Está en la página 1de 84

EXIGENCIA DE

PUREZA Y
CANNABIS SATIVA
PÁG. 3/19
Y salud publica

LUGAR DE
RECLUSIÓN COMO
AGRAVANTE EN LA
LEY 20.000
PÁG.7 /34

ANIMUS DETINENDI
EN EL PORTE DE
ARMA DE FUEGO
PÁG. 11/38

DESACATO
CONTINUADO
PÁG. 15/55

AGOSTO – DICIEMBRE 2016 LEX TERTIA Y


AGENDA CORTA
PÁG 73

BOLETÍN DE
FALLOS
Unidad de Estudios

RELEVANTES Regional
DEFENSORÍA PENAL
PUBLICA
Región De Coquimbo
Comentarios y Jurisprudencia
Contenido
PRESENTACIÓN................................................................................................................ 4
COMENTARIOS................................................................................................................. 5
I.- EXIGENCIA DE PUREZA Y CANNABIS SATIVA......................................................5
PLANTEAMINETO DEL PROBLEMA........................................................................5
POSICIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO...................................................................5
POSICION DE LA DEFENSA.....................................................................................7
II.- LUGAR DE RECLUSIÓN COMO AGRAVANTE EN LA LEY 20.000.......................9
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA........................................................................9
POSICIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO...................................................................9
POSICIÓN QUE HA SOSTENIDO LA DEFENSA....................................................10
OTROS ASPECTOS A CONSIDERAR....................................................................11
III. – ANIMUS DETINENDI EN EL PORTE DE ARMA DE FUEGO..............................13
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA......................................................................13
TRATAMIENTO DEL PORTE DE ARMA DE FUEGO CON ANTERIORIDAD A LA
LEY 20.061...............................................................................................................13
MODIFICACIÓN A LAS FIGURAS PENALES DE PORTE Y TENENCIA DE ARMA
DE FUEGO POR LA LEY 20.061 Y JURISPRUDENCIA POSTERIOR...................14
IV.- DESACATO CONTINUADO..................................................................................17
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA......................................................................17
LA CONSIDERACIÓN TRADICIONAL DEL DELITO CONTINUADO Y SU
APLICACIÓN POR LA JURISPRUDENCIA.............................................................17
APLICACIÓN DE LA DOGMÁTICA DEL DELITO CONTINUADO A LA FIGURA
PENAL DE DESACATO...........................................................................................18
EL FALLO DEL TOP DE OVALLE DE 26 DE SEPTIEMBRE DE 2016...................20
ANEXO DE SENTENCIAS................................................................................................21
I.- EXIGENCIA DE PUREZA Y CANNABIS SATIVA....................................................21
1.- Absuelve del delito de trafico en pequeñas cantidades relativo a cannabis
sativa por falta de acreditación de la pureza (CA La Serena, 2016.10.28 ROL
405-2016)................................................................................................................. 21
2.- CA de La Serena rechaza recurso de nulidad del MP: la falta del informe de
pureza de la droga en el tráfico de pequeñas cantidades permite absolución del
imputado (CA La Serena, 2016.12.05, rol 443-2016).............................................25
3. - CA de La Serena rechaza recurso de nulidad del MP: la falta del informe de
pureza de la droga en el tráfico de pequeñas cantidades permite absolución del
imputado (CA La Serena, 2017.01.23, rol 531-2016).............................................31
4.- CA La Serena confirma sentencia que condena a imputado por tráfico en
pequeñas cantidades de cannabis sativa sin informe de pureza (CA La Serena,
2017.01.24 ROL 22-2017)........................................................................................34
II.- LUGAR DE RECLUSIÓN COMO AGRAVANTE EN LA LEY 20.000.....................36
1.- Corte acoge recurso de nulidad interpuesto por la defensa. Reconoce
errónea aplicación de agravante especial del art. 19 letra h) de la ley 20.000 a
interno cumpliendo condena (CA La Serena 08.08.2016 rol 259-2016)..............36
III.- ANIMUS DETINENDI EN EL PORTE DE ARMA DE FUEGO................................40
1. - TOP absuelve porte ilegal de arma por no concurrir el elemento del tipo:
animus detinendi (TOP Ovalle 2016.08.26 rol 134-2016)......................................40
2. - TOP absuelve por el delito de porte de arma prohibida, puesto que es
necesario más que la tenencia material momentánea (TOP La Serena
2016.09.02 rol 205-2016).........................................................................................48
III. - DESACATO CONTINUADO..................................................................................57
1. - TOP de Ovalle entiende configurado un delito de desacato continuado
respecto de imputado que concurre en tres oportunidades al domicilio de la
víctima pese prohibición judicial (TOP Ovalle 26.09.2016 rol 143-2016)............57
IV.- LEX TERTIA Y AGENDA CORTA.........................................................................75
1. - TOP de Ovalle adecua sentencia penal suprimiendo agravante de pluralidad
de malhechores por aplicación de ley penal más favorable (TOP Ovalle
2016.10.13 rol 145-2014).........................................................................................75
2. - TOP de La Serena rechaza adecuación en razón de dictación de la ley
20.931 no implica ley más favorable (TOP La Serena 2016.10.4 rol 198-2007)...78
Presentación
Estimados:

Ponemos a su disposición el presente boletín de fallos relevantes de la segunda


mitad del año 2016, agrupados, como de costumbre, en torno a algunos de los temas más
importantes sobre los que giran dichas decisiones jurisprudenciales.
En primer lugar, a próposito de las causas por presuntos delitos de la ley 20.000
se ha planteado discusión si la exigencia sobre la determinación de pureza de la
sustancia prohibida en la configuración del delito, que ya resulta pacífica en la
Jurisprudencia cuando la sustancia prohibida se encuntra constituida de pasta base de
cocaína puede también plantearse cuando se trata de hojas o partes fraccionadas de
especies vegetales de canabis sativa, que ha determinado sentencias absolutorias del
TOP de Ovalle así como recursos acogidos por la Ilma. Corte de Apelaciones de La
Serena.
También respecto de iícitios de la ley 20.000 se plantea el problema de
considerar dentro de la agravante especial del artículo 19 h de la ley si la comisiónde del
delito en un lugar de reclusión involucra tanto a quien transitoriamente se encuentran en
él o quienen lo ocupan de manera permanente y no se encuentran en situación de realizar
la acción típica de otro modo.
La severidad del legislador en delitos de la ley de control de armas ha llevado a
una mayor acusiosidad por parte de la Judicatura en la calificación jurídica de hechos que
tal ley reprime. De esta forma, la mera vinculación momentánea entre un sujeto y un arma
de fuego pasa a ser considerada insuficiente para la configuración del porte o tenencia de
arma de fuego no autorizada o prohibida.
La dogmática del delito continuado es aplicada por el TOP de Ovalle respecto del
delito de desacato. Los vínculos familiares y afectivos entre imputados y víctimas en
delitos de violencia intrafamiliar lleva a que repetidas situaciones de infracción de una
orden por parte del sujeto obligado no parezcan como infrecuentes en la práctica. De allí
la importancia de aplicar instituciones doctrinarias que impidan la exasperación de las
pemas por reiteración delictiva.
Las solicitudes de adecuación de pena por ley más beneficiosa en nuestra región
como consecuencia de la entrada en vigencia de la Ley 20.931, llamada de “Agenda
Corta Antidelincuencia” tuvieron diverso recibo por parte de los dos Tribunales de Juicio
Oral. Mientras el TOP de Ovalle consideró que la eliminación de la agravante de
pluralidad de malhechores traía como consecuencia la rebaja de la pena impuesta, el
TOP de la Serena, entendía que el establecimiento del marco rígido de pena y la creación
de una nueva agravante incluida en el el artículo 449 bis del Código Penal impedía la
rebaja ante la necesidad de considerar la ley previa y posterior en toda su aplicación, la
llamada doctrina de la lex tertia. No incluiremos en este trabajo comentario sobre el
particular remitiendonos a la Minuta elaborada por el DEP1, sino sólo un par de para dar
por conocido el estado de la discusión.

1
Defensoría Nacional. Departamento de Estudios, 2016, Aplicación de la ley penal y
procesal penal en el tiempo, Minuta redactada como consecuencia de la dictación de la
Ley 20.931. Disponible en https://decisia.lexum.com/dppc/cm/es/item/212518/index.do?
r=AAAAAQA5QVBMSUNBQ0nDk04gREUgTEEgTEVZIFBFTkFMIFkgUFJPQ0VTQUwgU
EVOQUwgRU4gRUwgVElFTVBPAQ
Atte.,
Erick Astudillo Canessa
Editor

Comentarios

I.- EXIGENCIA DE PUREZA Y CANNABIS


SATIVA2
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Desde hace un tiempo se viene discutiendo acerca de la exigencia establecida en


el Art.43 de la ley 20.000, sobre todo en lo que dice relación con drogas “duras”, tales
como la cocaína y la pasta base, las que con frecuencia suelen mezclarse en diversos
procesos químicos con otra serie de elementos, tanto para producir otros efectos como
para aumentar su gramaje a efectos de venta o distribución3.
Dispone el artículo 43 de la Ley 20.000 la obligación del Servicio de Salud en
orden a remitir al Ministerio Público un protocolo de análisis en el que “se identificará el
producto y se señalará su peso o cantidad, su naturaleza, contenido, composición y
grado de pureza, como, asimismo, un informe acerca de los componentes tóxicos y
sicoactivos asociados, los efectos que produzca y la peligrosidad que revista para la salud
pública”.
Los problemas interpretativos surgen a raíz de la naturaleza misma de la droga
denominada cannabis sativa, cuyo principio activo denominado Tetrahidrocannabinol
(THC) se da en la misma planta sin necesidad de adiciones con otros elementos
químicos, aun cuando suele practicarse, cada vez con mayor frecuencia, mezclas con
otras drogas señaladas en las listas que detalla el reglamento de la ley 20.000, para
aumentar su volumen y con ello obtener mayores ganancias con su venta al consumidor
final.4
La realidad del consumo ilegal de drogas demuestra que se realiza con
sustancias en las que rara vez se encuentran porcentajes elevados de pureza.

POSICIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO

Para el Ministerio Publico, la cannabis sativa, al ser consumida principalmente a


través de la inhalación de cigarros fabricados con las hojas y sumidades floridas que se

2
Comentario de don Rodrigo Paredes Domínguez, Postulante en Práctica Profesional
DPP
3
En este sentido, revisar Unidad de Estudios IV Región, Boletín de fallos relevantes,
Enero-Junio de 2016 (Nota del editor)
4
 JOSHI, UJALA (1999) Los delitos de tráfico de drogas II. Un estudio analítico del artículo 368 del
Código Penal ; Editorial Bosch, Barcelona, p. 103
extraen de la planta -que son secadas y molidas, pero que no atraviesan por procesos
químicos en los que se le agreguen distintos elementos o sustancias, sino que, a lo sumo,
por un procedimiento físico de aglomeración- (o que se denomina prensado), no estaría
sujeta a una modificación de la composición material intrínseca de la droga y, en
consecuencia, se seguiría manteniendo en sus condiciones vegetales naturales, es decir,
conservando su estado puro.
Debido a ello, las exigencias del protocolo del análisis químico de esta última
sustancia se satisfacen, según señala el MP, a efectos de dar por establecido el objeto
material del ilícito, con la identificación del producto, su peso o cantidad, naturaleza,
contenido y composición, así como la peligrosidad que reviste para la salud pública. La
determinación del grado de pureza, en el caso de la marihuana, no vendría a ser un
elemento de análisis necesario ya que, por el estado puro en que el estupefaciente es
consumido, no se presentaría la intervención de su condición natural con otras sustancias
que sirvan para aumentarlo o para modificar sus características o efectos.
El referido protocolo de análisis que describe el artículo 43 de la Ley N° 20.000
para el Ministerio Publico no estaría destinado a cumplir el rol de indiciario de
antijuridicidad material, dado que se encuentra regulado dentro del título referido a la
competencia de dicho organismo, específicamente dentro del párrafo sobre “medidas para
asegurar el mejor resultado de la investigación”. Los elementos allí enunciados y sobre los
cuales se debe pronunciar el Servicio de Salud -peso, cantidad, composición y grado de
pureza- solo le permitirían al juez un mejor conocimiento de las características de la droga
incautada, pero en ningún caso servirían para concluir que, dadas tales características, la
sustancia en cuestión -marihuana, en la especie- deja de ser tal.
Sostienen que ninguna disposición legal ni reglamentaria se pronuncia ni exige
porcentaje o composición alguna de la droga, bastando con identificar la naturaleza de la
misma conforme al reglamento para que concurra el objeto material del delito, y sin que
siquiera pueda considerarse este factor para la determinación de pena.
Finalmente, señalan que la norma del artículo 43 de la Ley de Drogas sería una
norma administrativa, que no integra en modo alguno el tipo penal y que, en
consecuencia, no habilita al tribunal para absolver ante la sola ausencia de una de sus
menciones, si el fiscal ha probado por otros medios la presencia del objeto material del
delito.
En este sentido se han pronunciado la Ilma. Corte de Apelaciones de Copiapó,
señalando que para la ley basta si se ha probado la existencia del principio activo, más si
se tiene en cuenta que para producir la marihuana se trituran y mezclan todas las partes
de la planta.
Para dicho Corte solo es necesario que en el referido protocolo conste la
presencia del principio activo THC, contenido en el artículo 1º del reglamento de la ley de
drogas, DS 565.
La Excma. Corte Suprema que ha sido vacilante al momento de sostener una
posición, ha seguido la postura que sostiene el ente persecutor en fallo Rol Nº 39.469-16
de fecha 4 de agosto de 2016 en que por decisión de mayoría rechaza recurso de
nulidad presentado por la DPP
Sostiene en esta sentencia que: “es posible advertir del texto del artículo 4° de la
ley del ramo transcrito, la pureza de la sustancia traficada no es una exigencia de ese tipo
penal ni tampoco indispensable para afirmar la antijuridicidad de la conducta que
describe, desde que basta para encontrarnos ante una sustancia prohibida que ésta sea
productora de dependencia física o síquica, sea o no capaz de provocar graves efectos
tóxicos o daños considerables a la salud, y que se encuentre incorporada en el
reglamento de la ley”, por lo que “De esta manera, la presencia de cannabinoles es
suficiente para calificar la sustancia como de aquellas que constituyen el objeto material
del delito de tráfico ilícito de drogas y para afirmar la puesta en peligro del bien jurídico
salud pública, cuestión que ocurrió en este caso según se probó con los protocolos de
análisis químico incorporados al juicio como prueba de cargo”.(Considerando 4°).
Específicamente, el fallo le atribuye otro rol al informe de pureza al indicar que si
bien el precepto alude a la pureza del estupefaciente, no lo hace a propósito de la figura
típica, sobre la cual el legislador sólo se refiere a una “pequeña cantidad” del alucinógeno,
de manera que “el elemento que en el informe se echa de menos tiene relevancia a la
hora de decidir si se está en presencia de un consumidor o de un traficante, criterio que
contempla el inciso final del artículo 4° de la Ley N° 20.000, incorporándolo como un
elemento de juicio más” (Considerando 5°).

Así también ha obrado, en Sentencias Rol 5730-2016 de 23 de marzo de 2016,


Rol Nº 12.198-15 de 7 de octubre de 2015, Rol 16.560-2016 de 9 de mayo de 2016, y Rol
N° 37.169-15 de 27 de enero de 2016.

POSICION DE LA DEFENSA

Para la defensa, existe un problema central en lo que dice relación con la


antijuridicidad material del hecho, que dice relación con el principio de lesividad. En tal
orden se sostiene que el bien jurídico protegido por el delito de tráfico de drogas es la
salud pública, entendido como la afectación del derecho de todos los habitantes de la
República a lograr el máximo desarrollo espiritual y material posible, el cual se ve
amagado por la eventual adicción de drogas prohibidas, de modo que este bien jurídico
inmediato se encuentra vinculado con el bien jurídico mediato consistente en la salud
individual.
Para que se configure el delito debe existir una afectación del bien jurídico. Dicha
afectación consiste, en este caso, en el peligro concreto que debe revestir la sustancia
estupefaciente de que se trate, para la salud pública, debiéndose considerar su
naturaleza, peso o cantidad, contenido, composición y grado de pureza.
En tal sentido el Art.43 de la ley 20.000 exigiría no solo la realización de un
protocolo de análisis químico de la droga, sino también que este se presente completo, en
relación a los tópicos que el mismo artículo describe.
Para la defensa, la circunstancia de que se trate la sustancia incautada de
cannabis sativa, aun cuando no pueda ser objeto de procesos químicos en que se le
agreguen otros elementos, no excluye de la necesidad de cumplir con la información
omitida, desde que el citado artículo 43 de la Ley 20.000 no estable excepción alguna.
Refuerza la idea, lo señalado en el artículo 41 del mismo cuerpo legal, disposición que
ordena, en términos generales, que las sustancias estupefacientes que sean incautadas a
que se refieren los artículos que indica, entre las cuales está la cannabis sativa, deberán
ser entregadas al Servicio de Salud que corresponda a fin de elaborar el análisis referido
en su artículo 43.
Un informe incompleto que no proporcione al juez información alguna acerca del
grado de pureza de la sustancia analizada devendrá en una sentencia absolutoria, en
razón a que la conducta del agente portador carece de aptitud para poner en peligro el
bien jurídico, elemento central de esta clase de delitos.
Sin un protocolo de análisis químico de la cannabis sativa o presentado de
manera incompleta resulta imposible determinar si ella tiene o no idoneidad o aptitud
como para producir graves efectos tóxicos o daños considerables en la salud pública y,
por ello no puede existir tráfico de sustancias estupefacientes o sicotrópicas.
En tal sentido se ha pronunciado la Ilma. Corte de Apelaciones de La Serena, Rol
405-2016, de 28 de octubre de 2016. Asimismo, ha resuelto favorablemente en
sentencias Rol 531-2016 de 23 enero de 2016, 443-2016 de 5 diciembre 2016.
La Exma. Corte Suprema ha dado su parecer en sendos fallos, en los cuales
destaca el Rol Nº 47.877-2016, de 20 de Septiembre de 2016, que desde la modificación
del ordenamiento el año 2015 “se insistió en la identificación de la salud pública como
bien jurídico tutelado por el delito descrito en la ley del ramo, al requerir del ente acusador
que pruebe en el juicio la peligrosidad para la salud colectiva de la sustancia específica
requisada, mediante el informe técnico que, entre otros elementos, debe expresar la
composición y grado de pureza del producto examinado. De modo que la ausencia de ese
dictamen o la falta en éste de todas las verificaciones requeridas por la ley, obsta a esa
acreditación y acarreará consecuencias relevantes en el Derecho Penal material”
(Considerando 11º)

Del mismo modo señala que “tratándose de la infracción penal en examen, su


lesividad consiste en el peligro concreto que debe revestir la sustancia estupefaciente
respectiva para la salud pública -objeto jurídico de protección- derivado de su naturaleza,
peso o cantidad, contenido, composición y grado de pureza.
En esta línea, ha resuelto esta Corte que si el informe regulado en el artículo 43
de la Ley N° 20.000 no estableció la pureza o concentración de la droga, sino únicamente
la presencia del estupefaciente, resulta imposible determinar si ella tiene o no idoneidad o
aptitud como para producir graves efectos tóxicos o daños considerables en la salud
pública y, por consiguiente, los hechos tenidos por comprobados no pueden ser
castigados como tráfico de sustancias estupefacientes o sicotrópicas. En ese sentido, la
carencia de informe sobre la pureza de la sustancia dubitada y su composición redunda
en la imposibilidad de adquirir la certeza demandada por el artículo 340 del Código
Procesal Penal respecto de la lesividad o dañosidad social de la conducta atribuida al
enjuiciado.
Que los anteriores raciocinios son igualmente aplicables en este proceso, en que
lo decomisado a los recurrentes corresponde a cannabis sativa, ya que aunque la
marihuana es singularizada como un estupefaciente que no sería objeto de procesos
químicos en los que se le agreguen distintos elementos o sustancias, la ley no atiende a
esta circunstancia para otorgarle una regulación especial. En efecto, el artículo 43 de la
Ley N° 20.000 no establece excepción alguna en cuanto a las sustancias a las que debe
realizarse el análisis químico, el que debe cumplir, entre otras exigencias, con el
señalamiento de su grado de pureza, de modo que el procedimiento técnico ha de
emplearse cualquiera que sea el estupefaciente decomisado. De contrario, el
requerimiento que el protocolo que se realice a la marihuana lo sea en idéntica manera
que a los otros estupefacientes es posible desprenderlo de lo previsto en el artículo 41 del
mismo cuerpo normativo, que ordena, en términos generales, que las sustancias y
especies a que se refieren los artículos 1º, 2º, 5º y 8º y, en su caso, las materias primas
empleadas en su elaboración –dentro de las que se encuentra la cannabis sativa-, que
sean incautadas en conformidad a la ley, deberán ser entregadas al Servicio de Salud
que corresponda a fin de elaborar el análisis de rigor, sin establecer exclusiones.
Lo anterior es concordante con la historia legislativa del artículo 43 recién citado,
puesto que allí consta que el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes
informó que la propuesta sugerida por el Ministerio Público la estimaba conveniente,
“porque permitiría mejorar la calidad de la información que emite el Instituto de Salud
Pública, al extender las exigencias que se hacen en el artículo 5° respecto de los
inhalantes a todas las demás drogas (naturaleza, contenido, composición y efectos
tóxicos)…”, referencia esta última que pone de manifiesto el carácter general de esas
exigencias e impide una discriminación entre sustancias estupefacientes para excluir
alguna del informe sobre pureza”. (Considerandos 13º, 14º)
Del mismo modo ha resuelto la ECS en fallos Rol N° 25.386-15 de 23 de
diciembre de 2015, Rol N° 22.730-15 de 23 de diciembre de 2015, Rol Nº 22.717-15 de 29
de diciembre de 2015, Rol Nº35.557-15 de 19 de enero de 2016 y Rol N° 35.558-16 de 1
de agosto de 2016.
.

II.- LUGAR DE RECLUSIÓN COMO


AGRAVANTE EN LA LEY 20.0005

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Los delitos cometidos por personas que se encuentran privadas de libertad, es un


tema de gran relevancia desde una perspectiva dogmática y criminológica y aún desde el
punto de vista de políticas públicas de seguridad, llegando así a cuestionarse, por
ejemplo, los resguardos que ejerce Gendarmería de Chile.
Uno de estos delitos es el tráfico de drogas. Si bien los reos no pueden tener
acceso a formas de producción de la sustancia ilícita, si es conocido que llegan a tener
acceso a tales sustancias aunque, en muchos casos, no se logre identificar de quien o a
través de qué medios logran obtener la droga.
Desde una perspectiva dogmática, el problema se proyecta en la agravante del
artículo 19 letra h) de la Ley 20.000 puesto que mientras para el Ministerio Público, dicha
agravante encontraría aplicación en los delitos de tráfico cometidos por los reclusos, para
la Defensa no debería aplicárseles pues no podrían elegir el lugar de comisión del delito,
al encontrase privados de libertad.

POSICIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO

Según el Ministerio Público6 la no consideración de la agravante cuando el tráfico


de drogas es cometido por reclusos significaría desconocer la verdadera finalidad de esta

5
Comentario de doña Melissa Castro Díaz, Postulante en Práctica Profesional DPP
6
SALAZAR, ANDRÉS, Fundamento de agravación de la pena en razón de cometerse
el delito en el interior o en las inmediaciones de un centro penitenciario, Unidad
Especializada de Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas,
Ministerio Público, disponible en
http://www.fiscaliadechile.cl/observatoriodrogaschile/documentos/publicaciones/articulo_1
9_h_ley_20000_fundamento_pena_AS.pdf
norma pues una de las principales razones que justificaría, siguiendo en esto al profesor
Jean Pierre Matus, sería la aglomeración de personas que se da al interior de los centros
penitenciarios7, por lo que la calidad del sujeto activo sería insustancial.
En el mismo sentido, Aravena sostiene que lo que especialmente sanciona el
legislador es “valerse de la multitud de personas que dichos lugares suponen, para
distribuir más fácilmente la droga, lo que implica por una parte, pasar inadvertido en el
tumulto y por otra “poner en riesgo” la salud de un mayor número de personas”8.
Incluso, se exportan argumentos de la doctrina española, a propósito de las
circunstancias agravantes establecidas en el Código Español 9; “el trafico dentro de la
cárcel es sancionado con la agravante pues perturba el proceso rehabilitador de la
reclusión provocando luchas internas entre los clanes constituidos para ostentar el control
sobre el resto de la población reclusa, lo que se traduce en agresiones, violaciones, de
unos contra otros, alterando de esta forma la organización administrativa y régimen de
convivencia del centro penitenciario exacerbando la ya de por si precaria situación de los
mismos, dada su masificación y falta de medios personales y materiales”10.
Otra de las razones es la feble situación psicológica y material de las personas
sujetas al cumplimiento de penas al interior de estos recintos las que los hacen ser un
grupo especialmente vulnerable a la adicción de las sustancias estupefacientes y
psicotrópicas, lo que ha ameritado una especial protección por parte del legislador11.
Con todo, el Ministerio Público considera que no es lo mismo traficar droga tras
las rejas que en libertad, puesto que el pequeño traficante de drogas al interior de un
recinto penitenciario, ha debido superar grandes barreras o escollos para hacerse del
objeto ilícito, su actitud entonces, lo que demuestra objetivamente una mayor voluntad
criminal12.

POSICIÓN QUE HA SOSTENIDO LA DEFENSA

La Defensa ha hecho hincapié al señalar que en la realización del delito se logra


advertir que la situación de privación de libertad no depende de la propia determinación
del imputado sino de la aplicación de una sanción penal, siendo improcedente la
aplicación de las circunstancias modificatorias de responsabilidad penal, tanto la especial
de la ley 20.000 como la genérica del Código Penal, cuando el sujeto activo no es un
sujeto externo al centro de detención o privación de libertad.

7
POLITOFF, SERGIO, MATUS, JEAN PIERRE, RAMÍREZ, MARÍA CECILIA, 2008, Lecciones
de Derecho Penal Chileno. Páginas 618 y 619
8
ARAVENA, PATRICIO, 1998, Evolución Jurisprudencial del tratamiento penal del delito de
tráfico ilícito de estupefacientes, Tesis de grado, Universidad de Talca, p. 228
9
El artículo 369 N° 1 Código Penal Español que aumenta la pena del tipo base en un
grado cuando la conducta se realice mediante la introducción o difusión de drogas en
establecimientos penitenciarios
10
GANZENMÜLLER/FRIGOLA/ESCUDERO. “Delitos contra la Salud Pública (II), Drogas,
Sustancias Psicotrópicas y Estupefacientes”.Página 317. Editorial Bosch. 1997.
11
SALAZAR, ANDRÉS, op. cit., p. 6
12
Ibíd
Así puede colegirse del ámbito de aplicación de la norma, que no resulta
razonable aplicar la circunstancia a la comisión de delitos realizados por sujetos que se
encuentran recluidos en dichos establecimientos, toda vez que carecen de la posibilidad
de elegir otro lugar para el tráfico. Esto, en primer lugar, en razón del principio de
inherencia del art. 63 inciso segundo y, en segundo lugar, porque las relaciones de tráfico
de los internos es esas circunstancias constituye un “fracaso- como acertadamente indica
-VALLE MUÑIZ/MORALES GARCIA- en el uso de las prerrogativas que la Administración
tiene a su disposición en el control del orden en el interior de la prisión” por lo que
aumentar excesivamente el marco agravatorio de estos hechos es “reconocer
expresamente una realidad que debería dar lugar a responsabilidades administrativas por
falta de controles idóneos y suficientes”13.
Dentro de los argumentos que esgrime la Defensa es necesario señalar que esta
circunstancia especial de agravación de la pena debe interpretarse al tenor de lo dispuesto
en el artículo 51 del mismo cuerpo legal, el cual señala: “Si la falta de que hace mención el
artículo anterior se cometiere en un lugar de detención, recinto militar o policial por personas
ajenas a él…”, es decir, aumentar el juicio de reproche respecto de aquellas personas
externas al centro de reclusión que hacen ingreso a éste portando droga, pues afecta el
normal desarrollo de las actividades dentro del Centro Penitenciario.
Los imputados en estos casos, no son ajenos al recinto penitenciario, toda vez que
se encuentran recluidos y por tanto su libertad ambulatoria ha sido restringida
coactivamente.
Por ello, el concepto de ajenidad a que se refiere el artículo 51 alude a personas
que tienen un grado de libertad ambulatoria que les permite ingresar y salir del recinto penal
y que pueden decidir el lugar donde cometen la infracción.
Por lo tanto realizando una interpretación de manera analógica in bonam partem las
disposiciones de los artículos 19 letra h) y 51 de la ley 20.000, sólo se puede agravar la
penalidad a las personas ajenas al recinto carcelario.
De igual manera se podría considerar que la aplicación del artículo 19 letra h)
vulnera el principio de inherencia contemplado en el artículo 63 inciso segundo del Código
Penal, que establece: “Tampoco lo producen aquellas circunstancias agravantes de tal
manera inherentes al delito que sin la concurrencia de ellas, no puede cometerse”. Puesto
que la agravante del delito deriva de las circunstancias concretas en que éste se comete,
que son impuestas por el Estado, atendido el carácter forzoso de la privación de libertad de
los imputados y que han quedado fuera del ámbito de decisión, y que por lo mismo no
pueden ser doblemente consideradas al momento de imponer la condena.
En este sentido, la circunstancia especial de agravación de pena de la norma
discutida, tiene como objetivo sancionar con mayor dureza el tráfico de estupefacientes
que puede causar efectos más graves en la salud pública, cuando el lugar donde se
cometen son espacios que por sus características se reúnen un gran número de personas.
El objetivo es castigar con más fuerza a aquellos que se aprovechan de las condiciones
que esos lugares presentan para cometer el delito.
Se debe considerar a las personas privadas de libertad como receptores pasivos
de la droga, que otros sujetos introducen en los centros penitenciarios, siendo estos
últimos quienes deben ser castigados con mayor dureza aplicándoseles el artículo 19 letra
h) de la ley 20.000.

13
CA La Serena 08.08.2016 rol 259-2016
Esto argumentos en su momento también reconocido por la Ilustrísima Corte de
San Miguel14, en que en lo pertinente se consigna lo siguiente: “Que, por lo señalado,
quien se encuentra privado de libertad en lugares de reclusión no puede ser sino el
receptor pasivo de las sustancias que otros introducen a esos establecimientos. Son estos
últimos, en consecuencia, quienes generan y son responsables de la peligrosidad
agravada de las figuras delictivas del párrafo 1° del Título 1° de la ley N° 20.000, y a
quienes, en consecuencia, es imputable el aumento de un grado de la pena establecida
en la letra h) del artículo 19 de la Ley N° 20.000” (Considerando 13°)

OTROS ASPECTOS A CONSIDERAR

Se ha debatido enormente respecto de la aplicación de esta causal en los casos


concretos, encontrandose sentencias de Cortes de Apelaciones tanto favorables para la
Defensa como para el Ministerio Publico, sin embargo lo que no podría llegar a dudarse
es respecto a que se debe considerar como lugar de detención o reclusión, puesto que la
Corte Suprema en la Sentencia Rol 16560 – 2016 RUC 1500191847-5, en dicho recurso
se argumentaba que la dependencia del gimnasio donde se realizan frecuentemente las
visitas no se debía considerar como centro de dentención pues se encontraba fuera de las
depencias de la Penitenciaria. Sin embargo la Corte Suprema estimo que estos lugares si
deben estar considerados en el interior del Centro de Detención Preventiva del Complejo
Penitenciario de Valparaíso, a lo que respecta al caso en comento.
Por ello como señala en el Considerando UNDÉCIMO “… la distinción que el
recurso formula entre dependencias destinadas a los internos se encuentran privados de
libertad y aquellas consideradas para el uso de sus visitas aparece como artificial y no
resulta admisible, toda vez que no se advierte cómo podría soslayarse la circunstancia
que ambas se encuentran físicamente en un mismo recinto bajo la tutela de Gendarmería
de Chile, suponen un control – al menos- de acceso y salida y están destinadas al uso
compartido de internos y sus visitas, de manera que las restricciones y prohibiciones
propias de los recintos carcelarios afectan también a los usuarios no privados de libertad
que, transitoriamente, los ocupen.”
Todo esto respecto de delitos de tráfico de droga cometidos por personas que
evidentemente no están privadas de libertad.

ES INTERESANTE ES SE SANCIONARÁ COMO UN CONCURSO IDEAL


DE DELITOS; LESIONES GRAVES Y CUASIDELITO DE HOMICIDIO”.EXPUESTO SE
SANCIONARÁ COMO UN CONCURSO IDEAL DE DELITOS; LESIONES GRAVES Y
CUASIDELITO DE HOMICIDIO”.

14
CA San Miguel 18.07.2007, rol 739-2007
III. – ANIMUS DETINENDI EN EL PORTE DE
ARMA DE FUEGO15
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Tradicionalmente, para la configuración del delito de porte de arma de fuego la


Jurisprudencia mayoritaria se había contentado con la sola aprehensión material de un
objeto que reviste las características indicadas en el artículo 2° o 3° de la Ley 17.798 con
la salvedad de exigir, la aptitud para el disparo como exigencia para la punición de tales
conductas.
Sin embargo, al parecer de la mano de las modificaciones experimentadas en la
ley de control de armas fundiendo los ilícitos de porte y tenencia de arma prohibida en una
sola figura penal, ha variado la forma de concebir la conducta asociada al porte de armas,
desvinculando de la sola materialidad y exigiendo que la prolongación de la acción típica
por un determinado espacio de tiempo asociándola, en ciertos casos, al denominado
animus detinendi.
El agravamiento de la punibilidad de estas conductas en las últimas reformas que
ha experimentado la Ley de control de armas mediante la eliminación de hipótesis
privilegiadas, el establecimiento de un marco rígido para la determinación de la pena
concreta en estos ilícitos y la exclusión de estos de las penas sustitutiva de la ley 18.216

Comentario de Erick Astudillo Canessa, Abogado Unidad de Estudios Regional, IV


15

Región
ha llevado a que temas asociados a la punibilidad de las figuras de la ley de control de
armas adquiera inusitada importancia.

TRATAMIENTO DEL PORTE DE ARMA DE FUEGO CON ANTERIORIDAD A


LA LEY 20.061

Antes de la dictación de la ley 20.061, la ley de control de armas – en adelante,


LCA- sancionaba en forma separada el delito de tenencia de armas de fuego sujetas a
control sin autorización pertinente (artículo 9 de la LCA), el delito de tenencia de armas de
fuego prohibidas (artículo 13 de la LCA), el delito de porte de armas de fuego controladas
sin autorización pertinente (artículo 11 de la LCA) y el delito de porte de armas de fuego
prohibidas (artículo 14 de la LCA).
Mientras el legislador describía la conducta típica en los dos primeros ilícitos
penales refiriéndose a los que “portaren” en los dos restantes el legislador se refería a los
que “poseyeren o tuvieren”, literalidad que llevó a la Jurisprudencia mayoritaria a
considerar conductas típicas bien diferenciadas.
Por una parte, las figuras de los artículos 9 y 13 de la LCA en su antigua
redacción, asociadas a la idea de la posesión tal como se vislumbra en el ámbito civil, es
decir, implicando una especie de señorío sobre la cosa con la correspondiente posibilidad
de disponer de ella, por lo que la Jurisprudencia entendía que la tipificación de la figura
penal cuya se satisface una “cuanto el sujeto activo mantiene consigo el arma en su
propia esfera de resguardo o control y puede disponer eventualmente de ella”, lo que
abarca naturalmente no sólo el acto material de mantener el arma consigo, sino que
también incluye el nexo sicológico que une al agente con el arma, vinculación que puede
tenerla no solo aquél que la detenta físicamente, “sino que también otras personas
distintas, que en calidad de co-partícipes, sepan de su existencia y estén dispuestos a
valerse de ella, todo dentro de una unidad de propósito delictual” (Considerando 4° Ilma.
Corte de Apelaciones de La Serena de fecha 21 de octubre de dos mil catorce Rol 346-
2014)
De otro lado, aparecían las figuras penales de los artículos 11 y 14 de la primitiva
LCA, en las que se asocia el verbo rector a una mera materialidad, tal como resulta de
relacionar el término empleado, el de portar, a la acepción que proporcionaba la RAE 16
que determina que “el tipo penal consiste en llevar o traer un arma fuera de los lugares
señalados, sin el permiso correspondiente”, como señalaba la Excma. Corte Suprema del
año 199917.
Este fallo ha sido citado con posterioridad en decisiones jurisdiccionales, como el
caso de fallo del 6° TOP de Santiago de fecha 17 de julio de 2006 para sostener que “del
contexto de la misma ley se puede concluir que ese conducta se presenta cuando una
persona lleva o trae el arma, no se requiere que exista un traslado del objeto en sí de un
lugar a otro, tampoco que la tenencia de la misma sea por un lapso largo de tiempo, sino
que sólo se requiere que la mantenga en su poder aunque sea un instante siquiera.”. En
sentido similar el TOP de Antofagasta18

16
EL Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española al termino portar en 2°
acepción era “Llevar o traer”, 22° Edición 2001, tomo II, p. 1807. Hoy en día, su 1°
acepción “Tener algo consigo o sobre sí” y su 2° acepción “Llevar, conducir algo de una
parte a otra”. Disponible en http://dle.rae.es/?id=TkxgBYI
17
CS 22.12.1999, rol de Corte 3742-1999
Pero la diferencia entre las hipótesis de tenencia de armas de fuego y de
portación de las mismas no se cimentaba en un mero análisis exegético de verbos
rectores que empleaba el legislador en uno u otro caso.
En efecto, como queda claro de fallo de la Excma. Corte Suprema 14-12-2004
Rol 423-2003 recaído en un recurso de casación penal se castiga a un sujeto que fue
sorprendido en la vía pública portando un arma de fuego para cuyo transporte no tenía la
competente autorización tanto por el delito de porte público de armas de fuego como de
tenencia de arma de fuego.
Señala el máximo tribunal que ambos son hechos típicos distintos pues “Es
evidente la diversa finalidad que cada figura delictiva persigue; ya que mientras la
exigencia contenida en el artículo 5º persigue un control efectivo por parte del Estado
sobre las armas de fuego que existen en el país, permitiendo una restringida tenencia de
ellas en la residencia, lugar de trabajo o aquel que se pretende proteger, la exigencia del
artículo 6º tiene por objeto evitar que personas porten armas fuera de los lugares
indicados en el artículo anterior sin permiso de las autoridades señaladas en el inciso
tercero del artículo 4”.

MODIFICACIÓN A LAS FIGURAS PENALES DE PORTE Y TENENCIA DE


ARMA DE FUEGO POR LA LEY 20.061 Y JURISPRUDENCIA POSTERIOR

Con fecha 6 de febrero de 2015 entró en vigencia la Ley 20.061 que efectúa
diversas modificaciones a la LCA y en lo que dice relación con la descripción típicas de
las figuras penales de tenencia y porte de armas de fuego refundiendo la tenencia y porte
de armas sujetas a control sin contar con las autorizaciones pertinentes en una sola figura
contemplada en el artículo 9° de la LCA y manteniendo la tipificación independiente
respecto de la tenencia de armas prohibidas en el artículo 13° de la LCA y el porte de
tales armas en el artículo 14° de la LCA (aunque asignándole la misma penalidad).
La nueva estructura del delito del artículo 9° de la LCA equipara conductas de
posesión, tenencia o porte de armas de fuego prohibidas, explosivos y elementos
accesorios para sancionarlas con la pena de presidio menor en su grado máximo y la
posesión, tenencia o porte de municiones y precursores de explosivos para castigarlos
con la pena de con presidio menor en su grado medio.
No es de extrañar entonces que en la reciente Jurisprudencia Regional exista
una tendencia a homologar las exigencias típicas de las hipótesis de porte de armas con
la de tenencia de éstas.
Así el TOP Ovalle, en fallo de fecha recaído en causa RIT 134-2016 absuelve a
los acusados por delito de porte de arma exigiendo la existencia de un “animus detenendi”
respecto de las armas, esto es su posesión en forma continua y posibilidad de disposición
de las mismas.
En el considerando 13° señala el tribunal que “Así las cosas, no ha resultado
entonces establecido, fuera de toda duda, la posesión de las armas de fuego atribuidas a
los justiciables, ya que el tipo penal por el cual se les acusó exige el animus detinendi
(“Análisis Dogmático del delito de posesión o tenencia ilegal de armas de fuego”, año
2.007, Tesis para optar al Grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Chile 19), esto es, el poseer las armas de fuego
en forma continua, disponiendo de las mismas, lo que en la especie no ocurre del
18
“Pudiéndose concluir del contexto de la Ley de Armas, que esa conducta se presenta
cuando una persona lleva o trae el arma, ya sea que la traslada de un lugar a otro, o
permanezca en un lugar y la mantiene consigo aunque sea un instante siquiera.”
(Considerando 5°) TOP Antofagasta 22.02.2008, RIT 260-2007
momento en que simplemente los encartados se encontraron con las armas de fuego y le
pidieron a un tercero que llamase a carabineros para que se las llevaran, no resultando
acreditada -fuera de toda razonable duda- la conciencia y voluntad en la posesión
atribuida por el acusador, lo que el propio señor fiscal con hidalguía reconoció en su
alegato de cierre; lo que obliga a desestimar los cargos por infracción a la Ley de Control
de Armas y Explosivos formulados en contra de ambos imputados.
Junto a las opiniones de la tesis citada, el fallo se apoya en las opiniones de los
autores Cea Cienfuegos y Morales Contardo20 y, asimismo, rescata un fallo de la
Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago, 16 de junio de 1.997, Rol 1.686-97 con
igual línea argumentativa21.
En sentido similar el TOP La Serena, en fallo de fecha de 2 de septiembre de
2016 recaído en causa RIT 205-2016, respecto de imputado acusado por delito de porte
de arma y homicidio frustrado, arma utilizada para el segundo hecho, el tribunal absuelve
por el delito de porte, entre otras razones delito requiere algo más que la mera tenencia
material momentánea.
En efecto, señala el tribunal que “mucho menos se pudo acreditar que tal
elemento haya estado en posesión, tenencia o porte a cargo del encausado en los
términos del tipo penal respectivo, ya que éste señaló que el elemento se encontraba en
el domicilio de sus parientes, detrás de un sillón, en el cual no vive, sin siquiera afirmar
que él lo había llevado hasta allí, por lo que su uso como medio para agredir a la víctima
sólo implica la existencia de una tenencia material momentánea y necesaria para utilizar
dicho elemento y en ningún caso se cumple con la exigencia de tipicidad respecto del
delito del artículo 14 de la Ley 17.798” (Considerando 5°).
.

19
LARA CAMUS, RONNY, disponible en
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/112861/de-lara_r.pdf?sequence=1
20
“Es nuestra opinión que tenencia o posesión supone además mantener el arma durante
un tiempo razonable bajo el propio control, o realizar actos que pongan de manifiesto esa
tenencia, tales como la limpieza o mantenimiento del arma, esconderla para que no se
descubra su ubicación”, En CEA CIENFUEGOS, SERGIO y MORALES CONTARDO, PATRICIO,
2006, “Control de Armas. Manual de Aplicación de la Ley 17.798 y su Reglamento
Complementario”, 3° Edición Actualizada, Editorial Legal Publishing, p. 72
21
“La sola circunstancia de haberse encontrado en poder del procesado un revólver
adaptado para calibre 22, no basta para estimar configurado el delito de tenencia no
autorizada del arma de fuego, puesto que debió haberse acreditado, por los medios de
prueba legal, y no con la confesión del imputado, que el arma la había mantenido en su
poder durante un tiempo razonable que ponga de manifiesto dicha tenencia.”
IV.- DESACATO CONTINUADO22
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El análisis dogmático del delito de desacato ha cobrado importancia con los años,
particularmente, después de la dictación de la ley 20.066, que asocia dicha figura al
incumplimiento de medidas cautelares o penas accesorias y condiciones de suspensiones
condicionales en procedimientos por delitos en contexto de violencia intrafamiliar 23.
Junto con otros tópicos que ha tratado la Jurisprudencia, como la imposibilidad
del delito ante el mero incumplimiento de medidas cautelares 24 o condiciones de
suspensión condicional25 o la posibilidad de su comisión por omisión 26, en este trabajo y
con ocasión de un fallo del TOP de Ovalle nos referiremos específicamente a la

Comentario de Erick Astudillo Canessa, Abogado Unidad de Estudios Regional, IV


22

Región
23
Artículo 10 y 18 de la Ley 20.066
posibilidad de calificar como un solo delito continuado de desacato diversas acciones
desplegadas por el imputado en oposición a la prohibición decretada por el juez.

LA CONSIDERACIÓN TRADICIONAL DEL DELITO CONTINUADO Y SU


APLICACIÓN POR LA JURISPRUDENCIA

El delito continuado constituye una creación doctrinaria que obsta la aplicación de


régimen concursal común. en virtud de la cual varios hechos que considerados
separadamente podrían considerarse varias realizaciones típicas de un mismo delito se
consideran una unidad por aplicación de criterios externos tales como unidad de bien
jurídico, unidad temporal, unidad de propósito delictivo, unidad de objeto material,
consideración social conjunta de los hechos, imposibilidad de material de pesquisar en
detalle cada uno de los actos parciales o la manifiesta inequidad de aplicar las reglas
concursales comunes27.
La doctrina dominante en Chile señala que, en estos casos, sólo puede aplicarse
la pena correspondiente al delito realizado28.
La institución también ha sido reconocida por la Jurisprudencia chilena desde
antiguo29 que exige para su aplicación los siguientes requisitos: a) unidad de autor, b)
identidad del tipo penal realizado en diversas ocasiones que implique, por tanto “un solo
derecho violado”30, c) que esas realizaciones tengan lugar en un lapso prolongado de
tiempo; d) que exista unidad de propósito en el agente.

24
CA Valdivia 21.09.2009 rol 413-2009, CA Rancagua 09.07.2013 rol 313-2013, CA
Valparaíso, 07.08.2012, rol 825-2012

CA Valparaíso 09-01.2012 rol 1402-2011, CA San Miguel 17.08.2009 rol 950-2009, CA


25

San Miguel 07.12.2009 rol 1456-2009


26
CA Puerto Montt 2009.10.30 rol 208-2009
27
Politoff Lifschitz, Sergio y otros, 2002, Texto y Comentario del Código Penal Chileno,
Tomo I, Editorial Jurídica de Chile, p. 388.
28
GARRIDO, MARIO, 2001, Derecho Penal. Parte General. Tomo II, Editorial Jurídica,
Santiago, Chile, p. 342. ETCHEBERRY, ALFREDO, 1998, Derecho penal. Parte general.
Tomo II, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, Chile, p. 113. MATUS, JEAN PIERRE,
POLITOFF, SERGIO, RAMÍREZ, MARÍA CECILIA, 2003, Lecciones de Derecho Penal
Chileno. Parte General. Editorial Jurídica, Santiago, Chile, p. 449. En contra, Cury quien
indica que en casos como éste entra en aplicación el inciso segundo del art. 75 del
Código Penal. CURY, ENRIQUE, 2005, Derecho Penal. Parte General. Ediciones
Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile, p. 658.
29
Excma. Corte Suprema 03.06.1940 en Gaceta de los Tribunales 1940, 1° Semestre,
N°50, 243, citada en Politoff Lifschitz, Sergio y otros, op. cit., p. 388.
30
Este punto resulta discutido por la doctrina chilena pues mientras algunos autores
exigen que se infrinja el mismo tipo penal ETCHEBERRY, ALFREDO, op. cit., p. 111;
MATUS, POLITOFF, RAMÍREZ, op. cit., p. 453; BUSTOS, JUAN J, HORMAZÁBAL,
HERNÁN, op. cit. p. 207.otros exigen identidad en el bien jurídico protegido CURY,
ENRIQUE, op. cit. p. 658; GARRIDO Montt, Mario, op. cit. p. 340.
Si bien, es cierto, su origen histórico se encuentra vinculado a los delitos contra la
propiedad31 la doctrina, actualmente, no restringe la aplicación de la institución a delitos
contra otros bienes jurídicos, exigiendo eso sí la mayoría de los autores nacionales 32 la
identidad de víctima cuando se trata de bienes jurídicos personalísimos pero no así
cuando se trata de bienes jurídicos instrumentales. Bustos, en cambio, sostiene que no es
necesaria la identidad de víctima ni aun tratándose de delitos sexuales33.
Respecto a este último grupo de delitos ha existido bastante discusión en la
Jurisprudencia existiendo un gran número de fallos que acogen su aplicación tratándose
del delito de abuso sexual34, aunque son más reticentes en darle aplicación tratándose del
delito de violación35 36

APLICACIÓN DE LA DOGMÁTICA DEL DELITO CONTINUADO A LA FIGURA


PENAL DE DESACATO

En lo que dice relación al delito de desacato no ha existido una voluminosa


Jurisprudencia que se pronuncie sobre el tema37.
Un fallo de la Ilma. CA San Miguel38 de fecha 18 de enero de 2010 rechazó el
recurso de nulidad de la DPP que sostenía la configuración en la especie de un solo delito
continuado de desacato, frente a tres acercamientos efectuados por parte del acusado los
días 1 y 22 de Mayo y 23 de Junio de 2009 a su antiguo hogar común que tenía con la

31
Se trata de una creación de los juristas italianos frente a la aplicación de la pena de
horca a quien incurría en 3 o más hurtos. CURY, ENRIQUE, op. cit. , p. 654
32
ETCHEBERRY, ALFREDO, Derecho penal, op. cit., p. 113. GARRIDO, MARIO, Derecho
Penal, op. cit., p. 341. CURY, ENRIQUE, Derecho Penal, op. cit., p. 658
33
BUSTOS , HORMAZÁBAL Lecciones de derecho penal. Volumen I, Editorial Trotta, Valladolid,
España, 1997, pp. 206-207.
34
CA Temuco, ROL N°345-2008,  24.04.2008, CA San Miguel, ROL N°1596-2009,
29.12.2009, CA Santiago, ROL N°32-2009, 23 de marzo de 2009 TOP Ovalle, RUC
N°0700832273-7, RIT N°36-2008, 21 de febrero de 2009
35
CA Arica 24.05.2010 rol 80-2010 CA Talca 01.08.2011 rol 275-2011
36
Para un mayor acercamiento a la problemática ver CASTILLO, ALEJANDRA, 2010, El
concepto de soporte en la producción de material pornográfico y la figura del delito
continuado en los abusos, Consulta Jurídica 7-2010 DPP y Defensoría Nacional,
Departamento de Estudios, Procedencia del delito continuado en la violación, Consulta
Jurídica DPP 4-2005
37
Tampoco existe mayor material doctrinario. Como excepción el artículo de Fernández
José Manuel, 2009, Concursos de delitos de desacato, reiteración, delito continuado y
delito permanente, Consulta Jurídica 35-2009 DPP, en que postula que la multiplicidad de
quebrantamientos pudiese ser considerada como un delito permanente.
38
CA San Miguel 18.01.2010 rol 1662-2009
afectada y familia, pese a la vigencia de la pena accesoria decretada en la sentencia por
el Tribunal de Familia de Talagante.
La ICA descarta la existencia de un delito continuado en la especie e indica, en
cambio, que existe una reiteración de delitos, teniendo en consideración que “en el actuar
del agente debe existir un propósito inicial que cubra todas las acciones constitutivas de
la ejecución del primer, segundo y tercer delito, esto es, que los distintos actos aparezcan
unificados por una voluntad final última, situación que en la especie no ocurrió, puesto
que se acreditó de manera indubitable la ocurrencia de cada uno de los delitos de
desacato denunciados, en cuanto a su fecha y circunstancias, siendo la misma víctima y
el mismo agente” (Considerando 8°). En definitiva, señalan los sentenciadores que
privilegiarán la aplicación de las normas positivas de reiteración, en vez de aplicar un
concepto jurídico que consideran “impreciso y debatido” y que no se encontraría
reconocido por la ley positiva. (Considerando 10°)
En este fallo - como se desprende de la última parte del considerando recién
citado y explícitamente del considerando 9° - los sentenciadores emplean como criterio
decidor para la aplicación del delito continuado tratarse de “casos de pluralidad de
acciones, en que no existen elementos suficientes para individualizar cada uno de los
hechos punibles, de manera que pudieren ser castigados cada uno como distinto uno de
otro”. Tal cuestión merece crítica, pues como hemos visto, tal elemento constituye tan
sólo uno de los que considera la doctrina para dar aplicación a esta institución.
Por el contrario, si se ha dado aplicación a la sistemática del delito continuado
por el TOP de Punta Arenas en más de una oportunidad.
En un fallo de del año 2005 39 el tribunal del extremo sur de nuestro país tuvo
oportunidad de pronunciarse de diversos actos efectuados por la imputada en el mes de
octubre de 2003 y los meses de enero, mayo, junio y noviembre de 2004, consistentes en
la realización de fiestas con ruidos molestos y escándalos en su domicilio que infringirían
lo ordenado por la ICA de Punta Arenas, mediante resolución de septiembre de 2003, en
la cual se acogió recurso de protección presentado por vecinos, disponiéndose que la
imputada debía abstenerse de realizar dichas fiestas. El MP había calificado tales hechos
como delitos reiterados de desacato.
A diferencia de la Ilma. Corte de Apelaciones de San Miguel que privilegiaba
como criterio de aplicación del delito continuado la dificultad de la pesquisa de los
diversos actos que comprende, el TOP de Punta Arenas, basándose en la tradición
histórica que determinó el nacimiento dela institución pone acento en “la finalidad de
evitar penas que pudieran resultar excesivas por el número de hechos, habiendo un solo
propósito o designio criminal, unido a las demás exigencias pertinentes”. En cambio de la
supuesta dispersión doctrinaria y jurisprudencial que arguye el Ilustrisino Tribunal
Metropolitano, el TOP de Punta Arenas afirma, correctamente, que en nuestro medio “a
excepción de Eduardo Novoa Monreal, los autores chilenos, Enrique Cury, Mario Garrido,
Alfredo Etcheberry, Sergio Politoff, Luis Ortiz, Jean Pierre Matus y Luis Rodríguez Collao,
están contestes que la figura del delito continuado es aceptada por la Doctrina y
Jurisprudencia nacional” y por la jurisprudencia de nuestra Excelentísima Corte Suprema,
haciendo alusión al hecho que aparece “en 8 fallos que van del año 1996 hasta el 2003
publicados en Lexis Nexis, y Jurisprudencia comentada de Alfredo Etcheberry”
(considerando 9°). Acto seguido pasa a analizar los requisitos que la Jurisprudencia del
más alto tribunal del país ha exigido respecto del instituto.
Posteriormente, el TOP de Punta Arenas reconoce la aplicación del delito
continuado en relación a la figura penal de desacato en una sentencia del año 2012 40 en
que se imputada al acusado por el MP la supuesta reiteración delictiva de dos acciones

39
TOP de Punta Arenas, 06.06.2005, rol 30-2005
de acercamiento tanto al inmueble como a la persona de su cónyuge realizadas en dos
días diversos, los meses de enero y febrero del año 2012 en incumplimiento a medida
accesorias de violencia intrafamiliar decretada por el Juzgado de Garantía de Punta
Arenas, en sentencia dictada su contra.
Los sentenciadores estimaron que en este caso “el propósito del agente fue
permanente en orden a quebrantar lo que se le había ordenado cumplir en dicha
sentencia, de manera que el injusto perpetrado debe valorarse en forma unitaria y como
un todo, desde que se vulneró una misma norma de deber, aunque en forma fraccionada”.
(Considerando 8°).
EL FALLO DEL TOP DE OVALLE DE 26 DE SEPTIEMBRE DE 2016

El fallo del TOP de Ovalle que incluimos en este boletín41 rechaza la solicitud
efectuada por el MP de condenar al acusado por desacatos reiterados acaecidos los días
11, 13 y 15 de abril de 2016, y considera, en cambio, que las diversas conductas
constituyen un solo delito continuado de desacato
En todas estas oportunidades los actos descritos eran similares: el acusado
había ingresado al interior del domicilio de su madre, ubicado en la localidad de Sotaquí,
comuna de Ovalle, infringiendo medidas cautelares decretadas por el Señor Juez de
Garantía de Ovalle, en dos procesos seguidos en su contra, cautelares consistentes en la
prohibición para el acusado de acercarse a la víctima, a su domicilio, lugar de trabajo o
estudio, así como a cualquier otro lugar al que esta concurra o visite habitualmente y que
habían sido notificadas al acusado en la audiencia correspondiente.
Junto a la solicitud de absolución del defensor Gerardo Tagle fundada,
principalmente, en un error de prohibición condicionado por deprivación cognitiva y
sociocultural del imputado sostuvo, como petición subsidiaria, la configuración de un solo
delito de desacato argumentando que los tres episodios que trascurren en menos de una
semana constituyen un solo delito de desacato por existir los mismos contradictores,
mismo Juez de Garantía, misma víctima en una continuidad de espacio y tiempo muy
cercana y el mismo bien jurídico vulnerado.
Los sentenciadores acogen la petición subsidiaria haciendo suya la
argumentación sostenida por el defensor considerando así que los “episodios transcurren
en unidad de designio criminal, en tres eventos acaecidos en un corto lapso de cinco días,
los que afectaron a la misma víctima, vulneraron el mismo entorno de seguridad, además
de desobedecer lo ordenado cumplir por el Juzgado de Garantía de Ovalle en causas por
violencia intrafamiliar, vigentes al tiempo de su infracción”. (Considerando 10°)

40
TOP de Punta Arenas, 03.10.2012, rol 50-2012
41
TOP de Ovalle, 26.09.2016 rol 143-2016
La Jurisprudencia

Anexo de sentencias
I.- EXIGENCIA DE PUREZA Y CANNABIS
SATIVA
1.- Absuelve del delito de trafico en pequeñas cantidades relativo a
cannabis sativa por falta de acreditación de la pureza (CA La Serena, 2016.10.28
ROL 405-2016)

Norma asociada: L20.000 ART. 4º; L20.000 ART. 43.

Tema: Antijuridicidad; Ley de tráfico de estupefacientes y sustancias psicotrópicas;


Principios.

Descriptores: Delitos contra la salud pública; Microtráfico; Peligro abstracto; Prueba


pericial;

SINTESIS: La Corte de Apelaciones de La Serena absuelve al imputado al no existir


antijuridicidad material en la conducta que fue objeto de Juicio Oral, ya que no consta
prueba alguna relativa a que la sustancia que fue incautada, esto es, cannabis sativa,
pudiere dañar la salud pública, como exige el tipo penal relativo al tráfico de droga en
pequeñas cantidades. Asi se deja de manifiesto ante la ausencia en el protocolo de
análisis químico, del grado de pureza de dicha sustancia, motivo por el cual no se da
cumplimiento al principio de lesividad (4). Señaló la Corte que el Art.43 de la ley 20.000 no
excluye ninguna droga al momento de exigir el señalamiento del grado de pureza (5)
(Considerandos 4° y 5º)

TEXTO COMPLETO

La Serena, a veintiocho de octubre de dos mil dieciséis.

Vistos:

De la sentencia en alzada se reproducen sus motivos primero a sexto, eliminándose los


demás.

Y teniéndose en su lugar y además presente:


Primero: Que en estos autos RIT O-1328-2016, la defensora penal licitada, doña Pamela
Contreras Rojas, por el imputado don M.J.A.P., ha deducido recurso de apelación en
contra de la sentencia dictada en audiencia celebrada con fecha 21 de septiembre del año
en curso, mediante la cual la señora juez suplente del Juzgado de Garantía de La Serena,
doña Claudia Molina Contador, condenó al nombrado M.J.A.P., a sufrir la pena de 541
días de presidio menor en su grado medio, a las accesorias de suspensión de cargo y
oficio público durante el tiempo de la condena y a una multa de cinco unidades tributarias
mensuales, como autor de un delito consumado de tráfico ilícito de pequeñas cantidades
de sustancias o drogas estupefacientes o psicotrópicas productoras de dependencia física
o psíquica, cometido en la comuna de La Higuera el día 28 de marzo de 2016.
Formula como petición concreta, que se revoque el citado fallo y se proceda a la
absolución de su defendido de los hechos materia de la acusación, puesto que con los
antecedentes de la carpeta investigativa no es posible concluir que las sustancias
decomisadas sean de aquellas capaces de provocar graves efectos tóxicos o daños
considerables a la salud pública, resultando por ende, la conducta atípica o bien carente
de la necesaria antijuridicidad material, tal como fue alegado en la correspondiente
audiencia celebrada en juicio abreviado.
Segundo: Que para la pronta y debida inteligencia del asunto, habrá de señalarse que en
mérito de los antecedentes allegados al proceso, acordes con la acusación formulada por
el Ministerio Público, se dieron por establecidos los siguientes hechos, que por supuesto,
fueron aceptados por el imputado: “(…) el día 28 de marzo de 2016, aproximadamente a
las 18:20 horas, en la Ruta 5, a la altura del kilómetro 560, Ruta 5 Norte, sector de la
comuna de La Higuera, el acusado M.J.A.P. fue sorprendido por personal de Carabineros
de Chile, de la Sección OS7, en el interior del bus PPU FVWR-62, de la empresa Tur Bus,
con itinerario El Salvador-Coquimbo, portando y transportando, a fin de traficar, en el
interior de una chaqueta color negra, de material sintético que mantenía en su mano, en
uno de los bolsillos una bolsa de nylon blanca, la que en su interior contenía una
sustancia vegetal con olor y textura similar a la de la marihuana, y un trozo de papel de
diario, conteniendo en su interior una sustancia vegetal de las mismas características, las
cuales fueron sometidas a la prueba de campo, arrojando para tal efecto coloración
positiva ante la presencia de marihuana, las que dieron un peso bruto de 338 gramos y 8
gramos respectivamente”.
Tercero: Que en el motivo quinto del fallo en análisis, fue consignado que la defensa no
cuestionó la calificación jurídica dada a los hechos, como tampoco la participación
atribuida a su representado, ni los antecedentes de la carpeta investigativa. Sin embargo,
alegó que no existía antijuridicidad material atendido a que no se realizó el examen de
pureza de la marihuana, por lo que no se podía determinar si efectivamente la especie
vegetal que portaba su representado, producía un daño para la salud, de manera que, a
virtud de lo anterior, solicitaba su absolución.
En torno a dichas alegaciones, la sentenciadora en el motivo séptimo expuso que la
antijuridicidad material se refiere a que la verdadera naturaleza del injusto radica en el
resultado del delito, no la acción, esto es, la puesta en peligro o lesión del bien jurídico
protegido, descartando por tanto que antijuridicidad sea la sola contravención a la norma
jurídica. Antijuridicidad material es lesividad social de comportamiento.
Agregó: “Que, la Ley 20.000, sanciona en su artículo 1° en relación con el artículo 4° del
mismo cuerpo legal, al que transporte sustancias o drogas productoras de dependencia
física o psíquica capaces de provocar graves efectos tóxicos o daños considerables a la
salud, y la cannabis (sumidades floridas) está expresamente establecida en el
Reglamento de la Ley 20.000, como una de las sustancias que producen daño a la salud
y dependencia. Que la sustancia que portaba el acusado era cannabis sativa lo que
quedó claramente establecido en el informe N° 8143, de fecha 28 de abril de 2016, que
señaló que de los resultados obtenidos en las pruebas practicadas se pudo concluir que la
muestra reveló presencia de cannabinoles, principio activo que se puede encontrar en el
vegetal denominado cannabis sativa, conocido comúnmente como marihuana, por lo que
el acusado con su actuar puso enpeligro el bien jurídico protegido, que es la salud de la
población”.
Por lo expuesto, concluyó la juez que procedía rechazar la petición de absolución
formulada.
Cuarto: Que esta Corte disiente de la posición adoptada por la juez a quo. En efecto, el
bien jurídico protegido por el delito de tráfico de drogas es la salud pública, entendido
como la afectación del derecho de todos los habitantes de la República a lograr el máximo
desarrollo espiritual y material posible, que se ve amagado por la eventual adicción de
drogas prohibidas, de modo que este bien jurídico inmediato se encuentra vinculado con
el bien jurídico mediato consistente en la salud individual. Así entonces, se trata de un
delito de peligro abstracto propio, que requiere la lesión concreta del bien jurídico para ser
estimado típico. Es decir, su lesividad consiste en el peligro concreto que debe revestir la
sustancia estupefaciente de que se trate, para la salud pública, debiéndose considerar su
naturaleza, peso o cantidad, contenido, composición y grado de pureza. De esta manera,
si bien entre los antecedentes de la causa se encuentra el Informe N° 8143, de fecha 28
de abril de 2016, confeccionado por doña Lorena Jara Espinoza, encargada del
Laboratorio del Ambiente y doña Teresa Gajardo Rojas, analista del Laboratorio del
Ambiente del Servicio de Salud–– donde además de hacer constar el peligro que para la
salud encierra la cannabis sativa, dan cuenta que de acuerdo a los resultados obtenidos
en las pruebas practicadas se podía concluir que la muestra reveló presencia de
cannabinoles, principio activo que se puede encontrar en el vegetal denominado cannabis
sativa, conocido comúnmente como marihuana––, tal informe en todo caso resulta
incompleto puesto que no proporciona información alguna acerca del grado de pureza de
la sustancia analizada.
En consecuencia, la mencionada ausencia lleva necesariamente a determinar que la
conducta del agente portador carece de aptitud para poner en peligro el bien jurídico
protegido, y al no existir antijuridicidad material no es posible una condena.
Quinto: Que la exigencia de la información omitida, se encuentra en el inciso primero del
artículo 43 de la Ley 20.000 que es del siguiente tenor: “El Servicio de Salud deberá
remitir al Ministerio Público, en el más breve plazo, un protocolo del análisis químico de la
sustancia suministrada, en el que se identificará el producto y se señalará su peso o
cantidad, su naturaleza, contenido, composición y grado de pureza, como, asimismo, un
informe acerca de los componentes tóxicos y sicoactivos asociados, los efectos que
produzca y la peligrosidad que revista para la salud pública”.
La circunstancia de que se trate la sustancia incautada de cannabis sativa, la cual no
sería objeto de procesos químicos en que se le agreguen otros elementos, no excluye de
la necesidad de cumplir con la información omitida, desde que el citado artículo 43 de la
Ley 20.000 no estable excepción alguna. Refuerza la idea, lo señalado en el artículo 41
del mismo cuerpo legal, disposición que ordena, en términos generales, que las
sustancias estupefacientes que sean incautadas a que se refieren los artículos que indica,
entre las cuales está la cannabis sativa, deberán ser entregadas al Servicio de Salud que
corresponda a fin de elaborar el análisis referido en su artículo 43.
Sexto: Que todo lo anterior, se encuentra en armonía con numeroso fallos de la
Excma.Corte Suprema sobre la materia. Al efecto, basta transcribir a modo de resumen,
lo
señalado en el motivo octavo párrafo segundo de la sentencia dictada con fecha 10 de
agosto último, en los autos Rol Nº 40.675-16, que reza así: “Esta Corte ha resuelto que si
en el informe regulado en el artículo 43 de la Ley N° 20.000 no se estableció la pureza o
concentración de la droga, sino únicamente la presencia del estupefaciente, resulta
imposible determinar si ella tiene o no idoneidad o aptitud como para producir graves
efectos tóxicos o daños considerables en la salud pública y, por consiguiente, los hechos
tenidos por comprobados no pueden ser castigados como tráfico de sustancias
estupefacientes o sicotrópicas (SSCS Rol N° 4215-12 de 25 de julio de 2012, Rol N°
21.599-2014 de 1° de septiembre de 2014, Rol N° 25.488-2014 de 20 de noviembre de
2014, Rol N° 3421-2015 de 14 de abril de 2015, Rol N° 3707-2015 de 28 de abril de 2015
y Rol Nº 19.722-15 de 9 de diciembre de 2015). En ese sentido, la carencia de informe
sobre la pureza de la sustancia dubitada y su composición redunda en la imposibilidad de
adquirir la certeza demandada por el artículo 340 del Código Procesal Penal respecto de
la lesividad o dañosidad social de la conducta atribuida a la enjuiciada y, por ende,
respecto de la existencia del delito”.
Séptimo: Que, nadie puede ser condenado por delito, sino cuando el tribunal que lo
juzgare adquiriere, más allá de toda duda razonable, la convicción de que realmente se
hubiere cometido el hecho punible objeto de la acusación (como ha acontecido en la
especie) y que en él hubiere correspondido a la acusada una participación culpable y
penada por la ley. En consecuencia, corresponderá revocar la sentencia de primer grado
y proceder a la absolución del imputado.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1 y 2 del Código
Penal; 1, 4, 43 de la Ley N° 20.000; 352, 358, 360, 364, 370 y 414 del Código Procesal
Penal, se declara que se revoca la sentencia de primer grado de fecha 21 de septiembre
de 2016 en cuanto condenó a M.J.A.P., a sufrir la pena de 541 días de presidio menor en
su grado medio, a las penas accesorias de suspensión de cargo y oficio público durante el
tiempo de la condena y a una multa de cinco unidades tributarias mensuales como autor
de un delito consumado de tráfico ilícito de pequeñas cantidades de sustancias o drogas
estupefacientes o psicotrópicas productoras de dependencia física o psíquica, cometido
en la comuna de La Higuera el día 28 de marzo de 2016, tal como fue acusado, y en su
lugar se declara que se le ABSUELVE del indicado cargo

Acordada con el voto en contra del ministro señor Shertzer quien estuvo por confirmar la
decisión condenatoria de primer grado, teniendo para ello en especial presente que el
artículo 4°de la Ley N° 20.000, sanciona a quien realiza las acciones allí indicada,
respecto de “pequeñas cantidades de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas,
productoras de dependencia física o psíquica, o de materias primas que sirvan para
obtenerlas, sea que se trate de las indicadas en los incisos primero o segundo del artículo
1°”. El artículo 1º del Reglamento de la mencionada ley, califica como sustancia
estupefaciente capaces de provocar graves efectos tóxicos o daños considerables a la
salud, entre otras, a la cannabis sumidades floridas o con frutos de la planta de las cuales
no se ha extraído la resina. En consecuencia, no aparece como exigencia del tipo penal la
pureza de la sustancia que se trate, de lo que sigue que el informe Nº 8143 presentado
por el Ministerio Público que da cuenta de haberse encontrado presencia de
cannabinoles, principio activo que se puede encontrar en el vegetal denominada
comummente marihuana, es suficiente para determinar que tal sustancia es capaz de
producir daños considerables a la salud.
Que refuerza lo antes indicado, todo aquello argumentado en reiterados votos de minoría
expuestos en sentencias de la Excma. Corte Suprema sobre la materia, los cuales si bien
no han hecho resolución, convencen al disidente de su procedencia (v.gr.Rol 40.675-
2016). Expresan en lo pertinente, que el protocolo de análisis a que alude el artículo 43 de
la Ley N° 20.000 no altera lo que antes se ha dicho, desde que éste no está destinado a
cumplir el rol que el recurso pretende, pues tal artículo se encuentra regulado dentro del
título III de la Ley, referido a la competencia del Ministerio Público y específicamente
dentro del párrafo cuyo epígrafe reza “De las medidas para asegurar el mejor resultado de
la Investigación”. Entonces, ha de estimarse que los elementos que allí se enuncian y
sobre los cuales debe pronunciarse el Servicio de Salud -peso, cantidad, composición y
grado de pureza- le permitirán tener al juez un mejor conocimiento de las características
de la droga incautada. El informe que indique el grado de pureza de la droga, señalan los
autores de la disidencia que se menciona, “constituirá una herramienta útil para decidir si
se está en presencia de un consumidor o de un traficante, criterio que tuvo en
consideración el artículo 4° de la Ley N° 20.000 en su inciso final, al incorporarlo como un
elemento de juicio más”. Se debe recordar que tal inciso indica que se entenderá que
concurre la circunstancia de uso o consumo personal exclusivo y próximo en el tiempo
“cuando la calidad o pureza de la droga poseída, transportada, guardada o portada no
permita racionalmente suponer que está destinada al uso o consumo descrito…”

Regístrese y devuélvase por pertinente vía.

Redacción del ministro señor Shertzer.

Rol Nº 405-2016.-

Pronunciado por la Segunda Sala de esta Corte de Apelaciones integrada por los
Ministros Titulares señor Juan Pedro Shertzer Díaz, señor Humberto Mondaca Díaz y
elabogado integrante señor Carlos del Río Ferretti. No firma el Ministro señor Mondaca,
no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo de la causa, por encontrarse con
permiso.

2.- CA de La Serena rechaza recurso de nulidad del MP: la falta del informe
de pureza de la droga en el tráfico de pequeñas cantidades permite absolución del
imputado (CA La Serena, 2016.12.05, rol 443-2016)

Normas asociadas: Ley 20.000 ART. 1; Ley 20.000 ART. 4; Ley 20.000 ART. 43; CPP
ART. 373 b
Tema: Ley de tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas; Recursos
Descriptores: Tráfico ilícito de drogas; Microtráfico; Pruebas; Sentencia Absolutoria;
Recurso de Nulidad, Nulidad de la Sentencia.
Síntesis: Corte rechaza recurso de nulidad interpuesto por el MP en contra de la
sentencia del TOP de Ovalle Rol 189-2016, respecto al delito de Microtráfico, en el cual
no se realizó el informe de pureza de la droga para lo cual absuelve a la imputada. La
Corte señala que “no habiéndose establecido la pureza de la droga incautada, no es
posible advertir infracción de ley como se ha denunciado, por ende, el recurso deberá ser
rechazado, toda vez que no concurre un elemento que configura el ilícito incriminado, esto
es, que la sustancia hallada en poder del acusado sea idónea para provocar los efectos
tóxicos y dañinos para la salud publica en los términos exigidos por los artículo 1 y 3 de la
Ley 20.000. (Considerando 9°)
Texto Completo:
La Serena, cinco de diciembre de dos mil dieciséis.
VISTOS:
Que se ha deducido por el fiscal adjunto don Freddy Salinas Salinas recurso de nulidad
en contra de la sentencia de fecha 7 de octubre del dos mil dieciséis, dictada por el
Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Ovalle, integrado por los jueces doña Ana Karina
Hernández Muñoz, don Rubén José Bustos Ortiz y don Cristián Arturo Alfonso Durruty, en
virtud de la cual se absolvió al imputado P.A.R.A. de los cargos formulados en su contra
la calidad de autor de un delito de tráfico ilícito de estupefacientes, descrito y sancionado
en el artículo 3° de la Ley N° 20.000, en grado de consumado, presuntamente perpetrado
en la comuna de Ovalle el 15 de julio de 2.015
Funda el recurso en la causal de nulidad establecida en el artículo 373 letra b) del citado
cuerpo legal, por haberse hecho una errónea aplicación del derecho que ha influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
Declarado admisible el recurso, se llevó a efecto la audiencia correspondiente y se fijó
para la lectura del fallo el día 5 de diciembre del 2016, a las 12 horas.
CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:
Primero: Que fundamentando el recurso sostiene que en el caso sublite, se ha hecho una
errónea aplicación del derecho que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo,
al estimar los sentenciadores que no se configura el tipo penal de los artículos 1 y 3
de la Ley N°20.000 por cuanto, en el caso en cuestión, no se determinó el grado de
pureza de la droga, la cual en la especie corresponde únicamente a cannabis sativa, por
lo cual, concluye, se ignorarían los efectos tóxicos y daños a la salud pública con
infracción al principio de lesividad, en base a lo cual arriba a la conclusión de la
inexistencia del delito acusado.
Luego de reproducir la acusación, precisa que, en primer, lugar no existe duda acerca de
los presupuestos básicos del delito por el cual se acusó, esto es, que el imputado fue
sorprendido con estupefacientes, en este caso, cannabis sativa y en segundo lugar,
que el razonamiento del tribunal para absolver al acusado se basó en que se ignoraba el
potencial de dañosidad de dicha droga por no existir un informe al análisis de pureza de la
cannabis sativa.
Segundo: Que continúa el recurso señalando que en la sentencia se han infringido las
normas de los artículos 1° y 3° de la Ley N°20.000, ya que el tribunal ha errado en cuanto
al alcance y los elementos de este tipo penal.
Refiere que, el delito de tráfico de drogas del artículo 3º (y del mismo modo la figura
privilegiada del artículo 4º de la Ley de Drogas), no contempla dentro de sus elementos, la
determinación de la pureza o concentración de la droga. El objeto material está descrito
como: art 1º Ley Nº 20.000 “…sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas
productoras de dependencia física o síquica, capaces o no de provocar graves efectos
tóxicos o daños considerables a la salud…”. Por su parte, el art. 1º del Reglamento de la
Ley de Drogas Nº867, cataloga a estas sustancias sin mencionar que deba tratarse de
una droga con determinada pureza. Por lo tanto, al no ser un elemento del tipo penal no
debe ser probada.
Agrega que de esta forma, el hecho de estar en presencia de una sustancia contenida en
el Reglamento Nº 867 y que además la naturaleza de esta sustancia prohibida ha sido
determinada por medio idóneo, como lo es por ejemplo, un informe de drogas de una
institución pública que realiza dichos peritajes (en este caso el Informe Pericial N°6884 de
5 de agosto de 2016, elaborado por la bioquímico teresa Gajardo Rojas y Lorena Jara
Espinoza del Laboratorio de Salud Pública Ambiental) aun cuando no se indique la
concentración de la misma, basta para poder remitirse a los elementos del tipo penal de
tráfico. La aptitud para producir graves efectos tóxicos está dada por la cualidad o
naturaleza de la droga y no por su aspecto cuantitativo.
Prosigue señalando que la información sobre el grado de concentración de la droga
constituye, en la actualidad, sólo una obligación de tipo administrativo para el Servicio de
Salud que debe realizar la pericia respectiva, según lo dispone el artículo 43 de la Ley N°
20.000, por razones del texto mismo de la disposición que alude a materias de carácter
administrativas (como plazos, documentación y custodia) y, además, se encuentra bajo el
Párrafo 3° sobre las Medidas Para Asegurar el Mejor Resultado de la Investigación, lo
cual confirma que es una norma de gestión investigativa; a diferencia de lo que prescribía
la antecesora Ley de Drogas, Nº 19.366, la cual en su artículo 26 establecía el valor de
prueba pericial al protocolo de análisis de la droga, según el sistema de apreciación de la
prueba imperante de la época, de “prueba legal tasada”.
En efecto, la Ley N°19.366, que sancionaba el tráfico ilícito de estupefacientes y
sustancias sicotrópicas, publicada en el Diario Oficial el 16 de febrero de 2005, señalaba
en su Artículo 26, inciso 5º: “El Servicio aludido deberá emitir, en el más breve plazo, un
protocolo de análisis en el que se identificará el producto y sus características, se
señalará su peso o cantidad aproximados y se indicará, además, la peligrosidad que
revista para la salud pública. Dicho protocolo de análisis tendrá el valor probatorio
señalado en el artículo 472 del Código de Procedimiento Penal.
Conservará, en todo caso, una determinada cantidad de dicha substancia para el evento
de que el tribunal decrete nuevos análisis de la misma”.
Luego alude que la Ley Nº 19.806, de fecha 31 de mayo de 2002 introdujo adecuaciones
a nuestro sistema legal, a propósito de la reforma procesal penal y, una de ellas, afectó al
protocolo de análisis de la droga, eliminándose expresamente su valor probatorio, según
consta de la discusión de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia (Boletín
Nº2217-07, Cámara de Diputados).
En el mismo sentido, el sistema actual de valoración de la prueba es la “sana crítica” o
“libre valoración”, por lo que la exigencia probatoria en torno a la acreditación del objeto
material en aquellas investigaciones por tráfico de drogas, a través del protocolo de
análisis de los servicios de salud, es un error. El Ministerio Público bien podría pedir el
peritaje de análisis de la droga a otras instituciones, a las cuales no podría exigírseles las
menciones del artículo 43.
Tercero: Que enseguida arguye que, la mención “pureza” de la droga, se encuentra
contenida en el inciso final del artículo 4º de la Ley Nº 20.000, sólo en relación a la causal
de justificación, consumo personal, exclusivo y próximo en el tiempo, vale decir, útil como
un elemento más en la discriminación para saber si se está ante un consumidor o un
traficante, lo cual no es aplicable en este caso por la alta cantidad de droga encontrada en
poder del acusado y tampoco ha sido alegado por la defensa.
Agrega que los peritos al comparecer en juicio han declarado en reiteradas oportunidades
que, cualquier porcentaje de pureza de la droga es igualmente peligrosa y dañina para la
salud. Asimismo, en este juicio oral se incorporó el “Informe de Peligrosidad para la Salud
Pública” elaborado por el Laboratorio de Salud Pública Ambiental de la SEREMI de Salud,
Región de Coquimbo, no objetado por la defensa, el cual describe los efectos de la
marihuana, entre los que destacan en general, a título ejemplar, los graves daños y
efectos que provoca en el organismo, incluso en forma inmediata a su consumo y, que a
largo plazo, produce la aparición de determinadas enfermedades; genera alteraciones en
los sistemas reproductores masculino y femenino; produce riesgos para el feto; genera
tolerancia y dependencia; afecta el ritmo cardiaco y la presión sanguínea; provoca
congestión conjuntiva; afecta el desempeño sicomotor; afecta el sistema respiratorio; tiene
efectos psicológicos; está asociada a riesgos de sicosis y cuadros de delirios y
alucinaciones en personas en riesgo; está asociada al peligro de condicionar o limitar las
posibilidades de vivir libre y autónomamente el desarrollo personas en adolescentes y,
finalmente, genera dependencia psicológica, entre otros efectos a la salud pública;
informe que fue incorporado al juicio y no objetado por la defensa, respecto de lo cual,
además, en la sentencia recurrida no se hace referencia al mismo ni cómo se puede tener
como insuficiente; por el contrario, sólo señala que el informe de pureza sí constituye un
elemento del tipo penal.
Cuarto: Que luego refiere que, aun en el caso de considerarse el delito por el cual se
acusó a don P.A.R.A. como un delito de tráfico de pequeñas cantidades de drogas del
artículo 4 de la Ley Nº 20.000 según insinúa el fallo en su considerando Noveno, sólo se
requiere que el objeto material lo constituyan “pequeñas cantidades de sustancias o
drogas estupefacientes o sicotrópicas, productoras de dependencia física o síquica, o de
materias primas que sirvan para obtenerlas, sea que se trate de las indicadas en los
incisos primero o segundo del artículo 1º, capaces o no de provocar graves efectos
tóxicos o daños considerables a la salud”, que se describen y clasifican en los artículos 1
y 2 del Reglamento de la Ley Nº 20.000.
Agrega que en este sentido además existen fallos de la Ecxma. Corte Suprema, como por
ejemplo, en el fallo de 4 de Agosto de 2016 en causa rol 39.469-16, que en parte
reproduce.
Por lo tanto, considerando esas circunstancias, aparece que las exigencias del protocolo
del análisis químico de la cannabis sativa se satisfacen, a efectos de dar por establecido
el objeto material del ilícito, con la identificación del producto, su peso o cantidad,
naturaleza, contenido y composición, así como la peligrosidad que reviste para la salud
pública. La determinación del grado de pureza, en el caso de la marihuana, no aparece
como un elemento de análisis que sea necesario ni factible de llevar a la práctica, desde
que, por el estado puro en que el estupefaciente es consumido, no se presenta la
intervención de su condición natural con otras sustancias que sirvan para aumentarlo o
para modificar sus características o efectos.
De este modo, no se ve afectado en el caso en cuestión el principio de lesividad, desde
que la existencia de la droga, la naturaleza de la misma, la cantidad y los efectos nocivos
que produce para la salud, se encuentran acreditados por los medios de prueba que se
rindieron en el juicio, en particular, las pruebas de campo que arrojaron positivo a la
presencia de THC Tetrahidrocannabinol y los informes de análisis del Servicio de Salud y
el Informe de Peligrosidad para la Salud Pública, ninguno de las cuales ha sido objetada
por la defensa. De hecho, la defensa señaló en su alegato de apertura que se había
revelado la presencia de los cannabinoles en las muestras realizadas a la droga incautada
y, en su alegato de clausura, reitera el argumento no desconociendo que se trataba de
marihuana, si no únicamente que no existía informe de pureza en relación a la misma
droga. Por lo tanto, se encuentran presentes todos los elementos del tipo penal.
Concluye su recurso señalando que en definitiva, considerar que la no existencia de un
informe de pureza de la droga incautada, en este caso, cannabis sativa, impide condenar
al acusado por no encontrarse acreditados todos los elementos del tipo penal, constituye
un error de derecho el cual ha influido substancialmente en lo resolutivo de la sentencia,
toda vez que de no existir el error antes indicado, habiéndose estimado por el tribunal al
exigir un elemento adicional al tipo penal que no se encuentra descrito en la norma, la
sentencia hubiese sido condenatoria por el delito de tráfico ilícito de estupefacientes
objeto de la acusación formulada por el Ministerio Público. Es decir, al acreditarse la
existencia de la faz objetiva y subjetiva del tipo, se debió necesariamente condenar al
acusado por el delito materia de acusación.
Quinto: Que la acusación del ente persecutor es del siguiente tenor: “El día 15 de julio de
2015, siendo alrededor de las 21:00 horas, en dependencias del Terminal de Buses de la
ciudad de Ovalle, ubicado en Av. Ariztía N° 769, comuna de Ovalle, personal de la Policía
de Investigaciones de Ovalle, sorprendió al acusado manteniendo y portando consigo una
mochila color rojo que en cuyo interior mantenía a su vez una bolsa negra tipo de basura
con otra de color blanco ambas de nylon contenedoras de 137.11 gramos de cannabis
sativa”.
A juicio de fiscalía, los hechos descritos precedentemente son constitutivos de un delito
consumado de tráfico ilícito de estupefacientes, descrito y sancionado en el artículo 1° y
3° de la Ley N° 20.000, en el que le asiste al acusado participación penal en calidad de
autor, Conforme Al Artículo 15 N° 1 Del Código Penal.
Sexto: Que los sentenciadores luego de apreciar la prueba rendida en el juicio ,en el
considerando octavo tuvieron por acreditado que el día 15 de julio de 2.015, siendo
alrededor de las 21:00 horas, en dependencias del Terminal de Buses de la ciudad de
Ovalle, personal de la Policía de Investigaciones de Ovalle, sorprendió al acusado
manteniendo y portando consigo una mochila color rojo que en cuyo interior mantenía a
su vez una bolsa negra tipo de basura con otra de color blanco ambas de nylon
contenedoras de 137.11 gramos de una sustancia, precisando que dichas circunstancias
fácticas fueron expuestas en forma pormenorizada por los funcionarios policiales Felipe
Zúñiga Verdugo, Christian Fuentes Araya y ratificadas en estrados por el funcionario
Rodrigo Alejandro Torres Cisternas. En cuanto a la sustancia incautada los jueces
mencionan que fue periciada, y conforme al Informe N° 6884, elaborado por la Bioquímico
Teresa Gajardo Rojas y Lorena Jara Espinoza, ingeniero químico, la muestra de hierba
seca de color verde examinada reveló la presencia de canabinoles, principio activo que se
encuentra en el vegetal denominado cannabis sativa, conocido comúnmente como
marihuana, sin referir la pureza. En fin, el efecto dañoso de la marihuana resultó probado
con el informe tipo sobre efectos y peligrosidad para la salud pública de la marihuana.
Finalmente, en el considerando noveno se refieren a la ausencia de acreditación de la
pureza de la droga e inexistencia del delito, concluyendo que, sin embargo, la prueba
científica rendida no determina la pureza de aquella pequeña cantidad de sustancia
mantenida y portada por el justiciable, por lo que al desconocerse el grado de pureza de
la supuesta droga incautada se ignora, consecuencialmente, su idoneidad para generar
aquellos efectos tóxicos y daños a la salud pública a que se refieren los artículos 1º y 4º
de la Ley Nº 20.000, con infracción al principio de lesividad, y, por lo tanto, ello determina
la inexistencia del delito y conlleva la absolución de los cargos formulados en contra del
acusado don P.A.R.A..
Séptimo: Que para lograr tal convicción los jueces en el mismo considerando noveno
declaran que no obsta a lo razonado y concluido el informe sobre características y
peligrosidad para la salud de la cannabis sativa emitido por el Servicio de Salud de
Coquimbo que indica el potencial pernicioso de la cannabis, ya que no se encuentra
discutido los daños a la salud pública que la cannabis genera, sino si aquella sustancia
mantenida y portada por el encartado poseía o no las cualidades para afectar la salud
pública, lo que únicamente resulta posible de determinar en la medida que se sepa, fuera
de toda posible duda, su naturaleza, cantidad o peso, contenido, composición y grado de
pureza, lo que no ocurre en la especie en que la prueba de cargo sólo fue bastante para
establecer la presencia del estupefaciente, lo que redunda en la imposibilidad de adquirir
la certeza demandada por el artículo 340 del Código Procesal Penal respecto de la
lesividad o dañosidad social de la conducta atribuida al enjuiciado.
De suerte que lo único acreditado, fue que el acusado mantuvo dosis de “algo” en lo que
había cannabis sativa, pero en una proporción y con un potencial de dañosidad que en el
hecho se ignora y que por lo mismo debe presumirse, raciocinio que repugna los
principios básicos de un sistema acusatorio como el que nos rige.
Así, la determinación de si la pequeña cantidad de la sustancia incautada es idónea para
provocar o no graves daños a la salud pública y poder así constituir el delito por el cual se
acusó no resulta factible en razón que al no establecerse la concentración no es posible
saber, a ciencia cierta, si la sustancia incautada cumple con la exigencia estatuida en el
artículo 1º de la Ley 20.000, existiendo entonces razonable duda en orden a si aquello
incautado tiene el poder de generar aquel daño que el bien jurídico exige y que justifica la
punición en razón de tratarse de un delito de peligro concreto.
Agregan los sentenciadores que la Excelentísima Corte Suprema ya ha señalado sobre
este tema que una innovación importante introducida en esta materia por la Ley N°
20.000, en relación a su antecesora la Ley 19.366, fue la obligación de indicar en los
respectivos protocolos de análisis de droga la determinación de la pureza de la misma,
enmienda incluida en segundo trámite constitucional por la Comisión de Constitución,
Legislación, Justicia y Reglamento del Senado, a propuesta en este sentido de la Excma.
Corte Suprema de Justicia, sentencia de 25 de agosto de 2.015 dictada en la causa Rol E.
Corte 8.810-15, del entonces Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes
(CONACE), sugerida a su vez por el propio Ministerio Público.
El artículo 43, aprobado por la Cámara Alta reza: “El Servicio de Salud deberá remitir al
Ministerio Público, en el más breve plazo, un protocolo de análisis químico de la sustancia
suministrada, en el que se identificará el producto y se señalará su peso o cantidad, su
naturaleza, contenido, composición y grado de pureza, como, asimismo, un informe
acerca de los componentes tóxicos y sicoactivos asociados, los efectos que produzca y la
peligrosidad que revista para la salud pública.
Conservará, en todo caso, una determinada cantidad de dicha sustancia para el evento de
que cualquiera de los intervinientes solicite nuevos análisis de la misma, de conformidad a
los artículos 188 inciso tercero y 320 del Código Procesal Penal.
Esta muestra se conservará por el plazo máximo de dos años, al cabo del cual se
destruirá. De los procedimientos administrativos de destrucción se levantará acta, copia
de la cual deberá hacerse llegar al Ministerio Público dentro de quinto día de haberse
producido.
Efectuado el análisis a que se refiere el inciso primero, los precursores y sustancias
químicas esenciales deberán ser enajenados en la forma dispuesta en el inciso cuarto del
artículo 40”.
Continúa la sentencia que con esta modificación el legislador del año 2.005 insistió en la
identificación de la salud pública como el bien jurídico tutelado descrito en la ley del ramo,
al requerir del ente acusador que pruebe en el juicio la peligrosidad para la salud colectiva
de la sustancia específica requisada, mediante el informe técnico que, entre otros
elementos, debe expresar la composición y grado de pureza del producto examinado. De
modo que la ausencia de ese dictamen o la falta en éste de todas las verificaciones
requeridas por la ley, obsta a esa acreditación y acarreará consecuencias relevantes en el
Derecho Penal material.
Octavo: Que los sentenciadores concluyen además en el citado fundamento noveno, que
lo razonado es aplicable a la cannabis sativa, como recientemente ha señalado nuestra
Excma. Corte Suprema en autos rol 47.877-16, al afirmar ello en el considerando décimo
cuarto, señalando que “aunque la marihuana es singularizada como un estupefaciente
que no sería objeto de procesos químicos en los que se le agreguen distintos elementos o
sustancias, la ley no atiende a esta circunstancia para otorgarle una regulación especial”,
agregando en el mismo considerando que en “efecto, el artículo 43 de la Ley N° 20.000 no
establece excepción alguna en cuanto a las sustancias a las que debe realizarse el
análisis de su grado de pureza, de modo que el procedimiento técnico ha de emplearse
cualquiera que sea el estupefaciente decomisado”, ya que, agrega el máximo Tribunal, de
“contrario, el requerimiento que el protocolo que se realice a la marihuana lo sea en
idéntica manera que a los otros estupefacientes es posible desprenderlo de los previsto
en el artículo 41 del mismo cuerpo normativo, que ordena, en términos generales, que las
sustancias y especies a que se refieren los artículos 1°, 2°, 5° y 8° y, en su caso, las
materias primas empleadas en su elaboración –dentro de las que se encuentra la
cannabis sativa- que sean incautadas en conformidad a la ley, deberán ser entregadas al
Servicio de Salud que corresponda a fin de elaborar el análisis de rigor, sin establecer
exclusiones”.
Noveno: Que así las cosas, no habiéndose establecido la pureza de la droga incautada,
no es posible advertir infracción de ley como se ha denunciado, por ende, el recurso
deberá ser rechazado, toda vez que no concurre un elemento que configura el ilícito
incriminado, esto es, que la sustancia hallada en poder del acusado sea idónea para
provocar los efectos tóxicos y dañinos para la salud publica en los términos exigidos por
los artículo 1 y 3 de la Ley 20.000.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 352, 372, 373
letra b), 376, 378 y 384 del Código Procesal Penal, se RECHAZA, sin costas, el recurso
de nulidad interpuesto por el fiscal adjunto don Fredy Salinas Salinas, en contra de la
sentencia definitiva de fecha siete de octubre del año dos mil dieciséis, declarándose que
dicha sentencia no es nula.
Incorpórese a la carpeta digital, debiendo mantenerse su original en el correspondiente
Registro del señor Secretario.
Redacción de la ministro titular señora Marta Maldonado
Navarro.
Rol N° 443 -2016.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de La Serena, integrada por
los Ministros Titulares señor Fernando Ramírez Infante, señora Marta Maldonado Navarro
y la abogada integrante señora Marcela Viveros Varela. No firma el Ministro señor
Ramírez, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo de la causa, por encontrarse
con permiso.

3. - CA de La Serena rechaza recurso de nulidad del MP: la falta del informe


de pureza de la droga en el tráfico de pequeñas cantidades permite absolución del
imputado (CA La Serena, 2017.01.23, rol 531-2016)

Norma asociada: Ley 20.000 ART. 1; Ley 20.000 ART. 4; CPP ART. 373 b
Tema: Ley de tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas; Recursos
Descriptores: Tráfico ilícito de drogas; Microtrafico; Pruebas; Sentencia Absolutoria;
Recurso de Nulidad, Nulidad de la Sentencia.
Síntesis: Corte rechaza recurso de nulidad interpuesto por el MP en contra de la
sentencia del TOP de Ovalle Rol 189-2016, respecto al delito de Microtráfico, en el cual
no se realizó el informe de pureza de la droga para lo cual absuelve a la imputada. La
Corte señala que “la prueba científica rendida no determina la pureza de aquella pequeña
cantidad de sustancia mantenida y portada por el justiciable, por lo que al desconocerse el
grado de pureza de la supuesta droga incautada se ignora, consecuencialmente, su
idoneidad para generar aquellos efectos tóxicos y daños a la salud pública a que se
refieren los artículos 1 y 4 de la ley N° 20.000, con infracción al principio de lesividad, y,
por tanto, ellos determina la inexistencia del delito y conlleva la absolución de los cargos
formulados en contra de la acusada” (Considerando Octavo)
Texto Completo:

La Serena, veintitrés de enero de dos mil diecisiete.


Vistos:

Que el Fiscal Adjunto de la Fiscalía Local de Ovalle, don Paulo Duarte López, interpone
un recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva dictada por el Tribunal de juicio
oral en lo penal de Ovalle, integrado por los jueces titulares Claudio Andrés Weishaupt
Milner, Don Cristian Arturo Alfonso Durruty y don Rubén José Bustos Ortiz, con fecha 2 de
diciembre de 2016, en causa RIT 0- 189-2016 RUC 1600395181-6, mediante la cual se
absuelve a la acusada M.N.H, de los cargos formulados en su contra en orden a ser autor
de un delito de tráfico de estupefacientes en pequeñas cantidades, descrito y sancionado
en el artículo 4 de la Ley N° 20.000, en grado de consumado, presuntamente perpetrado
en la comuna de Ovalle, el 2 de mayo de 2016.
Que el referido recurso de nulidad se funda en la causal contemplada en la letra b) del
artículo 373 del Código Procesal Penal, esto es, cuando en el pronunciamiento de la
sentencia, se hubiere hecho una errónea aplicación del derecho que hubiere influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
Al efecto, se indica en dicho recurso de nulidad que se ha infringido lo dispuesto en los
artículos 1 y 4 de la Ley N° 20.000, que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y
sustancias psicotrópicas, debido a que el Tribunal Oral en lo Penal, ha errado en cuanto al
alcance y los elementos que integran este tipo penal, precisándose que en el juicio oral se
incorporó el “Informe sobre tráfico y acción de cannabis sativa en el organismo”,
elaborado por el Laboratorio de Salud Publica Ambiental de la SEREMI de Salud, Región
de Coquimbo, respecto del cual se hace referencia en la sentencia, reconociéndole su
valor y declarando que no está discutido los daños a la salud pública que la Cannabis
Sativa genera, sino si aquella sustancia poseída por la encartada tenía o no las
cualidades para afectar la salud pública, lo que únicamente resulta posible determinar en
la medida que se sepa su naturaleza, cantidad o peso, contenido, composición y grado de
pureza, elevando tal exigencia como un elemento integrante del tipo penal, no obstante,
existir una circunstancia indiciaria del propósito de traficar de la acusada, esto es la venta
realizada en agente revelador.
Pide que en definitiva se anule la sentencia recurrida y el juicio oral, ordenando la
realización de un nuevo juicio oral ante tribunal no inhabilitado.
Con fecha 3 de enero de 2017, se lleva a efecto la respectiva audiencia, con la asistencia
de la representante del Ministerio Publico doña María Eugenia Bustos y del abogado
defensor don Erick Astudillo, citándose para audiencia de lectura de fallo el día de hoy, a
las 12:00 horas.

CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:

Primero: Que tal como se adelantó, la recurrente invoca la causal de nulidad


contemplada en la letra b) del artículo 373 del Código Procesal
Penal, esto es, cuando en el pronunciamiento de la sentencia, se hubiere hecho una
errónea aplicación del Derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del
fallo, indicándose que se ha infringido lo dispuesto en los artículos 1 y 4 de la Ley N°
20.000.-
Segundo: Que el artículo 1° de la Ley N° 20.000, establece en su inciso primero que los
que elaboren, fabriquen, transformen preparen o extraigan sustancias o drogas
estupefacientes o psicotrópicas productoras de dependencia física o psíquica, capaces de
provocar graves efectos tóxicos o daños considerables a la salud, sin la debida
autorización, serán castigados con presidio mayor en sus grados mínimo a medio y multa
de cuarenta a cuatrocientas unidades tributarias mensuales, añadiendo el inciso segundo
que si tratare de otras drogas o sustancias de esta índole que no produzcan los efectos
indicados en el inciso anterior, podrá rebajarse la pena hasta en un grado, mientras que el
inciso tercero concluye señalando que incurren también en este delito, quienes tengan en
su poder elementos, instrumentos, materiales o equipos comúnmente destinados a la
elaboración, fabricación, transformación o extracción de las sustancias o drogas a que se
refieren los incisos anteriores.
Tercero: Que a su vez, el artículo 4 de la Ley N° 20.000, dispone en su inciso primero,
que el que sin la competente autorización posea, transporte, guarde o porte consigo
pequeñas cantidades de sustancias o drogas estupefacientes psicotrópicas productoras
de dependencia física o psíquica, o de materias primas que sirvan para obtenerla, sea
que se trate de las indicadas en los incisos primero o segundo del artículo 1°, será
castigado con presidio menor en sus grados medio a máximo y multa de diez a cuarenta
Unidades Tributarias Mensuales, a menos que justifique que están destinadas a la
atención de un tratamiento médico o a su uso o consumo personal exclusivo y próximo en
el tiempo, añadiendo el inciso segundo que en igual pena incurrirá el que adquiera,
transfiera, suministre o facilite a cualquier título pequeñas cantidades de estas sustancias,
drogas o materias primas, con el objeto de que sean consumidas o usadas por otro,
mientras que el inciso tercero, concluye que se entenderá que no concurre la
circunstancia de uso o consumo personal exclusivo y próximo en el tiempo cuando la
calidad o pureza de la droga poseída, transportada, guardada o portada no permita
racionalmente suponer que está destinada al uso o consumo descrito o cuando las
circunstancias de la posesión, transporte, guarda o porte sean indiciarias del propósito de
traficar a cualquier título.
Cuarto: Que un recurso de nulidad fundado en la causal en comento, pretende que se
revise el derecho aplicado en la sentencia a fin de determinar si lo ha sido en forma
errónea de manera tal que se haya producido una repercusión de fondo en los resolutivo
de la sentencia, al extremo que si no se hubiere aplicado en dicha forma, la consecuente
decisión habría sido distinta y para cuyo efecto se debe efectuar una confrontación entre
lo resuelto en la sentencia y el derecho que sirve de soporte a la decisión adoptada, por lo
que mediante dicha causal no se persigue la modificación de los hechos establecidos en
el fallo, sino que los errores “ in iudicando iure “, esto es, los defectos en el dictamen
jurídico.
Quinto: Que en el considerando noveno de la sentencia recurrida, relativo a la
“Valoración de los medios probatorios”, se consigna que con el mérito de la prueba
testimonial, documental , pericial y gráfica rendida por el Ministerio Público, ha sido
suficiente para acreditar que el día 02 de Mayo del año 2016, aproximadamente a las
18:45 horas, la acusada M.N.H en el domicilio ubicado en calle XXX, comuna de Ovalle,
entregó al agente revelador, 2,2 gramos de una sustancia en la suma de $5.000 que
mantenía en el interior de su casa habitación como también una bolsa de nylon
contenedora de 23,5 gramos de una sustancia.
Sexto: Que los hechos antes descritos, en los cuales no se califica de drogas
estupefacientes o sicotrópicas la sustancia referida, son los establecidos en la sentencia,
los que resultan inamovibles, máxime si la recurrente no ha pretendido desvanecerlos en
el sentido apuntado, mediante la invocación de la causal de nulidad pertinente al efecto y
que no es la invocada, de manera que en base a dichas circunstancias fácticas
establecidas, corresponde al tribunal aplicar el derecho.
Septimo: Que en el mismo considerando noveno de la sentencia recurrida, los
sentenciadores entienden que la prueba científica rendida no determina la pureza de
aquella pequeña cantidad de sustancia mantenida y portada por el justiciable, por lo que
al desconocerse el grado de pureza de la supuesta droga incautada se ignora
consecuencialmente, su idoneidad para generar aquellos efectos tóxicos y daños a la
salud pública a que se refieren los artículos 1 y 4 de la Ley N° 20.000, con infracción al
principio de lesividad, y, por lo tanto, ello determina la inexistencia del delito y conlleva a
la absolución de los cargos formulados en contra de la acusada doña M.N.H,
agregándose que por la cantidad de la sustancia incautada en caso alguno podría
considerarse como constitutiva de un delito de tráfico de drogas del artículo 4° de la Ley
20.000, pudiendo, para el evento de determinarse la pureza de la misma, constituir un
delito de tráfico ilícito de pequeñas cantidades cuya configuración no resulta posible por la
falta de este antecedente, que hace que no pueda determinarse que la conducta
desplegada afecte, materialmente, el bien jurídico protegido, cual es la salud pública.
Octavo: Que a su vez en el considerando décimo de la sentencia recurrida, relativo a la
“Ausencia de acreditación de la pureza de la droga e inexistencia del delito”, se reitera
que sin embargo la prueba científica rendida no determina la pureza de aquella pequeña
cantidad de sustancia mantenida y portada por el justiciable, por lo que al desconocerse el
grado de pureza de la supuesta droga incautada se ignora, consecuencialmente, su
idoneidad para generar aquellos efectos tóxicos y daños a la salud pública a que se
refieren los artículos 1 y 4 de la ley N° 20.000, con infracción al principio de lesividad, y,
por tanto, ellos determina la inexistencia del delito y conlleva la absolución de los cargos
formulados en contra de la acusada doña M.N.H.
Noveno: Que, como se puede apreciar, en la especie, en el pronunciamiento de la
sentencia, no ha existido una errónea aplicación del derecho, ya que resultaba de capital
importancia conocer el grado de pureza de la supuesta droga incautada y mal puede
sostenerse que los sentenciadores han errado en cuanto al alcance y los elementos que
integran el tipo penal, puesto que los efectos tóxicos y daños a la salud pública, bien
jurídico resguardado, resultan condicionados al grado de pureza de la sustancia incautada
bajo la supuesta denominación de droga.
Decimo: Que así las cosas, del simple análisis de los artículos 1 y 4 de la Ley N°20.000,
se desprende que efectivamente el bien jurídico protegido es la salud pública.
Decimo Primero: Que en consecuencia, cabe rechazar el recurso de nulidad interpuesto.
Y de conformidad además con lo dispuesto en los artículos 372, 373, 378, 384 del Código
Procesal Penal, se resuelve que se rechaza el recurso de nulidad interpuesto en contra de
la sentencia de fecha 2 de diciembre de 2016, dictada por el Tribunal de Juicio Oral en lo
Penal de Ovalle, la cual en consecuencia no es nula como así tampoco es nulo el juicio
oral.
Redacción del Fiscal Judicial, Don Miguel Montenegro Rossi.
Regístrese.

Rol N° 531-2016.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de La Serena,


integrada por los Ministros Titulares señor Fernando Ramírez Infante, señora Marta
Maldonado Navarro y el Fiscal Judicial señor Miguel Montenegro Rossi. No firma el
Ministro señor Ramírez, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo de la causa,
por encontrarse haciendo uso de su feriado legal.

4.- CA La Serena confirma sentencia que condena a imputado por tráfico en


pequeñas cantidades de cannabis sativa sin informe de pureza (CA La Serena,
2017.01.24 ROL 22-2017)

Norma asociada: L 20.000 ART. 4º


Tema: Antijuridicidad; Ley de tráfico de estupefacientes y sustancias psicotrópicas;
Principios.

Descriptores: Delitos contra la salud pública; Microtráfico

SINTESIS: CA de La Serena rechaza recurso de apelación de la DPP en contra de


sentencia del Juzgado de Letras y Garantía de Combarbalá que había condenado al
imputado por el delito de tráfico en pequeñas cantidades de cannabis sativa sin informe
de pureza en el contexto de procedimiento abreviado. Junto con confirmar la sentencia
impugnada la Corte señala que “del artículo 4° de la ley N° 20.000, es posible advertir
que, si bien el precepto alude a la pureza del estupefaciente, no lo hace a propósito de la
figura típica, sobre la cual el legislador sólo se refiere a una “pequeña cantidad” del
alucinógeno, concepto regulativo cuyo contenido queda entregado a los jueces de la
instancia” (Considerando único)

TEXTO COMPLETO

La Serena, veinticuatro de enero de dos mil diecisiete.

Siendo las 10:10 horas, ante la Segunda Sala de esta Corte de Apelaciones presidida por
el Ministro señor Jaime Franco Ugarte e integrada por el Ministro señor Humberto
Mondaca Díaz y el Fiscal judicial señor Miguel Montenegro Rossi, se lleva a efecto
audiencia para la vista del recurso de apelación interpuesto por la defensa, en contra la
sentencia definitiva dictada con fecha tres de enero de dos mil diecisiete por la Juez (s)
del Juzgado de Letras y Garantía de Combarbalá doña Johana Pizarro Véliz, que
condenó al imputado R.A.A.P. por un delito de microtráfico ilícito de estupefacientes en
pequeñas cantidades.
Se deja constancia que la audiencia, que queda registrada íntegramente en sistema de
audio, se realiza con la asistencia, por la defensa, del abogado don Erick Astudillo, quien
se anuncia y alega 10 minutos, revocando y del representante del Ministerio Público, don
Cristian Rodríguez, quien se anuncia y alega por 10 minutos, confirmando.
Concluido el debate se suspende la audiencia.
Terminado el receso, se procede a dar lectura a la siguiente resolución.
VISTOS:
Atendido el mérito de los antecedentes, lo expuesto por los intervinientes en la audiencia
y lo dispuesto en los artículos 358, 360, 370 y 414 del Código Procesal Penal, SE
CONFIRMA la sentencia apelada de fecha tres de enero de dos mil diecisiete, y se TIENE
ADEMÁS PRESENTE que del artículo 4° de la ley N° 20.000, es posible advertir que, si
bien el precepto alude a la pureza del estupefaciente, no lo hace a propósito de la figura
típica, sobre la cual el legislador sólo se refiere a una “pequeña cantidad” del alucinógeno,
concepto regulativo cuyo contenido queda entregado a los jueces de la instancia.
Con lo actuado, se levanta acta de lo obrado, la que es suscrita por el Tribunal y relatora
(s) señorita Karla Malebrán Torres quien actúa como ministro de fe, certificando en este
acto la lectura de la presente resolución.
Dese copia a los intervinientes que lo solicitare verbalmente.
Devuélvase.
Rol N° 22-2017.- Reforma Procesal Penal.-
II.- LUGAR DE RECLUSIÓN COMO
AGRAVANTE EN LA LEY 20.000

1.- Corte acoge recurso de nulidad interpuesto por la defensa. Reconoce


errónea aplicación de agravante especial del art. 19 letra h) de la ley 20.000 a interno
cumpliendo condena (CA La Serena 08.08.2016 rol 259-2016)

Norma asociada: CPP ART. 373 b); L20.000 ART. 19 h); L20.000 ART. 51; CP ART. 12
N°14; CP ART. 63.

Tema: Circunstancias agravantes de la responsabilidad penal; Ley de tráfico ilícito de


estupefacientes y sustancias sicotrópicas.

Descriptores: Errónea aplicación del derecho; Recurso de nulidad; Tráfico ilícito de


drogas; Establecimientos carcelarios; Agravantes especiales.

SÍNTESIS: Corte de Apelaciones acoge recurso de nulidad interpuesto por la defensa y


dicta sentencia de reemplazo. Sostiene que no procede aplicar la agravante especial de la
letra h de la Ley 20.000, pues quien se encuentra privado de libertad en lugares de
reclusión no puede ser sino el “recibidor” pasivo de las sustancias que otros introducen a
esos establecimientos. Son los que introducen la droga quienes generan y son
responsables de la peligrosidad agravada de las figuras delictivas del párrafo 1° del Título
1° de la Ley 20.000, y a quienes, en consecuencia, se aplican e imponen la pena
aumentada en un grado:“ Que no resulta racional ni sensato aplicar esta hipótesis de
agravación de pena a quienes se encuentran recluidos en un recinto penitenciario, que no
están en situación de elegir el lugar físico en el cual pueden cometer el delito de tráfico,
amén de que están imposibilitados de obtener sustancias estupefacientes en el medio
libre” (Considerando 4).
TEXTO COMPLETO:

La Serena, ocho de agosto de dos mil dieciséis.

VISTOS Y CONSIDERANDO:

Primero: Que don Oscar Soto Hernández, defensor penal público, por el imputado
R.M.N.P., en causa RUC N° 1300534078-5 RIT N° 67-2016, interpone recurso de nulidad
en contra de la sentencia definitiva de diez de junio de dos mil dieciséis, en cuya virtud se
condenó a R.M.N.P. a la pena de tres años y un día de presidio menor en su grado
máximo, al pago de una multa a beneficio fiscal de una unidad tributaria mensual y a las
accesorias legales, como autor de un delito de tráfico ilícito de estupefacientes y
sustancias psicotrópicas en pequeñas cantidades, previsto y sancionado en los artículos
1° y 4° de la Ley 20.000, asilado en la causal prevista en el artículo 373 letra b del Código
Procesal Penal, esto es, cuando en el pronunciamiento de la sentencia, se ha hecho una
errónea aplicación del derecho que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
Solicita se invalide la sentencia recurrida, dictando sentencia de reemplazo en la que se
rechacen las circunstancias modificatorias agravantes del artículo 19 letra h) de la Ley
20.000 y 12 número 14 del Código Penal y se proceda a dictar sentencia de reemplazo en
la que se imponga al aludido R.M.N.P. una pena única de 541 días de presidio menor en
su grado medio, accesorias del grado y multa no superior a 1 UTM.
Segundo: Que en torno a la causal única invocada explicita en lo que toca a la agravante
especial de la letra h) artículo 19 de la Ley 20.000, que fue un hecho no discutido en el
juicio oral, que el acusado se encontraba en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de
La Serena, cumpliendo una condena, purgando una sanción privativa de derechos, entre
ellos, su libertad ambulatoria; que en este contexto puede colegirse del ámbito de
aplicación de la norma aludida en que no resulta razonable aplicar esa circunstancia a la
comisión de delitos realizados por sujetos que se encuentran recluidos en
establecimientos penitenciarios, toda vez que carecen de la posibilidad de elegir otro lugar
para el tráfico, existiendo en el interior del recinto controles aptos y suficientes en el
resguardo de la seguridad, de suerte que la agravante precitada se aplicará únicamente a
aquella personas externas que introduzcan drogas en los respectivos recintos.
Añade resuelta difícil pensar en otras hipótesis de comisión como la fabricación de
sustancias dentro de estos recintos por agentes externos; además, que por un criterio de
interpretación sistemático conlleva aplicar por analogía la regla del artículo 51 de la Ley
20.000, en cuanto exige que el sujeto activo del ilícito sea una "persona ajena" al
establecimiento. Esta norma puede aplicarse analógicamente in bonam parte, toda vez
que lo que busca aquella es evitar que personas ajenas al establecimiento penitenciario
puedan vulnerar los derechos y las condiciones de seguridad de quienes se encuentran
en situación de privación de libertad, sin libertad ambulatoria.
La misma disposición se contiene en el artículo 51 de la Ley 20.000, esta vez referida a
las faltas y derechamente se indica que la trasgresión a la prohibición debe ser cometida
por "personas ajenas" al establecimiento penitenciario.
Tercero: Que en cuanto a la agravante genérica del artículo 12 número 14 del Código
Penal, razona el recurrente que son circunstancias agravantes, entre otras, cometer el
delito mientras se cumple una condena o después de haberla quebrantado, de manera
que el tribunal a quo al aplicar simultáneamente dos circunstancias modificatorias de la
responsabilidad penal basadas en elementos de hecho exactamente iguales, como el
relativo a la agravante especial de la Ley 20.000, antes referida, se ha vulnerado el
principio general de doble valoración o non bis in ídem, contenido en el artículo 63 del
Código Penal.
Cuarto: Que en cuanto a la primera faceta de la causal invocada, la agravante especial
de la letra h) artículo 19 de la Ley 20.000, está claro que quien se encuentra privado de
libertad en lugares de reclusión no puede ser sino el recibidor pasivo de las sustancias
que otros introducen a esos establecimientos, con una fuerte e importante custodia del
personal de Gendarmería de Chile, son los que introducen la droga quienes generan y
son responsables de la peligrosidad agravada de las figuras delictivas del párrafo 1° del
Título 1° de la Ley N° 20.000, y a quienes, en consecuencia, se aplican e imponen la pena
aumentada en un grado; que no resulta racional ni sensato aplicar esta hipótesis de
agravación de pena a quienes se encuentran recluidos en un recinto penitenciario, que no
están en situación de elegir el lugar físico en el cual pueden cometer el delito de tráfico,
amén de que están imposibilitados de obtener sustancias estupefacientes en el medio
libre. La única forma de tener acceso a esas sustancias es que le sean proporcionadas
por personas ajenas al recinto, no pudiendo ser – se reitera– sino el receptor pasivo de
las sustancias que otros introducen a esos establecimientos, siendo estos últimos, en
consecuencia, quienes generan y son responsables de la peligrosidad agravada de las
figuras delictivas del párrafo 1° del Título 1° de la Ley 20.000, y a quienes, en
consecuencia, es adjudicable el aumento de un grado de la pena establecida en la letra h)
del artículo 19 de la Ley 20.000.
Quinto: Que atendido lo precedentemente razonado, resulta del caso concluir que en el
fallo impugnado se incurrió en infracción de ley que ha influido sustancialmente en lo
dispositivo del fallo, pues se aplicó en la especie una pena que no procedía en la
extensión impuesta, situación que resulta perjudicial para el imputado y que hace
necesario acoger el recurso de nulidad interpuesto y dictar la correspondiente sentencia
de reemplazo, conforme a lo estatuido en el artículo 385 del Código Procesal Penal.
Sexto: Que, en relación con la otra faceta de la causal en que apoya su arbitrio el
recurrente, esto es, la agravante del artículo 12 número 14 del Código Penal, al haberse
aplicado simultáneamente dos circunstancias modificatorias de la responsabilidad penal
basadas en elementos de hecho exactamente iguales, como el relativo a la agravante
especial de la Ley 20.000, antes referida, no se divisa la infracción denunciada en
atención a que esta agravante no tiene relación alguna con la especial del artículo 19 letra
h) de la Ley 20.000, son independientes con sus propias características y requisitos.
Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los artículos 372, 373 letra b), 376 y 385
del Código Procesal Penal, SE ACOGE el recurso de nulidad interpuesto por don Oscar
Soto Hernández, defensor penal público, por el imputado R.M.N.P., en contra de la
sentencia definitiva de diez de junio de dos mil dieciséis, librada por la Tercera Sala del
Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de cuidad de La Serena, declarándose en
consecuencia, que dicho veredicto es nulo, dictándose a continuación, pero
separadamente sentencia de reemplazo.
Incorpórese a la carpeta digital, debiendo mantenerse su original en el correspondiente
Registro del señor Secretario.
Redactó el ministro Sr. Humberto Mondaca Díaz.

Rol N° 259-2016. Reforma Procesal Penal.


Pronunciado por la Segunda Sala de esta Corte de Apelaciones integrada por los
Ministros Titulares señor Vicente Hormazábal Abarzúa, señor Jaime Franco Ugarte y
señor Humberto Mondaca Díaz.

SENTENCIA DE REEMPLAZO:

La Serena, ocho de agosto de dos mil dieciséis.


VISTOS Y CONSIDERANDO:

Que de conformidad a lo dispuesto en el artículo 385 del Código Procesal Penal, se dicta
la siguiente sentencia de reemplazo.
Se reproduce íntegramente la sentencia datada el diez de junio de dos mil dieciséis, citas
legales, a excepción del párrafo tercero, último, del motivo sexto que se elimina; además,
se elimina el considerando décimo cuarto, igual que la cita de los artículos 29 del Código
Penal y del artículo 19 letra h) de la Ley 20.000, y se reproducen asimismo los
fundamentos cuarto y quinto de la sentencia de nulidad.
Y se tiene en lugar de los motivos eliminados y además presente:
Primero: Que por las razones vertidas en el fallo que antecede de esta misma fecha, no
se configura, en la especie, la circunstancia calificante prevista en el artículo 19 letra h) de
la Ley 20.000 ”h) Si el delito fue cometido en un centro hospitalario, asistencial, lugar de
detención o reclusión, recinto militar o policial” siendo inaplicable a las personas que
cumplen pena privados de libertad en un recinto penitenciario, desde que estos no
pueden ser autores porque no están en situación de elegir el espacio físico en el cual
pueden cometer el delito de tráfico; además, de que están imposibilitados de obtener
sustancias estupefacientes en el medio libre. Son las personas que introducen la droga
quienes generan y son responsables de la peligrosidad agravada de las figuras delictivas
del párrafo 1° del Título 1° de la ley 20.000 la única manera de tener acceso a esas
sustancias es que le sean proporcionadas por personas ajenas al recinto.
Segundo: Que perjudica al imputado una circunstancia agravante, la de haber cometido
el delito mientras cumplía condena, artículo 12 número 14 del Código penal; y le favorece
la atenuante del artículo 11 número 9 del estatuto Punitivo por la colaboración sustancias
prestada en el juicio, por lo que ambas serán racionalmente compensadas, de manera
que no existiendo otras circunstancias modificatorias de responsabilidad penal que
analizar, se le impondrá la pena en el mínimo legal.
Tercero: Que en lo que toca a la pena de multa se regulará prudencialmente en una
unidad tributaria mensual atendida las facultades económicas del culpable.
Por estas consideraciones, y los dispuesto en el artículo 30 del Código Penal, artículos
384 y 385 de Código Procesal Penal, se declara que:
I. Que se condena a R.M.N.P., ya individualizado, a sufrir la pena de quinientos cuarenta y
un días de presidio menor en su grado medio, al pago de una multa a beneficio fiscal de
una unidad tributaria mensual y a la accesoria legal de suspensión de cargo u oficio
público durante el tiempo de la condena, como autor de un delito de tráfico ilícito de
estupefacientes y sustancias psicotrópicas en pequeñas cantidades, previsto y
sancionado en los artículos 1° y 4° de la Ley 20.000, perpetrado en la ciudad de La
Serena, el día 25 de mayo del año 2013, al interior del Centro de Cumplimiento
Penitenciario Huachalalume.
II. Que no reuniéndose los requisitos de la ley 18.216, no se concede al sentenciado
ninguna de las penas sustitutivas contempladas en dicha normativa por lo que deberá
cumplir de manera efectiva la pena privativa de libertad que se le ha impuesto, debiendo
abonarse a su cómputo los dos días que permaneció privado de libertad, en calidad de
detenido y en cumplimiento de la medida cautelar de prisión preventiva por esta causa,
correspondiendo a los días 30 y 31 de diciembre de 2015.
III.- Que se condena al sentenciado al pago de las costas de la causa.
IV.- Ejecutoriada que sea esta sentencia devuélvase la documentación y prueba
presentada por el Ministerio Público y remítase al Juzgado de Garantía de La Serena para
su ejecución.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 40 del Reglamento de la Ley 19.970 y
artículo 17 de la misma, una vez ejecutoriada esta sentencia, procédase por quien
corresponda, a obtener muestras biológicas del condenado para determinar su huella
genética, la cual deberá incluirse en el Registro de Condenados que lleva el Servicio de
Registro Civil, por no haber constancia de haberse obtenido ésta con anterioridad y
atendido a que se le condenó por un delito referido en las disposiciones citadas.
Ejecutoriada que sea esta resolución, dése cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 468
del Código Procesal Penal.
Incorpórese a la carpeta digital, debiendo mantenerse su original en el correspondiente
Registro del señor Secretario.
Redactó el ministro Sr. Humberto Mondaca Díaz.

Rol N° 259-2016. Reforma Procesal Penal.


Pronunciado por la Segunda Sala de esta Corte de Apelaciones integrada por los
Ministros Titulares señor Vicente Hormazábal Abarzúa, señor Jaime Franco
Ugarte y señor Humberto Mondaca Díaz.

III.- ANIMUS DETINENDI EN EL PORTE DE


ARMA DE FUEGO
1. - TOP absuelve porte ilegal de arma por no concurrir el elemento del tipo:
animus detinendi (TOP Ovalle 2016.08.26 rol 134-2016)

Normas Asociadas: Ley 17.798 ART. 2 letra b) y c), 4, 5, 6, 12 y 17 b); CP ART. 456 bis
A
Tema: Ley de Control de Armas; Tipicidad, Prueba.
Descriptores: Porte de Armas, Delitos contra el orden y la seguridad públicos cometidos
por particulares, Receptación. Tipicidad Subjetiva, Tenencia Ilegal de Armas.
Síntesis: TOP de Ovalle absuelve por delito de porte ilegal de armas de fuego y
municiones y receptación, pues a juicio de los jueces se acredita que los acusados
carecían del ánimo que requiere el tipo penal, señalando “no ha resultado entonces
establecido, fuera de toda duda, la posesión de las armas de fuego atribuidas a los
justiciables, ya que el tipo penal por el cual se les acusó exige el animus detinendi, esto
es, el poseer las armas de fuego en forma continua, disponiendo de las mismas” y
respecto de la receptación argumentan la misma situación “no se les puede atribuir el
haber tenido en su poder las armas de fuego, ya que carecían del animus detinendi que
también este tipo penal exige”.(Considerando 13°)

Texto Completo

Ovalle, veintiséis de agosto de dos mil dieciséis.


VISTOS, OIDOS Y CONSIDERANDO:

Primero: Tribunal e intervinientes. Que con fecha veintidós de agosto del presente año,
ante esta Sala Única del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Ovalle, integrada por los
jueces titulares doña Ana Karina Hernández Muñoz, quien presidió, doña Eugenia
Victoria Gallardo Labraña y don Cristián Arturo Alfonso Durruty , se llevó a efecto la
audiencia de juicio relativa al Rol Interno 134-2016, para conocer la acusación formulada
en contra de don M.H.C.S., cédula nacional de identidad N° XXX, nacido el 09 de
diciembre de 1.991, de 24 años de edad, soltero, operador de maquinaria pesada,
chileno, sin apodos, cuarto medio rendido, domiciliado en XXX, y de don G.A.G.P., cédula
nacional de identidad N° XXX, nacido el 29 de abril de 1.992, de 24 años de edad,
casado, buzo mariscador, chileno, sin apodos, cuarto medio rendido, domiciliado en XXX.
El ente acusador estuvo representado por don Rodrigo Gómez del Pino, domiciliado en
calle Independencia N° 604 esquina calle Santiago de Ovalle.
La defensa del acusado M.H.C.S, estuvo a cargo de defensor penal público don Marco
Jurín Rakela, domiciliado en calle Tangue N°560 – Ovalle.
Por su parte la defensa del acusado G.A.G.P estuvo a cargo de su defensor penal público
don Carlos Tello Luza, domiciliado en calle Tangue N°560 – Ovalle.
Segundo: Acusación. Que conforme al auto de apertura la acusación fiscal es por los
siguientes hechos:
“El día 16 de Enero de 2016, alrededor de las 17:30 horas, en la vía pública, calle Prat a
la altura del número 685, localidad de Huamalata, comuna de Ovalle, los acusados
M.H.C.S. y G.A.G.P fueron sorprendidos por Carabineros en circunstancias que poseían
en el vehículo marca Chevrolet, modelo Tracker, P.P.U. HLSR-14, 3 (tres) armas de fuego
consistentes en una escopeta marca Fiagg, calibre 12, serie N° 18201, con 8 cartuchos
calibre 12 sin percutir y 2 (dos) pistolas, una marca CZ, calibre 9 m.m. serie N° F0270 y
otra marca Glock, calibre 40, serie N° FAN 711, sin contar con las autorizaciones
otorgadas por la autoridad correspondiente. Por su parte, las referidas armas de fuego
tipo pistola son de propiedad de don Mauricio Rivera Alarcon y don Glenn Daniel Muñoz
Ramos respectivamente, y les habían sido robadas previamente a los citados
propietarios, según dan cuenta los partes policiales Nº 577 de fecha 13 de Febrero de
2011 de la 3° Comisaria de Carabineros de Ovalle y N° 5.917 de fecha 17 de Octubre de
2009 de la Subcomisaria de Antofagasta Norte. Los acusados conocían o no podían
menos que conocer el origen ilícito de estas 2 armas de fuego.”
A juicio de fiscalía, los hechos descritos configuran los delitos de posesión ilegal de
armas de fuego y municiones y Receptación, previstos y sancionados respectivamente
en los artículos 9 de la Ley 17.798 sobre control de armas en relación al artículo 2 letra b)
y c), 4, 5, 6, 12 y 17 B del mismo cuerpo legal, y 456 bis A del Código Penal,
encontrándose ambos ilícitos en grado de desarrollo de consumados y en los que a los
acusados se les atribuye participación a título de autores.
Refiere el Ministerio Público que, respecto del acusado M.H.C.S concurre la circunstancia
atenuante de la irreprochable conducta anterior del delincuente establecida en el artículo
11 Nº 6 del Código Penal y no le perjudican circunstancias agravantes de responsabilidad
penal. Que por su parte, respecto del acusado G.A.G.P no se invocan circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal.
En consecuencia, el Ministerio Público solicita que se condene a cada uno de los
acusados a las siguientes penas:
- Por el delito de posesión ilegal de arma de fuego y municiones, una pena de 10
años de presidio mayor en su grado mínimo, la accesoria legal del artículo 28 del
Código Penal, esto es, la de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta perpetua para profesiones
titulares mientras dure la condena, comiso de un arma de fuego consistente en una
escopeta marca Fiagg calibre 12, serie N° 18201, con 8 cartuchos calibre 12, con costas.
- Por el delito de receptación, una pena de 5 años de presidio menor en su grado
máximo, la accesoria legal del artículo 29 del Código Penal, esto es, inhabilitación
absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y
oficios públicos durante el tiempo de la condena, con costas.
Tercero: Alegatos del Ministerio Público. Que en su alegato de apertura el señor fiscal
indicó que se probarán los hechos de la acusación. Carabineros tenía conocimiento que
sujetos que se trasladaban en un auto estaban manipulando armas de fuego, y al ser
fiscalizados se percatan que mantienen dos pistolas y una escopeta, mas municiones,
teniendo las dos pistolas encargos por robo.
Por su parte, en el alegato de clausura concluye que se acreditaron los hechos, no
desmintiendo el acusado que declaró la existencia de las armas y que estaba en el auto
de su propiedad. O creemos lo que dice el acusado que se encontró el arma en un bolso
o no le creemos. Si no se cree se establece lo que dice la fiscalía, esto es, que sin
autorización suficiente tenían las armas en su poder y dos de ellas eran robadas. Las
armas no estaban en un bolso y estaban escondidas y no encima del aparataje que hay
en todos los vehículos. La escopeta, además, estaba en una funda especial para
guardarla. La versión del acusado puede tener veracidad. En el evento que puede ser
como dijo el acusado hay duda razonable respecto del delito de tenencia o posesión ilegal
de arma de fuego, pero se configura al menos el delito de receptación, ya que cuando
llegaron los carabineros sabían que eran armas y que tenían un origen ilícito. No hay
licitud, por lo que tienen el elemento subjetivo siendo sorprendidos manteniendo las
especies. Al menos hay delito de receptación.
El fiscal replica que los carabineros recepcionaron antecedentes de sujetos que tenían
armas en un automóvil, y con ello van al lugar y vieron que un auto era de uno de ellos.
Pero objetivamente pueden darse los atisbos de un delito de receptación, ya que están los
partes de las armas robadas, y eso se suma a la pericia y se trata de armas robadas lo
que no podían sino conocer ya que uno de ellos dijo que encontró un bolso que tiraron
unos sujetos y eso no tiene origen lícito.
Cuarto: Alegatos de la Defensa del acusado M.H.C.S. Que la defensa del acusado
sostuvo en su alegato de apertura que pide la absolución. Pregunta si hay dolo, si hay
posesión permanente de las armas. El hallazgo del bolso es en la vía pública en un sector
cercano al local comercial. Y se sube el bolso sin conocer el origen y las finalidades para
las cuales estaban las armas en el bolso y van al local de alcoholes y se toma a la
decisión de llamar a carabineros para entregar estas armas. Ellos no sabían qué hacer
con las armas. No hay dolo de poseer las armas para efectos distintos, sino para ponerlas
a disposición de la policía.
En su clausura dijo que el tipo penal por el cual han sido acusados exige un relato de
prueba mayor, ya que se trata de penas altas sin penas sustitutivas. ¿Cuál es la flagrancia
percibida por los funcionarios policiales al llegar al local que habilitase para el control de
identidad? Si ellos no vieron nada. Sólo recibieron una llamada. En el local había más
gente, era un día sábado en la tarde en enero. No fueron descubiertos portando o
poseyendo las armas. Si se valorase lo que dijo el policía, él mismo dijo que los acusados
dijeron que las armas se las habían encontrado momentos antes. No los vieron portando
arma de fuego alguna y es coincidente con lo dicho por el administrador. Las encontraron,
momentos antes; nerviosos llegan al local y toman la decisión que otra persona llame a
carabineros para recoger las armas, y ello es casi concordante con la letra c) del artículo
14 de la Ley de Control de Armas. No ha tenencia con mano propia. La teoría alternativa
es posible. Respecto de la receptación no se acreditó el elemento subjetivo.
No replica la defensa replica.
Quinto: Alegatos de la Defensa del acusado G.A.G.P. Que la defensa del acusado
sostuvo en su alegato de apertura que pide la absolución por tres tópicos. Primero el
procedimiento policial adoptado se inicia por un supuesto llamado anónimo y se entra a
un local comercial nocturno y se realizan controles de identidad aleatorios, dando con el
dueño del automóvil, el coimputado, realizando en base a una denuncia anónima
diligencias sin instrucciones del fiscal, registrando el auto sin orden del fiscal. En segundo
lugar la posesión de un arma de fuego es un delito de propia mano, que no admite
coautoría ni autoría mediata y al momento que fueron fiscalizados no estaban poseyendo
arma alguna, ya que estaban fuera del auto, dentro de un local nocturno. En tercer lugar
no existe peligro si no hay tenencia de las armas. En cuanto al delito de receptación no
hay proporcionalidad ni forma de acreditar ni la posesión ni la tenencia ni el elemento
subjetivo, cual es conocer el origen ilícito de las municiones, de las armas, lo que no es
posible, ya que no se puede acreditar que tengan las armas ni que haya llegado el
acusado al lugar en el auto.
En su clausura dijo que el procedimiento fue irregular. Existiendo una denuncia anónima
hay un indicio y el antiguo artículo 85 del Código Procesal Penal exigía más de uno para
controlar la identidad; citando una jurisprudencia de la Excma. Corte Suprema de Justicia.
La denuncia anónima permite iniciar una investigación mas no controlar la identidad,
debiendo llamar al fiscal de turno. Aun cuando se considerase que este singular indicio
fuese suficiente el mismo terminaba cuando se identificaron los imputados, no pudiendo
registrar el automóvil sino con la instrucción del fiscal, y sin siquiera ser informados de sus
derechos, ya que el policía dijo que después de la detención le son informados sus
derechos. El hallazgo de la prueba fue con la colaboración de los imputados sin
conocimiento de sus derechos. Hay un testigo que coloca a los imputados en la eximente
del artículo 14 letra c) de la Ley de Control de Armas, y la denuncia anónima se explica
por la declaración del señor Codoceo, la que hizo a petición de los propios imputados.
Existe una teoría plausible por parte de la defensa. Es un delito de propia mano, lo que
basa en el considerando 8°, Cuarto TOP Santiago, RIT 109-2009, exigiendo el desarrollo
personal de la acción. No es posible una posesión por parte de más de una persona y no
se ha establecidos que Godoy Plaza haya poseído o tenido arma alguna, siendo las
armas encontradas en el automóvil del coacusado. Es un delito de peligro con pena dura,
debiendo acreditarse el actuar de propia mano y el peligro, ya que el bien jurídico
protegido es la seguridad pública, Rol 408-2011 del 6° Oral de Santiago, considerando
12°, debiendo el sujeto tener dominio de la esfera de resguardo siendo un delito de peligro
abstracto, no estando las armas dentro de la esfera de resguardo de los acusados. En
cuanto a la receptación arguye las mismas alegaciones respecto del procedimiento ni la
determinación del origen ilícito de las armas, no dándose el elemento subjetivo del delito,
no pudiendo saber que las armas eran robadas.
La defensa replica que hay solo un indicio y no plural como exigía la norma vigente por
entonces. Ese indicio no era bastante para controlar la identidad. La tenencia o posesión
de una cosa para el delito de receptación exige, también, el ostentarla con ánimo de
dueño, ya que lo protegido es la propiedad y evitar la venta de cuestiones robadas, pero
los imputados las encontraron y le pidieron a un tercero el entregarlas a Carabineros.
Sexto: Declaración del acusado M.H.C.S. Que el acusado M.H.C.S, asesorado por su
abogado, renunció a su derecho a guardar silencio, quien, exhortado a decir verdad
señaló que ese día era 16 de enero de 2.016 e iban por el puente de Quebrada Seca y se
percatan que un vehículo botó un bolso, y al ver que lo lanzaban pensaron que podían ser
cosas de valor por lo que el compañero Godoy se percató que eran armas, las que
echaron en el jeep del declarante y fueron al local Rapanui al que iban siempre. Su
compañero es G.G. Iban en su jeep Chevrolet Tracker. Estaban a 4 o 5 minutos del local.
Esto fue como a las 14:00 a 16:30 horas. Se pusieron nerviosos y el local Rapanui era el
más cercano para explicar el asunto de que habían encontrado armas. Entraron al local,
nerviosos, e informaron al administrador y lo llamaron para afuera y le explicaron que
habían encontrado estas armas, que eran tres.
A las preguntas del fiscal indicó que luego de informar al administrador del local don
William Codoceo, y doña María Isabel, quien es la dueña del mismo, William entró al local
y llamó a carabineros desde afuera del establecimiento y el declarante volvió a entrar al
mismo. No estuvo presente cuando William llamó a carabineros. Cuando encontraron las
armas no llamó a carabineros ya que andaban con alcohol en el cuerpo. Carabineros llegó
al local y les controló la identidad al acusado y su compañero, y abrieron el jeep y
encontraron las armas. Cuando carabineros llegó al lugar las armas estaban en el interior
del maletero del Jeep del declarante. A don William Codoceo le mostraron las armas y al
verlas él se puso nervioso. No es amigo de William Codoceo, sino que concurren
frecuentemente al local.
Consultado por la defensa del acusado Godoy Plaza manifestó que el control de
carabineros no fue directo al declarante, sino al azar, rutinario. Pidieron las cédulas de
identidad a los asistentes del local, y llegaron al declarante estando sentados en el local
bebiendo cervezas. Cuando llegó carabineros no estaban portando las armas, sino que
estaban dentro del local. Salieron del local y voluntariamente abrieron el vehículo. El
declarante manejó el vehículo el que es de su propiedad. Carabineros los llevó a la
Comisaría y los detuvieron y recién ahí le informaron de sus derechos.
Examinado por su defensa dijo que es operador de maquinaria pesada en
Caserones, desde hace 5 años en forma continua. En el local estaban tomando cerveza.
Viven cerca del local, el cual queda en Huamalata. En el local había gente consumiendo
bebidas; de hecho unas dos o tres mesas más allá habían unos tipos que estaban
consumiendo. Estuvieron unos 20 o 25 minutos en el local hasta que llego carabineros.
Interrogado por el tribunal dijo que al administrador del local don William Codoceo le
avisaron de las armas una vez que ingresaron al local y le mostraron lo que habían
encontrado y él dijo que había que llamar a carabineros, y ahí entró el declarante con su
acompañante y William llamó a carabineros y al entrar William le explicó a la dueña del
local, doña María Isabel, a quien William le dijo que habían llamado a carabineros,
quienes dijeron que iban a concurrir.
Séptimo: Uso del derecho a guardar silencio del acusado G.A.G.P. Que el acusado
G.A.G.P optó por hacer uso de su derecho a guardar silencio.
Octavo: Ausencia de convenciones probatorias. Que las partes no acordaron
convenciones probatorias.
Noveno: Prueba del Ministerio Público. Que el persecutor a efectos de acreditar los
cargos, presentó durante el juicio los siguientes medios de prueba:
I.- Testigos:
1.- Mauricio Rivera Alarcón, médico, con domicilio reservado.
2.- Mario Díaz Ruiz, Sargento Primero de Carabineros, domiciliado en calle Julio Montt,
comuna de Antofagasta.
3.- Glenn Daniel Muñoz Ramos, empleado, con domicilio reservado.
4.- Jorge Mauricio Cáceres Rozas, Suboficial de Carabineros, domiciliado en calle
Tangue Nº 20, comuna de Ovalle.
5.- María José Figueroa Contreras, Carabinero, domiciliada en calle Tangue Nº 20,
comuna de Ovalle.
II. Documental:
1.- Reporte de armas de fuego emanado de la Dirección General de Movilización Nacional
de fecha 16 de enero de 2.016 relativo a la pistola marca CZ, calibre 9 m.m. serie N°
F0270.
2.- Reporte de armas de fuego emanado de la Dirección General de Movilización Nacional
de fecha 16 de enero de 2.016 relativo a la pistola marca Glock, calibre 40 serie N° FAN
711.
3.- Consulta de arma de fuego emanado de la Dirección General de Movilización Nacional
de fecha 16 de enero de 2.016 relativo a la escopeta marca Fiagg, calibre 12, serie N°
18201.
4.- Consulta de registro de control de armas y explosivos emanado de la Dirección
General de Movilización Nacional de fecha 16 de enero de 2016 relativo al acusado
M.H.C.S.
5.- Oficio N° 1595/18, de fecha 21 de enero de 2016 emanado de la Autoridad
Fiscalizadora 018 de Ovalle informando que los acusados (1) M.H.C.S y (2) G.A.G.P.
6.- Parte policial Nº 577 de fecha 13 de febrero de 2.011, emanado de la 3º Comisaría de
Carabineros de Ovalle.
7.- Parte policial Nº 5917 de fecha 17 de octubre de 2.009, emanado de la Subcomisaria
de Carabineros de Antofagasta Norte.
III. Prueba Pericial:
1.- Andrés Antonio Rodríguez Venegas, Investigador Criminalístico, Sargento Primero
de Carabineros, domiciliado en calle Andrés Bello N° 1.061, La Serena, quien expuso su
informe pericial N° 16-2016 del Labocar de La Serena.
IV. Otros medios de prueba:
1.- Set fotográfico constituido por tres fotografías relativas a las armas y municiones
incautadas a los acusados, tomadas por personal policial de Carabineros.
2.- Set fotográfico constituido por dos fotografías relativa a las armas de fuego incautadas,
contenidas en el informe pericial balístico N° 16-2016, del Labocar de La Serena.
Décimo: Ausencia de prueba propia de la Defensa del acusado G.A.G.P. Que la defensa
del acusado Godoy Plaza no rindió prueba alguna.
Undécimo: Prueba propia de la Defensa del acusado M.H.C.S. Que la defensa del
acusado Campos Santander rindió la siguiente prueba propia:
Testimonial:
1.- Williams Antonio Codoceo Rivera, administrador del local Rapanui, domiciliado en
calle Esmeralda N° 545, Huamalata, ciudad de Ovalle.
Duodecimo: Posiciones de los intervinientes. Que la pretensión del acusador consistió en
la imputación a los encartados M.H.C.S y G.A.G.P de ser autores de los delitos
consumados de posesión ilegal de armas de fuego y municiones y receptación,
perpetrados el día 16 de enero de 2.016 en la comuna de Ovalle.
La defensa del encartado Godoy Plaza cuestionó la legalidad del procedimiento
policial, así como la existencia de la posesión de las armas de fuego de su representado y
la peligrosidad de la conducta atribuida, mientras que la defensa de Campos Santander,
además de también cuestionar la legalidad del procedimiento, solicitó la absolución del
justiciable en atención a la inexistencia de la posesión atribuida por el acusador ya que
ella exige una permanencia; coincidiendo ambas defensas en la ausencia del elemento
subjetivo exigido por el delito de receptación.
Décimo Tercero: Valoración de las probanzas. Que las principales probanzas rendidas
por el persecutor para acreditar los hechos en que funda su pretensión condenatoria
consistieron en la declaración de los dos policías que adoptaron el procedimiento aquella
tarde del 16 de enero de 2.016, el relato del perito balístico, los informes de la autoridad
fiscalizadora y el testimonio de dos dueños de las pistolas que fueron halladas quienes
explicaron que les fueron robadas desde sus respectivos domicilios; mientras que la
defensa del encartado Campos Santander introdujo la declaración del administrador del
local en que fueron fiscalizados los acusados.
Abocados a la labor de analizar la prueba rendida se hace necesario puntualizar que el
administrador del local denominado Rapanui, ubicado en calle Prat del sector de
Huamalata de esta comuna de Ovalle en el cual se encontraban ambos acusados cuando
el día 16 de enero de 2.016 fueron controlados en su identidad por la policía, de nombre
Williams Codoceo Rivera, explicó que al mismo llegaron ambos encartados, asustados y
nerviosos, quienes le dijeron que las armas de fuego las habían encontrado momentos
antes, las que habían sido lanzadas por unos sujetos que se desplazaban en un
automóvil, pero que tenían temor de llamar a Carabineros para entregarlas, ya que
estaban con alcohol en el cuerpo, por lo que convinieron en que fuese el administrador
quien llamase, lo que hizo a petición de los propios encartados, efectuando sí el llamado
en forma anónima para no verse involucrado, detallando que las armas de fuego las vio
en el portamaletas del vehículo en que los sujetos llegaron al local, lo que dijo a la policía
en su llamada, especificando que era marca Chevrolet.
Ello es coincidente con lo expresado en estrados por ambos policías que concurrieron al
local Rapanui, don Jorge Cáceres Rozas y doña María José Figueroa Contreras, quienes
detallaron que fueron al lugar alrededor de las 17:00 horas de aquel 16 de enero de 2.016
por la llamada de Cenco que informaba que dos sujetos estaban con una escopeta que
guardaron en un automóvil que se encontraba estacionado frente al local Rapanui, que
correspondía a uno marca Chevrolet, modelo Tracker, de color negro; por lo que
consultaron el poseedor inscrito del móvil, quien fue controlado al interior del local el que
correspondía al acusado Campos Santander, siendo controlado también su acompañante
Godoy Plaza, por reunir las vestimentas y características físicas indicadas en el llamado
anónimo. Es en el marco de dicho control que se registra el vehículo del señor Campos
Santander en cuyo portamaletas encontraron una escopeta, dos pistolas y ocho cartuchos
de caza, las que fueron graficadas en las fotografías números 1, 2 y 3 del set número 1
referido en estrados por la funcionaria policial doña María José Figueroa Contreras.
Es menester señalar aquí que no se comparten los cuestionamientos de las defensas, ya
que no es efectivo que existiese como único indicio el llamado anónimo, sino que también
los policías vieron las vestimentas de los sujetos, sus características físicas coincidentes
con las expresadas en el llamado, así como el automóvil en que se indicó se hallaba la
escopeta; por lo que no existe ilegalidad alguna en el procedimiento policial.
Debe decirse que el Suboficial de Carabineros de Chile don Jorge Mauricio Cáceres
Rozas, quien estaba a cargo del procedimiento, explicó en el juicio oral que le consultó a
ambos acusados por la procedencia de las armas y las municiones, diciendo ambos que
momentos antes, siendo alrededor de las 15:40 horas en circunstancias que venían en el
vehículo, al llegar al puente Villaseca, los antecedía un automóvil marca Honda, modelo
Civic, de color azul, desde el cual al llegar al puente lanzaron un bolso negro al río, por lo
se detuvieron y lo abrieron y vieron que eran armas de fuego, y tomaron el bolso y se
dirigieron al local Rapanui; siendo esta información que el mismo día del hecho los
acusados dieron a la policía la misma que le dijeron al administrador del local de
alcoholes Williams Antonio Codoceo Rivera y la que, igualmente, sostuvo el encartado
Campos Santander en el inicio del juicio oral.
Por su parte, el perito balístico Andrés Rodríguez Venegas refirió el haber examinado las
armas incautadas, explicando que correspondían a armas de fuego aptas para el disparo,
las que reconoció en las fotografías exhibidas correspondientes a los números 1 y 2 del
set número 2. Detalló el perito que la primera arma que perició corresponde a una
escopeta de caza, doble cañón, calibre 12, serie 18201, la que estaba inscrita en el
Registro Nacional de Armas a nombre de don Juan Pasten Villalobos. Dijo que examinó
ocho cartuchos balísticos compatibles con la escopeta incriminada. Explicó que la
segunda que revisó correspondió a una pistola marca Glock, modelo 22-C, calibre .40,
serie FAN711, inscrita a nombre de don Daniel Muñoz Ramos para uso de deporte, con
encargo por robo en Carabineros de Chile, conforme al parte policial de la Tercera
Comisaría de Ovalle. Finalmente detalló que la tercera arma peritada correspondió a una
pistola marca CZ modelo F07270 calibre 9 milímetros, debidamente inscrita.
A su turno, se acreditó con la Consulta de Registro de Control de Armas y Explosivos de
16 de enero de 2.016 y el Oficio N° 1595/18, de 21 de enero de 2.016 emanado de la
Autoridad Fiscalizadora 018 de Ovalle que los justiciables M.H.C.S y G.A.G.P carecían de
autorización para la tenencia o transporte de armas de fuego, y no registran armas
inscritas a sus nombres.
También se determinó con las copias de los partes policiales respectivos y el testimonio
de don Mauricio Rivera Alarcón, Glenn Muñoz Ramos y Mario Díaz Ruiz, que las dos
pistolas halladas habían sido robadas con anterioridad.
Así, el parte policial N° 577 de la Tercera Comisaría de Ovalle, de 13 de febrero de 2.011,
da cuenta del robo que afectó un domicilio particular de don Mauricio Rivera Alarcón, en el
cual se sustrajo, en lo que interesa, una pistola 9 milímetros marca CZ, por la que se hizo
el encargo 157-B-2011; lo que es consistente con lo expresado por el propio Mauricio
Rivera Alarcón, quien dijo que en febrero de 2.011 efectivamente su domicilio fue afectado
por un robo en el cual le sustrajeron la pistola marca CZ 9 milímetros; todo lo que
corrobora el correspondiente Reporte de Armas de 16 de enero de 2.016, el que da
cuenta del encargo por robo de dicha pistola, que resultó ser una de las incautadas.
En el mismo sentido el parte policial N° 5.917 de la Subcomisaría de Carabineros de Chile
de Antofagasta Norte da cuenta del robo que el día 17 de octubre de 2.009 afectó al
domicilio particular de don Glenn Daniel Muñoz Ramos, en el que le sustrajeron, en lo que
interesa, un arma de fuego tipo pistola semiautomática, marca Glock, calibre .40, Serie
FAN711, modelo 22-C, N° de Inscripción 761177, con su respectivo cargador, lo que
corroboraron en estrados el propio Glenn Daniel Muñoz Ramos y el policía que tomó el
denuncio don Mario Díaz Ruíz. El Reporte de Armas de 16 de enero de 2.016 da cuenta,
precisamente, del encargo por robo de dicha pistola semiautomática marca Glock .40,
FAN 711, que también resultó ser una de las incautadas.
Por otro lado la escopeta marca Fiagg fue consultada y no registra encargo por robo,
conforme se determinó con la consulta efectuada a la Dirección General de Movilización
Nacional de 16 de enero de 2.016.
Así las cosas, no ha resultado entonces establecido, fuera de toda duda, la posesión de
las armas de fuego atribuidas a los justiciables, ya que el tipo penal por el cual se les
acusó exige el animus detinendi42, esto es, el poseer las armas de fuego en forma
continua, disponiendo de las mismas, lo que en la especie no ocurre del momento en que
simplemente los encartados se encontraron con las armas de fuego y le pidieron a un
tercero que llamase a carabineros para que se las llevaran, no resultando acreditada
-fuera de toda razonable duda- la conciencia y voluntad en la posesión atribuida por el
acusador, lo que el propio señor fiscal con hidalguía reconoció en su alegato de cierre; lo
que obliga a desestimar los cargos por infracción a la Ley de Control de Armas y
Explosivos formulados en contra de ambos imputados.
En el sentido apuntado se ha pronunciado la doctrina al señalar: “Es nuestra opinión que
tenencia o posesión supone además mantener el arma durante un tiempo razonable bajo
el propio control, o realizar actos que pongan de manifiesto esa tenencia, tales como la
limpieza o mantenimiento del arma, esconderla para que no se descubra su ubicación” 43;
lo que, por lo demás, ha exigido también la jurisprudencia44.

42
En este sentido Ronny Lara Camus, “Análisis Dogmático del delito de posesión o
tenencia ilegal de armas de fuego”, año 2.007, Tesis para optar al Grado de Licenciado en
Ciencias Jurídicas y Sociales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.
En cuanto al delito de receptación, lo cierto es que por las mismas razones ya expresadas
no se les puede atribuir el haber tenido en su poder las armas de fuego, ya que carecían
del animus detinendi que también este tipo penal exige, así como no podían conocer que
dos de ellas años antes hubieren sido robadas como requiere este tipo penal, por lo que
-también- serán absueltos.
Décimo Cuarto: Absolución. Que en razón de lo razonado en los considerandos que
anteceden y atendido que nadie puede ser condenado por delito sino cuando el tribunal
que lo juzgare adquiriere la convicción, más allá de toda duda razonable, de que
realmente se hubiere cometido el hecho punible objeto de la acusación y que en el mismo
le hubiere correspondido a los acusados una participación culpable y penada por la ley; lo
que en el presente caso, por las razones expuestas, no ha ocurrido, este tribunal por
UNANIMIDAD de sus miembros decidió ABSOLVER a los encartados M.H.C.S y G.A.G.P
de los cargos imputados en esta causa por el Ministerio Público en que les atribuyeron ser
autores de los delitos consumados de posesión ilegal de armas de fuego y municiones y
receptación, previstos y sancionados respectivamente en los artículos 9 de la Ley 17.798
sobre Control de Armas y Explosivos en relación al artículo 2 letra b) y c), 4, 5, 6, 12 y 17
b) del mismo cuerpo legal y 456 bis A del Código Penal, presuntamente perpetrados el día
16 de enero de 2.016 en la comuna de Ovalle.
Décimo Cuarto: Costas. Que el Ministerio Público deberá solventar el pago de las costas
causadas en esta sede, atendido lo ordenado en el artículo 48 del Código Procesal Penal.
Por las consideraciones expuestas y atendido lo dispuesto en los artículos 1, 2, 3, 4, 8,
45, 46, 48, 53, 93, 102, 295, 296, 297, 298, 309, 314, 315, 319, 323, 325, 326, 328, 329,
332, 333, 338, 339, 340, 341, 342, 343, 344 y 347 del Código Procesal Penal; SE
DECLARA:
I.- Que se ABSUELVE a los acusados M.H.C.S y G.A.G.P, ambos ya individualizados, de
los cargos imputados en esta causa por el Ministerio Público en que les atribuyeron ser
autores de los delitos consumados de posesión ilegal de armas de fuego y municiones y
receptación, previstos y sancionados respectivamente en los artículos 9 de la Ley 17.798
sobre Control de Armas y Explosivos en relación al artículo 2 letra b) y c), 4, 5, 6, 12 y 17
b) del mismo cuerpo legal y 456 bis A del Código Penal, presuntamente perpetrados el día
16 de enero de 2.016 en la comuna de Ovalle.
II.- Que el Ministerio Público deberá solventar el pago de las costas causadas en esta
sede.
Redacción del fallo por el juez titular don Cristián Arturo Alfonso Durruty.
Regístrese, comuníquese en su oportunidad al Juzgado de Garantía de Ovalle que remite
para su cumplimiento; hecho, archívese.
Rol Único: 1.600.053.997-3.
Rol Interno: 134-2016.

43
Sergio Cea Cienfuegos y Patricio Morales Contardo, “Control de Armas. Manuela de
Aplicación de la Ley 17.798 y su Reglamento Complementario”, Tercera Edición
Actualizada, LegalPublishing, página 72.
44
Sentencia de 16 de junio de 1.997 emanado por la Ilustrísima Corte de Apelaciones de
Santiago, Rol 1.686-97 en juicio caratulado “Contra Silva Muñoz, Samuel” al estimar que
“la sola circunstancia de haberse encontrado en poder del procesado un revólver
adaptado para calibre 22, no basta para estimar configurado el delito de tenencia no
autorizada del arma de fuego, puesto que debió haberse acreditado, por los medios de
prueba legal, y no con la confesión del imputado, que el arma la había mantenido en su
poder durante un tiempo razonable que ponga de manifiesto dicha tenencia”.
Dictada por la Sala Única del Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Ovalle integrada
por los Jueces Titulares doña Ana Karina Hernández Muñoz, quien presidió, doña E.
Victoria Gallardo Labraña y don Cristián Arturo Alfonso Durruty.

2. - TOP absuelve por el delito de porte de arma prohibida, puesto que es


necesario más que la tenencia material momentánea (TOP La Serena 2016.09.02 rol
205-2016)

Normas Asociadas: Ley 17.798 artículo 14, artículo 391 N° 2 del Código Penal
Tema: Delitos contra la vida, Ley de Control de Armas, Tipicidad, Prueba.
Descriptores: Cometer el delito portando armas de fuego, Delito Frustrado, Homicidio
simple, Porte de Armas, Tenencia ilegal de Armas.
Síntesis: Tribunal Oral Penal de La Serena condena por delito de homicidio frustrado, el
que fue cometido con arma de fuego prohibida, sin embargo dicha utilización no logro ser
acreditada como porte ilegal de armas en juicio, por lo cual el tribunal señala que “su uso
como medio para agredir a la víctima sólo implica la existencia de una tenencia material
momentánea y necesaria para utilizar dicho elemento y en ningún caso se cumple con la
exigencia de tipicidad respecto del delito del artículo 14 de la Ley 17.798.”
(Considerandos: 5, 6,7).

Texto Completo
La Serena, dos de septiembre de dos mil dieciséis.

CONSIDERANDO:
Primero: Que con fecha veintinueve de agosto del año en curso, ante esta Tercera Sala
del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de la ciudad de La Serena, constituida por los
Jueces doña Claudia Contador Molina, en calidad de subrogante y quien presidió, doña
Vesna Sore Galleguillos en calidad de suplente y don Iván Roberto Corona Albornoz, se
llevó a efecto audiencia de Juicio Oral en causa rol interno N° 205-2016, seguida respecto
del acusado A.A.A.R., Cédula de Identidad N° XXX, chileno, nacido en Coquimbo el 13 de
Octubre de 1989, 26 años de edad, casado, panadero, domiciliado, en XXX.
Fue parte acusadora en el presente juicio el Ministerio Público, representado por el fiscal
Juan Rubén González Tobar, domiciliado en calle Melgarejo N° 847, comuna de
Coquimbo.
La defensa del acusado la sostuvo Francisco Salazar Castillo, abogado de la Defensoría
Penal Pública, domiciliado en calle Aldunate 760 B of. 1, comuna de Coquimbo.
Segundo: Que los hechos materia de la acusación, fueron descritos en el auto de
apertura de juicio oral como sigue:
“El día 20 de julio de 2014, a las 20:00 horas aproximadamente en el frontis del
inmueble ubicado en calle XXX, el acusado A.A.A.R., utilizando sin autorización un
arma de fuego tipo escopeta hechiza y con la intención de causar la muerte, disparó
a corta distancia en contra de la víctima don C.A.V.V., quien alcanzó a protegerse
con sus brazos, lo que impidió que el impacto de los perdigones le llegara con
mayor intensidad en la cabeza, tórax y abdomen. A raíz de esto la víctima resultó
con fractura expuesta de su radio izquierdo por disparo con arma de fuego, con
pérdida de la extensión de muñeca izquierda total, pronosupinación limitada de
antebrazo, paresia pulgar izquierdo, atrofia de músculos radiales, pérdida de masa
muscular erosivo en la zona del trauma, todas lesiones graves con un tiempo de
sanación de 50 a 70 días, con consecuencias negativas permanentes en la
movilidad de su extremidad superior izquierda, las que pudieron resultar mortales
de no haber mediado socorros oportunos y eficaces.”
Los hechos descritos, a juicio del Ministerio Público, serían constitutivos de un delito de
porte de arma de fuego prohibida, previsto y sancionado en el artículo 14 de la Ley 17.798
y un delito de homicidio simple frustrado en la persona de C.A.V.V., previsto y sancionado
en el artículo 391 N° 2 del Código Penal, en los que atribuyó al acusado participación en
calidad de autor por lo cual solicitó se le condenase imponiéndosele las siguientes penas:
Como autor de un delito frustrado de homicidio, la pena de cinco años de presidio menor
en su grado máximo y accesorias legales y como autor de un delito consumado de “porte
ilegal” de arma de fuego prohibida a la pena de cinco años de presidio menor en su
grado máximo, más accesorias legales, con expresa condena en costas.
Para la solicitud de aplicación de las penas ante indicadas, hizo presente la fiscalía que a
su juicio no concurren en este caso circunstancias modificatorias de responsabilidad
penal.
Tercero: Que en su alegato de apertura el Ministerio Público sostuvo la acusación
formulada contra el imputado, reiterando la descripción de hechos contenida en ella, los
que señaló resultarían acreditados con la prueba que ofreció rendir en la audiencia.
Por su parte la defensa solicitó la absolución del acusado, estimando que luego de la
incorporación de la prueba se podrá concluir que en este caso concurre una causal de
justificación cual es la de la legítima defensa privilegiada; ello fundado en el hecho de que
la víctima habría ingresado a la morada del acusado por vía no destinada al afecto, con el
fin de agredir a uno de sus ocupantes.
Cuarto: Que para justificar la existencia de los hechos materia de la acusación y la
participación punible que se atribuyó al encausado en ellos, el Ministerio Público presentó
en estrados a C.A.V.V. quien manifestó que el día 20 de julio del año 2014, siendo cerca
de las 20 horas, en circunstancias que se encontraba atendiendo el negocio de su madre
ubicado en calle XXX, una de sus tías llegó contando que en la casa de su tía Paty,
estaban agrediendo a su tío Sebastián, en su casa de calle XXX, a quien le estaban
apuntando.
Que al llegar al lugar escuchó amenazas desde la casa del al lado, por lo que se acercó al
frontis de la casa conminando a sus ocupantes a salir a pelear afuera; que en ese
momento salió un sujeto con un arma, por lo que se cubrió el rostro con los antebrazos,
momento en que recibió el disparo.
Señaló que se trataba de un arma hechiza; que el sujeto salió por un portón mientras él se
encontraba en el frontis detrás de la reja, por fuera del inmueble, en la calle.
Señaló que en el lugar pudo situar a dos sujetos conocidos, llamados Nahuel y
Dagoberto.
Señaló que el individuo que le disparó corresponde al acusado.
Indicó que estos tres sujetos, luego que estaba herido, lo “jalaron” entre los tres hacia el
interior de la casa, al patio, señalándole que había que matarlo, que dejarían que se
desangrara. Indicó que finalmente su hermano lo sacó de allí y desde ese momento no
recuerda más.
Indicó que quedó con secuelas por pérdida de movimiento en su brazo izquierdo.
Agregó que en la casa de su tía Paty, de calle XXX, vive también su tío Sebastián.
También compareció como testigo de cargo Patricia del Carmen Vilches Bermúdez
quien manifestó que el día 20 de julio del año 2014, entre las siete y las ocho de la noche,
se encontraba en la casa de su hermana en calle XXX; que al lugar llegó su cuñada Laura
para avisar que tres sujetos estaban agrediendo en su casa a su hermano Sebastián. Que
de inmediato se dirigieron al lugar, primero salió Cristián y ella detrás de él y al llegar pudo
ver al acusado que tenía un fierro largo en sus manos con el que había agredido a su
sobrino Cristián quien sangraba; que su sobrino estaba afuera, junto a la reja de la casa
del acusado que está al lado de la suya, en el N° 2420 de calle XXX. Señaló que el
acusado estaba junto al portón de entrada de vehículos.
Que al ver a su sobrino pidió ayuda; que en ese momento Nahuel y otro sujeto “lo jalaron”
hacia adentro; que ella no vio que sucedió después ya que corrió para pedir ayuda, pero
supo que Jaime, el hermano, había sacado a Cristián.
Fue llamado al estrado por el fiscal David Urrutia Tillería, Médico Legista, quien depuso
con relación al Informe de lesiones N° 366/14, de fecha 11 de marzo de 2015 y ampliación
de informe de lesiones N° 366/2014 de fecha 15 de abril de 2015, señalando al efecto la
anamnesis de acuerdo al relato de la víctima quien refirió que en el año 2014 resultó
lesionado por arma de fuego, consistiendo la lesión en una fractura expuesta del radio
distal izquierdo; que presentó una ficha clínica de hospitalización y procedimiento
quirúrgico.
Que se concluyó que quedarán secuelas neurológicas de movilidad y sensibilidad. Que
sufrió un trastorno atrófico muscular estable.
Que la lesión fue ocasionada por elemento contuso como puede ser un proyectil balístico,
de carácter grave con una discapacidad en la movilidad de su antebrazo izquierdo, con un
tiempo de sanación de entre 50 y 70 días.
Aclaró que la lesión pudo haber generado la muerte, en atención a la dinámica de los
hechos pero que la lesión propiamente tal no es mortal.
Mediante su lectura el Ministerio Público incorporó como prueba documental la siguiente:
1.- Copia autorizada de DAU N° 64054, de fecha 20 de julio de 2014, correspondiente a la
víctima C.A.V.V. y el cual fue emitido por el servicio de urgencias del hospital de
Coquimbo.
2. Copia autorizada de ficha clínica N° 213222, correspondiente a don C.A.V.V. y la cual
fue emitida por el hospital de Coquimbo, la que se encuentra compuesta por ingreso a
urgencia, consentimiento informado, protocolo operatorio de fecha 20 de julio de 2014,
historia y evolución clínica compuesto de 4 fojas, protocolo operatorio de fecha 30 de julio
de 2014 y consentimiento informado.
4.- Oficio N° 50 de la Autoridad Fiscalizadora de armas, de fecha 13 de julio de 2015.
Que por su parte la defensa del acusado se valió de sus propias declaraciones, las que
prestó en el juicio de conformidad con lo dispuesto en el artículo 326 del Código Procesal
Penal, manifestando al efecto que el día de los hechos, no recordó fecha exacta, del año
2014, llegó a la casa de su hermana cerca de las siete y media de la tarde, momento en
que tuvo una pelea con el hermano de la vecina, la señora Paty; luego ingresó a la casa
de su hermana, lugar en el que se encontraba su padre escuchando música en el patio y
el pololo de su sobrina llamado Nahuel, con quien fumó un pito; que después de un rato
desde el segundo piso sintió una discusión en el patio, era su padre que discutía con un
sujeto, el sobrino del sujeto con quien había peleado, quien lo insultaba y había saltado
desde su casa al patio en donde estaba su padre.
Que bajó al patio y conminó al sujeto a retirarse, lo cual no hizo, por lo que sacó el arma
de detrás de un sillón y le disparó. Luego salieron de la casa.
Agregó que la casa de su hermana corresponde al sitio del suceso señalado en la
acusación.
Indicó que utilizó un arma hechiza, sólo con la intención de asustarlo, impactándole en el
brazo.
Señaló que durante la ocurrencia de este episodio se encontraba en estado de ebriedad.
Relató que existe un conflicto de larga data entre los vecinos por la construcción de un
muro.
Que además la defensa solicitó la comparecencia de Claudio Mauricio Ricardi
Hernández, Sargento 2° de Carabineros de Chile, quien se refirió a las diligencias que
practicó a propósito de los hechos, indicando que confeccionó el set fotográfico. Al ser
exhibidas las fotografías N° 1, 2 y 3 señaló que corresponde la primera a los inmuebles de
calle XXX, tanto la casa del acusado como de la víctima; señaló que en la vía pública
había sangre por goteo y hacia el interior del inmueble de calle XXX, lo mismo que en el
patio interior del mismo domicilio, según las fotografías 2 y 3 y que se habría arrastrado a
la víctima. Señaló que al interior del domicilio del acusado no se encontró evidencia
alguna de la ocurrencia de un disparo.
Quinto: Que los elementos de comprobación de los cargos, consignados en la motivación
precedente, apreciados y valorados por estos sentenciadores en la forma dispuesta en el
artículo 297 del Código Procesal Penal, esto es con libertad, pero sin contradecir los
principios de la lógica, las máximas de la experiencia, ni los conocimientos científicamente
afianzados, conforman un cúmulo de antecedentes con capacidad probatoria suficiente
para formar convicción en estos jueces, más allá de toda duda razonable, acerca de la
ocurrencia de los siguientes hechos:
Que el día 20 de julio del año 2014, siendo entre las 19 y 20 horas, en la vía pública,
frente al inmueble ubicado en XXX, el acusado A.A.A.R., haciendo uso de un elemento
destinado a operar como de fuego, efectuó un disparo a corta distancia en contra de
C.A.V.V., quien resultó con fractura expuesta de radio distal izquierdo, con secuelas
neurológicas de grave pérdida de movilidad y sensibilidad, lesión de carácter grave que le
produjo un tiempo de incapacidad de entre 50 y 70 días.
Que tales hechos son constitutivos únicamente de un delito de homicidio simple frustrado
en la persona de C.A.V.V., previsto y sancionado en el artículo 391 N° 2 del Código Penal,
perpetrado en la comuna de Coquimbo el día 20 de julio del año 2014.
Que la misma valoración de la prueba ya señalada, ha permitido concluir que el delito de
porte de arma prohibida, por el cual se formularon cargos contra el imputado, vinculando
tal ilícito a los mismos hechos ya referidos, no resultó justificado, por lo que a su respecto
se absolverá de cargos al encausado.
En efecto y si bien es cierto se ha establecido de manera suficiente que el medio
empleado para cometer el delito imperfecto de homicidio consistió en el uso de un arma
de fuego apta para el disparo de munición del tipo perdigones, no se rindió prueba alguna
acerca de la materialidad de dicho elemento, pues no se contó con el arma misma la que
al parecer no pudo ser incautada, por tanto tampoco existió pericia técnica o científica
alguna que estableciera sin lugar a dudas su naturaleza propia como arma prohibida ni la
del mecanismo para su funcionamiento y aptitud para su empleo. Mucho menos se pudo
acreditar que tal elemento haya estado en posesión, tenencia o porte a cargo del
encausado en los términos del tipo penal respectivo, ya que éste señaló que el elemento
se encontraba en el domicilio de sus parientes, detrás de un sillón, en el cual no vive, sin
siquiera afirmar que él lo había llevado hasta allí, por lo que su uso como medio para
agredir a la víctima sólo implica la existencia de una tenencia material momentánea y
necesaria para utilizar dicho elemento y en ningún caso se cumple con la exigencia de
tipicidad respecto del delito del artículo 14 de la Ley 17.798.
Por otra parte, el documento emanado de la autoridad fiscalizadora en nada justifica la
existencia del delito propuesto, por cuanto jamás podría existir autorización legal para
portar, poseer o tener un arma confeccionada artesanalmente las que de suyo son
prohibidas por la ley sin que exista posibilidad alguna de una tenencia, posesión o porte
autorizada legalmente a su respecto y además dicho documento debe vincularse
necesariamente con la efectiva tenencia posesión o porte de un arma que en este caso no
ha sido parte de la evidencia entregada por el persecutor.
En consecuencia, la justificación del ilícito de porte o tenencia o posesión de arma
prohibida ha resultado imposible, sin perjuicio de que los hechos configurativos del
homicidio dan cuenta del uso de un elemento análogo, lo que aparece no sólo del relato
de los testigos, víctima y del propio acusado, sino que se desprende de la existencia y
naturaleza de las lesiones, tal como concluyó el perito legista, lo cual aún de ese modo
resulta insuficiente para acreditar la existencia del delito contra la ley de control de armas
que fue materia de los cargos.
Sexto: Que, para la calificación jurídica de los hechos antes descritos, en la forma ya
señalada como un delito de homicidio simple frustrado, se ha tenido en cuenta que a
través de la prueba de cargo y con los dichos del propio imputado, se ha podido
establecer de manera indubitada la existencia de conductas desplegadas por el hechor,
las que se encuadran dentro del verbo rector del tipo penal que configura el delito de
homicidio.
Para ello se ha tenido presente principalmente y en primer lugar, que de la descripción de
los hechos acreditados en el juicio, como se ha consignado en el apartado quinto, queda
claramente establecido que la acción ejecutada por el acusado estuvo imbuida de dolo
homicida, desde que utilizando un arma de fuego de alto poder destructivo, ocasionó una
lesión a la víctima que le produjo incapacidad y enfermedad por más de cincuenta días y
lo dejó con secuelas neurológicas que resultaron evidentes para el tribunal al comparecer
aquél en la audiencia.
Que, en consecuencia, teniendo en vista la naturaleza de la lesión inferida y la forma y
circunstancias en que ella fue provocada por el agresor, es posible concluir, acudiendo a
las máximas de la experiencia, que el hechor, utilizando un medio suficientemente idóneo
para ocasionar lesiones de tipo homicida y mortales, de no mediar la acción refleja del
agredido para proteger la zona anterior de su cuerpo, tórax y cabeza con sus antebrazos,
tal como lo graficó en la audiencia, producto de una acción directa y dirigida a una zona
vital del cuerpo, como lo es la señalada, reveló que su acción estuvo encaminada a un
propósito querido y buscado, que no fue otro que el de provocar la muerte a su víctima.
Esto no es más que la concreción del elemento subjetivo del tipo penal correspondiente al
homicidio, conocido como animus necandi, el que se hizo evidente a partir de la
observación objetiva de la conducta del agente. En efecto, todo indica que el disparo
hacia la víctima fue ejecutado por el hechor con el claro propósito de ocasionar su muerte,
atendida la región corporal a la que fue dirigido a pocos metros de distancia, no es dable
pensar que en tales circunstancias ni siquiera se representara la posibilidad de ocasionar
la muerte de quien o a quien dirigió tal disparo. Que además de lo antedicho, el propósito
homicida quedó al descubierto en los hechos posteriores al disparo, de acuerdo a los
dichos de la víctima, la testigo y las fotografías del sitio del suceso, en cuanto el lesionado
fue arrastrado hacia el interior del inmueble mientras quienes lo hicieron manifestaban
verbalmente y sin pudor alguno que su propósito era que muriera desangrado evitando
que su familia lo asistiera; esta deleznable conducta no hace más que reafirmar lo
desalmado del actuar del hechor y la evidencia inconfundible de que su propósito final era
ocasionar la muerte de la víctima.
Conjuntamente con lo recién señalado, resultó comprobado, del devenir causal de los
hechos, que habiendo puesto todo de su parte el hechor para obtener el resultado
querido, es decir, habiendo desplegado en su totalidad la conducta típica homicida,
conocida y querida por su autor, el resultado esperado no se produjo por razones y
circunstancias ajenas a su voluntad, en este caso configuradas por la acción de la víctima
quien llevó sus brazos hacia su rostro y cabeza resultando seriamente lesionada la
extremidad superior izquierda y debido a las atenciones médicas oportunas que recibió la
víctima inmediatamente después de desplegado el ataque homicida en su contra, como
quedó demostrado con la prueba de cargo documental y pericial referida a las lesiones y
atenciones médicas prestadas a la víctima. Que si bien es cierto la lesión producida no
puede ser estimada en sí misma como mortal, fue evidente que la misma fue ocasionada
en la zona del antebrazo izquierdo al protegerse la víctima de un disparo que iba dirigido
hacia la zona anterior superior de su cuerpo, evitando de ese modo las lesiones que
hubiese sufrido en su tórax y cráneo, las que sin dudar habrían sido mortales atendiendo
al poder del arma empleada y a la escasa distancia a que se efectuó el disparo
Que el uso de un arma de fuego, en la provocación de las lesiones a la víctima, resultó
acreditado con los antecedentes médicos y clínicos que dan cuenta de la existencia de
dicha lesión, configurativos de la prueba documental y pericial del Ministerio Público. Por
demás, toda la prueba testimonial, aún las declaraciones del mismo acusado, dan cuenta
que las lesiones fueron producidas mediante el uso de un arma de fuego utilizada por el
hechor, lo que concuerda con las lesiones que fueron constatadas al ofendido.
Que, de este modo y de acuerdo a la valoración de la prueba rendida en el juicio, estos
sentenciadores han podido adquirir convicción, más allá de toda duda razonable, en
cuanto a la existencia de los hechos materia de la acusación y en cuanto a la calificación
jurídica de ellos efectuada por el acusador, la cual ha sido compartida por estos jueces
como un delito de homicidio simple frustrado.
Séptimo: Que en cuanto a la participación del acusado en el delito que se le ha
imputado, ésta resultó suficientemente establecida con los mismos medios de prueba más
arriba reseñados, de los que se desprende un cúmulo de indicios que en su conjunto
permiten considerar, más allá de toda duda razonable, que en el señalado ilícito le cupo
participación en calidad de autor, en los términos del número 1 del artículo 15 del Código
Penal.
En efecto, la prueba rendida, conformada por las declaraciones de testigos contestes con
el resto de la prueba de cargo, arroja que el acusado ejecutó de manera inmediata y
directa la conducta que configuró los elementos objetivos del tipo penal correspondiente a
un homicidio frustrado.
No obstante lo ya indicado y renunciando a su derecho a guardar silencio, el acusado
decidió prestar declaración, reconociendo ampliamente la ejecución de tales conductas,
con lo que, además de la autoría directa que en los hechos le correspondió, se justificó la
existencia del dolo propio de la figura, como elemento subjetivo del tipo.
Que las declaraciones del acusado vinieron a refrendar la convicción a que ha arribado el
tribunal en cuanto a su participación que como autor de los hechos materia de los cargos
le ha correspondido, la que se ha fundamentado en la prueba de cargo rendida en el
juicio, valorada de la forma ya indicada en esta sentencia.
Que entonces la acción delictiva atribuida al acusado resultó verificada en los términos
propuestos en la acusación del Ministerio Público y de la manera que se ha explicado en
esta sentencia, dado que desplegó las conductas típicas configurativas del ilícito que fue
materia de los cargos en la forma indicada en los motivos precedentes, tomando parte en
su ejecución de una manera inmediata y directa, lo que de conformidad a lo dispuesto en
el artículo 15 Nº 1 del Código Penal, le confiere la calidad de autor del mismo.
Que, en consecuencia y por estas consideraciones, estos sentenciadores han resuelto por
unanimidad, condenar al acusado como autor de los hechos ya referidos constitutivos de
un delito de homicidio simple frustrado.
Octavo: Que en su intervención de clausura la defensa del acusado reiteró sus
alegaciones de la apertura, en cuanto a que en los hechos se habría establecido, con las
declaraciones de su representado las fotografías del sitio del suceso que exhibió, la
existencia de una causal de justificación, la que hizo consistir en la legítima defensa
privilegiada del N° 6 del artículo 10 del Código Penal, de acuerdo a lo cual su defendido
habría repelido autorizado por el derecho una agresión ilegítima de parte de la víctima
quien habría atacado a su padre luego de ingresar al patio de la casa en que este se
encontraba, por vía no destinada al efecto, por lo que reiteró su solicitud de absolución.
Noveno: Que la alegación de la defensa será rechazada en forma categórica, en razón de
que ella no encontró justificación alguna en la prueba rendida en el juicio, ni siquiera en
aquella testimonial y gráfica rendida por la misma parte interviniente, reduciéndose a una
alegación que contraría todo el mérito de la prueba de cargo y que solamente se apoya en
los dichos del acusado, los que a todas luces aparecieron revestidos de una inusitada
mendacidad.
En cuanto a las fotografías invocadas cabe señalar que de modo alguno de su
observación se puede concluir que el disparo se produjo al interior del domicilio, ello lo
dice sólo el acusado contrariando las versiones de la víctima y la testigo presencial,
quienes señalaron que luego de ser herido el afectado fue arrastrado hasta el patio del
inmueble, lo que también afirmó el agente policial presentado por la propia defensa al
señalar que existen manchas pardo rojizas por goteo fuera de la casa y luego por arrastre
hacia el interior de la misma y que no hay evidencias del disparo al interior de la casa, lo
que ratifica la versión de la víctima y desmiente a la del acusado.
Décimo: Que durante la etapa procesal prevista en el artículo 343 del Código Procesal
Penal el Ministerio Público allegó como antecedentes el extracto de filiación del acusado
el que da cuenta de la existencia de anotaciones de condenas anteriores por diversos
ilícitos.
Que la defensa del acusado invocó la circunstancia atenuante novena del artículo 11 del
Código Penal en razón a que sus declaraciones tuvieron el carácter de una colaboración
sustancial al esclarecimiento de los hechos, toda vez que reconoció la comisión del delito,
admitiendo la ejecución de los actos propios del tipo penal, lo que permitió tener por
acreditada su participación por lo que solicitó se reconociese en su favor la atenuante
mencionada.
Además de ello solicitó el reconocimiento de la atenuante séptima de la misma
disposición legal, cual es la de haber procurado con celo reparar el mal causado con el
delito, la que intentó justificar acompañando dos comprobantes de depósito judicial,
efectuados en los meses de mayo y junio del año en curso, por la suma total de
$250.000.-
Que en virtud de ello solicitó la rebaja de la pena aplicable al delito frustrado en un grado,
imponiéndosele la de quinientos cuarenta y un días de presidio menor en su grado medio,
otorgándosele la pena sustitutiva de reclusión parcial nocturna domiciliaria.
Undécimo: Que ninguna de las atenuantes invocadas por la defensa del acusado se han
estimado concurrentes a su respecto. En efecto, y con respecto a la colaboración
sustancial cabe recordar que este tribunal ha restado toda credibilidad al acusado con
relación a las alegaciones de su defensa, las que han sido calificadas de mendaces por
contrariar de manera grosera toda la evidencia de cargo presentada en el juicio, por lo
que mal podría estimarse que ha colaborado al esclarecimiento de los hechos; por el
contrario su propósito ha sido el de confundir al tribunal realizando afirmaciones que
ningún sustento tuvieron en la prueba. El solo reconocimiento de haber ejecutado la
conducta típica no puede ser tenido como colaboración sustancial cuando ello ha sido
evidente a través de toda la prueba de cargo y no ha quedado duda alguna respecto de
aquello, aun suprimiendo la declaración del acusado, como ha sucedido en este caso.
En cuanto a la reparación celosa del mal causado, se ha considerado que los depósitos
judiciales fueron extemporáneos, efectuados prácticamente después de dos años de
ocurridos los hechos y tras largos padecimientos de la víctima a través de procedimientos
médicos que seguramente también significaron no solo un desgaste económico sino
también emocional; que además sus lesiones dejaron secuelas irreparables lo que
significa una mayor extensión del mal causado el que ha tratado de ser reparado de
manera exigua e insuficiente sin que de modo alguno se refleje el celo reparatorio exigido
por la ley, por lo que no corresponde hacer lugar a la solicitud de la defensa.
Duodécimo: Que en este caso no existen otras circunstancias modificatorias de
responsabilidad penal que analizar, sin que concurran circunstancias atenuantes ni
agravantes, por lo que el tribunal podrá recorrer en toda su extensión la pena señalada
por la ley al delito de homicidio simple frustrado, la que a la fecha de ocurrencia de los
hechos corresponde a la de presidio menor en su grado máximo por aplicación de lo
dispuesto en el artículo 51 del Código Penal, determinándose su quantum de acuerdo a la
extensión del mal causado con el delito.
Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los artículos 1, 3, 5, 7, 14 Nº 1, 15 Nº 1º,
22, 24, 26, 29, 51, 67, 69 y 391 N° 2 del Código Penal; artículos 14 de la Ley N° 17.798 y
artículos 1°, 45, 47, 295, 297, 341, 342 y 348 del Código Procesal Penal, SE DECLARA:
I.- Que SE CONDENA a A.A.A.R., ya individualizado, a la pena de CINCO AÑOS de
presidio menor en su grado máximo, accesorias legales de inhabilitación absoluta
perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios
públicos mientras dure la condena, en su calidad de autor de un delito de homicidio simple
frustrado en la persona de C.A.V.V., previsto y sancionado en el artículo 391 N° 2 del
Código Penal, perpetrado en la comuna de Coquimbo el día 20 de julio del año 2014.
II.- Que no reuniéndose los requisitos legales, en atención a la extensión de la pena y
antecedentes personales del encausado, no se concederá ninguna de las penas
sustitutivas contempladas en la Ley 18.216, por lo que deberá cumplir real y
efectivamente la privativa de libertad impuesta, debiendo abonarse a su cómputo todo el
tiempo que ha permanecido y permanezca privado de libertad en calidad de detenido y en
cumplimiento de la medida cautelar de prisión preventiva desde el día 23 de diciembre de
2015 y hasta la fecha en que esta sentencia quede ejecutoriada.
III.- Que SE ABSUELVE a A.A.A.R. de los cargos formulados en su contra como autor de
un delito de delito de porte de arma de fuego prohibida, previsto y sancionado en el
artículo 14 de la Ley 17.798, que se habría perpetrado en la comuna de Coquimbo el día
20 de julio del año 2014.
IV.- Que se condena al sentenciado al pago de las costas de la causa.
V.- De conformidad con lo dispuesto en el artículo 40 del Reglamento de la Ley 19.970 y
artículo 17 de la misma, una vez ejecutoriada esta sentencia, procédase por quien
corresponda, a obtener muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella
genética, la cual deberá incluirse en el Registro de Condenados que lleva al efecto el
Servicio de Registro Civil e Identificación, por no haber constancia de haberse obtenido
ésta con anterioridad y atendido a que se condenó al imputado por un delito referido en
las disposiciones citadas.
Ejecutoriada que sea esta sentencia devuélvase la documentación presentada por el
Ministerio Público y defensa y remítase al Juzgado de Garantía de Coquimbo para su
ejecución.
Regístrese.
Redactada por el Juez Iván Corona Albornoz.
RUC N° 1400693750-1
Rol interno N° 205-2016

DICTADA POR LOS JUECES DEL TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL DE LA


CIUDAD DE LA SERENA CLAUDIA MOLINA CONTADOR, VESNA SORE
GALLEGUILLOS E IVÁN ROBERTO CORONA ALBORNOZ.
III. - DESACATO CONTINUADO
1. - TOP de Ovalle entiende configurado un delito de desacato continuado
respecto de imputado que concurre en tres oportunidades al domicilio de la víctima
pese prohibición judicial (TOP Ovalle 26.09.2016 rol 143-2016)

Normas Asociadas: 240 inc. 2° CPP; Art. 9 Ley Nº 20.066; Art. 92 N° 1 Ley N° 19.968
Tema: Ley de Violencia Intrafamiliar; Juicio Oral; Medidas Cautelares
Descriptores: Amenazas, Desacato, Imputabilidad, Prohibición de acercarse a la victima
Síntesis: TOP accede a la solicitud de la Defensa y (1) entiende que los sucesivos
episodios incumplimientos a lo ordenado por el Juez de Garantía de Ovalle constituyen un
solo delito continuado de desacato al existir unidad de designio criminal en tres eventos
acaecidos en un corto lapso de cinco días. Además, (2) entiende concurrente
imputabilidad disminuida (Considerando Decimo y Duodécimo)

TEXTO COMPLETO
Ovalle, veintiséis de septiembre de dos mil dieciséis.

VISTOS, OIDO Y CONSIDERANDO:

Primero: Tribunal e intervinientes. Que con fecha veintiuno de septiembre del presente
año ante esta Sala Única del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Ovalle, integrada por
los Jueces Titulares don Cristian Arturo Alfonso Durruty quien la presidió, doña Ana
Karina Hernández Muñoz y don Rubén José Bustos Ortiz, se desarrolló la audiencia de
juicio oral en causa RIT Nº 143-2016, seguida en contra de acusado M.A.P.P., cédula
nacional de identidad N°XXX, chileno, soltero, nacido en Ovalle el XXX, 19 años de edad,
temporero, domiciliado en calle Ferronor s/n localidad de Sotaquí, comuna de Ovalle.
Sostuvo la acusación el Ministerio Público, representado por el Fiscal adjunto de Ovalle
don Herbert Rhode Iturra, domiciliado en calle Independencia N° 604, comuna de Ovalle.
La representación del acusado fue asumida por el abogado Defensor Penal Público don
Gerardo Tagle Sepúlveda, domiciliado en pasaje Manuel Peñafiel N°293- segundo piso –
Ovalle.
Segundo: Acusación. Que los hechos materia de la acusación, según se lee en el auto de
apertura, son los siguientes
Hecho 1 (RUC. 1600354555-9):
“El día 13 de Abril de 2016, aproximadamente a las 08:30 horas, personal de Carabineros
de Chile, sorprendieron al acusado M.A.P.P. al interior del domicilio de su madre y víctima
M.R.P.P. ubicado en Calle XXX, comuna de Ovalle. Quebrantando de este modo, lo
ordenado cumplir mediante resolución de Señor Juez de Garantía de Ovalle, en proceso
RUC N° 1.600.267.154-2 y RIT N° 685-2016, de fecha 18/03/2016, y en proceso RUC N°
1.600.342.595-2 y RIT N° 932-2016, de fecha 11/04/2016, en cuya virtud se decretaron en
favor de la víctima medidas cautelares, entre otras, la prevista en la letra b) del artículo 9
de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, y la prevista en el artículo 92 N° 1 de la
Ley N° 19.968 que Crea Los Tribunales de Familia respectivamente, consistente en la
prohibición para el acusado de acercarse a la víctima M.R.P.P., a su domicilio ubicado en
calle XXX, Ovalle, lugar de trabajo o estudio, así como a cualquier otro lugar al que esta
concurra o visite habitualmente, las cuales fueron notificada al acusado en audiencia
correspondiente.”
Hecho 2 (RUC. 1600342595-2):
“El día 11 de Abril de 2016, aproximadamente a las 05:10 horas, personal de Carabineros
de Chile, sorprendieron al acusado M.A.P.P. al interior del domicilio de su madre y víctima
M.R.P.P. ubicado en Calle XXX, comuna de Ovalle. Quebrantando de este modo, lo
ordenado cumplir mediante resolución de Señor Juez de Garantía de Ovalle, en proceso
RUC N° 1.600.267.154-2 y RIT N° 685-2016, de fecha 18 de Marzo de 2016, en cuya
virtud decreto en favor de la víctima medidas cautelares, entre otras, la prevista en la letra
b) del artículo 9 de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, consistente en la
prohibición para el acusado de acercarse a la víctima M.R.P.P., a su domicilio, lugar de
trabajo o estudio, así como a cualquier otro lugar al que esta concurra o visite
habitualmente, la cual fue legalmente notificada al acusado M.A.P.P. en audiencia, de
igual fecha”.
Hecho 3 (RUC 1600366490-6):
“El día 15 de Abril de 2016, alrededor de las 22:30 horas, el acusado M.A.P.P. ingresó al
domicilio ubicado en calle XXX, comuna de Ovalle, de su madre y víctima, doña M.R.P.P.,
encontrándose la afectada en su interior, lugar en el cual procedió a amenazar seria y
verosímilmente a la víctima durante la noche y hasta alrededor de las 06:00 horas del día
16 de Abril de 2016 diciéndole: ”los voy a matar con un cuchillo porque me corriste de la
casa”, procediendo luego Carabineros a alrededor de las 11:35 del día 16 de Abril de
2016 a sorprenderlo en el interior del citado domicilio. Lo anterior, en circunstancias que
previamente se había decretado respecto del acusado en el RUC 1600267154-2, RIT
685-2016, de fecha 18 de Marzo de 2016, por parte del Juzgado de Garantía de Ovalle,
las medidas cautelares establecidas en el artículo 9 letras a) y b) de la Ley 20.066 sobre
Violencia Intrafamiliar, consistentes en la obligación de abandonar el hogar que compartía
con la víctima y la prohibición de acercarse a la afectada, a su domicilio, ya referido, lugar
de trabajo o estudio así como cualquier otro lugar que concurra o visite habitualmente. Del
mismo modo existían además medidas cautelares decretadas en el mismo sentido
respecto del acusado en el RUC 1600342595-2 y RUC 1600354555-9 de fechas 11 de
Abril de 2016 y 13 de Abril de 2016 respectivamente”.
Que a juicio del Ministerio Público, los hechos descritos se califican jurídicamente de:
Hecho 1: Desacato en contexto de violencia intrafamiliar, en grado de desarrollo
consumado, previsto y sancionado en el inciso segundo del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil en relación con el artículo 5 de la Ley Nº 20.066 sobre violencia
intrafamiliar, en el cual se le artibuye al acusado M.A.P.P. participación en calidad de
autor directo e inmediato.

Hecho 2: Desacato en contexto de violencia intrafamiliar, en grado de desarrollo


consumado, previsto y sancionado en el inciso segundo del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil en relación con el artículo 5 de la Ley Nº 20.066 sobre violencia
intrafamiliar, en el cual se le atribuye al acusado M.A.P.P. participación en calidad de
autor directo e inmediato.
Hecho 3: Amenazas y Desacato, ambos en contexto de Violencia Intrafamiliar,
previstos y sancionados en el artículo 296 N° 3 del Código Penal y 240 del Código de
Procedimiento Civil, ambos en relación con el artículo 5 de la Ley 20.066 sobre Violencia
Intrafamiliar, en grado de desarrollo de consumado, y en los que al acusado se le
atribuye participación en calidad de autor de conformidad con el artículo 15 N° 1 del
Código Penal. Refiere el Ministerio Público que no concurren respecto del acusado
M.A.P.P. circunstancias modificatorias de responsabilidad penal, en ningunos de los
hechos antes descritos.
El acusador solicita en definitiva se condene al acusado:
Hecho 1: A la pena de tres años de reclusión menor en su grado medio, a las
accesorias de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena, y de
prohibición del imputado de acercarse a la víctima, a su domicilio, lugar de trabajo o de
estudio en un radio de veinte (20) metros por el término de un (1) año, y al pago de las
costas de la causa.
Hecho 2: A la pena de tres años de reclusión menor en su grado medio, a las
accesorias de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena, y de
prohibición del imputado de acercarse a la víctima, a su domicilio, lugar de trabajo o de
estudio en un radio de veinte (20) metros por el término de un (1) año, y al pago de las
costas de la causa.
Hecho 3:
Por el delito de desacato en contexto de violencia intrafamiliar: una pena de 5 años
de reclusión menor en su grado máximo; más las accesorias legales de inhabilitación
absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y
oficios públicos durante el tiempo de la condena, las del articulo 9 letras b) y c) de la Ley
20.066 sobre Violencia Intrafamiliar consistentes en la prohibición de aproximarse a la
afectada, doña M.R.P.P., domicilio, lugar de trabajo o estudio a un radio de, al menos, 100
metros, y la prohibición de porte y tenencia o, en su caso, el comiso de armas de fuego,
solicitando se impongan estas últimas dos penas accesorias por el término de dos años;
con costas.
Por el delito de amenazas de atentados en contra de las personas en contexto de
Violencia Intrafamiliar: A la pena de 540 días de presidio menor en su grado mínimo,
más las accesorias legales de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de
la condena, las del articulo 9 letras b) y c) de la Ley 20.066 sobre violencia intrafamiliar
consistentes en la prohibición de aproximarse a la afectada, doña M.R.P.P., domicilio,
lugar de trabajo o estudio a un radio de, al menos, 100 metros, y la prohibición de porte y
tenencia o, en su caso, el comiso de armas de fuego, solicitando se impongan estas
últimas dos penas accesorias por el término de dos años; con costas
Tercero: Alegatos del Ministerio Público. Que en su alegato de apertura el señor fiscal
indicó que los tres delitos acusados han sido cometidos en contra de una misma víctima,
M.R.P.P., quien es madre del acusado. Indica que se trata de delitos flagrantes ya que el
Sr. M.A.P.P. fue sorprendido por carabineros lo que culmina con la detención del
imputado, sumado a la declaración de la víctima y a la prueba documental, estima con ello
suficientemente fundado los tres delitos de desacato y un delito de amenazas simples.
Posteriormente, en el alegato de clausura señaló que la prueba rendida, en especial la
declaración de la afectada, además de las declaraciones de los funcionarios policiales que
intervinieron en los procedimientos policiales estima que se acreditó más allá de toda
duda razonable que la existencia de los hechos y la participación del acusado.
Agrega que con la prueba documental quedó establecido el vínculo filiativo entre la madre
y el acusado; que las resoluciones acompañadas dan cuenta de la existencia de la
prohibición de abandonar y de acercarse a la víctima, resolución que incumple en
momentos muy cercanos y en el último episodio ocurrido el 15 de abril se expresaron
amenazas en términos tales que la madre temió que eran posibles de verificarse porque
señaló que su hijo es agresivo e impulsivo según los funcionarios policiales y según la
denuncia motivada por la víctima.
Añade que el acusado, según la perito de nombre Marina señaló que la afectada no hizo
referencia frente a los funcionarios policiales de alguna situación de alienación, ni delirio
del acusado, quien se mostró agresivo y en pleno conocimiento de lo que hacía, por lo
que a su juicio no existe inimputabilidad ni imputabilidad disminuida; señala que las
pericias no son claras, y lo que concluye el Dr. Cotelo no hace un diagnóstico final, sino
que se basa en una entrevista de 60 minutos y no da cuenta de un tratamiento
medicamentoso, psicológico, ni psiquiátrico anterior.
Entiende que hay agresividad e impulsividad incluso en un episodio anterior en contra de
su abuelo; entiende el concepto de desacato por lo que estima que se han acreditado los
hechos.
Haciendo uso a derecho a réplica indicó que el delito de desacato se configura al
incumplir medidas cautelares vigentes, basado en resoluciones firmes y ejecutoriadas al
momento de los hechos en los cuáles el delito se configuró, cree que el acusado tenía
claro el concepto de desacato, las entendió las prohibiciones, lo que fue incorporado por
las pericias de la Defensa, fue encontrado de forma flagrante en el interior del domicilio.
Cuarto: Alegatos de la defensa del acusado M.A.P.P.. Que la defensa del acusado
inicialmente sostuvo en su alegato de apertura que pretendió ante el Tribunal de Garantía
hacer efectivo el derecho de su representado de ser enjuiciado en una única persecución
penal al juntar las distintas investigaciones pretenderá demostrar la confluencia de un
estilo de vida vinculado a una especie de modus vivendi a situaciones de conflicto entre la
madre de su defendido y su defendido, aunado a ciertas condiciones de deprivación
sociocultural, ciertos rasgos esquizoides, vinculados a la presencia de sustancias
alcohólicas.
Indica que dentro de los desacatos ocurre que llega su defendido al inmueble porque no
tiene otro lugar a donde ir, existe un par de insultos hacia su madre y se queda a dormir,
llega carabineros y lo detiene durmiendo. Entiende que hay cierta tolerancia de la madre
hasta que llama a carabineros cuando él la insulta. Estima que obra una especie de error
de prohibición por la reiteración cercana en el tiempo ya que quien va tres veces a un
lugar en una semana desacatando es que tiene un problema ya que no tiene una clara
intención de acatar el ordenamiento establecido.

Agrega que de acuerdo a la prueba documental que aportará, especialmente la causa


685-2016, indica que terminó en una decisión absolutoria en un procedimiento
simplificado en el Tribunal de Garantía, por lo que el elemento para hacer subsistente el
delito Desacato ya que, si la medida cautelar derivó de un hecho que no era delito, la
medida cautelar requiere de fumus boni iuris, que no prosperó que sólo se mantuvo a
nivel formal, por lo que pide la absolución.
Subsidiariamente, solicita que sea declarado un delito continuado de desacato, debido a
que son tres delitos de desacato en una misma semana, en contra de una misma
persona, el mismo bien jurídico afectado o bien se aplique la fórmula del artículo 351 del
Código Procesal Penal.
Señala que las pericias que presentará darán cuenta de la afectación la imputabilidad de
su representado, un problema mental esquizoide, deprivación sociocultural y problemas
de alcohol, modus vivendi marginal, sin dubitar los presupuestos de hecho.
En su alegato de clausura, la defensa señaló que tres episodios de desacato en menos
de una semana creen que están más allá de la mera porfía o tenacidad de quien
desobedece las órdenes judiciales, sin entender que presupone la correcta administración
de justicia o el respeto a las resoluciones judiciales
Carencia de tratamientos medicamentosos, manifiesta inexistencia de una infraestructura
que trate patologías de base psiquiátrica, queda de manifiesto que no entiende que existe
analfabetismo funcional donde no existe comprensión sustancial.
Añade que su representado inicia una ingesta de alcohol a edad temprana, sufre un
incidente en donde es agredido por terceras personas, se hace auto cortes, se manifiesta
una manía persecutoria que si bien no los informe la madre en la etapa investigativa sí lo
declaró en esta audiencia, y no solamente la madre habló de las cámaras que lo
observaban, de personas inexistentes que lo persiguen, sino que también la abuela lo
refiere a través del informe, que lo toleraba cuando estaba bueno y sano, la corporalidad
de las acciones desplegadas por M.A.P.P., no están vinculadas a amenazar a terceras
personas, sino que su discurso está orientado a la auto agresión, como lo recoge la
sentencia absolutoria. Indica que existe tolerancia a una persona que funcionalmente vive
su vida normal pero que no tiene conceptos abstractos sin pensamientos concretos y
posible esquizofrenia en desarrollo, por eso no se planteó la suspensión del
procedimiento del artículo 458 del Código Procesal Penal.
Refiere que la madre declaró, que los policías expusieron la forma de detención del sujeto
y sólo en una de las detenciones fue agresivo, y en los tres procedimientos de detención
carabineros lo encontró durmiendo, en una cómoda y en su cama habitación y en el
desconocimiento de las normas señala que no me pueden echar de aquí, esta es mi casa
y yo vengo cuando quiera, por lo que no aprende el concepto del desacato.
Respecto de la sustancialidad de las medidas cautelares en la causa 685-2016, es la
base que genera todas las medidas cautelares, por lo que, sin sustento, derivó en un
hecho no constitutivo de delito, las que no son simplemente formales, sino que requieren
sustancialidad para ser eficaz y eficiente y al no haber reproche penal por ser absuelto
carecen de aquello.
Reitera subsidiariamente, que estamos frente a un delito continuado, por existir los
mismos contradictores, mismo Juez de Garantía, misma víctima en una continuidad de
espacio y tiempo muy cercana, el mismo bien jurídico vulnerado, podrían configurar la
presencia de un solo delito.
En relación a la imputabilidad disminuida, Dr. Cotelo y la Srta. Marina Araya, la misma
madre dijo que lo perseguían los cámaras, los funcionarios dan cuenta de lo
desconocimiento de las normas del desacato y recién en el tercer evento responde al
funcionario policial: “La Cagué” por lo que se desprende que sólo ahí tomó conocimiento
de estar ante un problema y estamos frente a una persona que tiene carencias
socioeducativas, conductas auto agresivas, es una persona que mantiene un trastorno
mental de base, sin poder determinar esquizofrenia.
En cuanto a las amenazas observa que no se cuenta con los elementos del tipo penal
para determinarlo Delito amenazas, menciones sólo existe un reproche a la madre por
haberlo echado de la casa, no hay mención de armas blancas y pide que no se apliquen
las sanciones accesorias desacato que a su juicio no es constitutivo de violencia
intrafamiliar, sino que afecta la recta administración de justicia.
Finaliza replicando, que la madre y la abuela exponen situaciones sobre alucinaciones y
el Dr. Cotelo percibe que las ideas persecutorias surgen de las personas con trastorno
esquizofreniforme o de base esquizoide, y reitera la idea de la tolerancia materna en las
acciones de su representado y estima que más que un problema penal, estamos frente a
un tema de carácter de salud mental y pública.
Quinto: Declaración del acusado. Que el acusado don M.A.P.P., mantuvo su derecho a
guardar silencio, por lo que no prestó declaración libre.
Sexto: Ausencia de convenciones probatorias. Que las partes no acordaron convención
probatoria alguna.
Séptimo: Prueba del Ministerio Público. Que para el establecimiento de los hechos y la
participación que en el mismo se le atribuye a la acusada, el Ministerio Público rindió las
siguientes pruebas, incorporadas en la audiencia de juicio oral:
Compareció M.R.P.P., quien refiere que su hijo M.A.P.P. se portaba mal con ella, porque
su hijo no está bien de su cabeza. Cuenta que el día viernes15 de abril de 2016, llegó a
las 22:30 horas diciéndole que la iba a matar porque la había corrido de la casa, pero no
le entendía las cosas que él le decía, y le pedía ayuda y le decía que veía cosas, cámaras
en su casa, hombres que lo persiguen, tapándose las orejas, gritaba y lloraba y era en
ese momento que se ponía agresivo con ella y a veces le pegaba. Precisa que ese día su
hijo golpeó fuerte la puerta, entró a la casa diciéndole: “mamita, mamita ábreme la puerta
que me vienen persiguiendo porque me quieren matar”, pero ella no vio a nadie que lo
persiguiera.
Responde que ese día su hijo no había bebido alcohol ni estaba bajo los efectos de
alguna droga, porque su hijo no consumía droga, sólo bebía alcohol los días viernes una
vez a la semana. Añade que todos los días su hijo se tapaba las orejas, lloraba y gritaba,
a veces se cortaba los brazos.
Refiere que su casa está ubicada en calle XXX, al frente de la Cancha, y ese día llamó a
carabineros porque no sabe qué hacer con su hijo, esperó que se quedara dormido y
llamó a Carabineros a las 06:00 de la mañana del 16 de abril, esperó a que se durmiera
para llamar a carabineros porque era la única forma que se podía tranquilizar.
Agrega que Carabineros llegó 30 minutos más tarde, declaró y se llevaron detenido a su
hijo quien se encontraba durmiendo en su pieza, mientras que ella ese día se encontraba
sola.
Añade que su hijo no podía llegar a su casa porque no se podía acercar a ella ya que lo
había demandado por agresivo, lo denunció a carabineros, y la prohibición fue decretada
en un juicio en este mismo edificio, pero en otra sala.
Indica que el día miércoles 13 de abril de 2016, ocurrió lo mismo, a las 08:30 de la
mañana, su hijo llegó a su casa, la buscaba a ella porque no estaba bien, ya que decía
que lo venían persiguiendo, luego lo fue a dejar, y al cruzar la carretera se tapaba las
orejas, tenía miedo, escuchaba voces, se ponía agresivo con ella porque no le entendía
las cosas que le decía.
Dice que ese día venía mal, pero no venía ni curado ni drogado, ella se puso nerviosa, le
preguntó que le pasaba; le sacaron hora al psicólogo, lo encontró mal, y llamó a
carabineros llegaron luego de 30 minutos, como a las 09.30 horas, se lo llevaron y al otro
día salió.
Relata que el día lunes 11 de abril de 2016, a las 05:30 de la mañana, su hijo estaba
super mal porque había tomado alcohol y decía que se quería matar, que estaba aburrido
de su vida y no quería seguir viviendo, le manifestó que estaba enfermo y le pidió ayuda.
Añade que entró por atrás de la casa, que tiene cerrado ahí, pero una parte le quedó
abierto, que ingresó por una parte abierta muy pequeña de malla raschel, y lo escuchó
que venía llorando, luego llamó a carabineros y llegaron a las 07:00 de la mañana, pero él
se arrancó de la casa y saltó una malla. Indica que en los tres episodios relatados fue ella
quien autorizó a carabineros para que ingresaran a su casa. Responde que el día 13 de
abril, su hijo ingresó a su casa porque él golpeó fuerte la puerta y ella se la abrió. Su hijo
estaba sentado en el sillón, lo sacaron y se lo llevaron. El día 11 de abril debido a que su
hijo arrancó, carabineros no lo pudo detener ese día. Cuenta que en carabineros prestó
declaración y no en otra parte.
Que su hijo veía cosas, se encontraba angustiado, esa situación se la refirió a
carabineros, y asegura que eso quedó consignado en su declaración. Agrega que la
orden de prohibición de acercamiento se la entregó ella a carabineros.
El día 15 de abril amenazas que su hijo profirió, las cree posibles de verificar porque él la
amenazaba le pescaba los brazos y la zamarreaba. Las cree posibles de verificar porque
podía hacerlo efectivo porque llegaba agresivo y a ella le producía temor, era violento que
de repente le pegaba y no hallaba que hacer, él podía hacer eso.
Cuenta que el día 15 de abril su hijo llegó a su casa tocándole la puerta principal y ella se
la abrió.
Para superar contradicción, se lee la declaración prestada por la testigo en el Ministerio
Público de fecha 3 de mayo de 2016: “El día 15 de abril de 2016 a eso de las 22:30 horas
él llegó a la casa a molestar, ingresó por la parte trasera de mi casa que está ubicada en
calle XXX, frente a la cancha comuna de Ovalle”. Pero insiste y reitera que su hijo entró
por la puerta principal porque ella abrió la puerta.
Su hijo se encontraba viviendo en la casa de su mamá en la Población Ferronor, desde
que le dijeron que no se podía acercarse, precisa que desde un año atrás estaba viviendo
con su mamá, que queda a una distancia de una cuadra, cruzando la carretera.
Contrainterrogada, responde que, en dos de esos incidentes ella le abrió la puerta en el
tercero su hijo entró por la parte de atrás de su casa. En el Tribunal de Garantía le dieron
a su hijo una prohibición de acercarse, declaró en ese Tribunal y en ese juicio que en el
mes de marzo él llegó a su casa, a mediados de marzo, llegó muy agresivo, pero después
dijo, te voy a matar y después me voy a matar porque estoy aburrido de la vida y luego de
ello se cortó el cuerpo sus brazos en frente de ella. Agrega que desde muy joven él
empezó a cortarse los brazos y desde los 16 años empezó a beber bebidas alcohólicas,
tuvo problemas con la justicia, lo llevó al consultorio de Sotaquí, no le recetaron remedios
porque el psicólogo hizo una carta a Coquimbo para internarlo, pero sólo había cinco
camas, no sabe que pasó después, el psicólogo, no había camas y no lo quería medicar.
Cuando él llegaba a pesar de la prohibición, no llamaba a carabineros, pero de repente se
ponía mal, llegaba bueno y sano, él entraba y se iba y estaba un ratito y le decía “mamita
me voy” y sólo llamaba a carabineros cuando se alteraba.
Cuando señala su hijo que se porta mal, se refiere a que decía que se iba a matar, se
dañaba él mismo, llamaba a carabineros para que la ayudaran a ella y a él.
Su hijo decía que lo perseguían, pero no lo perseguía nadie, antes le pegaron 6 hombres
mayores de edad, le pegaron en la cabeza, le quebraron su nariz, lo tenía que operar, lo
operaron el año pasado en Coquimbo, fue agredido, quedó asustado y quedó muy mal.
Las voces que le hablaban, se tapaba los oídos, y hablaba cosas que no se entendían,
lloraba y gritaba, decía: déjenme tranquilo -a las voces- decía que en su casa había y veía
cámaras, varias cámaras en la casa, en el comedor, en la pieza, ella le decía que no
habían cámaras, no le entendía a él.
Precisa que el día 13 de abril cuando cruza la calle, ella lo sacó y lo acompañaba a cruzar
la carretera, porque tenía miedo, pensaba que lo estaban persiguiendo.
Cuando le pegaron hombres, antes decía que estaba viejo y le pedía maquillaje y le
compraron maquillaje porque se sentía viejo.
Cuando está bien y sano era super tierno, pero cuando está mal hay momentos en que
nada le interesa,
Cuenta que trabajó de temporero, es buen dibujante y tiene problemas psicológicos.
Entre el mes de marzo y abril, sólo a veces se acercaba, pero se perdía una semana y
cuando no le faltaba el respeto ella no llamaba a carabineros.
Reitera que en un incidente carabineros lo pilló durmiendo, en otro incidente lo pilló
durmiendo en el sofá y en el tercer incidente no lo detuvieron.
A continuación, prestó declaración Patricio Miguel Salinas Villarroel, Cabo 1° de
Carabineros de Chile, quien relata que participó en un procedimiento de desacato en
contra de M.A.P.P. el día 11 de abril de 2016 aproximadamente a las 05:00 de la mañana,
recibió un comunicado CENCO señalando que en calle Libertad s/n Sotaquí, Ovalle.
Llegaron se entrevistaron con M.R.P.P., quien le exhibió un oficio del Tribunal de Garantía
que refería que su hijo mantenía una prohibición de acercarse a su madre. Cuenta que al
momento de ingresar autorizado por doña M.R.P.P., sorprendieron durmiendo al imputado
sobre una cómoda en el living de esa casa.
Observa que la víctima estaba muy nerviosa, asustada ya que manifestaba que su hijo
era muy agresivo y tenía problemas. Este oficio emanaba del Juzgado de Garantía de
Ovalle.
Detalla que el imputado estaba durmiendo y al momento de despertarlo se percató que se
encontraba bajo la influencia del alcohol, por su fuerte hálito alcohólico y no se podía
sostener en pie luego que lo bajaron del mueble.
Cuenta que la detención se produjo a las 05:10 de la mañana ingresaron con la
autorización de doña M.R.P.P., y se dispuso que el imputado pasara a control de
detención.
La víctima le refirió que ella se encontraba durmiendo, escuchó ruidos, salió a ver qué
pasaba y encontró a su hijo sentado en el living, ella le pidió que se fuera él le dijo que no,
tuvieron una discusión y ella llamó a carabineros.
Doña M.R.P.P. le decía a su hijo que se retirara de la casa y este le respondía que no se
iba a ir. Relata que ingresó sobrepasando un cierre perimetral de malla raschel y en otro
sector malla acma, ingresó, escuchó ruidos, había un portón de lata que quedaba semi
abierto, pero ella no lo le abrió la puerta.
Llegaron al domicilio él se encontraba estaba durmiendo sobre el mueble, ella le refirió
que él había entrado al domicilio una hora antes.
Cuando ingresaron al domicilio él les dijo que estaba en su casa, que podía llegar a la
hora que quería y que no se iba a ir.
Cuenta que aparte de ser agresivo no observaron en el imputado un comportamiento
fuera de lo normal y precisa que se opuso a la detención y los insultaba, les decía: “pacos
conchetumadre no me vas a llevar, estoy en mi casa.”
Añade que el segundo hecho se produjo el día 13 de abril de 2016, a las 09:00 de la
mañana, CENCO les comunicó sobre un desacato en desarrollo ocurrido en calle Libertad
S/N Sotaquí, Ovalle, una vez que llegaron al lugar, la dueña de casa M.R.P.P., les
manifestó que su hijo M.A.P.P., había ingresado al domicilio, estaba durmiendo sintió
ruidos y lo encontró a su hijo durmiendo en la cama en otro dormitorio. Manifiesta que a
su hijo no le abrió la puerta. Indica que el día 11 de abril la víctima se encontraba sola en
su casa.
Les dijo que nuevamente su hijo había entrado a la casa y no quería irse, estaba en la
pieza durmiendo, le exhibieron el oficio del Tribunal de Garantía de prohibición de
acercamiento, ingresaron con su autorización y lo encontraron durmiendo en una cama de
una pieza. Estaba él en normal estado, sólo dormía. La víctima estaba afectada, llorando,
les dijo que no sabía que hacer, su hijo no entendía y estaba asustada.
Cuando lo detuvieron, manifestó que no fue tan agresivo como la primera vez, les decía
que podía venir cuando él quería, que esta era su casa. El domicilio de la víctima
recuerda que tenía dos dormitorios.
Exhibe documento N°3, responde que corresponde al oficio que les presentó la víctima.
N°180 del Tribunal de Garantía de Ovalle.
Reconoce a la persona que detuvo presente en la sala de audiencia M.A.P.P..
Contrainterrogado, contesta que le tocó participar en los procedimientos del 11 y 13 de
abril, en una misma semana. En el primer procedimiento ven durmiendo en una cómoda
al imputado, como dormía tuvieron que despertarlo. Al ser despertado reaccionó de forma
agresiva, le explicaron que tenía una prohibición de ingresar a la casa, siguió esta actitud
auto agresiva ya que se golpeó al interior del calabozo del furgón y manifestaba que les
iba a echar la culpa a carabineros en el Tribunal de Garantía.
Detalla que en la casa se recuerda de dos piezas. Le dicen que es desacato, no entendía
no sabía qué hacer y no entendía que no se podía acercar a la casa, no obedecía la
orden del Tribunal. Él no entendía por qué no se podía acercar a la casa. En el segundo
procedimiento no se comportó auto agresivo y en cuanto a la forma de ingreso relata sólo
la versión que les dio la señora.
A continuación, prestó declaración Freddy Enrique Godoy Cifuentes, Sargento 2° de
Carabineros, quien relata que se desempeña en la 3° comisaría de Ovalle y tomó
conocimiento de un hecho ocurrido el día viernes 15 de abril 2016 y la denuncia la efectuó
doña M.R.P.P., el día sábado 16 de abril, en contra de su hijo el imputado M.A.P.P.. Ella
le refirió que el día 15 de abril a las 22:30 había llegado su hijo a su casa quien la había
amenazado de muerte con un cuchillo porque le señaló que lo había corrido de la casa,
estas amenazas duraron hasta la madrugada del día 16 de abril y por temor de
concretarse las amenazas, no llamó a carabineros sino hasta las 11:30 horas de la
mañana, en el momento en que el imputado se quedó dormido. Precisa que a las 11:10
recibió el llamado y a las 11:30 se apersonó en la casa de la señora Marisol, quien le
contó que no había llamado antes porque su hijo podía concretar las amenazas, y sólo
cuando él se durmió llamó a carabineros.
La víctima le manifestó que la iba a matar a ella con un cuchillo porque ella lo había
denunciado y corrido de la casa; en ese momento se encontraba en el domicilio la señora
con una menor de 8 años que es su nieta.
Agrega que nada le dijo la señora Marisol sobre cómo ingresó su hijo a su casa.
Posteriormente acogió la denuncia y como el imputado se encontraba en el interior del
domicilio y tenía en su contra una medida cautelar de prohibición de acercamiento
decretada por el Tribunal de Garantía de la cual tenía una copia que le fue exhibida, la
víctima le autorizó la entrada al domicilio y procedieron a su detención.
Refiere que la víctima estaba nerviosa, se veía atemorizada y no quería que el imputado
despertara, agrega que el cuchillo era de la casa de la afectada, pero él no encontró
ningún cuchillo en poder del imputado. La afectada le contó que su hijo la había
amenazado durante toda la noche que tomaría un cuchillo, que la iba a matar a ella y a su
nieta.
Indica que observaron al ingresar al domicilio que el imputado estaba bebido, pasado a
alcohol, consciente, con resaca, hálito alcohólico, lo sorprenden en un dormitorio acostado
durmiendo, en ese lugar había dos camas, vio un dormitorio.
En el interior del domicilio cuenta que el imputado no se puso agresivo, él le dijo que no
podía estar ahí y accedió a la detención y exclamó: “La cagué”. Estaba tranquilo asumido,
no observó nada fuera de lo común y refiere que a la víctima se le tomó declaración.
Contrainterrogado responde que doña M.R.P.P. le dijo que al interior estaba su hijo y el
joven seguía durmiendo. Conversaron adentro de la casa con voz normal y el imputado
seguía durmiendo entraron a la habitación que era dividida con una cortina, sólo despierta
cuando lo detuvieron por desacato y en ese momento refirió: “La cagué”. No opuso
resistencia a la detención. Especifica que la Amenaza consistía en que las iba a matar
con un cuchillo, pero no precisa que tipo de cuchillo. Al registro el imputado no portaba
ningún arma blanca ni en la habitación en donde se encontraba durmiendo.
Finalmente, el Ministerio público se valió de la siguiente prueba documental:
-Copia autorizada de resolución (Acta de audiencia de control de detención, formalización
de investigación y medidas cautelares) en causa RUC Nº 1.600.342.595-2 y RIT Nº 932-
2016 del Juzgado de Garantía de Ovalle, de fecha 11/04/2016, con su certificado de
encontrase firme y ejecutoriada.
-Copia autorizada de resolución (Acta de audiencia de control de detención, requerimiento
simplificado y medidas cautelares) en causa RUC Nº 1.600.267.154-2 y RIT Nº 685-2016
del Juzgado de Garantía de Ovalle, de fecha 18/03/2016, con su certificado de encontrase
firme y ejecutoriada, en la que se ordena el abandono del hogar común que comparte con
la víctima y la prohibición de acercamiento.
-Copia simple de Oficio N° 180 del Juzgado de Garantía de Ovalle, de fecha 18/03/2016,
que informa medida cautelar de las letras a) y b) de la ley 20.066.-
- Copia autorizada de resolución del Sr. Juez de Garantía de Ovalle, de fecha 13/04/2016,
y certificado de vigencia de medidas cautelares de la letra a) y b) del artículo 9 de la Ley
N° 20.066, de fecha 19/04/2016.
-Certificado de Nacimiento del acusado M.A.P.P., nacido el día 13 de julio de 1995, en
Ovalle. Nombre de la madre, M.R.P.P..
Octavo: Prueba propia de la Defensa. Que la Defensa presentó la siguiente prueba
propia:
-La declaración del perito Marcelo Cotelo Tullé, psiquiatra, quién quien depuso a la luz
del Informe psiquiátrico N°39.142 practicado al imputado, indicando que el día 22 de mayo
de 2016, a solicitud del Sr. Defensor Gerardo Tagle, realizó una evaluación imputabilidad
de M.A.P.P.. Indica que se desarrolló en el CDP de Ovalle. Agrega que la metodología fue
una entrevista clínico fenomenológica, con entrevista semi estructurada, y posteriormente
al examen mental obtuvo un hallazgo correlacionándolo con el marco bibliográfico DCM IV
y DCM V, la clasificación internacional de enfermedades y el texto de semiología y
psicopatología de Eduardo Caponi y el texto psiquiatría forense en lo penal del Dr.
Dresdner.
Añade que los resultados o hallazgos relevantes y antecedentes mórbidos del evaluado,
presenta desde pequeño un trastorno de la conducta escolar rendimiento repitencia, fue
expulsado. En la adolescencia comenzó a auto inferirse cortes, se le pidió que mostrara
cicatrices, consumo problemático de alcohol desde los 15 años, negó consumo de otras
sustancias, refirió problemas de interrelacionamiento personal, peleas, problemas
familiares.
A nivel del examen mental, los puntos críticos claves en el diagnóstico, el evaluado
mostró tedio, indiferencia, mínima colaboración, respuestas irónicas monosilábicas
sumadas a que la entrevista fue muy dificultosa. A nivel de las expresiones afectivas,
aprecia un afecto distante, indiferente sin modulación de su situación personal, apareció
humor paradojal, sonrisas inmotivadas, sin congruencia entre la expresión emocional,
total desinterés de su situación procesal y familiar, expresó que no tenía visitas ni le
interesaba tenerlas, refirió a la indagación de como sentirse, expresó que tenía ganas de
degollarse.
Se hicieron planteos diagnósticos. En el Eje 1 se expone la psicopatología, indicadores
subjetivos de una psicosis ezquisofreniforme. En el Eje 2 sobre desordenes de la
personalidad, existen elementos subjetivos de trastorno de la personalidad con rasgos
antisociales graves y esquizoides. En este mismo Eje, a nivel intelectual niveles promedio,
pero de rango límite con lo deficitario.
Concluye que el evaluado presenta elementos sugestivos de una psicosis crónica
ezquisofreniforme. No demostró actitudes gananciales con la entrevista, no trató de
convencer de nada, se explayó espontáneamente, demostró tedio en la entrevista,
asociado a la psicosis ezquisofreniforme también disfunción de personalidad con
elementos ezquisoides y antisociales, determina una alteración en el enjuiciamiento de la
realidad, desde el punto de vista médico psiquiátrico, el avaluado presentaría una
imputabilidad disminuida, sin perjuicio de la evaluación jurídica del término.
Finalmente expone que, de no ser tratado el evaluado es posible que nuevamente
protagonice actos en contra de sí mismo y/o del entorno. Se sugiere que de acuerdo a la
forma de funcionamiento y frente a hipótesis diagnóstica que deben ser confirmadas se
sugiere complementar el diagnóstico e iniciar tratamiento que pueda ser derivado a un
servicio de psiquiatría cerrado.
Preguntado sobre la validación de los instrumentos DCM IV y DCM V, cuenta que están
basados y tienen reconocimiento internacional. El Dr. Caponi es renonocido en la
literatura médica nacional en formación psiquiatría.
Indica que el evaluado es originario de Sotaquí, estaba privado de libertad al momento de
la entrevista, le refirió que antes vivía con la madre, después con la abuela quien lo
expulsó por lo que antes de estos incidentes se encontraba en situación de calle.
En el ámbito laboral le refirió que se desempeñaba como temporero agrícola.
Cuenta que terminó su escolaridad, cursó hasta 1° medio incompleto, en la educación
básica repitió múltiples cursos.
Antecedentes o tratamientos médicos, sin tratamiento en la patología de base, y en la
posta le deban clonazepam para dormir.
Las heridas auto inferidas las percibió porque él le exhibió cicatrices múltiples y pudo
observar la entidad de las lesiones.
En el ámbito penal (prisión preventiva) hasta ese momento no se había auto inferido
lesiones
Le expresó que bueno, sano y bajo los efectos del alcohol se borraba, refirió que un
episodio de rabia, agredía. La ingesta alcohólica se la refiere desde los 15 años.
El término técnico de pérdida de memoria se llama Black Out, y corresponde a que la
persona actúa, hace cosas, pero no tiene registro de lo que está haciendo, no fija lo que
está haciendo.
Le refirió motivos por los que estaba privado de libertad era por desacatarse de una
medida de alejamiento de su madre, situación que tenía clara al momento de ser
evaluado.
Reitera que la actitud mostrada por el evaluado es ponderar erróneamente la realidad, se
muestra indiferente, inamovible por su situación procesal, no sabía qué día tenía
audiencia de la audiencia, le daba lo mismo, notaba tedio, contestaba lo mínimo, no
buscaba ayudarse a sí mismo y no disimulando su tedio.
En la ponderación de la realidad no le importa lo que le va a pasar, no se proyecta, por lo
que resulta probable que tenga una patología psicótica de fondo. Además, no mostró
angustia, sin afectación por no tener visita, y tampoco le interesa vincularse con sus dos
hermanos.
Señala que la ezquisofreniforme se muestra en elementos como: un aplanamiento
afectivo, en el humor paradojal, en risas inmotivadas, en la falta de propositividad vital,
indiferencia frente a la situación procesal. Todos elementos que le permiten establecer
una sospecha diagnóstica.
Precisa que en ciertas situaciones familiares realiza actos disruptivos, como hacer
maldades, robar, la gente no le tenía aprecio a él, esos actos agresivos eran bajo los
efectos del alcohol y sin los efectos del alcohol como patrón propio, pero que sí se
exacerban con la ingesta de alcohol y frente al cual no plantea cuestionamientos, no lo
critica se muestra sintónico con ello, es decir, no lo enjuicia y estima que no está mal
proceder así.
Es compatible con un trastorno personalidad antisocial, un funcionamiento del tipo
esquizoide centrada en sí mismo, más que en el narcisismo, se encuentra en el
desinterés en las interacciones con los demás o repliegue en sí mismo.
Detalla que falta para que el entrevistado sea inimputable (y no imputabilidad disminuida
como lo concluyó) que éste tenga un pensamiento desorganizado y/o funcionando bajo un
delirio o alucinaciones, si al momento de cometer el delito evidencia estado psicótico. No
tiene una capacidad de enjuiciamiento apropiado de la realidad, ya que se maneja en
criterios mórbidos, desadaptados, en los que no enjuicia ni siquiera para su propia
conveniencia ya que le da igual. Colaboró menos que lo justo y necesario con la
entrevista.
Frente a una patología ezquisofreniforme, estima que pueden surgir ideas persecutorias
de terceros, es más probable que en este tipo de patologías se encuentre la presencia de
síntomas de daño y perjuicio auto referencial, que sienta que lo están mitrando, que lo
están atacando, que había mucha gente. Indica que lo había humillado y maltratado y
presenta sentimientos vindicativos respecto de esas personas que lo habrían humillado y
maltratado. Ideas persecutorias es características en la esquizofreniforme
Especialidad en Uruguay U de La República, carrera de medicina y post grado de
psiquiatría, estudio 1 año en Pensilvania, administración de salud. En Chile hace 9 años
que está. Trabaja en la Unidad de psiquiatría Hospital de La Serena. Año 2010 facultad de
medicina UCN, asistente SENAME 2010, área de droga programa SENDA.
Contrainterrogado, responde que no es especialista en psiquiatría forense, pero asistió a
cursos del Dr. Sepúlveda, cursos a distancia U de Extremadura, relacionados con la
psiquiatría forense, sin diplomas o post títulos en esta área.
Reitera que el entrevistado tiene claridad en cuanto al desacato y los efectos de incumplir
una resolución judicial.
Señala que trabaja en le Defensoría Penal Pública desde el año 2010 a la fecha.
Explica que tuvo una entrevista de 60 minutos en la que no puede arribar a un veredicto
final ya que explica que para llegar a la recomendación o confirmación de un diagnóstico
evolutivo puede transcurrir seis meses incluso sin lograr aún con ese tiempo obtener un
diagnóstico definitivo, por lo que se necesita de una observación longitudinal, ya que, si
bien en esta entrevista encontró elementos, señala ser prudente y no tajante en
establecer un diagnóstico.
Explica que esta enfermedad puede pasar por distintas etapas, ya que existen etapas
incipientes y de evolución de estado. Por lo que recomienda etapa de observación para
arribar a un diagnóstico definitivo.
Refiere que la ingesta del alcohol que presenta el evaluado es frecuente, desde los 15
años presenta una ingesta periódica.
Reitera que el evaluado no se encontraba con evaluación ni tratamiento psiquiátrico
anterior, solamente recibe ansiolítico como clonazepam, medicamento que no regula el
perfil psicótico que analizó.
Dice que por la defensa no le dieron más antecedentes ni tampoco tuvo acceso a la
carpeta investigativa.
Estima que el evaluado tiene un pensamiento organizado, concreto, claro y finalista,
seguía un hilo conductor concreto y no observó delirio, ni alucinaciones como
antecedentes previos.
Preguntado por el Tribunal, aclara que el evaluado se corta porque le gusta cortarse y
estando en la Unidad Penal había querido cortarse o degollarse. Dice que se borra,
agrede con o sin alcohol, por lo recomienda tratamiento, por lo que no sería de extrañar
que produzca lesiones hacia sí mismo o hacia terceros sobre el eje de impulsividad que él
mismo reconoce.
A nivel de rango de personalidad, se encuentra el perfil antisocial, donde existe muy poca
consideración del otro del cumplimiento de las normas y rasgos esquizoides en los que
tiende a proyectarse poco, no le interesa tener familia y tiene aplanamiento afectivo,
replegado en sí mismo. Arribó a la conclusión de un trastorno ezquisofreniforme que debe
ser tratado ya que hay elementos de anomalía en su funcionamiento que puede afectar a
sí mismo o hacia terceros. Estima prudente iniciar un tratamiento en un sistema de salud
cerrado y después asegurar el tratamiento con medicación inyectable mejorando el nivel
de garantías.
-Además declaró la perito Marina Alejandra Araya Vera, psicóloga, quien expuso a la luz
del Informe psicológico N°38167, practicado al acusado de 21 años de edad, metodología
entrevista individual al evaluado, también una entrevista a la madre y otra a la abuela
materna. Cuenta que se le realizaron pruebas gráficas, test de la persona bajo la lluvia,
test HTP casa – árbol – persona, el test de la familia, test de Raven para medir la
capacidad general del imputado. Resultado de la evaluación con respecto al test de
Raven concluyó que existe una disminución en la capacidad cognitiva, por lo que
existirían dificultades en el pensamiento analógico y lógico, dificultad en la orientación y
en la percepción. Este test se aplicó porque el imputado mantenía una deserción escolar
importante, deprivación cultural, por lo que se prefirió esta prueba en desmedro del Weiss,
que mide inteligencia. Añade que del resultado de las pruebas gráficas surgieron
indicadores de agresividad, impulsividad, temperamento frío, inestabilidad emocional,
inseguridad en el terreno emocional a nivel familiar, indicadores de tristeza, impulsividad,
efectúa 4 a 5 dibujos. Respecto del test de persona bajo la lluvia se detecta que cuando
se enfrenta a situaciones adversas o que le producen estrés, carece de estrategias
adecuadas para enfrenta o resolverlo de forma asertiva dichos conflictos, por lo que
acude a otras estrategias para resolver sus conflictos.
Agrega que, en la entrevista individual, con la madre y abuela se apreciaron problemas en
las interacciones personales con su núcleo familiar. Aparecen de acá los auto cortes en el
brazo desde los 19 años y surgen comportamientos agresivos hacia otros miembros de la
familia como la mamá, la abuela y el abuelo. También aprecia impulsividad y paranoia,
por lo señalado por la abuela materna que él pensaba que existían cámaras en la casa, lo
estaban persiguiendo y le querían pegar, sólo la abuela materna dio esa información más
no el imputado.
Respecto del Test de la familia, presenta un vínculo presente y cercano con su abuela
materna, quien se ha hecho cargo de su crianza y es su referente protector para él.
Últimamente él presenta conflictos psicológicos agresivos en contra de la abuela.
Sugiere una evaluación psiquiátrica para despejar trastorno de salud mental y también
contrarrestar la inteligencia o capacidad disminuida cognitiva disminuida respecto de su
grupo de referencia y que pueda acceder a un tratamiento psiquiátrico.
Estudió en la U de Valparaíso, y post formación en un instituto en Santiago, 40 horas en
programa SENAME, y consulta particular y perito.
Cuenta que existen ciertos indicadores que se van repitiendo en las pruebas como la
impulsividad, comportamiento frio, paranoia, auto corte, habían consultado en el
Consultorio, Sotaquí el imputado no habría accedido a un tratamiento psiquiátrico o
psicológico. En la entrevista, existió poco contacto emocional, y también el clima
emocional y se debe despejar un problema de salud mental o retraso mental, lo que
requiere una opinión médica.
Agrega que otra idea paranoide que tenía era que escondía los cuchillos de la casa
porque tenía la idea que lo estaban persiguiendo o siempre andaba con cuchillo
Descarta una estrategia ganancial, nunca buscó el contacto emocional, se mostró
reticente, negativo a las evaluaciones, luego al explicar una motivación o raport, no le
interesaba por lo que no maneja el resultado o que tiene que contestar.
Señala que el desarrollo psicomotor lenguaje era normal. Había agredido a su madre y a
su abuelo, se lo refiere la abuela materna y la mamá. Tuvo a la vista las declaraciones en
la investigación. En estas declaraciones no refería alucinaciones o delirio. El acusado
comprendía las instrucciones y orientó el trabajo para hacer el informe rápido. Observó un
comportamiento agresivo e impulsivo. El Delirio lo obtiene por la abuela. Sólo señala él el
auto corte. La fecha de la pericia es mayo de 2016, a esa fecha no estaba medicado ni
con tratamiento. No observó alucinaciones o delirios en la evaluación.
Incorpora como prueba documental la Copia simple de la sentencia absolutoria recaída en
causa Rit: 685-2016; RUC: 1600267154-2 redactada por Magistrado Pedro Rojas Castro,
leída y notificada con 22 de junio de 2016, con certificado de ejecutoria, en la que se
absuelve al Sr. M.A.P.P. del delito de amenazas en contexto de violencia intrafamiliar de
los hechos del día 17 de marzo de 2016.
Noveno: Hechos acreditados. Que esta sala única del Tribunal Oral en lo Penal de
Ovalle, ponderando con libertad los elementos de prueba incorporados al juicio, según lo
prescribe el artículo 297 del Código Procesal Penal, sin contradecir los principios de la
lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, tuvo
por acreditado, más allá de toda duda razonable, conforme al veredicto que:
“El día 11 de abril de 2016, aproximadamente a las 05:10 horas, personal de Carabineros
de Chile, sorprendieron al acusado M.A.P.P. al interior del domicilio de su madre y víctima
M.R.P.P. ubicado en Calle XXX, comuna de Ovalle. Quebrantando de este modo, lo
ordenado cumplir mediante resolución de Señor Juez de Garantía de Ovalle, en proceso
RUC N° 1.600.267.154-2 y RIT N° 685-2016, de fecha 18 de Marzo de 2016, en cuya
virtud decreto en favor de la víctima medidas cautelares, entre otras, la prevista en la letra
b) del artículo 9 de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, consistente en la
prohibición para el acusado de acercarse a la víctima M.R.P.P., a su domicilio, lugar de
trabajo o estudio, así como a cualquier otro lugar al que esta concurra o visite
habitualmente, la cual fue legalmente notificada al acusado M.A.P.P. en audiencia, de
igual fecha”.
A continuación, el día 13 de abril de 2016, aproximadamente a las 08:30 horas, personal
de Carabineros de Chile, sorprendieron al acusado M.A.P.P. al interior del domicilio de su
madre y víctima M.R.P.P. ubicado en Calle XXX, comuna de Ovalle. Quebrantando de
este modo, lo ordenado cumplir mediante resolución de Señor Juez de Garantía de
Ovalle, en proceso RUC N° 1.600.267.154-2 y RIT N° 685-2016, de fecha 18/03/2016, y
en proceso RUC N° 1.600.342.595-2 y RIT N° 932-2016, de fecha 11/04/2016, en cuya
virtud se decretaron en favor de la víctima medidas cautelares, entre otras, la prevista en
la letra b) del artículo 9 de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, y la prevista en el
artículo 92 N° 1 de la Ley N° 19.968 que Crea Los Tribunales de Familia respectivamente,
consistente en la prohibición para el acusado de acercarse a la víctima M.R.P.P., a su
domicilio ubicado en calle Libertad s/n de la localidad de Sotaquí, Ovalle, lugar de trabajo
o estudio, así como a cualquier otro lugar al que esta concurra o visite habitualmente, las
cuales fueron notificada al acusado en audiencia correspondiente.
Finalmente, el día 15 de abril de 2016, alrededor de las 22:30 horas, el acusado
M.A.P.P. ingresó al domicilio ubicado en calle Libertad S/N, comuna de Ovalle, de su
madre y víctima, doña M.R.P.P., encontrándose la afectada en su interior, lugar en el cual
procedió a amenazar seria y verosímilmente a la víctima durante la noche y hasta
alrededor de las 06:00 horas del día 16 de Abril de 2016 diciéndole: ”los voy a matar con
un cuchillo porque me corriste de la casa”, procediendo luego Carabineros a alrededor de
las 11:35 del día 16 de Abril de 2016 a sorprenderlo en el interior del citado domicilio. Lo
anterior, en circunstancias que previamente se había decretado respecto del acusado en
el RUC 1600267154-2, RIT 685-2016, de fecha 18 de Marzo de 2016, por parte del
Juzgado de Garantía de Ovalle, las medidas cautelares establecidas en el artículo 9 letras
a) y b) de la Ley 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, consistentes en la obligación de
abandonar el hogar que compartía con la víctima y la prohibición de acercarse a la
afectada, a su domicilio, ya referido, lugar de trabajo o estudio así como cualquier otro
lugar que concurra o visite habitualmente. Del mismo modo existían además medidas
cautelares decretadas en el mismo sentido respecto del acusado en el RUC 1600342595-
2 y RUC 1600354555-9 de fechas 11 de abril de 2016 y 13 de Abril de 2016
respectivamente”
Décimo: Valoración de los medios de prueba para acreditar los hechos. Que como se
adelantara en el veredicto, con la declaración de M.R.P.P.y de los funcionarios policiales
Patricio Miguel Salinas Villarroel y Freddy Godoy Cifuentes, además de la prueba pericial
compuesta por los profesionales de la salud mental Marcelo Cotelo Tullé y Marina
Alejandra Araya Vera y finalmente la prueba documental rendida, se tuvo por acreditado
los tres hechos constitutivos de un delito continuado de desacato y un delito de amenazas
simples en contexto de violencia intrafamiliar.
Se arriba a lo anterior teniendo en cuenta especialmente la declaración de la víctima
M.R.P.P., quien refiere que los días 11, 13 y 15 de abril de 2016, su hijo, M.A.P.P.,
ingresó a su domicilio ubicado en calle XXX, Ovalle; no obstante existir en su contra
medidas cautelares que prohibían su acercamiento al referido inmueble, cuyos episodios
transcurren en unidad de designio criminal, en tres eventos acaecidos en un corto lapso
de cinco días, los que afectaron a la misma víctima, vulneraron el mismo entorno de
seguridad, además de desobedecer lo ordenado cumplir por el Juzgado de Garantía de
Ovalle en causas por violencia intrafamiliar, vigentes al tiempo de su infracción.
A mayor precisión, cuenta la víctima que el día 11 de abril de 2016 su hijo había tomado
alcohol, que corresponde a un elemento de riesgo que contiene el artículo 7° de la Ley
20.066. Que en esa oportunidad entró por la parte de atrás de su casa y llamó a
carabineros a las 07:00 de la mañana, pero su hijo se arrancó y no lo pudieron detener
ese día. Relata que el día 13 de abril de 2016, su hijo llegó a su casa buscándola mientras
le decía que lo estaban persiguiendo, luego lo fue a deja r a la casa de su abuela, decía
que lo venían persiguiendo, luego lo fue a dejar y al cruzar la carretera se tapaba las
orejas, tenía miedo y escuchaba voces. También el día 15 de abril de 2016 su hijo llegó a
su hogar tocándoles la puerta principal y ella le abrió a las 22:30 horas que ese día su hijo
le profirió amenaza que las cree posibles de verificar porque él llegaba agresivo y a ella le
producía temor, era violento, de repente le pagaba y no hallaba qué hacer.
Si bien es cierto que, en dos de los tres episodios ya referidos fue la propia víctima quien
permitió la entrada del Sr. M.A.P.P. a su domicilio, no es menos cierto que, debió la
víctima esperar en dos oportunidades a que éste se durmiera para poder llamar a
Carabineros, prohibición que según puede desprenderse, estaba en pleno conocimiento
del encartado según los dichos del sargento Sr. Godoy, quien al proceder a su detención
escuchó de éste señalar comprender la medida y la aceptación a su infracción, refiriendo
al ser sorprendido la expresión : “La cagué”, detención a la que no opuso resistencia en el
tercer evento producido el día 15 de abril de 2016; como también se desprende de los
dichos del perito Dr. Cotelo, quien refiere que el periciado tiene claridad en relación a los
efectos que conlleva el incumplimiento de una resolución judicial, incluso le señaló al
profesional que los motivos por los que estaba privado de libertad era por desacatarse de
una medida de alejamiento de su madre, situación que tenía clara al momento de ser
evaluado. También lo recoge la pericia de doña Marina Araya Vera, quien descarta una
estrategia ganancial, en la entrevista norefirió alucinaciones o delirios, comprendía las
instrucciones, observó un comportamiento agresivo e impulsivo.
A su vez, el delito de amenazas se ve configurado al producir a la víctima certera
conminación con visos de seriedad constitutivo de un mal en contra de su persona, lo que
se concluye de los dichos de la deponente —Sra. M.R.P.P.— en cuanto a que las
amenazas proferidas las cree posibles de ser verificadas porque en ciertas oportunidades
su hijo era violento, de repente le pegaba, la pescaba de los brazos y la zamarreaba.
Además resultan ser serias porque se recoge la hipótesis de alcoholismo como un
elemento calificado como riesgoso por el artículo 7° de la Ley 20.066, como también lo
refieren las pericias de la Defensa en orden a destacar rasgos agresivos cuyo perfil
psicótico y además existen elementos de anomalía en su funcionamiento que lo pueden
afectar a sí mismo o a terceros.
Finalmente, resulta necesario establecer la existencia de un trastorno mental que en parte
compromete las capacidades mentales y volitivas del acusado, según lo que han
corroborado las pericias presentadas por la Defensa que advierten alteraciones en el
enjuiciamiento de la realidad compatibles con un trastorno de personalidad
ezquisofreniforme, en términos tales que es posible sostener imputabilidad disminuida y
que la prueba de cargo resultó suficiente para arribar a un veredicto condenatorio,
despejándose en el hecho toda duda en el acaecimiento del mismo y la participación
punible que le cupo al acusado en ellos.
En consecuencia, estos hechos a juicio de este Tribunal son constitutivos de un delito
continuado de Desacato, al haberse reiteradamente quebrantado, en un período de cinco
días, lo ordenado cumplir por una resolución judicial, en causas Rit: 685-2016; 932-2016 y
974-2016, todas pronunciadas por el Juzgado de Garantía de Ovalle, cumpliéndose lo
previsto en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, y un delito de amenazas
simples en contexto de violencia intrafamiliar, acaecido el día 15 de abril de 2016, delitos
en los cuales se establece su participación culpable en calidad de autor y en grado de
desarrollo consumado.
Undécimo: Participación del acusado en los hechos. Que cabe participación del acusado
M.A.P.P. en calidad de autor material y directo en los ilícitos establecidos lo que se
acreditó, sin controversia de la Defensa, y no sólo con la sindicación efectuada por la
víctima, madre del acusado, sino también por el reconocimiento de los testigos de cargo y
las pericias presentadas por la Defensa.
Duodécimo: En cuanto a las alegaciones de la Defensa. Refiere la Defensa la existencia
de error de prohibición al estar vinculado los hechos a una especie de modus vivendi
entre la madre y el acusado asociados a condiciones de deprivación sociocultural y a la
tolerancia de la madre que recibe a su hijo debe ser descartado en la medida que refiere
la víctima que en dos oportunidades debió la madre esperar a que su hijo se tranquilizara
y se durmiera para así poder llamar a Carabineros y además que las amenazas proferidas
las cree posibles de concretar en la medida que le producía temor, era violento, y temía
que se auto infringiera heridas o bien le pescara los brazos y la zamarreara como en otras
ocasiones anteriores. En este punto, la conciencia de la ilicitud de la conducta quedó
claramente establecida en la propia prueba de la Defensa que indica que el entrevistado
tiene claridad en cuanto al desacato y los efectos de incumplir una resolución judicial.
En relación a la sustancialidad de las medidas cautelares al verificarse finalmente una
sentencia absolutoria en la causa que dio origen a las resoluciones desacatadas, debe ser
descartada, por cuanto las medidas cautelares tuvieron sustento, existencia y vigencia no
solo judicial, sino amparadas por algunas hipótesis legales de riesgo del artículo 7° de la
Ley 20.066; sin perjuicio de la comprobación material del hecho que derivó finalmente en
la absolución del requerido.
Se acogerá la alegación sobre imputabilidad disminuida, en el entendido que si bien no se
cuenta con un diagnóstico médico psiquiatra definitivo que establezca una patología de
base, el Dr. Cotelo refirió que el entrevistado presenta elementos propios de una
ezquisofreniforme, como aplanamiento afectivo, humor paradojal, risas inmotivadas, falta
de propositividad que permiten establecer una sospecha diagnóstica, en el borde, porque
no tiene una capacidad de enjuiciamiento apropiado de la realidad —sin llegar a ser del
todo inimputable o del todo privado de razón— así se muestra desadaptado e inmotivado
–sintónico- acogiéndose la atenuante del artículo 11 N°1, sin que pueda obrar, en este
sentido el artículo 73 del Código Penal.
Asimismo, y como ya se razonó, se accederá a la solicitud de la Defensa y entenderán los
sucesivos episodios de desacato común sólo delito, al existir unidad de designio criminal
en tres eventos acaecidos en un corto lapso de cinco días, los que afectaron a la misma
víctima, vulneraron el mismo entorno de seguridad, además de desobedecer lo ordenado
cumplir por el Juzgado de Garantía de Ovalle en causas por violencia intrafamiliar,
vigentes al tiempo de su infracción.
Finalmente, por mayoría se estima considerar improcedente para el delito de desacato
alguna de las medidas accesorias de la Ley 20.066 solicitadas por el acusador, por cuanto
no se trata de un juicio en contexto de violencia intrafamiliar sino un delito de desacato en
el que el sujeto pasivo no es la víctima de la violencia intrafamiliar sino que es la recta
administración de justicia, lo que además encuentra sustento legal en lo previsto en el
artículo 16 de la ya citada ley de violencia intrafamiliar, que establece que las medidas
accesorias del artículo 9° serán aplicadas por los tribunales con competencia en lo penal
cuando el delito constituya un acto de violencia intrafamiliar.
En este sentido, previene en contra el Magistrado Bustos (voto de minoría) al estimar la
posibilidad de entender el Desacato en un contexto de violencia intrafamiliar, no solo por
la calidad de los sujetos que intervienen en la fuente de la ilicitud de la conducta
contemplada en el artículo 5° de la ley 20.066, sino también porque es el propio legislador
en el artículo 10° del mismo cuerpo legal recoge que el incumplimiento de las medidas
accesorias decretadas, con excepción de aquella prevista en la letra d) del artículo 9°, el
juez debe poner en conocimiento del Ministerio Público los antecedentes para los efectos
de lo previsto en el inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil,
tornándose esta situación, bajo el criterio de especialidad, en un delito derivado de un
contexto de violencia intrafamiliar.
Décimo Tercero: Audiencia de determinación de pena. Que en la audiencia de
determinación de pena la fiscalía, con el fin de desestimar la atenuante del artículo 11
N°6 del Código Penal incorporo extracto de filiación y antecedentes de adolescente del
encartado M.A.P.P., el que registra una condena en la causa Rit 1751-2012 pronunciada
por el Juzgado de Garantía de Ovalle por el delito de robo en lugar no habitado,
condenado a 30 horas de PSBC y una causa de receptación y porte ilegal de arma de
fuego en la causa Rit 2084-2012, del Juzgado de Garantía de Ovalle en la que fue
condenado a la pena 30 días y una hora de PSBC, cumplida con fecha 18 de abril de
2013.
El Ministerio Público solicitó la imposición de una pena de 3 años de reclusión menor en
su grado medio, para el delito de desacato, accesoria legal y 300 días para el delito de
amenazas VIF, accesorias de las letras b, c y d del artículo 9° de la ley 20.066, por el
término de un año.
La Defensa por su parte solicitó sea impuesta para el delito de desacato una pena de 100
días de reclusión menor en su grado mínimo, accesorias legales y para el delito de
amenazas la pena de prisión en su grado máximo, y penas accesorias especiales de las
letras b) y d) del artículo 9° de la ley 20.066, por un año; la sustitución de la pena corporal
por remisión condicional y se le reconozca el tiempo que permaneció privado de libertad
en la presente causa.
Décimo Cuarto: Concurrencia de circunstancias modificatorias de responsabilidad penal.
Que se acogerá la solicitud de la Defensa en orden a reconocer la circunstancia eximente
incompleta de imputabilidad disminuida del artículo 11N°1 del Código Penal y ninguna
agravante. Correspondiendo la pena de desacato a una divisible compuesta por dos
grados, permitirá la imposición de la pena determinada en el mínimo del primer grado, en
atención a la entidad de la circunstancia atenuante, como también a la menor extensión
del daño ocasionado por la naturaleza de los delitos de peligro que conllevan las acciones
desplegadas por el actor.
Décimo Quinto: Pena sustitutiva. Que en atención a los antecedentes del acusado, como
adulto libre de toda mácula, y lo dispuesto el artículo 4° de la ley 18.216, se le sustituirán
las dos penas corporales indicadas en los motivos resolutivos primero y segundo de esta
sentencia por la remisión condicional, por el término total de dos años, debiendo
presentarse ante el Centro de Reinserción Social de Ovalle entre tercer a quinto día
desde que esta sentencia se encuentre ejecutoriada, bajo apercibimiento del artículo 24
de la ley 18.216. Y, en el evento de ser revocada las penas sustitutivas le servirá a su
favor en términos de abono, el tiempo en que permaneció privado de libertad en la
presente causa, esto es, 158 días, según certificado de ministro de fe que obra en estos
antecedentes.
Décimo Sexto: Costas. Que no se condenará en costas al sentenciado, por haber sido
patrocinada por la Defensoría Penal Pública.
Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en el artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, lo ordenado en los artículos 1, 3, 5, 7, 11N°1, 14, 15, 18, 21, 25, 26,
30, 50, 56, 58, 63, 68, 69, 296 N°3 del Código Penal, lo previsto en los artículos 1,4, 7, 45,
53, 295, 296, 297, 339, 340, 341, 342, 343, 344, 348 y 468 del Código Procesal Penal, 5°,
9° y 10° de la ley 20.066, se declara que:
I.- Que se CONDENA a M.A.P.P., ya individualizado, a la pena corporal de QUINIENTOS
CUARENTA Y UN DÍAS DE RECLUSIÓN MENOR EN SU GRADO MEDIO, la pena
accesoria de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena, como
autor en grado de desarrollo consumado de un delito continuado de DESACATO, previsto
y sancionado en el inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil,
perpetrado los días 11, 13 y 15 de abril de 2016, en la localidad de Sotaqui, en la comuna
de Ovalle, en perjuicio de la víctima, su madre doña M.R.P.P..
II.- Que se CONDENA a M.A.P.P., ya individualizado, a sufrir la pena corporal de
SESENTA Y UN DIAS DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MÍNIMO, la pena
accesoria de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena, como
autor en grado de desarrollo consumado de un DELITO DE AMENAZAS SIMPLES en
contexto de violencia intrafamiliar, previsto y sancionado en el artículo 296 N° 3 del
Código Penal, en relación con el artículo 5° de la Ley 20.066 sobre violencia intrafamiliar,
perpetrado el día 15 de Abril de 2016, en Sotaqui, en la comuna de Ovalle, en perjuicio de
la víctima doña M.R.P.P..
III.- Que se condena a M.A.P.P., a las medidas accesorias de prohibición de acercamiento
a M.R.P.P., prohibición de porte y tenencia de arma de fuego y terapia psicológica
contenidas en las letras b), c) y d) del artículo 9 de la ley 20.066, todas por el término de
DOS AÑOS, y la primera respecto de su domicilio ubicado en calle XXX localidad de
Sotaquí, Ovalle, lugar de estudio o trabajo o en la vía pública, en un radio de cien metros,
contados desde que la presente sentencia se encuentre ejecutoriada. Ofíciese.
IV.- Que en atención a los antecedentes del sentenciado y cumpliendo con los requisitos
exigidos por el artículo 4° de la ley 18.216, se le sustituirán las dos penas corporales
indicadas en los motivos resolutivos primero y segundo de esta sentencia por la remisión
condicional, por el término total de DOS AÑOS, debiendo presentarse ante el Centro de
Reinserción Social de Ovalle entre tercer a quinto día desde que esta sentencia se
encuentre ejecutoriada, bajo apercibimiento del artículo 24 de la ley 18.216.
Y, en el evento de ser revocada las penas sustitutivas le servirá a su favor en términos de
abono, el tiempo en que permaneció privado de libertad en la presente causa, esto es,
158 días, según certificado de ministro de fe que obra en estos antecedentes.
V.- Que se liberta al condenado del deber de solventar el pago de las costas de la causa
producidas en esta sede.
Ejecutoriada esta sentencia, ofíciese a los organismos que corresponda para hacer
cumplir lo resuelto y remítase los antecedentes necesarios al Juez de Garantía de la
causa para la ejecución de las penas.
Devuélvase las evidencias incorporadas por los intervinientes, una vez ejecutoriada la
presente sentencia.
Anótese, regístrese y, en su oportunidad, archívese.
RUC Nº : 1600354555-9
RIT Nº : 143-2016.
Redactada la sentencia y la prevención por el Sr. juez titular don Rubén José Bustos
Ortiz.

Pronunciada por la sala única del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Ovalle, integrada
por los jueces titulares don Cristian Arturo Alfonso Durruty, doña Ana Karina Hernández
Muñoz y don Rubén José Bustos Ortiz.
IV.- LEX TERTIA Y AGENDA CORTA
1. - TOP de Ovalle adecua sentencia penal suprimiendo agravante de
pluralidad de malhechores por aplicación de ley penal más favorable (TOP Ovalle
2016.10.13 rol 145-2014)

Normas asociadas: CPR ART 19 N°3; CP ART. 456 bis N°3; CP ART. 449 bis; CP ART.
18; CP ART. 67; LEY EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES ART. 22 N°2

Tema: Ámbito temporal de la ley penal

Descriptores: Pluralidad de malhechores; Ley penal más favorable.

SÍNTESIS: TOP de Ovalle adecua sentencia penal que había considerado en su momento
la aplicación de la agravante de pluralidad de malhechores, suprimiéndola como
consecuencia de la entrada en vigencia de la Ley 20.931 que deroga la modificatoria de
responsabilidad. El tribunal entiende que se desprende de los artículos 19 N°3 inciso
octavo de la Constitución Política de la República, y 22 N° 2 de la Ley sobre Efecto
Retroactivo de las Leyes, que “si una circunstancia agravante de responsabilidad es
abrogada completamente, rige in actum, puesto que al dejar de tener existencia legal,
necesariamente favorecerá al condenado”. Asimismo, considera que no resulta asimilable
a la suprimida la agravante del artículo 449 bis del Código Penal “desde que se trata de
hipótesis con requisitos diversos y su aplicación vulneraría el principio de legalidad por
cuanto no corresponde aplicar una agravante de responsabilidad penal a un acusado que
comete un ilícito cuando dicha modificatoria de responsabilidad, en su nueva redacción,
aún no existía”
(Considerando 5°).

TEXTO COMPLETO:

Ovalle, a trece de octubre de dos mis dieciséis.


ADECUACIÓN DE SENTENCIA DEFINITIVA
Primero: Que, consta que mediante sentencia definitiva firme de fecha veinte de
diciembre de dos mil catorce dictada por este Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de
Ovalle, don G.A.V.C. fue condenado a sufrir la pena de cinco años y un día de presidio
mayor en su grado mínimo y las accesorias del grado, por su responsabilidad en calidad
de autor directo de un delito consumado de robo con fuerza en las cosas en lugar
destinado a la habitación, previsto y sancionado en el artículo 440 N° 1, en relación con el
artículo 432, ambos del Código Penal, perpetrado en Ovalle el día 16 de mayo de 2014.
Segundo: Que, la defensa del condenado ha solicitado la modificación de la sentencia
definitiva referida en atención a que en su oportunidad para la determinación de la cuantía
de la pena se tomó en consideración la concurrencia de la agravante del artículo 456 bis
N° 3 del Código Penal, la que posteriormente mediante la Ley N° 20.931, fue eliminada;
por lo que, estima, debe adecuarse la pena impuesta a razón de lo dispuesto en el
artículo 18 de nuestro Código Penal en relación al artículo 19 N° 3 de la Constitución
Política y, dado que se reconocieron a favor del condenado 3 circunstancias atenuantes,
entre ellas la de imputabilidad disminuida, solicita que se aplique la norma de
determinación de pena establecida en el artículo 73 del Código Penal, por reunirse la
mayor cantidad de requisitos de la eximente, se rebaje la pena en un grado, dentro del
cual se regule en tres años y un día de presidio menor en su grado máximo, considerando
que hecha la rebaja, subsistirían dos atenuantes y una agravante.
Tercero: Que en la audiencia que se ha citado a los intervinientes para discutir la petición
de la defensa, el señor fiscal se ha opuesto a la misma, señalando que por una
interpretación sistemática de la ley 20.931, específicamente teniendo a la vista el espíritu
de la norma como su mensaje, no se da la hipótesis del artículo 18 del Código Penal por
no ser una normativa más favorable la contenida en la Ley 20.931, por comprender la
agravante establecida la eliminada, y aun en el caso de estimarse que no es así, debe
aplicarse la nueva ley de manera íntegra, y en este caso, por concurrir la agravante de
reincidencia específica, la pena debería ser regulada dentro del máximum del grado
asignado por la ley.
Además, se opone a la solicitud de la defensa en orden a rebajar la pena en un grado por
aplicación del artículo 73 del Código Penal, toda vez que el Tribunal en su oportunidad
resolvió que no se reunían los requisitos para ello.
Cuarto: Que se debe tener presente lo establecido en la Ley N°20.931 denominada
“Facilita la aplicación efectiva de las penas establecidas para los delitos de robo, hurto y
receptación y mejora la persecución penal en dichos delitos”, publicada en el Diario Oficial
con fecha 5 de julio de 2.016. En efecto, entre las modificaciones que introduce al Código
Penal, su artículo 1° N°4, suprime la circunstancia 3ª del artículo 456 bis. Y, en el mismo
artículo, numeral 3) agrega dos artículos nuevos: 449 y 449 bis, el primero relativo a las
reglas de determinación de la pena, dispone: “Para determinar la pena de los delitos
comprendidos en los Párrafos 1 a 4 bis, con excepción de aquellos contemplados en el
artículo 448, inciso primero, y 448 quinquies, y del artículo 456 bis A, no se considerará lo
establecido en los artículos 65 a 69 y se aplicarán las reglas que a continuación se
señalan:
1ª. Dentro del límite del grado o grados señalados por la ley como pena al delito, el
tribunal determinará la cuantía de la pena en atención al número y entidad de las
circunstancias atenuantes y agravantes concurrentes, así como a la mayor o menor
extensión del mal causado, fundamentándolo en su sentencia.
2ª. Tratándose de condenados reincidentes en los términos de las circunstancias
agravantes de los numerales 15 y 16 del artículo 12, el tribunal deberá, para los efectos
de lo señalado en la regla anterior, excluir el grado mínimo de la pena si ésta es
compuesta, o el mínimum si consta de un solo grado.
A continuación el artículo 449 bis dispone que será circunstancia agravante para los
delitos como el de que se trata: “…el hecho de que el imputado haya actuado formando
parte de una agrupación u organización de dos o más personas destinada a cometer
hechos punibles, siempre que ésta o aquélla no constituyere una asociación ilícita de que
trata el Párrafo 10 del Título VI del Libro Segundo.”.
Quinto: Que corresponde traer a colación la aplicación en el tiempo de una norma penal
que sirva para establecer la aplicación de la pena, concretamente, la existencia de una
agravante de responsabilidad. En efecto, del tenor de lo que consagra el artículo 19 N°3
inciso octavo de la Constitución Política de la República, que señala que “Ningún delito se
castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su
perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado”; en relación con lo que
dispone el artículo 22 N° 2 de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes, permite
arribar a la convicción de que si una circunstancia agravante de responsabilidad es
abrogada completamente, rige in actum, puesto que al dejar de tener existencia legal,
necesariamente favorecerá al condenado. Siguiendo el mismo criterio, no resulta tampoco
asimilable la agravante suprimida con la incorporada por la ley 20.931 desde que se trata
de hipótesis con requisitos diversos y su aplicación vulneraría el principio de legalidad por
cuanto no corresponde aplicar una agravante de responsabilidad penal a un acusado que
comete un ilícito cuando dicha modificatoria de responsabilidad, en su nueva redacción,
aún no existía.
Por estas mismas razones se desestiman las alegaciones del Ministerio Público en orden
a aplicar de manera íntegra la nueva normativa introducida por la referida Ley, toda vez
que solo procede darle aplicación en lo que favorezca al sentenciado.
Sexto: Que así las cosas, para el condenado G.A.V.C. la supresión de la circunstancia
agravante de responsabilidad que estaba contenida en el artículo 456 bis N°3 del Código
Penal, esto es, “Ser dos o más los malhechores” importa que en el caso concreto se le
impuso una pena mayor, debiendo así darse lugar a la petición de la defensa en orden a
adecuar la pena impuesta.
Sin embargo, resulta improcedente dar aplicación a la rebaja de pena establecida en el
artículo 73 del Código Penal respecto de la eximente incompleta de imputabilidad
disminuida reconocida al sentenciado, cuestión que ya fue negada en su oportunidad por
el Tribunal, dando las razones para ello en el motivo vigésimo segundo de la sentencia,
por lo que no es posible modificar el fallo en ese aspecto, teniendo en consideración que
no se ha modificado la norma en comento, por lo que no existe una ley más favorable que
habilite a este tribunal para efectuar tal adecuación.
Séptimo: Que favoreciendo al condenado –conforme quedó establecido en los
considerandos vigésimo al vigésimo segundo del fallo- las circunstancias atenuantes de
responsabilidad penal contempladas en los numerales 1, 7 y 9 del artículo 11 del Código
Penal, perjudicándole la agravante del artículo 12 N° 16 del Código Penal –conforme
quedó establecido en el considerando décimo noveno del fallo- se procederá a compensar
racionalmente la atenuante de imputabilidad disminuida con la agravante referida, por
estimarse de la misma entidad, quedando subsistentes dos circunstancias atenuantes, por
lo que se rebajará la pena en un grado, conforme lo establece el artículo 67 del mismo
cuerpo legal, quedando en presidio menor en su grado máximo, cuyo quantum se
determinará en el mínimum, al estimarse que con aquel se comprende la extensión del
mal causado, con las accesorias del grado; las que ha de cumplir en forma efectiva,
abonándosele el tiempo que ha estado privado de libertad por esta causa.
Por tanto, atendido lo ordenado en el artículo 18 del Código Penal y lo dispuesto en la Ley
N° 20.931, se accede a la petición de la defensa en cuanto se modifica la sentencia
definitiva dictada por este Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Ovalle, declarándose
que:
I.- Que se adecua la sentencia definitiva firme dictada en la causa RIT 145-2014, RUC
1400482027-5, modificándose el Resuelvo I de dicha sentencia, en cuanto SE CONDENA
a G.A.V.C. a la pena de CUATRO AÑOS DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO
MÁXIMO y a las penas accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para derechos
políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de
la condena.
II.- Que en lo demás se mantiene incólume la sentencia definitiva de veinte de diciembre
del año 2014.
III.- Que, en su oportunidad, se ordena informar lo resuelto al Juzgado de Garantía de
Illapel, para el debido cumplimiento.
Sirva la presente resolución de suficiente y atento oficio remisor.
Notifíquese al Ministerio Público y a la Defensa por correo electrónico y al sentenciado de
conformidad a lo señalado en el artículo 29 del Código Procesal Penal.
RUC : 1400482027-5
RUI : 145 – 2014

Pronunciada por la sala única del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Ovalle, integrada
por sus jueces titulares Eugenia Victoria Gallardo Labraña, Cristian Alfonso Durruty y
Claudio Weishaupt Milner.
2. - TOP de La Serena rechaza adecuación en razón de dictación de la ley
20.931 no implica ley más favorable (TOP La Serena 2016.10.4 rol 198-2007)

Normas asociadas: CPR ART 19 N°3; CP ART. 456 bis N°3; CP ART. 449 bis; CP ART.
18; CP ART. 68

Tema: Ámbito temporal de la ley penal

Descriptores: Pluralidad de malhechores; Ley penal más favorable.

SÍNTESIS: TOP de La Serena rechaza adecuación de sentencia penal que había


considerado en su momento la aplicación de la agravante de pluralidad de malhechores
por considerar que la nueva normativa no resulta más favorable para el condenado en
razón de (1) que consagra una agravante de responsabilidad nueva – la del 449 bis del
Código Penal – que debe ser considerada de aplicar la nueva normativa pór haber
actuado en la comisión del delito con “un conjunto de personas se asociaron con un fin,
robar especies”; (2) que debe considerarse la aplicación de toda la ley nueva y no sólo
partes de la misma: (3) que aun suprimiendo la agravante conforme el artículo 68, el
tribunal podía recorrer la pena en toda su extensión (4) considerando otros aspectos para
agrvar la pena como la extensión del mal causado. (Considerandos 5°, 6°, 7° y 8°).

TEXTO COMPLETO:

La Serena, cuatro de octubre de dos mil dieciséis.


Primero: Que el abogado Patricio Tello Pizarro, en representación de C.S.P.R., soltero,
nacido en Arica el 21 de febrero de 1982, 34 años de edad, cédula de identidad
N°15.000.998-7, interno que cumple pena en el Centro Cumplimiento Penitenciario de
Huachalalume, La Serena, en causa RIT 198-2007, RUC Nº0600237103-9, por la cual
fue condenado a sufrir la pena de QUINCE AÑOS Y UN DÍA de presidio mayor en su
grado máximo, más las penas accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos
y oficios públicos y derechos políticos e inhabilitación absoluta para profesiones titulares
mientras dure la condena, como autor de un delito de robo con violencia, perpetrado, en
esta ciudad, con fecha 4 de abril de 2011, alrededor de las 19.15 horas, en el sector de
Cerro Grande, en perjuicio de Roberto Nass Vásquez y María Luisa Whorthington.
Segundo: Que la sentencia referida, en su considerando decimocuarto estimó
concurrente en perjuicio de todos los encausados la agravante de la pluralidad de
malhechores, contenida en el artículo 456 bis Nº 3, todas del Código Penal.
Tercero: Que el peticionario solicitó que, al haberse dictado la Ley 20.931, que suprimió
la agravante de responsabilidad penal del N° 3 del artículo 456 bis del citado cuerpo
legal, debe entenderse derogada la agravante de la pluralidad de malhechores. Ahora
bien, de conformidad al artículo 449 del Código Penal, en su redacción actual, dispone
que para estos delitos no se consideraran las normas establecidas en los artículos 65 a
69 del citado código. En este caso, se debe hacer efectivamente aplicación de este nuevo
artículo 449. En atención a que en definitiva, existe una agravante, ya sea aquélla del 456
bis N° 3 o el 449, ambas disposiciones del citado cuerpo legal, el tribunal no tiene la
obligación de no imponer la pena en el mínimo. De acuerdo, al artículo 449 del Código
Penal se puede recorrer la pena en toda su extensión, sin perjuicio que la presencia de
una agravante se tiene que hacer sentir en el quantum punitivo, pero debería haber una
adecuación o determinarse la pena conforme a estas normas. Así las cosas, teniendo
presente lo anterior, entendemos que la pena a la cual debería ser condenado su
representado, con la normativa actual, es la de 10 años de privación de libertad.
Cuarto: Que el fiscal Ricardo Salinas Espinoza, en representación del Ministerio Público,
expuso que la nueva ley a que ha hecho alusión el colega no es más favorable al
imputado. Respecto del delito, materia de esta sentencia, es más desfavorable para el
imputado la normativa de esta ley citada. La exigencia del legislador es que exista una
nueva ley más favorable, en forma orgánica y no en artículos puntuales, lo que no ocurre
en este caso, solicitando se negara lugar a la petición.
Quinto: Que a juicio del Tribunal, la eliminación de la agravante del articulo Nº456 bis Nº
3 del Código Penal por la ley 20.931, contenida en el artículo 449 bis, como lo señala su
historia fidedigna, no tuvo como intención del legislador dejar más desprotegidos los
delitos contra la propiedad, —el profesor Matus, integrante de la Comisión, indicó que el
propósito general de este proyecto es detener la proliferación de delitos contra la
propiedad— cuando estos delitos se cometen en coautoría por más de un hechor, como
se ha evidenciado de la sentencia de este caso, apreciación con la cual coincide la
doctrina, que ha señalado que “la intención legislativa fue mantener esta circunstancia
modificatoria de responsabilidad penal, superando las dificultades prácticas que planteaba
la voz “malhechor” (Horvitz María Inés, “Problemas de la aplicación de la ley penal en el
tiempo del delito de fraude aduanero), expresión que aún generaba interpretaciones
diversas en la judicatura y doctrina, entre quienes entendían que los hechores debían
tener condenas anteriores y entre quienes consideraban que esa exigencia no la imponía
la norma.
Lo anterior, permite colegir, sin ambages, que la eliminación de la circunstancia agravante
del artículo 456 bis N°3 del Código Penal, nunca tuvo por objeto del legislador hacer más
benignas las penas descritas en los delitos de robo con violencia o intimidación en las
personas, robo con fuerza en las cosas, el robo de cosas que se encuentre en bienes
nacionales de uso público o en sitio no destinado a la habitación, en determinadas
circunstancias, o si recayere sobre vehículo motorizado, del hurto y del delito de abigeato,
y más bien la finalidad fue la de terminar con las inveteradas interpretaciones de la
aplicación de la agravante del N° 3 del artículo 456 bis n° 3 que generaba la palabra
“malhechor”, que pese a ser una discusión ya zanjada por jurisprudencia del Excma.
Corte Suprema, seguía reiterándose su discusión.
La actual norma del artículo 449 bis que incorporó al Código Penal la Ley 20.931 de 05
de julio del año en curso, dispone que será agravante en estos ilícitos haber actuado el
imputado “formando parte de una agrupación u organización de dos o más personas
destinada a cometer dichos hechos punibles…”, otorgándole claramente un mayor ámbito
de aplicación y cuya terminología no debiera causar mayor discusión. Así, el término
“agrupación” según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua —RAE—
en su acepción segunda define como “Conjunto de personas o cosas agrupadas” y en su
acepción tercera, señala “Conjunto de personas u organismos que se asocian con algún
fin”. De este modo, la acción o actividad del encausado C.S.P.R. acreditada en esta
causa, claramente constituyó una acción por la cual un conjunto de personas se
asociaron con un fin, robar especies, por lo que de todos modos el sentenciado habría
tenido una circunstancia agravante de responsabilidad penal en este ilícito, con aplicación
de la actual norma, sin que implique sancionar una circunstancia no sancionada antes,
pues más allá de la disposición que la contiene o su ubicación en el ordenamiento
jurídico penal, no constituye aplicar una regla más desfavorable, dado que las
circunstancias fácticas con que se agravan son las mismas bajo las cuales —pero bajo
otra denominación— se habían agravado con anterioridad.
Sexto: Que, por otro lado, siguiendo a la doctrina más reciente sobre este aspecto, estos
sentenciadores estiman que no puede hacerse la aplicación parcial del precepto que el
peticionario estima más benigno, y con ello, acreedor a la aplicación del artículo 18 del
Código Penal, por cuanto ello constituiría un nuevo estado jurídico, por lo que el juez no
puede mezclar los preceptos de ambas leyes, tal como lo sostienen autores como
Bascuñán y Cury. (Bascuñán Antonio, “La Ley penal”. Revista Derecho U. Adolfo Ibáñez.
Nº1, Santiago. 2004, pag.218 y Cury Urzúa Enrique, citado por Bascuñán).
Cabe destacar que uno de los objetivos de establecer la retroactividad de la ley penal
más favorable es impedir el castigo en exceso, es decir, nadie que hubiese cometido un
delito en el pasado con las mismas circunstancias que el cometido al amparo de una
nueva ley, podrá ser sancionado a una pena más grave que con la que es sancionado el
actual, lo que en ningún caso justifica aplicar sólo parcialidades de la ley, es decir, tomar
lo que le beneficia y desechar lo que le perjudique, pues ello implica precisamente crear
un estatuto jurídico nuevo que el legislador no ha dispuesto.
Séptimo: Que, en otro orden de ideas, de acuerdo artículo 68 del Código Penal, que no
fue derogado por la Ley 20. 931 y que establece que cuando la pena señalada por la ley
consta de dos o más grados de penas divisibles, como es en este caso, el tribunal puede
recorrer toda su extensión, sino concurren en el hecho circunstancias atenuantes o
agravantes.
El delito de robo con violencia tiene asignada una pena de presidio mayor en sus grados
mínimos a máximo en el inciso 1° del artículo 436 del Código Penal, actualmente vigente.
Ahora bien, aún derogada la agravante del N° 3 del artículo 456 bis del Código Penal, de
acuerdo al mérito del fallo, que no consideró circunstancias atenuantes y no considerando
la agravante referida, que fue la única que se tuvo en cuenta al momento de aplicar el
quantum de la pena, no habrían ni circunstancias atenuantes ni agravantes, pudiendo el
tribunal recorrer la pena en toda su extensión, por lo que, la aplicación de esta pena de
quince años y un día, a la que se condenó a C.S.P.R., está dentro de las facultades
jurisdiccionales del tribunal.
Octavo: Que, por otra parte, el peticionario solicita una rebaja de pena de 5 años, sin
indicar razonamiento alguno, sino tan solo asilándose en el actual artículo 449 del Código
Penal, señalando que el tribunal puede recorrer la pena en toda su extensión, sin perjuicio
que la presencia de una agravante se tiene que hacer sentir en el quantum punitivo.
Empero, no se hace cargo del mal causado por el delito, respecto de los hechos
establecidos en el motivo cuarto de la sentencia, donde se consigna que ese día 4 de abril
de 2006, a las 19.15 horas, acometieron a un matrimonio, tres sujetos, entre ellos
C.S.P.R., agrediendo al cónyuge al cual maniataron de pies y manos, mientras que con la
mujer de éste recorrieron toda la casa, a la que igualmente maniataron, sustrayendo
$3.600.000, diversas especies, tales como armas de fuego, un notebook y el vehículo de
las víctimas, siendo, en consecuencia, la pena aplicada, una pena justa.
Por lo expuesto, SE RECHAZA la solicitud de adecuación de pena planteada por la
defensa de C.S.P.R.
Comuníquese a los intervinientes mediante correo electrónico lo resuelto, y al rematado,
por la misma vía a través del Alcaide o quien haga sus veces, del Centro de Cumplimiento
Penitenciario donde se encuentra cumpliendo su condena.
Redactada por el juez Nicanor A. Salas Salas.

RUC 0600237103-9
RIT 198 - 2007

Pronunciada por los jueces de la Primera Sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de
La Serena, Caroline Turner González, Nicanor Alberto Salas Salas y Marco Antonio
Flores Leyton.

También podría gustarte