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Nació como disciplina aprendible hacia el año 485 a. C. en la Grecia antigua, cuando dos tiranos
sicilianos, Gelón y su sucesor Gerón I, expropiaron numerosas tierras a ciudadanos de Siracusa en
favor de los mercenarios que formaban su ejército personal.
Ello creó la necesidad de personas que supiesen hablar bien ante la asamblea de jueces para
poder defender los derechos de los antiguos propietarios de esas tierras. Los primeros maestros
que se dedicaron a esta disciplina fueron de allí, Córax de Siracusa, primero en escribir un tratado
sobre el tema, y su discípulo Tisias, que lo divulgó. Las figuras de estos dos primeros maestros de
retórica son bastante oscuras.
Para Aristóteles, la retórica es "la facultad de conocer en cada caso aquello que puede persuadir.
La retórica puede ser cultivada, pero se deben conocer sus principios". La retórica se basa en el
verosímil, mediante el razonamiento se debe demostrar aquello que la gente cree posible. Para
ello quien emite el discurso se vale de la lógica del sentido común: lógica de opinión pública.
Aristóteles la define como "más vale un verosímil imposible, que un posible inverosímil". Con ésto,
Aristóteles cree que se debe contar a la gente aquello que cree posible.
Como se sabe la retórica inicia por las necesidades humanas de transmitir un discurso
en su sentido más amplio, teoría y práctica de la elocuencia, sea hablada o escrita. La retórica
hablada es la oratoria. La retórica define las reglas que rigen toda composición o discurso en prosa
que se propone influir en la opinión o en los sentimientos de la gente y, en tal sentido, es una
forma de la propaganda. Se ocupa, pues, de todos los asuntos relacionados con la belleza o vigor
del estilo
En un sentido más estricto, la retórica se ocupa de los principios fundamentales que tienen que
ver con la composición y enunciación del discurso oratorio: inventio (del verbo invenire, encontrar
o definir el tema del que se va a hablar); dispositio (disposición de las partes); elocutio (elección de
las palabras, ligada con el ornato y las figuras); memoria (memorización) y actio (relacionada con el
acto de emisión del discurso, próxima a la representación teatral). Las tres primeras son las
fundamentales desde el punto de vista de la obra escrita.
Destaca el uso de la voz alta (inflexiones y ritmos), estableciendo siete cualidades en la elocución:
saber, pureza, grandeza, conveniencia, ritmo, período, cultura y vivacidad.
En el punto de vista de Aristóteles la retórica es "la facultad de conocer en cada caso aquello que
puede persuadir. La retórica puede ser cultivada, pero se deben conocer sus principios". La
retórica se basa en el verosímil, mediante el razonamiento se debe demostrar aquello que la gente
cree posible. Para ello quien emite el discurso se vale de la lógica del sentido común: lógica de
opinión pública.
Retorica de Aristóteles.
Capítulos leídos:
ANALISIS.
LIBRO I
Cap. 1 Vieja y nueva retórica.
LIBRO II
Cap. 1 Elementos subjetivo de la persuasión.
Cap. 8 La compasión.
Cap. 13 La vejez.
Cap. 20 Pruebas por persuasión que son comunes a los tres géneros.
LIBRO III
Cap.1 Retorica y expresión.
Cap. 14 El exordio.
Cap. 19 El Epilogo.
En este libro trata sobre la elocución del discurso, comienza tratando la
acción y la claridad en la dicción. Analiza el buen estilo, del que destaca la
facultad esencial de la claridad y se detiene en la metáfora como recurso
especialmente útil. Examina los distintos tipos de estilos, tanto en sí mismo
como en la relación a cada uno de los géneros y expone sus cualidades,
también analiza la disposición en la que repasa cada una de sus partes: el
exordio, la narración la demostración y el epilogo. También se para a
considerar la interrogación en el discurso, el uso de las preguntas y repuestas
y el empleo del ridículo.