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234 AMISTADES, COMPADRAZGO Y CLIENTELISMO

que, por lo demás, el sistema se revelaba incapaz de proponer; antes bien,


el estudio de la carrera profesional de esos oficiales muestra que lo que ob-
tenían de dicho sistema se traducía sobre todo en la forma de ventajas y
honores para su grupo familiar. V. SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE
Con todo, ésa no era la opinión del poder español, preocupado muy
pronto por imponer una concepción más profesional al ejercicio de ese
tipo de cargo. El proyecto administrativo metropolitano se estructuraba EL ESTUDIO de las instituciones de la Real Hacienda ha revelado la importan-
en torno a principios como centralización, profesionalización o, también, cia de las fallas que esas instituciones ocultaban. A pesar de las estructuras
racionalización. ¿Debe entonces sorprendernos por su modernidad tal relativamente complejas y de las instancias de supervisión institucionaliza-
visión del oficial y su oficio? En realidad, esas decisiones eran únicamente das, el rasgo predominante seguía siendo con toda claridad la autonomía
la aplicación y adaptación a la administración de la Real Hacienda de la profesional de los oficiales que poblaban la burocracia colonial; sin embar-
Nueva España de los principios que a partir del final de la guerra de su- go, ese principio no podría bastar para explicar completamente las dificul-
cesión se extendieron a la administración metropolitana; sin embargo, tades de funcionamiento de la administración colonial. En ellas intervenían
donde se debe buscar la razón profunda de la difícil aplicación de las adap- otros mecanismos sociales que daban a los comportamientos delictuosos,
taciones deseadas es en ese foso, ahondado día tras día a todo lo largo del hasta entonces simples yuxtaposiciones de numerosas historias individua-
siglo, que inexorablemente alejaba del poder metropolitano a los oficiales les, toda su amplitud y significación, por lo qué, independientemente de
de la Real Hacienda de la Nueva España. El establecimiento del nuevo sis- los aspectos por esencia personales, propios de toda historia del comporta-
tema de contratación, basado en criterios de selección y promoción que miento individual o de la vida privada, no se pueden pasar por alto las im-
respondían a los objetivos establecidos, no podía hacer nada contra ello. plicaciones colectivas que otorgan su sentido profundo a las decisiones
Una vez en el cargo, el novel oficial de la Real Hacienda revestía el oropel más subjetivas. Consecuentemente, en el caso de las sociedades del Anti-
de sus predecesores y reanudaba casi inexorablemente sus prácticas, su guo Régimen, el peso determinante del grupo familiar impone a esta re-
comportamiento y sus intereses; pero lo más grave fue que, finalmente, los flexión una digresión respecto a esa estructura social fundamental, 1 ya que
efectos de la nueva política administrativa se volvieron, antes bien que con- la pertenencia a ese grupo determinaba una buena parte de las decisiones
tra sus agentes, contra la propia institución, a la que contribuyó a desorga- de cada uno de sus miembros, so riesgo de excluirse de él; dilema cuya re-
nizar y desacreditar. Con el paso del tiempo, los oficiales de la Real Hacien- sonancia se ve reflejada en la producción literaria de los siglos XVII y XVIII,
da, rebeldes a las nuevas concepciones administrativas de los Barbones, se que se elaboró hasta el exceso sobre la base de las contradicciones entre la
verían sustituidos por la elaboración de proyectos de reorganización admi- aspiración individual y la necesaria sumisión a la ley del grupo.
nistrativa mucho más profundos, cuya punta de lanza fue la intendencia.
Mientras tanto, el grupo que constituían los oficiales de la Real Hacienda,
sus parientes, amigos, protegidos y protectores, se las arreglaba para sacar LAS REDES RELACIONALES: FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y CONCEPTUALES2
el mejor partido del poder que ejercía uno de los suyos.
Los documentos de la época bautizaron con el nombre de "familia" al grupo
constituido por la parentela, de peso decisivo en la vida de sus miembros;

I La bibliografía sobre el tema es copiosa desde hace una treintena de años; sus precurso-
res fueron J. L. Flandrin, P. Laslett y Laurence Stone, en los años de 1970; por su parte, R. M.
Netting, R. R. Wilk y E. J. Arnold (coords.), Households, Comparative and Historical Studies of
the Domestic Groups, Berkeley, 1984, ofrecen una síntesis de los numerosos trabajos.
2 Las reflexiones que siguen, así como algunos de los ejemplos desarrollados, fueron toma-

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SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 237

sin embargo, es necesario preguntarse sobre el sentido que se daba a ese


término, de contenido particularmente amplio y polisémico. A comienzos
del siglo XVII, Jean Nicot identificaba "familia" con "grupo de parentesco";
un siglo más tarde, Antaine Furetiere también retomaba esa asimilación,
aun cuando su definición no se limitaba a ese sentido único. En castellano,
de la misma manera, la familia se comprendía en esa época como sinóni-
mo de linaje o de parentesco; tal era notablemente, también a comienzos
del siglo XVII, la opinión de Sebastián de Covarrubias, quien escribía: "Ya
no solo debaxo deste nombre se comprenden los hijos, pero también los
padres y los abuelos y los demás ascendientes dellinage". 3
Ahora bien, Antaine Furetiere agrega a esa significación una segunda,
calificada como "común", al introducir la noción de dependencia con res-
pecto a quien "alimenta" a los que viven bajo su techo. La familia aparece
entonces como una asociación de dos tipos de solidaridad: la de la sangre
o el apellido y la del pan compartido.
Lo anterior muestra el grado en que, en la sociedad moderna occiden-
tal, el individuo se concebía como profundamente inserto en un tejido de
vínculos familiares a los que le era difícil y, más todavía, riesgoso escapar;
porque si bien la "familia" de estilo antiguo se revelaba constrictiva, tam-
bién procuraba protección, apoyo o ayuda frente a las amenazas o dificul-
tades de todo género. En el Antiguo Régimen, en consecuencia, la movili-
dad social, tanto ascendente como descendente, no se limitaba a un solo
individuo o a sli familia restringida en el sentido contemporáneo del tér-
mino; también repercutía, en forma de ventajas o desventajas, en el con-
junto de los miembros de su "linaje". 4 En el caso de la península ibérica de
das de una primera contribución a una obra colectiva llevada a cabo en el marco del grupo de
trabajo del GRAI./cNRs sobre las sociedades coloniales mesoamericanas, publicada bajo el título
de Pouvoirs et déviances en Méso-Amérique du xvt' au xvut" siecles, Michel Bertrand (coord.),
G. Baudot, M.·c. Arnauld y Frédérique Langue, PUM, Toulouse, 1998, col. Hespéride, 150 pp.
(la traducción al español fue publicada en coedición por Siglo XXI!cEMCA, México, 1998).
3 Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española [1611], Turner, Ma-

drid, 1977, p. 584.


4 Todos los estudios referentes a la ascensión social en las sociedades del Antiguo Régimen

ponen de manifiesto el aspecto colectivo siempre inherente a esas empresas, en las que se
corre el riesgo de ver únicamente una yuxtaposición de episodios individuales. La bibliografía
sobre esas cuestiones es copiosa y en todas las obras referentes a las élites locales francesas
e italianas se ha demostrado la función estratégica de la dimensión relativa al parentesco en
esos fenómenos sociales. Sólo a manera de ejemplo, el lector se puede remitir a los siguien-
FIGURA V. l. Uniforme diseñado para los oficiales de la aduana
tes trabajos: Christian Maurel, "Les solidarités lignageres a Marseille au xv" siecle: autour de
de la ciudad de México a finales del siglo XVIII,' Archivo General de Indias,
l'ascension sociale des Forbin", Annales ESC, 41, núm. 3, mayo-junio de 1986, pp. 657-681; M.
Uniformes, 144, México. A. Visceglia, "Un groupe social ambigu: organisation, stratégie et représentation des nobles
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los siglos XVII y XVIII, los estudios referentes al mundo de las élites ilustran blecimiento de nuevos vínculos de parentesco mantenía sin duda toda su
plenamente la importancia de ese anclaje familiar en los fenómenos de mo- importancia; sin embargo, aun cuando sólo fuere por el tiempo que era ne-
vilidad social. 5 Y de ese modelo social y familiar hispánico -y, más general- cesario invertir para el establecimiento de sus relaciones, el emigrado no
mente, occidental, por lo demás- dependía plenamente el mundo de las podía esperar su integración únicamente de las relaciones que debía rein-
élites coloniales hispanoamericanas; tal es sin duda alguna la primera con- ventar o reconstruir, por lo que, a pesar de su importancia, no pudieron ser
clusión que imponen los numerosos estudios referentes a esas élites, estu- exclusivas en la creación del nuevo marco relacional que imponía el fenó-
dios que confirman la presencia y el funcionamiento de dicho modelo. 6 meno migratorio. En el marco hispanoamericano, esta observación alienta
Con todo, esos trabajos insisten primordialmente en la acepción de la a ampliar las herramientas conceptuales que permitan analizar el medio
palabra "familia" referida al parentesco. Ahora bien, aun cuando es cierto ambiente relacional de los emigrantes españoles y, muy particularmente, el
que la constitución y la viabilidad de las estructuras familiares de ese tipo de los oficiales reales. Apoyándose directamente en la acepción propuesta
no representaban para los criollos obstáculo alguno en particular, ¿qué ocu- por Sebastián de Covarrubias -que recuerda con claridad a la familia
rría a ese respecto en el caso de los metropolitanos recientemente desem- romana-, será necesario recurrir más bien a una definición que englobe el
barcados en América? Es verdad que el esquema que propuso David Bra- concepto de familia asimilado al "linaje", pero que también englobe mucho
ding para los comerciantes de México ofrece una respuesta funcional en el más que ese único concepto; así, a las relaciones familiares ampliadas, en
caso de ese grupo social;7 sin embargo, ¿qué ocurría en el caso de los otros parte más informales, puesto que se fundamentaban tanto en la sangre co-
inmigrantes españoles y, muy particularmente, en el de los oficiales del mo en la dependencia, se les calificará como redes de parentesco o, mejor
rey? Elegidos y nombrados desde Madrid por su carencia de vínculos fami- aún, de sociabilidad; y, a través de esas redes, se buscará comprender el me-
liares conocidos con la región a que se les asignaba, ¿recreaban, ya en el dio ambiente social en que se insertaban los oficiales de la Real Hacienda
lugar, la estructura familiar que habían dejado en la metrópoli?, y, si era provenientes de la metrópoli, zambl.dlidos brutalmente, por el simple hecho
así, ¿bajo qué formas y mediante qué recursos lo hacían? Es cierto que su de su nombramiento, en un medio extraño. El objetivo consistirá en recons-
partida no significaba de ninguna manera una ruptura total y definitiva truir los vínculos que tejieron los oficiales de la Real Hacienda con el medio
con su medio ambiente familiar ni con su parentela originales; sin embar- local al que se integraron y sobre el que actuaron. ¿De qué naturaleza eran?
go, tanto la demora impuesta por las distancias como las reglas naturales ¿Cuáles eran las bases de su funcionamiento? ¿Cómo se estructuraban? ¿Qué
de la vida social hacían necesario que esos expatriados construyeran un finalidades perseguían? Para aportar respuestas a estas interrogantes, la in-
nuevo medio ambiente familiar en América. vestigación se llevó a cabo a partir del concepto central de las redes, que
En la construcción del nuevo entorno donde poder apoyarse, el esta- presupone la existencia de un verdadero sistema de relaciones cuya disec-
ción debe permitir arrojar luz sobre su lógica interna. Además, indepen-
napolitains", Annales ESC, núm. 4, julio-octubre de 1993, pp. 819-851, y Guy Chaussinand- dientemente de las estructuras y los modos de funcionamiento de las redes
Nogaret, Histoire des élites en France du xvl'au xx" siecles, Pluriel, París, 1991. de sociabilidad en el mundo hispanoamericano, de lo que se trata es de pro-
5
Juan Luis Castellano (coord.), Sociedad, administración y poder en la España del Antiguo
Régimen, Granada, 1996, y J. Montemayor, "Municipalité et chapitre cathédral au creur de poner una reflexión sobre la capacidad de las élites locales para integrar y
l'ascension sociale a Tolede (1521-1700)", en Jean-Pierre Amalric (coord.), Pouvoirs et société asimilar a los recién llegados. En sustitución de la rígida división que opone
dans l'Espagne modeme, Hommage aBartolomé Bennassar, Toulouse, 1993. uniformemente a criollos y peninsulares, se sugiere una visión más flexible,
6
En un artículo, Frédérique Langue elabora un balance de las principales orientaciones de
las investigaciones en ese campo: "Las élites en América española, actitudes y mentalidades",
más compleja y que, sobre todo, se inserta en la dinámica familiar.
Boletín Americanista, año 33, núms. 42-43, Barcelona, 1992-1993, pp. 123-129. Por su parte, Por red de sociabilidad se entiende el conjunto permanente o temporal
en un trabajo más antiguo, si bien de pretensiones más exhaustivas, Fred Bronner establece de vínculos de naturaleza diversa que unen a los individuos entre sí. 8 Esas
un estado de las orientaciones, métodos y debates que nutren las investigaciones llevadas a
cabo sobre ese tema: "Urban Society in Colonial Spanish America: Research Trends", Latín 8 Christiane Klapisch-Zuber, La Maison et le nom. Stratégies et rituels dans l'Italie de la Re-

American Research Review, vol. 21, núm. 1, 1986, pp. 7-72. naissance, París, 1990; respecto a la cuestión de las redes, se puede ver más específicamente el
7
David Brading, Miners and Merchants in Bourbon Mexico (1763-1810), Cambridge, 1971. capítulo 3 de la obra mencionada, en el que se retoma un artículo anterior titulado "Parenti,
240 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 241

relaciones constituyen una verdadera organización social que engloba a la nales complementarias. Las primeras se constituían en el seno de la fami-
totalidad de los individuos implicados. En primer lugar, suponen la exis- lia o linaje y estaban centradas en torno a un apellido, un lugar de origen
tencia entre los participantes de relaciones de solidaridad análogas a las común incluso lejano y, en ocasiones, un patrimonio organizado en mayo-
que funcionan en un linaje, pero, a diferencia de lo que ocurre en éste, esas razgo. En el seno de ese grupo de parentesco, las relaciones tenían tenden-
redes integran a los individuos a través de vínculos de dependencia. El cia a desarrollarse lateralmente mediante el recurso a las alianzas matri-
conjunto de esos vínculos -de parentesco y de dependencia- permite mo- moniales, que no eran exclusivamente endogámicas, mediante el recurso a
vilizar a los relevos necesarios para la obtención de resultados interesan- parientes o primos para asegurar la continuidad familiar o patrimonial,
tes, si no directa y simultáneamente a la totalidad de sus miembros, al me- mediante la transmisión de beneficios y fundaciones con finalidades reli-
nos a una fracción más o menos importante de ellos. Tal actividad se giosas a sobrinos, etcétera. Las segundas funcionaban a través de un siste-
organiza en tomo a, o a partir de, un elemento dinámico o central de la red ma de clientelismo que ponía en relación a un patrón con sus dependien-
que imprime el movimiento al todo. Con el propósito de evitar toda identi- tes. A diferencia del anterior, sus contactos tenían sobre todo un desarrollo
ficación sistemática o a priori con los diversos modelos familiares utiliza- vertical y piramidal fundamentado en relaciones de sometimiento. La aso-
dos tanto por los historiadores de la familia como por los antropólogos ciación de esos dos sistemas relacionales, de desenvolvimiento comple-
-familia cepa, familia patriarcal, familia extendida, transmisión patrili- mentario y coherente, constituía una "red de sociabilidad". Estos diversos
neal o matrilineal, etcétera-, se admite como hipótesis que la existencia prolegómenos muestran el grado en que la con~titución de las redes no po-
de ese centro puede no reducirse a un solo individuo. Se acepta, igualmen- día ser cosa simple ni dejada totalmente al mero azar de los encuentros
te, que la posición central en el seno del grupo puede pasar de un indivi- ocasionales; consecuentemente, es interesante reflexionar sobre la lógica
duo a otro o aun de una rama familiar a otra sin predeterminación absolu- conforme a la que se construían esas redes. Con base en las relaciones que
ta en la transmisión de la naturaleza que fuere. Al mismo tiempo, la mantenían los oficiales de la Real Hacienda de la Nueva España de los si-
intensidad ·o estrechez de las relaciones en el interior de la red pueden va- glos XVII y XVIII, se buscará hacer surgir los criterios identificables en torno
riar para todos los miembros de ésta en función de la fuerza de los víncu- a los que se constituían las redes de sociabilidad.
los que se mantengan. No carece de importancia, en fin, precisar que la Los oficiales de la Real Hacienda de la Nueva España de origen metro-
pertenencia a una red no podría darse con la exclusión de la participación politano y, por ende, extranjeros a priori en el medio que los acogía, repre-
de otros tejidos relacionales, por lo que la única condición para la perte- sentan cerca de 80% de los 223 oficiales cuyo lugar de nacimiento se cono-
nencia múltiple residiría en que no existiese una contradicción manifiesta ce con precisión y que ejercieron entre 1660 y 1780; sin embargo, su peso
entre las redes así conectadas. Consecuentemente, se puede admitir que la real se revela aún más importante si se toma en consideración la cronolo-
solidaridad desarrollada por todo individuo experimenta un fenómeno gía.10 La desaparición temprana de la venta de los oficios en ese sector ad-
acumulativo que repercute en todos aquellos a los que su intermediario ministrativo cerró rápidamente la puerta de acceso a los candidatos crio-
pone en relación, al mismo tiempo que se mantiene sometida al principio llos, muy particularmente en las reales cajas. Así, durante el periodo
de la variabilidad de su intensidad. 9 comprendido entre 1715 y 17 80, el peso de los oficiales reales españoles
Así definida, la red de sociabilidad asocia dos tipos de relaciones persa- que ejercieron en la Nueva España en la Real Hacienda llegó a representar

amici e vicini: il territorio urbano de una famiglia mercantile del secolo 15", Cuademi Storici, núm. 6, 1973, pp. 1360-1380, y Juan Luis Castellano y Jean-Pierre Dedieu, Réseaux, familles et
vol. 11, p. 953. En el caso del mundo hispanoamericano, véase los trabajos de Zacarías Mou- pouvoirs dans le monde ibérique ii la fin de l'Ancien Régime, París, 1998.
10 De los 81 contadores del Tribunal de Cuentas, 57 eran externos a la Nueva España, entre
toukias, "Réseaux personnels et autorité coloniale: les négociants de Buenos Aires au xVIne
siecle", An~al~s Ese, núms. 4-5, jul~o-octubre de 1992, pp. 889-915; Frédérique Langue, "Prati- ellos, uno nacido en La Habana, en la isla de Cuba. En el caso de los 142 oficiales reales, 112
ques en ~Irmrs: s~ructure, stratég1es et représentations de la noblesse en Nouvelle-Espagne", provenían de la metrópoli y tres de La Habana. Los criollos de la Nueva España únicamente
en Pouvotrs et dévtances en Méso-Amérique ... , op. cit., y Diana Balmori, Stuart F. Voss y Miles suministraron 52 individuos a las dos instituciones a todo lo largo del periodo. En lo que res-
L. Wortman, Notable Family Networks in Latin America, Chicago, 1984. pecta a la cronología, véase Michel Bertrand, ''L'État espagnol et ses officiers aux Indes", en
9 Mélanges de la Casa de Veldzquez, t, xxv, París, 1989, pp. 199-220.
Mark S. Granovetter, "The Strength of Weak Ties", American Joumal of Sociology, vol. 78,
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85% del total. Consecuentemente, parece que, si se aceptara este primer lo que, en opinión del Consejo de Indias, encargado de su contratación una
enfoque puramente cuantitativo y prosopográfico, la gran mayoría de los vez que se abandonó la venalidad de los oficios, cumplían con una de las
oficiales reales contratados durante el siglo xvm correspondería efectiva- condiciones que España se obstinaba eri considerar como primordial; sin
mente a la imagen del buen administrador colonial impuesto por los pre- embargo, su extranjería así definida no significaba en absoluto una ausen-
juicios desarrollados en la administración española en contra de los cia total de conocimiento, de relaciones personales o incluso de relaciones
criollos: la del inmigrado sin raíces familiares ni relaciones personales en con el mundo americano. A través de los periodos de la vida individual o
América. familiar, desigualmente largos o intensos, y a través de su propia trayecto-
Con todo, la calidad de extranjero aplicada al conjunto de los miem- ria profesional o de la de uno de sus allegados, que desempeñaba con res-
bros del grupo estudiado en el medio que los acogía se debe graduar inme- pecto a ellos la función de protector, 50% de los oficiales peninsulares
diatamente en el caso de una fracción que no es insignificante. En efecto, mantenía relaciones tangibles, aunque de una intimidad variable, con la
antes de su ingreso al empleo en que se les encontró en la investigación, un sociedad americana, a menudo desde hacía varios años.
gtan número de peninsulares había desarrollado desde la metrópoli activi- Una observación tan general alienta, en primer lugar, a analizar las es-
dades estrechamente relacionadas con el mundo americano, muy en parti- trategias relacionales de los peninsulares, tomando en consideración la di-
cular en el de la Real Armada; 11 otros habían partido a América mucho an- versidad de situaciones de los miembros del grupo y, así, evitando pertre-
tes de su nombramiento en la administración de la Real Hacienda con el charse tras una palabra que encubre una realidad extremadamente
propósito de ejercer los cargos o actividades más diversos, trátese de co- variada. De manera paralela, al mensurar la importancia de las ventajas de
merciantes, alcaldes mayores o incluso oficiales subalternos de la adminis- que disponía un gran número de los inmigrantes en el momento de su in-
tración;12 y una fracción de los oficiales de la Real Hacienda, en fin, contó tegración, también invita a poner su comportamiento en relación con el de
desde su llegada con la ventaja de ciertos contactos a través de un pariente los criollos que obtuvieron un oficio en la Real Hacienda. Mediante un pro-
o un protector que ya se encontraba en ellugar. 13 Así, tomando en cuenta ceso comparativo entre las redes de sociabilidad de unos y otros, se tratará
todos los tipos de relaciones, ya fuesen familiares o profesionales, y admi- entonces de determinar cuál era verdaderamente la influencia de la divi-
tiendo que no preparaban de la misma manera para el descubrimiento de sión entre los dos componentes de las élites hispanoamericanas en el fun-
la realidad americana, un oficial peninsular de la Real Hacienda de cada cionamiento cotidiano de la sociedad colonial. Así, el objetivo consiste en
dos contaba en el momento de su nombramiento con la ventaja de verda- dedicarse a la reconstitución de la génesis y el desenvolvimiento de las re-
deras facilidades de integración a la sociedad colonial. Lo anterior muestra des relacionales de los oficiales de la Real Hacienda de la Nueva España.
el grado en que los oficiales de la Real Hacienda metropolitanos se encon- Dejando de lado a priori las divisiones admitidas como los principales re-
traban en una situación particular en el momento de ocupar el cargo que guladores del funcionamiento de la sociedad colonial, se hace posible com-
les había sido confiado: eran extranjeros en el medio americano, debido en prender su formación, su complejidad y sus finalidades. En esta reflexión,
gran medida a su historia familiar, y eran originarios de la península, por el investigador se ve obligado de entrada a distinguir entre los diferentes
planos de las relaciones que mantenía un individuo, en las que no todos
11 En efecto, se contaron 24 metropolitanos que pasaron por esa institución en el ejercicio sus interlocutores ocupaban lugares intercambiables. Basándose en el con-
de diversas responsabilidades durante varios años, lo que les permitió establecer un primer tenido que se atribuye a las redes relacionales, su posición puede entonces
contacto con el mundo americano, para convertirse después en oficiales de la Real Hacienda, definirse tanto en función de la estrechez de los vínculos como de acuerdo
esto es, 14% de los oficiales provenientes de la metrópoli.
12
Entre los metropolitanos que llegaron a ser oficiales reales se contó a dos comerciantes,
con las condiciones predominantes en el momento de su integración. Así,
nueve alcaldes mayores, ocho oficiales subaltemos de administración y siete oficiales de ad- unas surgían de los vínculos personales arraigados en el vasto sistema fa-
ministración central trasladados posteriormente a la administración de la Real Hacienda, to- miliar dependiente del parentesco: parientes de sangre y los agregados al
dos los cuales representaron 20% de los oficiales de la Real Hacienda metropolitanos.
13 Se encontró a 24 oficiales suplementarios en esa situación, esto es, también 14% del con- nombre mediante las prácticas de las alianzas, muy particularmente las
junto, lo cual les facilitó su integración al medio que los acogió. matrimoniales, mientras que las otras florecían en las relaciones desarrolla-
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das y mantenidas muy particularmente en el marco de las actividades pro- responsabilidad. En consecuencia, con el propósito de comprender más
fesionales que ejercían. Ahora bien, aun cuando este último tipo de redes plenamente la especificidad de unas con respecto a las otras, se les exami-
podía dar nacimiento a vínculos tan estrechos e intensos como los de la nará de manera separada, antes de reflexionar sobre la coherencia y la
parentela, no se confundían, no obstante, con ellos; en efecto, correspon- complementariedad que ambas aportaban a las redes de sociabilidad.
dían a relaciones de naturaleza diferente, desprovistas de fundamentos
materiales tangibles, si bien en ocasiones eran interesadas, en las que pre-
dominaba la libertad de elección y que se abrían sobre un verdadero pa- FAMILIA Y MATRIMONIO
rentesco espiritual, ya sea que se le califique como padrinazgo, compadraz-
go o, más ampliamente, como amistad. 14 Es cierto que la diferenciación La complejidad de la política matrimonial de los grupos familiares de los
establecida no implica distinción alguna sobre la calidad ni la importancia oficiales de la Real Hacienda es determinante en el establecimiento de
de los vínculos así anudados; a menudo, además, unos podían dar na- las estrategias de elaboración de su sistema de relaciones. En efecto, di-
cimiento a los otros, según las situaciones; por el contrario, cada tipo de chas políticas influían sobre la estrategia de los grupos familiares como
vínculo poseía su propia función y su lógica específica, que no sería posi- una palanca de distensión triple que actuaba principal y evidentemente so-
ble reducir totalmente a la del otro. Esos vínculos, más complementarios bre las decisiones matrimoniales de los propios oficiales, pero que también
que opuestos, funcionaban conforme a mecánicas que se apoyaban unas determinaba las opciones matrimoniales de lo~ parientes próximos del ofi-
en otras. cial o de los de su familia política, ya se tratase de sus hijos o de parientes
La importancia de la integración en una red de relaciones a partir de de la misma generación que él: primos, cuñados o cuñadas, hermanos o
vínculos personales y familiares no podría ser objeto de una duda muy hermanas, etcétera. En efecto, el "linaje" únicamente podía conservar su
prolongada. Trátese de vínculos formales y ritualizados -anudados espe- coherencia y asegurar su continuidad a través de un dominio extendido a
cialmente a través de alianzas familiares- o más informales -muy en la elección de los cónyug~s de los individuos que deseaban permanecer en
particular los vínculos basados en un origen geográfico compartido, cuya el seno del grupo. 15 En el caso de los oficiales de la Real Hacienda, la fun-
fuerza se conoce en el mundo hispanoamericano bajo el calificativo de pai- ción de la triple estrategia matrimonial se entrevé al analizar las decisiones
sano-, esas alianzas se encontraban siempre activamente presentes; ahora en cada uno de los planos así determinados; sin embargo, no se puede pre-
bien, a pesar de su importancia, están lejos de haber sido el único agente tender hacer aquí una reconstrucción exhaustiva del fenómeno en estudio;
en la génesis y estructuración de las redes relacionales que ceñían a los ofi- por lo tanto, la información cuantitativa debe dejar el lugar a la cualitativa,
ciales de la Real Hacienda y les facilitaban la integración a la sociedad co- que obliga al historiador, a la manera de un antropólogo, a cambiar su dis-
lonial. Aun cuando únicamente fuese por la relativa lentitud que a menudo tancia focal o su escala de observación, para esforzarse en reconstituir la
implicaba su activación, vinculada a su funcionamiento y a su renovación lógica interna y la coherencia del comportamiento familiar a partir de
de generación en generación, esos vínculos eran de una duración relativa- unos datos que a menudo se encuentran dispersos. 16 Consecuentemente, el
mente prolongada, lo cual no era el caso de las relaciones que se mantenían objetivo consiste en reconstituir, mediante la asociación del método com-
en el marco profesional, relaciones que, a diferencia de las anteriores, no parativo con la atención a lo que en ocasiones puede parecer puntual, la fi-
requerían ninguna demora para su establecimiento; dado que se constituían nalidad que perseguían los oficiales reales a través de las estrategias que
sobre la base del ejercicio del oficio, entraban en funcionamiento inmedia- ponían en funcionamiento.
tamente después de que el oficial de la Real Hacienda se hacía cargo de su
1s A menudo, la infracción a esas reglas comunes mínimas expulsaba del grupo familiar a
14
En las distinciones establecidas en este trabajo, se retoman las categorias admitidas en los que se arriesgaban a cometerla, ya fuese que pertenecieran o no a él por relación de san-
la actualidad y utilizadas por los historiadores de la familia y de la vida privada en el Antiguo gre; véase Christiane Klapisch-Zuber, La Maison et le nom ... , op. cit., pp. 66-67.
Régimen; véase muy particularmente los capítulos 3 y 6 de la obra de Christiane Klapisch-Zu- 16 Jacques Revel (coord.), Jeux d'échelles. La microanalyse a l'expérience, París, 1996, y Gio-

ber, La Maison et le no m ... , op. cit. vani Levi, Le pouvoir au village, histoire d'un exorciste dans le Piémont du xvut' siecle, Paris, 1985.
246 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 247

CuADRO V.l. Orígenes geográficos de los oficiales de la Real Hacienda CuADRO v.2.Orígenes socioprofesionales de los oficiales
de la Nueva España y de su cónyuge (1660-1780) de la Real Hacienda de la Nueva España (1660-1780)

Cónyuge Contadores
Origen Oficiales del Tribunal
reales de Cuentas Total
Oficiales Origen e p

Contadores del Tribunal de Cuentas e 7 o Élites principales 12 12


p 22 lO Administración central (Madrid) 6 16 22
Oficiales reales e 9 o Administración central (México) 8 8
p 34 16 Administración local de la Real Hacienda 17 4 21
TOTAL e 16 o Administración provincial 39 25 64
p 56 26 Administración militar 19 19 38
Cortesanos (Madrid y México) 3 7 10
e= criollo. Iglesiaa 2 4 6
P = peninsular. Comercio 2 4 6
FUENTE: Base de datos Offinan, bajo Griot3 (FRAMESPA-UMR 5591, del CNRS, Maison de la Re- Minería 3 1 4
cherche, Université de Toulouse). ToTAL 99/186 92/104

a Este criterio se refiere a la pertenencia de un tío que desempeñaba el papel de protector


De los 151 oficiales de la Real Hacienda en cuyo caso se estableció la
del oficial correspondiente cuando se ignora la actividad paterna.
existencia de un matrimonio, una descendencia y aliados familiares, se FuENTE: Base de datos Offinan, bajo Griot3 (FRAMESPA-UMR 5591, del cNRs, Maison de la Re-
pudo determinar con suficiente exactitud la pertenencia social de 70 espo- cherche, Université de Toulouse).
sas, de 36 cónyuges de hijas e hijos y de 27 cónyuges de sus allegados (véa-
se los cuadros v.t a V.3)P No se hará el análisis de ciertos aspectos de las rio económico en América, este último no explica por sí solo el lugar y la im-
decisiones relacionadas con el matrimonio de los oficiales mismos, aun portancia de un individuo en la sociedad colonial. A pesar de la preocupación
cuando resulta útil recordar lo esencial de esas decisiones. 18 El criterio del de los padres por ver que su progenie evitara los malos casamientos, 20 un
lugar de nacimiento -España o América- no parece haber sido determi- matrimonio con un oficial peninsular de la Real Hacienda, aun sin un duro,
nante en absoluto de la selección del cónyuge, dado que los oficiales penin- contaba muy frecuentemente con la benevolencia de las familias criollas.
sulares, solteros o viudos, encontraban fácilmente en las familias criollas a A partir de estas primeras conclusiones, se hace necesario ahora pro-
una doncella con quien pasar por la vicaría. Por lo demás, el estudio de " fundizar el análisis, tomando en consideración el origen socioprofesional
la génesis del patrimonio de las familias de los oficiales de la Real Hacien- de las familias de las esposas de los oficiales de la Real Hacienda. Lo pri-
da muestra el desequilibrio entre los orígenes socioeconómicos de ambos mero que llama la atención es la ausencia o la reducida presencia entre
cónyuges. 19 Lo anterior quiere decir que, a pesar de la importancia del crite- ellas de ciertos medios socioprofesionales: muy pocas hijas de militares de
grados inferiores y pocas representantes de grandes familias provenientes
17
Se trata de hermanos o hermanas, cuñados o cuñadas o, también, primos carnales de
de las élites sociales metropolitanas. Las esposas de los oficiales reales se
oficiales de la Real Hacienda que mantenían relaciones con ellos, ya sea como testigos en pro-
cesos, como remplazantes en ocasión de sus ausencias, como herederos del oficio que po- dividen equilibradamente -en la casi totalidad de la muestra constituí-
seían, como representantes de negocios, como legatarios o como ejecutores testamentarios.
18
Michel Bertrand, "Comment peut-on etre créole? Réflexions sur les relations sociales en officiers de finances de Nouvelle-Espagne (xvne-xvme siecles)", Revue d'Histoire Moderne et
Nouvelle-Espagne au début du xvme siecle", Caravelle, Cahiers du monde hispanique et luso- Contemporaine, vol. 41-2, París, abril-junio de 1994, pp. 221-236.
brésilien, vol. 62, 1994, pp. 99-110. 20 Patricia Seed, To Lave, Honor and Obey in Colonial Mexico. Conf1icts over Marriage
19 Choice (1574-1821), Stanford, 1988.
Michel Bertrand, "De la richesse en Amérique: la genese des patrimoines familiaux des
248 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 249
CUADRO V.3. Orígenes socioprofesionales del cónyuge de los oficiales México o podían residir regularmente en esa ciudad-25 también pertene-
de la Real Hacienda de la Nueva España (1660-1780) cían a familias instaladas en la administración central, en Madrid o en
México, aun cuando no siempre fuese en puestos necesariamente presti-
Contadores giosos: oficiales de los consejos instalados en Madrid, personal de tribuna-
Oficiales del Tribunal
les o al servicio de un virrey y titulares de oficios de la capital virreina!, no-
reales de Cuentas Total
tablemente en el marco de la Audiencia de México. 26 En fin, las esposas de
Élites principales 18 S 23 los oficiales reales, principalmente las de los provinciales, pertenecían a fa-
Administración central 8 12 20 milias de las élites locales o municipales; más ampliamente: con mucha
Administración local de la Real Hacienda 3 S 8 frecuencia, las familias que poseían poder e influencia local reales -a tra-
Administración provincial 4 1 S vés de los cargos municipales o regionales en particular- tan sólo disfru-
Administración municipal 7 6 13
Administración militar 2 1
taban de una influencia geográficamente limitada. Consecuentemente, se
3
TOTAL 42/92 30/S9 72/1S1 puede considerar que esas familias pertenecían a élites secundarias, con-
forme al esquema de John M. Tutino. 27 La sociología anterior se puede
FUENTE: Base de datos Offinan, bajo Griot3 (FRAMESPA-UMR 5631, del CNRs, Maison de la Re- completar útilmente si se toma en consideración ya no sólo la dimensión
cherche, Université de Toulouse).
social de los orígenes de las esposas sino también la actividad profesional
paterna. Inmediatamente se hace presente un dato determinante en la ca-
da- entre tres medios socioprofesionales claramente definidos. Unas per- rrera profesional de los oficiales de la Real Hacienda incluidos en ese gru-
tenecían al mundo de la élite criolla, muy particularmente al de los "em- po, esto es, la endogamia socioprofesional, que predominaba en la elección
presarios":21 grandes financieros y mineros ricos, 22 grandes comerciantes y de la esposa; en efecto, la mayoría estaba constituida por hijas de oficia-
terratenientes ricos; 23 a los que se agregaban algunas familias arraigadas les de la Real Hacienda en servicio activo en el momento de la unión.
en funciones prestigiosas del aparato del Estado colonial: militares de alto
rango o titulares de oficios muy particularmente codiciados. 24 Las esposas da del oficial real estaba casada con Teobaldo Gorráez Beaumont y Navarra y su primer hijo
de los oficiales de la Real Hacienda -notablemente de los que ejercían en llevaba el título de mariscal de Castilla. Se encontró a parientes más o menos alejados que lle-
vaban el apellido de la esposa o el cuñado en el aparato administrativo colonial a todo lo largo
21
del siglo, algunos incluso como integrantes de las órdenes de caballería; AHN, Consejo, legajo
John E. Kicza, Colonial Entrepreneurs. Families and Business in Bourbon Mexico City, 21059, núm. 679, cuaderno 1. Del conjunto de los oficiales de la Real Hacienda, 23 de ellos sur-
Albuquerque, 1983. gieron de ese medio, el de más altos vuelos.
22
Como las sucesivas esposas de Bernardo Alcalde Romeo, oficial real de Zacatecas. La 2 5 Independientemente de los miembros del Tribunal de Cuentas, el tema de la residencia
primera, Felipa Antonia, no era otra que la hija del general Antonio de la Campa y Cos, her- es aplicable a los oficiales reales de Acapulco, que nunca residieron en el puerto durante el
mano de Fernando y verdadero señor de la región de Zacatecas a comienzos del siglo xvm; periodo estudiado y se contentaban con desplazarse a él ante el anuncio del arribo de los ga-
véase Frédérique Langue, Mines, terres et société ii Zacatecas (Mexique) de la fin du xvue siecle leones de Manila. Lo mismo ocurría en el caso de los oficiales reales de Veracruz y de Pachuca.
ii l'Indépendence, Publications de la Sorbonne, París, 1992. Su segunda esposa, Ana María de 26 Así, María Antonia Villier y Corral, esposa de Esteban de la Carrera, oficial real de Aca-
Betis, casada hacia 1716, era la hija de uno de los principales comerciantes de Zacatecas; AHEZ, pulco, era "primera dama de la virreyna" en el momento de su matrimonio, en septiembre de
Notaria colonial, núm. 15, libro 4, ff. 237 y ss., e información proporcionada en Zacatecas por 1756, en México: AGI, Audiencia de México, legajo 1247. Asimismo, Margarita de Alderete, hija
Bernardo del Hoyo Calzada, quien reconstituyó el conjunto de la genealogía de los Campa y Cos. de Luis de Alderete y Soto y de su segunda esposa, Margarita Jáuregui, y esposa de Francisco
23
Como la segunda esposa de Bartolomé de Llerena Ayala, oficial real de Guadalajara, Antonio de Cuervo y Valdés, pertenecía a una noble familia al servicio del rey en Madrid; Ad-
Marcela de Villaseñor, hija de José de Villaseñor, rico terrateniente de la Nueva Galicia: AGI, ward K. Flager, "From Asturias to New Mexico, D. Francisco Cuervo y Valdés", New Mexico
Audiencia de México, legajo 269, f. 664, y AGI, Escribanfa de cámara, legajo 399a, cuaderno 15. Historical Review, vol. 69, núm. 3, julio de 1994, pp. 249-262, y Eloy Benito Ruano, "Nuevos
24
A manera de ejemplo se puede tomar el caso de la esposa de José Francisco de Ozaeta y datos biográficos sobre don Francisco de Cuervo y Valdés, fundador de Albuquerque", Boletfn
Oro, oficial real de la ciudad de México, Nicolasa Hurtado de Mendoza, que pertenecía a una del Instituto de Estudios Americanos, núm. 111, Oviedo, 1984; en esta categoría fueron 20 a
prestigiosa familia: su padre, José Hurtado de Mendoza, era conde del Valle de Orizaba, regi- los que se encontró.
dor perpetuo de México y decano de su cabildo en 1739; su madre, Mariana Graciana de Ve- 2 7 Como la mujer de Lorenzo de la Torre y González de la Gotera, Rosa María Lazo Naca-
lasco Vivero y Peredo, era condesa del Valle de Orizaba y vizcondesa de San Miguel; la cuña- rino, que pertenecía a una familia de esas élites municipales. Su hermano, Juan, y Francisco,
250 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 251

En comparación con la distribución sociológica de las esposas de los car tres conclusiones. No eran sorprendentes las alianzas socialmente equi-
oficiales de la Real Hacienda, la de estos últimos era globalmente más mo- libradas, representadas por un tercio de las esposas de los oficiales de la
desta.28 Las tres cuartas partes provenían esencialmente de tres medios so- Real Hacienda. Al casarse con doncellas pertenecientes a las élites locales
cioprofesionales: los planos local o provincial de la administración general o regionales y, de manera más general, al contraer matrimonio con las per-
metropolitana o americana, la administración central en torno al rey y al tenecientes a familias de las élites secundarias, los oficiales de la Real Ha-
virrey y, en fin, el ejército. En los tres casos, los puestos previamente ocu- cienda elegían familias que correspondían exactamente a su grado de pres-
pados eran modestos, y poco numerosos los pertenecientes al mundo de tigio profesional y, en ocasiones, personal. Esos matrimonios, razonables
las élites administrativas, militares o económicas. Lo anterior quiere decir desde el punto de vista socioeconómico, consolidaban la posición de unos
que los oficiales de la Real Hacienda habían surgido ante todo de familias y otros. La endogamia socioprofesional confirmada del segundo tercio de
insertas en el aparato administrativo, en un escalón jerárquico mediocre, las esposas de los oficiales de la Real Hacienda correspondía principalmen-
en su gran mayoría. Su principal ventaja personal residía precisamente en te a grupos familiares en proceso de estabilización social. Al otorgar su hija
el arraigamiento familiar, que hacía de ellos, de padre a hijo, expertos en los a un joven colega, ya fuese que ejerciera o no en el mismo lugar o en el
arcanos de la burocracia hispánica. Con todo, es necesario introducir gra- mismo servicio que él, el oficial de la Real Hacienda se aseguraba el forta-
duaciones, según que se tratase de oficiales reales o de contadores del Tri- lecimiento de su posición y su influencia profesional, al mismo tiempo que
bunal de Cuentas. Los segundos pertenecían manifiestamente a las familias aseguraba la continuidad de la presencia de su parentela. 29 En lo concer-
más encopetadas del grupo, en correspondencia relativamente equilibrada niente al último tercio de los matrimonios de. los oficiales de la Real Ha-
con la familia de su esposa; pero no ocurría lo mismo en el caso de los ofi- cienda, contraídos con doncellas de familias prestigiosas de la élite colo-
ciales reales, que a menudo llevaban a cabo alianzas matrimoniales socio- nial, ya fuese la económica o la administrativa, todos ellos son una prueba
lógicamente desequilibradas. Aun cuando no pertenecían al grupo de las tanto de la consumación del ascenso social alcanzado como de la preocu-
élites principales en virtud de sus orígenes, ello no les impidió que, en más pación de las familias de altos vuelos por mantener bajo su dominio un ofi-
de 40% de los casos, lograran contraer matrimonio con una doncella perte- cio cuyos beneficios de todo género eran significativos. A través de esas in-
neciente precisamente a ese medio. teligentes alianzas, una fracción importante de los oficiales de la Real
De las diversas observaciones y graduaciones establecidas a propósito Hacienda, a pesar de que no pertenecían sistemáticamente a la élite princi-
de la esposa que elegían los oficiales de la Real Hacienda, vale la pena sa- pal de la sociedad colonial debido a sus orígenes o al oficio que poseían, se
encontraba verdaderamente integrada a ese mundo restringido del poder,
un pariente cercano, eran comerciantes importantes del puerto de Veracruz. En cuanto a
los honores y el dinero.
Juan, poseía un cargo de regidor perpetuo y en varias ocasiones ejerció el oficio de correo
mayor como teniente del propietario del oficio: AGI, Escriban{a de cámara, legajo 303. En total, A pesar de su reducido número, los matrimonios de los hijos de los ofi-
18 esposas de oficiales procedían de esos medios, a las que se pueden agregar las ocho espo- ciales de la Real Hacienda, así como los de los parientes cercanos de la
sas provenientes de familias que poseían oficios de oficial real. misma generación que estos últimos, proporcionan algunos indicios com-
28 Un primer esbozo del análisis sociológico del grupo de los oficiales de la Real Hacienda

de la Nueva España se realizó en "Du bon usage des solidarités: Étude du facteur familia! plementarios que confirman la coherencia de las estrategias observadas
dans l'administration des finances de Nouvelle-Espagne (XVIIe-xvme siecles)", en Robert Desci- (véase los cuadros v.4 y v.s). En ellos se esbozan dos tendencias que, al mis-
mon, Bernard Vincent y Jean-Frédéric Schaub, Les figures de l'administrateut; institutions, ré-
seaux, pouvoirs en Espagne, en France et au Portugal, xvt' et XIX' siecles, París, 1997, pp. 43-58. 29 Esa estrategia resultó particularmente eficaz con la desaparición de la venta de los ofi-

Remítase a las conclusiones sacadas entonces a partir de una fracción menor de individuos, cios, así como la de la venta del derecho de cesión de ese tipo de oficio. A falta de un heredero
pero que el enriquecimiento progresivo del corpus ha confirmado. Por lo demás, habiendo formado en el entorno paterno, el yerno elegido se convertía en el beneficiario de la atención
ampliado la perspectiva en el presente trabajo, se ha modificado un poco el enfoque inicial profesional del titular carente de sucesor. Anteriormente, ese tipo de transmisión del oficio
que precedió a ese primer estudio. Independientemente de la pertenencia de los oficiales de la equivalía a considerar el oficio paterno como una dote que se ofrecía a los buenos cuidados
Real Hacienda, en este caso se trata de establecer una comparación con respecto a la de sus del futuro esposo. A pesar de que la venalidad de los oficios no transformaba al oficial en pro-
esposas. Esta decisión impuso una adaptación de los criterios de definición de las categorías, pietario, la posibilidad de la compra del derecho de designación del sucesor facilitaba tales
por lo que no permite una comparación término a término con los datos anteriores. arreglos.
252 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 253

CUADRO V.4. Pertenencia social del cónyuge de hijos o sobrinos CuADRO v.s. Origenes socioprofesionales del cónyuge de parientes cercanos
de los oficiales de la Real Hacienda de la Nueva España (1660-1780) de la misma generación que los oficiales de la Real Hacienda
de la Nueva España (1660-1780)
Hijos de contadores
Hijos de oficiales del Tribunal Hijos de contadores
Origen socioprofesional reales de Cuentas Total Hijos de oficiales del1Hbunal
Origen socioprofesional reales de Cuentas Total
Administración de la Real Hacienda 9 9
Administración central (Madrid) 1 2 3 Administración de la Real Hacienda 5 1 6
Administración central (México) 4 2 6 Administración central (Madrid) 1 1 2
Administración central (México), Administración central (México) 3 7 10
Tribunal de Cuentas 4 2 6 Administración central (México),
Administración provincial Tribunal de Cuentas 2 3 5
Administración municipal 1 3 4 Administración provincial
Administración militar 3 3 Administración municipal
Servicio real 3 1 4 Administración militar 5 1 6
Élites económicas 5 3 8 Servicio real 1 1
TOTAL 26 [30] 11 [13] 37 [43] Élites económicas 6 3 9
ToTAL [21] 23 [13] 16 [34] 39
FUENTE: Base de datos Offinan, bajo Griot3 (FRAMESPA-UMR 5591, del CNRs, Maison de la Re-
cherche, Université de Toulouse). FuENTE: Base de datos Offinan, bajo Griot3 (FRAMESPA-UMR 5591, del CNRS, Maison de la Re-
cherche, Université de Toulouse).
mo tiempo que se complementaban, siempre aseguraban el fortalecimiento
de la posición familiar. Una estaba dirigida a la ampliación de la presencia cer una relación entre el oficio que se ejercía y los intereses económicos re-
familiar en el aparato administrativo, muy especialmente el de la Real Ha- gionales: cuando una hermana, prima o hija de un oficial real contraía
cienda, desarrollando aún más la endogamia socioprofesional, lo cual per- matrimonio con un minero, un gran comerciante o incluso un financiero,
mitía entonces tejer y extender los vínculos entre unos oficiales de la Real aseguraba eficazmente el vínculo entre dos centros de poder potencialmen-
Hacienda que al principio no tenían nada en común y, así, se aseguraba el te rivales pero profundamente complementarios; así, la útil endogamia so-
establecimiento de puentes o contactos que iban más allá de los diversos cioprofesional dejaba entonces el lugar a una asociación que garantizaba
sectores o ramas que componían la administración de esa institución de la al conjunto una capacidad de intervención multiplicada en cada uno de los
Nueva España y que escapaban a toda disposición reglamentaria u orgáni- terrenos de que se trataseY Por lo demás, esas uniones fortalecían la inte-
ca preestablecida. 30 La otra tendencia respondía a la ambición de estable- gración de las familias de los oficiales de la Real Hacienda en el seno de la
élite colonial, lo que les permitía -sobre todo en el caso de los matrimo-
30 Miguel Gerónimo de Ballesteros, contador de cuentas de México, contrajo matrimonio nios de sus hijas- una primera estabilización en su seno.
en segundas nupcias con María Josefa de Rada (en ocasiones, el apellido está escrito como Las diferentes estrategias matrimoniales puestas en práctica por los
Herrada), hija de Francisco de Rada, oficial real de Guanajuato, por lo que él podía encargar-
se de la glosa de las cuentas de la real caja donde ejercía su suegro. Desgraciadamente no fue
31 Así fue como las cuñadas de Luis de Bolívar y Mena, oficial real de Zacatecas, al con-
posible encontrar su testamento en el AGNM, registrado en México ante Francisco de Quiño-
nes, en junio de 1694, como tampoco el de su esposa, registrado también en México ante traer matrimonio, una, con Pedro de Arteta, que ejercía en la administración real colonial, Y
Francisco de Valdés, en abril de 1699; sin embargo, se sabe que el contador y su segunda es- la otra, con el minero y comerciante Juan Antonio Montalvo, aseguraron al conjunto del lina-
posa designaron a Francisco de Rada, suegro de uno y padre de la otra, como ejecutor testa- je relevos complementarios; véase Louisa Schell Hobermann, Mexico's Merchants Elite (1590-
mentario; véase Eduardo Báez Macías, "Plano y censo de la ciudad de México (1689)", Bolet{n 1660). Silver, State and Sociey, Durham y Londres, 1991, pp. 249-251, y AHEZ, Fondo notarla
del Archivo General de la Nación, vol. 7, núms. 1-2, 1996, pp. 338-339. colonial, núm. 12, caja 4, libros 10 y 12, y núm. 8, caja 3, libro 3.
254 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 255

oficiales de la Real Hacienda y sus familias permiten comprender la com- de los padres se encontraba confirmada por el hecho de que no poseían ni
plejidad del fenómeno que tenía lugar: independientemente de su diversi- bienes ni dependientes en esa región. La conclusión del fiscal de la Audien-
dad, revelan sobre todo la violación sistemática de las normas legales que cia de Guadalajara, Juan Picado Pacheco y Montero, en su informe desti-
regían sus matrimonios, 32 tanto más cuanto que su aplicación estaba suje- nado al Consejo de Indias, caía de su propio peso: "La permanencia no
ta a la interpretación de los jueces, interpretación que era muy variable, contrae naturaleza". 35
según el caso. Eso es lo que revelan los debates a que dio lugar en Guada- Poco importaba que la realidad familiar que vivía Verdugo de Haro no
lajara, México y Madrid la solicitud de dispensa matrimonial que presentó, correspondiera en absoluto a los argumentos que presentó y le aceptaron: 36
en septiembre de 1713, el oficial real de Zacatecas, Martín Nicolás Verdugo ellegalismo más puntilloso no impedía de ninguna manera la violación sis-
de Haro y Dávila, en nombre de su hija menor, Manuela Josefa Bemarda. 33 temática de las normas establecidas; el propio Consejo de Indias aceptó fi-
Verdugo de Haro solicitó la dispensa ante el presidente de la Audiencia de nalmente, sin reservas aparentes, la interpretación propuesta por el fiscal y
Guadalajara, quien la otorgó inmediatamente, pero solicitó la confirma- concedió su dispensa al oficial real. Así, las estrategias matrimoniales más
ción del Real Acuerdo. 34 Este último, considerando que el asunto no co- manifiestamente ilegales podían concretarse sin encontrar grandes obs-
rrespondía a la competencia de la audiencia, rechazó en un principio la so- táculos, por poco que se salvasen las apariencias.
licitud y la remitió al Consejo de Indias, aun cuando, a través del virrey y el Para un gran número de oficiales de la Real Hacienda de orígenes más
fiscal de la Audiencia de Guadalajara, emitió un punto de vista cuya argu- que mediocres, el matrimonio llegaba a ser un .eficaz medio de promoción
mentación aclaraba el estado de ánimo de los ministros de América y su social. En todo caso, en la ciudad de Guadalajara de principios del siglo
interpretación de los textos legislativos, que consideraban muy restrictivos. xvm, donde la presión del costo de la vida era quizá superior a lo que se
Independientemente del argumento referente a los precedentes creados podía encontrar en otras ciudades del virreinato, los oficiales reales en ser-
por los ejemplos citados por el candidato a la dispensa, dicha argumenta- vicio activo en 1736 habían adquirido la profunda convicción de ello.
ción insistía esencialmente en el origen de los padres de la doncella: su pa- Echando pestes en contra de sus remuneraciones, sensiblemente inferiores
dre, Martín Nicolás Verdugo de Haro y Dávila, sevillano, debía ser conside- a las de sus colegas de México o Zacatecas, llegaban a la conclusión de que
rado como "extranjero" en Zacatecas, aun cuando residía ahí desde hacía
más de 20 años; en cuanto a su madre, Juana Cano y Funes, la segunda 35 Informe con fecha del mes de octubre de 1714; idem.
esposa del oficial real, originaria de Puebla, había contraído matrimonio 36 Los documentos notariales encontrados respecto a él, tanto en México como en Zacate-
con él en 1699, pero únicamente residía en la ciudad de Zacatecas desde cas, prueban, por el contrario, que los 30 años que pasó en esta última ciudad a la cabeza de
la tesorería de la real caja habían hecho de él miembro de pleno derecho de las élites locales
hacía menos de 15 años; además, en opinión de los jueces, la extranjería
de ese importante centro minero. Su red de relaciones comprendía cinco oidores de la Au-
diencia'de México, cuatro mineros, entre ellos José de la Borda, quien llegaría a ser su yemo
32
Ismael Sánchez Bella, La organización financiera en las Indias, siglo XVI, Sevilla, 1968. en 1720, y Femando de la Campa y Cos, conde de San Mateo de Valparaíso, el regidor de la
La ley prohibía a los oficiales reales, al igual que a todos los que poseían facultades judiciales, ciudad y comerciante, Agustín de Liz, Juan Lucio de la Carrera, alcalde ordinario, represen-
contraer matrimonio con jóvenes nacidas en su circunscripción administrativa y, más concre- tante de los comerciantes de la ciudad, familiar de la Inquisición y, además, su cuñado, y, en
tamente todavía, contraer matrimonio con la hija o la hermana de uno de sus colegas; véase fin, dos miembros del Tribunal de Cuentas, Gabriel Guerrero de Árdila y Francisco Tomás de
la cédula real del18 de febrero de 1582, retomada el12 de mayo de 1619. Zabalza. Entre incondicionales, amigos y socios, el conjunto de esa red constituía un grupo
33 Su solicitud se refería al matrimonio de su hija con el oidor de la Audiencia de Guada- de 27 personas. En lo concerniente a sus bienes, su estimación en ocasión del embargo que
lajara, Fernando de Urrutia, nacido en México, y cuñado de su colega de la misma audien- efectuó en 1721 el juez Tristán Manuel de Rivadeneyra Luna y Arellano -641 pesos- no en-
cia, José Mesía de la Cerda; véase Mark A. Burkholder y Dewit S. Chandler, Biographical gañó a nadie, mucho menos al juez: Martín Nicolás Verdugo de Raro y Dávila había recibido
Dictionary of Audiencia Ministers in the Americas, 1687-1821, Westport, 1982, pp. 212 y 336; su de su segunda esposa más de 22000 pesos como dote; en 1710, poseía varias propiedades in-
hija, nacida en 1700, tenía 13 años en esa fecha: AHEZ, Fondo notarfa colonial, núm. 15, caja 1, mobiliarias en la ciudad misma con un valor aproximado de 2 000 pesos, y, sobre todo, era
legajo 2. propietario de una curtiduría avaluada en 4000 pesos y poseía bienes muebles -platería, ob-
34 Basándose en los precedentes creados por dos oidores de la Audiencia de Guadalajara, jetos preciosos, etcétera- por más de S 000 pesos, así como 9 000 pesos en capitales; en el
en particular el de José de Miranda Villaysán, el candidato proponía 2000 pesos a cambio de mismo año de 1710, en fin, tenía en su poder créditos por un valor de 3 700 pesos: idem, y
la dispensa: AGI, Audiencia de Guadalajara, legajo 92. AGNM, notaría 19, libro 132, f. 30.
256 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 257

únicamente un buen matrimonio podía sacarlos del apuro; y, arguyendo el tuaba los estrechos vínculos que anudaban los oficiales reales y las familias
panorama poco brillante de la situación familiar de todos sus predeceso- pertenecientes al mundo de las élites económicas o administrativas de la
res, subrayaban la importancia de ello desde su punto de vista. En opi- circunscripción donde aquéllos ejercían su oficio. Cuando aceptaban la in-
nión de Manuel de Cuevas y Franco y de Francisco Ignacio Domínguez de tegración de individuos de extracción socioeconómica relativamente mo-
Riezu, los hijos de Bartolomé de Llerena Ayala, los de Diego de Izunza desta y, en todo caso, inferior a la suya, dichas familias vivían el "sacrifi-
y Zuazo, caballero de la orden de Santiago, la viuda de este último y la de cio" sin reticencias aparentes: veían en él una ventaja decisiva para la
Francisco Antonio de Cuervo y Valdés y, en fin, los herederos de Ildefonso afirmación de su dominación en detrimento de sus rivales; observación
de Cuervo y Valdés, hijo del anterior, y los de Manuel de Lava compartían, sobre la que arrojará una luz nueva el estudio de la complementariedad
todos, situaciones familiares dramáticas. Las situaciones que más compar- económica en el seno de las redes de sociabilidad. En lo que respecta a los
tieron en su mundo los oficiales reales de la ciudad de Guadalajara parecen propios oficiales de la Real Hacienda, se trataba de un excelente medio
haber sido el embargo de bienes a causa de deudas, la obligación de aban- para integrarse al grupo social dominante. Lo anterior quiere decir que el
donar su domicilio para hacerse albergar por parientes más afortunados y desequilibrio socioeconómico de los matrimonios se restablecía sobre otra
la inexistencia de futuro para sus hijos; la única excepción era Francisco base: la de los beneficios recíprocos que obtenía cada una de las partes.
de Carmona, quien se había jubilado ese año; si bien había salido del Finalmente, a través de su matrimonio con las hijas de los miembros de
apuro, se lo debía a su matrimonio con una doncella de una rica familia de la alta administración, los oficiales de la Real Hacienda se aseguraban el
la ciudad, Isabel de Medrana; y llegaban a la conclusión de que ésa era la establecimiento de vínculos en el seno de la estructura administrativa;
única solución verdadera a su disposición. 37 En consecuencia, ya se tratase muy en particular, ponían en relación servicios que eran estructuralmente
del oficial real de Zacatecas o de los de Guadalajara, el matrimonio -tanto extraños unos a otros, cuando no eran rivales unos de otros. Consecuen-
el suyo como el de sus hijos- les parecía claramente un recurso funda- temente, es fácil comprender el riesgo que representaban las decisiones
mental que los alentaba a evitar por todos los medios posibles los rigores matrimoniales de los oficiales de la Real Hacienda, puesto que venían a
de la ley. poner en tela de juicio uno de los principios básicos que elaboró la mo-
Igualmente, las estrategias de los oficiales reales demuestran la fuerte narquía española en el momento de organizar la administración en su
coherencia interna que orientaba el comportamiento de los miembros del imperio recientemente conquistado: poner sus diferentes componentes
grupo. Todas respondían a un proyecto que se puede expresar en estos tér- en rivalidad permanente, con el propósito de evitar toda concentración
minos: el fortalecimiento del poder que poseían, la integración a la élite del poder. 38
colonial y, en fin, la estabilización en el seno de esta última. Esos objetivos Como puede verse, entonces, el matrimonio de los oficiales de la Real
se concretaban en la importancia de la endogamia socioprofesional, propia Hacienda y de sus allegados transformaba profunda y radicalmente el lu-
de un medio muy homogéneo. Para comenzar, dicha endogamia era pro- gar que esos representantes de la Corona española de orígenes sociales re-
ducto de la carencia de verdaderos centros de formación para los oficiales lativamente modestos tenían en América; pero eso no era todo: ese tipo de
reales, a no ser precisamente las oficinas de la propia administración; y alianzas destruía parcialmente el buen funcionamiento del pacto colonial.
también era la expresión de la especificidad del conocimiento que poseían Se comprende mejor ahora la preocupación real por reglamentar muy
los oficiales de la Real Hacienda, caracterizado por su alta tecnicidad; con- pronto los matrimonios y las alianzas de los oficiales de la Real Hacienda
secuentemente, el aprendizaje se hacía en el medio ambiente familiar de establecidos en las Indias; sin embargo, a la luz del análisis, lo único que
los oficiales en servicio activo, lo que, por lo tanto, contribuía a favorecer se puede confirmar es su débil puesta en práctica durante el periodo en
la continuidad familiar de suegros a yernos. La endogamia también acen- estudio.

37 "Representación de los oficiales reales de Guadalajara sobre no poder mantenerse con el 38 Horst Pietschmann, El Estado y su evolución al principio de la colonización española en
salario que gozan", AGI, Audiencia de Guadalajara, legajo 114. América, México, 1989.
258 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 259

comitante, en la misma administración, de varios miembros de un mismo


LA CONTINUIDAD FAMILIAR: SIMULTANEIDAD Y HERENCIA linaje, lo cual constituía una situación específicamente prohibida por la ley,
si bien la práctica se mantuvo como una de las más corrientes entre los ofi-
Dado que la complejidad y eficacia de las estrategias matrimoniales garan- ciales de la Real Hacienda. 42 Es fácil identificar varias reales cajas donde la
tizaban la presencia de un grupo familiar en el seno de la administración presencia tentacular de los grupos familiares se ponía ampliamente de
de la Real Hacienda, también condicionaban la capacidad del grupo para manifiesto: los Miranda y los Villegas Puente, en México; los Alarcón y
garantizar la herencia de los oficios bajo su dominio. Dicha capacidad re- Ocaña, en Veracruz; los Otero Bermúdez, en Guadalajara; los Aguirre, en
sultaba determinante para aquellos miembros del grupo cuya integración Yucatán, o los Cuervo y Valdés, en la Nueva Galicia, eran unas cuantas de
a las élites coloniales dependía ante todo del oficio que poseían. Ahora las numerosas dinastías que el transcurso del tiempo no parece haber
bien, en el mundo hispanoamericano, la venalidad de los oficios de los ofi- puesto radicalmente en tela de juicio.
ciales superiores no adquirió nunca el carácter definitivo y absoluto que En México, la presencia de los peninsulares Villegas Puente en la real
predominó en Francia en la misma época. 39 Incluso más tarde, cuando la caja de la ciudad ilustra a las mil maravillas la capacidad de una familia
venalidad desapareció progresivamente de la contratación de los oficiales para apoderarse de un sector administrativo. El padre y el hijo, los dos de
de la Real Hacienda en el transcurso de los años de 1720, las familias ya no nombre Manuel Ángel, arribaron hacia 1719 a México. Gracias al apoyo del
tenían en qué apoyar sus pretensiones hereditarias, por lo que, a todo lo virrey, que lo nombró continuamente en las funciones de oficial interino y,
largo del periodo estudiado, debieron velar en cada generación por los me- después, de oficial subalterno de la real caja de la ciudad de México, lo que
dios que era necesario poner en práctica con el propósito de asegurar con le permitió adquirir la experiencia necesaria, el padre llegó al cargo de ofi-
el menor riesgo la transmisión de los oficios en el seno del grupo. Así, el cial real de esa caja en 1728, función que desempeñó durante 25 años. De
estudio de la continuidad familiar entre los oficiales de la Real Hacienda manera simultánea, con continuidad y método, el grupo dirigido por Ma-
revela la eficacia de las respuestas que imaginaron las familias estudiadas: nuel Ángel padre extendió progresivamente sus posiciones en puestos sub-
en la mitad de los casos considerados, los oficiales en servicio activo eran alternos, aunque no menos importantes, de la real caja: dos de sus hermanos,
continuadores de una tradición familiar marcada con el sello del servicio Juan de Dios y Miguel, fueron portero y oficial segundo, respectivamente;
real; en esa misma proporción, los oficiales tuvieron un descendiente di- y, en lo concerniente a Manuel Ángel hijo, ingresó como oficial subalterno
recto que emprendió la vía paterna; pero eso no fue todo: 20% de esos ofi- de su caja a la edad de apenas 20 años y, llegado el momento, colocó a su
ciales, en fin, ejerció su oficio al mismo tiempo que un pariente cercano de vez a su propio hijo José en diversos cargos de la administración virreina!,
la misma generación que él. 40 La fuerte tradición familiar iba acompañada antes de verlo terminar su carrera como oficial del Tribunal de Cuentas de
también de una verdadera especialización: la tercera parte de los oficiales México, en vísperas de la crisis de la Independencia. Así, un grupo familiar,
de la Real Hacienda poseía un pariente en la misma administración. Esta banal en sí mismo, logró mantener a sus miembros en puestos importantes
última observación está vinculada con la misma necesidad que alentaba la de la administración de la Real Hacienda de la capital durante tres genera-
endogamia socioprofesional de los matrimonios: la de los oficiales que po- ciones, independientemente de las visitas, suspensiones y otras reformas. 43
seían un conocimiento técnico y práctico que se transmitía principalmente
en el marco familiar. 41 4 2 Ley 62, título 4, del libro 8 de la Recopilación de leyes de Indias, que reproduce una cédu-
la real del 18 de febrero de 1582, regularmente recordada después. La ley precisaba: "Que los
Ahora bien, el peso familiar en la administración de la Real Hacienda oficiales reales no se puedan casar con parientas de sus compañeros"; véase también Ismael
no se reducía únicamente a la cuestión de su continuidad en el seno de Sánchez Bella, La organización financiera ... , op. cit.
esta última, sino que se manifestaba igualmente mediante la presencia con- 43 La carrera profesional del padre de los Villegas Puente está detallada en su Relación de
méritos, fechada en 1726 (AGI, Indiferente general, legajo 165), y se completa mediante sus rela-
39 Véase las páginas 171 y siguientes. ciones de servicios elaboradas en 1728, que se encuentran en el AGS, DGT, 178-179, así como en
40 Michel Bertrand, "Du bon usage des solidarités ... ", op. cit. AGNM, notaría 307, libro 2111, y notaría 575, libro 3946. La carrera de su hijo se precisa en su
41 Idem. Relación de méritos, fechada en 1739, en AGS, DGT, 180-448, así como en AGI, Audiencia de Méxi-
260 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 261

En comparación con el caso en resumidas cuentas banal que represen- en fin, a un primo, 46 Luis, en el puesto de guarda, y a su hijo Francisco Ig-
ta el linaje de los Villegas Puente y que se podría repetir con unas cuantas nacio, primero como oficial segundo y después como oficial mayor de con-
variantes en el caso de varias reales cajas, la estrategia del clan familiar tabilidad.47 Así, según Antonio de López Matoso, quien, aun cuando fue un
Alarcón y Ocaña, de Veracruz, se presenta como un ejemplo sin igual entre testigo muy parcial, estaba bien colocado para describir la situación en esa
las dinastías estudiadas. Supera todas las otras situaciones encontradas real caja donde él mismo fue oficial mayor, la situación del personal de la
tanto por la amplitud del fenómeno como por el número de individuos qu~ caja a comienzos de los años de 17 40 se reducía a un dominio incompar-
incluía y el radio de acción que abarcaba. Es completamente evidente tido de ese clan familiar: "En esta oficina[ ... ] los más son hechuras suyas
que representa el proyecto familiar más consumado y de mayor continui- [es decir, del tesorero, Francisco de Alarcón y Ocaña] y parientes y a los
dad entre los oficiales de la Real Hacienda de la Nueva España. Habiendo que no lo son, alguna vez pretendió hostigar porque querían seguir mi en-
obtenido el cargo de oficial real en febrero de 1733 gracias a sus sólidos tereza. Después, con la mira de mi caída, los cebó prometiéndoles ascensos
apoyos Y relevos, muy particularmente en la ciudad de México,44 Francisco que de unos en otros daría [ ... ]". 48
de Alarcón y Ocaña no cesó de integrar a su administración a sus parientes La estrategia de Francisco de Alarcón y Ocaña se completó cuando
más cercanos: inmediatamente después de haber sido nombrado, impuso otro de sus hijos, Diego, obtuvo el cargo de alcalde mayor de Ixmiquil-
la contratación de un criado, José Mateo de Arroeta; en su antiguo pues- pan,49 mientras que un último hijo, Antonio, clérigo y familiar de la Inqui-
t~ de oficial segundo y, en 1744, lo promovió al rango de oficial mayor, ofi- sición, obtuvo una sinecura en Puebla. 50 El ejemplo de esa familia ilustra
CIO que Arroeta desempeñó hasta su muerte, en 1747; paralelamente, au- el grado en que la contratación totalmente discrecional de subalternos fue
mentó sus relevos personales, a los que añadió a su cuñado, Juan Facundo un procedimiento cómodo para que los oficiales reales afirmaran la fuerte
Suárez, en el puesto de oficial tercero y, años más tarde, segundo de su te- presencia de sus grupos familiares; 51 sin embargo, el caso de los Alarcón y
sorería y, en 1747, lo promovió al de oficial mayor, a la muerte del titular. Ocaña no se reducía únicamente al empleo sistemático de derechos corres-
En remplazo de los puestos que este último había liberado, había hecho pondientes a la función que desempeñaban. En efecto, el interés del ejem-
ingresar a otro pariente, Felipe Plácido Bravo.4 5 Asimismo, había colocado 1
plo que se ha presentado reside tanto en la amplitud del fenómeno como
en su cronología. Francisco de Alarcón y Ocaña, todavía en servicio acti-
ca, leg~jo 1971; AGI: E:scribanía ~e cámara, legajo 267a; Eduardo Báez Macías, "Plano y censo
vo en los años de 1760 -aunque temporalmente afectado al secretariado
de la cmdad de Mexico ~17~3) , Bo~e~ín del Archivo General de la Nación, vol. 8, núms. 3-4, del virrey interino Cagigal de la Vega en julio de 1760-, obtuvo en ese mis-
1967, p. 1089, Y AGI, Audtencza de Mextco, legajo 647. La del último representante de ladinas- mo año el nombramiento en su propio oficio para su hijo Francisco Igna-
tía, en fin, es mencionada por Linda Arnold, Bureaucracy and Bureaucrats in Mexico City
(1742-1835), Tucson, 1988, pp. 99-100. cio; y él mismo, de reto~no a Veracruz a principios de 1761, fue afectado
44
A pesar de haber sido un simple oficial subalterno de 1713 a 1730 -amanuense oficial
menor y, en fin, oficial mayor, sucesivamente-, obtuvo del virrey marqués de Casafue~e una 46 O quizá su hermano, pues el documento es impreciso respecto al lazo de parentesco

afectación de ofi~i~l rea~ tesorer? interino durante el periodo de suspensión de los titulares exacto entre los dos hombres: AGI, Audiencia de México, legajo 1163.
entonces en servi.ClO ~ctiv~, grac.Ias a que. gozaba de la protección del oidor de la Audiencia, 47 AGI, Indiferente general, legajo 184, y AGS, 2°-39-254.

P:dro Malo de VIll~vic~ncw, ~u~en pro~ovía su carrera: AGI, Indiferente general, legajo 257, 48 AGI, Audiencia de México, legajo 1163.

num. 78, Y AGI, Audzenc:za de Mexzco, legaJo 1163. Esos apoyos le abrieron las puertas a un car- 49 AGN, Ramo Inquisición, t. 1247, exp. 1, y Guillermo S. Fernández de Recas, Aspirantes

go, lo que, en toda lógica, sus estrechas relaciones con el oficial titular suspendido Francisco americanos a cargos de santo oficio: sus genealogías ascendentes, Ponúa, México, 1956. A fina-
de Síscara Y Ramírez, habrían debido impedirle: AGI, Escribanía de cámara legaJ'o,303b e _ les del siglo XVIII, esa circunscripción se componía de 12 pueblos indígenas; Peter Gerhard,
derno 14. ' ' ua
4
Geografía histórica de la Nueva España (1519-1821), México, 1986.
s Nómina de los señores. castellanos, oficiales reales, guardas mayores, oficiales mayores de so AGI, Audiencia de México, legajo 1962.
contaduría Y tesorería ~-esc:rzban~s que han havido en este puerto desde el mio de 1745 inclusive SI Con todo, es verdad que las decisiones impuestas a la real caja de Veracruz facilitaron
hasta el de 1766 tambzen mcluswe, AHN, Consejos, legajo 21463, exp. 3, 17 ff., y legajo 21463, todavía más la estrategia de los Alarcón y Ocaña; en efecto, las plazas creadas 10 años antes
doc~mento 4. _Debe ha~erse notar q~-e el fortalecimiento de la presencia del clan Alarcón y fueron suprimidas parcialmente en 1744, a solicitud de los propios oficiales reales. Quedó so-
Ocana fue posible gracias a la creacwn de seis cargos de oficiales inferiores en esa real caja breentendido que los subalternos en servicio activo permanecerían en él hasta su muerte Y
en 1734. que entonces serían remplazados por oficiales temporales designados de entre sus allegados
262 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 263
en esa época a la superintendencia de las alcabalas de la Nueva España. México, sector administrativo que, no obstante, era de más altos vuelos,
Como puede verse, el poderío de la red Alarcón y Ocaña superaba amplia- nadie escapaba verdaderamente a la presión del nepotismo. Así, a seme-
mente el marco local, para extender sus ramificaciones hasta la capital vi- janza de los otros oficiales de la Real Hacienda, las familias de los contado-
rreina!: además de que la real caja de la ciudad de México estaba sólida- res en servicio activo lograban obtener nombramientos de subalternos
mente controlada por sus herederos, él extendió su presencia a una nueva para sus miembros. Es cierto que el número relativamente reducido de
institución que ejercía su influencia a la escala de todo el virreinato. Por lo agentes del tribunal limitaba las posibilidades de una verdadera autocon-
demás, la fuerza de la familia resistió las tempestades de las reformas que tratación; sin embargo, no por ello es menos significativo el que la decisión
siguieron a la visita de José de Gálvez a la real caja de Veracruz a partir de de la contratación excepcional de contadores en 1719, después de una lar-
52
diciembre de 1765: el padre y el hijo, que habían sido suspendidos en ga y áspera discusión sobre su utilidad, 56 se tradujese sobre todo en el in-
1766, fueron finalmente reintegrados a sus respectivas funciones en 1772.53 greso de representantes de familias que ya tenían presencia en el tribunal.
El padre sólo sobreviviría unos cuantos meses al restablecimiento de sus En un principio, se seleccionó a 12 candidatos, de los que únicamente pa-
derechos, pero lo esencial había sido adquirido: la familia se encontraba saron efectivamente al ejercicio de su oficio cuatro nuevos titulares y un
nuevamente legitimada para prolongar la autoridad que ejercía desde ha- remplazante, entre los que se encontraban tres miembros de familias de
cía una treintena de años sobre unos sectores vitales de la administración contadores en servicio activo al mismo tiempo en la institución: Manuel
de la Real Hacienda: la real caja de Veracruz y la superintendencia de las Francisco de Lanterri, Juan José de Urueña y Juan Antonio de Somoza y
alcabalas.
Torres. 57 Medio siglo más tarde, en 1760, Juan Crisóstomo de Barroeta, en-
La presencia simultánea de la parentela Alarcón y Ocaña en varios ser- tonces regente del Tribunal de Cuentas de México, solicitó un oficio para
vicios de la Real Hacienda en el transcurso de la primera mitad del siglo su hermano menor. Pretendiendo obtener uno que fuese "digno de su ran-
XVIII ilustra el grado en que el nepotismo seguía todavía bien arraigado en
go", trazó el cuadro de las ocupaciones familiares. Entre los seis hermanos
el aparato administrativo de la Real Hacienda de la Nueva España. En que ya habían ejercido, todos ocupaban cargos importantes como oficiales
1767, por lo demás, aunque en otro contexto, un testigo interrogado por el del rey, dos de ellos en la Real Hacienda, con excepción de Pedro Antonio,
enviado de José de Gálvez para llevar a cabo la visita de Acapulco recono- entonces arzobispo de Granada, después de haberlo sido de Lima: José, te-
ció que las funciones de "juez comisario de guías", 54 así como las de guar- sorero de la real caja de Lima durante seis años, había terminado por ele-
das para el desembarque, eran sistemáticamente distribuidas entre parien- gir la actividad marítima y comercial; por su parte, Pantaleón ejerció como
tes de los oficiales de la Real Hacienda, cuando no de los virreyes. 55 En oficial real en el Secretariado de Estado y del Despacho Universal hasta su
otras instituciones, muy particularmente en el Tribunal de Cuentas de muerte, en 1740; Francisco Xavier, primer castellano del fuerte de Cavite,
en las Filipinas, era en ese entonces alcalde mayor de Villa Alta, en la pro-
por los oficiales real~s; AH~, Consej~s.',legajo 21463, documento 4. La confesión del propio vincia de Oaxaca, y Gabriel, en fin, había sido tesorero de la Santa Cruzada
contador de la real caJa, qmen descnbw los usos en vigor, remontándose hasta 1688 confu
la generalización y continuidad de esa práctica; por lo demás, reconoció que los s~balter:: por la ciudad de Puebla durante seis años. 58 Ahora bien, aun cuando varios
de la caj.a .trabaja_han sin s~l~~io y todos eran de su familia; tampoco tuvo ningún escrúpulo de esos oficios no dependían del mismo aparato administrativo, al menos
para sohCltar meJores pos1b1hdades para la carrera profesional de su primogénito, notable- tres de ellos -los de Juan Crisóstomo, Francisco Xavier y Gabriel- perte-
mente
52
a la cabeza de una compañía de infantería: AGI, Audiencia de México, legajo 354.
Herbert I. Priestley, José de Gálvez: Visitar-General of New Spain (1765-1771) Berk 1
1916. • eey,
53 5 6 AGI, Audiencia de México, legajo 736.
AHN,Consejos, legajos 21463, 21464 y 21694.
54 57 El primero era hijo de José de Lanterri, contador de resultas, fallecido unos meses antes;
El titular de ese oficio de la aduana del puerto, creado en 1754, verificaba la fidelidad de el segundo era hijo de Juan de Urueña, contador ordenador, y, en cuanto al tercero, era un
las relaciones de los cargamentos en comparación con lo que los porteadores descargaban en allegado de Gabriel Guerrero de Árdila, contador mayor del mismo tribunal. Infor:mes elabo-
l~ pla~a de. Acapulco y también verificaba los cargamentos que después salían del puerto ha- rados por el Tribunal de Cuentas a propósito de la contratación de sus nuevos miembros en
Cia el mtenor de la Nueva España.
55 enero de 1721 y marzo de 1723: AGI, Audiencia de México, legajos 737 y 733.
AHN, Consejos, legajo 20730, documento 2. 58 AGI, Audiencia de México, legajo 1165.
264 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 26S

necían claramente a la esfera de la Real Hacienda; en cuanto a los otros, sultaba prácticamente insostenible, pues sus propios hijos no ejercían en
llegado el caso, ofrecían protección y garantías o servían de recomenda- el lugar para remplazado con pocas costas.
ción, como lo ilustra el proceso. El ejemplo de ese ministro del Tribunal de Nada permite entrever que tales prácticas hubiesen desaparecido des-
Cuentas de México muestra el grado en que, en el caso de esas altas fun- pués. El propio José de Gálvez, gran opositor a los abusos y dificultades de
ciones administrativas, la simultaneidad de cargos correspondía a una je- funcionamiento de la administración americana, fue un buen relevo de sus
rarquía muy superior a la observada en el caso de un simple oficial real de allegados en la distribución de cargos o prerrogativas; 60 pero eso no es
una real caja; pero, si bien la escala no era análoga, el mecanismo, sus con- todo: en ninguna de las relaciones de cargos que estableció en contra de
secuencias y su significación se revelaban idénticos. los oficiales de la Real Hacienda de la Nueva España, figura en ningún mo-
No sacar partido de las ventajas que ofrecía el ejercicio de un oficio mento reproche alguno al nepotismo, que, no obstante, era ilegal. 61 Loan-
para colocar en él a hijos, sobrinos o, más generalmente, amigos incondi- terior indica el grado en que el recurso a los apoyos familiares en el seno
cionales, parecería, si no sorprendente, al menos lo bastante excepcional de una misma administración se mantuvo como una práctica común a
como para ser subrayado. La actitud que adoptó en 1688 el contador de todo lo largo del siglo XVIII, situación que el espíritu reformador de la se-
Veracruz, José de Murueta y Otálora, es reveladora de ese estado de ánimo: gunda mitad de ese siglo no parece haber logrado alterar seriamente de
el razonamiento que sostenía en la redacción de un informe sobre el perso- manera alguna. Se comprende así el grado en que, primero por medio
nal de la real caja, cuyos oficiales reales deseaban un aumento significati- del matrimonio, después por medio de la transmisión de los oficios y,
vo, muestra claramente el proceso intelectual de esos hombres de finales en fin, mediante el ~ecurso a los allegados, las r~des familiares en el seno de
del siglo xvn. Para comenzar, se basaba en esta doble observación: los la administración de la Real Hacienda de la Nueva España tejían lienzos
puestos de subalterno no existían oficialmente, por lo que no era posible particularmente presentes, sólidos y densos.
retribuidos con el presupuesto de funcionamiento de la real caja; por lo Las diversas observaciones concernientes al universo relacional fami-
demás, la necesidad patente en que se encontraba esta última de emplear liar de los oficiales de la Real Hacienda alientan entonces a corregir la im-
auxiliares imponía el recurso a medios poco honestos, lo que no molestaba portancia que se atribuye a la venalidad de los oficios, 62 dado que, con o
demasiado a los responsables de las reales cajas. La verdadera dificultad a sin ella, las familias lograban asegurar y dar continuidad a su presencia en
que se enfrentaban residía en la escasez de candidatos a los puestos tem- el seno del aparato administrativo colonial. Contrariamente a ese enfoque,
porales, sin salario fijo y sin la menor garantía de empleo; consecuente- que llegó a ser clásico, 63 la desaparición de la venalidad de los oficios de la
mente, la única solución residía en la contratación de auxiliares entre los Real Hacienda no modificó radicalmente la supervision real sobre la con-
allegados: fuera del círculo familiar no era posible encontrar candidatos.
60 Linda K. Salvucci, "Costumbres viejas, hombres nuevos. José de Gálvez y la burocracia
Así es como José de Murueta y Otálora justificaba la presencia en su servi- fiscal novohispana (17S4-1800)", Historia Mexicana, vol. 32, núm. 130, México, octubre-diciem-
cio de los auxiliares contratados en su entorno; pero su razonamiento no bre de 1983.
61 Las relaciones de cargos en contra de los oficiales reales de las reales cajas, así como las
se detenía ahí, pues subrayaba el hecho de que sus propios hijos no esta-
sentencias impuestas por el Consejo de Indias como consecuencia de la visita general de José
ban al servicio de esa real caja, fenómeno sorprendente en su opinión: su de Gálvez a la Nueva España, se encuentran en el AHN, Sección de Consejos, Consejo de Indias,
primogénito, que había obtenido un mando a la cabeza de una compañía Virreinato de Nueva España, Sala de justicia/escriban(a, legajos 207S3, 21008, y 210S9, núm.
de infantería, se encontraba, a decir de él, desterrado; y, en cuanto al ben- 679, así como en Secretar(a, expedientes sueltos, legajos 21694, 21706 y 21806.
62 En el caso del Consejo de Indias, esa práctica, siempre denunciada, ante todo por su in-
jamín, trabajaba al lado del conde de Paredes en el marco de su residen- moralidad -significaba que el rey "vendía" su poder de hacer justicia-, era también la pri-
cia. 59 En su conclusión sobre la situación de la real caja de Veracruz, José mera causa de la pérdida de autoridad de la metrópoli sobre el imperio. Ésos fueron los argu-
de Murueta y Otálora afirmaba que la situación d~ uno de sus ministros re- mentos regularmente mencionados en ocasión de las sucesivas nuevas plantas aplicadas en
1692 y 1701, así como del proyecto reformador de 1738-1740: AGI, Audiencia de México, lega-
jos 16S (exp. SS), 327 y 1970.
63 Mark A. Burkholder y Dewit S. Chandler, From Impotence to Authority: The Spanish
59 AGr, Audiencia de México, legajo 3S4. Crown and the American Audiencias, Columbia, 1977.
266 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 267

tratación de sus oficiales en la Nueva España, puesto que, finalmente, la confiado a uno de los suyos; no obstante, si bien el aspecto familiar se re-
mayoría de las contrataciones de oficiales se llevaba a cabo en el seno de vela fundamental en el mecanismo de monopolización del poder, el pode-
los mismos grupos familiares. Si bien es cierto que la venalidad de los ofi- río y la presencia de un linaje en el seno del aparato administrativo no se
cios contribuyó de manera muy evidente a integrar al patrimonio el oficio reducían exclusivamente a ese tipo de vínculos. Las familias se apoyaban
que se ejercía, su abandono no significó, no obstante, una renovación im- también en relaciones, complementarias de las anteriores, que contribuían
portante del método de contratación; pero eso no es todo, pues el hecho a acrecentar aún más su influencia. En efecto, al lado de los vínculos fami-
de que en el siglo XVIII se diera preferencia a la competencia técnica en la liares stricto sensu, operaba muy particularmente la solidaridad regional
selección de un oficial real únicamente logró fortalecer la presencia de las ibérica transplantada a América: se conoce la función determinante que
dinastías familiares constituidas precisamente en torno a la transmisión esos apoyos desempeñaron en el mundo de los comerciantes en la transmi-
de los conocimientos que tenían: el hijo se formaba con el padre y el so- sión de su patrimonio profesional; 65 y también se conoce la capacidad de
brino con el tío, cuando no era el yerno con el suegro. Así, las redes fami- los comerciantes para mantener en América sus rivalidades peninsulares,
liares lograron desviar y anular parcialmente la preocupación que había de lo que da pruebas la rigurosa competencia entre vascos y montañeses
incitado al rey a abolir la venalidad para volver a hacerse cargo de la con- en el marco del Consulado de México. En consecuencia, no deberá sor-
tratación administrativa. Más aún: la observación de las estrategias fami- prender el encontrar en otra parte, muy particularmente entre los oficiales
liares de los oficiales de la Real Hacienda permite relativizar todavía mucho de la Real Hacienda, el apego a lo que el españ<?l califica de "patria chica".
más los daños de la venalidad y, accesoriamente, la reanudación del domi- Entre los emigrados metropolitanos del corpus de esta investigación se
nio del aparato burocrático americano mediante la política reformista de encuentra también la expresión del afecto por el lugar de origen; no obstan-
los Barbones. La voluntad de excluir a los criollos en beneficio de los me- te, se debe precisar de inmediato que las fuentes no son siempre explícitas
tropolitanos sin vínculos con el medio local fue desviada en buena parte de sobre ese aspecto de las redes relacionales de los oficiales en estudio. En
su objetivo inicial debido a las estrategias de las familias criollas o con ocasión de los procesos, muy particularmente, la mención de los testigos
miembros criollos: al prestarse a esas decisiones matrimoniales cuya com- de descargo que hacía el inculpado permite reconstituir la red de allegados
plejidad, habilidad y eficacia ya se examinó, las familias de los oficiales de y aliados que gravitaban en torno a él; sin embargo, es sintomático obser-
la Real Hacienda mostraban que consideraban insignificante la rivalidad var que, entre los diversos criterios de identificación a que recurría el juez
entre criollos y peninsulares. Así, a pesar de la severa legislación real en la de instrucción, el lugar de nacimiento no se mencionaba sistemáticamente
materia y de la preocupación a todo lo largo del siglo XVIII por que su apli- con la precisión que sería de desear. Cuando se encuentra esa información,
cación fuese cada vez más rigurosa, es necesario relativizar profundamente es necesario contentarse con anotaciones como "nacido en aquellos rey-
la distinción entre los dos grupos de la élite colonial. Debido a las estrategias nos", que se opone a los nacidos en "estos reynos"; 66 por el contrario, el
familiares, que los miembros de la parentela dominaban rigurosamente, la
política administrativa enunciada y reivindicada con claridad desde Madrid la especificidad de los oficios que ejercían, podría extenderse al conjunto del aparato adminis-
trativo y judicial superior cuando se generalizó el abandono de la venalidad de la contrata-
se veía eficaz aunque silenciosamente contrarrestada. 64 ción después de 1750. En efecto, sería necesario verificar si el fortalecimiento generalizado de
la presencia de los peninsulares no se vio fuertemente graduado por la integración de los jue-
ces, quienes, aun cuando venían de la metrópoli, eran poseedores de sólidas redes relaciona-
les locales. A juzgar por la observación simple y rápida de sus decisiones matrimoniales, se
ÜRÍGENES GEOGRÁFICOS Y RELACIONES FAMILIARES
puede plantear la hipótesis de que, finalmente, la situación se alejó poco de la que predomi-
naba entre los oficiales de la Real Hacienda; véase Mark A. Burkholder y Dewit S. Chandler,
Estrategias familiares, nepotismo y herencia del oficio, todo se conjugaba Biographical Dictionary .. ., op. cit.
65 David Brading, Miners and Merchants ... , op. cit.
así para fortalecer y perpetuar el acaparamiento por una familia del poder 66 A ese respecto, se puede hacer notar que, en toda la documentación utilizada, el califica-

tivo de criollo es excepcional, por no decir inexistente; únicamente se aplicaba a los esclavos
64 Faltaría saber si la observación aplicable a los oficiales de la Real Hacienda, a pesar de nacidos en América.
268 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 269

pesquisidor prefería insistir en la actividad profesional del testigo y en su lu- Ahora bien, un análisis más preciso permite graduar y, sobre todo,
gar de residencia en el momento del interrogatorio. Lo anterior quiere decir complementar estas primeras conclusiones. Todas las redes reconstituidas
que la identificación de un individuo no se deducía principalmente de su que contaban con una importancia y una complejidad mínimas compren-
lugar de nacimiento, sino, antes bien, de su medio de vida, por lo que no dían sistemáticamente allegados provenientes de la misma región que el
se puede conocer con gran precisión el origen geográfico de los miembros oficial real de que se trataba. 70 Tal era precisamente el caso de varios ofi-
de las redes de los oficiales de la Real Hacienda, a no ser de manera excep- ciales reales que ejercían en regiones muy diferentes: el vasco Manuel San-
cional, y el investigador se ve obligado a contentarse -en el mejor de los tiago Aguirre y Negro, que residía en Yucatán; el criollo Francisco de Sís-
casos- con una definición "regional" de la patria chica, con el riesgo de cara y Ramírez, nacido en La Habana; el vasco Francisco San Juan de
desvirtuar un poco su sentido. 67 Santa Cruz y el castellano Francisco de Alarcón y Ocaña, residentes en Vera-
A partir de los datos obtenidos, se pone de manifiesto que las redes re- cruz, y también los madrileños Pedro Alejo López de Cotilla y José Ignacio
lacionales de los oficiales de la Real Hacienda no se elaboraban prioritaria- de Miranda Canal, residentes en México. 71 En ese terreno, el ejemplo de
mente en función de la variable geográfica, aun cuando no por ello esta úl- Manuel Santiago Aguirre y Negro resulta particularmente significativo del
tima dejaba de estar presente. En el conjunto constituido mediante una apoyo que los oficiales reales metropolitanos buscaban entre sus paisanos.
red de sociabilidad, la proporción de paisanos se mantenía globalmente re- Aguirre y Negro, nacido en Vitoria en agosto de 1678, era nieto de un fiscal
ducida. Muy frecuentemente, se seleccionaba a los que llegaban a ser próxi- general de los hijosdalgos de la misma ciudad;. su padre, José de Aguirre y
mos, aliados o protegidos de los oficiales de la Real Hacienda fuera de la Espinosa, nativo de Arroyabe, había contraído matrimonio en junio de
región de origen, como lo demuestran las redes de dos contadores de Vera- 1673 con Magdalena Negro y Estrada en Valladolid, donde ella había na-
cruz: la del vasco Martín de Veytia, en 1710, y la de su sucesor criollo, Juan cido 24 años antes. Manuel Santiago desembarcó en Yucatán, hacia 1709,
de Echegaray, en 1719. 68 El primero, originario de Orduña, era soltero en con el acompañamiento de su hermano mayor, José Francisco, quien acaba-
el momento de su fallecimiento, hacia 1711 o 1712. De entre los seis allega- ba de ser nombrado teniente asesor y auditor de guerra del gobernador de
dos o amigos computados que tenía en ese momento, ninguno era origina- la provincia; su hermana, Francisca Antonia, también formaba parte del
rio de la misma región que él. De la misma manera, de los 46 individuos grupo. Es cierto que las numerosas relaciones familiares y amistosas que
que estaban en relación con Juan de Echegaray y habían sido convocados tejieron los tres hermanos les permitieron una rápida integración a la so-
a apoyarlo en el marco de la pesquisa de que fue objeto en 1719, sus rela- ciedad local; 72 sin embargo, la red de los amigos más allegados de Manuel
ciones más cercanas, notablemente en los negocios, eran mayoritariamen- Santiago se mantuvo estructurada en torno a seis vasco-navarros. Sus pri-
te con metropolitanos. Lo anterior quiere decir que, en esos casos precisos, mos de Arroyabe, los Aguirre y Cuevas, emigrados también a la Nueva Es-
las relaciones entre paisanos tendieron a ser remplazadas por vínculos es-
trechos con foraster:os; 69 dicho en otras palabras, a pesar de la importancia 70
En esa categoría únicamente están incluidas las redes que comprendían al menos una
que se otorgaba en el mundo hispánico a la región de origen y a la solidari- decena de individuos distribuidos conforme a los tres grados o círculos de amistad tomados
dad que se podría esperar de ella, no eran raros los que se desentendían en consideración: amigos, asociados-socios e incondicionales o clientes. En lo concerniente al
contenido de esas tres categorías, véase el capítulo VI. Respecto al conjunto del corpus, fue
-por necesidad, probablemente, más que por decisión personal- de ese posible reconstituir las redes mínimas de una treintena de oficiales de la Real Hacienda.
patrimonio del que no disponían o del que habían dejado de disponer. 71
En total, fueron 18 oficiales reales metropolitanos los que, en diversos momentos de su
existencia, mantuvieron relaciones privilegiadas con socios provenientes de la misma región
67 En consecuencia, se tomarán en consideración los grandes conjuntos regionales penin-
que ellos.
sulares -antes bien que la estructura en reinos- que, no obstante, explican mejor la unidad 72 Manuel Santiago contrajo matrimonio con una doncella de Mérida y Francisca Antonia
del origen geográfico. se casó con Pedro Antonio de Mendíbil, residente en esa misma ciudad; AHN, Pruebas de los
68 AGI, Escriban(a de cámara, legajo 298, cuaderno 26; legajo 262, y legajo 303, cuadernos
caballeros de Calatrava, legajo 132, núms. 11989 y 11990. En cuanto a José Francisco, en 1729
3 y S. solicitó al Consejo de Indias una dispensa para contraer matrimonio con una doncella de la
69 Así, eran 37 oficiales reales los que se encontraban en esa situación, en la que mantenían
circunscripción de la Audiencia de México; Mark A. Burkholder y Dewit S. Chandler, Biogra-
relaciones estrechas con socios qtíe no pertenecían a su región de origen. phical Dictionary ... , op. cit., p. S.
270 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 271

paña a comienzos del siglo XVIII, 73


tenían un lugar importante en ella; en la misma región que el oficial, es interesante examinar el papel destinado
particular, cuando Juan Antonio Aguirre y Cuevas adquirió el título de ofi- a los compatriotas. En efecto, es sorprendente observar que, con mucha
cial real supernumerario de la real caja de Pachuca, en mayo de 1710, de- frecuencia aunque no exclusivamente, se trataba de protectores para el
signó como su remplazante en caso de impedimento a su pariente Juan oficial de que se tratase. Así, se encontró que el apoyo que prestaban cier-
Francisco, lo que confirma la estrechez de sus relaciones. De igual manera, tos parientes o amigos originarios de la misma región representó la base
Manuel Santiago mantenía estrechas relaciones, antes de enemistarse con de 14% de los comienzos de la carrera profesional en América de los ofi-
él en 1718, con su colega y paisano Agustín de Echaurrí, tesorero de la real ciales de la Real Hacienda. Lo anterior se asemeja al esquema que propu-
caja de Mérida; además, en el momento de elegir a un oficial subalterno so David Brading en el caso de los comerciantes, aun cuando haya funcio-
para su servicio, designó a un compatriota y deudo, Santiago González de nado conforme a modalidades un tanto diferentes. El paisano de un oficial
Espinosa. 74 Un último signo, en fin, y no de los menores, de su apego a sus de la Real Hacienda llegaba a ser por excelencia el que ponía sus conoci-
orígenes vascos fue que, en 17 31, designó a José de Zaldívar para llevar a mientos, apoyos y relevos al servicio del primero para facilitarle la inte-
cabo el remplazo durante sus ausencias, antes de otorgarle tanto la mano gración y el buen éxito. Es verdad que el ejemplo venía de las alturas,
de su hija como su oficio. 75 El yerno que ganaba con ello, hijo de Manuel de puesto que tal actitud se encontraba muy frecuentemente entre los altos
Barrenechea Zaldívar, oficial de la "contaduría general de distribución" an- responsables administrativos que desembarcaban en la Nueva España ro-
tes de terminar su carrera como oficial mayor de la real caja de Mérida, deados de sus allegados, entre los que inmediatamente distribuían pre-
era también originario del País Vasco. 76 A través de este ejemplo particu- bendas y oficios. Los virreyes que no practicaron el embarque más o me-
larmente revelador, cuyo modelo se encuentra también entre los otros cinco nos numeroso de sus incondicionales en ocasión de sus viajes fueron
oficiales reales, se observa el grado en que la integración que lograban particularmente raros. 77 Así, en abril de 1696, el virrey conde de Galve lo-
-tanto por medio de su matrimonio como por medio de sus parientes cer- gró la autorización para retornar a la metrópoli con 80 criados y 12 escla-
canos- iba de la mano con la continuidad de vínculos estrechos con re- vos.78 En lo que respecta al virrey duque de Albuquerque, en mayo de
presentantes de su provincia de origen. Lo anterior quiere decir que, lejos 1702 desembarcó en Veracruz con un centenar de personas/ 9 mientras
de ser una especialidad vasca, la orientación doble de las relaciones se en- que, a su retorno a la metrópoli, en 1713, únicamente llevó consigo 32 de
cuentra entre la mayoría de los oficiales reales, notablemente los metropo- todos los familiares que lo habían acompañado en ocasión de su viaje a la
litanos, integrados a unas redes de relaciones muy desarrolladas. Nueva España: distribuidos en dos carabelas, tan sólo los gastos de pasaje
Independientemente de la preferencia por los aliados provenientes de representaron 14 000 pesos. 80 La justificación que se proporcionaba con la
73 Su tío, Manuel de Aguirre y Espinosa, ejercía el oficio de alférez real de México y había solicitud de licencia de embarque de una "casa" tan numerosa era invaria-
adquirido el título de regidor de la ciudad. Por intermediación de su mujer, se había converti- blemente la misma: el temor a la soledad en una sociedad a la que no se
do en el heredero del mayorazgo de Juan de Cuevas, que le aseguraba unos ingresos de cerca
de 40000 pesos; AGNM, notaría 570, libro 3935, f. 20, y AGN, Ramo judicial, vol. 23, exp. 29, f. 68. 77
Una cédula real del2 de noviembre de 1662 les prohibía expresamente partir con los hi-
74 AGI, Audiencia de México, legajos 564 y 568.
jos mayores, los yernos y las nueras, y estaban obligados a solicitar una dispensa, la cual, no
75 En particular, le confió su cargo durante los meses en que él mismo ejerció las funciones
obstante, les era otorgada muy fácilmente: AGI,.Audiencia de México, legajo 610.
de gobernador interino de Yucatán, en 1735: AGI, Indiferente general, legajo 148, y AGI, Audien- 78
Sin contar a su esposa, María Andrea de Guzmán, y a sus dos hijos, nacidos de un ma-
cia de México, legajos 568 y 1972. trimonio anterior, Manuel y Teresa de Córdova, de 11 y siete años de edad, respectivamen-
76 Es probable que los Barrenechea Zaldívar encontrados en la Nueva España hayan sido ori-
te, así como a sus tres hijas, Fausta, Melchora y Bernarda, de seis, cinco y cuatro años de
ginarios de Bilbao. Todo indica, en efecto, que eran parientes cercanos de los Barrenechea de esa edad, respectivamente; se sumaron a la familia, en fin, dos religiosos, dos capellanes y un
ciudad, que dieron muchos miembros a las órdenes de caballería en el siglo XVII y a las instancias médico: ídem.
municipales de esa ciudad (véase más adelante); sin embargo, la desaparición del AHN del expe- 79
Además de su esposa y su hija, Ana Catarina de la Cueva, lo acompañaban Juan de Esta-
diente y el expedientillo de José de Zaldívar, quien recibió el título de caballero de la orden de casolo y Otálora, su secretario y oficial en el secretariado del Consejo de Indias en la Nueva
Santiago en los años de 1730, no permitió reconstituir de manera precisa la existencia de al- España, tres capellanes, 18 criados mayores y seis pajes, a los que se habían unido todas las
gún vínculo familiar. José de Zaldívar tampoco aparece en el repertorio establecido por Vicente familias respectivas; idem.
de Cádenas y Vicent, Caballeros de la orden de Santiago, siglo XVI, 6 vols., Hidalguía, Madrid. 80 AGI, Audiencia de México, legajo 1158.
272 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 273

pertenecía. 81 Las residencias de los virreyes, igualmente invariables, están cuyo apoyo y sostén esperaban estos últimos al momento de su llegada. El
repletas de denuncias de concesiones de oficios hechas en toda ilegalidad a caso de Martín de Veytia, el contador de Veracruz con la red relacional men-
sus allegados, aunque, en realidad, no por ello la sentencia final dejaba de cionada anteriormente que, en el momento de su fallecimiento, excluía a
perdonarlas con mucha frecuencia. 82 Ahora bien, en lo concerniente más todo paisano, ilustra a la perfección, no obstante, la búsqueda de apoyos en-
concretamente a la administración de la Real Hacienda, el marqués de Va- tre aquellos de quienes se esperaban los primeros sostenes: su viaje a la Nue-
lera fue el más activo en la preocupación por colocar en ella a sus allega- va España se había realizado gracias a la protección de Sebastián de Casta-
dos. A pesar de las condiciones de contratación relativamente estrictas y de ñeda, comerciante de San Sebastián, del que era compatriota y asistente. 84
las prohibiciones que contravenía, en seis años de ejercicio del poder, logró Consecuentemente, ahora se comprende mejor la importancia que los
nombrar a cuatro de sus allegados en diversas reales cajas y el Tribunal de oficiales atribuían a las relaciones que heredaban en virtud de sus oríge-
Cuentas. 83 En comparación con todo el personal interino de la Real Ha- nes. Los metropolitanos recurrían a los vínculos geográfico-familiares al
cienda contratado durante su mandato, las contrataciones que él hizo re- comienzo de su recorrido americano; pero, más tarde, lejos de excluirlos
presentaron la sexta parte de los oficios concedidos a allegados. sistemáticamente, les parecían menos fundamentales, lo que revela que la
A semejanza de esos altos dignatarios del sistema administrativo colo- integración al universo de la sociedad colonial iba por buen camino. Inclu-
nial, todos aquellos que disponían de apoyos o de la protección de un pai- so es posible mensurar el grado de integración caso por caso, gracias a la
sano nunca dudaron en hacerlos valer para promover su futuro. Así, los importancia que los metropolitanos otorgaban.a las relaciones con sus pai-
obispos -o, más generalmente, el personal de la administración eclesiásti- sanos. De esa manera, en febrero de 1692, la esposa de un oficial se queja-
ca-, los alcaldes mayores, los militares, algunos comerciantes y algunos ba del estado de abandono, tanto económico como humano, en el que el
miembros de las audiencias constituían el abanico de los oficios o respon- fallecimiento del esposo la había sumido por el hecho de encontrarse"[ ... ] en
sabilidades que ejercían los protectores de los oficiales de la Real Hacienda estas tierras tan distantes y estrañas, sin deudos que le favorescan". 85
Es cierto que probablemente sus reflexiones sobre la precariedad de su
81 Eso fue lo que, con medio siglo de diferencia, confiaron dos virreyes, el duque de Albu- situación económica no debieran conmover en exceso: era el argumento
querque y el conde de Revillagigedo, en sus solicitudes de licencia de embarque: AGI, Audien- ineludible de toda viuda que pretendía obtener una pensión; por el contra-
cia de México, legajo 1121. rio, la visión general que ofrece sobre su aislamiento social y familiar se
82 En ese terreno, una cédula real del 23 de noviembre de 1680 modificó ligeramente la le-

gislación existente. A partir de la cédula real del12 de diciembre de 1619 se les había prohi-
revela más significativa. Al seguir a las Indias a su marido, el juez Juan
bido todo nombramiento de sus parientes hasta en cuarto grado, aun interinamente, a cuales- Bautista de Urquiola Elorriaga, Francisca del Salar había dejado tras ella
quier cargo de la administración, entre ellos, los de la Real Hacienda, así como los de todos parientes, amigos y aliados en su región de origen. Ahora bien, esa hija de
los curatos de su virreinato. Esa cédula real fue recordada con regularidad, notablemente en
Juan del Salar, caballero de la orden de Santiago y secretario del rey en el
1626, 1661 y 1672. A partir de 1680 recibieron la autorización para nombrar de entre sus pa-
rientes a los titulares de 12 alcaldías mayores: dos de primera clase - Tepeaca y Oaxaca-, cinco Consejo de Indias, sabía cuál podía ser el valor de las relaciones y los apo-
de segunda clase -Teguacán, Miaguatlán, Chalco, minas de Guanajuato y Xochimi!co-, cin- yos; en consecuencia resentía tanto más brutalmente su extranjería en un
co de tercera clase -Mestitlán, Vieja Veracruz, puerto de Guatulco, minas de Tonalá, Cilacay-
capo y minas de Zultepeque-: AGI, Audiencia de México, legajo 52, ramo l. Las residencias de
virreyes, simplemente consultadas en el AGI, en la sección Escriban{a de cámara, aunque no co, legajos 454 y 1972) y Manuel Ximénez de Velasco, en Durango (AGI, Audiencia de Guadala-
analizadas en realidad, retomaban casi sistemáticamente la acusación del nombramiento de jara, legajo 118), mientras que Felipe de Muelas se contentó únicamente con un cargo de con-
allegados en cargos no autmizados; a manera de ejemplo, remítase a la residencia hecha al ar- tador ordenador interino en el Tribunal de Cuentas durante los seis años de ejercicio de su
zobispo de México, virrey interino durante 10 meses, en 1696: el primer cargo admitido en su protectm~ para dimitir inmediatamente después del anuncio del retomo de este último a España,
contra se refería en particular al nombramiento de cuatro parientes en funciones de alcalde adonde regresó con él (AGI, Audiencia de México, legajo 454). Durante el mismo periodo, 25 ofi-
mayor o de capitán de la guardia: AGI, Audiencia de México, legajo 233a. ciales de la Real Hacienda fueron contratados de manera interina por el virrey marqués de Va-
83 Los cuatro habían llegado con él desde España en 1716 y, en los meses que siguieron a lero. Es verdad que la aplicación de la reforma destinada a combatir el rezago en la glosa de
su arribo, todos obtuvieron nombramientos de interinos que aseguraron a tres de ellos el be- las cuentas significó un alza sensible de las posibilidades de contratación que presentaban.
84 Eduardo Báez Macías, "Plano y censo de la ciudad de México (1689)", op. cit., p. 152.
neficio ulterior de una titulación: Juan Manuel Martínez Soria, en Zacatecas (AGI, Audiencia
85 AGI, Audiencia de México, legajo 166, ramo 2, exp. 29.
de México, legajos 1165 y 1972), Pedro Durán del Moro, en Zimapán (AG!, Audiencia de Méxí-
274 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 275

mundo incapaz de ofrecerle un protector que pudiera asegurar su porvenir pre en el mismo sentido: sin un pariente cercano ni un compatriota protec-
y el de sus dos jóvenes hijos. Ése era el mismo estado de ánimo que embar- tor, lo que parecía estar amenazado era el futuro colectivo de la familia.
gaba en 1715 a otro oficial real, Gregario Pérez de Castro, cuando evocaba En una actitud un tanto cuanto diferente, pero en resumidas cuentas
su partida a las Indias después de haber obtenido el oficio de tesorero de la semejante a los comportamientos mencionados antes, los propios oficiales
real caja de Guanajuato; en lo que probablemente debió ser uno de sus pri- de la Real Hacienda metropolitanos no descuidaban desempeñar a su vez
merísimos informes dirigidos al Consejo de Indias, apenas desembarcado la función de protector con respecto a algunos parientes en busca de Bue-
en la Nueva España, subrayaba el precio de lo que todavía percibía como na fortuna en América, como lo reflejan las licencias de embarque. En es-
un doloroso exilio, precio que medía en función de los pesados sacrificios tas últimas, en efecto, se precisaba a los individuos que acompañaban al
personales, tanto económicos como humanos, dado que había tenido que oficial a la partida: la esposa, los hijos y, asimismo, los criados. Ahora bien,
abandonar a sus parientes y amigos, así como su patrimonio y la cómoda entre estos últimos no es raro encontrar a parientes jóvenes respecto a los
dote que había aportado su esposa, María Ruiz de Magdalena y Ahuma- que el oficial desempeñaba la función de protector. En 1638, Juan de
da. 86 La misma visión, ahora teñida de una desesperación y una tristeza Aranda obtuvo el oficio de "factor provehedor" de la real caja de Acapulco
más aguda ante la idea de abandonar a los suyos, es la que consignaba y, poco después, depositó una solicitud de licencia de embarque para él y
también el escribano de Mérida, Diego de Angas, cuando mencionaba la si- su acompañamiento: además de su esposa, María Ruiz de Moncayo, y sus
tuación del navarro Agustín de Echaurrí y su esposa, Juana Caballero y dos hijos, María y José, incluyó a un joven criado llamado Fernando Ruiz
Pollores. Esta última, navarra por parte de madre, residía en Campeche de Moncayo, entonces de 33 años de edad y probablemente hermano de
desde la época en que había seguido a su padre, de origen gallego. Habien- su joven esposa. 89 Cerca de un siglo más tarde, el andaluz José de la Villa
do contraído matrimonio con Agustín de Echaurrí, tesorero, y, más tarde, Ochoa, nombrado contador de la real caja de San Luis Potosí, se compor-
contador de la real caja de Mérida, se vio obligada a seguir los desplaza- tó exactamente de la misma manera con respecto a una cuñada: la licen-
mientos de su marido, sometido a la alternancia entre los dos asientos de cia de embarque, obtenida en julio de 1723, se refería, en efecto, a su es-
la real caja; a partir de 1720, sobre todo, se encontró de manera continua posa, María Catarina Aulente Perri, sus cuatro hijos, entre ellos un recién
en Mérida, "lejos de su familia y de su patria", según las afirmaciones del nacido, la nodriza de éste y, en fin, una joven hermana de su esposa, su
escribano. Invadida por la tristeza y la melancolía, se abandonó a la deses- cuñada María Luisa, entonces de 26 años de edad, soltera y huérfana. 90
peranza, perdiendo primero la vista y rehusando todo cuidado antes de Todos esos protegidos, presentados ora como parientes ora como criados
morir de aflicción. 87 Sin tener ese tinte dramático, las cosas no ocurrieron en las licencias de embarque y llegados tras la estela de su protector o in-
de manera diferente en el caso del oficial real de Guadalajara que precisa- citados por éste, se encuentran algunos años más tarde contabilizados en-
ba haber dejado tras él, en España, a toda su familia -esposa, hijos y pa- tre los deudos que residían bajo su techo; así, los dos censos de españoles
dres-, en vista del excesivo costo que representaba la transferencia de su residentes en la ciudad de México en 1689 y 1753 ofrecen varios ejemplos
casa; por lo tanto, solicitaba un acercamiento familiar, si se presentaba la significativos de ello en el caso de los oficiales de la Real Hacienda que re-
ocasión de un traslado a una real caja más cercana a Cádiz, donde residían sidían en esa ciudad. 91
todos los suyos. 88 En todos los casos mencionados, las dolencias iban siem- Más concretamente, el ejemplo de José del Mazo Calderón ilustra a la
perfección ese doble comportamiento basado en la solidaridad y la protec-
86 Por sí sola, la dote representaba "30000 pesos en reales, muebles y fincas": AGI, Audien-

cia de México, legajo 632. Otro oficial real, Felipe Femández Pacheco, de la real caja de Pa-
chuca, expresaba en los mismos términos ese mismo sentimiento en el momento en que tomó caja de Guadalajara: AGI, Tftulos de Indias, 184-221. En 17 6 7 fue cuando dirigió esa queja al
posesión de su oficio, "lejos de su patria, de su familia y de sus bienes": AGI, Audiencia de Consejo de Indias: AGI, Audiencia de Guadalajara, legajo 431.
México, legajo 1165. 89 AGI, Contratación, 5420, núm. 12 y núm. 72.

87 AGI, Audiencia de México, legajo 898. 90 AGI, Contratación, 5474, núm. 1 ramo 9.
88 Se trata de Francisco López de la Peña, en servicio activo en la comisaría de Marina de 91 Eduardo Báez Macías, "Plano y censo de la ciudad de México (1753)", op. cit., pp. 485-

Cádiz y, tiempo después, en mayo de 1766, trasladado a las funciones de tesorero de la real 1156.
276 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 277

ción, sucesivamente recibido y después otorgado a los compatriotas que a sita general de José de Gálvez, quien suspendió inmediatamente a todos
su vez partían a las Indias. A José del Mazo Calderón, originario de una fa- los que ejercían responsabilidades en Acapulco, fue lo único que le permi-
milia de hidalgos de Meruelos, en la circunscripción administrativa de tió recuperar sus antiguas responsabilidades. 95 Finalmente, de manera si-
Trasmiera del arzobispado de Burgos, se le encontró en 1753 en la calle milar a lo que existía en otros grupos del mundo de las élites, los oficiales
de Jesús, en México, residiendo en la casa de un amigo, el oficial real José de la Real Hacienda no se privaban de valerse de la solidaridad surgida de
Francisco Díaz de Celis. 92 En esa época, este último tenía ya una prolonga- un origen común; sin embargo, la especificidad de su situación profesio-
da carrera profesional tras de sí, primero como administrador en la Real nal, consistente en una dependencia total respecto al oficio que ejercían,
Armada y, más tarde, en calidad de oficial en la contaduría general de la debilitaba dicha solidaridad. Todo acontecimiento que llegara a privar al
marina. En 1742, habiendo sido promovido al cargo de tesorero de la real oficial protector de su poder, si ocurría muy pronto en el transcurso de sus
caja de Zacatecas, abandonó la península. Diez años más tarde, a princi- años de formación, amenazaba con arrastrar al protegido a una situación
pios de 1752, se trasladó a México, donde, por nombramiento del virrey delicada. Esos gajes del oficio, muy numerosos, como lo ha revelado la ca-
conde de Revillagigedo, fue afectado a las funciones de contador interino rrera profesional de los oficiales de la Real Hacienda, explican entonces la
de la real caja, antes de convertirse en su titular en los meses siguientes. 9 3 parte globalmente secundaria que la solidaridad de tipo geográfico ocupa-
En ese mismo año, la situación de su amigo José del Mazo Calderón toda- ba en el conjunto de las redes en estudio.
vía seguía siendo relativamente precaria. Había llegado a la Nueva España
desde hacía al menos ocho años y, desde julio de 1745, ejercía la función
de contador interino de la real caja de Pachuca, antes de lograr acceso, a UNA PISTA PARA LA INVESTIGACIÓN: LA CONTINUIDAD DE LAS REDES FAMILIARES
principios del año de 1752, al oficio de contador general interino con rango
de superintendente de la administración de las alcabalas de la Nueva Espa- La atención que se atribuía a la pertenencia a una parentela no se limitaba
ña. Una vez confirmado en sus funciones en enero de 1754 por un nombra- a los parientes y allegados que rodeaban al oficial de la Real Hacienda que
miento real, aprovechó inmediatamente la estabilización de su situación ejercía en la Nueva España. En el caso de los metropolitanos, para empe-
para acoger a un sobrino de la metrópoli, José Gil de Gibaja. Este último zar, aunque también en el de los que se habían instalado desde hacía dos o
desembarcó en México en el transcurso de ese mismo año e inmediata- tres generaciones, los vínculos familiares distendidos por el alejamiento se
mente se benefició con algunas comisiones delegadas por su tío; muy par- mantenían aún vivos y susceptibles en todo momento de ser reactivados.
ticularmente, entre 1756 y 1760, ejerció el cargo de juez de guías delga- Es cierto que la reconstitución de la continuidad familiar trasatlántica es
león de Manila. A la desaparición de su tío, en 1760, José Gil de Gibaja, ya una orientación de la investigación demasiado reciente como para que
sin la protección de que se beneficiaba, se vio privado de las comisiones pueda ofrecer todas las garantías y responder a todas las interrogantes;
por el nuevo superintendente, Francisco de Alarcón y Ocaña, quien prefirió únicamente la necesaria profundización posterior a partir de la reconstitu-
a un allegado, Alfonso Rodríguez de Oballe. 94 Esas diversas trayectorias ción de otras familias vendrá a confirmar o invalidar los aspectos descu-
profesionales, situadas entre 1740 y 1760, ilustran al mismo tiempo la fuer- biertos a propósito de los oficiales de la Real Hacienda; 96 sin embargo, las
za de la solidaridad nacida de un origen compartido y su fragilidad: la des-
95 Testimonio de José Gil de Gibaja, del 9 de noviembre de 1766, en AHN, Consejos (Indias),
aparición del protector ponía en tela de juicio inmediatamente la situación
adquirida. En el caso de José Gil de Gibaja, el sismo que acompañó a la vi- legajo 20730, exp. 1, ff. 11 a 15, e informe dirigido al Consejo de Indias ellO de enero de 1767
por los oficiales interinos de la real caja de Acapulco: AGI, Audiencia de México, legajo 1248.
96 En lo concerniente al método utilizado, se basa en el establecimiento de relaciones me-

diante el programa informático de genealogía Griot Altemative, versión 3.3, entre la filiación
92
AHN, Órdenes militares, pruebas de caballeros de Santiago, exp. 5037, y Eduardo Báez Ma- de los individuos que ejercieron en la Real Hacienda de la Nueva España. Únicamente los ofi-
cías, "Plano y censo de la ciudad de México (1753)", op. cit. ciales sobre los que se conoce desde un principio un vínculo personal y familiar con España
93
AGI, Indiferente general, legajo 148, y AGS, Tftulos de Indias, 181-195 y 183-375. pueden servir como punto de partida. La herramienta básica necesaria para la reconstitución
94 AGI, Audiencia de México, legajo 1248.
de los linajes es el conjunto de repertorios genealógicos de las órdenes militares españolas
278 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 279

dos genealogías reconstituidas ofrecen ya ahora ejemplos de estrategias fa- les y en los de sus antepasados y, sobre todo, en la total fidelidad del linaje
miliares que lograron vencer las distancias oceánicas. a la nueva dinastía, en 1728 obtuvo la recompensa de caballero de.la orden
Un primer ejemplo de la continuidad familiar lo ofrece el linaje de los de Santiago; al mismo tiempo, un primo hermano de José Bernardo, Ma-
Elcorobarrutia/Zupide, del que fue posible reconstituir las ramas que van nuel Irrazabal Elcorobarrutia, nacido en Vergara, ocupaba un puesto de
desde finales del siglo XVI hasta comienzos del XIX. Si bien es cierto que, en contador de resultas en Lima, en el transcurso de la primera mitad del si-
el caso de las generaciones menos numerosas, apenas contaban con algu- glo XVIII. En cuanto a la rama de la Nueva España, aseguró la continuidad
nos individuos, en el de las que abarcaron el periodo de 1650 a 1750, cada de su presencia mediante el linaje que había acogido al inmigrante. El pro-
una de ellas alcanzó una buena veintena de individuos; en consecuencia, pio suegro de Francisco Antonio de Zupide y Acuña, Juan de Urueña, ocu-
constituyó un vasto linaje, sin que, no obstante, haya sido desmesurada- paba ya una plaza entre los contadores de resultas del Tribunal de Cuentas
mente extenso. La característica principal de la estrategia elaborada por de México. A la muerte de Francisco Antonio de Zupide y Acuña, sin here-
sus miembros se refiere a su capacidad para favorecer, en cada generación, dero, la tradición familiar secular siguió adelante a través de la familia que
la integración de varios de ellos a la administración real y, principalmente, lo acogió. Juan José de Urueña Ferrari, hijo de Juan y cuñado de Francisco
a la de la Real Hacienda. Todo comenzó con Íñigo de Zupide y Aponte, Antonio de Zupide y Acuña, ocupó el puesto de contador ordenador y, más
quien, en la segunda mitad del siglo XVII, ejercía en Madrid, en la "contadu- tarde, el de contador de resultas, antes de desaparecer del Tribunal de
ría mayor de cuentas". Al mismo tiempo, su hermano Antonio ocupaba el Cuentas de México en 1749. 98 Por su parte, u~ yerno de Juan de Urueña y
cargo de secretario de la "cámara de gracia y estado" de Castilla. La pre- cuñado de Francisco Antonio de Zupide y Acuña realizó una larga y bri-
sencia de ambos se prolongó con sus descendientes hasta la víspera de la llante carrera profesional en el transcurso de la segunda mitad del siglo
crisis napoleónica. En la generación siguiente fue un sobrino, Andrés de xvrn: de ser un simple oficial del libro en el momento de su ingreso en
Elcorobarrutia y Zupide, quien asumió la función central, continuando la 1741, alcanzó el oficio de contador superior en 1793. 99 En fin, un sobrino
tradición familiar en el aparato administrativo madrileño. Sus funciones de Francisco Antonio de Zupide y Acuña, Juan Ignacio de la Fuente, hijo de
de secretario en el Consejo de Real Hacienda y, más tarde, en el Consejo de Juan, hizo sus primeros pinitos en el Tribunal de Cuentas de México en
Indias, a comienzos del siglo XVIII, orientaron a la familia hacia los cargos 1768, antes de terminar su carrera profesional como contador de resultas
coloniales. Su primo hermano, Francisco Antonio de Zupide y Acuña, quien en el tribunal y obtener la jubilación en 1799 por motivos de salud. 100
había comenzado su carrera profesional en el mismo secretariado de la En Lima, Manuel Irrazabal Elcorobarrutia contribuía también a la
Real Hacienda, se encontró como contador de resultas en México en 1723, continuidad de la tradición familiar. Al contraer nupcias con la criolla Ma-
antes de terminar dicha carrera en 1745 con el título de contador superior ría Antonia Paz Fiesco, se unió a un linaje cuya presencia en América se
honorario. 97 En la siguiente generación fueron tres los miembros que ocu- remontaba a finales del siglo XVI, agraciado con una escribanía canaria que
paron diversos cargos en la Real Hacienda a todo lo largo y ancho del im- databa de mediados del siglo XVII. En esa familia más bien cercana a las
perio. La continuidad familiar en la administración central recayó en José instituciones religiosas de la colonia -en ella se encontraron varios fami-
Bernardo Elcorobarrutia y Santa Cruz, hijo de Andrés, titular de un cargo liares de la Inquisición, un canónigo y, finalmente, un obispo de Cuzco-,
de oficial en el secretariado de las Indias. Confiado en sus méritos persona- la integración de Manuel Irrazabal Elcorobarrutia significaba la apertura a
nuevos horizontes. De sus cuatro hijos, tres ejercieron oficios administrati-
publicados por Vicente de Cádenas y Vicent, útilmente completados por el de Guillermo Loh- vos y militares en el transcurso de la primera mitad del siglo XVIII, mientras
mann Villena, que sólo se refiere a los caballeros de origen americano. El resultado de esas
reconstituciones desemboca en esquemas genealógicos que abarcan un máximo de 200 años; que el cuarto ingresó en las órdenes.
sin embargo, su importante desarrollo lateral hace difícil toda publicación en un marco nor-
mal, lo que impone la restitución de genealogías selectivas, representadas por medio de listas 98 AGI, Audiencia de México, legajos 1986, 1165, 1121, 737 y 739; AGS, Tftulos de Indias, 181-

sangradas. 229 y 178-338.


97 AGI, Audiencia de México, legajo 736; AGs, Titulas de Indias, 178-179 y 178-180, y AHN, Ór- 99 AGI, Indiferente general, legajo 177.
100 Era epiléptico; falleció en 1809; idem.
denes militares, caballeros de Santiago, exp. 9241 y legajo 199, núm. 17029.
280 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE CuADRO V.6. Linaje Elcorobarrutia/Zupide
(representación simplificada)
La notable continuidad de esa familia a la escala del imperio subraya
la capacidad de los miembros de un linaje para sacar partido de las posicio- Lista sangrada de los descendientes de Velásquez Berna!, Bartolomé
nes de poder que ocupaban sus parientes. Es cierto que, con el paso de las
generaciones y la ayuda de las distancias, las relaciones familiares tendían Apellidos y nombres o X t
a distenderse; pero ello no impidió que los sucesivos nombramientos reales Velásquez Bemal, Bartolomé /1605
conseguidos por ese linaje, muy particularmente los que tenían que ver con Sarracho Rivera, Juana /1615 1633
la administración de la Real Hacienda, hayan sido en cada ocasión fruto x Velasco Sarracho, Bartolomé 1633
de las recomendaciones, los apoyos o la competencia adquirida en el x Salazar Montesinos, Josefa 1633 1653
seno del grupo. Así, los Elcorobarrutia/Zupide ofrecen el ejemplo de una 1-Velasco Salazar, Juana 1663
x Castañeda, Francisco /1650 /1684
familia de oficiales imperiales incrustada durante más de 150 años en el
Castañeda, Francisco /1684
real servicio; asimismo, su caso ilustra el grado en que la integración de un
inmigrante provisto de relevos familiares en la metrópoli modificó radi-
calmente la posición de una familia criolla de antigua cepa, y confirma, en
E Castañeda, Bartolomé
Castañeda, Alejo
x Paz Fiesco, Sebastián
/1684
/1684
1667 1685
fin, la importancia familiar en los cargos administrativos de la Real Ha- 1-Paz Fiesco, María Antonia 1690
cienda, sin que la venalidad de los oficios, primero, y su abandono, des- x Ortiz Elcorobarrutia, Manuel 1684 1712
pués, interfirieran en ello de manera alguna. Mediante las estrategias Lista sangrada de los descendientes de Urueíia, Juan de
familiares se las arreglaron para adaptarse a las restricciones legales im-
puestas, para escurrirse entre ellas, con el propósito de desviarlas de sus Apellidos y nombres o X t
objetivos iniciales, apropiárselas y, finalmente, hacerlas compatibles con
sus propios proyectos. Urueña, Juan de, contador de resultas 1744
Ferrari, Francisca /1700 1750/
El segundo de los linajes reconstituidos, el de los Barrenechea/Zaldí-
Urueña Ferrari, Juan José /1700
var/Berrio, presenta rasgos muy diferentes del anterior, al mismo tiempo Urueña Ferrari, Justa 1700/ 1753/
que confirma la gran importancia del parentesco. Difiere de aquél en su ex- x Fuente, Juan de la, contador de cuentas 1719/ 1750 1798
tensión -por cada generación situada entre 1650 y 1750, contaba con más tFuente Ferrari, Juan Ignacio,
del doble de individuos-, sus características y sus finalidades. Su caracte- contador de resultas 1751 1809
rística principal residía indiscutiblemente en la marcada endogamia geo- Fuente Ferrari, Francisco Xavier 1752/
Urueña Ferrari (?) /1706
gráfica del clan Landázuri/Zaldívar: la gran mayoría de sus componentes x Zupide y Acuña, Francisco Antonio de 1690 1721/ 1745
era originaria, en efecto, de una región que se extiende de Bilbao, al norte,
a Bribiesca, al sur, y cuya espina dorsal parece haber pasado sucesivamente Lista sangrada de los descendientes de Acuña AZarcón, Antonio
por Arciniega, Orduña, Anucita y Nuvilla. A la endogamia geográfica corres-
pondía una fuerte endogamia social. En ese vasto linaje se multiplicaron y Apellidos y nombres o X t
sucedieron los regidores de Bilbao -los Erquíñigo, Zugasti, Barrenechea, 1655/
Acuña Alarcón, Antonio, caballero 1619
Gortázar y Bolívar son los principales patronímicos que suministraron res- Aduna, Ana 1623 1640 1659/
ponsables municipales a la ciudad durante cerca de dos siglos-, sin contar Acuña Aduna, Isabel 1659 1719
los alcaldes de los pueblos de la región de los que salieron todos sus ante- x Zupide y Aponte, Íñigo de 1641 1675 1701/
pasados. Los componentes más prestigiosos del grupo se caracterizaban [Zupidc y Aeufia, Fcanchco Antonio de,
contador de cuenta 1690 1745
por su gran estabilidad geográfica y social y, en particular, dieron pruebas
x Urueña Ferrari (?) /1706 1721/
de una extraordinaria capacidad para transmitir a un heredero, manifies- Zupide y Acuña, Antonio de, caballero 1698 1761

[281]
CuADRO V.6. Linaje Elcorobarrutia/Zupide SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 283
(representación simplificada) (Conclusión)
tamente privilegiado a expensas de sus numerosos hermanos y hermanas,
Lista sangrada de los descendientes de Zupide, Antonio la posición familiar en la sociedad local.
Apellidos y nombres o X t Los patronímicos más prestigiosos del linaje no dejaban de aceptar
puntualmente algunas alianzas con grupos patronímicos manifiestamente
Zupide, Antonio 1592 1630/ más modestos, como parece haber sido el caso de los Zaldívar, los Retes,
x Aponte, Luisa 1607 /1630 1630/
Zupide y Aponte, Mariana de 1630 1651/ los Berrio, los Montoya y los Arriaga, con los que esas familias patricias es-
x Pérez Elcorobarrutia, Martín 1623 1651 1696/ tablecieron alianzas matrimoniales ocasionales. Si bien casi todas eran
[Elcorobarrutia y Zupide, Andcé" también de la misma región geográfica -la más alejada, la de los Ortiz
de, caballero 1662 1729 Landázuri, provenía de la región de Vitoria-, y si bien todas eran o pre-
x Santa Cruz Malo, Gerónima 1680 1699 1707/
LEicorobarrutia y Santa Cruz, José tendían unánimemente ser nobles, 101 no manifestaban la misma estabili-
Bernardo, caballero 1706 dad que las anteriores. Entre esas familias más modestas, algunas de las
Elcorobarrutia y Zupide, María Josefa 1665 1684/ cuales habían decidido la emigración a América, varios de sus miembros
x Ortiz Larrazábal, Pedro 1621 1682
Lortiz Elcorobarrutia, Manuel, lograron ascensos sociales en ocasiones espectaculares. Tal fue precisa-
contador de resultas 1684 mente el caso de los Zaldívar Retes y los Berrio, tres de cuyos miembros
x Paz Fiesco, María Antonia 1690 1712 intentaron la aventura. 102 Su descendiente común, Miguel Ignacio de Be-
Zupide y Aponte, Íñigo de,
contador de cuentas 1641 1701/ rrio y Zaldívar y Retes, nacido en México en 1716, llegó a ser contador su-
x Acuña Aduna, Isabel 1659 1675 1719 perior del Tribunal de Cuentas de esa ciudad en 1740, antes de obtener el
[Zupidc y Ac-ufia, Fcancbco Antonio de, título de caballero de Santiago y el de marqués del Jaral de Berrio. Al con-
contador de cuentas 1690 1745 traer matrimonio, a su vez, con Ana María de Campa y Cos, heredera del
x Urueña Ferrari (?) /1706 17211
Zupide y Acuña, Antonio de, caballero 1698 1761 título del conde de San Mateo de Valparaíso, constituyó uno de los más
grandes y poderosos linajes de la nobleza criolla mexicana. 103
Lista sangrada de los descendientes de Sánchez Montesinos, Juan En tal contexto de voluntad de dominio extremo de la estabilidad y
o transmisión de las ventajas sociales familiares adquiridas, la endogamia
Apellidos y nombres X t
social o geográfica no podía bastar. El complemento indispensable no era
Sánchez Montesinos, Juan 1590 otro que la endogamia familiar, cuyos rastros es posible encontrar en el
x Rosel Villaroel, Francisca /1600 /1614
Lsánchez Montesinos, Juana Francisca 1614 1654/ seno de ese vasto linaje. Esos "lazos" aseguraban precisamente la función
x Salazar, Pedro 1609 1632 1666/ de estrechamiento de la cohesión familiar debilitada por una extensión la-
Lsalazar Montesinos, Josefa 1633 teral demasiado importante. En el linaje de los Landázuri/Zaldívar apare-
x Velasco Sarracho, Bartolomé 1633 1653 cen dos de esas decisiones características en las que la endogamia social y
LVelasco Salazar, Juana 1663
x Castañeda, Francisco /1650 /1684
tCastañeda, Francisco /1684 101 Así se les calificaba con regularidad.
Castañeda, Bartolomé /1684 10 2 Se trata de Andrés de Berrio, nacido en Orduña, en 1669, y fallecido en la ciudad de
Castañeda, Alejo /1684 México, en 1726, y de los dos hermanos Zaldívar Retes, Dámaso y Pedro, nacidos en Arcinie-
x Paz Fiesco, Sebastián 1667 1685 ga, en 1637 y 1643, respectivamente, quienes hicieron lo mismo: el primero llegó a ser conta-
LPaz Fiesco, María Antonia 1690 dor en México, donde tuvo descendencia, aun cuando su esposa y el nombre de sus cuatro hi-
x Ortiz Elcorobarrutia, Manuel 1684 1712 jos nos sean desconocidos, mientras que el segundo, comerciante en plata, llegó a ser regidor
de México, en 1680, antes de morir en esa ciudad en 1695.
10 3 Doris M. Ladd, The Mexican Nobility at Independence, 1780-1826, Austin, 1976, tra-
Leyendas: O= nacimiento; x =matrimonio; t =muerte; 1 (+año)= antes de; (año+) 1 =
después de. ducción al español del FCE, 1984, y Frédérique Langue, Mines, terres et société ii Zacatecas ... ,
FuENTES: orden de Santiago, xvrn, 671, 712, 732, 1652, 1852; Guillermo Lohmann Villena, op. cit.
Los americanos en las órdenes nobiliarias (1550-1900), t. 1, p. 202; t. 2, p. 203.
[282]
284 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE CuADRO v. 7. Linaje Barrenechea!Zaldívar/Berrio
la geográfica dejan el lugar a la familiar; 104
sin embargo, la decisión endo- Lista sangrada de los desqendientes de Barrenechea Allende, Femando
gámica no se limitaba únicamente a los miembros del linaje presentes en
el entorno geográfico inmediato; muy por el contrario, podía aplicarse a Apellidos y nombres o X t
los parientes cercanos que residían lejos del zócalo geográfico del linaje.
Cuando así ocurría, la decisión aseguraba la continuidad y la vitalidad de BalTenechea Allende, Fernando 1606
x Múgica Aperribay, María 1607 1637
los vínculos familiares con otros parientes más lejanos. Eso es claramente 1-BalTenechea Múgica, Fernando 1639 1717/
lo que ilustra un tercer "lazo" realizado en ese linaje en ocasión del matri- x Erquíñigo Ocariz, María 1641 1668 1717/
monio de Diego Pedro Allende Salazar, nacido en 1718 en Bilbao: en 1738 1-BalTenechea Erquíñigo, Francisco Fernando 1675 1703/
contrajo matrimonio en su ciudad natal con la prima carnal de su padre, x Salazar, Magdalena 1678 1703 1730/
Margarita Liberata Gortázar Gandía, ¡nacida en Lima en 1717! Esta última 1-BalTenechea Salazar, Fernando Cayetano 1708 1748/
x Castaño Mendieta, María Josefa 1731
descendía por línea materna de Pedro Vázquez de Velasco, presidente de la
Audiencia de Quito, muerto en los años de 1670 en La Plata, por lo que Mar- Lista sangrada de los descendientes de Erquíñigo Zugasti, Diego
garita Liberata era, en el sentido propio del término, una criolla surgida de
un grupo de parentesco establecido en el virreinato del Perú desde hacía Apellidos y nombres ·O X t
cuatro generaciones; sin embargo, el hecho de pertenecer a una familia
criolla secular no impidió de ninguna manera la realización de su unión en Erquíñigo Zugasti, Diego 1607 1645/
x Ocariz, Ángela 1616 1641 1702
España con su pariente, a la vez cercano y lejano, lo que es una prueba,
1-Erquíñigo Ocariz, María 1641 1717/
consecuentemente, de la estrechez de los vínculos familiares mantenidos a x BalTenechea Múgica, Fernando 1639 1668 1717/
pesar de los años y las distancias. 1-BalTenechea Erquíñigo, Francisco Fernando 1675 1703/
x Salazar, Magdalena 1678 1703 1730/
1-Barrenechea Salazar, Fernando Cayetano 1708 1748/
UNA GENEALOGÍA FAMILIAR EJEMPLAR: EL LINAJE MIRANDAfFERNÁNDEZ CANAL x Castaño Mendieta, María Josefa 1712 1731

Lista sangrada de los descendientes de Ocariz, Francisco


La permanencia del parentesco a la escala del imperio descubierta entre
ciertos linajes de oficiales de la Real Hacienda pone radicalmente en tela Apellidos y nombres o X t
104
En 1731, Fernando Cayetano Barrenechea Salazar contrajo matrimonio en Bilbao con
María Josefa Castaño Mendieta Leguizamon Begoña; ahora bien, el bisabuelo paterno de Fer- Ocariz, Francisco /1642
nando Cayetano, Diego Erquíñigo Zugasti, regidor de Bilbao, había contraído matrimonio en x Vargas Ventura, Josefa /1647 /1662
1641, también en Bilbao, con Ángela de Ocariz, nacida en esa ciudad en 1616. Esta última esta- -Ocariz Vargas, Ana María /1662
ba emparentada con el bisabuelo materno de María Josefa, Francisco de Ocariz, nacido en los x Landázuri, Juan Francisco /1657 1677 1727/
años de 1630 en la misma Bilbao; véase Vicente de Cádenas y Vicent, Caballeros de la orde11 de -Ocariz Vargas, Tomás Francisco /1667 1687/
Sa11tiago ... , op. cit., núm. 1993. De la misma manera, en 1769, María Tomasa Orduño Salaman- x Aranguren, María /1672 1687 1727/
ca, nacida en Bribiesca en 1747, contrajo matrimonio con Juan Bautista Allende Salazar, regi- 1-0cariz, María Nicolasa 1691
dor de Bilbao, nacido en 1746. Este último, a su vez, era descendiente, a través de su abuela x Castaño Mendieta, José Ignacio 1685 1706 1706/
materna, de los Ortiz Landázuri, con una de cuyas hijas había contraído matrimonio a media- 1-Castaño Mendieta, María Josefa 1712 1731
dos del siglo XVII su tío bisabuelo Diego Zaldívar Fernández, almirante de la Real Flota y capitán
x BalTenechea Salazar, Fernando Cayetano 1708 1731 1748/
general de la Real Armada. La esposa de este último, entonces, no era otra que la hermana de
Antonio Ortiz Landázuri, yerno de Rodrigo Erquíñigo y pariente de Diego Erqufñigo Zugasti;
véase Vicente de Cádenas y Vicent, Extracto de los expedie11tes de la orde11 de Carlos JI!, 1771-
1847, 13 vals., Hidalgía, Madrid, núm. 144, y Caballeros de la orde11 de Calatrava que e{ectuaro11
sus pruebas de i11greso dura11te el siglo XVIII, 4 vals., Hidalguía, Madrid, núms. 69 y 183.

[285]
CuADRO v.7. Linaje Barrenechea!Zaldívar/Berrio (Continuación) CUADRO v. 7. Linaje Barrenechea/Zaldívar/Berrio (Continuación)

Lista sangrada de los descendientes Lista sangrada de los descendientes de Erquíñigo, Rodrigo
de Castaño Taborga Leguizamon, Juan José
Apellidos y nombres o X t
Apellidos y nombres o X t
Erquíñigo, Rodrigo /1620 1670/
Castaño Taborga Leguizamon, Juan José /1664 1721/ x Zabugal, María 1634 1649 1660/
x Mendieta, Josefa Antonia /1675 1684 1-Erquíñigo Zabugal, Agustina 1660 1736/
[Castaño Mendieta, Jo'é lgnado 1685 1706/ x Ortiz Landázuri, Antonio 1640 1678 1678/
x Ocariz, María Nicolasa 1691 1706 1-0rtiz Landázuri, Lorenzo Ignacio 1687 1713/
-Castaño Mendieta, María Josefa 1712 1731 x Bolívar, Manuela 1695 1713 1728/
x Barrenechea Salazar, Fernando Cayetano 1708 1731 1748/ 1-Landázuri Bolívar, Estanislao, caballero 1727 1767/
Castaño Mendieta, María Ignacia /1696
x Allende Sal azar, José Nicolás /1696 1716 1762/ Lista sangrada de los descendientes de Ortiz Landázuri, Catalina
1-Allende Salazar, Diego Pedro 1718 1770/
x Gortázar Arandia, María Liberata 1717 1738 Apellidos y nombres o X t
1-Allende Salazar, Juan Bautista 1746 1803
x Orduño Salamanca, María Tomasa 1747 1769 Ortiz Landázuri, Catalina 163.1/ 1678 1673/
x Zaldívar Fernández, Diego, caballero,
Lista sangrada de los descendientes de Allende Salazar, Diego almirante, conde /1640 1689/
Ortiz Landázuri, Juan Bautista 1625 1713 1673/
Apellidos y nombres o X t
Lista sangrada de los descendientes de Zaldívar Femández, Juan Antonio
Allende Salazar, Diego 1671 1694/
x Gortázar Guendica, Juan Bautista 1676 1694 1694/ Apellidos y nombres o X t
1-Allende Salazar, José Nicolás /1696 1762/
x Castaño Mendieta, María Ignacia /1696 1716 Zaldívar Fernández, Juan Antonio 1635 1678
1-Allende Salazar, Diego Pedro 1718 1770/ x Ochoa Arteaga, Casilda 1650 1675
x Gortázar Arandia, María Liberata 1717 1738 1-Zaldívar Fernández Ochoa, Teresa 1677 1731/
1-Allende Salazar, Juan Bautista 1746 1803 x Salamanca Gutiérrez, Lorenzo 1669 1692
x Orduño Salamanca, María Tomasa 1747 1769
Lista sangrada de los descendientes de Zaldívar Femández, Diego
Lista sangrada de los descendientes de Gortázar Guendica, Juan Bautista
Apellidos y nombres o X t
Apellidos y nombres o X t
Zaldívar Fernández, Diego /1640 1689/
Gortázar Guendica, Juan Bautista 1676 1694/ x Ortiz Landázuri, Catalina 1631/ 1673/
x Allende Salazar, Diego 1671 1694 1694/
1-Allende Salazar, José Nicolás /1696 1762/ Lista sangrada de los descendientes de Gortázar Guendica, Domingo Martín
x Castaño Mendieta, María Ignacia /1696 1716
1-Allende Salazar, Diego Pedro 1718 1770/ Apellidos y nombres o X t
x Gortázar Arandia, María Liberata 1717 1738
1-Allende Salazar, Juan Bautista 1746 1803 Gortázar Guendica, Domingo Martín, caballero 1670 1721/
x Orduño Salamanca, María Tomasa 1747 1769 x Pérez Arandia, María Josefa 1689 1713 1743/
1-Gortázar Arandia, María Liberata 1717

[286] [287]
CuADRO v.7. Linaje Barrenechea/Zaldívar!Berrio (Continuación) SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 289
x Allende Salazar, Diego Pedro 1718 1738 1770/ CuADRO v. 7. Linaje Barrenechea/Zaldívar!Berrio (Conclusión)
1-Allende Salazar, Juan Bautista 1746 1803
x Orduño Salamanca, María Tomasa 1747 1769 Lista sangrada de los descendientes de Salamanca Gutiérrez, Lorenzo

Lista sangrada de los descendientes de Berrio, Andrés de Apellidos y nombres o X t


Apellidos y nombres o X t Salamanca Gutiérrez, Lorenzo 1669
x Zaldívar Fernández Ochoa, Teresa 1677 1692 17311
Berrio, Andrés de /1611 1644/
x Landázuri, Juana /1626 1631 1636/ NoTA: O = nacimiento; x = matrimonio; t = muerte; 1 ( + año) = antes de; (año +) 1 = des-
[Bocdo Landá,ud, Juao Bauti,ta, caballero 1632/ pués de.
x Echaburú, María /1642 /1657 FUENTEs: Orden de Santiago, XVIII, 1119, 1441, 1620, 1779, 1831, 1993, 2011; Orden de Ca-
1-Landázuri, Juan Francisco, caballero /1657 1727/ latrava, xvm, 69, 127, 183, 338, 339; Orden de Alcántara, 38, y Carlos III, 114; Elenco ... , p. 775.
x Ocariz Vargas, Ana María /1662 1677
Berrio Landázuri, Matías 1636 1712
x Palacio, María 1643 1666 de juicio la existencia de una división profunda en el seno de las élites his-
1-Berrio Landázuri, Andrés 1669 1726 panoamericanas. Así, se hace evidente que la complementariedad entre los
x Zaldívar Paz, Teresa 1680 1698 1770 dos componentes de las élites permitía superar los prejuicios y las rivalidades
1-Berrio Zaldívar, Miguel, contador que envenenaban la opinión que uno tenía del otro. Finalmente, a uno y
de cuentas, caballero, marqués 1716 1779 a otro lado del Atlántico predominaban las mismas restricciones familiares
x Campa y Cos, Ana María de la, condesa 1804
y de parentesco, que necesariamente desembocaban en comportamientos
Lista sangrada de los descendientes de Zaldívm; Juan comparables. El linaje de los Miranda se presenta entonces como uno de
esos reveladores de las estrategias familiares, que preservaban la capaci-
Apellidos y nombres o X t dad dinástica para utilizar, generación tras generación, el conjunto de los
medios necesarios para la continuidad del grupo en el aparato de la Real
Zaldívm~ Juan /1616 1636/
x Retes, María Teresa /1621 1636 1680/ Hacienda; porque, en resumidas cuentas, era claramente lo esencial: en su
-Zaldívar Retes, Pedro 1637 1680/ mantenimiento residía la mejor garantía de su participación en el mundo
-Zaldívar Retes, Dámaso 1643 1695/ de las élites.
x Paz y Vera, Beatriz 1657 1671 1694 El conjunto de esa parentela estaba constituido por una treintena de
1-Zaldívar Paz, Teresa 1680 1770 individuos de tres generaciones cuya existencia y cuyos vínculos son cono-
x Berrio Landázuri, Andrés 1669 1698 1726
1-Berrio Zaldívar Miguel, contador de cuentas,
cidos. A él se añade la presencia en cada generación de varios niños de los
caballero, marqués 1716 1779 que se tiene conocimiento, sin que se les pueda atribuir un apellido. Con-
x Campa y Cos, Ana María de la, condesa 1804 secuentemente, se trata de un grupo de una buena cuarentena de personas,
esto es, un promedio de más de 1O por generación, al que se siguió la pis-
Lista sangrada de los descendientes de Salamanca Gutiérrez, Francisco ta entre la segunda mitad del siglo XVII y mediados del siglo XVIII. En cada
una de las generaciones se encontró al menos un oficial de la Real Hacien-
Apellidos y nombres o X t da que ejercía principalmente en la ciudad de México, fenómeno notable
Salamanca Gutiérrez, Francisco 1675 en el caso de una familia cuyos intereses eran más bien septentrionales; en
x Frías, Luisa /1700 1715 1758/ efecto, la porción más activa y poderosa del grupo de parentesco centraba
1-Salamanca Frías, Ana María 1724 1773/ sus actividades y su atención en la región de Zacatecas y, más ampliamen-
x Orduño Rosales, Manuel 1706 1742 1773/ te, en la Nueva Vizcaya, de la que había surgido un buen número de ellos.
1-0rduño Salamanca, María Tomasa 1747
x Allende Salazar, Juan Bautista 1746 1769 1803/
290 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 291

En un principio, no obstante, los dos componentes familiares que habrían y Miranda, se dedicara a su administración, antes de tener que abandonar
de unirse estaban muy distantes uno del otro. Consecuentemente, su acer- la ciudad en 1710 por motivos profesionales; además, debido a las activi-
camiento progresivo ilustra la función decisiva de las estrategias matrimo- dades económicas de su cuñado, Melchor de Miranda y Salís se encontró
niales, que el grupo de parentesco dominaba eficazmente, y la inexistencia dentro de la esfera de influencia económica, social y geográfica de José de
del azar en esa operación. Fernández Canal. Esa complementariedad, de origen fortuito, se fortaleció
La primera generación se componía de dos oficiales reales que ejercían profundamente en las dos generaciones siguientes.
su oficio en su medio ambiente respectivo: Melchor de Miranda y Salís A su muerte, en junio de 1710, Melchor de Miranda y Salís tenía varios
compró un oficio de tesorero de la real caja de Pachuca en 1684, mientras hijos; sin embargo, ninguno estaba en condiciones de continuar con el ofi-
que José de Fernández Canal compró una futura en la real caja de México cio paterno, pues ninguno era mayor de edad. Confiado en su derecho a
en junio de 1689. 105 Nada en apariencia vinculaba a esos dos hombres, que nombrar a su sucesor -derecho adquirido contra 2 000 pesos en vísperas
evidentemente no habían surgido del mismo medio: José de Fernández Ca- de su muerte-, 109 designó en su oficio a su sobrino de Zacatecas, Juan Ma-
nal pertenecía a una familia muy rica de comerciantes de la ciudad de nuel Argüelles y Miranda, quien anteriormente había contraído matrimo-
México, algunos de ellos, por lo demás, muy conocidos, 106 mientras que nio con la nieta del primer marqués de Altamira, María Antonia Sánchez
de Melchor de Miranda y Salís únicamente se sabe que, antes de la com- de Tagle. La familia de esta última es particularmente bien conocida, pues-
pra de su oficio, ejercía funciones subalternas en la real caja de Pachuca to que pertenecía al mundo de las élites principales de la Nueva España; 110
desde hacía varios años; no obstante, su matrimonio con Manuela Calderón, y se conoce notablemente la intensa actividad económica del linaje, centra-
nacida en Zacatecas, lo acercó a los intereses económicos de la familia del da en torno a sus intereses mineros y financieros. El florón de ese linaje
otro oficial real. En efecto, su suegro, el capitán Antonio Calderón, se dedi- era, sin duda alguna, el famoso "banco de plata" instalado en la ciudad de
caba a la explotación de una hacienda de su propiedad en la región; 107 al México y alimentado por la producción argentífera del norte del virreinato
mismo tiempo, una hermana de Melchor de Miranda y Salís, cuyo nombre y que, por lo demás, operaba en estrecha relación con la Real Casa de la Mo-
de pila se desconoce, contrajo matrimonio en los años de 1670 con un pa- neda de México, que la familia dominaba a través del oficio de "tallador de
riente de José de Fernández Canal, Gonzalo Antonio de Rosa y Argüelles, la moneda", comprado por Luis Sánchez de Tagle a finales del siglo xvn. 111
también minero de Zacatecas, propietario de una "hacienda de sacar plata En el momento mismo en que el linaje de los Miranda resolvía eficaz-
de azogue" y, asimismo, teniente del capitán general de la Nueva Galicia.108 mente la transmisión de sus intereses en Pachuca, hacía lo mismo con el
Esos dos matrimonios transformaron radicalmente la situación de los Mi- cargo de oficial real en México. Ya en 1700, José de Fernández Canal había
randa y Salís: los intereses en bienes raíces que Melchor de Miranda y Sa- adquirido también el derecho de transmitir su oficio contra 1 000 doblo-
lís adquirió en Zacatecas por intermedio de su esposa llegaron a cobrar la nes;112 y, debido a que su matrimonio no le generó descendencia, designó a
suficiente importancia como para que su sobrino, Juan Manuel Argüelles su pariente Juan Ignacio Miranda. La ·relación entre esos dos hombres
105 109 AGI, Audiencia de México, legajo 1972.
Relación de los empleos que S. M. ha concedido por se1vicios pecuniarios a consulta de la
110 Doris M. Ladd, The Mexican Nobility at Independence ... , op. cit., y María del Carmen Ve-
Junta de Hacienda de 19 de agosto de 1740, AGI, Audiencia de México, legajo 1970.
106 Esa dinastía, ora llamada Canal, ora De la Canal, ora, también, Canales, comprendía lázquez, El marqués de Altamira y las provincias intemas de Nueva España, México, 1976. Ma-
muy particularmente a dos individuos muy poderosos de México en el cambio de los dos si- ría Vargas-Lobsinger, "El ascenso social y económico de los inmigrantes españoles: el caso de
glos: el comerciante Francisco Canal o Canales, fallecido en abril de 1694 en la ciudad de Mé- Francisco de Valdivieso (1683-1743)", Historia Mexicana, vol. 35, núm. 140, México, abril-ju-
xico, quien dejó a su viuda, Juana de Villaseñor Lomelín, un patrimonio superior a un millón nio de 1986, y Formación y decadencia de una fortuna, los mayorazgos de San Miguel de Agua-
de pesos (Antonio de Robles, Diario de sucesos notables, 1665-1703, 3 vols., México, 1972, yo y de San Pedro del Alama, 1583-1823, México, 1992.
111 Idem. Eso es también lo que recordaba el superintendente de la nueva institución a prin-
vol. 3, p. 305), y Domingo Canal o de la Canal, comerciante en plata, quien en 1706 fue electo
· prior del consulado de la ciudad y, en enero de 1708, obtuvo el título de caballero de la orden cipios del año de 1733, en ocasión de la puesta en práctica de la reforma y de la aplicación de
de Calatrava; AHN, Pruebas de los caballeros de órdenes militares, exp. 418. la decisión de indemnizar a los antiguos propietarios de oficios en la Real Casa de la Moneda
107 AHEZ, Notaría colonial, núm. 15, caja 1, libro 3, ff. 310 y ss. de México: AGI, Audiencia de México, legajo 550.
108 AHEZ, Notada colonial, núm. 15, caja 1, libro 2, ff. 284 y ss. 112 AGI, Indiferente general, legajo 130, núm. 42.
292 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 293

amerita ser profundizada, puesto que orientó la continuidad del grupo de Pachuca, a quien desde 1721 había cedido sus derechos sobre un vínculo
parentesco en gran medida. José Ignacio Miranda, nacido en Madrid hacia en Asturias -región de donde su familia era originaria-, de cuya admi-
1685, vivió en concubinato con una hija de la familia Fernández Canal nistración se hacía cargo. 114 Lo anterior indica el grado en que, durante al-
unión ilegítima de la que, hacia 171 O, nació en México un hijo natural bau~ rededor de 30 años, esos tres oficiales reales de un mismo grupo de paren-
tizado como Juan Ignacio, quien, una vez que su padre lo reconoció, adop- tesco que ejercía en dos reales cajas vecinas supieron mantener unas
tó el patronímico Miranda Canal. Hacia 1711 o 1712, en fin, justo antes de relaciones estrechas, sólidas y fructíferas, de lo que dan prueba los proce-
su muerte, José de Fernández Canal designó a su "pariente" como su suce- sos en que se vieron implicados.U 5
sor y heredero único. Posteriormente, en octubre de 1714, el nuevo oficial La transmisión del relevo entre las dos primeras generaciones se había
real contrajo matrimonio con María Cristina Tristán del Pozo, relación que apoyado tanto en el recurso a la venalidad, que experimentó una oleada
aseguraba un excelente relevo para la defensa de los intereses del linaje precisamente entre 1700 y 171 S, como en la sutil utilización de los matri-
Fernández Canal. monios. La desaparición progresiva de la venta de los oficios en el trans-
En efecto, la esposa de José Ignacio Miranda era hija de María Rosa curso de los años de 1720 impuso un repliegue sobre las estrategias matri-
Robiera de Valdés, apodada la Corregidora debido a su primer esposo, Car- moniales como único recurso. En 1752, Manuel Ángel de Villegas Puente
los Tristán del Pozo, corregidor de Guantitlán. Habiendo enviudado en el fue privado de su oficio y ya no pudo mantener su dominio sobre él, a pe-
transcurso del año 1700, volvió a casarse, ahora con el oidor Baltazar de sar de la fuerte presencia de sus parientes en esa real caja -entre ellos su
Tovar, quien falleció a su vez en 1712. Viuda por segunda vez, contrajo ma- hijo Manuel Ángel, que ejercía el cargo de oficial segundo-. Por razones
trimonio en terceras nupcias, poco después de 1720, con Manuel·Ángel de muy diferentes, José Ignacio Miranda tampoco logró mantener el oficio en
Villegas Puente, joven peninsular recientemente desembarcado en la Nue- el seno familiar antes de su muerte, acaecida en 1758; a pesar de los seis
va España, entonces oficial subalterno de la real caja de México y futuro hijos nacidos de su matrimonio, ninguno prosiguió las actividades pater-
oficial real de esa misma caja. Esos matrimonios sucesivos habrían de te- nas en el oficio de la Real Hacienda; 116 y, aun cuando se encontró a uno de
ner una traducción muy concreta para el grupo: dos de sus miembros ejer- sus nietos, José Ignacio de Miranda Canal, nacido en 1763 de su hijo natu-
cieron alternativamente en la real caja matriz de la Nueva España durante ral, en oficios subalternos de la Real Hacienda, es claro que en esa época
cerca de medio siglo, apartando así todas las sanciones, suspensiones y ya no se trataba de responsabilidades del mismo orden. 117
otras prohibiciones impuestas a José Ignacio Miranda.113 Consecuentemente, lo esencial parecía ya no residir en ello; la presen-
La eficacia que la rama Villegas Puente supo imprimir a la real caja de cia en las reales cajas parece haber perdido en esa época lo fundamental
México es conocida. En cuanto a José Ignacio Miranda, antes bien que vol- de su interés para el grupo familiar, por lo que el centro de gravedad se
verse completamente hacia el componente Villegas Puente, no olvidó a su desplazó claramente hacia las actividades vinculadas a los Sánchez de Ta-
primo lejano y aliado Juan Manuel Argüelles y Miranda, el oficial real de gle, la rama más encópetada del linaje a la que los matrimonios del oficial
real de Pachuca y su hetmana los habían integrado; sin embargo, también
113
En efecto, José Ignacio Miranda fue suspendido, juzgado y condenado por abusos di-
114 AGNM, notaría 307, libro 2111, ff. 62 y ss.; aun cuando la renta anual de esas propieda-
versos al menos tres veces: en ocasión de las dos primeras prohibiciones para que ejerciera el
oficial remplazante designado por el virrey fue su suegro, Manuel Ángel de Villegas Puent~, y des era más que módica, pues sólo representaba alrededor de 200 pesos.
115 AGI, Escriban{a de cámara, legajos 267a y 270a.
cuando, en 1728, el Consejo de Indias impuso a Miranda una suspensión definitiva fue el
mismo Villegas Puente quien obtuvo inmediatamente el oficio de factor; años desp~és, en
116 Quizás haya que ver la causa del rechazo filial al ejercicio de ese oficio en la caótica ca-

1737, dado que una nueva sentencia decidió su reintegración, su suegro quedó nuevamente rrera profesional de su padre; véase Eduardo Báez Macías, "Plano y censo de la ciudad de
en la posición de supernumerario, a la espera de una vacante próxima, que, por lo demás, no México (1753)", op. cit., p. 832, y AGI, Audiencia de México, legajos 454 y 632; AGI, Escriban{a
tardó; en fin, a partir de 1740 y hasta 1752, año en el que Manuel Ángel de Villegas Puente fue de cámara, legajos 267a y 270a.
117 En efecto, ingresó como tercer oficial a la contaduría general de las "alcabalas y pul-
suspendido a su vez por el virrey en el ejercicio de su oficio, los dos ejercieron simultánea-
mente en la misma real caja: AGI, Indiferente general, legajo 165; AGI, Escriban{a de cámara le- ques foráneos" de la ciudad de México en 1787 y todavía ejercía ahí en 1808, año en el que
gajo 267a; AGI, Audiencia de México, legajos 632, 1971 y 455; AGs, 178-479. ' aún se mantenía soltero: AGI, Indiferente general, legajo 178.
294 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE 295

en ese caso, la continuidad familiar se encontraba puesta en tela de juicio rentes, incluso alejadas, los beneficios obtenidos, aun cuando no fuesen ne-
brutalmente por la reforma de la Real Casa de la Moneda, que se aplicó en- cesariamente del mismo orden, se compartían equitativamente entre las
tre 1728 y 1732; en virtud de la reforma, los financieros de los bancos de dos partes. Más puntualmente, esta biografía familiar demuestra también
plata perdieron todo su poder en la Real Casa de la Moneda y se vieron pri- que, en cada generación, un individuo parecía desempeñar el papel decisi-
vados de sus oficios. Para los Sánchez de Tagle, la alerta era grave, porque vo de eje central en esas estrategias: Gonzalo Antonio de Rosa y Argüelles,
su posición social se debilitó; sin embargo, el matrimonio iba a ofrecerles Juan Manuel Argüelles y Miranda y, en fin, Manuel Silvestre Pérez del Ca-
la solución mejor adaptada al nuevo contexto político administrativo; muy mino ocuparon ese lugar, cada uno a su turno. Lo anterior no quiere decir
simplemente, una de las hijas de Juan Manuel, Josefa Paula Argüelles y Sán- que hubiesen tenido poder sobre el resto del grupo para imponerles una
chez de Tagle, contrajo matrimonio con el nuevo tesorero de la Real Casa decisión, pero no por ello fue menos determinante su presencia, tanto en
de la Moneda, Manuel Silvestre Pérez del Camino. Ese castellano, que ha- cuanto a la orientación como al mantenimiento de las posiciones del con-
bía ejercido como tesorero de la Real Casa de la Moneda de Segovia, había junto del grupo familiar. Finalmente, la biografía familiar presentada ilustra
sido designado para colaborar al establecimiento de la nueva institución la práctica de la transmisión indirecta -tío/sobrino, primo/primo, etcéte-
de México. Al contraer matrimonio, poco después de su llegada, con una ra- con el propósito de asentar la continuidad del grupo, lo cual se asi-
descendiente de una de las familias criollas más interesadas en el funcio- mila a una fuerte endogamia familiar. Ahora bien, aun cuando no se pueden
namiento de la institución, ¡contribuyó a reducir marcadamente el verda- generalizar esos comportamientos al conjuntq del grupo, tampoco se pue-
dero contenido de la reforma decidida en Madrid!, tanto más cuanto que su de dejar de observar la determinante función que esa práctica desempeñó
presencia en ese oficio no fue de corta duración: en 1740 se encontraba to- en este caso. La endogamia, en general, en cuanto medio para volver a dar
davía en el mismo oficio, solicitando el derecho de nombrar a un lugarte- cohesión al grupo, tiene como función centrar al grupo de parentesco en
niente durante sus ausencias. 118 Si bien es cierto que su solicitud fue des- su eje familiar y patrimonial. En cuanto a la práctica de la transmisión tío/
cartada inmediatamente por el fiscal del Consejo de Indias, también lo es sobrino, presenta en primer lugar el interés de la discreción en la continui-
que demuestra que las antiguas prácticas se mantenían vivas, ahora en la dad familiar en los oficios reales; y también permite pensar -aunque en
nueva institución. En efecto, el objetivo de la solicitud del tesorero no tenía este caso se trate de una hipótesis que exige confirmación- que los des-
nada de secreto: colocar en el oficio más bajo de la jerarquía a aquel a quien, cendientes de los oficiales reales que tuvieron éxito en sus estrategias de
una vez que hubiere terminado su formación y adquirido la experiencia ne- integración al seno de la élite habrían preferido actividades más relaciona-
cesaria, le destinaba el oficio que él mismo ejercía. Entonces es cuando el das con su posición de hecho. Consecuentemente, mientras el oficio siguie-
investigador comienza a lamentar la actitud rígida del fiscal, que nos privó ra siendo una herramienta indispensable, se hacía de tal suerte que no se
del nombre del elegido, aun cuando se puede conjeturar que se trataba de perdiera, confiándola a un pariente cercano. Más allá de ello, dado que
un continuador del grupo de parentesco de los Miranda/Fernández Canal. se reducía su interés, se aceptaba más fácilmente alejarse del oficio sin mu-
Esta larga biografía familiar revela la capacidad de las familias para chos pesares aparentes.
sacar partido de las situaciones y adaptarse a la evolución que imponían la Así, gracias a su capacidad para anudar relaciones, al mismo tiempo
lógica estatal y la administrativa, confirma el lugar que ocupaban los diver- que mantenían la cohesión del grupo, las redes de sociabilidad de los ofi-
sos elementos familiares que intervenían en la constitución de las redes de ciales reales permitían tanto la integración de éstos a una sociedad ex-
los oficiales de la Real Hacienda e ilustra, en fin, la importancia de la com- tranjera como su ascensión social en el seno de la élite criolla. De manera
plementariedad socioeconómica y socioadministrativa que se establecía paralela, esos agentes al servicio de la afirmación de la autoridad metropo-
mediante esas estrategias. Lo anterior quiere decir que, si bien las alianzas litana se encontraban convertidos rápidamente en los actores del debilita-
familiares llegaban a agrupar a dos individuos de posiciones sociales dife- miento de dicha autoridad. Ni el abandono de la venalidad de los oficios ni
la contratación exclusivamente metropolitana podían nada contra ello: las
118 AGI, Audiencia de México, legajo 756. familias y su lógica interna propia, extrañas a los proyectos reformadores
296 SOCIABILIDAD, FAMILIA Y LINAJE

concebidos en Madrid, se convertían en el primer responsable del prolon-


gamiento de las prácticas administrativas condenadas. En ese enfrenta-
miento, en esas contradicciones entre intereses familiares e intereses es-
tatales metropolitanos, se debe buscar uno de los principales factores que VI. AMISTADES, COMPADRAZGO Y CLIENTELISMO
frenaron eficazmente el establecimiento de los vastos proyectos reforma-
dores del siglo XVIII. Ahora bien, a pesar de su importancia, las redes rela-
cionales de los oficiales de la Real Hacienda no se reducían exclusivamente A PESAR de la función central que desempeñaban los vínculos de tipo fami-
a los vínculos familiares y de parentesco; sobre todo, las relaciones de pa- liar o, más ampliamente, de parentesco en el establecimiento de las redes
rentesco estaban lejos de ser las únicas activas en la génesis, elaboración y relacionales de los oficiales de la Real Hacienda, las restricciones que el
estructuración de las redes que ceñían a los oficiales de la Real Hacienda tiempo imponía reducían su eficacia inmediata. Aun cuando solamente
y facilitaban su integración a la sociedad colonial. Aliado de ellas o, más fuese por la relativa lentitud de su establecimiento, relacionada tanto con
bien, en complementariedad con ellas, venían a injertarse otros elementos su funcionamiento como con su renovación de una generación a otra, esos
que daban a las redes así constituidas toda su amplitud, toda su utilidad y, vínculos se inscriben en el marco de una duración relativamente prolonga-
finalmente, toda su importancia sociales. da; situación tanto más verdadera en el caso de este estudio cuanto que es
aplicable a los inmigrantes, muchos de ellos privados de todo contacto pre-
vio. La demora favorecía la entrada en escená de relaciones de naturaleza
diferente, que los oficiales de la Real Hacienda mantenían en su entorno
profesional y que no suponían ninguna dilación verdadera para su estable-
cimiento. Dado que se constituían en el marco del ejercicio del oficio, en-
traban en funcionamiento a partir de que el oficial de la Real Hacienda se
hacía cargo de sus responsabilidades, incluso a partir de su nombramiento;
pero eso no es todo, ya que en ocasiones podían remontarse a las responsa-
bilidades profesionales anteriores al ingreso al oficio de la Real Hacienda.
Lo anterior significa que las relaciones profesionales que los oficiales de la
Real Hacienda mantenían respondían a otra lógica, otras restricciones y
otros objetivos diferentes a los anteriormente analizados; y, sobre todo, por
su mecánica propia, las amistades así anudadas llegaban a completar eficaz-
mente los fundamentos personales y familiares de las redes de relaciones.

DE LOS GRADOS EN LOS CÍRCULOS DE AMISTADES

El estudio de los lazos de amistad que vinculaban a los individuos se funda


muy frecuentemente en una fuente bien conocida por los historiadores de
la vida privada: el libro de razón.* A diferencia del caso de Italia, 1 en el de las
* Véase el glosario.
1 Christiane Klapisch-Zuber, La Maison et le nom. Stratégies et rituels dans l'ltalie de la Re-
naissance, París, 1990.

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