Reseña VI: Thomas S. Kuhn, “La estructura de las revoluciones científicas”.

Kuhn, entre los capítulos VI y VIII de su obra, aborda el problema del surgimiento
de anomalías, en contexto de la “ciencia normal” gobernada por un paradigma pre-
existente. Las anomalías representan fenómenos a los cuales, las herramientas y principios
del paradigma pre-existente, no pueden brindar una explicación. Esta situación, por
consiguiente, suscita un estado de crisis para el campo científico, ante el cual, el intelectual
debe volver a brindar un orden, construyendo un nuevo paradigma capaz de hacer frente a
la anomalía.

Las anomalías son el catalizador de los cambios de paradigma en el mundo de las

ciencias, siendo aquello que desafía a legitimidad del discurso científico vigente. No
obstante, es posible afirmar (a modo de hipótesis) que, según ha sido el modo con el que se
han dado respuesta a las anomalías, la ciencia moderna se ha visto condicionada. Es decir,
la ciencia moderna se mueve arrastrando ciertos residuos tradicionales en tanto no se
presente una anomalía que los ponga en cuestionamiento.

Como primer punto importante respecto esta idea, está el hecho de que en los
estados de crisis no sólo está en juego el intentar darle explicación a un nuevo fenómeno,
sino que se debe configurar una armonización que responda a la totalidad del campo de
conocimiento. Es decir, si bien un paradigma despierta a razón de una anomalía, éste debe
coordinar lo novedoso en conjunto con lo tradicional.

Como segundo punto relevante, tal como lo indica Kuhn, es necesario destacar que,
para que una anomalía sea transformadora, requiere sólo de una mente capaz de
interpretarla y afrontarla. Es decir, dentro de un paradigma pueden sobrevivir
contradicciones, y sólo a través de la interpretación es posible tratarlas. Un caso ejemplar es
el de Copérnico, quien no requirió más que re-leer el Almagesto de Ptolomeo para erigir su
teoría. En este contexto, la labor de destrucción y reconstrucción, se proyecta en la
metáfora de Butterfield: fundar un paradigma demanda “tomar el otro extremo del bastón”.

Las revoluciones científicas, pese a brindar una nueva forma de concebir a la

naturaleza y a los fenómenos, debido a modo de proceder demanda la conservación de
determinados hábitos o principios. Dentro de toda ciencia que ha sido normalizada
descansa lo tradicional y lo novedoso. En esta situación ¿Qué rol le toca asumir a la
legitimidad que brinda el discurso social en la consolidación del pensamiento científico?