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¿LA VIRTUD PUEDE O NO SER ENSEÑADA?

La reflexión sobre si la virtud puede o no ser enseñada implica en primera instancia


acercarnos al concepto de lo que entendemos por virtud e incluso lo que se entiende por
enseñar; por lo tanto, nos dedicaremos inicialmente a este aspecto.

La virtud se concibe como: disposición habitual para hacer el bien. A lo anterior, otras
definiciones le suman los siguientes aspectos “independientemente de los preceptos de la
ley, por la sola bondad de la operación y en conformidad con la razón¨ o es una “cualidad
humana de quien se caracteriza por actuar correctamente”.

Por su parte la enseñanza, es concebida en su acepción básica como: Comunicar


conocimientos, ideas, experiencias, habilidades o hábitos a una persona que no los tiene.
Por ejemplo, un profesor enseña a sumar a sus estudiantes. también es definida como "
Hacer ver mediante explicación o una indicación como funciona o se hace una cosa, como
el pastor que enseña el camino. Por último es definida como la trasferencia o trasmisión de
un conocimiento.1

Teniendo en cuentas estas definiciones, aceptando la virtud como actuar correctamente


guiados por la razón del sujeto y la enseñanza como la comunicación de un conocimiento y
este como información que es comunicada o explicada por alguien sobre la forma que se
hace algo. Nos dirigimos a defender la siguiente tesis: “la virtud no puede ser enseñada”,
“No es un conocimiento como el de las ciencias por lo tanto no puede ser enseñado” y a la
vez plantearemos los argumentos que la sustentan.

La primera objeción a la enseñanza de la virtud2 radica en que la virtud no es una ciencia y


como tal no comprende un compendio teórico y por lo tanto la mera comunicación de
lo que es, no implica necesariamente su aprendizaje y a su vez tampoco se puede afirmar
que hubo un proceso de enseñanza. Ejemplifiquemos: un joven se le dice en una clase de
ética y valores que es la prudencia, que es la templanza o que es la valentía bajo el

1
Para la aproximación a los conceptos y las definiciones más usadas sobre lo que se entiende por virtud y
enseñanza se consultaron diversos sitios web como: www. rae.es/;www.significados .com;
www.definicionabc.com/
2
La discusión sobre si la virtud y si ésta se puede ser enseñada hace parte de los llamados diálogos
platónicos, cuyo interlocutor principal es Sócrates.
supuesto que esa información se convertirá en conocimiento aprendido y más aún que esa
teoría se convertirá en práctica y la práctica lo hará virtuoso; pero no sucede así. Ahí nace
otra objeción no se está enseñado a ser virtuoso, sino partes de la virtud y la virtud tiene
como característica la universalidad. Así puede ser honesto y no decir mentira porque le
han comentado que en esto consiste la honestidad pero todo aquello que haya escapado a lo
comunicado no se reflejara en el actuar entonces aunque sea honesto podrá robar. Aquí no
se puede hablar de un hombre virtuoso, no tiende al actuar correctamente como producto
de un proceso de enseñanza sino que tan solo reproduce lo que le han dicho.

Señalemos además que una mujer ama de casa toma una receta para hacer un postre; si
sigue fielmente las instrucciones, aseguraría casi que el 100% el éxito de su plato, lo mismo
sucedería en una clase de matemáticas el profesor le indica los pasos que debe seguir el
estudiante para realizar en forma asertiva una suma o una resta. ¿Pero podemos hacer lo
mismo con la virtud? ¿Podemos entregar a una persona un listado de acciones y esto le
asegurara ser virtuoso? Seguramente no. Esto obedece a que no podríamos tener certeza
que las lleve a cabo y si lo hace es posible que solo lo haga como acción mecánica o como
técnica y no que sea producto de la interiorización de que es la mejor forma, o la forma de
actuar correctamente.

La virtud se inclina hacia la práctica pero no como se dijo en términos de técnica producto
de la enseñanza sobre cómo hacer algo, en este caso de cómo ser virtuoso. Dar
instrucciones y aleccionar en aras de un actuar bien no significa hacerlo virtuoso, porque
el orden en que se relacionan virtud y buen actuar no es, porque actuó bien me convierto
en virtuoso, sino que porque somos virtuosos actuamos bien.

Y es que la virtud no le es propia o no le pertenece a todo el mundo, pero tampoco es


exclusiva de un grupo. Nada tiene que ver con las riquezas, el éxito personal o el estrato
social que se ocupe; ella puede encontrase en el más pobre hasta el más rico. Expliquemos
con el siguiente ejemplo: en la historia nacional han existido personajes que lograron
acumular grandes riquezas, participaron en la escena política e incluso numerosos
ciudadanos lo vieron como una persona buena porque regalo casas y dinero. ¿Pero fue
virtuoso? No. Este hombre acumuló fortuna gracias al narcotráfico, participo en política
buscando beneficios egoístas y regalo casas con dinero que provenía de una acción ilícita.
Una persona de escasos recursos, con pocas probabilidades de que haya crecido en una
familia estructurada, cuya vida evidencia la inexistencia de gente que dirigiera su vida al
buen actuar, puede tener una tendencia a la acción justa, prudente, honesto, respetuoso etc.
Se pensaría que esta persona en la ausencia de educación debería ser poseído por el vicio, o
tras su ignorancia actuará mal, porque no ha tenido quien limite en el su tendencia egoísta.
Sin embargo puede ser virtuoso sin saberlo, solo debe descubrirlo.

Avancemos, digamos además que si la virtud guardara una relación unívoca con la
enseñanza, significaría que una persona que tiene más títulos, porque ha tenido la
oportunidad de hacer los estudios universitarios de pregrado y posgrado necesariamente
sería más virtuosa. Seguramente muchos de los que escuchan podrían decir claro que si a
mayor educación mejor habilidad para desempeñarse en una situación. ¿Pero podríamos
decir lo mismo al analizar los siguientes casos? Digamos el ejemplo: quienes han llegado
en los últimos años a la alcaldía de la ciudad de Cartagena, que han sido varios de hecho,
son personas que han cursado estudios de secundaria, han asistido a su carrera profesional,
han hecho especializaciones, maestrías incluso posiblemente doctorados y seguramente han
recibido esas cátedras de ética profesional, pero ¿esto ha asegurado que actúen
virtuosamente? ¿Podrían ser reconocidos como virtuosos? ¿Son justos? ¿Bondadosos?
Ahora seguramente estarán pensando no; y así es, ni siquiera llevan a cabo la función
encomendada que es la búsqueda del bien general. Por lo tanto, la virtud no es producto de
un proceso de enseñanza.

Pasemos a otro plano, el familiar, recurrentemente nos dicen que la casa, nuestro hogar, es
la primera escuela; allí aprendemos los valores y las buenas costumbres. Esto podría
parecer inicialmente que es cierto teniendo en cuenta que el joven que generalmente en casa
le enseñan el concepto de autoridad es respetuoso y obedece las reglas o aquellos que
tienen padres amorosos son por lo general cordiales y pacíficos. No obstante, también se
observan casos de padres que son valorados como justos, buenos, pero sus hijos son
violadores, narcotraficantes, sicarios etc.; Seguramente sus padres les comunicaron sobre
las buenas formas de actuar incluso aún más fueron un modelo, un ejemplo a seguir, sin
embargo esto no fue suficiente para que sus hijos actuaran correctamente también.
Entendamos pues la virtud como categoría Moral, y así debe ser entendida, está
relacionada con el discernimiento con lo que consideramos bueno y malo, pero ésta
consideración debe ser también vista como el producto de un proceso de introspección, de
un mirar hacia dentro, de un ejercicio de la razón humana, entonces no se puede enseñar la
virtud.

La función de quien intentara convertirse en maestro de la virtud, si es que fuese realmente


virtuoso, o bien si tuviese consciencia de su virtud no debe dedicarse a “enseñar” en los
términos que se ha definido anteriormente; debe dedicarse es ayudar al joven a la
búsqueda de la verdad, a que se descubra, a que por sí mismo encuentre el cual y el
porqué de la forma correcta de actuar. En nuestros contextos podríamos extender esto a la
necesidad de sembrar la necesidad en el joven del fortalecimiento de su razón para generar
en él procesos de autogestión y construcción de los fundamentos que guiaran su accionar.
Entonces no se enseña sobre la virtud sino que se orienta para el fortalecimiento de la razón
que conlleve a la búsqueda y descubrimiento de la virtud.

Sócrates ya lo señalaba, el verdadero conocimiento no es aquel que proviene de otro, el


cual cree tener el saber y bajo ésta idea enseña, sino que el conocimiento al cual se refiere
el filósofo es ante todo el conócete a ti mismo; una verdad que produce el mismo hombre.
El decidir atendiendo a su entendimiento de lo que es bueno o no y sobre lo correcto e
incorrecto, des ese punto él lo relaciono con conocimiento, con la búsqueda de la verdad,
del bien, de la felicidad. Propugnando que solo es justo quien conoce la justicia y que
quien actúa mal es producto de la ignorancia, es decir sugiere que la persona que actúa mal
no es por voluntad sino por el desconocimiento del bien y quien lo que lo conoce actuara
de tal forma que conociendo lo que es la justicia jamás podría de ser justo.

Este conocimiento no obstante no es enseñable por cuanto la virtud no se aprende tampoco


puede ser enseñada. No se aprende porque la virtud no es adquirida, es decir que primero
no se tenía y que ahora sí, la virtud le pertenece a unos sujetos y estos lo son
independientemente de si son conscientes de ella y ni el ejemplo ni las lecciones que una
persona de a otra sobre la virtud pueden asegura que ese otro se convierta en virtuoso.
¿LA VIRTUD PUEDE O NO SER ENSEÑADA?

AURA MILENA SOLANO OSPINO

CAMILO ANDRES PORRAS MADIEDO

DANIEL ALEJANDRO OSPINO PALOMINO

(INSTITUCIÓN EDUCATIVA PROMOCIÓN SOCIAL DE CARTAGENA)

UNIVERSIDAD DE CARTAGENA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

I OLIMPIADAS DE FILOSOFIA

2019

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