mado el Centro de Investigación de Paludismo chan las características moleculares únicas del
(cip) donde se condujeron estudios básicos y parásito para su detección en el vector o en
ta
tro país. En este centro se iniciaron actividades cían su variabilidad genética como un factor de
en genética desde 1993, sobre la identificación y los problemas en el control de enfermedades. Si
at
clonación de genes que bloquearan la transmisión hablamos de vectores, estos son muy abundan-
del parásito en el vector del paludismo, en cola- tes (mosquitos, chinches), característica que les
gr
boración con el Dr. Sinden del Departamento de permite contar con una variabilidad de alelos
Ciencias Biológicas del Colegio Imperial de Lon- para un gen determinado en una misma especie
dres. Dos años después se realizaron estudios de e, inclusive, dentro de las mismas poblaciones
n
genética poblacional de los vectores de palu- (por su gran capacidad de cruza entre diferentes
sió
Desde entonces, se empezaron a desarrollar dirigidos únicamente a dos genes del sistema
proyectos de investigación a gran escala en el cip, nervioso, los canales de sodio y la acetilcolines-
V
donde en un principio se utilizaron las herramien- terasa, ambas proteínas se han mantenido
tas simples de un laboratorio de biología molecu- mutando en el tiempo y han generado nuevos
lar para identificar marcadores genéticos con la alelos que modifican la estructura de la proteína
técnica de rapds (adn polimórfico amplificado al evitando ser reconocida por el insecticida. Por
azar) y microsatélites en los vectores de palu- otro lado, si hablamos del parásito, el trabajo
dismo en la región del Soconusco y luego en todo duro de generar una vacuna eficiente contra el
380 La biodiversidad en Chiapas
Cuadro 1. Resumen histórico de proyectos desarrollados en el crisp en los últimos nueve años.
Flujo de genes entre poblaciones vecinas de Anopheles albimanus en México. Cuauhtémoc Villarreal Treviño 1999-2000
a.
Estudio genético y de susceptibilidad a Plasmodium vivax y sus variantes
nt
(VK210 y VK247) en Anopheles pseudopunctipennis y Anopheles albimanus Cuauhtémoc Villarreal Treviño 2000-2004
de diferentes áres geográficas de México.
ve
Modificación genética de una cianobacteria fuente de alimento de larvas de
mosquitos, para el control de Anopheles albimanus, vector del paludismo en María Vázquez Martínez 2000-2004
México.
su
Especies de Anopheles en el sur de México y su distribución geográfica actual
Mauricio Casas Martínez 2001-2002
con enfoque en taxonomía clásica y molecular.
a
Métodos moleculares para establecer el nivel de incidencia de Onchocerca
Mario Alberto Rodríguez
id
volvulus y la existencia de un complejo de transmisión vector-parásito en 2001-2004
Pérez
México.
b
Estructura de población de Anopheles albimanus de la costa de Chiapas,
Américo Rodríguez Ramírez 2001-2006
México.
hi
Diagnóstico de los mecanismos de resistencia a insecticidas en los mosquitos
R. Patricia Penilla Navarro 2002-2006
ro
vectores de paludismo en México.
Molecular characterization of pyrethroid resistance in Anopheles albimanus. R. Patricia Penilla Navarro 2002-2006
.P
VK210 y VK247 asociadas a la infectividad a An. albimanus y An. Lilia González Cerón 2004-2007
pseudopunctipennis y producción de recaídas en el Soconusco, Chiapas
n
Genetic strategies for control of dengue virus transmission. Janine Ramsey Willoquet 2007-2010
Capítulo 9 Diversidad genética 381
a.
San Cristóbal (Ecosur)
nt
El laboratorio de genética de Ecosur inició acti-
vidades en 1998 con trabajos de sistemática de
ve
mamíferos con cromosomas e isoenzimas (pro-
teínas). En 2002, comienzan otros proyectos de
investigación con poblaciones de plantas e
su
insectos. En 2003 fue cuando se trabajó con
amplificación del adn con microsatélites y adn
mitocondrial para poblaciones en peligro de
a
extinción, como los cocodrilos de pantano y río Figura 1. Lepus flavigularis. Foto: Arturo Carrillo.
(Crocodrylus moreletti y C. acutus, respectiva-
id
mente), el jaguar (Panthera onca), los monos
aulladores (Allouata palliata y A. pigra), el mono
b
araña (Ateles geffroyi), la liebre de Tehuantepec
(Lepus flavigularis, ver estudio de caso), roedo-
res (Peromyscus zarhynchus) y el pecarí de
hi
ro
labios blancos (Tayassu pecari). Simultánea-
mente, se han realizado trabajos específicos de
variabilidad genética del maíz (ver estudio de
.P
con otros insectos como hormigas y abejorros. Figura 2. Laboratorio Ecosur. Foto: Eduardo Espinoza
Existen muchos campos que la genética Medinilla.
gr
punto es en donde la genética puede apoyar con sobre genética y sus aplicaciones a la conserva-
diferentes trabajos enfocados al manejo y con- ción de la diversidad. Mientras que las universi-
servación de especies, observando la variación dades tienen trabajos aislados, pero no han
genética de poblaciones de especies amenaza- consolidado líneas de investigación concretas,
das o en peligro de extinción. Otros trabajos se porque le otorgan un mayor énfasis a la docen-
deben enfocar en el estudio de plagas agrícolas cia en posgrado. Esto es importante, pues la
y ganaderas, así como en el manejo de vectores enseñanza de la genética aplicada puede reper-
a.
de enfermedades transmisibles al hombre. cutir, en el futuro, en una mayor generación de
información sobre patrones de diversidad gené-
nt
Conclusiones y perspectivas tica. Por lo anterior, consideramos que el grado
de avance en el conocimiento de la biodiversidad
ve
Chiapas es altamente diverso, pero está inmerso de Chiapas, a nivel genético, es incipiente.
en grandes conflictos ambientales, económicos y En general, existen tres vertientes de la
sociales que repercuten directamente en el desa- aplicación de la genética en Chiapas. La primera
su
rrollo de la investigación científica. Además de que es sobre conservación de especies amenazadas
el desarrollo tecnológico en México es escaso, en y en peligro de extinción, es decir, está enfocada
el estado la obtención de información cuantitativa a la conservación de la biodiversidad. La
da
sobre la diversidad y variación genética es limi- segunda vertiente aborda problemas de salud
tada, pues muchas especies son endémicas y pública mediante el diagnóstico de enfermeda-
están en categorías de riesgo, incluidas en la des y estudios de tipo epidemiológico y la ter-
bi
Norma Oficial Mexicana nom-059-semarnat-2010 cera es sobre el análisis de la variación de
(Semarnat, 2010) y en la lista roja de la iucn (iucn, algunas especies plaga y vectores, con impor-
hi
2002), lo que resulta en patrones de distribución
geográfica restringidos y poco accesibles, por lo
tancia económica y de salud.
Sin embargo, se considera que los resultados
ro
que resulta difícil conseguir muestras de muchas obtenidos hasta el momento son buenos, pero
de las poblaciones a analizar. insuficientes. Por lo tanto, es importante desarro-
Aunque el presente diagnóstico solamente llar proyectos de investigación en genética que
.P
corresponde a dos de las cinco instituciones, y aporten información útil para plantear estrategias
por lo tanto es parcial, resalta el hecho de que realistas y efectivas que promuevan la conserva-
son los centros de investigación los que han ción, manejo y aprovechamiento de las especies
ta
Figura 4. Una muestra de las variedades de maíz en Chiapas. Colección Ecosur. Foto: Eduardo Espinoza Medinilla.
Capítulo 9 Diversidad genética 383
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er
ta
.P
ro
hi
b id
a
Diversidad genética
su
385
ve
nt
a.
386 La biodiversidad en Chiapas
a.
Se cuenta con pocos estudios específicos que hayan medido la diversidad ge-
nt
nética o la estructura genética de las poblaciones de maíz chiapaneco. Ceballos
(2003) y Benz et al. (2007) estudiaron colectas de maíz de cuatro comunidades
ve
tsotsiles de Chamula y cinco comunidades tseltales de Oxchuc mediante isoen-
zimas. Se registraron 28 loci específicos, con un promedio de 42 plantas por
comunidad. En San Juan Chamula se encontraron maíces de la raza Olotón y
su
en Oxchuc de la raza Comiteco; las colectas de estos dos grupos etnolingüísti-
cos se pueden diferenciar morfológicamente y con base en experimentos de
campo (Perales et al., 2005). Sin embargo, el análisis isoenzimático (proteínas)
da
sugiere otra imagen. Aunque las frecuencias alélicas para los maíces de Chamu-
la y Oxchuc son variables, los dos grupos no están fuertemente diferenciados.
Como se muestra en el cuadro 1, 25 % de los loci fueron monomórficos y la
bi
heterocigosidad promedio fue baja (0.25). Los valores sugieren poblaciones con
endogamia alta, mientras el Fst sugiere poblaciones de maíz con poca diferen-
hi ciación (los maíces rojos y amarillos), moderada (azules) o grande (blancos)
mientras la diferenciación entre todos los maíces tsotsiles y tseltales fue míni-
ro
ma. La identidad genética entre las variedades de los dos municipios fue de
0.95; como se muestra en la figura 1, la distancia genética no permite separar
las poblaciones por grupo etnolingüístico con base en isoenzimas. Esta falta de
.P
razas mexicanas analizadas y Nal Tel y Tuxpeño están bastante por abajo del
promedio. Olotón y Zapalote Chico destacan además porque en estos se en-
contraron tres y cuatro alelos únicos no presentes en las otras 25 razas, muy
por arriba del promedio de 1.32 alelos únicos/raza, aunque es importante se-
er
ñalar que Zapalote Chico es hoy en día muy escaso en Chiapas (Brush y Pera-
les, 2007). Estos datos sugieren que los maíces chiapanecos pueden ser un
V
Perales, H., B. F. Benz y O. C. Alpuche. 2013. Diversidad genética del maíz en Chiapas. pp. 386-387. En: La biodi-
versidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
(conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
Capítulo 9 Diversidad genética 387
a.
Tsotsil 0.23 0.75
Todos los colores 0.40 0.39 0.009 0.99
nt
Azul 0.46 0.36 0.150 0.95
Blanco 0.43 0.26 0.230 0.92
ve
Rojo 0.31 0.24 0.090 0.83
Amarillo 0.48 0.48 0.002 0.98
su
Cuadro 2. Mediciones genéticas de las razas de maíz presentes en Chiapas basadas en 25 ssr.
Número de
Número de Diversidad Indice de
a
Raza alelos promedio
alelos únicos genética (Hs) fijación (Fis)v
por locus
id
Comiteco 3.20 0 0.48 0.32
Nal Tel 3.28 1 0.42 0.11
b
Olotillo 3.64 0 0.51 0.19
Glotón
Tehua*
3.20
3.64
hi 3
1
0.53
0.50
0.23
0.21
ro
Tepecintle 3.40 0 0.51 0.24
Tuxpeño 3.04 2 0.41 0.15
.P
Fuente: Reif et al., 2006, se analizó una población por raza, 16 a 21 individuos para cada población. *La colecta de Tehua era
ui
Tsotsil Tentik
sió
Tseltal El Retiro
Tsotsil El Cruzero
er
Tseltal Pacbilna
Tseltal Tuxaquilja
Tsotsil Pozuelos
Tseltal El Cura
Figura 1. Dendrograma de poblaciones de maíz basados en isoenzimas de nueve comunidades de Oxchuc y Chamula usando
upgma de la identidad genética de Nei. Fuente: elaboración propia.
388 La biodiversidad en Chiapas
Lorena Ruiz-Montoya
a.
Los insectos plaga son organismos que probablemente albergan una diversidad
genética alta, lo cual les permite persistir en los agroecosistemas y alcanzar
nt
tamaños poblacionales notables. En este caso se presenta la diversidad y es-
tructura genética observada en poblaciones chiapanecas de cuatro especies de
ve
insectos consideradas plaga: (1) Picturaphis brassieliensis L. (Homoptera: Aphi-
didae) cuya distribución es Neotropical (México, Brasil y Cuba, principalmente)
y su reproducción es asexual. Se le considera plaga del frijol en algunas áreas
su
de México (Peña-Martínez, 1992); (2) Brevicoryne brassicae L. (Homoptera:
Aphididae), se distribuye en prácticamente todas las áreas templadas del mun-
do y es una plaga importante de las crucíferas (Blackam y Eastop, 1998); (3)
da
Phyllophaga obsoleta Blanch (Coleoptera: Melolontidae) se distribuye desde el
sur de Estados Unidos hasta Venezuela, se reproduce sexualmente, es una
especie anual que pertenece al grupo conocido como gallina ciega y se le con-
bi
sidera plaga principalmente de gramíneas; (4) Anastrepha ludens Loew ocurre
desde el noreste de México hasta Panamá, se reproduce sexualmente y se
hi considerada plaga de varias especies de frutales, como el mango, la toronja y
la naranja (Verónica-Vallejo, 2006; Trejo-Cancino, 2007). Se incluyen datos de
ro
Baronia brevicornis Salvin (Lepidoptera: Papilionidae), como referencia de una
especie con distribución restringida y con poblaciones relativamente pequeñas
(Pérez-Espinoza, 2005). Para describir la estructura genética de estas especies
.P
Ruiz-Montoya, L. 2013. Diversidad genética en poblaciones de insectos de importancia agrícola. pp. 388-389. En:
La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiver-
sidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
Capítulo 9 Diversidad genética 389
a.
más relacionada con la biología de la especie. Los pulgones son asexuales y mostraron
una mayor estructuración, en cambio, la especies sexuales y de amplia distribución, como
nt
P. obsoleta y A. ludens, tienen poblaciones genéticamente más homogéneas.
ve
Cuadro 1. Diversidad genética en poblaciones de Chiapas de insectos de importancia agrícola. H,
heterocigosidad esperada bajo Equilibrio de Hardy Weinberg; P, Polimorfismo (loci que mostraron
variación, NA, número promedio de alelos.).
su
Especie Número de loci NA H P (%)
a
Picturaphis brasiliensis 12 2 0.086 38.5
id
Brevicoryne brassicae 11 2 0.440 63.6
b
Phyllophaga obsoleta hi
5 2.3 0.284 60.0
ro
Anastrepha ludens 8 2.5 0.490 100.0
.P
Poblaciones Poblaciones en
at
Especie FST
analizadas desequilibrio
gr
*Existencia de diferencias genéticas entre poblaciones. ns: No hay diferencias genéticas entre poblaciones.
390 La biodiversidad en Chiapas
a.
La liebre de Tehuantepec, Lepus flavigularis, es una especie endémica de Mé-
nt
xico que se encuentra en peligro de extinción de acuerdo a la Norma Oficial
Mexicana (nom-semarnat-059-2010, Semarnat, 2010) y a la Unión Internacional
ve
para la Conservación de la Naturaleza (uicn, 2002). Su distribución abarcaba el
estado de Chiapas y ha disminuido notablemente debido a la fragmentación de
su hábitat, así como a la cacería excesiva, por lo que se encuentra extirpada del
su
estado de Chiapas hace aproximadamente 15 años; además, se menciona como
la liebre en mayor riesgo de extinción en el mundo (Flux y Angermann, 1990).
Actualmente, se conocen únicamente cuatro poblaciones aisladas geográfica-
da
mente en el Istmo de Tehuantepec: 1) Santa María del Mar, 2) San Francisco
del Mar Viejo, 3) Montecillo Santa Cruz, y 4) en Aguachil (Cervantes y Yépez,
1995; Cervantes et al., 1999; Lorenzo et al., 2000).
bi
Con el fin de evaluar la variación y diversidad genética en otras especies de
liebres cercanas a L. flavigularis (L. californicus y L. callotis) y entre las poblacio-
hi nes de L. flavigularis se analizaron 42 secuencias de la región control del adn
mitocondrial. Los resultados mostraron que el número de sitios polimórficos en L.
ro
flavigularis (s = 21) fue mayor que con respecto a L. callotis y L. californicus (s =
15 y 18) (cuadro 1a). La diversidad de haplotipos en L. flavigularis (h = 0.68), es
similar a L. callotis (h = 0.67) pero menor que L. californicus (h = 1); sin embar-
.P
0.002) (cuadro 1b). Destaca la población de Aguachil por presentar nula variación
genética (h = 0.0, π = 0.0) con un sólo haplotipo (Rico, 2007).
at
población de Aguachil puede ser igualmente vulnerable, por los datos que indican
nula variación genética. El uso de traslocaciones en poblaciones como Santa
Lorenzo-Monterrubio, C. 2013. Variación y diversidad genética de la liebre de Tehuantepec, Lepus flavigularis. pp.
390-392. En: La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso
de la Biodiversidad (conabio) y Gobierno del Estado de Chiapas, México.
Capítulo 9 Diversidad genética 391
a.
María del Mar puede representar una opción para el incremento en la variabilidad y la disminución en
nt
la diferenciación genética (Rico et al., 2008). De ser exitosas las traslocaciones entre las poblaciones
actuales, el siguiente paso es buscar la reintroducción de esta especie en Chiapas.
ve
Cuadro 1. a) Índices de diversidad genética (más desviación estándar) por especie para la región
control, b) Índices de diversidad genética (más desviación estándar) en cada una de las poblaciones
su
de L. flavigularis. El número en paréntesis indica el número de muestra analizado.
da
ficos (s) haplotipos (h) nucleótidos (π)
individuos examinados) (k)
bi
Lepus californicus (2) 18 1 ± 0.5 0.039 ± 0.02 18.00
b) Entre poblaciones
hi 21 0.68 ± 0.06 0.015 ± 0.00 6.80
ro
Montecillo Santa Cruz (15) 5 0.77 ± 0.09 0.002 ± 0.0 1.06
.P
Santa Maria del Mar (11) 2 0.47 ± 0.16 0.001 ± 0.0 0.51
San Francisco del Mar (7) 2 0.66 ± 0.16 0.002 ± 0.0 0.85
ui
Aguachil
at
Clado Clado
A B
Montecillo Santa Cruz
gr
2
86 129 201 205 200 221 222 235 250 253 200 207 324 367 412 410
442
er
211
V
Figura 1. Red de haplotipos MJ para las 42 secuencias de la región control en L. flavigularis. La longitud de las ramas es igual
al número de mutaciones presentes e indica su posición en la secuencia. El tamaño de los nodos (círculos) es proporcional a
la frecuencia de secuencias presentes por cada haplotipo.
392 La biodiversidad en Chiapas
Literatura citada
Action Plan. International Union for the Conservation of Rico, Y. 2007. Filogeografía e historia demográfica poblacional
Nature and Natural Resources. Gland, Switzerland. de Lepus flavigularis (Mammalia:Lagomorpha) basada en
Cervantes, F. A. y L. Yépez. 1995. Species richness of mammals ADN mitocondrial. Tesis de Maestría. Maestría en Ciencias
from the vicinity of Salina Cruz, coastal Oaxaca, Mexico. en Recursos Naturales y Desarrollo Rural. El Colegio de la
a.
Anales del Instituto de Biología 66: 113-122. Frontera Sur.
Cervantes, F. A., B. Villa-Ramírez, C. Lorenzo, J. Vargas, J. L. Rico, Y., C. Lorenzo, F. X. González- Cózatl y E. Espinoza.
nt
Villaseñor Ríos y J. López Blanco. 1999. Búsqueda de 2008. Phylogeography and population structure of the
poblaciones supervivientes de la liebre endémica Lepus endangered Tehuantepec jackrabbit Lepus flavigularis:
ve
flavigularis. Reporte Final. Comisión Nacional para el Cono- implications for conservation. Conservation Genetics.
cimiento y Uso de la Biodiversidad. México, D.F. 30 pp. Ed. Springer Netherlands. DOI 10.1007/s10592-007-
Flux, J. E. C. y R. Angermann. 1990. The hares and jackrabbits. 9480-2. ISSN 1566-0621 (Print) 1572-9737.
su
pp. 61-94. En: J. A. Chapman y J. E. C. Flux (Eds.). Rabbits, Semarnat. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Natu-
hares and pikas. Status survey and Conservation rales. 2010. Norma Oficial Mexicana nom-059-semar-
Lorenzo, C., O. Retana, F.A. Cervantes, J. Vargas y G. Portales. nat-2010. Diario Oficial de la Federación (dof), jueves
a
2000. Status survey of the critically endangered Lepus 30 de diciembre de 2010.
flavigularis. Chicago Zoological Society. Board of Trade (Unión Internacional para la Conservación de la Natu-
id
uicn
Endangered Species Advisory Fund. 10 pp. raleza y los Recursos Naturales). 2007. IUCN Red List
of threatened animals. IUCN Species Survival Commis-
b
sion, Gland, Suiza. Disponible en: www.redlist.org
hi (consultado el 3 de octubre de 2007).
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
sió
er
V
V
er
sió
n
gr
at
ui
Capítulo 9
ta
.P
ro
hi
b id
a
Diversidad genética
su
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394 La biodiversidad en Chiapas
a.
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da
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n
Nuestros
Nuestros
sió
autores
autores
er
V
Nuestros autores 395
a.
Ecología. Especialista en etnobotánica Ha reali- Trayectoria profesional: Biólogo de la Universidad
zado trabajos etnobotánicos, taxonómicos y de Autónoma Metropolitana, con estudios de maestría
nt
germinación para el manejo y conservación de los en botánica en el Colegio de Posgraduados de
recursos naturales. También ha impartido talleres Chapingo. Pertenece al Departamento de Agroeco-
ve
sobre medicina tradicional. logía de Ecosur. Desde 1995 se ha interesado en el
uso de las técnicas y métodos de la investigación
Aguirre Rivera, Rogelio participativa, las cuales ha aplicado en diferentes
su
proyectos tanto de investigación como de capacita-
Institución: Universidad Autónoma de San Luis ción en comunidades campesinas e indígenas. Es
Potosí, (uaslp). editor principal del libro “Ganadería y Ambiente:
da
Correo electrónico: iizd@prodigy.net.mx. una visión para Chiapas” (2008). Actualmente
Áreas de interés: Botánica y agronomía. participa en el proyecto “Innovación socioambiental
Trayectoria profesional: Ingeniero Agrónomo en regiones de alta biodiversidad y pobresa del
bi
Especialista en Zootecnia, Escuela Nacional de sureste de México”, financiado por Conacyt. Desde
Agricultura. Chapingo, México. marzo del 2009 ocupa el cargo de Director de Vin-
(1968). Master of Science (Range Sciences), New
México State University. Las Cruces, N M, USA
hi
culación en Ecosur.
ro
(1976). Doctor Ingeniero Agrónomo (Botánica Alonso Bran Reyniero, Adrián
Agrícola), Universidad de Córdoba. Córdoba,
España (1989). Investigador Nacional Nivel I (1989- Institución: Facultad de Ciencias Agronómicas,
.P
zonificación de áreas protegidas, planeación noma de Chiapas y miembro del Cuerpo Acadé-
ambiental y análisis espacial con el uso de sig. mico Recursos Fitogenéticos Tropicales. Ha
Trayectoria profesional: Manejo de bases de datos, dirigido y asesorado varias tesis.
n
a.
varios proyectos de investigación, dirigido y ase- graduados y obtuvo el grado de doctor en ciencias
sorado tesis de licenciatura y maestría y ha en la Facultad de Ciencias de la unam. Es profesor
nt
publicado contribuciones científicas y de divulga- del curso Evaluación de Tierras en la Maestría en
ción. Actualmente es miembro del sei. Recursos Naturales y Desarrollo Rural de Ecosur.
ve
Es miembro de la Sociedad Mexicana de la Ciencia
Álvarez Rincón, Rebeca del Suelo y del sni (nivel I).
su
Institución: Secretaría de Medio Ambiente e Amezcua Torrijos, Israel
Historia Natural (Semahn).
Correo electrónico: nambue@yahoo.com.mx. Institución: Pronatura A.C.
da
Áreas de Interés: Educación ambiental. Correo electrónico: israel@pronatura-sur.org
Trayectoria profesional: Diseño y aplicación de Áreas de Interés: Gestión de política pública.
Programas de Educación Ambiental en el Instituto Coordinación interinstitucional para la conserva-
bi
de Historia Natural. Participante en el diseño del ción de recursos naturales.
enfoque educativo y cultural de las instalaciones Trayectoria profesional: Egresado de Ingeniería
hi
del Zoológico “Miguel Alvarez del Toro”. Diseño y
elaboración de materiales de utilidad educativa y
Química por el itesm, actualmente es candidato
a la Maestría en Gestión Pública Aplicada. Ha
ro
difusión del conocimiento científico, los recursos sido coordinador del Centro Pronatura de Infor-
naturales y el contenido de algunas leyes (Código mación para la Conservación. Es gestor de
Electoral, Marco Legal Agrario, etc.). financiamiento e implementador de proyectos
.P
ción y de Estudios Avanzados del ipn. Publicado en Natural (Semahn), donde desarrolla actividades
revistas y libros internacionales. Dirige proyecto de capacitación en educación ambiental. Ha
V
financiado por Fondos Mixtos de Cocytech y el impartido diversos cursos dirigidos a maestros,
Programa de Mejoramiento de profesorado. comunicadores, prestadores de servicio social,
etcétera. Participó en la coordinación del Plan de
Álvarez Solís, José David Educación Ambiental para el Estado.
a.
de licenciatura y maestría en la unam y el Correo electrónico: cbalboa@ecosur.mx.
doctorado en el Colegio de Postgraduados. Áreas de Interés: Biodiversidad de abejas.
nt
Desde 1990 trabaja en el Jardín Botánico de Trayectoria profesional: Egresado de la Facultad
la unam . Sus líneas de investigación son la de Ciencias químicas de la Universidad Autó-
ve
florística (Flora de Tehuacán-Cuicatlán, Flora noma de Chiapas. Actualmente realiza la Maes-
Mesoamericana), la sistemática (Pereskiop- tría en Recursos naturales y desarrollo rural.
sis, tribus Pachycereeae, Hylocereeae, entre Sus intereses se dirigen a la diversidad y Taxo-
su
otros) y conservación (Threatened Cacti of nomía de Apoidea de Chiapas. Ha participado
Mexico) de cactáceas mexicanas. Tiene 38 en proyectos de polinización de cultivos, así
publicaciones y ha sido profesor en la Facul- como de manejo de abejas nativas sin aguijón.
a
tad de Ciencias, unam.
Bellato Gil, Liliana
id
Avendaño Gil, Manuel Javier
Institución: Organización Jlumaltik Equidad Sur
b
Institución: Secretaría de Medio Ambiente e A.C.
Historia Natural (Semahn).
Correo electrónico: javierdchiapas@gmail.com
hi
Correo electrónico: amarais17@hotmail.com
Areas de Interés: Antropología social.
ro
Áreas de Interés: Paleontología. Trayectoria profesional: Socióloga egresada de la
Trayectoria profesional: Egresado de la Facultad de Universidad Autónoma de México y maestra en
Ciencias de la Universidad Autónoma de México. Ciencias en Antropología Social por el ciesas,
.P
Trayectoria profesional: Estudión la licenciatura lógicas, ipn. Ha publicado numerosos trabajos sobre
en la unicach. Su investigación se centró en el helmintos parásitos de peces dulceacuícolas de
tema de escarabajos necrófilos del Parque Edu- México.
cativo Laguna Bélgica, municipio de Oco-
zoacoautla, Chiapas. Fue responsable de la Cabrera Cachón, Teresa
colección entomológica del actual Semahn.
Institución: Secretaría de Medio Ambiente e
a.
Bolaños Citalán, Jorge Eduardo Historia Natural (Semahn).
Correo electrónico: botanica@ihn.chiapas.gob.mx
nt
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco- Áreas de Interés: Sistemática (orquídeas).
sur-San Cristóbal de Las Casas). Trayectoria profesional: Entre sus publicaciones
ve
Correo electrónico: jbolanos@ecosur.mx está el libro “Orquídeas de Chiapas”, el capítulo
Áreas de Interés: Aplicación de técnicas para el de Orquídeas en el libro “Chiapas y su Biodiver-
estudio, identificación y manejo de los mamífe- sidad”, folletos de difusión y artículos para
su
ros silvestres. revistas especializadas. Ha colaborado en diver-
Trayectoria profesional: Biólogo originario de sos proyectos de investigación con el Conacyt,
Tapachula, Chiapas y egresado de la Universi- conabio, Conanp y Semarnat. Actualmente es la
da
dad de Ciencias y Artes de Chiapas. Actual- Directora del Jardín Botánico de la Semahn,
mente es técnico asociado a la Colección de donde ha laborado por 23 años.
Mamíferos de El Colegio de la Frontera Sur.
bi
Ha fungido como asistente de profesor en Calderón Cisneros, Araceli
cursos relacionados al manejo de fauna silves-
hi
tre a nivel licenciatura y posgrado. Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
sur-San Cristóbal de Las Casas).
ro
Burguete Cal y Mayor, Araceli Correo electrónico: aracalcis@yahoo.com.mx
Áreas de Interés: Manejo de recursos naturales
Institución: Centro de Investigaciones y Estudios y sociedad.
.P
Trayectoria profesional: Socióloga por la Uni- cursa estudios de doctorado en Ecología y desa-
versidad Nacional Autónoma de México (unam), rrollo sustentable.
ui
agua, desde la perspectiva del derecho indí- Áreas de Interés: Ecología vegetal, restauración
sió
en la coordinación de Estrategias de Biodiversi- tos parásitos de peces de agua dulce del estado
dad de la conabio y desde 2011 se desempeña de Morelos, con énfasis en los nemátodos.
como Coordinador de Estrategias de Adaptación
al Cambio Climático en la Conanp. Castillejos Castellanos, Efraín
a.
Institución: Universidad Nacional Autónoma de Áreas de Interés: Ornitología, monitoreo biológico,
México (unam). manejo de recursos naturales y conservación.
nt
Correo electrónico: lcanseco@gmail.com Trayectoria profesional: Biólogo por la Universi-
Áreas de Interés: Anfibios y Reptiles, Biogeo- dad Veracruzana. Ha colaborado en investigacio-
ve
grafía y Sitemática. nes de aves rapaces migratorias y aves en agro-
Trayectoria profesional: Realizó la tesis de licen- sistemas cafetaleros. Ha realizado investigacio-
ciatura en la Benemérita Universidad Autónoma nes con aves acuáticas migratorias y especies en
su
de Puebla y la de Maestría en la Facultad de peligro de extinción. Además, ha participado en
Ciencias de la unam, ha participado en 20 congre- diversas iniciativas de conservación y como con-
sos científicos, seis talleres y dos diplomados y ha sultor en proyectos de desarrollo rural.
a
participado en 12 proyectos de investigación.
Castillo Uzcanga, María Mercedes
id
Carbot Chanona, Gerardo
Institución: Universidad Simón Bolívar, Caracas.
b
Institución: Secretaría de Medio Ambiente e Venezuela.
Historia Natural (Semahn).
Correo electrónico: carbotsaurus@yahoo.com
hi
Correo electrónico: muzcanga@usb.ve
Areas de Interés: Departamento de Estudios
ro
Áreas de Interés: Paleobiología, sistemática y Ambientales.
paleobiogeografia de vertebrados terrestres Trayectoria profesional: Licenciada en Biología
Trayectoria profesional: Egresado de la Facultad de la Universidad Simón Bolívar, Venezuela.
.P
lla investigación con vertebrados fósiles terres- Estudios Ambientales de la Universidad Simón
tres. Ha publicado artículos científicos, co-dirigido Bolívar en Caracas, Venezuela, donde dicta
ui
proyecto Index for Inclusion: evaluación y mejora unam. Obtuvo el grado de Maestro en Ciencias
de la educación inclusiva en las Escuelas Prima- en el Colegio de Posgraduados, donde estudió
rias, entre otros. Consultor independiente. los sistemas de producción de maíz de los cam-
pesinos mayas y la modernización de la agricul-
Contreras Balderas, Salvador (†) tura. Se graduó en la unam como Doctor en
Geografía con la tesis “Uso del suelo y defores-
Institución: Universidad Autónoma de Nuevo tación en los Altos de Chiapas”. Trabaja en El
a.
León (uanl). Colegio de la Frontera Sur como investigador.
Áreas de Interés: Sistemática y Conservación
nt
de peces. Coutiño José, Marco Antonio
Trayectoria profesional: Biólogo por la UNL.
ve
Master of Sciences y Doctor of Philosophy, Institución: Secretaría de Medio Ambiente e
Tulane University. Miembro del SNI (84-96). Fue Historia Natural (Semahn).
Presidente, Fundador y Miembro Honorario de la Correo electrónico: coutinojma@hotmail.com
su
Sociedad Mexicana de Zoología, Sociedad Ictio- Areas de Interés: Paleontología y difusión de la
lógica Mexicana, el Desert Fishes Council, y ciencia.
Miembro ExOfficio de la Coalición para el Desa- Trayectoria profesional: Egresado de la Escuela
da
rrollo Sustentable de la Cuenca del Río Bravo y de Biología de la Universidad de Ciencias y
miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. Artes de Chiapas. Ingresó al Instituto de Histo-
Publicó más de130 artículos, cuatro libros y capí- ria y Ecología en 1997 en el área de Paleontolo-
bi
tulos de libros sobre los peces. Dirigió 42 tesis de gía. Actualmente es director del Museo de
licenciatura, ocho de maestría y cuatro doctora- Paleontología Eliseo Palacios A., donde realiza
hi
les. Miembro de consejos editoriales o árbitro en
14 revistas nacionales e internacionales.
investigaciones con crustáceos y gasterópodos
fósiles. Ha participado en varias publicaciones
ro
científicas y de divulgación. En congresos nacio-
Contreras-Ramos, Atilano nales ha presentado ponencias y ha sido respon-
sable de proyectos apoyados por el Gobierno
.P
curador de Neuropterida y grupos selectos de Rural por el Colegio de la Frontera Sur. Curador
insectos acuáticos. Es miembro del Sistema de Mamíferos del Zoológico Miguel Álvarez del
Nacional de Investigadores. Toro (1986-1994) e Investigador desde 1994.
Miembro del Sistema Estatal de Investigadores
er
a.
como asistente y coordinador de proyectos de
investigación del Centro de Aves Migratorias del Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
nt
Smithsonian Institution (SI) en Chiapas, Xalapa y sur-Unidad Tapachula).
Guatemala. Participó como evaluadora ambiental Correo electrónico: echame@ecosur.mx; e_
ve
de programas de certificación de buen manejo chame@yahoo.com.
forestal en comunidades y ejidos forestales de Áreas de Interés: Colección de Insectos asocia-
México. Trabajó en la Gerencia de Protección dos a plantas cultivadas en la frontera sur.
su
Ambiental de la Dirección Corporativa de Opera- Trayectoria profesional: Egresado de la Escuela
ciones de Pemex. Actualmente, se desempeña de Biología, unicach. Maestría en Ciencias en
como coordinadora de Enlace y Estrategias de Recursos Naturales y Desarrollo Rural en El
da
Biodiversidad de la conabio. Ha publicado cerca de Colegio de la Frontera Sur. Es responsable de la
una decena de artículos en revistas científicas Colección de Insectos asociados a plantas culti-
internacionales arbitradas y algunos de divulga- vadas en la frontera sur. Tiene siete publicacio-
bi
ción. Fue coordinadora y editora general de “La nes (cinco científicas y dos de divulgación) y 12
Biodiversidad en Veracruz: Estudio de Estado”. participaciones en eventos científicos y acadé-
hi micos. Se interesa por la taxonomía, diversidad
y conservación de los insectos, principalmente
ro
Cruz López, Jorge Alberto Coleoptera y Lepidoptera.
licenciatura en biología, con maestría en agricultura forestal en Francia (engref) con especialidad en
tropical con subespecialización en Conservación de Forestería Rural y Tropical. Actualmente es
at
la Biodiversidad por el Centro Agronómico Tropical Coordinador Forestal para la Sierra Madre en
de Investigación y Enseñanza-Turrialba, Costa Rica. Pronatura Sur A.C., donde asesora procesos
gr
Regional “El Soconusco” y el Orquídearío “Santo BirdLife International World Conservation Con-
Domingo”. Estudia aspectos de la biología repro- ference 2008.
ductiva y estado de conservación de las orquídeas
de la región del Soconusco. Inició y maneja el Domínguez Cisneros, Sara E.
Programa para el Cultivo Sustentable de las Orquí-
deas del Soconusco en comunidades rurales. Institución: Escuela de Biología de la Universi-
dad de Ciencias y Artes de Chiapas-unicach.
a.
Díaz Montesinos, María Guadalupe Correo electrónico: sdomingu4@hotmail.com.
Areas de Interés: Ictiología.
nt
Institución: Secretaría de Medio Ambiente e Trayectoria profesional: Egresada de la escuela
Historia Natural (Semahn). de Biología de la Universidad de Ciencias y
ve
Correo electrónico: guadimon@hotmail.com Artes de Chiapas. Profesora de la Facultad de
Áreas de Interés: Etnobotánica. Biología de la unicach donde imparte las cáte-
Trayectoria profesional: Participante en los pro- dras de Biología general y Morfofisiología ani-
su
yectos: “Banco Estatal de Semillas” del Instituto mal. Su línea de investigación es la taxonomía
de Historia Natural. “Desarrollo de las coleccio- de peces de agua dulce de Chiapas y ha coor-
nes del Herbario chip” de la oficina de Herbario dinado y participado en varios proyectos de
da
del Instituto de Historia Natural y Ecología. Sis- investigación relacionados con la fauna acuá-
tematización de las Colecciones Botánicas del tica del estado, ha publicado varios trabajos
ihne (conabio). Actualmente es Técnica de la científicos.
bi
Oficina de Herbario chip de la curaduría de flora
de la Dirección del Jardín Botánico de la Semahn. Douterlungne, David
hi
Diederik, Wolf Hendrik Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
ro
sur-San Cristóbal de Las Casas).
Institución: Universidad de Amsterdam, Holanda. Correo electrónico: ddouterl@ecosur.mx
Correo electrónico: J.H.D.Wolf@uva.nl Áreas de Interés: Restauración ecológica.
.P
Holanda. Es investigador Titular en Ecosur (1994- en recursos naturales y desarrollo rural por el
2000). Actualmente es Profesor “Canopy Scien- Ecosur. Ha participado en proyectos en Mada-
ui
ces” (Miss Dr Jakoba Ruinen Chair) en la Univer- gascar, Bolivia y México. Se ha especializado
sidad de Amsterdam. Tiene más de 40 publicacio- en el uso tradicional de Ochroma pyramidale
at
Áreas de Interés: Conservación y manejo de recur- la producción y cultivo de palma xate (Cha-
sos naturales, desarrollo comunitario, ornitología. maedorea spp.).
Trayectoria profesional: Licenciado en Biología,
por la Universidad Veracruzana. Realizó estudios Eapen, Delfeena
er
a.
pas, cursos Introducción a la Ingeniería Agroin- de peces mexicanos.
dustrial, Biología, Química y Fisiología Vegetal en Trayectoria profesional: Biólogo y Maestro en
nt
la Universidad Politécnica de Chiapas. Ciencias (Biología) por la Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México
ve
Enríquez Rocha, Paula Lidia (unam) por la misma institución. Actualmente
realiza estudios doctorale s en la Universidad
Institución: Colegio de Postgraduados (Colpos). Autónoma Metropolitana. Ha publicado diversos
su
Correo electrónico: penrique@ecosur.mx artículos y libros científicos, dirigido tesis de
Áreas de Interés: Ecología y conservación de licenciatura y maestría. Es curador de la Colec-
poblaciones y comunidades de aves Neotropica- ción Nacional de Peces de la unam (ibunam).
a
les, principalmente aves rapaces. Candidato a Investigador Nacional (1993-1996)
Trayectoria profesional: Bióloga de la Universi- y Miembro del Sistema Nacional de Investigado-
id
dad Nacional Autónoma de México (unam), res Nivel 1 (2004-2006).
Magister Scientae en Manejo de Vida Silvestre
b
de la Universidad Nacional de Costa Rica (una), Espinoza Medinilla, Eduardo
y Doctorado en Filosofía de la Facultad de Agri-
cultura de la Universidad de Columbia Británica
hi
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
ro
(ubc) en Canadá. Investigadora Asociada en el sur-San Cristóbal de Las Casas).
Departamento de Ecología y Sistemática Terres- Correo electrónico: eespinoza@ecosur.mx
tre de Ecosur-San Cristóbal de las Casas, Áreas de Interés: Genética de especies amena-
.P
Chiapas, México. Miembro del sei. zadas y en peligro de extinción en flora y fauna.
Trayectoria profesional: Doctor en Ciencias Bio-
Escobar Hernández, María Eugenia lógicas por la Universidad Autónoma de Queré-
ta
de Ciencias y Artes de Chiapas. Realizó un estu- Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
sió
dio de campo y una monografía para obtener el sur-San Cristóbal de las Casas).
grado de Licenciado en Biología con el tema: Correo electrónico: gloria.espiritu.t@gmail.com
Conocimientos y prácticas tradicionales vincula- Áreas de Interés: Geología, hidrogeología y
das al desarrollo local sustentable de los Mames manejo de cuencas.
er
tuciones como: Consejo Estatal para la Cultura y Politécnico Nacional donde cursó la carrera de
las Artes, Comisión Nacional de Áreas Naturales ingeniero en geología y la maestría en ciencias
Protegidas Región Frontera Sur, Istmo y Pacífico en recursos naturales y desarrollo rural. Actual-
Sur. Actualmente es Becaria en el Laboratorio de mente es candidata al título de doctor en
Cultura y Conservación Biológica en la Facultad ciencias de la tierra en el área de geología
de Ciencias Biológicas de la unicach. ambiental, por la Universidad Nacional Autó-
404 La biodiversidad en Chiapas
noma de México (unam), campus Querétaro. Se Estado (1991-1992), Primer delegado de la Pro-
desempeña actualmente como profesora de la curaduría Federal de Protección al Ambiente
Universidad Autónoma de Chiapas y de la (Profepa), (1992-1995), secretario de Ecología,
Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Recursos Naturales y Pesca, en Chiapas (1994-
Ha participado en proyectos de investigación 1998) y encargado del Instituto de Historia Natu-
en el Instituto de Geofísica de la unam y dirigido ral de (1996-1998), asesor y secretario adjunto
dos en la unicach, ejecutando otros, en diferen- de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos
a.
tes organizaciones no gubernamentales y Naturales y Pesca Federal (1998-1999), director
empresas de ingeniería. Coordinadora regional general del Instituto de Historia Natural (1999-
nt
del área de Ordenamiento en Cuencas en la 2000), coordinador general del Manejo Integrado
Secretaría de Recursos Naturales y Pesca del de Ecosistemas en Ecoregiones Prioritarias pnud-
ve
Gobierno del Estado de Chiapas (2000-2002). Conanp-Semarnat (2001-2006), director general
Ha presentado ponencias en congresos nacio- de la Comisión Forestal Sustentable en Chiapas,
nales e internacionales y conferencias a funcio- (2006-2008) y Director General del Instituto de
su
narios públicos estatales y federales. Historia Natural de 2008-2009, actualmente es,
Coordinador Técnico en la Semahn.
Esponda Muñoz, Julio
Esquivel Bazán, Elsa
a
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
id
sur-Unidad Tapachula). Institución: Cooperativa ambio SC de RL.
Correo electrónico: jesponda@ecosur.mx. Correo electrónico: elsaesquivelb@yahoo.com
b
Áreas de Interés: Biodiversidad de abejas. Areas de Interés: Cambio Climático, mitigación
Trayectoria profesional: Egresado de la Facultad
de Ciencias químicas de la Universidad Autó-
hi
y adaptación.
Trayectoria profesional: Actualmente represen-
ro
noma de Chiapas y de la Maestría en Recursos tante de ambio especialista en temas de cambio
naturales y desarrollo rural. climatico ligado a desarrollo.
comunitario. Asesora técnica y administrativa
.P
Mar-Costa Rica), liderazgo para la conservación Trayectoria profesional: Técnico del Programa de
de la naturaleza (wwf-EUA), riesgo, auditoría e Compensación Ambiental por Cambio de Uso de
impacto ambiental (Universidad de Jackson State Suelo en Terrenos Forestales (Conafor, Chiapas).
en EUA). Se ha desempeñado como catedrático Profesora de ciencias I con énfasis en Biología,
er
a.
Docente Esc. Biología unicach 2000-Actualidad Godínez Ortega, José Luis
(Briofitas y Pteridofitas, Gimnospermas y
nt
Angiospermas). Colaborador en diversos estu- Institución: Insituto de Biología, unam.
dios florísticos y etnobotánicos de Chiapas. Correo electrónico: jlgo@servidor.unam.mx.
ve
Áreas de Interés: Ficología marina.
Ferguson, Bruce Trayectoria profesional: Obtuvo el grado de
doctor en ciencias en 2007 en el Cinvestav,
su
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco- Unidad Mérida. Es Técnico Académico Titular y
sur-San Cristóbal de Las Casas). encargado de la Colección de Algas del Herbario
Correo electrónico: bferguson@ecosur.mx Nacional (Mexu). Su área de especialidad es la
da
Áreas de Interés: Sucesión ecológica y la con- sistemática, ficología aplicada y etnoficología.
servación de la biodiversidad en agroecosiste- Ha publicado varios libros y artículos científicos.
mas, la restauración ecológica, la ganadería Es miembro del comité editorial de la revista
bi
sustentable y la soberanía alimentaria. Folium y árbitro de varias revistas nacionales.
Trayectoria profesional: Investigador asociado del
Departamento de Agroecología Recibió su licen-
ciatura (Biología, 1989) de Kalamazoo College,
hi Golicher, Duncan
ro
EUA, y su maestría (Ecología y Manejo de Recur- Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
sos Naturales, 1995) y doctorado (Ecología, sur-San Cristóbal de Las Casas).
2001) de la Universidad de Michigan, EUA. Correo electrónico: dgoliche@ecosur.mx
.P
Áreas de Interés: Conservación de recursos Edimburgo, Reino Unido. Miembro del Sistema
genéticos agrícolas, etnobotánica, agroecología. Nacional de Investigadores, nivel uno. Sus inte-
gr
Trayectoria profesional: Biólogo. unam. Maestría reses incluyen métodos de análisis espacial,
en biotecnología antes de realizar su doctorado en modelación de la distribución de organismos y la
biogeografía utilizando técnicas moleculares para dinámica sucesional, impacto de cambios climá-
n
Durante casi quince años se dedicó exclusiva- aplicación de modelos dinámicos y espaciales a
mente a la investigación, pasando por varias insti- la restauración y manejo forestal.
tuciones en Europa y Estados Unidos y usando a Gómez Alfaro, Julio César
las aves montanas tropicales como modelo. Desde
er
Universidad Valle del Grijalva, Colegio Particular ponencias y publicado 28 trabajos. Es coordina-
Paulo Freire. En 1996 fue asesor técnico del dor de las Colecciones Biológicas de Ecosur-San
Programa Federal Alianza para el campo de la Cristóbal y Profesor del posgrado, donde imparte
Secretaría de Agricultura del Estado de Chia- cursos de Entomología y Sistemática. Ha dirigido
pas. De 1997 a 1999 fue catedrático del Insti- seis tesis de licenciatura y seis de posgrado.
tuto de Estudios Superiores del Centro de
Chiapas, Colegio Particular Prof. Gilberto González Domínguez, Patricia
a.
Velásquez. De 1999 a 2000 coordinó el proyecto
“Conservación y Manejo de la Cuencas Hidro- Institución: Pronatura A.C.
nt
gráficas del Estado de Chiapas”, en la Dirección Correo electrónico: pgonzalez@pronatura-
de Ecología y Protección Ambiental de la Secre- chiapas.org.
ve
taría de Ecología, Recursos Naturales y Pesca Áreas de Interés: Conservación y manejo de
(sernyp) del Gobierno del Estado de Chiapas. En recursos naturales, estrategias para la prioriza-
2001 fue jefe de oficina de calidad, evaluación y ción de áreas de importancia biológica.
su
dictamen ambiental del Instituto de Historia Trayectoria profesional: Bióloga de la Universi-
Natural y Ecología del Estado de Chiapas. De dad Autónoma de Guadalajara (1998), Maestría
marzo de 2007 a abril de 2008 fue asesor en en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo
da
materia de Desarrollo Sustentable en la Direc- Rural de Ecosur (2004). Desarrolla actividades
ción de Desarrollo Regional de la Secretaría de profesionales en colecciones científicas de ver-
Planeación y Desarrollo Regional. Desde enero tebrados del ihne y Ecosur. Ha colaborado en
bi
de 2007 es coordinador regional Sierra Costa de proyectos de investigación en temas de frag-
Pronatura Sur A.C. mentación, gap análisis, ocurrencia de especies,
hi
Gómez González, Adán
uso de hábitat y manejo de recursos naturales.
Publica en coautoría inventarios de aves para
ro
Las Reservas de la Biosfera: La Encrucijada, El
Institución: Escuela de Biología de la Universi- Triunfo y El Ocote.
dad de Ciencias y Artes de Chiapas-unicach.
.P
a.
biológicos de plantas medicinales. Investiga- jubilarse de la Compañía de Teléfono y Telégrafo
dora Titular C de la Escuela de Biología de la del Pacífico continuó el estudio de moluscos
nt
Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. (Academia Ciencias California). Fue Investigador
Ha realizado investigaciones etnobotánicas y Asociado, Asistente Ejecutivo del Director (Aca-
ve
farmacológicas de recursos naturales, cuyos demia). Fue Asistente de Curador, fue Jefe del
resultados han generado publicaciones en mismo Departamento de Zoología Invertebrados.
revistas y congresos. Publicó 121 artículos, 34 notas y 27 revisiones.
su
Se jubiló en 1972, desde entonces fue Investiga-
González-Acosta, Adrián F. dor Asociado en Malacología, hasta su muerte.
a
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
sur-Chetumal).
id
Correo electrónico: rrodiles@ecosur.mx. Institución: Secretaría de Medio Ambiente e
Areas de Interés: Ictioología Sistemática. Historia Natural (Semahn).
b
Trayectoria profesional: Biólogo por la unam Correo electrónico: invesbotanica@ihn.chiapas.
(FES-Iztacala). Maestro y Doctor (Ciencias
Marinas) por el cicimar-ipn. Con estudios pos-
hi
gob.mx; marip_10@yahoo.com.mx
Áreas de Interés: Conservación y restauración
ro
doctorales en Ecosur. Profesor Investigador de ecosistemas terrestres y ecología del paisaje.
T.C. Participa en los cursos de Ictiología Espe- Trayectoria profesional: Egresada de la escuela
cial y Ecología de Peces (Maestría) y Temas de Biología de la Universidad de Ciencias y
.P
ción de Peces del Colegio de la Frontera Sur-San caracterización de dinámica forestal bajo cambio
Cristóbal (ecosc). Ha presentado 18 ponencias climático en regiones mediterráneas.
en congresos nacionales e internacionales, Trayectoria profesional: Ing. forestal y doctor en
publicado seis artículos científicos y participado ecología; actualmente trabaja en el Creaf (Centro
en 11 proyectos de investigación. de Investigación Ecológica y Aplicaciones Fores-
408 La biodiversidad en Chiapas
a.
colas preventivas para el desarrollo de paisajes sur-Unidad Tapachula).
resilientes al fuego y actualmente está trabajando Correo electrónico: mguzman@ecosur.mx
nt
en la caracterización de respuestas forestales Áreas de Interés: Conservación y manejo de
ante calentamiento global en ecosistemas alpinos abejas nativas sin aguijón (meliponinos).
ve
del Pirineo catalán y posibles medidas de gestión. Trayectoria profesional: Egresado de la Facultad
de Ciencias Químicas de la Universidad Autó-
Grajales Reyes, Orbelín noma de Chiapas. Realizó Maestría en Biotec-
su
nología. Actualmente es Técnico Titular, respon-
Institución: Secretaría de Desarrollo Social de sable de la propagación de abejas sin aguijón y
Chiapas. polinización en cultivos. Coautor de cinco artícu-
da
Correo electrónico: orbelin@hotmail.com los, en dos capítulos de libro, autor de cuatro
artículos de divulgación. Instructor de 10 cursos,
Guerrero Jiménez, Trinidad Cristina 10 ponencias en congresos; ha dirigido y aseso-
bi
rado ocho tesis de licenciatura y asesorado
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco- cuatro tesis de maestría.
hi
sur-San Cristóbal de Las Casas).
Correo electrónico: taleman@ecosur.mx Hernández Baz, Fernando
ro
Áreas de Interés: Estudios sociales de la ciencia.
Trayectoria profesional: Egresada del Departa- Institución: Facultad de Biología, Universidad
mento de Agroecología de la Universidad Autó- Veracruzana.
.P
el uso del conocimiento científico por parte de la una maestría en Ciencias en Ecología Forestal,
sociedad y con el uso de las Tecnologías de la actualmente cursa un doctorado, es Académico de
at
del proyecto Evaluación Ecológica de la Fauna Areas de Interés: Planeación y manejo de Áreas
Terrestre de Chiapas apoyado por el gobierno del Naturales Protegidas.
Estado de Chiapas en el que analiza la distribu- Trayectoria profesional: Biólogo de la Universi-
ción espacial y temporal de los insectos, anfibios dad Veracruzana. Desde 1984 hasta el 2001,
y reptiles del Estado. Ha participado en tres trabajo en planeación y manejo de Áreas Natu-
talleres y un foro para seleccionar sitios y espe- rales Protegidas, trabajando en agencias guber-
cies prioritarias para la conservación en Chiapas. namentales: en la sedue como responsables de
a.
la Reserva Ecológica El Triunfo; en el ihn como
Hernández Mijangos, Luis Arturo Jefe de la Sección de Planeación de Áreas Pro-
nt
tegidas y como Investigador; de 1993 al 2001
Institución: Tierra Verde Naturaleza y Cultura A. C. como Director de la Reserva de la Biosfera El
ve
Correo electrónico: stenops06@yahoo.com.mx Triunfo como el ine y la Conanp. A partir de
Áreas de Interés: Ecología y conservación de 2003, funge como Gerente del Programa Chia-
mamíferos. pas de The Nature Conservancy. Experiencia en
su
Trayectoria profesional: Biólogo, egresado de la planeación y manejo de anp.
Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas
(unicach). Su trayectoria profesional y acadé- Hernández-Maza, Mario Enríque
a
mica ha estado enfocada a la conservación y
estudio de la ecología de comunidades de mamí- Institución: Escuela de Biología de la Universi-
id
feros, principalmente quirópteros. Ha partici- dad de Ciencias y Artes de Chiapas-unicach.
pado en diversos foros y congresos, donde ha Correo electrónico: marioenriqueher@yahoo.
b
expuesto diversos estudios realizados sobre el com.mx.
grupo de los mamíferos en diferentes áreas
naturales protegidas de Chiapas. Se ha capaci-
hi
Areas de Interés: Ecología y Taxonomía de
macromicetos.
ro
tado en las diferentes técnicas para el estudio Trayectoria profesional: Egresado de la licencia-
de murciélagos y a la fecha cuenta con cinco tura en Biología de la Universidad de Ciencias y
artículos científicos publicados. Actualmente, Artes de Chiapas. Actualmente labora en el
.P
Plan de Manejo del Parque Nacional Cañon del llo territorial e innovación. En Ecosur imparte los
Sumidero, A New Species of Anthur. cursos de posgrado: Desarrollo Regional y
V
a.
Ciencias Agrícolas, M.C. en Manejo de Recur- y comportamiento depredador de las arañas. Las
sos Naturales y Desarrollo Rural. Candidata a arañas como agentes de control biológico en
nt
Doctor en Ciencias Ambientales (Universidad agroecosistemas. Influencia del manejo agrícola
Szent István, Hungría). Ha conducido proyectos sobre las comunidades de arañas.
ve
sobre diversidad de mamíferos y ha participado Trayectoria profesional: Biólogo (Fac. Ciencias,
en proyectos sobre herpetofauna en Chiapas. unam, con Diploma de Estudios Avanzados (dea)
Ha dirigido tres tesis de maestría y ocho de y Doctorado en Biología del Comportamiento
su
licenciatura. Ha participado en 20 publicaciones (Universidad de París xiii, Francia). Las arañas
científicas y 35 ponencias en congresos interna- como agentes de control biológico en agroeco-
cionales y nacionales. sistemas. Influencia del manejo agrícola sobre
da
las comunidades de arañas.
Huerta Silva, Margarita Haydeé
Ishiki Ishihara, Mario
bi
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
sur-San Cristóbal de Las Casas). Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
hi
Correo electrónico: mahahusil@gmail.com
Áreas de Interés: Toma de Decisiones Multicri-
sur-San Cristóbal de Las Casas).
Correo electrónico: mishiki@ecosur.mx.
ro
terio y Restauración Forestal. Áreas de Interés: Florística, Sistemática.
Trayectoria profesional: Su trabajo académico se Trayectoria profesional: Realizó sus estudios de
ha orientado al estudio del Manejo Sustentable licenciatura en la unam, la maestría en el Colegio
.P
mología médica y veterinaria, Cambio global, Áreas de Interés: Monitoreo y mapeo de biodi-
sió
Ecosur, wcs, tnc, Univ. Stanford, ihn, Pronatura, organizaciones de productores, en diversas
ccad y la nasa, dentro de ci como Coordinadora regiones estado, orientados al manejo sustenta-
de Monitoreo y Mapeo de la Conservación. ble de los recursos naturales y a fomentar la
conectividad en los corredores biológicos en
Jiménez González, Francisco Javier Chiapas, con participación en diferentes congre-
sos y eventos nacionales e internacionales.
Institución: Comisión Nacional de Áreas Natura-
a.
les Protegidas (Conanp) Región Frontera Sur, León-Cortés, Jorge
Istmo y Pacífico Sur.
nt
Correo electrónico: fjimenez@conanp.gob.mx Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
Áreas de Interés: Conservación de Recursos sur-San Cristóbal de Las Casas).
ve
Naturales, Planificación y Manejo de Áreas Correo electrónico: jleon@sclc.ecosur.mx
Naturales Protegidas, Monitoreo Biológico, Áreas de Interés: Biología de la conservación, Eco-
Manejo Integral de Cuencas Hidrográficas. logía del paisaje, Conservación de recursos acéti-
su
Trayectoria profesional: Facultad de Ciencias de cos, geología, micología, florística, fitogeografía.
la unam, Trabajó en la Planeación para el Esta- Trayectoria profesional: Biólogo y Maestro en
blecimiento y Manejo de las Reservas de la Ciencias por la Facultad de Ciencias, unam.
a
Biosfera El Triunfo, La Encrucijada, El Ocote y Realizó el Doctorado en Ecología en la Universi-
La Sepultura, en el Instituto de Historia Natural dad de Leeds, Inglaterra. Es Investigador Titular
id
del Gobierno del estado de Chiapas en el “C” y director de Ecosur, Unidad San Cristóbal.
periodo 1987-1996. Director de la Reserva de la Imparte cátedras de Biología de la Conservación
b
Biosfera La Encrucijada (1997-2007), actual- y Ecología del Paisaje. Sus contribuciones cien-
mente Director Regional de la Región Frontera
Sur Istmo y Pacífico Sur que abarca Chiapas,
hi
tíficas y formación de recursos humanos van
encaminadas al estudio de la diversidad, diná-
ro
Oaxaca y parte de la Guerrero. Premio Michael mica y conservación de especies en ambientes
Batisse 2008 del Programa mab unesco, para el fragmentados y la ecología del paisaje.
Manejo de Reservas de la Biosfera.
.P
Institución: Instituto de Ciencias del Mar y Lim- sur-San Cristóbal de las Casas).
nología, unam. Correo electrónico: slevy@ecosur.mx.
ui
Maestría, Facultad de Ciencias, unam (1958- investigación se orienta hacia el rescate del cono-
1961), Doctorado, Facultad de Ciencias, unam cimiento ecológico tradicional y su aplicación para
(1958-1961). la restauración y conservación de la selva, así
n
a.
Universidad de Cantabria en España. Con dos de suelos, manejo de cuencas, transferencia de
trabajos en congresos internacionales y tres en tecnología, políticas públicas, desarrollo rural y
nt
nacionales. Becada y contratada por el Depar- economía de recursos naturales.
tamento de Ingeniería Química de la Universidad
ve
de Cantabria. Asistente de investigación en El López Cruz, Angelita
Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Chiapas,
México, donde participó en proyectos del área Institución: Escuela de Biología de la Universi-
su
de Ecología de los manglares y zona costera. dad de Ciencias y Artes de Chiapas-unicach.
Correo electrónico: perezfarreram@yahoo.com.mx
Lips, Karen R. Áreas de Interés: Botánica.
a
Trayectoria profesional: Realizó sus estudios en la
Institución: Southern Illinois University, Depar- escuela de biología actualmente desarrolla su tesis
id
ment of Biology. de licenciatura con estructura y composición del
Correo electrónico: klips@umd.edu. bosque tropical del pacifico de zonas bajas en la
b
Áreas de Interés: Ecología de anfibios y reptiles, reserva de la biosfera El Triunfo, Chiapas, México.
y declinación de las poblaciones de anfibios en
América Latina.
hi López León, Nora Patricia
ro
Trayectoria profesional: Bióloga egresada de la
Universidad del Sur de Florida y doctora por la Institución: Pronatura A.C.
Universidad de Miami. Investigadora de la Univer- Correo electrónico: norapll@pronaturasur.org
.P
anfibios y reptiles, a todos los niveles, desde Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
poblaciones, comunidades y ecosistemas, espe- Con maestría en manejo de fauna silvestre en el
ui
cialmente cuando las especies son afectadas por Instituto de Ecología, A. C.. Ha participado en
enfermedades infecciosas emergentes y el cambio proyectos de Ecología de primates; Efectos de
at
mente, tiene un mayor interés en las implicaciones Amazonia, Brasil. Actualmente trabaja en Pro-
políticas y éticas de las declinaciones de anfibios natura Sur para la región Selva Zoque. Ha par-
y en acciones globales para conservar a los anfi- ticipado en diversos congresos nacionales e
n
a.
Correo electrónico: slopezmendoza@yahoo. capítulos, artículos y ensayos de divulgación y,
com.mx. a participado como autor o editor de 10 libros
nt
Áreas de Interés: Ecología evolutiva y genética científicos. Fue Presidente de la Sociedad Botá-
de la conservación. nica de México y Vocal Ejecutivo (fundador) del
ve
Trayectoria profesional: Profesor de Evolución, Consejo nacional de la Flora de México, A.C.
en la Escuela de Biología de la unicach. Biólogo Ocupó los cargos académicos administrativos,
por la Facultad de Ciencias, unam, con estudios de Jefe de la Estación de Biología Tropical Los
su
de posgrado en el Instituto de Ecología de la Tuxtlas, de Jefe del Departamento de Botánica
unam, y una estancia de post doc en el Colegio y de Director del Instituto de Biología de la
de la Frontera Sur, Unidad San Cristóbal. unam. Actualmente es el Secretario Ejecutivo de
a
la Reserva Ecológica de Pedregal de San Ángel
López Molina, María Evangelina de Ciudad Universitaria.
id
Institución: Escuela de Biología de la Universi- Lucio Palacio, César Raziel
b
dad de Ciencias y Artes de Chiapas-unicach.
Correo electrónico: maryconyrendon@hotmail.com
Áreas de Interés: Botánica.
hi
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
sur-Unidad Tapachula).
ro
Trayectoria profesional: Realizó sus estudios en Correo electrónico: clucio@ecosur.mx; dhordin-
la escuela de biología del unicach y obtuvo el gur@hotmail.com; cesar_ecotur@yahoo.com
grado bióloga en el 2000. Ha participado y tra- Áreas de Interés: Aracnología, biodiversidad,
.P
por comunidades indígenas, especialmente con conservación para las aves y sus hábitats
grupos de mujeres. basado en información técnica y científica actua-
lizada de las poblaciones de aves y los ecosiste-
Luna Reyes, Roberto mas en que éstas habitan.
a.
Correo electrónico: rlr07@hotmail.com Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
Áreas de Interés: Sistemática, biogeografía y sur-San Cristóbal de Las Casas).
nt
conservación de anfibios y reptiles. Correo electrónico: rmariaca@ecosur.mx
Trayectoria profesional: Estudió Biología y la Áreas de Interés: Etnobiología.
ve
Maestría en la Facultad de Ciencias, unam. Actual- Trayectoria profesional: Ingeniero Agrónomo,
mente es investigador de la Semahn, y responsa- Maestro en Etnobotánica y Doctor en Antropolo-
ble de la Colección Herpetológica. Es profesor de gía Social. Estudia bajo un enfoque etnobiológico
su
las asignaturas de Biogeografía y Evolución en la el manejo y aprovechamiento de recursos natura-
Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad les por el pueblo maya pasado y actual. Es inves-
de Ciencias y Artes de Chiapas. Fue Presidente de tigador de Ecosur y jefe del departamento de
da
la Sociedad Herpetológica Mexicana, A. C. Tiene Gestión de los recursos naturales; Presidente de
15 publicaciones y ha participado en 22 congresos. la Sociedad Latinoamericana de Etnobiología y
Es investigador estatal Nivel II (sei-cocytech). de la Asociación Etnobiológica Mexicana. Miem-
bi
bro del Sistema Nacional de Investigadores (nivel
Luna-Cazáres, Lorena Mercedes 1) y del Sistema Estatal de Investigadores –Chia-
a.
Correo electrónico: nayeuci@yahoo.com.mx Trayectoria profesional: Bióloga por la Universi-
Áreas de Interés: Botánica. dad Veracruzana, realizó estudios de maestría y
nt
Trayectoria profesional: Realizó sus estudios en doctorado en la Universidad Autónoma de Nuevo
la escuela de biología, es profesor de la materia León. Desde 1988, se ha dedicado al estudio de
ve
de botánica II (gimnospermas) en la escuela de los ascomicetos, ha publicado más de 25 artícu-
biología y técnico académico del herbario Eizi los científicos y cuatro capítulos de libros.
Matuda del unicach. Actualmente desarrolla su
su
tesis de maestría estructura y composición de Melgarejo, Erika Daniela
epifitas en un gradiente de manejo forestal en
Cintalapa, Chiapas, México. Institución: Comisión Nacional para el Conoci-
a
miento y Uso de la Biodiversidad (conabio).
Martínez Ortega, Jorge Alfredo Correo electrónico: erika.melgarejo@conabio.
id
gob.mx
Institución: Secretaría de Medio Ambiente e Áreas de Interés: Planeación y gestión del terri-
b
Historia Natural (Semahn). torio, conservación de la biodiversidad y política
Correo electrónico: jamartinezortega@gmail.com
Áreas de Interés: Ecología y Conservación de
hi
ambiental.
Trayectoria profesional: Bióloga egresada de la
ro
aves. Facultad de Ciencias, unam, con posgrado en
Trayectoria profesional: Biólogo por la Benemé- gestión y planeación del territorio por la Univer-
rita Universidad Autónoma de Puebla. Ha cola- sidad Complutense de Madrid-Universidad de
.P
colabora en el monitoreo de aves en áreas nes Biológicas del Noroeste enfocada a la reso-
naturales protegidas, tanto federales como lución de conflictos ambientales, ordenación del
ui
estatales, del estado de Chiapas, primero para territorio y zonificación de Áreas Naturales Pro-
el Instituto de Historia Natural y Ecología (ihne tegidas. Actualmente, labora en la Comisión
at
a.
Correo electrónico: ivan_morenomolina@yahoo.
Institución: Universidad Intercultural del estado com.mx
nt
de Tabasco. Áreas de Interés: Taxonomía y conservación de
Correo electrónico: bety331@hotmail.com orquídeas.
ve
Áreas de Interés: Educación Ambiental, ecotu- Trayectoria profesional: Egresado de la Facultad
rismo y ecología de manglares. de Ciencias Biológicas de la Universidad de
Trayectoria profesional: En 1996 obtuvo la Ciencias y Artes de Chiapas (unicach), ha reali-
su
especialidad en Diagnóstico y Gestión Ambien- zado estudios sobre la flora orquideológica del
tal en Facultad de Ciencias Químicas de la Estado de Chiapas. Ha escrito artículos científi-
Universidad Veracruzana. De 2003 a 2005 cos sobre Ecología y Conservación de orquí-
a
realizó la maestría en Ciencias Biológicas en la deas, principalmente de aquellas catalogadas
División Académica de Ciencias Biológicas de como en peligro de extinción.
id
la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Becario Conacyt. Tesis de Maestría: “Estruc- Morfin Rios, Jorge
b
tura del manglar y uso del recurso natural en
cuatro localidades de la Reserva de Biosfera
“La Encrucijada” Chiapas. México. Universidad
hi
Institución: Centro de Investigaciones en Ecosis-
temas, unam.
ro
Juárez Autónoma de Tabasco. División Acadé- Correo electrónico: soteroqm@hotmail.com,
mica de Ciencias Biológicas. Actualmente es ambiofbc@prodigy.net.mx; ambiofb@prodigy.
profesor de medio tiempo en la Universidad net.mx.
.P
a.
Institución: Insituto de Biología, unam. Áreas de Interés: Florística y taxonomía de algas
Correo electrónico: naranjo@ibiologia.unam.mx; continentales.
nt
naranjo@servidor.unam.mx Trayectoria profesional: Licenciatura, Maestría y
Áreas de Interés: Malacología continental. Doctorado en la Facultad de Ciencias de la
ve
Trayectoria profesional: Egresada de Facultad Universidad Nacional Autónoma de México.
de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de Imparte cursos en licenciatura, posgrado y pro-
México. Realizó Posgrado Universidad de Ari- fesores en la unam. Sus investigaciones apoya-
su
zona. Es investigadora del Instituto de Biología, das por ucmexus-Conacyt, Conacyt y papiit-unam.
Curadora de Colección Nacional de Moluscos. Investiga sobre el Biodeterioro algal en monu-
Estudia taxonomía y biogeografía. Presentó 75 mentos arqueológicos mayas y Ficoflorística de
da
ponencias congresos nacionales e internaciona- ambientes kársticos en Yucatán y Quintana Roo.
les. Ha dirigido dos tesis licenciatura y posgrado. Ha dirigido ocho tesis de licenciatura y seis de
Ha publicado 35 artículos científicos, tres en Maestría. Ha publicado 17 artículos de investi-
bi
extenso memorias, 10 divulgación, 12 capítulos gación y 17 de difusión, y tiene 73 ponencias
libros. Ha editado un libro, memorias de un internacionales y nacionales.
hi
congreso y compilado trabajos en seminario.
Ocampo Cázares, Margarita
ro
Naranjo Piñera, Eduardo Juan
Institución: Pronatura A.C.
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco- Correo electrónico: margarita@pronatura-sur.org
.P
Silvestre (Universidad Nacional de Costa Rica). las reservas voluntarias Huitepec y Moxviquil
Es profesor de la Universidad de Ciencias y ubicadas en San Cristóbal de las Casas, Chia-
gr
Artes de Chiapas desde 1987, e investigador en pas. En 2002 estableció el programa conserva-
El Colegio de la Frontera Sur desde 1995. ción voluntaria en Pronatura Sur y hasta 2009
se dedicó a la promoción de los mecanismos
n
a.
Cuencas Hidrográficas. Participado en siete Sistema Nacional de Investigadores Nivel I.
artículos científicos y tres de divulgación.
nt
Perales Rivera, Hugo
Ovalles Damián, Ernesto
ve
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
Institución: Consultor independiente. sur-San Cristóbal de Las Casas).
Correo electrónico: ernest1313@hotmail.com Correo electrónico: hperales@ecosur.mx
su
Áreas de Interés: Peces fósiles. Áreas de Interés: Conservación de recursos gené-
Trayectoria profesional: Biólogo, con formación ticos agrícolas, etnobotánica, agroecología.
paleontológica y maestría en agroecología tropi- Trayectoria profesional: Agrónomo (itesm), Botá-
da
cal, coordinador de proyectos enfocados a la nico (Colegio de Postgraduados) y doctor en
producción de peces y protección de la biodiver- Ecología (Universidad de California, Davis).
sidad. Coordinó el proyecto Rescate del Patri- Actualmente es investigador en Ecosur (San
bi
monio Paleontológico de Chiapas del 2000 al Cristóbal) donde ha sido Jefe del Departamento
2008. En la actual Semahn ha participado con de Agroecología y Director del Área Académica
hi
ponencias en temas paleontológicos, en congre-
sos nacionales e internacionales. Ha publicado
de Sistemas de Producción Alternativos. Su
principal interés es el proceso evolutivo reciente
ro
escritos científicos y es el primer chiapaneco de las razas y variedades tradicionales de maíz en
que estudia los peces fósiles de la entidad. México. Ha publicado más de 30 artículos en
libros y revistas internacionales y nacionales y es
.P
Áreas de Interés: Desarrollo local y cambio tec- sur-San Cristóbal de las Casas).
nológico. Correo electrónico: stperez@ecosur.mx
at
regional, con un enfoque interdisciplinario. Actual- Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable, por
sió
mente estudia los Modos de Vida de las comuni- El Colegio de la Frontera Sur. Especializado en el
dades campesinas, los procesos de formación y manejo de recursos naturales, ha sido docente en
consolidación de organizaciones de productores, la uam, la unam, el itesm y la Unich. Profesional-
la formación de redes de cooperación y el diseño mente se ha desempeñado dentro de la adminis-
er
de política públicas para el desarrollo local. tración pública federal, en áreas relacionadas con
el ordenamiento ecológico y la conservación de los
V
a.
la Biodiversidad. Florística y vegetación de descentralizado para la gestión ambiental.
áreas naturales protegidas de Chiapas.
nt
Trayectoria profesional: Profesor de botánica Ponce Díaz, Pilar
desde 1995 e investigador de la escuela de
ve
Biología. Investigador nacional nivel I desde Institución: Facultad de Ciencias Agronómicas
2004. Desde 1998 es encargado del herbario (unicach).
Eizi Matuda de la escuela de Biología. Correo electrónico: pponce@unach.mx
su
Áreas de Interés: Recursos fitogenéticos tropicales.
Pérez Grovas, Garza Víctor Trayectoria profesional: Bióloga, Facultad de
Ciencias de la unam. Maestría en Genética (Cole-
da
Institución: Instituto para el Desarrollo Susten- gio de Postgraduados). Especialista en Recursos
table en Mesoamérica A.C. (Idesmac). Fitogenéticos y Doctora en Ciencias por Univer-
Correo electrónico: victorpgrovas@gmail.com sidad Politécnica de Madrid. Imparte cátedra de
bi
Áreas de Interés: Agroecología. Recursos Fitogenéticos y de Biotecnología en
Trayectoria profesional: Ingeniero agrónomo y Facultad de Ciencias Agronómicas, unicach. Líder
hi
Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regio-
nal por la Universidad Autónoma Chapingo.
del Cuerpo Académico Recursos Fitogenéticos
Tropicales y Directora de Posgrado de la unicach.
ro
Asesor de la Coordinadora de Pequeños Produc- Tiene diversas publicaciones, ha presentado
tores de Café de Chiapas, Coopcafé y de ponencias en foros nacionales e internacionales.
Comercio Justo México, A. C. Dirigido tesis de licenciatura y posgrado.
.P
Gestión Integral de la Cuenca Baja del Río Ayu- Forestales del Gobierno del Estado de Chiapas.
quila, (Gob. Jal.).
V
a.
sinas del Estado de Chiapas y participado en el proyecto de investigación en Jatropha sp. apo-
diseño y ejecución de diversos proyectos sobre yado por Conacyt-Fomix-Chiapas.
nt
Servicios ambientales y manejo del fuego. Es
coautor de 3 publicaciones. Ramírez García, Pedro
ve
Quintero Díaz, Gustavo Ernesto Institución: Insituto de Biología, unam.
Correo electrónico: armora9@gmail.com;
su
Institución: Universidad Autónoma de Aguasca- armora@servidor.unam.mx
lientes (uaa). Áreas de Interés: Ecología de comunidades de
Correo electrónico: gequintmx@yahoo.com.mx; plantas acuáticas, particularmente de pastos
da
gequintmx@hotmail.com marinos y manglares.
Áreas de Interés: Fauna silvestre y declinación Trayectoria profesional: Egresado de la Licencia-
de anfibios. tura en Biología de la Escuela Nacional de Estu-
bi
Trayectoria profesional: Biólogo de la Universi- dios Profesionales Zaragoza, unam (1983) y, de la
dad Autónoma de Aguascalientes. Maestro en Maestría en Ciencias (Biología), por la Facultad
hi
Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo
Rural en el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).
de Ciencias, unam en 1991.Ha publicado varios
artículos sobre ecología de comunidades de
ro
Técnico académico, Profesor de la Universidad plantas acuáticas en revistas nacionales arbitra-
Autónoma de Aguascalientes; Jefe del Departa- das y, en revistas internacionales indexadas,
mento de Zoología del imae. Coautor de dos principalmente sobre ecología de manglares y
.P
libros sobre Anfibios y Reptiles de Aguascalien- praderas de pastos marinos. Ha participado como
tes (1997 y 2005). Ha publicado 16 artículos autor en la publicación de manuales de campo y
internacionales y dos nacionales. Ha presentado laboratorio, capítulos de libros, y en libros sobre
ta
conabio, uicn y Red de Análisis para Anfibios Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
Neotropicales Amenazados. Evaluador de la uicn sur-San Cristóbal de Las Casas).
gr
a.
Ramírez Mota, Galtier Marcos de las aves neotropicales y sus hábitats.
Trayectoria profesional: Licenciatura de la unam
nt
Institución: Secretaría de Agricultura, Ganadería, (1990), Maestría en Ciencias PRMVS-UNA,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (sagarpa) Costa Rica (1995), y Doctorado en Ecología y
ve
Delegación Chiapas. Conservación UBC-Vancouver, Canadá (2005).
Correo electrónico: gmarcos_rm@yahoo.com.mx Actualmente investigador Titular en el Colegio
Áreas de Interés: Diversidad de aves, áreas natu- de la Frontera Sur. Como asistente e investiga-
su
rales protegidas y transformadas. dor en Ciqro-Ecosur, he realizado estudios diri-
Trayectoria profesional: Biólogo egresado de la gidos a entender los mecanismos que explican
Facultad de Biología de la Universidad de Cien- los patrones de distribución, abundancia, histo-
a
cias y Artes de Chiapas, 2008. Realizó investiga- ria de vida y comportamiento de poblaciones y
ción ornitológica en el Parque Nacional Cañón del comunidades de aves acuáticas y terrestres en
id
Sumidero, Chiapas, obteniendo su tesis de ecosistemas del sur de México y Costa Rica. Mi
licenciatura con el apoyo de la Semahn. meta es la investigación, educación y vinculación
b
en ecología, conservación y evolución de pobla-
Ramos A., Clara H. hi
ciones y comunidades de aves Neotropicales.
Mis intereses se centran en entender los facto-
ro
Institución: Consultor independiente. res y mecanismos que controlan o limitan las
Áreas de Interés: Taxonomía y florística. tasas de crecimiento poblacional e identificar las
Trayectoria profesional: Egresada de la Facultad características de historia de vida que les permi-
.P
de Ciencias, unam. Ha impartido clases en la ten a las aves responder a cambios ambientales
Universidad Veracruzana, la Universidad Autó- tanto naturales como inducidos por las activida-
noma Chapingo y la Universidad Nacional des humanas. Otro de mis propósitos es explorar
ta
labctyma@gmail.com com
sió
profesor investigador en la Escuela de Biología de les, como cursos, talleres y dos diplomados en
la unicach, responsable del Laboratorio de Cien- educación ambiental, además de participar en la
cias de la Tierra y Medio Ambiente, del Centro de elaboración del Plan Estatal de Educación
Monitoreo Volcanológico-Sismológico y del Plan Ambiental de Chiapas. Actualmente labora
Ambiental Universitario. Ha impulsado las Cien- como docente en el Colegio de Bachilleres del
cias de la Tierra y Medio Ambiente en la unicach. Estado de Chiapas.
422 La biodiversidad en Chiapas
a.
mica forestal bajo cambio climático, investiga- lidad y que abordan el enfoque de investigación
ción sobre gestión forestal en escenarios de biológica y social, así como también en la gestión
nt
cambio global. de la conservación de áreas de importancia
Trayectoria profesional: Licenciado en biología y socioambiental, en proyectos de diagnóstico
ve
doctor en Ecología actualmente es el director ambiental comunitario, recuperación de saberes
del Creaf (Centro de Investigación Ecológica y ambientales y elaboración de programas de
Aplicaciones Forestales) ubicado en Barcelona, manejo de Áreas Naturales Protegidas. En el
su
España. Ha trabajado extensamente en ecología tema de la difusión, ha participado en el periódico
del fuego en ecosistemas mediterráneos, en El Heraldo de Chiapas y el semanario Sal Lunes
aspectos relacionados con estrategias reproduc- donde escribe artículos relacionados con el medio
a
tivas después de incendios intensos, en carac- ambiente. Ha participado como voluntaria en
terización de la estructura forestal y su rol como diversas organizaciones como Women’s Global
id
condicionante de la severidad de un incendio. En Network for Reproductive Rights (wgnrr) en
la última década el Dr. Retana está trabajando Amsterdam, Holanda, y el Zoológico Miguel
b
intensamente en temas de carbono forestal y Álvarez del Toro en Chiapas, México.
aspectos diversos de dinámica forestal y cambio
climático en regiones mediterráneas.
hi Riechers Pérez, Alejandra
ro
Reyes Escutia, Felipe Institución: Secretaría de Medio Ambiente e
Historia Natural (Semahn).
.P
jara. Doctor Cum Lauden Universidad Autónoma noma de Chiapas. Desde 1998 ha sido responsa-
de Madrid. Coordinador del Laboratorio-Taller ble de la Colección Mastozoológica del Instituto de
gr
Investigadores. Líder del Cuerpo Académico sorado tesis de licenciatura, y ha publicado contri-
Conservación y Biodiversidad. 18 publicaciones buciones científicas y de divulgación.
académicas. Premio Estatal de Protección
Ambiental 1999. Miembro de siete asociaciones Rivera Velásquez, Gustavo
er
a.
artrópodos, limnología y acuicultura. Es respon- Trayectoria profesional: Bióloga, Universidad de
sable del Laboratorio de evaluación pesquera y Ciencias y Artes de Chiapas. Colaboró desde el
nt
acuicultura donde realiza estudios para la evalua- 2000 con el Instituto de Historia Natural, cen-
ción de pesquerías y de aspectos relacionados al trando su interés en la Clase Insecta (Coleoptera
ve
crecimiento de especies nativas en cautiverio. y Lepidoptera). Ha realizado actividades de
difusión y educación ambiental en las áreas natu-
Rodiles Hernández, Rocío rales estatales. Actualmente cursa la Maestría en
su
Ecosur, y su tesis se centra en estudiar aspectos
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco- relacionados con la respuesta de distintos grupos
sur-San Cristóbal de Las Casas). funcionales de insectos a los cambios en la com-
da
Correo electrónico: rrodiles@sclc.ecosur.mx posición del hábitat.
Áreas de Interés: Ictiología.
Trayectoria profesional: Bióloga y Doctora en Román Cuesta, Rosa María
bi
Ciencias (Biología) por la Facultad de Ciencias de
la unam. Con estudios posdoctorales en la Aca- Institución: Universidad Técnica de Munich (tum).
hi
demia de Ciencias de Filadelfia y en la Universi-
dad de Texas. Se desempeña como Investigadora
Correo electrónico: sucre3@yahoo.com
Áreas de Interés: Manejo del fuego.
ro
Titular, adscrita al Departamento de Ecología y Trayectoria profesional: Finalizó su doctorado en
Sistemática Acuática y responsable de la Colec- la Universidad Autónoma de Barcelona-Creaf,
ción de Peces (ECOSC) de San Cristóbal en en el 2002, con una beca de la Unión Europea.
.P
maestría y doctorado. Ha presentado 30 ponen- que los originan. Rosa María tiene especial
cias en congresos, publicado 27 contribuciones interés en la situación del fuego en Áreas Natu-
ui
manejo de fuego. Ha ejecutado proyectos de inves- de recursos forestales, así como en la arboricultura
tigación y de gestión interinstitucional en el Norte urbana, la evaluación del conocimiento ecológico
de México y el Estado de Chiapas, en el Instituto tradicional y la restauración ecológica. Ha llevado
Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y a cabo numerosos inventarios de recursos natura-
Pecuarias (inifap) y en Pronatura Chiapas A.C. les y proyectos relacionados con la silvicultura.
424 La biodiversidad en Chiapas
Rosales Esquinca, María de los gio de la Frontera Sur (Ecosur). Obtuvo su grado
Ángeles de maestría en ciencias en recursos naturales y
desarrollo rural en 2001; en 2007, en la misma
Institución: Facultad de Ciencias Agronómicas institución, realizó la especialidad en desarrollo
(unach). ecológico de plantaciones forestales, con orienta-
Correo electrónico: pponce@unach.mx ción en restauración ecológica. Desde 1995 ha
Áreas de Interés: Bioquímica y microbiología, participado en diversos proyectos de investigación
a.
conservación, caracterización y sanidad de en temas de ecología de aves, restauración, agro-
especies vegetales. forestería y conservación de la biodiversidad en
nt
Trayectoria profesional: Egresada Escuela Nacional varias instituciones del país. Actualmente, parti-
de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico cipa como investigadora asociada en Ecosur en
ve
Nacional. Maestría y Doctorado en Ciencias en la proyectos de innovación socioambiental en dife-
misma institución. Profesora-investigadora de la rentes regiones de Chiapas.
Facultad de Ciencias Agronómicas (unach). Imparte
su
cátedras de Bioquímica y Microbiología. Responsa- Ruíz de la Oña, Plaza Celia
ble del Laboratorio de Recursos Fitogenéticos,
estudia aspectos relacionados con la conservación, Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
a
caracterización y sanidad de especies vegetales. sur-San Cristóbal de Las Casas).
Miembro del Sistema Estatal de Investigadores. Ha Correo electrónico: celia_ruizdeona@yahoo.com
id
dirigido seis tesis de licenciatura y responsable de Áreas de Interés: Estrategias de conservación y
un proyecto de investigación sobre propagación de gestión de los recursos naturales, gobernanza
b
timpinchile, apoyado por el siinv-unach ambiental, desarrollo sustentable, sistemas agro-
Naturales y Desarrollo Rural por Ecosur. Actual- en RRII y política medioambiental en A.L. UPV.
mente es Profesor en la Facultad de Ciencias 2007. Proyecto Estufas Ahorradoras de Leña en
at
a.
egresada de la Universidad Autónoma de Chia- rrollo Rural (colpos), con especialidad de Evalua-
pas. Estudió una Maestría en Agroecología ción de Políticas Públicas. Desde marzo de1993
nt
Tropical. Laboró en la Cooperativa de Pimienta es investigador de tiempo completo. Actual-
Jotiquetz de Copainalá, lo que le dio una amplia mente Titular B en El Colegio de la Frontera Sur.
ve
visión sobre este recurso y actualmente trabaja Miembro del sni Nivel i desde el año 2001.
en el Instituto de Bioenergéticos y Energías
Alternativas del estado, en torno al cultivo de Sánchez Cortés, María Silvia
su
piñón (Jatropha curcas L.)
Institución: Escuela de Biología de la Universi-
Saldívar Moreno, Antonio dad de Ciencias y Artes de Chiapas-unicach.
a
Correo electrónico: mariasilviasc@hotmail.com
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco- Áreas de Interés: Percepciones ambientales,
id
sur-San Cristóbal de Las Casas). representaciones sociales de cambio climático,
Correo electrónico: asaldivar@ecosur.mx educación ambiental y enseñanza de la ciencia.
b
Áreas de Interés: Educación y participación social. Trayectoria profesional: Bióloga de la Facultad
Trayectoria profesional: Geógrafo por la unam
estudió la Maestría en Desarrollo Rural en Cha-
hi
de Ciencias de la unam. Realizó una Maestría en
Educación Ambiental en la Universidad de Gua-
ro
pingo; realizó estudios de Doctorado en la Uni- dalajara. Doctora en Ciencias Biológicas por la
versidad de Salamanca, España. Investigador unam, Profesora de la Escuela de Biología de la
Línea Culturas y educación, profesor cursos unicach, donde imparte las asignaturas de His-
.P
Pobreza y desarrollo sustentable y Acción social toria y Filosofía de la Ciencia, Modelos alterna-
y educación en Ecosur. Es Director Innovación tivos de investigación y Seminario de investiga-
educativa (antes Casa ciencia). Ha escrito cinco ción. Colaboradora del Laboratorio de Ciencia
ta
artículos arbitrados y siete de divulgación, siete y Sociedad. Ha dirigido siete tesis de licencia-
capítulos y dos libros sobre temas de educación tura, es integrante del Cuerpo Académico
ui
Profesor Definitivo, Facultad de Ciencias. sni ii. Trayectoria profesional: Participación en la restaura-
Trabajos científicos publicados en revistas indiza- ción de áreas degradas en la Comunidad de Nueva
V
das: 92. Docencia: licenciatura y posgrado. Palestina, Selva Lacandona, Ocosingo, Chiapas.
a.
llo forestal sustentable, pago por servicios como investigadora en el Consejo Nacional de
ambientales y formas de asociación colectiva. Investigación de Italia. Ha realizado una estancia
nt
Ha trabajado en el sector de organizaciones no de investigación en el Colegio de la Frontera Sur
gubernamentales como el cemda A.C. y actual- (Ecosur). Actualmente es estudiante del docto-
ve
mente es socia fundadora de Enlace, legislación, rado en Análisis y Gobernanza del Desarrollo
ambiente y sociedad S.C. Sustentable de la Escuela de Estudios Avanza-
dos en Venecia (ssav), Italia.
su
Santiago Marroquín, Geremías
Solís Marín, Francisco Alonso
Institución: Facultad de Ciencias Agronómicas
da
(unach). Institución: Instituto de Ciencias del Mar y Lim-
Correo electrónico: pponce@unach.mx nología, unam.
Áreas de Interés: Conservación de recursos Correo electrónico: fasolis@icmyl.unam.mx
bi
fitogenéticos. Áreas de Interés: Taxonomía alfa y molecular de
Trayectoria profesional: Ingeniero Agrónomo equinodermos ecología de equinodermos equi-
egresado de la Universidad Autónoma de Chia-
pas. Realizó una Maestría en Agroecología Tro-
hi
nodermos de mar profundo.
Trayectoria profesional: Estudió su licenciatura
ro
pical y es una persona muy interesada en el en la Univ. Michoacana de San Nicolás de
conocimiento y conservación de los recursos Hidalgo, su maestría en la Facultad de Ciencias
fitogenéticos de la Depresión Central de Chia- unam , y su doctorado en la University of
.P
Soria Barreto, Miriam Carolina del Norte en Chapel Hill. Hasta 2005
trabajó en el Colegio de Postgraduados y
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco- desde 2006 se incorporó al Instituto de Biolo-
sur-San Cristóbal de Las Casas). gía, unam. Una de sus líneas de investigación
Correo electrónico: rrodiles@ecosur.mx es la anatomía sistemática de diversos grupos
Áreas de Interés: Biología, ecología y taxonomía de plantas, principalmente la familia Cacta-
de peces. ceae. Tiene 68 publicaciones y 23 estudiantes
a.
Trayectoria profesional: Bióloga y Maestra en de posgrado graduados.
Ciencias por la Escuela Nacional de Ciencias
nt
Biológicas del Instituto Politécnico Nacional. Tevera Acuña, María del Carmen
Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo
ve
Sustentable en El Colegio de la Frontera Sur Institución: Colegio de Bachilleres de Chiapas,
(Ecosur). Ha presentado 15 ponencias en con- plantel 35 Tuxtla Norte, (Cobach 35).
gresos nacionales e internacionales, publicado Correo electrónico: acutevera@hotmail.com
su
seis artículos científicos y participados en cinco Áreas de Interés: Educación ambiental para la
proyectos de investigación. sustentabilidad, trabajo comunitario y trabajo
con jóvenes de educación media superior.
Soto Galera, Eduardo
a
Trayectoria profesional: Docente de nivel bachi-
llerato, fundadora del programa de brigadas
id
Institución: Escuela Nacional de Ciencias Biológi- ecológicas juveniles para el Colegio de Bachille-
cas (encb-ipn). res de Chiapas, colaboradora del Plan Estatal de
b
Trayectoria profesional: Licenciatura en Biología Educación Ambiental para el Estado de Chiapas,
en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas,
ipn (1982-1987). Realizó su Maestría en Ecolo-
hi
miembro del Grupo de Educadores Ambientales
de Chiapas (geam), coautora del Manual de
ro
gía en la misma institución (1990-1993). Profe- Manejo Integral de Residuos Sólidos Urbanos,
sor Titular “B” Depto. de Zoología y del Pos- Escuela Limpia en Chiapas editado por la Semar-
grado en Biociencias de la Escuela Nacional de nat, Delegación Federal en el año 2007.
.P
Ciencias Biológicas.
Tinoco Ojanguren, Rolando
Soto Pinto, Lorena
ta
Trayectoria profesional: Investigadora del Dpto. Trayectoria profesional: Ingeniero agrónomo por
de Agroecología de El Colegio de la Frontera Sur la Universidad Autónoma de México. Maestro
(Ecosur) realiza investigación en café y captura en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo
n
de carbono. Profesora del curso de Agroforeste- Rural del El Colegio de la Frontera Sur. Técnico
sió
ría. Directora del Area de Sistemas de Produc- Académico Titular del Área Académica Socie-
ción de Ecosur. dad, Cultura y Salud. Sus temas de interés han
sido las representaciones sociales de la pobreza,
Terrazas Salgado, Teresa del género, la sustentabilidad y el ambiente.
er
a.
sustentable, pago por servicios ambientales. Experiencia laboral: sig, manejo de recursos
naturales y desarrollo rural participando en los
nt
Tovilla Hernández, Cristian proyectos “Ordenamiento ecológico territorial
de la Cuenca de Burgos”, LabSIG-itesm; “sig
ve
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco- de las uma del noreste de México”, Angadi;
sur-Unidad Tapachula). “Evaluación de sustentabilidad socioeconó-
Correo electrónico: ctovilla@ecosur.mx; cristian. mica y ambiental de los cultivos más viables
su
tovilla@uca.es para la producción de biocombustibles en
Áreas de Interés: Aprovechamiento y manejo de México”, uach; “Evaluación de la contribución
recursos acuáticos y pesquerías artesanales. de las uma al aprovechamiento sustentable y
da
Trayectoria profesional: Egresado Universidad la conservación de la vida silvestre de la
Autónoma Metropolitana, maestría y docto- región noreste del país”, LabSIG-itesm/Semar-
rado por la Facultad de Ciencias, unam . nat/conabio y actualmente, como analista de
bi
Imparte en postgrado de Ecosur las materias: Enlace y Estudios de Biodiversidad, conabio.
Ecología General y Vegetación Costera, dirige
hi
el Laboratorio de Ecología de Manglares y
Zona Costera, donde realiza estudios sobre
Vandame, Rémy
ro
ecología, conservación, manejo y restauración Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco-
de humedales costeros, con énfasis en man- sur-San Cristóbal de Las Casas).
glares. Ha presentado siete ponencias en Correo electrónico: remy@ecosur.mx
.P
Institución: El Colegio de la Frontera Sur (Eco- temas desde la ecología evolutiva hasta elabo-
sur-San Cristóbal de Las Casas). ración de estrategias de desarrollo para produc-
gr
a.
pas, donde colaboró en numerosos proyectos de
Velázquez Velázquez, Ernesto investigación. Actualmente labora en la Direc-
nt
ción de Paleontología de la Semahn.
Institución: Escuela de Biología de la Universi-
ve
dad de Ciencias y Artes de Chiapas-unicach. Vidal Rodríguez, Rosa María
Correo electrónico: er_velazquez@yahoo.com
Áreas de Interés: Taxonomía, ecología y conser- Institución: Pronatura A.C.
su
vación de peces. Correo electrónico: rosavidal@pronatura-sur.org
Trayectoria profesional: Biólogo por unicach; Áreas de Interés: Conservación de aves.
Maestría en Manejo de Recursos Naturales y Trayectoria profesional: Fundadora y Directora de
da
Desarrollo Rural (Ecosur) y Dr. en Ciencias Mari- Pronatura Chiapas A.C., ha promovido y partici-
nas, Cinvestav. Miembro del Sistema Estatal de pado en la formación de diversas organizaciones
Investigadores (sei:i); Profesorinvestigador de la y redes, como el Consejo Civil para la Cafeticul-
bi
Escuela de Biología de la unicach, imparte cáte- tura Sustentable, el Fondo de Conservación el
dras de Biología Pesquera y Zoología de vertebra- Triunfo, y el Centro de Formación para la Susten-
dos. Coordinador del Museo de Zoología y curador
de la colección Ictiológica. Ha dirigido 13 tesis de
hi
tabilidad Moxviquil. Miembro del Comité nabci-
México, Directora del Programa Nacional de
ro
licenciatura, coordinado varios proyectos de inves- Aves de Pronatura y Birdlife. Ha coordinado
tigación y publicado 13 trabajos científicos. diversos proyectos en campos relacionados a los
temas forestales, conservación, género y pobla-
.P
gico de Tuxtla. Cursa Maestría en Ingeniería del Institución: Centro de Estudios Superiores de
Medio Ambiente. Profesor de medio tiempo, México y Centroamérica (cesmeca-unicach).
imparte cursos en Ingeniería ambiental: Intro- Correo electrónico: gasoda_2000@yahoo.com.mx
n
ducción a Ingeniería ambiental, Evaluación del Áreas de Interés: Desarrollo, desarrollo rural,
sió
diversos proyectos y estudios ambientales. investigador titular del Centro de Estudios Supe-
Miembro activo de la red nacional de promotores riores de México y Centroamérica, de la Univer-
V
a.
regionales como el Proyecto Mesoamérica. Gran Bretaña. Es Investigador Titular C y Cura-
Recientemente, ha conformado un grupo de tra- dor de las colecciones vivas del Jardín Botánico
nt
bajo multidisciplinario para estudiar las migracio- Fco. J. Clavijero, Instituto de Ecología, A.C.,
nes internacionales en la Frontera Sur de México. Xalapa, Ver., e Investigador Nacional Nivel ii. En
ve
Imparte docencia en la maestría y doctorado del el 2003 gano el Premio Estatal (Gobierno del
Centro de Estudios Superiores de México y Cen- estado Veracruz) de Medio Ambiente en la cate-
troamérica de la unicach. goría Académico. Su desarrollo académico se ha
su
centrado en la sistemática vegetal (cicadáceas),
Villalobos Sánchez, Gontrán ecología, conservación en jardines botánicos.
a
Institución: Instituto para el Desarrollo Susten-
table en Mesoamérica A.C., Idesmac.
id
Correo electrónico: gvillalobos@idesmac.org.mx Institución: Facultad de Ciencias Agronómicas,
Áreas de Interés: Ordenamiento y desarrollo (unach).
b
territorial, sig, y manejo integral de riesgos. Correo electrónico: rector@upchiapas.edu.mx
Trayectoria profesional: Egresado del Colegio de
Geografía de la unam, finaliza la maestría en
hi
Areas de Interés: Agronomía, recursos fitogené-
ticos.
ro
Desarrollo Rural Regional en la Universidad Trayectoria profesional: Ingeniero Agrónomo,
Autónoma Chapingo. Cuenta con amplia expe- Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.
riencia en procesos de ordenamiento ecológico Maestría en Fitopatología en el Colegio de
.P
pas, (inifap).
sió
a.
nt
ve
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a
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b
hi
ro
.P
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at
gr
n
sió
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ve
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a.
a.
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ve
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a
b id
hi
ro
.P
ta
ui
at
gr
n
Volumen II