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Guillermo Eduardo Murillo Tirado/ 201821553

Exacerbación de los Roles de Clase en las Redes Sociales

Este ensayo tiene como propósito principal analizar la afectación y refuerzo de las redes sociales
en los roles de clase normativos. Para ello, se tomará como punto de partida la teoría de clase de
Pierre Bourdieu y posteriormente se analizará como las redes sociales se acoplan a esta teoría.
Bourdieu plantea que las clases sociales se definen a partir de tres diferentes nociones de capital:

 Capital económico: capital material en términos de dinero, propiedades, y demás activos.


 Capital social: el acumulado de oportunidades que surge por pertenecer a una comunidad
y el capital económico acumulado de la misma.
 Capital cultural: aspectos sociales que distinguen a las diferentes clases sociales entre sí.
Actitudes que caracterizan a una clase social de otra; forma de vestirse, hablar, comer,
prioridades, etc.

El componente social en las redes es innegable, y es aquí donde podemos ver como el capital
social es la piedra angular de las estas plataformas. En las diferentes redes sociales uno puede
pertenecer explícitamente a una comunidad (como a grupo de Facebook), pero más allá de eso,
las comunidades más importantes son las que se crean alrededor de cada uno de los individuos.
Los usuarios pueden mostrar su día a día, sus opiniones y gustos con facilidad, por ende, la idea
de que pueda existir una comunidad detrás de cada individuo es alucinante. Esta comunidad
egocentrista funciona a partir de una retroalimentación positiva (entre más seguidores tengo, más
seguidores puedo obtener y más personas pueden ver mi contenido). Esto plantea un cambio
paradigmático en la noción de capital social, ya que las oportunidades no solo nacen de
pertenecer a una comunidad, nacen también de tener una comunidad alrededor de uno. Entre
mayor sea el número de seguidores que tiene una persona: mayor alcance tiene su voz, mayor es
su poder y responsabilidad social, pero más importe, se ve en la posibilidad de subsistir a partir
del contenido que sube a la red. El contenido de estas personas, luego, se ve obligado a
responder a los mecanismos inherentes de cada plataforma y a los requisitos de sus
patrocinadores; claro es el ejemplo de los creadores de contenido en YouTube, donde debido a la
plataforma, les es mucho más rentable hacer un video de diez minutos diario que uno de mayor
duración semanal. Si se mira el capital social estrictamente desde la perspectiva de Bourdieu, no
existe evidencia concisa que las redes digitales impulsen la creación nuevo capital social como
indican Yates y Lockley (2018) “ninguno de estos estudios pueden claramente evidenciar si el
uso de las redes sociales incitan a la creación de capital social (…) sin embargo todos subrayan
la posibilidad de que las diferentes redes sociales pueden ayudar y potencialmente intensificar
lazos digitales y por ende capital social existente”. Ahora, a sabiendas de esto, es importe hacer
hincapié en las oportunidades subyacentes de las comunidades egocéntricas y el tipo de
contenido que las plataformas invitan a publicar. Si se entiende el tipo de contenido que se
publica, y el origen de dicho contenido podremos evidenciar la relación entre las redes y el
capital económico y cultural.

Por diseño las redes sociales invitan a publicar contenido llamativo, esto va de la mano con el
concepto de mercantilización. En síntesis, las redes terminan creando un mercado donde los
mismos usuarios son la mercancía a la vez que los compradores, y la moneda son los likes,
follows (símbolos que representan el acogimiento o rechazo de una publicación). Si se toma esto
en cuenta junto a al flujo boyante de información, es natural pensar que las personas con el
mayor número de seguidores terminan determinando el contenido que es consumido en la
plataforma. Esto se debe a la necesidad inherente en la redes a ser destacado, luego, si existe una
tendencia que es bien recibida es natural que el contenido en su mayoría se acople a ella. Por lo
anterior, para poder analizar la manera en que las redes sociales afectan los roles de clase es
imperante poder analizar el contenido que suben los artífices de las redes y la clase de contenido
que invitan a publicar. Si uno se fija en las páginas de Instagram con mayor número de
seguidores, muchas de ellas son una oda a la opulencia. La misma página de Instagram (página
con el mayor número de seguidores en la plataforma) muestra a diario imágenes de persona
portando ropa extravagante y paisajes del sueño lejos del alcance de muchos. Por otra parte
encontramos los canales de video-blogs de YouTube; aquí no necesariamente se ve una
extravagancia insulsa (aunque muchas veces sea el caso), la simple existencia del video-blog
diario crea una venta a un estilo de vida ajeno a la mayoría de los usuarios. Este estilo de vida
que se presenta (moderado en gran parte por la por los mecanismos de YouTube) es en gran
parte el reflejo de una vida de clase alta; una vida en la cual no necesariamente se tiene mucho
dinero, pero se tiene dinero por el cual no se tuvo que trabajar. Claro está que subir contenido a
las diversas plataformas es un trabajo, requiere tiempo y demás recursos, pero no se presenta de
esta manera. Se podría decir que es algo similar cuando se separa el producto de la fuerza de
trabajo que lo produjo. Luego en última instancia se conserva la idea de que cualquiera puede
llegar a tener el estilo de vida presentado en las redes, sin embargo invita a la quietud, a que
invariablemente sigamos mirando por esa venta, por el espejo negro de nuestras pantallas.

La afectación de que tienen las redes sociales al capital cultural, es una vía de doble sentido. De
por sí, la frecuencia y magnitud con la que se usan las redes sociales esta mediado por el capital
cultural, como los demuestran Yates y Lockley (2018) en su ensayo. Se evidencia que el uso de
las redes sociales es directamente proporcional a la clase social del usuario. Por otra parte,
también las redes sociales, debido a que las redes refuerzan lazos sociales creados, invitan a que
las diferentes clases sociales hagan parte de las mismas actividades culturales que están
predispuestas a hacer parte. No obstante, al igual que con el capital social, las redes sociales
introducen otro componente al capital cultural. A partir del concepto de culturas terciarias de
Casmir se puede ver como el capital cultural muta debido las redes sociales; “las culturas
terciarias se forman cuando los individuos de dos o más culturas crean una nueva cultura híbrida
que contiene componentes de cada cultura individual mientras se desarrollan características
culturales únicas” (McEwa & Sobre-Denton, 2011). Estas culturas terciarias digitales vienen
siendo un resultado natural de las redes, resultado del contacto de culturas en un espacio
mediado por tendencias. Sin embargo, la creación de estas culturas terciarias en gran medida se
ven influida por las personas con mayor número de seguidores. Por ende si el capital cultural
que proveen las redes sociales en gran medida resulta proviniendo de clases sociales altas las
culturas terciarias vienen siendo mediadas por las imágenes éxito y banalización del hecho de
tener oportunidades. Si en las redes sociales se invita a la opulencia es natural que se vea
reflejado en el capital cultural de los seguidores de estas persones que se cree una cultura del
despilfarro.

En conclusión, vemos que las redes sociales refuerzan las roles de clase normativos, como es el
caso del capital económico y cultural, donde debido a las dinámicas que presentan las
plataformas el contenido con mayor aceptación es uno extravagante o por lo menos sinuoso. A
su vez, encontramos que el capital social, y capital cultural se deben de redefinir a partir de la
introducción de las redes sociales. Por una parte las oportunidades nacen de tener una comunidad
alrededor de uno, no solamente de pertenecer a una; y por otra, el capital cultural se debe de
adaptar a la idea de que es posible tener un primer acercamiento a las vidas de las clases sociales
altas (así sea únicamente un sombra de la realidad). Sin embargo todas estas observaciones en el
presente texto se presentan en gran medida son conjeturas, para realmente tener un sustento
solido se necesita ver dichos hechos de forma empírica con estadísticas (si no es que llevar un
estudio detrás de la tesis).

Bibliografía:

S. Yates & E. Lockley (2018). Social media and social class. Recuperado de:
http://shura.shu.ac.uk/18741/3/Lockley-SocialMedaiAndSocialClass%28AM%29.pdf

R. Dylan (2017). Bourdieu’s Class Theory The Academic as Revolutionary. Recuperado de:
https://sociology.berkeley.edu/sites/default/files/faculty/Riley/BourdieuClassTheory.pdf

B. McEwan & M. Sobre-Denton (2011). Virtual Cosmopolitanism: Constructing Third Cultures


and Transmitting Social and Cultural Capital Through Social Media.

M. Hopson, B. Hart & G.C. Bell (2012). Meeting in the middle: Fred L. Casmir’s contributions
to the field of intercultural communication.

Wenhong Chen (2015). Mediatizing the network model of cultural capital: Network diversity,
media use, and cultural knowledge along and across ethic boundaries.

Zamora J. (2018). Guy Debord 2.0: hacia un análisis de la mercantilización de la subjetividad en


las redes sociales.

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