Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Objetivos:
En los albores del siglo XIX se produjo en el mundo occidental una ruptura generalizada con el
modo en el que hasta entonces se había venido investigando, escribiendo y enseñando la historia.
Lo decisivo era la transformación de la historia en una disciplina especializada.
El origen de la ciencia histórica coincide con el establecimiento de la historia como una asignatura
que se enseña y se estudia en las universidades. Para el origen de la ciencia histórica resulta decisiva
la moderna universidad alemana, cuyo prototipo es la universidad de Berlín, fundada en 1810.
EL HISTORICISMO CLÁSICO
Contexto histórico en el cual se desarrolla: un moderno orden social, en el que la sociedad burguesa
ha quedado integrada en un estado monárquico burocrático. Dentro de este marco surgió una
determinada concepción de la ciencia, el historicismo clásico.
2
Fuentes: No piensan en los documentos no escritos: por ejemplo yacimientos
arqueológicos, que reflejan la vida económica, la estructura social o la organización
militar. La concepción muy estrecha del documento limita la ambición de la
disciplina. Al documento hay que realizarle una serie de operaciones analíticas: crítica
externa (heurística), es decir si se trata de un documento original, una copia o es falso,
indicar los firmantes, la fecha, etc., en una ficha. Luego realizar la crítica interna: analizar
el contenido del documento para interpretar lo que quiso decir el autor, analizar las
condiciones en las que fue elaborado, las intenciones de su elaboración, es decir la
hermeneútica que a veces obliga a recurrir al estudio lingüístico.
Luego se debe dar paso a las operaciones sintéticas: comparar varios documentos para
establecer un hecho particular, reagrupar los hechos aislados en marcos generales, llenar
las lagunas a través de la deducción o por analogía, elegir entre la masa de los
acontecimientos pues es imposible un historia total y por último el historiador debe
arriesgar algunas interpretaciones pero evitando las conclusiones.
El objeto de estudio: El análisis de la obra de Ernest Lavisse muestra las características de esta
escuela. El objeto de estudio se centra en el estado-nación, periodización articulada en función de
los reinados, estudio sobre la elite, hechos políticos, militares y diplomáticos, tratando
tangencialmente hechos económicos y sociales. El tiempo se divide en grandes períodos
subdivididos en pequeños mientras que el relato encadena los acontecimientos respetando una
causalidad lineal, presentando por lo tanto un discurso ideológico al servicio del proyecto político,
en donde la consolidación del estado-nación es consecuencia de una sucesión de acontecimientos
en los que se destacan virtuosos héroes, se hace hincapié en el estudio de la Revolución Francesa
sin analizar por ejemplo el terror, los enfrentamientos políticos, etc., puesto que la misma es
considerada como una ruptura radical que hace emerger la soberanía de la nación, instaura el
respeto por la ley y la libertad de conciencia y de trabajo. Se seleccionan además los hechos de
guerra que muestran la defensa del territorio y Juana de Arco es vista como el símbolo de la
resistencia. Además se justifica la colonización que permite compensar la pérdida territorial por la
guerra contra Alemania, sustentándose además en la idea de la misión civilizadora.
Exponentes: A esta corriente pertenecen Langlois y Seignobos.
Críticas:
La escuela metódica, que aplicó al pie de la letra el programa de Ranke, hizo progresar
verdaderamente la historiografía en Francia. Pero, con fundamentos poco estables y graves
contradicciones, no tardó en ser atacada por todas partes.
El grupo de los Annales dirige a la historia tradicional cuatro reproches principales:
1. La historia historizante sólo presta atención a los documentos escritos, a los testimonios
voluntarios, mientras que los documentos no escritos y los testimonios involuntarios
informan igualmente acerca de las actividades humanas.
2. Pone el acento en el acontecimiento, el hecho singular, que sucede en un tiempo corto,
mientras que es más interesante conocer la vida de las sociedades, que se revela en los
hechos ordinarios, repetidos, que se desarrollan en un período de tiempo largo.
3. Privilegia los hechos políticos, diplomáticos y militares; y monosprecia, erróneamente los
hechos económicos, sociales y culturales.
4. Tiene temblorosas prudencias, teme comprometerse en un debate, raramente arriesga a una
interpretación y renuncia por anticipado a cualquier síntesis.
4
Desde el punto de vista temático, el prejuicio anti-institucional del nuevo paradigma, favoreció la
materia de estudio plebeya, la historia desde abajo, como el elemento constitutivo e integrador.
Los logros de este enfoque macro-social fueron significativos en tanto recuperaron la importancia
que las condiciones estructurales tenían como condicionantes de la agencia humana.
Sin embargo, al primar la categoría de la estructura, se relegó el tema básico del cambio y con ello
el descuido por las actitudes, decisiones y acciones de los actores históricos, importantes e
ineludibles factores de transformación. Y en el marco de ese estructuralismo extensivo, la
producción historiográfica adoleció de la falta de historia.
El primer impulso para una historia social que se ocupara de los problemas desencadenados por la
industrialización fue la Nueva Escuela Histórica de Economía Nacional en Alemania.
Tomó del historicismo clásico la convicción de que la economía no era determinada por leyes
estrictas, universales y expresables en fórmulas matemáticas, si no que aquélla sólo podía ser
comprendida históricamente y dentro del marco de valores e instituciones de un pueblo. Adoptó dos
elementos más: la insistencia en el papel central del estado y los métodos de la crítica de fuentes.
Estos historiadores sociales y económicos ampliaban el objeto de la historia más allá de la
política para englobar en él también a la sociedad y a la economía, y sin embargo, adoptaron de los
historiadores políticos elementos sustanciales del concepto de ciencia. La cientificidad de su
historiografía seguía consistiendo en la evaluación crítica de las fuentes que servían de base a su
exposición. Se apoyaban en unas premisas teóricas y metódicas que nunca fueron explicitadas
de un modo crítico o sistemático.
Para las ciencias históricas fueron importantes Hintze y Weber, representantes de una corriente de
investigación que tiene su origen en la práctica científica de la Nueva Escuela Histórica de
Economía Nacional.
Contexto en el cual se desarrolla: Al terminar el siglo XIX el predominio de la historia política fue
frecuentemente cuestionado. Contra el domino de la «escuela positiva» se erige una nueva
tendencia en la historiografía francesa, la cual se expresa en la década de 1930, en la revista
Annales. . Desde el comienzo del siglo XX empezaba a resultar visible en el terreno de la historia el
agotamiento de los viejos métodos de la erudición académica profesionalizada en el siglo XIX, con
sus pretensiones de objetividad científica, que enmascaraba el hecho de que su función real era la de
servir para la educación de las clases dominantes y para la producción de una visión de la historia
nacional que se pudiera difundir al conjunto de la población a través de las escuelas. Esta crisis se
agravaría después de la primera guerra mundial en el periodo de 1918 a 1939, cuando el mundo
cambió considerablemente y en la sociedad aparecieron nuevos problemas para los cuales los
historiadores académicos no tenían respuestas. La aparición de las masas en la vida colectiva minó
la vieja relevancia del saber académico y obligó su reforma. La historiográfica tradicional fue
incapaz de encontrar respuestas adecuadas a los cambios que se estaban produciendo.
Principales cambios:
La concepción de lo que es la historia y de quién la hace experimenta con ellos un cambio
fundamental. Pese a la variedad de enfoques metódicos e ideológicos, las obras de los
historiadores de los Annales presentan puntos en común: en ninguna de las obras tomadas
como referencia, existe un punto central o una institución central que pudiera servir como
hilo conductor de una historia, en la que las acciones de las personas desempeñan un papel
decisivo. El Estado y también la economía han quedado integradas en una consideración
global de la sociedad. Se amplía el objeto de estudio.
Los Annales reflejan los cambios más relevantes en el pensamiento histórico del siglo XX. Las
estructuras figuran en primer plano, pero esas estructuras tienen siempre una dimensión mental,
sin la cual no existirían.
El concepto de mentalidad designa posturas que son mucho más difusas que las ideas y que a
diferencia de éstas, son propiedad de un grupo colectivo, no el resultado del pensamiento de
determinados individuos. En los 70, la historia de las mentalidades se asocia con una historia serial
en la que las largas secuencias de datos son procesadas electrónicamente. Es importante el intento
de penetrar hasta las estructuras de pensamiento ocultas en el subconsciente colectivo.
Temática: En los trabajos de los historiadores de los Annales de los últimos 80 años llaman la
atención dos cosas: el descuido de la historia posterior a 1789, y a la revolución industrial, y la
concentración en la época premoderna, en el Antiguo Régimen y en la Edad Media. Este abandono
6
tiene que ver con el hecho de que las concepciones y los métodos se pueden aplicar mejor a las
sociedades relativamente estables que a aquellas que se hallan sujetas a rápidos cambios.
LA HISTORIA CUANTITATIVA
La historia cuantitativa es la utilización sistemática de fuentes y de métodos estadísticos en la
descripción y el análisis histórico. El método estadístico se extendió a todos los ámbitos, pero
lógicamente tuvo una mayor aceptación en la historia económica, donde la aplicación de la
cuantificación era más natural. La historia económica pasa a ser uno de los campos estrella,
especialmente centrada en la historia de los precios y de los ciclos de crecimiento y decadencia.
En Norteamérica, algunos historiadores pretendieron llevar hasta sus últimas consecuencias las
repercusiones de la aplicación del lenguaje de las ciencias experimentales a la disciplina histórica.
Se creó así la cliometría, que tuvo un escaso influjo más allá de las fronteras norteamericanas, pero
que ha quedado como una interesante muestra de la radicalidad de los ensayos cuantitativos,
serializados y computarizados de aquellos años.
Los estudios cuantitativos y demográficos implicaron también necesariamente una disminución del
alcance del campo analizado. Abundaron estudios locales, de modo que la historia regional se
consolidó como un verdadero y propio ámbito historiográfico. Se aplicó la historia serial al análisis
microscópico de los fenómenos sociales.
Temática: Desde la década de los cincuenta, en EE.UU y en otros países se trabaja cada vez más
con la recién desarrollada tecnología de ordenadores y con métodos cuantitativos en campos como
la historia política, la demografía, procesos económicos, movilidad social, etc.
Después de la historia de los precios, la historia de las poblaciones fue la segunda gran conquista
del enfoque cuantitativo. La historia demográfica nació en la década del 50. El desarrollo de este
campo, por lo menos en Francia, fue el trabajo conjunto de demógrafos e historiadores. Henry fue
un representante de esta corriente.
Concepción de la historia: Los métodos cuantitativos pueden asociarse con un concepto de historia
que tenga en cuenta la singularidad de la actuación humana. Sobre todo, la investigación histórica
cuantitativa implica la dedicación a personas concretas, a la vez que el análisis del comportamiento
colectivo. Permiten reconstruir aspectos del mundo vital concreto de personas concretas en un
momento determinado de la historia y en un determinado ámbito cultural.
La investigación histórica basada en la estricta cuantificación trabaja con un concepto de
ciencia, para el cual la ciencia histórica únicamente obtiene su cientificidad por el hecho de que sus
afirmaciones pueden adoptar una forma matemática. Esto adquiere mayor relevancia en los años 60
y 70 con el perfeccionamiento del ordenador.
8
a veces codificados como leyes, formas de cooperación y de asociación, relaciones entre las
personas y los objetos de su trabajo, y las relaciones entre las clases sociales)
Modo de producción (forma en que se organiza la actividad económica en una sociedad, es
decir, la producción de bienes y servicios, su distribución. Elementos del modo de
producción: elementos 1) el obrero que dispone de su fuerza de trabajo, 2) los medios de
producción y 3) el no obrero que se apropia de la plusvalía)
EL MARXISMO EXTRUCTURALISTA
Está estrechamente ligado a la doctrina marxista de la infraestructura, superestructura y estadios. El
problema que les interesa a los historiadores como Dobbs, Brenner, Wallerstein, es la transición
del feudalismo al capitalismo.
Para los estructuralistas las relaciones sociales objetivas son decisivas para el desarrollo de la
conciencia de clase.
Representante: Louis Althusser.
MARXISMO BRITÁNICO
Contexto en el cual se desarrolla: en la historiografía de posguerra merece una especial atención el
desarrollo de la escuela de los historiadores marxistas británicos. El materialismo histórico había
influido en Inglaterra desde muchos años antes. Los historiadores británicos anteriores de la II G.M.
conocían bien el marxismo, sin embargo, hasta 1945 esta tendencia nunca había cuajado en una
escuela verdaderamente historiográfica. Ésa fue la función que ejercieron el grupo de historiadores
del Partido Comunista Británico.
Representantes: Christopher Hill, Rodney Hilton, Eric Hobsbawm, Raymond Williams, Edward. P.
Thompson, Perry Anderson. Algunos de éstos fundaron una de las revistas de mayor trascendencia
en el panorama historiográfico del siglo XX: Pasado y Presente.
La historiografía sufre una transformación muy contundente durante los 30 años que transcurren
desde el final de la II G.M. hasta la década del ’70.
El estructuralismo braudeliano, el marxismo de cuño anglosajón y la historia cuantitativa son las
corrientes predominantes. Aunque muy diversas en sus postulados y en sus metodologías, estas
corrientes coinciden en la búsqueda de un lenguaje científico para la historia, que sustituya la
narración tradicional. Ellas preconizan también la preeminencia de la historia económica y social,
que es la única capaz de dar una explicación verdaderamente integradora de la realidad histórica.
Ya a finales de los 70 empezó a experimentarse en los diferentes ámbitos de las Cs. Sociales una
apelación al retorno a un lenguaje narrativo, alejado de los códigos esquemáticos y científicos del
marxismo y el estructuralismo.
La historia de carácter eminentemente económico y serial dejara paso progresivamente a una
historia social, cultural y mental.
LA ANTROPOLOGÍA HISTÓRICA
10
Organización interna de la revista: la dirección única –que ha marcado a la revista desde sus
comienzos- se ve sustituida por una dirección colegiada en 1969.
Representantes: Le Goff, Le Roy Ladurie, Revel.
Contexto en el cual se desarrolla: a partir de los años 70 cuando el boom y el crecimiento parecen
perder su impulso por mucho tiempo y dejan su sitio a una crisis mundial particularmente profunda
que sume al mundo industrializado en la recesión, el paro y la inflación. La crisis de la idea de
progreso ha acentuado el renacimiento de las culturas anteriores a la industrialización.
Objeto de estudio: la crisis modifica la perspectiva. Mientras en los años 50 la mirada se posaba en
los fundamentos del crecimiento, en los avatares técnicos; en los años ’70, la mirada social se
desplaza hacia los límites, las inercias, las permanencias de los sistemas sociales. Todo se convierte
en objeto de curiosidad para el historiador: los locos, las brujas, los desviados. El horizonte del
historiador se resuelve en un presente inmóvil, ya no hay devenir.
Características: La investigación se hace más personal, más local, se abandonan los grandes
tiempos, los momentos de cambio. Se hace foco en una memoria de lo cotidiano, de las gentes de a
pie.
Temática privilegiada: Edad Media- América Latina: Permanencias del Imperio inca dentro del
marco de la colonización- Fenómenos de aculturación en la parte andina de América Latina-
Representaciones simbólicas de las sociedades amerindias- Italia: el acento se pone en el mundo de
la tierra, de los campos.
Historia de las mentalidades: tiene por fundamento el nivel inconsciente de las prácticas sociales,
el pensamiento colectivo, y automático de una época o de un grupo social.
Rupturas: la tercera generación de Annales cambia su discurso al desarrollar una antropología
histórica.
Abandono de los grandes espacios braudelianos.
El reflujo de lo social y económico hacia lo simbólico y cultural.
Nace una historia nueva, la historia sociocultural.
El concepto de antropología histórica abandona una dimensión del Annales de los
comienzos: la historia-problema. Ahora: historia más descriptiva.
Supuestos teóricos-metodológicos: historia que ha pedido el hábito etnológico. “El gran libro de la
historia es un ensayo etnográfico acerca de las sociedades pasadas”. Esta historia etnológica o
antropología histórica acentúa la ralentización de la duración operada por Braudel. El tiempo es
humano pero tan inmóvil como la evolución geológica. La aproximación etnológica evacúa la
irrupción del acontecimiento a cambio de la permanencia, el calendario repetido de la gesta
cotidiana: el nacimiento, el bautismo, el matrimonio, la muerte. La historia analista se convierte
en la especialista de un tiempo inmóvil.
La difuminación de lo económico se salda con su recuperación en el interior del discurso
antropológico. “Pensar lo económico desde el punto de vista antropológico”. El nivel de las
mentalidades, de los comportamientos, beneficia las operaciones cuantitativas.
La cuestión del historiador es el cómo del funcionamiento más que el porqué del cambio. El acento
se pone sobre las continuidades. De ello resulta una disminución de las rupturas y un
desplazamiento de lo social hacia lo cultural. En el centro del discurso analista se encuentra una
descripción de la vida cotidiana, tanto material como mental, de las gentes corrientes de las
sociedades pasadas, que se parece a la historia positiva en su aspecto factual, sólo que en otro
campo, fuera de lo político. La repetición, el hábito, son sus bases esenciales.
La capacidad de cambio no se encuentra ya en lo social o en lo político, sino en lo cultural.
11
Hay una ruptura fundamental con las ambiciones de Bloch, Febvre o Braudel. De Certeau afirma
que se debe renunciar a una historia global. La duración sufre un trabajo de deconstrucción: el
tiempo único se multiplica en temporalidades heterogéneas.
Bajo la influencia de la posible cuantificación del material histórico, gracias al ordenador, se ha
lanzado una nueva aproximación al tiempo histórico, la historial serial. Ésta nace de la posible
articulación en series de hechos pertenecientes a conjuntos homogéneos.
Para Foucault la historia debe renunciar a la elaboración de grandes síntesis e interesarse en la
fragmentación de los saberes. La historia no será ya la descripción de una evolución, ni la
localización de un progreso, sino el análisis de las transformaciones múltiples de la obra.
En adelante el problema es construir series, c/u de ellas constituye una entidad especifica con una
cronología propia. Lo importante es que la historia no considera un acontecimiento sin definir las
series de la que forma parte. El documento no es recibido pasivamente, sino que deviene en
monumentos a construir a partir de los cortes en el tejido documental de conjuntos, relaciones y de
unidades.
En el punto de partida de ésta historia serial estaba la historia económica, pero se ha abierto a otras
dimensiones de la historia humana. Las mentalidades, la psicología social, lo afectivo han entrado
de pleno derecho en el tratamiento serial.
Esta serialización, aun apoyándose en técnicas más científicas, como el ordenador, desemboca en
estudios puramente descriptivos. Según Le Roy Ladurie el historiador es como un minero de
fondo. Va a buscar al fondo del suelo los datos y los devuelve a la superficie para que otro
especialista los explote. Para De Certeau, el historiador no tiene como finalidad captar el centro,
sino el contorno de lo real.
Como no se puede contar todo, el historiador se acoge a un territorio restringido para poder
escribirlo en ecuaciones.
Asistimos al renacimiento de un neopositivismo. No en el sentido comtiano del término, que
buscaría la ley tras la repetición, sino a nivel de la escuela francesa de comienzos de siglo con su
fascinación por el hecho bruto, por lo factual como único punto de partida.
La marginalización del hombre es notoria en Le Roy Ladurie. La cuarta parte de su libro lleva el
título de “La historia sin los hombres”. Emprende así un punto de ruptura con relación al
Annales de 1930. Lleva a cabo un estudio del clima desde el año 1000, sin tener por objeto central
ni periférico al hombre. Elabora una periodización de las fluctuaciones climáticas en sí mismas sin
preocuparse por su incidencia en la sociedad.
“La serialidad ha empobrecido el trabajo histórico en lugar de enriquecerlo. La historia serial reduce
el proyecto histórico a dos niveles: borra las estructuras bajo la serie factual y, por otra parte, no
resuelve el problema del pasaje de una serie a otra. Se contenta con causalidades específicas de tal o
tal serie.
12
empobrece al máximo la mirada historiadora. La historia puede ser así más fácilmente cuantificada.
Todo es visto a través del crecimiento demográfico.
Se revitalizaron unas fuentes escasamente utilizadas hasta entonces: los censos, los documentos
parroquiales donde se registran nacimientos, matrimonios y muertes, los inventarios de propiedad y
los capítulos matrimoniales. Se realizaron estudios detallados de los porcentajes de nacimientos y
muertes, de los matrimonios, de la estructura familiar, de las edades de los cónyuges, del número de
la descendencia y de las tendencias migratorias.
En “Los campesinos del Languedoc” Le Roy Ladurie toma como personaje central de su tesis un
ciclo agrario que se despliega del siglo XV hasta comienzos del XVIII. La concentración de tierras
en el siglo XV no es en absoluto un comienzo de capitalización, el germen de una nueva sociedad,
sino, simplemente, la inevitable reestructuración de la tierra que acompaña la contracción
demográfica de 1350 a 1450.
La demografía histórica nos propone una periodización de larga duración a partir de un objetivo
diacrónico sólo del equilibrio, con exclusión de otros parámetros de la evolución histórica.
Críticas: tratar a la población sin referirse a las condiciones de producción y de intercambio, a la
división social del trabajo, a los precios e ingresos…se convierte en una verdadera mistificación.
Malthus ha olvidado las posibilidades de la renovación tecnológica y las potencialidades de los
progresos económicos que permiten un crecimiento muy rápido de los recursos.
EL RETORNO DE LA NARRATIVA
Hacia 1979, Lawrence Stone constata para los años 70 un cambio un cambio fundamental en lo que
respecta a la comprensión de la historia. Habla del “fin de la creencia de que sea posible una
explicación científica coherente de las transformaciones del pasado”.
Insistencia en la importancia de las acciones humanas y de la conciencia humana provoca un
retorno hacia una historiografía narrativa que se esfuerza por tener en cuenta los aspectos
subjetivos de la existencia humana.
13
Al contar la historia de una persona o la de un acontecimiento dramático, no lo hace por esa
persona o ese acontecimiento en sí mismo, sino para arrojar luz sobre el modo de
funcionamiento de una cultura o de una sociedad del pasado. Para avanzar en la
comprensión de una cultura o una sociedad no rompe con los métodos y conceptos
sociocientíficos tradicionales, sino que los transforma. El mundo de los hombres es
considerado como más complejo de lo que era en la concepción positivista de la ciencia, y
por ello precisa de prácticas científicas que den cuenta de esa complejidad.