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IV.

HOSPITALES VERDES Y SALUDABLES

La Red Global de Hospitales Verdes y Saludables, que es un proyecto de Salud Sin Daño,
constituirá una comunidad virtual para los hospitales y los sistemas de salud que se propongan
implementar y hacer evolucionar la Agenda registrando su avance hacia el logro de resultados
mensurables, compartiendo al mismo tiempo las mejores prácticas y hallando soluciones a los
desafíos que tienen en común.

Asistimos a un momento en el que las crisis paralelas de la salud pública y del medio ambiente se
fusionan una con otra, en una confluencia que magnifica el poder destructivo de cada una. Al correr
en forma simultánea, las corrientes de la enfermedad y del deterioro ecológico convergen y se
alimentan entre sí, con lo que se convierten en fuerzas turbulentas y dañinas que desgarran el
tejido mismo de nuestras sociedades. Los efectos combinados del cambio climático, la
contaminación química y el uso no sustentable de los recursos exacerban la incidencia de
enfermedades en todo el mundo. Estos problemas de salud ambiental plantean exigencias cada
vez mayores a sistemas de salud cuyos recursos ya son escasos y erosionan su capacidad de
respuesta.

Mientras tanto, y paradójicamente, el propio sector de la salud contribuye a agravar estos mismos
problemas de salud ambiental al tiempo que intenta afrontar sus consecuencias. Mediante los
productos y las tecnologías que utiliza, los recursos que consume, los residuos que genera y los
edificios que construye y administra, el sector de la salud constituye una fuente significativa de
contaminación en todo el mundo y, por ende, contribuye sin quererlo a agravar las tendencias que
amenazan la salud pública. 

Sin embargo, también es cierta la situación inversa. Si bien existe una confluencia de distintas
crisis, se observa una creciente convergencia de soluciones que promueven tanto la salud pública
como la sustentabilidad ambiental, señalando así el rumbo hacia un futuro más verde y saludable.

El personal médico y de enfermería, los hospitales, los sistemas y los ministerios de salud cumplen
un papel cada vez más importante en estas soluciones, al conducir la transformación de sus
propias instituciones y convertirse en impulsores de políticas y prácticas que promueven la salud
ambiental pública, a menudo ahorrando, al mismo tiempo, recursos financieros escasos.

Estos líderes del sector de la salud han hecho evolucionar al juramento hipocrático que establece
que “lo primero es no hacer daño” más allá de la inmediatez de la relación médico-paciente, de
manera de incorporar una perspectiva más global de la salud y la sustentabilidad. Ya sea que
intenten reemplazar sustancias químicas peligrosas con alternativas más seguras, reducir la huella
de carbono de los hospitales o eliminar la exposición de una comunidad a los residuos sanitarios,
estos pioneros reconocen que no puede haber gente sana en un planeta enfermo y están
colocando a los hospitales y al sector de la salud a la vanguardia de un movimiento global en favor
de la salud ambiental.

La Agenda Global para Hospitales Verdes y Saludables constituye un esfuerzo por construir sobre
la base de la provechosa labor que se está realizando en todo el mundo y por generar un abordaje
de la sustentabilidad y la salud que pueda ser replicado por miles de hospitales y sistemas de salud
de diversos países y contextos sanitarios

La salud ambiental pública en crisis:

De acuerdo con la Evaluación de Ecosistemas del Milenio, realizada bajo los auspicios de las
Naciones Unidas, en la segunda mitad del siglo XX, los seres humanos alteraron los ecosistemas
con mayor rapidez y en forma más extendida que en cualquier período comparable de la historia de
la humanidad. Esta transformación se llevó a cabo, en gran medida, para satisfacer una demanda,
que crecía con rapidez, de alimentos, agua potable, madera, fibra y combustible, lo cual reportó
sustanciales ganancias netas al bienestar de los seres humanos.

Sin embargo, estas ganancias se alcanzaron al costo cada vez mayor de la degradación del
ecosistema, lo que trajo aparejada una pérdida sustancial y, en gran medida, irreversible, de la
diversidad de la vida de la Tierra; un creciente daño al bienestar de los seres humanos, el
agravamiento de la pobreza para ciertos grupos de personas y mayores riesgos de cambios no
lineales. De hecho, dadas las actuales tendencias, la degradación de los servicios de los
ecosistemas podría verse significativamente acentuada durante la primera mitad de este siglo y
constituye una barrera para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Hoy en día, aproximadamente una cuarta parte de las enfermedades y muertes que se producen
en el mundo son atribuibles a lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define, en
términos generales, como factores ambientales, entre los que figuran el agua no apta para su
consumo, las malas condiciones sanitarias y de higiene, la contaminación del aire en espacios
abiertos y cerrados, los riesgos en el lugar de trabajo, los accidentes industriales, los accidentes
automovilísticos, el cambio climático, el mal uso del suelo y la mala administración de los recursos
naturales.

La contribución de los factores ambientales a la carga de morbilidad se verá magnificada e


incrementada a raíz de los crecientes efectos del cambio climático en la salud. Algunos de ellos
son los cambiantes patrones de enfermedades, la inseguridad hídrica y alimentaria, la
vulnerabilidad de la vivienda y de los asentamientos humanos, los acontecimientos climáticos
extremos, las enfermedades relacionadas con el calor, y las migraciones. La magnitud de estas
múltiples e inminentes crisis llevó a la revista The Lancet a afirmar en 2009 que “el cambio
climático es la mayor amenaza global a la salud, del siglo XXI” y que  “implicará un mayor
riesgo para la vida y el bienestar de miles de millones de personas”.

La función y la responsabilidad del sector de la salud:

El mandato del sector de la salud es prevenir y curar las enfermedades. Sin embargo, la prestación
de servicios de salud —principalmente, en los hospitales— a menudo contribuye al problema sin
advertirlo. Los hospitales ejercen efectos significativos en la salud ambiental, tanto en las fases
previas como posteriores a la prestación del servicio, a través de los recursos naturales y los
productos que consumen, así como de los residuos que generan.

El efecto que producen los hospitales en la salud ambiental no debería causar sorpresa, dado el
enorme peso económico del sector sanitario.

En 2007, el gasto en salud a escala mundial sumó un total de USD 5,3 billones, o USD 639 por
persona por año, lo que equivale, aproximadamente, a entre el 8% y el 10% del producto bruto
interno (PIB) global. La participación del sector de la salud en el PIB, así como el gasto total per
cápita en el cuidado de la salud, varían ampliamente de un país a otro, y también existen
significativas inequidades sanitarias dentro de cada país. Sin embargo, los efectos de este sector
en la salud ambiental son de todo tipo y magnitud:

van desde residuos médicos patógenos arrojados detrás de una clínica rural durante una
campaña de vacunación, hasta la contaminación del aire generada por el consumo de
energía de un establecimiento de asistencia terciaria de alta tecnología situado en un área
urbana.

Perspectiva para el futuro:

Hacia un cuidado regenerativo de la salud. Existe un consenso creciente sobre el hecho de que
estamos consumiendo recursos naturales a un ritmo más rápido de lo que el planeta puede
reponer. El Informe Planeta Vivo 2010 , del Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wide Found),
calcula que: La economía mundial consume recursos globales en un 50% por encima de la
capacidad de carga. Además de las implicancias sobre la salud pública de tal modelo no
sustentable, ¿Qué significado tiene este hecho para el sector de la salud? 

La Agenda Global para Hospitales Verdes y Saludables y otras tantas iniciativas relacionadas con
la sustentabilidad del medio ambiente en el sector de la salud representan acciones importantes
que los hospitales y los sistemas de salud pueden implementar a fin de abordar la crisis. No
obstante, el hecho de consumir menos recursos no resolverá, por sí solo, el problema. En tanto y
en cuanto nuestros sistemas de salud sean netos consumidores de recursos no renovables, el
sistema no podrá ser sostenible.

¿Pero entonces qué podemos hacer para superar esta paradoja tan desalentadora?

Un rumbo posible sería considerar el movimiento global de edificios verdes. Muchos arquitectos
líderes que trabajan con edificios verdes tienden actualmente a pensar en “diseños
regenerativos”, en los cuales se conciben edificios con la capacidad inherente de convertirse en
generadores de recursos netos en vez de consumidores de recursos. Pasar de un entorno
construido que “degenera” el capital natural a uno que lo restaura o “regenera” equivale pasar de
un hospital que simplemente “no daña” a uno que “cura”, una metáfora perfecta para el sector de
la salud.

El diseño regenerativo ofrece una visión global para un sistema de administración de la salud
restaurativo y resiliente, en el que los hospitales puedan incluirse en la ecología de sus
comunidades y constituyan una fuerza de sanación que contribuya a una economía más sólida,
justa y limpia.

El diseño regenerativo representa la culminación de un camino de transición hacia un entorno


construido que abarque la capacidad no solo de sustentar la vida y la salud, sino también de
reparar o restaurar algo de lo que se hubiera degradado o perdido. Los edificios no tienen la
capacidad inherente de regeneración, pero el entorno construido puede diseñarse de manera de
contribuir y apoyar tal regeneración. El diseño regenerativo ofrece la oportunidad de alinear el perfil
ecológico del entorno construido con el objetivo principal del sector de la salud —curar— a través
de edificios que proporcionen todos los servicios necesarios y que, a la vez, hagan un uso
sustentable de los servicios ambientales.

Para llegar allí, es necesario contar con un plan de trabajo cohesivo que nos conduzca a un futuro
verdaderamente saludable y verde. Los desafíos son enormes.
¿Cómo podremos hacerlo?

Si bien no existen ejemplos a nivel mundial de hospitales verdaderamente regenerativos, hay


muchos ejemplos de organizaciones de la salud que empiezan a adoptar el concepto
de “regeneración” de la salud y la comunidad.

No debería ser tema de discusión dentro del sector de la salud la creencia de que brindar servicios
de salud de alta calidad implica un pase libre hacia la intensidad energética y de residuos, o que
salvar vidas queda de alguna manera fuera de los ecosistemas más amplios y las cuestiones
ambientales. De hecho, el sector de la salud se ubica en un lugar central de liderazgo hacia la
reintegración, en el siglo XXI, del medio ambiente, la salud y la prosperidad económica.
 
La fundamental reinvención del hospital como un lugar de cura regenerador por parte del sector de
la salud podría ser una señal hacia una nueva relación entre sanación y salud.

III. HERRAMIENTAS DE GESTIÓN:

Para efectos de una implementación más eficaz, del Sistema de Gestión en el manejo de Residuos
en los Establecimientos de Atención de Salud, existen por una parte herramientas propuestas por
la misma legislación tales como:

 Planes de Manejo.
 Planes de Contingencia.
 Herramientas propuestas por las Normas ISO. 
 Implementación y desarrollo de sistemas de información y registro.
 Informatización de los sistemas de información y registro.

Planes de manejo de REAS:

El Plan de Manejo de REAS describe los procedimientos técnicos y administrativos necesarios


para dar cumplimiento al Reglamento sobre
Manejo de Residuos de Establecimientos de
Atención de Salud y lograr que el manejo
interno y la eliminación de los REAS se hagan
con el menor riesgo posible.

Todo Establecimiento de Atención de Salud


que genere mensualmente más de 1
tonelada de residuos especiales deberá
presentar ante la Autoridad Sanitaria respectiva
un Plan de Manejo de REAS.
 
Si bien la obligación de presentar un Plan de
Manejo de REAS se determina en base a la
cantidad generada de residuos especiales, su
elaboración debe considerar todos los residuos
generados en el establecimiento, incluyendo
aquellos de categorías distintas, es decir, residuos peligrosos, radiactivos de baja intensidad, y
sólidos asimilables. Del mismo modo, el Plan debe incluir todo residuo generado al interior del
establecimiento, aún cuando sea producido como resultado de algún servicio prestado por
terceros.
 
En el caso particular de los residuos peligrosos, los establecimientos que anualmente den origen
a más de 12 kilogramos de residuos tóxicos agudos o más de 12 toneladas de residuos
peligrosos que presenten cualquier otra característica de peligrosidad, deben contar con un
Plan de Manejo de Residuos Peligrosos presentado ante la Autoridad Sanitaria.

Los establecimientos que no están sujetos a presentar un Plan de Manejo de REAS deberán
igualmente cumplir con las disposiciones generales del Reglamento sobre Manejo de Residuos de
Establecimientos de Atención de Salud. Del mismo modo, los generadores que no están obligados
a sujetarse a un Plan de Manejo de Residuos Peligrosos deberán cumplir con las otras
obligaciones señaladas en el Reglamento Sanitario sobre Manejo de Residuos Peligrosos.

Diagnóstico del manejo dentro del establecimiento:

Previo a la elaboración de un Plan de Manejo de REAS, es recomendable que los Establecimientos


de Atención de Salud realicen un diagnóstico del manejo que se está dando a los residuos para
obtener para cada servicio o unidad, y para el conjunto del establecimiento, un inventario de la
naturaleza y cantidad de los residuos generados.

El procedimiento a realizar comprende:

 Identificar las fuentes de generación y las categorías de residuos que se generan en cada
una de ellas.
 Determinar la cantidad promedio por categoría de residuo generado en los diferentes
servicios.
 Obtener información de los aspectos administrativos y operativos del manejo de los
residuos en el establecimiento, por ejemplo responsabilidades del personal (tareas,
ámbitos de competencia, etc.), recursos asignados, políticas, normas, procedimientos o
instructivos aplicables.
 Recopilar información sobre los costos vinculados con la eliminación de cada tipo de
residuo. 

El diagnóstico permitirá a los Generadores evaluar si están obligados a presentar un Plan de


Manejo de REAS e identificar los recursos humanos, financieros y materiales necesarios
(contenedores, etiquetas, bolsas, equipos de protección personal, etc.) para dar cumplimiento a las
disposiciones del Reglamento, así como prever y realizar los acuerdos con proveedores de
servicios externos, si ello fuese necesario.
Procedimientos técnicos y administrativos de un plan:
El Plan deberá incluir todos los procedimientos técnicos y administrativos necesarios para dar
cumplimiento a las disposiciones del Reglamento y lograr que el manejo interno y la eliminación de
los residuos se haga con el menor riesgo posible.

Dicho plan deberá contemplar al menos los siguientes aspectos:


Plan de contingencia en REAS

Los establecimientos que generan REAS deberán contar con un Plan de Contingencias, en el que
se describan las medidas para controlar eventuales
situaciones de emergencia por manejo de residuos.

Este plan deberá contemplar al menos lo siguiente:

1. Medidas de control o mitigación.


2. Capacitación del personal que maneja residuos.
3. Identificación de las responsabilidades del
personal.
4. Sistema de comunicaciones, fijo o portátil, para
alertar a las autoridades competentes.
5. Identificación, ubicación y disponibilidad de
personal y equipo necesario para atender las
emergencias.
6. Listado actualizado de los organismos públicos y
personas a las que se deberá dar aviso
inmediato en el caso de ocurrir una emergencia.
Considerar, al menos, la comunicación con la autoridad sanitaria, Carabineros, Bomberos y
la Oficina Regional de Emergencia cuando la emergencia sea de magnitud tal que pueda
afectar la salud y/o seguridad de las personas o del ambiente.

Diagrama de la organización:

El Plan de Contingencias deberá presentar el diagrama de la organización interna del


establecimiento en materia de “contingencias” y definir el alcance de las responsabilidades,
funciones y atribuciones de cada uno de los actores que participa. Se deberá incluir el esquema de
notificación de alarma ante contingencias. Todo el personal que maneje REAS deberá conocer el
procedimiento que debe observarse para dar aviso inmediato de contingencias ocurridas.

Las medidas de respuesta frente a emergencias deberán garantizar:


 La limitación, en la mayor medida posible, de la exposición del personal durante las
operaciones. 
 La limitación, en la mayor medida posible, del impacto para el medio ambiente.

Los procedimientos correspondientes a los diferentes tipos de emergencias deberán enunciarse


por escrito.

Deberán establecerse las medidas de control y procedimientos para actuar frente a un eventual
derrame, incluyendo procedimientos de limpieza, protección del personal y manejo de los residuos
y de cualquier otro material contaminado que se haya generado durante la emergencia. Tratándose
de derrames de residuos peligrosos, especiales o radiactivos, se recomienda que la limpieza esté a
cargo de personal específicamente designado y capacitado.

Deberá establecerse un programa de respuesta para una inmediata reacción frente a lesiones o a
la exposición a una sustancia peligrosa, incluyendo al menos medidas inmediatas de primeros
auxilios, asistencia y supervisión médica, y exámenes de sangre o de otro género, si corresponde
realizarlos.

Incidentes en el manejo de REAS:

Todo el personal que maneje REAS deberá estar adecuadamente preparado para las medidas de
respuesta y deberá en todo momento tener fácil acceso al equipo necesario, que debe estar
disponible a una distancia razonable, a fin de hacer posible una respuesta adecuada en forma
segura.

Todos los accidentes o incidentes, incluidos los que hayan estado a punto de producirse, los
derrames, los daños en contenedores, los casos de separación inadecuada o cualquier incidente
con material cortopunzante, deben ser informados a la persona responsable de la ejecución del
Plan de Manejo de REAS. El incidente deberá ser investigado para establecer las causas y, si es
posible, las posibles medidas para impedir la recurrencia.

Las emergencias asociadas a derrame de residuos especiales, que ocurran durante el


transporte deberán ser controladas mediante un procedimiento que, al menos, considere lo
siguiente:

1. El conductor deberá dar aviso inmediato de la contingencia ocurrida a las autoridades


pertinentes. 
2. Deberán utilizarse los equipos de protección personal de acuerdo a los residuos
transportados (por ejemplo uso de guantes según el riesgo y pechera plástica). 
3. Deberá delimitarse la zona del derrame. 
4. Deberán recogerse los líquidos con material absorbente. 
5. Se deberán recuperar los residuos derramados en bolsas o contenedores especiales. 
6. Todo el material utilizado y los residuos recuperados deberán ser manejados como
residuos especiales.

SISTEMA DE GESTIÓN AMBIENTAL ISO 14.001

En la década de los 90, en consideración a la problemática ambiental, muchos países comienzan a


implementar sus propias normas ambientales las que variaban mucho de un país a otro. De esta
manera se hacía necesario tener un indicador universal que evaluara los esfuerzos de una
organización por alcanzar una protección ambiental confiable y adecuada.
En este contexto, la Organización Internacional
para la Estandarización (ISO) fue invitada a
participar a la Cumbre para la Tierra,
organizada por la Conferencia sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo en Junio de 1992 en
Río de Janeiro Brasil. Ante tal acontecimiento,
ISO se compromete a crear normas
ambientales internacionales, después
denominadas, ISO 14.000.

Se debe tener presente que las normas


estipuladas por ISO 14.000 no fijan metas
ambientales para la prevención de la
contaminación, ni tampoco se involucran en el
desempeño ambiental a nivel mundial, sino
que, establecen herramientas y sistemas
enfocadas a los procesos de producción al
interior de una empresa u organización, y de
los efectos o externalidades que de estos
deriven al medio ambiente.

Documento ISO 14.001:

El documento ISO 14.001 llamado Sistema de Administración Ambiental Especificación con Guía
para su uso, es el de mayor importancia en la serie ISO 14.000, dado que esta norma establece los
elementos del SGA (Sistema de Gestión Ambiental) exigido para que las organizaciones cumplan a
fin de lograr su registro o certificación después de pasar una auditoría de un tercero independiente
debidamente registrado. En otras palabras, si una organización desea certificar o registrarse bajo la
norma ISO 14.000, es indispensable que de cumplimiento a lo estipulado en ISO 14.001.

Para ello debemos tener en cuenta que el Sistema de Gestión Ambiental (SGA) forma parte de la
Administración General de una organización (empresa), en este sentido, el SGA debe incluir:
Planificación, Responsabilidades, Procedimientos, Procesos y Recursos Que le permitan
desarrollarse, alcanzar, revisar y poner en práctica la Política Ambiental.

Los elementos del sistema de


control:

En definitiva, esto se refiere a la


creación de un departamento, cuyo
tamaño dependerá de la magnitud
de la organización, que funcione
como cualquier otro de la
organización. Ahora bien, como
todo departamento, requiere de
sistemas de control que le permitan
su permanencia en el tiempo.
 
Los elementos del Sistema de
Control los describe la norma
como: 

1. Compromiso de la Dirección
y la Política Ambiental. 
2. Metas y Objetivos Ambientales. 
3. Programa de Control Ambiental, integrado por procesos, prácticas, procedimientos y líneas
de responsabilidad. 
4. Auditoría y Acción correctiva, cuya función radica en la entrega de información periódica
que permite la realización de revisiones administrativas y asegurar que el SGA funciona
correctamente. 
5. Revisión Administrativa, que es la función ejecutada por la gerencia con el objeto de
determinar la efectividad del SGA. 
6. Mejoría constante, esta etapa permite asegurar que la organización cumple sus
obligaciones ambientales y protege el medio ambiente.

II. GESTION DE RESIDUOS:

La Gestión de Residuos, corresponde a las


diversas actividades que, condicionadas
por aspectos técnicos, económicos,
legales, administrativos y que sumado al
compromiso de la organización y su
dirección, permite asegurar un buen
manejo de estos, desde su generación
hasta su disposición final.

IDENTIFICACION, CLASIFICACIÓN Y
CARACTERIZACIÓN.

En el presente capitulo, se plantea una


correcta identificación y clasificación de
residuos, según señala y establecen las
respectivas normativas, mencionadas en
los aspectos en el capítulo de aspectos
legales, para lo cual es de vital
importancia: 1.Conocer los distintos
procesos que se desarrollan en el
establecimiento Y 2. Identificar las
fuentes de generación y las categorías de residuos que se generan en cada una de ellas. 

Los REAS se clasifican en las siguientes categorías según su riesgo:


 
Categoría 1:  Residuos Peligrosos. 
Categoría 2:  Residuos Radioactivos de Baja Intensidad. 
Categoría 3:  Residuos Especiales. 
Categoría 4:  Residuos Sólidos Asimilables. 

DIFERENCIACIÓN Y SEGREGACIÓN.

Estimación de Generación de REAS.

Los tipos de residuos generados en los


Establecimientos de Atención de Salud y sus
cantidades, varían según el tamaño y
complejidad de los establecimientos.

La Organización Mundial de la Salud, estima


que la generación promedio de residuos
hospitalarios en América Latina es de 3 kg/cama/día, variando entre 1,0 y 4,5 kg/cama/día de
acuerdo al Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente. (Aplicación de
REAS indica 3,5 Kg/cama día, para un hospital de alta complejidad), de éstos, en promedio, el 80%
son residuos sólidos asimilables y el 20% restante son residuos que presentan algún riesgo para la
salud pública y/o efectos adversos al medio ambiente: aproximadamente menos del 5% son
residuos peligrosos y radiactivos, por lo que el 15% restante corresponde a residuos especiales.
Sin embargo, si la segregación en el punto de generación es inadecuada, los residuos que
presentan algún riesgo pueden incrementar significativamente su cantidad, por tanto variar según
el total de los residuos. 

Estimación de la generación.

Para estimar la generación de residuos existen varias alternativas, se pueden revisar órdenes de
compras y otros registros históricos, obtener información a través de encuestas o entrevistas
funcionarios, o realizar muestreos, entre
las principales. A nivel referencial, la
generación de residuos en kg/día (G),
puede estimarse a partir de la siguiente
expresión:

Basado en el número de camas


disponibles en Chile el año 2006 en los
sectores público y privado, es decir 37.805
camas, y un índice ocupacional del 70%,
se estima que en el país se producen 29.000 t/año de REAS.

Por otra parte, en lo que se refiere a este capítulo, la legislación aplicable, al respecto establece
que el establecimiento generador, deberá realizar una estimación diaria de REAS, en cada Servicio
o zona, desagregada según categorías señaladas en el artículo 4 del Reglamento REAS.

Para ello se recomienda mediante una adecuada programación realizar un levantamiento de


cuantificación (tipo y cantidad), por cada área o Unidad, en un día normal de trabajo, a fin de que
los datos sean representativos.
El presente diagnóstico, permitirá a los Generadores evaluar si están obligados a presentar un Plan
de Manejo de REAS e identificar los recursos humanos, financieros y materiales necesarios
(contenedores, etiquetas, bolsas, equipos de protección personal, etc.) para dar cumplimiento a las
disposiciones del Reglamento sobre Manejo de Residuos de Establecimientos de Atención de
Salud, así como prever y realizar los acuerdos con proveedores de servicios externos, si ello fuese
necesario.

Los diferentes servicios clínicos, unidades de apoyo y secciones de un Establecimiento de


Atención de Salud generan distintos tipos de residuos. En algunas áreas sólo se producen residuos
sólidos asimilables, en otras se pueden generar residuos especiales, peligrosos y radiactivos.

El manejo de REAS comprende una serie de procesos que se inician con su generación,
incluyendo al menos su almacenamiento, transporte y eliminación; comprende las operaciones que
se realizan al interior del Establecimiento de Atención de Salud, así como aquellas efectuadas
fuera del establecimiento y que involucran a empresas de transporte e instalaciones que prestan
servicios de eliminación.

El riesgo asociado a los diferentes tipos de residuos condiciona las prácticas operativas internas y
externas que se deberán realizar en cada una de las etapas del manejo de los residuos.
Separación en origen

El manejo interno comprende al conjunto de operaciones a las que se someten los residuos luego
de su generación y que se realizan en el interior del Establecimiento de Atención de Salud,
incluyendo la separación en origen, recolección y transporte interno, almacenamiento y, en algunos
casos, tratamiento en el lugar.

TRANSPORTE INTERNO.

EN EL PISO: Este punto está referido a la ruta desde la unidad generadora hasta una sala de
almacenamiento transitorio ubicada en el mismo piso de la unidad de generación.

En lo que respecta a recolección y transporte interno, se tiene, la disposición de establecer rutas de


recolección, las cuales deben ser definidas en función de los sistemas o mecanismos verticales de
transporte (ascensores o montacargas), de tal forma que dichas rutas sean directas y segregadas
por tipo de residuo, como también se debe procurar no realizar traslados por vías o rutas limpias o
de transito de Usuarios.

La recolección se debe realizar en un carro que asegure la estabilidad de los contenedores a


transportar, que minimice el ruido, de fácil lavado, y cuyo diseño no obstaculice las operaciones de
carga y descarga de los contenedores. Los carros, no pueden ser destinados para otro fin. El
traslado puede realizarse directamente en los contenedores si éstos están provistos de ruedas y
cumplen las condiciones anteriores.

Los contenedores de residuos sólo pueden ser movidos manualmente si su peso total incluido el
contenido, no excede de 30 kilogramos; si el peso es superior, se deben mover con equipamiento
mecánico. El manejo o manipulación manual de contenedores de residuos de las otras categorías
debe considerar lo establecido en la Ley N°20.001, del 28 de enero de 2005 del Ministerio del
Trabajo y Previsión Social, que regula el peso máximo de carga humana, y su reglamento.

Traslado a la central de almacenamiento.

Hacia la central de almacenamiento del establecimiento.


Este punto está referido al transporte de residuos desde la sala de almacenamiento
transitorio de cada piso hacia la bodega de almacenamiento final del establecimiento.

La recolección y traslado de residuos hacia central de almacenamiento, obedece de igual forma a


las recomendaciones realizadas en lo tratado en Recolección y transporte interno de residuos
desde unidad o zona generadora.

Dicha actividad consiste, en trasladar los residuos en forma segura y rápida desde las fuentes de
generación hasta la bodega de almacenamiento. El retiro y traslado de todos los residuos deberá
realizarse a través de un procedimiento de trabajo seguro, tomando todas las medidas necesarias
para prevenir derrames.

El retiro de los residuos especiales y de los sólidos asimilables se debe realizar a lo menos un vez
al día o cuando se haya completado de la capacidad de los contenedores. Los residuos de otras
categorías deben ser removidos de los servicios o zonas de generación de acuerdo con las normas
específicas que los rigen.

Al anudar o cerrar las bolsas de residuos, el exceso de aire debe ser eliminado teniendo cuidado
de no inhalar o exponerse al flujo de aire producido. Una vez cerradas, las bolsas no deben ser
abiertas. Si se produce una mezcla de residuos de distintas categorías, el personal no debe por
ningún motivo transferir residuos de un contenedor a otro para corregir el error; la mezcla deberá
manejarse según lo indicado en las características de los contenedores.

Al momento de retirar los residuos se debe sustituir los contenedores usados por contenedores
nuevos o aseados, provistos de sus respectivas bolsas nuevas si ello correspondiera.

ALMACENAMIENTO INTERNO.
EN EL PISO: El almacenamiento primario corresponde a la sala de almacenamiento
transitoria dispuesta por unidad o por cada piso del establecimiento.
Según corresponda, dada las características estructurales del establecimiento, además de la
disponibilidad física del recinto, se dispondrán de salas de almacenamiento transitorio, en ellas se
dispondrán según tipo de residuo, por ende en función de este se dispondrán el cumplimiento de
las características estructurales y físicas de dichas salas, a su vez, se deberá procurar la
compatibilidad de dichos residuos, por otra parte en todo momento deben disponerse en los
contenedores habilitados para dicha función, Se señala que dichas salas se deben someter a los
mismos estándares de mantenimiento y sanitización de la bodega de almacenamiento final.

Central de almacenamiento.

Todo establecimiento que genere REAS debe contar con una bodega de almacenamiento final
para dichos residuos, la que debe contar con autorización sanitaria. Ésta debe ser lavada
diariamente al final de la jornada laboral o toda vez que existan derrames.

Se debe disponer de personal específico, para las labores de dicha bodega, limpieza y
sanitización, trazabilidad (Según señala SIDREP) y control de residuos, son las principales
funciones de este personal.

El sitio de almacenamiento debe estar ubicado y operado de forma tal que se minimicen las
molestias y riesgos de contaminación por microorganismos patógenos u otro tipo de contaminantes
presentes en los residuos. Su ubicación debe permitir fácil acceso, maniobra y operación del
vehículo recolector externo y los carros de recolección interna. La capacidad de la sala o área de
almacenamiento deberá ser suficiente para almacenar las diferentes categorías de residuos
generados en el establecimiento, considerando el número y tipo de contenedores, y las frecuencias
de recolección y de envío a eliminación.

Almacenamiento de los residuos.

Los residuos deben ser almacenados de manera ordenada y atendiendo los criterios de
segregación preestablecidos, y en el caso de residuos peligrosos, sus incompatibilidades químicas.
Los residuos radiactivos deben almacenarse en el mismo servicio en que se han generado, en
conformidad con la autorización de operación de la instalación, hasta alcanzar los niveles de
exención establecidos por la autoridad competente. Los residuos peligrosos deben almacenarse en
sitios que cumplan las condiciones establecidas a este respecto por el Decreto Supremo
N°148/2003 del Ministerio de Salud.

Operación de la central de almacenamiento.

La operación de la central de almacenamiento debe cumplir con los siguientes


requerimientos mínimos:

 Ingreso restringido a las personas encargadas del manejo de los residuos. 


 Disponibilidad permanente de artículos para mantener el aseo de la sala. 
 Lavado diario y desinfección semanal. 
 Tener, a lo menos, una persona encargada de la operación y mantenimiento de la
misma. 
 Disponer de la cantidad de contenedores necesaria para el reemplazo de los
contenedores a ser retirados durante la recolección interna. 
 Realizar la maniobra de vaciamiento de los contenedores, cuando corresponda, a
través de procedimientos de trabajo seguro. 
 Los contenedores reutilizables usados deben ser sometidos a un proceso de
limpieza y desinfección en el área de lavado, usando para ello agua y detergente,
aplicándoles finalmente una solución de cloro 0,5% o equivalente, en cantidad
superior al 10% en volumen del contenedor. 
 Los residuos especiales deben mantenerse en bolsas cerradas y no pueden ser
almacenados por períodos superiores a 72 horas, a menos que se almacenen
refrigerados a temperaturas inferiores a 4°C, caso en el que se podrán mantener
almacenados hasta por una semana. 
 Los residuos peligrosos sólo se podrán poner en contacto entre sí si son de
naturaleza similar o compatible (por ejemplo, la mezcla de ácidos y alcoholes
puede dar origen a una reacción violenta, fuego, o generar gases inflamables o
tóxicos). Los materiales a evitar en cada caso deben ser consultados en las Hojas
de Datos de Seguridad respectivas. En el Anexo 3 se presenta una tabla de
compatibilidades químicas de carácter referencial.
 Llevar un registro del ingreso y salida de los residuos que incluya la fecha en que
se lleva a cabo el envío a eliminación, y la cantidad, en peso o volumen, por
categoría de residuos.

Limpieza y desinfección de la central.

El procedimiento recomendado para la limpieza y desinfección de la central de


almacenamiento es el siguiente: (Es recomendable que las bolsas sean etiquetadas,

identificando el servicio o zona de generación de residuos.)


Tratamiento interno.

Eliminación en el lugar de generación.

La entidad generadora podrá considerar la posibilidad de eliminación de los residuos que genera a
través de estrategias de tratamiento y eliminación final que serán analizadas en el capítulo
pertinente (tratamiento externo o disposición final), pero que están sujetas al proceso de
autorización sanitaria.

La decisión de tratar los residuos al interior del establecimiento y el método de tratamiento elegido
deben determinarse en función del tipo y características de los residuos, eficiencia del método de
tratamiento, las condiciones operativas del mismo, y los costos asociados. Cualquiera sea el
tratamiento seleccionado, para asegurar su adecuado funcionamiento, la capacitación del personal
a cargo de su operación es muy importante.

Para llevar a cabo ésta eliminación se requiere de procesos e instalaciones que cuenten con la
debida autorización sanitaria.

RECOLECCIÓN Y TRANSPORTE EXTERNO.

Para esta labor, se deben procurar que los residuos se encuentren correctamente contenidos,
embolsados y etiquetados, según corresponda. Por otra parte dicha labor puede ser realizada
por el propio establecimiento o por terceros, para ambos casos aplicar la autorización sanitaria.
 
El procedimiento consiste en registrar el residuos saliente, según señala SIDREP, posterior a
ello se retiran los respectivos residuos (transporte por categoría), procurando que exista
compatibilidad entre ellos (Residuos peligrosos).
 
El transportista a su vez, transporta los
respectivos residuos, a los lugares de
disposición final, con los cuales se tiene
suscrito contrato. Posterior a ello debe
registrar el seguimiento de la actividad
puntual (Transporte) en el SIDREP.

MINIMIZACIÓN: Estrategia de gestión


reducir, reusar y reciclar (3R).

La alternativa más efectiva para enfrentar


la problemática de los residuos de los
Establecimientos de Atención de Salud
es minimizar su generación a través de
acciones para evitar, reducir o disminuir
en su origen, la cantidad y/o peligrosidad de los REAS generados.

En la gestión de los residuos se recomienda aplicar una estrategia jerarquizada, la cual señala la
siguiente prioridad: minimizar, tratar, disponer. Este orden significa que, desde el punto de vista
sanitario-ambiental, así como de rentabilidad en el mediano y largo plazo, la mejor alternativa es
prevenir evitando o reduciendo la generación de residuos, o minimizando a través de prácticas de
reuso y reciclaje.

En segundo lugar, si no es posible minimizar un determinado residuo, se debe buscar su


tratamiento con el objetivo de eliminar o reducir su peligrosidad antes de su disposición final. Por
último, la disposición final del residuo, mediante su depósito definitivo en el suelo.

SALUD OCUPACIONAL: Consideraciones de Salud Ocupacional frente al manejo de REAS.

1. RIESGOS PARA LA SALUD: Los residuos sólidos asimilables no crean mayores peligros
sanitarios o de otro género que los residuos sólidos domiciliarios municipales
inadecuadamente manejados, sin embargo los residuos especiales, peligrosos o
radiactivos, presentan riesgos de diversa índole debido a su contenido de sustancias con
efectos tóxicos, objetos cortopunzantes o agentes patógenos, o a su carácter radiactivo,
inflamable o corrosivo. El riesgo potencial aumenta al mezclarse residuos de distintas
categorías debido a una separación inadecuada.
 
Todas las personas expuestas a residuos especiales, peligrosos o radiactivos están
potencialmente en riesgo de sufrir efectos adversos a la salud (enfermedades o lesiones),
incluyendo personas que trabajan en Establecimientos de Atención de Salud y personas que
manejan estos residuos fuera de dichos establecimientos o están expuestas a los mismos como
consecuencia de su mal manejo.
Principales personas en situación de riesgo.

 Personal médico y no médico tales como enfermeras y auxiliares de enfermería, personal


de laboratorio, mantenimiento y servicios generales.
 Pacientes.
 Trabajadores de servicios de apoyo a los Establecimientos de Atención de Salud tales
como lavandería, manejo y transporte de residuos. 
 Trabajadores en instalaciones de eliminación de residuos tales como rellenos sanitarios e
incineradores.

2. PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES: Sin perjuicio de lo establecido en el Decreto


Supremo N°40 del 11 de febrero de 1969 del Ministerio del Trabajo, que aprueba el
Reglamento sobre Prevención de Riesgos Profesionales, o en el Decreto Supremo N°594
del 15 de septiembre de 1999 del Ministerio de Salud, que aprueba el Reglamento sobre
Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo, el personal que
realiza actividades de recolección, selección, transporte y/o eliminación de residuos
generados en Establecimientos de Atención de Salud debe ser capacitado en relación a los
riesgos a los que está expuesto y a las medidas de prevención que deben adoptar.
En esencia el Programa de Prevención de Riesgos para el manejo de REAS deberá
contemplar, a lo menos:

 La identificación y etiquetado de riesgos.


 La definición de elementos de protección personal adecuados al riesgo.
 Las capacitaciones genéricas y específicas que sean necesarias.
 Las evaluaciones ambientales y de riesgo ergonómico asociado a las actividades de
manejo.

3. VIGILANCIA DE LA SALUD: Se deberá incluir un programa de vigilancia de la salud


dirigido al personal que realice actividades de recolección, almacenamiento, transporte y/o
eliminación de los REAS. El programa deberá contemplar la prevención (inmunización,
identificación del estado inmunitario), pesquisa, control y seguimiento de la salud de los
trabajadores (aplicación de encuesta de salud, exámenes básicos y específicos,
evaluación médica, derivación a especialidad si lo amerita), con la finalidad de evitar que
adquieran enfermedades a consecuencia de la manipulación de REAS.

El encargado del manejo de los residuos generados en el Establecimiento deberá mantener copia
de los documentos que acrediten en cumplimiento de estas disposiciones.

Por su alto riesgo, los residuos radiactivos de baja intensidad han de ser manejados por el personal
de los servicios en que se ha generado, de acuerdo a la reglamentación específica en la materia,
pues éste conoce el peligro que implican y tiene conocimientos en materias de protección
radiológica.

Todo accidente asociado al manejo de residuos debe ser informado al encargado de su manejo, el
que en caso necesario informará a la dirección del Establecimiento, para que se tomen las
acciones correlativas correspondientes.

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