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Economía de la cultura y de la creatividad

Carlos Enrique Guzmán Cárdenas


(Ininco, Universidad Central de Venezuela, Venezuela)

Recibido: 7/4/2014
Aprobado: 2/6/2014

Resumen: Como consecuencia del impacto económico de las industrias cul-


turales y comunicacionales, y en la medida en que nos señalaban algunos es-
tudios pioneros en Latinoamérica que estamos frente a un sector solvente y
productivo, comenzó a ser examinada la economía de la cultura y la creación,
según el marco conceptual que lo oriente, por organismos de cooperación
multilateral, bilateral, regional y en diversos espacios nacionales y académi-
cos. En el caso de los países latinoamericanos, los datos disponibles sugieren
fuertemente que las industrias de contenido cultural y creativo constituyen
un elemento importante de los sistemas económicos contemporáneos. En tal
sentido, esta investigación tiene como objetivo contribuir a explorar el valor de
la cultura desde una perspectiva comparativa teórica y su especificidad en el
marco de la política y economía de la cultura.
Palabras clave: creación / cultura / contenidos digitales / economía creativa /
economía de la cultura / industria de contenidos digitales / industrias creativas /
industrias culturales

Economy of the culture and creativity


Summary: As a result of the economic impact of the cultural and communica-
tion industries, and to the extent that we noted some pioneering studies in
Latin America that we are facing a solvent and productive industry, began to
be examined the economics of culture and creation, as the conceptual frame-
work which will guide for multilateral cooperation agencies, bilateral, regio-
nal and national spaces and various academics. In the case of Latin American
countries, the available data strongly suggest that industries and creative cul-
tural content are an important element of contemporary economic systems.
As such, this investigation aims to contribute to explore the value of culture in
a comparative perspective and theoretical specificity within the Politics and
Economics of Culture.
Key words: creation / culture / digital contents / creative economy / economy of the
culture / industry contained digital / creative industries / cultural industries

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

Introducción emergentes clave del desarrollo cul-


tural y económico de las regiones o

E
n la última década del siglo XX países. La notable e insoslayable con-
y principios del siglo XXI, se ha tribución estratégica que las industrias
generado una creciente afirma- de contenido cultural y creativo (concep-
ción sobre la importancia que tienen to más extendido para el propósito de
las industrias culturales1, creativas2 y esta investigación) generan en el pro-
de contenidos digitales como sectores ducto interno bruto (en adelante, PIB)

1 La definición conceptual que realizan organismos internacionales con liderazgo en estos


temas ―como la Unesco― ha evolucionado a lo largo del tiempo. En 1982, la Unesco
definía a las industrias culturales de esta manera: «Se estima, en general, que existe una
industria cultural cuando los bienes y servicios culturales se producen, reproducen, con-
servan y difunden según criterios industriales y comerciales; es decir, en serie y aplicando
una estrategia de tipo económico, en vez de perseguir una finalidad de desarrollo cultu-
ral». Esa definición todavía era tributaria de una concepción que hacía eje en la distinción
entre economía y cultura como campos separados, y en alguna medida también lo es de
otra antigua separación: la de las bellas artes frente a la cultura de masas. Posteriormente,
se convino en asumir a las industrias culturales en su doble dimensión ―cultural y eco-
nómica― y así: «Todas las definiciones coinciden en considerar que se trata de aquellos
sectores que conjugan creación, producción y comercialización de bienes y servicios ba-
sados en contenidos intangibles de carácter cultural, generalmente protegidos por el de-
recho de autor. [...], las industrias culturales incluyen la edición impresa y multimedia, la
producción cinematográfica y audiovisual, la industria fonográfica, la artesanía y el dise-
ño. Ciertos países extienden este concepto a la arquitectura, las artes plásticas, las artes
del espectáculo, los deportes, la manufactura de instrumentos musicales, la publicidad y
el turismo cultural. Las industrias culturales aportan un valor añadido a los contenidos,
al mismo tiempo que construyen y difunden valores culturales de interés individual y
colectivo. Resultan esenciales para promover y difundir la diversidad cultural, así como
para democratizar el acceso a la cultura y, además, conocen altos índices de creación de
empleo y riqueza. Abocadas a fomentar y apoyar la creación, que constituye su funda-
mental ‘materia prima’, pero también a innovar, en términos de producción y distribución,
la indisoluble dualidad cultural y económica de estas industrias constituye su principal
carácter distintivo» (Unesco & Cerlalc, 2002, pp. 11-12). La Unesco define a las industrias
culturales «[...] como aquellas que combinan la creación, producción y comercialización
de contenidos que son intangibles y culturales en su naturaleza. Estos contenidos están
protegidos por el derecho de autor y pueden tomar la forma de bien o servicio. Son indus-
trias trabajo y conocimiento-intensivas y nutren la creatividad a la vez que incentivan la
innovación en los procesos de producción y de comercialización» (Unesco, 2000). En el
informe realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), titulado: Las industrias
culturales en América Latina y el Caribe: desafíos y oportunidades, optarán por referirse «[...]
a aquellos sectores que están directamente involucrados con la creación, producción y
distribución de bienes y servicios que son de naturaleza cultural y que están usualmente

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de las economías nacionales, así como A su vez, como consecuencia del


en el comercio internacional, en la pro- impacto económico de las industrias
moción y creación de nuevas iniciati- culturales y comunicacionales3, y en la
vas de emprendimientos, originales medida en que nos señalaban algunos
modelos de negocios, incubación de estudios pioneros en Latinoamérica
empleos y diversidad cultural (preser- que estamos frente a un sector solven-
vación y reproducción de las culturas te y productivo, comenzó a ser exa-
locales), es señalada y expuesta cada minada la economía de la cultura y la
vez con mayor notoriedad por diferen- creación4, según el marco conceptual
tes expertos en materia de economía que lo oriente, por organismos de coo-
y cultura, medios de comunicación y peración multilateral, bilateral, regio-
dirigentes políticos de todo el mundo.

protegidos por el derecho de autor. Los bienes y servicios culturales son aquellos cuyo
valor económico primario deriva de su valor cultural (O’Connor, 1999) y tienen el po-
tencial para la creación de riqueza y empleo a través de la generación y explotación de la
propiedad intelectual. Esta definición se extrae de las de la Unesco y GATT, que definen
las industrias culturales principalmente como bienes y servicios protegidos por derechos
de autor» (Quartesan, Romis & Lanzafame, 2007, p. 4).
2 El término de industrias creativas es relativamente nuevo. Existen definiciones divergen-
tes en cuanto a los elementos que las constituyen y ambigüedades en sus diferencias con
las industrias culturales. Lo cierto es que a finales de los años noventa era utilizado como
sinónimo de industrias culturales. Sin embargo, se diferencian del contexto en que emer-
gen. A partir de 1995, industrias creativas y economía creativa pasarán a ser demarcacio-
nes utilizadas, principalmente, en los textos sobre políticas públicas de desarrollo y en
las investigaciones académicas sobre economías regionales. Existen conceptos próximos
a las industrias creativas, tales como industrias del entretenimiento, industrias de conte-
nido, industrias culturales, industrias de contenido digital, industrias de la experiencia
e industrias de copyright. Consultar: Ghelfi, D. (2006). The Creative Industries: A Historical
Context. Ponencia en WIPO-CARICOM Meeting of Experts on the Creative Industries and
Intellectual Property. Georgetown, Guyana, February 8 and 9, 2006. World Intellectual
Property Organization (WIPO). Caribbean Community (CARICOM) Secretariat.
3 Otra definición, más específica, las considera como industrias culturales y de la comu-
nicación (Département des Études de la Prospective et des Statistiques, 2006, p. 7). En el
marco de esta clase de preocupaciones, surgen, más recientemente, las concepciones de
industrias creativas y economía creativa. Las industrias culturales vendrían a ser un sub-
conjunto de las industrias creativas.
4 En ambos casos, estos análisis pretenden mostrar que las expresiones, actividades o pro-
ductos de la esfera cultural o creativa tienen una importancia destacable en términos de
magnitudes económicas, más allá del valor simbólico que se les pueda adjudicar. Se ob-
serva, también, la tentativa de no descuidar en el análisis la dimensión simbólica respecto

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nal5 y en diversos espacios nacionales industrias de la creación (creative in-


y académicos6. No obstante, hay una dustries), desconocidas e infraexplota-
necesidad de disponer de numerosos das, que faciliten la toma de decisiones
estudios y de amplia difusión sobre tanto a los poderes públicos como a los
las industrias y actividades protegidas agentes privados que intervienen en
por el derecho de autor y los derechos el campo cultural y comunicacional.
conexos en general (copyright indus- De igual forma, estos estudios podrán
tries), las industrias culturales y comu- colaborar a diseñar las políticas de in-
nicacionales, y, en particular, sobre las novación que coadyuven a la genera-

de la económica, considerando los efectos que tienen la producción y el consumo cultu-


rales sobre la constitución de las identidades y, en definitiva, sobre la preservación de la
diversidad cultural. Véase: Observatorio de Industrias Creativas (OIC) (2007a). Informe.
La economía creativa de la ciudad de Buenos Aires. Delimitación y primeras estimaciones. Período
2003-2007. Buenos Aires: Dirección General de Industrias Creativas del Ministerio de
Desarrollo Económico, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. También: Frey, B. (2000).
La economía del arte. Colección Estudios Económicos N.° 18. Barcelona: Editorial La Caixa.
Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona. Asimismo: Lasuén Sancho, J. R., & Aranzadi
del Cerro. J. (2002). El crecimiento económico y las artes. Madrid: Fundación Autor, Sociedad
General de Autores y Editores, DATAUTOR.
5 Véase: Bonet Agustí, L. (2001). Economía y cultura: una reflexión en clave latinoamerica-
na. Barcelona: Oficina para Europa del Banco Interamericano de Desarrollo. Asimismo:
Convenio Andrés Bello (2001). Economía y cultura: la tercera cara de la moneda. Memorias.
Colombia: Convenio Andrés Bello. En tanto, en el ámbito europeo se viene dando también
una transición desde el concepto de economía cultural al de economía creativa. Un recien-
te documento de la Comisión Europea de Educación y Cultura (KEA, 2006) comienza a
plantear ese tránsito, el que tiene implicancias significativas en los sistemas de estadísti-
cas culturales. Consultar: KEA (2009). The Impact of Culture on Creativity. Study prepared
for the European Commission. Brussels: Directorate-General for Education and Culture,
KEA European Affairs; y KEA (2006). The Economy of Culture in Europe. Study prepared for
the European Commission. Brussels: Directorate-General for Education and Culture, KEA
European Affairs.
6 Consultar: Ávila Álvarez, A. M., & Díaz Mier, M. A. (2001). La economía de la cultura:
¿una construcción reciente? ICE. Información Comercial Española. Revista de Economía, 792,
junio-julio, 9-29. Guzmán Cárdenas, C. E. (2004b). Perspectivas sobre las relaciones entre
economía y cultura. Revista Comunicación. Estudios Venezolanos de Comunicación, 128, cuar-
to trimestre, 74-87. Herrera Prieto, L. C. (2009). La investigación en economía de la cultura
en España: un estudio bibliométrico. Revista Estudios de Economía Aplicada, 27 (1), abril,
35-62. Miguez, P. (2006). Repertório de fontes sobre economia criativa. Brasil. Universidade
Federal do Recôncavo da Bahia. Rojas Vázquez, Á., & Sánchez Gardey, G. (2006). Análisis de
las extensiones universitarias Andaluzas. Informe económico. Cádiz: Servicio de Publicaciones,
Universidad de Cádiz. Sánchez Ruiz, E., & Gómez García, R. (2009). La economía política

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ción de riqueza y calidad de vida, en locales, regionales y mundiales. Este


el marco del proceso de globalización hecho, en definitiva, dificulta trazar
económica y mundialización cultural. acciones concretas de fortalecimiento
Adicionalmente, nos encontramos, y modernización proclive al desarro-
en la mayoría de los países latinoa- llo de dichas industrias.
mericanos, con que no existen datos La falta de investigaciones y aná-
desagregados relativos a las caracte- lisis —con cierta prolongación en el
rísticas generales de la extensión, así tiempo de una manera diacrónica—
como el volumen, de las actividades sobre las ramas de actividades, los sub-
económicas relacionadas con los sec- sectores —tales como audiovisual, fo-
tores culturales y creativos nacionales; nográfico, editorial, multimedia, entre
sobre los agentes y organizaciones que otros— y sus cadenas productivas, de
participan en la cadena de valor (crea- manera que se puedan identificar obs-
tive chain) de cada subsector de las in- táculos y oportunidades para el desa-
dustrias culturales, creativas y de con- rrollo de sus eslabones, organizaciones
tenidos digitales, ni de su integración y agentes ―en particular, con respecto
con los sectores productivos de cada a los creadores, productores, gestores
país; tampoco se tienen datos referen- e intermediarios―, se debe, en buena
tes a los canales alternativos de distri- parte, a la escasez de estadísticas e in-
bución y circulación que incorporen dicadores que dificultan la evaluación
y valoren la creación y la producción pormenorizada del funcionamiento y
local, y faciliten su acceso a mercados actuación de los agentes7 que las com-

de la comunicación y la cultura. Un abordaje indispensable para el estudio de las indus-


trias y las políticas culturales y de comunicación. En A. Vega Montiel (coord.), La comuni-
cación en México. Una agenda de investigación (pp. 53-58). (1.a edición). México: Universidad
Nacional Autónoma de México, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias
y Humanidades. Schussman, A., & Healy, K. (2002). Culture, Creativity and the Economy:
An Annotated Bibliography of Selected Sources. Arizona: Department of Sociology, Social
Sciences, University of Arizona. Seaman, B. (2009). Cultural Economics: State of Art and
Perspectives. Revista Estudios de Economía Aplicada, 27 (1), abril, 7-32. Zallo, R. (2007). La
economía de la cultura (y de la comunicación) como objeto de estudio. Revista ZER, 12 (22),
215-234.
7 Los agentes culturales se diferencian no solo por las diferentes funciones que cumplen en
el proceso de producción, difusión, comercialización y consumo de los bienes y servicios
culturales. Se distinguen también por la posición económica que ocupan en dicho proceso
o, en otros términos, por las relaciones sociales bajo las que se inscriben en la economía
cultural. En el proceso de producción, difusión, comercialización y consumo de los bie-
nes y servicios culturales, interviene una multiplicidad de agentes que cumplen diversas

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ponen. Esta parquedad de diagnósti- cadores. Los sistemas de estadísticas


cos socioeconómicos es más apremian- económicas están sustentados en mo-
te, sobre todo, cuando es necesario delos teóricos muy desarrollados que
posicionar la cultura y la creatividad permiten la definición y el acuerdo de
como sectores de apalancamiento para los sistemas internacionales de medi-
el desarrollo humano y sostenible, se- da. Pero no hay teorías generales cul-
gún los objetivos de cada país. turales ni de la creatividad donde in-
tegrar un sistema de estadísticas o de
indicadores sociales. También existen
La noción de cultura y creación: desacuerdos conceptuales sobre los
diferencialidad y unicidad objetivos de la medición cultural9. En
relación con el argumento anterior, el
Igualmente, persisten las indefinicio- economista español Luis César Herre-
nes de los términos cultura8 y creación, ro Prieto, docente de la Universidad de
que siempre han acompañado a las Valladolid, nos indica (2002, p. 147):
discusiones sobre estadísticas e indi-

funciones. Esta diversificación de agentes es la expresión de una división social del trabajo en
la producción cultural. Los principales agentes, según la función que desempeñan, son los
siguientes: el autor (creador, escritor, guionista, «letrista», compositor, etc.); el intérprete
(músico, cantante, actor, bailarín, etc.); el representante artístico; el productor (editor de
libros, periódicos, fonogramas, videogramas, películas, etc.); el gestor cultural, público o
privado; el industrial (fabricante de discos, duplicador de copias, procesador e impresor
de textos, laboratorios de películas, estudios de sonido, multicopiador de videos, produc-
tor de insumos básicos, etc.); el propietario de medios (propietario de periódicos, concesio-
nario de ondas radiales o televisivas); el editor-productor (compañías independientes de
radio y televisión, por ejemplo); el distribuidor mayorista (distribuidor cinematográfico,
videográfico, televisivo, editorial, etc.); el comerciante minorista (salas de cine, comercio
de video prepago, librerías, disco tiendas, quioscos, etc.); las instituciones culturales (bi-
bliotecas públicas, museos, sociedades literarias, asociaciones culturales, etc.); el consu-
midor (lector, radioescucha, televidente, espectador, etc.); el anunciante (empresas, insti-
tuciones, Estado); la agencia de publicidad; las fundaciones; las instituciones educativas,
públicas y privadas, que forman a los propios agentes culturales (artistas, periodistas,
comunicadores, bibliotecólogos, gestores culturales, etc.), etc. Esta clasificación es una pro-
puesta del economista uruguayo Luis Stolovich (1997).
8 Véase: Unesco (1999). Informe mundial sobre la cultura. Cultura, creatividad y mercados. Madrid:
Ediciones Unesco, Acento, Fundación Santa María. Recomendamos la lectura del clásico
de Cuche, D. (2004). La noción de cultura en las ciencias sociales. Buenos Aires: Ediciones
Nueva Visión.
9 Al respecto, la Unesco viene haciendo un esfuerzo orientado a normalizar, en este caso, las
estadísticas culturales internacionales. En su reciente Revisión del Marco de Referencia de
las Estadísticas Culturales comenzó a incorporar en el análisis el concepto de industrias

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[...] también se comprueba la ausencia de tipo patrimonialista, elitista, res-


de una definición explícita del sector cul- tringe la noción de cultura a las «be-
tural propiamente dicho [cursivas nues- llas artes», la confunde con las artes
tras], dentro de las principales fuentes
superiores o «cultas» (plástica, música
de información disponibles sobre va-
clásica, etc.). En otro extremo, con una
riables económicas; y la mayor parte
de las veces aparece de forma disper- perspectiva antropológica10, puede
sa o mezclada con las actividades de significar un todo complejo que inclu-
educación, investigación y frecuente- ye los conocimientos, las creencias, el
mente con las funciones recreativas y arte, la moral, las leyes, las costum-
de turismo. Probablemente el motivo bres y todas las demás disposiciones
de esta indefinición oficial resida en y hábitos adquiridos por el hombre
una insuficiente consolidación de los
en cuanto miembro de una sociedad.
estudios económicos sobre la trascen-
En una segunda acepción, el vocablo
dencia del consumo y la producción
cultural; y esta es la razón por la que cultura denota ciertas actividades em-
se suele acudir a definiciones ad hoc, prendidas por las personas y los productos
adaptadas a la fuente de información de dichas actividades, relacionadas con los
utilizada. De esta forma, generalmen- aspectos intelectuales, morales y artísticos.
te aparecen en un mismo bloque las
Se trata de actividades denomi-
actividades relacionadas con el ocio y
nadas culturales que detentan fun-
la cultura, por lo que resulta obligado
su consideración conjunta. damentalmente tres características
(Throsby, 2008, p. 8):
Para el economista cultural Da-
vid Throsby (2001, p. 4), profesor de – Implican alguna forma de creativi-
la Universidad Macquarie en Sydney, dad en su producción («they requi-
Australia, la noción de cultura puede re some input of human creativity
verse en dos sentidos. En un primer in their production»).
sentido, con raíces en la sociología y – Refieren a la generación y comuni-
la antropología, el término puede uti- cación de significados simbólicos
lizarse para describir un conjunto de («they are vehicles for symbolic
actitudes, valores y prácticas comunes messages to those who consume
a un grupo. En efecto, una concepción them, ie, they are more than simply

creativas, pero solo de manera tangencial y haciendo eje en lo cultural. Para mayores
detalles, consultar: Unesco (2009). 2009 Unesco Framework for Cultural Statistics (FCS). (1.a
edición). Montreal, Quebec: Unesco Institute for Statistics (UIS). Véase: Carson, J. (2001).
Culture Goods Trade Estimates: Methodology and Technical Notes. Ottawa, Ontario: Culture,
Tourism and the Centre for Education Statistics. Research Paper.
10 Véase Kuper, A. (2001). Cultura. La versión de los antropólogos. Barcelona: Paidós.

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utilitarian, insofar as they serve in cos, conciertos, recitales, videos, cable,


addition some larger communicati- etc.), la cultura popular o cultura folcló-
ve purpose»). rica (artesanías, eventos populares del
– Generan productos que represen- tipo ferias, «fiestas folclóricas», etc.) y
tan, al menos potencialmente, una de las diversas instituciones culturales
forma de propiedad intelectual (casas de cultura, museos, galerías,
(«they contain, at least potentially, etc.) (Stolovich et al., 2002).
some intellectual property that is at- Varios autores han señalado la do-
tributable to the individual or group ble propiedad de unicidad y aleatoriedad
producing the good or service»). que caracteriza a los bienes y servicios
culturales como uno de los principales
Es en este segundo sentido del tér- factores que dan un carácter específico
mino cultura que se habla de bienes cul- al análisis del proceso de producción
turales, industrias culturales o del sector y oferta en el sector de la cultura. La
cultural de la economía, y es a partir de propiedad de unicidad proviene del
allí que puede definirse a los produc- tipo de trabajo contenido en la pro-
tos culturales como bienes y servicios que ducción cultural: el trabajo creativo.
implican creatividad en su produc- Este conlleva cierta autonomía y otor-
ción, incorporan un cierto grado de ga un carácter único a cada mercancía
propiedad intelectual y transmiten un cultural. La aleatoriedad, por su parte,
significado simbólico (Throsby, 2001, tiene que ver con el alto grado de in-
p. 4). Dicho en otras palabras, la con- certidumbre de realización mercantil que
cepción amplia o socio-antropológica presentan los bienes culturales y está
de cultura puede ser restringida a un directamente relacionada con el carác-
proceso de producción simbólica; activi- ter único antes mencionado.
dades generadoras de unos valores En definitiva, la cultura sería un pro-
intangibles o simbólicos que se expre- ceso social de producción simbólica, que
san en su diferencialidad y unicidad ― surge del trabajo creativo. La creación
el carácter de prototipo de la creación cultural y su difusión social constitu-
cultural―, en ser bienes y servicios yen procesos que incluyen la creación
distintos de otros. La cultura puede de signos, la producción de soportes
ser entendida como el campo de las pro- materiales de esos signos o de presen-
ducciones simbólicas, que incluye la pro- taciones en vivo de los mismos, su di-
ducción artística tradicional (literatu- fusión entre los receptores/consumido-
ra, pintura, música, teatro y equiva- res y su atesoramiento (García Cancli-
lentes), así como el conjunto de bienes ni & Moneta, 1999). Desde la corriente
y servicios relacionados con las deno- crítica, se concibe a la cultura como un
minadas industrias culturales o cultura espacio de valorización de capitales, en el
masiva (radio, televisión, revistas, dis- cual es necesario incluir a los medios

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masivos de comunicación, a la publi- misión y recepción, que en un parale-


cidad y a las ramas auxiliares (Zallo, lismo más útil a nuestros propósitos
1988). Mientras, en el análisis tradicio- podríamos traducir como producción,
distribución y consumo (Thompson,
nal marxista la cultura es parte de la
citado por Rausell Köster, 1999, p. 4).
superestructura, para el economista
crítico cultural Ramón Zallo (1988), la Las formas simbólicas serán, por
comunicación y la cultura son parte de tanto, los productos y el análisis cul-
la infraestructura, como área producti- tural vendrá a ser el estudio de cómo
va y producción de capital. estos bienes se producen, distribuyen
Sin embargo, no es la intención de y consumen. Desde el punto de vista
este estudio ahondar en la variedad de de la relación cultura y comunicación,
connotaciones académicas del término entenderemos la comunicación como el
cultura, sino más bien aproximarnos a proceso de producción, circulación y pues-
una definición operacional. Para ello, ta en juego de sentidos. Esta definición
utilizaremos el marco conceptual crí- exige el reconocimiento de la diver-
tico de John B. Thompson (1990), que sidad (Unesco, 1999), en tanto que la
parte de una concepción estructural de comunicación estaría dada por la po-
la cultura enfatizando tanto el carácter sibilidad de todos los actores sociales
simbólico del fenómeno cultural como el de poner en circulación sus intereses,
hecho de que está siempre imbuido en mensajes y sentidos. Esto quiere decir
contextos sociales estructurados11. que nunca se comunica solo un men-
saje: siempre el contenido de la comuni-
Según dicho autor, el «análisis cultu-
cación es de sentidos, porque el mensaje
ral» debe ser visto como el estudio de
las formas simbólicas, esto es, accio-
siempre va acompañado del contexto
nes con significado, objetos y expre- en el cual es interpretado y reeditado.
siones de distintos tipos, en relación Este contexto es la cultura.
con los contextos históricos específi-
cos y socialmente estructurados, den-
tro de los cuales y por medio de los Definiendo la particularidad del
cuales, estas formas simbólicas son sector y campo cultural
producidas, transmitidas y recibidas.
Si bien para Thompson el concepto Pero, a menudo, la cultura es consi-
incorpora su mayor valor añadido por derada, en un sentido mucho más
su esencia estructurada, para el len-
restrictivo, como el conjunto de produc-
guaje económico, la importancia de
esta definición reside en la incidencia ciones o de productos (bienes y servicios)
en los aspectos de producción, trans- culturales: obras de todo tipo, musica-

11 Citado en Rausell Köster, P. (1999). Política y sectores culturales en la comunidad valenciana (Cap.
2, p. 4). Valencia: Editorial Tirant lo Blanch. Recuperado de http://www.uv.es/~cursegsm/
MaterialCurso/CAP2Pau.pdf

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Figura 1
La cadena creativa del sector cultural

Culture
Creation Production Manufacturing Distribution
goods
and
services

Support
activities

Fuente: Culture Statistics Program (2004, p. 13).

les, teatrales, cinematográficas, tele- Se incluyen en él las actividades13


visivas, etcétera. En consecuencia, lo de creación, producción, manufactu-
que se denomina el sector cultural12 ra y distribución de bienes y servicios
alcanzará un conjunto de ámbitos de relacionadas con las siguientes áreas y
ramas económicas e industriales muy subáreas: el patrimonio, áreas artísticas
amplio. (de la creación) que abarca el libro y la

12 «El universo de las actividades culturales es muy grande; dentro de lo que consideramos
como sector cultural están distintos tipos de actividades culturales: desde expresiones
del folclor, la cultura popular y la cultura mediática, hasta manifestaciones de la cultura
de ‘élite’ o ‘bellas artes’ y el patrimonio histórico. Las manifestaciones económicas que
se hallan dentro de esta tipología también son variadas. Algunas se desarrollan en los
mercados, otras son subvencionadas por el Estado o por mecenas; en muchos casos, las
motivaciones de la creación residen en ámbitos distintos al de obtener ganancias y no
necesariamente participan en dinámicas económicas de oferta y demanda donde el valor
económico se vea reflejado en un precio. Ingreses o no al mercado, tienen dimensiones
económicas, pues para su realización se necesitan recursos como en cualquier otra activi-
dad económica» (Ministerio de Cultura de Colombia, 2003, pp. 20-21).
13 Véase: Culture Statistics Program (2004). Canadian Framework for Culture Statistics. Ottawa,
Ontario: Minister of Industry, Culture, Tourism and the Centre for Education Statistics.
Research Paper.

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literatura, artes visuales, danza, tea- presar, interpretar, conservar y trans-


tro y las artes musicales; las artes del mitir contenidos simbólicos».
espectáculo14, los medios de comuni- Una vez definido el campo cultural
cación como publicaciones periódicas se seleccionan los bienes y servicios
(prensa, revistas y suplementos), televi- específicos de la cultura, entre los que
sión abierta y por suscripción, radio y se distinguen los productos característi-
las artes audiovisuales. En este sentido, cos y los conexos. En los característicos
la cultura toma una dimensión profe- se consideran los productos típicos de
sional y se ve implicada de inmediato la cultura: los libros, obras de arte, pe-
con aspectos económicos, gerenciales y lículas, conciertos, etc. En los conexos
administrativos. El Convenio Andrés se incluyen los bienes y servicios que
Bello (en adelante, CAB), a través de hacen parte de los gastos culturales
sus procesos de investigación y sus pu- sin que se puedan considerar produc-
blicaciones, ha avanzado en la delimi- tos típicos de la cultura, tales como
tación del campo cultural. En la cons- videograbadoras, cámaras fotográ-
trucción de un Manual metodológico para ficas, televisores, radios, etc. En una
la implementación de cuentas satélite de primera aproximación, podríamos
cultura15 en Latinoamérica (2005), define decir, entonces, que el sector cultural
al campo cultural como un «conjunto estaría constituido por: a) el arte, en
de actividades humanas y productos sus diversas manifestaciones (música,
cuya razón de ser consiste en crear, ex- teatro, plástica, artesanía, etc.), inclu-

14 «[...] se ha asumido una interpretación amplia del concepto de artes escénicas, estrecha-
mente asociado con la llamada ‘industria’ del espectáculo. Incluye, por lo tanto, toda pre-
sentación en escenarios cerrados o al aire libre, en las áreas de teatro, conciertos, recitales,
coral, folclore, ballet, ópera, circo, mimos y títeres, festivales de la canción, competencias
de bailes, shows y otros. Básicamente se trata de espectáculos con representación en vivo,
para los cuales se convoca un público con aforos claramente determinados, tanto en salas
como en grandes escenarios (coliseos, parques, plazas, etc.), en los que se aplica el concep-
to de la ‘taquilla’» (Gobierno de Chile, 2001, p. 83).
15 «La cuenta satélite de cultura se define como un sistema de información estadística sobre
las actividades culturales, que tiene como finalidad reunir en un cuadro contable cohe-
rente el conjunto de flujos económicos relacionados, y establecer los vínculos entre las
diferentes manifestaciones del campo cultural. La elaboración de la cuenta satélite se con-
cibe como el medio para estructurar el conjunto de informaciones relativas al tema de
la cultura. Debe dar cuenta de la importancia económica de la actividad y de la riqueza
cultural de un país, incorporando indicadores monetarios y no monetarios» (Dirección de
Síntesis y Cuentas Nacionales, DANE, 2007, p. 10). Consultar: Gobierno de Chile (2007).
Antecedentes para la construcción de una cuenta satélite de cultura en Chile. Valparaíso: Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes, Departamento de Planificación y Estudios.

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

yendo el espectáculo artístico en vivo, los bienes culturales están basados en la


el patrimonio cultural y su conserva- creatividad, sea esta individual o colectiva
ción (museos, etc.); se trata de las «be- [cursivas nuestras]. Su singularidad
consiste en que se transmite sobre
llas artes» y de otras artes excluidas de
soportes capaces de ser reproducidos
los conceptos restrictivos de cultura;
industrialmente y multiplicados para
b) las denominadas industrias cultu- su circulación masiva. Libros, revis-
rales, y c) los medios masivos de co- tas, productos multimedia, software,
municación (radio, televisión, prensa, grabaciones sonoras, películas, videos
etc.), que establecen un nexo, a escala y series audiovisuales, productos ar-
de masas, entre la producción cultural tesanales y de diseño, constituyen así
y los receptores/consumidores de cul- la rica oferta cultural a disposición
de los ciudadanos (Unesco & Cerlalc,
tura, creando una red por la que circu-
2002, pp. 12-13).
lan los bienes culturales.
Ciertamente, no siempre resulta Por su parte, se concebirán por ser-
sencillo diferenciar la noción de bien vicios culturales así:
(o mercancía) cultural respecto del
[...] aquellas actividades que, sin asu-
concepto de servicio cultural. De he- mir la forma de un bien material,
cho, los problemas derivados de su atienden a un deseo, interés o necesi-
definición son motivo recurrente de dad de cultura y que se traducen en
debate a escala internacional, pues aquellas infraestructuras y medidas de
pese a una aparente claridad, no hay apoyo a las prácticas culturales [cursivas
consenso con respecto a qué incluye nuestras] que los estados, las institu-
cada categoría. En términos generales, ciones privadas o de derecho semipú-
blico, las fundaciones o las empresas,
se acepta que los «productos cultura-
ponen a disposición de la comunidad.
les»16 abarcan tanto bienes como ser- Estos servicios pueden ser de carácter
vicios, entendidos, respectivamente, gratuito o comercial. [...] En términos
como sigue. generales incluyen servicios de espec-
Así tenemos, que los bienes cultu- táculo (teatro, orquestas y circo); ser-
rales serán: vicios de edición y publicación, servi-
cios de agencias de noticias y prensa,
[...] todos aquellos bienes de consumo servicios de arquitectura, servicios
que transmiten ideas, valores sim- audiovisuales (distribución de pelícu-
bólicos y modos de vida, informan o las, programas de radio y televisión,
entretienen contribuyendo a forjar y de videos, así como los aspectos vin-
a difundir la identidad colectiva así culados a la producción, los doblajes
como a influir las prácticas cultura- y copias, la exhibición, la propiedad
les. Protegidos por el derecho de autor, y operación de televisión por cable y

16 Consultar: Colbert, F., & Cuadrado, M. (2003). Marketing de las artes y la cultura. Barcelona:
Ariel.

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Economía de la cultura y de la creatividad

satélite, etc.). También incluyen servi- estética. Además, estos bienes suelen
cios de bibliotecas, archivos, museos y implicar alguna propiedad intelec-
otros servicios culturales (Unesco & tual y muchos de ellos, sobre todo los
Cerlalc, 2002, p. 13). pertenecientes al patrimonio cultural,
provocar externalidades difícilmente
En consecuencia, el rasgo diferen- cuantificables en el mercado. Esta sin-
cial de los estudios e investigaciones gularidad de la naturaleza de los bie-
sobre los productos característicos del nes y servicios culturales es lo que les
sector cultural es la particularidad de diferencia intrínsecamente de resto
de bienes ordinarios de una economía
los bienes que son centro de análisis,
e interpone una primera barrera a la
es decir, los bienes y servicios cultura- aplicación del análisis económico. La
les. De acuerdo con el economista es- principal dificultad consiste en la con-
pañol Luis César Herrero Prieto (2009, fección y aplicabilidad de una teoría
pp. 37-38): del valor consistente, no solo porque
en los bienes culturales, a diferencia
[...] ya que todos tienen en común una del resto, pueden distinguirse dos
triple característica: constituir un es- acepciones de valor, indisociables pe-
fuerzo intelectual o creativo, repre- ro distintas (valor cultural y valor eco-
sentar una síntesis de belleza y poseer nómico), sino porque también resulta
una carga simbólica, particular o co- complicado su cómputo.
lectiva. De esta forma, los bienes cul-
turales pueden ser objetos tangibles Paralelamente, tiene lugar un fenó-
(una escultura) o servicios intangibles meno de creciente digitalización17 en
(escuchar un concierto), pertenecer a aquellos productos y servicios que se
la denominada «alta cultura» (artes prestan a ello. Sería el caso de las in-
plásticas, teatro, música, literatura) dustrias de contenidos18 (content indus-
o llegar hasta prototipos más cerca- tries): cinematográfica y audiovisual,
nos al mercado como la artesanía o el fonográfica, empresas productoras de
diseño creativo; pero todos incluyen
software (programas de ordenador) y
un elemento artístico y una vocación

17 En efecto, gracias a este factor tecnológico, actualmente se está produciendo un progresivo


solapamiento de actividades entre sectores que tradicionalmente se dedicaban a la gene-
ración, proceso y distribución de diferentes tipos de informaciones y, por consiguiente, a
negocios completamente diferenciados. Hoy esta situación está cambiando rápidamente,
sobre todo, a raíz de la difusión de las aplicaciones multimedia, por lo que la incursión de
unas industrias y empresas en el terreno propio de otras se percibe como una tendencia
imparable que no ha hecho más que empezar. Este hecho está dando lugar a frecuentes
operaciones de alianzas, compras o fusiones entre empresas pertenecientes al macrosec-
tor de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
18 Se entiende por industrias de contenidos digitales a todas aquellas actividades productivas
relacionadas con la generación, proceso y distribución de contenidos en formato digital.

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

servicios financieros por la red, entre la en este formato, o bien se trata de


otros. Asimismo, los avances tecnoló- bienes tangibles, cuya venta y distri-
gicos hicieron irrumpir en el mercado bución va acompañada de un amplio
nuevos medios de reproducción, di- abanico de servicios de valor agregado
fusión y explotación de los productos (información, asesoramiento, sopor-
culturales y consiguientemente impli- te técnico, pago, etc.) suministrados
can una expansión extraordinaria de a través de la red. Además, el dilema
las industrias culturales: editoriales, acerca de la expansión del mercado
del entretenimiento, espectáculo, de es más importante en la producción y
los medios de comunicación. distribución de expresiones intangi-
Vale destacar, a manera de ejemplo, bles fijadas en soportes tangibles como
que el impacto de la tecnología ha sido CD, libros o videos que en el caso de
más profundo en la industria del disco ser acercadas al público a través de un
que en la del libro, debido a la amplia servicio como, por ejemplo, una obra
difusión de aparatos para realizar co- de teatro en vivo.
pias para uso privado a muy bajo costo
―desde los aparatos grabadores y re-
El valor simbólico de la cultura
productores de sonido hasta las com-
putadoras personales― y a la utiliza- Pero ¿cuál es la particularidad de los
ción de internet para acceder a música bienes y servicios culturales? Asu-
grabada en formato digital. En estos miendo que el sector cultural y aque-
casos, o bien el producto permite ser llas actividades económicas vincula-
digitalizado y distribuido a gran esca- das a la producción19 cultural están

Tipos de empresas que integran el sector de las industrias de contenidos digitales: empre-
sas editoriales (libros, publicaciones), medios de comunicación (prensa, radio, TV), empre-
sas que ofrecen servicios de internet (conexión, hospedaje, desarrollo de webs, marketing,
publicidad), empresas de servicios de información profesionales (brókers de información,
productores de bases de datos), empresas del sector informático (editores de software, de-
sarrolladores de aplicaciones multimedia), operadores de telecomunicaciones (fijas, móvi-
les, cable, satélite). Para mayor precisión conceptual, recomendamos la lectura del estudio
realizado por Castro Neves, A. (2003). A indústria de conteúdos. Uma visão estratégica. Lisboa:
GEPE, Gabinete de Estudos e Prospectiva Económica do Ministério da Economia.
19 «Se entiende por producción cultural [...] no solo la producción artística tradicional ―li-
teratura, pintura, música, teatro y equivalentes―, sino el conjunto de bienes y servicios
relacionados tanto con lo que se ha llamado ‘alta cultura’ como con lo que resulta de las
‘industrias culturales’ o ‘cultura masiva’ ―radio, televisión, revistas, discos, conciertos,
recitales, videos, cable, etc.―, de la ‘cultura popular’ o ‘cultura folclórica’ ―artesanías,
eventos populares, por ejemplo, ferias, ‘fiestas folclóricas’, etc.― y de las diversas institu-
ciones ‘culturales’ ―casas de cultura, museos, galerías, etc.―, sin tener en cuenta, por otra
parte, todo lo relacionado con el ámbito de la educación» (Achugar, 2000, p. 277).

244 Contratexto n.o 22, 2014

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Economía de la cultura y de la creatividad

conformados por una serie de bienes sin sufrir mayor merma en calidad o
y servicios de distinto tipo, el valor cantidad (por ejemplo: un concierto).
simbólico, es decir, la manifestación sim- La no rivalidad en el consumo consiste
bólica de una «función cultural» asocia- en que el consumo de un bien por un
do a estos (valores, creencias, normas, individuo no priva a otro del consumo
símbolos expresivos) es determinante del mismo bien. La no exclusión con-
para el desarrollo de la economía de la siste en la imposibilidad de, una vez
cultura. que el bien es producido, impedir que
algunos consumidores lo consuman
Los bienes y servicios culturales son
(Hesmondhalgh, 2002). Además de
aquellos que están compuestos tanto
por valor simbólico como por valor poseer un importante componente pú-
funcional o utilitario, con un «predo- blico, los bienes culturales tienen otras
minio» del primero. Dicho valor sim- características que los distinguen del
bólico (o cultural) se acompaña de un común de los bienes de mercado20. Su
valor de cambio cuando el bien o ser- distinción no reside, rigurosamente
vicio se pone en circulación en el mer- hablando, solamente en características
cado (Consejo Nacional de la Cultura
de la naturaleza de la cultura conside-
y las Artes de Chile, 2003, p. 21).
rada como bien económico, se asienta
Otras características de su deman- también en rasgos propios del proceso
da y oferta contribuyen a determinar productivo en el sector cultural.
la singularidad de los bienes cultu- El segundo rasgo, básico para los
rales. Consideramos que la cultura es analistas culturales, es que estamos
un bien privado con un importante com- hablando de bienes y servicios que
ponente colectivo porque i) no solo el intentan satisfacer un tipo de necesidad
consumidor privado, sino además la específica: la cultural21. Esta es la única
sociedad en su conjunto, deriva be- característica excluyente de los bienes
neficios de su consumo de los que no y servicios culturales con respecto a
puede ser excluido, y ii) porque la cul- otro tipo de bienes y servicios, y tiene
tura, además de ser un bien de consu- la particularidad de ser definida por la
mo individual, es a menudo un bien interacción de la demanda y la oferta
que puede ser consumido por muchos (Consejo Nacional de la Cultura y las

20 Según Bruno Frey (2000, pp. 15-16), las características que hacen del arte y la cultura un
«bien público», que produce «efectos externos positivos» cuyos beneficios no se agotan en
las personas que los demandan y ofrecen como bien privado a través del libre mercado,
son un valor de existencia, un valor de prestigio, un valor de opción o elección, un valor
de educación y un valor de legado.
21 Véase: Gobierno de Chile (2001). Impacto de la cultura en la economía chilena. Santiago de
Chile: Ministerio de Educación, División de Cultura. Mimeografiado.

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

Artes, 2003, p. 21), lo que contribuye No obstante, es necesario conside-


a determinar la originalidad de los rar que, ni en un mercado perfecta-
bienes culturales. mente eficiente, podrán ser óptima-
Hugo Achugar (2000, p. 286) sostie- mente satisfechas las necesidades cul-
ne lo siguiente: turales, entendidas como necesidades
de producción, consumo y distribu-
La diversidad de opiniones refleja el ción equitativa de bienes y servicios
estadio de transición en que se encuen-
culturales en el sentido amplio. Estu-
tra el debate latinoamericano respecto
diar la cultura y sus incidencias den-
de la ecuación economía-cultura ―en
especial, la problemática del «valor y tro de las economías mundiales no es
la cultura»― y asimismo respecto de un trabajo sencillo, en virtud de que
la relación entre cultura e industrias la misma es un bien de característi-
culturales. [...] El tema es particular- cas singulares, que no cuenta con una
mente relevante, pues supone no solo definición concisa y que no tiene un
una diferencia entre valor económico sentido propio, intrínseco, sino que el
y valor cultural o simbólico, sino tam- consumidor le otorga un sentido o signifi-
bién una clara diferencia en el funcio-
cado particular dependiendo de lo que este
namiento de ambos valores; más aún,
cabría en el caso de la cultura dife-
producto represente para él. Un elemento
renciar entre bienes (mercaderías) y clave del consumo cultural es el efec-
servicios. Ahora bien, si es cierto que to de la experiencia y el entrenamiento en
una de las diferencias más evidentes beneficio de uno mismo al consumir
entre un «producto cultural» y otro bienes creativos; este efecto es llamado
cualquiera radica en el hecho de que adicción racional. Con tan solo algunas
ambos mantienen relaciones no ho- excepciones (como la música que se
mólogas entre inversión, trabajo y ren-
escucha en la radio), los productos de
tabilidad, también es cierto que esto
las industrias de contenido cultural y
no funciona de manera universal para
todo tipo de producto cultural. [...] No creativo son «bienes de experiencia».
hay duda de que esta suerte de «es- Para complicar más la situación, los
pecificidad» económica del producto bienes culturales poseen, además de
cultural ha planteado desafíos a la su valor funcional, un valor simbólico
teoría económica general. En especial, y emocional que es distinto para cada
uno de los factores más problemáticos individuo o grupo de individuos, ade-
tiene que ver con el comportamiento más de que son bienes irremplazables,
de ciertos «productos culturales» en
ya que responden a necesidades que
términos de durabilidad. La caduci-
dad o la permanencia del producto
no pueden ser cubiertas por ningún
cultural no es determinable de ante- otro bien.
mano como ocurre con otros tipos de El valor que se le da a los bienes
productos ni tampoco depende de la culturales, según Lluís Bonet Agus-
inversión, de los materiales o del tra- tí (2001, pp. 21-22), depende de tres
bajo involucrado en su producción.

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Economía de la cultura y de la creatividad

dimensiones; esto es, la funcional (va- [Primero] la cultura y las actividades


lor práctico o de utilidad), la simbóli- relacionadas constituyen una fuente
ca (prestigio agregado) y la emocional importante de generación de flujos
(carga emotiva incorporada). La su- económicos, rentas y empleos [...]. [Se-
gundo] la cultura constituye un ámbi-
perposición por parte de cada indivi-
to por excelencia para la intervención
duo de estas distintas dimensiones da pública, no solo justificado por la con-
como resultado el valor otorgado a cada dición de bienes públicos de muchos
bien o servicio cultural. Dicho valor es de sus productos; sino también por-
estrictamente personal, aunque esté que, cada vez más, el factor cultural
fuertemente influido por la educación se utiliza como instrumento de iden-
recibida, la estructura de valores de ca- tificación o transformación de los «lu-
da contexto social o las vivencias ante- gares» y, por lo tanto, forma parte de
riores, y del mismo nace la función de las estrategias de desarrollo económi-
co local y/o regional. Por último y en
preferencias de cada individuo ante el
el plano teórico, la cultura constituye
mercado. La cultura tiene, además, un un terreno excelente de aplicación de
valor social que evoluciona con el tiem- los «nuevos progresos» de la ciencia
po y en el espacio, y va a depender de económica en ámbitos más novedosos
los valores de existencia, de legado, de que el campo de estudio tradicional,
identidad, de prestigio y valor educa- como pueden ser los bienes no comer-
tivo, así como de innovación. ciales, la revisión del supuesto de ra-
cionalidad de los agentes económicos,
Otro elemento o particularidad de
la economía de la información y la
los bienes culturales, que dificulta su incertidumbre, así como el análisis y
análisis económico, está representa- evaluación del comportamiento de las
do por su comportamiento dentro del instituciones públicas (Herrera Prieto,
mercado. Estos se comportan de ma- 2002, p. 153).
nera diferente de los demás bienes, da-
do que su permanencia o durabilidad en
el mercado no puede determinarse a
Puntos de partida para
priori. En la actualidad, según afirma
el conocimiento de la economía
Lluís Bonet Agustí (2001), «[...] un mo-
de la cultura y creatividad
delo de desarrollo económico que no
tenga en cuenta la particular estructu- El sector cultural se caracteriza cada
ra de valores culturales de la sociedad vez más por interrelaciones estrechas
donde se pretende implementar está y variadas entre la vida cultural (ins-
encaminado al fracaso». Esta conclu- tituciones culturales y socioculturales
sión nos muestra la relevancia que se públicas: teatros, museos, centros de
le ha dado a la cultura dentro de la arte, enclaves artísticos urbanos o ru-
economía, fundamentalmente debido rales, escuelas de arte, conservatorios,
a tres factores: etc.) y la economía de la cultura (mer-

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

cado de las artes escénicas, los merca- ción ideológica, y en el económico, la


dos de arte y el patrimonio cultural, ciencia económica y sus métodos ha-
las industrias del libro, publicaciones cen lo suyo. En tal sentido, el catedráti-
periódicas, fonogramas, audiovisual, co español Ramón Zallo (2007, pp. 219-
producción cinematográfica y video- 220), al respecto, explica lo siguiente:
gráfica, radio, televisión, publicidad,
[...] cabe una economía general de la
fotografía, diseño, arquitectura, oficios
cultura como objeto de estudio por-
relacionados con el arte, protección de que ―vista como un objeto de estudio
monumentos históricos y turismo). para una ciencia social como la eco-
Con todo, subraya el investigador nomía― la cultura nace de actos de
social uruguayo Hugo Achugar (2000, creación simbólica, tiene procesos de
trabajo y valorización peculiares por
p. 290) que:
su propia naturaleza, supone siempre
Resulta claro que la persistencia de algún proyecto estético y comunicati-
nociones anacrónicas de la cultura y vo independientemente de su calidad,
también la ignorancia acerca del po- se plasma en objetos o servicios cultu-
tencial económico y de la importancia rales y demandados por tales, y tiene
en el empleo de la actividad cultural una eficacia social por su percepción
―incluidas las industrias culturales social en forma de disfrute, conoci-
y las artesanías― afectan de una ma- miento y vertebración colectiva.
nera fundamental la elaboración de
las políticas culturales entre nuestros Aparte, apunta Javier Machicado
países. (2004)22, con una gran precisión, que:

Ciertamente, la irrupción de la eco- Una visión renovada de la econo-


mía de la cultura es ahora necesaria.
nomía en el campo de la cultura y de
Cierto es que un número creciente
la comunicación nos obliga a una re-
de estudios económicos, incluyendo
visión epistemológica, en sus aspectos unos cuantos bastante recientes en
axiológico, ideológico y propiamente eco- las Américas, han hecho evidente que
nómico, concreto de producción y en- la liberalización del comercio y las
riquecimiento. En cada uno de estos inversiones a escala mundial, como
aspectos, el vínculo entre economía consecuencia obligada de la globali-
y cultura es diferente. En el aspecto zación, han permitido un desarrollo
formidable de las industrias cultu-
axiológico, es de tipo filosófico; en el
rales. Pero también es cierto que, en
aspecto ideológico, es la fundamenta-
ese mismo contexto, se han formado

22 Machicado, J. (2004). La cultura como generadora de crecimiento económico, empleo y


desarrollo. En 2.da Reunión Interamericana de Ministros y Altas Autoridades de Cultura. Ciudad
de México. Estudio del Tema I. Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CIDI),
Organización de los Estados Americanos (OEA). 23 y 24 de agosto. Mimeografiado.

248 Contratexto n.o 22, 2014

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Economía de la cultura y de la creatividad

estructuras de mercado heterodoxas, b) Se produce una afectación comu-


en las que oligopolios mediáticos de nicativa o comercial en el proceso
carácter transnacional acaparan seg- creativo.
mentos cada vez más grandes del
mercado cultural mundial, abarcando c) Hay una inmensa producción, una
al tiempo un buen trecho de la cadena gran oferta múltiple invisible, una
que va desde el creador hasta el públi- limitada oferta viva y una aún más
co. En esta medida, la decisión de lo limitada oferta visible y económi-
que circula o no circula en el merca- camente solvente.
do cultural globalizado está en buena
d) Cada bien es individualmente in-
parte en manos de estos grupos. O, de
otra forma, las expresiones culturales sustituible, pero a escala de sector la
que no sean rentables para los conglo- sustituibilidad de productos o prác-
merados, no encontrarán un lugar en ticas culturales es lo dominante.
el mercado global. De cualquier for- e) Es una economía en permanente
ma, esta visión de la economía de la renovación productiva, interpre-
cultura concluye que la diversidad de
tativa o comercial, en continua in-
expresiones culturales está en juego,
toda vez que lo que el mercado pri- novación y con una gran dosis de
vilegia no está forzosamente ligado flexibilidad y adaptación a los in-
a la multiplicidad de la producción agotables cambios simbólicos.
cultural que actores independientes, f) La oferta es previa y puede crear la
etnias y culturas innumerables gene- demanda..., pero para tener valor,
ran (2004, p. 3).
además de valor de uso, ha de ser
Así, la cultura, como cualquiera de parte de las percepciones sociales
los bienes y servicios que se transan y, para ello, ha de ser comunicada
en una sociedad monetarizada, tiene y estar en disposición de uso o de
costos, productores y consumidores, y intercambio.
puede medirse y cuantificarse a través
de metodologías estadísticas y econo- Aun así, las relaciones entre econo-
métricas23 aplicadas a los procesos cul- mía, cultura y creatividad son recien-
turales. De igual modo, Ramón Zallo tes. Es evidente que nos encontramos
(2007, pp. 222-224) refiere que entre los en presencia de un nuevo marco teó-
rasgos compartidos de la cultura como rico que exige otras visiones desde
economía podemos encontrar: las ciencias sociales y económicas.
No podemos olvidar que la cultura
a) Existe un trabajo muy cualificado y es, además de un concepto impreciso
especial, el trabajo creativo que lo con múltiples connotaciones, un bien
ha hecho posible. económico singular, producto de un pro-

23 Aplicación de las técnicas matemáticas y estadísticas al análisis de los fenómenos económicos.

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

ceso en el que participan creadores Frey (2000, p. 20), de la elección racional


y distribuidores, organizados más o a la cultura. En ese proceso de adap-
menos formalmente para hacer llegar tación, los autores recogen aportes e
los productos culturales a un hetero- influencias de otras disciplinas, tales
géneo mercado de consumidores. En como la sociología, los estudios cultu-
este marco de referencias, se pueden rales, la antropología, etc. Resaltan las
destacar dos grandes troncos teóricos particularidades de la economía de la
en el análisis económico de la cultu- cultura, como ámbito de análisis espe-
ra: a) uno que se apoya en el paradigma cífico, con un objeto de estudio propio,
neoclásico y su método de análisis de com- que exige una adaptación de los ins-
portamiento racional, más allá de que trumentos y metodologías del análisis
algunos autores realizan importantes neoclásico.
aportes cuestionadores y superado-
De esta forma, la economía de la cul-
res parciales de algunas de sus pro-
tura constituye una rama disciplinar
puestas; será definido como corriente específica, que se está consolidando
principal; b) otro, de raíz materialista- como un campo muy fértil para el ra-
estructuralista, y en muchos casos de zonamiento teórico y la verificación
inspiración marxista, que será defini- empírica, acerca del comportamiento
do como escuela o corriente crítica. de los hombres y de las institucio-
nes respecto de la cultura, presente y
Desde el punto de vista de los eco-
acumulada. Con ello queremos decir
nomistas, José Ramón Lasuén Sancho y que entendemos como bien cultural
Javier Aranzadi del Cerro (2002, p. 9): no solo las creaciones y expresiones
«vivas», como por ejemplo, las artes
[...] la economía de la cultura es una
escénicas y plásticas realizadas en un
aplicación estricta al mundo de la cul-
momento presente; sino también todo
tura del método económico neoclási-
lo que se considera como patrimonio
co, que trata de obtener, en cualquier
cultural en un sentido acumulado, es
contexto y empeño, la mejor asigna-
decir y por lo tanto, con una perspec-
ción posible de los escasos recursos
tiva histórica o con un sentido de he-
disponibles para alcanzar los fines
redad. Así mismo han de considerarse
deseados.
también aquellas otras mercancías de
En otros casos, si bien se parte de carácter reproducible pero que consti-
tuyen, a la vez, una forma de creativi-
la misma matriz teórica, se avanza
dad o de expresión intelectual, como
en adaptaciones al objeto de estudio lo son una obra literaria, la composi-
específico, como en el caso de David ción de una sinfonía o la producción
Throsby (2001) y Bruno Frey (2000). de una película de cine. En definitiva,
Estos autores aplican y adaptan la cualquiera de estas tres gamas de ob-
metodología del comportamiento ra- jetos, cultura viva, cultura acumula-
cional al campo de la economía de la da o patrimonio cultural, y cultura
cultura o, como prefiere denominarla reproducible, representan productos

250 Contratexto n.o 22, 2014

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Economía de la cultura y de la creatividad

culturales de naturaleza diferente, quecimiento y fortalecimiento del de-


pero todos están cruzados por una safío para instalar en la investigación
característica común, que es su signi- conjunta un escenario favorable a la
ficado como creación artística, esencia necesaria medición del sector de la
de inteligencia o signo de identidad de cultura en nuestros países. En defini-
una colectividad; y que contribuyen a tiva, mientras en la economía cultural
lo que podríamos definir como valor son las definiciones culturales las que
cultural de dichos elementos (Herrera tratan de ampliar el lenguaje econó-
Prieto, 2002, p. 152). mico, en la economía de la cultura es
el lenguaje económico el que se aplica
Por lo demás, el Informe sobre el im- a los productos culturales. Pareciera
pacto de la cultura en la economía chilena ser que una y otra perspectiva se de-
(2001, p. 83), realizado por el Ministe- ben nutrir recíprocamente; de la mis-
rio de Educación, División de Cultura, ma forma en que a partir del propio
para el CAB), dilucida que: pensamiento económico se deslindan
herramientas y conceptos operaciona-
A través de los estudios e investigacio- les para el análisis, los cuales a su vez,
nes realizados en las últimas décadas comprueban o refutan el pensamiento
―principalmente en Europa y Norte que los generó, a su turno se reafirma
América―, observamos que la rela- o impele a la corrección de las herra-
ción entre economía y cultura ha sido mientas de investigación económicas.
establecida desde al menos dos pers-
pectivas: economía cultural y econo- Para el caso, Ramón Zallo (2007,
mía de la cultura. La primera intenta p. 230) aborda el tema del valor en la
conocer las influencias que la cultura cultura a partir de la idea de la mer-
genera en la economía en una socie- cancía cultural, que se distingue por el
dad determinada, de modo de revisar carácter aleatorio de su valoración. La
el pensamiento económico a la luz de
economía de la cultura y de la comuni-
las dinámicas y particularidades de
cación tiene unos rasgos que podrían
las organizaciones y relaciones huma-
nas asociadas a la producción y con- resumirse así:
sumo de productos simbólicos. Entre Es una economía de valores intangi-
tanto, los análisis realizados desde la bles o simbólicos generados por tra-
segunda perspectiva se han abocado bajos creativos, en forma de bienes o
a entregar información sobre la esfera servicios individualmente insustitui-
cultural a partir del saber económico. bles y en permanente renovación de
En particular, la economía de la cul- contenidos o de interpretaciones. Es
tura se interesa por la aplicación de una economía de la oferta múltiple,
la teoría y análisis económico sobre oferta que crea la demanda y que tie-
los problemas del arte y las prácticas ne una funcionalidad y eficacia social
culturales. La aplicación mecánica o más allá de su valor económico. Su
arbitraria de las teorías, perspectivas valor material e intelectual tiende a
e instrumentos de una disciplina por decrecer históricamente pero, en cam-
sobre la otra, hace imposible un enri- bio, tiende a incrementarse el coste

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

de la exclusividad, de la complejidad a las nuevas tecnologías de informa-


y de la notoriedad, con lo que el cos- ción y comunicación en particular y
te marginal en general tiende a cero y a modelos de desarrollo económico
hay una amplia gama de costes hun- basados en el conocimiento en gene-
didos, así como una incertidumbre so- ral. Busca mostrar la irradiación de lo
bre el resultado de la puesta en valor. cultural a otros sectores económicos
Tiene amplias zonas de bien público, no culturales, desde un centro consti-
también mercados bien imperfectos y tuido por «el campo de las artes», es
una inevitable presencia de las admi- decir, productos culturales no indus-
nistraciones públicas. Todo ello per- triales (Observatorio de Industrias
mite considerar económicamente a la Creativas, OIC, 2007, p. 17).
cultura como un sector con sus ramas,
subsectores y actividades auxiliares. Así tenemos que en atención al
reciente informe elaborado por la
Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Comercio y Desarrollo (United
El sector creativo
Nations Conference on Trade and De-
Entre tanto, para otros autores, es pre- velopment, Unctad), titulado Creative
ferible hacer una ampliación desde lo Economy Report 2008. The challenge of
estrictamente cultural a lo creativo24, assessing the creative economy: towards
al definir que el alcance de la econo- informed policy-making, se pueden se-
mía de la cultura: ñalar cuatro diferentes modelos que
se han presentado durante los últimos
[...] es el «sector creativo y cultural» y años con el objetivo de proporcionar
se lo justifica como el modo más apro-
una comprensión sistemática de las
piado de medir con mayor precisión
características estructurales de las in-
las consecuencias económicas y socia-
les, así como el impacto directo e in- dustrias creativas y de los contenidos
directo de la cultura y la creatividad. digitales.
Hay en esta elección un propósito En primer lugar, el modelo de
declarado de vincular lo cultural con círculos concéntricos, propuesto por
los procesos de innovación asociados

24 Desde la perspectiva europea, se prefiere hablar de un modelo económico del «sector


creativo». Para mayor profundidad, consultar: Colombo Villarasa, A. (2006). Economia
de la cultura. L’impacte econòmic del sector cultural des d’una òptica europea. En G.
Munilla, DOSSIER «La gestió de la cultura, una nova disciplina?» Digithum. Revista dels Estudis
d’Humanitats i dels Estudis de Llengües i Cultures de la UOC, 8. Wiesand, A., & Söndermann,
M. (2005). The Creative Sector: an engine for diversity, growth and jobs in Europe. European
Cultural Foundation. Wyszomirski, M. J. (2004). Cultural Industries/Creative Sector:
Definitional Approaches. En: Wiwipol, Focus, Workshop: Creative Industries. A measure for
urban development? (pp. 25-57). Viena: Wien Kultur.

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Economía de la cultura y de la creatividad

el economista australiano David nados a la reproducción y difusión en


Throsby (2008, pp. 10-11), afirma que masa, es decir, las llamadas «indus-
las ideas creativas se originan en el trias culturales»25. Hasta allí se delimi-
núcleo (core) de las artes en forma de ta el sector «cultural».
sonido, texto e imagen y que estas El sector «creativo» está compuesto
ideas e influencias se difunden hacia por un segundo círculo (wider cultural
afuera a través de un serie de capas o industries) donde la cultura se convier-
«círculos concéntricos», con la dismi- te en una entrada «creativa» en la pro-
nución de la proporción de lo cultural ducción de bienes no culturales. Las
cuanto más se aleja de ese centro. Así, llamadas actividades e industrias creati-
en el núcleo central (core creative arts) vas son actividades cuyos resultados
de las artes creativas se encontrarían son funcionales, pero también incor-
la literatura, la música y las artes escé- poran elementos de las dos anteriores
nicas y visuales; y en el extremo más capas en el proceso de producción (ver
alejado de ese núcleo, actividades rela- figuras 2 y 3).
cionadas (related industries) como la pu-
Los otros tres modelos a los que ha-
blicidad, la arquitectura, el diseño y la
ce referencia la Unctad (2008) son los
moda. Luego se encontraría un primer
siguientes: el modelo de textos sim-
círculo (other core cultural industries) en
bólicos, típico del enfoque de las in-
torno a este núcleo, que estaría confor-
dustrias culturales26 derivadas de los
mado por industrias cuyos productos
estudios de la crítica-cultural en la tra-
son exclusivamente culturales y desti-
dición europea; el modelo de la OM-

25 «Se pueden definir, asimismo, otras características relevantes de este tipo de industrias,
como las economías de escala, la difícil cuantificación del valor agregado que se genera
en la actividad creativa, la intensidad en la utilización de recursos humanos, los riesgos
e incertidumbre que implica lanzar un producto al mercado, debido a la necesidad de
invertir en activos altamente específicos, por el lado de la oferta, y la esencia errática e
impredecible de la demanda y el corto ciclo de vida de los productos. En este contexto, los
productores cumplen un rol muy importante a la hora de asumir los riesgos que implica
lanzar un producto al mercado. La demanda de este tipo de productos es, en su mayoría,
altamente dependiente del ingreso ―libros, discos, conciertos, televisión cerrada, etc.―
como así también, de los gustos, preferencias y modas de cada mercado, los cuales suelen
ser cambiantes. En general, un autor no puede asumir este tipo de riesgos por sí mismo»
(OMPI, 2002, p. 16).
26 Véase: Hesmondhalgh, D. (2002) The Cultural Industries. Londres: Sage Publications. Según
Justin O’Connor (2007, p. 48), Desmond Hesmondhalgh «[...] chooses to leave out the arts
altogether, focusing on the ‘classic cultural industries’. The arts are ‘peripheral cultural
industries’ because they engage in semi-industrial or nonindustrial methods. Whilst this
might be a pragmatic decision in terms of the focus of a book, it seems at the very least to
set aside a sector with a very high prestige function, commanding huge levels of public

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

PI27, basado en el derecho de autor y de cance de una economía de la cultura


propiedad intelectual y el modelo del desde la creación. Al respecto, afirma
DCMS del Reino Unido28 ―lo que se lo siguiente:
presenta de este último es básicamen-
La legitimidad de una economía de
te una tipología clasificatoria―. Cada
la cultura no tiene por qué englobar-
uno de ellos se traduce en una base se en los amplísimos y transversales
diferente para la determinación y cla- espacios de la creatividad y la inno-
sificación de las industrias culturales o vación, como un componente o item
creativas, lo que es demostrativo de las más de una economía creativa [cursivas
dificultades y debates de los alcances nuestras], o de un hipotético hipersec-
en la definición del «sector creativo». tor de la innovación o de la creación.
Esa aproximación es correcta desde el
Es de destacarse que Ramón Zallo lado de las sinergias y de las políticas
(2007, p. 217) es contrario a las apre- transversales. Y es incorrecta desde el
ciaciones conceptuales referidas al al- lado de su significación social.

investment (from education through urban regeneration/re-imaging to arts funding) and


highly commercialised in certain areas (contemporary art exhibitions; fine art auctions;
opera; popular theatre, music theatre, etc.). It also inevitably suggests a distinction based
on technological reproducibility which does not necessarily stand up to close scrutiny.
The profit model of restricted audience access in the performing arts also applies to cine-
ma and to live popular music which is currently a major source of revenue for the music
industry. Literature is part of publishing. The visual arts are constituted around a com-
plex economy involving large financial sums. Similarly, we might point to the range of
inputs and spillovers from artistic activity without which it is sometimes hard to conceive
of a creative cluster or innovative milieu. The arts command a degree of public subsidy,
but this does not circulate in a separate space but overlaps with the complex range of pro-
jects involving public and private, institutions and freelancers which make up a creative
ecosystem. Dispensing with the arts cuts out much that is central to the cultural indus-
tries production system».
27 Véase: Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) (2003). Guide on surve-
ying the economic contribution of the copyright-based industries. Ginebra: World Intellectual
Property Organization, WIPO. También puede ser consultado en castellano: Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual (2003a). Guía para determinar la contribución económica
de las industrias relacionadas con el derecho de autor. Ginebra: OMPI.
28 Consultar: Department for Culture, Media and Sport (DCMS) (1998). Creative Industries
Mapping Document. Londres: HMSO. UK Department for Culture, Media and Sport. La
aplicación concreta del DCMS (Department for Culture Media and Sport) se destaca por
ser la de uno de los países donde más se ha consolidado el concepto de las industrias crea-
tivas. Se deriva del impulso que a finales del decenio de 1990 se da en el Reino Unido para
reposicionar la economía británica como una economía impulsada por la creatividad y la
innovación en un mundo competitivo a nivel mundial.

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Economía de la cultura y de la creatividad

Figura 2
El modelo de círculos concéntricos de las industrias culturales y creativas

Core creative arts Other Core cultural


Literature industries
Music Film
Performing arts Museums, galleries,
Visual arts libraries
Photography

Core
Creative
Arts
Ot h

es
rC tr i
e

s
o re du
Creative In Wilder cultural Industries
Related industries W Heritage services
Advertising
ild
er c tr i es
u l t u r a l I n dus Publishing and print media
Architecture Television and radio
Design Re s Sound Recording
l at e d I n d u st r i e
Fashion Video and computer games

Fuente: Throsby, 2008, p. 12.

Figura 3
El modelo de círculos concéntricos de las industrias culturales y creativas

Core Creative Fields


Outputs with high expressive value,
(e.g. work of music or literature) that
can be copyrighted.

Cultural Industries
Mass production of expressive outputs,
e.g. publishing, music, video games.

Creative industries & Activities


Use of expressive value in creative
activities, e.g. design software.

The Rest of the Economy


Manufacturing & service sectors use
expressive outputs generated by creative
industries.

Fuente: Hamilton, Arbic & Baeker, 2009, p. 8.

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

Sin embargo, en cualquier caso, las industrias de contenido cultural y


compartimos el pensamiento de Justin creativo constituyen un elemento im-
O’Connor29 (2007) al trazar que estos portante de los sistemas económicos
nuevos enfoques deben entenderse contemporáneos. El estudio de KEA
como una «nueva narrativa de ruptu- (2006) sobre la economía de la cultura
ra de fronteras entre la economía y la en Europa, encargado por la Comisión
cultura» que tiene el mismo telón de Europea, ha puesto en evidencia cifras
fondo existente en este recorrido de importantes sobre la contribución de
terminologías que es el de la tensión la cultura al crecimiento económico y
existente entre ambos campos. Estas su impacto sobre el empleo. Por ejem-
múltiples interconexiones entre cultu- plo, el estudio muestra que en 2003 el
ra, creatividad y economía se destacan sector cultural-creativo contribuyó en
en esta nueva narrativa de las indus- aproximadamente un 2,6 % al PIB de
trias culturales, creativas y de conte- la UE de 30 estados miembros y ha
nidos digitales. Tal como señala el OIC conocido un crecimiento más elevado
(2007, p. 15): desde 1990 al año 2003 (12,3 %) que el
de la economía en general. Además, en
Más allá de las denominaciones uti-
2004, más de cinco millones de perso-
lizadas (economía de la información,
del conocimiento, de la creatividad, nas, es decir, el 3,1 % de la población
etcétera), que pueden responder a activa de la UE de 25 estados miem-
modas que se erigen en nuevas pana- bros, trabajaban en este sector. Aparte
ceas [cursivas nuestras] de desarrollo, de su contribución directa a la econo-
lo que parece indudable es que la co- mía, el sector cultural-creativo tiene
nexión entre cultura y fuerzas produc- un impacto indirecto en el entorno
tivas [cursivas nuestras] a la que se
socioeconómico europeo, ya que pro-
hace referencia es particularmente
mueve la innovación en otros sectores
significativa en las últimas décadas
y la profusión de estudios al respecto de la economía.
demuestra que también es percibida Cabe notar que el «impacto pro-
como tal. ductivo» del sector cultural-creativo
es una noción objetiva cuantificable,
basada en el valor agregado según el
Cultura y creación en el desarrollo
sector de actividad de que se trate, ge-
económico nerado por el uso de factores produc-
Así pues, a pesar de su escasez en los tivos participantes en los procesos de
países latinoamericanos, los datos dis- producción y distribución, y su rela-
ponibles sugieren fuertemente que ción con la producción nacional bruta.

29 O’Connor, J. (2007). The cultural and creative industries: a review of the literature. Londres:
Creative Partnership Series, Arts Council England.

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Economía de la cultura y de la creatividad

El aporte del sector cultural-creativo manera significativa al desarrollo de


al PIB30 de una nación (APIBc) es la las tecnologías de la información y de
participación del valor agregado del comunicación (en adelante, TIC), ya
sector (PIBc) en el valor agregado total que desempeña un importante papel a
(PIB.) El valor agregado del sector cul- escala local, regional y urbana, por lo
tural-creativo es la sumatoria de todos que resulta fundamental para garan-
los valores agregados generados por tizar el desarrollo sostenible. En los
el total de las actividades productivas últimos decenios, poco a poco se ha
culturales dentro del territorio nacio- ido tomando conciencia de la dimen-
nal en un período. La estimación del sión económica de la cultura y de su
comportamiento productivo cultural función en la creación de empleo y el
y creativo, tanto público como priva- desarrollo rural y urbano. El reto de
do, puede lograrse mediante la cuan- la industria emergente de la cultura
tificación de un indicador global como es responder a la aparición de nuevos
el producto interno bruto ―que refiere productos y servicios en los mercados
al aporte del sector productivo cultu- globalizados.
ral―, y varios indicadores sectoriales, Otros estudios estiman que las in-
tales como el índice de producción, la dustrias culturales y creativas repre-
facturación (ventas), el empleo, el pago sentan en los países desarrollados o
por derechos de autor, exportaciones, más ricos del mundo entre un 4 % y
importaciones, piratería, inversión, 6 % del PIB, y el 7 % del PIB mundial
gasto público, consumo de bienes cul- (Quartesan, Romis & Lanzafame, 2007,
turales, etc. p. 6). También es posible considerar,
También señala el estudio de KEA con amplitud de criterios, al conjunto
que el sector creativo31 contribuye de de actividades de producción y comer-

30 La importancia económica de cualquier sector puede ser medida a través de agregados


macroeconómicos, usualmente, utilizados como indicadores globales de todo el sistema
económico: el producto interno bruto (PIB), el PIB per cápita, la población ocupada, los
gastos realizados por el sector público, la demanda agregada interna, etc. Entre los indi-
cadores disponibles destaca el PIB, por ser el que mejor representa la actividad económica
desde un punto de vista colectivo y el que se utiliza para medir el crecimiento de un país.
Este se define como «el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos
por los factores de producción residentes en el territorio de una economía a lo largo de un
período de tiempo determinado» (García Gracia, Fernández Fernández & Zofío Prieto,
2000, p. 35).
31 La creatividad se entiende, en el estudio, como el uso de los recursos culturales, como
consumo intermedio en el proceso de producción de los sectores no culturales y, por ende,
como fuente de innovación.

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

cialización que tienen como materia 2005; siendo los Estados Unidos líder
prima una creación protegida por el en dicho campo con 11,1 % del PIB y
derecho de autor. En este caso, se esta- 8,5 % de la fuerza laboral.
ría acotando el campo de estudio a las Este tipo de estudios se basa en la
denominadas industrias de derechos identificación de las industrias «del
de autor (en inglés, copyright-based in- derecho de autor» y en el cálculo de su
dustries, CBI). Según el estudio realiza- valor agregado. El conjunto de activi-
do por Jorna Leenheer, Simon Bremer dades económicas que se relacionan
y Jules Theeuwes32 (2008), con base con los derechos de autor y conexos
en 17 países que utilizaron la OMPI es más abarcante que lo que se conoce
Guía33, se valora que las industrias por industrias culturales y creativas.
protegidas por el derecho de autor (en La realización de investigaciones so-
lo sucesivo, IPDA) representaron el 5,4 bre el impacto económico de los dere-
% del PIB y el 5,8 % del total de em- chos intelectuales (derecho de autor y
pleos, en términos consolidados ge- derechos conexos) en el mundo con-
nerales de los países estudiados para temporáneo, como fuente de riqueza

32 Véase: Leenheer, J., Bremer S., & Theeuwes, J. (2008). The Economic Contribution of Copyright-
Based Industries in Netherlands. A study based on the WIPO Guide. Ámsterdam: SEO Economic
Research. Consulte otros estudios similares: Canadian Heritage (2004). The Economic
Contribution of Copyright Industries to the Canadian Economy. Otawa , Ontario: Canadian
Heritage, Wall Communications Inc. Chow, K. B., & Leo, K. M. (2005). The Economic
Contribution of Copyrigth Based Industries in Singapore. Review of Economic Research
on Copyright Issues, 2 (2), 127-148. (2005a) The Economic Contribution of Singapore Copyright
Activities. Singapur: IP Academy Singapore. Haraby, N. (2004). Copyright Industries in
Arab Countries. Solothurn: University of Applied Sciences of Northwestern Switzerland.
International Intellectual Property Alliance (IIPA) (2005). Initial Survey of the Contribution
of the Copyright Industries to Economic Development. Washington: IIPA. Márquez-Mess, V.,
Ruiz Funes, M., & Yaber, B. (2006). The Economic Contribution of Copyrigth-Based Industries
in Mexico. México: World Intellectual Property Organization (WIPO). Penyigey, K., &
Munkácsi, P. (2005). The Economic Contribution of Copyright-Based Industries in Hungary.
Creative Industries Series N.° 1. Budapest: Hungarian Patent Office, World Intellectual
Property Organization (WIPO). Picard, R. G., Toivonen, T. E., & Grönlund, M. (2003). The
Contribution of Copyright and Related Rights to the European Economy. Final Report. Finland:
Business Research and Development Centre, Media Group. Siwek, S. (2005). Engines of
Growth: Economy Contributions of the U.S. Intellectual Property Industries. USA.: Economists
Incorporated, NBC Universal. The Allen Consulting Group (2001). The Economic
Contribution of Australia’s Copyrigth Industries. Report for the Australian Copyright Council
and the Centre for Copyright Studies. The Allen Consulting Group Pty. Ltd.
33 Véase: Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) (2003.

258 Contratexto n.o 22, 2014

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Economía de la cultura y de la creatividad

para los países donde se crean, produ- decir, aquellas cuya existencia misma
cen, difunden o utilizan las obras prote- depende de las obras autorales. Estas
gidas nos han permitido aproximarnos industrias se consideran «primarias»
al conjunto de industrias implicadas en tanto tienen en común la actividad
en el flujo nacional e internacional de de fijación, en diversos medios, de
bienes culturales y creativos. Estos obras autorales.
análisis se han caracterizado por exa-
Las industrias que dependen prin-
minar la producción y el comercio de
cipalmente del derecho de autor son
las principales categorías de bienes inte- aquellas que se dedican íntegramente
lectuales, con la finalidad de contribuir a la creación, producción y fabricación,
a lograr un mejor conocimiento de la interpretación o ejecución, radiodifu-
importancia de proteger eficazmen- sión, comunicación y exhibición, o dis-
te los derechos de autor y derechos tribución y venta de obras y otro mate-
conexos con miras a la expansión de rial protegido (OMPI, 2003a, p. 32).
las industrias culturales y comunica- En segundo lugar, los estudios so-
cionales, así como registrar el impacto bre la contribución económica del de-
que están ejerciendo las TIC sobre ese recho de autor contabilizan el valor
campo. agregado por industrias «secunda-
Desde el punto de vista conceptual, rias» o «industrias interdependientes
es conveniente clasificar (ver figura 4) del derecho de autor» (interdependent
las diferentes actividades englobadas industries), representadas por las pro-
como IPDA en grupos caracterizados veedoras de equipos e insumos de las
por una mayor homogeneidad, en industrias primarias. Estas últimas
cuanto a la importancia que tienen incluyen las que suministran equipos
los derechos intelectuales como fac- e insumos utilizados para la fijación y
tor económico. Estas industrias com- reproducción de obras autorales. «Las
prenden empresas que contribuyen a industrias interdependientes del de-
la producción y comercialización de recho de autor son industrias que se
obras protegidas por el derecho de au- dedican a la producción y venta de
tor en distintos puntos de la «cadena equipos cuya función consiste, total
de valor». En primer lugar, se ubican o principalmente, en facilitar la crea-
las industrias «primarias» (core co- ción, la producción o la utilización de
pyright industries), que dependen prin- obras y otro material protegido» (OM-
cipalmente del derecho de autor, es PI, 2003a, p. 35).

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Carlos Enrique Guzmán Cárdenas

Figura 4
El modelo de OMPI. Tipología de industrias culturales y creativas

Partial Copyright Industries


• Music
• Book publishing
Interdependent CI
• Audio-visual
• Festivals
Creative Core • Performing arts
• Visual arts
• Copyright
collective mgt

• Music instruments • Fashion


man’f • Mas & costume
production

Fuente: Nurse, 2006, p. 8.

Un tercer grupo de actividades es dedicated support industries) ―general-


el que se refiere a las «industrias que mente llamadas en la literatura como
dependen parcialmente del derecho de «auxiliares»― participan en el proceso
autor» (partial industries). «Las indus- de producción de obras protegidas por
trias que dependen parcialmente del el derecho de autor mediante la presta-
derecho de autor son industrias en las ción de servicios de diverso tipo. «Las
cuales una parte de las actividades es- industrias de apoyo son industrias en
tá relacionada con las obras y otro ma- las cuales una parte de las actividades
terial protegido, y puede consistir en consiste en facilitar la radiodifusión, la
la creación, producción y fabricación, comunicación, la distribución o la ven-
la interpretación o ejecución, la radio- ta de obras y otro material protegido,
difusión, la comunicación y la exhibi- y cuyas actividades no han sido inclui-
ción o la distribución y venta» (OMPI, das en las industrias que dependen
2003a, p. 36). Por último, un cuarto principalmente del derecho de autor»
grupo de «industrias de apoyo» (non- (OMPI, 2003a, p. 37).

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Economía de la cultura y de la creatividad

Según los estudios realizados por terpretarlo como que cuentan con un
el economista mexicano Ernesto Pie- alto potencial económico. En otras pa-
dras (2005, pp. 7-8): labras, son una potencia económico-
cultural.
[...] la evidencia empírica internacio-
nal ilustra el hecho de que aquellos En el caso de los países de Latinoa-
países considerados como desarrolla- mérica y el Caribe, de ingreso medio y
dos o industrializados suelen tener un bajo, la contribución económica gene-
peso importante de su sector cultural rada es mucho menor que la aportada
en la economía, que no es de extrañar por las transnacionales de las principa-
en presencia de políticas integrales
les economías, ubicándose entre el 1,5
para la cultura de países como Ingla-
terra (8,2 % del PIB), Francia e Italia,
% y 4 % del PIB, con una marcada dis-
incluso en los Estados Unidos (8,2 %), paridad entre los países, dependiendo
con su propia caracterización de la de la metodología34 utilizada para el
cultura que se aproxima demasiado levantamiento de la información. A
a la noción del entertainment [cursi- manera de ejemplo, en el nivel prome-
vas nuestras]. Ahí llama la atención dio inferior se ubican Bolivia (0,22 %)35,
la inserción de México y Brasil en el Paraguay (1,00 %), Perú36 (1,02 %), El
grupo de países con alta participación
Salvador (1,4 %)37, Venezuela (1,97 %)38,
de sus industrias culturales, y vale in-

34 Véase: Piedras Feria, E., & Rojón, G. (2005). Metodologías mundiales para la medición de las
industrias protegidas por los derechos de autor. Serie de Documentos de Análisis del Mercado
y Regulación de las Telecomunicaciones. México D. F.: The Competitive Intelligence Unit.
35 Véase: López Z., E., Torrico V., E., & Baldivia R., A. (2005). Dinámica económica de la cultura
en Bolivia. Colección Economía y Cultura N.° 12. 1.ra edición. Bogotá: Viceministerio de
Cultura de Bolivia, Convenio Andrés Bello.
36 Véase: Universidad de San Martín de Porres (2005). El impacto económico de la cultura en
Perú. Colección Economía y Cultura. Bogotá: Convenio Andrés Bello, Escuela Profesional
de Turismo y Hotelería de la Universidad de San Martín de Porres.
37 Véase: Tenorio, M. (2009). Desarrollo humano y dinámicas económicas locales: contribución de la
economía de la cultura. Cuadernos sobre Desarrollo Humano N.° 9. San Salvador: Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
38 Consultar: Guzmán Cárdenas, C. E. (2005b). La dinámica de la cultura en Venezuela y su
contribución al PIB. Colección Economía y Cultura N.° 10. 1.ra edición. Bogotá: Ministerio
de Educación, Cultura y Deportes de Venezuela, Viceministerio de Cultura, CONAC,
Convenio Andrés Bello. Guzmán Cárdenas, C. E., Medina, Y., & Quintero Aguilar,
Y. (2005). El valor agregado cultural y su efecto expansivo en la economía venezolana.
Seis escenarios para el análisis cultural. Revista Comunicación. Estudios Venezolanos de
Comunicación, 132, cuarto trimestre, pp. 76-87.

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Chile (2,00 %)39, Colombia (2,05 %)40, tivas se han convertido en un sector
Guatemala (3,05 %), Uruguay (3,30 líder para las economías de numero-
%)41. Por el otro lado, Brasil42, Argen- sos países con índices de crecimiento
tina43 y México44 superan el 6 %. Por anual que se sitúan entre el 5 % y el
su parte, las llamadas industrias crea- 20 %. Según el Banco Mundial, en

39 Véase: Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile (2003). Impacto de la cultura en
la economía chilena: participación de algunas actividades culturales en el PBI y evaluación de las
fuentes estadísticas disponibles. Colección Economía y Cultura. Bogotá: Consejo Nacional de
la Cultura y las Artes de Chile, Universidad ARCIS, Convenio Andrés Bello (CAB).
40 Véase: Ministerio de Cultura de Colombia & Convenio Andrés Bello (2003). Impacto eco-
nómico de las industrias culturales en Colombia. Colección Economía y Cultura. Bogotá:
Ministerio de Cultura de Colombia, Convenio Andrés Bello (CAB). Consultar: Machicado,
J. (2000). Economía y cultura. Un estudio sobre el impacto económico del sector cultural
en la Comunidad Andina. Serie Cuadernos de trabajo N.° 22, pp. 25-41. Bogotá: Centro de
Estudios Sociales, Universidad Nacional de Colombia. Niño Morales, S. (2000). El sector
cultural y del esparcimiento en Colombia. Actividades de la industria cultural y del espar-
cimiento y su contribución al PIB. Reportes Filosofía y Humanidades. Reporte N.° 19, pp. 1-41.
Bogotá: Colección General, Universidad del Rosario.
41 Véase: Stolovich, L., Lescano, G., & Mourelle, J. (1997). La cultura da trabajo. Entre la creación
y el negocio: economía y cultura en el Uruguay. Montevideo: Editorial Fin de Siglo.
42 Consultar: Getino, O. (2003). Las industrias culturales del Mercosur. En Observatorio de
industrias culturales de la ciudad de Buenos Aires (OIC). Aproximación a un estudio de las
Industrias Culturales en el Mercosur. (Incidencia económica, social y cultural para la in-
tegración regional). (2001). INFODAC. Directores argentinos cinematográficos. Suplemento
Especial N.° 17, septiembre. Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)
(2002). Estudio sobre la importancia económica de las industrias y actividades protegidas por el
derecho de autor y los derechos conexos en los países de Mercosur y Chile. Coordinación del Prof.
Antônio Márcio Buainain. OMPI y Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP).
43 Véase: Abramovsky, L., Chudnovsky, D., & López, A. (2001). Las industrias protegidas
por los derechos de autor y conexos en la Argentina. Estudio preparado por el Centro de
Investigaciones para la Transformación (CENIT) para el proyecto «Copyrights related eco-
nomic activities in the Mercosur countries + Chile». DT 26, abril, 2001. World Intellectual
Property Organization (WIPO). Mastrini, G., & Becerra, M. (Dir.) (2006). Periodistas y mag-
nates. Estructura y concentración de las industrias culturales en América Latina. 1.ra edición.
Buenos Aires: Prometeo Libros, Instituto Prensa y Sociedad. Consultar: Getino, O. (1995).
Las industrias culturales en la Argentina. Dimensión económica y políticas públicas. Buenos
Aires: Ediciones Colihue.
44 Véase: Piedras Feria, E. (2004). ¿Cuánto vale la cultura? Contribución económica de las indus-
trias protegidas por el derecho de autor en México. 1.ra edición. México: Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes, Sociedad de Autores y Compositores de Música, Sociedad General
de Escritores de México.

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Economía de la cultura y de la creatividad

2003, el conjunto de las industrias de crecimiento portador de elementos


creativas presentaban tasas de creci- de creatividad, innovación y producción
miento promedio cercanas al 10 % dentro del ámbito nacional, regional
anual. Se apreciaba que el valor de y local.
las industrias creativas en el mercado Es claro que los países «desarrolla-
mundial pasó de 831 000 millones de dos» aún dominan el mercado mun-
dólares en el año 2000 a 1,3 billones de dial de productos creativos. No obs-
dólares en 2005. tante, cabe señalar, como asienta el
Luego parece ser, cada vez más, Ministerio de Cultura de la República
que el futuro de muchas de las econo- de Colombia (Compendio de Políticas
mías «emergentes» se va a sustentar Culturales, 2009, p. 152):
en generar e impulsar su capacidad
[...] también se ha reconocido en estos
de creación e innovación45 a través de
ámbitos de política cultural interna-
sus industrias culturales, creativas y cional que el despliegue de las acti-
de contenidos digitales. De manera vidades creativas, y en particular las
que nuevos enfoques de comparación culturales y artísticas, como motores
deberán buscarse en la formulación del crecimiento económico enfrentan
de las políticas públicas comunica- fuertes obstáculos, que tienen un ma-
cionales y culturales, con la finalidad yor grado de incidencia en las econo-
mías en desarrollo. Las actividades
de mejorar la capacidad comprensiva
culturales aún manifiestan altos gra-
de los procesos, prácticas y sistemas
dos de informalidad en sus procesos
vinculados a las industrias culturales de creación, producción, circulación
y creativas en cualquiera de sus di- y consumo; permanecen asociadas a
mensiones o aspectos. Pero también, precarias formas de explotación del
los sectores de la cultura y la creación trabajo, presentan limitados niveles
aparecen como un apreciable terreno de exportación, los bienes y servicios
de innovación y competitividad. Es culturales aún no hacen parte signi-
ficativa de la canasta de consumo de
decir, ya no se conciben solo como
las familias, los presupuestos públicos
una ocupación pública generadora de
dirigidos a estos sectores aún son muy
gastos y egresos, del mismo modo, y limitados, y a esto hay que agregar
cada vez con más intensidad, viene a que las tendencias de la globalización
formar parte de la economía privada, económica han mostrado favorecer la
donde dispone de un fuerte potencial concentración del poder competitivo

45 Examinar el apartado «Innovación e industrias creativas de la Comisión Económica para


América Latina y el Caribe (CEPAL)». (2009). Innovar para crecer. Desafíos y oportunidades para
el desarrollo sostenible e inclusivo en Iberoamérica. Santiago de Chile: División de Desarrollo
Productivo y Empresarial, CEPAL, Naciones Unidas, Secretaría General Iberoamericana
(SEGIC).

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y de dominio de mercados en las em- dades positivas, como las derivadas del
presas más grandes, y en las econo- beneficio social producido por disfru-
mías con mayor grado de desarrollo te individual de los bienes culturales
económico.
y creativos, o las debidas a la conser-
La gran mayoría de los países del vación de la herencia cultural para las
espacio geográfico cultural latinoame- generaciones futuras, o las que tienen
ricano aún no han logrado realmente que ver con la teoría del bienestar y se
aprovechar sus extensiones creativas pa- apoyan en la existencia de amplios sec-
ra fomentar a través de políticas públi- tores de la población sin ingresos ade-
cas, principalmente culturales y comu- cuados. El mensaje primordial es que
nicacionales, su desarrollo. las industrias culturales y creativas,
efectivamente, generan recursos sig-
En consecuencia, si bien economías nificativos a la economía, ofrecen un
emergentes [...] tienen importantes valor agregado esencial en el mundo
recursos potenciales en términos de
moderno (creatividad), cuantificable
creatividad, talento y diversidad cul-
tural, ellos solo se podrán concretar en términos económicos hasta cierto
como motores del crecimiento econó- punto, y generan empleo. Igualmente,
mico a partir del despliegue de polí- la actuación de algunas actividades
ticas tendientes a fortalecer sus orga- creativas, y en particular las cultura-
nizaciones productivas, garantizarles les, demuestran que los recursos des-
marcos de regulación apropiados y tinados pueden ser inversión econó-
condiciones adecuadas para su sos- mica y que muchos agentes tienen el
tenibilidad, elevar los niveles de for-
potencial de entrar en dinámicas de
mación y producción de conocimiento
en el sector y facilitar el acceso a las mercado. En esta moderna visión del
herramientas tecnológicas (Ministerio desarrollo, se ha detectado una serie
de Cultura de la República de Colom- de elementos, principalmente de índo-
bia, Compendio de políticas culturales, le cultural, que contribuyen en forma
2009, p. 152). importante a la superación de la po-
breza y al desarrollo sustentable en los
Aceptamos que las industrias cul-
países. Estos elementos constituyen lo
turales y creativas generan externali-
que se ha denominado capital social46.

46 El concepto de capital social surge aproximadamente hace unos diez años, siendo algunos
de los investigadores responsables de su conceptualización, sociólogos y economistas que
se orientaron a descubrir que otros factores, distintos de los económicos, podrían estar
interviniendo o estar asociados a las diferencias de desarrollo de regiones y países, es-
pecialmente en aquellos casos en que no se observa relación directa, sino que, a veces, es
hasta inversa entre los recursos disponibles en un país o región y el nivel de bienestar de
su población. Entre estos investigadores y autores podemos mencionar a James Coleman,
Robert Putnam, Kenneth Newton, Stephan Bass, Amartya Sen y Bernardo Kliksberg.

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Economía de la cultura y de la creatividad

Las tendencias actuales apuntan ha- estratégico-cultural que este distinti-


cia la comprensión de la cultura como vo sector productivo implica para las
una parte central del capital social47. economías nacionales, por los bienes
En términos generales puede afirmar- y servicios que genera. La tesis central
se que el capital social lo constituyen de esta declaración es que
valores, actitudes y patrones conduc-
la creatividad, el conocimiento y el ac-
tuales compartidos por una población,
ceso a la información son cada vez más
lo cual asegura la cohesión social, fa- reconocidos como potentes motores
cilita la interrelación y cooperación de del crecimiento económico y de la pro-
los hombres entre sí y con las institu- moción del desarrollo en un mundo
ciones que conforman la sociedad. Se que se globaliza (Unctad, 2008, p. 61).
trata de actitudes que contribuyen a
Por ende, América Latina y el Ca-
que las personas trasciendan las rela-
ribe necesitarán interpretar el cambio
ciones conflictivas y competitivas para
paradigmático que se viene gestando en
lograr una cooperación y ayuda mu-
el modo de innovar, y a su vez conso-
tua, donde los esfuerzos se unan para
lidar, su capital creativo. En este con-
lograr fines compartidos. De hecho, se
texto, se puede apreciar, entonces, que
evidencia que los países que han sabi-
la creatividad económica y tecnológica
do apoyarse en los sectores culturales
se descubren acercándose e interac-
y creativos han generado, a partir de
tuando con la creatividad artística y
los mismos, modelos organizacionales
cultural. Asimismo, es indiscutible la
inéditos, conocimientos nuevos, redes
interacción entre ocio y negocio o arte
de cooperación interna, creación de
y negocio. Esta situación está dando
fuentes directas de empleo y numero-
pie a la aparición y al desarrollo de las
sas industrias, entre otros beneficios.
denominadas industrias creativas. La
Lo cierto es que todavía queda mu- variedad de empresas creadas es in-
cho por hacer, y numerosos estu- mensa, tanto en cuanto a actividades
dios permiten reafirmar el carácter como en tamaño, mercados de actua-

Estos autores enfatizan diversos aspectos del capital social y mayoritariamente coinciden
en lo siguiente: 1) el importante papel que juegan en el ámbito societal e institucional
los niveles de confianza entre los actores en una sociedad; 2) la existencia y la práctica,
por parte de esa población, de normas cívicas; 3) el nivel de asociatividad que incide di-
rectamente en el fortalecimiento del tejido social; y por último, y muy importante, 4) la
presencia en la cultura de valores, tales como el respeto a la dignidad del otro, justicia,
solidaridad y tolerancia para facilitar la convivencia.
47 Véase: Klisberg, B., & Tomassini, L. (Comp.) (2000). Capital social y cultura: claves estratégicas
para el desarrollo. (1.ra edición). Buenos Aires: Banco Interamericano de Desarrollo, Fondo de
Cultura Económica de Argentina.

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ción, etc. La idea central del capital Amazon.com, Google), a la comer-


creativo (la creatividad y la innova- cialización creciente de la propiedad
ción como noción para crear valor en intelectual en el mundo digital, al
crecimiento de las redes de usuarios
las empresas y en la sociedad), a tra-
(MySpace, YouTube, Twitter), y a las
vés de sus diversas acepciones: nuevos
sinergias derivadas de actividades
sectores emergentes, industrias creati- que agregan valor (turismo cultural,
vas, contenidos digitales creativos, tra- propiedad intelectual e identidades
bajos del futuro y creatividad, cultura locales). Las tecnologías digitales y de
innovadora, clases creativas, territo- telecomunicación hacen posible llegar
rios y comunidades creativas, empieza a mercados globales con una facilidad
a tejer las redes y los flujos de lo que sin precedentes. Los consumidores
ahora pueden elegir entre una gama
hemos venido denominando nueva
muchísimo más amplia de proveedo-
economía o economía creativa, donde el
res y productos, los viejos modelos de
código genético de cualquier activi- negocios declinan en numerosas áreas
dad, sea empresarial, social, científica, y surgen oportunidades para nuevos
tecnológica o artística, se está viendo entrantes sobre la base de tecnologías
alterada por la importancia que ad- digitales y procesos virtuales. Las in-
quiere la creatividad humana en toda dustrias creativas vienen experimen-
su extensión. tando un proceso de profunda rede-
finición. Las áreas con mayor valor
En afinidad, la importancia cre- agregado ya no se encuentran en los
ciente de las industrias de la nueva servicios y las manufacturas, sino en
economía ―que incluyen a las indus- la explotación de la propiedad intelec-
trias de contenido digital― está estre- tual (CEPAL, 2009, p. 109).
chamente vinculada a un importante
Las industrias de la cultura, sobre
proceso de transformación económica,
todo, las industrias culturales de con-
que podemos condensar en la transi-
tenidos digitales (ver figura 5) del siglo
ción hacia una economía basada en el co-
XXI48, las nuevas culturas, las culturas
nocimiento, la innovación y gestión de los
digitales, las culturas que básicamente
intangibles.
se van a desarrollar en el entramado de
La transformación del sector creativo redes y en la capilarización de la logística
está asociada al rápido cambio tecno- digital, estas culturas intangibles, des-
económico en productos, distribución materializadas, serán necesariamen-
y mercadotecnia (por ejemplo, libros
te el elemento crítico que separará un
electrónicos (e-books), iPods, iTunes,

48 Véase: Bustamante, E. (Coord.) (2003). Hacia un nuevo sistema mundial de comunicación.


Las industrias culturales en la era digital. Barcelona: Gedisa. Bustamante, E. (Coord.) (2002).
Comunicación y cultura en la era digital. Industrias, mercados y diversidad en España. Barcelona:
Gedisa.

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Economía de la cultura y de la creatividad

Figura 5
Interconexiones entre las industrias culturales, creativas y de los contenidos digitales

Creative industries
other sectors as
education, health,
Digital content goverment information
and applications and services, financial
Cultural
services
industries

ICT

Fuente: Marcus, 2005, p. 23. Es una adaptación de la figura 1 del estudio de Pattinson
Consulting (2003). The Measurement of Creative Digital Content. DCITA, p. 9.

modelo de sociedad de otro. En otras en su producción, tienen que hacer


palabras, habrá países beligerantes, con referencia a la generación y comuni-
su propio filón de cultura estabilizado, cación de los significados simbólicos,
potenciado, capaz de producirse en las y tienen que configurarse en una serie
redes de nodo en nodo, generando, ob- de productos tangibles o intangibles
viamente, una cadena de valor agre- ―depende del dominio, analógico o
gado, pero también concibiendo una digital―, y que, al menos, se basen en
imagen de marca, una forma de inter- la potencia de una forma de propiedad
nacionalizar las condiciones culturales, intelectual.
las señas de identidad de un país. En consecuencia, para los países de
Podemos definir tanto la cultura Latinoamérica y el Caribe, se hace ne-
analógica como la cultura digital co- cesario abordar el tema de la economía
mo aquellas actividades emprendidas creativa, la innovación y las industrias
por las personas y los productos de creativas y de contenidos digitales, así
dichas actividades que tienen que ver como los nuevos retos que ella repre-
con los aspectos intelectuales, morales senta para la formulación de políticas
y artísticos de la vida humana. Pero, públicas pertinentes en las esferas na-
además, esas actividades tienen que cional y regional.
implicar alguna forma de creatividad

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Este enfoque reconoce la existencia y su impacto en la economía creativa


de una dimensión económica de la latinoamericana y del Caribe.
cultura, y un sector cultural de la eco-
nomía que cobra mayor visibilizad a
través del concepto de economía crea-
Referencias
tiva [cursivas nuestras], que vincula
las sociedades actuales a sociedades
Achugar, H. (2000). Desafíos econó-
del conocimiento. En este sentido, se
mico-culturales de América Latina
ha identificado al sector creativo como
una fracción económica distinta que (cultura «tradicional» e industrias
día a día cobra un peso y una impor- culturales). En Capital Social y Cul-
tancia de enormes magnitudes en el tura: claves estratégicas para el desa-
panorama mundial debido a múltiples rrollo. Buenos Aires: Fondo de Cul-
factores, entre los cuales los avances tura Económica de Argentina.
tecnológicos son determinantes (Mi-
Bonet Agustí, L. (2001). Economía y cul-
nisterio de Cultura de la República de
Colombia, Compendio de políticas cultu- tura: una reflexión en clave latinoame-
rales, 2009, p. 102). ricana. Barcelona: Oficina para Eu-
ropa del Banco Interamericano de
El reto, entonces, es aprovechar al Desarrollo.
máximo este potencial económico de
El Plan Nacional para las Artes 2006-
crecimiento y desarrollo en un marco
2010. Políticas culturales en Colom-
de respeto de nuestra identidad y de
bia (2009). En Compendio de políticas
nuestra diversidad cultural, que con-
culturales. Bogotá: Ministerio de
tribuya a la consolidación del espacio
Cultura.
cultural y al desarrollo integral del ser
García Canclini, N., & Moneta, J. C.
humano y la superación de la pobre-
(1999). Las industrias culturales en la
za. Para ello, es necesario diseñar po-
integración Latinoamericana. Buenos
líticas públicas de fomento, dirigidas,
Aires: Fudeba.
también, a las industrias culturales y
creativas, por su aporte a la economía Gobierno de Chile (2001). Informe so-
y, especialmente por su contribución bre impacto de la Cultura en la Eco-
a la promoción y divulgación de las nomía Chilena. Santiago de Chile:
más diversas expresiones de la cultu- Gobierno de Chile, Ministerio de
ra, entendidas desde una perspectiva Educación, División de Cultura.
amplia. No se pretende demostrar «la Mimeografiado.
rentabilidad» de los bienes creativos Herrero Prieto, L. C. (2002). La econo-
y culturales. La perspectiva de razo- mía de la cultura en españa: una
namiento es establecer algunas di- disciplina incipiente. Revista Astu-
rectrices del diseño institucional y de riana de Economía, 23, 147-175.
política pública, recomendada para el KEA. (2006). The economy of culture
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