Está en la página 1de 3

AUTOGESTIÓN DE LA INNOVACIÓN

El ser humano es una especie en constante proceso de crecimiento y evolución,


este proceso está vinculado con su relación con el entorno, desarrollo de
habilidades específicas, un proceso de transformación que no se detiene. En este
sentido, el aprendizaje, el conocimiento y la innovación determinan las emociones,
aspiraciones, esperanzas e intenciones humanas.

De esta cuenta se deduce que la innovación es una actividad eminentemente social,


que integra las relaciones del hombre con la naturaleza, con su entorno, con las
máquinas, con la tecnología, con su organización y con la sociedad. El impulso: la
supervivencia y el bienestar.

Como nos podemos dar cuenta, todos los cambios que han implicado mejores
condiciones de vida, la simplificación de procesos, el aumento de la productividad,
surgen de una actitud de autoconsciencia, de un deseo de cambio y de una
intención o propósito de llevar a cabo estos cambios. Plasmadas las ideas
anteriores, se desprende el imperativo de la autogestión para llevar a cabo procesos
innovadores que van desde un cambio personal y se consolidan en cambios
externos.

Preguntas como: ¿Qué es lo verdaderamente importante para mí?, ¿En qué puedo
cambiar’, ¿Qué herramientas necesito?, ¿Qué es lo que me impide crecer o realizar
ese cambio?, son las que han llevado al ser humano a crear el entorno y las
condiciones en las que vive como especie.

El autor Stephen Covey lo explica detalladamente en su libro “Los 7 hábitos de la


gente altamente efectiva”. Hay que ganar primero las batallas personales para poder
enfrentar las batallas públicas; en otras palabras, necesitamos primero de victorias
privadas, antes de pretender victorias públicas. Un cambio personal, un cambio de
paradigma, son la premisa para pretender cambios externos.
Como ya se ha resaltado, todo esto es un proceso que inicia por enfocarse
verdaderamente en los cambios que se desean lograr. Volviendo a Stephen Covey,
resulta primordial conocer a donde queremos llegar, cuál es la meta, cuál es la
misión.

Este es un ejercicio que exige un entorno alejado de las distracciones, lo cual


conlleva adoptar una serie de hábitos que contribuyan a crear las condiciones
adecuadas. Por ejemplo:

1. “La vida es un trabajo universal de organización traiciona a


la vida quien no vive para el orden.” (Ricardo León). Cualquier objetivo
que se pretenda alcanzar requerirá de recursos, pero sin duda el recurso
indispensable será el tiempo. Cualquier medida que contribuya a aprovechar
el tiempo es importante, pero hay una que puede ayudar en gran manera a
hacerlo y es: organizar. Esto significa clasificar todo aquello que es útil ahora
de lo que no. Y descartar lo innecesario. La organización permite optimizar
el espacio y optimizar el tiempo.

Organizar va de la mano con el acto de eliminar. Sí, por ejemplo, eliminar


aplicaciones que nunca usa en su Smartphone, o que consumen tiempo y no
representan un beneficio significativo. Eliminar correos electrónicos
irrelevantes de su bandeja. Irrelevantes porque son publicidad, a veces
engañosa, porque son publicidad de cosas que no necesita, eliminar aquello
que no utilizamos, eliminar pensamientos que nos estancan, eliminar el
miedo…

Como puede verse, el principio de la organización es algo aplicable en todos


los campos de la vida: la empresa, el smartphone, el hogar, la oficina, a la
mente.
2. “Con orden y tiempo se encuentra el secreto de hacerlo todo, y de
hacerlo bien.” (Pitágoras) Cuando se elimina lo innecesario, queda más
tiempo y espacio para lo realmente importante y necesario. El principio del
orden significa Un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar. Poner
en orden las cosas implica que estarán siempre bajo nuestro control,
jerarquizando la ubicación de las cosas. Se traduce en mayor frecuencia en
el uso = más a la mano. Con ello ganamos tiempo, pues su localización será
más rápida, se acelera la producción y se favorece la calidad.

3. “La limpieza es media riqueza.” (Anónimo). En el libro “Vida de una


Gueisha” de Mineko Iwasaki se puede leer lo siguiente: La limpieza
constituye una parte esencial del proceso de aprendizaje en todas las
disciplinas tradicionales japonesas y es una práctica imprescindible para
cualquier aprendiz. Se le atribuye un significado espiritual, pues, en teoría, al
purificar un lugar de máculas acrisolamos también nuestra mente.

Retomamos las ideas de Stephen Covey al hablar de efectividad. Para el


autor, la efectividad es el equilibrio P/CP. Esto quiere decir Producción /
Capacidad de Producción. El principio se explica de la siguiente manera: La
productividad depende de las condiciones en que se encuentran los bienes
de la organización. Hay bienes humanos, físicos y económicos. Un factor
importante para el buen funcionamiento de los medios de producción es la
limpieza. Basta con imaginar una máquina (bien físico) que solo se utiliza, y
que no se atienden protocolos de mantenimiento como la limpieza, para
deducir un bajo rendimiento y el riesgo de que más temprano que tarde
pueda resultar irreparable e inservible.

Dichos principios no son más que la autogestión que nos lleva a otra dimensión del
pensamiento y a visiones que, en apariencia pueden ser inalcanzables, pero que no
queda más que en apariencia, pues este estado de la mente puede buscar las vías
para lograrlas y fortalecer la innovación.

También podría gustarte