La cocaína y las anfetaminas inhiben la recaptación de la dopamina.
La cocaína es un bloqueador de transportador de dopamina que inhibe competitivamente la captación de dopamina para aumentar su presencia en los receptores. La anfetamina aumenta la concentración de dopamina en el espacio sináptico, pero a través de un mecanismo diferente. Las anfetaminas son similares en estructura a la dopamina, y así pueden entrar en la neurona presináptica a través de sus transportadores de dopamina. Las anfetaminas fuerzan a las moléculas de dopamina a salir fuera de sus vesículas de almacenamiento. Al aumentar la presencia de dopamina en el espacio sináptico, se produce un aumento de los sentimientos placenteros y finalmente a la adicción. La dopamina y la memoria Los elevados niveles de dopamina en el cerebro, especialmente la corteza prefrontal, ayuda en la mejora de la memoria de trabajo. Sin embargo, esto es un equilibrio delicado, ya que los niveles tanto aumentan como se reducen a niveles anormales, por lo que la memoria acaba sufriendo. La dopamina y la atención La dopamina ayuda a la concentración y la atención. La dopamina ayuda a enfocar la visión, y esto a su vez ayuda a dirigir mejor la atención. La dopamina también parece ser la responsable de determinar lo que se queda en nuestra memoria a corto plazo según la información recibida. Se cree que las concentraciones reducidas de dopamina en la corteza prefrontal contribuye al desorden de déficit de atención TDAH.