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CONCENTOS
HM «MHMH
SEPÍ1ÑARI
I
I
LA VIDA
EN LOS
CONVENTOS V SEMINARIOS
(MEMORIAS DE UN COLEGIAL)
É &&•
-^gííSÍSSí^
COLECCIÓN MERCURIO
oficinas y alma-
Por ensanche de sus
Claudio Santos
cén la Casa Editorial
domicilio a
González ha trasladado su
Rio, 4 dup., hotel,
la calle Ferrer del
(Guindalera).
Madrid.
Esquina al Paseo de Ronda,
b^v
COLECCIÓN MERCURIO
BIBLIOTECA SELECTA UNIVERSAL
DE GRANDES AUTORES ANTIGUOS Y MODERNOS
LA VIDA
EN 105 CONVENTOS
V SEMINARIOS
(MEMORIAS DE UN COLEGIAL)
PARÍS MADRID
7, Rué de Lille, 7. 7, Calle de la Libertad, 7.
BUENOS AIRES BARCELONA
574, Calle Esmeralda, 574. \ Rambla del Centro, 8, 10 y 25.
EH PRENSA:
LUIS DE OTE?Z/\
EN TAL HISTÓRICAS
DÍA...
EFEMÉRIDES
junio.)
(De enero a
LA CORRESPONDENCIA
GONZÁLEZ
A CLAUDIO SANTOS
17
17, CALLE DE CUCHILLEROS,
..' .. •: MADRID ::
::
A D. Arturo Soria y Mata
FUNDADOR DE \ñ CIUDAD LINEAL
pubertad.
¿Qué hacen los provectos, cuando nos hablan de
sus recuerdos, sino llorar su niñez perdida?
¿e es eternamente joven o se es eternamente an-
ciano.
A manos de usted — siempre adolescente y siempre
emprendedor — van estas desnudas verdades de mi libro,
SUCESORES DE RIVADEIHE\?RA.
SEMBLANZA DEL AUTOR
POR
DOlVIIJSiGO BLiAfiCO
les profundi-
cerlos bien, o, si les conocemos, no
zamos, no les estudiamos...
des-
La semblanza, por tal motivo, se hace al
es muy
gaire, y el autor, que generalmente
con
amigo nuestro, en cuanto seamos sinceros
él, se nos enfada y se nos
disgusta... No, no soy
8
Semblanza.
10
Semblanza.
¿Triunfará? ¿Fracasará?
Yo no lo sé. Si fracasa debe atribuirlo a falta
preparación y
de condiciones innatas, pues en
pocos de nuestros jóvenes se hallan
en
estudio
disposiciones tan bellas.
de estímu-
Si triunfa, su triunfo podrá servir
lo a todos, haciéndoles
ver hasta adonde se
13
Semblanza.
aquellos
Vesubio, permaneciendo perdidos por
pueblecitos sembrados de lava, hasta
que el
que
Cónsul los introdujo en un buque mercante
luego y es-
venía a España, cuya ruta variaron
tuvieron a punto de perecer en el mar.
Portugal.
El autor, luego, recorrió Francia y
entre "carbona-
y allí pasó infinitas peripecias
su
rios" y monárquicos deportados, figurando
gue-
nombre como revoltoso en un Consejo de
de julio
rra a raíz de la fracasada revolución
de 1912.
militar.
Sin duda se revelaba en él el instinto
sin
Toda su familia es de jefes del Ejército,
exceptuar ningún varón sino él. Su
padre sir-
sucesos del
vió con Prim, y en los memorables
honrosa-
desarme de la Milicia Nacional ganó
mente cruz de San Femando, y posterior-
la
alto portier,
criados de las comedias, levante el
des-
me incline para dejar pasar al personaje y
aparezca por el foro discretamente...
Julio 1915.
* * *
15
A
En mi eelda.
20
La vida en los conventos.
JVIi voeaeión.
cos y danzantes —
comenzaron a susurrar los
enemigos de casa.
Aquellos rumores sentaron mal en la burgue-
síade nuestros lares.
Mi mamá se encaraba conmigo y tornaba a
decirme.
— Tú, ¿qué quieres ser?
—Músico— contestaba yo siempre.
Lluvia de azotes.
Otra vez:
— Tú, ¿qué quieres ser?
— —
Músico repetía yo, imperturbable.
Se irritaba mi mamá.
— ¡Tú tienes vocación de cura, porque siem-
—
pre estás en la iglesia! gritaba.
— Es que voy por oir tocar el órgano — repli-
caba yo.
Más azotes; ahora era chaparrón.
Llegaba mi padre.
— ¡Ve tu hijo — le decía, furiosa: — quiere, por
hay que enviarle
lo visto, ser sacristán! ¡A éste
en seguida al convento, y allí le domarán los
frailes, por revoltoso y testarudo! ¡Querer ser
sacristán
Mi pobre mamá entendía que los músicos eran
sacristanes.
25
Luis As t rana Marín.
— Tú tienes vocación de cura — me decía mi
padre.
— Tú tienes vocación de cura, niño —me decía
mi hermana.
— ¡Tú tienes vocación de cura! — me decía fu-
riosa mi madre.
— Ese muchacho tiene vocación de cura; siem-
pre está en la iglesia — exclamaban los ve-
cinos.
— Es un chico muy religioso; tiene vocación
—
de cura alababa todo el pueblo.
Cien bocas me repetían constantemente lo de
la vocación. Vocación por aquí, vocación por
allá, vocación por acullá. «Es un chico de voca-
ción», por todas partes.
Llegué a aturdirme.
— ¿Qué será vocación, Dios mío? pensa- —
ba yo.
Lo pregunté a varios amiguitos de colegio y
nadie supo darme guía de lo que fuese voca-
ción.
— ¿Vocación? — me dijo uno. — Será cosa de
comer.
Por para salir de dudas, y convencién-
fin,
27
Luis As t rana Marín.
axioma pedagógico asintieron aquéllos con sa-
tisfacción, asegurándole que tal había sido siem-
pre la norma de enseñanza en el convento, y
que marchara tranquilo, confiado en la disci-
plina y en las «disciplinas».
28
La vida en los conventos.
El examen de ingreso.
34
La vida en los conventos.
lia novatada.
lia disciplina.
•gi •£• {•
45
La vida en los conventos.
48
B
Lia elase de latín.
57
Luis Asir ana Marín.
+ * *
59
Luis Astrana Marín.
El cepo.
67
Luis Astratia Marín.
* * *
del
El otro cepo era lo más notable, después
refectorio: que si en éste se perseguía con
saña
hasta la
feroz al estómago, en aquél la salud y
vida.
Por cualquier cosa estábamos en el cepo; y
así, de puro familiarizarnos
con él, dimos en
alumnos ceporros, pues lo éramos por estar
siempre de cepo. Y, a decir verdad, nosotros no
deseábamos otra cosa que estar en el cepo. El
cepo constituía la perdición de los alumnos.
Era una habitación lóbrega y semiobscura.
celda salón de
Caía, precisamente, debajo de la
la única luz
recibir, sita en el primer piso, y
dos
que en aquélla penetraba, filtrábase por
tragaluces de reja de hierro, que
formaban
sala de vi-
parte, a la vez, del pavimento de la
sitas.De manera, que aun siendo el techo de
empinándose bien, dis-
una altura considerable,
68
La vida en los conventos.
•g. 4. 4.
72
Luis Asir ana Marín.
Contaban tentaciones.
Eran visionarios.
Y, si se descuidaban a creerlos, hacían mila-
gros.
Realmente, que debían haber aquellos hom-
bres algún pacto con lo sobrenatural, pues, a
pesar de tantas persecuciones, flagelaciones,
ayunos, exorcizaciones y penitencias, no existía
robustez como la suya: 110, 120, 130 kilos de
peso. ¡Una tontería!
4» *
•I» «8» 4»
80
líos revoltosos novieios.
4»
83
Luis Asirana Marín.
Cartas a mi tío.
20 de mayo.
25 de mayo.
30 de mayo.
i.° de jimio.
4» 4» +
93
Luis Astrana Marín.
üas vaeaeiones.
13 de junio.
«5» «i» *
19 de junio.
25 de junio.
* * *
13 de julio.
22 de julio.
100
La vida en los conventos.
15 de agosto.
* * *
103
Luis Astrana Marín,
25 de agosto.
patio.
Un gallo canta allá a lo lejos.
¡La vida es bella!
* * 4
14 de septiembre.
108
La vida en los conventos.
21 de septiembre.
I
La vida en los conventos.
* *
30 de septiembre.
Querido tío:
La vida se repite. Todo vuelve. Torna el en-
claustramiento.
Acabo de matricularme. Ya hemos llegado
con los trastos y arreglado mi habitación.
115
Luis Astrana Marín.
Este otro pueblo celebra estos días las ferias y
fiestas de San Miguel.
Padre marchará a la noche.
Otra vez en el retiro.
La bulla y los estudiantes me tienen un poco
alegre; pero no sé qué inquietud me amaga.
Me han preguntado los frailes si he estudiado
mucho.
Voy a salir a dar una vuelta.
Las voces de los vendedores atruenan la
calle.
Ya te indicaré dónde has de escribirme; que
aun no he visto a mi gran compañero de estu-
dios de quien te hablé para que a su nombre me
remitieras las cartas.
Vino con nosotros Eduardo.
Fenomenal. Enorme.
Me ha hablado de] curso y he notado que se
sabe ya todas las asignaturas.
¡Lástima, si se malograran tan bellas condi-
ciones y cualidades de este muchacho!
Interrumpo por ahora mis cartas.
Es preciso estudiar.
¡Ojo!, que asan carne, que dijo el clásico.
116
D
lia enseñanza monástiea.
120
La vida en los conventos.
* + *
127
Luis Astrana Marín.
133
E
OE MI ÁLBUM
17 de junio.
* * *
19 de junio.
* + 4»
28 de junio.
141
Luis Astrana Marín.
— ¿Quién es su médico de usted? —pregunta-
ron un día a Carlyle.
Y contestó:
—Mi mejor médico es un caballo.
Si yo tuviera fuerzas e intrepidez suficientes,
pasearía a caballo por estos parajes soberanos,
plenos de poesía bucólica, que no desdeñaría en
cantar, si viviese, un Horacio.
¡Qué hermoso es hallarse sano!
No comprendo cómo un escritor alemán se ha
atrevido a hacer el elogio de la mala salud, ni
cómo el profesor francés Fouquier describe con
mucha elocuencia las ventajas de una constitu-
ción delicada, ni cómo, en fin, hombre de las
dotes de Franklin se ha extendido en conside-
raciones acerca de los beneficios de la gota.
«Hubo una época en Alemania dice Goethe—
en que el hombre de genio era representado
bajo la forma de una criaturilla raquítica y
contrahecha. Por mi parte, prefiero encontrar
el genio en un cuerpo dotado de una constitu-
ción más robusta.»
Y Descartes ha escrito: «El espíritu depende
en tan gran parte del temperamento y de la dis-
posición de los órganos corporales, que si fuese
posible hallar medios de hacer a los hombres
mucho más sabios y capaces de lo que hoy son
comúnmente, creo que deberíamos buscarlos en
la fisiología.»
142
> —
* 4» 4»
5 de julio.
exuberan-
horas de éxtasis, en medio del campo
te, se abren a la
contemplación de todos los go-
ces y cielo y tierra se cierran
en un casto beso
los ojos para ver
a mi vista, y entonces entorno
la visión interna repercute
en el corazón
si
amor a estos ver-
con tanta intensidad, que el
bosques y a estos
geles, a estos valles, a estos
lo identifique en una
ríos inunde todo mi ser y
misma de gracias al Dios su-
fusión y acción
149
Luis Astrana Marín.
A la caída de la tardehe hecho una visita al
pequeño casino de Antonio, que es el padre de
mi condiscípulo Eduardo, de quien ya te hablé,
y cuya aplicación conoces.
¡Por Dios! Pero ¿sabes lo que ha sucedido? Los
frailes han propuesto al muchacho que abrace la
vida religiosa. Y él ha aceptado.
Ya me temía yo esto. Conmigo también lo in-
tentar o d; pero fué para ellos mi negativa un fra-
caso lamentable. «Otros y más altos son mis
ideales», les dije, y como ya conocen mi tempe-
ramento, no insistieron.
Sólo un fraile, dándome una palmadita en el
hombro y mirándome al rostro, dijo:
— Mucho lo siento. Porque tú tienes cara y
aspecto de genio, de santo o de ladrón.
Yo le contesté que las tres cosas me parecían
una y la misma, y él se echó a reir de mi inge-
niosa burla, exclamando:
— Este muchacho no toma las cosas en serio
y no se puede hablar con él.
Eduardo me ha contado que está gozoso, y
sus padres no caben en sí de satisfacción.
Mas yo no me puedo explicar a qué obedece
este contento. Y más sospecho que Antonio, que
vive con estrecheces, va perdiendo con que se le
marche este hijo, que, perpetuamente en el con-
vento no será para sus necesitados progenitores
de utilidad ninguna en la vida.
150
La vida en los conventos.
* * +
153
Luis Astrana Marín.
12 de julio.
* *
16 de julio.
4» * 4»
i 7 de julio.
25 de julio.
164
»
166
La vida en los conventos.
no
La vida en los conventos,
174
La vida en los conventos.
* 4» *
1.° de agosto.
175
Luis Astrana Marín.
En estas largas horas de ocio, desde cuando
el sol calienta hasta que declina la tarde, ¿qué
mejor ocupación que mis libros?
La siesta no me agradó nunca. Sólo la noche
se hizo para dormir, según entiendo.
Si alguna vez, por excesivo cansancio, dormí
la siesta, quedé luego muy arrepentido.
Me levanto sudoroso, de carácter agrio y mal-
humorado, no se puede hablar conmigo y ya
no hago nada de provecho durante el resto del
día.
Si fuera buen discípulo de los conventuales
sería la siesta la dama encantadora de mis pen-
samientos.
Únicamente me desorienta el considerar cómo
pueden vivir los frailes tan cómodam ente y de-
rrochar tanto dinero, que no se privan de nada,
no trabajando nunca y durmiendo muchas ho-
ras.
Es preciso acelerar la vida, tan corta y tan
larga al mismo tiempo.
Aristóteles cree que la felicidad es una espe-
cie de energía, y lleva razón.
Energía, salud, puntualidad y tenacidad son
los pilares en que descansan nuestros éxitos.
Pereza, indolencia, irresolución, fatalismo,
son los compañeros de nuestros fracasos.
Dicen que lapuntualidad es la urbanidad de
los reyes. ¿No será también la de los subditos?
17G
La vida en los conventos.
ven de auxilio.
Viant aut inveniam aut faciam, era la máxi-
ma de Sidney; «hallaré o me abriré camino >.
¡Querer es todo!
La perseverancia es la energía habitual, y la
perseverancia en el trabajo, juiciosa y constan-
temente aplicado, se convierte en genio.
El éxito en la remoción de los obstáculos con-
sisteen la siguiente ley de mecánica: la mayor
fuerza disponible concentrada en un punto dado.
178
Luis Astrana Marín.
4» 4» 4»
11 de agosto.
* * *
20 de agosto.
* * #
23 de agosto.
* *
196
La vida en los conventos.
6 de septiembre.
8 de septiembre.
cudriñadora y precavida.
Es uno de esos hombres complejos, pero cuya
alma e intenciones aparecen claras y patentes
hasta para el menos perspicaz psicólogo.
Este hombre vivirá feliz con su sarcástica son-
risa; será siempre impenetrable para los pacífi-
cos moradores del pueblo; su presencia cauti-
vará y agradará en todas partes. Dirán de él mil
chismes a su espalda, pero de todos tendrá siem-
pre las zalemas.
Es el prototipo del hombre listo, con resabios
de abogado de tercera clase, de semblante ri-
sueño y de resolución fría.
202
La vida en los conventos.
211
EL ADIÓS AL CONVENTO
Resúmenes.
213
Luis Astrana Marín.
¡
La vida en los conventos.
Episeópolis.
224
La vida en los conventos.
El seminario.
—
Las sobras del convento que, como antes
dije, se daban a los pobres en soberanas calde-
ras, que apuraban a la entrada de los pórticos
estos desperdicios, digo, hubieran sido para los
colegiales de San Pablo los manjares más ex-
quisitos, los faisanes más delicados, las más ri-
El pégimen interno.
]Wi «yo».
240
La vida en los conventos.
J
La vida en los conventos.
247
H
CONFESIONES EPISTOLARES
12 de octubre.
* * *
249
Lilis 'As t rana Marín.
13 de octubre.
14 de octubre.
* * *
16 de octubre.
* *
251
Luis 'Asir ana Marín.
18 de octubre.
4» 4» 4»
19 de octubre.
4» 4» 4»
252
La vida en los conventos.
21 de octubre.
* * 4»
23 de octubre.
* * *
25 de octubre.
21 de octubre.
* * *
255
Luis Asi rana Marín.
28 de octubre.
•*• V V
30 de octubre.
T V T
1.° de noviembre.
* * *
15 de noviembre.
* * «i»
18 de noviembre.
*p *i* t*
261
Luis 'Astrana -Marín.
15 de febrero.
* 4» 4»
21 de marzo.
Amigo Escamillo:
Ven por casa de Carmen. Que no te vea na-
die.Está con nosotros el gran Zarazo, ¿sabes?
El gran Zarazo. El obispo, como si dijéramos.
Tráete a Sinforosa. Todos amigos.
A las ocho en punto. No faltes.
Tuyo: «Aparicios
24 de marzo.
10 de abril.
4» 4» 4»
15 de abril.
2G4
Luis As t rana Marín.
4. 4. $
25 de mayo.
28 de mayo.
4» * 4
29 de mayo.
4» * *
3 de junio.
267
Luis Asi van a Marín.
11 de junio.
•g* •$# 4.
23 de junio.
28 de junio.
3 de julio.
269
Luis As t rana Marín.
* *
5 de julio.
«fr <• +
7 de julio.
tgi 4» 4*
10 de julio.
4» 4»
11 de julio.
• *
273 18
Luis Asírana Marín.
13 de julio.
¡Diablo!
Tanto decir que asistiera a misa y me
encon-
tré solo esta mañana en la iglesia de Santa
Cruz. No vuelvo.
* * *
16 de julio.
4» 4»
2 de agosto.
$ $ •$•
25 de agosto.
10 de septiembre. .
.
15 de septiembre.
Escamillo no le ha entendido.
277
Luis Astrana Marín.
10 de octubre.
<« •> *
15 de diciembre.
+ *
278
í
La vida en los conventos.
26 de marzo.
Querido tío:
¡Ha sucedido una cosa horrible!
Cuando llego seminario está la Policía
al
guardando sus- puertas, y difícilmente he podido
penetrar.
Los teólogos sorprendieron anoche a los su-
periores en las celdas de los escolares de más
corta edad.
Según más
autorizada, a altas ho-
la versión
ras de la noche oyéronse agudísimos gritos
procedentes de las celdas de los estudiantes de
latín.
Puedes imaginarte lo sucedido. Han declarado
cosas infames estos pequeñuelos.
Los tales frailes no se dedicaban sino a for-
zarlos.
Inmediatamente, los teólogos e internos más
viejos han pretendido lyncliar a los superiores,
y ha habido carreras por los claustros y tiros
hasta por los tejados. Es un escándalo formida-
ble, cuyos rumores llegan ya a la población.
Los superiores han huido no se sabe por
dónde ni adonde.
No he de advertirte la que se va a armar
cuando la ciudad se entere.
En este momento llega el Obispo. Va llorando
su ilustrísima y está desconsoladísimo.
279
La vida en los conventos.
27 de marzo.
28 de marzo.
a coces.
La Prensa no dice nada del asunto.
A última hora se disfraza lo ocurrido y corre
el rumor de que se clausura el seminario por-
que se ha declarado una epidemia.
Es el colmo de la desfachatez.
Aquí ha terminado mi vida escolar, queri-
do tío.
Son muchas las causas que me obligan a no
continuar.
* * *
282
La vida en los conventos.
3 de marzo.
* * +
283
La vida en los conventos.
285
^fe^s
ÍNDICE
Páginas.
Semblanza -
A.— En mi celda ±-
Mi vocación 21
El examen de ingreso
La novatada -jO
La disciplina ^
El convento ^
B. — La clase de latín
El cepo
gQ
Los cenobitas se atormentan 73
C— Los revoltosos novicios 81
Caitas a mi tío gg
Las vacaciones 94
D. — La enseñanza monástica
117
Mi fiebre de estudios 128
E. — De mi álbum
1 35
F. — El adiós al convento: Resúmenes 213
G.— En el seminario: Episcópolis
índice.
Páginas.
. 228
El seminario
*°w
El régimen interno
,,. 238
Mi «yo»
La clase de Teología
94-9
H— Confesiones
_ .,
epistolares
284
Evocación
288
> University of Toronto
LO
53 CQ Library
01
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