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Frente a un incendio en altura, es clave contar con vías de evacuación expeditas y un eficiente
sistema de detección y alarma.
Recomendaciones:
Escaleras presurizadas, al contener una corriente de Escaleras abiertas, con al menos uno de sus costados
aire en su interior impiden que el humo ingrese a éstas. abiertos, a las cuales pueden ingresar humos y gases
Utilizan sistemas mecánicos de impulsión de una tóxicos generados por un incendio. Por tanto, no pueden
corriente de aire con una presión, la que se hace considerarse vías de evacuación sino una vía de
ingresar al interior de la escalera por aberturas a lo largo circulación complementaria que puede servir para
de la escalera o en algunos puntos de ella, permitiendo evacuar, pero en otro tipo de emergencias.
aislar ese interior.
En complemento, los paramentos que definen la
escalera son resistentes al fuego y cuentan con
iluminación de emergencia además.
Redes Húmeda, Seca
Son los sistemas que, en caso de incendio, proveen de agua, tanto a los ocupantes de un
edificio, para el control incipiente del incendio, como a Bomberos durante la extinción del mismo,
una vez ya declarado.
Red Húmeda:
Manguera de 25 m de largo y 25 mm de ancho, enrollada en un carrete, que permite
aplicar agua en cantidades limitadas y presión baja.
Sirve a los ocupantes de un edificio para controlar incendios fuegos pequeños, muy
acotados y en sus primeras etapas, evitando su propagación.
Esta Red debe estar fácilmente disponible en edificios públicos o en aquellos de 3 o más
pisos, y funcionar en forma autónoma, con al menos dos salidas en forma simultánea.
Red Seca:
Diseñada exclusivamente para ser usada por Bomberos y sus equipos.
Consiste en una cañería metálica de mínimo 100 mm, que debe instalarse
obligatoriamente en edificios de 5 o más pisos, con entradas en el acceso y en cada piso.
Su diseño y montaje requiere cumplir normas técnicas específicas.
Todo proyecto constructivo, en particular los edificios de altura, deben contar con adecuados
sistemas de protección contra incendios, los cuales se agrupan en “Protección pasiva” y
“Protección activa”.
Protección Pasiva
Es el uso adecuado de materiales de construcción, que resistan el fuego o retrasen su
avance, evitando un colapso estructural.
Su objetivo es detener, controlar o disminuir los efectos de un incendio ya declarado.
Se acredita mediante ensayos realizados a los sistemas constructivos.
Considera, por ejemplo, ancho y calidad de muros y divisiones, instalación de puertas
contra incendios, escaleras presurizadas, y el uso de materiales ignífugos o resistentes a
altas temperaturas.
Protección Activa
Permite detectar, comunicar y/o disminuir el incendio antes que llegue a declararse
totalmente.
Elementos que detectan y comunican cuando el humo a las llamas se inician
Existen elementos que evitan la propagación de las llamas iniciales (extintores,
aspersores de agua y mangueras en los pisos).
Conocer, mantener y mejorar los sistemas pasivos y activos contra incendio, debe ser una
prioridad en todo edificio.
Hay que recordar que frente al incendio, las medidas más efectivas de seguridad son aquellas
analizadas y previstas con antelación, para el resguardo de ocupantes o visitas de un edificio.