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Trabajo de repertorio acompañante

Juan Francisco Vázquez Sánchez

MORCEAU SYMPHONIQUE
ALEXANDRE GUILMANT

Punto 1
Alexandre Guilmant fue un organista y compositor francés del Siglo XIX y
principios del XX. Su mayor profesor fue su padre y en cuanto a la composición, se
dedicó particularmente a su instrumento. Se puede citar sus Pièces dans différents
styles (18 colecciones), sus 8 Sonatas, o en un registro más litúrgico sus noëls, sus
Soixante interludes dans la tonalité grégorienne, los 12 cuadernos de «L'organiste
pratique», los 10 cuadernos de «L'Organiste liturgique»... Además de música para
órgano, Guilmant ha compuesto música de cámara, música vocal (en especial misas
para coro y órgano), una sinfonía cantata (Ariane), así como una obra escénica
(Bethsabée). Un dato a destacar es que sus sonatas para órgano, bautizadas así por su
autor, son en realidad sinfonías para órgano que siguen la forma y la estructura. En el
dominio del órgano sinfónico, se le debe una Légende et Final symphonique en re
menor, opus 71 compuesta en 1888, y un Morceau symphonique en la menor, opus
75, compuesto en 1892.

Punto 2
Morceau symphonique para trombón, compuesto en 1902 para el concurso de
composición del Conservatorio de París, fue escrita en los últimos años de su vida.
Nos encontramos también en los últimos años del ​Romanticismo, ​cuyas características
podemos apreciar en la obra. Como lo son:
● Mayor utilización de cromatismos, cambios armónicos y tonalidades menores.
● Armonía muy colorida, intensa, a veces ambigua.
● Uso frecuente de la modulación (cambio de tonalidad), lo cual le requiere al
espectador más atención.
● Punto clímax de la obra, normalmente incluido a partir de la mitad de la obra.

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Trabajo de repertorio acompañante

Juan Francisco Vázquez Sánchez

Punto 3
En cuanto a estructura se refiere, podemos apreciar dos grandes partes: Un
tema A que comprende desde el principio hasta el 3/4 posterior a la Cadenza y el tema
B desde ese 3/4 hasta el Andante Sostenuto. Luego aparece una alusión al tema A y al
tema B. Para finalizar la pieza, a partir del piu mosso empieza la Coda.
Si hablamos de tonalidades, comienza con una primera sección en Mib menor,
cuando se acelera el tempo en el compás 18 se va al relativo mayor (Solb M). Hasta el
tema B hay varias enfatizaciones, como en el compás 26 Re M, del 27 al 30 Reb M,
compás 35 Sib M.
La tonalidad del tema B comienza igual que la pieza, Mib M. Después de esto
y sin ninguna modulación el acompañamiento cambia a Fa mayor continuando con el
patrón que viene utilizando hasta ahora y modulando a Re M con el mismo patrón.
Seguidamente se cambia a Re bemol Mayor mediante el uso de cromatismos y se
aproxima un corto interludio (4/4) Andante Sostenuto y se prepara una modulación
para volver al tema de la segunda parte que está en (3/4) pero esta vez un poco más
adornado por la figuración rítmica de la melodía alternando la armonía entre Mi
bemol y Sol bemol mayor, pero termina afirmando la tonalidad de Mi bemol mayor
en la Coda.

Punto 4
La obra sin duda alguna requiere de una sensibilidad especial, un tacto
diferente a lo que estamos acostumbrados a interpretar… ya que es una obra muy
cantabile y expresiva. En cuanto a dificultades técnicas destacar la dificultad de la
afinación, el ritmo, el legato y el carácter necesario en cada parte de la pieza. Sin duda
es una de las obras que más me ha gustado montar porque me veo reflejado en ella, mi
forma de pensar y ver la música está ahí plasmada.

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