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EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON

El curioso caso de Benjamin Button es otro de los cuentos del escritor norteamiericano Francis
Scott Fitzgerald, y el que da nombre a la antología en que se recopilan sus ocho relatos más
importantes. Ésta lleva el nombre de El curioso caso de Benjamin Button y otros cuentos de Francis
Scott Fitzgerald.

Sin embargo, la escueta novela fue inicialmente publicada en la revista Collier  (el 21 de mayo de
1922), y a posteriori se incluyó en su libro Tales of the Jazz Age.

Como otros muchos autores, Fitzgerald critica la sociedad de su época, una sociedad caracterizada
por la falta de valores, donde la reputación y las apariencias son el eje central. Para la realización
de tal sátira el autor se vale de un singular personaje, al que dota de una particular y fantástica
historia.

Dicha narración debe ser entendida sin olvidar que durante su elaboración el autor se encontraba
en plena crisis matrimonial, hecho que se trasmite en la descripción de la mujer del protagonista.

El argumento gira entorno un único personaje principal, Benjamin Button, un hombre que nace
anciano y que va rejuveneciendo con el paso de los años. Este proceso de crecimiento inverso al
del resto de los seres humanos le permite tener una visión distinta del mundo en que vive, visión
irónica que trasmite el autor y de la que hace uso para criticar ese ambiente en el que él mismo se
desenvuelve, y que desprecia.

La historia se inicia con una breve introducción que apela directamente al lector y lo sitúa en el
relato, mediante los sentimientos del señor Button (quiere tener un hijo varón y que vaya a Yale) y
la descripción de la acomodada situación de la familia (“estaban emparentados con los señores de
tal y de cual”). Después de tan justa introducción, se comienza a relatar el significado del
nacimiento de Benjamin.

Desde el principio se observa ironía, sarcasmo y crítica social. El médico y el personal del hospital
son individuos extremadamente histriónicos, preocupados por su reputación y la de la clínica,
faltos de escrúpulos o empatía alguna con los padres del recién nacido.

El padre del neonato no se salva, aunque después se le describe como un hombre un tanto rudo y
cabezota que llega a querer y a acostumbrarse a este extraño hijo, al que intenta seducir con los
juegos y placeres de los niños de su edad.

Pero el protagonista no puede realizar las mismas actividades que aquellos nacidos en su mismo
año, y tampoco le interesan, pues ya nace con el cerebro desarrollado y con la capacidad de
raciocinio y de articular palabra.

Todo esto induce a cuestionarse si no será todo lo que hacemos una mera convención social,
sobre todo cuando el progenitor le compra soldaditos de plomo, trenes de juguete, o animales de
algodón.

La madre de Benjamín no es significativa, aspecto a destacar dado que las mujeres en las
narraciones de Scott Fitzgerald suelen tener cierta importancia.
En general, la mayoría de los personajes con los que Benjamin Button se relaciona, son egoístas e
hipócritas, incluso su mujer e hijo. Un ejemplo extremo de dicha falsedad se da cuando el general
Moncrief (padre de su mujer) se reconcilia con él cuando le da una cantidad de dinero para que
publique una historia sobre la Guerra de Secesión.

Trascurridos unos años desde el momento de su boda, Benjamín se alista en el ejército, harto de
su mujer. Al regresar, su vida se le antoja todavía más deprimente. Continúa rejuveneciendo,
asustado, y acaba conviviendo con su hijo, hasta que se convierte en un bebé, momento en que
pasa a estar al cuidado de una niñera. Poco después fallece.

Durante el trascurrir de estos acontecimientos, se muestran los pensamientos inocentes, la rabia,


la impotencia, las iniquidades a las que es sometido Button, con un estilo sencillo y plano, pero a la
vez romántico y que despierta la ternura, la ira y la pena (en el caso de los sucesos de la
universidad).

Se llega a apreciar, a querer, en tan corta novela, al protagonista, cargado de inocencia. Frases
como “a Benjamin los cincuenta le parecían una edad gloriosa” que llega a poseer bajo el aspecto
de un hombre de esa misma edad, provocan una sonrisa.

La escritura de Scott Fitzgerald tiene asimismo su lado cómico, cuando relata por ejemplo,que la
gente comparaba al hijo de Roger con su abuelo a la hora de establecer un parecido con algún
miembro familiar (como es costumbre incluso todavía).

La fantasía y el irrealismo se encuentran presentes a lo largo de todo el cuento. Sin embargo, la


historia resulta extremadamente verosímil, mérito de su autor a considerar.

Recientemente se ha realizado una adaptación cinematográfica de El curioso caso de Benjamin


Button, dirigida por David Fincher y protagonizada por Brad Pitt. Pero la historia dista de
parecerse, pues tan sólo mantiene la idea del envejecimiento a la inversa.

Otra curiosidad relacionada con el mundo del cine y Scott Fitzerald, es que Gregory Peck
interpretó al escritor en Días sin vida. Malcolm Gets lo hizo en La señora Parker y el círculo vicioso.

Así pues, puede decirse que el influjo de El curioso caso de Benjamín Button ha sido considerable,
puede que por su crítica o tal vez por su originalidad. Pero lo que sí es cierto es que pone de
manifiesto aquello que decía Mark Twain: “es una lástima que el mejor tramo de nuestra vida esté
al principio y el peor al final”

Publicado por Águeda Almudena en lunes, febrero 22, 2010   

Etiquetas: Castellà, Literatura universal

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